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UNIVERSIDAD DE CARABOBO

FACULTAD DE EDUCACION
CURSO DE FORMACIÓN DE FACILITADORES
EN EDUCACIÓN EN VALORES

APRENDAMOS DE LOS NIÑOS


Nuestros alumnos no son sacos para ser llenados,
sino fuego para ser encendido,
ventanas para ser abiertas,
campos para ser sembrados

Luis Rodríguez
C. I. 7.132.358

Valencia, 19 de Julio de 2000

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INDICE

1. Portada.............................................................................................. 1

2. Índice................................................................................................. 2

3. Los niños, esos grandes maestros................................................... 3

4. La escuela......................................................................................... 3

5. Mañana es Septiembre.................................................................... 6

6. Aprendizaje Natural........................................................................ 7

7. La familia y la empresa.................................................................... 8

8. Los valores, la moral y la ética........................................................ 9

9. Morir en la pavada........................................................................... 10

10. Bibliografía........................................................................................ 12

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LOS NIÑOS, ESOS GRANDES MAESTROS

“Las personas mayores me aconsejaron que dejara a un lado los dibujos de serpientes
boas abiertas o cerradas y que me interesara un poco más en la geografía, la historia, el
cálculo y la gramática. Así fue cómo, a la edad de seis años, abandoné una magnifica
carrera de pintor.”
Antoine de Saint-Exupéry

La escuela:

Amigo lector, ¿Ha observado alguna vez a un niño cuando juega? ¡no, no hablo de
vigilarlo en el parque para que no se haga daño!, hablo de observarlo, mirar la expresión de
su rostro, estudiar su actitud, escuchar sus conversaciones; de ser así con seguridad ha
notado la seriedad con que se lo toma; si no, se está perdiendo no sólo un espectáculo
divertidísimo, sino también la mayor demostración de profesionalismo que jamás recibirá.

Cuando un niño juega está aprendiendo, está siendo creativo, está ensayando ser
adulto (en un ambiente seguro) por aquello de “lo que hago lo aprendo”, para ellos el
aprendizaje es una aventura, es un descubrir constante, que les ocasiona placer, todo es
perfecto; hasta esa fatídica mañana cuando nos estrenamos el uniforme para asistir a
nuestro primer día de escuela, (le pido perdón a los niños por todas las veces que
mencionaré a ese monstruo tan temido que extrajo de nuestros pequeños cerebros todo lo
que habíamos aprendido y en su lugar colocó una inmensa cantidad de información para
que estemos ocupados el resto de nuestras vidas tratando de utilizarla en algo con la
esperanza de que tantos años de tortura no hayan sido en vano).

Cuando hablo de la escuela me refiero a esa donde nos encierran en un salón, nos
confinan a un pupitre (con puesto fijo) colocado en línea recta uno detrás del otro, nos
colocan un uniforme blanco y azul y comenzamos: “mi mamá me ama, amo a mi mamá”
hartocientas veces y si no lo aprendes: ¡Raspado!

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Se de otro lugar donde también confinan a la gente a un espacio muy pequeño, le
colocan uniformes blanco y azul (o negro) y también se practican muchos castigos: La
cárcel (cualquier parecido es pura coincidencia).

Si en este momento usted piensa que yo soy un anarquista, retrograda y que quiero
satanizar al sistema educativo, entonces hemos comenzado con buen pié, he logrado llamar
su atención y se que continuará leyendo los párrafos siguientes donde explico por qué digo
lo que digo. Educar me parece el oficio más digno que existe, específicamente en nuestro
país la profesión de educador la considero un apostolado, los maestros son (como dijo el
profesor Miguel Fernández Pérez) Ángeles que deben hacer milagros para poder sacar
adelante a sus alumnos con el presupuesto y los sueldos que tienen.

Sin embargo, nuestra escuela, esa escuela que nos enseñó matemáticas, literatura,
geografía, también nos enseñó otras cosas, en ella aprendimos a aprender y cómo es que se
aprende.

Aprendimos que es malo no saber, ya que obtiene mejores calificaciones quien


sabe más, prácticamente nos obligan a saberlo todo; por eso tenemos dificultad para
aceptar cuando no sabemos algo (sobre todo en las empresas) y, en el mejor de los casos,
nos perdemos aprendizajes fascinantes. Por muy curioso que parezca el no saber es la
condición ideal para el aprendizaje consciente de cualquier cosa, declararnos ignorantes
debe ser el primer paso para el aprendizaje consciente,. Poder decir NO SE “en paz” hace
del aprendizaje consciente una experiencia placentera.

Aprendimos también que es malo equivocarse, pero los grandes inventos de la


humanidad han surgido luego de muchas equivocaciones, si cambiamos nuestra relación
con los errores podemos verlos como elementos de información de los que podemos
aprender y que nos acercan cada vez más hacia el éxito; debo aclarar algo para que se haya
producido algún aprendizaje, el comportamiento debe haber cambiado, es decir no tiene
ningún mérito repetir errores del pasado de los que debimos haber aprendido. Si en las
empresas nos recompensaran por los errores que cometemos (que sean haciendo cosas

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novedosas), tendríamos empresas muy competitivas, siempre creando nuevos productos,
servicios, estrategias, etc.

Otra cosa que también aprendimos es que no debemos preguntar, a veces la


maestra dice ¿Alguna pregunta? Y nadie contesta, por qué será, porque el mismo sistema
nos ha enseñado que el que pregunta no sabe (y no debemos no saber) y además las
preguntas no tienen ningún valor, los premios, las recompensas, la nota la obtienen quien
tiene mejores respuestas, no nos enseñaron que el desarrollo de la humanidad se debe a
aquellos arriesgados que se atrevieron a hacer y rehacer preguntas; con las preguntas
sucede algo muy curioso: al tener una respuesta, la pregunta se desvanece, junto con otras
opciones que puedan surgir (una respuesta es una opción, una interpretación desde un punto
de vista y por eso a distintos puntos de vista, distintas respuestas) por ejemplo, en la
antigüedad se decía que las aves volaban porque tenían alma voladora (anima volaris) y esa
era la respuesta a ¿por qué vuelan las aves?, sólo cuando alguien se repitió la pregunta y
buscó otra respuesta descubrieron los principios de la aeronáutica y el hombre pudo volar,
ahora tenemos dos respuestas a una misma pregunta, con una podemos inventar aviones y
con la otra podemos hacer poesía.

Además la pregunta es el segundo paso hacia el aprendizaje consciente, primero


declaro que NO SE hacer algo y luego PREGUNTO como se hace.

La escuela nos enseña que el aprendizaje debe ser individual, pero como especie
estamos diseñados para sobrevivir en equipo.

LA FUNCION DE LA EDUCACIÓN DEBERIA SER GENERAR MENTES


PERMANENTEMENTE INQUIETAS, CON AMPLIAS POSIBILIDADES DE
ACCION, QUE SE HAGAN MAS PREGUNTAS Y QUE SEAN CAPACES NO
SOLO DE RESOLVER, SINO DE CREAR NUEVOS PROBLEMAS.

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Mañana es Septiembre.
Los dedos de mis pies me duelen de tanto meterme en los zapatos de ir a
la escuela.
Siento que un libro está de más en mi bulto de lonilla azul marina, y no es
el libro que tiene un Dios con sombrero de triángulo y un manto como el
que usaba Julio César.
Lo cierto es que mañana es Septiembre y la maestra me espera con su
sonrisa de buenos días, seguida de una lección interminable.
Me fastidia ese amor repetido en mi libro primario, mamá me ama, papá
me ama, mamá me ama; ese amor de página primera que retrasa mi
llegada al patio del recreo con mis zapatos de huequitos en la punta.
Mañana es Septiembre.
Un portón de peleas callejeras me recibe.
Soy yo, tela blanca con unas letras bordadas en mi bolsillo izquierdo.
Yo y mi sonrisa zángana a poca distancia de mi cabello aceitoso.
Yo y mi cuaderno libertad con un caballo de Bolívar encaramándose en un
laurel romano.
Yo y mi futuro de sabio porque llegaría a saber que “Cristóbal Colón
nación en Génova, aunque algunos historiadores dicen que nació en
Pontevedra de Galicia”.
Yo y mi porvenir de ignorante porque no me aprendería de memoria la
historia del torito negro y el torito colorado.
Somos la maestra, Septiembre y yo, entristecidos por los pizarrones
negros y la ausencia de la lluvia.
Septiembre y yo sabemos que los trompos tienen más valor que la tabla
de multiplicar, y que las páginas de los cuadernos se hicieron sólo para
construir barcos de papel.
Mañana es Septiembre.
Primero trataré de entender nuevamente lo del “Gloria al bravo pueblo”.
Yo, Vicente Salias y Juan José Landaeta.
Después veré un murciélago trastornarle la quietud a los pupitres.
En uno de esos pupitres labraré un corazón y tu nombre con la hojilla que
le sobró a las barbas del abuelo.
Yo y el amor.
Guillermo de León Calles

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Aprendizaje natural:

Para los niños este aprendizaje es natural, ellos son sinceros en su ignorancia, se
equivocan, preguntan (¡y cada cosa!). Son máquinas de aprender, ellos en su inocencia,
modelan a otros niños, a sus padres, sus maestros, a los héroes de la televisión y del cine,
deportistas, etc. Nosotros como padres, educadores y adultos, debemos ser modelos a
imitar para los niños.

Aquí me surge una inquietud, como formadores, si no somos capaces de ver otras
opciones, tendemos a repetir el modelo en el que fuimos formados (el de la escuela
tradicional).

Por eso conseguimos maestros que saben mucho, es verdad, pero piensan que saber
es igual a tener la verdad y por tanto no dan permiso a nadie para que les enseñe nada (de
los niños se aprende muchísimo), otros confunden saber con tener información o tener
opiniones, algunos quieren tenerlo todo claro todo el tiempo y los últimos y a mi modo de
ver los peores enemigos del aprendizaje: los que consideran que no pueden aprender dado
quienes son, es decir, yo soy el maestro, lo se todo y no tengo nada que aprender.

Estas personas podrán formarse en muchos cursos, seminarios, talleres, etc. Podrán
tener mucho estudio, pero su actitud siempre será la del producto terminado, el hombre o la
mujer que no necesita “aprender” (internalizar, incorporar, adoptar) nada más, que va a
buscar técnicas o herramientas para aplicar a sus alumnos (¡mas no para el!) bien sea
porque “Loro viejo no aprende a hablar” o porque “No me hace falta”.

Nuestro sistema educativo ha ofrecido al alumno por muchos años un inmenso mar
de conocimientos, pero con un centímetro de profundidad, ha sido un sistema enfermo de
cataratas lo que ha imposibilitado que se pudieran ver estas debilidades, pienso que ha
faltado y falta todavía que la educación se centre en QUIEN APRENDE, LO QUE
APRENDE Y COMO LO APRENDE, creo que hemos avanzado, me complace conocer
educadores comprometidos con la formación integral de sus alumnos, que descubren las

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individualidades de cada estudiante y le dedican la atención necesaria para lograr el
aprendizaje, pero creo que son muy pocos. La modificación del Currículo Básico Nacional
es un paso importante hacia la generación de soluciones a este problema, pero
lamentablemente no basta con un decreto y unos seminarios o cursos para dar a conocer la
nueva propuesta si no se diseñan mecanismos no sólo para adiestrar a los docentes en cómo
aplicarla (obligarlos a utilizar las herramientas que allí se plantean sería peor), si no en
motivarlos a modificar su relación con su profesión, mirar otras perspectivas y educar sus
propias actitudes para mejorar el sistema del que ellos son una pieza fundamental.

Recuerdo una hermosa película protagonizada por el excelente actor Robin


Williams “La sociedad de los poetas muertos” donde el profesor rompe los paradigmas,
saca la clase de las cuatro paredes del salón, enseña a sus alumnos a subsistir porque los
enseña a pensar y a pensar de manera independientes (el tema de la independencia de
pensamiento es harina de otro costal) y el les decía “Carpe Diem” aprovechen el día, es
decir, vivan, el enseñó a sus alumnos a vivir y sí, se que también pagó el precio, pero la
historia la escriben los valientes “¡Oh captain, my Captain!”.

La familia y la empresa:

Al hablar del sistema, no puedo dejar por fuera a las instituciones y especialmente la
familia, la cual es fundamental para la formación de los líderes del mañana, nuestra familia
está en crisis, un padre de familia podría decir “ya lo se, eso no debe impedirme educar a
mis hijos, pero con hambre no hay educación que valga”, bueno creo que podemos educar
con hambre, enseñando a subsistir a las familias, a trabajar en comunidad con sus vecinos,
con facilitadores que trabajen en las comunidades, fuera del aula de clase en la cual
tradicionalmente hemos creído que es el único sitio donde se puede educar, si un niño
descubre que la educación le sirve para subsistir, ese niño será un excelente estudiante y un
mejor ciudadano, pero en el aula no se aprende eso.

La empresa, yo la veo como un organismo viviente y además que posee inteligencia,


es decir que se mueve, que piensa, que siente, que aprende; la empresa es el sitio donde

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nuestros alumnos van a ejercer lo aprendido luego de la maratónica carrera educativa
(desde preescolar hasta la universidad), si es un organismo que aprende, entonces puede
aprender actitudes y por tanto se puede educar en valores, como educando a su gente,
además todas las empresas poseen aparte de una visión y una misión, una declaración de
principios (a mi me gusta llamarlos elementos de vida) que no son más que sus valores,
sería interesante poder intervenir en las empresas para educarlas en valores e incrementar
su aporte al desarrollo moral de nuestra sociedad

Los valores, la moral y la ética:

No debemos olvidar que los valores son ideales, no son verdades, son
interpretaciones creadas por el hombre para explicar por qué actúa de una manera o de otra
en un momento y lugar determinado, o sea, que cambia con las circunstancias y el
individuo, sin embargo socialmente tenemos algunas distinciones o convenciones que nos
indican que es o no aceptado y en que grado; ese conjunto de convenciones que nos
indican lo que otros están dispuestos a aceptar lo denomino MORAL; por otro lado cada
individuo define lo que es bueno o malo para el, basado en el mayor bien para todos y en
función de esto se fija límites para si mismo y para otros, esto lo denomino ETICA.

La ética y la moral no son más que el conjunto de valores de la sociedad y de los


individuos que la conforman según sus propias historias, de esta manera cada comunidad
puede tener normas éticas y morales distintas.

Los niños son éticos por naturaleza, ellos buscan el mayor bien para todos, es
cuando los adultos no permitimos que ellos se desarrollen porque creemos ser dueños de la
verdad y cuando comenzamos a imponerles nuestra moral, cuando ellos comienzan a ver
coartadas sus posibilidades y comienzan a comportarse como gallinas en lugar de cóndores
como cuenta la siguiente historia.

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Morir en la pavada
Una vez un catamarqueño, que andaba "repechando" la cordillera,
encontró entre las rocas de las cumbres un extraño huevo. Era
demasiado grande para ser gallina, además hubiera sido difícil que
este animal llegara hasta allá para depositarlo, y resultaba demasiado
chico para ser de avestruz.

No sabiendo lo que era, decidió llevárselo. Cuando llegó a su casa, se


lo entregó a "la patrona", que justamente tenía una pava empollando
una nidada de huevos recién colocados. Viendo que más o menos era
del tamaño de los otros, fue y lo colocó también a este debajo de la
pava clueca.

Dio la causalidad que para cuando empezaron a romper los cascarones


los pavitos, también lo hizo el pichón que se empollaba en el huevo
traído de las cumbres. Y aunque resultó un animalito no del todo
igual, no desentonaba demasiado del resto de la nidada.
Y sin embargo se trataba de un pichón de cóndor. Sí señor. De cóndor
como usted oye, aunque había nacido al calor de la pava clueca, la
vida le venia de otra fuente.

Como no tenía de dónde aprender otra cosa, el bichito imitó lo que vía
hacer. Piaba como los otros pavitos, y seguía a la pava grande en
busca de gusanitos, semillas y desperdicios. Escarbaba la tierra, y, a
los saltos, trataba de arrancar frutitas maduras del Tutia. Vivía en el
gallinero, y le tenía miedo a los "cuzcos lanudos" que muchas veces
venían a disputarle lo que la patrona tiraba en el patio de atrás,
después de la comida.

De noche se subía a las ramas del algarrobo por miedo de las


comadrejas y otras alimañas. Vivía totalmente en la pavada, haciendo
lo que veía hacer a los demás.

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A veces se sentía un poco extraño. Sobre todo cuando tenía
oportunidad de estar a solas. Pero no era frecuente que lo dejaran
solo.
El pavo no aguanta la soledad, si soporta que otros se dediquen a ella.
Es bicho de andar siempre en bandada, sacando pecho para
impresionar, arriando la cola... y arrastrando el ala.

Cualquier cosa que los impresione, es inmediatamente respondida con


una sonora burla, cosa muy típica de estos pajarones. Que a pesar de
ser grandes, no vuelan...

Un mediodía, de cielo claro y nubes blancas, allá en las alturas,


nuestro animalito quedó sorprendido al ver unas extrañas aves que
planeaban majestuosamente, casi sin mover las alas. Sintió como un
sacudón en lo profundo de su ser. Algo así como un llamado viejo que
quería despertarlo en lo íntimo de sus fibras. Sus ojos acostumbrados
a mirar siempre al suelo en busca de comida, no lograba distinguir en
las alturas. Pero su corazón despertó en una nostalgia poderosa.

Y él, ¿por qué no volaba así?. El corazón le latió apresurado y


ansioso... Pero en ese momento se acercó una pava preguntándole
qué estaba haciendo. Se rió del él cuando sintió su confidencia. Le dijo
que era un romántico, y que se dejara de tonterías. Ellos estaban en
otra cosa. Tenía que ser realista y acompañarla a un lugar donde
había encontrado mucha frutita madura y todo tipo de gusanos.

Desorientado el pobre animalito se dejó sacar de su embrujo y siguió


a su compañera que lo devolvió a la pavada. Retomó su vida normal,
siempre atormentado por una profunda insatisfacción interior que lo
hacía sentir extraño...

Nunca descubrió su verdadera identidad... de cóndor.

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Y llegó a viejo, un día murió. Si, lamentablemente murió en la pavada
como había vivido...

¡Y pensar... que había nacido para las cumbres!

Anónimo, tomado del folklore popular argentino

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BIBLIOGRAFÍA

1. Ramos, María Guadalupe


Programa para educar en valores
Ediciones Paulinas

2. De Saint-Exupery, Antoine
El Principito
Ultramar-Emece

3. La Biblia
Ediciones Paulinas

4. Kasuga, Linda
Aprendizaje Acelerado

5. Marichales, Hugo
Líderes de Aprendizaje
Manual del participante

6. Echeverría, Rafael
Ontología del Lenguaje

7. Ros, Ricardo
PNLNET.COM

8. O’Connor, Joseph – Seymour, John


Introducción a la Programación Neurolingüística
Ediciones URANO

9. Senge, Peter
Quinta Disciplina

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