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Sin embargo, se han obtenido buenos resultados mediante la selección natural de los
rizobios a partir del ácido suelos tropicales afectados por estrés hídrico y altas
temperaturas. En Brasil, los incrementos en los rendimientos de grano de frijol de soya y han
sido el resultado de la inoculación con cepas tolerantes a ese estrés. Prácticas de gestión de
suelos apropiados, por ejemplo, la labranza de conservación, hay otros enfoques que pueden
disminuir la acidez del suelo; temperatura estrés
los recursos de tierras cultivables son limitadas. Satisfacer las necesidades alimentarias en
algunas regiones ya se ha llevado a la adopción de prácticas agrícolas que pueden degradar el
suelo, y al uso de la tierra que es marginal para la producción de cultivos.
La situación es más grave en los trópicos, debido a la frágil estructura del suelo, la erosión, la
materia orgánica del suelo baja y tecnologías agrícolas inadecuadas (por ejemplo, Giller y
Wilson, 1993). El agotamiento de los nutrientes y los suelos ácidos i®catión son sólo dos de las
consecuencias comunes de nutriente que más frecuentemente limita la producción de cultivos.
Seis géneros de bacterias, llamadas colectivamente rizobios, son capaces de formar N2-®xing
nódulos en las raíces de leguminosas y la no-leguminosa Parasponia. Mientras la gran mayoría
de estas leguminosas symbioses±rizobios se encuentran en los trópicos, es sólo recientemente
que ha habido importantes avances en la comprensión de peralte® limita- ciones a la
nodulación y fijacion N2 de en suelos tropicales.
Este documento discute los principales fac- tores ambientales que limitan la nodulación y N2
®xation en leguminosas de gran o en los trópicos, y subraya dos legumbres importantes para la
nutrición humana y como cultivos comerciales en América Latina y África: frijol (Phaseolus
vulgaris L.) y soja (Glycine max (L.) Merr.]. Como de®ned por otros autores (p. ej. Giller y
Wilson, 1993), ''trópicos" como se usa aquí incluye algunas sub-regiones tropicales. Tres
principales limita- ciones ambientales que a menudo ocurren simultáneamente son discutidos:
alta temperatura, agua de®cit y la acidez del suelo. Por último, algunos enfoques exitosos
adoptadas en Brasil será descrito.
2. Alta temperatura
máxima las temperaturas de la tierra en los trópicos regularmente exceden 40°C a 50°C y de 5
cm a 1 cm de profundidad (Eagle- farsa y Ayanaba, 1984; Hafeez et al., 1991; Lal, 1993) y
puede limitar la nodulación (Day et al., 1978; Graham, 1981; y Ayanaba Eaglesham, 1984).
Indir ect- los efectos de las altas temperaturas en el metabolismo de la planta hospedante y
efectos directos sobre la fijacion de N2 han sido reconocidos por un largo tiempo (Jones y
Tisdale, 1921) y el rango de temperatura para el crecimiento óptimo de nodularon legumbres
son menores que para la misma especie recibir mineral abundante N (Joffe et al., 1961; Ferrari
et al., 1967; pequeñas y Joffe, 1968; Gibson, 1971; mentira, 1981; Piha y Munns, 1987; Hungria
y Franco, 1993). Los límites de temperatura superior para N2 ®xation en legumbres tropicales
varían entre 27 y 408C (Gibson, 1971, 1975; Dart, 1974).
En relación con el crecimiento de rizobios, límites superiores oscila entre 32 y 478C, aunque la
tolerancia varía entre especies y cepas (Pankhurst y Gibson, 1973; Gibson, 1975; Dart et al.,
1976; Day et al., 1978; y MuneÂvar Wollum, 1981a; La Favre y
Eaglesham, 1986; Karanja y madera, 1988b). La muerte puede ocurrir por encima de 378C, y la
Fig. 1 muestra que una diferencia de 68C a 5 cm de profundidad, una reducida población
bradyrhizobial soja por más de 10 000 células
1ÿg suelo (Hungria et al., 1997a). Además, phy- y genética siological modi®cationes de
bacterias, incluyendo la eliminación de plásmidos (Trevors, 1986) y geno- reordenamiento mic
(SoberoÂn-Chávez et al., 1986), probablemente ocurren en suelos sometidos a altas
temperaturas.
®xation tarifas y los rendimientos de la cosecha (p. ej. Vargas y Hungria, 1997). Esto puede ser
debido a varios factores, incluyendo la disminución de la supervivencia de los rizobios en el
suelo, genética mod- i®catión plásmido o pérdida, o a los pobres ''estado fisiológico'' de
sobrevivencia de los rizobios. En algunos sitios la respuesta a la inoculación fue obtenido
aunque el naturalizado
El intercambio de señales moleculares entre las plantas hospederas y los rizobios también se
ve afectada por la alta tempera- tura. A 398C, la versión del gen NOD-inductores de la soya y el
frijol común raíces fue disminuido (Hun- Gràcia, 1995; Hungria y Stacey, 1997). La raíz-
Proceso de infección es probablemente el componente más afectado por las altas
temperaturas, con sensibilidad situado en la nodulación sitios (Barrios et al., 1963; Pankhurst y
Gibson, 1973; Frings, 1976; mentira, 1974, 1981).
Si los nódulos se forman, las altas temperaturas pueden afectar la función de nódulos (Jones y
Tisdale, 1921; Dart y Mercer, 1965; Lindemann y jamón, 1979; y MuneÂvar Wollum, 1981b;
Hungria et al., 1985, 1989;
y Munns, 1987; Hernandez-Armenta et al., 1989; Hungria y Franco, 1993). Los cambios que se
producen en el sub- una función óptima incluyen la disminución de la síntesis de
leghaemoglobin (Bergersen et al., 1973), una drástica caída en la actividad nitrogenasa y
Sprent (Pankhurst, 1976; Hernandez-Armenta et al., 1989; Hungria et al., 1989; Hungria y
Franco, 1993), y el inef®ciente asignación de electrones para N2 reducción, observada como
una mayor evolución H2 (Rainbird et al., 1983; Hungria y Franco, 1993). La asimilación de
nitrógeno también se ve afectada, con disminución de la actividades de la glutamina sintetasa y
glutamato sintasa y bajado synth- esis de ureides (Hungria et al., 1989). Además, temperatura
elevada acelera la senescencia de nódulos (Pan- khurst y Gibson, 1973; Sutton, 1983; Hungria
y Franco, 1993).
Algunos autores han sugerido que el total de la balanza entre la fotosíntesis y la respiración
deter- minas niveles de N2 ®xation. Mientras que las altas temperaturas aumentan la
respiración, con menos sustrato disponible para los nódulos (Lie, 1971), dos estudios con el
frijol común han demostrado que disminuye en N2 ®xation rate no se debió a la reducción de
carbohidratos en agrupaciones de nódulos. Aunque las temperaturas diurnas de 38/398C
3. Estrés hídrico de los trópicos húmedos abarcan tanto (&g800 mm de precipitación) y secar
(<300 mm) las regiones,
La sequía implica que menos agua disponible para el transporte de compuestos nitrogenados
de nódulos.
Además, puesto que la actividad glutamina sintetasa declina antes que de nitrogenasa,
amoníaco y otros productos finales de ®xation pueden acumularse en nódulos plomo- ing en el
colapso total de N2 ®xation (Hungria, M., datos inéditos). A la inhibición por retroalimentación
de N2
®xation por ureides bajo condiciones de estrés hídrico ha sido mostrado y el transporte de
especies de alta concentra- ciones de estos compuestos de N2 sean más sensibles a la sequía
que aquellos con poca o ninguna ureide transporte (Sinclair y Serraj, 1995).
Por último, se ha sugerido que los tres mechan- ismos, cambios de permeabilidad al oxígeno,
ureide retroalimentación, y escasez de carbono estaría implicado en la regula- ción de N2
®xation bajo estrés hídrico, actuando juntos.
Como una combinación de condiciones secas y calientes condi- ciones, los suelos arenosos o
suelos descubiertos más de rizobios afectan negativamente a la supervivencia y el crecimiento,
y puede ser crucial para la nodulación efectiva cuando las lluvias se retrasan, después de la
siembra. Cepas de rizobios (Boonkerd y Weaver, 1982) y las especies vegetales (Walsh, 1995)
varían también en relación con la tolerancia a la sequía. Por último, las prácticas de gestión
agrícola, especialmente el uso de los residuos de cosecha para cubrir el suelo puede moderar
los efectos de la sequía (Morote et al., 1990), y los efectos positivos de la no-labranza manejo
de suelos serán discutidas más adelante.
una gran proporción de los suelos tropicales se han desarrollado a partir de viejas formaciones
geológicas. Esto, combinado con condiciones climáticas, ha redundado en suelos altamente
erosionados, que contiene principalmente arcillas de baja actividad.
Estos son comúnmente muy lixiviados, ácidos, y estéril, y con frecuencia contienen
concentraciones tóxicas de aluminio (Al) y el manganeso (Mn) (Lal, 1993). Tales condiciones
de suelo ácido plantean problemas para la planta, la bacteria y la simbiosis (Giller y Wilson,
1993). La microsymbiont es generalmente el más sensible al pH partner. Algunas especies de
rizobios pueden tol- erate acidez mejor que otros y la tolerancia puede variar entre cepas
dentro de una especie (Lowendorff, 1981; Vargas y Graham, 1988; Brockwell et al., 1995;
Hungria et al., 1997b). El pH óptimo para el crecimiento de rizobios se considera entre 6.0 y 7.0
(Jordania, 1984) y son relativamente pocos los rizobios crecen bien a pH inferior a 5.0 (Graham
et al., 1994). Las excepciones incluyen cepas de Rhizobium tropici, Mesorhizobium loti y
Bradyrhizobium sp. Sinorhizobium meliloti en particular es altamente sensibles al ácido
(Brockwell et al., 1995), pero la variación de pH ácido tolerancia fueron reportados para esta
especie (Graham et al., 1994).
meliloti cae por debajo de 7.0 (Perez-Galdona y Kahn, 1994) o 6.5 (O'Hara et al., 1989), el
crecimiento cesa, sugiriendo que algún proceso citoplásmico esencial es extremadamente
sensible a la acidez.
Liberación de NOD-inductores de genes por la soja y com- mon raíces judías fue menor a pH
4.5 que a pH 5,8 (Hungria y Stacey, 1997), con algunos genes, incluyendo la nodulación nodA,
apagado por el pH cae (Richardson et al., 1988a,b). Además, McKay y Djordjevic (1993) han
informado de que el bajo pH puede afectar la producción y excreción de la nodulación factores
en cepas de R. LEGUMINOSARUM BV. trifolii. Otras etapas del establecimiento y la función de
los nódulos también son afectados por la acidez, como es el crecimiento de la planta huésped
(Graham, 1981; Munns, 1986).
Estas tensiones adicionales que afectan el crecimiento de rizobios (Cooper et al., 1983;
Coventry y Evans, 1989; Campo, 1995), de la legumbre de host (Andrews et al., 1973; Kim et
al., 1985), y de la simbiosis (Murphy et al., 1984; Brady et al., 1990; Campo, 1995). Nodularon
las legumbres son más sensibles a la toxicidad de Al y Mn que las plantas reciben N mineral,
por ejemplo, Wouters et al. (1986) observaron que un al-tolerante de la variedad de frijol común
aún produce el 90% de rendimiento máximo en un 73% al de saturación del complejo de
cambio, mientras que la nodulación fue com- pleto suprimidos en el 33% de saturación.
mecanismo de reparación del ADN- debe existir en cepas tolerantes. Además de la toxicidad de
Al, la acidez también puede estar relacionado con el fósforo (P) y molibdeno (Mo) de®ciencies.
(1989) observó que varios mutantes de rizobios de transforma- ción pHi más eficazmente
cuando se aumentó la concentración de Ca 2 veces. El calcio puede afectar la integridad de la
pared celular de rizobios (Bergersen, 1961; Vincent, 1962; de Maagd et al., 1989; Ballen et al.,
1998), algunas enzimas (Norris et al., 1991; Ballen et al., 1998), o los sistemas de transporte de
membrana (O'Hara et al., 1989).
Una mejor comprensión de los mecanismos utilizados por H‡ cepas tolerantes a
sobrevivir el estrés ácido sería de gran importancia en ning de®pro- cedimientos de selección
racional. Sin embargo, estudios genéticos de ácido tolerancia, han revelado poco. Tiwari et al.
(1996b) informó que los actos proteína en S. meliloti pueden estar implicados en "sensible" del
entorno externo y de la trans- misión de una señal que altera la transcripción génica.
5. Las estrategias para mitigar la alta temperatura, la sequía y el suelo ácido limitaciones
5.1. Selección de cepas de tolerancia a alta temperatura: un programa para frijol rhizobia en
Brasil
las diferencias fisiológicas entre las especies vegetales y especies y cepas de rizobios en
relación a alta temperatura, estrés hídrico y acidez han sido reportados y deben ser
considerados en la selección de programas para mejorar los rendimientos de leguminosas en
áreas sujetas a estos factores de estrés (p. ej. Ferrari et al., 1967; Gibson, 1975; Munns, 1986;
Walker y Miller, 1986; Piha y Munns, 1987; Karanja y madera, 1988b).
El frijol común es una importante fuente de proteínas en la dieta de unos 500 millones de
personas en América Latina y África Ð especialmente para aquellos que viven en la pobreza Ð
pero la planta es muy sensible a altas temperaturas.
El intervalo óptimo para la simbiosis de nódulos de raíz se considera entre 25 y 338C (Barrios
et al., 1963; Pankhurst y Sprent, 1976; Graham y Halli- día, 1977), pero disminuye en N2
®xation actividad han sido observados por encima de 288C (Hungria et al., 1985; Piha y
Munns, 1987; Hungria y Franco, 1993).
En Brasil, la nodulación del frijol es generalmente pobre, con el fracaso atribuido a las elevadas
temperaturas de suelo (Hungria et al., 1993, 1997b). La importancia de la alta tolerancia a la
temperatura en cepas seleccionadas para su uso en los Trópicos ha sido señalado por muchos
autores (Dart et al., 1976; y MuneÂvar Wollum, 1981a,b; La Favre y Eaglesham, 1986; Piha y
Munns, 1987; Karanja y madera, 1988b; Hafeez et al., 1991; Hungria et al., 1993). Sin
embargo, la tolerancia de temperatura de rizobios aparentemente no está estrechamente
relacionado con el lati- tude geográfica de su origen, o a las especies hospedadoras (MuneÂvar
y Wollum, 1981a; Karanja y madera, 1988b; Hun- gria et al., 1993). Además, la capacidad de
una cepa de crecer a altas temperaturas in vitro no se correlacionan necesariamente con la
nodulación y N2 ®xation capacidad bajo condiciones similares (La Favre y Eaglesham, 1986;
Karanja y madera, 1988b), y varía con el cultivar (host Gitonga et al., 1989). Por consiguiente,
la cepa selección para tolerancia a altas temperaturas in vitro ha demostrado no ser un enfoque
prometedor.
tropici tipo IIA y tipo IIB, R. etli y el recientemente descrito R. gallicum y R. giardinii. Varios
estudios han demostrado que el R.tropici tolera importantes®considerablemente mayores
temperaturas de R. leguminosarum y R.
etli (MartõÂnez-Romero et al., 1991; Hungria et al., 1993; Mercante, 1993; Sa et al., 1993), es
más tolerante de ácido (Graham et al., 1994; Anyango et al., 1995), y tiene un amplio rango de
host (MartõÂnez-Romero et al., 1991; Hungria et al., 1993). Lo que es más importante, R.
en el frijol común, y cuatro de ellas accu- formuladas por lo menos tanto como las plantas n
recibir 50 mg N por semana cuando se cultiva a 408C durante 8 h al día (Hungria et al., 1993).
Entre otras cepas obtenidas mediante la leucaena como trap host, el 84% pertenecía a R
tropici tipo IIA, y sólo el 16% pertenecía a R. tropici son más tolerantes de los estreses
ambientales así como de tipo IIB. Sin embargo, el 67% de las cepas de tipo IIB toler-
competitivo y ef®cientes con frijol en tro- ciada a altas temperaturas, mientras que sólo el 1,7%
del tipo IIA pical condiciones. El amplio uso de estas variedades podrían, cepas tolerantes de
temperatura (Mercante, 1993). a bajo costo, mejorar los rendimientos y revertir la tendenia de
baja, lamentablemente no ®eld se realizaron experimentos los rendimientos del frijol en
América Central y del Sur y África.
Con el frijol común como una trampa de host, también fueron probados para la tolerancia a
estrés ambiental, capacidad de supervivencia nodulate de nódulos de raíz las bacterias a pH
ácido puede ser Leucaena, para N2 ®xation mayor capacidad, competiciones afectados por
previo historial de crecimiento, particularmente medianas, eficacia y rendimiento. Esta
investigación condujo a la composición, con una respuesta adaptativa de ácido-tolerancia la
identi®cación de una cepa, PRF ˆSEMIA 81 (4080), inducible por pH bajo en algunos
nódulos de raíz las bacterias que es intermedio en las propiedades entre R. tropici (O'Hara y
Glenn, 1994). En S. meliloti, crecimiento bajo IIA y IIB. Cepa 81 PRF es tolerante a alta tem-
levemente las condiciones ácidas, se mejora el rendimiento de peratures y acidez in vitro e in
vivo, eficaz en las células posteriormente expuestos a grave estrés ácido N2 ®xation con frijol y
altamente competitivos (O'Hara y Glenn, 1994). Preparado de inoculantes de rizobios bean
bajo contra los indígenas. Importantes®peralte medianamente ácido condiciones de
rendimiento podría ser, por consiguiente, espera a
1ÿ aumentos de hasta 900 kg ha han sido reportados funcionan mejor en suelos ácidos
tropicales, pero ese enfoque en varios sitios con alta población de indígenas con frecuencia ha
sido infructuosos (Robson y Bot- frijol rizobios (Hungria et al., 2000). Tabla 1 tomley, 1991).
Esto es probablemente debido a los rasgos muestra la respuesta obtenida por la inoculación
con PRF necesaria para sobrevivir en el suelo y efectivamente nodulate 81. La CEPA ha sido
recomendado para su uso en Brasil las legumbres son el resultado de una combinación de
características
‡ desde 1998, y un rendimiento superior ya es además de la capacidad para tolerar los iones
H. El
aumento de las demandas de los agricultores de inoculantes de frijol. La variabilidad entre las
variedades de frijol comn (Miranda las respuestas a la inoculación con PRF 81 alienta y Lobato,
1978) y cepas (Karanja y madera, mayores esfuerzos para identificar cepas genéticamente
estable que 1988a; Vargas y Graham, 1988), así como entre la
tabla 1 Respuesta de cultivares de frijol carioca a la inoculación con seis cepas de rizobio
número total de nódulos c n c número de nódulos (número total de N por planta por planta)
(mg) (número por planta por planta) (mg)
b cepas de rizobio: PRF 81 (cepa brasileña con características mixtas de R. tropici tipo IIA y
tipo IIB); CFN 299 (R. tropici IIA), R. tropici CIAT 899 (IIB), CFN 42 (R. etli), USDA 2671 (R.
LEGUMINOSARUM BV. phaseoli).
d las semillas). Los controles no inoculado suministrada o no con N mineral (30 mg de N como
KNO3 por planta por semana).
e medio de ®ve replica y valores seguidos por la misma letra, en la misma columna, no mostró
diferencia estadística (Tukey, p<0,05).
f valores no considerados para el análisis estadístico. variedades de soya (Toledo et al., 1994)
y cepas (Asanuma y Ayanaba, 1990; Campo, 1995) en rela- ción a la tolerancia a la acidez y al
han sido reportados.
inductores (Hungria y Stacey, 1997), con estudios para examinar las diferencias de respuesta
varietal o maximizar la expresión de los genes nod-rizobios en condi- ciones de ácido que aún
son necesarios. Los estudios deberían también considerar el impacto de la acidez y la
aplicación de cal en la población de rizobios. En un estudio reciente con frijol en un suelo
brasileño con una alta población indígena, acidez de cepas de rizobios cambiado la abundancia
y la diversidad genética, que fueron inferiores en el suelo sin encalar (Andrade et al., 1999).
Tales cambios en la estructura de la población en mayo¯uence respuestas a la inoculación; sin
embargo, esto no ha sido investigado. Lo que es más importante, ya que muchas tierras
brasileñas muestran altos niveles de Al (50±70% de saturación),
Los cerrados originalmente eran libres de bradyrhizobia cepas capaces de establecer una
ef®ciente simbiosis con soja. La ®rst inoculantes cepa llevó 566, SEMIA recomendado
comercialmente desde 1966 hasta 1978.
Otras dos cepas, las cuales mostraron una mejor nodulación con los cultivares comerciales,
entonces sustituido SEMIA 566 (Vargas y Hungria, 1997). Más de una década después, el
mayor n demandas de las nuevas y más productivas genotipos de soya ha llevado a una
necesidad de cepas con capacidad mejorada para N2 ®xation. Sin embargo, condiciones
estresantes en los cerrados Ð largos períodos de sequía, las altas temperaturas, la acidez del
suelo y al toxicidad Ð limita la elección de cepas. Con este fin, el aislamiento de ef®ciente
cepas naturalizadas ''adaptarse'' para estas condiciones inhóspitas fue intentada desde las
zonas de producción de soya ®rst sembradas más de 15 años previamente. Estos suelos han
sido inoculados con SEMIA 566 u otras cepas, pero en ese momento no tenía más de
inoculación. Se obtuvo una buena nodulación donde había establecido poblaciones de rizobios,
y bac- terios aislada de grandes nódulos rosados fueron probados individualmente para N2
®xation capacidad bajo condiciones de invernadero y, posteriormente, para rendimiento de
grano en sev- eral ®eld juicios. Una ef®ciente aislar, CPAC ˆSEMIA 15 (5079), probó ser
superior, aumentando el rendimiento de la soja ÿ1 hasta 750 kg ha en comparación con las
cepas recomendadas comercialmente. Esta cepa ha sido recomendada para la inoculación de
soja desde 1992 (Vargas et al., 1992, 1994).
Mientras el CAPC 15 pertenece al servi- ogroup SEMIA 566, análisis posteriores han
demostrado morfológicas, fisiológicas y las diferencias genéticas entre 15 y SEMIA CAPP 566:
producción de moco, baje la síntesis del ácido acético indol, aumento Hai pheno-tipo, y los
cambios en el ADN pro®le después ampli®catión por RAPD O POR ERIC/REP-PCR (Hungria
y Vargas, 1996; Hungria et al., 1996; Nishi et al., 1996; Boddey y Hungria, 1997). Otras cepas
seleccionadas pertenecientes al serogrupo SEMIA 566 están siendo investigados, con la gran
mayoría mucho más competitiva que la cepa parental, y algunos mostrando una mayor
capacidad para N2 ®xation y apoyar mayores rendimientos (Hungria et al., 1998). Estas cepas
también difieren de la patria SEMIA 566 en caracteres morfológicos, fisiológicos y
características genéticas; Fig. 2 muestra el ERIC-PCR pro®les de cepas seleccionadas y
SEMIA 566, así como las diferencias en sus N2 ®xation capacidad. Este programa ha
demostrado que la búsqueda de cepas adaptadas permite la selección de la tolerancia de una
variedad de factores de estrés ambiental, así como para un mayor N2 ®xation capacidad y
competitividad, permitiendo finalmente que los aumentos en el rendimiento de grano.
algunas prácticas agrícolas, como cultivos intercalados, cultivos múltiples, rotación de cultivos y
el uso de cultivos de cobertura han demostrado ser microbiológicamente y eco- nomically
atractivo, mejorar N2 ®xation y rendimiento bajo condiciones de Brasil y contribuyendo a la
agri- cultura de la sostenibilidad.
Fig. 2. (A) N total (mg N por planta) acumulado en el cultivo de soja, cultivar BR-16, inoculados
con siete serogrupo SEMIA 566 aislamientos, con CAPP 15 (también un serogrupo SEMIA 566
aislar, columna 8) y con SEMIA 566 (columna 9). Todas las cepas fueron estadísticamente
diferentes de SEMIA 566 (Tukey, p<0,05); (b) el ADN pro®le de las cepas después
ampli®catión por ERIC-PCR. Después de Hungria et al. (1999b).
®xation. Así, en la ausencia de la población nativa de inoculación del frijol rhizobia aumentó de
Con la soja cultivada bajo la labranza de conservación, no sólo fue el número de nódulos
aumentó en comparación con con- vencionales de Till, pero la nodulación extendido a las
capas más profundas del suelo (Sidiras y Voss, 1985). Por otra parte, aumentó la soja sin
labranza bradyrhizobial población, nodula- ción y la N2 ®xation tasas (Fig. 1) con más de
diversidad de cepas encontradas (Ferreira et al., 2000).
6. Conclusión
Los suelos tropicales son a menudo de®ciente en N, por lo tanto, N2 ®xation biológico es un
proceso clave para la sostenibilidad de la agricultura. Sin embargo, N2 ®xation tropical puede
estar limitado por condiciones de estrés ambiental, como las altas temperaturas, la sequía y la
acidez del suelo. En Brasil, la selección de la cepa ha sido una parte integral de la producción
de frijol de soya y el foco. Apro- piadas prácticas de manejo de suelos de los trópicos, por
ejemplo,
Los estudios están comenzando a dilucidar los mecanismos asociados con tolerancia a estas
condiciones de estrés, y el esfuerzo será necesario para traer esa informa- ción básica para un
uso práctico.
Agradecimientos
Una gran proporción de los suelos tropicales han desarrollado a partir de antiguas formaciones
geológicas. Esto, combinado con las condiciones climáticas, se ha traducido en suelos
altamente erosionados, que contiene predominantemente arcillas de baja actividad.
Estos son comúnmente altamente lixiviados, ácido, y estéril, y con frecuencia contienen
concentraciones tóxicas de aluminio disponible (Al) y manganeso (Mn) (Lal, 1993). Tales
condiciones de suelos ácidos plantean problemas para la planta, las bacterias y la simbiosis
(Giller y Wilson, 1993). El microsimbionte suele ser la más pareja sensible al pH. Algunas
especies de rizobios pueden tolerar la acidez mejor que otros, y la tolerancia pueden variar
entre cepas de una misma especie (Lowendorff, 1981; Vargas y Graham, 1988;. Brockwell et al,
1995; Hungria et al., 1997b). El pH óptimo para el crecimiento rhizobial se considera que es
entre 6,0 y 7,0 (Jordan, 1984) y relativamente pocos rizobios crecer bien a pH de menos de 5,0
(Graham et al., 1994). Las excepciones incluyen cepas de Rhizobium tropici, Mesorhizobium
loti y Bradyrhizobium sp. Sinorhizobium meliloti, en particular, es altamente sensible a los
ácidos (Brockwell et al., 1995), pero la variación en la tolerancia a pH ácido se informó para
esta especie (Graham et al., 1994) la tolerancia .Intrinsic no puede predecirse a partir de el pH
en el lugar de aislamiento. Cuando rápido crecimiento de rizobios
cepas fueron aisladas de nódulos de modernas y primitivas genotipos de soya que habían sido
inoculados con el suelo de los sitios en Brasil, donde el pH varió de 3.04 a 5.09 sólo el 37%
fueron capaces de crecer en medio tamponado a pH 4,0. El sesenta por ciento creció a un pH
de 9,5 (Hungría, M., Chueire, L.M.O., Coca, R., MegõÂas, M., datos no publicados).
Djordjevic (1993) han informado de que el pH bajo puede afectar la producción y excreción de
los factores de nodulación en los trenes de R. leguminosarum bv. trifolii. Otras etapas de
establecimiento de nódulos y función también se ven afectados por la acidez, como es el
crecimiento de la planta huésped (Graham, 1981; Munns, 1986).
La inactivación del gen de actos en la generación de un fenotipo sensible a los ácidos, pero la
tolerancia pueden ser restaurados si el gen actúa se inserta en la cepa mutante. Adyacente al
gen de ACTR actos es que, al ser inactivado mediante mutagénesis Tn5-transposón, da lugar a
un fenotipo sensible a los ácidos. S. meliloti ACTA es también
requerido para la tolerancia al ácido (Goss et al, 1990;. Tiwari et