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Todas las clases montadas por el Centro de Formación no pretenden coartar el Espíritu, sino que son una ayuda

para que el formador tenga los lineamientos para desarrollar el tema, pero este debe ser nutrido por el
predicador. El formador debe orar y preparar la clase.
Sugerimos que los primeros 5 minutos de clase se destinen para pedir a algún misionero que realice un resumen
de lo visto en la clase anterior (un misionero diferente cada semana), esto con el fin de estar constantemente
evaluando la claridad que los misioneros tienen de los temas vistos.
Los 10 minutos siguientes socializar la lectura de la presentación, el prefacio, la introducción y el capítulo 1 (De la
cuna a Cristo) del libro “Roma, dulce hogar” de Scott y Kimberly Hahn.

Una de las realidades fundamentales para defender la veracidad de la Iglesia Católica es la comprobación que
puede hacerse del hecho que desde San Pedro Apóstol hasta Francisco ha habido una sucesión ininterrumpida
de 266 papas, razón por la cual la autenticidad del papado de San Pedro es tan atacada hoy en día. Algunos de
los argumentos para defenderla son:

Cada vez que Dios cambia el nombre de una persona no es por casualidad sino por una razón. El nombre
corresponde a su nueva identidad, función y/o ministerio, tales son los casos de algunos personajes bíblicos
como:
 Abrám (que significa “el padre es excelso”) recibió de Dios el nombre de Abraham (cf. Gn 17,5) que
significa “padre de multitudes” o “padre de muchos pueblos”, prediciendo la paternidad de Abraham
sobre la fe de los judíos, los musulmanes y los cristianos.
 Igualmente el Señor cambia el nombre de la esposa de Abraham de Sara, por Sara(cf. Gn 17,16)
 Jacob fue llamado por Dios Israel que significa “fuerza de Dios” o “el que lucha con Dios” (cf. Gn 32, 29),
a Israel el Señor lo constituyósu pueblo constituido por doce tribus correspondientes a cada uno de los
hijos de Israel.
 El pueblo de Dios entero recibió un nombre nuevo (cf. Is 62,4).
 En del Evangelio de Mateo (1,21) el ángel dice a María: “Y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre
JESUS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados”. El nombre de Jesús significa Salvador, el Mesías,
Dios con nosotros.

Jessica Barrera Daniela Montoya Yuliana Ramírez


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Jesús cambia el nombre a Simón por Pedro al encomendarle la misión de sostener la Iglesia: “Jesús, fijando su
mirada en él, le dijo: «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas» - que quiere decir, «Piedra»” (Jn 1, 42).
Jesús hablaba en arameo y la lengua original del evangelio de San Juan es el griego, en este evangelio se emplea
la palabra πέτρα (petra) correspondiente a la palabra aramea “cefas” que hace alusión a una piedra grande,
diferente a la palabra λιθος (litos) que corresponde a la palabra aramea “evna” que hace referencia a una piedra
pequeña. Esta relación quiere significar que el Señor constituye a Pedro como piedra fundamental sobre la que
construye su Iglesia (cf. Mt 16, 18).

“Díceles él: «Y vosotros ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios
vivo». Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la
carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta
piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del
Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra
quedará desatado en los cielos»”(Mt 16, 15-19)

Cuando miramos el contexto de esta cita bíblica vemos que Jesús dice tres cosas, y todas están dirigidas a Pedro:
1. “Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi
Padre que está en los cielos”.
2. “Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”: El Señor se está
refiriendo específicamente a Pedro, no a sí mismo, cuando habla de la piedra sobre la que edificará su
Iglesia. Además, el Señor dice “mi Iglesia”, no “mil iglesias”, es decir, la Iglesia de Cristo es una sola y
está fundada sobre San Pedro.
3. “A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo
que desates en la tierra quedará desatado en los cielos”: La entrega de las llaves del reino es signo de un
poder delegado, así como se da en el Antiguo Testamento se da en el Nuevo pero con una significancia
mayor dado que la realiza Cristo mismo:
 Is 22, 22:Yahvé le entrega las llaves para abrir y cerrar a Eliaquim y dice que “abrirá, y nadie
cerrará, cerrará, y nadie abrirá”. Sabemos que Jesús es el heredero del reinado de David: “El
será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre”
(Lc 1,32). Así, el Rey (Jesús) tiene las llaves: “Al Ángel de la Iglesia de Filadelfia escribe: Esto dice
el Santo, el Veraz, el que tiene la llave de David: si él abre, nadie puede cerrar; si él cierra, nadie
puede abrir” (Ap 3,7) Y como nuevo rey confía el cuidado de las llaves al mayordomo de su

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elección: Pedro. Jesús designa a Pedro, su “Eliaquim”, su “Portero” (cf. Mc 13, 34-37),
entregándole las llaves para atar y desatar o abrir y cerrar.
 Ya en tiempos de Abraham contaba este con un mayordomo (Eliezer de Damasco, cf. Gn 15,2),
lo que demuestra que ya en aquella época era una figura conocida. Posteriormente José (hijo de
Jacob) cuando fue vendido como esclavo y fue llevado a Egipto, llegó a ser mayordomo en casa
de Putifar: “Así halló José gracia en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su casa, y
entregó en su poder todo lo que tenía” (Gn39,4).Llegó más tarde a ser mayordomo en casa del
Faraón: “«Tú estarás al frente de mi casa, y de tu boca dependerá todo mi pueblo. Tan sólo el
trono dejaré por encima de ti». Dijo Faraón a José: «Mira: te he puesto al frente de todo el país
de Egipto»" (Gn 41,40-41). Así sucesivamente encontramos numerosas referencias a
mayordomos en los reinados de Judá e Israel a lo largo de los siglos (1 Re 4,6; 16,9; 18,3; 2 Re
10,5; 18,18.37; 19,2; 2 Cro 28,7; Is 22,15; 36,3.22; 37,2). Lo importante es que en todos esos
casos, había en cada reino, muchos ministros pero un solo mayordomo, con autoridad plena
después de la del Rey, y con autoridad de tomar decisiones que ningún otro ministro del reino
podía revocar: “abrirá, y nadie cerrará, cerrará, y nadie abrirá”

“«En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por
otro lado, ése es un ladrón y un salteador; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste
le abre el portero, y las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas las llama una por una y las saca fuera.
Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.
Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños». Jesús les
dijo esta parábola, pero ellos no comprendieron lo que les hablaba. Entonces Jesús les dijo de nuevo: «En
verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido delante de mí son
ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon. Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a
salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto»” (Jn 10,1-9)
En este pasaje encontramos dos personajes: la puerta y el portero. Jesús es la puerta (versículo 9) y el portero es
quien tiene las llaves y abre la puerta: Pedro. Sólo a él el Señor le ha encomendado las llaves del reino. Además,
es a Pedro a quien Jesús le encomienda el rebaño de Dios (Jn 21, 15).

Jacob llamó a sus 12 hijos (las doce tribus de Israel que van a ser prefiguración de los 12 apóstoles), a todos les
habló pero solo a uno: Judá, le dio una promesa (Gn 49,8-11), y sobre él siguió la línea del pueblo de Dios
(Judá=Judaísmo: de ahí viene el nombre), el remanente "Yahvé se airó en gran manera contra Israel y los apartó
de su rostro, quedando solamente la tribu de Judá" (2Re 17,18; otras Os 1; Jue 1,1-2). A su vez cuando llegó
Jesucristo, llamó a 12 apóstoles (cf. Mc 3,13-19) pero solo a uno se le dijo: “Y yo a mi vez te digo que tú eres

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Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella” (Mt 16, 19). Y
sobre él y sobre su “Tribu” permanece el pueblo de Dios, el Remanente.

 Hch 15, 1-28: Resuelve la cuestión sobre la necesidad de la circuncisión. Ver Hch 16,4.Heb 13,17.
 Lc 22, 32: Misión de confirmar en la fe.
 Lc 5, 1-11: Jesús enseña en la barca de Pedro y lo constituye pescador de hombres
 Mt 10, 1-4; Mc 3, 16-19; 16, 17; Lc 6, 14-16; 9, 32; Hch 1, 13: Primero en la lista de los apóstoles.
 Mt 18, 21; Mc 8, 29; Lc 12, 41; Jn 6, 69: Pedro habla en nombre de los apóstoles.
 Hch 1, 15: Primero en citar a una reunión tras la ascensión de Cristo.
 Hch 2, 14: Primero en predicar en Pentecostés
 Hch 3, 1-8: Primero en hacer un milagro.
 Hch 5, 1-11: Es quien acaba con el primer pecado de la comunidad cristiana floreciente.
 Hch 9, 36-41: Primero en resucitar un muerto tras la ascensión.
 Hch 4, 8: Habla delante del Sanedrín (consejo de ancianos, jefes y sacerdotes)
 Hch 10, 46: Recibe la revelación de que los paganos se bauticen.
 1 Cor 15, 5: El resucitado se aparece primero a Pedro.
 Zac 6, 12-13: Profecía sobre Pedro.

Realizar una ficha bibliográfica con los argumentos y las citas bíblicas principales sobre esta clase.

Jessica Barrera Daniela Montoya Yuliana Ramírez


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