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Capitulo 2

APLICACIÓN DE LA TOMOGRAFÍA ELÉCTRICA AL ESTUDIO DE


LOS DEPÓSITOS DE ESTÉRILES MINEROS “EL LIRIO” Y
“BRUNITA” (MURCIA)

Ángel Faz Cano1, Pedro Martínez-Pagán2, Enrique Aracil Ávila3 y Unai Maruri
Brouard4

(1) Departamento de Ciencia y Tecnología Agraria


Universidad Politécnica de Cartagena
Paseo Alfonso XIII, 52
30203Cartagena (España)
angel.fazcano@upct.es

(2) Departamento de Ingeniería Minera, Geológica y Cartográfica


Universidad Politécnica de Cartagena
Paseo Alfonso XIII, 52
30203Cartagena (España)
p.martinez@upct.es
3) Universidad de Burgos/Análisis y Gestión del Subsuelo, S. L.
Luxemburgo, 4, Portal 1
Pozuelo de Alarcón
28222 Madrid (España)
earacil@ubu.es

(4) Análisis y Gestión del Subsuelo, S. L.


Luxemburgo, 4, Portal 1
Pozuelo de Alarcón
28222 Madrid (España)
u.maruri@ags-geofisica.com
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Capitulo 2
APLICACIÓN DE LA TOMOGRAFÍA ELÉCTRICA AL ESTUDIO DE LOS
DEPÓSITOS DE ESTÉRILES MINEROS “EL LIRIO” Y “BRUNITA” (MURCIA)

1. INTRODUCCIÓN

En las Sierras de Cartagena, Mazarrón y La Unión (Murcia) se han explotado los yacimientos
minerales desde épocas remotas, al principio, por los pobladores nativos para su propio
beneficio, y, más tarde, por otros pueblos que llegaron a la Península Ibérica como fueron los
cartagineses, romanos, etc. La mayor intensidad de esta actividad minera se produjo entre la
segunda mitad del siglo XIX y a lo largo de todo el siglo XX, inducida por el desarrollo
tecnológico e industrial que experimentó Europa durante ese periodo de tiempo (S.M.M.P.,
1981). Fruto de esa intensa actividad minera fue la generación de numerosos depósitos de
estériles mineros (balsas o presas de residuos), repartidos por todas las antiguas comarcas
mineras que, en la Región de Murcia (Figura 1), superan los ochenta depósitos de residuos
con diferentes estructuras geotécnicas (I.G.M.E., 1999, García, 2004).

Figura 1. Principales zonas de la Región de Murcia con importante concentración de depósitos de estériles
mineros. Donde “a” representa el emplazamiento del depósito “El Lirio” y “b” el emplazamiento del depósito
“Brunita”.

Este tipo de estructuras merece una atención especial debido al tipo de materiales que
acumulan, su volumen y el emplazamiento en que se encuentran, puesto que, son focos
potenciales de contaminación geoquímica e inestabilidad geotécnica pudiendo afectar
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negativamente a suelos, aguas, plantas, animales y poblaciones humanas, así como a


infraestructuras próximas.

Por este motivo, con el fin de evaluar los riegos potenciales de este tipo de estructuras de
almacenamiento y definir posibles medidas correctoras en los depósitos de lodos
abandonados, se suscribieron varios Convenios entre la Universidad Politécnica de Cartagena
y la Dirección General de Industria, Energía y Minas, perteneciente a la Consejería de
Industria y Medio Ambiente de la Región de Murcia. Estos Convenios contemplaban un
estudio integral de los depósitos mineros, previamente seleccionados, a través de un estudio
geofísico, geotécnico, geoquímico, geológico, hidrogeológico, hidrológico y de vegetación.

El estudio geofísico se responsabilizó de caracterizar el material depositado y analizar


previsibles riesgos. De todas las técnicas geofísicas disponibles se optó por el empleo de las
técnicas geoeléctricas, concretamente la tomografía eléctrica 2D, puesto que, según el tipo
de materiales depositados, eran esperables unos resultados prometedores. Se ha seleccionado
la tomografía eléctrica por la rapidez en la ejecución de las medidas, su poder de resolución,
su bajo coste relativo a otras técnicas prospectivas, su profundidad de investigación y su
característica de investigación no destructiva. Además, la aplicación de la tomografía eléctrica
ha servido, por un lado, para evaluar la idoneidad de la técnica en este tipo de estructuras y,
por el otro, para poner a punto una metodología para el estudio de depósitos mineros.

En este trabajo se presentan los resultados obtenidos con la aplicación de la tomografía


eléctrica sobre dos depósitos mineros, que se consideran emblemáticos y representativos por
su tamaño, ubicación, naturaleza de los materiales depositados y por haber sufrido, alguno de
ellos, algún episodio de inestabilidad geotécnica. Concretamente estos depósitos son El Lirio
y Brunita.

2. FUNDAMENTO DE LOS MÉTODOS GEOELÉCTRICOS. LA TOMOGRAFÍA


ELÉCTRICA

La geofísica aplicada es una tecnología relativamente experimentada en ámbitos muy


concretos para los cuales fue desarrollada, como ocurre con la exploración de minerales
estratégicos e hidrocarburos (Crone, 1979; Barringer, 1970; Labson et al., 1985; Pelton et al.,
1978; Ensley, 1985). Sin embargo, desde hace unas pocas décadas, estas técnicas han
ampliado sus ámbitos de aplicación; de hecho, existen muchos ejemplos en la literatura sobre
estudios geofísicos para aplicaciones medioambientales (Mack y Maus, 1986; Mills et al.,
1988; McQuown et al., 2005; McNeill, 2005), de hidrogeología (Hazell et al., 1988; Beeson y
Jones, 1988; Taylor et al., 1992), geotécnicas (Takahashi, 2004), de investigación forense, de
arqueología, etc. (Reynolds, 1997). Este despegue ha sido posible gracias al desarrollo y
abaratamiento de los equipos electrónicos, a la aparición de nuevos equipos portátiles y con
capacidad para la obtención y manejo de cientos de medidas en poco tiempo y la aparición de
nuevos paquetes informáticos que permiten tratamientos más precisos y fiables de los datos
geofísicos aplicados a problemas medioambientales o de ingeniería.

Dentro de la amplia gama de equipos y técnicas disponibles, el método de prospección


geoeléctrica por corriente continua ha sido el propuesto para este trabajo ya que la
característica física que va a medir, la resistividad aparente, permite caracterizar los
materiales vertidos en los depósitos mineros e identificar estructuras geológicas que pueden
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actuar como caminos preferenciales de metales pesados o ser inductores de posibles


inestabilidades geotécnicas.
Los estudios geoeléctricos tienen por propósito determinar la distribución de la resistividad
eléctrica en el subsuelo realizando medidas desde la superficie (Figura 2). Estas medidas se
utilizan posteriormente para estimar la resistividad real del subsuelo. La resistividad es la
inversa de la conductividad y, ésta última indica la capacidad que tienen los materiales para
permitir el paso o conducir la corriente eléctrica a través de ellos. El valor de la resistividad
del terreno está relacionado con varios parámetros geológicos, como son los contenidos de
fluidos y minerales, la porosidad y el grado de saturación de agua en la roca (Robinson y
Çoruh, 1988), y sus unidades son el ohm·m (Ω·m).

Figura 2. Expresión de la resistividad eléctrica de una material ante el paso de una corriente eléctrica, i, (Burger,
1992).

La conductividad de las rocas depende de múltiples factores, como la temperatura o la


presión, pero principalmente, de las características litológicas de cada roca que determina la
presencia o no de portadores de cargas eléctricas. Hay dos tipos principales de conductividad
eléctrica: conductividad metálica o electrónica y conductividad electrolítica o iónica, no
obstante, la conductividad iónica es la que se da con mayor probabilidad (Reynolds, 1997).

Existen cuatro métodos geofísicos para medir la corriente eléctrica (Bermejo et al., 1999):

1) el método de resistividad eléctrica, que introduce directamente corriente eléctrica en el


terreno mediante electrodos y mide la resistividad de los materiales;
2) el método de polarización inducida (IP), que mide la persistencia de una corriente eléctrica
una vez descargada en el subsuelo;
3) el método del potencial espontáneo o auto-potencial, y mide el potencial o voltaje de
campos eléctricos naturales asociados a procesos físicos y electroquímicos; y
4) el método telúrico que mide las corrientes eléctricas descargadas sobre la Tierra
procedentes de la Ionosfera y la Troposfera.
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Dentro de los métodos de resistividad eléctrica, se encuadra el método de tomografía eléctrica


(Reynolds, 1997). Esta técnica combina en un sólo perfil la técnica de sondeos eléctricos
verticales (SEV) y la técnica de calicatas eléctricas, de forma que soluciona en gran medida
los problemas en la fiabilidad de la interpretación de los resultados que aparecen en los SEV
cuando se presenta contraste geológico lateral (cambios laterales de facies, presencia de fallas,
etc.) o presencia de fuerte topografía.

Fue en los años 70 donde comenzó a surgir una nueva representación de los datos resistivos
bajo la forma de seudosecciones (Edwards, 1977). Sin embargo, ha sido necesario esperar a la
llegada de la década de los 90, con el desarrollo de los medios informáticos, para que los
métodos de tomografía eléctrica 2D y 3D asociados a los algoritmos de inversión se
desarrollaran (Loke y Barker, 1996a y 1996b). No es exagerado afirmar que la tomografía
eléctrica es el origen del nuevo desarrollo que conoce actualmente la prospección eléctrica por
corriente continua (Dahlin, 1993).

La prospección eléctrica se emplea actualmente de forma habitual con el objetivo de estudiar


la hidrogeología de una zona (Marescot y Chapellier, 2003a y 2003b; Marescot et al., 2003a),
caracterizar las fracturas existentes en un material (Wang et al., 1991), detectar cavidades u
objetos congelados en el subsuelo (Marescot et al., 2001; Delaloye et al., 2003; Reynard et
al., 2003), delimitar intrusiones o migraciones de agua salada en el subsuelo (Bevc y
Morrison, 1991), detectar la presencia de vestigios arqueológicos (Hesse et al., 1986),
estudiar las estructuras de los suelos y de la región somera del subsuelo (Benderitter et al.,
1994; Panissod, 1997; Bourennane et al., 1998; Panissod et al., 1998; Michot, 2003) e incluso
estudios de contaminación de suelos sobre depósitos mineros, vertederos de residuos, etc. (Lu
et al., 1999; Buselli y Lu, 1999 ; Senos Matias et al., 2004; Daily et al., 1995; Daily y
Ramirez, 1995; de Lima et al., 1995; Park, 1998; Chambers et al., 1999; Ogilvy et al., 1999;
Olayinka y Yaramanci, 1999; Slater et al., 2000; Chambers et al., 2002; Dahlin et al., 2002)

La técnica de tomografía eléctrica lleva a cabo medidas indirectas del valor de la resistividad
aparente (ohm·m) existente en diferentes puntos y profundidades del subsuelo. Este parámetro
es una propiedad fundamental del material que es atravesado por la corriente eléctrica que se
crea con el equipo y se representa con el símbolo ρ, cuando se trata de la resistividad real del
material.

Figura 3. Rangos de resistividad para algunos tipos de rocas (Kearey et al., 2002).
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La medida indirecta de la resistividad obtenida con el equipo viene dada por:

∆V
ρ ap = K · (1)
I

Siendo, ρap la resistividad aparente en ohm·m, ∆V la diferencia de potencial medida por los
electrodos de potencial M y N en mV, I la intensidad de corriente inyectada por los electrodos
de corriente A y B en mA (Figura 4), y K es un factor geométrico que depende del dispositivo
de medida seleccionado (Figura 5).

Figura 4. Dispositivo básico de cuatro electrodos para la medida de la resistividad del subsuelo.

Cuando se realizan las medidas sobre un semi-espacio homogéneo e isótropo, la resistividad


que se obtiene es la resistividad real del material, pero en situaciones normales, debido a la
heterogeneidad del terreno, la resistividad obtenida es una resistividad aparente, resultado de
los diferentes grados de influencia de las resistividades de los materiales presentes en el
subsuelo, sobre el valor medido en superficie.

La profundidad de investigación de esta técnica viene determinada por diversos factores


relacionados con la geometría del dispositivo implantado y las características geológicas y
ambientales de la zona de estudio (Figura 6). El dispositivo seleccionado, en función de la
resolución vertical requerida y de la profundidad de investigación, ha sido el Schlumberger-
Wenner. Este dispositivo de medida es un híbrido reciente entre el clásico dispositivo
Schlumberger, uno de los más utilizados en SEV, y el dispositivo Wenner, popularmente
empleado en América del Norte para SEV. Además este dispositivo es muy adecuado para la
detección de estructuras geológicas verticales y para la caracterización de materiales, con
diferencias resistivas, depositados en capas horizontales debido a la respuesta de la función de
sensibilidad (Figura 7), siendo ésta un término medio entre la respuesta ofrecida por un
dispositivo Wenner, adecuado para estructuras horizontales, y la respuesta de un dispositivo
dipolo-dipolo, que es adecuado para estructuras verticales. La función de sensibilidad indica
el grado de influencia de la resistividad, de una determinada región, en el valor total medido
en superficie.
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Figura 5. Configuraciones tetraelectródica empleadas en las mediciones geoeléctricas de superficie.

Figura 6. Profundidad de investigación y poder de resolución para diferentes dispositivos geoeléctricos (Roy y
Apparao, 1971; Barker, 1989).
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Figura 7. Función de sensibilidad para los diferentes dispositivos tetraelectródicos más comunes (Loke, 2000)

Figura 8. Separación entre electrodos para la toma de medidas del primer nivel.

Según Barker (1989) con un dispositivo de 54 electrodos para tomografía eléctrica y una
separación entre electrodos de 5 metros, es esperable una profundidad de investigación entre
50 y 60 metros.
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Figura 9. Separación entre electrodos para la toma de medidas del tercer nivel.

Figura 10. Separación entre electrodos para la toma de medidas del quinto nivel.

La unidad básica de medida en tomografía eléctrica consta de dos electrodos de corriente, A y


B, que crean la corriente eléctrica en el terreno a través de una batería externa y dos
electrodos de potencial, M y N, que miden la diferencia de potencial existente entre ellos. Si
bien, estos cuatro electrodos constituyen la unidad básica de medida, realmente sobre el
terreno se implantan de forma simultánea un número mayor de electrodos (18, 36, 54, 72,
etc.) dependiendo de la profundidad de investigación y de la resolución deseadas. El
microprocesador que incorpora la unidad de medida seleccionará automáticamente el orden en
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el que se deben realizar las medidas siguiendo una secuencia previamente establecida con el
software ELECTRE II, hasta cubrir la longitud total del perfil (Figuras 8, 9, 10 y 11).

Figura 11. Representación esquemática de una seudosección eléctrica 2D obtenida a partir de los valores
medidos con las diferentes combinaciones tetraelectródicas.

En exploración con tomografía eléctrica, la localización espacial del punto de medida se


encontrará en el eje central del sistema tetraelectródico seleccionado y su localización vertical
estará situada a una distancia que es proporcional a la separación entre los electrodos. Por
ejemplo en la configuración dipolo-dipolo (Figura 5) este punto estará en la intersección de
las líneas que parten a 45º respecto de la horizontal desde los puntos medios de los segmentos
AB y MN. Otro método consiste en colocar el punto de medida en una posición vertical que
corresponde a la profundidad media de investigación (Edwards, 1977), o seudoprofundidad,
del dispositivo tetraelectródico empleado. Esta seudoprofundidad está basada en los valores
de sensibilidad o derivada de Frechet para un semi-espacio homogéneo. Este método es el que
se emplea para obtener la seudosección eléctrica con el RES2DINV. Cuanto mayor es la
separación entre los electrodos mayor es la profundidad de investigación pero a costa de
reducir en número de medidas (Figura 10), de ahí que en los extremos del perfil existan zonas
de sombras de las cuales no se puede obtener información geoeléctrica a no ser que se lleven a
cabo perfiles continuos solapados.

Como ya se ha comentado anteriormente, una vez finalizado el procesamiento de las medidas


con los programas informáticos adecuados, se llega a una salida gráfica en forma de sección
2D que representa la distribución de los valores de resistividad real del subsuelo (Loke, 2000)
denominada seudosección eléctrica y que constituye el documento a interpretar con ayuda de
la información obtenida por otras vías con el fin de evitar ambigüedades en los resultados.
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3. METODOLOGÍA

La metodología que se ha seguido en el estudio de los depósitos de estériles, ha consistido en


una fase de campo, donde se han implantado sobre la superficie de los depósitos un número
suficiente de perfiles de tomografía eléctrica con una cantidad variable de electrodos, 54
electrodos o 72 electrodos, dependiendo de la longitud necesaria del perfil geoeléctrico, y una
fase de gabinete donde se han procesado las medidas de resistividad (filtrado, corrección
topográfica, proceso de inversión, etc.) para obtener la seudosección y proceder a su
interpretación.
En la etapa de campo, los perfiles que se han desplegado en los depósitos mineros han
seguido los siguientes criterios:

1. Establecer un número adecuado de perfiles de forma que los resultados sean


representativos.
2. Las orientaciones de los perfiles deben ser idóneas con el fin de que la longitud de los
mismos cubra todo el depósito en una de sus dimensiones. Generalmente estas
orientaciones han sido perpendiculares a la mayor longitud del depósito.
3. La situación de los perfiles se ha realizado sobre zonas donde estaba previsto llevar a
cabo otros estudios complementarios o muestreos, de forma que se pudieran
corroborar los resultados.

El equipo de geofísica empleado ha sido el resistivímetro SYSCAL R1 PLUS de la casa IRIS


INSTRUMENTS, que dispone de un cable multinodo con 72 conexiones y permite la medida
de todas las configuraciones de cuatro electrodos, sin necesidad de mover los electrodos de su
emplazamiento, según la secuencia introducida.

La fase de gabinete ha consistido en el posicionamiento de los electrodos sobre el plano a


través de las lecturas efectuadas con GPS. Posteriormente se lleva un preprocesado de las
medidas almacenadas en los ficheros empleando el programa informático PROSYS para
filtrarlas y eliminar valores anómalos y efectuar la corrección topográfica que normaliza las
variaciones de la resistividad debidas a la diferencia de cota entre electrodos. A continuación
empleando el programa RES2DINV, para tomografía eléctrica 2D, o el programa
RES3DINV, para tomografía eléctrica 3D, se realiza el procesado de los ficheros previamente
filtrados con el empleo de algoritmos estadísticos de inversión (Edwards, 1977); en concreto
empleando el método de inversión por mínimos cuadrados (Loke y Barker, 1996a). Una vez
obtenida la seudosección de valores de resistividad real comienza la fase de interpretación
apoyándose en toda la información disponible: información geológica, datos de los ensayos
físico-químicos, datos de sondeos, etc.

4. APLICACIÓN DEL METODO A DOS DEPOSITOS DE RESIDUOS

4.1. Depósito de estériles “El Lirio”

El depósito de lodos “El Lirio” está ubicado en la zona conocida como Coto Ponce,
inmediatamente al Sureste de la mina del mismo nombre, al Sureste del Llano del Beal (Sierra
Minera de Cartagena-La Unión, Murcia, España). Está situado sobre una vaguada que es
tributaria de la Rambla Carrasquilla (Figura 12). La construcción del mismo se realizó sin
impermeabilización del lecho, por lo que el volumen total de residuos depositados está
emplazado sobre materiales del Mioceno (Serravalliense). Dichos materiales son limonitas
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calcáreas, alternando con areniscas y con algunas intercalaciones de conglomerados (Figura


13).

Figura 12. Situación del depósito de estériles “El Lirio”.

Entre septiembre de 2003 y abril de 2004 se llevaron a cabo las medidas de tomografía
eléctrica 2D sobre este depósito, y en total se realizaron 9 perfiles (8 transversales y uno
longitudinal, Figura 14) cuyo emplazamiento sobre el depósito se puede observar en la Figura
14. Excepto el perfil nº 9 3 y nº 4, que estuvieron compuestos por 54 electrodos con una
separación entre electrodos de 5 metros, el resto estuvo compuesto por 36 electrodos con la
misma separación entre electrodos. La longitud de los perfiles se eligió con el fin de cubrir el
ancho total de la balsa, allí donde fuera posible. Para enlazar los diferentes perfiles
transversales se realizo uno de de forma longitudinal (perfil nº 9, Figura 14).

A partir del estudio llevado a cabo sobre el depósito “El Lirio” por Faz et al. (2003a), en el
que se obtuvieron valores de pH, conductividad eléctrica y contenidos de metales pesados
sobre las muestras obtenidas a partir de las zonas de muestreo C1, C2 y C3, del sondeo
mecánico a testigo continuo y del perfil edáfico (Figura 14), se ha podido corroborar las
seudosecciones obtenidas con tomografía eléctrica.
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Figura 13. Perfil geológico con dirección E-O, coincidente con el perfil de tomografía eléctrica nº 4 (Tomado de
Faz et al., 2003a).

El estudio de Faz et al. (2003a) ha demostrado que los valores de pH en los primeros 7 metros
son ligeramente básico con una conductividad eléctrica que comienza para los dos primeros
metros con un valor medio de 4.6 dS/m y a continuación desciende hasta un valor medio de
3.8 dS/m (2.6 ohm.m). A partir de los 7 metros de profundidad, y hasta alcanzar el sustrato
(14 metros), el pH pasa a valores ligeramente ácidos, siendo su valor medio de 6.7 y una
conductividad eléctrica de 5.2 dS/m (1.9 ohm.m). Los valores de pH de las muestras del
sustrato dieron valores en torno a 7.8 y un conductividad eléctrica de 3.9 dS/m (2.6 ohm.m) lo
que indica una bajada importante del contenido salino. Estos valores de pH y conductividad
eléctrica vienen a explicar el motivo por el cual en las seudosecciones de tomografía eléctrica
aparece una primera región somera, definida como material de relleno de características
diferentes (Figura 15, 16 y 17), en la cual los valores de resistividad eléctrica son
moderadamente más elevados (20 ohm.m) que los valores de resistividad eléctrica de la zona
inmediatamente inferior ocupada por estéril minero que no ha sido expuesto con un
resistividad eléctrica inferior a 10 ohm.m. Esto es lógico, puesto que a medida que disminuye
el pH hasta valores ácidos, se favorece la movilidad de los metales pesados y esto favorece
una reducción de la resistividad eléctrica del material.

En el estudio de Faz et al. (2003a) también se analizó el contenido de metales pesados de la


balsa “El Lirio”, del cual se ha extraído la Tabla 1. Observando dicha tabla se puede apreciar
como la mayoría de los metales pesados tienden a disminuir su concentración hasta los 7
metros de profundidad, exceptuando los valores mínimos del sustrato; y a partir de esa
profundidad comienza un aumento de sus concentraciones hasta los 12 metros. Una vez
superada esta profundidad se hace patente una disminución del contenido del metal hasta
llegar al sustrato (14 metros).
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Figura 14. Situación de los perfiles de tomografía eléctrica sobre el depósito “El Lirio” y los puntos de muestreo
superficial para los análisis geoquímicos.

Tabla 1. Concentraciones de metales totales de las muestras del sondeo (Valores tomados de Faz et al., 2003a).
Profundidad (m) Pb (mg/kg) Cu (mg/kg) Zn (mg/kg) Cd (mg/kg)
0-1 4095 94.23 8536 29.04
1-2 4810 79.27 8061 17.98
2-3 3716 56.26 7349 16.16
3-4 3567 52.50 7326 12.58
4-5 3516 54.14 5475 9.39
5-6 5001 122.0 6330 47.79
6-7 5266 91.39 4982 18.07
7-8 9350 107.4 8200 22.20
8-9 6008 156.9 15920 38.18
9-10 3935 206.9 11102 32.59
10-11 7706 178.2 8013 24.62
11-12 8519 188.0 8512 25.00
12-13 7949 206.0 9385 30.56
13-14 5359 98.56 4086 11.64
14.4 (sustrato) 57.52 22.79 313.8 1.15
14.6 (sustrato) 59.06 22.56 230.1 0.66
14.8 (sustrato) 172.42 31.29 581.5 0.71

Estos resultados también pueden responder a la zonificación obtenida con la tomografía


eléctrica (Figura 15, 16 y 17) que establece valores de resistividad relativamente altos (10-50
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ohm.m) para las regiones de la seudosección que corresponden a zonas someras de menor
concentración metálica, o que se encuentran sometidas a procesos oxidativos de
meteorización. Por el contrario las zonas más profundas del depósito, caracterizadas en las
seudosecciones por valores menos resistivos (< 10 ohm.m), correspondería a niveles con
importante concentración de zinc, plomo, cobre y cadmio. El sustrato vuelve a presentar
valores elevados de resistividad eléctrica lo que justifica la escasa migración de los metales
pesados a esa profundidad.

Las seudosecciones presentan de forma muy clara el volumen ocupado por los estériles,
debido al fuerte contraste resistivo que hay entre el zócalo, con valores superiores a 20
ohm·m, y el estéril, con valores de resistividad inferior a 10 ohm·m.

Figura 15. Seudosección 2D interpretada del perfil nº 4.

Figura 16. Seudosección 2D interpretada del perfil nº 5.


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Figura 17. Seudosección 2D interpretada del perfil nº 9.

Se ha llevado a cabo una cubicación del material existente en este depósito de lodos con la
información aportada por los perfiles geoeléctricos. Para ello se han empleado la regla
trapezoidal, la regla de Simpson y la regla 3/8 de Simpson (Press et al., 1992), a través del
programa de ordenador SURFER de Golden Software, obteniéndose un volumen aproximado
de 941000 m3 de estéril. Se hizo un cálculo del volumen a partir del modelo digital del terreno
obteniéndose 963753 m3. Esta gran coincidencia entre ambos métodos, demuestra que la
información aportada por la tomografía eléctrica es bastante fiable. En la Figura 18 se puede
ver un modelo 3D de la topografía del zócalo obtenida con la información aportada por
perfiles geoeléctricos.

Profundidad (m)
4
2
0
-2
-4
-6
-8
-10
-12
-14
-16
-18
-20
-22
-24
-26
-28
-30
-32
-34
-36
-38

Figura 18. Modelo 3D del zócalo indicando el contacto sustrato-estéril, obtenido con las seudosecciones
eléctricas realizadas sobre el depósito.

En la Figura 19 se facilita una vista 3D de las seudosecciones 2D procesadas, ubicadas


correctamente en su posición espacial, a través de la información aportada por el GPS. En esta
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figura se puede apreciar el buen ajuste que hay entre los diferentes perfiles y como destacan
los valores más conductores atribuidos al estéril minero. También se ha señalado la ubicación
del sondeo mecánico a testigo continuo que se llevó a cabo.

Figura 19. Vista 3D de las seudosecciones 2D realizadas sobre el depósito “El Lirio”. Las seudosecciones están
presentadas con valores de isoresistividad obtenidos después de la inversión.

4.2. Depósito de estériles “Brunita”

El depósito de lodos “Brunita” está ubicado al Norte de la mina Brunita, en el paraje conocido
como La Esperanza, al Sur de La Unión (Murcia). Este depósito descansa en parte sobre
esquistos grafitosos y cuarcitas grises paleozoicas del complejo Nevado-Filábride
(especialmente la parte occidental), y en parte sobre calizas y filitas del complejo Alpujárride,
que a su vez reposan en discordancia, por cabalgamiento, sobre los citados materiales
paleozoicos. El sondeo mecánico realizado sobre este depósito cortó unas calizas bajo los
lodos mineros (Figura 21).

Al igual que para el depósito “El Lirio”, entre septiembre de 2003 y abril de 2004 se llevaron
a cabo las medidas de tomografía eléctrica 2D sobre este depósito. En total se realizaron 5
perfiles (4 longitudinales y uno transversal) cuyo emplazamiento sobre el depósito se puede
observar en la Figura 20. Excepto el perfil D, que estuvo compuesto por 36 electrodos con
una separación entre electrodos de 5 metros, el resto estuvo compuesto por 54 electrodos con
la misma separación entre electrodos. La longitud de los perfiles se eligió con el fin de cubrir
la máxima superficie del depósito, allí donde fuera posible. Para enlazar los diferentes perfiles
longitudinales se utilizó el perfil D, Figura 20. En esta misma figura se puede observar el
emplazamiento del sondeo mecánico con testigo que se llevó a cabo para la obtención de
muestras sólidas y caracterizar física, química y geotécnica del perfil en profundidad.
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Figura 20. Situación del depósito de estériles “Brunita”.

De la misma forma que para el depósito “El Lirio”, se han manejado los datos geoquímicos
obtenidos a partir del estudio llevado a cabo sobre el depósito “Brunita” por Faz et al.
(2003b), en el que se obtuvieron valores de pH, conductividad eléctrica y contenidos de
metales pesados sobre las muestras obtenidas a partir de las zonas de muestreo D1, D2 y D3,
del sondeo mecánico a testigo continuo y del perfil edáfico (Figura 22), permitiendo
corroborar las anomalías geoeléctricas conseguidas con las seudosecciones eléctricas 2D.

Según el estudio de Faz et al. (2003b), el depósito de estériles “Brunita” está considerado
como ácido. Según los valores de pH y de conductividad eléctrica de las muestras del sondeo
tomados de dicho estudio demuestran que el pH es ligeramente ácido, con una valor de 6.31,
hasta la profundidad de 9 metros, exceptuando el primer metro en el que el pH es más ácido, a
partir de ahí el estéril pasa a ser fuertemente ácido, con un valor aproximado de 5, hasta llegar
al sustrato (14 metros), donde estos valores pasan a ser medianamente básicos. La
conductividad eléctrica, según el estudio de Faz et al. (2003b), presenta variaciones, con una
disminución de su valor con la profundidad en torno a 3 dS/m hasta los 9 metros, lo que
refleja unos horizontes ligeramente salinos; a partir de ahí los valores de conductividad
eléctrica aumentan ligeramente para fluctuar entre 5 dS/m y 6 dS/m hasta llegar al sustrato
donde disminuirá hasta 1.83 dS/m. Según Conesa (2005) las muestras recogidas en superficie
han dado valores de pH muy ácidos, comprendidos entre 2 y 3, lo que es explicado por la
mayor oxidación a la que es sometida la capa superficial que da lugar a la formación de
sulfatos.
66

Figura 21. Perfil geológico con dirección N-S, coincidente con el perfil de tomografía eléctrica A (Tomado de
Faz et al., 2003b).

Las siguientes seudosecciones (Figura 23, 24, 25 y 26) corroboran lo comentado


anteriormente, es decir, hay zonas superficiales donde la resistividad es mínima (< 10 ohm.m)
estando en concordancia con la sulfatación superficial y los valores bajos de pH. Hay otras
zonas someras en las seudosecciones donde la resistividad es ligeramente elevada (20
ohm.m), coincidiendo con los primeros 9 metros comentados anteriormente, a partir de esta
profundidad los valores de resistividad eléctrica disminuyen considerablemente, debido la
característica salina de estos horizontes, hasta llegar a sustrato que amortigua la caída de la
resistividad eléctrica para volver a incrementarla de forma apreciable.

La Tabla 2 presenta las concentraciones de metales pesados extraídas del estudio realizado
por Faz et al. (2003b) en la cual es significativo el aumento de la concentración de zinc a
partir de los 9 metros y las importantes fluctuaciones de las concentraciones de plomo, cobre
y cadmio con la profundidad. Es significativa la disminución de las diferentes
concentraciones de metales al llegar al sustrato, como así lo reflejan las seudosecciones
eléctrica con incrementos de la resistividad (> 50 ohm.m).

Como es característico para los depósitos de estériles mineros procedentes del procesado de
minerales de sulfuro, las seudosecciones presentan, de forma muy clara, el volumen ocupado
por los estériles, debido al fuerte contraste resistivo que hay entre el zócalo, con valores
superiores a 20 ohm·m, y el estéril, con valores de resistividad inferior a 10 ohm·m. En la
zona superficial del estéril, la tomografía muestra valores de resistividad algo superiores a los
encontrados en la parte más profunda del mismo. En esta zona superficial se observó que el
material aparecía más compactado, con características pétreas en forma de láminas o costras
de sal (Conesa, 2005), dificultando la colocación de los electrodos de medida. El sondeo
mecánico que se llevó a cabo proporcionó un espesor del material vertido de 13,7 metros,
67

validando este dato la información extraída con la interpretación geofísica para el perfil A
(Figura 23).

Figura 22. Situación de los perfiles de tomografía eléctrica sobre el depósito “Brunita”.

Tabla 2. Concentraciones de metales totales de las muestras del sondeo (Valores tomados de Faz et al., 2003b).
Profundidad (m) Pb (mg/kg) Cu (mg/kg) Zn (mg/kg) Cd (mg/kg)
0-1 2240 125.7 6084 11.72
1-2 1705 174.9 8060 20.16
2-3 2434 142.4 9999 29.25
3-4 1934 395.1 4943 10.26
4-5 4558 211.4 7315 117.2
5-6 6874 306.6 8330 21.16
6-7 7687 231.1 7692 17.80
7-8 2265 402.9 4107 16.53
8-9 2439 407.5 2835 12.52
9-10 4555 229.0 13358 35.71
10-11 2963 153.7 12890 33.67
11-12 5884 128.0 10009 30.98
12-13 4242 144.3 16068 44.38
13-14 3761 175.2 14131 44.01
14.8 (sustrato) 670.6 31.05 3999 9.18
68

Figura 23. Seudosección interpretada del perfil A.

Figura 24. Seudosección interpretada del perfil B.

Figura 25. Seudosección interpretada del perfil C.


69

Figura 26. Seudosección interpretada del perfil D.

Se ha llevado a cabo una cubicación del material existente en este depósito de lodos con la
información aportada por los perfiles geoeléctricos. Para ello se han empleado la regla
trapezoidal, la regla de Simpson y la regla 3/8 de Simpson (Press et al., 1992), a través del
programa de ordenador SURFER de Golden Software, obteniéndose un volumen aproximado
de 723600 m3 de estéril. En la Figura 27 se puede ver un modelo 3D de la topografía del
zócalo obtenida con la información aportada por los perfiles geoeléctricos.

Figura 27. Modelo 3D del zócalo donde se observa el contacto sustrato-estéril, obtenido con las seudosecciones
eléctricas.

En la Figura 28 se muestra una vista 3D de las seudosecciones 2D colocadas en su posición


espacial; además, se ha señalado la posición del sondeo mecánico a testigo continuo que ha
facilitado la profundidad del sustrato y las muestras para su análisis físico-químico. La
profundidad del sustrato coincide con la profundidad de estéril determinada por tomografía
eléctrica, lo que corrobora a estas técnicas como muy adecuadas para la caracterización y
delimitación de los estériles almacenados en los depósitos mineros.
70

Figura 28. Vista 3D de las seudosecciones 2D realizadas en el depósito de “Brunita”. Las seudosecciones están
presentadas con valores de isoresistividad obtenidos después de la inversión.

5. CONCLUSIONES

Los resultados obtenidos con la tomografía eléctrica 2D han demostrado su eficacia para el
delimitar el contacto estéril-substrato en profundidad en los depósitos estériles mineros
generados por el procesamiento metalúrgico de sulfuros minerales. Debido al alto contraste,
que existe entre la resistividad eléctrica del estéril y la del zócalo, esta técnica facilita la
obtención del espesor del material depositado, permitiendo obtener un volumen bastante
fiable de los materiales almacenados. Dentro del mismo estéril, los cambios de resistividad
conseguidos con la tomografía eléctrica, están relacionados con materiales de diferentes
características físico-químicas (oxidación, pH, salinización, cementación del material
superficial, etc.), o bien, delimitar vertidos procedentes de distintos orígenes.

Agradecimientos: A la Dirección General de Industria, Energía y Minas, perteneciente a la Consejería de


Industria y Medio Ambiente de la Región de Murcia, por su apoyo financiero.

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