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TEMA 12: MODIFICACIÓN DE LAS RELACIONES

OBLIGATORIAS

1. Las modificaciones de la relación obligatoria


Toda relación obligatoria nace en un momento determinado, y tiene vocación de
extinguirse por pago o cumplimiento. Pero en este proceso vital de la obligación esta
sufre algún tipo de cambio o modificación que afecta a su contenido. La modificación
de la relación obligatoria puede definirse como cualquier alteración o cambio que se
produce en los elementos estructurales o funcionales de la relación obligatoria.
Ejemplo: si la obligación primitiva se extingue también se extinguen las garantías
accesorias, lo que no sucede si la obligación simplemente se modifica. La solución a
esto es la doctrina de la novación.
La modificación puede afectar a uno o varios de los elementos de la obligación. El
artículo 1203 CC recoge con gran amplitud los supuestos de modificación, pues se
refiere a la variación en el objeto o condiciones principales, al cambio de deudor y a la
subrogación de un tercero en los derechos del acreedor. Esta no es una enumeración
tasada, hay otros supuestos. La modificación puede ser subjetiva u objetiva:

- Modificación subjetiva: cuando afecta a los sujetos de la obligación (el cambio de


acreedor o de deudor).

- Modificación objetiva: cuando varía el objeto de la obligación, entendido en


sentido amplio; cuando cambia la prestación inicialmente debida por otra (ej. el
deudor ya no debe entregar dinero sino un caballo), cuando aumenta o disminuye la
cuantía de la prestación debida (ej. aumenta la obra que hay que edificar, o el
dinero que debe abonarse) y, en general, cuando alguno de los derechos y las
obligaciones de las partes. También es objetiva cuando no cambia la prestación en
sentido estricto, sino otras circunstancias que rodean al pago (ej. los plazos de
cumplimiento o el lugar de pago).

- Modificación mixta: una modificación puede ser al mismo tiempo objetiva y


subjetiva.

- Modificación funcional: sucederá cuando el cambio afecta a la función


económico- jurídica que la relación obligatoria desempeñaba (ej. el depósito se
convierte en comodato si el depositario tiene permiso para usar la cosa) (art 1768
CC).

Fuentes de la modificación  La obligación puede modificarse, en primer lugar, por


acuerdo entre las partes, al amparo de la autonomía de la voluntad (es el acuerdo o
contrato de modificación). En particular, y en relación con el consentimiento, este
puede prestarse de forma expresa o deducirse de actos concluyentes de los que
inequívocamente se infiera la voluntad de las partes de querer modificar la relación
obligatoria. También puede modificarse cuando el contrato concede a una de las
partes la facultad de modificar unilateralmente la obligación. En contratos con
consumidores esta cláusula es abusiva, salvo que el empresario pueda modificar el
contrato por concurrir motivos válidos especificados. A veces es la propia ley la que
directamente prevé la modificación de la obligación (ej. si paga una deuda un tercero
con interés en el cumplimiento de la obligación se subroga en la posición del acreedor
(art 1210.3 CC). Si la cosa debida se pierde con culpa del deudor, este queda obligado
a indemnizar el valor de la misma.
Como regla, la modificación cambia la obligación, pero no la extingue. El Código hace
un tratamiento conjunto de la novación que modifica la obligación y de la novación que
la extingue y crea otra nueva. A la primera se le denomina novación modificativa o
impropia, y a la segunda novación extintiva o propia. Toda novación puede tener
efectos extintivos o simplemente modificativos, pero como regla, cualquier cambio en
la relación obligatoria produce simples efectos modificativos y no extintivos (excepto
cuando el cambio se trata de deudor, que siempre es extintivo).
Efectos de la novación modificativa o impropia: esta no tiene efecto extintivos, sino
únicamente de simple cambio o alteración de alguno de los aspectos no
fundamentales del negocio u obligación por ella afectado, razón por la cual el contrato
en cuestión se mantiene aun cuando modificado en alguno de sus aspectos. La
novación modificativa solo afecta a los elementos de la obligación que han sido
alterados, y a las consecuencias que de esos cambios deriven. Todos los demás
elementos de la obligación subsisten tal y como estaban antes de la modificación.
Además las modificaciones introducidas no pueden perjudicar a los terceros que no las
hayan consentido.

2. La novación modificativa por cambio de objeto


Casos de novación modificativa  Una relación obligatoria puede sufrir cambios en su
objeto. Esos cambios pueden afectar al objeto principal o a otros elementos
accesorios. Para que se extinga es necesario que exista un acuerdo de novación
extintiva, es preciso que las partes tengan un animus novandi extintivo, debe constar
de manera clara, cierta e inequívoca. El artículo 1204 CC regula los dos casos en que
puede producirse una novación extintiva: manifestación expresa por las partes e
incompatibilidad entre la antigua y la nueva obligación. La obligación también se puede
modificar cuando una vez constituida se produce una alteración sobrevenida y
extraordinaria de las circunstancias que provoca una desproporción exorbitante entre
las prestaciones de las partes. En caso de duda sobre la voluntad de las partes entre
extinguir o modificar la obligación, habrá que entender que quieren modificar.

3. La modificación por cambio de acreedor


El cambio de acreedor en una obligación puede producirse de varios modos: cesión
del crédito; subrogación en el crédito de un tercero; transmisión del crédito incorporado
a un título de valor, mediante su endoso (cuando el título es a la orden) o su tradición
(cuando el título es al portador); transmisión del crédito por vía hereditaria, al heredero
o a un legatario, o transmisión del crédito por una actuación judicial, tras su embargo y
posterior adjudicación a un tercero en subasta pública.
La cesión de créditos
Es un acuerdo por el que un acreedor (cedente) transmite por un acto ínter vivos y a
título singular su crédito a un tercero (cesionario), que deviene así nuevo acreedor. El
deudor (cedido) no es parte en ese negocio jurídico que celebran el cedente y el
cesionario, ni su validez o eficacia se hace depender de su aprobación o conocimiento.
La cesión puede tener una causa gratuita (donación del crédito) u onerosa. La cesión
es un efecto jurídico que se puede producir mediante una multiplicidad de tipos
negociables. Por eso, debe cumplir los requisitos propios del negocio causal que se
utiliza. Además al transmitir un crédito, el cedente debe tener una capacidad suficiente
para ello y poder de disposición sobre el crédito.
La cesión de créditos puede desempeñar varias funciones:
1) Propicia la circulación de los créditos dentro del comercio jurídico, el crédito es el
objeto que se intercambia por un precio (compraventa) o por otro objeto (permuta).
2) Puede cederse también con una función solutoria, lo que acontece cuando el
cedente lo cede pro soluto (en pago de un deuda que tiene un objeto distinto) o pro
solvendo (para que el cesionario lo enajene y se cobre de lo obtenido la deuda que
con él tiene el cedente).
3) La cesión en garantía, que confiere al cesionario facultades sobre un crédito con la
finalidad de garantizar el cumplimiento de otra obligación de la que es deudor el
cedente. El acuerdo que provoca este efecto constituye una prenda de créditos,
cuyo régimen jurídico se construye con la aplicación analógica de las normas sobre
la prenda y la cesión de créditos.
4) Por último la cesión puede ser para cobro, de manera que el cesionario tiene
legitimación para exigir el crédito en nombre propio pero por cuenta del acreedor.
La cesión tiene por objeto un crédito. Este crédito puede no haber vencido (ej. por
estar sometido a una condición suspensiva o a un término inicial), puede proceder de
una obligación de origen legal, contractual, natural o de un crédito prescrito. Puede
ser un crédito que forma parte de una obligación sinalagmática, en cuyo caso el
cedente sigue siendo deudor frente a la otra parte tras la cesión. Cabe también la
cesión de créditos futuros, siempre que en el negocio de cesión se hubieren fijado los
criterios para su determinación sin la necesidad de un convenio entre las partes. Es
posible también la cesión parcial a un acreedor o varias cesiones parciales a distintos
acreedores, siempre que la prestación objeto sea divisible y no exista pacto
contractual que la prohíba. Como regla, todos los créditos son transmisibles salvo
pacto contrario entre partes o prohibición legal. En el contrato puede prohibirse al
acreedor la cesión del crédito. Si a pesar del pacto el acreedor cede el crédito a un
tercero, la cesión no será inválida, será ineficaz respecto al deudor, por lo que esta
podrá oponer el pacto de non cedente al cesionario que le reclame el pago. Pero será
eficaz frente a todos los demás, siempre que el cesionario sea de buena fe, es decir,
que desconozca el pacto.
Forma del acuerdo de cesión: Será la exigida por el título/ negocio dirigido a provocar
la transmisión. La regla es que la cesión onerosa es válida cualquiera que sea la forma
en la que se ha prestado consentimiento. Las partes pueden compelerse
recíprocamente a documentar la cesión que ya ha tenido lugar en documento público,
o, en cualquier caso, en documento privado. Si se trata de una donación de créditos
ha de cumplir con unas exigencias formales reguladas en los artículos 632 y 633 CC.
Cualquiera que sea la forma en que se haya realizado la cesión, solo será eficaz frente
a terceros desde que conste la fecha de la cesión; y si se refiere a inmuebles, desde
su inscripción en el Registro de la Propiedad. La cesión de un crédito hipotecario es
válida aunque la cesión no se inscriba en el Registro de la Propiedad, y el cesionario
deviene nuevo acreedor y nuevo titular de la garantía; pero si la cesión no está inscrita
tendrá dificultades para instar los procedimientos especiales de ejecución hipotecaria
y/o para que se inscriban las correspondientes adjudicaciones.
Principio de no empeoramiento del deudor cedido  Si puede cederse el crédito sin
consentimiento del deudor, es razonable que esa cesión no perjudique al deudor
cedido. Este principio tiene doble consecuencia legal:
1) El deudor puede hacer valer frente al cesionario todo aquello que podría haber
hecho vale frente al cedente, de haber seguido siendo este su acreedor. El deudor
podrá oponer al cesionario las excepciones que afectan a la obligación de forma
objetiva (como la inexistencia o nulidad de la obligación), también las excepciones
personales que tenía contra el cedente, siempre que no haya consentido la cesión.
Se trata de la aceptación de la cesión por el deudor. Esta aceptación puede hacerla
el deudor mediante una declaración de voluntad expresa, aunque el silencio
también sirve como tal, si el cesionario informa al deudor de la cesión de crédito y el
deudor calla. También podrá oponer al cesionario la compensación de un crédito
que él (el deudor) tiene contra el acreedor cedente.
2) Si el deudor paga al acreedor antes de tener conocimiento de la cesión se
considera que el deudor queda liberado. Si el deudor paga al acreedor cedente
después de tener conocimiento de la cesión, habrá de reputarse como pago a un
tercero, por lo que solo será válido en cuanto se hubiese convertido en utilidad del
acreedor.
Efectos de la cesión de créditos  El acuerdo de cesión produce una transmisión
inmediata del crédito, sin necesidad de ningún acto especial de entrega. El cesionario
se coloca (subroga) en la posición del acreedor cedente, ostentando la titularidad del
crédito cedido, en las mismas condiciones en que los tenía el acreedor primitivo. Se
trata de una simple modificación subjetiva en la persona acreedora.
Responsabilidad del cedente por la existencia y legitimidad del crédito (veritas
nominis)  Se aplica solo a la cesión onerosa. Es de buena fe el cedente que al
tiempo de la cesión ignora los problemas relacionados con la existencia y legitimidad
del crédito, mientras que es de mala fe el que los conoce. La buena fe se presume, la
mala debe ser probada. El cedente de buena fe responde de la existencia y legitimidad
del crédito, salvo pacto en contrario. Responde de que en el momento de la cesión el
crédito exista, pertenezca al cedente y sea exigible en los términos que objetivamente
resultan propios del crédito. El cedente de mala fe responde siempre de la existencia y
legitimidad del crédito, no cabe pacto en contrario. El cedente de buena fe solo esta
obligado a restituir al cesionario e precio recibido, los gastos del contrato y cualquier
otro pago legitimo hecho de cara a la conclusión de la cesión. La duración será la del
art. 1530 CC. El cedente de mala fe responde de todos los gastos efectuados por el
cesionario además de los daños causados a este.
El cedente de buena fe no responde ante el cesionario de la insolvencia del deudor,
garantía de la bonitas nominis (art 1529 CC), pero el cedente de mala fe sí. Se
considera de buena fe el cedente que al tiempo de la cesión ignora la situación de
insolvencia del deudor. El cesionario asume el riesgo de que el deudor sea insolvente
y no pueda pagar la deuda. El cedente responde de la solvencia del deudor en dos
casos: 1) Si se ha pactado expresamente, pacto claro; 2) Si la insolvencia es anterior y
pública a la cesión, se trata de una insolvencia de hecho. Si se prueba que el cedente
conocía la insolvencia, es de mala fe, y responderá como tal. Y si se prueba que el
cesionario conocía la insolvencia no responde el cedente.
El artículo 1530 CC regula el tiempo durante el cual tendrá el cedente que hacerse
cargo de responder por la solvencia del deudor, que serán aproximadamente de uno a
diez años, según el caso.
Cesión de créditos litigiosos  En ocasiones el cesionario adquiere créditos litigiosos
a bajo precio para después tratar de cobrarlo del deudor y obtener así una ganancia.
Para evitar la especulación que la transmisión de créditos litigiosos puede causar, se
faculta al deudor para liberarse de la deuda, no pagando su importe nominal, sino el
precio que el cesionario hubiere pagado por su adquisición, los intereses legales y las
costas y demás gastos judiciales que se hayan causado al cesionario. Beneficia al
deudor, pero no perjudica al cesionario. Esta facultad de liberarse requiere que la
cesión del crédito sea onerosa y que el crédito cedido sea litigioso. Un crédito es
litigioso cuando la prestación debida está pendiente de cumplimiento y hay un debate
judicial iniciado y no resuelto acerca de la existencia, naturaleza, extensión, cuantía,
modalidades, condiciones, o vicisitudes de la expresada relación. El carácter litigioso
perdura en tanto no recaiga sentencia u otra vía de terminación del proceso con el
mismo efecto. El deudor dispone de nueve días (de caducidad) para ejercitar este
derecho, contados desde que el cesionario le reclame el pago. El inicio se da cuando
se notifica la transmisión al deudor y de sus condiciones. El cesionario tiene la carga
de avisar al deudor del precio de la cesión, el día en el que el precio se abonó y las
costas ocasionadas. Desde ese instante el deudor dispone de nueve días para
liberarse pagando las cantidades recogidas en el art. 1535 I CC. En el artículo 1536
recoge en los casos en los que no se da este derecho o no viene reconocido.
Tampoco se da cuando el crédito se ha transmitido conjuntamente con otros, en
bloque o por sucesión universal y no de forma individualizada.

La subrogación en el crédito.
La subrogación de un tercero en la posición del acreedor  La subrogación supone la
entrada de un nuevo acreedor en lugar del antiguo, manteniendo la obligación
afectada. Se trata de la modificación de la obligación de la parte activa. La
subrogación en el crédito es la denominación genérica de un efecto jurídico (la
sustitución de un acreedor por otro, manteniéndose la misma obligación) que puede
responder a diversas causas. Una es la cesión de créditos, de origen voluntario: es el
pacto entre dos sujetos lo que provoca que uno de ellos se subrogue en la posición del
otro. Otras veces tiene origen legal. La función económica de ambas es distinta. Con
la transmisión convencional del crédito se facilita la circulación del crédito, que es
considerado como un bien patrimonial. En la transmisión legal del crédito es el interés
por proteger a ciertos sujetos lo que aconseja incluir una norma que automáticamente
le coloque en la posición de acreedor. En ambos casos los efectos son los mismos:
cambia el acreedor pero todos los demás elementos se mantienen.
Supuestos de subrogación legal:

- Subrogación del fiador en los derechos que el acreedor pagado tenía contra el
deudor.

- Subrogación del acreedor, en caso de extinción de la obligación por imposibilidad


sobrevenida fortuita de la prestación, en los derechos del deudor contra el tercero
causante de la imposibilidad.

- Subrogación del donatario, en todos los derechos que en casos de evicción


correspondan al donante.

- Subrogación del Fondo de Garantía Salarial en los créditos de los trabajadores


contra los empresarios.

- Subrogación del asegurador, una vez abonada la indemnización, en los desechos


que por razón del siniestro corresponden al asegurado contra el autor del daño.
Subrogación legal por pago de un tercero  Un tercero con ánimo de extinguir la
obligación, paga una deuda ajena, quedando subrogado en los derechos que tenía el
acreedor pagado frente al deudor. La subrogación surge en diferentes hipótesis:
1) Pago de un acreedor a otro preferente
2) Pago de un tercero interesado en el cumplimiento de la obligación, al margen que
el deudor lo apruebe, lo ignore o se manifieste contrario al mismo. Hay interés en
el cumplimiento cuando el tercero tiene responsabilidad directa o indirecta en la
obligación ajena.
3) Pago de un tercero no interesado en la obligación con la aprobación del deudor,
de manera tácita o expresa.
Fuera de estos casos el tercero tiene derecho a un reembolso o de enriquecimiento,
son créditos nuevos dados a favor del solvens en el momento del pago y sin garantías
que aseguraban la deuda.
La subrogación legal operada por la sola voluntad del deudor  Se requiere un
contrato de préstamo celebrado por el deudor con un tercer prestamista, formalizado
por escritura pública, en la que se declare que la suma prestada se destinará al pago;
y que de hecho el deudor pague esa deuda anterior con la suma prestada, debiendo
constar documentalmente ese pago e indicarse en esa carta de pago la procedencia
del dinero con el que se paga. El precepto debe interpretarse restrictivamente por su
carácter excepcional. Sin embargo, si la excepcionalidad consiste en atender
exclusivamente a la voluntad del deudor, el resultado se puede obtener sin dificultad a
través de la subrogación (pago de un tercero con la aprobación del deudor). Basta con
que el tercero y el deudor se pongan de acuerdo.
La subrogación convencional  Se produce cuando existe un pacto de subrogación
entre primitivo acreedor y un tercero para que este ocupe la posición de aquel.
Supuesto típico: el pago de una deuda por un tercero con pacto de subrogación entre
el acreedor y el tercero. Si no concurre ninguno de los supuestos del subrogación legal
por pago del art. 1210 CC, el tercero solo tendría contra el deudor una acción de
reembolso o de enriquecimiento. Si el acreedor y el tercero que paga pactan la
subrogación, el tercero se coloca en la posición del primitivo acreedor, con las ventajas
que ello tiene para él. Para que la subrogación se establezca con claridad, que conste
de forma inequívoca, aunque sea de manera tácita. El pacto de subrogación debe ser
anterior o simultáneo al pago por el tercero. La subrogación convencional es un caso
de cesión de créditos. No hay subrogación hasta el pago. Además puede tener una
causa onerosa o gratuita, y opera al margen de que el deudor lo ignore, conozca o
apruebe.
Efectos de la subrogación  mismos efectos que la cesión del crédito: transmite la
titularidad del crédito de un sujeto a otro. En la subrogación legal el antiguo acreedor
no asume ningún tipo de responsabilidad frente al subrogado, a diferencia de lo que
ocurre en la cesión de créditos. Pero si el crédito no existía al tiempo del pago, el
solvens podrá repetir lo pagado, conforme a las normas de cobro de lo indebido. En
cuanto a las excepciones oponibles por el deudor al nuevo acreedor subrogado, podrá
oponer las mismas que al antiguo acreedor, además de las que derivan del pago y de
las personales que tenga contra el acreedor subrogado. Podrá oponerle las
excepciones personales que tenía contra el primitivo acreedor antes del pago. Aunque
la subrogación en el crédito solo modifica la obligación, ello no impide que, por
acuerdo entre las partes, el cambio de acreedor se configure como una novación
subjetiva extintiva. La extinción de una obligación y su sustitución por otra nueva si
provoca la extinción de todas las obligaciones accesorias.
El derecho de preferencia del acreedor parcialmente satisfecho  Si el tercero paga
parte de la deuda, se produce una subrogación parcial en la posición del acreedor. En
tal caso concurren frente al deudor dos acreedores: el acreedor antiguo, por la parte
del crédito no satisfecha, y el nuevo acreedor, por la parte del crédito que se ha
subrogado. Con el fin de proteger al acreedor primitivo, se establece que podrá cobrar
con preferencia frente al acreedor parcialmente subrogado. La preferencia es personal
del primitivo acreedor. Si la parte restante es pagada por un tercero deja de existir la
razón de la preferencia, y los acreedores están en igualdad contra el deudor. La
preferencia abarca a todo el patrimonio del deudor. La preferencia no impide que el
deudor pague al subrogado antes que al acreedor por el resto.

4. La modificación por cambio de deudor


Cabe la modificación de la parte pasiva de la obligación (deudor), que recibe el
nombre de asunción de deudas. El cambio en la persona del deudor es considerado
como una novación simplemente modificativa. El cambio de deudor puede modificar la
deuda o puede sustituirla. Mientras que los créditos son transmisibles, el deudor no
puede liberarse de la obligación poniendo a otro deudor en su lugar. Para el acreedor
es trascendental quien sea la persona del deudor, pues este responderá del
cumplimiento de la obligación con todo su patrimonio. Por esto no cabe que se
modifique el deudor sin contar con el consentimiento del acreedor, pero si que se
sustituya al acreedor sin la voluntad del deudor.
La asunción de la deuda puede ser acumulativa o liberatoria:

- Asunción liberatoria  se sustituye la persona del deudor. El viejo deudor queda


liberado, y hay un nuevo deudor que responde frente al acreedor en los mismos
términos que aquel. Supone la extinción de la primitiva obligación, ya que son
incompatibles una con la otra, pues de la antigua responde un patrimonio y de la
nueva otro.
- Asunción acumulativa  entra en la parte pasiva de la obligación un nuevo deudor,
pero no sustituye al viejo. Se acumula un nuevo sujeto obligado frente al acreedor,
pero el viejo deudor sigue estando obligado. Es una novación modificativa. Los dos
deudores responden frente al acreedor de forma solidaria.
La asunción de deudas requiere siempre el consentimiento del nuevo deudor y del
acreedor. Si la asunción es acumulativa el acreedor debe consentir que haya un nuevo
deudor. Pero para que sea liberatoria no basta con que el acreedor consienta un
nuevo deudor, sino que es necesario que el acreedor consienta la liberación del
deudor anterior. Para que la asunción de deudas libere al deudor original, se requiere
un consentimiento especial del acreedor. Ese consentimiento debe ser claro e
inequívoco, puede manifestarse de manera tácita o expresa. Puede producirse antes o
después de la declaración de voluntad del tercero para hacerse cargo de la deuda. Si
no consta ese consentimiento liberatorio, o hay dudas, hay que entender que la
asunción de deudas es cumulativa. La asunción de deudas no requiere conocimiento
del primitivo deudor ni su consentimiento.
La expromisión  Consiste en el acuerdo entre el acreedor y el nuevo deudor en
virtud del cual este asume la deuda. El cambio de deudor opera sin el consentimiento
de este. El nuevo deudor actúa espontáneamente, sin intervención del deudor
primitivo. La expromisión puede liberar al antiguo deudor o puede que hay un nuevo
deudor junto a él. Habrá que estar a la voluntad del acreedor y del nuevo deudor.
El contrato de asunción de deuda  En otras ocasiones surge el nuevo deudor por un
pacto entre el primitivo y el nuevo deudor. Un tercero asume para sí la deuda, pues el
tercero solo se convierte en deudor cuando el acreedor acepta, a solicitud del propio
deudor o del tercero. Ese consentimiento puede ser para que exista un nuevo deudor
o para que se libere al antiguo. Mientras el acreedor no consienta, el acuerdo
solamente vincula a las partes que lo celebraron, en los términos pactados. Y antes de
que el acreedor consienta el deudor y el tercero podrán modificar el acuerdo o dejarlo
sin efecto.
La delegación de la deuda  no es una modalidad de asunción de deuda pero
también sirve para el cambio del deudor. Una persona (delegante) da una orden o una
autorización a otra (delegado), con el fin de que realice una prestación (delegación
solutoria) o emita una promesa (delegación promisoria) a favor de un tercero, todo que
se entienda que tanto la promesa como el favor es realizado por el delegante.
Responsabilidad del primitivo deudor por la insolvencia del nuevo deudor: En la
asunción cumulativa, como los dos deudores están obligados frente al acreedor, el
primer deudor seguirá obligado aunque el segundo devenga insolvente. En cambio en
la asunción liberatoria el deudor que ha sido liberado no responderá de la insolvencia
del nuevo deudor, salvo que hay un pacto expresó entre el antiguo y el nuevo deudor
como fiador o garante del nuevo. Hay dos excepciones:

- Cuando el deudor primitivo conocía la situación de insolvencia del nuevo deudor


antes de producirse la asunción liberatoria. Esta resulta evidente ya que el primitivo
deudor actúa de mala fe.

- Cuando esa insolvencia anterior es pública. No tiene fácil justificación. Hay que
presumir que ambos sujetos (primitivo deudor y acreedor) ignoran la insolvencia, a
pesar de ser anterior y pública, por lo que el primitivo deudor no responde de la
insolvencia del nuevo. Si se prueba que el primitivo deudor conocía la insolvencia
responderá de la misma. Pero si se prueba que el acreedor conocía la insolvencia
no responderá el primitivo deudor.
Cuando el primitivo deudor responde de la insolvencia del nuevo, la acción del
acreedor contra aquel “revive”. El primitivo deudor sigue debiendo la misma deuda, y
el nuevo deudor insolvente también debe al primitivo si este llega a pagar al acreedor
en los términos que hubieran pactado, en su caso, en el contrato de asunción de
deuda.
Subsistencia o extinción de las obligaciones accesorias  Si la asunción de deuda es
cumulativa, como el primitivo deudor sigue estando obligado se mantienen todas las
garantías de la obligación que garantizaban la deuda. En caso de asunción liberatoria,
si hay terceros garantes de la primitiva obligación quedan liberados al quedar
extinguida la obligación. Pero si son obligaciones accesorias del antiguo deudor se
mantienen tras la asunción liberatoria, y son asumidas por el nuevo deudor. Si había
una garantía real constituida por el primitivo deudor, la extinción de la deuda provoca
también la extinción de la garantía hipotecaria, salvo que el acreedor y el primitivo
deudor (garante) pacten que la hipoteca garantiza al nuevo deudor (pero será una
hipoteca nueva).
Excepciones oponibles por el nuevo deudor: En caso de asunción cumulativa, el nuevo
deudor podrá oponer al acreedor las excepciones que le corresponden en cuanto a
deudor solidario. Si la asunción es liberatoria, podrá ponerle excepciones personales y
las que deriven objetivamente de la obligación, entendiendo que la obligación nace en
el momento de asunción de deuda, y no en la fecha en que se constituyó la primitiva
obligación con el antiguo deudor. En cambio, el deudor no podrá oponer las
excepciones fundadas en los vicios de la relación entre el primitivo deudor y el nuevo.

5. La cesión del contrato


Se produce cuando una parte del contrato (cedente) transmite a un tercero
(cesionario) su entera posición contractual. El cedente, que era deudor y acreedor sale
de esa relación obligatoria, entrando en su lugar otro sujeto, que pasa a ser el nuevo
acreedor y deudor.
La cesión de contrato produce el cambio en toda la posición contractual (activa y
pasiva). Se ceden en un único acto todos los créditos y se asumen todas las deudas
que, de no existir la figura, habría que hacer por separado. La cesión del contrato es
una novación subjetiva activa y pasiva. No se cede el contrato, sino la posición
contractual que en el mismo ocupa el cedente. Su admisión es indudable al amparo de
la autonomía de la voluntad. Con la expresión cesión del contrato se alude a dos
realidades: al convenio que produce la cesión, y al efecto genérico de dicho convenio.
En ocasiones la cesión del contrato no tiene un origen voluntario, sino que se prevé
como una consecuencia legal; así el heredero se subroga en la posición contractual
del causante, y el adquiriente de una vivienda arrendada se subroga en los derechos y
obligaciones del arrendador si el arrendamiento está inscrito en el Registro de la
Propiedad.
El convenio de cesión y consentimiento del contratante cedido  La cesión de
contrato es un convenio celebrado entre el cedente y el cesionario. Se utiliza cualquier
contrato típico o atípico para conseguir la sustitución de una parte contractual por otra.
La cesión de contrato debe reunir los requisitos de los contratos mediante los que se
realiza y tener la forma que, en su caso, se exija. Lo característico es el objeto: se
transmite la completa posición contractual de un sujeto en un contrato. El convenio de
cesión es válido desde que hay consentimiento del cedente y cesionario. Para que la
cesión produzca sus efectos y sustituya la posición contractual del cedente se requiere
el consentimiento (expreso o tácito) del contratante cedido; consentimiento que puede
ser anterior al convenio de cesión, simultáneo o posterior. El cesionario se coloca en el
contrato también como deudor del contratante cedido, por lo que es imprescindible que
este consienta ese cambio.
Requisitos  La cesión de contratos se produce cuando hay prestaciones recíprocas,
y algunas de las cuales no han sido ejecutadas. Aunque en un contrato unilateral hay
solo obligaciones para una de las partes, y en principio el acreedor podría transmitir su
crédito mediante una cesión de créditos, el acreedor puede estar obligado en sede de
liquidación del contrato; cabe la cesión de la completa posición contractual. Por otra
parte, el hecho de que alguno de los contratantes haya cumplido con todas las
obligaciones que nacen del contrato no impide la cesión de su posición contractual, de
modo que el cesionario adquiere todos sus derechos, deberes y facultades. Cabe la
cesión del contrato aunque la relación obligatoria tenga carácter personalísimo.
Efectos: Tras la cesión del contrato el cesionario se subroga en la posición del
cedente, con todos los derechos y obligaciones. El contratante cedente se desvincula
y queda liberado. El contrato se sigue realizando entre el cesionario (nuevo
contratante) y el cedido. En cuanto a las excepciones oponibles, tanto el cesionario
como el cedido pueden oponerse entre sí las excepciones objetivas inherentes a la
naturaleza de la obligación, y las personales que tuvieran el uno frente al otro. Sin
embargo, el cesionario no podrá oponer las excepciones personales que tenia el
cedente frente al cedido, ni el cedido podrá oponer al cesionario las excepciones
personales que le correspondían frente al cedente, salvo que se las hubiera reservado
al consentir la cesión. Tras la cesión del contrato, los terceros que garantizaban las
deudas del cedente quedan liberados, salvo que presenten su consentimiento.
Casos concretos de cesión de contrato:
1) Cada socio puede transmitir su posición a un tercero, que se convertirá en socio si
hay consentimiento unánime de los demás socios.
2) En el arrendamiento de vivienda el contrato no se podrá ceder por el arrendatario
sin el consentimiento escrito del arrendador.
3) En el arrendamiento para un uso distinto del de vivienda el arrendatario podrá ceder
el contrato a un tercero si ejerce en la finca una actividad empresarial, y para ello no
precisará el consentimiento del arrendador.
4) En caso de enajenación de la vivienda arrendada, el adquiriente queda subrogado
en la posición del arrendador, si el arrendamiento estaba inscrito antes de la
enajenación.
5) En caso de transmisión del objeto asegurado, se produce automáticamente la
cesión del contrato de seguro, de modo que el adquiriente se subroga en los
derechos y obligaciones que correspondían en el contrato de seguro al anterior
titular.
6) En otros surgen por efectos legales por la transmisión de un bien.
7) En casos de su fusión o escisión de una sociedad mercantil, se producirá una
subrogación del crédito, una asunción de deuda o cesión de contrato, en función de
que la sociedad o empresa tuviera un crédito, deuda o ambas cosas frente a un
tercero.

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