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Mucho antes de que la bacteriología se organizara como ciencia, se suponía que el agua
podía ser un medio de transmisión de organismos patógenos. Hasta 1854 no se
comprobó que una epidemia de cólera había tenido su origen en agua contaminada.
Desde entonces se han llevado a cabo estudios bacteriológicos del agua, para determinar
los focos de organismos de importancia para la salud pública y establecer procedimientos
que permitieran descubrirlos, identificarlos y destruirlos.
Otro aspecto de la microbiología del agua, es el que concierne a la flora microbiana
natural de las reservas de agua, como lagos, ríos y mares. Estas aguas, embalsadas o
corrientes, albergan microorganismos capaces de producir diversas transformaciones
químicas, que intervienen en el mantenimiento del equilibrio normal de la vida acuática y
cooperan a varios procesos geoquímicos. La microbiología marina se ocupa de identificar
y estudiar dichos microorganismos.
FLORA MICROBIANA DE LAS AGUAS NATURALES
El agua del globo terráqueo renueva su estado según su proceso de circulación continuo
que se conoce con la denominación del ciclo del agua o hidrológico. Se calcula que
anualmente se evaporan 333,000 km3 de agua en los océanos y más de 62,000 km3 del
agua de los lagos y superficie de la tierra. Esta evaporación total se equilibra con la
precipitación total del agua evaporada, de la cual se vuelven a caer sobre la tierra firme
100,000 km3. El agua contiene microorganismos de muchos tipos de todas las fases d
este proceso cíclico: agua atmosférica, agua superficial y agua subterránea.
AGUA ATMOSFERICA
El agua condensada en nubes, que se precipita en forma de nieve, granizo y lluvia,
constituye el agua atmosférica. La flora microbiana que contiene procede del aire. En
efecto, el agua al descender “lava” las capas del aire arrastrando las partículas de polvo
en suspensión con los microorganismos adheridos a ellas. La mayor parte de estos
microorganismos son eliminados del aire de esta forma en las primeras fases de la
precipitación.
AGUA SUPERFICIAL
El agua contenida en los lagos, ríos, arroyos y mares, es el agua superficial. Estas aguas
están sometidas, en mayor o menor grado a contaminación periódica con
microorganismos, por el agua atmosférica (precipitaciones), por las corrientes
superficiales y por todos los desechos y residuos que se vierten deliberadamente en ellas.
Las poblaciones microbianas difieren en su número y en su calidad según la procedencia
del agua, su composición en elementos nutritivos de aprovechamiento para los
microorganismos, y las condiciones geográficas, biológicas y climatológicas.
AGUA SUBTERRANEA
El agua edáfica (terrestre) es el agua subterránea que impregna el terreno cuando los
poros de los materiales que forman el suelo y las rocas están saturados. Las bacterias y
demás partículas que tiene en suspensión se separan por filtración según su tamaño, los
caracteres de permeabilidad del suelo y la profundidad a que penetra el agua. Los
manantiales se originan cuando el agua subterránea alcanza la superficie del terreno a
través de fisuras en las rocas o del suelo poroso descubierto. Los pozos son
excavaciones hechas en la tierra, ahondando hasta encontrar una vena de agua. Se
consideran pozos someros los que tienen profundidad menor de 30 m; los de mayor
profundidad son pozos profundos. Los pozos y manantiales bien localizados dan agua de
muy buena calidad desde el punto de vista bacteriológico. Si se toman las precauciones
convenientes para evitar la contaminación, el contenido microbiano es despreciable.
MICROBIOLOGIA MARINA
La microbiología marina estudia los organismos microscópicos que viven en el mar. En
esta flora microbiana se incluyen bacterias, algas protozoarios, hongos. En los animales
marinos se han aislado virus, y bacteriófagos en las bacterias marinas. Si se considera el
hecho de que el 72% de la superficie de la tierra está cubierta por agua – principalmente
de agua salada – y que los microorganismos pululan tanto en las regiones marinas
superficiales como en los sedimentos del fondo, podemos concebir el mar como el medio
natural más vasto habitado por microbios.
Los microorganismos que viven en las capas superficiales forman en conjunto el plancton:
fitoplancton, la población de algas, y zooplancton, la población de protozoarios y otros
pequeños animales que lo integran. La flora microbiana que habita en las regiones del
fondo (sedimentos), constituye el bentos o población bentónica, la cual abarca, como el
plancton, una heterogénea variedad de formas vitales entre las que predominan las
bacterias.
ASPECTOS SANITARIOS DE LA MICROBIOLOGIA DEL AGUA
El agua como posible portador de microorganismos patógenos, puede poner en peligro la
salud y la vida.
Los gérmenes patógenos que se propagan con más frecuencia por este conducto son los
que causan infecciones intestinales: fiebre tifoidea, disentería amebiana y cólera. Estos
microorganismos se encuentran en las heces y en la orina de las personas infectadas, y
cuando se eliminan pueden llegar a contaminar aguas que pueden ser utilizadas como
agua de bebida.
DEPURACION DEL AGUA
El agua que no contiene microorganismos patógenos ni sustancias químicas nocivas para
la salud se denomina potable. El agua contaminada con productos residuales o detritos,
domésticos o industriales, es agua polucionada. Los aspectos más importantes en lo que
se refiere al suministro de agua potable son la ausencia de microorganismos patógenos y
la de productos químicos nocivos. Estas normas se aplican tanto a los pozos o fuentes
que proveen viviendas familiares aisladas como a los servicios de abastecimiento de agua
a cientos o miles de personas. Sin embargo los procedimientos de tratamiento del agua
son muy diferentes en ambos casos.
Suministros de agua individuales.- En las zonas rurales, el agua de las viviendas
aisladas procede casi siempre de aguas subterráneas: pozos y manantiales. También se
utiliza en algunos casos el agua de lluvia. El agua superficial, sin embargo, no debe
emplearse para bebida, a menos que no se someta a tratamiento, porque está expuesta
al riesgo permanente de polución y al contagio consiguiente de infecciones.
Antes de brotar en los pozos y manantiales, el agua subterránea se filtra a través de las
capas del terreno, lo que retiene las partículas suspendidas en ella, entre las que se
encuentran los microorganismos. Esta agua edáfica, puede ser bacteriológica de muy
buena calidad. Es de la mayor importancia que el suministro de agua elegido esté situado
a distancia conveniente de posibles focos de contaminación, por ejemplo letrinas; los
pozos se construyen de modo que se prevengan filtraciones o derrames dentro de los
mismos. Además deben estar, cubiertos con materiales impermeables que impidan el
paso de sustancias extrañas. Análogas precauciones deben tomarse al adaptar un
manantial para suministro de agua potable.
Abastecimiento de agua. Las principales operaciones que se practican en las plantas de
tratamiento de agua para asegurar la distribución de agua de buena calidad para el
consumo humano son: decantación, filtración y desinfección por el cloro.
DETERMINACION DE LA CALIDAD SANITARIA
El agua puede ser completamente clara y no presentar ninguna calidad apreciable al
olfato ni al paladar y, sin embargo, estar contaminada. Por esta razón es necesario aplicar
técnicas especiales para poder determinar su calidad sanitaria.
Inspección sanitaria. El examen de agua por especialistas sanitarios se denomina
inspección sanitaria. Comprende:
1. Examen del agua natural en su origen y de las circunstancias que pueden influir en su
calidad,
2. Vigilancia de las operaciones en la planta de tratamiento de agua o en la construcción
del pozo, y
3. Revisión del estado de la distribución del agua hasta el consumidor.
Como las circunstancias que influyen en la calidad del agua no son siempre las mismas,
especialmente en las ciudades, donde pueden cambiar con frecuencia la población y los
tipos de industria, la cantidad de aguas residuales y los procedimientos de eliminación, es
necesaria la vigilancia sanitaria periódica y detenida.
Los datos que se recogen en estas inspecciones son de gran valor tanto desde el punto
de vista indicador de los cambios que pudieran ser necesarios para prevenir
complicaciones en la marcha del proceso de tratamiento, como para descubrir el origen
de perturbaciones que puedan presentarse inesperadamente.
La inspección sanitaria revela si el agua se obtiene y distribuye en las condiciones
debidas. Sin embargo su potabilidad solo puede determinarse por medio de análisis
químicos y bacteriológicos de laboratorio.
El análisis químico señala si el agua ha experimentado polución y ofrece valiosa
información; pero no es lo bastante sensible y específico para descubrir contaminaciones
mínimas por aguas residuales. Las técnicas bacteriológicas son, por el contrario,
sumamente sensibles y específicas para revelar la polución fecal.
Prueba bacteriológica de polución. Aunque pudiera suponerse que el objeto de los
análisis de agua que se practican habitualmente sería el de aislar los organismos
patógenos, sin embargo no es así por las razones siguientes:
1. Lo más probable es que los gérmenes patógenos lleguen al agua esporádicamente y
no sobrevivan en ella durante largo tiempo, por consiguiente, pueden no encontrase en la
muestra enviada al laboratorio.
2. Si existen en muy pequeño número es fácil que escapen a las técnicas de
investigación.
3. El examen de una muestra de agua en el laboratorio requiere 24 horas o más tiempo
para obtener resultados. Si efectivamente existieran gérmenes patógenos en el agua
analizada muchas personas que hubieran consumido el agua durante este intervalo
podrían haberse infectado.
Los microorganismos patógenos llegan a las reservas o a las conducciones de agua a
través de las deyecciones intestinales. Ciertas especies bacterianas, en particular la
Escherichia coli y los organismos afines llamados coliformes, los estreptococos fecales
(v.gr., Streptococcus faecalis) y el Clostridium perfringens son huéspedes normales del
intestino grueso del hombre y algunos animales, y se encuentran por consiguiente en las
heces. La presencia de estos microbios en el agua revela, polución fecal o excrementicia
de procedencia humana o animal. Cuando dichos microorganismos se encuentran en el
agua, es señal de que existe una vía de acceso que pueden seguir también los gérmenes
intestinales patógenos que se eliminan en las deyecciones de enfermos infecciosos.
Puesto que el análisis bacteriológico del agua para investigar los gérmenes patógenos
está rodeado de los inconvenientes que hemos señalado anteriormente, se dirige la
atención a demostrar las especies bacterianas cuyo origen fecal es conocido, en especial
los microbios del grupo coliforme. Esta solución del problema se ha mostrado eficaz en la
práctica y presenta las ventajas siguientes:
1. Las bacterias coliformes, en particular la Escherichia coli, existen siempre en gran
número en el intestino humano. Se calcula que una persona normal elimina al día varios
miles de millones en sus deyecciones.
2. Estos microorganismos viven en el agua durante más tiempo que los gérmenes
intestinales patógenos.
3. Aunque una persona sana no expulsa, desde luego, bacilos tifoideos, si contrae la
fiebre tifoidea el microbio específico se encontrará en sus deyecciones. Por consiguiente,
la presencia de bacterias coliformes en el agua potable se considera como un aviso de
que el agua está expuesta al riesgo posible de polución peligrosa.
El grupo coliforme. Se incluyen en el grupo bacterias coliformes todos los bacilos
aerobios y anaerobios facultatitivos, gram-negativos, no esporulados, que producen ácido
y gas en la fermentación de la lactosa. Las especies tipo de este grupo son: la Escherichia
coli y el Enterobacter aerogenes. La relación de estos organismos con otros del grupo
entérico – salmonella, shiguella, proteus, pseudomonas y alcaligenes, todos son bacilos
gram-negativos no esporulados.
La E.coli es huésped normal del intestino humano y animal. El E. Aerogenes se presenta
con más frecuencia en los vegetales y sus semillas, pero también se encuentra en las
heces humanas y animales. Ambas especies se asemejan mucho en sus caracteres
morfológicos y de cultivo y es preciso recurrir a pruebas bioquímicas para su
identificación. Las más importantes son las siguientes:
1. Producción de indol. La E.coli, produce indol; el E. aerogenes, no lo produce.
2. Intensidad de la reacción ácida en los cultivos en caldo lactosado señalada por el
indicador rojo de metilo. Ambos organismos producen acido de la glucosa. Sin embargo,
los cultivos de E. coli presentan un pH másbajo, que hace virar al rojo al indicador,
mientras que en los cultivos de E. aerogenes no se produce cambio de color.
3. Producción de acetilmeticarbinol en medio de peptona-glucosa. Este compuesto se
identifica por la reacción de Voges-Proskauer. La E.coli, no produce acetilmetilcarbinol, el
E. aerogenes, si los produce.
4. Utilización del citrato de sodio. El E. aerogenes puede utilizar el citrato sódico como
única fuente de carbono; es decir, puede crecer en un medio de composición química
conocida en el que citrato sea el único compuesto carbonado. La E. coli no crece en
dichas condiciones.
Estas cuatro reacciones diferenciales se denominan, abreviadamente, reacciones IMVIC
(I=indol, M=Rojo-metilo, V= Voges-Proskauer reacción de y C= citrato)
Tabla 1 Diferenciación de razas típicas de Escherichia coli y de Enterobacter
aerogenes por las reacciones IMVIC.
Técnicas bacteriológicas
Los métodos oficiales de análisis bacteriológicos del agua, se describen en Métodos
Normales para el Análisis de agua y aguas residuales. Como se indica en el título los
métodos están normalizados; deben seguirse los detalles del procedimiento para que los
resultados adquieran significación oficial. En la práctica de los análisis bacteriológicos de
muestra de agua es indispensable someterse estrictamente a los detalles que se exponen
a continuación:
Recolección de muestras
Envases de vidrio esterilizados que no sea atacado por el agua.
La muestra ha de ser representativa del abastecimiento de que procede.
Es necesario evitar la contaminación de la muestra durante su recogida y después de
esta.
La muestra debe analizarse lo más pronto posible después de recogida. No debe demorar
más de 24 horas para llevar al laboratorio.
Abastecimiento de agua. Todas las fuentes deben ser analizadas mediante un análisis
físico-químico y bacteriológico.
Muestra tomada de un grifo. Se deja correr por espacio de 3 a 5 minutos
Muestra tomada del río. Al centro aproximadamente y a una profundidad de 10 a 15 cm.
Pozo poco profundo. Bombear el agua por 3 a 5 minutos
La muestra debe ser identificada adecuadamente.
Preservación y almacenamiento de las muestras
Muestra de agua potable. Tiempo máximo de 30 horas.
Es mejor refrigerar las muestras cuando el tiempo es más de 6 horas a una temperatura
menor de 5°C y si el tiempo es menor de 6 horas puede ser de 10°C.
Los métodos bacteriológicos son:
1. Recuento en placa o recuento de bacterias heterotróficas para determinar el número de
bacterias presentes.
2. Pruebas que revelan la existencia de bacterias coliformes.
1. Recuento en placa o recuento de bacterias heterotróficas. Según esta técnica se
siembra en placas, por lo general 1ml y 0.1ml (depende de que fuente se ha tomado la
muestra para hacer las diluciones), luego se agrega el agar nutritivo y cuando se solidifica
se incuba a 35°C± 0.5°C por 24 ±2 hrs.
Se utiliza el Contador Quebec que da un aumento de 1.5 y se selecciona la placa que
está en un rango entre 30 y 300 colonias.
Se calcula el número de bacterias por mililitro (U.F.C. /ml)
U.F.C. /ml = Número de colonias x 1/dilución, siendo U.F.C.= Unidad Formadora de
Colonia
Se considera que el agua de buena calidad debe dar un recuento bajo inferior a 100
UFC/ml.
Los recuentos en placa son útiles para determinar la eficacia de las operaciones que se
practican para separar o destruir los microorganismos, es decir sedimentación, filtración y
desinfección por el cloro. Se efectúa el recuento antes y después de cada operación
especial y el resultado revela la reducción de la población microbiana.
2. Comprobación de la presencia de coliformes
El examen se realiza en tres pruebas sucesivas: 1) prueba presuntiva, 2) prueba
confirmativa, y 3) prueba complementaria.
La prueba presuntiva consiste en sembrar tubos de caldo lauril triptosa con cantidades
apropiadas de la muestra de agua y observar si se produce gas después de 24 horas y 48
horas de incubación a 35°C. La ausencia de gas después de 48 horas es prueba de que
no existen bacterias coliformes en la muestra analizada, como es sabido, una de las
propiedades de este grupo bacteriano es la de desprender gas en la fermentación del
caldo lauril triptosa. La producción de gas en los tubos de caldo lauril triptosa es, pues
indicio de la presencia de coliformes. Sin embargo, como existe la posibilidad de que la
formación de gas se deba a especies bacterianas no coliformes, es necesario realizar
pruebas adicionales para confirmar que se debe en efecto a dichos microorganismos
coliformes. Estos ensayos son la prueba confirmativa y complementaria.
Tabla 2 Esquema general de las técnicas de laboratorio que se emplean para
investigar el grupo coliforme en el agua.
Prueba presuntiva
Inoculación en caldo lauril triptosa
Prueba confirmativa
Resiembra de los tubos de caldo lauril triptosa con gas en:
Caldo lactosa-bilis-verde brillante. (Este medio Agar LES ENDO. (Los gérmenes coli - aerogenes
inhibe el crecimiento de los gérmenes no forman colonias características en este medio.
coliformes que, fermentan la lactosa. Escherichia: colonias grandes, oscuras, centro
La formación de gas en el medio es, pues prueba casi negro, con brillo metálico verdoso. Enterobacter
confirmativa de la presencia de coliformes) colonias grandes, rosadas, mucosas, centro oscuro
rara vez con brillo metálico. La presencia de colonias
típicas es prueba confirmativa de presencia de colif.
Prueba complementaria
Se seleccionan las colonias más típicas de la placa LES ENDO (cuando se ha utilizado el caldo lactosa-bilis-
verde brillante para la prueba confirmativa se resiembra por estría en el agar LES ENDO) y se inoculan en:
La fermentación gaseosa del caldo lauril trptosa y la demostración bacilos gram-negativos no esporulados es
prueba complementaria positiva que confirma la presencia de algún miembro del grupo coliforme en el
volumen de muestra de agua analizada.
2. Bacterias ferruginosas. Estas bacterias son uno de los tipos más importantes de
organismos perjudiciales que puede contener el agua. Transforman los compuestos
solubles de hierro en compuestos insolubles (hidróxido férrico), el cual se deposita como
una vaina en torno al organismo (Sphaerotilus) o se segrega formando pedúnculos y
cintas adheridos a la célula (Gallionella). Estos depósitos y acumulación de materias
insolubles pueden ejercer graves perturbaciones en los sistemas de conducción y en el
caudal de agua. Las bacterias ferruginosas pueden, además, producir mucílagos, colorear
el agua y comunicarla olor y gusto desagradable.
3. Bacterias sulfurosas. Algunas bacterias sulfurosas pueden producir y tolerar reacciones
muy acidas. Ciertas especies del género Thiobacillus oxidan el azufre elemental a ácido
sulfúrico y llegan a producir una acidez del orden de pH 1, que puede ocasionar la
corrosión de las tuberías. El Desulfovibrio desulfuricans reduce los sulfatos y otros
compuestos de azufre a sulfuro de hidrógeno.
4. Algas. Las algas crecen en el agua. Esta vegetación comunica al agua turbidez,
coloración y olor y sabor desagradables. Las algas son con frecuencia la causa principal
de la obstrucción de los filtros de arena durante el tratamiento del agua. En ese aspecto,
las más importantes son las diatomeas, aunque también intervienen las algas verde-
azuladas y las algas verdes.
PISCINAS DE NATACION
Las piscinas de natación, especialmente las públicas, pueden ser un peligro para la salud.
Ciertas enfermedades como la fiebre tifoidea y paratifoidea, disentería amebiana,
leptospirosis y disentería bacilar, se contagian por el agua contaminada de las piscinas.
Estos lugares y sus alrededores son muchas veces focos de difusión de infecciones de
los ojos, nariz y garganta y del pie de atleta, y otra dermatosis. Estos hechos, y el
aumento creciente de piscinas, obligan a poner constante atención a la calidad sanitaria
del agua.
Las bacterias que predominan en la piscina son: estafilococos aureus y pseudomonas
aeruginosa.
El examen bacteriológico del agua de estos lugares se realiza lo mismo que el del agua
potable, es decir por el recuento de bacterias heterotróficas y la investigación de bacterias
coliformes. La calidad sanitaria se juzga por los resultados de estas pruebas.
El agua de las piscinas se desinfecta con cloro, que es el único desinfectante aprobado
por los departamentos de salud pública estatales para el tratamiento de las aguas
destinadas a estos usos. El agente desinfectante tiene que existir en el agua en suficiente
cantidad residual para destruir efectivamente los microorganismos, y a esta concentración
no debe ser tóxica ni irritante para los ojos, piel y mucosas de los bañistas. También se
utilizan diversos tipos de instalaciones de filtración para el tratamiento del agua de
piscinas.