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Matteo bordignon

Cristología
Tema VI: la muerte de Cristo
Una primera cosa que llama la atención mirando la vida de Cristo es cómo las
personas lo seguían, pero cómo de otra parte otras querían matarlo. Una de las
acusaciones contra Él es la de blasfemia. Vamos a ver que era considerada la blasfemia
en el Antiguo Testamento, sobre todo en el Levítico: toda la comunidad hubiera tenido
que lapidar al acusado. Si miramos los conceptos que encierra el seguimiento de Jesús
podemos después ver como con facilidad los adversarios podían encontrar en Él
acciones blasfemas. Jesús es:
a) La ley.
b) el centro.
c) el sábado.
Además Él
e) Perdona los pecados, cuando en ningún momento se dijo que el Mesías perdona los
pecados, y si el cordero es en el mismo tiempo el Mesías se puede poner en evidencia
que el cordero es un mero medio, en el sentido que no puede hacer nada para sí mismo).
Jesús también hace:
f) Milagros.
g) Exorcismos.
h) Destruirá el templo (estando allí el «Santo de los Santos» sería imposible, aunque
Zacarías tuvo una visión sobre la huida de la Shekinah del templo y Geremiás e Isaías
anunciaron su destrucción; de toda forma los fariseos captan aquí una cierta «cristología
implícita», pero no pueden sostener esta posibilidad que una persona, un hombre, se
haga Dios, se ponga en lugar de Dios).
Jesús es acusado para:
A) Destruir el templo
B) considerarse el Mesías
Todavía, es Él que según sus acusadores, dice de Él mismo que es el Rey de los
judíos. En realidad, en el caso de Jesús no se trata de un «asesinado», sino que es Él
mismo que entrega su vida. Según Ratzinger el pan de la Eucaristía y la muerte en la
Cruz se iluminan mutuamente. Las palabras de Jesús en el relato de la Eucaristía evocan
los significados del sacrificio del Antiguo Testamento, dentro cuya tradición Él estaba:
la oferta de Su cuerpo, que estamos invitados a coger (Mt, Mc), que es entregado (Lc),
ofrecido (1 Co) para nosotros y de Su sangre que representa la sangre de la Alianza de
Ex 24, 8 (Mt, Mc) y de la Nueva Alianza de Jr 31, 31 marcada con la sangre (Lc, 1 Co).
En el Antiguo Testamento habían tres tipos de sacrificio:
a) De comunión: una parte del sacrificio estaba reservada a Dios y una otra se comía, así
que de alguna manera si sacrificabas a los ídolos compartías con ellos.
b) de expiación.
c) de alianza. Representa la segunda etapa de la teología del sacrificio: después del 70
tiene que ver con el concepto de ofrenda de sí mismo. La tercera etapa de la teología del
sacrificio representa la promesa de la Nueva Alianza (Is 31, 31):
el Nuevo sacrificio apunta al hecho que podemos ser, estar en Cristo, en una nueva
comunión.
Pero esto tiene que ver con una concepción del sacrificio diferente de la que
normalmente tenemos en nuestro uso corriente, por lo cual entendemos un esfuerzo que
puede más o menos agotar, un desgasto incómodo de energías y recursos, una
dedicación que cansa. Sacrificio, pero, seria más bien «hacer sagrado». Ahora, quien
tiene el poder de «sacralizar» es el mismo sagrado, Dios. ‫ ׅכּפֻּר‬representaba la acción de
expiación que tiene a Dios como sujeto teológico: aunque el hombre ejecute
correctamente los actos rituales es Dios que expía los pecados del pueblo. Loa cristianos
judíos dejan de ofrecer sacrificios, en el templo rezan y predican. Así hay un cambio:
de la centralidad del sacrificio a la fracción del pan
En la ceremonia del ‫ ׅכּפֻּר‬los pecados venían tirados contra el ‫ ׇכ ׄפּ ֶרת‬, Dios,
y el contacto los blanqueaba. Considerando que e Cristo el lugar con más santidad ya
no es el «Santo de los Santos» del templo de antes (porqué hay más santidad en la
humanidad de Cristo)
los pecado vienen tirados contra Cristo, la muerte de Cristo perdona los pecados con
Su sangre, todo pecado perdonado lo es por una presencia de Cristo que perdona:
πάντες γὰρ ἥµαρτον καὶ ὑστεροῦνται τῆς δόξης τοῦ ϑεοῦ (Rm 3, 23-25)
Cristo es el nuevo ‫כ ׄפּ ֶרת‬,‫ ׇ‬el ὓλαστήριον.

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