Está en la página 1de 2

Ciudades divididas: Nova Gorica/Gorizia

Al finalizar la I Guerra Mundial, Italia se anexionó el territorio en el que ahora están ambas
ciudades, pertenecientes al extinto Imperio Austro Húngaro. Al terminar la II Guerra Mundial, el
territorio fue ocupado por los partisanos yugoslavos y la ciudad de Gorizia fue dividida en dos
desde 1948. El tratado de paz de París obligó a fijar una frontera entre Italia y la naciente
Yugoslavia, que las autoridades de EE.UU. fijaron, en la zona de Gorizia, exactamente en la
línea de ferrocarril. La ciudad de Gorizia (Italia), situada al oeste de las vías, permaneció casi en
su totalidad en territorio italiano. A Gorica (Yugoslavia comunista, hoy Eslovenia) le
correspondió la estación y unos pocos edificios al este de ella. Esto se materializó en una reja con
alambre de espino de cuarenta kilómetros de largo. La barrera separó a amigos y familiares por
décadas, y fue víctima de la tensión propia de la Guerra Fría durante la década de los 50.
Nova Gorica fue repoblada, además de con los eslovenos de Gorizia, con gente de otras
poblaciones cercanas. La aparición de casinos y locales en el lado yugoslavo de la reja, y su
inexistencia en Gorizia, convirtió a Nova Gorica en una especie de mini Las Vegas Adriático,
que atrajo turismo tanto del resto de Yugoslavia, como del lado italiano de la frontera. Así,
Gorizia y Nova Gorica se convirtieron en ciudades complementarias. La localidad italiana
ofrecía trabajo y la eslovena casinos, en Gorizia se encontraba la historia y los monumentos, y en
Nova Gorica los precios bajos y los locales de alterne. En un caso clásico de economía de
frontera, los coches italianos hacían cola los fines de semana para llenar sus depósitos en
Yugoslavia, donde el combustible era más barato. Durante décadas ambas ciudades vivieron
oficialmente de espaldas la una a la otra.
Cuando cayó el Muro, la colaboración entre las dos ciudades se tornó oficial. Las medidas de
seguridad en la reja desaparecieron progresivamente. A finales del año 90 de la reja original sólo
quedaba un pálido reflejo, de metro y medio de altura, que permaneció hasta el año 2004. En ese
año Eslovenia entró oficialmente en la Unión Europea. Para celebrarlo, los ayuntamientos de
Nova Gorica y Gorizia derribaron la verja alrededor de la estación, y construyeron una plaza
binacional (la Plaza de Europa).
Desde su construcción, fue una zona de libre tránsito, en la que artistas callejeros de ambos
países montaban sus números. Pero hasta el año 2007 la frontera siguió existiendo, y salir de la
plaza para el otro país continuó estando prohibido. En diciembre del año pasado, por fin,
Eslovenia ingresó en el espacio Schengen, y la colaboración entre las dos ciudades se incrementó
todavía más. Ahora los hospitales, los transportes, el abastecimiento de agua o el alcantarillado
son comunes a ambos países, aun manteniendo su independencia. La reja fue derribada por
completo, y la convivencia entre los dos pueblos sigue siendo ejemplar, pese a la diferencia de
leyes, lenguas y culturas. Ayuda bastante el que la mayoría de los eslovenos de Nova Gorica
hablen italiano (al revés no sucede lo mismo).

También podría gustarte