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Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA)

Reciento santiago

Carrera:
Medicina

Materia:
Historia Universal

Tema:
Las invasiones bárbaras

Presentado para la maestra:

Rosalía Francisco
Presentado por:

Ana Erika Martínez Almonte

Matricula:

1-19-8709

Fecha de entrega:

Lunes, 29 de junio del año 2020


• ¿A quiénes se le llamo bárbaros? ¿De dónde procedían?
Los bárbaros fueron una serie de pueblos
que conquistaron gran parte del centro y
del oeste de Europa durante el siglo V d.C.
También llamados pueblos germánicos,
sus conquistas contribuyeron a la caída del
Imperio Romano de Occidente.
Los bárbaro no solo hace referencia a un
solo pueblo. En realidad, fueron muchos
los que penetraron en Europa durante los últimos tiempos de dominio romano. Entre
ellos se encontraban los hunos, los godos, los francos o los sajones. Muchas de estas
tribus acabarían formando sus propios reinos en el continente.
A continuación, veremos los diferentes pueblos:

• Los hunos
Los hunos eran un pueblo nómada procedente del Asia central cuya llegada a
Europa se puede considerar como el antecedente del resto de las migraciones
bárbaras. Gracias a su destreza militar, esta tribu fue conquistando todos los
territorios en su camino hacia Europa a partir del siglo III.

Esta serie de conquistas provocaron que muchos pueblos tuviesen que huir para
no enfrentarse con ellos, lo que causó una oleada de migraciones hacia el oeste.

Su rey más poderoso fue Atila, que vivió a comienzos del siglo V. Bajo su
mando, los hunos lograron controlar un territorio que se extendía desde el centro
de Europa hasta el mar Negro y desde el Danubio hasta el Báltico.
Atila atacó en muchas ocasiones a los dos imperios creados a partir del Imperio
romano: el occidental y el oriental. Sin embargo, cuando tenía Roma a su
alcance, decidió retirarse por causas nunca explicadas.

El imperio de los hunos desapareció tras la muerte de Atila, sin dejar ningún tipo
de estructura territorial asentada.

Su ubicación geográfica
procedían de las estepas asiáticas,
concretamente de la región del macizo de Altai,
al norte del mar Negro. Según algunos
historiadores, su éxodo fue motivado por la
expansión china, aunque otros apuntan a
factores climáticos. A partir de ese momento,
los hunos fueron ampliando su territorio de
manera constante. Por una parte, avanzaron
desde el actual Turkmenistán hacia la India y,
por otra, llegaron hasta el centro y el este de Europa.
Características
fueron el pueblo bárbaro con costumbres más primitivas. Entre estas se
encontraba su vestimenta, que consistía tan solo de pieles de animales, y su
alimentación, basada en la caza y la recolección.

Por otra parte, los hunos eran grandes jinetes. Su dominio del caballo en la
batalla les permitió vencer a todos los pueblos que encontraban a su paso. Las
armas que utilizaban eran las lanzas, los arcos compuestos y las espadas rectas,
principalmente.

La organización política de los hunos era muy similar a la de otros pueblos. El


rey era el gobernante absoluto, sobre todo a partir del reinado de Atila. Tras el
monarca se situaba la nobleza, formada principalmente por su familia. El resto
del grupo privilegiado formaba la aristocracia, dueña de tierras y ganado.

La clase social más baja era la compuesta por los esclavos. Esto no tenían
ningún tipo de derechos y su trabajo consistía en cuidar las tierras y el ganado de
las clases altas.
• Francos

Los francos fueron un pueblo germano cuya primera


mención data del año 258. En esa fecha, algunos escritos
romanos relataban los enfrentamientos bélicos de sus
tropas con esta tribu cuando estaban intentando pacificar
la zona del río Rin.
los francos atravesaron las fronteras del imperio
invitados por los propios romanos de las Galias. Por lo
tanto, este pueblo no procedía de la primera gran
migración, sino que su presencia se dio algo más tarde.

Los francos, considerados junto a los visigodos como


uno de los pueblos bárbaros más cultos, estaban muy orgullosos de su infantería
y su artesanía. Con el tiempo, fundaron un importante reino en Francia.

Su ubicación geográfica
se trataba de un pueblo formado por la unión de
otras tribus más pequeñas que habitaban al este
del Rin.

Entre el 355 y el 358 d. C., el emperador


romano Juliano pacificó la zona del Rin y llegó
a un acuerdo con los francos, que se
convirtieron en foederati del imperio. Su papel
era ayudar a los romanos a defender la Galia de
las posibles invasiones.

Cuando Roma perdió autoridad en buena parte del imperio, a partir del 420 d.
C., los francos se anexionaron los territorios al sur de la Galia. En esta expansión
chocaron con los visigodos, a los que derrotaron en el año 507.

Característica
Los historiadores romanos reflejaron en algunos escritos que los francos estaban
divididos en dos grupos: los salios, que sobre el siglo III habitaban en los
actuales Países Bajos y el noreste de Alemania; y los ripuarios, asentados en el
curso medio del río Rin.

Los francos crearon un gran reino a partir del año 481. El rey Clodoveo I inició
la conquista de varios territorios del sur. En unos años, tenía en su poder toda la
Galia y Renania.
Por otra parte, este pueblo fue el primero entre los
bárbaros en adoptar el cristianismo como religión,
en el 493. El efecto político de esta decisión fue que
la población romana de la Galia aceptara a sus reyes
como máxima autoridad.

Con el tiempo, la autoridad central del monarca fue


decayendo. En su lugar aparecieron aristócratas que
controlaban sus propias tierras, una característica del
sistema feudal. Los grandes señores fueron ganando
cada vez más poder, hasta que uno de ellos se hizo
con el trono: Pipino el Breve, fundador de la dinastía carolingia.

• Los lombardos
El último pueblo bárbaro que traspasó las fronteras del Imperio romano fueron
los lombardos, alrededor del año 568. Su destino fue la zona norte de Italia.

En un primer momento, esta ocupación del norte de la península itálica no


representó ninguna dificultad para los lombardos. Sin embargo, más adelante
cometieron un importante error: atacar los Estados Pontificios.

Estos solicitaron ayudas a los francos, que derrotaron a los lombardos en el año
774. Así, el territorio que habían conquistado los lombardos pasaron a manos del
imperio creado por el franco Carlomagno, que con el tiempo se convirtió en el
Sacro Imperio Romano Gemánico.
Su ubicación geográfica

El origen de los lombardos se situó


en el norte de Europa. Aunque
existen varias teorías, una de la
más seguida señala la existencia de
una pequeña tribu llamada Winnili
y que habitaba en el sur de
Escandinavia.

Desde allí, esta tribu emigró hasta


el valle del Danubio y, más
adelante, conquistó parte de Italia
creando el Reino lombardo.
Características
Aparte de la conquista del norte de Italia, los lombardos no se caracterizaron por
su ardor guerrero y tuvieron pocos enfrentamientos con otras tribus. En general,
se trataba de un pueblo agrícola, pacífico y sedentario.

Los lombardos practicaban el arrianismo, esto es, eran cristianos que pensaban
que Jesucristo fue creado por Dios Padre y que estaba bajo sus órdenes. Por lo
tanto, no creían en la Santa Trinidad.

• Godos: ostrogodos y visigodos


Hasta el siglo III, los godos formaban un único pueblo. Sin embargo, tras el
periodo de invasiones en el occidente de Europa se dividieron en dos:
ostrogodos, al este, y visigodos, al oeste.

Los primeros destacaron por su lucha contra el jefe militar de los hérulos,
Odoacro, quien había acabado con el último emperador romano. Así, en el 488,
el rey ostrogodo Teodorico conquistó la península italiana y derrocó al propio
Odoacro.

Unos años más tarde, en el 493, Teodorico estableció un reino independiente en


Italia con capital en Rávena. La táctica empleada por el monarca ostrogodo para
mantener sus nuevos territorios fue establecer una política de respeto a la cultura
romana.

Los visigodos, por su parte, alcanzaron rápidamente las fronteras del Imperio
Romano de Occidente. En el 410, saquearon Roma y se llevaron un enorme
botín, especialmente de los templos. Además, liberaron a un gran número de
esclavos que acabaron enrolándose en su ejército.

Dos años más tarde de ese saqueo, los visigodos pasaron a formar parte del
Imperio Romano de Occidente como reino independiente. Este pueblo llegó a un
acuerdo con el emperador romano Honorio: se ofrecieron a pacificar Hispania y
la Galia para librar esas tierras de los otros pueblos bárbaros.
Ubicación geográfica
Los godos fueron un pueblo de origen germánico que
llegaron a dominar un territorio que se extendía entre el
mar Báltico, el mar Negro, el río Don y el río Rin. Sin
embargo, no existen demasiadas evidencias que permitan
conocer su origen geográfico. La mayoría de los
historiadores apuntan que pudieron proceder de Götlang,
en la actual Suecia. Desde allí se trasladaron a zonas de
las actuales Polonia, Bielorrusia y Rumanía, donde se
separaron en las dos ramas antes señaladas.
Características
Los godos eran un pueblo guerreo seminómada de origen indoeuropeo. En el ámbito
religioso, adoraban a los fenómenos de la naturaleza.
Cuando abandonaron su territorio de origen, posiblemente en Suecia, se establecieron
en las costas del mar Negro. En el siglo III, organizados en clanes, se enfrentaron de
manera continua con otros pueblos de la actual Ucrania.
Cada uno de los clanes godo tenían su propio jefe, pero las decisiones importantes se
tomaban en una asamblea de hombres libres. Cuando tenían que afrontar un problema
grave, esa asamblea nombraba a un líder general.
Este pueblo comenzó a practicar la agricultura tras abandonar Suecia. Igualmente,
apareció una clase social formada por los comerciantes, que intercambiaban productos
con el Imperio romano.
Con el tiempo, sus habilidades militares se perfeccionaron hasta convertirse en unos
rivales temibles para cualquier enemigo.
Su entrada en el Imperio romano se produjo durante el mandato del emperador Valente,
quien les convenció para que se convirtieran al arrianismo, religión que él practicaba.

• Vándalos
Este pueblo germano nació de la unión de varias tribus diferentes. A comienzos de la
era cristiana, los vándalos habitaban la orilla sur del Báltico, divididos en dos grandes
grupos: los asdingos y los silingos.
En el 171 d. C., los primeros se establecieron en la frontera entre Dacia y el Imperio
romano y sobre el siglo V en el valle del Tisza. Por su parte, los silingos acabaron
dando nombre a la región de Silesia.
La entrada de los vándalos en el Imperio romano se produjo durante la primera oleada
de invasiones bárbaras, a comienzos del siglo V. La causa de este movimiento fue la
llegada de los temibles hunos desde el este.
En su avance, los vándalos alcanzaron Hispania en el 409, cuando cruzaron los Pirineos
junto a los suevos y los alanos. Algunos, los asdingos, se instalaron en Galicia, mientras
que los silingos se dirigieron a la Bética. Estos últimos fueron derrotados poco después
por los visigodos y, según alguna teoría, los supervivientes se trasladaron a África.
Ubicación geográfica
Los vándalos aparecieron de la unión de un
heterogéneo grupo de tribus que habitaban el área
meridional del Báltico.
Después de traspasar las fronteras del Imperio
romano en su huida de los hunos, parte de los
vándalos se instalaron en Galicia, en la actual
España. Otro grupo hizo lo propio en la Bética,
pero fueron arrasados por los visigodos.
Los supervivientes cruzaron sobre el 430 el
estrecho de Gibraltar para llegar a África, junto con
grupos de alanos y de hispanorromanos que
también huían de los visigodos. Bajo el mano del
rey Genserico fundaron un reino en tierras africanas
que, más adelante, llegó a controlar importantes islas del Mediterráneo, como Sicilia,
Córcega o Cerdeña.
Característica
La mala consideración de los vándalos entre los romanos
provenía de la violencia que aplicaban en sus conquistas.
Su ejército no dudaba en destruir ciudades enteras, además
de saquear las localidades conquistadas.
Ya en el norte de África, los vándalos adoptaron algunas
de las instituciones propias del Imperio romano, así como
el latín como lengua. A partir de ese momento,
desarrollaron una política defensiva y de intimidación
contra sus enemigos.

Políticamente, los vándalos se organizaron como una monarquía. Sin embargo, no


lograron establecer una estructura administrativa fuerte, lo que unido a la falta de
atención social provocó el debilitamiento de su reino.
En el ámbito religioso, este pueblo adoptó el arrianismo y persiguieron con dureza a los
católicos. Por otra parte, los matrimonios con miembros de otros pueblos estaban
totalmente prohibidos.
Sajones
Los sajones eran un pueblo germánico que
habitaba en la desembocadura del río Elba. En el
siglo V, parte de este pueblo se trasladó a Britania,
la provincia romana en la actual Inglaterra.
En la conquista de Britania participaron, además de
los sajones, otros pueblos bárbaros como los justo y
los anglos. Antes de lograr derrotar a los romanos,
los sajones ya habían intentado invadir la isla, pero
habían sido rechazados por las flotas de Roma.

Ubicación geográfica
Los sajones procedían de la Baja Sajonia, en
las actuales Alemania y Países Bajos. Tras
conquistar Britania, se asentaron en el sur de
la isla y en el valle del Támesis. En esas
zonas fundaron los reinos de Wessex, Essex
y Sussex.
Según la historiografía inglesa, los sajones y
el resto de los pueblos bárbaros llegaron a
Britania como parte de un acuerdo para
defender a sus habitantes de los ataques de
los pictos, la población autóctona escocesa.

Características
los sajones eran de tez pálida y tenían los ojos claros. Era un pueblo guerrero y solían
asentarse en las afueras de las tierras que conquistaban,
Su tez era pálida y sus ojos claros. Sus cabellos rojizos y sus cuerpos imponentes. Su
actividad principal era la guerra. Provenían de la zona ubicada entre los ríos Elba y
Rhin.
Su líder político recibía la denominación de Thane, un cargo encargado de dirigir a
comunidades formadas por unas veinte familias. Cien familias en su aldea formaban un
hundreds, que as su vez se organizaban en Shires.
El liderazgo político no era hereditario: el Consejo de Sabios o Witan elegía al
gobernante siempre entre los miembros de la misma familia.
En Britania, los sajones eliminaron el uso del latín y establecieron su propio idioma. Sus
costumbres desplazaron a las romanas y se decantaron por una vida rural en lugar de
urbana.
Por otra parte, los sajones eran politeístas. Algunos de sus antiguos dioses dieron
nombre a los días de la semana en inglés, como Freya (Friday – viernes) o Thor
(Thursday – jueves).

Principales tribus invasoras


Las provincias occidentales del Imperio sufrieron una primera oleada de invasiones
simultáneamente a la crisis socioeconómica que se manifestaba en las rebeliones
campesinas (bagaudas).23 En Oriente fueron los godos quienes inicialmente
protagonizaron la principal amenaza. Divididos en grupos de godos orientales
(ostrogodos) y de godos occidentales (visigodos), se introdujeron al sur del Danubio en
los Balcanes y obtuvieron todo tipo de concesiones de las autoridades imperiales: en el
año 376 se les concede su entrada pactada, pero al sentirse defraudados en sus
expectativas, se dedicaron al saqueo, consiguiendo incluso vencer al ejército imperial de
Valente en la batalla de Adrianópolis (378). Esto puso a los godos en una posición
extraordinariamente ventajosa, que obligó al nuevo emperador, Teodosio, a concederles
un foedus para su asentamiento en la Tracia (382).22 Su prolongada presencia dentro de
las fronteras les permitió asimilar rasgos de la civilización romana, como la religión,
adoptando el arrianismo (una de las versiones del cristianismo que, posteriormente, en
el Concilio de Constantinopla de 381, fue condenada como herética). El proceso de
aculturación incluso significó la adquisición de la ciudadanía romana por muchos de los
considerados bárbaros, o su acceso a altos cargos de la administración romana y del
ejército; pero no la asimilación, ni la disminución de la conflictividad. Todo lo
contrario: en el 410 los visigodos de Alarico I saquearon la propia ciudad de Roma,
obteniendo un mítico botín.

El invierno particularmente frío del año 406 permitió cruzar el Rin helado a grupos
masivos de suevos y vándalos (junto con los alanos, un pueblo no germánico, sino
iranio). Los emperadores de la época recurrieron a ficciones jurídicas como otorgarles el
permiso de ingreso, bajo las condiciones teóricas de que deberían actuar como colonos y
trabajar las tierras, además de ejercer como vigilantes de frontera; pero el hecho fue que
la decadencia del poder imperial impedía cualquier tipo de dominio. Los invasores no
encontraron obstáculo en su avance hacia las ricas provincias meridionales de Galia e
Hispania. Los vándalos incluso cruzaron el estrecho de Gibraltar, tomando las
provincias africanas y amenazando las rutas marítimas del Mediterráneo occidental. El
imperio tuvo que recurrir a los visigodos, los más romanizados de entre los germanos,
para intentar recuperar algún tipo de control sobre las provincias occidentales. Los
visigodos, en efecto, se impusieron sobre los invasores, pero únicamente para
establecerse a su vez como un reino independiente (reino de Tolosa, 418) justificado en
la figura jurídica del foedus.
Una nueva invasión fue protagonizada por Atila, el rey de los hunos (un enigmático
pueblo o confederación de pueblos, cuyo desplazamiento secular hacia el oeste estuvo
probablemente en el origen del movimiento inicial de los germanos). Tras acosar al
Imperio romano de Oriente, que solo le enfrentó mediante una política de
apaciguamiento, se dirigió a Occidente, donde una inestable coalición de romanos y
germanos le venció en la batalla de los Campos Cataláunicos (451).
Después de la descomposición del imperio de Atila, nuevas oleadas invasoras se
establecieron los territorios que ya solo de nombre podían considerarse provincias
romanas: desde mediados del siglo V (batalla de Guoloph, 439, batalla del Monte
Badon, 490) anglos, sajones y jutos desembarcaban en la Britania posromana,
inicialmente como mercenarios para proteger a los britanos de escotos y pictos y luego
como conquistadores;24 a comienzos del siglo VI los francos tomaron las Galias,
venciendo a losvisigodos en la (batalla de Vouillé (507), cerca de Poitiers, batalla en la
que murió el rey Alarico II, desplazando a los visigodos a Hispania , dando origen al
Reino Visigodo de Toledo. Por otro lado en la península itálica, la ficción de la
pervivencia del Imperio había dejado existir desde 476, cuando los hérulos de Odoacro
destituyeron al último emperador romano, Rómulo Augústulo. Su dominio fue breve,
pues se vieron acometidos a su vez por sucesivas invasiones instigadas por el emperador
de Oriente (Zenón): en 487 y 488 la de los rugios de Feleteo y Federico, que logran
rechazar; y finalmente la de los ostrogodos de Teodorico el Grande, que los derrotan en
Aquilea, Verona (489) y el río Adda (490), quedando sitiado Odoacro en Rávena hasta
su asesinato a manos del propio Teodorico (493).25
Tanto visigodos como francos obtuvieron el extraordinario beneficio que suponía la
aplicación extensiva del concepto de hospitalitas (la asignación al huésped de la tercera
parte del patrimonio del anfitrión), lo que en la práctica significó cederles la tercera
parte de las tierras que ocupaban en las Galias. Los hérulos de Odoacro exigieron lo
mismo en Italia, y ante la respuesta negativa de las autoridades romanas, optaron por
aclamar a su jefe como "rey de Italia".
Principales causas de las invasiones bárbaras
La decadencia del Imperio Romano de Occidente a nivel político, social y
militar.
La crisis económica del sistema latifundista romano.
La presencia de gran cantidad de soldados y tropas de origen bárbaro (germano,
franco, godos, celtas, etc) en las legiones romanas.

Consecuencias de dichas invasiones


Caída del imperio romano occidental
Comienzo de una nueva era en Europa: edad media
Fin unidad lingüística del latín
Mayor decadencia de ciudades
Fin del comercio marítimo
Romanos perdieron sus tierras
Cambios fuertes en la cultura occidente

Periodo que da inicio las invasiones bárbaras


Período de las grandes migraciones (en la historiografía tradicional europea también se
han denominado invasiones bárbaras o migraciones germánicas) es un período situado
entre el siglo III y el siglo VII d.C que afectó a extensas regiones de la zona templada de
Eurasia, y que acabó provocando la caída o desestabilización de grandes imperios
consolidados el Imperio romano, el Imperio sasánida, el Imperio Gupta o el Imperio
Han.
Tuvieron lugar a lo largo de un ciclo histórico de larga duración, entre los siglos III y
VII, y afectaron a la práctica totalidad de Europa y la cuenca del Mediterráneo,
marcando la transición entre la Edad Antigua y la Edad Media que se conoce con el
nombre de Antigüedad tardía.
Las invasiones bárbaras que se produjeron entre el siglo III al VIII son las más
importantes. Sin embargo, existieron otras invasiones que tuvieron su momento de
mayor relevancia en torno al siglo IX y que generaron un período de gran inestabilidad
e inseguridad en la Cristiandad Latina.

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