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Chucho El Roto Semblanza de Un Bandido U
Chucho El Roto Semblanza de Un Bandido U
Muchas son las versiones que se cuentan sobre la vida del célebre bandido Jesús
Arriaga alias “Chucho el Roto” pero la mayoría son producto de la fantasía popular. Su
leyenda refiere que era un humilde ebanista, originario de Chiautempan, Tlaxacala
(1858) convertido en bandido y estafador, debido a una injusticia cometida en su
contra. “Chucho el Roto” entabló una relación amorosa con Matilde de Frizac y
concibieron una hija a la que llamó María Dolores. Al descubrirlo el millonario francés
don Diego de Frizac, tío de la pretendida, mandó aprehender a Jesús Arriaga. Éste
buscó vengarse de los ricos, estafándolos y robándolos, hasta que fue capturado y
encarcelado en San Juan de Ulúa. En 1885 se fugó pero fue recapturado e ingresado
nuevamente al viejo castillo y condenado a 300 latigazos. Murió el 25 de marzo de
1894 a consecuencia de las heridas.1 Esta versión, con algunas variantes, fue llevada a
la radio y a la televisión en la década de los setentas y se transmitió por 11 años en
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Reidezel Mendoza Soriano
Semblanza de un bandido urbano: Jesús Arriaga alias “Chucho el Roto”
El período de actividad criminal de Jesús Arriaga alias “Chucho el Roto” abarcó los
periodos presidenciales de Benito Juárez (1867-1872), Sebastián Lerdo de Tejada
(1872-1876) y el primer trienio de Porfirio Díaz (1877-1880). Las últimas dos
detenciones de “Chucho el Roto” fueron durante la presidencia del general Manuel
González (1880-1884), compadre de Díaz. Según Vanderwood, los bandidos del siglo
XIX eran elogiados por la manera en que se burlaban del orden establecido y por el
ingenio y el brío con que desafiaban a la autoridad, “aun cuando fueran figuras
trágicas condenadas a la derrota y la muerte temprana”. Parecían expresar una
independencia que muchos mexicanos sentían haber perdido o que nunca disfrutaron,
y el folklore popular de la época los revestía de una legitimidad que presagiaba peligro
para el gobierno constituido.2 Y no sólo en el ámbito rural figurarían bandidos
legendarios como Heraclio Bernal, Ignacio Parra o Francisco Villa alias “El
Zacatecano”: incluso en las grandes urbes, como en la propia capital de la República,
surgirían figuras como Jesús Arriaga alias “Chucho el Roto” y Jesús Negrete Medina
alias “El Tigre de Santa Julia”, dos ladrones y salteadores que se caracterizaron por su
peculiar forma de operar. Más allá de la leyenda, mientras el primero fue famoso por
su habilidad para el disfraz, el escape y por nunca haber asesinado a nadie durante sus
atracos, el segundo, por el contrario, sobresalió por su violencia, sus golpes
espectaculares y su afición a las mujeres. Ambos se convertirían en leyendas.
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Semblanza de un bandido urbano: Jesús Arriaga alias “Chucho el Roto”
Según los expedientes judiciales, las correrías del exsargento Jesús Arriaga
iniciaron a la caída del Imperio Mexicano. Probablemente fue uno de los miles de
soldados y oficiales del ejército liberal licenciados por Benito Juárez que no hallaron
empleo ni acomodo en ninguna parte.7 El 26 de agosto de 1867 fue acusado de
insultar a un policía en la capital poblana pero logró escapar al arresto. El 30 de
septiembre del mismo año, el fiscal de causas de Puebla exhortó su arresto más no fue
posible dar con su paradero.8
6El Telégrafo, “Un jurado notable”, miércoles 22 de febrero de 1882, pp. 1-2; La Libertad, “Captura de Chucho el
Roto”, martes 3 de junio de 1884, p. 3; El Tiempo, “Chucho el Roto”, martes 3 de junio de 1884, p. 4; La Patria,
“Jurado de Jesús Arriaga”, México, sábado 18 de febrero de 1882, pp. 1-2
7Vanderwood, El bandidaje en el siglo XIX: una forma de subsistir, pp. 53-54
8El Foro, “Jesús Arriaga”, martes 14 de octubre de 1873, p. 436
9“Natural de Orizaba, vecino de la ciudad de México, de 29 años de edad, casado, de oficio carpintero.” Fue
condenado a muerte por el hurto de alhajas y los homicidios del súbdito francés Luis Coulas, del guardia nocturno
Rafael Garduño y heridas inferidas a Ignacio Montenegro. (La Revista Universal, “Sentencia de muerte pronunciada
contra el reo Domingo Benítez”, lunes 2 de marzo de 1868, pp. 2-3) Benítez declaró que “no teniendo trabajo en
Orizaba, salió a buscarlo a Puebla, y no encontrando tampoco allí, pasó con el mismo intento a la capital, donde
habiendo sido también inútiles sus gestiones para procurarse trabajo, arrastrado por la miseria, quiso robar la
joyería” .(La Iberia, “Muertos”, jueves 30 de enero de 1868, p. 3). Fusilado la mañana del 1 de febrero de 1869 en la
plazuela de Belem (La Iberia, “ejecución”, miércoles 3 de febrero de 1869, p. 5).
10“La policía aprehendió ayer [2 de mayo] a José de Jesús García o Arriaga, cómplice de Domingo Benítez y capitán
de la cuadrilla de éste. Hacía algún tiempo se le seguía la pista sin lograr su aprehensión hasta ayer al mediodía en
la calle de San Francisco, donde se le encontró vestido de una manera decente.” (El Constitucional, “Buena Prensa”
domingo 3 de mayo de 1868, p. 3)
11El Telégrafo, “Un jurado notable”, miércoles 22 de febrero de 1882, p. 1
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para los que no son de la costa […] y decepcionado, desesperado, loco de ira por la
importancia de luchar con la autoridad, tuvo el momento del suicida; huye, se
compromete, hace amistades con los criminales y delinque, es decir: se suicida
moralmente.”12 Según los informes de la prisión, el 5 de septiembre de 1869 el
gobernador puso a Jesús Arriaga a disposición del Juzgado 1º de lo Criminal que
determinó liberarlo finalmente el día 20 del mismo. Unos días después, el 19 de
octubre, Arriaga fue nuevamente detenido y entregado al cabo de comisiones José A.
Moreno que seguramente sería el encargado de llevarlo al destierro.13
de Policía”, viernes 10 de octubre de 1873, p. 424; Voz de México, “Aprehensión”, viernes 10 de octubre de 1873, p.
2; La Revista Universal y el Cosmopolita, “La Policía”, jueves 16 de octubre de 1873, p. 3
17El Foro, “Hechos diversos”, viernes 14 de mayo de 1875, p. 337; La Voz de México, “Presos”, sábado 15 de mayo de
1875, p. 3; La Iberia, “Los presos de la cárcel”, sábado 15 de mayo de 1875, p. 3; Le Trait D’Union, “L’evasion de
Belen”, samedi 15 mai 1875, p. 2; El Monitor Republicano, “Jurado”, miércoles 8 de septiembre de 1875, p. 3
18El Foro, “Jesús Arriaga”, martes 14 de octubre de 1873, p. 436
19Ibídem, pp. 1-2; La Iberia, “El Roto”, martes 8 de junio de 1875, p. 3; El Foro, “Hechos Diversos”, martes 8 de junio
de 1875, p. 412 y “Hechos Diversos”, miércoles 9 de junio de 1875, p. 415; Voz de México, “Reaprehensión”, jueves 8
de junio de 1876, p. 3; The Two Republics, “Mexican ítems”, Wednesday, June 16, 1875, p. 5
20El Foro, “Hechos Diversos”, jueves 9 de marzo de 1876, p. 179; La Iberia, “México. Varias Noticias”, viernes 10 de
marzo de 1876, p. 2
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Semblanza de un bandido urbano: Jesús Arriaga alias “Chucho el Roto”
Jesús Arriaga era muy hábil en su “oficio” una verdadera celebridad, según los
periódicos de la época: “Ha cometido ingeniosísimos robos […] jamás ha cometido un
asesinato ni robado a los pobres: tiene un odio a los empeños y contra ellos ha
dirigido sus mejores golpes y se ha fugado siete veces de prisión”.21 Durante uno de
sus juicios, Javier Lagarde declaró haber escuchado “que aunque ha cometido algunos
robos, ha sido generoso con los robados; que como jefe de la seguridad recibió
órdenes de perseguirlo y aprehenderlo, y al llegar a México preso, tuvo necesidad de
hablar con Arriaga, quien le manifestó los deseos que había tenido y conservado para
quitarse de esa carrera del crimen, pero que el gobierno, en vez de protegerlo, sin
intenciones, lo perseguía y tenía por esto necesidad de seguir en la carrera que había
adoptado, suplicándole se interesara por él, manifestando al gobierno cuales eran sus
deseos.”22
Cosme”, miércoles 21 de agosto de 1878, p. 3; El Combate, “Terrible gavilla”, jueves 22 de agosto de 1878, p. 3
24La Patria, “Jurado de Jesús Arriaga”, México, sábado 18 de febrero de 1882, pp. 1-2; El Telégrafo, “Un jurado
notable”, miércoles 22 de febrero de 1882, p. 2; El Diario del Hogar, “El jurado de Jesús Arriaga (a) el Roto”, sábado
18 de febrero de 1882, p. 3
25La Patria, “Plagio”, domingo 13 de junio de 1880, p. 2
26El Telégrafo, “Importante aprehensión”, viernes 19 de agosto de 1881, p. 3 y “Chucho el Roto”, domingo 21 de
agosto de 1881, p. 3; El Siglo Diez y Nueve, “Buena Prensa”, miércoles 24 de agosto de 1881, p. 3; El Nacional,
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Semblanza de un bandido urbano: Jesús Arriaga alias “Chucho el Roto”
Según el oficial que lo detuvo, Jesús Arriaga “negó su nombre, diciendo que se
llamaba José Vega y que era originario de la ciudad de Orizaba”. No obstante, al
pedírsele que se condujera con veracidad, contestó diciendo su verdadero nombre y
su apodo. Se había apoderado de anillos, arracadas, cadenas, relicarios, relojes de oro
y plata, y dinero en efectivo.30 Alguien le cuestionó que si no era suficiente lo que
había obtenido en los anteriores robos para dejar esa vida azarosa y triste; contestó
que tenía una hija que educaba en Bruselas y “que todo lo que adquiría se lo mandaba
para que lograra una educación que más tarde la honrara, porque al fin, él había de
acabar mal.” Sin embargo, la versión de que Arriaga financiaba la educación de su hija
e incluso que radicaba en Bruselas, fue negada por él mismo durante su juicio en
Querétaro en el que refirió que vivía en la ciudad de México. Es probable que fuera
una estrategia para reforzar su imagen de hombre culto. Durante su declaración, dijo
ser originario de Puebla, soltero, de cuarenta y nueve años de edad, de oficio
peluquero. Ya en su celda, Arriaga advirtió al alcaide que habían olvidado una
herramienta y que sería bueno “que retirara de su presencia aquel fierro porque con
él mucho se podía hacer.”31 Parece que esta vez estaba dispuesto a pagar sus culpas.
Jesús Arriaga fue trasladado a la capital de la República y remitido nuevamente a la
cárcel de Belén.32
“Chucho el Roto”, jueves 25 de agosto de 1881, p. 2; La Patria, “Jurado de Jesús Arriaga”, México, sábado 18 de
febrero de 1882, pp. 1-2
27El Siglo Diez y Nueve, “Chucho el Roto”, viernes 10 de noviembre de 1882, p. 2; El Siglo Diez y Nueve, “Chucho el
Roto”, sábado 11 de noviembre de 1882, p.2; El Monitor Republicano, “Chucho el Roto”, sábado 11 de noviembre de
1882, p. 1; La Voz de México, “Chucho el Roto”, martes 14 de noviembre de 1882, p. 2; El Siglo Diez y Nueve, “Chucho
el Roto”, miércoles 15 de noviembre de 1882, p. 2
28La Patria, “Chucho el Roto”, jueves, 5 de junio de 1884, p. 2
29La Voz de México, “Correspondencia de los estados. Querétaro”, martes 3 de junio de 1884, p. 1; El Siglo Diez y
Nueve, “Los Sres. Alday hermanos”, jueves 5 de junio de 1884, p. 3; El Foro, “Hechos Diversos”, viernes 20 de junio
de 1884, p. 446
30Proceso de Jesús Arriaga, “Chucho el Roto”, Juzgado de Letras de lo criminal, Querétaro, 1884, pp. 1-4
31The Two Republics, “Local News”, Saturday, May 31, 1884, p. 4; La Libertad, “Captura de Chucho el Roto”, martes 3
de junio de 1884, p. 3; El Tiempo, “Chucho el Roto”, martes 3 de junio de 1884, p. 4; El Monitor Republicano, “Con
motivo de la aprehensión de Chucho el Roto”, sábado 21 de junio de 1884, p. 3; La Libertad, “Chucho el Roto”,
sábado 21 de junio de 1884, p. 3 y “Los objetos de Chucho el Roto”, domingo 29 de junio de 1884, p. 3
32Proceso de Jesús Arriaga, “Chucho el Roto”, Juzgado de Letras de lo criminal, Querétaro, 1884; El Siglo Diez y
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Semblanza de un bandido urbano: Jesús Arriaga alias “Chucho el Roto”
“Arriaga no tenía el instinto del crimen y por eso no robó, como lo hacen los ladrones
comunes, no fue bandolero, no asaltó, no derramó sangre de ninguno para lograr el
objeto que se proponía […] acude a las necesidades de los infelices y las remedia; roba,
pero roba empeños.”37
33La Voz de México, “Jesús Arriaga”, sábado 6 de septiembre de 1884, p. 3; Le Trait d’Union, “Echos de l’intérieur”,
11 septembre 1884, p. 3
34El Nacional, “En los estados. Veracruz”, miércoles 25 de noviembre de 1885, p. 1
35Diario del Hogar, “La muerte de Jesús Arriaga”, viernes 30 de octubre de 1885, p. 3; La Patria, “Chucho el Roto”,
Veracruz”, jueves 5 de noviembre de 1885, p. 1; El Tiempo, “Muerte de Chucho el Roto”, lunes 13 de noviembre de
1885, p. 1 y “Muerte de “Chucho el Roto”, jueves 19 de noviembre de 1885, p. 2
37El Telégrafo, “Un jurado notable”, miércoles 1 de marzo de 1882, p. 2
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