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Como todo proceso se requiere de una planeación previa, entonces antes de comenzar se debe
evaluar las minas de materias primas (calizas y arcillas), necesaria para conseguir la composición
de óxidos deseados en el Clinker.
Una vez conseguido la extracción de las materias primas, el material extraído debe ser triturado,
ya sea en el mismo lugar de donde fue obtenido o en la misma planta, esta trituración puede ser
realizada en 1,2, o 3 etapas dependiendo de la granulometría que se desea obtener.
Este material es luego transportado a un silo, junto al cual existen otros silos, los cuales contienen
materiales correctivos que se irán mezclando en dosificaciones que dependerán de las
características a las cuales se quieren llegar. Para finalmente pasar a un molino de crudo.
En la molienda del crudo se suelen usar molinos de bolas, prensa de rodillos, o molinos de fuerza a
compresión elevada; el objetivo de esta molienda es que el material adquiera un tamaño lo
suficientemente pequeño, de manera que las reacciones químicas de cocción que se den en el
horno puedan realizarse de la mejor manera.
Este molino de crudo puede llevar al material hasta un tamaño de partícula promedio de cerca de
0,05 mm. Para asegurar que el proceso de clinkerización se realice de una manera efectiva el polvo
que ingrese en el horno debe ser previamente homogenizado, de manera que nos genere un polvo
de una composición química constante, esta homogenización puede ser realizada como en el caso
de Guapán mediante la inyección de aire comprimido a impulsos para que dentro de los silos de
homogenización se mueva el polvo. Además el material crudo debe tener la finura que se
especifique, caso contrario, este material será devuelto al molino de crudo, antes de continuar con
el proceso de clinkerización en el horno.
Luego al mezclar de manera conveniente las arcillas y la caliza finamente molidas; esta mezcla
pasa por un proceso de calcinación en un horno, por el cual se llega a temperaturas cercanas a
1450°C obteniéndose así lo que llamamos clinker. En el proceso por vía seca las instalaciones
cuentan con un pre-calentador o pre-calcinador para calentar el crudo, antes de que el material
ingrese al horno rotatorio, con el propósito de recuperar el calor de los gases de combustión y
realizar la descarbonatación parcial o total del material crudo y de esa forma conseguir un ahorro
significativo en el consumo energético del proceso, en el horno ocurren las reacciones químicas y
físicas que originan la nodulización en forma de gránulos de clinker y la formación de los
principales compuestos mineralógicos que lo constituyen: silicatos dicálcicos y tricálcicos,
aluminato tri cálcico y ferroaluminato tetracálcico. El horno es una parte fundamental para la
elaboración de cemento y tal como se mencionó previamente el proceso de cocción del material
crudo llega hasta una temperatura cercana a los 1450°C, razón que hace necesario que el horno
este revestido en su interior de material refractario que protege la carcaza o acero con el que está
construido.
La última reacción se da entre estos compuestos en estado sólido. Estos procesos suelen darse en
su totalidad en la primera zona del horno. Luego los sólidos reaccionan formándose el aluminato
tricalcico y el ferroaluminato tetracálcico, a partir de los 800°C:
3 CaO+ Al 2 O3 →Ca3 Al 2 O6
A temperaturas comprendidas entre 1250 y 1450°C se dan las reacciones en presencia de la fase
líquida fundida, que es la llamada etapa de clinkerización o sinterización. Como era de esperarse al
aumentar la temperatura los materiales cambiarán de estado, provocando que aumente la fase
líquida, esta fase llegará a pesar del 20 a 30% en peso a temperaturas de 1450°C y a esta misma
temperatura se formará ya el 𝐶3S