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Semblanza de un bandido urbano: Jesús Arriaga alias “Chucho el Roto”

Semblanza de un bandido urbano: Jesús Arriaga alias “Chucho el Roto”

Jesús Arriaga "Chucho el Roto"


(Juzgado 4º Correccional de México, D.F., 13 de noviembre de 1882, UANL)

Muchas son las versiones que se cuentan sobre la vida del célebre bandido Jesús
Arriaga alias “Chucho el Roto” pero la mayoría son producto de la fantasía popular. Su
leyenda refiere que era un humilde ebanista, originario de Chiautempan, Tlaxacala
(1858) convertido en bandido y estafador, debido a una injusticia cometida en su
contra. “Chucho el Roto” entabló una relación amorosa con Matilde de Frizac y
concibieron una hija a la que llamó María Dolores. Al descubrirlo el millonario francés
don Diego de Frizac, tío de la pretendida, mandó aprehender a Jesús Arriaga. Éste
buscó vengarse de los ricos, estafándolos y robándolos, hasta que fue capturado y
encarcelado en San Juan de Ulúa. En 1885 se fugó pero fue recapturado e ingresado
nuevamente al viejo castillo y condenado a 300 latigazos. Murió el 25 de marzo de
1894 a consecuencia de las heridas.1 Esta versión, con algunas variantes, fue llevada a
la radio y a la televisión en la década de los setentas y se transmitió por 11 años en

1Leyenda de “Chucho el Roto”, [en línea] http://www.destinoveracruz.com/leyendas/leyenda-de-


chucho-el-roto.php, consultado el 24 de febrero de 2017

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Reidezel Mendoza Soriano
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toda Latinoamérica, convirtiéndolo en un ícono. Sin embargo, la historia documentada


de este personaje es completamente distinta.

Las hazañas de “Chucho el Roto”

El período de actividad criminal de Jesús Arriaga alias “Chucho el Roto” abarcó los
periodos presidenciales de Benito Juárez (1867-1872), Sebastián Lerdo de Tejada
(1872-1876) y el primer trienio de Porfirio Díaz (1877-1880). Las últimas dos
detenciones de “Chucho el Roto” fueron durante la presidencia del general Manuel
González (1880-1884), compadre de Díaz. Según Vanderwood, los bandidos del siglo
XIX eran elogiados por la manera en que se burlaban del orden establecido y por el
ingenio y el brío con que desafiaban a la autoridad, “aun cuando fueran figuras
trágicas condenadas a la derrota y la muerte temprana”. Parecían expresar una
independencia que muchos mexicanos sentían haber perdido o que nunca disfrutaron,
y el folklore popular de la época los revestía de una legitimidad que presagiaba peligro
para el gobierno constituido.2 Y no sólo en el ámbito rural figurarían bandidos
legendarios como Heraclio Bernal, Ignacio Parra o Francisco Villa alias “El
Zacatecano”: incluso en las grandes urbes, como en la propia capital de la República,
surgirían figuras como Jesús Arriaga alias “Chucho el Roto” y Jesús Negrete Medina
alias “El Tigre de Santa Julia”, dos ladrones y salteadores que se caracterizaron por su
peculiar forma de operar. Más allá de la leyenda, mientras el primero fue famoso por
su habilidad para el disfraz, el escape y por nunca haber asesinado a nadie durante sus
atracos, el segundo, por el contrario, sobresalió por su violencia, sus golpes
espectaculares y su afición a las mujeres. Ambos se convertirían en leyendas.

José de Jesús Arriaga alias “Chucho el Roto”, nació en Chalchicomula, Puebla, en


1835.3 Era “un hombre de estatura regular, fornido, moreno, de frente ancha, mirada
apacible y de aspecto no vulgar. Vestía ropa humilde, pero decente”. De ahí su
sobrenombre, muy común en la época para referirse a personas pobres que vestían
con ropas de ricos. Su apodo fue objeto de distintas interpretaciones en textos
literarios escritos años después de su muerte.4 Arriaga viste bien, consciente de que a
menudo, la alta sociedad -a la que todo bandido desea pertenecer- desconfía de las
personas que están mal vestidas.5 Entre 1854 y 1855, con el grado de Sargento 1º
militó en el 3º Regimiento Ligero. En 1858 era segundo ayudante del Batallón 1º de
Tlaxcala e instructor de tropa. A los dos meses pasó a la Brigada del general Miguel
Cástulo Alatriste, en el estado de Puebla, desempeñándose como oficial ayudante de
dicho militar. Participó en la defensa de la ciudad de Puebla, entre el 16 de marzo y 17

2 Vanderwood, Desorden y progreso…, p. 131


3Proceso de Jesús Arriaga, “Chucho el Roto”, Juzgado de Letras de lo criminal, Querétaro, 1884, pp. 6-7
4Anónimo, Chucho el Roto, o, la nobleza de un bandido mexicano, (1916) p. 48; Maya, Juan C., Chucho el
Roto…, (1889), pp. 8-9
5Anónimo, La verdadera y única historia de Chucho el Roto: Compilada según las memorias de su

consejero y secretario Enrique Villena, (1922), pp. 19-20

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de mayo de 1863, y en la guerra de Intervención Francesa hasta su culminación. Tuvo


una hija llamada Delfina Arriaga, de la que no hay mayores datos ni de su madre.6

Según los expedientes judiciales, las correrías del exsargento Jesús Arriaga
iniciaron a la caída del Imperio Mexicano. Probablemente fue uno de los miles de
soldados y oficiales del ejército liberal licenciados por Benito Juárez que no hallaron
empleo ni acomodo en ninguna parte.7 El 26 de agosto de 1867 fue acusado de
insultar a un policía en la capital poblana pero logró escapar al arresto. El 30 de
septiembre del mismo año, el fiscal de causas de Puebla exhortó su arresto más no fue
posible dar con su paradero.8

Algunos datos de la vida de este personaje que podemos considerar fidedignos


fueron expuestos durante el juicio que se le siguió por robo en febrero de 1882.
Algunos testimonios sostienen que Arriaga fue injustamente complicado en el asalto y
robo de la joyería de Víctor Colonnier en la calle Espíritu Santo, número 11, de la
ciudad de México, la noche del 27 de enero de 1868. Al parecer, el único error de
“Chucho el Roto” fue estar ligado sentimentalmente a una pariente del también
célebre ladrón Domingo Benítez9, autor del robo en el que murió apuñalado un agente
de la policía capitalina. A pesar de que Arriaga fue sentenciado por complicidad en el
hurto y encarcelado el 4 de mayo de 1868, al poco tiempo fue absuelto por el Juzgado
2º ante la falta de evidencias.10 Sin embargo, el gobernador del Distrito Federal no
consintió que quedara libre y lo detuvo el 9 de diciembre. El tribunal de vagos lo
sentenció a tres años de servicios en talleres. El 7 de junio de 1869 pasó a la cárcel de
la ciudad y el 29 del mismo comenzó a extinguir su condena.11

Según uno de los abogados de Arriaga, éste se quejó de la actuación del


funcionario ante el Ministerio de Gobernación pero no obtuvo respuesta, y poco antes
de que el gobernador entregara el cargo, desterró a Arriaga a Yucatán. En el trayecto,
se fugó y se decidió por delinquir “ya que su decisión por trabajar en su oficio de
carpintero de nada le había servido […] la sentencia respetabilísima de un tribunal
criminal, no había sido respetada […] se le desterraba sin motivo, a un país mortífero,

6El Telégrafo, “Un jurado notable”, miércoles 22 de febrero de 1882, pp. 1-2; La Libertad, “Captura de Chucho el
Roto”, martes 3 de junio de 1884, p. 3; El Tiempo, “Chucho el Roto”, martes 3 de junio de 1884, p. 4; La Patria,
“Jurado de Jesús Arriaga”, México, sábado 18 de febrero de 1882, pp. 1-2
7Vanderwood, El bandidaje en el siglo XIX: una forma de subsistir, pp. 53-54
8El Foro, “Jesús Arriaga”, martes 14 de octubre de 1873, p. 436
9“Natural de Orizaba, vecino de la ciudad de México, de 29 años de edad, casado, de oficio carpintero.” Fue

condenado a muerte por el hurto de alhajas y los homicidios del súbdito francés Luis Coulas, del guardia nocturno
Rafael Garduño y heridas inferidas a Ignacio Montenegro. (La Revista Universal, “Sentencia de muerte pronunciada
contra el reo Domingo Benítez”, lunes 2 de marzo de 1868, pp. 2-3) Benítez declaró que “no teniendo trabajo en
Orizaba, salió a buscarlo a Puebla, y no encontrando tampoco allí, pasó con el mismo intento a la capital, donde
habiendo sido también inútiles sus gestiones para procurarse trabajo, arrastrado por la miseria, quiso robar la
joyería” .(La Iberia, “Muertos”, jueves 30 de enero de 1868, p. 3). Fusilado la mañana del 1 de febrero de 1869 en la
plazuela de Belem (La Iberia, “ejecución”, miércoles 3 de febrero de 1869, p. 5).
10“La policía aprehendió ayer [2 de mayo] a José de Jesús García o Arriaga, cómplice de Domingo Benítez y capitán

de la cuadrilla de éste. Hacía algún tiempo se le seguía la pista sin lograr su aprehensión hasta ayer al mediodía en
la calle de San Francisco, donde se le encontró vestido de una manera decente.” (El Constitucional, “Buena Prensa”
domingo 3 de mayo de 1868, p. 3)
11El Telégrafo, “Un jurado notable”, miércoles 22 de febrero de 1882, p. 1

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para los que no son de la costa […] y decepcionado, desesperado, loco de ira por la
importancia de luchar con la autoridad, tuvo el momento del suicida; huye, se
compromete, hace amistades con los criminales y delinque, es decir: se suicida
moralmente.”12 Según los informes de la prisión, el 5 de septiembre de 1869 el
gobernador puso a Jesús Arriaga a disposición del Juzgado 1º de lo Criminal que
determinó liberarlo finalmente el día 20 del mismo. Unos días después, el 19 de
octubre, Arriaga fue nuevamente detenido y entregado al cabo de comisiones José A.
Moreno que seguramente sería el encargado de llevarlo al destierro.13

El 11 de noviembre de 1869, Arriaga se encontraba en el Hospital de San Pablo,


en calidad de detenido pero desapareció repentinamente. El 5 de junio de 1870, bajo
el nombre de José de Jesús Rodríguez, fue arrestado y encarcelado por robo. El 9 de
agosto fue reaprehendido y consignado a los tribunales, bajo el cargo de jugador y
vago pernicioso. No obstante, el 5 de octubre de 1870, fue enviado al hospital por
enfermedad, y el 23 del mismo se fugó.14 El 2 de febrero de 1872 el Juzgado 3º de lo
criminal solicitó su detención a la Inspección General de Policía del Distrito Federal
para que respondiera por sus crímenes.15 El 8 de octubre de 1873 fue aprehendido
por el robo de la sucursal número 4 del Monte de Piedad y se le envió a la cárcel tres
días después.16 Fue sentenciado a ocho años de prisión y al pago de 3,826 pesos. La
madrugada del 13 de mayo de 1875 escapó junto con otros 21 reos por una
horadación que hicieron en una pared de la cárcel de Belén.17 Según algunos presos
que lo conocieron en ese tiempo, Jesús aprendió el oficio de peluquero en la cárcel.
Para esas fechas, según la prensa nacional, extendió el “teatro de sus fechorías” a los
estados de México, Puebla, Querétaro, Tlaxcala y Veracruz.18

En la madrugada del 4 de junio de 1875, Arriaga fue arrestado en los potreros


de Santiago con un bulto de ropa, una cuchara de plata y algún dinero que había
robado recientemente. Se identificó como José María Fernández, redactor del
periódico La Voz de México, pero no le creyeron, y fue conducido a la cárcel de la
Diputación, de donde volvió a fugarse el 6 de marzo de 1876, luego de forzar la chapa
de la celda y salir disfrazado de empleado de la prisión. Huyó días después a Orizaba.19
Según un periódico capitalino, “Chucho el Roto” dejó en el calabozo una carta al
gobernador del Distrito Federal, despidiéndose amigablemente.20

12El Telégrafo, “Chucho el Roto”, lunes 26 de febrero de 1882, p. 2


13El Telégrafo, “Un jurado notable”, miércoles 22 de febrero de 1882, p. 2
14El Monitor Republicano, “Jurado”, miércoles 8 de septiembre de 1875, p. 3
15El Foro, “Jesús Arriaga”, martes 14 de octubre de 1873, p. 436
16La Iberia, “Varias noticias”, viernes 10 de octubre de 1873, p. 3; El Foro, “Gobierno del distrito. Inspección General

de Policía”, viernes 10 de octubre de 1873, p. 424; Voz de México, “Aprehensión”, viernes 10 de octubre de 1873, p.
2; La Revista Universal y el Cosmopolita, “La Policía”, jueves 16 de octubre de 1873, p. 3
17El Foro, “Hechos diversos”, viernes 14 de mayo de 1875, p. 337; La Voz de México, “Presos”, sábado 15 de mayo de

1875, p. 3; La Iberia, “Los presos de la cárcel”, sábado 15 de mayo de 1875, p. 3; Le Trait D’Union, “L’evasion de
Belen”, samedi 15 mai 1875, p. 2; El Monitor Republicano, “Jurado”, miércoles 8 de septiembre de 1875, p. 3
18El Foro, “Jesús Arriaga”, martes 14 de octubre de 1873, p. 436
19Ibídem, pp. 1-2; La Iberia, “El Roto”, martes 8 de junio de 1875, p. 3; El Foro, “Hechos Diversos”, martes 8 de junio

de 1875, p. 412 y “Hechos Diversos”, miércoles 9 de junio de 1875, p. 415; Voz de México, “Reaprehensión”, jueves 8
de junio de 1876, p. 3; The Two Republics, “Mexican ítems”, Wednesday, June 16, 1875, p. 5
20El Foro, “Hechos Diversos”, jueves 9 de marzo de 1876, p. 179; La Iberia, “México. Varias Noticias”, viernes 10 de

marzo de 1876, p. 2

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Jesús Arriaga era muy hábil en su “oficio” una verdadera celebridad, según los
periódicos de la época: “Ha cometido ingeniosísimos robos […] jamás ha cometido un
asesinato ni robado a los pobres: tiene un odio a los empeños y contra ellos ha
dirigido sus mejores golpes y se ha fugado siete veces de prisión”.21 Durante uno de
sus juicios, Javier Lagarde declaró haber escuchado “que aunque ha cometido algunos
robos, ha sido generoso con los robados; que como jefe de la seguridad recibió
órdenes de perseguirlo y aprehenderlo, y al llegar a México preso, tuvo necesidad de
hablar con Arriaga, quien le manifestó los deseos que había tenido y conservado para
quitarse de esa carrera del crimen, pero que el gobierno, en vez de protegerlo, sin
intenciones, lo perseguía y tenía por esto necesidad de seguir en la carrera que había
adoptado, suplicándole se interesara por él, manifestando al gobierno cuales eran sus
deseos.”22

El 19 de agosto de 1878, al frente de una cuadrilla de bandidos, “Chucho el


Roto” y Maclovio Escalante desarmaron y golpearon a tres policías. Esos días los
vecinos se quejaban de que Arriaga y sus cómplices habían “sentado sus reales” por el
rumbo de la colonia San Cosme, alardeando que la “policía era impotente para ellos.”23
La noche del 21 de noviembre de 1879, luego de amagar y atar a la cama al
dependiente, Arriaga sustrajo varias alhajas y 100 pesos en efectivo del bazar de la
calle Coliseo, número 17, propiedad de Primitivo Sobrado, repartiendo el botín entre
sus cómplices. El 6 de enero de 1880, Arriaga partió a Orizaba, en donde trabajó un
año y medio como ayudante de mayordomo, en una fábrica de jabones del señor Julio
E. Uhink, con el alias de “Manuel García”. Según el propietario, Arriaga hacía trabajos
de hojalatería, carpintería, así como las labores de la casa y jamás “se hizo acreedor a
la más ligera reprehensión y sí al elogio de sus superiores por su constancia y
dedicación al trabajo.” Uhink dice que se le llegaron a confiar cantidades por 10,000
pesos para comprar ganado y jamás se perdió un centavo.24 Al parecer, cuando se lo
proponía, Arriaga podía ser honesto. En junio de 1880 amagó a un reconocido
sacerdote en su casa y le robó 200 pesos: “dijo llamarse “Chucho el Roto” y le previno
que dijera nada, pues pertenecía a una partida numerosa y que sus compañeros
tomarían venganza en caso de que cayera en poder de la justicia”.25 El 17 de agosto de
1881 “Chucho el Roto” fue aprehendido en Orizaba por el comandante Joaquín
Mendizábal y día 23, con una escolta de 18 hombres, dos oficiales y un jefe, fue
trasladado por ferrocarril a la ciudad de México. Por el robo al bazar de Sobrado fue
condenado a la pena de cinco años, tres meses, doce días de prisión, al pago de 250
pesos de multa y a ser inhabilitado a desempeñar cargos públicos.26

21El Nacional, “Celebridades contemporáneas: Chucho el Roto”, jueves 25 de agosto de 1881, p. 3


22El Telégrafo, “Un jurado notable”, miércoles 22 de febrero de 1882, p. 2
23La Patria, “Es grave lo que dice aquí”, miércoles 21 de agosto de 1878, p. 2; La Voz de México, “Bandidos en San

Cosme”, miércoles 21 de agosto de 1878, p. 3; El Combate, “Terrible gavilla”, jueves 22 de agosto de 1878, p. 3
24La Patria, “Jurado de Jesús Arriaga”, México, sábado 18 de febrero de 1882, pp. 1-2; El Telégrafo, “Un jurado

notable”, miércoles 22 de febrero de 1882, p. 2; El Diario del Hogar, “El jurado de Jesús Arriaga (a) el Roto”, sábado
18 de febrero de 1882, p. 3
25La Patria, “Plagio”, domingo 13 de junio de 1880, p. 2
26El Telégrafo, “Importante aprehensión”, viernes 19 de agosto de 1881, p. 3 y “Chucho el Roto”, domingo 21 de

agosto de 1881, p. 3; El Siglo Diez y Nueve, “Buena Prensa”, miércoles 24 de agosto de 1881, p. 3; El Nacional,

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El 8 de noviembre de 1882, Arriaga se fugó de la prisión, luego de quitar la chapa de la


celda. Pudo salir disfrazado de sargento tras someter a un guardia y quitarle el
uniforme. Recapturado días más tarde, escapó nuevamente en diciembre de 1883.27
“Chucho el Roto” alquiló dos casas en la calle de las Maravillas en Querétaro, bajo el
alias de José Vega, y vivía con María Bermeo, su compañera desde hacía seis años.
Según testigos, con “inaudito descaro” Arriaga solía concurrir al teatro, a la estación
del ferrocarril y paseos públicos.28 El 28 de mayo de 1884, el jefe de la Policía, Rómulo
Alonso aprehendió a “Chucho el Roto” y a María Bermeo cuando regresaban a casa,
después de asistir a la ópera inglesa en el Teatro Iturbide. Arriaga bromeaba diciendo
que su amor por las artes le costó su libertad. Fueron acusados del robo a la tienda de
Manuel Alday cometido cuatro días antes.29

Según el oficial que lo detuvo, Jesús Arriaga “negó su nombre, diciendo que se
llamaba José Vega y que era originario de la ciudad de Orizaba”. No obstante, al
pedírsele que se condujera con veracidad, contestó diciendo su verdadero nombre y
su apodo. Se había apoderado de anillos, arracadas, cadenas, relicarios, relojes de oro
y plata, y dinero en efectivo.30 Alguien le cuestionó que si no era suficiente lo que
había obtenido en los anteriores robos para dejar esa vida azarosa y triste; contestó
que tenía una hija que educaba en Bruselas y “que todo lo que adquiría se lo mandaba
para que lograra una educación que más tarde la honrara, porque al fin, él había de
acabar mal.” Sin embargo, la versión de que Arriaga financiaba la educación de su hija
e incluso que radicaba en Bruselas, fue negada por él mismo durante su juicio en
Querétaro en el que refirió que vivía en la ciudad de México. Es probable que fuera
una estrategia para reforzar su imagen de hombre culto. Durante su declaración, dijo
ser originario de Puebla, soltero, de cuarenta y nueve años de edad, de oficio
peluquero. Ya en su celda, Arriaga advirtió al alcaide que habían olvidado una
herramienta y que sería bueno “que retirara de su presencia aquel fierro porque con
él mucho se podía hacer.”31 Parece que esta vez estaba dispuesto a pagar sus culpas.
Jesús Arriaga fue trasladado a la capital de la República y remitido nuevamente a la
cárcel de Belén.32

“Chucho el Roto”, jueves 25 de agosto de 1881, p. 2; La Patria, “Jurado de Jesús Arriaga”, México, sábado 18 de
febrero de 1882, pp. 1-2
27El Siglo Diez y Nueve, “Chucho el Roto”, viernes 10 de noviembre de 1882, p. 2; El Siglo Diez y Nueve, “Chucho el

Roto”, sábado 11 de noviembre de 1882, p.2; El Monitor Republicano, “Chucho el Roto”, sábado 11 de noviembre de
1882, p. 1; La Voz de México, “Chucho el Roto”, martes 14 de noviembre de 1882, p. 2; El Siglo Diez y Nueve, “Chucho
el Roto”, miércoles 15 de noviembre de 1882, p. 2
28La Patria, “Chucho el Roto”, jueves, 5 de junio de 1884, p. 2
29La Voz de México, “Correspondencia de los estados. Querétaro”, martes 3 de junio de 1884, p. 1; El Siglo Diez y

Nueve, “Los Sres. Alday hermanos”, jueves 5 de junio de 1884, p. 3; El Foro, “Hechos Diversos”, viernes 20 de junio
de 1884, p. 446
30Proceso de Jesús Arriaga, “Chucho el Roto”, Juzgado de Letras de lo criminal, Querétaro, 1884, pp. 1-4
31The Two Republics, “Local News”, Saturday, May 31, 1884, p. 4; La Libertad, “Captura de Chucho el Roto”, martes 3

de junio de 1884, p. 3; El Tiempo, “Chucho el Roto”, martes 3 de junio de 1884, p. 4; El Monitor Republicano, “Con
motivo de la aprehensión de Chucho el Roto”, sábado 21 de junio de 1884, p. 3; La Libertad, “Chucho el Roto”,
sábado 21 de junio de 1884, p. 3 y “Los objetos de Chucho el Roto”, domingo 29 de junio de 1884, p. 3
32Proceso de Jesús Arriaga, “Chucho el Roto”, Juzgado de Letras de lo criminal, Querétaro, 1884; El Siglo Diez y

Nueve, “Precauciones”, martes 10 de junio de 1884, p. 2

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El 3 de septiembre de 1884, “Chucho el Roto” fue enviado a la fortaleza de San Juan de


Ulúa junto con otros presos.33 No obstante, una carta enviada a El Nacional refiere que
Arriaga no fue encerrado en la vieja fortaleza, sino en el Presidio Militar de Veracruz.34
Finalmente, la mañana del 29 de octubre de 1885, falleció el célebre bandido de
disentería aguda en el Hospital Militar de Veracruz, padecimiento que venía sufriendo
desde tiempo atrás.35 Sin embargo, se corrió el rumor de que “Chucho el Roto” había
muerto en prisión a consecuencia de una terrible paliza que recibió de parte de sus
carceleros, lo cual no pudo probarse nunca y así pasó a la historia.36

“Arriaga no tenía el instinto del crimen y por eso no robó, como lo hacen los ladrones
comunes, no fue bandolero, no asaltó, no derramó sangre de ninguno para lograr el
objeto que se proponía […] acude a las necesidades de los infelices y las remedia; roba,
pero roba empeños.”37

La historia de “Chucho el Roto” fue construida en la prensa de la época como la de un


individuo carismático e inteligente, que a pesar de ser un criminal, encontró
simpatizantes en las calles y en las oficinas gubernamentales. Ricos y pobres no
perdían ocasión para leer en los diarios noticias de sus hazañas. A partir de aquellos
reportes periodísticos y de los textos literarios que se publicaron a raíz de su muerte,
surgiría la leyenda que lo inmortalizó.

"Chucho el Roto" dibujo, 1889

33La Voz de México, “Jesús Arriaga”, sábado 6 de septiembre de 1884, p. 3; Le Trait d’Union, “Echos de l’intérieur”,
11 septembre 1884, p. 3
34El Nacional, “En los estados. Veracruz”, miércoles 25 de noviembre de 1885, p. 1
35Diario del Hogar, “La muerte de Jesús Arriaga”, viernes 30 de octubre de 1885, p. 3; La Patria, “Chucho el Roto”,

sábado 31 de octubre de 1885, p. 2; El Tiempo, “Chucho el Roto”, sábado 8 de noviembre de 1885, p. 3


36La Patria, “Chucho el Roto”, sábado 8 de noviembre de 1885, p. 2; El Tiempo, “Correspondencia de los estados.

Veracruz”, jueves 5 de noviembre de 1885, p. 1; El Tiempo, “Muerte de Chucho el Roto”, lunes 13 de noviembre de
1885, p. 1 y “Muerte de “Chucho el Roto”, jueves 19 de noviembre de 1885, p. 2
37El Telégrafo, “Un jurado notable”, miércoles 1 de marzo de 1882, p. 2

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