Está en la página 1de 4

ANALISIS DE TIERRAS EN VIÑEDO

Lo mismo que el médico se vale de los análisis de sangre como sistema de ayuda en el
diagnóstico de las enfermedades que nos aquejan, el viticultor dispone de una
herramienta muy útil para el conocimiento de los suelos donde las viñas se asientan y de
cuyos nutrientes se alimentan, nos referimos a los análisis de tierras.

Pretendemos con este boletín mentalizar al viticultor de la importancia de analizar los


suelos, dando respuesta además, a las cuestiones que cualquiera puede plantearse.

¿ Para qué sirven los análisis de tierras?

El análisis previo a la implantación de la viña nos permite establecer o no la


idoneidad del terreno, y elegir el portainjerto más adecuado.

Por otra parte los análisis sirven de referencia para la determinación del tipo y dosis de
abonado a realizar, tanto en la implantación del viñedo como en el mantenimiento anual
de éste.

Ajustando y acertando en el abonado nos podemos ahorrar unos dineros y la viña


además vegetará mejor.

El conocimiento de las particularidades analíticas del suelo nos permite mediante su


correcto manejo su corrección o mejora, evitando excesos, carencias, o desequilibrios
negativos por abonados, tratamientos, o cualquier otra actividad perjudicial.

¿Qué se analiza?

Se realizan dos tipos de determinaciones en un análisis rutinario:

Físicas:

Textura: Se entiende por textura la proporción en que se encuentran los tres tipos de
partículas minerales que se encuentran en el suelo (arena, limo, y arcilla), clasificadas
por tamaños.

Una clasificación simplificada y práctica se puede hacer utilizando conceptos como


“ligeros” o de textura gruesa, “pesados” o de textura fina, o “medios” situados entre los
anteriores, relacionando la textura con la idea del esfuerzo necesario para realizar
sobre cada uno de ellos el laboreo.

Densidad. Cuando no se dispone de datos sobre la textura, cuyo análisis es complejo


la densidad nos orienta sobre ésta, apoyándonos en otros datos del análisis.

Químicas: pH, conductividad, materia orgánica, caliza activa, contenido en nutrientes


(Fósforo, Potasio y Magnesio).

El pH nos indica el grado de acidez en cualesquiera solución (vino, suelo…). La viña


es un cultivo con gran capacidad de adaptación a diferentes rangos de pH del suelo, si
bien conviene en la medida de lo posible, tratar de llevar el pH a valores próximos a la
neutralidad mediante la utilización de abonos de reacción ácida.
La cantidad de sales que existe en una solución se valora mediante la determinación
de su conductividad eléctrica. Los cultivos que crecen en suelos en los que ha
tenido lugar una acumulación de sales se desarrollan pobremente, con bajo
rendimiento y escasa calidad de las cosechas, e incluso si la conductividad es muy
elevada el cultivo es inviable. Afortunadamente los suelos salinos o sódicos son
prácticamente inexistentes en Rioja Alavesa.

Los residuos vegetales y animales transformados en el tiempo por la acción de los


microorganismos dan lugar como última etapa de su descomposición a la materia
orgánica estable o humus. Los efectos de la materia orgánica en el suelo son de
naturaleza física, química y biológica. En general el contenido de materia orgánica de
nuestros suelos es bajo.

El Carbonato Cálcico aparece en el suelo en fragmentos de diferente tamaño, desde


rocas hasta partículas finamente divididas. Esta porción más activa cuanto más
disgregada, es lo que se denomina caliza activa. Los suelos con contenidos en caliza
elevados, que son los que aparecen en mayor medida en la Rioja Alavesa, provocan
efectos desfavorables, sobre todo cuando en la implantación del viñedo el portainjerto
elegido no es el adecuado. ¡He aquí una razón fundamental para analizar los suelos¡.

La interpretación de los valores del contenido de nutrientes que nos da el análisis


depende fundamentalmente del contenido de arcilla, del portainjerto, variedad y de la
situación de la viña. Las diferencias entre zonas y viñas de Rioja Alavesa son muy
notables, si bien destacamos la incidencia que en el último año ha tenido en nuestro
viñedo la carencia de Potasio.

¿Cuándo debo analizar?

 Cuando tengamos prevista una nueva plantación. La toma de muestras se


planificará con la suficiente antelación. Un buen momento es por ejemplo al realizar
las labores de desfonde ya que vamos a poder coger tierra de zonas profundas sin
ningún esfuerzo por nuestra parte.

El análisis previo a la implantación de la viña, nos orientará sobre el


portainjerto que mejor se adapta al tipo de terreno y sobre el abonado
de fondo tanto mineral como orgánico.

 En viñas en producción como una rutina más. Los análisis en viñas en plena
producción nos ayudaran a elegir el tipo y la dosis de abonado más correcta para
nuestras condiciones concretas. Se toma la muestra a la profundidad del terreno
que podemos modificar (25-30 cm.), donde podemos localizar el abono y donde
están el 80% de las raíces más activas desde el punto de vista nutricional.

 En viñas con problemas. En estas fincas los análisis de tierras nos pueden
ayudar al diagnóstico de posibles carencias o toxicidades que sean la causa de
desarrollos vegetativos o producciones pobres. Conviene muestrear “zona
afectada” y “zona sana” para establecer comparaciones entre equilibrios que serán
tan importantes como los valores absolutos.
¿Cómo se toma una muestra de tierra?

 ¿Cuantas muestras y de cuantos sitios hay que coger tierra para cada
muestra?

Para la toma correcta de una muestra de tierra es necesario primero dividir el


terreno en tantas zonas como partes homogéneas en relación con el aspecto del
terreno, vegetación, pendiente, orientación, etc., nos encontremos. Es lo que
llamamos unidades de muestreo. Lo más típico en Rioja Alavesa es tomar dos
muestras por viña, una en la “cabezada” y otra en el “hondón”, por las diferencias
que habitualmente se encuentran en estas partes opuestas de las viñas.

Para cada una de las muestras se tomará tierra de varios puntos, cuantos más
mejor, en número suficiente para que la muestra tomada sea representativa de
cada unidad de muestreo. Posteriormente las submuestras se mezclarán
perfectamente con lo que generalmente, tendremos una muestra formada por tierra
de varios sitios diferentes de la “cabezada” y otra de otros tantos del “hondón”. Las
muestras se identificarán previamente con una etiqueta o una indicación en la
bolsa.

Al final desechando el error analítico, y contando hayamos hecho una mezcla


perfecta de las submuestras encontradas, tendremos tantos análisis como zonas
homogéneas en las que previamente hayamos clasificado el terreno. Los
resultados de estos análisis, atendiendo a estas premisas, nos darán el promedio
de contenidos y riquezas de cada unidad de muestreo. Volviendo a nuestro ejemplo
tendremos datos de la “cabezada” y del “hondón” por lo que sí los resultados de los
análisis confirmaran las sospechas en cuanto a heterogeneidad del terreno
podríamos incluso recomendar en plantación un patrón diferente para cada una de
las partes distintas de la finca, o de cara al abonado cargar más un tipo de abono
en una zona que en otra.

Para que la muestra sea representativa se harán varias catas en la


viña de donde se cogerá tierra generosamente para luego mezclarla
y formar una muestra con 1 Kg aproximadamente de tierra.

La importancia de la toma de muestras correcta para no incurrir en errores de


muestreo que puedan falsear los resultados ha quedado sobradamente
demostrada en múltiples ensayos, entre ellos uno realizado recientemente en la
Casa del Vino.

En el ensayo indicado en una viña de Laguardia de poco más de media hectárea


llana y en principio sin grandes diferencias tanto en lo que se refiere a producción
como a aspecto de la vegetación, color del suelo, etc., se tomaron 44 muestras de
tierra en puntos concretos de la finca para su posterior análisis e interpretación de
los resultados.. Pues bien, hemos visto como las diferencias encontradas entre
partes a menudo muy cercanas son muy significativas, lo que confirma lo que ya
otros autores habían demostrado: La variación de los niveles de nutrientes en
puntos próximos es tan grande que si el muestreo no es correcto los datos que
vamos a obtener no van a tener ninguna validez.
 ¿A qué profundidad?

Lo deseable, pero a menudo imposible, es tomar la muestra a la profundidad en la


que se van a situar la mayoría de las raíces. Esta profundidad generalmente muy
elevada en el caso de la viña, es función de múltiples factores: Disponibilidad de
agua, textura del suelo, patrón, etc.

Para nuevas plantaciones tomaremos la muestra de todo el perfil desde la


superficie hasta los 50-60 cm. de profundidad, desechando los 5-7 cm más
superficiales. En viñas en producción llegando a unos 30 cm. es suficiente ya que a
mayor profundidad apenas podemos actuar con el abonado anual, y en esa zona
es donde se desarrollan la mayor parte de las raíces más activas.

¿Dónde me pueden hacer los análisis?

El Servicio de Viticultura y Enología de la Diputación Foral, realiza análisis de tierras a


todos aquellos viticultores alaveses que así lo deseen.

Solo tienen que dirigirse a la Sede del Servicio en la Casa del Vino de Laguardia y
manifestar sus intenciones. Una vez aquí los Técnicos Vitícolas le informaremos con más
detalle de todos los pormenores necesarios, le entregaremos envases para recogida de la
tierra, e incluso le prestaremos una sonda que le facilitará la labor de toma de muestras.

Además de sus datos en la etiqueta de la muestra se debe indicar la variedad,


portainjerto, edad del viñedo, así como localidad y paraje de procedencia, y a ser posible
polígono y parcela.

Cuando los análisis se reciben en La Casa del Vino procedentes del laboratorio nos
ponemos en contacto con el viticultor asesorándole sobre la información que proporciona
el análisis.

¿Cada cuanto debo repetir análisis en la misma viña?

 Conviene que al menos cada 10 años tengamos datos de cada viñedo para ver su
evolución como consecuencia del cultivo, enriquecimiento en el caso que las
aportaciones sean superiores a las extracciones que por el cultivo y la vendimia se
producen, o empobrecimiento si la fertilización es escasa.

 Siempre que se detecte un problema que pueda hacer sospechar de una deficiencia
nutritiva: Vegetación raquítica, amarilleamientos, enrojecimientos, caída prematura de
hoja, falta de agostamiento, bajas cosechas, poco grado, etc., debe analizarse para
descartar problemas cuyo origen pueda estar en el suelo.

También podría gustarte