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Taller de Enfermedades Jair MP G-01S50
Taller de Enfermedades Jair MP G-01S50
Alumno
Docente
febrero 2021
FACULTAD DE INGENIERÍA
TECNOLOGÍA EN HIGIENE OCUPACIONAL
FISIOTERAPIA
TALLER
De las siguientes enfermedades cuales necesitan rehabilitación o
recuperación
Tuberculosis
Carbunco
Brucelosis
La mayoría de los pacientes se recupera en 2 o 3 semanas, aun sin tratamiento,
aunque algunos desarrollan una enfermedad subaguda, intermitente o crónica.
Diagnóstico con hemocultivos, cultivos de médula ósea o de líquido
cefalorraquídeo y pruebas serológicas en las etapas aguda y de convalecencia.
Rabia
Diagnóstico
Tratamiento
Una vez que se establece una infección de rabia, no hay un tratamiento efectivo.
Aunque un pequeño número de personas han sobrevivido a la rabia, la
enfermedad generalmente causa la muerte. Por esa razón, si crees que has
estado expuesto a la rabia, debes recibir una serie de inyecciones para evitar que
la infección se extienda.
Si te ha mordido un animal que sabes que tiene rabia, recibirás una serie de
inyecciones para prevenir que el virus de la rabia te infecte. Si no puedes
encontrar al animal que te mordió, lo más seguro sería suponer que el animal
tiene rabia. Pero esto dependerá de varios factores, como el tipo de animal y la
situación en la que se produjo la mordedura.
Dengue
La infección puede ser asintomática (llegando hasta el 75%-85% de los casos) así
como manifestarse a través de formas leves o graves. El período de incubación es
de 3 a 7 días y luego pueden aparecer las manifestaciones clínicas(2,5-7).
Las formas leves se presentarán con fiebre de inicio agudo, con una duración de
2 a 7 días, que puede asociar malestar general, cefalea, dolor retro-ocular,
artromialgias y exantema pruriginoso.
Los casos de dengue grave son más frecuentes en personas que ya padecieron
dengue por un serotipo (infección primaria) y se infectan nuevamente (infección
secundaria) con un serotipo diferente, pero no implica necesariamente que toda
infección secundaria conduzca a dengue grave(8).
Qué es
La fiebre amarilla, conocida también como mal de Siam o fiebre de Barbados, es
una enfermedad infecciosa aguda, de rápida evolución, que se transmite por la
picadura del mosquito Aedus aegypti. La gravedad puede ser muy variable;
independientemente de su intensidad, una vez padecida, el paciente adquiere la
inmunidad de por vida. Se manifiesta generalmente en brotes epidémicos de alta
mortalidad en las regiones de África, América Central y del Sur.
El número de infectados por esta enfermedad ha aumentado en las dos últimas
décadas debido a una disminución de la inmunidad de la población, la
deforestación, los movimientos de la población, el cambio climático y la
urbanización.
Causas
La fiebre amarilla está causada por un virus que se transmite por la picadura de
zancudos. Una persona puede contagiarse si el mosquito se encuentra infectado
por el virus.
A pesar de ser una enfermedad que se localiza en países concretos del mundo
(sobre todo en Suramérica y África subsahariana), cualquier persona puede
infectarse, aunque las personas de mayor edad presentan un riesgo más elevado
de alcanzar el estadio grave de la enfermedad.
Síntomas
Una vez que se contrae el virus y pasado un periodo de incubación de 3 a 6 días,
la infección puede desarrollarse en una o dos fases, dependiendo de cómo
evolucione la enfermedad:
Primera etapa o fase aguda: En este primer periodo, los síntomas más
comunes son fiebre, mialgias con dolor de espalda intenso, escalofríos, cefaleas,
náuseas o vómitos y pérdida del apetito. Posteriormente, la mayoría de los
pacientes mejoran y los síntomas remiten en un plazo de 3 o 4 días.
Segunda etapa o fase tóxica: A este estado llegan un 15 por ciento de los
pacientes. En este caso, la fiebre se vuelve más elevada y se ven afectados
distintos sistemas orgánicos.
Prevención
La vacunación es la medida más eficaz contra el contagio, por lo que
la Organización Mundial de la Salud (OMS) la recomienda para cualquier viaje
fuera de áreas urbanas en países situados en zonas de América Central y del Sur y
parte del África Subsahariana. Esta vacuna debe ser administrada en los centros
oficiales de vacunación acreditados por la OMS.
Una dosis proporciona inmunidad durante diez años a partir del décimo día de
administración. Provoca efectos adversos, como dolor local, dolores musculares o
dolores de cabeza y también puede aparecer fiebre. Está contraindicada durante
el embarazo, en las personas alérgicas al huevo, en inmunodeprimidos y en niños
menores de nueve meses.
Otras medidas de prevención son evitar la picadura de los mosquitos
y controlar su reproducción.
Tipos
Los más afectados por la fiebre amarilla son los seres humanos y los monos. Su
transmisión se puede producir de un animal a otro o por la picadura de un
mosquito. Se puede clasificar en tres tipos atendiendo a sus tres formas
diferentes de transmisión.
Selvática: Se da en los bosques tropicales. Está causada por la picadura de
un mosquito portador. Suele ser poco frecuente pero afecta sobre todo a los
monos, que, a su vez, pueden infectar a otros mosquitos que se alimentan de su
sangre y éstos a las personas que entren en la selva.
Intermedia: Típica de las sabanas húmedas o semi-húmedas de África.
Produce varios casos de manera simultánea y en poblaciones separadas. Causa
pocas muertes, pero si no se controla puede generar la epidemia de fiebre
amarilla urbana, la más grave.
Urbana o epidémica: El mosquito Aedes aegypti actúa como agente
transmisor entre las personas en zonas de alta densidad de población, pudiendo
generar grandes epidemias donde se transmite el virus de una persona a otra con
gran facilidad.
Diagnóstico
El diagnóstico de la fiebre amarilla es difícil, sobre todo en las fases tempranas
de evolución. A veces, puede confundirse con el paludismo grave, el dengue
hemorrágico o la hepatitis viral, además de otras fiebres hemorrágicas, como
el virus Zika.
Los análisis de sangre permiten detectar anticuerpos específicos frente al virus
en las muestras de sangre o en el tejido hepático obtenido en la autopsia. Estas
pruebas requieren personal de laboratorio con gran capacitación, además de
materiales y equipos especializados.
Tratamientos
En lo que respecta al tratamiento, no existe uno específico para la enfermedad.
Sólo se pueden llevar a cabo medidas para combatir la fiebre y la deshidratación.
En el caso de que se produzca alguna infección bacteriana asociada a la fiebre
amarilla podrá tratarse con antibióticos.
En los casos en que los síntomas sean más graves, el tratamiento puede incluir:
Hemoderivados para el sangrado severo: Unidad de sangre extraída con un
anticoagulante y bolsa autorizados.
Introducción de líquidos por vía intravenosa.
Diálisis para la insuficiencia renal.
En el caso de las hepatitis virales, son producidas por diferentes virus incluyendo
los virus de las hepatitis A, B, C, D y E, y otros que pueden afectar el hígado
ocasionalmente (citomegalovirus, herpes simple, Ebstein Barr, entre otros). Los
tipos más frecuentes de hepatitis aguda viral son la A y la B.
A través del contacto con la materia fecal de una persona infectada. Esto podría
producirse al:
Las hepatitis por virus A y E son autolimitadas, es decir, mejoran sin dejar
secuelas, en un promedio de 6 a 12 semanas.
En cambio, las hepatitis agudas por virus C y, en menor grado, hepatitis B pueden
hacerse crónicas (persistir más de 6 meses). Sin dar molestias físicas, son capaces
de dañar progresivamente el hígado en el curso de 2 a 3 décadas para,
finalmente, producir cirrosis (cicatrización progresiva del hígado) y cáncer
hepático.
¿Cuáles son los síntomas o molestias ocasionadas por la hepatitis aguda viral?
La mayoría de los pacientes que presentan una hepatitis aguda viral siendo
adultos tienen molestias o síntomas que incluyen:
Hepatitis virales
Hepatitis viral A y E:
Hepatitis por virus A y E: en general, tiene un buen pronóstico, con recuperación
en todos los casos, sin transformarse en una enfermedad crónica. Sin embargo,
existen casos de hepatitis grave fulminante.
Hepatitis por virus B: el 95% de los pacientes se curan sin secuelas. Hay un 3-5%
de los casos que pueden hacerse crónicos (se mantiene el virus en el hígado),
para lo cual requieren terapia antiviral prolongada, y hasta el 0,5% de los casos
agudos evolucionan a una hepatitis grave.
Hepatitis por virus C: el 20% de los afectados por hepatitis agudas por virus C se
cura sin secuelas. Sin embargo, en el 80%, el virus se aloja en el hígado
permanentemente (hepatitis crónica) y en forma silenciosa, sin dar molestias y
se requiere tratamiento antiviral específico para evitar el daño a largo plazo. Por
ello, en estos pacientes requieren controles médicos hasta su recuperación.
VIH-rehabilitacion
Candidiasis o moniliasis-recuperación
Histoplasmosis-rehabilitación
Esporotricosis paludismo-recuperacion