Está en la página 1de 14

Pie

El ser humano usa sus pies para la locomoción bípeda, haciendo posible la posición vertical y
la liberación de los miembros superiores. En su concepto, constituye una bisagra con el suelo,
siendo crucial, pero como estructura inferior a menudo resulta infravalorado. Anatómicamente,
el pie y la mano humanas son variaciones de una misma estructura de cinco dígitos que es
común a muchos otros vertebrados; es también una de las dos estructuras de huesos más
complejas del cuerpo.
En un estudio antropométrico en 1997 en el Norte de América, con hombres adultos de raza
caucásica y una edad media de 35,5 años, se encontró que la longitud del pie de los hombres
era por término medio de 26,3 cm con una desviación estándar de 1,2 cm.1

Anatomía del pie humano


El pie humano y el tobillo son una fuerte y compleja estructura mecánica que contiene 26
huesos, 33 articulaciones, y más de 100 músculos, ligamentos y tendones.
El pie se puede subdividir en tres partes: retropié, parte media y antepié.
Enfermedades Más Comunes de los Pies
Detallamos a continuación las patologías más habituales que tratan los podólogos de
nuestra clínica de Parla.

Durezas y Callos
Las durezas y los callos son endurecimientos de la capa epidérmica podal que provocan
que la piel de los pies se vuelva más seca, más gruesa y tome un color amarillento
debido a la queratinización de las células dérmicas más externa. Las durezas o
«hiperqueratosis» se producen por un aumento de la capa córnea de la piel haciendo que
se engrose en exceso, generalmente en distintas zonas de la planta del pie o en los
talones. Un callo o «heloma» es una acumulación de piel de manera concéntrica,
habitualmente en los dedos de los pies y/o en la superficie plantar.
Tanto durezas como callos suelen producirse por un exceso de roce o fricción por la
utilización de calzado inadecuado, por un mal apoyo o pisada, por malas posturas al
caminar o correr, o por padecer desviaciones óseas en los pies. Es necesario acudir al
podólogo para que pueda determinar la causa del problema y erradicarlo.

Juanetes
Los juanetes técnicamente se conocen como Hallux Abductus Valgus (H.A.V) y se definen
como la desviación de la primera articulación metatarso falángica (es decir, desviación
del “dedo gordo” del pie) que provoca una prominencia anormal en la base del dedo. Así,
un juanete es una protuberancia ósea, un bulto, en la articulación de la base del dedo
gordo del pie que provoca una desviación de este hacia los dedos adyacentes, dando lugar
a un ensanchamiento del pie. Un juanete se clasifica como leve, moderado o grave en
función de la medida del ángulo de desviación de la estructura ósea afectada.
Las causas de los juanetes son diversas, y se engloban dentro de patologías de índole
genético u hormonal, patologías biomecánicas relacionadas con la forma de caminar o la
pisada, diversas enfermedades de los pies como pie plano o pie cavo, o el uso de calzado
inadecuado (zapatos estrechos, tacones altos…).

Bromhidrosis plantar (mal olor de pies)


La bromhidrosis en pies es una de las consultas más frecuentes a nuestro podólogo de
Parla. Se trata de mal olor en los pies, no por malos hábitos higiénicos, sino producido
por un exceso de sudoración que origina la proliferación de bacterias que dan lugar al
mal olor.
Se contemplan una diversidad de métodos para tratar de controlarlo, siendo el podólogo
el que debe determinar el tratamiento más adecuado para lograr minimizar el impacto de
esta patología.

Tiña Podal o Pie de Atleta


El pie de atleta o tiña podal es una infección provocada por un hongo que genera
enrojecimiento, picor, sensación de quemazón, descamación y grietas en la piel de los
pies, especialmente entre los dedos, pero también en la superficie plantar. Es muy
contagiosa y se puede extender a otras partes del cuerpo como las uñas, las manos o las
ingles.

Es muy importante controlar este tipo de infección fungicida, por lo que a la mínima
sospecha acude a tu podólogo de Parla para revisión.

Onocomicosis (infección de uñas)


En el caso de la onocomicosis, más comúnmente conocida como “uña encarnada”,
también es una infección por hongos pero que se concentra en las uñas de los pies. Ello
provoca alteraciones significativas en las uñas afectadas, que cambian de color y de forma,
adquiriendo un aspecto desagradable.

Espolón

El espolón calcáneo es una prominencia ósea que puede aparecer en la parte anterior del
talón (calcáneo) como consecuencia de estiramientos excesivos y continuados de la fascia
plantar, una banda de tejido conjuntivo que recubre los músculos de la zona. 
Al estirarse excesivamente, la fascia puede calcificarse, formándose el espolón, que es bastante
doloroso y dificulta el apoyo normal de talón, ocasionando a veces una inflamación en la zona
que lo rodea.

Fascitis plantar

La fascitis plantar es una enfermedad que se produce por la inflamación de la fascia plantar,
es decir, el tejido fibroso que rodea la musculatura intrínseca del pie y que va desde el calcáneo
(talón) hasta los dedos. Esta estructura tiene una función esencial en el caminar, pues es una de
las principales responsables de mantener el arco plantar, absorber y devolver la energía que se
produce cuando el pie impacta contra el suelo. Además, se encarga de proteger los
metatarsianos evitando un exceso de flexión de los dedos.
“Son múltiples los factores que nos pueden provocar un dolor en el talón, desde la propia fascia
que se inserta en el hueso del talón, hasta la bursa que está entre este hueso y la musculatura;
el propio hueso (por una fractura o quiste), o los nervios que pasan por esta zona y que, ante
una compresión excesiva, pueden derivar en una neuralgia”

Cuidado de los pies

Los pies han de cuidarse igualmente como se hace con las manos, cuerpo y cara.

Unos pies mal cuidados son desagradables y pueden provocar problemas que
hasta pueden inhabilitarnos para caminar bien, en este post, solo pretendo dar
unos consejos para mejorar los problemas más cotidianos de los pies.

En Invierno al llevarlos tapados, olvidamos un poco el cuidado de los mismos y es


cuando nos sacamos las medias y calzamos sandalias cuando nos damos cuenta
de los problemillas que puedan surgir.

 Sequedad de los pies y talones


 Sudoración excesiva y olor de pies
 Rozaduras de los zapatos
 Callos
 Juanetes
 Uñas de los pies mal cuidadas
Para mantener el pie cuidado es fundamental una buena pedicura al menos una
vez al mes. Y una rutina diaria sobre ellos, del mismo modo que nos cuidamos la
cara es aconsejable cuidar los pies.

Los talones agrietados y resecos


En verano con las sandalias, el contacto con el aire,
andar descalzos, pueden provocar un aumento de
la sequedad de los pies  sin embargo, la excesiva
sequedad en los pies se puede padecer durante
todo el año, lo que puede provocar incluso grietas
en los talones que pueden hasta sangrar y doler al
andar. Podrían producirse infecciones si son muy
profundas. Han de tener un cuidado especial las
personas con enfermedades crónicas como la diabetes o problemas en el que el
sistema inmunitario puede estar disminuido.
Las personas obesas que además han de estar mucho tiempo de pie, tienen más
tendencia a padecer este problema.
Es más habitual en personas mayores en las que la piel está más seca por falta
de nutrición natural de la misma.
No tienen por que aparecer del mismo modo en ambos pies, algunas veces,
aparecen más en un pie que en otro debido a que andamos más fuertemente,
por diferentes longitudes de las piernas (somos asimétricos), por
andar ladeando o simplemente por el calzado.

Para ello aconsejo que el tratamiento no sea agresivo.

Si la piel seca y muy dura es demasiado gruesa, es necesario cortar la piel


muerta. Si se escoge este método como primera puesta a punto después por que
la piel es exageradamente gruesa, hay que hacerlo con mucho cuidado de no
cortar piel sana y no provocar una herida.
Prefiero un tratamiento menos agresivo y continuado, utilizar una lima
especifica para los talones y otras durezas irán eliminando poco a poco esta piel
muerta al mismo tiempo que se irá regenerando, la piedra pómez con la piel
húmeda después de la ducha diariamente mejorará la cicatrización de la misma
piel.
Para ello, una vez se ha puesto al día los talones o las diferentes partes con
durezas y sequedades de la piel, es el cuidado diario lo que evitará la formación
de grietas.

Si no se cuidan los pies, la parte de seca cada vez es más gruesa, rompiéndose la
piel y formando verdadera heridas y la curación va a ser mucho más difícil.
Una vez que se pasa suavemente y diariamente una piedra pómez, sobre la piel
húmeda (algunas personas prefieren usarla en seco, aunque a mi me parece muy
cómodo hacerlo directamente en la ducha o después de ella), poco a poco sin
querer eliminar de una vez todas.
Posteriormente, aplicar una crema que contenga un poco de salicílico, urea o
manteca de karite que mejorará la cicatrización al estimular la renovación celular.
Si las grietas son muy profundas, unos parches con hidro-coloides aportaran la
humectación necesaria a esa zona y cicatrizará, pero para ello es imprescindible
que la piel alrededor de esta grieta este flexible, por lo que ha de estar hidratada.

El mantenimiento diario con una crema humectante, algunas personas con la


misma crema corporal es suficiente.

Pero hay que insistir y no dejarlo, ya que algunas personas tienen más tendencia
a formar callosidades que otras.

Sobre los calcetines hidratantes y reparadores, también son útiles,


generalmente están impregnados de urea y su composición textil los hace
oclusivos por lo que mejora evitando la perdida de agua y mejorando la absorción
por la piel de las cremas hidratantes.

También nos puede ser igualmente útiles nuestros calcetines de algodón,


aplicando a modo de mascarilla vaselina con un poco de zumo de limón y ponerse
los calcetines durante toda la noche.

Sobre la sudoración excesiva de los pies


Al igual que las manos, la sudoración excesiva es un problema, por que esta
produce irritaciones en los pies así como olor desagradable.

Cuando el problema es realmente muy importante le


denominamos hiperhidrosis y realmente se trata de un problema médico. Se
puede tratar como tal, con botox u otros fármacos.
Sobre el olor: el sudor tiene un olor característico sobre todo dependiendo de
la alimentación de la persona o por algún medicamento. Algunos alimentos que
hace que huela fuerte el sudor pueden ser el ajo, los espárragos o la cebolla o
algunas especies.
Aunque realmente el olor es desagradable debido a las bacterias
circundantes en el cuerpo, en la ropa o zapatos o en el pelo que provocan
fermentación y toxinas que son las que realmente huelen mal, cuando el olor
extremo podemos denominarle bromhidrosis o osmidrosis.

Es por ello que es muy importante la higiene diaria, no solo con agua sino con
jabones que retiren estas bacterias.
Igualmente los agentes desodorantes, estos eliminan el olor del sudor al llevar
alcohol y otros desinfectantes.
También regulando la transpiración con agentes secantes o anti-
transpirantes como pueden ser los polvos de alumbre, cloruro de aluminio o
hexahidrato de aluminio.
En los zapatos es donde más fácilmente se depositan las bacterias junto con el
sudor van a provocar este olor tan desagradable, si se suda mucho han de
procurar también limpiar, aunque algunas veces es muy difícil debido a que no se
pueden sacar las plantillas del mismo zapato, es por ello que aconsejo la
plantillas con carbón activo, clásicas pero que absorben totalmente la humedad
de los zapatos, no son caras, por lo que se pueden cambiar a menudo.

La sudoración excesiva y la falta de higiene de los pies


pueden provocar igualmente aparición de hongos en los
pies, al encontrarse estos en su medio húmedo ideal para
su desarrollo.

Los hongos en los pies son contagiosos por lo que se


pueden coger en piscinas, gimnasios, baños públicos y por compartir zapatillas.

Rozaduras de los zapatos


Las rozaduras de los zapatos, sobretodo cuando nos quitamos las medias o los
calcetines parece una cosa irremediable sobretodo en verano y con zapatos
nuevos.

Hemos de evitar llevar el zapato nuevo demasiado tiempo.


Cuando la piel del zapato es demasiada dura o alguna costura del zapato molesta,
el zapatero lo podrá adaptar a la forma del pie humedeciéndolo algo.

Aplicar algo de crema hidratante en los zapatos harán que se ablanden.


Usar calcetines cuando son nuevos también permite que el zapato se adapte a la
forma del pie sin peligro de rozar.
Las llagas o rozaduras de los pies pueden infectarse muy fácilmente debido a la
zona que se encuentran.
Cuando se empieza a notar una rozadura lo ideal
es proteger la zona y si es posible procurar
cambiar de calzado para evitar la formación de la
ampolla.
Cuando aparece una ampolla, no aconsejo
pincharla a no ser que irremediablemente se vaya
a romper por si sola, ya que al levantar la piel y
la supuración de la misma es fácil que se
produzca una herida. Siempre hay que procurar mantener la piel que protegerá la
rozadura.
Las personas que suelen sufrir este problema saben como cuidarlas como los
atletas o los peregrinos. El tratamiento es eliminar el agua de la
ampolla procurando no lesionar la piel. Para ello hay pasar un hilo con una aguja
desinfectada (con alcohol o una llama) a través de la ampolla de manera que el
agua formada drenará por ese hilo, evitando que se rompa la piel y provoque la
herida, acelerando el proceso de cicatrización.
Es importante extremar la higiene, ya que es fácil que se infecte por ello es
conveniente aplicar algo de povidona yodada con un algodón para secar la piel y
si se ha de continuar andando, aconsejo cubrirlo con un pequeño vendaje o
apósito.
También se puede extraer el liquido de la ampolla con una jeringuilla con
cuidado y presionando ligeramente. Aplicar posteriormente algo de povidona
yodada o violeta de genciana igualmente.

Si la ampolla tiene sangre o pus, no se debe tocar bajo ningún concepto y aplicar
algo de pomada antibiótica.

Para las rozaduras lo ideal son los hidro-coloides ya que forman una segunda


piel y no se mueven como las clásicas tiritas, hay que dejarlos hasta que se caiga
el hidro-coloide o si se mueve cambiarlo.

Los callos
Los callos es un exceso capa cornea o células de piel muerta, se trata de
una hiperqueratosis. Se forma como defensa de protección del pie frente a una
rozadura continuada o presión continuada. El callo es como la durezas descritas
pero centradas en una parte más concreta y pequeña.
Empieza con una parte más callosa que penetra en la piel que le denominamos
el clavo es la parte dolorosa del mismo, también denominados ojos de pollo.
Para eliminarlos, podemos usar una solución de colodión elástico con
salicílico y progresivamente se ira ablandándolo, hasta que con ayuda de un
palito, salga fácilmente, toda la piel arrastrando el clavo.
También los parches con espuma y salicílico o simplemente una pasta hecha con
cera y salicílico, igualmente irán ablandando la piel circundante.

Los juanetes

Más común en mujeres. Realmente se trata de una deformación ósea y en la que


hay un importante componente hereditario, ya sea por la manera de andar como
por el posicionamiento de los pies o el calzado exagerado con tacones y
estrecho.
La artrosis también afecta en la formación de estos huesos.
Es dolorosa al aumentar el tamaño de los mismos.

Se enrojece la zona alrededor del dedo gordo.

Se forma la protuberancia ósea en esa zona.

Se deforma el dedo gordo del pie, torciéndose hacia los otros dedos.
Podemos protegerlos con parches de silicona o espuma, aunque es mejor visitar
al podólogo que incluso puede hacer unas plantillas especiales que eviten la
formación de los mismos y el desarrollo.

La solución única cuando son muy importantes y provocan la deformación de los


dedos de los pies, es la cirugía.

Algunos problemas con las uñas de los pies


Uña encarnada
Son cuando se clavan al lado del dedo en el
crecimiento de la misma, produciendo lo que
conocemos como uña encarnada.
El problema es que la uña crece hacia los lados
también, por mal formación, por calzado
demasiado apretado o estrecho o simplemente
por haber sido mal cortadas las uñas, hacia los
lados, exageradamente de modo que se clava en
el dedo, produciendo inflamación y posterior
infección de la misma.
Para evitar esto hay que procurar cortar la uña de forma cuadrada, evitando
eliminar es aparte que no se ha clavado.
Si tenemos ya la infección la solución es limpiar profundamente el pie, con agua
templada y jabón y posteriormente con agua oxigenada en abundancia.
Como se trata de una infección, tenemos que tratar la zona con una pomada
antibiótica y cubrirla para que penetre de modo oclusivo.
El podólogo puede hacer una cura más intensa, eliminando esa piel infectada y
añadiendo un algodón o una pequeña gasa, para evitar que la uña vuelva a
clavarse cuando crezca.

Una vez haya crecido es difícil que vuelva a clavarse.

Hongos en las uñas de los pies


Menos habitual, los hongos en las uñas de los pies es un problema muy molesto y
antiestético, onicomicosis.

Este hongo se alimenta de la queratina de las uñas, provoca que la uña se


amarillee, oscurezca, se engrose y se resquebraje, además posteriormente se va
despegando del dedo, por lo que suele ensuciarse en la parte interior de la misma.
Para curarlas se ha de ser muy constante. Cuesta mucho eliminarlos y pueden
pasar de una uña a otra.

Si el hongo esta muy avanzado y lleva mucho tiempo el médico


recetará medicación oral, la cual se ha de seguir al pie de la letra durante el
tiempo prescrito, generalmente 12 semanas.
Como tratamiento tópico, lo ideal son los anti-fúngicos en forma de laca de
uñas, que se ha de aplicar a diario, limando la uña antes, para ir eliminando esa
parte muerta.
Como última solución está la cirugía.

Es igualmente como las otras afecciones,  muy contagiosos.

Como preventiva, el aceite del árbol de te es una de las sustancias más


efectivas.

También podría gustarte