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La poeta María Elena Walsh expresa su deseo de liberarse de las presiones de la sociedad de consumo y la propaganda a través de la publicidad. En la obra, ella declara que no quiere que su alma, cuerpo u identidad se vean definidos o controlados por productos, máquinas, precios, publicidad u otros elementos de la cultura de masas. En última instancia, expresa su deseo de "¡basta!" y liberarse de estas influencias.
La poeta María Elena Walsh expresa su deseo de liberarse de las presiones de la sociedad de consumo y la propaganda a través de la publicidad. En la obra, ella declara que no quiere que su alma, cuerpo u identidad se vean definidos o controlados por productos, máquinas, precios, publicidad u otros elementos de la cultura de masas. En última instancia, expresa su deseo de "¡basta!" y liberarse de estas influencias.
La poeta María Elena Walsh expresa su deseo de liberarse de las presiones de la sociedad de consumo y la propaganda a través de la publicidad. En la obra, ella declara que no quiere que su alma, cuerpo u identidad se vean definidos o controlados por productos, máquinas, precios, publicidad u otros elementos de la cultura de masas. En última instancia, expresa su deseo de "¡basta!" y liberarse de estas influencias.
Oración a la propaganda de María Elena Walsh (1967)
Me dijeron señora caballero Quiero vestirme de papel de luna
usted se lo merece desconfíe y pasear con un río de la mano. estimada mamá fume perfume Quiero comer tormenta, para el bebé automático repare beber las plumas de la primavera, brillantina a botón no se equivoque navegar tristemente es mejor una lata que sus párpados por un océano de bellas artes, asómbrese de frío radioescucha vivir entre laderas que convengan venga mañana mismo pura seda para guardar el humo envuelto en fuego. tiene la obligación para la barba pintando yerba mate con camiones. Quiero desbaratar, equivocar, llorarme, cometer escalofrío. Yo me di por unánime aludida, reina en mi condición de Amada Inmóvil, Quiero un poco de pasto sin consejos. y a la vida salí sumisamente Luz desinteresada, alguna vez. para ser caballero-bebé-niña- Oscuridad sin recomendaciones. tímpano-multitud-hermafrodita- La noche con sus lujos naturales. fantasma de trajín, suma de nadie. Días sin aspavientos oficiados pobre basura humana con bolsillos. por raudos sacerdotes de etiqueta. Caminos sin sermones de madera. No quiero que me broten cuatro ruedas Silencio sin imperativos, aire ni dar a luz relámpago envasado desnudo, sumergido ni ser ociosa cabellera en la piedad de las constelaciones. ni que mi soledad se planche sola. No quiero que por arte de aspirina Quiero no querer nada y un buen día mi alma desaparezca. (“¿cómo era, Dios mío, cómo era?”) No quiero que voraces vestimentas sean protagonistas de mi cuerpo. Sobre todas las cosas, ¡quiero basta! No quiero hacerme cómplice de máquinas, docenas, precios, tubos que me doten para siempre de una felicidad de cartulina. No quiero verme más fotografiada en colores mundiales, absorbiendo jugo de miedo de una botellita. No quiero que usen mi inmortalidad junto a dentífricos interminables. No me quiero mirar petrificada al lado de jabones eminentes. No quiero que eternicen mi impudor ni haga espuma con mi sufrimiento.