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El asterisco: usos, funciones y

ejemplos

Mirando hacia atrás en busca de los inicios de este signo ortográfico


en forma de estrella descubrimos que ganó impulso en la Edad Media
(el desarrollo del árbol genealógico de las familias prominentes,
necesitaba de un símbolo propio para especificar la fecha de
nacimiento de sus integrantes) llegando hasta hoy donde, aparte de
los usos que vamos a ver, también tiene una tarea a cumplir en el rico
mundo de las redes sociales, bien como corrector de un error, bien
como sustituto de la negrita para destacar la importancia de un texto.

Pero, ¿qué es el asterisco?


Voz de origen griego, es para el Diccionario de la lengua española un
“Signo ortográfico auxiliar en forma de estrella (*) que se utiliza, entre
otros usos, como llamada de nota y, en lingüística, para indicar que
una forma, palabra o frase es hipotética, incorrecta o agramatical”.
¿Cuáles son, entonces, sus usos?
Empecemos por aquellos que forman parte de nuestra cotidianidad,
los chats, tan inmediatos, tan útiles, tan abiertos y tan dados a saltarse
alegremente las reglas. Pues bien, gracias al asterisco podemos
corregir erratas o errores ocasionados unas veces por las prisas, otras
por culpa del corrector y algunas por la proximidad entre algunas letras
del teclado como, por ejemplo, la b y la v, con los consiguientes
malentendidos o la irritante sensación de aparecer como un ignorante
de la ortografía.
La solución es casi instantánea: ¿escribimos no tubo más remedio que
salir? Pues inmediatamente corregimos el error en un nuevo mensaje
poniendo la palabra errada delante o detrás de un asterisco: *tuvo.

Sirve también para sustituir a la negrita (y esto también vale para los
tuits y otras formas de escritura cuando no se cuenta con este medio
tipográfico) colocando la palabra a recalcar entre asteriscos y sin
espacio (la decisión es solo *tuya*).

Seguimos indagando con la ayuda de la Ortografía de la lengua


española, elaborada por la Real Academia Española y la Asociación de
Academias de la lengua española, editada por España, donde destacan
cinco funciones que siguen conservando, unas más que otras, vigencia
en la actualidad:
Como llamada de nota “para indicar que habría de interpolarse en ese
punto alguna glosa, acotación, advertencia o, sencillamente un
fragmento de texto olvidado”, texto que, como sigue explicando, se
añade en el margen, a pie de página o al final del texto marcándolo
con el signo empleado en la llamada. Y recuerda que se trata de
sistema acumulativo por lo que si el texto contiene muchas notas es
preferible echar mano de otros medios como cifras o letras, salvo en
el caso de fórmulas o tablas numéricas ya que llamarían a errores de
interpretación.

Con valor diacrítico en textos pertenecientes a distintas disciplinas a


las que el asterisco puede otorgar “(…) valores muy heterogéneos al
elemento al que se aplica (…)”. Ejemplos: está en los formularios
electrónicos para indicar los espacios que hay que rellenar
obligatoriamente; aparece en referencias bibliográficas (siempre
antecediéndola) para distinguir las obras citadas de las consultadas; y
se antepone a una palabra o construcción para indicar que incumple
las reglas gramaticales (*Tú venir a…).

Con función delimitadora. Muy infrecuente en la actualidad –pero


interesante siempre que se disfrute aprendiendo–, la ortografía nos
recuerda que en ediciones tradicionales se colocaban tres asteriscos
bien en línea o bien en forma de triángulo para señalar el final de un
artículo o de un capítulo. Hoy se dejan unas líneas en blanco.
En este sentido, en los versículos litúrgicos (oraciones, salterios, etc.),
el asterisco precedido y seguido de espacio se insertaba para ayudar a
la correcta colocación de las pausas en la lectura o recitación: Porque
el señor conoce el camino de los justos; *mas la senda de los malos
perecerá”.

Como indicador de elisión. Las palabras malsonantes quedan


reducidas a tres o más asteriscos (vete a la p*** calle), aunque es más
habitual cambiar el asterisco por los puntos suspensivos. También,
aunque está en completo desuso, se acude a él cuando no se quiere
dar a conocer un nombre propio, o una zona geográfica (la reunión se
celebrará en casa de E***, que está frente al puerto de A***).

Como indicador de resalte tipográfico. Lo hemos visto en el caso de


chats y tuits, esto es, se pone entre asterisco y sin espacio todo aquello
que queremos que llame la atención cuando no se cuenta con la
negrita. Pero además nos enteramos que “este empleo moderno
deriva de su uso tradicional entre editores y tipógrafos para encerrar
las palabras que debían imprimirse con resalte u otro tipo de letra”.
Interesante.
Eso es ese pequeño signo que muchas veces no le damos la
importancia que merece.

Gracias.

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