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TEMA 5 LA CORRESPONDENCIA Y EL SERVICIO DE CORREOS CGA_1

CORREO ORDINARIO Y CERTIFICADO.


Ana Isabel Mendoza

El correo ordinario y el correo certificado:

Comunicaciones escritas desde que existe la escritura siempre ha habido, aun cuando no se
pudiera, a nivel legal, probar el envío ni la recepción (salvo recurriendo a testigos) La aparición
del correo tampoco solucionó tal necesidad.

Si bien el correo ordinario no da posibilidad ni de justificar haber enviado o recibido


el envío postal de que se trate, utilizando el correo certificado se puede justificar el envío a un
destinatario concreto, (mediante el resguardo de envío sellado por Correos) e incluso recibir el
acuse de recibo firmado por el receptor de la comunicación (su destinatario o la persona que la
reciba en su nombre) 

En todo caso el envío certificado solamente justifica el hecho de haber sido enviada a un
destinatario y, en caso de utilizar acuse de recibo, haber sido recibido pero ni el correo
ordinario ni el correo certificado permiten justificar el concreto contenido del envío, [únicamente
en el caso de envíos dirigidos a la Administración “en sobre abierto” puede solicitarse sello en
copia para justificar el contenido del escrito enviado]

El requerimiento notarial:
Para suplir esa necesidad de poder justificar el contenido de la comunicación en mensajes
con trascendencia legal, usualmente se recurría a la figura del requerimiento notarial. 
Las actas de notificación y actas de requerimiento reguladas en los artículos 202 y
siguientes del Reglamento Notarial acreditan fehacientemente la recepción o rechazo de la
comunicación y su contenido.  No obstante, los inconvenientes del requerimiento notarial
radican en su mayor coste y la necesidad de tramitarlo a través de notaría en un determinado
horario, etc aun cuando la Ley indique que ciertas comunicaciones hayan de practicarse
específicamente por este conducto.

El burofax y los extremos que acredita:

Con el servicio postal de burofax certificado con acuse de recibo se consigue en


la práctica los mismos efectos que con el requerimiento notarial en lo que se refiere
a poder acreditar judicial o extrajudicialmente con pleno valor probatorio el envío,
recepción y contenido de la comunicación de que se trate, evitando a la vez el
mayor coste del requerimiento notarial (diferentes operadores ofrecen el servicio de
burofax, además de Correos, a precios razonables)

Al enviar un burofax, la copia entregada en el momento del envío se conserva firmada por el
empleado quedando dicha copia del contenido depositada en Correos si hubiera de
justificarse ese contenido. También se conserva la firma del destinatario en el momento de
recibirlo.  En el documento del burofax enviado que facilita Correos se incluye copia certificada
del contenido y en el aviso de servicio que facilita Correos se indica el destinatario y copia de su
firma en el momento de la recepción, acreditando el hecho de haber recibido la
comunicación.
TEMA 5 LA CORRESPONDENCIA Y EL SERVICIO DE CORREOS CGA_1
CORREO ORDINARIO Y CERTIFICADO.
Ana Isabel Mendoza

Para qué sirve un burofax:


Un burofax habría de servir esencialmente para requerir al destinatario una determinada
conducta ( que dé, haga, o deje de hacer lo que se trate)  o para cualquier otra
comunicación que tenga transcendencia y precise el poder acreditarse posteriormente si
fuera necesario el envío, recepción y contenido del mensaje por el destinatario. 

El burofax es utilizado por los particulares aun cuando en ocasiones los órganos judiciales utilizan
también este servicio postal para realizar notificaciones, citaciones y emplazamientos a las
partes. Consulte en el aviso de llegada quien es el expedidor del envío y sabrá la identidad del remitente
(particular u órgano judicial)

Para qué no vale un burofax:


En esto, como en otras cosas (aunque a veces parezca lo contrario) el envoltorio no mejora el contenido:
el hecho de hacer consideraciones personales o afirmaciones subjetivas no supone que se
conviertan automáticamente en hechos reales y acreditados por la sola circunstancia de que
se contengan en un burofax. Piense si le merece la pena incurrir en el gasto para la finalidad que
persiga. Un burofax no da razón si no se tiene, las afirmaciones que se puedan incluir no poseen mayor
valor por incluirse en un burofax: por ejemplo,  indicar en un burofax “ustedes me han estafado” no
supone que eso le convierta en víctima de estafa ni convierta en supuesto autor de delito al destinatario;
“desistir de un contrato por burofax” no hace que el desistimiento tenga valor: que exista derecho o no al
desistimiento es una consideración legal que dependerá de la situación concreta y de la normativa que le
sea aplicable, no del hecho de notificarse mediante burofax.

De igual modo, el remitente de una comunicación por burofax debe extremar al máximo las precauciones
en relación con el contenido de la misma, ya que la eficacia probatoria del escrito también
despliega sus efectos contra su autor, que queda de este modo vinculado por sus propias
palabras. 

Es imprescindible analizar los concretos términos del requerimiento, por lo que resulta aconsejable –ya
desde ese momento– contar con asesoramiento por abogado, puesto que en muchas ocasiones el envío
del burofax es paso previo a considerar la iniciación de procedimiento judicial en caso de no ser finalmente
atendido lo que se pida.

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