Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
POSICIONAMIENTO GLOBAL
¿Fines militares o innovación futurista?
ABRIL DE 2020
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DEL TÁCHIRA
Comunicaciones Satelitales
Profesor: Gabriel Ramírez
Realizado por: Ricardo Ramírez
El Sistema de Posicionamiento Global (GPS: Global Positioning System) es un
sistema de navegación desarrollado por el Departamento de Defensa de los Estados
Unidos en el año 1993, que inicialmente estaba destinado para operaciones militares,
proporcionando datos precisos de posición, tiempo y velocidad de cualquier objeto que se
encuentre sobre la superficie terrestre. Fue el primer sistema de localización en el mundo,
al que más tarde se unirían el GLONASS (Global Navigation Satellite System), desarrollado
por la Unión Soviética en 1996 y hoy administrado por la Federación Rusa; el GALILEO,
creado por la Unión Europea en 2015; y el BEIDOU, sistema chino que se espera que esté
operativo a finales de 2020.
D=(t1-t2) *c
Una vez calculado este valor, los satélites obtienen el radio dentro del cual se
encuentra el receptor buscado, formando una circunferencia imaginaria y delimitando el
espacio mediante sus intersecciones. Cuando los radios de dos satélites se interceptan,
crean una tercera circunferencia, que a su vez va a ser interceptada por el radio del tercer
satélite, reduciendo a solo 2 puntos la posible posición del receptor. Finalmente, y por
descarte, el satélite escoge el punto que intercepta con la superficie de la Tierra y obtienen
la posición correcta.
Considero que esta medida de utilizar un cuarto satélite para calcular y compensar
la desviación generada por el dispositivo receptor es primordial para que el sistema GPS
funcione correctamente, ya que, de lo contrario, siempre predominará un error, que por muy
pequeño que sea, va a tener una influencia muy grande en la medición de la posición final,
y, por ende, en la confiabilidad del sistema; y es una solución más efectiva y práctica que
instalar relojes atómicos en los smartphones.
Sin embargo, este es solo uno de los errores que puede presentar este tipo de
sistema; y aquí es donde entra Einstein y su teoría de la relatividad especial, que dice que
un reloj de movimiento rápido tiende a ralentizarse, y en este lote entran los relojes atómicos
instalados en los satélites, que experimentarán una disminución de 7 microsegundos cada
día. Aunado a esto, y entendiendo la teoría general de la relatividad, la gravedad también
influye, incrementando la velocidad del reloj en 45 microsegundos. Por esta razón, en las
computadoras de los satélites está integrada una ecuación de dicha teoría, que se encarga
de compensar y ajustar los relojes a su velocidad normal.
Como nos podemos dar cuenta, existen muchos factores que pueden influir
negativamente en los sistemas de navegación y posicionamiento, proporcionando errores
de medición no deseados; y que gracias a los aportes de grandes científicos y a los avances
en la tecnología, se han podido reducir considerablemente, lo cual es muy importante,
debido a que hoy en día estos sistemas se han convertido en herramientas esenciales en
diferentes campos, como los son el estudio de fenómenos atmosféricos, la ingeniería civil,
el guiado de personas con discapacidades físicas, o la navegación desasistida de
vehículos.
Los conjuntos de unidades apuntan los paneles solares de un satélite al sol para
obtener energía, por lo cual, cualquier falla que ocurra en esta unidad, pone en riesgo su
operatividad, ya que, al descargarse las baterías, se puede perder el control del satélite. Y
algo parecido fue lo que sucedió, luego de que los operadores tratasen en dos
oportunidades de llevar la nave por encima del cinturón geoestacionario, y ubicarlo en una
órbita cementerio, que, por su altitud, es donde se llevan los satélites inoperativos para
evitar que representen un peligro para los que aún se encuentran en total funcionamiento.
Sin embargo, fracasaron en el intento y perdieron contacto con el VeneSat-1.
Otra alternativa a seguir puede ser realizar un mantenimiento luego de cierto tiempo,
que, además de optimizar los costos, garantizaría alargar la vida útil del satélite, en vez de
simplemente esperar a que quede inoperativo o que quede expuesto a cualquier tipo de
falla, como la que ocurrió con el VeneSat-1.
Por último, y continuando con la idea de realizar mantenimiento, hace poco se dio a
conocer la noticia de que por primera vez un satélite artificial se logró acoplar a otro para
alargar su vida útil. Esto tiene mucho que ver con lo planteado anteriormente. Considero
que es una de las opciones más factibles y viables ya que se trata de un satélite únicamente
encargado de dar soporte, no solo a uno, sino a varios, durante un período de cinco años.
Recordemos que la vida útil de un satélite depende en su mayoría del combustible. Esto
quiere decir que un satélite puede estar en un estado óptimo internamente, y aún así quedar
inoperativo por falta del mismo, representando pérdidas de recursos.
La pérdida del satélite Simón Bolívar, a pesar de no generar ningún tipo de riesgo
de colisión con satélites operativos, trae consigo algunas consecuencias. Aunado a la ya
mencionada pérdida de recursos, cabe resaltar que podríamos estar frente a una
disminución de servicios, así como de cobertura.