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EXPRESIÓN ARTÍSTICA COMO

REFLEJO DEL ALMA


El recorrido de la muestra del Malba es cronológico y se inicia
con la influencia que tuvo el impresionismo, que brindó a los
artistas esa pincelada corta y vibrante, como se ve en los
paisajes de Gerardo Murillo y las pinturas de Miguel
Covarrubias.
La influencia del surrealismo está presente en las obras de
María Izquierdo, de Leonora Carrington (norteamericana que
llegó a México y aún vive allí) y de Remedios Varo, exiliada
española que arribó a tierras aztecas en 1942.

Neofiguración
La Neofiguración o Pintura Neofigurativa es un movimiento artístico de la segunda mitad del siglo
XX, caracterizado por una vuelta a la pintura figurativa frente a la abstracción, aunque los pintores
tratan el tema de una manera informal y expresionista. Surge como reacción al arte abstracto tras
la Segunda Guerra Mundial, en especial durante los años 1950 y 1960.

El término «neo-» y «figurativo» surgió en los años sesenta en Argentina, México, Venezuela y
España para representar una nueva forma de arte figurativo. En España se desarrolló hasta el año
1965, momento en el que se pasó a la figuración narrativa.

La nueva figuración preconizaba un retorno al objeto y a la realidad cotidiana. Se vuelve a


representar la realidad («iconocidad»), en particular la figura humana, pero con las técnicas del
informalismo. Suele tener un sentido de denuncia social. Se aprecian tendencias expresionistas, en
la que se adoptan formas orgánicas deformadas o monstruosas, como las obras de Francis Bacon,
compuestas de manera desordenada (grupo Cobra).

Se desarrollaron dos orientaciones de este movimiento: la caracterizada por el análisis de la


imagen y de sus estructuras (Adami (pintor), Raysse, Klasen, Proweller) y la centrada en la realidad
social y política contemporánea (Arroyo, Equipo Crónica, Canogar, Aillaud, Parré).
Deconstrucción
A finales de los años sesenta el filósofo francés Jacques Derrida planteó una nueva teoría entre
filosófica, lingüística-literaria y metodológica, el deconstructivismo o deconstrucción. La
deconstrucción se basa en desmontar (deconstruir) las estructuras conceptuales clásicas,
normativas, del lenguaje. La búsqueda de las falsedades, de las contradicciones que componen el
lenguaje. En la década de los ochenta y noventa del pasado siglo las teorías de Derrida se
utilizaron en los campos de la arquitectura, interiorismo, mobiliario, moda y cocina. Ferran Adrià,
considerado como el gran innovador de la cocina, creó una cocina deconstruida. En el campo de la
indumentaria Rei Kawakubo, Martin Margiela o Yamamoto, crearon la moda deconstruida.

El deconstruccionismo o deconstructivismo, como se le llama en Estados Unidos, en la


arquitectura e interiorismo, surgió a finales de la década de los ochenta y se desarrolló sobre todo
en la década de los noventa. Fundamentalmente sus bases estaban en las teorías de Derrida, pero
también tuvo otras influencias como el constructivismo ruso, el cubismo analítico y el
expresionismo.

Arquitectura e interiores deconstructivos se caracterizan por su fragmentación, su diseño no


lineal, la no utilización de formas rectilíneas y la distorsión y dislocación de las formas. Se opondrá
al Movimiento Moderno y a la concepción clásica de la arquitectura. Será una arquitectura
exterior e interior impredecible, caótica controladamente e inquietante. Una arquitectura que
tiene en cuenta las partes para llegar a la totalidad.

Arte conceptual
El movimiento conceptual en el arte aparece a finales de los años sesenta con manifestaciones
muy diversas y fronteras poco definidas. La idea principal que subyace en todas ellas es que la
verdadera obra de arte no es el objeto físico producido por el artista, sino que consiste en
conceptos e ideas. Con un fuerte componente heredado de los ready-made de Marcel Duchamp,
es el artista americano Sol LeWitt quien mejor define este movimiento en una serie de artículos
publicados en 1967 y 1969. En el arte conceptual, la idea o concepto prima sobre la realización
material de la obra, y el mismo proceso -notas, bocetos, maquetas, diálogos- al tener a menudo
más importancia que el objeto terminado, puede ser expuesto para mostrar el origen y desarrollo
de la idea inicial. Otro elemento para resaltar de esta tendencia es que requiere una mayor
implicación del espectador no sólo en la forma de percibirlo sino con su acción y participación. En
función de la insistencia en el lenguaje, el comentario social o político, el cuerpo o la naturaleza,
dentro de este arte encontramos líneas de trabajo muy diferentes: body art, land art, process art,
performance art, arte povera … y entre sus más importantes representantes se encuentran
artistas como Joseph Kosuth, Lawrence Weiner, el grupo Art & Language, Gilbert and George,
Dennis Oppenheim, Walter de Maria, Robert Smithson, Jean Dibbets o Richard Long.

Según los planteamientos del arte conceptual, las obras de arte no tienen sólo un modo de
existencia objetual y la experiencia estética puede darse más allá de la materia, porque
experiencias y obras pueden “encarnarse” en varios objetos o porque su recepción puede
entenderse más allá de la presencia de los objetos. Por ejemplo, cualquier botellero puede
ejemplificar el gesto duchampiano, pero lo relevante es el gesto en sí. El botellero no es un objeto
artístico, sino una propuesta estética, ya que el artista lo despoja de su sentido instrumental. De
este modo, el arte conceptual trata de mantener la experiencia estética sin que medie en ella la
elaboración artística, el valor plástico de los objetos. Un paso más allá sería la mera proposición
por escrito de contemplar un portabotellas sin mostrarlo.
BIBLIOGRAFÍAS:

https://soloart-onlyart.blogspot.com/2018/05/neofiguracion.html

https://www.tiovivocreativo.com/blog/arquitectura/deconstruccion/

https://masdearte.com/movimientos/arte-conceptual/

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