Está en la página 1de 10

Jurado de enjuiciamiento

por JOSEFA ALEJANDRA RUSSO PEDANO


2003
www.saij.jus.gov.ar
Id SAIJ: DACC030061

ORIGEN HISTORICO En nuestro país, el primer antecedente es la Constitución de 1873 de la provincia de


Buenos Aires. Su artículo 190 disponía que "los jueces de las cámaras de apelación y de primera instancia
pueden ser acusados por cualquiera del pueblo, por delitos o faltas cometidos en el desempeño de sus
funciones, ante un jury calificado, compuesto de siete diputados y cinco senadores, profesores de derecho; y
cuando no los haya, se integrará con letrados que tengan las condiciones necesarias para ser electos
senadores".

Esta norma pasó a la Constitución de Buenos Aires de 1889 (art. 193).

La Constitución de San Luis de 1905, en su art. 137, exponía el procedimiento, aunque no por acusación
popular, sino solamente por abogados, procuradores o integrantes del ministerio fiscal. Si bien eran todos
legisladores, en la composición se daba preferencia a los que fueran abogados, y si no había número suficiente
de ellos, se completaba con abogados residentes en la provincia.

Luego se halla esta norma en las constituciones de Mendoza de 1916 ( art. 164), Entre Ríos de 1933 (art. 169) y
Buenos Aires de 1934 (art. 172).

En este tema, el primer proyecto de reforma constitucional, en el ámbito nacional, se halla en el diputado
Escobar, en 1932, y luego tenemos el proyecto del diputado Medina, en 1938.

Uno de los primeros constitucionalistas en propiciar la idea de los jurados de enjuiciamiento fue Carlos Sánchez
Viamonte, quien sostenía que los magistrados judiciales debían quedar fuera del juicio político, y éste, estar
reservado sólo para los funcionarios de carácter político.

El artículo 2 del denominado "Estatuto Fundamental" del régimen militar, del 28 de agosto de 1972, agregó en el
artículo 96 de la Constitución Nacional un párrafo en el que se establecía que el trámite del "juicio político"
quedaba reservado para los jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación; todos los demás magistrados
judiciales nacionales estaban sometidos al régimen de los jurados de enjuiciamiento.

En 1994, con la sanción de la ley 24309, se incluyó el jurado de enjuiciamiento como mecanismo de remoción
de los jueces inferiores. La inclusión definitiva llega con la reforma de 1994 al incorporarla en el artículo 115,
reglamentada mediante Ley 24937 y sus modificatorias, separándola del juicio político, artículo 53, que ha
quedado reservada para juzgar por el Senado la conducta del Presidente, Vicepresidente, Ministros y miembros
de la Corte Suprema.

JURADO DE ENJUICIAMIENTO La reforma constitucional de 1994 modificó el procedimiento de remoción de


los magistrados de los juzgados inferiores, en tanto que los de la Corte Suprema continúan sujetos al anterior
sistema de juicio político. El art. 115 de la Constitución Nacional crea un nuevo órgano especial encargado de la
remoción de aquellos magistrados que han sido acusados por el Consejo de la Magistratura (art. 114, inc. 5º).
De esta forma, el Jurado de Enjuiciamiento cumple el rol que antes le cabía al Senado (que sigue cumpliéndolo
respecto de los jueces de la Corte Suprema).
La CSJN ha destacado que el nuevo texto del art. 115 de la Constitución Nacional, al atribuir a un jurado
especial el juzgamiento de los jueces de los tribunales inferiores de la Nación, sólo modifica el procedimiento de
remoción de los mismos, pero al remitir al art. 53 mantiene las inmunidades allí previstas (CS, 1997/06/19,
Marder, José c. Marquevich, Roberto y otro).

ORGANIZACION Es un órgano colectivo, plurisectorial e incompleto, pues la Constitución se limita a fijar los
sectores que lo componen (legisladores, magistrados y abogados de la matrícula federal) y remite a la ley
especial (la del Consejo de la Magistratura) determinar su número, designación, duración, remoción.

Como se observa, los sectores que componen este órgano se diferencian de los del Consejo de la Magistratura,
no sólo por ser tres sino también porque: el artículo 115, párrafo primero, en lugar de referirse a "la
representación" de cada uno de los sectores como lo hace el artículo 114, párrafo 2º, señala que los integrantes
del Jurado deberán ser legisladores, magistrados y abogados; además, en este caso, el Poder Ejecutivo (uno
"de los órganos políticos resultantes de la elección popular") no lo integra. Respecto al sector de los
"magistrados" se plantea la duda de si comprende a los jueces de todas las instancias y grados federales.

La ley no puede alterar los tres sectores que integran el Jurado de Enjuiciamiento, pero puede optar entre dos
alternativas: establecer un órgano encargado de llevar adelante todos los juicios que promueva el Consejo de la
Magistratura, o decidir que se constituya un órgano ad hoc para cada enjuiciamiento a partir de la
desinsaculación de los listados de cada uno de los sectores. La ley especial, en el título II eligió la primera
alternativa.

NATURALEZA JURIDICA La Corte Suprema de Justicia de la Nación, reiteradamente, ha dicho que los Jurados
de Enjuiciamiento no son Tribunales de Justicia (Fallo 193-495, 238-59, 268-459, 270-240).

"Que en cuanto a la naturaleza del proceso de remoción, resulta pertinente destacar que se trata de un juicio de
responsabilidad política con sujeción a la regla del debido proceso legal, lo que equivale a decir que en lo
sustancial es un juicio político, pero en lo formal se trata de un proceso orientado a administrar Justicia, es decir,
a dar a cada uno su derecho, sea a la acusación, en cuanto le asista el de obtener la remoción del Magistrado,
sea este, en cuanto le asiste el de permanecer en sus funciones."(Conforme doctrina Corte Suprema de Justicia
de la Nación en la causa "Nicosia- ED-158-237-Fallo 316:2940").

"Los jurados de enjuiciamiento, que las provincias puedan instituir a los fines de entender en las causas de
responsabilidad que se intenten contra magistrados judiciales, no son tribunales de justicia en los términos del
artículo 14 de la ley 48" (CS, 28/3/78, ED, 77-514).

"Los tribunales de enjuiciamiento para magistrados no son tribunales de justicia".(CS, agosto 25-972, Marcos
Ricardo, Rep. JA, 1972-345).

Por ello corresponde sostener, que el proceso de remoción a los magistrados es un proceso netamente político,
debiendo guardar las formas precisamente al respetar el principio del debido proceso, existiendo un acto
discrecional al fallar por parte de sus integrantes, sin que por ello se caiga en la arbitrariedad. De allí que, la
garantía de la defensa en juicio y del debido proceso debe ser respetada en los procesos de remoción de
magistrados- caso Brusa- con el mismo rigor y con las mismas pautas elaboradas por la Corte en numerosas
decisiones sobre la materia. Dicha garantía requiere que el acusado sea oído y que se le dé ocasión de hacer
valer sus medios de defensa en la oportunidad y forma prevista por las leyes de procedimientos.

Los fundamentos de esta naturaleza política, son:


1) Las causales del enjuiciamiento son las mismas de la Constitución de 1853, y son de naturaleza política.

2) Se analiza la conveniencia de la continuidad o no de un magistrado, conforme a la conducta que ha


desarrollado, reprochable o no.

3) El procedimiento se inicia con un órgano acusador, el cual desaparece, en cambio todo Tribunal de Justicia
tiene permanentemente un órgano o una parte específica que ejerce la acción.

4) La falta de tipicidad es una demostración de la naturaleza política.

En conclusión, la finalidad política del proceso surge de su objetivo: proteger la función del juez.

Néstor Sagués ha recordado, en una de sus obras, el debate que ha traído aparejada la naturaleza del juicio
político, es decir, si tiene carácter jurisdiccional o exclusivamente político. Se inclinaba por una naturaleza mixta:
político - judicial; aún cuando fuere ejecutado en el ámbito parlamentario, advertía la doble condición en que
actúan los miembros del Senado, que deben prestar juramento de "administrar justicia con imparcialidad y
rectitud, conforme a la Constitución y leyes de la Nación" y que dictan fallo "constituido en tribunal", según el
reglamento respectivo. Sostenía que la creación del Jurado de Enjuiciamiento por la reforma constitucional de
1994 procuraba ".erigir un organismo más operativo e imparcial para tales magistrados".

En el régimen constitucional argentino el propósito de la remoción de los magistrados- caso Brusa- no es el


castigo del funcionario, sino la separación del magistrado para la protección de los intereses públicos contra el
riesgo u ofensa derivados del abuso del poder oficial, descuido del deber o conducta incompatible con la
dignidad del cargo.

REGIMEN LEGAL NACIONAL La reforma constitucional de 1994 confirió al Jurado de Enjuiciamiento la facultad
de juzgar a los jueces inferiores de la Nación y dispuso que la regulación del procedimiento de remoción debía
establecerse por ley.

En cumplimiento de esa norma constitucional, el Congreso de la Nación dictó la ley 24937, modificada
parcialmente por la 24939. Dicha norma prevé la realización de un proceso contradictorio con etapas definidas:
la acusación formulada por el plenario del Consejo de la Magistratura, traslado al magistrado, apertura a prueba,
sustanciación de un debate oral, informes finales orales de las partes, y el fallo, el cual debe ser fundado, pues
el recaudo de que los fallos judiciales tengan fundamentos serios reconoce raíz constitucional y tiene como
contenido concreto, el imperativo de que la decisión se conforme a la ley. Además, dispuso la aplicación
supletoria de las disposiciones del Código Procesal Penal en tanto no contradigan las disposiciones de la ley
citada o los reglamentos que se dicten.

COMPOSICION Según artículo 115 de la Constitución Nacional, primer párrafo, el Jurado de Enjuiciamiento se
compone por "legisladores, magistrados y abogados de la matrícula federal". Su composición concretó la
atenuación de la intervención de los poderes políticos al disponer -reglamentado en el mencionado artículo- la
integración de sólo tres legisladores, sobre nueve miembros, ya que- de los restantes- tres representan a los
jueces y otros tres a los abogados de la matrícula, atenuación que se perfeccionó al exigirse una mayoría de
dos tercios de sus miembros para disponer la destitución de un juez.

CAUSALES Las causales enumeradas por el constituyente en el artículo 53 de la Constitución Nacional- mal
desempeño, delito en el ejercicio de sus funciones y crímenes comunes- son taxativas, de modo tal de asegurar
que en ningún caso pueda destituirse a un magistrado por hechos referentes a una causal- como el descrédito-
no prevista en el texto constitucional.
Son los "hechos", esto es, la conducta atribuida a un juez la que configura las causales establecidas en la Ley
Suprema, pero no la repercusión derivada de aquellos, razón por la cual no puede admitirse, sin lesión
constitucional, la inclusión del descrédito como causal de destitución, sin perjuicio de que hechos aberrantes
generen descrédito y que gran parte de la sociedad, en el ámbito de actuación el juez, asuma una postura
crítica.

El descrédito se define como la "disminución o pérdida de reputación de las personas, o del valor y estima de
las cosas". Que en efecto, el descrédito se funda en la percepción que tienen los demás respecto de un
individuo, de manera tal que ese juicio o estimación de determinados grupos de personas para ser relevantes
jurídicamente debe necesariamente apoyarse en aquellos hechos o comportamientos concretos que lo hubieran
generado.

Por lo tanto, son los hechos imputados y probados- en orden a acreditar la existencia de las causales
constitucionales de remoción- y no su repercusión los que deben ser objetos del exámen y juzgamiento por
parte del órgano que tiene a su cargo la alta responsabilidad constitucional del enjuiciamiento de los jueces.

Las causales establecidas por el artículo 53 de la Constitución Nacional, son :

I) MAL DESEMPEÑO La causal de mal desempeño fue incorporada a la Constitución Nacional, por la reforma
constitucional de 1860.

El concepto "mal desempeño" es lo contrario a buen desempeño, es decir un obrar perjudicial a los intereses de
la comunidad, incompetencia, descuido del deber o atención no suficiente. En términos constitucionales, este
término guarda estrecha relación con el de "mala conducta" en la medida de que en el caso de magistrados
judiciales, el artículo 53 de la Constitución Nacional debe ser armonizado con lo dispuesto por el artículo 110
para la permanencia en el cargo.

La inamovilidad de los jueces asegurada por el artículo 110 de la Constitución Nacional, cede ante los
supuestos de mal desempeño o delito en el ejercicio de sus funciones o crímenes comunes, dado que al resultar
esencial en un sistema republicano el debido resguardo de los intereses públicos y privados confiados a la
custodia de los jueces y el prestigio de las instituciones, debe evitarse el menoscabo que pueden sufrir por
abuso o incumplimiento de los deberes del cargo.

El mal desempeño es en esencia, el ejercicio de la función pública de manera contraria al interés y beneficio
público; actuación al margen de la razón, prudencia, discernimiento, y buen juicio: en consecuencia la regla de
la "razonabilidad" es la que sirve para una mejor definición de ideas que encierra el término.

Los actos que pueden constituir mal desempeño son aquellos que perjudiquen al servicio público, deshonren al
país, la investidura pública o impidan el ejercicio de los derechos y garantías de la Constitución.(Fallo:
305-1751) El mal desempeño de las funciones deriva de un conjunto de circunstancias, de un conjunto de
detalles, de antecedentes, de hechos que rodean al funcionario y forman conciencia plena.

La causal de mal desempeño, en el preciso enfoque efectuado por Carlos Sánchez Viamonte, es "cualquier
irregularidad de cualquier naturaleza que sea, si afecta gravemente el desempeño de las funciones, aun en los
casos de enfermedad e incapacidad sobrevinientes, aunque no aparezca la responsabilidad, falta o culpa
intencional." Para este autor, "mal desempeño" comprende incluso los actos en que no intervienen ni la voluntad
ni la intención del funcionario (Sánchez Viamonte, "Manual de Derecho Constitucional", p. 280, Ed. Kapeluz).

Quiroga Lavie, en "Constitución de la Nación Argentina Comentada", afirma que "mal desempeño" es un
concepto jurídico indeterminado, que se determina caso por caso, de acuerdo al impacto o repercusión de la
conducta que es juzgada.

En el juicio político a ministros de la Corte Suprema de 1947, el doctor Roberto Repetto, al presentar su
defensa, expresó que "mal desempeño" significa cabalmente "mala conducta", toda vez que la Constitución
asegura la inamovilidad de los mismos mientras dure su buena conducta, es decir mientras el magistrado
gobierne su vida con la dignidad inherente a la investidura. "Mala conducta" significa una grave falta moral
demostrativa de carencias de principios y de sentido moral, o la ausencia de esa integridad de espíritu,
imprescindible para que un funcionario pueda merecer la confianza pública.

Se ha sostenido reiteradamente, que para que las conductas negligentes de un magistrado sean causa de
remoción deben ser graves y reiteradas, debe fundarse en hechos graves e inequívocos o en presunciones
serias que sean idóneas para formar convicción sobre la falta de rectitud de conducta o de capacidad del
magistrado imputado para el normal desempeño de la función (Fallo: 266-315, 267-171,268-203) y que está
fuera de toda duda, que "son los hechos objeto de la acusación" los que determinan la materia sometida al
juzgador.

La reiteración de graves irregularidades en el procedimiento de varios juicios constituye una de las formas que
puede asumir el mal desempeño de los jueces en el ejercicio de sus funciones y por consiguiente, es
susceptible de provocar su separación del cargo.(LL-133-962) El Jurado de Enjuiciamiento parece haberse
apartado de este requisito en el caso Brusa, Marzo 2000, donde bastó una sola causal por la conducta seguida
por el magistrado acusado de ser autor de un accidente náutico, no prestando auxilio a la víctima, tratando
además de eludir y obstaculizar la investigación.

Otro caso similar fue el Dr. Luis Alberto Leiva del mes de Mayo 2002, donde bastó una sola causal de mal
desempeño para producir su remoción, pero si se lee detenidamente el fallo se advierte que en esa causa la
destitución sobrevino pues el propio juez acusado no se apartó en una causa en la que resultaba víctima, es
decir, usar las atribuciones que les otorga la Constitución Nacional a los miembros del Poder Judicial en
beneficio propio, acto de una enorme gravedad institucional o cuando dispuso la intervención de líneas
telefónicas, o cuando autorizó grabaciones, filmaciones y extracción de fotografías de ciudadanos, negando con
ello, a las personas investigadas uno de sus elementales derechos de ser juzgados por un Juez imparcial.

II) DELITO EN EL EJERCICIO DE SUS FUNCIONES Se refiere a los delitos contra la administración pública,
sólo pueden ser cometidos por funcionarios contra la fe pública por ejemplo cohecho, exacciones ilegales,
abuso de autoridad, malversación de caudales públicos, etc.

III) CRIMENES COMUNES Se refiere a los delitos dolosos y graves que tienen pena de prisión o reclusión.

REGIMEN DE LA LEY ESPECIAL (24.937) COMPOSICION Y ELECCION (art. 22): integrado por nueve
miembros titulares (y otros tantos miembros suplentes) que se distribuyen de acuerdo a las siguientes pautas:

-Sector judicial (3 miembros): un ministro de la Corte Suprema elegido por sus pares, en carácter de presidente,
y dos jueces de Cámara elegidos por sus pares (art. 22.1).

-Sector político (3 miembros): dos legisladores por la Cámara de Senadores (uno por la mayoría y otro por la
primera minoría), y un legislador de la Cámara de Diputados elegido por mayoría de votos (art. 22.2).

-Sector abogadil (3 miembros): dos abogados de la matrícula federal en representación de la Federación


Argentina de Colegios de Abogados (uno al menos del interior del país), y otro abogado en representación del
Colegio Público de Capital Federal (art. 22.3).

DURACION: Se constituirá cada cuatro años al inicio del período de sesiones ordinarias del Congreso, y podrán
ser reelegidos en forma inmediata una sola vez (art. 23).

REMOCION: Sus miembros se remueven por el voto de las tres cuartas partes de los miembros totales del
cuerpo, asegurando el derecho de defensa del acusado, por mal desempeño o delito cometido durante el
ejercicio de sus funciones (art. 24).

JUICIO DE REMOCION: Su trámite no está previsto en la Constitución, debiendo reglarse por la ley especial
(art. 115, Párr. 4º C.N.). Sin embargo, la Constitución fijó un plazo de caducidad que le pone fin al enjuiciamiento
en caso de que "transcurrieren ciento ochenta días contados desde la decisión de abrir el procedimiento de
remoción sin que haya sido dictado el fallo" (art. 115, Párr. 3º, C.N.) Esta cláusula es beneficiosa tanto para el
magistrado sospechado como para la sociedad; en ambos casos se evita una prolongada incertidumbre que fue
habitual en los procedimientos de juicio político desarrollados por el Congreso.

El plazo constitucional debe contarse desde la fecha en que el Consejo de la Magistratura ejercita su atribución
del art. 114, inc. 5º C.N.

Los efectos de la caducidad constitucional son: "archivar las actuaciones" y "reponer al juez suspendido" para el
caso de que el Consejo de la Magistratura hubiera tomado esa medida de acusarlo (art. 114, inc. 5º C.N.).

PROCEDIMIENTO El procedimiento debe asegurar el derecho de defensa del acusado y el fallo que decida la
acusación deberá emitirse con mayoría de dos tercios de sus miembros.

La Ley 24937 modificada por Ley 24939 establece que su apertura se produce, con un dictamen previo de la
comisión de acusación, la que se formulará (por el Consejo de la Magistratura) ante El Jurado de
Enjuiciamiento, quien es el encargado de juzgar al magistrado y resolver su remoción con la mayoría de los dos
tercios de sus miembros. El proceso de juzgamiento se inicia con la presentación de la acusación formulada por
el plenario del Consejo de la Magistratura ante el Jurado de Enjuiciamiento, de esta se corre traslado al
magistrado por el plazo de 10 días, contestado el traslado se abre la causa a prueba por el término de 30 días-,
plazo que puede ser prorrogado por disposición de la mayoría del jurado, ante petición expresa y fundada-
ambas partes (representante del Consejo de la Magistratura y el Magistrado acusado) podrán ofrecer todos los
medios de pruebas. Las audiencias serán orales y públicas, pudiendo ser interrumpidas o suspendidas cuando
circunstancias extraordinarias o imprevisibles lo hicieren necesario. Concluida la producción de las pruebas las
partes (primero el representante del Consejo de la Magistratura y luego el Magistrado acusado o su
representante) producirán en forma oral su alegato en el plazo que al efecto se le fije, el que no podrá exceder
de 30 días. El jurado tiene un plazo no superior de 20 días para resolver.

Se aplican supletoriamente las disposiciones del Código Procesal Penal de la Nación.

RECURSOS El único recurso que procede es el de Aclaratoria debiendo interponerse dentro de los 3 días de
notificado. La sentencia dictada por el Jurado de Enjuiciamiento es irrecurrible, no teniendo más efecto que la
destitución, es decir, no contempla la inhabilitación. JURADO DE ENJUICIAMIENTO DE MAGISTRADOS DE
LA PROVINCIA DE SALTA AUTORIDADES SOMETIDAS A JUZGAMIENTO POR EL JURADO DE
ENJUICIAMIENTO DE MAGISTRADOS EN LA PROVINCIA:

- Los Jueces inferiores (art. 160 Const. Prov.) - Miembros del Ministerio Público (art. 165 Const. Prov.), a
diferencia de la ley nacional que solo habla de jueces inferiores de la Nación.
La ley 7138 determina que el juzgamiento de los jueces inferiores de la Provincia y de los fiscales, defensores y
asesores de incapaces estará a cargo del Jurado de Enjuiciamiento, conforme lo prescripto por el art. 160 de la
Constitución Provincial (art. 1º) PRESCRIPCIONES APLICABLES: Artículo 160 de la Constitución Provincial.
Ley 7138. Ley supletoria: Código Procesal Penal de la Provincia.

Como lo ha señalado el Jurado de Enjuiciamiento de la Provincia (Libro de Resoluciones, Tomo 3, folios


419/424; Tomo 4, fs. 327/331, entre otros), en nuestro régimen constitucional, el enjuiciamiento de los
magistrados tiene un carácter especialísimo, y reconoce como única finalidad separar del cargo público al juez
acusado, si resultare procedente la acusación.

De ahí que la finalidad del Jury consiste en decidir, institucionalmente, "si hay incompatibilidad entre el
magistrado y la justicia, si son excusables sus fallas, si hay ruptura entre su personalidad y la dignidad del
servicio." (L.L. 1981-D-225). Por ello, el objeto fundamental de este proceso no es la sanción individual del juez,
sino "la tutela de los intereses jurídicos confiados por la sociedad según resulten o no comprometidos por su
conducta" (Morello, Sosa, Berizonce; "Códigos Procesales en lo Civil y Comercial Comentados", T. I, pág. 453).

INTEGRACION Y DURACION (LEY 7138, ART. 2º) - Presidente de la Corte de Justicia, que preside el Jurado
de Enjuiciamiento.

- Un juez de la Corte elegido por sus pares, con un miembro suplente.

- Dos diputados: uno por la mayoría y otro por la primera minoría. Abogados, si los hubiera. Se designará igual
número de suplentes.

- Dos senadores: uno por la mayoría y otro por la primera minoría. Abogados, si los hubiera. Se designará igual
número de suplentes.

- Fiscal de Estado o quien lo sustituya en caso de impedimento.

- Un abogado designado por el Senado.

- Un abogado designado por la Cámara de Diputados.

Reelección: Los miembros del Jurado podrán ser reelectos.

Sede del Jurado de Enjuiciamiento: La Corte de Justicia.

Secretario: Actúa un Secretario de la Corte de Justicia, que ésta designa por dos años. Tiene a su cargo la
protocolización de las resoluciones del Jurado.

Inmunidad: Los abogados miembros del Jurado gozarán mientras estén conociendo de una acusación, de la
misma inmunidad establecida por la Constitución para los Jueces.

CAUSALES DE ENJUICIAMIENTO (LEY 7138, ART. 9º):

- Delito común - Mala conducta - Retardo de justicia - Mal desempeño - Falta de cumplimiento de los deberes a
su cargo No son causales de enjuiciamiento los agravios susceptibles de ser reparados por las vías procesales
o por vía disciplinaria (Superintendencia de la Corte de Justicia).

La legislación provincial enumera otras causales no establecidas específicamente por la legislación nacional.
PROCEDIMIENTO El proceso que se sigue desde la acusación hasta la sentencia está regulado por Ley 7138.

La acusación puede provenir de cualquier ciudadano con firma de letrado, como del Ministerio Público, debiendo
llevarse a cabo la misma por el Procurador General de la provincia, a diferencia del procedimiento a nivel
nacional en el que la acusación la realiza el Consejo de la Magistratura, conforme ley 24937.

Recibida la acusación por el presidente del jurado de enjuiciamiento, deberá convocar a los demás miembros en
un plazo no mayor de 2 días. Reunido el jurado deberá resolver si rechaza la acusación por ser manifiestamente
infundada o por no estar la acusación contenida en las causales previstas en nuestra Constitución, en un plazo
de 3 días dicha resolución deberá ser motivada.

No dándose el rechazo, se dará traslado de la acusación al magistrado para que efectúe el descargo en el plazo
de 10 días, pudiendo ofrecer las pruebas de que intente valerse y a la Procuraduría por igual término a fin de
que fije posición y ofrezca prueba.

Formulado el descargo y recibida la posición de la Procuraduría, el jurado mediante resolución fundada


resolverá en el plazo de 5 días sobre la admisibilidad formal o no de la acusación.

Si se declara la admisibilidad formal, el enjuiciado queda suspendido en el ejercicio de sus funciones y se traba
embargo sobre el 30% de su sueldo. Se abre la causa a prueba por el plazo que no exceda los 20 días,
pudiendo las partes durante los primeros 5 días ampliar las pruebas ofrecidas al formular el descargo o efectuar
el informe.

El debate será oral y público, producida la totalidad de las pruebas admitidas por el Tribunal, se expresarán
alegatos primero del Procurador y luego de la defensa, pudiendo replicar cada parte solo una vez.

Terminado el debate los miembros del jurado deberán dictar sentencia en ese mismo día, pudiendo diferir la
redacción de la sentencia hasta un plazo de 5 días, a diferencia del procedimiento nacional en el que el jurado
tiene 20 días para resolver.

La sentencia condenatoria tendrá como efecto la destitución del acusado, pudiendo agregarse la declaración de
inhabilidad para ocupar cargos públicos, no contemplada ésta última en la legislación nacional, que solo prevee
la destitución.

La única impugnación posible contra la sentencia de remoción es el pedido de aclaratoria que deberá interponer
dentro del plazo de 1 día de la notificación de la resolución.

La ley prevé el procedimiento de desafuero, esto es los pasos a seguir en el caso que impute a un magistrado la
causal de haber cometido delitos comunes, en cuyo caso no podrá someterse al magistrado a proceso, sin que
antes el Juez competente solicite el allanamiento de la inmunidad.

Plazos: Los plazos establecidos en la presente ley se computarán en días hábiles judiciales a excepción de lo
previsto en el artículo posterior.

Duración: El juicio de remoción deberá concluir dentro de los cuatro (4) meses contados a partir del momento de
la acusación bajo sanción de caducidad, a diferencia de la legislación nacional que, en el artículo 115 de la
Constitución Nacional fija un plazo de caducidad de 180 días.

Otra diferencia en cuanto al procedimiento nacional y el de la provincia de Salta, está dado por los distintos
plazos establecidos para las distintas etapas del proceso de remoción.
RECURRIBILIDAD Históricamente, la Corte Suprema había considerado no justiciables las cuestiones atinentes
a la destitución de magistrados (judiciales y no judiciales) por enjuiciamiento político. Ello, para evitar conflictos
con los órganos encargados del enjuiciamiento tanto en el orden nacional como local y porque no se
consideraba como "tribunales de justicia" a estos órganos (ej. legislatura local que destituye al gobernador o
jurado de enjuiciamiento respecto a los jueces) a los efectos de la procedencia del recurso extraordinario. En
1986 comienza a aceptar la revisión de destituciones sospechadas de violar las garantías del artículo 18 C.N. A
su vez, un tercer momento se da a partir de la reforma constitucional de 1994 cuando, al crear el Jurado de
Enjuiciamiento para magistrados de tribunales federales inferiores, establece que su fallo será "irrecurrible" (art.
115, párr 2º C.N.) apartándose en apariencia del criterio favorable al control judicial iniciado una década atrás.
Veamos los dos últimos momentos de esa evolución.

La nueva doctrina de la excepcionalidad de la revisión se establece a partir del caso "Grafigna Latino" de 1986
(Fallos, 308:961) donde se mantiene el principio de la no justiciabilidad, pero se aceptan importantes
excepciones basadas en "patentes violaciones a aspectos esenciales" del debido proceso legal adjetivo (art. 18
C.N.). Este criterio ha sido continuado en diversos pronunciamientos: relativos a destitución de jueces locales
(en 1986: "Magin Suárez" (Fallos, 308:2609); en 1987: "Magin Suárez" (Fallos, 310:2845); "Sueldo de
Posleman" (Fallos, 310:804); en 1988: "Llamosas" (Fallos, 311:2031); en 1989: "Cantos" (Fallos, 312:253); en
1992 "Caballero Vidal" (Fallos, 315:761) y "Maydana" (Fallos, 315:781), y en 1996 "Nellar" (Fallos, 319:705).
Esta doctrina fue extendida a los supuestos de remoción de magistrados federales (caso "Nicosia" de 1993)
(Fallos 316:2940), donde además precisó los alcances de la justiciabilidad de la destitución al efectuar la
siguiente distinción: son justiciables las materias regladas (competencia, formas y requisitos fijados por la
Constitución), pero no es justiciable la decisión sobre el mérito de la causal de enjuiciamiento político (ej. mal
desempeño). Esta doctrina también rige respecto de destitución de gobernadores por las legislaturas locales (en
1991: casos "Del Val" y "Electores de Corrientes" (Fallos, 314:1723 y 1915), y en 1994, caso "A.T.E. San Juan
(Fallos, 317:874).

La no recurribilidad mentada en el artículo 115, párrafo 2º C.N. para los jueces federales de los tribunales
inferiores, no obstante su categórica formulación, no impide que, ante una evidente violación del debido proceso
legal adjetivo, la Corte pueda intervenir por vía extraordinaria para salvaguardar la supremacía constitucional.
Entonces, la cláusula introducida en 1994 no innova respecto de la última jurisprudencia de la Corte pues no se
trata de rever la actuación discrecional (irrecurrible) sino de verificar si el Jurado afectó o no las garantías
esenciales del funcionario destituido.

CASOS VARIOS:

1) Corresponde rechazar, por ser arbitraria con relación al fin perseguido, la denuncia que se funda en haberse
testado parte de un escrito sin que la resolución fuera notificada por cédula y en la omisión de correrse traslado
de un acuse de rebeldía, ya que la puesta en marcha del procedimiento para enjuiciamiento de magistrados sólo
se justifica frente a la comisión de hechos o a la adopción de actitudes que revelen un intolerable apartamiento
de la misión confiada a los jueces, con daño evidente del servicio y menoscabo de la investidura (CS,
1977/08/23, Correa, Rubén O.).

2) Corresponde desechar la denuncia contra un juez de la que no surge cuál sería la conducta que configuraría
el mal desempeño que se le imputa, ya que la circunstancia que se hayan revocado o anulado resoluciones que
adoptara no constituye de por sí obrar susceptible de reproche, y la calificación de "irregular" que el presentante
hace respecto de la entrega de anticipo de honorarios dispuesta por el juez no resulta fundada en los términos
de la denuncia (CS, 1982/03/09, Giletta, Norberto A.).
3) Si, sin perjuicio de señalar la imprecisión y errores puestos de manifiesto por los denunciantes, en la
indicación de las circunstancias de tiempo y lugar, la información rendida por el magistrado, no solamente
desvirtúa tales imputaciones sobre la base de las explicaciones formuladas y de la prueba acompañada, sino
que, además, crea serias dudas sobre las motivaciones de la denuncia, las imputaciones formuladas respecto
de la vida privada del magistrado, no resultan idóneas para cuestionar la rectitud de su conducta (CS,
1979/07/05, Lona, Ricardo).

4) El mal desempeño que se imputa a un juez, en los términos del art. 45 de la Constitución Nacional, no se
encuentra configurado con los retardos o decisiones susceptibles de considerarse erróneas, cuya corrección o
remedio corresponde a los tribunales de alzada o a los que ejerzan la superintendencia inmediata, si se tiene en
cuanta que no se trata de supuesto de extrema gravedad y la Cámara no adoptó temperamento alguno (CS,
1982/04/28, Mollard, Roberto M.). CONCLUSION La creación del Jurado de Enjuiciamiento es, entonces, una
respuesta institucional para la solución del grave problema judicial evidenciado en los últimos tiempos.

El fin de su creación es mejorar la imagen pública de la administración de justicia, notablemente deteriorada por
el cuestionamiento de la independencia de los jueces y por la manifiesta falta de eficacia en la prestación del
servicio, intentando atenuar la intervención de los poderes políticos del Estado, los amiguismos partidistas, los
favores del poder de turno, la parcialidad consecuente y todos los inconvenientes que se han imputado a la
intervención de la Cámara de Diputados y al Senado.

Como fundamentos de la reforma se pueden citar la pesadez del sistema, los pocos casos de destitución, la
gran cantidad de pedidos de enjuiciamiento obrantes y el correcto ejercicio de la garantía del debido proceso.

Con el nuevo régimen, en el jurado de enjuiciamiento es posible un mejor y mayor control del ejercicio del
derecho de defensa, habida cuenta de que el órgano está integrado por letrados, abogados de la matrícula y
magistrados. También permite evitar exclusiones indebidas o el mantenimiento de magistrados incorrectos.

La propia reforma de 1994 se encarga de decir que el objeto del juicio es no penal y el principio constitucional
que está en juego es la idoneidad en la función (art. 16 de la Const. Nacional). La idoneidad en el cargo público
que no se presume, debe acreditarse antes y durante la función.

Por último, para destacar como diferencia de la legislación nacional y la de la provincia de Salta, es que en esta
última la declaración de la admisibilidad formal de la acusación y el juzgamiento queda a cargo de un mismo
órgano que declara admisible la acusación y luego debe juzgar, a diferencia de la legislación nacional, en donde
la acusación la realiza el Consejo de la Magistratura y el juzgamiento queda a cargo del Jurado de
Enjuiciamiento, este desdoblamiento tiene una finalidad, ya que al no haber intervenido en la primera etapa, le
permitirá expresarse con mayor grado de justicia e imparcialidad sobre la culpabilidad o no del magistrado a
juzgar.

También podría gustarte