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Introducción

Vivimos en una sociedad capitalista, en la que nuestras vidas giran completamente


alrededor del dinero. Nuestro estilo de vida depende del dinero, nuestras comodidades,
nuestras subsistencias, nuestra estabilidad emocional, hasta nuestra felicidad depende de
que nunca nos falte el dinero. Esta dependencia tan radical ha llevado que la más mínima
crisis económica le dé una vuelta a nuestra a nuestra forma de vivir, pues las crisis
acaban con empleos, negocios, etc. Las malas noticias es que estas crisis son cíclicas y
continuas, es decir que todo el tiempo estamos al pendiente de cuándo será la próxima y
qué tanto nos va a afectar.
Es por eso que tener unas medidas concretas y específicas es de suma
importancia en la vida de los seres humanos. Este miedo constante en el que vivimos no
debería de existir. Las crisis económicas deberían ser como cualquier otro imprevisto,
como cuando tenemos una fiebre y vamos al doctor, nos da una receta médica y una
pastilla u otro medicamento, y en cuestión de días estamos como sin nada; o cuando
tienes hambre y vas al supermercado a comprar los ingredientes para comprar una
comida o si tienes flojera solamente vas a un restaurante y problema resuelto. La
humanidad ya no siente pánico ni incertidumbre cuando sufre de hambre o de una
enfermedad, pues tenemos no solo una solución establecida para estos problemas, sino
varias soluciones de las cuales elegimos la que más nos agrade y acomode, y así debería
ser el caso para solucionar una crisis económica.
El problema es que la sociedad actual se ve tan afectada por una crisis económica
porque no hemos llegado a definir de manera concreta cómo solucionar el problema de
una crisis económica, pues no sabemos muy bien cómo funcionan ni a qué se deben o
cómo son originadas, pero la interrogante más grande es que no sabemos cómo salir de
ella y regresar a la normalidad y estabilidad económica en la que vivíamos antes de que
llegara esa crisis.
Pero, ¿cómo podremos encontrar una solución sencilla para un problema tan
complejo?, y es como dice el dicho “de los errores se aprende”. Basta con echar una
mirada al pasado y analizar qué medidas se implementaron en las grandes crisis
económicas mundiales (específicamente la de 1929, los años 70 y la crisis inmobiliaria de
2008), y definir cuáles de estas medidas se implementaron y fueron efectivas en ambos
casos y así poder encontrar una fórmula general para salir de crisis económicas.
En este artículo, analizaremos qué son los ciclos económicos y para luego tratar
de describir de la manera más concretamente posible las 2 principales crisis financieras
globales que sucedieron a principios del siglo XX y la que hubo hace poco más de una
década, con el fin de encontrar medidas que se han implementado para combatir dichas
recesiones y así prepararse para lo que muchos expertos anticipan (Shiller, 2020) que
será la cuarta gran crisis económica a nivel mundial que será una consecuencia por la
actual crisis sanitaria que estamos viviendo provocada por la enfermedad pandémica
COVID-19.

Desarrollo

Ciclos Económicos
Los ciclos económicos es un concepto bastante reciente; empezaron a ser
estudiados a finales del siglo XlX, cuando la sociedad se dio cuenta del gran impacto que
puede tener una crisis económica. Estos ciclos se empezaron a estudiar no porque antes
no hubiera crisis, si no que antes las crisis eran comúnmente causadas por guerras,
malas cosechas, entre otros factores (Maldonado, 2014).
Los economistas austriacos explican el ciclo económico como el acto que hacen
los bancos al dar crédito a inversionistas arriba de los fondos con los que cuenta el banco
con el fin de estimular la economía, dando bajos intereses. Esto creará un aumento de
demanda en materiales de producción y mano de obra, haciendo “girar la rueda” de la
economía para finalmente crear un alza en los precios, y el ciclo se repite. La crisis es el
punto bajo del ciclo, en la que consumidores empiezan a ahorrar sus ingresos y dejan de
consumir. (Von Mises, 1912).
Keynes también nos explica un poco de los ciclos económicos bajo el mismo
concepto de Ludwig Von Mises, y dividió el ciclo en dos: la primera fase que consiste en
que los empresarios hacen inversiones para sus empresas, crean empleo y junto con esto
aumentan los precios. La segunda etapa es cuando, una vez que ya hay empleo e
inflación, los salarios tienen que ser más altos para que los trabajadores puedan
satisfacer sus necesidades, al gastar más en salarios, los empresarios dejan de invertir
porque ya no es conveniente, lo cual causa un exceso de ahorro y finalmente un paro en
la economía. Y así es como definimos los ciclos económicos.

Con el fin de analizar si hay una relación en las medidas usadas para combatir una
crisis económica, se eligieron lo que para muchos han sido las 2 crisis económicas de
mayor impacto internacional en la historia del capitalismo moderno: La Gran Depresión de
1929 (que será presentada a continuación) y la Gran Recesión del 2008. Se argumenta
que, con la suficiente recopilación de datos en cuanto a causas, consecuencias y el
contexto socioeconómico de la época y lugar donde se dieron, se podrá llegar a la
conclusión de existe un patrón para no sólo anticipar las crisis económicas, sino hallar una
forma que cuando pasen su impacto no sea tan significativo y que el salir de ellas sea un
trabajo relativamente fácil.
La Gran Depresión

Expertos aseguran que la Gran Depresión ha sido el mayor incidente al que se ha


enfrentado el sistema capitalista. Según Keynes, es normal que en los ciclos económicos
haya alzas y bajas, y que en algún momento se caerá en una recesión que durará más o
menos 1 año; lo que llamó la atención de la crisis de 1929, es que no fue una simple
recesión, sino que su gran extensión de tiempo la convirtió en depresión, la cual Keynes
definió como “una disminución continua de la producción, los ingresos, el empleo, los
precios y las ganancias, y finalmente una caída en el nivel de vida de la sociedad.”.
Esta crisis económica está correlacionada con dos eventos subsecuentes: el Crac
del 29 (suceso histórico en el que la Bolsa de Valores de Nueva York se desplomó) y la
Gran Depresión de los años 30 (que fue el proceso de recesión desencadenado por el
Crac de Wall Street)
Antecedentes
Estados Unidos se convirtió en la primera potencia mundial después de su breve
participación en la Gran Guerra. El periodo entre el fin de la guerra y el Crac del 29, se
conoció como los “felices años 20”, el cual fue una época de un crecimiento económico
exponencial. Este crecimiento se debió a que los bancos empezaron a trasladar a sus
clientes corporativos a la banca de inversión, lo cual no estaba técnicamente permitido, y
al hacerlo, vendieron bonos y acciones y creando una efervescencia en el mercado de
valores, hasta que el jueves 24 de octubre de 1929, finalmente, la Bolsa se desplomó,
evento que pasó a la historia como el “Martes Negro”.
Medidas
La Gran Depresión generó una caída económica que duró más de 4 años, y no fue
hasta que el presidente de los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt llevó a cabo el “New
Deal”, influenciado por las ideas del economista británico John Maynard Keynes, para así
recuperar el empleo, inversión y consumo. Implementó medidas de políticas de gasto
público, agencias de intervención monetarias, apoyó a los sindicatos de trabajadores y
hasta aplicó indulgencia a los cárteles. Todas estas medidas sirvieron de maravilla de los
años 1933 a 1937, hasta que hubo otra pequeña crisis en mayo de ese año. Como
cambio de estrategia, Roosevelt optó por usar políticas económicas con base más al
mercado, al usar a los empresarios para crear más incentivos económicos. Curiosamente
y hasta irónicamente, lo que logró al fin sacar a Estados Unidos de la depresión
económica, fue el disparo de la industria militar ocasionado por la Segunda Guerra
Mundial.

La Gran Recesión

Esta crisis es la más reciente, ocurriendo en un lapso entre finales de 2006 y 2008.
Se centró principalmente en Estados Unidos y fue causada por una burbuja en el sector
inmobiliario. Muchos negocios se fueron a la quiebra, gran parte de la población
estadounidense se quedó sin empleo, bancos cerraron, entre otras consecuencias
económicas muy graves. Pero esto no sólo pasó en Estados Unidos, pues como es el
caso de México, muchos países dependen y son influenciadas por la economía
norteamericana, por lo que esta crisis también es considerada de alcance global.
Antecedentes
Los orígenes de esta crisis los encontramos aproximadamente una década antes
del colapso de la burbuja inmobiliaria, cuando se introdujeron al mercado bonos de
viviendas, que básicamente ofrecían a los inversionistas altos rendimientos a un bajo
riesgo, y por esta razón es que muchas casas de inversión empezaron a usarlas. Estos
bonos de vivienda estaban compuestos de los pagos de hipoteca de los hogares
norteamericanos.
El problema comenzó cuando los bancos se dieron cuenta que no todos los
estadounidenses pueden tener su propia casa para luego pagar su hipoteca, y llegará un
momento en el que estos bonos dejarán de estar respaldados, para solucionar estos, se
le ocurrió a los bancos ofrecer créditos hipotecarios a todo el que lo pidiera, sin pedir
comprante de ingresos o historial crediticio. Como era de esperarse, aunque en realidad
nadie se lo esperaba, la gente dejó de pagar sus hipotecas y los bonos fueron perdiendo
su valor, aunque los bancos no lo reflejaban, finalmente en 2008, la burbuja inmobiliaria
reventó y se desató la crisis.

Medidas
Después de dos grandes crisis económicas, se podría decir que el gobierno ya
sería un experto en emplear medidas para el combate de la crisis para ese entonces. Ya
no se cometieron los errores que se hicieron en 1928 y que dieron paso a una depresión.
El gobierno actuó de manera casi inmediata, con la ayuda de bancos centrales, optaron
por hacer ajustes a la política monetaria y fiscal, e hicieron medidas de apoyo al crédito y
al sistema financiero.
Ya un poco avanzada la crisis, se hicieron soluciones más específicas como la
inyección de liquidez, nacionalización de bancos, se crearon fondos para comprar activos
dañados y ampliaron la garantía de depósitos. Todo esto con el fin de mantener solvencia
en los bancos, que la gente volviera a confiar en ellos, pues estos fueron los principales
causantes de la crisis. También con el objetivo equilibrar el mercado bursátil.
Conclusión

Al estudiar y comparar la Gran Depresión y la Gran Recesión, junto con sus


antecedentes y medidas, se puede llegar a la conclusión de que sí es posible anticipar
una crisis económica, tomando en cuenta los debidos indicadores económicos actuales y
haciendo una correcta interpretación de éstos. Podemos tomar en cuenta los distintos
ciclos económicos y compararlos para saber en qué punto estamos y tener una idea de la
situación económica actual.
Otra conclusión que se pudo llegar gracias al análisis y la descripción que se hizo
de los ciclos económicos y al compararlos con las crisis económicas vistas a lo largo del
ensayo con otras crisis en las que se tomó la libertad de estudiarlas más no se pudieron
plasmar, podemos concluir que los ciclos económicos están acelerando y están siendo
más cortos. En 20 años ha habido aproximadamente 5 crisis significativas que han
afectado de forma indirecta a todo el mundo, esto debido a la globalización que es un
tema muy interesante y que está muy ligado al estudio de crisis financieras mundiales.
Finalmente, podemos llegar también a la conclusión que lamentablemente, no se
puede identificar como sí, una sola medida específica y concreta para combatir una crisis
económica, ya que como vimos en el ensayo todas son diferentes con sus propias causas
y consecuencias, aunque sí tienen muchas variables en común, como los indicadores
económicos que éstas presentaban antes de ocurrir, y la manera en la que la economía
se fue estabilizando después con medidas como multiplicadores económicos, gasto
público, etc. Así que, aunque no haya una sola medida específica, tenemos muchas
medidas pequeñas ya bien estudiadas y que se sabe que funcionan que juntas nos
podrán ayudar a combatir la siguiente gran crisis.

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