Está en la página 1de 100

puesto a percibir frutos por mayor o me- problema de la inclusión o la exclusión en

nor valor que el importe de los intereses, un texto legal, de la anticresis, con motivo
según los años. Estas dos últimas particu- de la redacción del Código civil francés.
laridades diferencian la institución, en el Originariamente en la concepción de los
Derecho romano y en el moderno. redactores prevaleció el criterio del Dere-
También podía celebrarse el contrato cho canónico, contraria a la admisibilidad.
sin que existiera pignus, y en este caso el Se dieron los argumentos jurídicos y cir-
efecto era más restringido, porque la an- cunstanciales. Así, se dijo que debía ser
ticresis sólo producía la consecuencia de la considerado un contrato de pueblos poco
fruición compensatoria y el derecho a re- civilizados, ya que envolvía una forma
tener el inmueble hasta el pago, pero no rudimentaria de crédito y encubría asimis-
daba el ías distrahendi, o facultad de mo a la usura. Prácticamente se hizo no-
vender la finca. tar que arrebata al deudor la posesión de
En realidad, existe poca claridad en los la cosa inmueble y, particularmente, el dis-
textos para definir las situaciones jurídi- frute de ella, ya que la anticresis surte efec-
cas a que daba lugar la aplicación del to contra todos los adquirentes, hasta el
concepto de anticresis, aplicado al pignus. completo pago del crédito que garantiza. Sin
Pero si puede hacerse el distingo aludido, embargo, a solicitud de algunos tribunales
se reconoce que el sentido más general de de apelación del sur de Francia, que in-
la institución es el de ser un pacto agre- formaron sobre el proyecto y que tuvieron
gado al pignus, y especialmente al inmo- en cuenta la vigencia del droit coutumier,
biliario (Puchta-Gaberlotto). en la región, se incluyó la institución en
Se citan los textos de Marciano, que da el Código de Napoleón. Las razones adu-
el concepto originario de la institución cidas quedaron como argumento de defen-
(Di. XX, I. II y XII, VII, 33). De Paulo, sa de la institución, y fueron las esencia-
con respecto a la anticresis tácita (Di., les: que todo lo que tiende a facilitar las
XIX, II, 8). Esta especie podía constituirse convenciones, a multiplicar y asegurar los
en el caso en que el deudor hubiere re- medios de liberación del deudor, es útil a
cibido una cantidad en mutuo con interés la sociedad y beneficioso, al mismo tiem-
y hubiese entregado al acreedor una cosa po, al acreedor y deudor.
en prenda, porque se entendía que el úl- Así quedó consagrada, en la época de la
timo podía retener a modo de interés le- codificación, la anticresis, como una espe-
gítimo los frutos de la cosa pignorada. cie de prenda inmobiliaria, con el consi-
Se debe tener en cuenta que los frutos guiente desplazamiento de la posesión,
a percibir, según el Derecho romano, com- junto al instituto de la prenda mobiliaria,
prendían tanto a los naturales o industria- con las mismas características y bajo la
les como a los civiles, como se demuestra denominación general, ya usada: du nan-
por un fragmento de Marciano: fructus tissement (contrato por el cual un deudor
percipiat aut locando, aut ipse percipien- entrega o remite una cosa a su acreedor
do, habitandoque. para seguridad de la deuda).
En el Derecho canónico, como una con- En esa forma se produce la transforma-
secuencia de la prohibición de la usura, y ción del concepto romano de la anticresis,
por contradecir el principio de la gratuidad ganándose en concreción y claridad. La
del mutuo, fue condenada y prohibida la prenda quedó referida a los bienes mue-
anticresis. Lo que dio motivo a ciertos con- bles; la anticresis, a los inmuebles. Ade-
tratos que disimulaban la institución, como más, en el concepto moderno la anticresis
el de venta con pacto de retroventa, en el se extendió a la compensación de intere-
cual el precio correspondía al importe del ses y frutos, pero asimismo a la amortiza-
préstamo. De modo que la función de la ción del capital del crédito, salvo pacto en
anticresis la suplían otras instituciones contrario.
análogas. El concepto moderno del Derecho fran-
Del mismo modo en el Derecho espa- cés pasó a través de la legislación de las
ñol, bajo la influencia de la doctrina ca- dos Sicilias y otros Estados italianos, al
nónica, fue objeto de reprobación por los Código general para toda la península
mismos motivos. itálica.
En las Partidas se establece el siguiente Lo mismo ocurrió en España, a pesar de
concepto legal: "El que perciba esquilmo no existir una tradición legislativa al res-
o fruto de la cosa que tuviere en prenda, pecto. Se estableció una regulación simi-
debe descontarlo de lo dado sobre ella o lar a la del Derecho francés (arts. 1881 a
restituirlo a su dueño" (L. 29, tít. XHI, Par- 1886, Cód. civ. español).
tida 5*). En Austria, en cambio, se sancionó legis-
En el Derecho moderno se planteó el ^lativamente la reprobación de la anticre-
sis, declarando nulos a los actos constitu- nos se inclinan por la interpretación per-
tivos de la misma. En el Derecho civil sonalista; los autores franceses que siguen
alemán no se consideró esta institución, a Troplong y Laurent y, entre los escarió-
y de ahí que no se la haya legislado en les, Dalmases y Alguer.
el Código civil. Sin embargo, los tratadis- Los autores que sostienen el carácter real
tas alemanes estiman sorprendente el he- del derecho de anticresis, presentan en su
cho de que ante la multiplicidad de for- exposición algunos matices, v. gr., algunos,
mas de garantías inmobiliarios que en él como Pothier, consideran como un derecho
existen, falte la regulación de la anticre- limitado a los frutos de la cosa; otros, co-
sis. Laguna que, en opinión de algunos mo Planiol, que reconocen el derecho real,
(Wolff), se llena acumulando la hipoteca le niegan el derecho de persecución, pero
y el usufructo. Se utiliza en la práctica el admiten el derecho de preferencia. Existe
llamado usufructo de garantía, y que con- una posición intermedia en la teoría de
siste en que el propietario de una casa Bonnecasse, que considera la anticresis
para alquilar establezca el usufructo a fa- como un derecho real sobre los frutos de
vor de su acreedor para que éste reciba la cosa y un derecho personal sobre la
directamente el precio del alquiler, sin ne- cosa misma. Lo consideran como un dere-
cesidad de un requerimiento judicial o cho real en su plenitud Valette, Colin y
extrajudicial. Se emplea frecuentemente Capitant. La doctrina española cuenta con
en los negocios de edificación en las gran- el parecer mayoritario de sus tratadistas
des ciudades y como sucedáneo de la anti- en este sentido: Azcárate, Sánchez Román,
cresis (Enneccerus, Wolff, Nussbaum). Se Burón, De Diego, Casso, etc.
le concede en este supuesto al acreedor IV. La Anticresis en el Derecho argen-
hipotecario el usufructo o derecho a per- tino. Concepto. — El mismo se infiere de la
cibir los frutos (alquileres) de la finca, definición del Código civil: "El anticresis
imputándolos al crédito hipotecario. es el derecho real concedido al acreedor por
III. Naturaleza jurídica. — Con motivo el deudor, o un tercero por él, poniéndole
de la promulgación e interpretación de los en posesión de un inmueble, y autorizán-
códigos civiles que consagraron legislati- dolo a percibir los frutos para imputarlos
vamente la institución, se planteó el pro- anualmente sobre los intereses del crédito,
blema, más teórico que práctico, al decir si son debidos; y en caso de exceder, sobre
de algunos tratadistas (Planiol y Ripert, el capital, o sobre el capital solamente si
Becqué), de resolver sobre la naturaleza no se deben intereses" (art. 3239).
jurídica de la anticresis. Es decir, si debe De acuerdo a esta disposición legal, en el
ser considerada como un derecho real o Derecho civil argentino, se necesita la con-
personal. Por eso mismo, dada la contro- currencia de tres requisitos para configu-
versia doctrinaria reinante en la época de rar la anticresis:
su promulgación, el Código civil argentino 1) Que el derecho recaiga sobre un In-
expresamente define el carácter real del mueble.
derecho de anticresis, cortando toda discu- 2) Que el acreedor anticresista sea
sión doctrinaria al respecto. puesto en posesión del inmueble.
Lo cierto es que en el Derecho civil fran- 3) Que el acreedor sea autorizado a
cés, italiano y español, con ese motivo se percibir los frutos, los cuales deberán ser
ha suscitado una viva controversia teórica. imputados anualmente a los intereses o al
Por un lado, los que sostenían el carácter capital en su caso, y en la forma que de-
personal se basaban en los siguientes ar- termina la ley.
gumentos: Se niega a la anticresis los ele- Comparando esta institución con la hi-
mentos característicos del derecho real, poteca y la prenda, se pueden señalar las
como son el carácter de inmediatividad del siguientes analogías y diferencias:
poder ejercido sobre la cosa, y el de abso- a) En cuanto al objeto: en la hipoteca
lutidad, su actuación erga omnes. Espe- y la anticresis se trata de inmuebles. En
cialmente con referencia al Derecho po- la prenda, de cosas muebles.
sitivo francés, Troplong formuló esta tesis: b) En lo que se refiere a la posesión:
que el Código civil no le da esta califica- en la anticresis y la prenda se confiere al
ción; que no reconoce el derecho de per- acreedor. En la hipoteca, la cosa queda en
secución al acreedor anticresista; que poder del deudor.
tampoco se le reconoce sobre el precio de c) En cuanto a los frutos: el derecho a
la cosa ningún privilegio, y éste sólo existe percibirlo es esencial en la anticresis, no
por declaración expresa de la ley; que el siéndolo en los otros institutos señalados.
derecho recae solamente sobre los frutos; Caracteres. — a) Es un derecho real. El
que no tiene eficacia frente a terceros. Código lo dice expresamente en los ar-
La casi totalidad de los autores italia- tículos 2503 y 3239, y en la nota a este úl-
timo, donde el legislador expresa: "Por civ.). Pero no debe entenderse como con-
consiguiente, la prenda que se constituye dición de solemnidad, sino al sólo efecto
por el anticresis es sobre una parte de la de la prueba. En caso de haberse otorga-
propiedad inmueble, y no puede negarse do en instrumento privado, es de aplica-
que hay una desmembración del derecho ción lo preceptuado en los artículos 1185 y
de propiedad, cuando los frutos futuros de 1188 del Código. El artículo 3240 del mismo
un inmueble se dan en prenda, en seguri- es sumamente claro al respecto.
dad y para pago de una deuda". En lo que se refiere a los terceros es, sí,
b) Es un derecho accesorio. La carga indispensable, el cumplimiento del requi-
que importa la constitución de este dere- sito de la escritura pública, ya que de otro
cho real, sobre la cosa, tiene como finali- modo no podría serles opuesta la anticre-
dad la seguridad del crédito y de sus in- sis (art. 1184, inc. 1<?, Cód. civ.).
tereses. De modo que, una vez satisfechos Además, el o los títulos deben ser ins-
ambos, existe obligación de restituir el criptos en el Registro de la Propiedad a
objeto, y con ello se da fin a la anticresis tal efecto (artículo 226, inc. 1?, ley org.
(arts. 3239 y 3261, Cód. civ.). Trib.).
• c) Es un derecho indivisible. Del mis- Efectos. — La constitución de la anticre-
mo modo que todos los derechos reales sis da nacimiento a diversos derechos y
de garantia, tiene esa cualidad, siendo, obligaciones a cargo del acreedor anticre-
además, establecida legalmente (art. 3245, sista. Asimismo, deben considerarse los de-
2* parte). rechos del constituyente.
d) Se constituye en forma convencio- Entre los derechos del acreedor anticre-
nal (Lafaille). En nuestro Derecho se con- sista, metódicamente se pueden señalar:
sidera que la única forma de constitución a) El derecho a la posesión de la cosa.
es la convencional, no existiendo anticre- Esta atribución debe entenderse de acuer-
sis legal o judicial (arg. artículo 3240 y do con las diferencias que se señalan res-
nota). pecto a la prenda, mientras rijan las dis-
Constitución. — En el Derecho civil ar- posiciones legales del Código actual (La-
gentino se requieren los extremos legales faille) .
siguientes: b) El derecho de retención. Lo que
a) Cosa inmueble, lo que resulta de la surge del estudio sistemático del articu-
misma definición del Código, y es la dife- lo 3245 y sus concordantes: 3250 y 3261,
rencia legal con la prenda. con respecto a las mejoras; 3944, con-re-
b) La entrega del inmueble al acreedor ferencia a las acciones que le incumben
(art. 3240, Cód. civ.). (las posesorias); 3227 y 3890, con respecto
c) Dominio o derecho a los frutos en el al derecho a reivindicar; y además: 744,
instituyente. Es lo que resulta del articu- 3232 a 3238, 3257, 3242.
lo 3239, cuando prescribe que el titular del c) Derecho al goce y a los frutos del
dominio y deudor, o un tercero en posesión inmueble, de acuerdo a los artículos 3246
del inmueble, pueden establecer el grava- a 3250 y concordantes del Código civil.
men sobre la cosa. Por otra parte, según (Esas concordancias son: del art. 3246, los
el Código, el usufructuario está en iguales arts. 777, 1197, 2566, 3231, 3239 y 3247 a 49;
condiciones de constitución (art. 3242), del art. 3247, los arts. 775, 776, 818, 819,
por el tiempo del usufructo. En cuanto al 3231, 3239, 3246, 3248 y 3258; del art. 3248,
marido sobre los bienes propios de la mu- los arts. 777, 3231, 3246 y 3247; del art. 3249,
jer, el derecho de dar en anticresis los los arts. 2463, 2870, 2878, 2879, 2892, 3250 y
frutos del inmueble respectivo lo legisla 3258; y del art. 3250, los arts. 589, 3228,
el articulo 3243; pero de acuerdo a la ley 3258 y 3259).
11.357, puede ser ejercido por la esposa d) Derecho de ejecución y venta, del
cuando se acoge a los beneficios de ella inmueble, por falta de pago. Lo que está
(a 39, inc. 29, apartado c). reglamentado por los artículos 3251 a 3253
ai Debe existir aptitud para disponer del Código y concordantes, en la siguiente
del inmueble (art. 3241, Cód. civ.). Como forma: para el 3251, artículos 3222 a 3224,
no es un acto de simple administración, 3252/53, 3392. Para el artículo 3252, los ar-
se debe exigir poderes especiales en el re- tículos 1047, 3223, 3251, 3253 y 3392. Para el
presentante (arts. 3244 y 181, inc. 15, Cód. artículo 3253, los artículos 3251/52.
civ.). Facultades frente a terceros. — Ellas re-
Forma y prueba. — Dado que el contra- sultan de las disposiciones de los artícu-
to que le sirve de fuente contiene una los 3254 a 3256 y concordantes del Código,
constitución de gravamen sobre el inmue- en la siguiente forma: para el artículo
ble objeto del mismo, debe ser otorgado en 3254, los artículos 2482, 2796, 3239, 3245/46,
escritura pública (art. 1184, inc. 1"?, Cód. 3270, 3276, 3942. Además: ley orgánica de
Jos tribunales de la Capital Federal, ar- Anticresis tácita. — El Código civil ar-
tículo 228, inc. I?. Para el artículo 3255, gentino organiza una especie de anticre-
los artículos 3256/57, 3889, 3942/43. Para el sis tácita al disponer, en el articulo 3261,
artículo 3256, los artículos 3139 y siguien- segunda parte: "Pero si el deudor, después
te y 3934. de haber constituido el inmueble en anti-
Deberes del anticresista. — Se conside- cresis, contrajere nueva deuda con el mis-
ran los siguientes: a) Conservación de la mo acreedor, se observará en tal caso lo
cosa; lo que surge de la disposición del dispuesto respecto de la cosa dada en
artículo 3258, primera parte, y su correla- prenda".
tivo 3249. La penalidad la consagra la ley La última frase remite el tratamiento
en el artículo 3258, segunda parte. Además, legal de esta anticresis, a lo dispuesto por
se debe tener en cuenta lo dispuesto por el los artículos 3218 y 3220, lo que quiere
artículo 3260, con respecto a los derechos decir que se aplican los principios y las
del deudor sobre el inmueble. condiciones que la ley prescribe para la
b) Administración; lo que surge asi- prenda tácita. (V. PRENDA.) En cuanto a
mismo del artículo 3258, primera parte y los efectos de esta anticresis consisten par-
tercera parte. Además, se debe tener en ticularmente en el derecho de retención
cuenta lo dispuesto por el artículo 3250, del inmueble hasta el pago de la deuda
sobre los gastos de mejoras efectuadas en (argumento de la palabra pero, según Sal-
el inmueble, y el artículo 3259, sobre el vat) completado con el derecho de perci-
pago de las contribuciones y las cargas bir los frutos.
anuales del inmueble, a cargo del acreedor JURISPRUDENCIA. — Naturaleza jurídica: La an-
anticresista. ticresls es un contrato real. En su otorgamiento
c) Restitución; lo que se produce una es una misma cosa: el acto material de la entre-
vez extinguida la obligación (art. 3261, ga del bien —que lo constituye— y su prueba
(Cám. Civ. 1» Cap. Ped., 27-2-946, L. L., t. 41,
primera parte, Cód. civ.). Además, los co- pág. 738).
rrelativos: 3257, primera parte, 525, 724, Requisitos: Para que eirtsta el contrato de an-
803, 818, 2465, 3218/19, 3238, 3245, 3257. tlcresls, se requiere como condición esencial que
Derechos del constituyente. — Por el el deudor confiera al acreedor la posesión del In-
mueble y no simplemente la Intervención, ocu-
hecho de encontrarse la cosa inmueble pación o tenencia de determinados bienes (Cám.
fuera de su alcance, las facultades del Fed. Cap. Fed, l'-12-944, L. L., t. 38, pág, 762).
propietario se reducen mucho; sin embar- Efectos: Como efecto del Derecho real de anti-
go, conserva como titular del dominio las cresis, constituido en el contrato de hipoteca a
favor del acreedor, éste se encuentra facultado,
siguientes facultades: derechos que impor- según lo dispuesto en el art. 3245 Cód. civ., para
tan la persistencia del dominio (artículo retener el Inmueble gravado hasta tanto no sea
3210, Código civil); derecho de reintegro: satisfecho integramente su crédito (Cám. Civ. 1»
Cap. Fed.. 24-9-943, L. L., t. 32, pág. 121). El nudo
el artículo 3261, en su primera parte, se propietario tiene un derecho Indiscutible a la
refiere al caso más frecuente, que es el posesión del inmueble a la muerte del usufruc-
del pago, pero que no es el único. Deben te- tuario, aun cuando éste lo hubiese cedido en an-
ticresis a su acreedor que en esa fecha no ha-
nerse en cuenta asimismo las disposicio- bla conseguido aún el pago íntegro de su crédito
nes del artículo 3257, in fine, y del artículo (Cám. Civ. 1» Cap. Fed., 23-12-936, L. L,, t. 5,
3258, segunda parte. pág. 383, y J. A., t. 58, pág. 784).
Deberes del deudor. — Se consideran co- Derechos del acreedor: Sup. Corte Bs. Aires,
17-6-947, L. L., t. 47, pág. 24; Cám. Civ. H Cap.
mo deberes del mismo, y por aplicación Fed., J. A., t. 56. pág. 784).
de principios similares para la prenda Obligaciones del acreedor: Cám. Fed. Cap. Fed.,
(Lafaille). Así, puede el acreedor exigir J. A., t. 12, pág. 37, y J. A., t. 23, pág. 67.
el reembolso de las inversiones y mejoras, BIBLIOGRAFÍA. — Fernández, B. L., Tratado teó-
con diversa medida. rico práctico de la hipoteca, la prenda y los pri-
Prohibiciones al acreedor. — Se estable- vilegios, t. 1, nos. 251. 266. y t. 2, n« 763, Bs.
Aires. — Lafaille, H., Derecho civil, t. 5, "Tratado
cen en el artículo 3249 in fine: "... Mas no de los derechos reales", vol. 3, págs. 258 y slgs.,
puede hacer ningún cambio en el inmue- Bs. Aires, 1945. — Salvat. B., Tratado de Dere-
ble, ni alterar el género de explotación que cho civil argentino, "Derechos reales", t. 3, pá-
acostumbraba el propietario, cuando de ginas 309 y sigs., Bs. Aires, 1946. — Gastan, J.,
Derecho civil español, t. 2, pág. 441, Madrid, 1943.
ello resultare que el deudor, después de — Diccionario de Derecho Privado (español), t. 1,
pagada la deuda, no pudiese explotar el pág. 377, Barcelona, 1950. — Josserand, L., Cours
inmueble de la manera que antes lo ha- de Droit civil posittf /raneáis, t. 2, n» 1628, Pa-
cia". rís, 1933. — Enneccerus, L., y Wolff, M., Tratado
de Derecho civil, "Derecho de cosas", t. 3, vol. 2,
Responsabilidad del acreedor. — "Es res- § 114, y t. 4, vol, 2, pág. 69, Bs. Aires, 1948.—
ponsable al deudor, si no ha conservado Nueva Enciclopedia Jurídica (española), t. 2, pá-
todos los derechos que tenía la heretlad, ginas 697 y slgs., Barcelona, 1950. — Nussbaum,
Tratado de Derecho hipotecario alemán, pág. 129,
cuando la recibió en anticresis" (art. 3260, Madrid, 1929. — Maynz, C., Curso de Derecho ro-
Cód. civ. V. nota al artículo). mano, t. 1, Barcelona, 1892.
ANTIJURIDICIDAD.* I. Problema que tad o a la norma jurídica, terminó o debió
plantea. — La lectura de las obras de los terminar una vez que se reconoció, en el
juristas que se han ocupado de los proble- campo más amplio de la teoría general del
mas relativos al delito como entidad jurí- Derecho, que toda facultad o poder jurí-
dica, incluso de aquellos que no han tra- dico tiene su fuente en el Derecho positivo,
bajado utilizando la sistemática impuesta y que éste debía derivar en una u otra
por la escuela alemana, demuestran pre- forma, de su establecimiento por un acto
ocupación por determinar cierta caracte- concreto de un órgano legislativo. Admi-
rística de la acción delictuosa denominada tido esto, su consecuencia lógica fue la
ahora antijuridicidad. necesidad de aceptar que toda violación del
Los autores alemanes han generalizado Derecho subjetivo supone ya la del Dere-
el uso de las voces widerechtlich (antiju- cho objetivo o norma jurídica que lo re-
rídico) , rechtswídrig (contrario al Derecho conoce como tal.
o ilegal), Rechtswirdigkeit (contrariedad al ni. Segunda cuestión. — Una vez es-
Derecho o ilegalidad) y unrecht (injusto), tablecido que la oposición que la antiju-
todas las que señalan una de las caracte- ridicidad implica, tiene como extremos la
rísticas del delito puesta de relieve, como acción y el Derecho objetivo, la lucha del
elemento independiente de la acción de- subjetivismo y objetivismo se trasladó ha-
lictiva y de la culpabilidad del autor, por cia la cuestión de si la contrariedad entre
el método analítico utilizado para el estu- ambos debía buscarse en el alma del
dio del Derecho penal. agente o fuera de ella. Se planteó así el
La esencia de esta característica del problema del carácter subjetivo u objetivo
delito reside en que la responsabilidad pe- de la antijuridicidad.
nal presupone, como toda responsabilidad Para los subjetivistas, lo antijurídico
Jurídica, que el hecho que la genera con- sólo puede encontrarse en el alma del
travenga al Derecho. agente, porque siendo el Derecho un con-
La fórmula no resulta útil sólo en el junto de imperativos dirigidos a los hom-
campo de la responsabilidad penal, sino bres capaces de comprenderlos y obede-
en el más amplio de cualquier tipo de cerlos, sólo esos hombres capaces pueden
responsabilidad jurídica. En Derecho ci- oponerse a él mediante un acto de insu-
vil, su uso es necesario tanto en el campo bordinación o desobediencia. Los psíquica-
de la responsabilidad aquiliana como en el mente incapaces, o los que en el caso con-
de la contractual. creto, por error o ignorancia, no han estado
El problema que plantea la antijurídi- en condiciones de darse cuenta del man-
cidad consiste, en una palabra, en saber dato jurídico, no pueden incurrir en actos
cuándo una acción humana contraviene al antijurídicos í1).
Derecho. El desarrollo del problema pre- Los objetivistas ponen la tónica, no en
senta muchas cuestiones, cuyo conocimien- el proceso desenvuelto en el alma del
to esclarece el punto en su totalidad. agente con motivo del mandato jurídico,
II. Primera cuestión. — Históricamen- sino en la razón por la cual el mandato
te se han desenvuelto los conceptos del se emite. Este se emite porque las accio-
Derecho subjetivo y del Derecho objetivo. nes prohibidas o mandadas son en sí mis-
El problema de la antijuridicidad ha sido mas perjudiciales o útiles para el orden
vinculado a esta cuestión fundamental: jurídico. Lo que perjudica o beneficia a
¿la acción antijurídica contraviene o con- la sociedad es la acción; la culpa del autor
traría al derecho subjetivo o al derecho no la perjudica ni beneficia, sino que sirve
objetivo? para volverlo responsable. Por lo tanto, la
La escuela historicista había desarrolla- contrariedad de la acción al Derecho pue-
do el concepto del Derecho subjetivo como de y debe buscarse objetivamente, con in-
algo preexistente al Derecho objetivo, na- dependencia de la culpabilidad o insubor-
cido del reconocimiento de las facultades dinación del autor ( 2 ).
propias de los individuos a que se respeten Sólo la tesis de la antijuridicidad obje-
sus personas y sus bienes. Así, frente al tiva permite llegar sin dificultades a la
concepto de la norma jurídica o Derecho aceptación del concepto, tan necesario para
objetivo, apareció, como una entidad sus- la idea del orden jurídico, de la unidad de
ceptible de tener existencia anterior e in- lo antijurídico, totalmente opuesto al prin-
dependiente de dicha norma, el Derecho cipio de que la culpabilidad es individual
subjetivo, Q facultad del individuo para y susceptible de ser distintamente estruc-
rechazar o exigir algo de otro. La polémi-
ca sobre si el delito se oponía a" esta facul- (1) V. Heinitz, El -problema de la antijuridici-
dad material, § 2.
(2) Heinitz, § 2; Núñez, B. C., Conceptos fun-
* Por el Dr. RICARDO C. damentales acerca de la antijuridicidad, n» 10.
turada en cada rama del Derecho. Si una con pena o (tratándose de otra especie de
acción es beneficiosa o no para el Dere- responsabilidad jurídica) estableciendo una
cho, no depende, en verdad, de si su sanción de otra índole para una determi-
agente obró con voluntad y conciencia, nada conducta, implica una declaración
sino de si en el caso concreto el Derecho genérica de su antijuridicidad, la cual sólo
la aprueba o desaprueba, lo que, a su vez, puede ser excluida, en el caso particular,
depende de la consideración coordinada por circunstancias de excepción enumera-
de las reglas de las distintas ramas del das por el legislador o extraídas del prin-
Derecho pasivo, que, según sus circuns- cipio del interés prevaleciente en el con-
tancias, rigen el caso de que se trata. La flicto concreto. Estas circunstancias de
antijuridicidad de la acción debe referirse, excepción son las llamadas causas de jus-
por lo tanto, al concepto unitario de la tificación, que se encuentran reguladas,
norma jurídica que regula el caso, y no3 a con mayor o menor perfección, en la Par-
la culpabilidad del autor en el mismo ( ). te General de los Códigos penales. Su fun-
IV. Tercera cuestión. — Los trabajos de ción es restringir en los casos particula-
von Liszt condujeron al planteamiento y res el alcance del precepto punitivo, en
desarrollo de otra cuestión esencial para virtud de que la acción prohibida genéri-
comprender el problema de la antijuridici- camente, no lo está en la situación con-
dad, como es el relativo a si la antijuridi- creta, por las circunstancias particulares
cidad es formal o material. de su comisión.
La tesis de la antijuridicidad formal BIBLIOGRAFÍA. — Núíicz, K. C., "Conceptos fun-
parte del principio de que una acción es damentales acerca de la antijuridicidad", en Revis-
antijurídica sólo y porque es contraria a ta Jurídica, de Córdoba, año 3, n» 10. pág. .205,1942.
una prohibición jurídica de hacer u omi- — Heinitz, El problema de la antijuridicidad ma-
terial, Imprenta de la Universidad, Córdoba, Kep.
tir (•*). Por su parte, la tesis de la antijuri- Argentina, 1947. — Boceo, A., Opere giuridíche,
dicidad material sostiene que la acción es vol. 1, "L'oggetto del reato", Roma, 1932, 2» parte,
antijurídica porque tiene una determinada cap. 6. — Petrocelli, í,'anít</timd¡cit<z, Padova,
1947. — Liszt, von, Tratado de Derecho penal, trad.
manera de ser o materia, que es la que de Jiménez de Asúa, t. 2, § 32, Madrid. 1927. —
la vuelve contraria al Derecho. El esfuerzo Mezger, Tratado de Derecho penal, trad. de Rodrí-
tendiente a la determinación de esta ma- guez Muñoz, t. 1, págs. 279 y sigs. — Delltala, 11
teria ha generado una serie de teorías de cap. "fatto" nella teoría genérale del reato, 1' parte,
la más diversa índole. Unas encuentran nuale1,diCedam, Padova, 1930. — Antolisei, Ma-
Diritío pénale, Parte general, págs, 95
esa materia fuera del Derecho, en regula- y sigs., Milano, Giuffré, 1947.
dores extraños al mismo, como son la idea
de justicia, el concepto de interés del in- ANTINOMIA. (V INCOMPATIBILIDAD DE
dividuo o de la sociedad, las normas de NORMAS JURÍDICAS.)
cultura social ( r > ) , etc. Otras, marchando
por la vía más correcta, encuentran la ANTROPOLOGÍA CRIMINAL. (V. CRI-
materia de la anti juridicidad en el Dere- MINOLOGÍA.)
cho positivo, excluyendo, a diferencia de
las otras teorías, toda idea de supralega- ANULABILIDAD. (V. ACTOS ANULABLES.
lidad («). ACTOS NULOS. NULIDAD DE LOS ACTOS JURÍDI-
Enunciando sólo la grave cuestión, de- COS.)
bemos decir que lo exacto es reconocerle a
la antijuridicidad su materia propia, la AÑO. Del latín annus, cuyo origen eti-
cual consiste en un ataque al interés pre- mológico se encuentra en el vocablo grie-
valeciente, según el Derecho positivo, en el go ana. En el concepto jurídico, se entien-
conflicto de intereses jurídicos ("). de el período de doce meses a contar
V. Cuarta cuestión. — Tiene carácter desde el 1° de enero al 31 de diciembre,
práctico. Se refiere a saber cómo funciona lo que daría el cómputo de tiempo del año
positivamente el principio de la anti juri- continuo o civil.
dicidad. Lo hace mediante el principio de Actualmente rige el Calendario Grego-
la regla y de la excepción. riano para los países católicos y protes-
La disposición del legislador castigando tantes, desde 1582, época en que comenzó
la computación del tiempo anual, de acuer-
do a las observaciones astronómicas de la
(3) V. Núñez. ob. y n« cits. época.
(4) V. Rocco, L'oggetto del reato, 2" parte,
cap. 6. esp. n" 151; Núñez, ob. cit., n» 12. Los días, meses y años se contarán para
( 5 ) V. Heinitz. ob. cit., 5§ 7 y sígs. los efectos legales, por el Calendario Gre-
(6) V. Soler. Causas supralegalcs üe jvsti/ica- goriano, dispone el artículo 23 del Código
ción. Imprenta Uruguaya, Montevideo, 1942; Nú-
fiez. ob. cit., nos. 14 y 16. civil. Las normas respecto al cómputo del
(7) Núñez, ob. cit., nos. 16, 17 y 18. tiempo en el Derecho civil, están dadas
en forma general por los artículos que si- lizados en las fuentes, el fundamento ori-
guen al precitado, en el mismo Código. ginario de la institución era de carácter
En el concepto jurídico, el año puede ser ético-religioso, y se imponía más como un
civil o continuo, que es el que comienza deber religioso que como una obligación
el 1<? de enero y termina el 31 de diciembre, jurídica. Se debía llevar luto por respeto
teniendo una duración de trescientos se- a la memoria del marido premuerto du-
senta y cinco días, hábiles y feriados. Si rante el tempus lugendi.
en un contrato se emplea la palabra año, Al principio se estableció un plazo de
sin distinguir, se debe entender que se re- diez meses para ese tempus. Lapso que en
fiere al año civil. la época clásica se extendió hasta los doce
Año útil: es aquel donde se computan meses.
los días de trabajo o de actividad jurídica En este período se encontró otro funda-
y se excluyen los feriados. mento de carácter jurídico: para evitar la
¿ño de luto o de viudedad: es el primer incertidumbre en ¡a descendencia (turba-
año que transcurre para la viuda, a par- tío sanguinis), es decir, la confusión de
tir del día de la muerte del marido. parto, que podía originarse en el hecho de
Año eclesiástico: es el que rige las so- la duda que podía suscitarse con motivo
lemnidades de la Iglesia. Se determina del nacimiento de un hijo durante ese pe-
por las fiestas de la Pascua, que se ha fi- riodo de viudez y de supuesta gestación,
jado en el décimo cuarto día de la luna de se señaló el tiempo necesario para poder
marzo, o sea entre el 21 de ese mes y el atribuir la paternidad del hijo nacido o
25 de abril. concebido en el tempus lugendi.
Año económico: se llama asi el tiempo Este fundamento prevaleció hasta el De-
computado a los efectos de los ejercicios recho actual y fue recogido por el Dígesto,
económicos de las entidades públicas: Es- que contemplaba el caso de un hijo pos-
tado, Provincia, Municipalidades, que pue- tumo nacido durante el plazo señalado, lo
de coincidir con el año continuo o civil. que permitía a la viuda, una vez produci-
Año emergente: se cuenta el tiempo des- do el nacimiento, contraer nuevas nupcias.
de cualquier fecha, hasta igual día del año Lo que hubiera sido imposible si hubiera
siguiente. subsistido el fundamento religioso (Dig.,
Año judicial: es el período o lapso anual L. III, tít. 2, párrafo 11, 2).
de trabajo judicial. El matrimonio celebrado contra esta
Año agrícola: el que medía de cosecha prohibición no se consideraba nulo. Exis-
a cosecha. tían otras sanciones especiales de carácter
Año bisiesto: es el que consta de tres- económico y ético. En primer lugar, se ha-
cientos sesenta y seis días, y se repite ca- cia pasible, no sólo la viuda, sino su nuevo
da cuatro años. Su origen está en la im- cónyuge y los ascendientes que tuvieran la
perfección del cómputo matemático del patria potestad sobre los mismos y hubie-
tiempo y prácticamente en que de cada ran consentido el matrimonio contra legem,
seis horas que sobran cada año de una de la imputación de infamia. En segundo
Evolución solar, se forma cada cuatro años lugar, las sanciones de índole patrimonial
un nuevo día, que se añade al mes de eran las siguientes: La viuda perdía todo
febrero, por ser el de menor número de lo que había adquirido de su primer espo-
días. (A. V. S.) so, en virtud del matrimonio o del testa-
mento. Además, no podía suceder ab-in~
BIBLIOGRAFÍA. — Celso. De la significación de les testato (Dig., L. III, tit. 2, párrafo 1).
palabras, Dlg., SO. 16, 98. 1. — Nebrija. E. A. de,
Léxico de Derecho civil, pág. 85, Madrid, 1944. En el Derecho canónico no existió la
prohibición de contraer matrimonio du-
AÑO DE LUTO * También se acostum- rante la época de luto.
bra a usar la expresión equivalente: año Las Leyes de Partidas establecieron la
de viudedad. Significa, jurídicamente, el prohibición en el Derecho español, la cual
plazo durante el cual la viuda no puede quedó sin efecto por disposición de la No-
contraer nuevo matrimonio, bajo penali- vísima Recopilación, la que autorizó a las
dades o sanciones de carácter económico. viudas a contraer nuevas nupcias sin li-
El instituto tiene su tradición jurídica, mitaciones de tiempo.
y ha sido establecido con sus perfiles ac- El Código civil español vigente establece
tuales en el Derecho romano. en sus artículos 45 y 85 esta situación ju-
Su evolución histórica, puede señalarse rídica como un impedimento para el ma-
desde el Derecho primitivo hasta la época trimonio. También considera el supuesto
del Bajo Imperio. Según los estudios rea- de que la autoridad administrativa pueda
dispensar, a instancia de parte, de dicho
* Por el Dr. ARMANDO V. SILVA. impedimento, siempre que se alegue justa
causa. El Código penal vigente en España legal no configura un caso de impedimen-
establece penas de multa para los casos de to absoluto, ni aun un impedimento de los
Infracción a las disposiciones de la legis- llamados impedientes. Sólo reviste los ca-
lación civil. racteres de una prohibición o impedimento
En el Derecho civil francés se legisla temporario (o a lo más se trataría de un
sobre la prohibición, como caso de impedi- requisito complementario, que se debe lle-
mento absoluto, específico en su aplica- nar en el supuesto) (Busso-Rébora).
ción a la mujer viuda. El impedimento Con respecto a la hipótesis considerada
tiene aplicación tanto en los casos de diso- especialmente por la ley sobre el naci-
lución del matrimonio por fallecimiento miento del hijo postumo, durante el período
del marido, como en los casos de divorcio. de viudedad, y que configura la excepción
El plazo de viudez ha sido objeto de mo- que permite contraer nuevas nupcias, una
dificaciones en la legislación francesa. La parte de la doctrina nacional sostiene que
ley del 9 de agosto de 1919 sustituyó el plazo la prohibición no es absoluta, fuera de esa
de diez meses que establecía el Código civil excepción. Es decir, que la mujer está ha-
(art. 228), por el de trescientos días. Esta bilitada para contraer nuevo matrimonio
modificación, prácticamente insignificante, también en casos especiales, análogos al
ha sido establecida para que exista con- supuesto señalado, como serían los casos
cordancia con los plazos de legitimidad del de aborto legalmente comprobado, y los
artículo 312 del mismo Código de Napoleón, casos en que el primer matrimonio hubie-
que se cuentan por días (Josserand). ra sido anulado por impotencia del esposo
Cuando la mujer ha dado a luz después (Rébora-Busso). En contra está la doctri-
del fallecimiento del marido, como ya no na sentada por la Cámara civil 29 de la
cabe confusión de parto, el matrimonio es Capital Federal, que sostiene el criterio de
permitido sin esperar la expiración del que fuera de la excepción legal, la prohibi-
plazo legal (Planiol y Ripert). ción de nuevo matrimonio en el tiempo de
En la legislación argentina, la ley de viudez, es de carácter absoluto y no admi-
Matrimonio civil, en el artículo 93, dispo- te otros supuestos. (V. Fallo, cit. en J. A.,
ne: "La mujer no podrá casarse hasta pa- t. 58, pág. 177.)
sados diez meses de disuelto o anulado el BIBLIOGRAFÍA. — Arlas, J., Manual de Derecho ro-
matrimonio, a menos de haber quedado mano, pág. 186, Bs. Aires, 1949. — Arias Ra-
encinta, en cuyo caso podrá casarse des- mos J., Derecho romano, págs. 492 y 493. Madrid,
pués del alumbramiento". 1947. — Busso, E. B., Código civil anotado, t. 2.
Además, el artículo 94 de la citada ley "Familia", págs. 54 y 55, Bs. Aires, 1945. — Josse-
rand, L., Derecho civil, t. 1, "La familia", vol. 2,
agrega: "La mujer que se casase en con- págs. 24 y sigs.. Bs. Aires, 1950. — Petit, E., Tro-
travención del artículo anterior, perderá tado elemental de Derecho romano, pág. 119, Ma-
los legados y cualquiera otra liberalidad drid, 1926. — Planiol, M.. y Ripert, J., Tratado
práctico de Derecho civil francés, t. 2, "La fami-
o beneficio que el marido le hubiese hecho lia", págs. 101 y sigs., La Habana, 1946. — Rébo-
en su testamento". ra, J. C., Instituciones de la familia, t. 2. "El ma-
Como se puede observar, en la legislación trimonio", § 26. pág. 273, Bs. Aires, 1946.
argentina rigen también los principios del
Derecho romano. El fundamento de la ins- AÑO ÚTIL. Si el año es el intervalo
titución es el del período clásico de aquel de tiempo, cuya duración tiene doce me-
Derecho. Las sanciones son también de ses, el año útil es aquel intervalo de tiem-
índole patrimonial. No es causa de nulidad po que abarca también dicha cantidad de
del matrimonio, y la doctrina nacional es meses o, mejor dicho, 365 días hábiles, no
uniforme en este sentido, de tal modo que feriados. De modo que la computación real
el segundo matrimonio celebrado en esa del tiempo entre el año continuo y el año
situación es válido (Busso, Rébora, Macha- útil varía en forma que éste es más pro-
do, Lafaille). longado, por abarcar mayor cantidad de
Si la viuda celebra matrimonio contravi- días.
niendo el precepto citado, pierde los lega- Dentro de la computación vigente del
dos, las liberalidades o beneficios que el tiempo en el campo del Derecho, el año
marido le hubiera hecho en su testamento. útil tiene antecedentes remotos. Se puede
Puede dar motivo a una causa de oposi- citar las disposiciones de las Partidas,
ción al segundo matrimonio, y en ese sen- Partida 7*, L. 39, tít. XIII, que se pronuncia
tido puede ponerse en funcionamiento la por la exclusión de los días feriados y aún
prohibición legal. De acuerdo al artículo de los días en que el actor se viere impo-
22 de la ley de Matrimonio civil, los parien- sibilitado por causas legítimas a acudir
tes del marido en grado sucesible tendrán al tribunal.
derecho a presentar la oposición. El año útil consta, por lo tanto, de tres-
En la doctrina argentina esta situación cientos sesenta y cinco días hábiles, y tiene
importancia desde el punto de vista jurí- el derecho de ciudad por efecto de una
dico, teniendo en cuenta que su compu- condena, y que veían regulada su condición
tación convencional, o legal, puede ejercer únicamente por el "jus gentium" se apro-
un papel decisivo en cuanto a la extinción, ximan, en su situación, al concepto mo-
modificación o nacimiento de obligaciones. derno de la apatridia. Como no pertene-
(A. V. S.) cían a ninguna ciudad, no podían preten-
der la protección de sus magistrados, ni
APARCERÍA. (V. LOCACIÓN DE FINCAS RÚS- la aplicación de sus leyes.
TICAS.) Todo el antiguo régimen hasta la Revo-
lución francesa, se caracteriza por la su-
APARTAMIENTO DE LA QUERELLA. (V. misión absoluta del individuo al Sobe-
ABANDONO DE LA QUERELLA.) rano; este concepto lleva implícito la
obligatoriedad del culto, la fidelidad al
APATRIDIA. * La ausencia de naciona- señor y la residencia en un territorio de-
lidad y la pérdida de ésta, ya sea por terminado. Recién en los acuerdos que
efecto de un hecho voluntario individual, pusieron fin a las guerras de religión, a
o de una decisión gubernativa o legislativa mediados del siglo xvi, se introduce el "jus
que alcance a determinadas personas o a emigrandi", que autorizaba la emigración
grupos de personas, no seguido de la ad- como medio de asegurar a los subditos la
quisición de una nueva patria o de una libertad de culto, prohibida en el territo-
nueva nacionalidad, da origen a lo que se rio de origen. En el siglo siguiente, el
ha dado en llamar en el Derecho contem- derecho de emigrar se reconoce en los
poráneo, la apatridia. Simplificando el tratados, como una consecuencia de las
problema, J. P. A. Francois, en su curso anexiones o de las cesiones de territorio.
sobre "El problema de los apatridas", dic- Era un medio de evitar el cambio de na-
tado en la Academia de Derecho interna- cionalidad, pues se permitía a los habi-
cional de La Haya, en 1935, dice que son tantes del territorio cedido o anexado, el
apatridas aquellos que no poseen la na- derecho de abandonarlo con sus bienes.
cionalidad de un Estado determinado. Dis- Aparece también en los tratados la cláu-
tingue dos categorías: La de aquéllos que sula que reconocía el derecho de elegir
no han tenido jamás una nacionalidad, y una nacionalidad, y con ello la posibilidad
la de aquéllos que han poseído una y que de tener una, con exclusión de la residencia
la han perdido. en un territorio determinado. La legisla-
La institución no es nueva. Su origen ción surgida de la Revolución francesa
se remonta a las primeras migraciones. En introduce un cambio fundamental en esta
las sociedades organizadas pudo reconocer materia. El hombre deja de pertenecer a
como causas, motivos religiosos (la perse- un territorio o a un soberano, para con-
cución de los herejes, de los no-confor- vertirse en un ciudadano, titular de cier-
mistas, de los judíos), o políticos. Sus con- tos derechos individuales que le son ase-
secuencias pueden ser económicas, tanto gurados por el derecho interno. La libertad
para el país de donde proceden los emi- de expatriación se consideró como un de-
grantes como para aquél al cual se incor- recho natural, y aunque no fue incluida en
poran. Recuérdese el establecimiento de los la "Declaración de los Derechos del Hom-
puritanos en el territorio de las colonias bre y del Ciudadano", las Constituciones
inglesas, o el fenómeno migratorio de al- de muchos Estados americanos, como los
gunos pueblos de Europa a los países sud- de Virginia, Kentucky y Pensylvania, la
americanos, característico de la segunda reconocieron y autorizaron.
mitad del siglo xix. Aparte de su carácter humanitario, el re-
El Derecho romano conoció aspectos de conocimiento de este derecho tuvo proyec-
la apatridia. No basta sino recordar, las ciones en el orden inmigratorio. Así se ex-
gradaciones de su legislación en el reco- plica el fenómeno de la radicación de
nocimiento de derechos: el "jus civile", inmigrantes europeos en Estados Unidos y
exclusivo de los ciudadanos romanos, y el el otorgamiento de la ciudadanía americana
"jus gentium", propio de los peregrinos, a esos inmigrantes venidos en el siglo xix,
que además podían tener el derecho de pues, como un complemento del derecho
su ciudad. Los "peregrini dedititii", o "de- de conservar su nacionalidad al expatriar-
diticios", pueblos del Lacio que se habían se, se les reconoció el derecho de cambiarla
rendido a discreción, y a los cuales los ro- y adoptar una nueva. En el orden de la
manos les habían quitado toda autonomía, legislación interna de los países america-
los deportados y los que habían perdido nos, el reconocimiento del derecho de in-
migración, con la conservación de su na-
• Por la Dra. MARGARITA AHGTJAS. cionalidad de origen, se tradujo en algunos
de ellos, como la República Argentina, en de los países afectados por la permanencia
la adopción del domicilio (arts. 69 y 79 del de estos extranjeros sin patria, se han
Cód. civ.), por oposición a la nacionalidad preocupado de hallar un régimen jurídico
que había sido elegida -por los Códigos ci- que regule su condición personal. En
viles sancionados en el siglo xix, en Europa congresos y conferencias internacionales
(Código Napoleón, de 1804, y Código civil también se han preocupado los Estados de
Italiano, de 1865), y que también siguieron refugio de resolver el grave problema que
algunos países sudamericanos, como Bra- significa la permanencia en su territorio,
sil, para determinar el estatuto personal en cuanto a la economía y el derecho al
(estado y capacidad). Brasil, mediante su trabajo de los nacionales, de grandes ma-
ley de Introducción al Código civil brasi- sas de aquéllos. El problema se intensificó
leño, decreto-ley n<? 4657, del 4 de septiem- en el lapso transcurrido desde la guerra
bre de 1942, ha cambiado el principio de 1914 a la gran guerra de 1939, por los
anterior de la nacionalidad por la ley del acontecimientos de orden político-social
país donde está domiciliada la persona, ocurridos en Rusia, en Italia y en Alema-
para regular su capacidad, los derechos de nia en ese período.
familia, articulo 79, y las sucesiones, cual- Instituto de Derecho internacional.—
quiera que sea la naturaleza y situación Desde su creación, el Instituto de Derecho
de los bienes, artículo 10. internacional se ocupó del estudio de los
La adopción de la ley del domicilio en conflictos de leyes que crea la nacionali-
los países de inmigración, es el mejor me- dad, encarándolos desde el punto de vista
dio, aparte de otras ventajas de orden ge- del Derecho privado. Sistemáticamente,
neral, en materia vinculada con la juris- evitó ocuparse de las evidentes vinculacio-
dicción, por ejemplo, de obtener unidad, nes que tiene con el Derecho público de los
estabilidad y certeza en la regulación del Estados la materia relativa a la adquisición,
estatuto personal y de vincular al individuo cambio y pérdida de la nacionalidad, ya
con el nuevo Estado elegido para residen- sea por el juego normal de las leyes comu-
cia, en reemplazo de la patria abando- nes o por efecto de disposiciones legislati-
nada. vas o gubernamentales de carácter excep-
Desde el punto de vista doctrinario, los cional, que han elevado la pérdida de la
grandes autores de Derecho internacional nacionalidad a una condena del Derecho
privado han condenado la apatridia. Rolin, penal. En la sesión de Cambridge, de 1895,
en su libro "Principes de Droit Interna- el Instituto votó las cinco siguientes pro-
tional Privé", dice que la situación del posiciones: 1? Nadie puede carecer de na-
individuo sin nacionalidad es una situación cionalidad; 29 Nadie puede tener simultá-
jurídicamente inadmisible. Ello es exacto; neamente dos nacionalidades; 39 Cada uno
pero el problema existe, y ha sido menester debe tener el derecho de cambiar de na-
hallar soluciones y encarar las graves con- cionalidad; 49 La renuncia pura y simple
secuencias que crea tanto a los Estados no es suficiente para hacer perder la na-
como a los individuos. Marc Vichniac (cur- cionalidad; 5"? La nacionalidad de origen
so sobre "El estatuto internacional de los no debe trasmitirse al infinito, de genera-
apatridas", Academia de Derecho interna- ción en generación, nacidas en el extran-
-dional de La Haya, 1933), cita las-previsio- jero. Al año siguiente, en la sesión de
nes de J. B. Prudhon, primer ocupante de Venecia, de 1896, se votó una resolución,
la cátedra sobre el Código Napoleón, dic- la VI, que ya tiene vinculación más directa
tada en Dijón. Ya en 1808, Prudhon afir- con el problema de la apatridia, sobre todo
maba la necesidad de instituir un "estatuto en lo que se refiere a la pérdida de la
especial" para los extranjeros establecidos nacionalidad impuesta por algunos Estados
en Francia sin ánimo de retorno. Decía: como una pena. Fue propuesta por los
"El habitante de Rusia que ha abandonado relatores A. Weiss y H. Catellani, y dice:
su país para no retornar más, no puede "Nadie puede perder su nacionalidad o
ser considerado como ruso; de otro modo, renunciar a ella salvo que justifique su
aun habiendo escapado de la esclavitud, admisión asegurada en otro Estado. La
él continuaría siendo siervo en el país de desnaturalización está subordinada, en su
la libertad... Por haber cambiado de país, punto de partida y en sus efectos, a la
este extranjero de origen no puede ser realización de esta admisión. Ella no pue-
colocado fuera de todas las leyes; él no de jamás ser impuesta a título de pena".
debe ser tratado como un muerto civil. Es El Instituto se limita a enunciar el prin-
necesario entonces que su persona, como cipio; no llega a desconocer validez a las
sus acciones, estén subordinadas a una le- desnaturalizaciones impuestas como pena,
gislación cualquiera". tema que la habría llevado a considerar
Juristas, legisladores y hombres de Estado el problema desde el punto de vista dejl De-
recho público. En este orden de conside- país, o mediante tratados, para convertir-
raciones, es interesante recordar que al se en un problema que afectaba ya no
redactarse el Tratado de Derecho civil in- sólo el orden privado de los Estados, sino
ternacional, en el Segundo Congreso Sud- también su Derecho público, su economía
americano de Derecho internacional pri- y hasta el orden público. La guerra en sí,
vado de Montevideo, de 1939, a propuesta con las evacuaciones de pueblos en masa
del doctor Carlos M. Vico, delegado de la y las consiguientes pérdidas de los docu-
República Argentina, se agregó al artícu- mentos que fijaban la identidad y la na-
lo 1<? que hacía regir por la ley del domi- cionalidad, las leyes y decretos que se dic-
cilio, la existencia, el estado y la capacidad taron en tiempo de guerra por Francia,
de las personas físicas, la siguiente cláu- Inglaterra e Italia, retirando la naturali-
sula: "No se reconocerá incapacidad de zación otorgada a los subditos de los Es-
carácter penal, ni tampoco por razones de tados en guerra con ellas, para con-
religión, raza, nacionalidad u opinión". trarrestar los efectos de la ley Delbrück,
Recién en la sesión de Oslo, de 1932, el alemana, de 1913 (el art. 25 de esta ley
Instituto entró al estudio específico de los decía: "No pierde su nacionalidad el ale-
problemas creados por la apatridia. Se mán que antes de la adquisición de una
transfirió a la segunda comisión la cues- nacionalidad extranjera, hubiera obtenido,
tión del estatuto jurídico de los apatri- a su pedido, de la autoridad competente
das, y se nombró relator al profesor norue- de su país de origen, la autorización es-
go M. Raestad. En la sesión de Bruselas, crita de conservar su nacionalidad"), la
de 1936, se aceptó que el estatuto personal Revolución rusa de 1918 y los Tratados de
de los apatridas está determinado por el Paz, crearon en pocos años cientos de mi-
domicilio. La doctrina y la jurisprudencia les de individuos sin nacionalidad y ac-
más acentuada se inclinan %por esa solu- tualizaron el problema de la apatridia.
ción, o por la de la residencia, cuando la El jurista francés Cl. Claro propuso el
permanencia no ha llegado a revestir los término "apatrides", "apatridas" en espa-
caracteres del domicilio. El Código civil ñol, para sustituir al "heimatlosat" ger-
italiano de 1942, en el capítulo II, que mánico. Se desecharon los vocablos "sin
trata de las "Disposiciones preliminares", patria", éste por su significado ofensivo,
o "Disposiciones sobre las leyes en general", y "apolidi", "sin ciudad" del italiano, que
dispone en el artículo 29: Apolidis. — "SI en francés hubiera sido "apolidls", por su
una persona no tiene ciudadanía, se aplica alcance más estrecho. "Apatrida" está for-
la ley del lugar donde reside, en todos los mado por el prefijo "alpha", del griego —
casos en los cuales, según las disposiciones que priva, privativo— y "patria", también
que preceden, debería aplicarse la ley na- del griego. La voz fue bien acogida por
cional". También la ley de Introducción los internacionalistas de la época y entró
al Código civil alemán, de 1896, que entró en el lenguaje jurídico y administrativo
en vigor en 1900, contiene un artículo que del tiempo de su creación. En realidad, la
regula las relaciones jurídicas del apatri- exactitud jurídica y el contenido del tér-
da. Dice: "Cuando una persona no per- mino podrían objetarse. El concepto de
tenece a ningún Estado, sus relaciones "patria" es más amplio, de proyecciones
jurídicas, en tanto que su ley nacional es más Ideales que la relación de Derecho
declarada aplicable, se aprecian según las entre un individuo y un Estado,' o más bien
leyes del Estado al cual esta persona ha dicho, que la ausencia de relaciones de
pertenecido en último término, y si, aún derecho entre una persona y un Estado
anteriormente, ella no ha pertenecido a que se quiere sintetizar con el término
ningún Estado, según las leyes del Estado "apatridia"; pero el vocablo ha hecho ca-
en que ella tiene, o ha tenido, en la época mino y se ha incorporado con un signifi-
a considerarse, su domicilio y, a falta de cado propio y específico a la literatura
domicilio, su residencia". jurídica de casi todos los países.
Origen del término "apatridia". — Hasta Los términos "heimatlosat" o "heimat-
la guerra de 1914, se habían usado los los", antecedentes del vocablo "apatridia",
términos "heimatlosat" y "heimatlos", de se introducen por primera vez en un cuer-
origen germánico. En el curso de la. gue- po legal en la Constitución suiza del 2 de
rra se planteó en Francia el problema de septiembre de 1848, artículo 56, y se aplica
hallar otro vocablo aplicable al fenómeno el segundo a '"aquél que está libre o des-
de los hombres sin nacionalidad, que había ligado del lazo de la nacionalidad".
dejado de ser una cuestión de límites más Contenido de la expresión apatridia. —
bien reducidos y resoluble, o con posibili- La apatridia es la situación de aquellas
dades de solución dentro de las disposi- personas que carecen de nacionalidad, ya
ciones del Derecho privado interno de cada sea porque no la han adquirido nunca, o
porque han renunciado a ella sin adquirir de marzo de ese año, se han mantenido,
otra nueva, o porque han sido privados con algunas variantes, los artículos corre-
de ella, ya sea por un acto individual, por lativos, en el capítulo II, denominado "De-
efecto de circunstancias especiales vincu- rechos, deberes y garantías de la libertad
ladas con el nacimiento o el casamiento, personal". En lo que se refiere a los ex-
o por violación de las leyes de su país, que tranjeros, su situación queda regulada en
les ha aplicado esa sanción como pena, o el artículo 31, que dispone: "Los extranje-
ya sea por un acto colectivo, consecuencia ros que entren en el país sin violar las
de la transferencia de un territorio, de leyes, gozan de todos los derechos civiles
medidas de guerra aplicadas a los antiguos de los argentinos, como también de los de-
subditos de Estados beligerantes, o de la rechos políticos, después de cinco años de
transformación del régimen político-social haber obtenido la nacionalidad. A su pedi-
de sus países de origen (ver Vichniac, tra- do podrán naturalizarse si han residido
bajo citado en la bibliografía). dos años consecutivos en el territorio de
EZ apatrida no es un extranjero. — El la Nación, y adquirirán automáticamente
extranjero tiene un estatuto legal que re- la nacionalidad transcurridos cinco años
gula y determina la extensión de sus de- continuados de residencia, salvo expresa
rechos individuales. Según sea la legisla- manifestación en contrario. La ley esta-
ción interna de cada Estado, podrá gozar blecerá las causas, formalidades y condi-
de los mismos derechos que los nacionales, ciones para el otorgamiento de la nacio-
o verá graduado el goce de sus derechos. nalidad y para su privación, así como
El apatrida no tiene estatuto legal que fije para expulsar del país a los extranjeros".
sus derechos. Prácticamente, es un muerto La parte relativa a la adquisición auto-
civil en los países que regulan el goce de mática de la nacionalidad no se ha aplica-
derechos individuales por la ley nacional do, como otros preceptos constitucionales,
de cada persona. Su situación será distin- a la espera de la ley que determine su
ta, una vez que haya podido entrar, en los reglamentación. El Poder Ejecutivo Nacio-
países que han adoptado el sistema del nal envió al Senado, en mayo de 1950, un
domicilio para regir el estado y la capaci- proyecto de ley sobre "ciudadanía y na-
dad de las personas. Desde el punto de turalización", dando cumplimiento a las
vista del estricto Derecho civil, una vez disposiciones del artículo 31 de la Consti-
que pudiera entrar a la Nación, sobrepa- tución Nacional; pero, hasta ahora, no se
sada la dificultad de la ausencia del pa- ha convertido en ley, ni ha sido estudiado.
saporte, un apatrida no vería menoscaba- TIPOS DE APATRIDIA. A) Personas que no
da su situación privada en la República han tenido nacionalidad. — La apatridia
Argentina. El artículo 69 del Código civil puede resultar del juego de dos o más le-
y los artículos concordantes que hacen yes que inciden sobre una persona o, más
regir las distintas situaciones de familia bien dicho, que dejan de incidir sobre la
o del título de sucesiones por el domicilio, misma, de tal modo que esa persona, des-
le serían perfectamente aplicables. Ello, de su nacimiento, carece de nacionalidad.
aparte de las disposiciones constituciona- El caso se produce en los supuestos de pa-
les que aseguraban el goce de derechos a dres que pertenecen por su nacionalidad
todos los habitantes, artículos 14, 15, 16, a Estados que fijan ésta por el principio
17, 18, 19 y 20 de la Constitución Nacional del "jus soli" y cuyo hijo nace en un Es-
de 1853, el último, específicamente dedi- tado que determina la nacionalidad por el
cado a los extranjeros, y que establecía "jus sanguinis". Sería la situación de un
en términos solemnes: "Los extranjeros hijo de padres argentinos que naciera en
gozan en el territorio de la Nación de to- Francia. Según la ley argentina N1? 346,
dos los derechos civiles del ciudadano; de "Ciudadanía argentina", del 8 de octu-
pueden ejercer su industria, comercio y bre de 1869, artículo 1<?, "Son argentinos:
profesión; poseer bienes raíces, comprar- 1<?: Todos los individuos nacidos, o que naz-
los y enajenarlos; navegar los ríos y cos- can en el territorio de la República, sea
tas; ejercer libremente su culto; testar y cual fuere la nacionalidad de sus padres,
casarse conforme a las leyes. No están con excepción de los hijos de ministros
obligados a admitir la ciudadanía, ni a extranjeros y miembros de las legaciones
pagar contribuciones forzosas extraordi- residentes en la República". El hijo de es-
narias. Obtienen nacionalización residiendo tos argentinos, nacido en Francia, por
dos años continuos en la Nación; pero la ejemplo, carecería de nacionalidad, sería
autoridad puede acortar este término a un apatrida. La ley argentina ha elegido
favor del que lo solicite, alegando y pro- el "jus soli" para fijar la nacionalidad de
bando servicios a la República". En la sus subditos. La ley francesa, salvo casos
Constitución de 1949J sancionada el día 11 de excepción, ha optado por el principio
del "jus sanguinis". Este menor no vería cionado Estado determinará las condicio-
su nacionalidad determinada ni por la ley nes a las cuales estará subordinado en
argentina, ^ uesto que no ha nacido en el estos casos la adquisición de su nacionali-
país, ni por la ley francesa, que regula la dad". A propuesta de la Delegación polaca,
nacionalidad de los franceses y de los hijos se votó un Protocolo separado, redactado
de franceses; pero que no podría aplicar del siguiente modo: "En un Estado en que
el mismo principio a los hijos de extranje- la nacionalidad no es atribuida por el sólo
ros, pues la fijación de nacionalidad es hecho del nacimiento sobre el territorio,
una cuestión absolutamente privativa de el individuo que ha nacido allí de una
la soberanía de cada Estado. Recién al madre que tiene la nacionalidad de este
optar por la ciudadanía de origen, si lo Estado y de un padre sin nacionalidad o
hacen, los hijos de argentinos nativos, na- de nacionalidad desconocida, tiene la na-
cidos en el extranjero, adquieren la nacio- cionalidad de dicho país".
nalidad argentina, artículo 2<? de la ley El Protocolo está en vigor para Brasil,
346. Hasta ese momento, este hijo de ar- Oran Bretaña, India, Polonia, China y
gentinos nativos, nacido en Francia o en Chile. En la misma Conferencia se votó un
cualquier otro país de legislación análoga artículo relativo a la nacionalidad de los
en la fijación de la nacionalidad ("jus hijos de padres desconocidos. Su texto es
sanguinis"), sería un apatrida. el siguiente: "El hijo, del cual ninguno de
Son también apatridas los hijos de pa- los padres es conocido, tiene la nacionali-
dres desconocidos, o de nacionalidad des- dad del país donde ha nacido. Si la filia-
conocida, y los hijos de apatridas nacidos ción del menor se establece posteriormen-
en países que regulan la nacionalidad por te, su nacionalidad estará determinada
la de los padres. Si uno solo de los padres según las reglas aplicables en los casos en
carece de nacionalidad, la situación del que la filiación es conocida. Se presume
hijo dependerá de la naturaleza de la que el menor encontrado, salvo prueba en
filiación; si es legítima, seguirá la con- contrario, ha nacido sobre el territorio del
dición del padre; si es natural, de la de Estado donde ha sido encontrado".
la madre. B) Personas que han poseído una na-
La ley de nacionalidad francesa, del 10 cionalidad y que luego la han perdido.
de agosto de 1927, resolvía estas situacio- Situaciones individuales.—
nes por la adopción del principio del "jus 1. Matrimonio. — La institución del
soli". Daba la nacionalidad francesa al matrimonio puede conducir a casos de
hijo nacido en Francia de padres desco- apatridia en la mujer casada. Por las leyes
nocidos y a aquél cuyos padres eran apa- de algunos países, la mujer, por el matri-
tridas. Un decreto-ley de 1938 suprimió monio, adquiere la nacionalidad de su ma-
esta última solución, y ella no fue resta- rido y pierde la propia; pero, si la ley
blecida en el Código de la nacionalidad nacional del marido no determina que la
sancionado en Francia el 19 de octubre de mujer adquiere la nacionalidad de aquél,
1945. Aunque la supresión ha sido criti- por el hecho del matrimonio, la mujer ha-
cada, pues entienden los juristas que es brá perdido su nacionalidad, sin adquirir
una regresión en la lucha contra la apa- la de su marido y se habrá convertido en
tridia, se explicó en su tiempo como un una apatrida. En la Argentina, en Brasil
medio de defensa de Francia contra la y en Chile, en ausencia de texto legislati-
invasión de refugiados provenientes de vo que fije la nacionalidad de la mujer
Rusia y de Alemania, por efecto de los casada, la práctica administrativa y la ju-
acontecimientos de la Revolución soviética risprudencia han establecido que el ma-
y de las persecuciones del hitlerismo. trimonio no modifica la nacionalidad de
La Conferencia de Codificación reunida ésta. En la República Argentina, la Corte
en La Haya, del 13 de marzo al 12 de abril Suprema, en el caso que se registra en el
de 1930, por decisión de la VIII? Asamblea tomo 42, página 143, de la Colección Ofi-
de la Sociedad de las Naciones de 1927, cial, estableció que la mujer casada sigue
en lo que se refiere a la nacionalidad de la nacionalidad del marido únicamente a
los hijos de padres apatridas, o de nacio- los efectos de la jurisdicción. Rusia so-
nalidad desconocida, adoptó el siguiente viética fue el primer país que declaró por
texto: "Cuando la nacionalidad de un Es- vía legislativa la independencia absoluta
tado no se adquiere de pleno derecho por de los esposos en cuanto a la nacionali-
efecto del nacimiento sobre el territorio dad; era un corolario del principio de la
de este Estado, el hijo que ha nacido allí, igualdad jurídica del marido y de la mu-
de padres sin nacionalidad o de naciona- jer. Se promulgó por primera vez en el
lidad desconocida, puede obtener la nacio- Código de la familia de 1918, y se man-
nalidad de este Estado. La ley del men- tuvo en las leyes posteriores. En Estados
Unidos la reforma se operó por la ley del mana del 22 de julio de 1913 asi lo dispo-
23 rfc septiembre de 1922, llamada "Cable nía, y con objeto de evitar la apatridia
Act". Leyes posteriores de 1930, 1931 y 1934 con miras a sustraerse al servicio militar,
reforzaron el principio fundamental: La disponía que las personas sin nacionalidad
independencia de los esposos en cuanto a residentes en el territorio del Imperio, o
la nacionalidad. El matrimonio puede asi en un país de protección, podían ser obli-
conducir, en la mujer casada, a casos de gadas al cumplimiento del servicio militar
doble nacionalidad y de apatridia. Por igual que los alemanes. La Constitución
ejemplo, si una ciudadana americana o federal suiza tiene una previsión análoga,
una rusa soviética se casan con un alemán artículo 68. b) Aceptación de un cargo
adquieren, por la ley alemana, la nacio- público en el extranjero y el rechazo a
nalidad alemana; pero conservan al mis- abandonarlo, no obstante la orden ema-
mo tiempo sus nacionalidades originarias: nada del Gobierno al cual pertenece el
tienen, doble nacionalidad. Si una alemana funcionario por su nacionalidad, c) El
se casa con un ruso soviético, o con un servicio militar en el extranjero, o entrar
americano, pierde, por efecto del matri- al servicio de las armas en el extranjero.
monio, su nacionalidad alemana, sin ad- Estas dos causas de pérdida de la nacio-
quirir la nacionalidad del marido: se con- nalidad van comúnmente unidas. La ley
vierte en una apatrida. italiana del 16 de junio de 1927, contem-
Ya en la Conferencia de la "Internatio- plaba la primera; también la ley francesa
nal Law Association", celebrada en Buenos de nacionalidad de 1927. Esta ley suprimió
Aires, en 1922, el jurista francés M. Le- la pérdida de la nacionalidad por prestar
grand, con objeto de contribuir a la ter- servicio militar en un ejército extranje-
minación de estas situaciones, propuso la ro, que había sido legislada por la ley de
regla siguiente: "La mujer que se casa con 1889. Se buscaba evUar los conflictos a que
un hombre de una nacionalidad extranjera se veían sometidos los franceses —por apli-
a la suya, conserva su propia nacionali- cación del principio del "jus sanguinis"—
dad, a menos que ella manifieste la vo- nacidos en el extranjero, en países que los
luntad de adquirir la nacionalidad de su consideraban nacionales por el nacimien-
marido". to (jus soZí) y que, en consecuencia, les
La ley francesa de nacionalidad, de 1927, obligaban a prestar el servicio militar. El
permitía, en principio, a la mujer extran- Código de la nacionalidad, de 1945, no ha
jera que se casaba con un francés, conser- restablecido esa causa de pérdida de la
var su nacionalidad, a menos que ella no nacionalidad. El servicio militar en el ex-
prefiriera adquirir la nacionalidad fran- tranjero, o entrar al servicio de las armas
cesa. Este principio —el de la conserva- en el extranjero, constituyen, en verdad,
ción de la nacionalidad—, reconocía una aspectos de los casos de empleo en un ser-
excepción si la ley nacional de la mujer la vicio público o función pública en el ex-
desnacionalizaba por el hecho del matri- tranjero. La Constitución peruana de 1933
monio, ya que no había ninguna razón establece, en el artículo 7"?, que "la na-
para permitir el acrecentamiento de los cionalidad peruana se pierde: 19 Por en-
apatridas por este medio. Por el Código de trar al servicio de las armas de una po-
la nacionalidad, de 1945, la extranjera que tencia extranjera sin permiso del Congreso,
se casa con un francés adquiere la nacio- o por aceptar empleo de otro Estado, que
nalidad francesa, artículo 37. En cuanto lleve anexo el ejercicio de autoridad o ju-
a la mujer francesa que se casa con un risdicción. 29 Por adquirir nacionalidad
extranjero, conserva su nacionalidad, a extranjera". Como observa con razón Al-
menos que ella no declare, expresamente, varado Garrido (ver Bibliografía) al co-
antes de la celebración del matrimonio, el mentar esta disposición constitucional, el
repudio de su nacionalidad, artículo 94. Es ingreso al servicio de las armas extran-
el mismo principio adoptado por la Cons- jeras debe ser un acto voluntario; no po-
titución peruana de 1933, artículo 69. En dría castigarse con la pérdida de la na-
uno y otro caso se trata de expresiones del cionalidad al ciudadano que estando en
Derecho positivo, que buscan terminar con un Estado extranjero, que lo considera
los casos de apatridia consecuentes del como subdito en virtud de la aplicación
matrimonio, en cuanto éste puede introdu- del "jus sanguinis", o del "jus solí", según
cir modificaciones en la nacionalidad de el caso, lo enrola mediante un acto de
la mujer. jurisdicción territorial.
2. La pérdida de la nacionalidad como Niboyet cree que la sanción de pérdida
pena. — a) La inejecución del servicio de la nacionalidad, por entrar al servicio
militar importa, en algunas legislaciones, de las armas en un ejército extranjero,
la pérdida de la nacionalidad. La ley ale- debe comprender tanto si se trata del
ejército de un gobierno regular, como de realizado actos contrarios a la seguridad
insurrectos, en caso de guerra civil. Así lo interior y exterior del Estado francés, o
entendió con respecto a la guerra civil es- haber efectuado, en beneficio de un Estado
pañola (levantamiento del general Fran- extranjero, actos incompatibles con la ca-
co). Ver Niboyet, Tr. tomo I, página 454, lidad de ciudadano francés y contrarios al
op. cit. en la Bibliografía. interés de Francia. El Código de la nacio-
La ley de Ciudadanía argentina, núme- nalidad, de 1945, ha conservado estas cau-
ro 346, dispone en el artículo 8? que "no sas de pérdida de la nacionalidad.
podrán ejercerse en la República los de- e) Expatriación sin espíritu de retor-
rechos políticos por los naturalizados en no. — La pérdida de la nacionalidad es
país extranjero" y "por los que hayan pronunciada por un cierto número de le-
aceptado empleos u honores de gobiernos gislaciones como consecuencia directa de
extranjeros sin permiso del Congreso". El una permanencia prolongada en el extran-
texto no es expreso en lo que se refiere jero. La legislación de los Países Bajos
a la pérdida de la nacionalidad, como lo contenía antes de 1910 una disposición
es el de la Constitución peruana citada. en virtud de la cual perdía su nacionalidad
Si convenimos que los dos conceptos de el "neerlandés" que hubiera permanecido
nacionalidad y ciudadanía no son equiva- diez años en el extranjero sin haber ma-
lentes en nuestra legislación, parece que nifestado a las autoridades diplomáticas
la ley 346 sólo quita el ejercicio de los de- o consulares el deseo de conservarla. En
rechos políticos, pero no la nacionalidad, 1910 esta disposición fue modificada, apli-
a los ciudadanos argentinos incursos en cándose sólo a los sujetos holandeses na-
las dos situaciones previstas por el articu- cidos en el extranjero ("jus sanguinis");
lo 8?. Las otras dos situaciones que tam- los sujetos holandeses nacidos en el te-
bién contempla: Pérdida del ejercicio de rritorio holandés podían establecerse en el
los derechos políticos por los quebrados extranjero sin riesgo de perder su nacio-
fraudulentos y por los que tengan sobre sí nalidad. Una ley alemana del 14 de julio
sentencia condenatoria que imponga pena de 1933 estipulaba que podía declararse
infamante o de muerte, refuerzan, en que los sujetos, del Reich que tenían su
nuestra opinión, la interpretación expues- residencia en el extranjero, habían per-
ta. La legislación argentina no prevé casos dido su nacionalidad alemana si ellos ha-
de apatridia. Llegaron a crearse artificial- bían causado perjuicio al prestigio alemán
mente en virtud de las sentencias de al- por una conducta contraria a su deber de
gunos jueces federales, que sancionaron lealtad con relación al Gobierno y al pue-
con la pérdida de la nacionalidad argen- blo alemán. Su propiedad podía, también,
tina las actuaciones de extranjeros natu- ser confiscada. La ley se aplicó mediante
ralizados que se conceptuaron lesivas para una serie de decretos que pronunciaron la
la soberanía. Al perder la nacionalidad desnacionalización de muchos subditos ale-
argentina, adquirida en virtud de la na- manes, algunos conocidos en la ciencia, la
turalización, estos extranjeros se convir- política y la literatura (Einstein, Heinrich,
tieron en apatridas, pues ellos no recupe- Mann).
raban, al ser privados de la nacionalidad El Gobierno soviético desnacionalizó a
argentina, su antigua nacionalidad. En la todos sus emigrados (ver punto C, Luchas
cátedra de Derecho internacional privado, políticas).
de la Facultad de Derecho de Buenos Aires, f) Comercio de esclavos. — Citamos
el profesor titular Carlos M. Vico criticó esta causa de pérdida de la nacionalidad
el alcance de esas sentencias. a simple título histórico. Un célebre de-
d) Indignidad. — Una ley de los Es- creto del 27 de abril de 1948, relativo a la
tados Unidos prevé la pérdida de la na- abolición de la esclavitud en las colonias
cionalidad por una conducta indigna de francesas, contenía un articulo que dis-
un "good american citizen", o por no ha- ponía: "En el porvenir, en país extranjero,
fcerse presentado ante un tribunal ameri- está prohibido a todo francés poseer, com-
cano, por ejemplo. En lo que se refiere a prar o vender esclavos y participar, sea
los ciudadanos naturalizados, la pérdida se directamente, sea indirectamente, en todo
produce por la realización de actos con- tráfico o explotación de este género. Toda
trarios a la seguridad interior o exterior Infracción a estas disposiciones llevará co-
del Estado. La ley francesa de nacionali- mo consecuencia la pérdida de la calidad
dad, de 1927, contenía disposiciones aná- de ciudadano francés". La pérdida de la
logas; preveía el retiro de la nacionalidad nacionalidad se producía automáticamen-
francesa a los extranjeros naturalizados te y los tribunales no necesitaban decla-
que hubieran cometido actos de deslealtad, rarla, sino, sólo comprobarla, a fin de que
y se entendía por tal, entre otros, haber se produjeran sus efectos retroactivos.
Podemos agregar que la pérdida de la equiparados a aquéllos que habían perdi-
nacionalidad o de la ciudadanía, impues- do su nacionalidad sin adquirir una nue-
ta a título de pena, no es nueva ni crea- va. La guerra de 1914 y los Tratados de
ción de las legislaciones modernas. Las paz que se firmaron a su terminación,
antiguas ciudades de Atenas, de Esparta y son también ejemplos de la formación de
de Boma castigaban la mayoría de las fal- apatridas en masa. Se mencionan los dos
tas cometidas contra ellas, retirando al Tratados, el de Saint-Germain, suscrito
culpable su calidad de ciudadano (ver Fus- con Austria el 10 de septiembre de 1919, y
tel de Coulanges, La cité antique, página el del Trianón, con Hungría, del 4 de junio
232, París, Ed. 1919). La ciudadanía sig- de 1920, como especialmente funestos en
nificaba el goce de todos los derechos ci- la formación de inmensas masas de apa-
viles y políticos y la protección de los ma- tridas por errores cometidos en su redac-
gistrados de la ciudad. Recién en el ción.
siglo xix, con la formación de los Estados Los tratados preveían que las personas
contemporáneos, a partir de la Revolución, . habitantes de los territorios que forma-
francesa, se crea el concepto de la Nación ban parte de la antigua monarquía austro-
y, consecuentemente, el de la nacionalidad; húngara, adquirirían de pleno derecho y
pero el criterio de la pena es el mismo: con exclusión de las dos nacionalidades (la
como sanción, se retira el derecho de ciu- austríaca o la húngara), la nacionalidad
dad o la nacionalidad, que significa la del Estado que ejerciera la soberanía so-
protección de los magistrados, el ejercicio bre dicho territorio; pero subordinaban la
de los derechos políticos y el goce de los adquisición de esta nacionalidad a un
derechos privados asegurados por las leyes concepto de difícil determinación, el "hei-
y reservados a los ciudadanos en la ciu- matrecht" (indigénat en francés, pertinen-
dad antigua, y a los nacionales en los mo- za en italiano), determinado por la vincu-
dernos Estados. lación del individuo con una comuna.
C) Personas que han poseído una na- Vichniac (op. cit. en la Bibliografía) cri-
cionalidad y que la han perdido. Situacio- tica que no se adoptara directamente el
nes colectivas o en masa. — Las guerras, domicilio, de fácil determinación. La adop-
las anexiones de territorio, los cambios en ción del "heimatrecht", de prueba difícil,
las condiciones político-sociales de los paí- si no imposible, hizo que cientos de miles
ses (luchas políticas o de partidos, de de personas no pudieran adoptar la na-
clases, persecuciones religiosas), han ori- cionalidad de los nuevos Estados, quedan-
ginado la formación de grandes masas de do así convertidos en apatridas. Con ob-
apatridas. El problema ha caracterizado jeto de resolver estos conflictos de nacio-
especialmente esta primera mitad del si- nalidad y prevenir la resultante propaga-
glo xx, a partir de la guerra de 1914; la ción de la apatridia, se firmó en abril de
obra de la legislación interna de los paí- 1922, la llamada Convención de Roma,
ses de refugio y de las Conferencias inter- ratificada en 1924 por Italia y Austria, y
nacionales ha contribuido en parte a su en 1929 por Polonia.
solución. Luchas políticas. Persecuciones religio-
Anexiones de territorios; transferencia sas. — La lucha política y el estableci-
de soberanía territorial. — La apatridia en miento de nuevos regímenes es fuente
masa puede resultar de una transferencia inagotable de apatridia. Los vencedores
de soberanía territorial. Su origen es an- declaran habitualmente excluidos de la
tiguo. Los internacionalistas citan como ciudadanía o de la nacionalidad a los ene-
ejemplo las consecuencias del Tratado de migos vencidos, y éstos, no queriendo con
Viena, del 30 de octubre de 1864, en virtud razón adquirir una nueva nacionalidad,
del cual Dinamarca tuvo que ceder a Pru- quedan así convertidos en apatridas. Aun
sia y a Austria los ducados de Sleswig y cuando este aspecto de las luchas políti-
de Holstein. En 1898/99, el Gobierno pru- cas, o del cambio de regímenes políti-
siano expulsó en masa, por motivos polí- cos o de formas de gobierno, nunca ad-
ticos, a los habitantes de Sleswig que ha- quirió en la antigüedad la agudeza ni la
bían optado por la ciudadanía danesa. Los crueldad que se ha visto en la Europa de
hijos de estas personas se convirtieron en los años posteriores a la guerra de 1914 y
apatridas, porque, para permitirles optar hasta la caída del hitlerismo, no es tam-
por la ciudadanía prusiana, se exigía una poco nuevo como expresión de la violencia
naturalización formal que el Gobierno de de los hombres en lucha por sus ideales
Prusia no estaba dispuesto a otorgarles; políticos. Prueba de ello es la legislación
además, una ordenanza de este Gobierno, francesa posterior a la Revolución del 89,
del año 1904, dispuso que los hijos de los con relación a los emigrados, y la situa-
optantes por la ciudadanía danesa fueran ción de los emigrados rusos o italianos a
lo largo del siglo xix, tan difundida por entraron en Turquía a partir del 24 de julio
la literatura de la época. Pero se trataba de 1923 hasta el día de la promulgación
de casos individuales; la desnacionaliza- de la presente ley. Quedan exceptuados
ción se dictaba como pena con respecto aquellos que, según los tratados puestos
a un hombre o un grupo de hombres, ge- en vigor, han optado por la nacionalidad
neralmente los cabecillas de los grupos turca".
insurrectos. La apatridia contemporánea ha La reglamentación de la condición jurí-
sobrepasado todos esos precedentes; su dica de los refugiados rusos y armenios
importancia numérica y sus proyecciones no podía, por su importancia numérica y
en la economía y en la legislación de los la importancia de los problemas conexos,
Estados ha hecho que dejara de ser un entrar en el cuadro de los derechos locales
problema interno de cada Estado, para de los países afectados. Un acuerdo inter-
proyectarse en el plano internacional. Las nacional se imponía y se obtuvo con la
soluciones también han debido ser inter- intervención de la Sociedad de las Nacio-
nacionales para ser efectivas. Triunfante nes. El 20 de agosto de 1921, el Consejo
en Rusia el partido bolcheviqui en 1917, el de la Sociedad nombró al doctor Fridtjof
Consejo de Comisarios del Pueblo dictó el Nansen, alto comisario para los refugiados.
28 de octubre de 1921, un decreto sobre "la Se buscaba resolver el problema de su ayu-
privación de los derechos de nacionalidad da material y jurídica y encarar las posi-
de ciertas categorías de personas residen- bilidades de darles un estatuto legal. La
tes en el extranjero". Comprendía a los ru- primer cuestión fue la de resolver el otor-
sos que se hallaban en el extranjero, los gamiento de una pieza de identidad, im-
emigrados de la época zarista, los miem- prescindible para el reconocimiento de la
bros de los cuerpos expedicionarios, los que existencia jurídica de cualquier persona
habían abandonado Rusia después de la y que les permitiera desplazarse, casarse,
Revolución bolcheviqui sin autorización incluso ser enterrados. El doctor Nansen,
del gobierno, y a aquellos que habían lu- redactó un proyecto de certificado que fue
chado bajo una forma u otra en las orga- sometido a la Conferencia de Ginebra del
nizaciones "contra-revolucionarias". La ex- 3 de julio de 1922, donde estuvieron repre-
tensión de este último concepto, que sentados los Estados especialmente inte-
comprende todo lo que se aparta de la resados en la cuestión de los refugiados
ideología oficial, permitió retirar la na- rusos. Se aprobaron las condiciones me-
cionalidad rusa a todos aquellos que no diante las cuales el certificado, que en
participaban de los puntos de vista del adelante se llamó "pasaporte Nansen", de-
gobierno de la U. R. S. S. En los países de bía ser otorgado. En una nueva conferen-
la Europa occidental, aún después del es- cia reunida en Ginebra, en 1926, se mejoró
tablecimiento de relaciones diplomáticas el sistema de los certificados de identidad
con el Gobierno soviético, se creó el pro- para los refugiados y se extendieron sus
blema de saber qué estatuto personal se alcances a los refugiados armenios.
aplicaría a esas personas denominadas Quasi - apatridia. — Un Estado puede,
"refugiados rusos", por oposición' a los aun dejando a sus subditos su nacionali-
ciudadanos soviéticos, que tenían sus do- dad, retirarles ciertos derechos, especial-
cumentos en orden. Los apatridas rusos se mente el de la protección diplomática en
convirtieron en verdaderos parias. Su suer- el extranjero. Se forman así lo que los
te se vinculó con la de los armenios pro- autores de Derecho internacional llaman
venientes de las persecuciones de Turquía "quasi-apátridas". Legalmente continúan
a partir de 1915. El Libro Azul inglés, pu- siendo nacionales; prácticamente, su si-
blicado en 1916, eleva a 600.000 el número tuación en el extranjero difiere poco de
de armenios masacrados el año anterior. la de los apatridas. El régimen de Musso-
Los otros huyeron o fueron deportados. Las lini en Italia y la dictadura de Hitler en
persecuciones continuaron en forma vio- Alemania dieron ejemplos de estas situa-
lenta; el Gobierno de Ankara se negó sis- ciones. El fascismo no desnacionalizaba a
temáticamente a reconocerlos como a sus los italianos emigrados que no eran fas-
nacionales o a darles pasaportes. Una ley cistas; pero, por orden del gobierno, se les
del 23 de mayo de 1927 disponía su des- quitaba toda asistencia; las representacio-
nacionalización en los siguientes términos: nes diplomáticas y los consulados los ig-
"El Consejo de Comisarios está autorizado noraban; y se les denegaba el otorga-
a excluir de la nacionalidad turca a aque- miento de los documentos de identidad
llos sujetos otomanos que en el curso de necesarios para los actos del estado civil,
la guerra por la independencia, no toma- convirtiéndolos de este modo en "apatri-
ron parte en la lucha nacional y que, ha- das de hecho". El hitlerismo procedió de
biendo permanecido en el extranjero, no la misma manera con respecto a los refu-
giados alemanes que se negaban a volver incompatibles con los deberes que la co-
al Reich por temor a las persecuciones. munidad internacional de Estados, y és-
Finalmente, se dictó, el 15 de septiembre tos mismos individualmente, tienen con los
de 1935, una ley que introdujo distinciones hombres, en tanto que personas humanas.
entre la nacionalidad alemana y el ejer-
BIBLIOGRAFÍA. — Acaderole de Droít Internatio-
cicio de los derechos cívicos. No podía ser nal, de La Hoye, Recueil des Cours, t. 43, año 1933:
"ciudadano" sino aquel que era de sangre Vlchniac., M , "Le statut International des apa-
alemana. Los otros alemanes, comprendi- trldes; t. 53, año 1935: Fraileóle, J. P. A., "Le pvo-
dos los judíos, eran solamente "sujetos". bléme des apatrldes"; t. 60, año 1937: A. N., Maka-
rov, "La nationalité de la femme marlé"; t. 64, ano
Las funciones públicas quedaban reserva- 1938: Lucas, L., "Les conflits de nationalltés".—
das para los primeros; ellos sólo gozaban Alvarado Garrido, L., "La Influencia del matrimo-
del derecho electoral activo y pasivo. La nio en la nacionalidad de la mujer peruana", se-
privación de un gran número de derechos gún lo dispuesto en el nrt. 6l< de la Constitución
de 1933, en Revista Peruana de Derecho Interna-
de orden civil, puede conducir, en sus efec- cional, t. 3, n" 7, enero-marzo 1943, Lima; "Apun-
tos, a la desnacionalización. Es lo que pasó tes de Derecho internacional", Lima, 1940. — Ba-
con los judíos arrojados de Alemania por tlfol, H., Traite élémentaire de Droit internatio-
nal privé, págs. 77, 80, 169 y 387, París, 1949.—
imperio de las leyes racistas del Reich. André, C., De la condition des sans patrie (etude
En 1933 se había firmado en Ginebra critique de l'helmatlosat). París. 1932. — Nibo-
una convención que era un verdadero yet, J. P., Manuel de Droit international privé,
estatuto internacional de los refugiados, págs. 63, 85, 171 y 590, París, 1928; Traite de Droit
international privé /rangais, t. 1, 2* ed., Pa-
aplicable a los rusos. En 1936 se firmó, rís, 1947; Bases tecliniques de la nationalité. —
también en Ginebra, una convención re- Pillet. A., Traite pratique de Droit International
lativa a los refugiados alemanes, casi cal- privé, t. 1, pág. 253, París. — Prudhon, J. B.,
Cours de Droit /roncáis, t. 1, págs. 89 y sigs., Pa-
cada de la de 1933. Se les reconoció el rís, 1809. — Rípert, F., "Le statut dU refugié", en
ejercicio de los derechos civiles acordados Nouvelle Revue de Droit International Privé, 1938,
a los extranjeros, la aplicación de las le- n» 1, pág. 62, París. — Bolín, A., Principes de Droit
yes de asistencia y el derecho de estar en international privé, t. 1, pág. 427, París, 1897.—
Romero del Prado, V. N., Manual de Derecho in-
justicia; se regulaba el estatuto personal ternacional privado, "Conflictos de nacionalidad",
por la ley del domicilio y, en su defecto, t. 1, pág. 271; ver especialmente pág. 285, ed. 1944,
por la de la residencia y se respetaba, en Bs. Aires. — Tenorio, O., Direito internacional pri-
vado, cap. 14, ed. 1949. Rio de Janeiro. — Ju-
cuanto a ellos, la aplicación de la teoría les, V., Manuel de Droit international privé, pá-
de los derechos adquiridos. ginas 128, 133 y 137, París. 1914. — Vico, C. M.,
En la República Argentina, a raíz de un Curso de Derecho internacional privado, t. 1. pá-
dictamen del fiscal doctor Luis G. Segu- gina 409, Bs. Aires, 1934. — Zeballos, E., La natio-
nalité au point de vue de la legislation compares
ra t 1 ), que contemplaba la situación de et du Droit privé humain, t. 3. — Ciudadanía y
los extranjeros apatridas y la de aquellos naturalización, publicación del Instituto Argen-
que por diferir en su ideología política tino de Estudios Legislativos, Bs. Aires, 1938.
con los gobiernos de sus países, no podían
obtener la documentación necesaria para APELACIÓN. (V. RECURSO DE APELA-
viajar, se dictó el 12 de abril de 1949, el CIÓN.)
decreto nacional N° 8830/49, que, modifi-
cando el "Reglamento de Documentos de APELLIDO.* Del latín apellare, llamar.
Identidad, Certificados y Credenciales de En lengua española, antiguamente se usó
la Policía Federal", autoriza la expedición el vocablo alcuña, como sinónimo de ori-
de pasaportes de "no argentinos", a los gen árabe, hoy en desuso.
extranjeros en esas condiciones y a aque- En el Derecho actual integra uno de los
llos originarios de países que carecen de elementos del nombre de la persona, como
representación diplomática o consular en sujeto del derecho. Nos remitimos a esa
el nuestro ( 2 ). expresión para su tratamiento integral y
Situándose en una posición estricta- sistemático dentro del orden jurídico ac-
mente filosófica, se puede estar o no de tual. Corresponde en este lugar dar una
acuerdo con la concepción de los derechos
internacionales del hombre; lo que no po- noción sintética de su origen e importancia
drá negarse, cualquiera que sea el criterio institucional.
doctrinario que se adopte, es que el desco- En cuanto a su origen histórico, aun en-
nocimiento de derechos a los hombres por tre los griegos, como entre los pueblos pri-
efecto de su apatridia y aun de la apatri- mitivos, donde, por regla general, se usaba
dia misma, son irregularidades jurídicas un nombre individual, se sintió la necesidad
de caracterizar a las personas y establecer
(1) G. del P., t. 197, pág. 4.
su vínculo con el núcleo familiar. De ahí
(2) Anales de Legislación Argentina, ano 1049,
pág. 677. * Por el Dr. ABMANDO V. SILVA.
que se usara en muchas ocasiones un pa- Entre los argentinos, el uso de la par-
tronímico con ese objeto. tícula de o del tiene sólo un valor tradicio-
En Roma se distinguieron perfectamente, nal o de referencia al origen hispánico del
además del proenomen o nombre de pila, nombre patronímico. La doctrina nacional
el ñamen, que hacía reíerencia al grupo del Derecho constitucional y político, co-
que formaba la gens; de ahí que también mo la del Derecho civil, considera que el
se le denominara nomen gentilitium y el nombre patronímico no puede tener ningún
cognomen que indicaba las ramas diversas significado de abolengo noble, válido en
de una misma gens, para distinguirlas y nuestro ordenamiento jurídico, ya que
establecer al mismo tiempo el vínculo de nuestra Constitución Nacional repudia "las
filiación entre ellas. prerrogativas de sangre y los títulos de no-
Entre -los pueblos germánicos también se bleza".
introdujo poco a poco la costumbre de La evolución histórica del apellido ha
agregar al nombre individual el patroní- desarrollado una de las costumbres jurídi-
mico indicativo del grupo gentilicio o fa- cas más perfectas en todos los países, re-
miliar. conocida por la doctrina de la jurispru-
En el Derecho intermedio, la misma ne- dencia, de los autores y por la legislación.
cesidad jurídica de identificación de los Esta última, aunque actualmente le con-
individuos condujo al uso de los apellidos. sagra pocas y deficientes disposiciones,
En Francia se conoce el uso en forma cier- admite el derecho al nombre (apellido y
ta en el siglo xin, aunque existen antece- nombre de pila), y reglamenta en cierto
dentes para las personas de la nobleza en modo su uso.
los siglos viii y ix. En ese mismo país e En esa evolución consuetudinaria se ha
Italia, el uso se hizo general y estable en ido definiendo y delimitando la importan-
el siglo xv. cia jurídica de la institución del nombre
En España se aprovechó la costumbre y, en este caso, del apellido, con respecto
romana y los usos introducidos por los pue- a la función que desempeña. Se le pueden
blos bárbaros con respecto al apellido, pa- señalar tres objetivos jurídicos (ya percep-
ra distinguir a las personas, haciéndolo tibles en el Derecho romano). Son los si-
hereditario. guientes: es un medio de identificación
El origen circunstancial, en las costum- civil, es un signo de la personalidad que la
bres similares de los países europeos, fue caracteriza externamente, y es un elemen-
de índole muy diversa. Basta citar el hecho to de referencia familiar.
siguiente: el uso se rigió por principios de En los actuales ordenamientos jurídicos,
libertad casi absoluta; la finalidad siempre el apellido es un elemento esencial para la
fue la de referir al individuo a su grupo identificación de la persona, más que el
gentilicio, al mismo tiempo que lo indivi- nombre de pila. De ahí que se diga con
dualizaba en su grupo social. Asi, v. gr., se acierto que es el verdadero nombre civil,
tomaron los nombres de los lugares o de que está por encima de los actos de dispo-
los pueblos que se habían conquistado. Asi- sición del titular del mismo.
mismo de las posesiones donde se traba- Los problemas jurídicos que plantea el
jaba o se habitaba, de las provincias o de uso del apellido son numerosos y, a título
los reinos en que habían ejercido cargos. informativo, se pueden enunciar los si-
En otro sentido, del nombre de los antepa- guientes: La naturaleza jurídica de la ins-
sados consagrados por la costumbre local, titución, es decir, si es un derecho de
con modificaciones o añadiduras, especial- propiedad o una institución de policía civil,
mente con la terminación ez, que signifi- o un derecho de la personalidad. Con res-
ca de. pecto a la adquisición del nombre y a todo
En una forma especial y característica su régimen jurídico positivo, se estudian
se establecieron los apellidos de las perso- principalmente los siguientes problemas:
nas descendientes de casa solariega o de si es un derecho irrenunciable e intrans-
antigua familia noble o propietaria de al- misible de la persona; sí su uso da poder
gún señorío. Sobreentendiéndose que las accionable en vista a su protección jurídi-
partículas de o del, antepuestas al apellido, ca. En la esfera comercial, su transforma-
suponían la palabra señor. ción en marca de fábrica o rótulo de es-
Ese proceso de formación histórica, de tablecimiento, etc. (V. NOMBRE.)
mucha perfección en España, y debido ex-
A. — Nos remitimos n la parte de
clusivamente a las costumbres populares, los fallos que corresponden al apellido en el lu-
que se transformaron con el tiempo en cos- gar dedicado a la voz comprensiva Nombre.
tumbres jurídicas, es también común a los BIBLIOGBAFÍA. — (Para mayor Inlormaclón. ver
pueblos americanos, en particular, respec- bibliografía correspondiente a Nombre.) Barcia. R,.
to a los apellidos de filiación hispánica. Diccionario etimológico, Barcelona, 1894. — Besta,
Le persone nella Morid del Diritto, pág. 231, para aislar su propiedad. (V. AMOJONAMIEN-
no 659, s. 1. ni í. — Busso, E. B., Código civil ano- TO. DESLINDE.) (M. O. y F.)
tado, t. 1, "Ley-persona", art. 79, págs. 469 y
slgs., Bs. Aires, 1944. — Godoy Alcántara, J., En- JURISPRUDENCIA. — V. la relativa a las voces
sayo histórico, etimológico y filológico sobre loa Amojonamiento y Deslinde.
apellidos españoles, Madrid,; 1871. — Escriche, J.,
Diccionario razonado de legislación y jurispruden- BIBLIOGEATÍA. — Rodríguez, J. C., op. cíí. en tex-
cia, v. Apellido, ed. 1831, pág. 194. — Melzl, Dizio- to. — De la Plaza, op. cit. en texto. — Nueva En-
nario italiano, v. Nome, pág. 883, 2» parte, Mi- ciclopedia Jurídica, Barcelona, 1950. — Escrlcbe,
lán, 1947. — Spota, A. Q., Tratado de Derecho ci- Diccionario Razonado de. legislación y jurispi-uden-
vil, t. 1, "Parte general", vol. 3, págs. 321 y sigs., cia, Madrid, 1847.
Bs. Aires, 1950.
APERCIBIMIENTO.* En el lenguaje ju-
APEO. Gramaticalmente significa la rídico tiene dos acepciones principales: a)
acción y efecto de apear, o sea de recono- la que hace alusión a una corrección dis-
cer, señalar o deslindar una o varias fincas; ciplinarias y b) la que indica una preven-
concepto que se extiende al instrumento ción especial, porque se concreta en una
jurídico que acredita el deslinde y demar- advertencia conminatoria, respecto de una
cación. Carlos J. Rodríguez ("Deslinde y sanción también especial. Esta adverten-
Mensura", Buenos Aires, 1937, pág. 15), cia es intimada por la autoridad, con po-
recogiendo la definición de Escriche, dice testad para el acto preventivo.
que "es el deslinde y demarcación de al- Se habla en el lenguaje legislativo de
gunas tierras o heredades, y el instrumen- apercibimiento y prevención, como de con-
to jurídico de este acto"; y añade que "re- ceptos equivalentes. En realidad, la idea
sulta sinónimo de deslinde y de uso anti- de esta última ayuda a esclarecer el con-
cuado". Aun cuando no se use en las leyes cepto jurídico del primero. Así, abarcando
procesales argentinas, la voz apeo no cons- las dos acepciones, significa, en sentido
tituye un arcaísmo desde el momento que lato, una medida preventiva, que tiene por
figura en la ley de Enjuiciamiento civil finalidad corregir la incorrección de una
española y ni siquiera como absolutamen- conducta o la ilicitud y aun la inmora-
te equivalente a deslinde, amojonamiento, lidad de la misma, en la esfera del De-
mensura o demarcación, sino como térmi- recho. A cuyo efecto se hace uso de la
no de diferenciación aplicable a conceptos conminación de una sanción en potencia,
jurídicos distintos. Así, el título XV del li- en el acto mismo del apercibimiento. Por
bro III lleva como epígrafe "Del deslinde otra parte, este acto presupone asimismo
y amojonamiento" y en su artículo 2081 la actuación de una autoridad con potes-
faculta para pedirlos no sólo al dueño de tad suficiente para exigir una conducta
un terreno, sino también a quien tuviere determinada y aplicar la pena correspon-
constituido sobre él algún derecho real diente en caso de desobediencia o contu-
para su uso y disfrute; en tanto que el macia.
título XVI se denomina "De los apeos y Como corrección disciplinaria, es mate-
prorrateos de foros" y autoriza, en el ar- ria que corresponde a los tres poderes del
tículo 2071, lo mismo al dueño del domi- Estado, y se acostumbra a considerar el
nio directo que a cualquiera de los del apercibimiento como la segunda de las
útil, a pedir el apeo de las fincas que se sanciones de ese carácter, después de la
hallen afectadas al pago de una pensión amonestación y conjuntamente con la pre-
foral. Es decir, que en el Derecho positivo vención. Sin embargo, ésta es más leve en
español la misma operación de deslinde y su aplicación general, y puede darse el
demarcación se llama de uno o de otro caso de una prevención bajo apercibimien-
modo, según que se trate o no de fincas to de una sanción.
afectadas a pensión foral, distinción que En las tres esferas jurídicas indicadas
destaca Manuel de la Plaza en su "Dere- de la organización del Estado se practica
cho procesal civil español" (Madrid, 1945), disciplinariamente el apercibimiento como
tomo II, páginas 707 y siguientes. medida consecutiva a la amonestación
La "Nueva Enciclopedia Jurídica" (Bar- simple, para los casos en que el funciona-
celona, 1950), al examinar esta voz, se rio sea reincidente en una falta o inco-
hace cargo de la diferencia precitada, pe- rrección que no llegue a constituir un de-
ro señala, además, que el apeo consiste en lito.
medir y deslindar las fincas o heredades, En el orden judicial, el Código de pro-
señalándolas después y limitándolas con cedimientos civiles y comerciales para la
cotos o mojones, y significa lo mismo que Capital Federal y Territorios Nacionales
amojonamiento, pero sólo en el caso de que dispone en su artículo 52 sobre la potes-
éste resulte de un juicio de deslinde y no
de un acto de voluntad del propietario * Por el Dr. ASMANDO V. SILVA.
tad del poder jurisdiccional para imponer la Administración de Justicia se debe po-
correcciones disciplinarias a los litigantes, ner en conocimiento de la Suprema Corte
abogados y funcionarios, con la finalidad Nacional (art. 17).
de mantener el decoro y buen orden en "Los jueces serán pasibles" de las si-
Jos juicios. guientes sanciones: prevención, apercibi-
El artículo 53 consigna la escala de las miento y multa. Sin perjuicio de lo que
sanciones disciplinarias, estableciendo, en dispone la respectiva ley de enjuiciamien-
primer término, el apercibimiento o pre- to y remoción (art. 17).
vención. El artículo 18 confiere especialmente fa-
Esta disposición ha sido modificada por cultades a los Tribunales colegiados y jue-
la ley Orgánica de los Tribunales de la Ca- ces, para imponer arresto personal hasta
pital Federal, que dispone en su artículo de quince días, u otras sanciones disciplina-
75: "Los jueces de primera instancia ten- rias a los abogados, procuradores, litigan-
drán facultades para reconvenir y penar tes y otras personas, por faltas que come-
las faltas contra su autoridad y decoro, ya tieren contra su dignidad o decoro en las
sea que se cometan en las audiencias o en audiencias o escritos, o contra su autori-
los escritos, pudiendo dictar «apercibi- dad, u obstruyendo el curso de la justicia.
mientos» e imponer hasta diez dias de En el fuero militar, una de las sanciones
arresto, o cuarenta pesos de multa, según por falta disciplinaria es la de apercibí'
los casos". Asimismo, el articulo 76 con- miento (art. 537, inc. 5<?, Cód. Just. Mili-
fiere el mismo poder para corregir a fun- tar). El apercibimiento puede ser hecho
cionarios judiciales con: apercibimiento, verbalmente o por escrito a todo inferior
suspensión temporaria o multas, por falta jerárquico (art. 40, Regí, de Disciplina mi-
en el ejercicio de sus funciones. El artícu- litar). La medida, que debe motivarse en
lo 107 confiere a las Cámaras, por las un hecho concreto, ha de ser formulada en
mismas razones y con igual finalidad, "términos claros, precisos y corteses". Ade-
idéntico poder disciplinario. más, "debe limitarse a hacer notar los
En orden a la legislación vigente, se efectos perniciosos de la falta y la exhor-
puede citar también la ley 11.924, de orga- tación de no volverla a cometer" (art. 25,
nización de la Justicia de Paz Letrada pa- Regí, cit.). También se habla del aperci-
ra la Capital Federal. En su artículo 18 bimiento colectivo, que se "hará en la
dispone sobre la potestad jurisdiccional orden del día por los jefes superiores, y
del juez de paz para imponer apercibi- consistirá en la reconvención a las tropas,
mientos, multas y arrestos, "por faltas que por faltas u omisiones de carácter general
se cometieran en las audiencias y demás relacionadas con la observancia de los re-
procedimientos". Siendo tales sanciones glamentos tácticos o de servicio" (art. 26,
apelables ante la Cámara de Paz respectiva. Regí. cit.).
En el artículo 32 de la misma ley establece Como medida disciplinaria equivalente
la potestad disciplinaria de la Cámara de en el lenguaje legislativo a prevención, se
Paz, para imponer a los litigantes, aboga- la estatuye en leyes provinciales, tales co-
dos, procuradores, a los jueces, funciona- mo los Códigos de procedimientos civiles
rios y demás empleados, apercibimientos y de Jujuy, artículo 64; de Salta, artículo 6?;
multas, por falta de respeto, por actos ley de Organización de los Tribunales de
ofensivos al decoro de la justicia, por in- San Luis, artículo 240, etcétera.
fracciones a los reglamentos, por inconduc- El objeto de la medida disciplinaria es,
ta, por negligencia, inasistencia o demora como ya se ha subrayado, de carácter pre-
en el cumplimiento de sus deberes. ventivo, y su finalidad concreta es man-
La actual ley 13.998, de Organización del tener el decoro de los actos judiciales, el
Poder Judicial de la Nación, dispone sobre orden en la marcha del proceso y el res-
sanciones disciplinarias en los artículos 17, peto a la Administración de Justicia, lle-
18 y 19, lo que se debe concordar con la vando en sí el propósito de "hacer com-
disposición transitoria del artículo 76, res- prender al litigante, abogado, o funciona-
pecto a lo que establece la ley Orgánica de rio a quien se dirige, que ha faltado al
los Tribunales de la Capital, citada supra. cumplimiento de su deber, y amonestarle
Se trata aquí también de sanciones correc- para que no vuelva a incurrir en semejan-
tivas, en primer lugar aplicables a "funcio- te falta" (Parry).
narios, empleados y demás auxiliares de la En el sentido de una prevención espe-
Justicia de la Nación" (art. 17). Las cua- cial se concreta en la conminación que ha-
les pueden ser aplicadas por la Corte Su- ce el juez, de acuerdo a una disposición le-
prema, las Cámaras Nacionales de Apela- gal y con motivo de la conducta contumaz
ciones y los jueces nacionales. Además, o negligente de la parte, para que ésta
toda sanción disciplinaria al personal de haga o deje de hacer algo, bajo la amena-
za de una consecuencia jurídica en caso gina 72S). Asimismo, véase Cám. Fed. La Plata.
J. A., t. 13, pág. 383; Cám. Apel. Tucumán, J. A.
de desobediencia, en perjuicio de sus de- t. 6, pág. 545.
rechos procesales y aun de fondo. V. gr.: Como medida preventiva conminatoria de ca-
en el Código de procedimientos civiles y rácter procesal: Los apercibimientos judiciales tie-
comerciales para la Capital Federal, cita- nen valor si se los funda en una ley que los
autorice (Just. Paz Letr. Cap. Fed.. J. A., 1042-1,
do, al igual que en los similares de las pág. 447). El apercibimiento en el reconocimien-
provincias, se habla de apercibimiento en to y cotejo de documento se funda en la resis-
el sentido indicado (arts. 142, 145 y 146), tencia a asistir por parte del litigante al compa-
respecto al reconocimiento de documentos rendo ordenado por el juez (Cám. Com. Cap. Fed.,
J. A., t. 43, pág. 1173). Decretado un apercibi-
y cotejo de letras. Según un fallo de la miento por el juez, sólo puede dejarse sin efecto
Cámara Comercial de la Capital Federal, en el caso de que todas las partes lo soliciten
el apercibimiento en el reconocimiento y (Cám. Civ. !• La Plata, J. A., t. 13, pág. 256).
Los apercibimientos que Interpretan tácitamente
cotejo de documentos se funda en la re- la voluntad del litigante deben ser expresamente
sistencia a asistir a la audiencia de com- sancionados por la ley (Cám. Clv. 1*. L. L.. t. 8,
parendo ordenada por el juez, por parte pág. 874; Cám. Clv. 2', J. A., t. 36, pág. 1369).
del litigante contumaz. Cuando el legislador na querido que se reservara
para el momento de la sentencia la efectividad o
Por eso se hace notar que este aperci- el rechazo de un apercibimiento o sanción, cuya
bimiento en calidad de prevención con- aplicación autoriza, lo ha expresado categórica-
minatoria, debe ser fundado legalmente mente (Cám. Com., J. A., t. 43, pág. 1173).
y a la vez motivado en la conducta rebel- BIBLIOGRAFÍA. — Alslna, H., Tratado teórico y
de del litigante. práctico de Derecho procesal civil y comercial,
También es criterio de la jurisprudencia t. 1, págs. 455 y slgs.. Bs. Aires, 1941. — Fernán-
dez, R., Código de procedimiento civil comentado,
que todo apercibimiento judicial hecho a págs. 214 y slgs., Bs. Aires. 1941. — Escrlche, J..
una de las partes, en cualquier materia, Diccionario razonado de legislación y jurispru-
para que tenga validez, es menester fun- dencia, págs. 614 y 615, ed. 1874, Madrid. — Jc-
darlo en una ley que lo autorice (Just. de fré, T., Manual de procedimiento, civil y penal,
anotado por I. Halperin, t. 1, págs. 193 y siga.,
Paz Letrada, Cap. Fed., 25-XI-1942). Asi- y t. 3. págs. 216 y sigs., Bs. Aires, 1941. — Diccio-
mismo, los apercibimientos que importen nario de Derecho Privado (español), t. 1, pág. 426,
una interpretación tácita de la voluntad Barcelona, 1950. — Manresa, Comentario a la Ley
de las partes, o de las personas intervi- de Enjuiciamiento civil, t. 2, págs. 322 y slgs..
Madrid. 1929. — Porry, A. E.. Facultades discipli-
nientes en un juicio, han de ser expresa- narias del Poder Judicial, Bs. Aires. 1989.
mente establecidos por la ley.
Muchas veces este apercibimiento y sus APERTURA DE CRÉDITO. (V. CRÉDITO.)
consecuencias jurídicas de carácter san-
cionatorio se hacen efectivos al dictar APERTURA DE LA HERENCIA. (V. APER-
sentencia el juez, o se dejan para decidir TURA DE LA SUCESIÓN.)
en esa oportunidad procesal la aplicación
de la sanción conminada, v. gr., en el caso APERTURA DE LA SUCESIÓN MORTIS
de cotejo de documentos, que debe cons- CAUSA.* 1. Hecho determinante de la
tar en el auto y la cédula respectiva, el apertura. — Por la muerte de una persona
apercibimiento se hará efectivo en la sen- y, dentro de ciertas circunstancias, por la
tencia. presunción de su muerte, entran en fun-
JUSISPBDDENCIA. — Como corrección disciplina- ción principios concernientes a la subsis-
ria: Debe reprimirse con multa al litigante y con tencia de las relaciones jurídicas que anu-
apercibimiento al letrado firmante si éstos obs-
truyen el curso de la justicia con recursos evi- daban en cabeza del extinto. En otras
dentemente improcedentes (Cám. Clv. 2» Cap. palabras, se produce la apertura de su su-
Fed., J. A., t. 9. pág. 279). En igual sentido: Cám. cesión, lo que causa instantáneamente los
Clvi. 1', J. A., t. 19, pág. 813. Asimismo corres- siguientes efectos, a saber:
ponde apercibir al letrado que firma un escrito
que contiene términos inadecuados (Cám. Com., a) Dentro de condiciones de validez y
J. A., t. 20, pág. 383) o que prohija las contra- eficacia que habrán de ser determinadas
dicciones y falsedades en que incurre su patroci- en otro de los temas de la presente Enci-
nado (Cám. Civ. 1», J. A., t. 19, pág. 813), y que clopedia, comienza la existencia de las dis-
califica de maliciosa la actitud no comprobada de
un funcionario público (Cám. Ped. La Plata. J. A., posiciones de última voluntad otorgadas
t. 24, pág. 408). En iguales y similares casos y re- por el de cujus (*).
soluciones: Cám. Civ. 2', J. A., t. 20, pág. 329; b) De acuerdo con el llamamiento que
Cám. Apel. Azul, J. A., t. 33, pág. 1236; Cám. Ped.
Cap. Ped., J. A., t. 32, pág. 774; Cám. Clv. 1». contuvieran dichas disposiciones de última
J. A., t. 32, pág. 810. voluntad y —simultáneamente con él, al-
Coso de sanciones a un funcionario administra- gunas veces con anterioridad a él, y no
tivo: El apercibimiento impuesto a un funciona-
rlo administrativo debe ser solicitado por el juez
al jefe superior de aquél (v. gr., jefe de Policía), • Por el Dr. JUAN CÁELOS RÉBOEA.
porque los jueces carecen de facultades para aper-
cibirlos (Cám. Apel. Tucumán, J. A., t. 15, pá- (1) Art. 952 Cód. civ.
pocas después que éí haya sido cubierto tes de "capitis dimimttio". — En anteriores
o agotado— con el llamamiento que, por períodos de la Historia del Derecho habría
su parte, formularen normas específicas sido necesario calificar convenientemente
del Derecho sucesorio, el patrimonio del el hecho determinante de la apertura. Por
de cujus, o una cuota del mismo patri- motivos confesionales, que eran admitidos
monio, o uno o varios de los elementos como de "renuncia al mundo", o por mo-
particulares comprendidos en el patrimo- tivos jurisdiccionales que llevaban apare-
nio, quedan deferidos a uno o más suceso- jadas verdaderas privaciones de derechos,
res universales, a uno o más sucesores una cabal transformación del status podía
particulares, o a la regulada concurrencia recaer sobre determinadas personas, las
de una y otra especie de sucesores. cuales, dentro de esas circunstancias, ha-
c) Determinados movimientos de aque- brían padecido "muerte civil". Las leyes de
llas personas a quienes el patrimonio o los Alfonso el Sabio, por ejemplo, que integra-
derechos comprendidos en el patrimonio ron en el Río de la Plata el Derecho común
han .sido deferidos, deben producir y pro- heredado de la dominación española, y
ducen la traslación de todas las relaciones que en la República Argentina estuvieron
jurídicas o de una parte de ellas, al nuevo en vigencia hasta la fecha establecida por
titular en quien deben anudarse, con lo la promulgación del Código civil, sancio-
que entendemos dejar dicho, pues, que una naban una transformación como la que
vez producidos tales movimientos —que el acabamos de indicar y abrían, por consi-
Derecho civil califica como de "acepta- guiente, perspectivas que debían dar como
ción"—, quedará consumada la transmi- resultado que la otra muerte —al fin y al
sión mortis causa correspondiente a la su- cabo la muerte, la única muerte— hubie-
cesión cuya apertura se contemple. se menester de un mote y recibiese, así,
2. Exclusión de acepciones parásitas.— el de "muerte natural". Códigos vigentes
Formulada, pues, la afirmación preceden- en la época de la redacción del Código
te, que se basa, desde luego, en un texto argentino declaraban: "Se entiende por
según el cual "la sucesión o el derecho he- muerte no sólo la natural, sino la civil" ( 3 ).
reditario se abre, tanto en las sucesiones O establecían: "Las sucesiones se abren
legítimas como en las testamentarias, des- por la muerte natural" ( 4 ) .
de la muerte del autor de la sucesión o por De todos modos, en la Historia del Dere-
la presunción de muerte en los casos pres- cho, el respectivo capítulo había guardado
criptos por la ley" ( 2 ), la frase Apertura la huella de una y mil contradicciones. La
de la sucesión adquiere, en el vocabulario Asamblea Nacional francesa, al abolir los
correspondiente a esta materia, el valor votos religiosos a perpetuidad, acabó con
de un tecnicismo capaz de evitar las con- la muerte civil aparejada a tales votos.
fusiones. La iniciación, en efecto, del res- Pero no con la resultante de condenación
pectivo juicio sucesorio, que podría produ- criminal, la cual persistió aún durante
cirse el mismo día del fallecimiento o de- mucho tiempo, sin que las impugnaciones
morarse un tiempo indeterminado, ni im- de que la hicieron blanco, en 1804, diver-
plica Apertura de la sucesión en el sen- sos consejeros y tribunos, y entre ellos los
tido que señalamos al comienzo, ni se opo- eminentes jurisconsultos Tronchet y For-
ne, tampoco, a que dicha apertura se haya talis, condujesen siquiera al cambio de
producido: la expresión "declárase abier- nombre propuesto por los mismos, median-
to el juicio sucesorio ab Inféstalo de..." te imputaciones de inconveniencia y de
o "declárase abierto el juicio testamentario impropiedad, menudeadas contra el nom-
de..." —expresión de ritual en los autos bre que se mantenía. Los artículos 22 a 33
de iniciación— ha de ser entendida, por del Código Napoleón, referentes a la muer-
consiguiente, como una expresión que for- te civil, fueron sancionados, por consi-
mula reconocimiento del hecho de apertu- guiente, con su cortejo de mutilaciones de
ra y otorga carácter al proceso que se ins- los derechos humanos, expresadas, unas
taura. veces, por la extinción del patrimonio del
De todos modos, igualmente habrá de reo y su transmisión a aventuales herede-
tenerse en cuenta que en los casos de fa- ros; otras, por la disolución de vínculos
llecimiento presunto, por motivos que ex-
plicaremos, la apertura de la sucesión se (3) Art. 953 Cód. clv. de la República de Chi-
le, promulgado el 14 de diciembre de 1865. Se re-
pondrá muy cerca de la iniciación del ílere (art. 96) a la muerte civil causada por pro-
juicio sucesorio, y aun, acaso, se confun- ¡esión solemne.
dirá con ella. (4) Art. 198 Cód. de Dinamarca. Lo mismo se
3. Exclusión de asimilaciones provenien- Instituía en el Cód. prusiano y en el Derecho co-
mún alemán (Saint-Joseph, Concordance entre
les Codea civlls étrangers et le Codc Napoleón,
(2) Art. 3282 Có<I. civ. 2? ed., t. 1, páf?. 69, y t. 3, pág. 221, París, 1856).
matrimoniales anteriores y la ineficiencia el Código de Luisiana, - cuyo artículo 928
de nuevos vínculos de ese carácter; otras, disponía: "las sucesiones, ya testamenta-
por la incapacidad para adquirir bienes, rias, ya legítimas, se abren por la muer-
como no fueran los correspondientes a te o por la presunción de muerte cau-
cuota alimenticia; otras, por la caducidad sada por ausencia, en los casos prescrip-
de cualquier vocación a una tutela o por tos por la ley" ( 7 ). El ejemplo del Es-
la subordinación a cúratela legal de cual- boco, de Freitas (»), el del Código de
quier especie de acciones ante la justicia. Chile (») y el del Código de Prusia (i«)
En 1832, con motivo de una reforma de alentaron al redactor del argentino, cuya
la ley penal, reaparecieron las objecio- opinión definitiva no desdeñó seguramen-
nes al nombre de "muerte civil", que no te, el aporte de Goyena, caracterizado por
fueron, con todo, demasiado lejos, ya que su resistencia a las denominaciones que
habiendo surgido, a causa de las mismas, hacían de la muerte natural, solamente
una visión de las repercusiones que ten- una de las dos catalogadas especies de
dría 'sobre el Código civil el cambio que muerte. Goyena, en efecto, establecía en
se proponía, la acción reformadora hubo su Proyecto: "La herencia se abre por la
de detenerse, aparentemente intimidada. muerte natural de la persona a quien
En 1854, por fin, la "muerte civil" fue bo- se hereda", y se valió, de una transcrip-
rrada de las instituciones francesas. ción del mencionado artículo 928 del Có-
La legislación argentina no vaciló al res- digo de Luisiana, para terminar dicien-
pecto, y la "muerte civil" tuvo sus días do: "Esto mismo n va sobreentendido en
contados desde que el movimiento eman- nuestro artículo" ( ). Con lo cual deja
cipador fijó sus postulados de dignificación establecido que, para él, apertura por muer-
del hombre. La Asamblea General de 1813, te natural significa por muerte natural
desde una posición que se proponía ex- o por presunción de la misma muerte na-
tender a todos los hombres las calidades tural.
Integrantes del sujeto de las relaciones, Esta tradición se mantiene en leyes
jurídicas, abolió la esclavitud de nacimien- más recientes. El Código español de 1888
to, declaró libres a los esclavos que pisa- establece, en su artículo 193, que, "de-
ran territorio argentino y reconoció a los clarada firme la sentencia de presunción
religiosos Bprofesos aptitud para otorgar tes- de muerte, se abre la sucesión en los bie-
tamento ( ), con lo cual, al afianzarse, va- nes del ausente", mientras el Código ale-
rias décadas más tarde, la primera de las mán de 1900 y el Código suizo de 1907 es-
Constituciones que logró vigencia perdu- tablecen soluciones que no discrepan ni de
rable, pudo decirse de ella, que mantenía la norma ni del comentario de García Go-
el espíritu de 1813; de tal modo que, ade-
cuándose a sus principios el Código civil ul- yena. El Código brasileño de 1917 reco-
teriormente sancionado, uno de sus artícu- noce a los interesados el derecho de re-
los decretó la abolición de la "muerte ci- querir, dentro de determinadas circunstan-
vil" que nos ocupa, en un texto que reza, cias, la apertura de la sucesión (12).
no sin énfasis: "La muerte civil no tendrá Con todo, tal solución no es uniforme.
lugar en ningún caso, ni por pena ni El Código Napoleón, por ejemplo, no la ha
por profesión en las comunidades religio- aceptado ni la acepta en la actualidad, e
sas" («). igualmente ha sido rechazada por cuer-
4. Problemas planteados por el artícu- pos de Derecho que sintieron en mayor o
lo 3282 en sits relaciones con la presunción menor grado la influencia ejercida por
de muerte. — Las dos exclusiones anteriores aquél durante todo el siglo xix. Su artícu-
nos permiten referirnos a los hechos deter-
minantes de apertura: la muerte y la pre- (7) Saint-Joseph, op. cií., t. 2, pág. 95.
sunción de muerte. El Código civil argen- (8) Esboc.0, arts. 280, 267 y 268. Ed. castellana
tino se plegó a la tradición jurídica de la de García Santos y Roldan, Bs. Aires, 1909.
(9) En la Colección de Códigos chilenos, de
época de su promulgación representada por Aníbal Echeverría y Beyes, Santiago, 1900.
(10) Saint-Joseph, op. • clt., t. 3, págs. 221 y
(6) Decretos de 2 de febrero. 4 de febrero y siga.
8 de marzo, en Frtas, Trabajos legislativos de las (11) García Goyena, Concordancias, motivos
primeras asambleas argentinas, t. 1, págs. 13, 14 y comentarios del Código civil español, t. 2. pá-
y 23. Bs. Aires, 1882. V. también Registro nacio- gina 5, Madrid, 1852. V. además los arts. 322 y 323
nal, t. 1, págs. 194 y 201, Ba. Aires. 1876. Aunque del Proyecto comentado en esa obra.
la cuestión así resuelta había sido planteada por (12) Texto del 193 español en Paso y Delgado,
un clérigo perteneciente a determinada orden y Derecho civil español, pág. 116. Madrid. 1890.
como un caso personal, la resolución de la Asam- Texto de los arts. 2031 y 2370 del Cód. alemán,
blea fue adoptada con carácter general. en Meulenaere, Code civil allemand et loi d'intro-
(8) Art. 103, 2' parte, Cód. clv., y nota in- duction, París, 1897; Cód. suizo, arts. 546 y sigs.,
cluida al pie del mismo, por el redactor del Có- y especialmente art. 550, 2? párrafo, en Rossell,
digo. Code civil suisse, 3' ed., Lausanne-Geneve, Payot.
lo 130 expresa, en efecto: "La sucesión del bienes del ausente, esencialmente análogo
ausente se abrirá el día de su muerte pro- al instituido por el Código Napoleón, cuyo
bada". El Código italiano de 1865, que no artículo 130 establece que no hay otro
cede al anterior ni en minuciosidad ni en motivo, para la apertura de una sucesión
previsión, expresa en su artículo 34: "En mortis causa, que el de la muerte natural,
caso de que durante la posesión provisoria el ulterior encuentro con el artículo 3282
se probara el tiempo de la muerte del au- según el cual "las sucesiones se abren por
sente, la sucesión se abriría a favor de la muerte o por la presunción de muerte",
quienes, en ese tiempo, fueran sus herede- causa cierta sorpresa y hace sentir la ne-
ros legítimos o testamentarios, o de sus cesidad de una recapitulación que conduzca
sucesores; y aquéllos que hubieran disfru- al reconocimiento de normas cuya exis-
tado de sus bienes estarían obligados a tencia no habría de tener sino la condi-
restituirlos con sus rentas, lo mismo que ción de implícita, y que conduzca igual-
en el caso del artículo 31" (is). mente a la determinación de cómo y en
No ha de deducirse, sin embargo, de esta qué circunstancias la ausencia con presun-
discrepancia que las leyes según las cua- ción de fallecimiento —originariamente,
les la presunción de muerte no es causa un proceso instaurado para asegurar, en
de apertura de la respectiva sucesión, cie- interés de un individuo ausente, los bie-
rren el camino al interés de los eventua- nes que le pertenecen— padece transfor-
les sucesores de una persona cuya ausen- mación y se convierte, pues, en uno de los
cia, a causa de una desusada duración o de hechos que determinan -apertura de una
otras circunstancias dignas de ser tenidas sucesión "mortis causa". Desde luego, el
en cuenta debidamente, otorgue verosimi- juicio de ausencia con presunción de fa-
litud a la hipótesis de su fallecimiento. llecimiento no tiene otro objeto que el de
Ellas, al contrario, partiendo de la idea de la declaración de ausencia y fijación del
que la ausencia, por prolongada que se la día 15del respectivo fallecimiento presun-
suponga, no puede entrañar nunca aper- to'^ ), con lo cual "la declaración ges-
tura de la sucesión, organizan —por lo co- tionada y otorgada no puede atribuir
vínculo sucesorio a persona alguna" (ibid.).
mún muy cuidadosamente— un procedi- Desde el mismo punto de vista nos cupo
miento mediante el cual, quiénes tengan distinguir, en otra obra (*<>), por una parte,
interés eventual en asegurar los bienes el juicio protector de los intereses del
del ausente pueden, como en nuestro De- ausente, caracterizado por la posesión pro-
recho, obrar conforme a ese interés y en- visoria, de los bienes, y por otra, el juicio
trar, dentro de ciertas condiciones, a po- de traslación del patrimonio a su nuevo
seer el patrimonio ( 14 ). La gestión de ta- .titular, caracterizado por la aparición,
les interesados, como ocurre también en como primordial, del interés del herede-
nuestro Derecho, pasará normalmente por ro, y por la posesión definitiva que éste
dos etapas sucesivas: la de la "posesión tiene derecho de obtener. Así, pues, el
provisoria" y la de la "posesión defini- otorgamiento de tal posesión definitiva, "al
tiva". transformar en régimen sucesorio un pro-
Ahora bien, organizado por los artícu- cedimiento que en su primer período debió
los 110 y siguientes del Código civil argen- ser y fue de posesión provisoria de los bie-
tino, el procedimiento protector de los nes del ausente, entraña iniciación del
respectivo juicio sucesorio "mortis cau-
(13) Códice civile del regno d'Italia, Fratelll
sa" (").
Bocea, Torlno, 1901. Surge así el problema de la coincidencia
(14) Toullier, Le Droit civil Jrangais, 5* ed.,
t. 1, nos, 398 y sigs., París, 1880; Duranton, COUTS (15) Cám. Civ. 1* Cap. Ped., 18-6-941: suce-
de Droit civil /raneáis, 4* ed., París, 1844; Zacha- sión de don José Alfonsín Romero, en La Ley,
rla, Le Droit civil /raneáis, trad. y notas por Massé t. 23, pág. 95. Con anterioridad, la misma. Cám. 1'
y Vergé, t. 1, nos. 93-105, y t. 2, n? 351 y notas, había resuelto que de acuerdo con los arts. 3282
París, 1854; Marcada, Explicatíon théorique et Cód cív. y 636 Cód. proceds. "la declaración del
pratique du Code Napoleón, 6? ed., t. 3, pág. 13, fallecimiento presunto de una persona permite
París, 1869; Demante, Cours analytique du Code formar su Juicio sucesorio", lo que puede ha-
civil, 2? ed., t. 1, nos. 139 y slgs., París, 1881; cerse "desde que medie declaración de ausencia
Aubry y Rau, Cours de Droit civil y /roncáis, 4* ed., y fijación de la fecha del fallecimiento presun-
nos. 148, 153, 157 y 590, París, 1873; Baudry-La- to" (13-9-935, sucesión Hidalgo de Santín, en Ga-
cantinerie y Wahl, Des successions, 3' ed., t. 1, ceta del Foro, t. 118, pág. 163. En el mismo sen-
n« 113; Demolombe, Cours de Code Napoleón, tido: Gaceta del Foro, t, 19, pág. 179).
4» ed., t. 13, pág. 105, París, 1870; Planiol y R¡- (16) Derecho de las sucesiones, passim, Bs. Ai-
pert. Traite pratique de Droit civil franjáis, t. 4, res, 1932.
pág. 27, París, 1928; Hémard, Précis élémentaire (17) Juez Fernández Mouján, 23-7-945, en la
de Droit civil, t. 3, n« 3029, Sirey, París, 1930; sucesión de Antonio Díaz y otra, y confirmatoria
Josserand, Cours de Droit positif /raneáis, t. 3, de la Cám. Civ. 1? en una extensa sentencia de
n° 726, Sirey, París, 1930. cuyo texto es posible extraer análogas conclusio-
o de la separación de dos hechos que al real o presumido, es decir, al quedar esta-
principio presentamos como uno solo, y que blecido que al mismo título que el falle-
en rigor, doctrinariamente, no deberían cimiento real o presumido, es hecho de
separarse uno de otro: el hecho determi- apertura el del ordenamiento de una po-
nante de apertura, en este caso el del fa- sesión definitiva que no se basa en falle-
llecimiento presunto, y el hecho de la aper- cimiento real; que no ha podido ser otor-
tura misma. Y no será necesario agre- gada sino al cabo de mucho tiempo de
gar nueva argumentación para concluir ocurrido el fallecimiento real o presumido
que, cuando la apertura de la sucesión y que, finalmente, en sus relaciones con el
"mortis causa" ha dependido del otor- artículo 3282, es lo único que puede ser
gamiento de la posesión definitiva y se tomado legalmente, como indicación de
ha confundido con ésta, la apertura de que el procedimiento protector de los bie-
la sucesión ha venido a distanciarse con- nes del ausente no tiene, para lo sucesivo,
siderablemente —varios años, en los su- razón de ser, y de que se instaura en su
puestos más corrientes— del hecho que en lugar el régimen de las sucesiones mortis
realidad la ha determinado, o sea del de la causa, se crea una verdadera paradoja,
ausencia con presunción de fallecimiento, dotada de las sutiles propiedades que ca-
lo cual no se atenúa ni siquiera en los racterizan a la especie y, desde luego, de
casos en que la respectiva declaración haya la de reaparecer a cierta distancia, como
sido gestionada a los quince o más años de las formaciones neoplásticas, cuando se
la desaparición del ausente, u ochenta de las pudo creer extirpadas o simplemente
su nacimiento, casos en que "tal declara- dominadas.
ción sólo importaría labrar el acta de de- Claro está que la retroactividad tan re-
función de la persona desaparecida y de- sueltamente afirmada en el caso a que nos
jar, con ello, abierta su sucesión" (18). hemos referido nos encuentra predispues-
De todos modos, es en situaciones como tos por hábitos mentales que en los pro-
ésta donde los principios adoptados por fesionales del Derecho funcionan como
una de las sentencias citadas, adquieren verdaderas ideas-fuerza. Así, por ejemplo.
especial significación como elementos de Inexistente en las leyes contemporáneas la
organización de una doctrina que sólo está categoría de herederos necesarios, la trans-
en vías de formación y que muy probable- misión mortis causa no se opera mientras
mente, en defecto de intervención legisla- los elementos "apertura" y "vocación su-
tiva, con la nueva jurisdicción de casación, cesoria" no hayan sido completados por la
cobrará perfiles adecuados. Nos referimos "aceptación"; pero la aceptación, como un
a la afirmación de que "a los efectos del arco tendido sobre el espacio que perma-
reconocimiento de una vocación y, con necía hueco desde el fallecimiento del de
ésta, de la 'respectiva aptitud para suceder, cujus, debe confundirse virtualmente con
la posesión definitiva de los bienes del ese fallecimiento, porque si no fuera así,
ausente retrotrae sus efectos al día del fa- las relaciones jurídicas que anudaban en
llecimiento presunto fijado en el período el extinto titular habrían carecido du-
iniciare»). rante cierto tiempo de sujeto, y con ello
5. Paradojales perspectivas de un siste- habría quedado admitida una aberración.
ma. — Este doble movimiento, consisten- Los romanos se defendieron de esta abe-
te por una parte en subordinar la po- rración con la imagen de la herencia ya-
sesión definitiva a formalidades que las cente; el Derecho contemporáneo cree su-
leyes procesales han instituido como pre- primirla, a su turno, con declarar, como
vias a toda declaración de herederos y, por lo declara el artículo 3341, in fine, que Zos
otra, en retrotraer a la fecha del presunto efectos de la aceptación se remontan al
fallecimiento los efectos de la apertura día de la apertura de la sucesión.
de la sucesión, puede dar al primer mo- Entre tanto, la retroactividad declarada
mento la impresión de que las anomalías en las circunstancias a que nos hemos re-
de la legislación argentina en esta mate- ferido, es decir, la consistente en atribuir
ria han sido superadas. Pero ocurre que a la posesión definitiva de los bienes del
al establecer, como hecho de apertura, uno ausente, el poder de retrotraer sus efectos
que no se compadece con el fallecimiento al día del fallecimiento presuntivo, no ha
sido instituida por ninguna ley, ya que
nes (Suplemento de La Ley. 23 y 24-8-946. El pro- disposiciones como la del artículo 3415 del
nunciamiento de la Cámnra es de fecha 22-7-946). Código civil, por ejemplo, el cual, tomado
(18) Cám. Clv. H, 19-6-933, en la sucesión aisladamente, prometería tal vez adaptarse
don Daniel Bertinat, en Gaceta del Foro. t. 106 a la cuestión, rigen solamente para las
p6g. 87.
(19) Juez Fernández Mouján. 23-7-946. y Cám. sucesiones abiertas por muerte real, y se
Clv. 1« clt. consolidan con los caracteres de una ins-
titución cuya tradición y cuyos efectos en la sucesión por causa de muerte, a los es-
ln J'.fi-Jacíón argentina están aún por pacios de artlflcialidad de la construcción
precisar. La retroactividad, por consiguien- mental, en los que el pensamiento, ahito
te, tendría que ser inferida de esa o de de sus propias abstracciones, tiende a ol-
otras de las leyes en vigor. Y sería necesa- vidar los intereses del difunto, de su fa-
rio, para mayor juridicidad de la solución, milia, de sus acreedores y aún de la huma-
que la inferencia no tropezara con hitos nidad, para forjarse un mundo sucesorio
preexistentes o, cuando menos, que trope- completamente ideal" ( 20 ), se ha intentado
zada y todo, contara con calidades que le un movimiento de piezas que están ligadas
permitieran sostenerse. Mucho tememos a lo más recio del edificio, y éste, aún sin
que no pueda ser ésta la suerte que le que- tambalear, está pronto para acusar el ti-
de deparada: por una parte, los artículos roneo. Veamos cómo.
110 y siguiente han creado —a título de ad- El artículo 3287 del Código civil, al dar
ministración, o de derecho a investir la normas sobre el reconocimiento de una
administración, o de derecho a disputar la vocación no contradicha por afecciones
investidura de administrador— un siste- capaces de neutralizarla, ha establecido
ma que con haber entrado en funciona- que "la capacidad para adquirir una suce-
miento, y más todavía, con haber funcio- sión debe tenerse al tiempo en que la
nado hasta su fin, habría establecido po- sucesión se defiere". Así, pues, desde que
siciones y producido consecuencias que la sucesión mortis causa queda deferida
sería problemático abolir impunemente, por su apertura, y desde que la apertura,
por otra parte, la postergación durante en las sucesiones motivadas por falleci-
todo el período de posesión provisoria, de miento presunto, se confunde con la pose-
la instauración del régimen correspondien- sión definitiva de los bienes, de suyo re-
te a las transmisiones mortis causa, está sulta que la capacidad para adquirir los
prevista por el Código civil en relación con derechos correspondientes a una sucesión
diversas perspectivas, a saber: a) Con de esa especie debe tenerse en el momento
la de la disolución y liquidación de la comu- de la mencionada posesión definitiva. Pe-
nidad matrimonial, que los artículos 123 ro, de acuerdo con principios más gene-
y 1310 consideran subsistente hasta el rales, no puede haber transmisión de de-
otorgamiento de la posesión definitiva; b) rechos sino a favor de persona que exista
Con la de la reaparición del ausente, quien, civil o naturalmente en el momento en
conforme al artículo 124, tendrá derecho que el anterior sujeto haya dejado de exis-
a ciertas exigencias durante el período de tir ( 21 ), lo que se traduce también en que
posesión provisoria, y a otras, diferentes, el sucesor debe haber nacido, o por lo me-
cuando haya mediado posesión definitiva; nos estar concebido al tiempo de la muer-
c) Con las de subsistencia de los derechos te del autor de la sucesión í 22 ), por lo
de herederos presuntivos no investidos con cual se ha podido establecer en una de las
la posesión, derechos cuya prescripción, sentencias citadas que "a los efectos de la
conforme al artículo 3954, sólo comienza existencia de una vocación, y, con ésta,
a correr desde que haya mediado pose- del reconocimiento de la respectiva apti-
sión definitiva; d) Con las de prescripción tud para suceder, la posesión definitiva de
de la acción de los hijos y descendientes los bienes del ausente retrotrae sus efectos
directos, igualmente referida a la posesión al día del fallecimiento presunto". Sur-
definitiva, por el artículo 4024 del Código ge así una abrumadora complicación, que
civil. no puede ser afrontada con cierto des-
Comprendemos las dificultades con que embarazo, sino después de evocar circuns-
se tropieza al intentar organizar, según las tancias históricas dentro de las que el lla-
normas de nuestro Derecho actual, un mamiento a suceder haya debido ser estu-
sistema coherente y armonioso, aplicable diado en dos momentos diferentes. Aludi-
a las sucesiones abiertas por fallecimiento mos a la regla catoniana, norma de juris-
presunto y a las grandes líneas de nuestro prudencia, según la cual todo legado que
sistema de sucesiones mortis causa. Mien- hubiera sido nulo si el testador hubiera
tras no medie una intervención legislativa fallecido al terminar la redacción de su tes-
substancial y siempre delicada, como lo tamento, jamás podría convalidarse, cual-
demuestra la complejidad que tratamos quiera que fuese el tiempo en que el tes-
de superar —mientras no medie, en su tador viniese, después, a fallecer, texto que
caso, una prudente y largamente meditada
creación del Tribunal de Casación—, la (30) Fran^ois Oény, Science et technique ea
paradoja denunciada tenderá a permane- Droit privé positif, t. 1, págs. 118 y 119, Sirey,
París, 1921-27.
cer, porque "habiéndose pasado de un (21) Art. 1806 Cód. civ., y arta. 118 y 122.
fenómeno jurídico muy simple, cual es de (22) Art. 3290, 1» parte, y art. 3733.
puede servirnos como punto de partida mientes, restauró la "regla catoniana" en
para nuevas reflexiones: porque tanto la los siguientes términos: "El artículo 906
existencia del sucesor como su aptitud del Código civil, interpretado a través del
para suceder, debían referirse a la época artículo 49 de la Ordenanza de 1735, y del
del testamento; pero como no deja por eso Traite des testaments, escrito por Purgóle,
de ser regla general la de la existencia y autor de dicha Ordenanza, debe ser en-
capacidad al tiempo de la muerte del tes- tendido en el sentido de que la frase basta
tador, el alcance de la regla catoniana con estar concebido sólo se ocupa de un
queda también determinado en sentido caso de excepción, o sea de aquel en que
de fijación de dos momentos diferentes, el individuo instituido no hubiera nacido,
y con respecto a cada uno de los cuales la pero estuviera concebido a la época del
calidad de sujeto de derecho debe existir fallecimiento del testador; y, en conse-
y subsistir. Algo muy semejante es lo que cuencia, supone una regla general que no
ocurre en el caso que nos ocupa. puede ser sino la expresada por Purgóle,
La Francia de la Edad Media tuvo ante o sea la que exige capacidad a la época
sí esta regla, como tuvo igualmente los del testamento y a la de la muerte del tes-
códigos y repertorios más famosos de la tador" (25) .
Roma imperial o republicana, no sin que Para avanzar en el conocimiento de esta
en este caso, como en otros, se establecie- cuestión y en el de sus vinculaciones con
sen líneas de separación entre los "países el Derecho argentino ha de tenerse cuenta
de Derecho escrito", los más vinculados a de las normas referentes a indignidad
la península itálica, y los "países de De- para suceder y también de las referentes
recho consuetudinario", contiguos, en prin- a incompatibilidad testamentaria, como
cipio, a las cuencas del Rhin y del Elba. igualmente, en lo que concierne a la pro-
Aquéllos admitían la "regla catoniana"; pia posición del redactor del Código civil,
éstos la consideraban falsa. El Código de la siguiente nota al articulo 3302: "La
Napoleón, que en diversos capítulos del Ley 22, título 3, Partida 6a, siguiendo la
Derecho sucesorio logró interesantes com- regla catoniana de las leyes romanas,
binaciones de las dos tendencias, se abs- exigió en la sucesión testamentaria la ca-
tuvo de resolver expresamente esta cues- pacidad de suceder en tres tiempos: al
tión, lo que pudo dejar, como impresión, hacerse el testamento, a la institución, y
el que preponderara, como doctrina, 23la a la muerte del testador cuando el here-
anticatoniana de la segunda corriente ( ). dero instituido no fuese heredero nece-
Pero la jurisprudencia de los tribunales sario (hijos y esclavos); pero respecto a
franceses, después de haberse pronunciado los herederos necesarios o suyos, estableció
respecto de diversas cuestiones que igual- que les bastaba la capacidad al tiempo de
mente habrían podido suscitarse con moti- la muerte del testador, aunque no la tuvie-
vo de la aplicación de las normas del Có- ran al tiempo de hacerse el testamento".
digo civil de la República Argentina y que, De esta nota y, sobre todo, de su continua-
de suscitarse, habrían merecido ser re- ción, donde se emprende la transcripción de
sueltas por análogos principios ( 2 4 ), se pu- textos de diversos Códigos, que adoptan
so frente a la cuestión de "la capacidad, como norma la de la capacidad al tiempo
en general", y no sin provocar disenti- de la muerte del testador y se añade que
"el Código francés guarda silencio sobre
(23) Troplong, Des donations et testaments, la materia", se desprende la intención de
t. 1, nos. 437 y 438; Toullier, op. cit., t. 5, n' 90.
(24) Aun antes del pronunciamiento a que se poner de resalto los categóricos términos
referirá seguidamente el texto, los tribunales fran- del artículo 3302, los que, sin embargo, no
ceses habían resuelto, por ejemplo: a) que "el logran impedir que algunos de los hechos
legado a favor de la hija del médico de la casa de indignidad abarcados por dicho artícu-
no puede ser anulado con el argumento de que la
beneficiarla sea persona interpuesta, si la enfer- lo, se produzcan y sean valorados después
medad de que ha muerto el testador y durante de la apertura de la sucesión.
la cual lo ha asistido dicho médico, ha sobreve- 6. Repercusiones de la misma parado-
nido a los cuatro años de otorgado el testamento" ja. — Las peculiaridades de la legislación
(Corte de Casación, Sala de Recursos, 9-4-835, en
Dalloz, J. G., t. 16, Verb. Dtspositions entre vifs et argentina sobre la materia, no terminan
testaments, n? 367 y nota); b) un legado hecho con lo expuesto, y aún puede decirse que no
a persona capaz de recibir en el momento del tes-
tamento no se anula solamente porque a la época
de la muerte del autor de la disposición la bene- (25) Corte de Casación. 27-11-848, en Dalloz,
ficiarla del legado se haya hecho Incapaz por su t. 1. pág. 225, 1848. La doctrina no ha obtenido
matrimonio con el médico del testador (Corte de general acatamiento. Puede consultarse, en con-
Casación, Sala de Recursos, 10-11-836, op. cit., tra, Aubry y Rau, t. 7. n» 650, nota 10; Demo-
loe. cit., nota al n» 492). En ambos casos, como se lombe, Donations et testaments, t. 1, n» 715; Bau-
ve, el tribunal contemplaba en dos momentos di- dry-Lacantinerie y Colín, Donationí et testaments,
ferentes la aptitud para suceder. t. 1, n« 624.
ha hecho sino comenzar. Las normas re- troversia sobre el derecho de adminis-
ferentes a la aceptación de derechos defe- trar y en concepto de "acción útil, de pe-
ridos por causa de muerte no pueden apli- tición de herencia", después de otorgada
carse, en los casos de sucesión abierta por la posesión definitiva habría que trabarla
fallecimiento presunto, con la misma li- como controversia en cuanto al derecho de
bertad y los mismos efectos previstos para suceder y en concepto de acción petitoria
los casos comunes. Es necesario admitir, de la herencia, típica e integral, aunque,
por ejemplo, que estuviera aceptando quien por otra parte de arduo establecimiento
se adelantara a gestionar la "posesión de- dentro de las normas de los artículos 3954,
finitiva", lo cual crea la posibilidad de primera parte, 125, in fine, 3421 y 4024 del
que la paradoja degenere en aberración, Código civil. La paradoja se sostiene, como
ya que es tanto como admitir que el ac- se ve, y no hay que sorprenderse si el
to de adición cobra forma y existencia salir de las grandes líneas y enfrentarse
con antelación al pronunciamiento que ha con complicaciones concretas lleva a tro-
de solemnizar el estado de apertura. Las pezar con nuevas e inevitables repercu-
normas relacionadas con la investidura siones de su tendencia a subsistir.
otorgada de pleno derecho a ciertos here- 7. Importancia de la determinación del
deros, por el artículo 3410 del Código civil, momento de la muerte. — Volvamos ahora
carecerían totalmente de función, ya que a los efectos de la apertura de una suce-
todo el procedimiento determinado por la sión antes esbozados, e insistamos en la
ausencia con presunción de fallecimiento importancia que reviste la determinación
—teniendo en vista, como la tiene, posesión del hecho que la provoca, o sea de la
provisoria o definitiva del patrimonio del muerte de la persona de que se trata.
individuo ausente— aparece respecto del Es ese, en consecuencia, el momento a
artículo 3410 con un carácter absolutamen- que habrá que referirse para demostrar la
te excéntrico. Las disposiciones sobre acep- existencia del sucesor, pues con relación
tación de la herencia a beneficio de in- a él habrá que demostrar que dicho suce-
ventario vendrían también a resultar to- sor había comenzado ya su existencia, o
talmente ociosas, y el fulísimo casuísmo que dicho sucesor subsistía aún, en las
tan alentado por la cuestión de los plazos condiciones de la ley: lo primero puede
instituidos por los artículos 3363 y concor- relacionarse con circunstancias tan parti-
dantes, se privaría de un interesante cam- culares, como son las referentes a la con-
po de aplicación: en el juicio de ausencia, cepción y nacimiento de determinadas per-
en efecto, el inventario quedaría formali- sonas físicas o al reconocimiento o ha-
zado ab initio, y la idea de que, en tales bilitación de determinadas personas jurí-
condiciones, un heredero debiese respon- dicas, asociaciones o fundaciones; lo se-
der ultra vires hereditatis por todas las gundo, puede interesar como relación entre
deudas y cargas de la sucesión, del mismo el fallecimiento del causante y el falleci-
modo que si fuese un aceptante sim- miento del sucesor, si éste es una persona
ple (2«), como también la de que su pa- de existencia visible, o la terminación de
trimonio y el del ausente quedasen con- su existencia conforme al contrato o a la
fundidos ("), entraña un retroceso in- ley, si es persona jurídica, asociación o
concebible dentro de un sistema Jurídico fundación
que, de todos modos, está integrado por Es ese, igualmente, el momento a que
normas cuya presencia pone de manifiesto hay que remontarse para examinar, cuan-
que el legislador argentino ha considerado do sea necesario el contenido y el alcance
la inutilidad e inconveniencia de abrumar de actos realizados por el sucesor: v. gr.,
injustamente a los que sobreviven, sin be- la validez de los de administración o la
neficio para los que mueren. Los principios trascendencia de aquellos que puedan con-
agrupados en redor de la idea de conti- siderarse portadores de aceptación tá-
nuación de la persona, expresamente con- cita, de la herencia ( 28 ). Es ése, también,
sagrada por el artículo 3417, carecerían, el que tiene la virtud de establecer la
de vigencia. Los de la acción que sancio- oportunidad en que los acreedores del cau-
na el derecho del heredero desposeído, o sante quedan habilitados para ejercer sus
sea la de petición de herencia, deben pa- acciones, no contra su propio deudor ori-
decer adecuación; y si antes de abierta ginario, sino contra la sucesión de su deu-
la sucesión, es decir, durante el período dor. Es ése, en fin, el que lleva en sus
de posesión provisoria, la respectiva dis- entrañas la máxima consecuencia de la
puta habría debido trabarse como con- transmisión mortis causa, o sea la del na-

(26) Arts. 3343 y 3431 Cód. civ. (28) Art. 3319, 2* parte, y arts. 3320 y con-
(27) Art. 3342. cordantes.
cimiento de los derechos del respectivo tailo, se encuentran aquellas relativas al
sucesor, legítimo o testamentario, univer- testamento ológrafo cerrado o al testamen-
sal o particular, singular o múltiple, y el to cerrado, conducentes a su apertura so-
que, en caso de pluralidad de sucesores, lemne ante autoridad competente. Forman-
pondrá en actividad condignas cuestiones do parte a su vez de todo el procedimien-
de indivisión, de administración, de par- to previo, para la protocolización del tes-
tición (29). tamento.
8. Ideas complementarias. — El hecho La doctrina del Código civil se inspira en
de la muerte, hecho de apertura de la su- esta parte en la necesidad de conocer y
cesión, habrá de aparecer como "muerte asegurar las disposiciones de última volun-
en un lugar", lo que establecerá el lugar de tad del testador. De modo que, sobre ba-
la apertura y determinará la condigna Ju- ses legalmente verificadas, se desarrolle
risdicción. Sobre el mismo hecho, de la posteriormente el proceso de la sucesión
muerte, recaerá la indispensable prueba (V. PROTOCOLIZACIÓN. TESTAMENTO.)
procesal, y ésta llevará consigo, muy pro- Régimen legal. — El hecho natural del
bablemente, prueba de las circunstancias fallecimiento real del testador o del falle-
de tiempo y de lugar. cimiento presunto fijado por decisión ju-
En particular, respecto de las sucesiones risdiccional (arts. 3282, 116 y conc. Cód.
abiertas por fallecimiento presunto, habría civ.), desencadena el iter sucesorio, que en
que contemplar especialmente, aún, dos po- la materia que tratamos se concreta en los
sibilidades, a saber: a) la de ulterior co- actos de apertura y protocolización de aZ-
nocimiento y comprobación de la muerte gunos testamentos.
natural del de cujus, con sus consecuencias Se trata de testamento ológrafo que es-
de reintegración del procedimiento común tuviese cerrado y del testamento cerrado.
y reorganización de los efectos aparejados De ahí la prescripción de los artículos del
a las transmisiones ordinarias; b) la de Código civil: 3692, primera parte: "El tes-
ulterior reaparición del ausente, con sus tamento ológrafo si estuviese cerrado, será
inevitables efectos resolutivos, y también, abierto por el juez..,"; 3693: "Todo el que
en cierta medida, reintegratorios. tenga algún interés en el testamento cerra-
BIBLIOGRAFÍA.—Obra» generales, publicaciones pe- do, puede pedir al juez que se abra"; 3671:
riódicas y repertorios Jurídicos: los mencionados en "El escribano que tenga en su poder o en su
los temas Derecho civil. Personas y Sucesiones. — registro un testamento, de cualquier espe-
Obras especiales: Bolvln, M., "De l'absence: elude cie que sea, está obligado, cuando muere
de Drolt comparé", en Reme de Droit Internatio- el testador, a ponerlo en noticia de las per-
nal, n" 5, París, 1907. — Corte de Casación fran-
cesa, 27-12-897 y sus citas, 8-3-904 y sus cltns. sonas interesadas, siendo responsable de
6-3-923 y sus citas, en Dalloz. Recudí Pcriodiqttc, los daños y perjuicios que su omisión les
años 1901, t. 1. pag. 40; 1904, t. T. páR. 296, y ocasione". Lo que se complementa con la
1923, t. 1, pág. 176. — Cortes francesas de Nlmes.
22-3-809 y BUS citas: ibtd., año 1909, t. 5. pág. 41; disposición del artículo 3691: "El testamen-
de Nancy, 9-11-921 y sus citas; ibíd., año 1924, t. 2. to ológrafo y el cerrado, deben presentar-
pag. 15. — Dosqulron, Traite du domicile et de se tales como se hallen, al juez del último
l'absence. 1812. — De Moly, Traite des absenta,
1822. — Plasman, Code et traite des absents, 1842. domicilio del testador".
— Luzzato. Condizione giuridica dclle acampar so. Respecto al testamento ológrafo cabe
Padua, 1921. — Rau, G.. De l'abaence en maíicre aclarar que puede revestir la calidad de
civil et militaire. París, 1921.-— Talandler, Traite cerrado por el solo hecho de estar coloca-
des absents. 1831.
do dentro de un sobre, bajo cubierta es-
APERTURA DE TESTAMENTO.* Se re- pecial a los efectos prácticos de mantener-
llere la expresión al acto de apertura de lo en secreto y en estado de conservación
algunos testamentos bajo cubierta,' espe- (Lafallle).
cialmente en el Derecho civil argentino. En lo que se refiere al testamento cerra-
Dentro de las medidas previas de carác- do, se debe tener en cuenta las formalida-
ter precautorio y formal, que son practi- des legales para su formación, de ahí que
cadas ab-lnitio en un proceso testamen- la apertura del mismo viene a ser una eta-
pa complementaria de las que compren-
(29) En cuanto a los acreedores: arta. 3314 y de su preparación y su otorgamiento en
conc., 3351. 3357 y conc., 3432. 34S3 y conc., 3475 forma legal (arts. 3685 a 3669, Cód. civ.).
y conc. 3485 y conc. En cuanto a la Indivisión; Correlacionando esas disposiciones con las
arts. 3319 y sigs. En cuanto a la partición: ar- que analizamos ahora resultan las medi-
tículos 3463 a 3513. En cuanto a la administra-
ción: arts. 3451 y conc. Respecto de las dos últi- das o los actos de apertura del testamen-
mas cuestiones deben ser computadas también las to como un corolario del ciclo evolutivo del
teglaa procesales. testamento dentro de un proceso sucesorio.
La ley se ha preocupado de caracterizar
* Por el Dr. CARLOS R. OBAL. exterionnente como un neto de última vo-
luntad al escrito encerrado en el pliego con tando que en él se hallaba expresada su
formalidades esenciales: "el pliego que lo última voluntad; si el testador se encon-
contenga debe entregarse a un escribano traba a la sazón, en uso perfecto de su ra-
público en presencia de cinco testigos re- zón y si la entrega del pliego al escribano
sidentes en el lugar, expresando que lo con- y las firmas de la cubierta, se verificaron
tenido en aquel pliego es su testamento" hallándose todos reunidos y en un sólo
(arts. 3666 y sigs. Cód civ.). Además de to- acto (síntesis de Rébora a los arts. 3694,
das las formalidades exigidas por el ar- 2^ parte y arts. 708 Cód. proced. civ. Cap.
tículo citado y siguientes. De modo que ter- y 841 Cód. proced. civ. Prov. Bs. Aires).
minado ese acto, quede el documento pre- "Si no pueden comparecer todos los tes-
parado para su oportuna presentación a tigos por muerte, o ausencia fuera de la
los efectos de su apertura y protocoliza- provincia, bastará el reconocimiento de la
ción, es decir, bajo cubierta formal, con un mayor parte de ellos y del escribano" (ar-
acta donde constarán las circunstancias tículos 3694, in íine, y 709 y 843, Cód. pro-
esenciales de la entrega del documento cedimientos indicados).
bajo custodia y con las firmas del escri- "Si por iguales causas no pudieren com-
bano, de los testigos y del testador. parecer el escribano, el mayor número do
En consecuencia, producida la presenta- los testigos, o todos ellos, el juez lo hará
ción del testamento, el juez de la sucesión constar asi, y admitirá la prueba por co-
"hará que a presencia suya y del intere- tejo de letras. Cumplido esto, el juez rubri-
sado se extienda por el actuario, diligen- cará el principio y fin de cada página, y
cia en que se exprese cómo se encuentra mandará protocolizar el testamento y dar
la cubierta y sus sellos, y demás circuns- a los interesados las copias que pidiesen"
tancias que caractericen el estado actual: (arts. 3695 Cód. civ. y 710 y 844 de proced.
esta diligencia será suscripta por el juez señalados).
y por el que haga la presentación, y auto- La apertura del pliego se produce al fin
rizada por el secretario" (arts. 704 Cód. de todas las diligencias señaladas, como un
proced. civ. Cap. Fed. y art. 638 Cód. proced. resultado de las formalidades legales cum-
civ. Prov. Bs. Aires). Véase asimismo los plimentadas y a los efectos de la protocoli-
artículos 705 y 638, de ambos Códigos res- zación. El testamento abierto se lee en la
pectivos que establecen el procedimiento audiencia y se procede a rubricar las pá-
a seguir en caso de no presentarse en el ginas en la forma prescripta. La resolución
primer momento el testamento. que se dicta es lógicamente aquella por la
Antes de la apertura, el escribano y los cual el juez manda protocolizar el testa-
testigos tienen que reconocer, ante el juez, mento.
las firmas con que suscribieron la cubierta BIBLIOGRAFÍA. — Fornicios, S.. Tratado de la-í
y del testador allí estampada (art. 3694, sucesiones, t. 2. n« 375. Bs. Aires. 1942. — Lafai-
1* part.). Para esas actividades procesa- lle, H.. Curso de Derecho civil. "Sucesiones", t. 2,
les el juez debe fijar una audiencia, como nos. 404 y sigs.. Bs. Airrs, 1933. — Prayoncs. E..
secuela de las diligencias anteriores ya Nociones de Derecho civil, "Derecho de sucesión",
pág. 357. Bs. Aires, s/f — Rébora, J. C., Derecho
enunciadas, con citación del escribano y de de las sucesiones, 2 > ed.. t. 2, §§ 509 y 507. Bs.
los testigos, por una parte, además de los Aires. 1953.
herederos ab-intestato, de los representan-
tes necesarios de los herederos incapaces; APERTURA ILÍCITA DE LA CORRES-
a falta de esa clase de herederos, al agen- PONDENCIA. (V. INVIOLABILIDAD DE LA CO-
te fiscal y, agrega Rébora: como correpre- RRESPONDENCIA. VIOLACIÓN DE LA CORRESPON-
sentante de los incapaces, cuando los ha- DENCIA.)
ya, será citado el ministerio pupilar (Ré-
bora) . APERTURA ILÍCITA DE PAPELES Y
En la misma audiencia se procederá a DOCUMENTOS. (V. INFIDELIDAD EN LA CUS-
verificar por el escribano y los testigos TODIA DE DOCUMENTOS.)
frente al juez el estado del pliego presen-
tado y se les hará manifestar si su estado APLAZAMIENTO. (V. PLAZO. ACCIÓN RES-
es o no el mismo del momento del acta CISORIA. ACCIÓN RESOLUTORIA.)
allí redactada en su presencia y en la opor-
tunidad ya aludida. Deben examinar sus APLICACIÓN ANALÓGICA. (V. ANALOGÍA
firmas, las que hayan puesto a ruego y de- JURÍDICA.)
clarar sobre su autenticidad; sobre las cir-
cunstancias en que vieron ponerlas; si con- APLICACIÓN DE LA LEY. * 1. La apli-
sideran que el pliego se mantiene en el es- cación de la ley es la misión propia de los
tado originario; si es el mismo pliego que
el testador entregó al escribano, manifes- • Por el Dr. GUILLERMO A. BORDA.
jueces; a ellos les toca velar por su cum- príncipe, quedó entonces prisionero de la
plimiento y cuidar que las relaciones hu- ley, pues se temió que si no se ceñía rígi-
manas se desenvuelvan en concordancia damente al ámbito de su actuación y sus
con las normas del Derecho positivo. Para poderes, podía caerse en un nuevo discre-
valorar la importancia de esta tarea, bas- cionalismo ( 3 ).
ta recordar aquellas palabras de Ihering: Pero como esta doctrina implicaba una
"La realización es la vida, y la verdad del estricta separación de los poderes, no fue
Derecho: es el Derecho mismo. Lo que no posible ya referir los casos en que la ley
pasa a la realidad, lo que no existe más era oscura o dudosa a la interpretación del
que en las leyes y sobre el papel, no es más legislador, sino que esa tarea debió ser
que un fantasma de Derecho, palabras va- asumida por los propios jueces, quienes,
cías" (i). según lo dispone nuestro Código civil, no
Pero esta realización del Derecho que pueden negarse a fallar so pretexto de
se consuma por el órgano judicial, puede silencio, oscuridad o insuficiencia de la ley
ser concebida de dos maneras: bien como (art. 15). En estos casos, la labor judicial
la aplicación de la ley o norma abstracta asumió una importancia siempre crecien-
a los casos concretos, o bien como una tarea te. Los teóricos del dogmatismo legal se
creadora, en la que, partiendo de la nor- vieron precisados entonces a hacer una
ma, se llega a una auténtica elaboración distinción que, en el fondo, importaba ya
del Derecho. una concesión: si la ley era clara, debía
2. En la teoría montesquiana de la di- aplicarse tal como resultaba de sus tér-
visión de los poderes, existe una perfecta minos gramaticales; sólo si era oscura,
y nítida separación entre el poder que cabía interpretarla.
dicta la ley y el que la aplica. La tarea del 3. Esta concepción debe considerarse su-
juez es meramente pasiva; consiste en sub- perada en el Derecho moderno. Ya nadie
sumir el-caso concreto llevado ante sus ve en el juez un órgano ciego de aplica-
estrados en la norma abstracta. Esta ope- ción de la norma abstracta; no es exacto
ración se traduce en un silogismo en el que su fallo sea ajeno a valoraciones éti-
que la premisa mayor es la ley, la menor cas, políticas, económicas, sociales. Dice
el hecho o caso concreto, y la conclusión Reichel a propósito de la vieja concep-
la sentencia ( 2 ). ción dogmática: "El juez y el mismo ju-
Esta pasividad del juez ante la norma risconsulto, se convierte en un autómata
fue llevada a sus consecuencias extremas que aplica lo general a lo particular y hace
por los teóricos del liberalismo racionalis- deducciones. No se le pregunta si el re-
ta. Montesquieu lo concebía como "un ser sultado de su labor es justo y equitativo,
inanimado que repite las palabras de la sino solamente, si es conforme a la ley. Si
ley, sin suavizarles la fuerza o el rigor". ésta es dura, se muestra precisamente
Las consideraciones políticas, económicas buen jurisconsulto aquél que con más du-
o morales incumbían al legislador, pero no reza la aplica. Asi, la jurisprudencia de los
al juez. La labor de éste reside en una tribunales corre el riesgo de mostrar cómo
seca aplicación de la norma, tal como re- los jueces han perdido el cerebro, falto de
sulta de una deducción rigurosamente ló- funcionar, al mismo tiempo que el corazón
gica y desprovista de toda valoración in- y el alma. Se convierte aquélla en formu-
trínseca. lismo y escolástica petrificados. Se apre-
Esta teoría importa, sin duda, una des- cian más los éxitos constructivos formales
confianza en los jueces, que es de vieja y las elegantes deducciones que los resulta-
data. En los regímenes absolutistas se te- dos útiles" («).
mía que el juez, so color de interpretación, Es que la vieja teoría dogmática no per-
alterase o violase la voluntad del príncipe. cibió la verdadera esencia de la sentencia.
De ahí que cuando la ley no era clara y La ley formulada con carácter general y
expresa, el juez debía abstenerse de fallar abstracto y la realidad viviente del acon-
y remitir al soberano las actuaciones. Des- tecer social se influyen recíprocamente; y
pués de la Revolución francesa, el odio al es el juez el órgano que las pone en con-
despotismo personal trajo aparejado el
tacto y el que formula, en una tarea fecun-
despotismo de la ley. Para ser libre, se (3) Como ejemplo curioso del temor de que
afirmaba, es necesario ser esclavo de la los comentarios o los jueces deformen la ley, se
ley. El juez, sujeto antes a la voluntad del cuenta que cuando Napoleón supo que Zacha-
riae se hallaba escribiendo un comentarlo sobre
el Código civil, quiso encarcelarlo (Castro y Bra-
(1) Ihering, L'esprit du Droit romaín, t. 3, pá- vo, Derecho civil de España. 2* eti., pág. 447,
gina 15, n» 43, París. 1877. nota 4).
(2) Gastan Tobeñas, Teoría de la aplicación e (4) Reichel, La ley y la sentencia, pág. 15, Ma-
investigación del Derecho, pág. 12, Madrid, 1947. drid, 1921.
damente creadora, el Derecho vivo, es decir, Este punto es uno de los más delicados del
el que rige realmente la vida social. Porque Derecho, y envuelve cuestiones que están
la ley es, lo que los jueces dicen que es ( 5 ). sujetas a vivísimas controversias. Su estu-
Y, por lo pronto, es obvio que la labor dio corresponde al tema de la interpreta-
del juez no se limita a una subsunción del ción de la ley, al cual nos remitimos. (V.
caso en la norma, sino que previamente es INTERPRETACIÓN DE LA LEY.)
necesario que haya optado entre las múl- BIBLIOGRAFÍA. — V. la consignada en el texto y
tiples normas que forman el complejo del notas de este trabajo.
orden jurídico vigente, aquella que estima
apropiada para el caso. Esta tarea de elec- APLICACIÓN DE LA LEY CIVIL EN EL
ción de la norma aplicable, es eminente- TIEMPO. (V. RETROACTIVIDAD E IRRETROAC-
mente valorativa. Concretando: el caso TIVIDAD DE LA LEY CIVIL.)
está sometido a la ley por subsunción,
sólo después que la ley ha sido declarada APLICACIÓN DE LA LEY PENAL EN EL
apta para el caso por valoración ( 6 ). TIEMPO. (V. RETROACTIVIDAD E IRRETROACTI-
La falta de rigor científico del postulado VIDAD DE LA LEY PENAL.)
según el cual hay un poder al cual corres-
ponde la formulación de la norma, y otro APLICACIÓN DEL DERECHO LABORAL
al que sólo compete aplicarla, ha sido EN EL TIEMPO. (V. RETROACTIVIDAD E IRRE-
puesta de resalto por Cossío. Afirma este TROACTIVIBAD DEL DERECHO LABORAL.)
autor que "el juez no es un ente extraño
al Derecho, ni está fuera del Derecho, mi- APODERADO. (V. MANDATARIO.)
rándolo o conociéndolo desde el exterior,
como una cosa conclusa y fija y, así, to- APODERAMIENTO. Se dice así del acto
mándolo para aplicarlo cuando llegue el mediante el cual una persona confiere po-
caso, como quien asienta el sello sobre el der a otra, para que actúe en su nombre
lacre, según resulta para la lógica del ser. y representación. La primera se llama po-
Por el contrario, si las sentencias integran derdante y la segunda apoderado.
la creación normativa en que consiste el Puede aludir al hecho o al acto median-
ordenamiento jurídico, es claro que el juez, te el cual una persona pone, con título o
en tanto que creador de la sentencia, está sin él, una cosa bajo su poder jurídico o
dentro y no fuera del ordenamiento; y está de hecho. En este sentido, entre los delitos
en la estructura del mismo, como parte de contra la propiedad, existen algunos que
esa estructura, no como un contenido con- importan el hecho del apoderamiento ile-
tingente estructurado por ella. Por lo pri- gítimo de una cosa mueble o inmueble,
mero se comprende que el juez mira al v. gr., en el hurto, articulo 165; en el robo,
Derecho desde dentro, con la lógica del de- artículo 164; en la usurpación, artículo
ber ser; por lo tanto, no como algo con- 181, inciso 2°, y en la piratería, artículo 198,
cluso y ya hecho, sino como algo que se inciso 3°, del Código penal.
está haciendo constantemente, en su ca- La primera acepción alude al tema más
rácter de vida humana viviente. Por lo amplio de la representación, la que puede
segundo, resulta que lo mira no sólo como ser de carácter legal o convencional. La
algo que se está haciendo, sino como algo amplitud de la materia se observa al alu-
que el propio juez contribuye a que se ha- dir a los temas de representación legal o
ga; es decir, que en parte, el Derecho es convencional, al mandato y al poder, como
el propio hecho del juez. Precisamente esta acto de conferir representación legal. Por
circunstancia de que el juez es estructura lo tanto, nos remitimos a su tratamien-
del Derecho y no algo contingente sólo es- to orgánico y sistemático a las voces res-
tructura por el Derecho de su sentido pectivas. (A. V. S.)
ontológico a la verdad de razón, dentro de
la lógica del deber ser, que dice que el juez APODO. Vocablo de origen latino. Del
debe juzgar siempre cualquiera sea la os- verbo apponere, aplicar, añadir. Es el nom-
curidad o deficiencia que encuentre en el bre que terceras personas aplican a un su-
ordenamiento. jeto, teniendo en cuenta alguna caracte-
4. Ahora bien: la aplicación del Derecho rística especial del mismo, como los de-
supone una tarea previa de interpretación. fectos corporales, la manera de ser en
(5) Así lo dijo el Chieí Justice Hughes, alu- sus actividades y otras circunstancias di-
diendo a la Constitución norteamericana (Cor- versas.
nwin. La Constitución norteamericana y su ac- El uso del apodo es muy antiguo. En la
tual significado, pág. XXX, Bs. Aires, 1942). historia existen ejemplos de apodos y so-
(6) Cossío, La teoría egológica del Derecho,
pág. 80, Bs. Aires. En el mismo sentido, Castán brenombres famosos, tales como Juan sin
Tobeñas, op. cit., pág. 13. Tierra, Guillermo el Conquistador, Carlos
Calvo, Juana la Loca, El Tigre de los Lla- cisa el verdadero concepto que se quiere
nos, etc. expresar.
Es sinónimo de sobrenombre, mote o alias. Apología significa "discurso de palabra
(V. NOMBRE. SEUDÓNIMO.) o por escrito, en defensa o alabanza de
No debe confundirse con el seudónimo, personas o cosas" (Diccionario de la Real
con el que guarda aparentes similitudes, Academia Española).
pero con el cual existe diferencia en el Crimen, por su parte, no es más que de-
régimen jurídico que ordena el uso. lito grave.
El seudónimo siempre es adoptado por Del solo estudio del significado gramati-
voluntad del interesado, que expresa su cal de cada término se tiene la noción si-
decisión de tomarlo, además de su uso con- guiente: "alabanza de un delito grave".
tinuado. No puede ser impuesto por nadie, Veremos, en seguida, que no es ése el con-
ni aún la autoridad administrativa. En cepto de la figura en estudio.
cambio, el apodo siempre es impuesto, y Delito, tanto quiere decir: culpa, crimen
surge en razón de motivos diversos y aún o quebrantamiento de la ley (Dic. citado).
sin razón alguna. Constituye solamente un Si en la noción antes expuesta integra-
uso sin fuerza jurídica, por el cual se de- mos la misma, desarrollando el significado
nomina a una persona por un signo del de delito, tendremos: "Alabanza de un que-
lenguaje distinto de su nombre legal y brantamiento grave de la ley".
exacto. Puede, sí, llegar a tener un signi- De ese estudio gramatical-idlomátlco, no
ficado equivalente al seudónimo cuando a resulta el verdadero sentido del delito en
una persona se le aplica un sobrenombre, examen.
debido a sus actividades peculiares, y al En efecto, en doctrina penal, dice Soler,
mismo tiempo ella lo adopta voluntaria- se distingue el quebrantamiento de la ley
mente. En ese caso hace las veces del seu- por su gravedad, ya en tres, o ya en dos
dónimo y si se lo emplea como tal puede categorías. El sistema tripartito (Francia,
merecer la protección legal. (V. SEUDÓNI- Alemania, Bélgica, etc.) distingue los crí-
MO.) menes, los delitos y las contravenciones.
El uso del apodo es muy difundido en- El bipartito (Argentina), en cambio, sólo
tre la gente del hampa y los criminales, y distingue entre delitos y contravenciones
en ellos precisamente llega a tener a veces o faltas.
el significado de un seudónimo. En la prác- Tal clasificación o sistema, tiene su Im-
tica administrativa y judicial argentina, portancia, pues en el segundo, delito es
cuando se inicia un sumario policial o ju- comprensivo del crimen.
dicial, en la declaración indagatoria se El uso de la palabra crimen se lo toma
hace constar el apodo o sobrenombre del como opuesto a contravenciones y, %por
procesado. La función de esos alias es so- consiguiente, como sinónimo de delito.
lamente a los efectos de la identificación Salvada esta distinción, no es difícil con-
de los sospechados, y no tiene ninguna cluir que con términos más propios, a la
relevancia en cuanto a la institución del figura en consideración se la puede llamar:
nombre en su función civil (Spota-Semon). "La apología del delito", ya que este tér-
El Código de procedimientos criminales mino comprende a los delitos propiamente
para la Capital Federal y Territorios Na- dichos y a los crímenes, haciendo exclusión
cionales considera estas circunstancias de de las faltas.
identificación e individualización del pro- Cualquiera sea el delito cuya apología
cesado o sospechado de criminalidad, en sus se hace, entra en la figura. Algunas legis-
artículos 241, inciso 19, y 373, inciso 4°. (A. laciones la restringen a determinados de-
V. S.) litos.
La apología del crimen (o del delito), es
BIBLIOGRAFÍA. — Busso, E. B.. Código civil ano- una instigación indirecta, que consiste en
tado, t. I, "La ley, personas", arta. 79, 99 y 100,
pftg. 479, Bs. Aires, 1944. — Semon, J. M., El de- la pública alabanza —elogio, glorificación,
recho al seudónimo, páRS. 42 y sigs., Bs. Aires, etcétera— de un hecho delictuoso declara-
1946. — Bpota, A. G., Tratado de Derecho civil, do como tal o del condenado (culpable) por
t. 1, Parte general, vol. 33, "Kl sujeto del Dere-
cho", pags. 449 y sigs., Bs. Aires, 1950. el mismo.
La instigación directa es la que se re-
APOLIDA. (V. APATRIDIA.) fiere a la pública incitación a cometer un
delito determinado.
APOLOGÍA DEL CRIMEN.* Desde el Pero cuando se elogia un hecho tenido
examen de la nomenclatura de esta figura como delito, o la persona de su autor, en
penal, encontramos que la misma no pre- realidad de verdad, se instiga a cometer
esos tipos de hechos, aunque no se deter-
* Por el Dr. Tuuto SATJCHEÜI. mine contra qué persona o institución. De
allí que se considere a la apología del de- hacer referencia a actos delictuosos pro-
lito como una forma indirecta de instiga- ducidos y declarados como tales.
ción. El apologista procura, por ese medio, Puede el elemento objetivo consistir tan
la propaganda incitando a la imitación o sólo en loar a la persona condenada por
a la eliminación de la repugnancia del el hecho delictuoso. Debe mediar senten-
autor. (Conforme: Garraud, Soler, Gómez, cia firme que declara la culpabilidad de la
Manzini.) persona elogiada.
La apología, dice Garraud, perturba y Tanto se ofende al orden público ala-
pierde las conciencias, hace creer legítimo bando un hecho delictuoso, como a la
aquello que es ilegítimo, aprende a rebe- persona que, en una u otra medida, inter-
larse contra la ley, hace considerar a los vino en su producción. El elogio debe re-
culpables como víctimas. ferirse a la persona por esa participación.
Es un delito que ofende al orden público, De esa manera se debilita el sentido mo-
en cuanto, como dice Soler, éste debe con- ral de aversión hacia el que interviene ilí-
siderarse como tranquilidad y confianza citamente en la producción del delito,
social en el seguro desenvolvimiento pa- poniendo en peligro la tranquilidad y con-
cífico de la vida civil. fianza social, en cuanto se pierde la segu-
Debe tratarse, en primer lugar, de un ridad del desenvolvimiento pacífico de la
delito concreto, de un hecho ya declarado vida social, desde que de ese modo se in-
como delictuoso. No se refiere a un delito cita a las personas a cometer los mismos
abstractamente considerado, el cual sólo hechos.
existe en la letra de la ley, sin constituir La apología de la persona que se en-
históricamente un hecho. A este respecto, cuentra sometida a proceso, no constituye
se expresa con certeras palabras De Rubeis, el delito en estudio.
cuando dice: que no se comprende la im- El procesado, se ha dicho, es una persona
portancia de la defensa o de la magnifi- en discusión y, por lo mismo, su elogio o
cación de un delito en abstracto, en vista alabanza no pone en peligro la tranquili-
de la cual se ha creído que el orden pú- dad y confianza social aludidas. Es más,
blico pueda sufrir ofensa. Si se quiere pe- no sólo está en discusión su persona, sino
nar la apología de un hecho constitutivo el hecho mismo que se le atribuye, en
de delito, ¿podrá decirse que el homicidio, cuanto será la sentencia condenatoria la
el robo, la violación, sean hechos y no me- que fijará la condición de que el hecho es
ras abstracciones? Robar un buey a Cayo, delictuoso y recién la culpabilidad del pro-
matar a Ti ció, son hechos; el hurto y el cesado. El carácter de delictuoso del hecho
homicidio son ideas. imputado debe establecerse en la sentencia
Glorificar el homicidio, el hurto, etc., para la causa de ese procesado, aunque
con abstracción de todo hecho que lo com- antes se lo hubiera fijado en otra senten-
prenda, no constituye apología del delito. cia respecto de un coimputado.
El elemento objetivo de la infracción Entonces, la apología de la persona que
consiste en "loar" un delito ya cometido, está sometida a proceso no constituye de-
o la persona condenada. lito, no sólo por no ser un condenado, sino,
Por delito cometido, se entiende cuando principalmente, por no haberse estableci-
se ha ejecutado o se comenzó a ejecutar do por sentencia firme que el hecho atri-
(tentativa) uno de los hechos ya prede- buido es delictuoso.
terminados y castigados por ley anterior Es indiferente que la apología del con-
al mismo (ver: Núñez, R.). Que, por otro denado lo sea en cuanto fue autor o cóm-
lado, se haya declarado, por sentencia fir- plice, porque siempre lo es en virtud del
me, su existencia y su calificación como delito cometido.
delito del Derecho penal. La apología requiere, como elemento que
Se excluyen, por consiguiente, los hechos
integra la figura, que se haga públicamen-
que constituyen contravenciones o faltas, te. Esta es una circunstancia objetiva des-
porque el término delito está tomado con de el momento que concierne a la acción.
la acepción técnica jurídica que la doc- El autor de la apología debe tener con-
trina penal le asigna. En ese término, co- ciencia que su elogio es hecho públicamen-
mo ya lo vimos, se comprende el de cri- te. Si por motivos ajenos e ignorados por
el apologista, su alabanza cobra publici-
men. dad, no responde como autor o cómplice
No es posible distinguir, como lo hace del delito, aunque podría serlo el que puso
Garraud, entre apología abstracta, sin apli- la condición de la publicidad.
cación a actos determinados, y apología La publicidad resulta cuando la apología
concreta, o sea, aplicada a hechos deter- se dirige a un número de personas indeter-
minados, porque la apología siempre debe minadas, en cuanto no se da una relación
personal entre el apologista y los destina- justamente por la de instigación pública.
tarios. Si el elogio que aquél efectúa lo De allí la posibilidad de la existencia de
hace (tal la conciencia que tiene) para una serie de doctrinas que viven pacífica-
que llegue sólo a una o más personas de- mente, aunque las mismas hagan la apo-
terminadas por una relación personal, no logía de determinados tipos de delitos
existe publicidad. (Ej.: la apología hecha (especialmente los llamados políticos). Las
a varios amigos, sin que puedan conocerla ideas, mientras no trasciendan a vías de
terceros). Si esas personas determinadas hecho, deben ser respetadas.
hacen la publicidad del elogio o apología Dice Garraud que se tendrá en cuenta,
que conocieron en la forma indicada, se- para apreciar el escrito o el discurso apo-
rán ellos los autores del delito y no el que logético, la intención del autor y deberá
les confió tales alabanzas. cuidarse de no confundir la glorificación
Por cualquier medio que se efectúe la de una simple teoría social con la glorifi-
publicidad, siempre el hecho es delictuoso. cación de delitos cometidos en nombre de
Esa publicidad puede darse por el lugar esa teoría.
en que se hace la apología. Si lo es donde El juez debe ser cuidadoso al examinar
pueden concurrir personas no determi- el elemento subjetivo, frente al hecho al
nadas por una relación personal con el cual se refiere la apología, para no ex-
autor, estamos ante un lugar público. tenderla más allá de la sola protección del
(Ej.: plazas, teatros, cancha de deportes, orden público (tranquilidad y confianza
calles, etc.). social).
La publicidad puede resultar ya no por Otro tanto debe expresarse cuando la
el lugar en que se haga, sino por el medio apología lo es respecto del condenado. Si
empleado. Si éste tiene la condición de el elogio lo es por la persona del autor,
hacer conocer la apología a personas inde- pero sin relación al hecho cometido, no se
terminadas, se habría manifestado el ele- daría el delito en examen. Es el caso co-
mento de la publicidad que exige la figu- mún que suele ocurrir en los indultos y
ra. (Ejm.: Si se hace por radio, por la conmutaciones de penas, en que siempre
prensa, por el libro, por altavoces, etc.). se elogia la persona y se trata de restar
La forma que puede usarse por el apo- importancia a su acción. Es indudable la
logista para hacer conocer el elogio o ala- falta de dolo, pues el elogio tiene una di-
banza del hecho delictuoso o del conde- rección bien clara, la de mejorar la situa-
nado, es múltiple. La figura no requiere ción del condenado, sin llegar a justificar
una forma determinada, le basta que la su obra.
alabanza o elogio pueda ser comprendida. Si la apología se refiere a varios hechos
Da lo mismo que se haga por medio de la delictuosos o a varios condenados, siem-
palabra —oral o escrita— que por dibujos, pre la infracción que se comete es una
gestos, emblemas, etcétera. sola, sin que se dé concurso alguno. El bien
A los fines de la culpabilidad, se requie- jurídico protegido es el orden público, y
re que el autor haya obrado con dolo. No éste aparece ofendido con .la simple apo-
se exige el dolo directo o específico, sien- logía, sin consideración al mayor o menor
do suficiente el dolo eventual. número de hechos o de condenados elo-
El que sólo cometió el hecho por culpa, giados. Podrá tenerse en cuenta para in-
no es "responsable" por el mismo. dividualizar la sanción a aplicarse, pero
A los fines de verificar el elemento sub- no para multiplicar los delitos.
jetivo, es necesario hacer algunas conside- En el Código penal argentino, dentro del
raciones sobre los elementos objetivos, título VIII, de los Delitos contra el orden
pues, en caso contrario, podría darse al público, el capitulo IV es el que legisla
delito una mayor proyección que la que sobre la apología del crimen, en el único
el mismo consiente. artículo 213, en los siguientes términos:
La apología que se hace de cualquier "Será reprimido con prisión de un mes a
delito, sin referencias a un caso concreto, un año el que hiciere públicamente y por
como lo dijimos, no constituye en ilícito cualquier medio la apología de un delito
penal a su autor. Por esto mismo, cabe la o de un condenado por delito".
libertad de expresión sobre el mérito o El antecedente inmediato del menciona-
desmérito que se hacen de los delitos o do capítulo es el artículo 12 de la ley nú-
de sus posibles autores. Debe, eso sí, de mero 7029 (derogada), que decía: "El que
cuidarse que su autor por ese medio no verbalmente, por escrito o por impresos o
haga la instigación pública a cometer de- por cualquier medio o por hechos haga la
terminados delitos, porque entonces incu- apología de un hecho o del autor de un
rrirá en ilícito penal, pero no será de hecho que la ley prevé como delito, sufri-
acuerdo a la figura que estudiamos, sino rá la pena de prisión de uno a tres años".
JURISPRUDENCIA. — Ha de entenderse por apolo- ridico-económica de la sociedad. Se consi-
gía, en el concepto del art. 213 Cód pen., la Jus- dera entre los elementos esenciales o re-
tificación de los hechos declarados delictuosos por
la ley o de la conducta del condenado, como par- quisitos legales del contrato de sociedad,
ticipe en la comisión de un delito, haciendo apa- como la participación en los beneficios y
recer a los actos como laudables y meritorios y a ganancias; la contribución en las pérdidas
los culpables cual si fueran verdaderas victimas
(Cám. Crim. Corr. Cap. Fed., 22-10-940, L. L., y la "affectio societatis".
t. 21, pág. 35). Desde el Derecho romano, junto al ani-
Las frases de un articulo periodístico que alu- mus contrahendae societatis, como una
den sólo a la posibilidad de un error en el fallo expresión del requisito esencial, la affectio
de que se trata, a la prueba de la culpabilidad y
a los antecedentes del condenado, sin encomiar societatis se consideró la prestación de
los hechos Juzgados entonces, ni la conducta de bienes a la spciedad como otro elemento
éste en relación con los mismos, y ello con el pro- esencial de la misma. Se distinguió perfec-
pósito, claramente expresado por el articulista, tamente la aportación real o la promesa
de propender a que la causa pueda ser objeto de
revisión, no revisten el carácter necesario para de aportes de bienes, de modo que con
encuadrarlas en los supuestos reprimidos por el esos dos requisitos y la asunción de los
art. 213 Cód. pen. (caso antes citado). riesgos comunes a la empresa, por parte
BIBLIOGRAFÍA. — Garraud, R., Traite théorique et de los asociados, se pudo distinguir el con-
pratique du Droit penal frangais, París, 1898.— trato de sociedad del contrato de dona-
Gómez, E., Tratado de Derecho penal, Bs. Aires, ción (Ulpiano, L. 5, Der. pro., soc. XVII,
1941. — Impallomeni, G. B., cita en Enciclopedia
de Pessina, t. 7, pág. 983, Milano. — Manzlni, V., 2). Por otra parte, es oportuno recordar
Trattato di Diritto pénale italiano, Torino, 1934. "que es evidente que también es posible
— Núñez, B. C., La culpabilidad en el Código pe- una sociedad en la que un socio aporte
nal, Bs. Aires, 1946. — Buhéis, B. de, Dei delittí
contra l'ordine pubblico, Enciclopedia de Pessina, dinero y otro no, pues frecuentemente el
t. 7, pág. 980, Milano, 1907. — Soler, 8., Derecho trabajo de una persona equivale al dinero"
penal argentino, Bs. Aires, 1846. — Zerboglio, A., (Ulpiano, lüg. cit., III, 149, in fine). Por
Delitti contra l'ordine pwbbííco, del Trattato di lo que se puede sostener, sin lugar a du-
Diritto pénale, coordinado por E. Florián, Mila-
noi 193S. das, que el aporte del trabajo o de la in-
dustria tiene su tradición jurídica.
APORTACIÓN SOCIAL. * La expresión La importancia práctica de la prestación
señala el hecho de la participación en la social se alcanza en el sistema de la le-
formación del capital social de una socie- gislación comparada, con observar las dis-
dad. Este hecho puede consistir en la pro- posiciones sobre nulidad del contrato de
mesa o en la participación real de cada sociedad, por no aportar, v. gr., artículo
socio con una prestación determinada, pa- 1650, Código civil argentino; artículos 116,
ra dejar constituido el capital social. 125, párrafo 4°, y 139, Código civil español.
En cuanto a la existencia legal y econó- La sanción del Código argentino se con-
mica de toda sociedad, por ser su contrato sidera excesiva por la doctrina que cree que
de carácter necesariamente oneroso, la for- el criterio práctico a prevalecer, es privar
mación del capital social es condición de la calidad de socio al que no aporta y
esencial. "no fulminar con la nulidad a todo el ente
Esta exigibilidad de la teoría y de la que bien podrá —en no pocos casos— sub-
práctica de las sociedades, se basa en la sistir sin ese concurso" (Garó, op. cit. en
estructura y la finalidad económica del la Bibliografía).
ente, cuya base indispensablemente ha de La doctrina de las sociedades civiles y
estar constituida por un patrimonio, o comerciales considera el problema de la
fondo social, para promover las activida- naturaleza de los aportes que pueden con-
des económicas convenidas. Precisamente, sistir en prestaciones de dar, y obligacio-
el contrato se celebra en miras a los bene- nes de hacer. Dentro de las primeras, se
ficios a obtenerse, mediante la promoción consideran las prestaciones en dinero o nu-
económico-financiera del fondo social cons- merario, las aportaciones en bienes mue-
tituido. Es el concepto del Código civil, que bles, en bienes inmuebles; derechos y efec-
en su artículo 1848 establece que la socie- tos comerciales. Las prestaciones de hacer
dad se constituye con el fin de obtener se pueden concretar en la actividad per-
alguna utilidad apreciable en dinero, que sonal, en el trabajo especializado o técnico
dividirán, los socios entre sí, del empleo del socio, en su industria y dentro del con-
que hicieron de lo que cada uno hubiere cepto genérico de crédito, en lo que Tro-
aportado. plong llamaba las cualidades útiles de las
La aportación o prestación de bienes — personas, es decir, la habilidad en el ma-
materiales e inmateriales— es uno de los nejo de los negocios, la fuerza y la valen-
requisitos esenciales para la existencia ju- tía para defenderse, el crédito comercial,
etcétera.
• Por el Dr. CARLOS B. Os AL, En nuestro Derecho positivo existe cier-
tas dudas sobre las prestaciones de hacer, indispensable la formación del fondo so-
por las disposiciones poco claras del Có- cial, con los aportes societarios. Lo que da
digo civil y del Código de Comercio. El un carácter eminentemente patrimonial a
último párrafo del artículo 1649 del pri- las actividades sociales del ente contrac-
mero, habla de Zas obligaciones de dar, en tual.
el sentido de las únicas constitutivas del Desde la definición misma de sociedad,
fondo social. Pero la doctrina entiende que donde se menciona a los contratantes que
tanto en el orden civil como comercial, la se obligan "cada uno con una prestación,
interpretación sistemática lleva a recono- con el fin de obtener alguna utilidad
cer ampliamente la existencia de aportes apreciable en dinero, que dividirán entre
consistentes en prestaciones de hacer. SI sí, del empleo que hicieren de lo que cada
bien en el concepto legal del Código civil uno hubiere aportado" (Cód. civ., art. 1648),
(art. 1649) el aporte constituye estricta- o a dos o más personas que se unen "po-
mente la obligación de dar, y en el con- niendo en común sus bienes e industria o
cepto similar del Código mercantil, que alguna de estas cosas, para practicar actos
emplea los siguientes conceptos: dinero, de comercio, con ánimo de partir el lucro
crédito o efectos (art. 291, inc. 4), otras que pueda resultar" (art. 282, Cód. cora.),
disposiciones de ambos Códigos permiten se puede apreciar la nota diferencial de
superar el concepto estricto en favor de la sociedad respecto a otros entes simila-
las prestaciones en industria, trabajo o res, v. gr., la simple asociación. Ya que en
actividad personal del socio, valuables en las primeras se ponen en común los apor-
dinero y equiparables a valores suscepti- tes para dotar al sujeto legal, convenido
bles de producir ganancias, lo que es un y creado, de un patrimonio indispensable
capital (Garó, op. cit. Confr. Rívarola, op. para la obtención de sus finalidades eco-
cff. en la Bibliografía) . (V. APORTES, donde nómicas y jurídicas.
se trata el régimen jurídico de la institu- Dentro de nuestro régimen legal, el
ción, en el Derecho positivo argentino.) aporte tiene estas dos consecuencias jurí-
dicas esenciales: 1"?) Da la calidad de socio
Kn general véase la que corres-
ponde a Aporte. — Garó, P. J., Sociedades comer- a la persona que realiza o promete realizar
ciales, Parte general, t. 1, vol. 1, paga. 335 y sigs., la aportación social (art. 1649, Cód. civ.);
Es. Aires, 1949. — Rivarola, M. A., Tratado de Dere- 2°) Es una condición de la existencia de
cho comercial argentino, t. 3, págs. 129 y sigs., la sociedad, ya que su no cumplimiento
Bs. Aires, 1938.
por uno solo de los socios tiene como san-
APORTES. * Del latín apportare, llevar, ción la nulidad del contrato (art. 1650,
derivado de ad, a, y portare, llevar. En el Cód. civ.). Sanción severísima, criticada
Derecho privado tiene una importancia re- por la doctrina nacional.
conocida el hecho o el acto de aportar, Clases de aporte. — Según el régimen del
respecto a los entes jurídicos cuya existen- Código civil, el capital social sólo puede
cia depende de la constitución de un fon- formarse por prestaciones de dar (art. 1649,
do social, v. gr., las sociedades en general. in fine). Aunque los socios pueden efectuar
En este sentido se puede definir como la por su cuenta prestaciones de dar y de ha-
acción y el efecto de aportar, en el sentido cer (art. 1648, Cód. civ.). En un concepto
de aludir al hecho de llevar o de contribuir estrictamente técnico-legal, el aporte sólo
con una prestación determinada a la for- puede consistir en obligaciones de dar. Lo
mación de un fondo social. El efecto de mismo ocurre en el orden comercial, don-
este hecho concretamente, consiste en la de se habla de una manera general de las
participación en el capital social con el prestaciones en bienes e industria que pue-
importe valuable en dinero, que cada so- den realizar los socios (art. 282, Cód. com.),
cio aporta o promete aportar. pero al determinar lo que debe entenderse
En una forma derivada se denomina así por aporte, para formar el capííaZ social,
a la contribución de los afiliados y del se refiere exclusivamente al dinero, crédito
patrono a las cajas de previsión social. o efectos (art. 291, tac. 41?).
En el lenguaje contable se denomina El criterio restrictivo ha sido superado
cuenta de aporte la obligación de capital, por la doctrina nacional, y hoy se entien-
a diferencia de la particular, correspon- de perfectamente, especialmente en el cam-
po comercial, que el capital o el fondo
diente a cada socio. social puede ser formado por cosas y bie-
Régimen legal. — Tanto en el orden ci- nes que se dan o se prometen dar, y por
vil como comercial, el carácter económico lo que los socios hacen o prometen hacer,
de las sociedades y su onerosidad, hacen ya que, económicamente, estas actividades
son valuables como bienes en dinero y
* Por el Dr. CARLOS R. OBAL. creadoras de valores pecuniarios. (V. 81-
buru, Rívarola, Oaro, op. clt. en Bibliogra- tulos y la notificación al deudor cedido
fía.) Por otra parte, se debe tener en (arts. 1707, conc. 1547, 1459 y sigts., Cód.
cuenta que la acepción de la palabra bie- civ.). La notificación al deudor es indis-
nes comprende, en su amplio concepto pensable para que pague a la sociedad ce-
(art. 2332, Cód. civ.), los bienes inmate- sionaria y no al socio cedente.
riales susceptibles de valor y las cosas. Aquí se toma como base el valor nomi-
En el régimen del Código civil se con- nal de los créditos y no el resultado que
templan tres clases de aportes: puedan producir, como veremos que ocu-
a) Aportes en propiedad, lo que resulta rre en el ordenamiento mercantil. Por otra
la situación corriente, por lo que la ley parte, en la prestación civil de este aporte,
llega a presumirlo en caso de dudas (ar- se pone a cargo de la sociedad el riesgo
tículo 1703, Cód. civ.). Esta disposición de la cobranza, si no se pacta en forma ex-
preceptúa una regla muy estricta, que se presa que lo sea por cuenta del socio. El
atenúa en parte por lo dispuesto en los cedente responde de la existencia y de la
artículos 1704 y 1705, Código civil. En la legitimidad del crédito al tiempo de la ce-
doctrina se ha distinguido en estos su- sión, pero no de la solvencia del deudor,
puestos de aportes en propiedad, y en ca- siempre que no fuese anterior y notoria
sos de dudas, que se debe atribuir el do- (art. 1476, Cód. civ. V. Garó, Lafaille, op.
minio a la sociedad cuando se trate de cits., págs. 363 y 353, respectivamente).
cosas fungibles o consumibles, mientras De las disposiciones concordantes de los
debe adoptarse una presunción contraria artículos 1708, 1727, 1709 y 1656 se deduce
en caso de bienes inmuebles, instrumentos la existencia legal de los aportes consis-
de trabajo, etc. tentes en obligaciones de hacer. Induda-
Dentro de las prestaciones de dar, se dan blemente, el Código admite expresamente
estos aportes en propiedad, de ahí las con- que los socios pueden comprometerse con
secuencias jurídicas que se señalan. El prestaciones de hacer, aunque en el con-
socio responde por la evicclón y por los cepto técnico legal de aporte no incluya
vicios ocultos de la cosa (arts. 1701, 2132, esta categoría, como ya se explicó, prece-
2133, 2135, 2136, 2164, 2173 y conc. Cód. dentemente. De cualquier manera, fuera
civ.). del concepto del artículo 1649, el aporte
b) Aportes en uso y goce. Dispone el de prestaciones de hacer, constituye un
artículo 1706 del Código civil: "si la pres- capital social de valor económico, por
tación fuere del uso y goce de los bienes, cuanto "la cooperación de actividades y
el socio que la hubiere hecho, continuará el trabajo o industria que comprende, sir-
siendo el propietario de ellos, y es de su ve de medio para conseguir el objeto eco-
cuenta la pérdida total o parcial de tales nómico-jurídico de la entidad social y al
bienes, cuando no fuese imputable a la mismo tiempo para hacer rendir al capital,
sociedad o alg no de los socios; y disuelta strictu sensu".
la sociedad, podrá exigir la restitución de En el ordenamiento comercial se acepta
ellos en el estado en que se hallaren". Por en calidad de disposiciones generales y
su parte, el artículo 1705 dispone en este complementarias, las que estatuyen la
supuesto de prestación, del uso o goce del distinción de los aportes enunciados. Pero
capital: "La prestación de un capital es se distinguen especialmente los siguientes
sólo del uso o goce del mismo cuando la aportes:
sociedad se compusiere de un socio capita- a) Aportes en dinero: Este aporte debe
lista y de otro meramente industrial". Esta satisfacerse en la época convenida en el
disposición, por otra parte, señala la solu- contrato social, o puede dejarse para de-
ción legal en caso de disolverse la sociedad terminarlo posteriormente. La jurispru-
en cuanto al retiro del capital aportado, dencia tiene resuelto que si no se ha es-
subsistente en ese caso. tipulado expresamente la época, debe rea-
En caso de disolución de la sociedad, se lizarse en la fecha de la formalización del
llega al efecto legal justo; el socio capi- contrato social o, a más tardar, al esta-
talista recupera los valores aportados, en blecerse la caja (arts. 403 y 405, Cód. com.,
proporción, así como el socio industrial Cám. com., Cap. Fed., en J. A., t. 22, pá-
queda liberado en cuanto al derecho de gina 1096, y Cám. civ. 2*, Cap. Fed., J. A.,
aplicar sus actividades específicas a otra t. 3, pág. 381).
empresa. Se consagran así presunciones legales
c) Aportes de créditos. Se trata de juris et de jure, que limitan la apreciación
una cesión de créditos contra terceros, de judicial. (V. Fallos citados.)
modo que deben cumplirse las prescripcio- En este aspecto se plantea el problema
nes correspondientes del Código civil, co- del cumplimiento de la obligación con re-
mo condición, v. gr., la entrega de los tí- lación a la inscripción del contrato social,
por concordancia de los artículos 39, 296 Código civil. En cuanto a las sociedades
y 405 del Código comercial, que por su im- de responsabilidad limitada, rige especial-
portancia remitimos a la voz Capital. mente el artículo 10, primer párrafo y
b) Aportes en bienes materiales que no último apartado, y articulo 4?, inciso 3?.
son dinero: (arts. 1648, 1649, Cód. civ., y El socio responde por evicción en el apor-
282, 291, inc. 4<?, 407, 406, 405, 29 parte, te de cuerpo cierto y de los daños y per-
Cód. com.). Pueden ser concretamente: juicios que la misma ocasione a la socie-
inmuebles, cosas muebles —mercaderías, dad (arts. 1701, 2132, 2133, Cód. civ.). Si
útiles, fondo de comercio—, fuerza hidráu- las cosas fueren muebles o inmuebles, para
lica, etc., y efectos comerciales. ser vendidos, pueden ser reemplazados
Respecto a las cosas materiales, puede por otras cosas semejantes (art. 2135, Cód.
ser aplicado lo dicho sobre aportes en pro- civ.). Pero siendo cuerpos ciertos afecta-
piedad y para ttso y goce en el ordena- dos a un destino especial, rige lo dispues-
miento civil, como aplicación de los prin- to en el artículo 2136 del Código civil.
cipios generales de Derecho privado. Pero Responde asimismo por los vicios redhi-
se deben tener en cuenta las disposiciones bitorios, pero no por los aparentes que
especiales y los principios que rigen la no hubieran sido observados a su debido
materia en Derecho mercantil. tiempo (arts. 2164, 2173, Cód. civ., y 472,
En primer término, como lo hace notar Cód. com.). La existencia del vicio da op-
la doctrina, la ley mercantil no expresa de ción a la sociedad para pedir que se deje
qué modo y cuándo se efectuará el tras- sin efecto el aporte, o para obtener una
paso de la propiedad y de los riesgos inhe- reducción del precio (art. 2174, Cód. civ.).
rentes. Se plantean asimismo los problemas Con referencia al aporte de bienes in-
atinentes a la época de entrega y sus efec- muebles y de otros derechos reales, se de-
tos legales y prácticos. Las acciones por ben tener en cuenta las prescripciones del
falta de entrega que puede ejercitar la Código civil, especialmente las que esta-
sociedad, procediendo ejecutivamente con- blecen formalidades ad-solemnitatem.
tra, el socio (art. 505, inc. 1<?, Cód. com.), o Como lo hace notar la doctrina, la trans-
pidiendo la rescisión, según lo autorizan misión en general de todo bien material
los artículos 404, 420 y 416 del citado Có- que no sea dinero y en especial de éstos
digo. Si no procede también la indemniza- señalados ahora, del socio a la sociedad,
ción por daños y perjuicios (art. 405, clt.). se rige "sustancialmente por las normas
Respecto al problema de la mora, se de- sobre la compraventa: artículos 1134, in-
be tener en cuenta que el deudor no cae ciso 1?, y 1185, 1701, etc., del Código civil"
en mora si no media interpelación, según (Garó, op cit., pág. 373). Todo ello a falta
lo dispuesto por los artículos 1721, primera de normas especiales sobre la transferen-
cláusula en concordancia con el artículo cia tanto en el orden civil como mercan-
622 del Código civil, y 419 del Código de co- til.
mercio, ya que "el Código civil sólo impone Cuando se aporta un bien raíz, se debe
Intereses moratorios de pleno derecho pa- formalizar la transmisión por escritura
ra el supuesto de tratarse de aporte en pública (art. 1184, inc. 1?, Cód. civ., ade-
dinero... y siendo una pena no puede más, V. Cám. civ. 2», Cap. Fed., J. A., t. 65,
aplicarse por extensión ni por analogía, pág. 509, y Cám. civ. 1», La Plata, en J. A.,
sino estrictamente a lo previsto". "A for- t. 35, pág. 1092). Si no se cumple con di-
tiorí, la interpretación es de rigor en todos cho requisito, la sociedad sólo tiene el de-
los casos en que se demande la rescisión' recho a demandar la escrituración o, en
parcial del contrato social, por disponerlo su defecto, los daños y perjuicios y, en
así expresamente el artículo 419, inciso 4"?, último término, sancionar con la exclusión
del Código de comercio" (Garó). del socio remiso de la entidad (arts. 1185,
Con referencia a la tradición en esta 1187, Cód. civ., y 404 y 419, inc. 4° Cód.
clase de aportes, debe ser real y efectiva, com.). Se debe tener en cuenta que la
y forma parte de una de las obligaciones formalidad que tratamos puede cumplirse
fundamentales del socio que prometió la en el mismo contrato social, cuando se
cosa (arts. 577, Cód. civ., y 404, Cód. com.). formaliza en escritura pública (arts. 1184,
Sobre el lugar donde ha de entregarse inciso 39, y 1704, Cód. civ.).
los efectos, rigen las siguientes disposicio- c) Aportes de créditos o bienes inmate-
nes: 747 y siguientes; 1049 y 1410, Código riales: Esta es la tercera forma prevista
civil; 461. del Código de comercio. por el ordenamiento comercial. Se trata de
Respecto a la valuación de los efectos aportes de bienes incorpóreos y derechos,
aportados o prometidos, rige el articulo v. gr., créditos en general, en cartera, en
406, Código de comercio, en concordancia acciones y títulos; derechos: patentes de
con el articulo 458 del mismo y 1354 del invención, marcas de fábrica, recompensas
industriales, clientela comercial, derecho personas, y la disposición se repite en el
al local; derechos de autor, derechos a una artículo 18 de la ley 11.645, de Sociedad
sucesión indivisa o comunidad de bienes. de Responsabilidad Limitada. En cambio,
Los aportes de obligaciones de hacer, en las sociedades anónimas, se puede dis-
comprensivos de servicios técnicos o de poner del aumento del capital, por efecto
trabajo especializado, constituyen también de la decisión de una mayoría de accio-
esta categoría, en cuanto la industria o nistas, adoptada en asamblea extraordi-
la actividad prometida por el socio es un naria, según lo dispone el articulo 354, in-
medio de alcanzar el objeto económico- ciso 59.
jurídico de la entidad social y acrecentar Prueba del aporte. — La probanza del
el capital o fondo social. aporte está a cargo, en caso de ser nega-
Condiciones que deben reunir los apor- do, por el socio que pretenda haber cum-
tes. — El aporte debe ser valuable en di- plido con esa obligación. Puede utilizarse
nero, a los efectos de la formación del todo medio de prueba, escrita, testimonial,
caudal común. Debe ser cierto, de ahí la de confesión, en forma corroborante.
prescripción del Código civil en su artícu-
lo 1651, que sanciona con la nulidad el JURISPRUDENCIA. — Necesidad del aporte: Procede
la rescisión del contrato por culpa del socio que
aporte de todos los bienes presentes y fu- no cumplió la obligación impuesta de aportar de-
turos. Debe ser lícito y posible; las cosas terminado capital, pese a la intimación efectuada
o bienes prometidos deben estar en el co- y según lo prescribe el art. 419, inc. 4, Cód. com.
mercio y no estar prohibidos por las leyes (Cám. Com. Cap. Ped., 18-3-920, J. A., t. 4, pá-
gina 130. V. ademas: Sup. Corte Bs. Aires, 11-6-
ni ser contrarios a la moral o las buenas 927, J. A., t. 30, pág. 252).
costumbres. Clases de aportes: En la sociedad de abogado y
Dada la importancia esencial que tiene procurador existe un aporte intelectual y mate-
rial, si se pacta el ejercicio de la profesión y lo
la formación del fondo común, para la que resulte de las ganancias para dividirse en
promoción de los objetivos de la sociedad, partes iguales (Sup. Corte Bs. Aires, 11-6-929,
los aportes deben ser serios y reales, sus- J. A., t. 30, pág. 252). Es nula la sociedad si el
ceptibles de una valuación pecuniaria. De aporte de uno de los socios está constituido por
un crédito comercial o industrial que no se con-
ahí la grave consecuencia para el ente y creta en una cooperación real que dé eficacia a
los socios, cuando uno de éstos no concu- la responsabilidad de la sociedad ante terceros
rre con un aporte real, sino ficticio, ni (Cám. Civ. 1* Cap. Ped., 14-8-931, J. A., t. 36,
expone en absoluto algún bien a las con- pág. 543). Es nulo el contrato si uno de los so-
cios sólo aporta los clientes para los Juicios y el
tingencias del giro social (art. 1650 y conc. otro su profesión de procurador. El aporte de clien-
Cód. civ.). tela prometido está incluido dentro del concepto
Los bienes aportados deben estar en el del crédito e influencia a que se refiere el ar-
ticulo 1660 Cód. civ. (Cám. Civ. 1» Cap. Fed.,
comercio y no ser imposibles o prohibidos 29-11-935, J. A., t. 52, pág. 465). El derecho o ti-
por las leyes, como ya se apuntó (arts. 953 tulo de asociado está representado por acciones
y 1167, Cód. civ.). La sanción de nulidad o por instrumentos de otra naturaleza, se consi-
es procedente en caso contrario. dera siempre mueble (Cám. Civ. 1» La Plata, 19-
10-926, J. A., t. 22, pág. 1225). Es nula la socie-
En este aspecto se presenta el problema dad cuando uno de los socios no se obliga a dar.
de los aportes consistentes en influencias hacer o llevar algún aporte a la misma (Cám.
políticas, personales o sociales, que no de- Apel. Córdoba, 25-8-937, J. A., t. 65, pág. 467).
ben confundirse o equipararse al aporte En el mismo sentido, cuando el aporte está cons-
tituido por un supuesto crédito comercial o indus-
del crédito comercial. En efecto, los pri- trial y no traduce una cooperación real (fallo cita-
meros, han sido rechazados en esa calidad do más arriba). Se puede admitir el aporte de un
por la doctrina, y en ella se ha inspirado local, equipo de empleados y mobiliario que Impor-
te una verdadera obligación de dar, lo que es sufi-
la disposición de artículo 1650 del Có- ciente para constituir la sociedad (Cám. Civ. 1»
digo civil argentino. (Pothier, citado por Cap. Ped., 14-8-931, J. A., t. 36, pág. 543).
Machado en su op. cit.; Obarrio, op. cit. En el aporte de inmuebles, debe hacerse la tras-
n<? 280; Fernández, op. cit., págs. 375 y 404, ferencia en forma legal y solemne (Cám. Fed.
Cap. Ped, 7-8-925, J. A., t. 17, pág. 33).
y^Lafaille, op. cit., t. II, n° 545). Plazos para aportar: 81 en el contrato no se fija
Aumento del aporte — En principio, nin- plazo se tiene como tal el que medie desde la
gún socio puede contra su voluntad, ser constitución hasta la erección de la caja social,
tratándose de formar el capital social en nume-
obligado a aportar en forma extraordina- rarlo a los efectos del giro social (Cám. Com. Cap.
ria, fuera de lo comprometido en el con- Ped., l"-10-926, J. A., t. 22, pág. 1096). La obli-
trato respectivo. Es necesario que el gación de aportar el capital cuando no se ha se-
aumento del capital sea resuelto por la fialado un término no está subordinada a la fija-
ción del plazo por el Juez, sino a las presunciones
unanimidad de los socios o la mayoría legales (Cám. Civ. 2« Cap. Ped., l»-5-919, J. A.,
prevista en el contrato, ya que se trataría t. 3, pág. 381).
de una modificación del acto constituti- Pruebo: La prueba de haber hecho el aporte
del capital corresponde al socio demandado que
vo (arts. 1710, Cód. civ., y 412, Cód. cora.). alega tal hecho (Cám. Civ. 2», 26-4-919, J. A.,
Lo mismo rige para las sociedades intiitus t. 3, pág. 241). Las constancias del aporte que
existe en una escritura pública puede ser Impug- los tiempos actuales, en que el problema
nada por medio de otra escritura pública, pre- religioso no es la conversión de los cris-
sentada por los socios que niegan el hecho o por
un contrndocumento privado (Cám. Com., 8-8- tianos al judaismo o al islamismo o a otras
898. Fallos, t. 82, pág. 106. V. además: Cám. Com., religiones, sino la incredulidad en materia
5-9-927. J. A., t. 25. pág. 1428, y 28-3-942, J. A., religiosa. Por eso, cuando se hace alusión
1942-11. pág. 419).
a la apostasia de las masas, lo que se quie-
BIBLIOCBAFÍA.— Arias. J.. Contratas civiles, t. 2, re decir es que el sentimiento popular se
paga. 146. 176. 176 y 177, Bs. Aires. 1939. — Bach, aparta de la Iglesia católica y de sus dog-
J. R., Diccionario del contador, t. 1, pág. 142,
Bs. Aires. 1949. — Garó, F. J.. Sociedades comer- mas no para ingresar en otra, sino sim-
ciales. Parte general, t. 1, vol. 1, págs. 335 y s!gs.. plemente para desconocerla y aun para
Bs. Aires, 1949. — Lafaille, H., Curso de contra- atacarla.
tos, t. 2, págs. 314-353, Bs. Aires, 1928. — Macha-
do, Exposición y comentario del Código civil ar- El vigente Código canónico castiga la
gentino, sata. 1704. 1650, t. 2. — Maynz, Ch., Cours apostasia con pena de excomunión (canon
de Droit civil, t. 2, París. 1870. — Obarrlo, Cur- 2314) y si después de amonestado el após-
so de Derecho comercial, t. 1, n» 280. — Rlva- tata no se enmienda, será privado de los
rola, M. A., Tratado de Derecho comercial argen-
tino, t. 3, púgs. 142 y siga, y 129. 167 y 175, Bs. beneficios, dignidades, cargos, pensiones u
Aires, 1938. — Síburu, J. B., Comentario del Có- oficios que tuviere en la Iglesia, declarán-
digo de comercio argentino, t. 4. nos. 1053, 1054 dosele infame; y en cuanto a los clérigos,
y 1486. repetida la amonestación, serán depuestos.
La adhesión pública a otra secta acatólica,
APOSTASIA. Locución griega que signi- lleva implícita ipso Jacto la declaración de
fica deserción. Es, conforme a la definición infamia. Conforme al canon 1240, los após-
de la Academia, la acción y efecto de tatas están privados de sepultura eclesiás-
apostatar, o sea de negar la fe de Jesu- tica, norma de carácter penal a tenor de
cristo recibida en el bautismo. Por exten- lo expresadamente declarado en el ca-
sión se aplica también al hecho de aban- non 2291.
donar un partido para entrar en otro. Además de la apostasia de la fe a que
En cuanto a la primera y propia acep- nos hemos referido, existe la apostasia de
ción, que es la que nos interesa jurídica- la religión a que alude el canon 644 y en
mente por su relación con el Derecho ca- la cual incurren los profesos de votos
nónico, resulta indudable que únicamente perpetuos que salen de la casa religiosa
pueden incurrir en apostasía quienes ha- con ánimo de no reingresar o con el pro-
yan recibido el sacramento del bautismo, pósito de sustraerse a la obediencia debi-
y que no es necesario que el apóstata pase da. En la misma clase de apoetasía incu-
a otra religión, bastando con que deserte rren (canon 646) los religiosos que se
o se aparte de la cristiana. A diferencia fuguen con una mujer y las religiosas que
de la herejía (que no es sino el error en se fuguen con un hombre, y los religiosos
materia de fe, sostenido con pertinacia), el o religiosas que intenten contraer o con-
abandono ha de ser completo. El apóstata traigan matrimonio, aun cuando éste sea
deja de ser cristiano, pásese o no a otra solamente civil. La apostasia de religión se
creencia religiosa, mientras que el hereje halla sancionada por el canon 2385 con la
sólo se aparta de la fe cristiana en alguno pena de excomunión, de exclusión de los
o algunos puntos. Tal es la definición de la actos legítimos eclesiásticos y de privación
apostasia contenida en el canon 1325. Pero de los privilegios de su religión. (M. O. y F.)
no siempre se entendióa así, pues la Parti-
da 7*. título XXV, ley 5 , señala como após- APOTEGMA. (V. AFORISMO.)
tata al cristiano que se hiciese moro o
judío, aunque arrepentido tornase a la fe. APREHENSIÓN. De origen latino, este
En realidad, la diferencia es más aparente vocablo expresa la idea básica de coger o
que real, si se tiene en cuenta que a la asir alguna persona o alguna cosa, para
fecha de redactarse el Código de las Sie- retenerla. (Del latín apprehensio, der, del
te Partidas era difícilmente concebible el verbo apprehendere, de ad, a y prehende-
ateísmo. Por eso, en la disposición men- re, asir, tomar.)
cionada, cuya finalidad punitiva aparece En el lenguaje jurídico, tiene diversa
en la propia Partida 7^, ley 7* del título aplicación en situaciones distintas, pero
XXIV y ley 4* del título XXV, se imponía que tienen relación directa con la idea bá-
la pena de muerte y confiscación de bienes sica señalada.
a los cristianos que se hiciesen moros o En el Derecho civil es empleado el vo-
judíos, pues en la España de entonces ese cablo en relación directa con un requisito
y no otro era el problema religioso; con- esencial de la posesión. Como concepto Ju-
trariamente a lo que vino sucediendo en rídico, distinto del natural, en esta mate-
el transcurso de los siglos hasta llegar a ria, siguiendo la doctrina de Savlgny, el
Código civil consagra dos modos de pro- co, el malmverfaharen alemán y el juicio
ducirse la situación que implica: por con- ejecutivo español).
tacto personal con la cosa objeto de la En nuestro Derecho positivo está legis-
aprehensión o, por el solo hecho de encon- lado en forma de procedimiento adminis-
trarse el poseedor en presencia de la cosa trativo de carácter jurisdiccional, a los
o simplemente con la posibilidad física de efectos de la ejecución de un título ejecuti-
tomarla sin ningún obstáculo que le impi- vo de la esfera administrativa.
da disponer de ella (arts. 2374, 2373, 2375 Dentro de la esfera de la ejecución pro-
y conc.). cesal forzada, se debe tener en cuenta que
De modo que en nuestro Derecho, el ele- nuestro Derecho positivo distingue, si-
mento corporal de la posesión, constituido guiendo la tradición del Derecho histórico
por la aprehensión de la cosa, consiste español, un procedimiento para ejecución
principalmente en la posibilidad física que de sentencias, otro para la ejecución de
el poseedor tiene de disponer de la cosa títulos convencionales (el juicio ejecutivo),
poseída. (Dada la importancia de la ma- y un tercero para la ejecución de títulos
teria, nos remitimos al respecto, al trata- administrativos (juicio de apremio o vía
miento de la voz posesión, elementos de la de apremio). En las tres formas de ejecu-
misma, donde será analizada la doctrina, la ción forzada, se establecen reglas comunes,
legislación y la jurisprudencia que existe.) contenidas especialmente en el capítulo del
En el lenguaje del Derecho procesal se juicio ejecutivo.
emplea la expresión con relación a la de- En la actual legislación española, el jui-
tención de las personas. Consiste en el acto cio de apremio es una de las fases en que
de detener o apresar a un delincuente o se divide el juicio ejecutivo, y consiste en
sospechado de delito criminal. El Código de el mandamiento que da el juez, una vez
procedimientos criminales para la Capital consentida o firme la sentencia de remate,
Federal y Territorios Nacionales emplea el a los efectos de su ejecución, lo que con-
vocablo en el artículo 368 e incisos. (A. siste concretamente en la venta de los
V. S.) bienes embargados durante el juicio eje-
cutivo, para con su importe hacer el pago
APREMIO. Se debe tener en cuenta la principal al acreedor y de las costas, de-
etimología. Apremiar deriva del latín appri- volviendo el resto, si sobrare, al dueño de
mere, com. de ad, a, y premere, apretar, los mismos.
oprimir. En nuestro Derecho positivo, como ejem-
El concepto del Derecho procesal significa plo de esta vía procesal de carácter admi-
la situación jurídica de compeler u obligar nistrativo, se pueden citar, además de las
a una persona, bajo mandamiento de auto- disposiciones de la ley federal N<? 50, las
ridad con poder jurisdiccional (juez o de la ley 12.927, que preceptúan la vía de
tribunal administrativo) a que dé o haga apremio para el cobro de las multas im-
algo en virtud de un derecho reconocido puestas por resolución firme de la Admi-
a otra persona. nistración de Impuestos Internos de la
Apremio es la voz que indica el procedi- Nación (art. 25). De suficiente título sirve
miento sumarlo (vía procesal sumaria), en este caso la boleta que instrumenta la
mediante el cual se ejecutan ciertos crédi- deuda, expedida por la oficina recaudadora
tos liquides o sobre cosas fungibles y aun, respectiva. Asimismo se puede citar, como
la entrega de cosas determinadas, según ejemplo, el juicio de cuentas, que puede
las legislaciones. promover la Contaduría General de la
Significa concretamente el acto procesal, Nación, después de haber dictado una re-
mediante el cual el juez, dentro del Juicio solución condenatoria, cuando obra como
respectivo, emite un mandamiento (orden Tribunal de Cuentas.
compulsiva) en virtud del cual se compele Antiguamente, como lo recuerda Escri-
a una persona a cumplir la obligación omi- che (Dice., pág. 621), se aludía a "los me-
tida voluntariamente. En ese sentido, re- dios rigurosos de que solían servirse los
presenta la última fase del proceso de eje- jueces, para arrancar a los acusados la
cución procesal forzada contra un deudor confesión que no querían hacer espontá-
moroso o negligente. neamente".
Se debe tener en cuenta, para la ubica- El tema jurídico que representa esta voz,
ción metodológica de la institución que re- dada su importancia doctrinaria en el De-
presenta el apremio en la esfera procesal, recho procesal, debe remitirse para su tra-
que es una faz de la ejecución procesal tamiento sistemático y orgánico a las ins-
forzada, en todas las legislaciones que lo tituciones explicadas en las voces siguien-
admiten (en el procedimiento monitorio tes: Juicio de apremio, ejecución procesal
italiano, en el mandateverfahren austría- forzada, titulo ejecutivo. (A. V. S.)
BIBLIOGRAFÍA. — Alslna, H. Trotado teórico y titución Nacional (18 de la de 1853) y
práctico de Derecho procesal civil y comercial, simples contravenciones. Por otra parte,
t. 3, págs. 33 a 57 y 264 y slgs., Bs. Aires. 1943.
— Blelsa, R., Derecho administrativo, t. 4, pági- ha parecido excesivamente benigna la pena
nas 486 y slgs., y t. 3, págs. 264 y sigs., Bs. Aires. prevista en la norma penal comentada
1947, — Carneluttl, F., Processo di esecuzione, (prisión de un mes a un año), para abusos
t. 1, págs. 30 y 31, y t. 2, pág. 52. — Calaraan-
drel, P., JBl procedimiento monitorio, Bs. Aires, tan trascendentales por parte de los fun-
1946. — Diccionario de Derecho Privado (espa- cionarios, como privar ilícitamente de li-
ñol), t. 1, págs. 439 y slgs., Barcelona, 1950. — Es- bertad a una persona. En el concepto mis-
crlche, J. D., Diccionario razonado de legislación mo del apremio ilegal, los matices son
y jurisprudencia, t. 1, págs. 620 y slgs., Madrid,
1874. — Lascano, D., "Hacia un nuevo tipo de ilimitados, como que pueden ir desde la
proceso", en Revista de Derecho Procesal Civil, mera imposición al preso de un trabajo no
1943, t. 1, 1* parte, paga. 80 y slgs., Bs. Aires, previsto en la reglamentación carcelaria,
1943. — Llebman, E. T., "Sobre el juicio ejecu-
tivo", en Bev. Estudios de Derecho Procesal en hasta la realización de actos atentatorios
honor «le Hugo Alsina, págs. 385 y sigs., Bs. Airee, a la dignidad humana.
1946. — Prieto Castro, L., Derecho procesal civil, Peco ( J ) afirma que el régimen del ar-
t. 2, págs. 478 y sigs., Zaragoza, 1946. tículo 143 padece del sistema casuista y de
una tutela penal deficiente. En cuanto al
APREMIO ILEGAL. Entre los delitos que casuismo, porque lo lleva a una limitación
pueden cometerse contra la libertad indi- no comprendiendo todos los abusos come-
vidual, figuran los definidos en los incisos tidos por los funcionarios y excluyendo a los
5° y 8° del artículo 143 del Código penal, cometidos con la aplicación de las medi-
consistentes, respectivamente, en imponer das de seguridad; y en cuanto a la defi-
el funcionario a los presos que guarda, se- ciencia tutelar, porque conduce a imponer
veridades, vejaciones o apremios ilegales o sanciones de tal levedad que, en rigor, de-
colocarlos en lugares del establecimiento jan casi sin amparo la libertad personal
que no sean los señalados para el efecto, contra el abuso de los funcionarios, seña-
y en cometer en actos de servicio vejación lando el contraste representado por el he-
contra las personas o aplicarles apremios cho de que mientras las vejaciones efec-
ilegales. Esos delitos, como todos los de- tuadas por un director de penitenciaría
más a que se refieren los otros siete incisos contra un preso no excederán jamás de un
del propio artículo (funcionario que con año de prisión, las cometidas mediante
abuso de autoridad o prescindencia de las amenazas por un particular, se elevan has-
formalidades proscriptas privare a alguno ta a cuatro años. Peco trata de remediar
de su libertad personal; funcionario que ambos defectos, estableciendo disposiciones
retuviere a un detenido o preso cuya liber- genéricas que eviten los peligros del ca-
tad haya debido decretar o ejecutar; fun- suismo, y elevando la sanción para proveer
cionario que prolongare indebidamente la mejor a la defensa social. Divide, además,
detención de una persona sin ponerla a el artículo 143 en tres preceptos: uno que
disposición del juez, o que la incomunicase atañe a la privación ilegal de la libertad;
indebidamente; jefe de establecimiento pe- otro, a las limitaciones indebidas de la li-
nal que recibiere algún reo sin testimonio bertad personal con abuso de autoridad; y
de la sentencia firme en que se le impusiere otro, al abuso de autoridad contra los de-
la pena, o empleado de cárcel de detenidos tenidos. El precepto últimamente citado,
que recibiere un preso sin orden de la que es el que afecta al tema que estamos
autoridad competente; y funcionario que considerando, aparece redactado en el pro-
omitiere, retardare o rehusare hacer cesar yecto de Peco, de la siguiente manera: "AI
una detención ilegal o dar cuenta de ella funcionario público que impusiere a los
a la autoridad que deba resolver), son presos que guarda, severidades, vejaciones
castigados con prisión de un mes a un año o apremios ilegales, se le aplicará priva-
e inhabilitación especial por doble tiempo. ción de libertad de uno a tres años. El
Una de las acepciones del verbo apremiar máximo de la sanción se elevará a ocho
es "obligar a uno con mandamiento de au- años si consistieren en tormentos". El
toridad a que haga alguna cosa". Debe, problema planteado en torno a esta cues-
'pues, entenderse que cuando se obliga a tión, tiene tal importancia social, incluso
otra persona —presa o libre— a realizar por lo que afecta a las garantías de la li-
una cosa que no está en las facultades del bertad personal establecidas en las normas
funcionario mandar, el apremio es ilegal. constitucionales antes citadas, que merece
Algunos tratadistas han hecho ver la la pena transcribir las palabras de Peco en
falta de tecnicismo que supone confundir justificación de su criterio. Empieza por
en un mismo precepto hechos de extrema
gravedad, violatorios de garantías estable- (1) Proyecto de Código penal, presentado a la
cidas en el artículo 29 de la vigente Cons- Cámara de Diputados de la Nación el año 1941.
decir que los presos están privados de li- tan remoto como la existencia del hombre
bertad únicamente "en la zona legalmente en su papel de artífice, en cuanto se ma-
establecida, pero gozan de una zona de li- nifiesta como transmisión y recepción de
bertad personal legítimamente amparada, una determinada habilidad manual.
que no se puede franquear sin atraer la Si bien durante el Imperio romano hubo
sanción legal". Y añade: "Tales menoscabos ya un principio de organización práctica
a la libertad personal van desde la indebida del aprendizaje mediante convenio entre
incomunicación hasta los tormentos, erigi- el padre del aprendiz y el artífice que ha-
dos estos últimos en circunstancia califica- bía de enseñarle, la institución adquiere
tiva de agravación". Bien se comprende que caracteres más netos y particulares desde
el autor comentado se refiere siempre a las la Edad Media hasta el momento de la
normas de su proyecto. Termina la defen- llamada "revolución industrial", que oca-
sa de su opinión con los siguientes concep- siona, conjuntamente con los principios li-
tos: "A partir de la Independencia, el De- berales de Ja Revolución francesa, una nue-
recho público interno avecinda normas va y fundamental transformación.
humanas y científicas para expulsar la Durante el medioevo, por el sistema de
crueldad en las penas y los tormentos eh las corporaciones de artesanos, con su es-
los sistemas procesales de esclarecer el de- cala de aprendices, compañeros y maestros,
lito o cumplir la pena. Desde el estatuto se reglamentó minuciosamente en estatu-
provincial de Santa Fe en 1819 hasta las tos y en leyes todo lo concerniente al apren-
modernas constituciones provinciales, cul- dizaje: tiempo, condiciones, derechos y
minando en la Constitución Nacional, to- obligaciones recíprocas entre aprendiz y
das velan por la salvaguardia de las per- maestro, etc.
sonas privadas de libertad. Teniendo en Todo aquel que aspirara llegar a maes-
cuenta la tradición nacional el proyecto tro, debía pasar previamente por la cate-
trae sanciones enérgicas para proveer a la goría de aprendiz. Más adelante se hizo
tutela penal de los detenidos". obligatorio el aprendizaje para todos los
La protección de los presos contra los oficios.
abusos de los carceleros, tiene antecedentes En casi todos los estatutos se estipulaba
en el antiguo Derecho español, y es así el número de años que debía durar el
cómo en la ley 11 del título XXIX de la aprendizaje, generalmente entre cuatro y
Partida VII, se prohibe que "les den malas seis, y en algunos casos hasta diez años.
prisiones e que les fagan mal en otras Finalizado el mismo, y como condición
muchas maneras"; y en la ley 10 del título previa para ingresar al gremio, debía pre-
XXVIII, del libro XII de la Novísima Reco- sentar el alumno una obra maestra, a
pilación, se manda a los alguaciles y car- manera de examen de competencia, ante
celeros "que no tomen dones, ni viandas ni tribunales especiales nombrados por las
otras cosas algunas de los hombres presos; mismas corporaciones.
ni apremien los tales presos en las prisio- También se regulaba expresamente el
nes más de lo que deben; ni los den malas número de aprendices que podía tener ca-
prisiones, ni tormentos ni otro daño por da maestro.
mal querencia, y los despechar". (M. O. y F.) El discípulo recibía de su patrono, ade-
más de la enseñanza, albergue, comida y
APREMIOS ADMINISTRATIVOS. (V. ropa, así como instrucción religiosa (se
PROCEDIMIENTO DE APREMIO.) debe tener presente aquí el carácter reli-
gioso de las corporaciones, que muchos
APRENDIZ. * Concepto: En términos autores consideran nacidas por influjo del
generales, persona que aprende un arte u cristianismo). A cambio de todo ello, el
oficio, teniendo como finalidad su propia aprendiz debía obediencia y respeto a su
capacitación y progreso económico resul- maestro.
tante. En esta definición amplia, y que El Fuero Juzgo y las leyes de Partidas
luego será completada, se encuentran los regulaban el contrato de aprendizaje, que
elementos esenciales a la misma. en España fue forzoso hasta el año 1813,
Si se estudia históricamente el tema, se en que se decretó la libertad amplia para
observa de inmediato que el aprendizaje ejercer oficios o industrias, sin necesidad
ha experimentado cambios fundamentales de exámenes o pruebas previas de compe-
en cuanto a su forma; y no obstante ello, tencia. Asimismo, la Novísima Recopila-
el concepto arriba expresado podría definir ción contenía disposiciones sobre la mate-
al aprendiz de cualquier época. ria. Se reglamentaba la forma en que el
Puede afirmarse que el aprendizaje es maestro debía impartir la enseñanza, pa-
ra lo cual se le acordaban facultades de
* Por el Dr. Huoo CHABNT. corregir y castigar con moderación en
caso necesario. Y también se establecían De acuerdo a este criterio enunciado, se
las penas a que se haría acreedor, en caso podría decir que es aprendiz aquél que se
de excederse en el castigo. Se regulaba el obliga mediante un contrato llamado de
contrato de aprendizaje, obligatorio en to- aprendizaje, a trabajar durante un tiempo
dos los casos; las causas de despido antes determinado, mediando o no retribución,
del tiempo de la contrata, para lo que de- en beneficio de otro, y que, a cambio de ese
bía intervenir la justicia; etc. trabajo, recibe una enseñanza metódica de
Con el advenimiento del maquinismo y una profesión u oficio.
del industrialismo, las condiciones de tra- Esta definición, que concuerda en todo
bajo cambiaron fundamentalmente, pa- o en parte con la que dan numerosas le-
sándose de la artesanía de taller a la gran yes, especialmente las iberoamericanas, y
industria. Por otra parte, el liberalismo que surge de las dadas sobre contrato de
surgido con la Revolución francesa, pro- aprendizaje por Bry, Diego Lamas y Caba-
clamó la libertad de trabajo —libertad de nellas, encierra las principales caracterís-
oferta y de demanda— y suprimió la escala ticas del aprendizaje considerado desde ese
gremial. Todo ello hizo que se operara una punto de vista clásico.
transformación importante, y que el apren- Existe una relación de dependencia, re-
diz, de discípulo, se convirtiera en obrero gida por el contrato, de acuerdo a las leyes
auxiliar de la industria. Esta situación del lugar en que se celebra. Hay, además,
llevó, inclusive, a que se cometieran exce- obligaciones recíprocas: impartir la ense-
sos de toda índole, hasta que los obreros, ñanza, por la parte patronal, y desempeñar
unidos ya bajo el denominador común de una tarea, prestar un trabajo, por parte
proletariado, comenzaron a organizarse del aprendiz. En cuanto a la remuneración,
sindicalmente y a luchar por derechos y no es esencial y puede faltar, como lo ex-
mejoras. Deja entonces el Estado de ser un presan los Códigos de Trabajo de España
mero espectador (Estado liberal, Estado y Bolivia. El tiempo del aprendizaje está
gendarme) y comienza a intervenir, me- condicionado a términos, fijándose en al-
diante una legislación adecuada, para so- gunas leyes edades límites, casi siempre
lucionar tales problemas: se llega así al entre los catorce y dieciocho años.
intervencionismo de Estado, <iue en cuanto Sin embargo, a la luz de la más moderna
se manifiesta en leyes sociales, se convierte doctrina y jurisprudencia, el concepto de
en "socialismo de estado", y que no debe aprendiz tiende a hacerse menos restric-
confundirse con el "socialismo" como doc- tivo. Es que ha surgido una nueva figura
trina política. tipo: el aprendiz industrial, que como se-
Entre las leyes sociales de los modernos ñala Deveali, persigue como finalidad de su
Estados, se destacan las relativas al tra- trabajo el salario, y como accesorio la ca-
bajo, que en la mayor parte de los casos pacitación mediante el aprendizaje. (V.
contemplan y regulan la institución del APRENDIZAJE INDUSTRIAL.)
aprendizaje. Y en numerosas legislaciones Por lo tanto, se hace más difícil dar
también se contempla el llamado "contra- una definición de aprendiz completa, sin
to de aprendizaje", no así en la nuestra. distinguir, como lo hace Deveall, entre
Siguiendo un criterio clásico, el apren- aprendiz de tipo artesano, que aún subsis-
diz es considerado por la legislación en te en algunas clases de trabajos, y apren-
general, como un obrero, vinculado al pa- diz industrial, siendo este último aquél que,
trono por el contrato de aprendizaje, que al mismo tiempo que trabaja en una in-
luego será estudiado. Pero este obrero, dustria, procurándose un salario, comple-
a cambio de su trabajo (y con más la re- menta su labor adquiriendo conocimientos
muneración o sin ella, ya que puede fal- que lo capacitarán en el uso de las má-
tar) recibe, por un tiempo determinado, quinas o procedimientos industríales rela-
una enseñanza teórico-práctica de su ta- tivos a su actividad.
rea u oficio, con miras a su capacitación. Legislación comparada: En general, la
Nótese que no es un obrero —u oficinista— mayoría de las legislaciones iberoamerica-
a prueba por un tiempo dado, transcurri- nas, siguiendo a la ley española, conside-
do el cual se le tomará o no definitivamente ran al aprendiz y regulan el aprendizaje
según sea la suficiencia demostrada. Es, de acuerdo al criterio clásico que se ha
por el contrario, un alumno que, a la vez enunciado más arriba.
que realiza una tarea en beneficio del pa- Es interesante transcribir aquí el artícu-
trón, se perfecciona y beneficia con la en- lo 8? de la Consolidación de las leyes de
señanza que se le imparte. Transcurrido el Trabajo del Brasil, que considera apren-
tiempo del aprendizaje, no será un asala- diz "al menor de dieciocho años y mayor
riado más, sino un obrero especializado en de catorce, sujeto a una formación metó-
base a los conocimientos adquiridos. dica del oficio en que ejecuta su trabajo".
Como se ve, se trata de una concepción sión (hoy Ministerio), complementen su
más amplia y moderna. trabajo con la asistencia a los cursos de
El Código de Trabajo de Méjico impone aprendizaje correspondientes.
la función del aprendizaje como una car- 2) Menores ayudantes obreros: Serán
ga pública a las empresas, y las obliga a todos aquellos que trabajen, previa autori-
admitir un cierto número de aprendices, zación de la Secretaría de Trabajo y Pre-
que no será menor del 5 por ciento del visión, sin estar sometidos a un régimen
número de trabajadores de cada profesión organizado de aprendizaje.
u oficio, debiendo admitirse un aprendiz 3) Menores instruidos: Todos aquellos
por lo menos cuando la industria tuviera que hayan terminado una escuela profesio-
menos de veinte trabajadores en el res- nal o curso de aprendizaje. Serán conside-
pectivo oficio. rados como obreros adultos para el tra-
El Código del Trabajo de España, de bajo u oficio correspondientes a su es-
1926, impone al maestro la obligación de pecialización, sin más excepción que la
vigilar al aprendiz dentro del taller y fue- prohibición de trabajo nocturno y en in-
ra de él, hasta donde sea posible, para co- dustrias insalubres o que afecten su mora-
rregir las faltas o extravíos en que incurra lidad.
en perjuicio de su enseñanza y de su Agrega que para la admisión al apren-
moralidad. Deberá dar parte al padre o dizaje se dará preferencia a aquellos que
encargado cuando su autoridad no alcance hayan completado el ciclo de enseñanza
al remedio, o se trate de hechos de impor- primaria.
tancia. Dispone la creación de cursos comple-
Nuestro Derecho: De lo que surge de mentarios de aprendizaje en las propias
nuestra ley, son aprendices los menores de fábricas y fuera de las horas de labor, pa-
catorce a dieciocho años que, previa auto- ra los menores que trabajen sin estar so-
rización de la Comisión Nacional de Apren- metidos a un régimen organizado de apren-
dizaje y Orientación Profesional, comple- dizaje.
mentan su trabajo con la asistencia a un Crea la Comisión Nacional de Aprendi-
curso de aprendizaje correspondiente. zaje y Orientación Profesional, encargada
Hasta hace poco tiempo, no existía en de asesorar al Ministerio correspondiente
nuestro país una regulación legal de la en todo lo relacionado al cumplimiento de
materia. El Código civil se referia al apren- las disposiciones del decreto, asi como toda
dizaje en algunas disposiciones aisladas, iniciativa tendiente a ampliar o modificar
tomando al aprendiz en su concepción an- las mismas.
tigua de artesanía. También la ley 9688,
JURISPRUDENCIA. — Ha evolucionado últimamente
en su artículo 11, apartado final, fijaba el hacia un criterio más restrictivo. En la mayoría,
monto de la indemnización por accidente de los fallos anteriores, se hacia una distinción
para el caso de que el accidentado fuera tajante: o era obrero o de lo contrario era apren-
aprendiz. diz. Llegó a calificarse en un fallo, a los linea de
la Indemnización que fija el art. 11, últ. ap., de
Los decretos 14.538/44, 6648/45 y 33.302/ la ley 9688. como aprendices, "a menores que pres-
45, ratificados por ley 12.921, han venido a tan servicios auxiliares o de escasa importancia
llenar en parte ese vacío de la legislación propios de su edad".
regulando, además del aprendizaje en par- Hoy se ha modificado la Jurisprudencia de
acuerdo a fallos recientes: debe existir una fina-
ticular, el trabajo de menores en general, lidad, aunque accesoria, de aprender la tarea o el
sin referirse al contrato de aprendizaje oficio que desempeña bajo la dirección del que
sino en forma circunstancial, al facultar lo sabe. Y debe estarse a las categorías que la
misma industria ha establecido: aprendiz, medio
a la Comisión Nacional de Aprendizaje y oficial y oficial, por una parte; peón y auxiliar,
Orientación Profesional para que estudie por otra (Cara. Clv. 1» Cap. Ped., 26-10-940, J. A
la posibilidad de implantar un régimen de 1943-m. pág. 824).
contrato, lo que no se ha hecho hasta el BIBLIOGRAFÍA. — Krotoschin, E.. Curso de legisla-
presente. clon del trabajo, Bs. Aires, 1950, y "Notas para
De esta legislación extraemos aquí sola- una legislación sobre contrato de aprendizaje",
mente la parte que más interesa al tema en La Ley, t. 28, pág. 985. — Cabanellas. Q., Tra-
tado de Derecho laboral, Bs. Aires, 1949. — La-
que estamos tratando, pues los demás pun- mas. D., "El contrato de aprendizaje: su defini-
tos serán estudiados al tratar el aprendi- ción y naturaleza Jurídica", en Gaceta del Tra-
zaje industrial, por su mayor vinculación bajo, t. 4, pág. 41. — Marc. E., "El contrato de
con dicha materia. aprendizaje y el trabajo de menores", en Gaceta
del Trabajo, t. 13. pág. 11. — Ramírez Oronda, J.,
El decreto 14.538 divide a los menores en Derecho del trabajo, 2» ed., Bs. Aires, 1940,—
tres categorías: Galll Pujato, J. M., "Los aprendices frente a la
1) Aprendices: Pertenecerán a esta ca- legislación por accidentes de trabajo", en Revista,
de Derecho del Trabajo, t. 6, pág. 273. — De-
tegoría todos aquellos que, previa autoriza- veali. M. L., "Naturaleza Jurfdica del aprendizaje"
ción de la Secretaría de Trabajo y Previ- en Revista de Derecho del Trabajo, t. 5, pág. 465.
APRENDIZAJE INDUSTRIAL.* El des- Una vez hecha la distinción, llega a la
arrollo de la gran industria ha dado ac- conclusión de que, en el caso del aprendiz
tualidad al problema del aprendizaje, mo- de tipo artesano, nos encontramos en pre-
tivando la intervención del legislador en sencia de un contrato de enseñanza, mien-
casi todas las naciones. Es así que se han tras que en el aprendizaje industrial hay
dictado leyes regulando el aprendizaje in- un típico contrato de trabajo. Agrega fi-
dustrial y el contrato de aprendizaje. nalmente que, por englobar a ambos ti*
Llámase aprendizaje industrial al que se pos de aprendices en uno solo, es que una
realiza, en determinadas condiciones, en parte de la doctrina niega al contrato de
las fábricas o talleres, y que tiende a la aprendizaje el carácter de contrato de
capacitación técnica del aprendiz en el uso trabajo que tiene.
de las máquinas y/o en los procesos de Hoy se generaliza el criterio de que el
elaboración de la industria en que tra- aprendizaje en la fábrica puede ser supli-
baja. do con mayor eficacia por el que se dicte
El maquinismo, como lo hace notar Oalli en escuelas profesionales creadas a tal fin
Pujato, al simplificar las tareas del obrero, t>0r el Estado o por entidades particulares.
hace innecesario, en muchos casos, el Cuando el aprendizaje se realiza en la
aprendizaje metódico, por cuanto cualquier misma fábrica en la forma que hemos ex-
obrero, en pocos días, está en condiciones presado más arriba, surge la relación con-
de conocer el manejo de la máquina a que tractual de trabajo. Esta relación con-
está destinado y participar en el proceso tractual, regulada legalmente en otros
industrial. Pero "hay una serie de tareas, países en la legislación sobre contrato de
agrega, que requieren una preparación téc- aprendizaje, no lo está aún en el nuestro.
nica adecuada, aparte de que la industria Se hace necesario, por lo tanto, estudiar
moderna reclama también obreros capaci- dicho contrato y su naturaleza jurídica.
tados para determinados ramos de activi- Contrato de aprendizaje: Siguiendo a
dad, de donde ha surgido un nuevo tipo Diego Lamas y Cabanellas, podemos defi-
jurídico, que ha dado en llamarse apren- nirlo como aquel por el cual una persona,
dizaje industrial". sea por sí o por intermedio de otra bajo
La máquina, que por una parte simplifi- su dependencia, se compromete a dar una
ca el trabajo, reemplazando a veces al formación metódica en una profesión u
obrero, tiene sus secretos en el manejo y oficio a otra persona, por tiempo determi-
en el funcionamiento. Ello hace que surja nado, mediando o no remuneración; obli-
la necesidad de conocerla y, acorde con esa gándose la últjma a trabajar en beneficio
necesidad, nace la del aprendizaje indus- de quien da la enseñanza.
trial. Hay tareas y mecanismos que re- En cuanto a la naturaleza jurídica de
quieren del obrero un mínimo de prepara- este contrato, se han formulado diversas
ción técnica, de capacitación previa, para teorías. Las hay que sostienen que es un
asegurar la celeridad y continuidad en la contrato autónomo (Barassi) o sui-géne-
producción. ris (Pie); un contrato mixto (Cesarino Jú-
Podemos así hablar en nuestros días de nior) ; un contrato especial de trabajo (De
un aprendizaje industrial, dirigido a la Semo); un contrato de trabajo (De la
formación de obreros capacitados en el ma- Cueva, Cabanellas, Krotoschin). Esta es la
nejo y funcionamiento de los mecanismos doctrina más generalizada.
industriales y en los procesos de elabora- Ya hemos visto cómo piensa Deveali, que
ción. gran parte de los autores incurre en error
Deveali, en su estudio sobre la naturale- por considerar en la definición de" contra-
za jurídica del aprendizaje, hace una dis- to de aprendizaje a los dos tipos de apren-
tinción entre el aprendiz de tipo artesano, dices que menciona. En cambio, conside-
que tiende a desaparecer, y el aprendiz in- rado el aprendizaje industrial, hay un
dustrial. Sostiene que, en el primer caso, típico contrato de trabajo.
lo esencial es la enseñanza que el maestro Este contrato, como tal, tiene todas las
imparte a su discípulo, siendo la remune- particularidades de un convenio de tra-
ración accesoria. El trabajo es un medio bajo:
para conseguir la enseñanza. En el apren- a) Subordinación del aprendiz al pa-
dizaje industrial, en cambio, el aprendiz trono; b) Prestación de un trabajo a cam-
ingresa a la fábrica, ante todo, para ga- bio de una contraprestación que, aun cuan-
narse el salario, siendo finalidad secunda- do no fuera en dinero, es siempre econó-
ria la enseñanza. El trabajo es una ocasión micamente útil, por cuanto la enseñanza
para conseguirla. impartida tiene una valoración económica;
c) Sujeción a las leyes de trabajo y pro-
• Por el Dr. HUGO CHARNT. tección de las mismas.
El patrono, generalmente, no contrata trato, que fije las obligaciones de emplea-
como maestro: esto es lo accesorio para él. dores y aprendices, para asegurar el logro
Lo esencial para la patronal es conseguir de los fines perseguidos al establecer la
mano de obra barata, a cambio de la en- organización del aprendizaje.
señanza que brinda al aprendiz. Tal previsión de la ley no se ha mate-
Son sujetos del contrato el patrono y el rializado. En cambio, la legislación vigente
aprendiz. Al primero, las diversas leyes le contiene normas sobre el trabajo de meno-
fijan el número de aprendices que puede res, enseñanza profesional y técnica y
tener. Al segundo, en algunos países se le aprendizaje industrial.
limita la edad, no así en otros. Categorías: Divide a los menores que
El objeto, según la definición apuntada, trabajan en la industria en tres categorías,
es la enseñanza de un oficio o profesión. que ya han sido anotadas. (V. APRENDIZ.)
En la práctica del aprendizaje industrial Aprendizaje: El artículo 49 del decreto
sucede a la inversa: el aprendiz persigue el 14538/44 define el aprendizaje, diciendo
salario y, al mismo tiempo, trata de capa- que se considerará como tal todo régimen
citarse. No obstante, la intención de la ley de trabajo que permita: a) asegurar al
es la otra. menor la enseñanza efectiva de un oficio
La remuneración puede faltar, y éste es o trabajo previamente determinado; b)
uno de los argumentos que esgrimen los que el trabajo que el menor realice tenga,
que niegan el carácter de contrato de tra- en lo posible, una graduación y metodiza-
bajo, desconociendo la valoración econó- ción que respondan al desarrollo de los
mica que la contraprestación de enseñan- procesos técnicos en la actividad u oficio
za implica de por si. que constituyan su aprendizaje, y contem-
El tiempo del aprendizaje, así como la plen, a la vez, su edad y fuerza física; c)
forma del contrato y capacidad de los que la enseñanza teórica que se imparta
contratantes, varían según las legislaciones en los cursos sea un complemento del tra-
de los diversos países. bajo ejecutado, incluyéndose a la vez aque-
El contrato en el Derecho comparado: llos conocimientos indispensables para su
En Francia, la ley del 22 de febrero de formación cultural, moral y cívica.
1851, en su artículo 19, define el contrato El artículo 5"? aclara que el aprendizaje
de aprendizaje como aquel "que celebra un puede ser de un oficio o parte de él, pu-
fabricante, jefe de taller u obrero, obli- diendo también ser artesanales. La dura-
gándose a enseñar la práctica de una pro- ción dependerá en cada caso de esta clasi-
fesión a otra persona, la cual se obliga, ficación.
por su parte, a trabajar para él en con- Organización de los cursos: Establece el
diciones y a plazo conocido por ambas par- mencionado decreto que los establecimien-
tes". Tal definición se mantiene en la ley tos industriales organizarán cursos para
de 1928, con la sola diferencia de que habla formación técnica de sus aprendices (se
de "dar o hacer dar una formación pro- refiere a los menores de catorce a dieci-
fesional y metódica". séis años, que trabajan cuatro horas). A
El Código de Trabajo de España, de 1926, tal fin, los faculta a asociarse o coordinar
en su artículo 57, lo define como aquel "en sus esfuerzos dos o más establecimientos
que el patrono se obliga a enseñar prácti- afines, o a organizar escuelas por medio
camente, por sí o por otro, un oficio o in- de las asociaciones patronales (art. 8?).
dustria, a la vez que utiliza el trabajo del Terminados los cursos, se otorgarán a los
que aprende, mediando o no retribución, alumnos certificados donde constará la es-
y por tiempo determinado". "En esta dis- pecialidad adquirida, la práctica realizada,
posición se hallan comprendidos el apren- documentos que serán visados por la Se-
dizaje del comercio y las operaciones agrí- cretaría de Trabajo y Previsión (Ministe-
colas en que se haga uso de motores me- rio) (art. 99).
cánicos". Para los menores de dieciséis a dieciocho
Las diversas legislaciones iberoamerica- años, el artículo 11 dispone que la Direc-
nas coinciden en términos generales con ción General de Aprendizaje y Orientación
la anterior definición. Profesional organizará cursos complemen-
Regulación legal del aprendizaje indus- tarios fuera de las horas de labor, cuan-
trial en nuestro Derecho: En nuestra ley do dichos menores trabajen sin estar
no se contempla el contrato de aprendizaje. sometidos a un régimen organizado de
Solamente se dice que la Comisión Nacio- aprendizaje. Dichos cursos serán obliga-
nal de Aprendizaje y Orientación Profe- torios para esos menores. El artículo 12
sional estudiará, previa consulta con los dispone que dichos cursos se dictarán en
organismos patronales y obreros, la posi- las propias fábricas o talleres cuando ello
bilidad de implantar un régimen de con- sea posible.
Duración de los cursos: Será de uno, dos lario más bajo que gane el obrero que des-
o tres años, según sean los oficios. Fina- empeñe sus mismas tareas.
lizados los ihismos, se otorgarán certifica- BIBLIOGRAFÍA. — V. la apuntada para la voz
dos especiales (art. 13). Aprendiz.
Establecimientos industríales: Considera
establecimientos industriales a todos aque- APRESAMIENTO. Acción y efecto de
llos lugares (fábricas, talleres, usinas, etc.) apresar, una de cuyas acepciones es "to-
donde habitualmente y por medio de pro- mar por fuerza alguna nave", y en ese sen-
cesos o procedimientos de cualquier natu- tido constituye un acto delictivo previsto
raleza, se transformen o manufacturen y penado en el artículo 198, inciso 39 del
mercaderías o productos cuya forma, as- Código penal (V. PIRATERÍA.)
pecto, consistencia, índole o aplicación sea A su vez, el Código de comercio se ocupa
distinta de las de aquéllas que sirvieron del apresamiento en el artículo 937, al
de materia prima, mercadería o elementos señalar entre las obligaciones del capitán
básicos (art. 43). de la nave, la de resistir por todos los me-
Jornada de trabajo: De cuatro horas dios que le dicte su prudencia toda y cual-
para los menores de catorce a dieciséis quier violencia que se intentare contra el
años y de ocho horas diarias, o cuarenta buque o la carga, formalizando, si fuere
y ocho semanales, para los menores de obligado a entregar todo o parte, el co-
dieciséis a dieciocho años, con prohibición rrespondiente asiento en el libro de nave-
expresa del trabajo nocturno. gación a que se refiere el artículo 927; y
Salarios: Los salarios de aprendices son si hubiere apresamiento, embargo o de-
fijados por el decreto 33.302, en la siguien- tención, debe el capitán reclamar el buque
te forma: a) durante el primer año de y cargamento y avisar inmediatamente,
aprendizaje, no menos del 30 por ciento por los medios que estén a su alcance, al
de lo que gane el peón de la industria res- armador o dueño del buque y a los carga-
pectiva en la Capital Federal o Provincia dores consignatarios de la carga, adoptan-
o Territorio de que se trate. En ningún do, mientras recibe órdenes, las disposicio-
caso el salario hora será inferior a $ 0,10; nes provisorias absolutamente urgentes
b) durante el segundo año de aprendizaje, para la conservación del buque y de la
no menos del 20 por ciento de lo que per- carga (art. 937). El mismo precepto deter-
ciba el peón de la industria respectiva, mina que ante tal circunstancia, se hace
etcétera. En ningún caso será inferior a lo que decida la mayoría de los copartíci-
$ 0,15 la hora (art. 29). pes, y su resolución es obligatoria para
Vacaciones: El artículo 99 del mismo de- la minoría; pero si decide aquélla no re-
creto dice que los menores de catorce a clamar, puede la minoría proseguir por su
dieciocho años, cualquiera sea su catego- cuenta las "reclamaciones, sin perjuicio del
ría, gozarán de los beneficios del decreto derecho de exigir a la mayoría que con-
1740/45 sobre vacaciones pagas, las que no tribuya a los gastos proporcionalmente al
serán en ningún caso inferiores a quince beneficio que hubiese resultado de las re-
días. clamaciones. Con respecto a la gente de
Aguinaldo: Por el mismo decreto se mar, dispone el artículo 1004 del propio
acuerdan a los aprendices los beneficios Código de comercio que en caso de apre-
del aguinaldo. samiento, confiscación o naufragio, con
Impuesto al aprendizaje: El articulo 43 pérdida entera del buque y cargamento, no
del decreto 14.538 crea el impuesto llamado tiene derecho a reclamar salario alguno
de aprendizaje (modificado en parte por el por el viaje en que tuvo lugar el desastre,
decr'eto 6648/45) sobre los sueldos, salarios, ni el armador a exigir el reembolso de las
jornales y demás remuneraciones en gene- anticipaciones que les hubiese hecho; a
ral por servicios prestados, pagados al per- menos que (art. 1005) el buque capturado
sonal de los establecimientos industriales, fuese represado hallándose todavía a bor-
de cualquier índole que sean, con exclusión do la tripulación, en cuyo caso se pagarán
de los del Estado. Asciende al 10 por mil, íntegramente los sueldos. Y si se salvare
salvo el caso de que el contribuyente tenga alguna parte del buque, tiene derecho la
organizados o participe en la organización tripulación a ser pagada de los sueldos
de cursos de aprendizaje para menores de vencidos en el último viaje, con preferencia
dieciocho años, en cuyo caso es del 2 por a cualquiera otra deuda anterior, hasta
mil. donde alcance el valor de la parte del bu-
Accidentes: La ley 9688, en su artículo 11, que que se hubiera salvado; pero no alcan-
apartado final, dispone que en caso de ac- zando ésta, o si ninguna se hubiera salvado,
cidente a aprendices, se les indemnizará tendrá la tripulación el mismo derecho so-
teniendo en cuenta para el monto el sa- bre los fletes que deban recibirse por los
efectos que se hayan salvado; compren- La distinción terminológica, con refe-
diéndose en ambos casos el capitán en la rencia a los siguientes vocablos: ocupación,
distribución por la parte proporcional que invención y hallazgo, es imprescindible,
corresponde a su sueldo, y entendiéndose dado el uso similar o equivalente en la le-
por último viaje el tiempo transcurrido gislación comparada.
desde que empezó a recibir el lastre o car- Ocupación es el modo originario más
ga que tuviera a bordo al tiempo del apre- antiguo de adquisición de la propiedad. En
samiento o del naufragio (art. 1006). la legislación comparada, se designa asi
El apresamiento del buque o de la carga el hecho de la toma de posesión de una
constituye uno de los riesgos de la nave- cosa corporal, con la intención de adqui-
gación, por lo cual el artículo 1207 del rir la propiedad sobre ella. Es decir, al
Código de comercio deja de cuenta del ase- mismo hecho, que nuestra legislación po-
gurador las pérdidas y daños que con tal sitiva refiere exclusivamente a las cosas
motivo sobrevengan a las cosas asegura- muebles. Especialmente en la legislación
das; pero es obligación del asegurado (ar- francesa y las que han seguido su inspira-
ticulo 1219), en caso de apresamiento ile- ción doctrinaria.
gítimo, reclamar la cosa asegurada, aun- Lo que suele discutirse, como veremos
que la póliza no designe la nación a que más adelante, es si hay posibilidad qué. los
el dueño pertenece, a no ser que en la inmuebles, en ciertas circunstancias, pue-
misma póliza se le haya dispensado ex- dan ser objeto de ocupación o apropiación.
presamente de tal obligación; debiendo En definitiva, en cuanto al léxico em-
obrar de acuerdo con el asegurador o si no pleado en las legislaciones, en nuestro De-
puede consultar, actuando como mejor le recho positivo, apropiación, es la antigua
pareciese, corriendo todos los gastos de ocupación, referida a las cosas muebles.
cuenta del asegurador (art. 1220). En caso Con respecto a la asimilación que pu-
de apresamiento, el asegurado puede ha- diera hacerse con el concepto de hallazgo,
cer abandono de las cosas aseguradas, de- cabe hacer notar que en este caso se da —
jándolas de cuenta de los aseguradores y en nuestro Derecho positivo— "un medio
exigir de éstos las cantidades que asegura- mixto de adquisición, arbitrado por la ley",
ran sobre ellas (art. 1232). En los casos de y por el cual no se llega, en realidad, a
apresamiento o embargo de alguna poten- obtener el dominio total de las cosas, dan-
cia, podrá hacerse el abandono seis meses do simplemente lugar a una participación
después del apresamiento o del embargo, (Lafaille).
si durase más tiempo (art. 1237), debien- En la legislación comparada, y atenién-
do notificarse el abandono a los asegura- donos al significado gramatical, dentro de
dores en el plazo de tres meses contados la esfera del Derecho privado, la apropia-
desde la expiración del plazo precitado ción significa la actividad voluntaria de
(art. 1239). (V. ABANDONO DE BXTQTTE. ABAN- un sujeto tendiente a la inclusión de una
DONO DE MERCADERÍAS. ANGARIA. AVERÍAS. SE- cosa corporal en su patrimonio. En este
GUROS MARÍTIMOS.) (M. O. y F.) sentido debe recordarse que en el Derecho
romano, como concepto integrante de la
APROPIACIÓN.* En el Derecho civil ar- posesión, sirvió de fundamento jurídico a
gentino este vocablo tiene una significa- la usucapión y la praescriptio longui tem-
ción legal precisa; en primer lugar, es un poris, en el ius gentium. En la actualida'd
modo de adquirir el dominio (art. 2524, sirve de base o presupuesto de hecho —co-
Cód. civ.) y además: "la aprehensión de mo acto material— para prescripción ad-
las cosas muebles sin dueño, o abandona- quisitiva.
das por el dueño, hecha por persona capaz Qramaticalmente, tiene una significación
de adquirir con el ánimo de apropiárselas, lata, y en ese sentido se emplea, v. gr., en
es un título para adquirir el dominio de el artículo 2527 del Código civil argentino.
ellas" (art. 2525, Cód. civ.). Fuera del significado técnico, dentro de
Es decir, que es un modo exclusivo de nuestro Derecho civil tiene uno genérico,
adquirir las cosas muebles. Lo confirman que, como vemos, puede referirse a cual-
las disposiciones del Código civil, que es- quiera de las fases o momentos de adqui-
tablecen: "No son susceptibles de apro- sición de la propiedad, v. gr., apropiación
piación las cosas inmuebles..." (art. 2528 de cosas ajenas, en poder del apropiante,
y concordantes, que expresamente declaran por declaración unilateral de éste, en el
a estos bienes como privados de los Es- supuesto de las cosas plantadas, sembra-
tados [general o particular, art. 2342, in- das, edificadas con materiales ajenos, en
cisos 1? y 3?]). predio propio.
Evolución histórica. — El instituto de la
* Por el Dr. ARMAMDO V. SU.VA. ocupación, del latín ocupatio (acción de
ocupar), lleva a la categoría de hecho ju- ocupante en calidad de posesión bonitaria,
rídico la aprehensión corporal de una cosa siendo necesario para adquirir la propie-
sin dueño, siempre que se realice con áni- dad civil, la prescripción. En el período
mo de retenerla como suya. El acto de la justinianeo, no se hizo la distinción.
ocupatio hace adquirir la propiedad de la Los romanistas no están de acuerdo si
cosa (res nullius cedit occupanti). Debe se exigía o no la intención en el propie-
entenderse que la cosa no tiene propieta- tario de abandonar la cosa, para que re-
rio romano, pues como se verá, eran ob- vista la calidad de abandonada (V. Berger,
jeto de ocupación los bienes en países op. cit., al pie pág. 141 y sig.). También
enemigos, aunque constase el dominio ex- se pone en duda si la apropiación de una
tranjero sobre ellos. res derelicta fue considerada como caso
Dentro del sistema romano de propiedad, de ocupatio o de traditio o entrega a per-
la cosa susceptible de apropiación debía sona indeterminada. Se basan en que las
tener la calidad de res intra comercium, res mancipi no podían perderse por la
además de carecer de dueño. Esta última simple traditio (V. Bonfante, págs. 342 y
circunstancia podía acaecer: 1<?) porque no sigs., Romano, pág. 291 y sigs., op cits.
lo tuvieron nunca (res nullius, propia- al pie).
mente dichas); 2<?) porque fueron objeto c) Las cosas del enemigo. — Se debe
de abandono por el dueño anterior, en acto distinguir, de acuerdo a los textos de las
unilateral implícito o explícito (res dere- fuentes, el botín de guerra en conjunto,
lictae); y 39) por carecer de dominas ro- que pertenecía al Estado, y las cosas ob-
mano, siendo extranjero el propietario de jeto de apoderanüento individual.
la cosa (res hostiles). La occupatio Pellica comprendía no sólo
El sujeto de la ocupatio debía, a su vez, las capturadas en acciones guerreras, sino
tener capacidad y animus domini. todos los bienes extranjeros, cuyo pueblo
Las cosas objeto de ocupación eran las no estuviere en relaciones de amistad con
siguientes: Roma (D. XLIX, 15, 5, 2).
a) Cosas sin dueño. Las fuentes men- d) El tesoro (thesaurus). — Era consi-
cionan entre estas res nullius: la Ínsula in derado res nullius jurídicamente. Una vez
mari nata. (Inst. II, 1, 22); las res inven- descubierto, correspondía por mitad al
tae ín litare morís (las piedras preciosas, inventor —descubridor—, ocupante y al
conchas que se encuentran en las costas, propietario del fundo.
etcétera). En el Derecho moderno. — La aplicación
Los animales salvajes susceptibles de ser de este modo de adquirir el dominio es de
cazados son los ejemplos más comunes de esfera muy restringida actualmente, por
esta categoría. La caza y la pesca eran los dos razones fundamentales: 1^) Dado el
casos más frecuentes. régimen de la propiedad, ordenado positi-
Podían ser cazados los animales salva- vamente en todos los Estados, es muy di-
jes o los domesticados que hubiesen perdido fícil encontrar res nullius, susceptibles de
el animus revertendi. No podían serlo los apropiación; 2*) En la mayoría de las le-
domésticos. Se discutió desde cuándo se gislaciones el dominio sobre las cosas
consideraba apropiado el animal. Según la abandonadas o vacantes, se atribuye al
opinión del jurisconsulto Trebacio, seguido Estado general o particular.
por nuestro codificador, se adquiría la En el Derecho alemán codificado, el
propiedad desde el momento de herir al fisco tiene el derecho de apropiación de los
animal y mientras se fuese persiguiéndo- inmuebles abandonados. Este derecho fis-
lo. Por su parte, Justiniano sostuvo en sus cal de apropiación es un derecho real so-
Instituías (I, 2, 13), que la propiedad se bre la finca nwZZítís, y se ejercita hacién-
adquiere desde que se haya cogido al ani- dose inscribir el fisco como propietario.
mal. Doctrina recogida por la Partida 3*, (V. Enneccerus, op. cit., al pie pág. 367 y
título 28, ley 21. siguiente.)
Respecto a la caza, las fuentes no dis- Se distingue respecto a las cosas muebles
tinguen que ésta tenga lugar en fundo la apropiación libre si la facultad de ad-
propio o ajeno. Pero respecto a la pesca, quirir corresponde a todos o apropiación
aluden con claridad a casos de concesio- en base a un derecho de apropiación. (V.
nes especiales en zonas determinadas por Enneccerus, op. cit.)
los particulares o el Estado. En el Derecho civil francés, de acuerdo
b) Las cosas abandonadas. — En el De- a las disposiciones de los artículos 539 y
recho clásico, posiblemente se hacía la dis- 713, los bienes inmuebles no son suscepti-
tinción entre cosas nec mancipi y mancipi. bles de ocupación. Asimismo, las univer-
Sólo las primeras eran adquiridas por ocu- salidades jurídicas, aun cuando sean pa-
patio; las otras eran adquiridas por el ramente mobiliarias, como las herencias
vacantes, siempre que se pruebe su aban- definitiva, son susceptibles de apropia-
dono, pertenecen al Estado (art. 768), y ción:
según Josserand, son también refractarios Las cosas sin dueño (res nullius in co-
a la ocupación los derechos intelectuales, mercium) (art. 2400, Cód. civ.). El legisla-
"pues no se adquieren los derechos de au- dor no ha definido esta categoría, que
tor apoderándose, ni aún legítimamente, solamente está enumerada en los textos
de un cuadro o un manuscrito". (V. op. cit. legales. Comprende 'os animales salvajes,
al pie pág. 252.) los domesticados que recuperan su libertad,
El Derecho argentino. — Como ya se los cetáceos y los peces (Lafaille) (artícu-
señaló, nuestra legislación denomina apro- lo 2343, incs. 1°, 2?, 3? y 4', y art. 2527,
piación al instituto cuya filiación históri- Cód. civ., y las que enumeran los incs. 37
ca se desarrolla como ocupación. Ya se y 49 del art. 2343).
dio la definición legal y de ella surgen los Las cosas abandonadas, de menos im-
requisitos. portancia económica que la otra categoría
Respecto a la cosa objeto de la apropia- de cosas (arts. 2526, 2530, 2343 y 2527, Cód,
ción: civ.).
1°) La aprehensión de la cosa o toma Esta materia está relacionada íntima-
de posesión efectiva; mente con las específicas de Caza y Pesca.
21?) Que la cosa sea mueble; Dada la importancia de las mismas, nos
3?) Que sea susceptible de apropiación remitimos a esas expresiones para el aná-
(las que no tienen dueño o han sido aban- lisis legal y doctrinario que corresponde.
donadas por éste). JURISPRUDENCIA.—Los inmuebles son suscepti-
Respecto al sujeto de la apropiación: bles de abandono, pero su adquisición sólo es po-
1°) Que la persona sea capaz de rea- sible de acuerdo con las reglas de la prescripción
lizar el acto, para lo cual se considera su- (Cám. Civ. Cap. Ped., 24-7-944, L. L., t. 35, pá-
ficiente la simple voluntad de adquirir. gina 743).
Para que el Estado o el municipio puedan invo-
Así se entiende por la doctrina que el in- car el derecho de apropiación, debe mediar la pér-
capaz relativo podría adquirir por este dida del elemento material y del intencional por
medio, lo mismo que los menores que ha- parte del dueño del Inmueble, a menos que otro
adquiera el dominio por usurpación (Corte Nac.
yan cumplido los diez años. (V. Segovia, Civ., Sala D, Cap. Ped., 19-8-952, L. L., t. 68,
Lafaille, op. cif. al pie y art. 2392 Cód. clv. pág. 53).
argentino.) El supuesto de apropiación que contempla el
2"?) El ánimo de adquirir. Sin embar- art. 2525 Cód. civ. no puede aplicarse en relación
al demandado, si éste adquirió el dominio de los
go, para leyes más modernas y para par- restos del buque náufrago que se pretende reivin-
tidarios de la teoría objetiva, no es nece- dicar por transferencia legitima de parte de las
saria esta condición. autoridades marítimas, a cuyo favor el actor ha-
El objeto de la apropiación. — En nues- bía hecho abandono de los mismos (Cám. Ped.
Cap. Ped., 30-2-935, L. L., t. 3, pág. 271).
tro Derecho este modo de adquirir se
aplica sólo a las cosas muebles nullius o BIBLIOGRAFÍA. — Arias, J., Manual de Derecho ro-
mano, págs. 253 y sigs., Bs. Aires, 1941. — Arias
derelictae. (V. COSAS ABANDONADAS. ABAN- Ramos, J., Derecho romano, págs. 214 y sigs.,
DONO DE BIENES.) 4» ed., Madrid. — Berger, In tema di derelizione,
Dice a este respecto Lafaille: "También Roma. 1915. — Bonfante. "La derelizione e l'ap-
las normas del respectivo capítulo com- prensione di cose derelitte", en Esc. giuridün,
t. 2, pág. 343, Roma. — De Ruggiero, R., Institu-
prenden situaciones como la del tesoro, en ciones de Derecho civil, vol. 1, págs. 602 y sigs.,
que los principios reciben modificaciones Madrid, s/f. — Gastan Tobeñas, Derecho civil es-
de importancia, puesto que el hallazgo se pañol, común y foral, t. 2, págs. 140 y sigs., Ma-
divide por igual entre el descubridor y el drid, 1943. — Enneccerus-Kipp-Wolff, Tratado de
Derecho civil, t. 3, "Derecho de cosas", vol. 1,
propietario del suelo". Como ya se hizo págs. 368 y 463 y sigs., Bs. Aires, 1948. — Josse-
notar respecto al hallazgo, en este caso rand, L., Derecho civil, t. 1, vol. 3, "La propiedad
existe, de acuerdo a los preceptos de nues- y los otros derechos reales y principales", págs. 51
tra ley civil, un medio mixto de adquisi- y sigs., Bs. Aires, 1952. — Lafaille, H., Derecho ci-
vil, t. 3, "Tratado de los derechos reales", vol. 1,
ción (art. 2526 y conc. Cód. civ.). Según págs. 450 y sigs., Bs. Aires, 1943. — Salvat, R.,
la opinión del autor citado, las cosas per- Tratado de Derecho civil argentino, "Derechos
didas comprenden otra situación de apli- reales", t. 2, págs. 141 y sigs., Bs. Aires, 1952. —
Segovia, El Código civil argentino, su explicación
cación indirecta de las normas de la ocu- y crítica bajo la forma de notas, t. 2, pág. 85,
pación, donáe sólo cabe la gratificación n» 43, Bs. Aires, 1892.
para el que las encontrase (art. 2533, Cód.
civ.). Y lo mismo se puede decir de la hi- APROPIACIÓN INDEBIDA.* Constitu-
pótesis contemplada por el art. 2543, ya ye este delito una figura autónoma, deno-
que el cazador, en ese caso, no obtiene minada apropiación indebida, por ser la
la propiedad del animal perseguido, la
que corresponde al dueño del terreno. En * Por el Dr. WESLET DE BENEDCTTI.
más aceptada en la legislación y doctrina Para Saltelli, Santoro y la mayoría de los
internacional. Con la inclusión en las le- tratadistas, el bien tutelado en estos ca-
yes penales de disposiciones que reprimen sos es el derecho de propiedad.
este delito se tutelan derechos de índole Manzíni considera que el objeto de la
patrimonial emergentes de contratos y tutela penal es el interés superior referen-
derechos reales regidos por el Derecho pri- te a la inviolabilidad patrimonial, y más
vado. concretamente, el derecho de propiedad u
Evolución histórica: Dentro de la noción otro derecho sobre la cosa, en cuanto pue-
genérica del hurto, se fueron agregando da ser perjudicado por la ilegítima apro-
con criterio práctico, en la evolución his- piación cometida por el poseedor, es decir,
tórica, hechos constitutivos de lo que hoy que admite que otro derecho que no sea
se llama apropiación indebida. El Código el de propiedad puede ser violado con este
de Manú y el Levítico lo mencionan, y delito. (Manzini: Trattato di Dirltto Pé-
equiparaban al hurto "la negativa de te- nale, pág. 716.)
ner una cosa luego de haberla efectiva- A los efectos de la determinación del es-
mente recibido". En el Derecho griego, los pecífico objeto jurídico, que el delito ofen-
distintos hechos que mencionaban el pa- de, debemos encontrar el elemento cons-
trimonio estaban confundidos en la cate- tante en todos los casos de apropiación,
goría del hurto. indebida, eliminando los elementos va-
Las Doce Tablas preveía dos casos, in- riables que puedan existir. "Ese elemento
cluidos en el furium: la apropiación de invariable, fundamental para la determi-
las cosas recibidas en depósito, y la apro- nación deseada es: "la obligación de en-
piación por el tutor de los bienes del pupi- tregar o devolver", es decir, el derecho que
lo. Los jurisconsultos y los pretores am- autoriza a exigir del obligado el cumpli-
pliaron este concepto y lo extendieron a miento de la obligación de restituir a su
muchos otros, como el de apropiación de debido tiempo la cosa entregada para un
cosas perdidas, apropiación del mandatario uso determinado. Con el hecho de la apro-
y del socio. piación se lesiona ese derecho del sujeto
La Carolina y los Códigos de María Te- activo de la relación jurídica, y ese dere-
resa y del Piamonte equiparaban la apro- cho es el tutelado con la incriminación del
piación indebida del bien depositado al ca- delito del artículo 173, inciso 2"? del Código
so de hurto y aplicábanle la pena de éste. penal (Ure, Ernesto J.: El delito de apro-
El Derecho germánico, con evidente pro- piación indebida, pág. 27).
greso jurídico, distinguía el "hurto propio" El objeto material sobre el que puede
y "hurto impropio". Tomándose como cri- recaer el delito está representado por di-
terio distintivo de ambas figuras la pre- nero, efectos y cualquier otra cosa mue-
existencia o no de una especie de posesión ble, entendiendo como "cosa" "los objetos
en el culpable, denominándose hurto pro- corporales susceptibles de tener un valor",
pio el que se apoderare de cosa ajena con- según el artículo 2311 del Código civil. En
tra la voluntad del propietario, y hurto cuanto al carácter de "muebles", atribui-
impropio cuando el delincuente se hallaba do a las cosas, el criterio penal es mucho
ya en poder de la cosa ajena, como conse- más amplio que el civil, entendiéndose por
cuencia de un convenio. tales las que materialmente pueden ser
La adecuada tipificación de este delito movilizadas o transportadas, comprendien-
sobrevino recién con la ley francesa del do en consecuencia a los inmuebles que por
29 de septiembre de 1791, que lo erige en necesidades jurídicas ajenas al Derecho
delito autónomo, legislado en el capítulo penal, son muebles por su esencia.
de "Los abusos de confianza". Sujeto activo: Es la persona física que
Importante es determinar el objeto ju- comete el delito. Cualquier tenedor de
rídico del delito, es decir, el bien o interés cosa ajena recibida por titulo no trasla-
jurídico que el hecho delictivo ataca y que tivo de dominio, obligado a restituirla en
la ley penal protege. En la figura en estu- el momento oportuno o a darle el conve-
dio, el bien jurídico amparado es el "pa- nido destino.
trimonio", entendiendo como tal el con- Sujeto pasivo: Ya hemos indicado ante-
junto de los bienes de una persona, es riormente que, en la apropiación indebida,
decir, cosas y derechos susceptibles de el bien o interés jurídico lesionado está
valor económico y las obligaciones y deu- representado por "la obligación de entre-
das que pesan sobre el mismo. Dentro gar o devolver" a cargo del culpable, por
de esos bienes componentes del patrimo- lo que el titular de ese derecho a la res-
nio, constituye un problema determinar titución o al uso determinado, será siem-
cuál es el que la apropiación indebida le- pre el sujeto pasivo.
siona. El presupuesto material: En el delito de
apropiación indebida, la relación material este delito, pues admitida la calificación
del agente con la cosa debe preexistir a la del mismo como de "omisión", es incom-
acción consumativa; esa tenencia anterior patible o extraordinariamente difícil, pues
constituye su presupuesto material. no hay intervalo entre el momento de la
Dentro de nuestra ley, esa relación es de omisión y el de la infracción.
"tenencia", o sea aquella que confiere al El propietario de la cosa no puede de-
tenedor la íacultad de ejercer acto de do- mandar por apropiación indebida si antes
minio sobre alguna cosa, pero únicamente no ha interpelado al depositario para la
"con intención de poseer a nombre de restitución, sin resultado positivo, tal es el
otro", es decir, que autoriza a ejercitar un criterio de Soler, aplicable a nuestra le-
derecho distinto al de propiedad. gislación.
La tenencia por el agente, anterior a la Obligación de restituir: No existe esta
consumación del delito es la que lo dife- figura delictiva, sino en los casos cuando
rencia del hurto, sin querer ello significar medie obligación de "restituir". Esta obli-
que la misma sea una regla rigida. Por lo gación no existe en aquellos casos en que
tanto, corresponde establecer los princi- la cosa ha sido entregada en propiedad.
pios que permitan reconocer cuándo una Este es un criterio constante para evitar
determinada relación de hecho entre la dar protección indebida a comerciantes
persona y la cosa ajena, constituye la "te- inescrupulosos, que disimulaban como lo-
nencia", presupuesto material del delito cación lo que en realidad era una com-
de apropiación indebida, y no confundirlo praventa. Con este arbitrio obtenían ga-
con el de hurto. En ese sentido se puede rantía penal para el cobro de sus créditos
expresar que esa "tenencia" no existe co- en ias ventas a plazos. Tal los casos de
mo presupuesto del delito en estudio, cuan- contratos de prenda agraria sobre objetos
do la cosa ajena continúa en la esfera de no afectados a la explotación agrícola.
custodia o en la esfera de actividad del Prescripción: Empieza a correr desde el
derechohabiente, entendiendo por custo- momento en que la cosa ha debido ser
dia "el conjunto de las medidas de con- restituida, o desde un acto determinado
trol y vigilancia destinadas a proteger y del obligado que implique una apropia-
a conservar la cosa en poder del derecho- ción de la cosa. (V. ABUSO DE CONFIANZA.)
habiente" (Ure, Ernesto, ob. cit., pág. 68). JUBISPBUDENCIA. — Para que la negativa a de-
Delimitado el alcance de la esfera de cus- volver la cosa configure este delito es menester
todia, corresponde tratar los numerosos que esté inspirada en el propósito de apropiár-
casos en que la cosa no se halla bajo la sela, voluntad que debe revelarse por hechos ma-
custodia del derechohabiente, sino propia- teriales, claros, objetivos y concretos que carac-
tericen el anímus rem sibi habendi (Cám. Apel.
mente bajo "su esfera de actividad". En Cap. Ped., 18-3, 15-7 y 26-8-938, L. L., ts. 11 y 12,
ambos casos, estando la cosa bajo la "es- págs. 292, 541 y 231). El mismo se consuma no
fera de custodia" o de "actividad" del cuando el agente entra en posesión de la cosa
derechohabiente, toda acción dolosa por ajena, sino en el instante que evidencia el ánimo
de hacerla suya (Cám. Apel. Cap. Fecl.. 18-7-939,
parte del agente que tienda a apropiarse L. L.. t. 17. pág. 359). La expresión "a su de-
de la misma, no podrá reputarse apropia- bido tiempo" contenió», en este inciso, se refiere
ción indebida, sino específicamente: hurto; indudablemente a una fecha cierta: si ésta no se
encuentra fijada por las partes, o por la ley,
únicamente cuando se apropie de los ob- debe quedar establecida por la intimación per-
jetos a él confiados, podrá calificarse el tinente (Supr. Trib. Santa Pe, 2-11-940, L. L.,
delito como de apropiación indebida. t. 20, pág. 1043). Quien distrae en provecho pro-
El elemento material del delito está de- pio el dinero que se le confió para realizar un
pago (Cám. Ped. La Plata, 16-5-927, J. A., t. 24.
terminado por la "negativa a restituir o pág. 771). El socio gestor en el contrato de edi-
en la no restitución a su debido tiempo" ción (sociedad en participación) que no rinde
por parte del agente, del objeto a él con- cuentas de las utilidades obtenidas y de los ejem-
plares que vendió (Cám. Apel. Cap. Fed.. 23-9-
fiado, según nuestra ley, o en la "apro- 927, F. C. A. C., t. 1, pág. 254).
piación" por parte del mismo de la cosa
ajena, según el criterio de diversos trata- BIBLIOGRAFÍA. — Ure, E., El delito de apropia-
ción indebida. Bs. Aires, 1943. — Soler, S.,
distas. Soler, de conformidad con los tér- Derecho penal argentino, t. 4, págs. 409 y sigs,
minos del Código penal, entiende que el — González Roura, O., Derecho penal, t. 3. — Ode-
elemento material del delito lo constituye rigo, M. A., Código penal anotado, pág. 830. —
la acción "de no restituir". Se trata, por Gómez, E., Tratado de Derecho penal, t. 4. — Ra-
mos, J. P., Derecho penal, t. 5. •
lo tanto, de un delito de omisión, pero,
omisión legalmente apreciada en cuanto APROVECHAMIENTO DE AGUAS. (V.
ella importa la comisión de un perjuicio AGUAS.)
(Soler, Sebastián, Derecho penal argenti-
no, tomo 4°, pág. 419). APTITUD. (V. CAPACIDAD JURÍDICA Y DE
Tentativa: Difícilmente concebible en OBRAR.)
APUD ACTA. Locución latina derivada esto último, y con respecto a determinada
de apud, junto a, ante, delante de, y acia, época, ha sido negado por algunos autores
cuyo significado preciso alude al conteni- con discutible acierto. (M. O. y F.)
do de un acto documental. Literalmente BIBLIOGRAFÍA. — Momsem, Le Droit penal romain,
equivale a la expresión dentro del acta. París, 1907. — Brasiello. La repressione pénale in
En el lenguaje forense se emplea esta Diritto romano, Ñapóles. 1937. — Arangio Rulz.
expresión para aludir & los poderes otor- Historia del Derecho romano, ed. en castellano.
Madrid. 1943.
gados en esa forma, especialmente en al-
gunas jurisdicciones de equidad. Por regla AQUILIA (Lex). * De fecha incierta,
general, las legislaciones exigen para la sancionada en época de la República por
representación y postulación procesal por un plebiscito. Tuvo por objeto reprimir
medio de procurador, que se acredite el po- como delitos, bajo el nombre de damnum
der mediante documentación especial. La iniuría datum, daños infligidos injusta-
escritura pública o el testimonio de un mente, ciertos hechos limitados legalmen-
poder otorgado en otros actos notariales o te, y que atentaban contra la propiedad
judiciales. Pero el principio de la forma- mueble ajena.
lidad y solemnidad de los actos de repre- Se debe tener en cuenta la distinción
sentación judicial tiene excepciones en establecida en el Derecho romano entre
consideración a la situación legal y eco- los delitos de Derecho público (delicio pu-
nómica de alguno de los litigantes. Tanto blica) y de Derecho privado (delicia pri-
en la legislación argentina (v. gr.( ar- vata).
tículo 62 de la ley 11.924, de Justicia de Los segundos, a diferencia de los pri-
Paz letrada) como en la legislación espa-
ñola (v. gr.t ley de Enjuiciamiento civil, meros —que afectaban los intereses ge-
art. 40, y ley de Enjuiciamiento criminal, nerales y se reprimían con penas corpora-
art. 118), la práctica forense ha debido im- les—, lesionaban los intereses particulares
poner el uso del mandato de poder apud y daban motivo a una acusación ante los
acta, que, en realidad, viene a constituir tribunales ordinarios y a una condena de
una especie de poder con sus característi- carácter pecuniario o poena.
cas especiales, ya que hace innecesario la Se enumeran como delitos privados: de-
presentación del documento notarial. litos civiles, el furtum, la injuria, el dam-
Se caracteriza principalmente el poder
num iniuría datum de la ley Aquilia.
así otorgado, pues el apoderamiento ex- Delitos preteríanos: la rapiña, el dolus,
cepcional en su forma, se efectúa en el el metus, el fraus creditorum.
mismo escrito en que se solicita el nom- Se consideró como fuentes de las obli-
bramiento, con designación expresa del gaciones, en general, a los delitos priva-
procurador. dos y se los caracterizó porque no se aplicó
una pena pública, sino que, la consecuen-
BIBLIOGRAFÍA. — Aguilera de Paa, E., Comenta- cia de la infracción para el autor, se tra-
rios a la ley de Enjuiciamiento criminal, t. 2. dujo en una indemnización, cuyo carácter
pág. 30, Madrid, 1943. — Beus, E., Ley de Enjui-
ciamiento civil, t. I, pág. 31, Madrid, 1907. penal se concretó al exigirse que fuera
mayor al perjuicio material ocasionado en
APUESTA. (V. CONTRATO ALEATORIO.) los bienes del perjudicado.
La ley de las XII Tablas ya había cas-
AQUAE ET IGNIS INTERDICTIO. Era tigado el daño ilícito, pero fue la ley
una pena establecida, al parecer, en tiem- Aquilia la que vino a reglamentar esta
po de los Oracos, mediante la cual el con- materia. Aunque no se aplicó a toda espe-
denado tenía que abandonar la República, cie de daño, sirvió de punto de partida a
quedando eliminado de la vida civil. Esta las extensiones de la jurisprudencia.
sanción derivaba directamente del dere- Contenia tres disposiciones fundamenta-
cho que tenían los acusados de un delito les o capítulos, donde trataba las siguien-
para abandonar voluntariamente el terri- tes materias: en el primero {Institutos, de
torio ciudadano, mientras se celebraba el Justiniano, L. IV, tít. 3) se refería al de-
proceso comicial, a condición de que en el lito civil causado por la muerte de un
escrutinio de la votación no se hubiese esclavo o la de un animal de rebaño (pe-
computado todavía la mayoría necesaria cus). Hecho que debía ser cometido injus-
para condenar. Contra el acusado que tamente, estableciendo asimismo la san-
ejercitaba esa facultad, pronunciaban los ción civil: la condenación del autor del
comicios una interdictio aquae et ignis. daño a pagar al dueño de la cosa dañada
El condenado a dicha pena, o sea el aqua el mayor valor que hubiera tenido en el año
et igne interdictas, no perdía su libertad,
pero sí sus bienes y su ciudadanía, si bien • Por el Dr. ARMANDO V. SILVA
precedente. Con lo que se manifiesta el punto de vista subjetivo: es decir, desde
carácter penal o, mejor dicho, mixto, de el punto de la persona que podía ejercer
la acción (Instituías, L. IV, tít. 16). la acción que acordaba. Así, pudo ejercer
En el segundo capítulo (Instituías, L. IV. la actio legis Aquiliae la persona que 'no
tít. 3,12) se estableció una sanción para el tenia sobre la cosa un derecho de propie-
adstlpulator, que liberara en forma dolo- dad, como el poseedor de buena fe, el usu-
sa al deudor en fraude de los intereses fructuario y el usuario o que carecía de la
del acreedor principal. Disposición que, ciudadanía, como los peregrinos.
según las Instituías de Justiniano, in usu Desde el punto de vista objetivo, la evo-
non est, dejó de aplicarse cuando desapa- lución fue la siguiente: en primer término
reció la institución del adstipulator. (V. se dio la acción mencionada, para daños
ADJECTÜS SOLUTIONIS GRATIA.) que no hubieran sido causados corpore:
El tercer capítulo se refería a los daños v. gr., contra la persona que espanta un
causados a un tercero por lesión o des- animal que, al arrojarse al agua, muere;
trucción de uno de sus bienes, v. gr., in- o en la hipótesis del esclavo que se deja
ferir una herida a un esclavo o a un cua- morir de hambre (Gayo, III, 219). Más
drúpedo, o cometer cualquier otra especie tarde se extendió a casos en que- no había
de daño contra los demás animales fuera corpus laesum, v. gr., cuando un tercero
de manada o rebaño, o cosas inanimadas ha liberado un esclavo que ha sido enca-
y, en estos casos, se acordaba la acción denado por su amo, permitiendo así su
respectiva para perseguir la sanción pe- fuga, en cuya hipótesis el pretor daba una
cuniaria correspondiente, lo que equivalía acción in factum.
a una indemnización igual o aproximada La Actio Legis Aquiliae acordaba una
a lo que hubiera valido la cosa en sus acción de carácter mixto, penal y reí per-
últimos treinta días. secutoria. El objeto primordial de esta ac-
Las Partidas (VII, 15, 18) reprodujeron ción era primeramente la reparación del
estos principios del Derecho romano. perjuicio ocasionado, pudiendo, además,
Para la aplicación de esta ley se re- procurar un enriquecimiento a la víctima
quería el cumplimiento de los siguientes del delito civil. Esto último, ya sea por la
requisitos: condena del demandado al doble del valor
1) Existencia de un daño corporal o de del objeto, ya por la diferencia de valor
una degradación material en la cosa da- que el objeto pudo haber tenido en los
ñada. El corpus laesum. Lo que, a su vez, treinta días o en el año, anteriores al he-
debía ser ocasionado corpore, es decir, por cho dañoso.
contacto directo del autor del hecho daño- En su forma legal originaria esta acción
so con la cosa afectada. De este modo no se daba sino al propietario de la cosa
caía dentro del ámbito de esta ley el su- dañada, y éste necesitaba ser ciudadano
puesto de dar muerte a un esclavo de otro, romano.
golpeándole, causándole directamente un BIBLIOGRAFÍA. — Arias, J., Manual de Derecho ro-
daño mortal y no cuando se le dejaba mo- mano, págs. 323 y slgs. y 330 y slgs., Bs. Aires,
rir de hambre. 1949. — Folgnet, R., Manual elemental de Derecho
2) Era necesario que el daño se causa- romano, págs. 163, 167 y slgs., México, 1948.—
Arangio Rulz, V., Historia del Derecho romano,
re injustamente, sin derecho, como cuan- págs. 113, 160, 171 y 416, Madrid, 1943. — Mayr,
do el autor obra con dolo o con culpa, por R. von, Historia del Derecho romano, págs. 211,
más leve que fuera (In lege Aquilia et le- 217, 226 y slgs., Barcelona, 1926-1931. — Petit, E.,
Tratado elemental de Derecho romano, t. 1, pá-
vissima culpa venit, Digesto, IX, 2, 44 pr.). ginas 397 y slgs., y t. 2, págs. 14, 23 y sigs., Bs.
El daño causado por caso fortuito o fuer- Aires, 1917.
za mayor no estaba comprendido.
3) El perjuicio debía ser cometido por AQUILIANA. (V. CULPA.)
un hecho positivo o un acto del hombre,
no por una abstención. V. gr., el usufruc- ARANCEL. En la definición del Diccio-
tuario que no cultiva el campo sobre el nario de la Academia, es la tarifa oficial
que tiene constituido su derecho real y que determina los derechos que se han de
que se desmejora por esa situación, o no pagar en varios ramos, como el de costas
limpia los acueductos, no estaba com- judiciales, aduanas, etc.
prendido en las sanciones de esta ley Se suelen distinguir dos clases de aran-
(cuZpa in committendo et non in omit- celes: unos que se podría denominar fis-
iendo) . cales, y otros que cabría llamar profesio-
Por obra de la jurisprudencia pretoria- nales. Los primeros son los que determinan
na fue extendida la esfera de aplicación la cuantía de determinadas exacciones
de la ley Aquilia. Se considera esa exten- fiscales (tasas, impuestos o contribucio-
sión legal, desde dos puntos de vista. El nes). Los segundos son los qwe fijan la
remuneración que por su actuación pue- teórico-general dominante, el arbitrio ju-
den percibir determinados profesionales. dicial adquiere significación diversa, pero
Los aranceles fiscales afectan, pues, a los ninguna se desentiende de él ni lo des-
ingresos del Estado. Los aranceles profe- conoce totalmente, aun cuando resulte
sionales a la retribución de quienes están minimizado como dato, en la corriente del
sometidos a ellos para el cobro de sus ho- pensamiento jurídico que lo niega, de mo-
norarios. En lo que se refiere a aquéllos, do irracional, porque se asienta sobre la fe
se destacan los aranceles de aduanas, a y la creencia del absolutismo de la ley.
los cuales se aludirá al desarrollar la voz Es obvio destacar la estrecha conexión
correspondiente. (V. IMPUESTO DE ADUANAS.) que existe entre el arbitrio judicial y los
Y en lo que afecta a los segundos, es con- problemas referentes a las fuentes del De-
veniente señalar que pueden tener tres recho, los métodos de aplicación e inter-
modalidades: unas veces indican la can- pretación de las normas jurídicas, y omi-
tidad precisa y exacta que el profesional timos toda consideración a su respecto dada
puede cobrar por sus trabajos; otras, se- la índole de esta nota.
ñalan las cantidades máximas que el pro- Es preciso, para una clara comprensión
fesional puede exigir por sus trabajos, co- del arbitrio judicial, una síntesis del pen-
mo medio de proteger de posibles abusos samiento, que permita advertir el marco
a los usuarios de los mismos; y otras, conceptual, que en sus grandes rasgos ca-
marcan las cantidades mínimas que el da escuela le asigna. Y caracterizarlas por
profesional puede percibir, evitando asi el lo que las une en lo que niegan, ya que la
envilecimiento que a esas profesiones pu- coincidencia es más factible en ello, que
diera llevar una competencia poco escru- en lo que afirman. No hay de nuestra
pulosa. parte ninguna pretensión de valorar sis-
temas, sino constatar neutralmente el pen-
ABBITRADOR. (V. Juicio DE AMIGABLES samiento dado, tal cual se ofrece, y la sig-
COMPONEDORES.) nificación del dato en la doctrina como
problema.
ARBITRAJE. (V. Juicio DE ARBITROS.) Una tarea de purificación metódica per-
mite destacar tres formas, que la realidad
ARBITRAL. (V. Juicio DE ARBITROS.) verifica cumplidamente, a saber: 1<? Nega-
ción del arbitrio judicial, en un someti-
ARBITRIO JUDICIAL. * En el estado miento incondicional del juez, bajo el ab-
aotual de la ciencia jurídica, el arbitrio solutismo, cualesquiera que fuere; 2? El
judicial concita la atención de juristas y libre arbitrio judicial, en una reacción ex-
jus-filósofos, con.la misma intensidad de trema, y por último, 3' Su reconocimiento,
siempre, por tratarse precisamente del como problema teórico general, para la
instante decisivo de un acto creador de auténtica conceptuación de la experiencia
Derecho. jurídica, en el empirismo jusfilosófico de
En la facultad que tiene el juez, por la nuestro tiempo.
índole de su investidura, de interpretar
las normas jurídicas, para la resolución Negación del arbitrio judicial
de los casos sometidos a su decisión; la Aparece en toda concepción que lo ad-
individualización de éstos, en función de vierte sólo y excepclonalmente, cuando cree
las normas que a ellos aluden —en forma encontrarse frente a casos omitidos o que
implícita o explícita, tácita o expresa, par- no están claramente aludidos eri la ley;
ticular o general— supone siempre, su ta- por lo que deberán quedar librados a la
rea, un momento en que el juez se mues- discreción o arbitrio judicial.
tra en un acto suyo y, por ende, de su Es decir, que el arbitrio judicial es ne-
exclusivo arbitrio. gado como instancia que integra el acto
El reconocimiento de este hecho, que se propio del juez —con más o menos ex-
ofrece como algo dado —dato— a la cien- tensión e intensidad— en cada oportuni-
cia; no alcanza una firme conceptuación, dad que resuelve, pero se lo reconoce
pero agita la conciencia jurídica de todos excepcionalmente como instrumentación
los tiempos, porque se imbrica en el plan- necesaria cuando se hace inexcusable con-
teo teórico, con la misma exigencia de fesar insuficiencia o deficiencias en la
otros datos, de idéntica relevancia, para ley.
la consecución de una experiencia cientí- Sin embargo, esta posición coincide con
fica. todas las que en definitiva han de negar
De ahí que según fuera la concepción el arbitrio judicial, puesto que es peligroso
reconocerlo, ya que con ello daría por tie-
* Por el Dr. ERNESTO EDUAEDO BOKCA. rra toda la seguridad jurídica; de modo
que, frente al hecho de su existencia, no lesa majestad, puesto que la ley era la
cabe otra alternativa que disimularlo con voluntad del monarca.
una rotunda negativa. Bajo la égida del absolutismo legal, se
Pero este pensamiento supone otros que ofrece una nítida separación de los pode-
le son conexos, de más vasto alcance, a res, aventándose el absolutismo de los re-
saber: la identificación de todo derecho yes, al auspicio del liberalismo político;
con la ley; la perspectiva de previsión de pero trasladándolo in totum a la ley, que
todos los casos en la misma y la reduc- se la identifica con el Derecho, en forma
ción de la tarea del juez en la aplicación total y excluyente.
de la ley, a un mero automatismo intelec- El juez es, en este sistema del absolutis-
tual, de subsünción del caso sometido a su mo legal, un magistrado que debe resolver
decisión, en la ley, dentro de la cual ha según su ciencia y su conciencia, con una
de estar necesariamente la solución, en independencia que garantiza la separa-
términos tan precisos y rigurosos como en ción de los poderes legislativo, ejecutivo y
el silogismo la conclusión se sigue de las judicial.
premisas, y donde, por supuesto, nada ha- Así como al Poder legislativo corresponde
brá de nuevo y de original, ni aún en la la función de dictar las leyes, al judicial
actitud del juez, que no esté comprendido la de aplicarlas y al ejecutivo la de ejecu-
en aquéllas. tarlas, debiéndose tener por vedada toda
La sentencia es, pues, el resultado de interferencia; con lo cual está dicho, con
una operación casi mecánica, porque todo referencia al juez, que no crea Derecho,
lo abarca la ley, y en ella han de estar ya que ello es tarea del legislador, de ahí
comprendidos todos los casos. que deba limitarse en su misión a "trans-
Es el sistema del absolutismo legal, el formar el mandato legislativo abstracto en
"dogma de la universalidad legal", la "doc- una decisión concreta sobre relaciones
trina del dominio exclusivo y suficiencia concretas de vida".
absoluta do la ley sin deficiencias", según La conclusión es la omnipotencia de la
Eeichel. ley, que ha sustituido al absolutismo del
Claro que el sistema no surge ex novo, monarca, que sobrevive ahora en la fun-
reconoce un precedente inmediato, en el ción predominante del Poder legislativo,
orden de su gestación histórica de mayor puesto que se ha proscripto toda otra
envergadura, con el que comparte, no ya fuente productiva de Derecho que no sea
el fundamento, pero sí una creencia: la la ley.
del absolutismo, el que inspira todo el Se pretende, ignorando que el Derecho es
sistema, que en definitiva, por extraña experiencia de libertad, abarcar dentro de
ironía, se instaura para separarse y ais- la ley todos los casos, y la ilusión es tanto
larse hasta con violencia del que le pre- más viva cuanto la codificación se asienta
cede. como la máxima racionalización de la vida
En efecto, en el absolutismo, donde el jurídica, en el orden de la acción y del
Estado es el monarca, el juez, frente a la pensamiento, ya que en ello corren suerte
suprema lex regís voluntas, no se diferen- idéntica: el Derecho y la ciencia jurídica,
cia en modo alguno con ningún otro fun- lo mismo en tiempos de Justiniano que de
cionario, ya que él no es otra cosa que Napoleón.
un dependiente del rey, nombrado y de- El primero pretende, en su famosa com-
puesto a su arbitrio, sin garantías de in- pilación, la suma de todo el pensamiento
dependencia alguna en su función, en tér- jurídico anterior, y sentar un final defi-
minos tales que la relación del juez con nitivo: "Una concordia, una consequentia:
la ley no es otra, en su aplicación, que la así concebía su obra el emperador; sólo la
de averiguar lo que el legislador quería y observación superficial podía descubrir en
pensaba. Y el legislador coincide con el ella lagunas o contradicciones", dice Rad-
monarca y, en su caso, con el señor terri- bruch; y el segundo resume todo su pen-
torial. samiento al respecto, cuando considera
En definitiva, el juez no es otra cosa perdido su código al aparecer los primeros
que el ejecutor de la voluntad superior y comentarios.
absoluta, exteriorizada en la ley; no le Recuerda Radbruch también que "con
queda arbitrio casi, puesto que, tan pron- aquel recelo con que el absolutismo de to-
to aprecia una duda por un texto oscuro das las épocas se enfrenta a la ciencia
o confuso, el juez no adopta otra actitud libre, se declara prohibida y castigada con
que dirigirse al monarca o su representan- las penas decretadas contra los falsarios,
te, en busca de una solución que implica- toda elaboración de las fuentes que tras-
ba la "auténtica interpretación" de la ley. cienda de la labor puramente mecánica,
Una actitud diferente significa delito de sobre todo en lo tocante a la parte funda-
mental de la compilación, o sea al Digesto. visión total del legislador, y se produce la
En este veto del absolutismo bizantino —y crisis inevitable de toda la teoría.
no como tantas veces se afirma en la fe Entonces se admite que el arbitrio judi-
de la Edad Media en la autoridad—, hay cial ha de tener gran relevancia en la ad-
que buscar la verdadera raíz histórica, de ministración de justicia, porque "no es
la que brota, andando el tiempo, la con- posible que las leyes humanas prevean y
cepción de la jurisprudencia, como la sier- comprendan todas las circunstancias de
ra del ¿legislador". personas, tiempos y lugares como así los
El juez ha ganado libertad en el sistema motivos que puedan en los hechos modifi-
de la división de los poderes, en cuanto no car la previsión del legislador".
depende ya del monarca, ni de autoridad Aquí se revela la realidad, contra el es-
administrativa; pero, en cambio, está in- trecho marco conceptual de la doctrina,
merso en un ambiente de extraordinaria al que rompe con la misma violencia de
desconfianza, en cuanto a su arbitrio, en las aguas, el dique, cuando éste estrecha
el juego de los poderes. la corriente en proporción inversa a las
Se lo ve, por supuesto, investido de in- fuerzas de aquéllas, y así la historicidad
menso poder, y en ello se reconoce un del hombre revela en los hechos la origi-
hecho innegable, y justificadamente, para nalidad fluyente y constante de la expe-
asegurar la unión del pensamiento y la riencia jurídica y la imposibilidad de su
acción del juez con la ley, se establecen previsión en leyes, sin omisiones, deficien-
controles rigurosos: deberá fundar sus re- cias o insuficiencias, y con ello, la eviden-
soluciones, habrá recursos contra las mis- cia del arbitrio judicial, en toda oportuni-
mas: revocatoria, apelación, casación, re- dad, si bien con diferencias de grado, se-
visión, etc. gún sea el acierto y la previsión de las
Pero no es esto lo que cercena su arbi- leyes.
trio en el orden del pensamiento, sino la Pero la doctrina tradicional no cede mu-
corriente de desconfianza que inspira el cho, ni comprende que su reconocimiento
absolutismo de la ley. En tal sentido, se acuse aguda crisis; y sólo admite que ha
estima que los códigos que surgen del es- de ser muy poco lo que ha de dejarse al
fuerzo legislativo, tendiente a dar solución juez. Recuerda Reichel que ya Aristóteles
a todos los casos posibles, agotarían la ca- lo había previsto así, pues no pretendía
suística, y como tal se los veía como ca- que las leyes no dejasen nada al arbitrio
tálogos de casos donde la vida humana se del juez, sino que se declaraba conforme
vería reproducida como la imagen que de con que le dejasen poco, como si fuese la
la realidad proyecta el espejo; por lo que suma perfección a que debía aspirarse.
el juez no tiene otra misión que colocar En el orden del conocimiento de la rea-
el caso en conexión con la imagen que lidad, se ha visto con razón que en la con-
del mismo le da ya hecha la ley. ceptuación de lo que es cultura, el error
En la ingenua concepción gnoseológica, modifica la realidad, y en esto, el arbitrio
que no ve la tarea del juez como una judicial, no constituye excepción.
conceptuación de experiencia de libertad, En efecto, la doctrina tradicional, al ne-
en un marco de posibilidades; bajo la apa- gar el arbitrio del juez, sobre la base de
riencia del reconocimiento de su arbitrio una previsión total del legislador, y al
en el libre desempeño de su función, en reconocerlo, sólo excepcionalmente y de
cuanto no está subordinado a otros pode- modo limitadísimo, dentro de una estruc-
res ni autoridades; se esconde su verdade- tura teórico general equívoca, ha termina-
ra función y se le niega la libertad que le do por hacer del juez un autómata, tanto
es menester para ejercer su arbitrio, el más deshumanizado cuanto mayormente
que prácticamente le resulta aniquilado su espíritu se torna puramente especulati-
por el absolutismo legal: en la pretendida vo intelectual, a través de deducciones le-
previsión total del legislador. gales, desprovisto de todo sentido de lo
Apenas si se abre una brecha, por donde justo y equitativo, alejado por ende de la
de modo harto estrecho la doctrina tradi- realidad que debe conceptuar, por una fal-
cional abre una perspectiva, por la que se sa concepción metodológica, que a la pos-
desliza, o deja deslizar como si fuera algo tre mostraría al juez como un hombre sin
subrepticio, el arbitrio judicial, considera- cerebro, sin corazón y sin alma, según ati-
do siempre como algo peligroso y atenta- nada reflexión de Reichel.
torio de la seguridad jurídica.
Es cuando, vencida por la realidad, esta El libre arbíírio judicial
falsa concepción gnoseológica, debe admi- La revisión de la teoría en torno al ar-
tir la existencia de "lagunas" en la ley, bitrio judicial se hizo inexcusable, cuanto
donde se quiebra el absolutismo de la pre- más artificiosa se volvió toda la argumen-
tación esgrimida en pro del absolutismo bien según la naturaleza de las cosas y
legal. las necesidades del estado de cultura", la
Si a ello se une el magno acontecimien- que, cambiando, hace inexcusable el cam-
to de la renovación de la filosofía jurídica, bio de interpretación de la ley.
la crisis general de las ciencias y del indi- Con esto se admite el más amplio arbi-
vidualismo liberal racionalista y construc- trio judicial, pero se retiene por parte
tivista, en razón de valoraciones científi- de esta escuela, aunque de modo no total-
cas, sociales, culturales, éticas, políticas e mente consciente, la convicción de que
históricas, que revelaban una experiencia todo el Derecho es la ley, ya que se admite
distinta y más basta, cuya gestación coin- la existencia de lagunas, y quebrando la
cide con el final del siglo xrx y culmina división de los poderes, para subsanar las
en los días que vivimos, con los aconteci- deficiencias de la ley, se otorga al juez la
mientos sorprendentes de nuestro tiempo facultad de legislar, confundiendo, en es-
en todos los órdenes. to, la creación del magistrado en el ejer-
Frente al panorama que ofrece esta nue- cicio de su arbitrio, con la facultad del
va experiencia, ninguna teoría anterior se legislador.
ofrece como justa, en el orden de nuestro Por ello, no cabe incluir en esta escuela
tema; la realidad social impone su sello a todos los que, reconociendo la insufi-
a toda actividad humana, y es preciso ciencia de la ley y la doctrina tradicional,
atenerse a ella al conceptuarla, describién- han bregado por el reconocimiento del
dola neutralmente, bajo el imperativo de arbitrio judicial.
ser éste el único camino que puede con- En tal sentido, cabe recordar, en Fran-
ducirnos a la verdad, según sabiamente cia, a Francisco Geny, cuya obra, Métodos
lo proclamara Husserl. de interpretación y fuentes en Derecho
El sentido social del Derecho, que, como privado positivo, no constituye un pensa-
tan acertadamente se ha dicho, no es de miento de la escuela del Derecho libre,
una escuela o doctrina, sino de la vida puesto que se mantiene dentro de las di-
misma del siglo xx, según aguda observa- recciones metodológicas, sin llegar a in-
ción de Mirkine Guetzevitch, coincide en vestir al juez de facultad de legislador,
esto con la mostración del hombre plena- pero reconociéndole amplio criterio para
rio de Dilthey, que se niega a ver en él un resolver los casos, para los que la ley, la
sujeto cognoscente, por cuyas venas no costumbre o la tradición no ofrecen so-
corra verdadera sangre, sino el humor lución; a través de una libre investigación
enrarecido de la razón. científica, según la naturaleza de las co-
Al influjo de las nuevas concepciones sas, la justicia y las conveniencias socia-
sociales y científicas se desarrolla una co- les.
rriente de pensamiento, que ateniéndose a Pero, en general, y con las diferencias
la realidad, termina por reconocer la im- anotadas, lo predominante en el pensa-
posibilidad de la previsión total de la ley; miento que se opone a la doctrina tradi-
omisiones, insuficiencias, deficiencias su- cional, es poner de relieve que el juez no
yas quebrantan también su pretendida es un autómata, una "máquina de inferir
identidad con el Derecho, pero desprovis- consecuencias y deducciones", sino un crí-
ta de una auténtica teorización de la tico, que valora, cerebra, siente y adopta
normatividad, se aparta, en definitiva, resoluciones en consecuencia.
también de la realidad que conceptúa, ya Según la escuela, hay que comprender
que remata en el juez-legislador. e interpretar la ley; si ésta es imposible,
Pero es importante señalar las caracte- en razón de que la resolución sería en
rísticas de este nuevo pensamiento, ya que definitiva manifiestamente injusta, sí es
acierta en todo cuanto niega a la doctrina necesario, por la gravedad del caso, puede
tradicional, mostrándola en sus errores, adoptarse una resolución en contra de la
aunque no acierte ni muestre unidad en ley, entendiéndose en tal supuesto que el
sus afirmaciones, respecto de la realidad legislador, si hubiese debido decidir, hubie-
que conceptúa. se también proveído en contra de la ley
Si bien no cabe incluir a todos los par- En este sentido cabe recordar que esta
tidarios de la nueva posición en un rótulo doctrina alcanzó positividad en Suiza; a
común, ello, no obstante, ha de admitirse través de la actuación de los tribunales
que la mayor parte están comprendidos que, prácticamente, no operaban de otra
por lo que ha dado en llamarse la escuela manera; y plena vigencia al incorporarse
del Derecho libre, cuyo precursor, a juicio al Código civil (art. 1?), la disposición que
de Reichel, seria Kholer, por cuanto as- prescribe que, en caso de laguna, el juez
piraba sean interpretadas: "no según la ha de decidir cual decidiría como legisla-
probable voluntad del legislador, sino más dor, lo que importa prácticamente auto-
rizarlo a decidir según su propio arbitrio, dividualizadora del juez, sea en atención
en lugar de la ley, en todos los casos en a las circunstancias del caso, o a la con-
que resulte intolerable la aplicación de ésta. creta aplicación de las normas jurídicas,
Lask, que íué tan agudo y penetrante jus- imbricadas en una teoría que muestra
filósofo, decía, según nos lo recuerda Rei- material y formalmente al arbitrio judi-
chel: "La totalidad de objetos accesibles cial estructurado, dentro del ordenamiento
al Derecho está recubierta en cierto modo jurídico, sin menoscabo de las normas que
por el pensamiento jurídico con un tejido lo integran, concillándose con la seguri-
teleológlco", y acentúa la necesidad de su dad jurídica y apoyándose en la ciencia,
comprensión por compenetración con lo para lograr la objetividad de la decisión
práctico. Recalca que ley y Derecho no judicial.
coinciden, porque aquélla, como el Dere- En esto mucho tiene que ver la teoría
cho consuetudinario y la práctica judicial, pura de Kelsen, la filosofía de la cultura
son uno de los datos mediante los cuales y la teoría de los valores. Siguiendo sus
la jurisprudencia, por elaboración, en la enseñanzas mucho se ha producido ya
que pone su parte creadora, obtiene el para alcanzar la anhelada teoría que
Derecho positivo vigente. comprenda la totalidad de la nueva expe-
Las críticas contra la escuela se hicieron riencia, en la plenitud de sus manifesta-
sentir en cuanto, admitiendo el libre arbi- ciones histórico individuales, pero dentro
trio en términos que el juez se sustituye de una estructuración teórica general,
a la ley, prácticamente descarta toda se- porque, como se ha dicho acertadamente
guridad jurídica, al prescindirse incluso por Rousseau: "la ciencia humana no es
de la ciencia, lo que prácticamente signi- un revoltijo de resultados dispersos, un
íica un primitivismo jurídico, que no tie- montón de materiales heteróclitos; por el
ne en sí nada de científico. contrario, es un conjunto coherente y
Prácticamente, los subditos jurídicos coordinado".
quedan librados al arbitrio judicial, que La teoría actual renuncia a representar
en este mismo sentido, es un retorno al el Derecho "como un orden firme que de-
absolutismo del monarca o de la ley, al termina todo aspecto de la conducta hu-
convertir al juez en "rey judicial", que, so- mana, en particular, la actividad de los ór-
berano y sin fiscalización, dicta resolucio- ganos que aplican el Derecho, y, sobre todo
nes y crea Derecho, que deriva de sí mismo. los tribunales; de modo que su función y,
La escuela del Derecho libre, y todo pen- por tanto, la interpretación, sólo ha de
samiento jurídico inspirado en los prin- considerarse como el hallazgo de normas
cipios que dieron nacimiento a la misma, ya existentes, que, por esta razón, sólo tie-
no perdió terreno y prestigio por lo que nen que descubrirse en un procedimiento
había en ellos de negativo para la doctri- especial", dice Kelsen, y agrega que ésta
na tradicional, sino por todo lo que falta if
es la ilusión de la seguridad jurídica, que
en dicha teoría de positivo. la teoría tradicional del Derecho se es-
La tarea científica no consiste, por cier- fuerza, consciente o inconscientemente, por
to, sólo en demoler. Es preciso, sí, derrum- mantener".
bar lo que ciertamente se sostiene, pero Ni la ley se identifica con el Derecho,
sin consistencia; pero es preciso recons- ni el juez es un autómata, que subsume
truir el conjunto coherente y coordinado el caso por una tarea intelectual deduc-
de la teoría, ampliándola para que sea ex- tiva, en la norma, puesto que su tarea
presión auténtica de la experiencia nueva. no se agota en un mero acto de cono-
Esto faltó en la escuela del Derecho li- cimiento, sino que supone un acto de vo-
bre, sus afirmaciones al respecto no sig- luntad.
nificaron nada sólido y, antes bien, fal- La norma se ofrece en su esquema ge-
tóles estructuración coherente intelectual neral, como un marco de posibilidades
en lo positivo. De ahí que necesariamente múltiples, de entre las cuales el juez pue-
cayera como blanco fácil de las criticas de de y debe elegir la que, según su valora-
los cultores de la propia doctrina que com-
batía, y perdiera el favor de los investi- ción, estime más justa. Después de todo,
gadores que, sobre la misma posición, bus- cabe recordar que Heidegger ha dicho muy
caran un planteo teorético del problema, bien que una resolución no es más que
con mejor ajuste a la realidad. una posibilidad elegida.
Esta tarea muestra el arbitrio judicial,
El arbitrio judicial vertebrado normativa- tal como se ofrece en la realidad, sin in-
mente terferencias especulativas de tipo cons-
La teoría jurídica moderna destaca la tructivista, para negarlo, disimularlo o
extraordinaria importancia de la labor in- minimizarlo, como tampoco para hacerlo
cuantitativamente mayor de lo que real- lo integran —legales, consuetudinarias, ju-
mente es. risprudenciales— ofrecen, a modo de es-
"La tarea de extraer de la norma la quemas generales, múltiples posibilidades,
sentencia justa o el acto administrativo entre las cuales el juez, en un acto crea-
justo, es esencialmente la misma que crear dor suyo, elige la que estima adecuada
dentro del marco de la constitución las para la solución del caso.
leyes justas", dice Kalsen, y prosigue: "Por Dicho acto supone una estimación suya,
cierto que existe una diferencia entre estos que se inspira en el orden de los valores
dos casos, pero es sólo cuantitativa y no jurídicos vigentes incorporados al ordena-
cualitativa, y no consiste sino en que la miento jurídico de la comunidad, según
sujeción del legislador en el aspecto ma- común convicción.
terial es mucho más pequeña que la su- Formal y materialmente, como órgano
jeción del juez, en que aquél es relativa- jurisdiccional, el -juez realiza una tarea
mente mucho más libre que éste en la integradora del ordenamiento jurídico, que
creación del Derecho. Pero también el se ofrece como una totalidad infinita, toda
juez es creador del Derecho, y es también vez que, específicamente, opera la indivi-
relativamente libre en esta función". dualización del caso sometido a su deci-
En Idéntica forma, refiriéndose a la sión a través de las circunstancias que la
distinta manera de producirse el Derecho, realidad ofrece, según sus elementos jurí-
y aludiendo precisamente a la labor de los dicamente relevantes, y determina, en el
jueces, dice Vinogradoff: "Por de pronto, orden de producción de las normas, con
parece claro que una norma jurídica pue- sujeción a las generales, la norma indi-
de ser hecha de antemano, con la finali- vidual del caso individualizado.
dad expresa de regular los acontecimien- Este acto creador del juez, se ofrece den-
tos futuros, o declarada por los tribunales tro de un marco más o menos amplio, se-
de justicia en ejercicio de su jurisdicción". gún que la previsión del caso ofrezca clara
He aquí la distinción fundamental entre solución o no en las normas a aplicar, pero
legislación y Derecho creado por los jue- por amplio y extenso que resulte en defi-
ces. nitiva su arbitrio, no por ello ha de ser
Las citas podrían multiplicarse, tanto producto del capricho, ni expresión de vo-
más si, como lo reclama la experiencia ju- luntad omnímoda suya, manifiestamente
rídica, nos remitiéramos al pensamiento arbitraria —de hecho podría serlo, es el
jurídico anglosajón, donde la labor de los riesgo de lo humano patente en el orden
jueces pone de relieve su arbitrio, por el de todas las ciencias—, sino que ha de
extraordinario valor de la jurisprudencia. atenerse a la realidad, objetivamente, se-
No creemos, sin embargo, necesario hacer gún una crítica reflexión, cuya eficacia ha
más extensa esta nota, por tratarse de de resultar necesariamente de su concor-
un hecho bien conocido. dancia con las valoraciones vigentes, se-
Precisamente, la consideración de la gún la convicción de la comunidad.
experiencia jurídica, tal como se ofrece En este orden de ideas, está de más des-
en el marco universal de su producción tacar la jerarquía de la ciencia jurídica,
histórica, lleva a la corriente dominante como garantía de objetividad en el pen-
en el pensamiento jurídico contemporáneo, samiento del juez, toda vez que en ella ha
a ver en la actividad del juez un acto crea- de encontrar el juez, en el ejercicio de su
dor de Derecho, toda vez que da de lado el arbitrio, el auxilio necesario para fundar
dogma de la suficiencia total de la ley: su decisión en derecho.
las normas que aplica son interpretadas Con estos principios, la dirección con-
siempre y con arreglo a las circunstancias temporánea del pensamiento jurídico ela-
del caso, de las cuales resulta la aplica- bora una teoría general, en la que el ar-
ción del Derecho estatutario previamente bitrio judicial se ubica en su exacto lugar.
formulado o las normas de otras fuentes No padece de desconocimientos incompa-
de producción de Derecho, si aquél no tibles con la realidad que conceptúa, ya
ofrece una solución adecuada para la de- aue admite el arbitrio judicial como un
cisión, llegando incluso a la máxima ex- dato; pero, al mismo lo circunscribe a lo
tensión el arbitrio del juez; cuando éste que realmente es, puesto que por extenso
debe remontarse a las normas más gene- que resulte su ejercicio, no excede la fun-
rales de los principios generales del Dere- ción judicial y se opera dentro de los lí-
cho para su determinación. mites señalados a ésta en el ordenamien-
El ordenamiento jurídico constituye al to jurídico; vale decir, su constante inte-
respecto una plenitud hermética, que ofre- gración en la labor inexcusable de adecua-
ce la perspectiva de solución de todos los ción de las normas generales, a través de
casos posibles, puesto que las normas que las circunstancias, y por sus elementos
Jurídicamente relevantes, del caso median- ARBITRIOS. Derechos o imposiciones
te la norma individual, que es la sentencia con que se arbitran fondos para gastos
en el orden judicial. públicos, por lo general municipales. Es
Por supuesto, que no hablamos sino del voz poco usada en la Argentina. (V. CON-
pensamiento jurídico dominante, ya que TRIBUCIONES. HACIENDA MUNICIPAL. IMPUES-
no hay al respecto una pacífica aquiescen- TOS. TASAS.)
cia. Juristas y jusfilósofos hay que, en opo-
sición, se mantienen ya apegados a la es- ARBITRO. (V. Juicio DE ARBITROS.)
cuela tradicional, en una posición extre-
ma, que pretende fundarse en el dogma ÁRBOL. Planta perenne, de tronco le-
de la suficiencia total de la ley; pero, evi- ñoso, que se ramifica a mayor o menor
dentemente, operan ya sobre una verda- altura del suelo. Los árboles dan lugar, por
dera ficción, cuyo error la realidad por si sus características, a problemas jurídicos
sola pone de relieve. específicos, que recoge y regula el Código
Otros, en cambio, apartándose de él, no civil, y que pueden concretarse de este
aciertan a dar una teoría satisfactoria de modo:
esta experiencia ampliada de lo jurídico, Entre las responsabilidades que incum-
en el orden del arbitrio judicial, mante- ben a los dueños de cosas inanimadas por
niéndose en una actitud de critica al pen- los daños que las mismas causen, salvo
samiento dominante con endebles argu- prueba de inexistencia de culpa, figuran
mentaciones, las más de las veces refuta- las "caídas de los árboles por causas ordi-
das antes de formularse. dinarias" (art. 1133, inc. 2°).
El pensamiento jurídico dominante que En el contrato de locación se estima
rechaza el dogma de la suficiencia total como goce abusivo, por parte del locatario
de un predio rústico, arrancar árboles y
de la ley, admite múltiples fuentes o mo- hacer cortes de montes, salvo si lo hicie-
dos de producción del Derecho, sin dejar ran para sacar la madera necesaria para
por ello de reconocer rango y jerarquía los trabajos del cultivo o mejora de la tie-
entre ellas, y amplio arbitrio del juez para rra, o con el fin de proveerse de leña o
decisiones fundamentalmente justas, a carbón para el gasto de la casa (art. 1560).
través de métodos que excluyen por su ra- Si se consideran inmuebles por su natu-
cionalidad, la arbitrariedad; y que la cien- raleza las cosas que se encuentran por sí
cia elabora para alcanzar la anhelada se- mismas inmovilizadas, como el suelo y to-
guridad jurídica. das las partes sólidas o fluidas que forman
su superficie y profundidad, así como todo
BIBLIOGRAFÍA. — Kelsen, H., Teoría general del lo que está incorporado al suelo de una
Derecho y del Estado, Ed. Imprenta de la Univer-
sidad, México, 1050, y La teoría pura del Derecho, manera orgánica y todo lo que se encuen-
Ed. Losada, Bs. Aires, 1941. — Relchel, H., La ley tra bajo el suelo sin el hecho del hombre
y la sentencia, Ed. Reus, Madrid, 1931. — Sauer. (art. 2314), es evidente que los árboles tie-
W., Filosofía jurídica y social, Ed. Labor, Bs. Ai- nen esa condición mientras se encuentran
res, 1933. — Recaséns Sienes, L., Vida humana.
Sociedad y Derecho (Fundamentaclón de la filo- incorporados al suelo.
sofía del Derecho), F. C. E., 2* ed. 1945, México. Entre las restricciones y límites del do-
— Gastan Tobefias, J., Teoría de la aplicación e minio, figura la de que el propietario de
investigación del Derecho (Metodología y técnica
operatoria en Derecho privado positivo), Ed. Beus, una heredad no puede tener en ella ár-
Madrid, 1947. — Francois, G., Métodos de inter- boles a una distancia menor de tres metros
pretación y fuentes en Derecho privado positivo, de la linea divisoria del predio, rústico o
Ed. Beus, Madrid, 1925. — Vinogradoff, P., intro- urbano, del vecino, tanto si está cercado
ducción al Derecho, F. C. E., México, 1952. — Bad-
bruch, O., Introducción a la filosofía del Dere- como si no lo está, y aunque ambas here-
cho, F. C. E., México, 1951, y Filosofía del Derecho, dades sean bosques (art. 2628). Aunque los
Madrid, 1933. — Cossio, C., La teoría egológica y árboles estén plantados a la distancia fi-
el concepto jurídico de libertad, Ed. Losada, Bs.
Aires, 1943, y El Derecho en el Derecho judicial, jada por la ley, si sus ramas se extienden
Bs. Aires, 1943. — Borga, E. E., "Principios mate- sobre las construcciones, jardines o patios
riales del conocimiento Jurídico. Jurlslogia. Ele- vecinos, el dueño de éstos tendrá derecho
mentos para una metodología gnoseológica" (Sepa- para pedir que se corten en todo lo que se
rado de la Revista Universidad de la Universidad
Nacional de Santa Fe, n» 15, 1943). — Hernández extendiesen sobre su propiedad; y si son
Olí, A., Metodología del Derecho (Ordenación crí- las raices las que se extienden en el suelo
tica de las principales direcciones metodológicas), vecino, el dueño del suelo podrá hacerlas
Ed. Bevista de Derecho Privado, Madrid, 1945.—
Cairas, Hall, Cowan, Pekells, Prank, Patterson. cortar por sí mismo (art. 2629).
Kelsen, Chroust, El actual pensamiento jurídico En el condominio de los cercos y fosas
norteamericano, Ed. Losada, 1951. — Enneccerus, medianeros, se entiende que los árboles
L., Tratado de Derecho civil, Parte general, trad.
de Blas Pérez González y José Alguer, Ed. Bosch, existentes en los mismos son también me-
1948, t. 1, vol. 1, pág. 148, y t. 2, págs. 224 y 230. dianeros, y cada uno de los condóminos
podrá exigir que sean arrancados si le cau- tutos científicos, academias, escuelas, etc.,
saren perjuicios; y si cayesen por algún en las cuales se registra la dirección del
accidente, no podrán ser replantados sin pensamiento científico o filosófico en un
consentimiento del otro vecino, observán- sentido determinado, generalmente el que
dose lo mismo respecto de los árboles co- predomina en la academia, escuela o ins-
munes, por estar su tronco en el extremo tituto que lo publica.
de dos terrenos de diversos dueños (art. Entre estos últimos, cabe citar, por ejem-
2745). plo, el Archivo jurídico "Filippo Serafiní",
Entre las obligaciones del nudo propie- en Módena, Italia, que dirigió Giorgio Del
tario figura la de no cortar los árboles Vecchio; Archivo para la Criminología —
grandes de un fundo, aunque no produz- Archiv für Kriminologie—, en Leipzig; Ar-
can fruto alguno (art. 2913). chivo de Derecho de práctica civil —Ar-
En la servidumbre de acueducto, el po- chiv fúr civilistische praxis—, en Tübin-
seedor del predio sirviente no puede plan- gen; Archivo de Derecho público —Archiv
tar árboles en los lados del acueducto sin des offentlichen Rechts—, Tübingen; Ar-
asentimiento del dueño de la heredad chivo de Derecho y Filosofía Social —Ar-
dominante (art. 3092). chiv für Rechts-und Wirtschaftsphiloso-
La acción de los propietarios ribereños phie—, en Berlín, Grunewald; Archivo, para
para reivindicar los árboles arrancados la Historia de la Filosofía —Archiv für Ges-
por la corriente de los ríos, prescribe a chichte der Philosophie— en Berlín; Archi-
los seis meses (art. 4039). (M. O. y F.) vo de Filosofía sistemática —Archiv für
JUKISPRTJDENCIA. — No procede la Indemnización
systematische Philosophie—, en Berlín; Ar-
por daños y perjuicios originados por árboles de chivo de Ciencia social y Política social
la heredad vecina, si no se justifica que derivan —Archiv für Sozialwissenschaft und So-
Inmediata y necesariamente del motivo que la zialpolitik —en Tübingen; etc.
demanda indica (Cám. Civ. 2' Cap. Fed., 11-5-918, Pero estos archivos recaudan la activi-
J. A., t. 1, pág. 669).
dad filosófica y científica, en tanto que
ÁRBOL GENEALÓGICO. (V. GENEALO- los archivos a que nos vamos a referir en
GÍA.) esta nota, dada la índole de la obra, se
refieren a la documentación que produce
ARBUSTO. Planta perenne de tallos le- la actividad del Estado, muy particular-
ñosos y ramas desde la base. La única mente la referente a la actuación del Po-
referencia que a los arbustos hace el Có- der judicial, vale decir el Archivo de los
digo civil, es la contenida en el artículo Tribunales.
2628, para determinar que no se pueden Ello no obstante, para poder ubicar den-
tener a distancia menor de un metro de tro de los distintos archivos, en razón de
la línea divisoria con el predio del vecino. la gran variedad de los contenidos, a los
que han de ser motivo de nuestra preocu-
ARCIPRESTE. Dignidad en las iglesias pación, cabe que recordemos cómo se or-
catedrales, y más característicamente sa- ganizan y clasifican e incluso a cargo de
cerdote, a quien el obispo ha puesto al quién se encuentran, como así breve re-
frente de un arciprestazgo, o sea, según lación de la preparación de las personas
el canon 217, de una parte del territorio que de ellos se ocupan.
del obispado, que comprende varias parro- En general, los Estados organizan sus
quias. Arcipreste rural denomina el canon archivos en orden de importancia y en
445 al presbítero que ejerce la jurisdicción razón del contenido de los documentos que
en el arciprestazgo. Representa una auto- guardan; así, tenemos, por- ejemplo: Ar-
ridad intermedia entre el obispo y los pá- chivo General de la Nación en Argentina,
rrocos. en Buenos Aires; Histórico Nacional, en
Madrid; Central, de Alcalá de Henares; de
ARCHIVO. * Se caracteriza el archivo Simancas: de Indias, en Sevilla, etc., que
como el lugar en que se guardan docu- custodian el acerbo histórico del país, para
mentos de importancia en forma ordena- su mejor investigación por los historiado-
da, para su mejor conservación y consul- res, que han de encargarse de su reproduc-
ta, lo que establece diferencia con un ción y estudio.
mero depósito de los mismos. Además de estos archivos generales, los
Existen archivos de la más variada ín- hay especiales, que contienen la docu-
dole y, por extensión, reciben este nom- mentación perteneciente a determinados
bre ciertas publicaciones en que se con- órganos del Estado.
centra la producción intelectual de insti- Así, por ejemplo: de la Presidencia, de
los Ministerios, de las Direcciones genera-
* Por el Dr. ERNESTO EDUARDO BORGA. les, de las Universidades, etc., los cuales,
así como los generales que hemos aludido, concreta la síntesis de lo significativo e
en algunos países están a cargo de perso- importante de las decisiones, conserván-
nas especializadas en arqueología, archi- dose en ordenada clasificación en carpe-
vos y bibliotecas, que constituyen un cuer- tas denominadas records, que son motivo
po, que recibe su capacitación en escuela de consulta por los abogados y magistra-
destinada al efecto, por el propio Estado. dos.
Así ocurre en España, donde existe una En Argentina, el Archivo de los Tribu-
reglamentación de la carrera de archive- nales de la Capital fue creado por la ley
ro, que integra el cuerpo de Archiveros, número 1893, de organización de los Tri-
Bibliotecarios y Arqueólogos, que reciben bunales, la que en su título XV, artículos
enseñanza en la Escuela Superior de Di- 296 a 311, dispuso la creación del "Archi-
plomática de Madrid. vo General de los Tribunales", a cargo de
El Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios un escribano, y que se formaría con los
y Arqueólogos fue creado por real decreto protocolos de todas las escribanías de re-
de 17 de junio de 1858, habiendo recibido gistro, excepto los cinco últimos años, que
múltiples reformas ulteriores. Se ingresa quedarían en poder de los escribanos de
por oposición a las vacantes de última ca- registro; y con los expedientes archivados
tegoría, según condiciones fijadas por la en las secretarías y demás oficinas de ac-
respectiva reglamentación, que inicialmen- tuación y registro de la Capital. Prescribe
te data de 1902; los cargos son inamovibles, la forma de recepción, organización e ín-
salvo sentencia judicial o sumario admi- dices para expedientes y protocolos, de-
nistrativo por delito o falta y el ascenso biendo expresar los índices de protocolos:
tiene lugar por antigüedad dentro de ca- nombres de los otorgantes, fecha de es-
da categoría, y por antigüedad y concurso crituras, nombre de los escribanos, y ofi-
para pasar de una categoría a otra. cinas y objetos de ellas; y los de expe-
El título que expide la Escuela de Di- dientes: nombre de las partes, juez, ofi-
plomática de Madrid a los archiveros es cina actuaría y objeto del juicio.
profesional, gozando sus tenedores del de- Prescribe la ley orgánica asimiskio so-
recho de realizar pruebas periciales de su bre la salida de los expedientes del archi-
ramo en los tribunales, la administración vo, que no podrá ser sino por orden judi-
y todos los lugares oficiales. cial, y por no más de sesenta días; en
Además de los archivos generales que tanto que los protocolos no deberán sa-
hemos mencionado, y de los especializados, lir nunca de él, salvo caso de fuerza ma-
se encuentran los denominados archivos yor.
judiciales, que comprenden, en general: Dispone que el archivero expedirá tes-
Archivos de la Suprema Corte, o, en su timonios y certificados con las formali-
caso, del Tribunal Supremo; Archivos de dades de los escribanos de Registro. Decla-
los Tribunales; Archivo de los Juzgados, ra de propiedad pública los Registros y
etcétera. Archivos.
Están, generalmente, a cargo de aboga- Las Cámaras de Apelaciones en lo Civil
dos en nuestro país, por ejemplo, en los de la Capital dictaron el reglamento del
Tribunales de la Nación, en la Provincia Archivo con fecha 26 de julio de 1906, con
de Buenos Aires, en cada uno de los de- 13 artículos, que disponen sobre funcio-
partamentos judiciales en que se divide namiento y horario del Archivo, disciplina
su territorio, aunque también pueden des- del personal, obligaciones del jefe y cada
empeñar el cargo escribanos. En los archi- uno de los empleados. Dispone la reserva
vos de Juzgado es el secretario del- Tribu- de los Registros, del artículo 202 de la ley
nal el encargado del mismo. orgánica, también para el Archivo; pres-
En España, la ley orgánica del Poder cribiendo a la vez la forma en que abo-
judicial trata sobre los archiveros judicia- gados, ingenieros, agrimensores y escriba-
les y exige que sean abogados, además de nos podrán imponerse del contenido de
tener las demás condiciones de los archi- expedientes y escrituras, lo que deberán
veros que hemos visto antes. hacer en presencia de los empleados del
En Inglaterra, la organización de los archivo, comprobando previamente estar
archivos judiciales reviste especial signi- autorizados para ello por los jueces o por
ficación, dada la circunstancia de tratarse los directamente interesados, a que se re-
de país en que prevalece la costumbre fiere la segunda parte del citado artículo
(common law), formada a través de fallos 202; limitando las investigaciones a lo que
judiciales que la recogen, la registran y sea necesario para realizar los actos rela-
la convalidan judicialmente. tivos al ejercicio de sus respectivas pro-
Al efecto, la preparación de reports ex- fesiones o encargos.
traídos de los fallos de los Tribunales, El artículo 13 prohibe "hacer anotado-
nes o señales escritas en los registros y plimiento de la sentencia recaída, si se
demás documentos del Archivo, ni acto hubiere dictado.
alguno que pueda causar deterioro", prohi- Declara el artículo 8"? el derecho de las
biéndose igualmente a los peritos "em- partes a solicitar testimonios o desgloses
plear ácidos o substancias químicas que a su costa, de las piezas actuariales que
sean perjudiciales o causen deterioro a los les interese, dentro del término de treinta
documentos, a menos de estar autorizados días del auto que ordene el archivo del
expresamente y en cada caso por el Tri- expediente.
bunal que haya ordenado la medida". Por último, dispone el decreto-ley, en su
Por decreto del Poder Ejecutivo Nacional artículo 12, que "todas las cuestiones que
número 4086, del 12 de febrero de 1946, y pueda originar la aplicación de las dispo-
que ratificó el Congreso Nacional por ley siciones precedentes, serán resueltas por
12.997, se crea "dentro del Archivo Gene- vía de superintendencia por las Excelen-
ral de los Tribunales, una sección especial" tísimas Cámaras Civiles, en virtud de la
para la incineración o destrucción parcial que ya ejercen, conforme a lo establecido
o total de los expedientes que, concluidos en el decreto de! Poder Ejecutivo, de 6 de
o paralizados, se encuentran en las con- junio de 1933".
diciones que se prevén en el mismo decre- La ley 13.998, de organización de la Jus-
to; y también para formular las planillas ticia Nacional, dispuso, con referencia al
y fichas de los expedientes a incinerarse o Archivo General de los Tribunales, que
destruirse. Asimismo, evacuará todas las dependerá del Poder Ejecutivo de la Na-
consultas referentes a expedientes archi- ción, estableciendo a la vez que una ley
vados en condiciones de ser destruidos o especial fijará su nueva organización i
incinerados. funcionamiento.
Las planillas tienen carácter de instru- Dicha ley fue dictada el 29 de setiembre
mento público, firmadas por el director de 1953, promulgada y registrada bajo el
del Archivo y el jefe de sección. n9 14.242 y dispone:
La incineración o destrucción será dis- "Artículo 19 — El Archivo General de los
puesta por el jefe de sección, con la auto- Tribunales se denomiará en lo sucesivo Ar-
rización del director del Archivo, sin ape- chivo de Actuaciones Judiciales y Notaria-
lación alguna, salvo el derecho acordado les de la Capital Federal. Dependerá del
en el artículo 69, en cuanto prescribe que Poder Ejecutivo por intermedio del Minis-
no serán incinerados ni destruidos, ni to- terio de Justicia y estará a cargo de un
tal ni parcialmente: los juicios sucesorios, director general. Contará, además, con un
los de quiebra, los que resuelvan cuestiones subdirector general y los funcionarios y
de familia o derechos reales; los que so- empleados que determine la ley de presu-
liciten las partes interesadas, dentro del puesto.
término de treinta días de la última pu- Art. 29 — Para ser director general o sub-
blicación ordenada por el artículo 5?, en director general se requiere ser argentino
el Boletín Judicial y Oficial por quince nativo, mayor dé edad, abogado o escriba-
días, siempre que la causa Invocada sea no, con 3 años de ejercicio profesional o de
considerada justa, a exclusivo criterio de cargos judiciales, o administrativos desem-
la Dirección del Archivo, y las actuaciones peñados en el mismo archivo.
que a juicio del director del Archivo Ge- Art. 39 —El director general es respon-
neral de la Nación tengan algún interés sable de la integridad y conservación de
social o histórico. los expedientes, protocolos y documentos
Los plazos que deberán tenerse en cuen- existentes en el archivo.
ta para disponer la destrucción o incine- Art. 49 — El archivo estará formado:
ración son: a) En lo criminal, instrucción
y correccional, para las causas terminadas 19 Con los expedientes terminados y los
o paralizadas antes de la creación y fun- paralizados por más de un año que remi-
cionamiento del Registro Nacional de Rein- tan los tribunales de la Capital Federal;
cidentes, cuarenta años; para las de fe- 29 Con los protocolos de las escribanías
cha posterior veinticinco años; si existiere de registro y de marina, con excepción de
sobreseimiento definitivo, absolución o des- los correspondientes a los cuatro últimos
estimación de la denuncia o querella, diez años, los que quedarán en poder de los es-
años del auto que así lo disponga; b) En cribanos;
lo civil y comercial, después de diez años 39 Con los protocolos de escrituras otor-
de la última actuación, para todos los jui- gadas por los secretarios conforme al ar-
cios de la justicia ordinaria y de paz le- tículo 99 de la acordada de la Corte Supre-
trada, terminados o no, que carezcan en ma de Justicia de la Nación, de fecha 11
absoluto de interés o conste el total -cum- de octubre de 1863;
49 Con uno de los ejemplares de las ac- carátula, el número o letra del juzgado y
tas del Registro Civil de la Capital; secretaría y los nombres del juez y del se-
59 Con dos ejemplares del Boletín Judi- cretario, sin perjuicio de las demás anota-
cial y Boletín Oficial; ciones que establezca la reglamentación.
69 Con todos los expedientes, protocolos Art. 11. — El director general, por orden
y documentos archivados en la actualidad. escrita del juez de la Capital Federal, expe-
Art. 59 —Los jueces dispondrán de oficio dirá testimonios y certificados de los expe-
el archivo de los expedientes terminados y dientes, escrituras y demás documentos que
paralizados, inmediatamente de vencido el se encuentren en el archivo, observando las
plazo señalado o de agotado el procedi- formalidades prescriptas por las leyes de la
miento, previa certificación por parte del materia. Se limitará a dar fe de las cons-
secretario de que no se adeuden impuestos tancias existentes, sin emitir juicio o apre-
con relación a los cuales la autoridad judi- ciación al respecto. Los testimonios podrán
cial haya sido declarada responsable de su ser expedidos en fotocopias debidamente
percepción o verificación, o de que se ha autenticadas.
enviado a la repartición recaudadora co- Cuando se trate de escrituras o documen-
rrespondiente un detalle de las deudas exis- tos que no contengan obligaciones de dar o
tentes por tal concepto. ' de hacer expedirá sin necesidad de autori-
Art. 6? — No obstante lo dispuesto en el zación judicial los testimonios o certifica-
inciso 19 del artículo 41?, los jueces podrán dos que se le soliciten (arts. 1008 y 1007,
ordenar de oficio o a petición de parte, que Cód. civ.).
dichos expedientes se mantengan en el res- Asimismo, evacuará directamente los in-
pectivo tribunal, por el tiempo y las causas formes que recaben los jueces y las repar-
que expresarán en auto fundado. ticiones de la administración nacional.
Art. 79 — Los expedientes serán remitidos Art. 12. — Todo pedido de expedición de
al archivo dentro del año siguiente. Con los testimonio o certificado de piezas agrega-
mismos se acompañará una planilla, firma- das a expedientes existentes en el archivo
da por el secretario, que consigne el nú- será decretado por los jueces teniendo a la
mero o letra del juzgado y secretaría en vista los autos respectivos, con interven-
que tramitó el juicio; nombres del juez, del ción del representante del fisco.
secretario y de las partes; objeto, número Art. 13. — Corresponde al director gene-
de expediente, fecha de iniciación, fojas ral practicar las anotaciones que los jue-
que contiene y parte dispositiva de la sen- ces ordenen en los protocolos, expedientes
tencia definitiva o última actuación en su y actas de los libros del Registro Civil que
defecto. se encuentren en el archivo.
Art. 89. — Los expedientes serán recibidos Art. 14. — Los expedientes, protocolos y
por el archivo haciéndose constar el núme- documentos existentes en el archivo podrán
ro de fojas y las circunstancias especiales ser consultados en la forma y condiciones
que se notaren. que determine la reglamentación.
Si el expediente no se hallare en condi- Art. 15. — Los protocolos, los libros del
ciones de ser recibido por inobservancia de Registro Civil y los documentos a que se re-
alguno de los requisitos que establece esta fiere el artículo 49, no podrán ser retirados
ley, o si se hubiere comprobado alguna irre- del archivo sino por caso fortuito o fuerza
gularidad, el director general deberá de- mayor, por orden judicial o por disposi-
volverlo al tribunal remitente, dando las ción del ministro de Justicia, por un plazo
razones del caso. no mayor de un año, cuando una razón de
Art. 99 — Los protocolos de los escribanos gobierno o de administración lo justifique.
y tomos del Registro Civil serán recibidos Art. 16. — Los expedientes podrán ser
por el archivo en los meses de enero y fe- retirados del archivo en las circunstancias
brero del año que corresponda ingresarlos, previstas en el artículo anterior o en vir-
haciéndose constar en el recibo los datos tud de orden escrita de juez de la Capital
consignados en el respectivo certificado de Federal por un plazo no mayor de un año,
clausura, así como las circunstancias espe- vencido el cual el director general recla-
ciales que se notaren. mará la devolución, la que no podrá ser
Art. 10. — Se formarán índices especiales demorada más de 30 días, salvo causa jus-
de cada sección de expedientes en que se tificada, que se le hará saber. Si en ese
organice el archivo y se procederá al ficha- plazo no fuese devuelto el expediente y no
je de los mismos y de toda la documenta- se diere razón satisfactoria, el director ge-
ción que se reciba, sin perjuicio de efec- neral dará cuenta de ello al ministro de
tuarse el de los ya existentes. Se formará Justicia.
también un índice general. En los índices Art. 17. — Los expedientes judiciales que
y fichas de expedientes se determinarán la tengan interés social o histórico serán con-
servados en el archivo en una sección espe- ley número 3880, dictada en noviembre de
cial. 1926, se dispuso la creación de archivos de
Art. 18. — Los expedientes archivados po- los Tribunales en cada departamento ju-
drán ser destruidos total o parcialmente en dicial en que se divide la provincia, a los
la forma y con los recaudos que establezca efectos de la jurisdicción.
el Poder Ejecutivo. Dichos archivos contendrán la siguiente
Además de los que el Poder Ejecutivo ex- documentación, según lo dispone el artícu-
ceptúa, no podrán ser destruidos total ni lo 2?: a) expedientes tramitados ante la
parcialmente los juicios sucesorios, los de justicia letrada del respectivo departa-
quiebra o concurso, las insanias, las cartas mento, un año después de su terminación;
de ciudadanía, los vinculados a los dere- b) juicios sucesorios tramitados ante la
chos de familia, los relativos a los de- justicia de paz del respectivo departamen-
rechos reales ni los que tengan algún inte- to, un año después de su terminación; c)
rés social o histórico. juicios ejecutivos tramitados ante la jus-
Art. 19. — Periódicamente y en la forma ticia de paz del departamento, cuando en
que determine la reglamentación, el direc- esos juicios se hubiesen vendido bienes
tor general informará al Ministerio de Jus- inmuebles, un año después de su termina-
ticia sobre el movimiento del archivo, in- ción; d) expedientes paralizados en las
dicando los casos en que no se haya dado secretarías de primera instancia en lo civil
cumplimiento a las prescripciones de esta y comercial, juzgado de paz y alcaldías,
ley. en las condiciones expresadas en el inciso
Art. 20. —Los expedientes de la justicia b), después del año de la última actua-
de la Capital Federal que a la fecha de la ción, o a petición de parte; e) protocolos
promulgación de esta ley se encontraren de las escribanías del departamento, con
terminados o paralizados con una anterio- excepción de los correspondientes al últi-
ridad mayor de diez años, serán recibidos mo año; f ) protocolos de escrituras que,
por el archivo sin exigirse el cumplimiento con arreglo a lo dispuesto en la ley del 3
de los requisitos señalados en el artículo 5?. de septiembre de 1870, hayan llevado las
Art. 21.— El Poder Ejecutivo proveerá al secretarías de las municipalidades y los
archivo de los inmuebles, elementos y úti- protocolos de escrituras otorgadas ante los
les que requiera para el cumplimiento de jueces de paz.
esta ley. Se declara, por el artículo 10, que los
Art. 22. — El Poder Ejecutivo reglamen- archivos son de propiedad pública, y se
tará esta ley dentro de los noventa días a dispone por el artículo 14, que estarán a
contar desde su promulgación. cargo de un director, que deberá ser abo-
Art. 23. — Deróganse los artículos 296 a gado o escribano, señalándose, además, el
311 de la ley 1.893, el decreto 4.086/46, ra- personal que ha de secundarlo en sus ta-
tificado por la ley 12.997 y toda otra dis- reas.
posición que se opusiere a la presente. El director del archivo deberá recibir los
Art. 24. — Comuniqúese, etc." expedientes y demás documentación de
La Corte Suprema de Justicia de la Na- manos de secretarios de Juzgados y de
ción creó por acordada de fecha 11 de junio escribanos, previo examen de su estado,
de 1942, el "Archivo Federal", poniéndolo certificando el número de fojas y demás
bajo su dependencia, asignándole personal circunstancias que se notaren, comunican-
y reglamentando sus funciones; pero en do a la autoridad competente cualquier
abril de 1951, en virtud de lo dispuesto por irregularidad que constate, de acuerdo con
el artículo 74 de la ley 13.998, fue reinte- lo dispuesto por el artículo 3?.
grado al "Archivo General de los Tribu- Disponen los artículos 12 y 13 la forma
nales", quedando, en consecuencia, el Ar- cómo se organizará el archivo: los proto-
chivo de la Corte Suprema con su propia colos por orden de oficinas y partidos; los
documentación exclusivamente. El Archi- expedientes por orden de materias, juzga-
vo de la Corte Suprema depende directa- dos y secretarías.
mente de la Secretaría de Superintenden- Se dispondrá, asimismo, la confección de
cia del Tribunal, y su funcionamiento está índices especiales de cada oficina, como
prescripto por el artículo 123 de la orden así índices generales del archivo, uno de
dictada para la Justicia Federal por la Cor- escrituras y otro de expedientes. Los ín-
te Suprema, el 3 de marzo de 1948, vigente dices de escrituras —dice el artículo 13—
aún a este respecto, en cuanto sea com- contendrán los nombres de los otorgantes,
patible, excluido todo lo relativo a Cáma- fecha y lugar del acto, su naturaleza, folio
ras y Juzgados Federales, en virtud de lo del protocolo y nombre del escribano au-
dispuesto por la ley 13.998. torizante, y los índices de los expedientes,
En la Provincia de Buenos Aires, por los nombres de las partes que haya y los
del juez y secretario, naturaleza del juicio del Crimen de la Capital de la Provincia,
y íecha de su iniciación y terminación. y valiéndose de su información y ante-
Una vez que los expedientes y protoco- proyecto, elevado a la Suprema Corte,
los han ingresado al archivo, no pueden aprobó la centralización técnica de todos
salir del mismo sino por mandato judi- los archivos departamentales, y su descen-
cial —dispone el artículo 89 de la ley—, tralización administrativa, con vistas a
y sólo por el término de sesenta días, una organización sistemática, que hacía
vencidos los cuales se intimará su devolu- de aquellos organismos una verdadera
ción, bajo pena de multa. fuente de información para las activida-
De la documentación que guarda el ar- des de magistrados y abogados; al mismo
chivo, el director, sólo por mandato ju- tiempo que establecía la perspectiva de la
dicial podrá expedir testimonio, observan- realización de estadísticas y compilación
do al respecto las mismas formalidades ordenada de la jurisprudencia, para una
proscriptas para los escribanos de regis- mejor información jurídica y legislativa.
tro y secretarios. La iniciativa contó con el auspicio de la
La superintendencia sobre los archivos Cámara unánimemente, por considerarse
de los tribunales que la ley 3880 crea, la la estructuración dada o dictada en el Ar-
atribuye a las Cámaras primeras de ape- chivo de los Juzgados del Crimen como la
lación de los respectivos departamentos más acertada, por su fundamentación teó-
judiciales, y el archivo correspondiente al rica y su orientación técnico científica.
departamento judicial de la capital queda En efecto, el proyecto aprobado por la
bajo la superintendencia de la Suprema Cámara, que no obtuvo en definitiva san-
Corte de Justicia. ción legislativa, contiene una sistemati-
A este último Tribunal corresponde la zación que lo exhibe como el mejor de
designación del personal, que sólo podrá su género, por lo que debiendo imponerse
ser removido con causa y previo sumario, tarde o temprano, es conveniente su co-
según lo dispone el artículo 17. A su vez, nocimiento.
el articulo 15 dispone que ningún em- Dispone que el Archivo dependerá de la
pleado del archivo podrá ejercer las pro- Suprema Corte de Justicia, y se compon-
fesiones de abogado, escribano o procura- drá de: a) Una Dirección general con
dor, ni intervenir en forma alguna en la asiento en la Ciudad Capital; b) Una Ins-
tramitación de asuntos judiciales, ni ad- pección, adscripta a la Dirección general,
ministrativos, ni ser agente de abogados, y c) Seis organismos, que se denominarán
escribanos o procuradores. Archivos departamentales, con asiento en
Esta ley derogó la del 17 de octubre de las ciudades cabeceras de los departamen-
1887, que había dispuesto la centralización tos judiciales.
en un "archivo general de los tribunales La Dirección general formará: a) regis-
del departamento de la capital", el que tros provinciales de expedientes, protocolos
pasó a regirse por las prescripciones de la y legajos, como así también guias genera-
ley 3880. les, clasificadas por fecha, materia, pro-
El archivo judicial de la Capital de la cesados, víctimas, denunciantes, actores y
Provincia, sin embargo, no se unificó demandados, con las fichas e información
bajo las disposiciones de la ley 3880, ya que le remitirán los archivos departamen-
que existe un Archivo de lo civil y co- tales; b) registros generales de la reinci-
mercial y otro de los Juzgados del Cri- dencia y de antecedentes judiciales; c)
men. estadísticas; d) compilación ordenada de
Lo mismo ocurrió con los archivos de- fallos, con fines de difusión de la juris-
partamentales, que no llegaron a insta- prudencia. Tendrá, además, la superinten-
larse, sino con posterioridad, recién a par- dencia sobre los Archivos departamenta-
tir del año 1942, en que la organización les en todo lo que se refiere & organiza-
de los archivos de los Juzgados del Crimen ción, funcionamiento y disciplina. i
de la Capital actualizó el problema de los La Inspección general está a cargo de |
mismos, denotando los Poderes Judicial y un secretario-inspector, con título de abo- J
Legislativo su inquietud, con medidas ten- gado o escribano, y sus funciones consis- '
dientes a su instalación y sistematización. ten fundamentalmente en: a) Visitar los
En la Legislatura de la Provincia tuvo archivos departamentales cada vez que se
comienzo por el Senado la iniciativa de le ordene, inspeccionar su funcionamiento
instalarlos de acuerdo con la ley 3880, in- y velar por el cumplimiento de las ins-
cluyendo todo lo necesario para ello en el trucciones impartidas por la Dirección ge-
respectivo presupuesto; pero la Cámara de neral; b) Informar por escrito a la Direc-
Diputados, en conocimiento de la labor ción general sobre e! resultado de sus
realizada en los Archivos de los Juzgados gestiones y sobre las irregularidades que
comprobara en el desempeño de sus ta- secciones, a saber: a) De expedientes y
reas; c) Fiscalizar la ejecución de los cré- legajos; b) De escrituras y protocolos. Ca-
ditos fiscales; d) Colaborar en las tareas da sección se coloca a cargo de un jefe,
administrativas de la Dirección general, con título de abogado o escribano; y le. son
de conformidad con lo que señala el re- aplicables todas las disposiciones relati-
glamento. vas a los directores de Archivos departa-
Los archivos departamentales estarán a mentales.
cargo de un director local, con titulo de La dirección del Archivo departamental
abogado o escribano, con las siguientes de la Capital de la Provincia será desem-
funciones fundamentales: a) Confeccionar peñada por el director general del Archivo
las guías generales de expedientes, legajos de los Tribunales de la Provincia.
y protocolos del departamento; b) Reali- La sistematización del Archivo de los
zar estadísticas departamentales; c) Se- Tribunales, tal como fue concebido en
leccionar fallos con fines de difusión de el anteproyecto realizado por el Archi-
la jurisprudencia de los tribunales locales; vo de los Juzgados del Crimen del depar-
d) Autenticar con su firma y sello todos tamento de la Capital, y que sirvió de base
los documentos que se expidan; f) Elevar al proyecto que obtuvo sanción de la Cá-
mensualmente a la Dirección general las mara de Diputados de la Provincia de Bue-
guías confeccionadas a base de la entrada nos Aires, está estructurada de modo que
de expedientes y protocolos, y una vez por el material es clasificado en formas inago-
año, la memoria descriptiva de los traba- tables y permanentes, alfabéticas, numé-
jos realizados. ricas y cronológicas, que se correlacionan
Al director lo reemplaza, en caso de con los datos fundamentales del expe-
ausencia e impedimento, un subdirector diente, causa o protocolo; lo mismo que
con titulo de abogado o escribano. todo lo relativo al material para la esta-
Prescribe la organización, en sus artícu- dística, sobre la base de la comprobación
los 11, 12 a 21, los documentos que inte- de la delincuencia, reincidencia y clasifi-
grarán el archivo; la forma cómo deben cación para la discriminación por delitos,
entregarse, cómo deberán ser recibidos, delincuentes, etc.
comunicando a la autoridad competente El plan que supone la estructuración
las irregularidades que se advirtiesen; o su comprende una vasta elaboración técnico-
devolución al Juzgado de su procedencia científica del materia], cuya conservación
cuando se ha omitido el cumplimiento de y custodia compete al Archivo, y funda-
leyes específicas, para que se resuelva lo mentalmente atiende a los siguientes ru-
que corresponda. bros I, Ciencia jurídica: Jurisprudencia;
Los escríbanos deberán formar anual- II, Estadística; III, Registro de reinciden-
mente, y por duplicado, un índice general tes, reiterantes, víctimas y denunciantes e
de escrituras, entregando uno de ellos al imputados; IV, Inventario de causas, ex-
Archivo departamental. pedientes, legajos y protocolos; y por úl-
Se autoriza a los directores de Archivos timo, en V lugar, actualización perma-
departamentales a expedir informes, tes- nente de la organización, con lo que el
timonios y certificados del contenido de los sistema demuestra la elasticidad de sus
expedientes y protocolos en custodia, los formas, para abarcar el contenido y pro-
que se harán sólo por mandato judicial, ceder a su ordenación.
observando las formalidades prescriptas Si bien el proyecto mencionado no fue
para los escribanos de Registro; despa- convertido en ley, lo cierto es que los Ar-
chándose los pedidos con el juez de la cau- chivos departamentales se instalaron y han
sa, actuando el director de secretario au- seguido en algún modo las directivas que
torizante. resultan del plan de organización y siste-
Los protocolos archivados deben conser- matización, no sólo concebido, sino reali-
varse y exhibirse a los interesados, en la zado en todos sus puntos por el Archivo
forma que prescribe el proyecto. En cuan- de los Juzgados del Crimen de la Capital
to a los expedientes archivados, sólo po- de la Provincia de Buenos Aires, cuyo fun-
drán ser examinados por los abogados, es- cionamiento actual denota el grado de
cribanos y procuradores de la matrícula, adelanto alcanzado en sus funciones espe-
además por los peritos, en cumplimiento cificas, merced a la labor de organización
de su misión y, en general, por las partes que, iniciada en el año 1937, logró la ple-
y aquellas personas que justifiquen su in- nitud de su efectividad en 1942.
terés e identidad en debida forma. Al respecto, cabe destacar la expedición
En cuanto al Archivo departamental de de informes en las causas criminales, a
la Capital de la Provincia, se estructura los efectos de la excarcelación de las per-
un régimen especial; dividiéndose en dos sonas imputadas, cuya celeridad evita pa-
ra la resolución del pedido, y en el caso de bos casos, si el exceso o la diferencia fue-
su procedencia, la permanencia indebida se de un vigésimo del área total designada
de los imputados en detención, en tanto por el vendedor, puede el comprador dejar
pueden disfrutar de los beneficios de la sin efecto el contrato. Conforme al artícu-
excarcelación. lo 1346, en todos los demás casos la ex-
En idéntica forma la consulta de cau- presión de la medida no da lugar a suple-
sas, por remota que haya sido su tramita- mento de precio a favor del vendedor por
ción, como así la expedición de certifica- el exceso del área, ni ^ su disminución
dos, testimonios, etc., se realiza merced a respecto del comprador por resultar me-
la organización, sin demoras, provenien- nor el área, sino cuando la diferencia en-
tes del extravío, o largas búsquedas de tre el área real y la expresada en el con-
antecedentes, que resienten no sólo el ser- trato, fuese de un vigésimo, con relación
vicio que ha de prestarse por el Archivo, al área total de la cosa vendida, pudiendo,
sino las tareas de su propia organización. en tales casos, el comprador, cuando hay
aumento de precio, elegir la disolución del
BIBLIOGRAFÍA. — Justicia Criminal y Delincuen- contrato (art. 1347). Y, finalmente, el ar-
cia del siglo XX en el Departamento de la Capi-
tal. Provincia de Bs. Aires, 1941. Publicación del tículo 1348 preceptúa que si la venta ha
Archivo de los Juzgados del Crimen del Departa- sido de dos a más inmuebles por un solo
mento Judicial de la Capital de la provincia de precio, con designación del área de cada
Bs. Aires, bajo la dirección del r>r. Ernesto Eduar-
do Borga. — Archivo General de los Juzgados del uno de ellos, y se encuentra menos área
Crimen. Departamento Judicial de la Capital, pro- en uno y más en otro, se compensarán las
vincia de Bs. Aires. Plan de organización y fun- diferencias hasta la cantidad concurrente,
cionamiento. Memoria 1938. — Anteproyecto de y la acción del comprador y del vendedor
ley de organización de los archivos en los tri-
bunales. Ley de la provincia de Be. Aires n° 3880. sólo tendrá lugar según las reglas estable-
— Escriche, J., Diccionario razonado de legislación cidas.
y jurisprudencia, p^g- 215, año 1920. — Anales de Ennecerus, refiriéndose a la- prestación
Legislación Argentina, ts. 7 y 10 A.
de garantía en los vicios de la cosa ven-
ARDID. (V. ESTAFA.) dida, y a las consiguientes acciones de
redhibición y de reducción por razón de
ÁREA. Esta voz no tiene interés jurí- cualidades aseguradas, opina que "aun-
dico especial en su acepción de superficie que el vendedor de una finca asegure al
de cien metros cuadrados, pero sí en la comprador una cierta cabida, el compra-
de espacio de tierra que ocupa un edificio, dor sólo tendrá derecho a la redhibición
y más concretamente en el que, con la si la falta de dimensión asegurada es de
idea de medida superficial indeterminada, tal importancia que el cumplimiento del
emplea el Código civil argentino cuando, contrato no tenga interés alguno para él",
en su artículo 1344, establece que la venta pues si no ocurre esto, "el derecho del
de un inmueble se puede hacer sin indi- comprador se limita a la indemnización
cación de su área y por un solo precio; o a la disminución del precio", constitu-
sin indicación del área, pero a razón de un yendo "un problema de interpretación el
precio la medida; con indicación del área, determinar si la indicación de la cabida
pero bajo un cierto número de medidas, o la presentación de un extracto del ca-
que se tomarán en un terreno más gran- tastro, implica o no una garantía de la
de; con indicación del área, por un pre- extensión". (M. O. y F.)
cio cada medida, haya o no indicación
del precio total; con indicación del área, JURISPRUDENCIA. — Las reglas de Derecho deter-
minadas en los arts. 1344 y sigs. Cód. civ. acerca
pero por un precio único, y no a tanto la de las garantías de la superficie de un inmueble
medida; o de muchos inmuebles con in- vendido, se aplican tanto a las enajenaciones li-
dicación del área, pero bajo la convención bremente consentidas por los particulares como ft
de que no se garantiza el contenido, y que las que se realizan en virutd de ejecución forza-
da, sin distinguirse, en este caso, entre el Fisco
la diferencia, sea más o menos, no produ- y las personas privadas (Sup. Corte Mendoza,
cirá en el contrato efecto alguno. El ar- 3-8-S42, J. A., t. 3, pág. 874). SI la venta se ha
tículo 1345 expresa que cuando la venta concertado fijándose un precio determinado por
el total del inmueble, la indicación de medidas
se ha hecho con indicación de la super- no es condición fundamental sino dato ilustrativo
ficie que contiene el inmueble, fijándose de su superficie aproximada, por lo cual es im-
el precio por la medida, el vendedor debe procedente el pedido de rescisión del contrato
fundado en la existencia de un exceso de área
dar la cantidad indicada. Si resultare una con relación a las medidas indicadas (Cara. Civ. 2»
superficie mayor, el comprador tiene de- Cap. Fed., 20-8-943, J, A., t. 3. pág. 838). SI la
recho a tomar el exceso, abonando su va- venta fue de un inmueble determinado, señalado
lor al precio estipulado. Si resultare me- sntre límites precisos, con indicación del área y
por un precio determinado cada unidad de me-
nor, tiene derecho a que se le devuelva dida, la relación entre el precio y la superficie
la parte proporcional al precio. En am- coloca el caso dentro de las previsiones de los
arta. 1344, inc. 4», y 1345 Cód. civ. y da derecho realidad social, puesto que en todos se
& la rescisión del contrato por diferencia en me- encuentra establecido el régimen de igual-
nos superior al vigésimo del área total (Sup. Cor-
te Mendoza, 3-8-942, J. A., t. 3, pág. 874). El nom- dad individual. Con respecto a la Repú-
prador carece de derecho a rescindir el contrato blica Argentina, el articulo 16 de la Cons-
por exceso del área si se trata de una venta ad titución de 1853, ya establecía la inadmi-
corpus, máxime cuando el vendedor no íormula
reclamación respecto al excedente (Cám. Cív. 1» sibilidad de prerrogativas de sangre o de
Cap. Ped., 5-4-935, J. A., t. 50, pág. 479). No son nacimiento y la inexistencia de fueros per-
admisibles las observaciones formuladas por el sonales o de títulos de nobleza. La Cons-
comprador respecto a la diferencia de área que titución de 1949 mantiene esos conceptos
no llega al vigésimo, si la venta se efectuó por
un precio único y cuando, si bien se expresaron en su artículo 28, y aún amplía la idea
las medidas perlmetrales del inmueble, se estipuló igualitaria rechazando las diferencias ra-
expresamente que la operación ae realizaba "con ciales.
lo más o menos que resulte dentro de sus linde-
ros" (Cám. Clv. 1» Cap. Fed., 10-12-931, J. A., En su otra acepción de gobierno en que
t. 37, pág. 214). Si el camino que motiva el pleito ejercen el poder las personas más nota-
por menor área no figura en el boleto como lin- bles del Estado, la voz aristocracia no sólo
dero y el comprador renuncia en el mismo docu- conserva un valor jurídico como problema
mento a reclamaciones por existencia de cuestio-
nes sobre caminos, debe negarse la devolución de Derecho político, sino que en estos
parcial del precio correspondiente a caminos en tiempos se encuentra actualizado, más que
tales condiciones (Cám. Civ- 1* Cap. Ped., 27-11- por la virtud de su contenido, como tér-
933, J. A., t. 39, pág. 121). En la venta de un te-
rreno totalmente edificado, hecha en conjunto y mino de oposición a los regímenes demo-
por un precio único pero consignándose su super- cráticos.
ficie, procede la devolución del precio abonado de Herodoto señalaba como formas de go-
más si existe la diferencia de un vigésimo en me- bierno la monarquía, la oligarquía y la
nos sobre el área que se habla indicado y no se
ha consignado la cláusula de tolerancia en la su- isonomía, equivalentes las dos últimas,
perficie (Cám. Clv. 1» Cap. Fed., 19-4-933, J. A., respectivamente, a la aristocracia y a la
t. 41, pág. 679). democracia. Polibio se refería a reino, aris-
BIBLIOGRAFÍA. — Enneccerus, Tratado Ae Derecho tocracia y democracia, indicando que en
civil, t. 2, vol. 2, párr. 109, ed. castellana, Bar- la aristocracia son escogidos para ejercer
celona, 1948. — Diccionario cíe Derecho Privado, el mando los más justos y prudentes. Pla-
t. 1, Barcelona, 1950. tón designaba el Estado aristocrático co-
mo forma superior a la monarquía y a la
ARGENTINO, NA. (V. CIUDADANÍA.) democracia. Y Aristóteles entendía qué la
monarquía, o gobierno de uno solo, la
ARISTOCRACIA. * En su acepción de aristocracia, o gobierno de una minoría
clase noble de una nación, pierde toda constituida por los mejores, y la demo-
importancia jurídica conforme van des- cracia o gobierno de la mayoría, repre-
apareciendo los privilegios, tanto de orden sentaban las formas puras de goberna-
privado como de desempeño de funciones ción, con sus degeneraciones respectivas
públicas que a la nobleza correspondían de tiranía, oligarquía y demagogia, o for-
en tiempos pasados. En los sistemas repu- mas impuras.
blicanos de gobierno, tales privilegios no Montesquieu divide los gobiernos en mo-
existen; y si bien en las monarquías cons- nárquicos o ejercidos por una persona con
titucionales subsisten algunos, son más arreglo a la ley, despóticos o ejercidos por
bien de carácter honorífico y protocolario una persona sin sujeción a la ley y re-
para el servicio de la Corte que de con- publicanos o ejercidos por el pueblo: si en
tenido verdadero. Sin embargo, en algu- su totalidad, democráticos; y si en parte,
nas de esas monarquías se han conservado aristocráticos.
a la titulada nobleza funciones legislativas, Rousseau estima que la forma aristo-
verbigracia en Inglaterra, para la integra- crática es aquella en que el gobierno es
ción de la Cámara de los Lores; como ejercido por un número reducido, y señala
también en la desaparecida Constitución que ese sistema aristocrático puede ser
de la monarquía española, del año 1876, natural, hereditario y electivo, convinien-
donde se mantenían los senadores por de- do el primero a los pueblos sencillos, sien-
recho propio, entre ellos los hijos del rey do el segundo el peor de todos, y repre-
y del sucesor inmediato de la Corona que sentando el tercero el mejor, por cuanto
hubiesen llegado a la mayor edad, y los constituye la aristocracia propiamente di-
llamados "grandes de España". Otras Cons- cha.
tituciones contenían preceptos similares. Bluntschli se atiene a la clasificación
En los países americanos, este aspecto ca- aristotélica, a la que añade otra forma de
rece no ya de interés jurídico, sino de gobierno pura, que es la ideocracia, con
su correspondiente corruptela o forma
* Por el Dr. MANXTEL OSSOHIO Y FLORIT. impura, que es la idolocracia. Para Mi-
celi, únicamente existen dos formas fun- monarquía. (V. DEMOCRACIA. DESPOTISMO.
damentales de gobierno: monarquía y re- GOBIERNO (FORMAS DE). MONARQUÍA. OLIGAR-
pública, si bien cada una de ellas se QUÍA. REPÚBLICA. TEOCRACIA. TIRANÍA.)
puede dividir en formas secundarias, como BIBLIOGRAFÍA. — Montesqutcu, Eí espíritu de las
la aristocrática y la democrática con res- leyes. — Rousseau, Del contrato social o principios
pecto a la organización republicana. Tam- de Derecho político. — Bluntschli, Derecho pú-
bién Orlando, sobre la base esencial de blico universal, ed. castellana, Madrid, 1880. —
Orlando, Principa di D¡ritió costituzionale ita-
monarquía y república, distingue en la liano, Florencia, 1925. — Mlcell, Principit di Di-
segunda la aristocrática y la democrática, ritto costituzionale italiano, Milán, 1813. — Kel-
diferenciadas según que el titular ejerza sen. Teoría general del Estado, cd. castellana. Bar-
el poder por delegación de parte de los celona. 1934. — Fischbach, Derecho político ge-
neral y constitucional comparado, ed. castellana,
ciudadanos o de todos ellos. Barcelona, 1928. — Passy, Des formes de gouver-
Entre los tratadistas argentinos, Joaquín nement et des lois qut les régissent, París, 1870.
V. González señala como formas de go- — Joaquín V. González. Manual de la Constitu-
ción argentina. — Dana Montano, Principios de
bierno la monárquica y la aristocrática Derecho público, Santa Pe, 1937.
(según que la autoridad suprema sea ejer-
cida por una persona o por una clase de ARMADOR. * Concepto: En Derecho
personas), la democrática y la republicana marítimo, es la persona que arma el bu-
(según que el gobierno pertenezca a to- que, que lo provee de todo lo necesario
dos los ciudadanos o que todos los ciuda- para que pueda navegar, en una palabra,
danos participen en él). Finalmente, Dana que lo avitualla y lo explota comercial-
Montano entiende que sólo hay dos modos mente en el transporte de mercaderías o
de ejercer la soberanía: el directo y el personas o para la pesca.
indirecto. Si el pueblo la ejercita direc- En el Derecho romano, se distinguía cla-
tamente, por sí mismo, se produce la de- ramente entre el "magister navis" (ca-
mocracia pitra; si delega su ejercicio en pitán del navio, encargado de todo lo con-
una persona, tendremos la monarquía; si cerniente a la nave en viaje) y el "excer-
delega en una clase, estaremos en una citor" (armador), a cuyo cargo estaba el
aristocracia; y si delega en simples repre- avío de la misma. Tal separación se des-
sentantes suyos, nos encontraremos en una vaneció en la época bizantina. En la Edad
república. Media, la empresa naviera asume una
De todo lo expuesto resulta, en primer forma asociativa o corporativa; todos los
término, una disparidad esencial entre las interesados participan personalmente en la
dos acepciones del'concepto de aristocra- expedición y corren sus riesgos. Así, se en-
cia. Como conjunto de personas que osten- cuentra la '"societa maris", de la cuenca
tan un titulo nobiliario, sin otro valor que del Mediterráneo, verdadera asociación de
el histórico, el decorativo o, cuando más, capital y trabajo, donde participan el
el de conservar ciertas y limitadas pre- propietario armador, el capitán, la tripu-
rrogativas senatoriales, representa una ins- lación y el o los cargadores.
titución propia de las monarquías consti- De esta forma primitiva de asociación,
tucionales e incompatible con los sistemas nacieron otras dos: la "columna" y la
republicanos. Como forma de gobierno pura, "encomienda". En la primera, los carga-
la aristocracia representa término de opo- dores eran socios de la "columna" y via-
sición a la monarquía, y constituye, cuan- jaban con las mercaderías. La tripulación
do se trata de las aristocracias electivas participaba en los beneficios. Completa-
defendidas por Rousseau, una forma re- ban la asociación el "nauclerus" o capi-
publicana de gobierno; y aún pudiera de- tán, y el "patronus" o propietario, estos
cirse, paradójicamente, que la aristocracia dos netamente diferenciados. Se encuen-
electiva es una manifestación de gobierno tra reglamentada esta institución en las
democrático, porque si la clase aristocrá- Tablas de Amalfi, de donde pasó al Con-
tica gobernante no se designa a sí mis- sulado de Mar, perdurando hasta el si-
ma, ni lo es por razón de sangre o de di- glo XVI.
nero, sino por decisión popular que elige a La "encomienda" tiene otro criterio. Or-
los mejores, entendiendo por tales a los ganiza y dirige la expedición el "senyor de
más justos, a los más prudentes, a los más la ñau", a quien se confían en depósito el
sabios o a los más preparados, no cabe du- buque, las mercaderías y el dinero, para
da de que estaremos dentro del marco de que organice la empresa. A su cargo está
las repúblicas representativas. Sin duda, también el enrolamiento de la gente de
por eso decía Montesquieu que una aristo- mar. La paga del personal no es fija, y se
cracia es tanto más perfecta cuanto más realiza con los beneficios del viaje, de los
se asemeja a una democracia y tanto más
imperfecta cuanto más se parezca a una * Por el Dr. Hirco CHABNY.
que participa. Los mercaderes acompañan tarios. El fletador-armador es conocido en
a bordo las mercaderías. Esta forma de Inglaterra con el nombre de "owner pro
empresa perduró hasta el siglo xvir. En el tempere" o "time chartered owner". No
Consulado de Mar, el "senyor de la ñau" puede asegurar el buque por su cuenta, ni
aparece como socio que responde ilimita- hacer abandono del mismo, ni enajenar o
damente. hipotecar. Pero en lo demás tiene a su
En todas las formas mencionadas, las cargo todo lo relativo a la expedición com-
empresas de armamento y transporte se pleta, ejerciendo todos los actos concer-
mantienen unidas. Es recién con la apa- nientes a la misma, y constituyéndose, por
rición de los seguros marítimos cuando tales actos, en un comerciante.
cesa la asociación entre cargadores y por- Legislación: En nuestro Código de co-
teadores, y la diferenciación del Derecho mercio. — Como ya se lleva dicho, la ma-
romano recobra actualidad: el armador, yoría de las disposiciones del Código sobre
generalmente propietario, por una parte, la materia, en los artículos 889 a 903, se
y por otra el capitán. refieren al caso del armador-gerente. Con-
El nombre de "armador" comenzó por sidera al mismo un mandatario, cuya
referirse a los que tenian buques dispues- elección corresponde a los copartícipes por
tos para la guerra. elección unánime, siendo el mandato re-
Así, en España, los reyes de Castilla no vocable por arbitrio de los mismos man-
tenían armada propia en un principio. En dantes (art. 889). Sus facultades surgen
caso de necesidad, tomaban en arriendo del convenio particular, y supletoriamente
buques armados de los genoveses, o con- por las reglas generales del mandato. Es
venían con particulares armadores, que un administrador del navio, y debe, por
se obligaban a tener prontas para el ser- lo tanto, equiparlo, proveer a sus necesi-
vicio cierto número de naves. Como tal si- dades y a su mantenimiento, fletarlo, de-
tuación traía aparejados serios inconve- signar el capitán, etc. (art. 891).
nientes, comenzaron luego a equipar bu- El armador-gerente tiene la representa-
ques por cuenta del erario. ción de los copartícipes para obrar en
En la actualidad es muy frecuente que nombre de ellos judicial o extrajudlcial-
el armador y el propietario sean uno solo, mente. Por lo tanto, la sentencia recalda
por lo que a veces se emplean ambos tér- contra el armador-gerente no lo afecta
minos como referidos a una misma per- personalmente, sino que va contra la em-
sona. presa, y debe ser ejecutado contra el na-
La explotación de navios en nuestros días vio.
se efectúa en la mayoría de los casos por De la lectura del artículo 894 se des-
grandes empresas o compañías, que se co- prende que el mandato, de no existir cláu-
nocen bajo la denominación de "arma- sula en contrario en el convenio, se con-
mento". Tales compañías no son socie- fiere por un solo viaje.
dades, sino que existe una copropiedad No puede disponer del buque para actos
de los buques explotados y una partici- de propiedad, tales como enajenación o
pación en los beneficios, razón por la cual hipoteca. Pero puede librarse de responsa-
a sus integrantes se les llama, no socios, bilidad por el abandono que hiciera de su
sino copropietarios o copartícipes parte.
Cuando entre los copropietarios arma- No puede hacer asegurar el buque si no
dores eligen a uno de ellos o a un tercero es con la expresa autorización de los co-
para que arme y equipe los buques, la partícipes (art. 900). Pero está obligado a
persona designada se conoce con el nom- hacer asegurar los gastos de reparación
bre de "armador-gerente". A él se refiere hechos durante el viaje, a no ser que el
el Código de comercio de nuestro país en capitán haya tomado a la gruesa el im-
la mayoría de sus disposiciones sobre la porte de dichos gastos. Así reza la última
materia. parte del mismo articulo 900. Se ha bus-
La persona que alquila un navio a su cado el fundamento jurídico de esta cláu-
propietario, tal como se encuentre, y se sula diciendo que el armador se encarga
encarga de armarlo, designar capitán y solamente de la fortuna de mar, mientras
comerciar por su cuenta, pagando al pro- que el seguro trata de asegurar al propie-
pietario una suma de dinero fija, se desig- tario una suma igual al valor del buque,
na con el nombre de "fletador-armador". para el caso de que el mismo se perdiera,
Nótese bien la diferencia que existe entre vale decir, que se refiere a la fortuna de
el fletador-armador, que es un locatario tierra. Carlomagno difiere con este crite-
de cosa mueble, con las figuras del pro- rio, afirmando que nadie más indicado
pietarlo-armador y del armador-gerente, que el armador para asegurar el buque,
este último un mandatario de los copropie- por ser él quien se encarga de todas las
operaciones relacionadas con la carga y Máxime que los cargadores no aceptan libremente
viaje del buque. la cláusula, pues ésta es impuesta por el armador.
El armador-gerente no tiene una ilimi- BIBLIOGRAFÍA. — V. la indicada para el tema
tada facultad para contratar. El artículo Abandono de buque.
898 le impone una condición: debe con-
tratar la carga dentro del límite que ad- ARMAMENTO EN CORSO. (V. PATEN-
mite la capacidad del buque, detallada en TES DE CORSO.)
la matrícula.
Están obligados a dar a los copropie- ARMISTICIO. Etimológicamente proce-
tarios, al término de cada viaje, cuenta de de la locución latina arma sistere, equi-
detallada de su administración. Además, valente a "parar las armas". En su acep-
deben brindar a cualquiera de los copar- ción gramatical, es tanto como "suspen-
tícipes que así lo solicite, todos los in- sión de hostilidades pactada entre pueblos
formes que crea necesarios sobre lo re- o ejércitos beligerantes". Podestá Cos-
lacionado con el viaje del buque, y exhibir ta í1) lo define como "un acuerdo entre
todos los documentos relativos a su ges- beligerantes que tiene por efecto la in-
tión administrativa. terrupción de las operaciones de guerra,
Por último, debe agregarse que son man- respondiendo a un fin de interés común,
datarios y no comerciantes, como sería el pero no significa la terminación del esta-
caso del fletador armador. do de guerra".
Es claro que no toda cesación o suspen-
Derecho comparado. — En Francia, el sión de hostilidades significa un armisti-
Código de comercio solamente habla del cio. La paz también representa una cesa-
propietario y no menciona al armador. ción de la lucha y, sin embargo, no es
Pero la ley de 10 de julio de 1885, sobre armisticio, ya que aquélla pone fin al es-
hipoteca marítima, menciona al armador tado de guerra de manera definitiva, en
gerente, encargado de armar y hacer na- tanto que éste mantiene tal estado y úni-
vegar el buque. camente paraliza sus consecuencias de
En España se distingue entre propieta- modo provisional. Generalmente, el armis-
rio y "naviero", siendo este último el en- ticio representa un trámite previo del
cargado de avituallar o representar al bu- tratado de paz. Más parecido podría tener
que en el puerto que se halle. Es civilmen- con la capitulación o acuerdo entre jefes
te responsable de las indemnizaciones a militares con objeto de poner término a
terceros por actos del capitán, responsa- la resistencia armada de una plaza sitia-
bilidad que se limita por el abandono del da o de un ejército derrotado por el ene-
buque con todas sus pertenencias, y los migo. Sin embargo, también entre ambos
fletes devengados. En caso de copartici- conceptos se presentan diferencias evi-
pación, los copropietarios designan al na- dentes, ya que el armisticio deja en sus-
viero que los represente, cuyo mandato es penso una situación existente, para que,
revocable. vencido el plazo o roto el pacto, se reanude
Estasén sostiene que no es lo mismo ar- la lucha en la misma situación que tenía
mador que naviero, por más que los Tri- en el momento de cesar, mientras que la
bunales españoles los hayan usado como capitulación constituye un acto definiti-
sinónimos. En su opinión, armador es el vo en lo que se refiere a la rendición de la
que avitualla un buque para toda clase de plaza o del cuerpo de ejército, aun cuan-
uso (guerra, excursiones, salvamentos, pes- do no influya ni en la subsistencia del es-
ca, etc.), mientras que naviero es el que tado de guerra ni siquiera en la continua-
avitualla un buque para una expedición ción de la lucha. El concepto de tregua es
mercantil, y representa al buque y a sus ya más similar al de armisticio, aun cuan-
propietarios para todos los actos de la do algunos autores también señalan cier-
vida mercantil-marítima. tas diferencias. Quintano Ripollés ( 2 ) sos-
El artículo 862 del Código de comercio tiene que en la suspensión de actividades
de Chile, siguiendo al español, lo llama bélicas caben situaciones diversas "que
naviero o armador. van desde la mera tregua, primer momen-
De acuerdo a las disposiciones legislati- to de la parada de las armas, hasta la paz,
vas del Brasil, el armador-gerente debe ser que es el último y definitivo". El armis-
designado de entre los copropietarios, a ticio representa, para dicho autor, una
menos que ellos decidan que deba ser un situación intermedia entre ambos extre-
tercero extraño a la compañía.
(1) Manual de Derecho internacional público,
JURISPRUDENCIA. — Viola normas de orden pú- Bs. Aires, 1943.
blico la cláusula que exime de responsabilidad al (2) Nueva Enciclopedia Jurídica, Barcelona,
armador por las culpas náuticas del capitán. 1950, v. Armisticio.
mos, y de ahí su naturaleza híbrida: tiene lateral de suspensión de hostilidades me-
de la tregua "el carácter de provisionalidad rezca la calificación de armisticio, nos
en lo objetivo, y la precisa intervención encontraremos con otra modalidad de
de las autoridades militares como elemen- fundamento más jurídico, en que el ar-
to subjetivo"; y posee del tratado de paz, misticio se tiene que aceptar por los be-
preliminar o formal, "la cualidad básica ligerantes, no por determinación de los
de pacto político y la participación ne- mismos expresada contractualmente, sino
cesaria de los poderes estatales constitu- por decisión de un organismo superior de
cionalmente responsables". El armisticio orden internacional, como es la Organiza-
es, a juicio de Sibert ( s ), citado por Quin- ción de las Naciones Unidas. Así ha suce-
tano Eipollés, una convención eminente- dido durante el año 1948, en los conflictos
mente mixta político-militar, en tanto armados entre árabes y judíos, y entre ho-
que la tregua es militar exclusivamente, landeses e indonesios, no obstante que al-
y el tratado de paz solamente político. gunos de esos países no eran miembros de
Existe cierta unanimidad en la determi- dicha entidad internacional.
nación de que el armisticio puede ser ge- En lo que se refiere al Derecho positivo,
neral o local. El primero abarca a la tota- cabe citar las normas establecidas en laa
lidad de la guerra, y suele constituir un Conferencias primera y segunda de La
trámite previo e indispensable para la ne- Haya, de los años 1899 y 1907. Conforme al
gociación de la paz. El segundo se circuns- artículo 36 de la reglamentación relativa
cribe a una zona más o menos amplia del a las leyes y costumbres de la guerra te-
territorio en que se desarrolla la contienda rrestre, de 1907, el armisticio suspende las
bélica, y va encaminado a la realización operaciones por un acuerdo mutuo de las
de actos concretos y transitorios, tales co- partes beligerantes. Como se ve, esta re-'
mo canje de prisioneros o de heridos, glamentación se basa en el concepto con-
inhumación de cadáveres u otros similares. tractual que, según hemos señalado, no es
No faltan autores que señalan una identi- el único que con posterioridad ha admitido
dad de conceptos entre el armisticio local la práctica. En dicho precepto se establece
y la suspensión de hostilidades. Para Ro- que si no se hubiese pactado el plazo de
bert ( 4 ), la tregua se identifica con la sus- suspensión de hostilidades, las partes pue-
pensión local de las hostilidades, mientras den reanudar en cualquier momento las
que el armisticio presenta carácter general. operaciones con sólo avisar al enemigo en
En 5esa idea se inspiran también De Flo- el plazo convenido. El artículo 37 admite
re ( ) y Consentini («), el segundo de los que el armisticio puede ser general y lo-
cuales define claramente el armisticio co- cal, según que suspenda en todas partes
mo una convención tendiente a hacer ce- las operaciones de guerra, o que únicamen-
sar las hostilidades en todo el teatro de la te lo haga entre ciertas fracciones de fuer-
guerra, añadiendo que cuando la cesación za y en un radio determinado. El artículo
se refiere a un perímetro determinado re- 38 manda que el armisticio sea notificado
cibe el nombre de tregua. oficialmente y en tiempo útil a las autori-
En realidad, sería muy dudoso el valor dades competentes y a las tropas, debien-
jurídico de todos estos conceptos que, por do cesar la lucha inmediatamente después
referirse a situaciones de guerra, se rigen, de la notificación o en el plazo que se
en definitiva, por la imposición del más hubiese fijado. El artículo 39 deja a la vo-
fuerte, y así lo demuestra el hecho de que luntad de las partes la determinación de
ya se admita por algunos tratadistas, co- las relaciones que puedan mediar sobre el
mo, por ejemplo, Spirapoulos ( 7 ), que no teatro de la guerra, tanto entre las partes
siempre el armisticio tiene el origen con- como entre éstas y las poblaciones. El ar-
vencional que se desprende de las defini- tículo 40 expresa que toda violación gra-
ciones de Podestá Costa, de Sibert, de Co- ve del armisticio, por una de las partes,
sentini, sino que, a veces, nace de la im- faculta a la otra para denunciarle o, en
posición de una de las partes combatientes. caso de urgencia, para reanudar las hos-
Y aun cuando se pueda rechazar justifi- tilidades. Y el artículo 41 establece que la
cadamente que esa forma impositiva uni- violación de las cláusulas del armisticio
por particulares que obrasen por propia
(3) "l/armistice", en Revue Genérale de Droit iniciativa, únicamente da derecho a pedir
International, 1933. el castigo de los culpables y, en su caso,
(4) Des effets de í'armistice genérale, París,
1906. la indemnización por las pérdidas sufri-
(5) Le Droit international codíflé, París, 1911. das. (M. O. y F.)
(6) Cade de la paix et de la guerre, Berna, 1837.
(7) L'arrnistice immédiat et obligatoire, Pa- BIBLIOGRAFÍA. — La consignada en el texto y no-
rís, 1929. tas.
ARQUEO. * En el vocabulario del Dere- vechamiento comercial del buque, exclu-
cho marítimo significa al mismo tiempo yendo las dependencias, como ser, la co-
el -''Cito de medir Iz capacidad interna de cina, las carboneras, el alojamiento de la
las embarcaciones y el resultado de esa tripulación, etc.
medición, expresado en forma convencio- Desde el punto de vista administrativo,
nal en unidades volumétricas, también tiene más importancia el arqueo bruto,
convencionales. pero desde el punto de vista mercantil, el
Es muy antigua la costumbre de cubicar neto.
las naves, teniendo en cuenta especialmen- El arqueo, como ya se indicó, sirve de
te las obligaciones tributarias que pesan base para el cobro de los impuestos a que
sobre las embarcaciones, además de la ca- está sujeto el buque, y como elemento bá-
pacidad de transporte. sico en las transacciones y contratos de
Los griegos y los romanos conocieron la que es objeto (fletamento, seguros, etc.).
operación y tuvieron las respectivas uni- En la República Argentina rigen las nor-
dades de medida: amphora y talenti. En mas consignadas en el Digesto Marítimo
España se conoció antiguamente la ope- y Fluvial (ordenación de disposiciones le-
ración de cubicación. En Sevilla se media gales, de 1938, con las reformas del año
la capacidad interior de los buques, a los 1945, 2* edición, corregida). Se define le-
efectos del pago de tributos, utilizándose galmente la operación de arqueo y se tra-
un tonel de vino, de manera que colocado tan en el capítulo n y libro II, artículo 13
en el interior de la embarcación en forma y siguientes, estos tópicos:
sucesiva, daba por resultado el volumen a) Tonelaje de arqueo total (gross ton-
de los espacios destinados a la carga y el nage). Es el volumen total expresado en
pasaje. De ahí, también, el origen de la toneladas de arqueo de todos los espacios
palabra tonelada y tonelaje, aceptada en cerrados, o que se consideran cerrados, de
diversos países. acuerdo con los detalles y formas de me-
La operación de arqueo de las naves tie- dición que este reglamento determina.
ne la Importancia suficiente para que ha- b) Tonelaje de arqueo bajo cubierta
ya sido motivo de diversas resoluciones y (under deck tonnage). Es el volumen to-
convenios de carácter internacional. Ju- tal expresado en toneladas de arqueo, del
rídicamente, forma parte de los elementos espacio comprendido entre el casco y la
básicos para la individualización del bu- cubierta de arqueo.
que, tanto como el nombre y la matrícula. c) Tonelaje de arqueo neto (net tonna-
En la Conferencia Internacional de Cons- ge). Es la diferencia entre el tonelaje de
tantinopla, de 1873, celebrada a instancia arqueo total y la suma de los tonelajes de
de la Comisión Internacional de Derecho arqueo de los diferentes espacios que este
marítimo, se tomó como unidad interna- reglamento expresamente determina en
cional de medida la tonelada Moorson, cada caso, y que se llaman descuentos (ar-
nombre del geógrafo inglés que propuso el tículo 14).
método para realizar el arqueo. La uni- Tal es el significado que tienen en el re-
dad de medida corresponde a 100 pies cú- glamento vigente, en materia de navega-
bicos ingleses, o sea 2,83 metros cúbicos ción marítima y fluvial (art. 14).
del sistema métrico decimal. A continuación se establecen reglas de
En las reglamentaciones internacionales arqueo, que son tres fundamentales, I, II y
se acostumbra a distinguir el arqueo bru- III. El origen de la reglamentación: Se ha
to total, es decir, la capacidad interna del confeccionado el reglamento siguiendo es-
buque, más todas las construcciones sobre trictamente las normas del actual regla-
el puente. Esta medición se efectúa gene- mento del "Board of Trade", británico,
ralmente a los efectos del seguro marítimo. para embarcaciones grandes. Para las pe-
El arqueo bruto, o tonelaje bruto (gross queñas (de un metro y medio de puntal
tonnage), que es la capacidad interna, y menores), se aplica el sistema estable-
deducido el volumen ocupado por los apa- cido en la regla III, inspirada en la regla-
ratos auxiliares y otras dependencias, de mentación italiana —regla II— y estado-
modo que se obtenga sólo el v* ,umen de unidense. Más adelante se consignan dis-
los espacios cerrados de la superestructura posiciones referentes a la aplicación del
y los situados bajo cubierta. reglamento (arts. 19 y 20). De la obliga-
El arqueo neto (register tonnage), que ción de poseer certificados de arqueo. De
es la capacidad interna para recibir 14 la solicitud de arqueo. De las formas de
mercadería y los pasajeros, es decir, la ca- los certificados. De los arqueadores. Del
pacidad de los lugares aptos para el apro- vocabulario empleado.
En el vocabulario de la contabilidad, ar-
* Por el Dr. ARMANDO V. SILVA. queo significa principalmente la verifica-
clon de las existencias de dinero y docu- Así puede comprobarse por la lectura de
mentos existentes en una caja o tesorería, ley 2, título 3°, libro 29 del Fuero Real;
de carácter público o privado. la 41, título II, Partida 3a, y la 5a, título
Por extensión, se denomina también asi XI, libro 10 de la Novísima, pues el arrai-
al contralor de existencias de mercaderías, go del juicio es exigencia que al actor
materiales, etc., en depósito, aunque tal cumple hacer para que el demandado «que
operación debe llamarse con más propie- non es raigado en la tierra» preste fian-
dad "recuento" (Dice, del Contador, cit., za .de estar a derecho" (Plaza, op. cit en
ín/ra.). la bibliografía de este trabajo).
Se considera parcial al arqueo realizado, En la ley de Enjuiciamiento, de 1855
limitándolo en su objeto, ya sea que con- (art. 238), se estableció la norma actual-
sista en una verificación de dinero o de mente vigente en el ordenamiento proce-
documentos, ya sea que se trate de la ve- sal español, fijando el alcance del arraigo
rificación de las existencias de una sola al demandante extranjero, y según el
caja, cuando existan varias, en una mis- principio de reciprocidad. Se destruyó asi
ma empresa o dependencia. una tradición jurídica que no hacía dis-
Se dice que es total cuando consiste en tinciones en ese sentido. Pero se argumen-
el recuento general de todos los valores, tó que más que por necesidad de la norma,
dineros, documentos, etc., existentes en una se la establecía por haberse comprobado
empresa o tesorería. en las demás naciones una ausencia de
BIBLIOGRAFÍA. — Bach, J. R., Diccionario del con-
sentimientos de protección y benevolencia
tador, t. 1, págs. 149 y 150. Bs. Aires. 1949. — Car- (Gómez de la Serna, en su Exposición de
lomagno, J. C., Manual de Derecho marítimo, Motivos). La actual ley de Enjuiciamiento
nos. 269 y 273, Bs. Aires, 1927. — Diccionario de civil, en su articulo 534, establece el dere-
Derecho marítimo de España, de Bacardi, págs. 73 cho del demandado para exigir al actor
y sigs., Barcelona, 1861. — Nueva Enciclopedia Ju-
rídica (española), t. 2, págs. 826 y 827, Barcelona. extranjero, que no posea bienes en España,
1950. la caución de arraigo para garantizar el
pago de las costas, en caso de que sea
ARRAIGO. * Del latín ad y radicare, condenado. Tanto en orden del proceso
del vocablo radíx, raíz. En un sentido fi- civil, como del penal, rige el principio de
gurado, hace referencia a los bienes raices, reciprocidad en el Derecho positivo espa-
de modo que, como ya lo hacia notar Es- ñol; es decir, que se ha de tener en cuenta,
criche, arraigar es asegurar la responsa- para aplicación de las normas, cómo los
bilidad a las resultas de un juicio o con españoles son tratados en iguales circuns-
motivo de un compromiso cualquiera. tancias en el país a que pertenece el actor
En el Derecho procesal, tiene sus ante- (ley de Enjuiciamiento criminal, art. 281).
cedentes como institución que comprende La fianza exigida al demandado desapa-
dos clases de fianzas reales: exigida una reció del Derecho español contemporáneo,
al demandado y otra al actor. pero subsiste en nuestra legislación en el
En el Derecho romano se conocieron orden federal; la ley 50, en su artículo
dentro del procedimiento formulario al- 55, inciso 3°, lo estatuye. Por otra parte,
gunas clases de fianza, que el pretor obli- esta misma ley establece claramente, en
gaba a celebrar ante él y por medio de las su artículo 74, el arraigo del juicio con
cuales se aseguraban las partes determi- Carácter de excepción dilatoria a los efec-
nados resultados del juicio. V. gr.: cantío tos de oponerla al demandante extranjero
iuaicatum solví, que debía prestar el deman- no domiciliado en la República. El Código
dado, y era propia de los procesos reivhi- de procedimientos civiles para la Capital
dlcatorios, de manera que asegurase las Federal, en su artículo 85, establece que
resultas del juicio y cumpliese la senten- si el demandante no tiene domicilio co-
cia. La cantío de rato, en el caso de que nocido en la Capital, será también excep-
el demandante actuase con procurador. La ción dilatoria la del arraigo de/ juicio, por
satisfatio pro praedes litis et vindiciarum, las responsabilidades inherentes a la de-
para asegurar la devolución de las cosas manda. De modo que hay que distinguir
litigiosas y sus frutos, si el demandado en el fuero federal, si el extranjero tiene
perdía el pleito. domicilio en la República, para que sea o
En el Derecho español se consignó es- no procedente la excepción. Aunque se
pecialmente la exigencia del arraigo res- tratase de una sociedad y tenga un re-
pecto al demandado. "La trayectoria de presentante con mandato inscripto en el
nuestros cuerpos legales antiguos siguió el Registro público de Comercio, según lo ha
camino trazado por la legislación romana. resuelto un fallo: Cámara Federal de la
Capital, en Jurisprudencia Argentina, to-
• Por el Dr. ARMANDO V. SILVA mo 23, página 43, y Suprema Corte Nació-
nal, en Jurisprudencia Argentina, tomo 33, se encontraría el actor, como titular de la
página 381. acción —sin discutir y resolver si hay o no
En el fuero de la Capital Federal, pro- acción en cuanto al derecho material vio-
cede contra nacionales y extranjeros no lado—, que no puede pedir protección ju-
domiciliados en esa jurisdicción. rídica hasta tanto no cumpla con ciertos
Algunos códigos provinciales establecen requisitos. En este caso, el accionante debe
que no procede el arraigo, ya sea como concretamente suplir la falta de domicilio
excepción dilatoria o durante el juicio, en la jurisdicción o en la República, para
cuando el actor, aunque no domiciliado, garantizar su solvencia dudosa a las re-
posea bienes en la provincia, suficientes sultas del pleito (art. 85, Cód. proced. civ.,
para responder a los gastos causídicos. Cap.). El arraigo resulta así un presupues-
Códigos procesales civiles de Santa Fe, ar- to procesal, al lado de las excepciones de
tículos 596, 597, 598; Buenos Aires, artícu- Utis-pendencia y de cosa juzgada, ya que
lo 98, inciso 49; Entre Ríos, artículo 128, tiene por efecto el de declarar en su caso
inciso I?; Mendoza, artículo 117, inciso 19; inadmisible, en forma provisoria o defi-
Jujuy, artículo 104, inciso 59; San Luis, nitiva, el pedido de protección jurídica
artículo 134, inciso 19; San Juan, articulo (síntesis y glosa de Podetti, op. cit.).
1000, inciso 19; Córdoba, artículo 102, in- El aspecto de Derecho internacional pri-
ciso 19; La Rio ja, artículo 1244, inciso 29. vado.—El Derecho romano exigía en ca-
Naturaleza jurídica. — En primer lugar, sos determinados al demandado una ga-
hay que distinguir dentro del instituto, y rantía suficiente para el cumplimiento de
de acuerdo a su evolución histórica, dos la sentencia, hasta el Derecho implantado
aspectos diferentes. Una fianza exigióle al en la época de Justiniano. Después, el sis-
demandado a estar a derecho o a estar a tema varió y no se exigió fianza alguna.
derecho y pagar juzgado y sentenciado, y Sólo en casos excepcionales se prestaba una
otra, exigible al actor o demandante para fianza o caución juratoria. Siendo sufi-
responder de las costas o gastos causídicos ciente que el demandado demostrase po-
y a la cual corresponde el nombre latino seer bienes para que se lo considerase
de cantío pro-expensis. Ya se hizo notar arraigado. En el Derecho español antiguo
la evolución de ambos aspectos en ei De- no se encuentran disposiciones que im-
recho español y argentino. pongan esta carga procesal al demandante
El arraigo en estas dos formas históri- por el hecho de ser extranjero. Pero como
cas de fianzas o cauciones procesales pue- ya se recordó, en el actual ordenamiento
de ser considerado como una medida pre- procesal, y de acuerdo a sus antecedentes,
cautoria y como excepción o defensa dila- se ha sentado el principio de la recipro-
toria, alongadera (Podetti). cidad en esta materia, con este objeto in-
Tienen en el ámbito procesal los efectos mediato: impedir que el demandante ex-
generales de una garantía de los resul- tranjero, sin arraigo en la nación, pueda
tados del proceso en cuanto a la responsa- eludir el pago de los gastos causídicos. Ya
bilidad de las partes que prestan la fianza. se ha explicado precedentemente cuál ha
En cuanto a su objeto, es una medida que sido el motivo de política internacional
tiene estos dos caracteres principales: es que ha inspirado dicho principio.
precautoria y es interina. Estas disposiciones de los códigos pro-
Es precautoria para los intereses de la cesales son criticadas por la doctrina ac-
parte demandada en el caso común de la tual, casi con unanimidad, y han sido ob-
cautio pro-expensis, y según el criterio le- jeto de tratamiento sistemático en ciertas
gislativo prevaleciente, no el doctrinal, convenciones y Códigos de carácter Ínter- ,
cuando el demandado es nacional y el ac- nacional. Lo que también se ha traducido i
tor es extranjero, o no domiciliado en la en el movimiento legislativo de algunos
jurisdicción del pleito. países, v. gr., Italia y Portugal, en cuyos
Es interina, hasta tanto se resuelva la Códigos civiles ha desaparecido la insti-
condición que importa y en cuanto a la tución.
prosecución del juicio. En el ámbito internacional se aplica
La materia en el aspecto del Derecho como un resabio de la hostilidad de las
procesal de excepción dilatoria, será tra- naciones, y al temor exagerado de la jus-
tada en la nota especial consagrada a esa ticia extranjera y de la inejecución de sus
expresión. Pero es oportuno recordar que fallos.
en este aspecto del Derecho se ha ubicado La Convención de La Haya de 1896 y
a la excepción de arraigo, como uno de los 1905 estableció la prohibición de toda cau-
presupuestos procesales, en lo que se re- ción o depósito exigible al extranjero, en
fiere al sujeto que pone en movimiento la su artículo 17. A su vez, el Código de
acción (Podetti). Es la situación en que Bustamante, que está en vigor en algunos
países americanos y que fue aprobado en 1. Desígnase con el nombre de arras, o
la Conferencia de Jurisconsultos de Río señal, la cosa que una de las partes con-
de Janeiro, de 1927, establece en sus ar- tratantes entrega a la otra al tiempo de
tículos 382 a 387, que no se hará distinción la celebración del contrato, ya sea para
entre nacionales y extranjeros, en los Es- confirmarlo o dar lugar al derecho de
tados contratantes, en cuanto a la presta- arrepentirse.
ción de fianza, para comparecer en juicio. El instituto tiene su origen en el Dere-
En el Congreso de Derecho procesal, re- cho griego, aunque parece que ya los
unido en Córdoba, en 1939, se sostuvo, comerciantes fenicios solían entregarse
después de una brillante discusión sobre recíprocamente prendas como signo de
el tema, la siguiente posición doctrinaria: haber perfeccionado una convención, y
Que se debe mantener esta institución, con el propósito de asegurar indirectamen-
cuando el extranjero no domiciliado en el te su cumplimiento (*). Las arras en el
país, no tuviere bienes en la República. mundo heleno-oriental han tenido gran
Salvo caso de reciprocidad. (V. EXCEPCIÓN importancia y su función era peniten-
DE ARRAIGO.)
cial.
En el Derecho romano anterior a Justi-
JOTISPRUDENCIA. — La apreciación de la necesi- niano, las arras no eran consideradas como
dad del arraigo queda a criterio judicial, teniendo
en cuenta la naturaleza de la acción deducida modo de resolver el contrato, sino como
y las circunstancias del caso (Cám. Com. Cap. prueba del contrato ya terminado; el De-
Ped., 3. A., t. 42, pág. 301). recho justinianeo introdujo nuevas disposi-
En el Fuero Federal: Procede cuando se trata ciones sobre las cuales, al decir de Oior-
de un extranjero no domiciliado en la República:
aunque se trate de una sociedad y tenga repre- gi ( 2 ), los intérpretes no se han puesto de
sentante, con mandato inscripto en el Registro de acuerdo, particularmente a causa de la
Comercio (fallos Cám. Ped. Cap. Fed., J. A., t. 23, antinomia entre L. 17, 2, C. 4, 21 y pr. 1,
pág. 43, y J. A., t. 5, pág. 598; 1942-1, pág. 525).
En cambio en el fuero ordinario de la Cap. Ped., III, 23. Después de repetir el precepto de
procede el arraigo, cuando el actor no tiene do- Gayo —arrha in signum consensus inter-
micilio, y comprende asimismo a nacionales y ex- positi data—, Justiniano limita esta regla
tranjeros, pues sólo se tiene en cuenta el elemen- al excluir el supuesto de que el contrato
to domicilio, según criterio de la Cám. Clv. 1»
Cap. Ped., registrado en J. A., t. 4, pág. 106 (V. la debe redactarse por escrito, y añade que
jurisprudencia, citada en la voz Excepción de en ese caso, es imperfecto el contrato an-
arraigo). tes de la escritura, y cada contratante
BIBLIOGRAFÍA. — Alslna, H., Tratado teórico prác- puede retractarse, perdiendo la prenda ya
tico de Derecho procesal civil y comercial, t. 3, dada o restituyendo el doble de lo reci-
págs. 866 y slgs., Bs. Aires, 1943. — Castro, M., bido.
Curso de procedimientos civiles, t. 1, pág. 140,
Bs. Aires, 1926. — Chiovenda, Principios de Dere- Mientras Saliceto, Gómez, Brunemano y
cho procesal civil, t. 1, pág. 58, Madrid, 1922.— Domat vieron aquí la transformación del
Jotré, T., Manual de procedimientos civiles, t. 8, arrha confirmatoria en penitencial, Ciño,
pág. 53, Bs. Aires, 1926. — Plaza, M. de la, Dere- Bartolo, Vinnio, Voet y Pothier, en cam-
cho procesal civil español, t. 2, págs. 156 y slgs.,
Madrid, 1945. — Podetti, Teoría y técnica del pro- bio, distinguen si las arras han sido da-
ceso civil, págs. 182 y sigs., Bs. Aires, 1942, y "Arrai- das antes o después de perfeccionarse el
go; oportunidad para exigirlo", nota en Jurispru- contrato; en el primer caso se admite el
dencia Argentina, 1947-IV, pág. 33. — Prieto Castro,
Exposición del Derecho procesal civil español, t. 1, arrepentimiento; en el segundo, no li-
pág. 219, Zaragoza, 1941. — Romero del Prado, M., bran nunca a los contratantes de la eje-
Manual de Derecho internacional privado, t. 2, cución del contrato, salvo que se hubiera
págs. 796 y sigs., Bs. Aires, 1944. dado a las arras expreso carácter peni-
tencial.
ARRAS.* SUMARIO: 1. Las arras en su desen- En Roma también existieron las erras
volvimiento histórico. 2. Las arras en nues-
tro Derecho civil. 3. Punciones del Instituto. sponsaliciae, que si se cambiaban entre los
4. Determinación de su naturaleza jurídi- novios, tenían el efecto de que la parte
ca. 5. La cláusula "como seña y a cuenta que, por su culpa, no cumplía la promesa,
de precio"; alcance e Interpretación. 6. Pun-
ción resolutoria y derecho de arrepentimien- quedaba obligada a restituir las arras re-
to; requisitos y efectos. 7. El limite al re- cibidas, primeramente a razón del cuá-
sarcimiento; acción de rescisión y acción druple y luego, a razón del doble ( 3 ).
de incumplimiento; incumplimiento par- Las arras pasaron del Derecho romano
cial; incumplimiento imposible. 8. Medi-
das precautorias. 9. Las arras en materia a la antigua legislación española. En la
mercantil. Partida V, ley VII, título V, se lee: "Seña
(Del griego "arrhabo", prenda o señal. dan los ornes unos a otros en las compras
Sinónimos: seña, señal; "caparra", en el e acaesce después que se arrepiente alguno.
Derecho italiano.) (1) De Ruggiero, Contrata speciali, pág. 69.
(2) Obligaciones, t. 4, pág. 467.
* Por el Dr. HÉCTOR MASNATTA. (3) Bonfante, Instituciones, págs. 195 y 213.
E porende dezimos que si el comprador de lo pactado, sin otorgar —en principio—
se arrepiente después que da la señal, que la facultad de arrepentimiento. El se-
la deue perder. Mas si el vendedor se gundo articulo, por el contrario, confiere
arrepiente después, deue tornar la señal expresamente a las partes ese derecho
doblada al comprador e non valdrá des- de arrepentirse: es el concepto de las
pués la vendida. Pero si cuando el com- arras penitenciales, ya que la entrega de
prador dio la señal dixo asi: que la daua las mismas entraña una condición reso-
por señal e por parte del percio o por lutoria y autoriza a las partes a resolver
otorgamiento, entonces non se puede arre- el contrato. Las arras de desistimiento
pentir ninguno dellos ni desfacer la ven- importan así una excepción al principio
dida que non vala". de que, a falta de pacto comisorio expreso,
El instituto fue trasvasándose a todas las las partes sólo pueden exigir el cumpli-
legislaciones modernas, y aunque en algu- miento del contrato (art. 1204, Cód. civ.);
nas se legisla sólo para la compraventa mediando arras, las dos partes gozan del
—v. gr., en el Derecho francés, donde el derecho de arrepentirse en las condiciones
articulo 1590 del Código civil sólo prevé de la ley. Desde luego que ello implica mo-
señal en caso de promesa de venta— la dificar la impresión que produce la consi-
doctrina le reconoce carácter de principio deración aislada del articulo 1189, que no
general (*). En la mayoría de las legisla- puede ser interpretado sino en armonía y
ciones contemporáneas se consagra en un concordancia con el otro texto, lo que no
doble carácter: ya para confirmar la ce- significa vedar la existencia de arras con-
lebración de un contrato y asegurar indi- firmatorias, autorizadas por el principio de
rectamente su ejecución (arra confirma- la libertad en las convenciones (art. 1197,
toria), ya para autorizar a ambas par- Cód. civ.).
tes a arrepentirse del contrato celebrado 3. La jurisprudencia así lo ha recono-
(arra penitencial), llénense así las arras cido: se ha dicho que dentro del régimen
confirmatorias y las arras de desistimien- de nuestro Derecho civil, las arras son pe-
to. nitenciales (Cám. Fed. La Plata, J. A., t. 36,
2. El Código civil argentino se refiere pág. 471) y encierran un pacto comisorio
a las arras en sus artículos 1189 y 1202, o condición resolutoria del respectivo con-
al tratar de la forma de los contratos y trato (Cám. Civ. 1* Cap., J. A., t. 44, pá-
al referirse al efecto de los mismos. Ellos gina 714). Más precisamente se expresó que
expresan: Artículo 1189: "Si en el instru- la vigencia de dos preceptos legales con
mento público se hubiese estipulado una diversa ubicación y contenido, como los ar-
cláusula penal, o el contrato fuese hecho tículos 1189 y 1202 del Código civil, de-
dándose arras, la indemnización de las muestran que las arras tienen en nuestra
pérdidas e intereses consistirá en el pago ley una función doble y separable: el ar-
de la pena, y en el segundo, en la pérdida tículo 1202 asigna a la seña el carácter de
de la señal, o su restitución con otro tan- arrha penitential (Sup. Corte Bs. Aires,
to". Artículo 1202: "Si se hubiere dado una 1942-11, pág. 184).
señal para asegurar el contrato o su cum- 4. Las arras resultan así un contrato
plimiento, quien la dio puede arrepentirse accesorio, a título oneroso y real. Es ac-
del contrato o puede dejar de cumplirlo cesorio, ya que se efectúan para asegurar
perdiendo la señal. Puede también arre- el cumplimiento de un contrato principal
pentirse el que la recibió y en tal caso (caso de las arras confirmatorias); es
debe devolver la señal con otro tanto de oneroso, porque "las ventajas que procura
su valor; Si el contrato se cumpliere, la a una u otra de las partes no le es con-
señal debe devolverse en el estado que se cedida sino por una prestación que ella le
encuentre. Si ella fuere de la misma es- ha hecho o que se obliga a hacerle" (ar-
pecie que lo que por el contrato debía tículo 1139, Cód. civ.), y es real, porque se
darse, la señal se tendrá como parte de concluye con la entrega de la cosa (ar-
la prestación; pero no si ella fuere de tículo 1141, Cód. civ.).
diferente especie, o si la obligación fuese 5. En el mundo de los negocios existe
de hacer o de no hacer". una cláusula de frecuente uso en los "bo-
Tenemos aquí establecidas las dos cla- letos" de compraventa, que se expresa en
ses de señal que consideráramos. El pri- los términos de "suma recibida como seña
mer precepto es una aplicación del prin- y a cuenta de precio", o similares. Dicha
cipio de las arras confirmatorias, pues frase ha dado lugar a una oscilante inter-
tiene por objeto asegurar el cumplimiento pretación doctrinaria y jurisprudencial,
quizá por su poco clara redacción grama-
(4) Saignat. en Baudry-Lacantinerie, E elle tical: como se ha señalado, encierra una
vente y delle permute, n« 84. contradicción, ya que la palabra "seña"
importa. Ja facultad de arrepentirse y la contratantes deben ejercer dentro del mis-
expresión "a cuenta de precio", signiíica, mo el derecho de- arrepentirse que les
por el contrario, un comienzo de ejecución acuerda la cláusula "como seña y a cuenta
del contrato, o sea un concepto incompa- de precio" (Id. en D. J. A., n<? 4203).
tible con el anterior, desde que el princi- Si no se convino plazo, se acepta gene-
pio de cumplimiento del contrato importa ralmente que el ejercicio del arrepenti-
la renuncia del derecho de arrepentimien- miento puede hacerse al contestar la de-
to (Cám. Civ. 19 Cap., J. A., t. 37, pági- manda por escrituración (Cám. Civ. 1* Cap.
na 1314). Fed., L. L., t. 54, pág. 295; Cám. Civ. 2*
El uso firme de la cláusula en nuestro Cap. Fed., J. A., 1948-1, pág. 65; Cám.
tráfico ha impulsado a una interpretación Civ. 1* La Plata, J. A., 1948-IV, pág. 853),
más acorde con su verdadera finalidad y hasta antes de la escrituración (Cám.
que la que surgiría de los términos litera- Paz Letr., J. 'A., t. 50, pág. 193), pero ello
les. Se ha establecido que funciona de una siempre que el contrato no haya empezado
manera sucesiva: como seña, cuando el a cumplirse.
contrato se halla pendiente de ejecución 2<?) NO debe existir comienzo de ejecu-
y, una vez cumplido el contrato, como pa- ción del contrato. — No mediando plazo, la
go a cuenta, incluyéndose en el precio. Así facultad de arrepentirse puede ser ejerci-
se ha resuelto que la frase "como seña y tada hasta el momento en que el con-
a cuenta de precio" debe interpretarse co- trato se ejecuta, porque el cumplimiento
mo arras o señal, cuando el contrato no de él importa renuncia tácita de ese de-
ha empezado a cumplirse (Cám. Civ. 19 recho. El "usus fori" ha elaborado una
Cap., J. A., t. 37, pág. 1314), por.lo cual serie de standards jurídicos, directivas y
funciona como cláusula resolutoria y auto- subdirectivas para establecer en qué casos
riza la rescisión (Cám. Civ. 2*, J. A., t. 56, existe "principio de ejecución" que limita
pág. 555), perdiendo el comprador la seña la facultad de arrepentimiento, pues bien
(Cám. Civ. 1?, J. A., t. 3, pág. 373, y t. 7, se ha dicho que si el contrato empezó a
pág. 283), o facultando al vendedor para cumplirse, no puede solicitarse la resci-
retirarse del contrato, devolviendo la seña sión invocándose el artículo 1202, Código
doblada (Cám. Civ. 1* Cap., J. A., t. 37, civil (Cám. Civ. 1* Cap., J. A., t. 1, pág. 403;
pág. 1315). Expresamente se dice que la 1948-1, pág. 59; L. L., t. 48, pág. 889), consi-
cláusula desempeña una doble función su- derándose alguna vez que el pago a cuenta
cesiva: la de seña, si el arrepentimiento se que expresa la fórmula "a cuenta de pre-
produce, y la de entrega a cuenta si el con- cio" importa ese comienzo de ejecución
trato se cumple (Cám. Civ. 1* Cap., J. A., (Cám. Civ. 1*. J. A., t. 37, pág. 1314; 1947-1,
t. 37, pág. 1008 y t. 56, pág. 84; Cám. Civ. 29 pág. 176; Cám. Civ. 29 La Plata, L. L., t. 50,
Cap., J. A., t. 54, pág. 472, t. 75, pág. 890 pág. 1038; Machado, t. 3, pág. 535). Mas
y 1942-11, pág. 545), y por el carácter que generalmente no se acepta que ese solo
le atribuye el artículo 1202, Código civil, se elemento configure el principio de ejecu-
computa como parte del precio al escritu- ción que limita la facultad de arrepentirse
rar (Sup. Corte Bs. Aires, J. A., 1942-11, (Cám. Civ. 29, J. A., t. 2, pág. 914; t. 4, pá-
pág. 184). gina 124; t. 8, pág. 337; t. 11, pág. 316;
6. Esa función resolutoria de las arras t. 54, pág. 472; G. del F., t. 191, pág. 429;
está condicionada a algunos requisitos: Sup. Corte Bs. Aires, 1949-IV, pág. 330;
19) Debe ser ejercitada en tiempo pro- Cám. Paz Letr., L. L., t. 50, pág. 193; Cám.
pio.—Resulta evidente que en el caso de Civ. 29 La Plata, L. L,. t. 55, pág. 203), salvo
que exista un plazo estipulado en el con- que se haya abonado gran parte del im-
trato — ya sea un plazo especial para porte.
arrepentirse o el plazo general para el En cambio, se ha establecido que es co-
cumplimient. de las obligaciones pacta- mienzo de ejecución, por parte del ven-
das—, el arrepentimiento debe ejercitarse dedor, su conformidad al pedido del com-
dentro del mismo (art. 1412). Es la so- prador para que designe el escribano que
lución unánime de la doctrina. Después propone para la escrituración (Cám. Civ. 2*
de transcurrido el plazo para escriturar, Cap., J. A., 1946-H, pág. 735), o la en-
no puede ejercerse la facultad de arrepen- trega de títulos al escribano, facilitar el
tirse (Cám. Civ. 1» La Plata, J. A., 1949-1,
pág. 693), que sólo compete a quien no levantamiento de inhibiciones, la intima-
se halle en mora con respecto a su obli- ción hecha al comprador para que com-
gación (Cám. Civ. 1* La Plata, J. A., parezca a firmar la escritura y la propia
1949-IV, pág. 455), por lo cual, cuando se comparecencia (Cám. Civ. 29 Cap., J. A.,
estipula un plazo cierto para el cumpli- 1948-1, pág. 651) o la promoción del jui-
miento de la obligación de escriturar, los cio de reivindicación (Cám. Civ. 29 Cap.,
L. L., t. 2, pág. 654). También configura el aparte de no haberse convenido el pacto
principio de ejecución la entrega de la po- comisorio, debe resolverse conforme a los
sesión (Id., L. L., t, 23, pág. 632), o de títu- dictados de la buena fe (G. del F., t. 188,
los para escriturar (Id., L. L., t. 48, pág. 889) pág. 29). La solución, pues, debe ser cir-
así como la promoción de sucesión y levan- cunstancial y tener en cuenta los supuestos
tamiento de embargos señalados por el es- de hecho de cada caso (Cám. Civ. 2* Cap.,
cribano (Id., L. L., t. 53, pág. 548), el pago G. del F., t. 191, pág. 429).
de impuestos (L. L., 26-3-949), o la cancela- 49) Los efectos del arrepentimiento útil
ción de la hipoteca que impedía la escri- se determinan en la ley: si la parte que
turación en las condiciones convenidas se arrepiente es la que había dado las
(Id., L. L., t. 53, pág. 649). Asimismo, la soli- arras, se pierden éstas; si el que se arre-
citud de certificados, la confección-de pla- piente es quien las recibiera, debe devol-
nos de subdivisión y las gestiones realiza- verlas con más otro tanto de su valor
das ante la notaría para urgir la escritura (Sup. Corte Bs. Aires, J. A., 1942-11, pá-
(Cám. Civ. 19 La Plata, J. A., 1949-1, pá- gina 184; Cám. Civ. 1* Cap., J. A., 1942-11,
gina 546) y la entrega de la posesión (Id., pág. 545).
J. A., 1950-1, pág. 411) o las gestiones para 7. La hipótesis del artículo 1189 debe
dejar el bien libre de ocupantes (Cám. Fed. restringirse al caso de que la parte haya
Tucumán, L. L., t. 46, pág. 820). hecho uso de la acción de rescisión que
No son tales actos iniciales del "iter le confiere su derecho de arrepentirse
contractus", la prórroga acordada para cuando es útilmente ejercitado, o sea en
escriturar o la conformidad prestada para las condiciones y con los requisitos esta-
transferir el boleto (Cám. Civ. 19 La Plata, blecidos en los números 1 y 2 del apartado
D. J. A., n<? 4277), ni la entrega del título precedente. En este caso, la ley considera
y comprobantes de pago de impuestos y que las partes aceptaban que la señal
tasas (Cám. Civ. 1* Cap., J. A., 1949-IH, dada representaba el importe de los per-
pág. 454). juicios que podrían experimentar por la
La cláusula "como seña, a cuenta de inejecución del contrato. Mas si ha pasa-
precio y como principio de ejecución" re- do la oportunidad del arrepentimiento —
sulta de carácter confirmatorio y no da ya porque venciera el plazo o mediara
derecho al arrepentimiento (Sup. Corte Bs. comienzo de ejecución—, y el acreedor
Aires, J. A., 1949-IV, pág. 330). demanda el cumplimiento del contrato,
3?) ¿Puede existir culpa por parte de rigen los principios generales, y la indem-
quien se arrepiente? Salvat manifiesta que nización podrá exceder el quantum con-
la existencia de arras expresa la resolución vencional.
del contrato sin estipulación expresa de La Cámara civil 19, Capital, estableció
pacto comisorio y señala que hay una di- que la seña representa el importe de la
ferencia fundamental, ya que mientras en totalidad de los perjuicios consecuentes a
el pacto comisorio el derecho de resolución la inejecución del contrato (J. A., 1947-III,
existe sólo a favor de la parte no culpable pág. 453; Cám. Civ. 29, J. A., 1942-11, pá-
del incumplimiento, en las arras cualquie- gina 545), pero los daños y perjuicios mo-
ra de ellas puede5 ejercer el derecho de ratorios6 no están, desde luego, compren-
arrepentimiento ( ). El artículo 1203 del didos ( ), y son por sí indemnizables (Cám.
Código civil veda al deudor culpable el civ. 19, J. A., 1949-1, pág. 39), aparte de
derecho de excusarse en el supuesto de lex que cuando se demanda el cumplimiento
commisoria expresa, ya que ésta no se ce- y se obtiene sentencia de condena a él, la
lebra en interés del contratante que falta ejecución forzada es uno de los medios
a sus compromisos, sino contra él (Cám. tendientes a la realización del derecho ( T ),
Civ. 2* Cap., J. A., 1948-11, pág. 269; pero no el único. Si el cumplimiento no
Cám. Civ. 19 La Plata, J. A., 1948-11, pá- sigue a la sentencia, toma su lugar el re-
gina 585; 1950-1, pág. 449). En interesan- sarcimiento del daño, como equivalente
económico del incumplimiento específi-
te decisión la Cámara Civil 19 Capital, co (s). Por ello creemos que la función
ha dicho que debe prosperar la demanda resarcitoria de las arras se limita al caso
por escrituración entablada por el com- de la rescisión por arrepentimiento útil;
prador de un inmueble, si queda acredi- en el caso de que el acreedor pueda deman-
tado su propósito de cumplir el contrato, dar el cumplimiento, las arras podrán im-
mientras que la negativa a escriturar es
imputable al vendedor, cuya pretensión de (6) Busso, Código civil anotado, t. 3, pág. 248.
obtener la rescisión no es viable, pues (7) Carnelutti, Funztone della caparra nelcon-
tratto preliminare.
(8) Bozzi, A., en Nuevo Digesto Italiano, t. 2,
(5) Contratos, pág. 141. n» 286. pág. 794.
putarse en la contraprestación, pero ésta J. A., t. 40, pág. 125), como también si ca-
puede superar su importe —prueba me- rece de objeto el depósito judicial de las
diante del daño—, cuando la ejecución es- arras (Cám. Civ. 1a Cap., J. A., t. 32, pá-
pecífica de la obligación no sea posible gina 181).
por hecho o culpa de la parte que no ha 9. El Código de comercio regula la ma-
cumplido ni se ha arrepentido válidamen- teria en el artículo 475, que reza: "Las
te. De lo contrario, el acreedor no podría cantidades que con el nombre de señal o
obtener ni el "quod debetur" ni su inte- arras se suelen entregar en las ventas, se
gral equivalente (»). entiende siempre que lo han sido por
En el caso de incumplimiento parcial cuenta del precio y en signo de ratifica-
de las obligaciones, el acreedor puede, sin ción del contrato, sin que pueda ninguna
duda, rehusarlo (art. 742, Cód. civ.), y de- de las partes retractarse, perdiendo las
mandar, ya la resolución —con la entrega arras. Cuando el vendedor y el comprador
o retención de las arras—, ya \a. presta- convengan en que, mediante la pérdida
ción íntegra. No podrá pretender al mis- de las arras o cantidad anticipada, les sea
mo tiempo el cumplimiento específico to- lícito arrepentirse y dejar de cumplir lo
tal y su sucedáneo integral. contratado, deberán expresarlo así por
Para que se incurra en la pérdida de cláusula especial del contrato".
las arras o de su valor, el arrepentimiento Segovia considera acertada la solución,
debe ser la causa de la inejecución; si el basándose en la necesidad que en el co-
contrato se resuelve por íuerza mayor o mercio existe del exacto y puntual cum-
caso fortuito, la señal se devolverá y nin- plimiento de los negocios realizados: en
guna de las partes incurren en su pérdida cambio, Malagarriga opina que el Código
o en la de su valor (Sup. Corte Nac., J. A., de comercio no debió apartarse, en esta
t. 55, pág. 770; Cám. Fed. Cap., J. A., t. 55, materia, de la solución civil en su artícu-
pág. 59 y t. 60, pág. 383). lo 1202. Lo exacto es que en materia mer-
8. Existen diversos pronunciamientos cantil, las arras son confirmatorias y sólo
judiciales sobre las medidas precautorias serán penitenciales en el caso de que se
en la materia, que sistematizaremos: Si sé convenga así.
entrega seña, el embargo preventivo debe Tal es lo que expresa nuestra jurispru-
limitarse al importea de la misma más otro dencia: la Cámara Federal de La Plata
tanto (Cám. Civ. 2 Cap., J. A., t. 3, pá- ha dicho que las arras son confirmatorias
gina 1023); el ejecutante tiene preferencia, en materia comercial (J. A., t. 36, pág. 471);
con relación a cualquier otro embargante se consideran como anticipo del precio, sin
posterior, sobre la seña perdida por el pri- que las partes puedan arrepentirse, salvo
mitivo comprador que desistió de la compra que expresamente se estipulara esta solu-
(Cám. Civ. 1a Cap., J. A., t. 27, pági- ción (Cám. Com. Cap., J. A., t. 2, pág. 280;
na 1174). t. 7, pág. 47, y t. 15, pág. 345).
El comprador puede trabar embargo
•preventivo en seguridad de la restitución JURISPRUDENCIA. — La consignada en el testo.
de la seña o parte del precio entregado, BIBLIOGRAFÍA. — Salvat. B., Tratado de Derecho
cuando por la convención el efecto de la civil argentino, "Contratos", t. 1, nos. 281 y slgs.
rescisión sea la devolución de la cosa da- — Lafallle, H., Curso de contratos, t. 2, pág. 13,
n« 16 b; t. 1, n» 456. — Colombo, nota en La Ley,
da (Cám. Civ. 1a Cap., J. A., t. 27, pág. 751). t. 40, pág. 841. — Machado, Explicación y com.,
La medida se decretará por el monto de t. 3., nota al art. 1202, pág. 535. — Plzarro, en
la seña —no por su importe doblado—, si Bol. Inst. Derecho Civil de Córdoba, 1943, pági-
resulta la imposibilidad del vendedor de na 105. — C. A. P., en Bol. Inst. Ens. Práctica.
1945, pág. 13. — Chavarrl, A. B., La cláusula como
escriturar en la fecha convenida (Cám. seña y a cuenta de precio. — Arlas, J., nota en
Civ. 1* Cap., J. A., t. 24, pág. 809). Jurisprudencia Argentina, t. 66, pág. 481. — Fer-
Es improcedente el embargo preventivo nández del Casal, A., nota en Jurisprudencia Ar-
gentina, t. 6, pág. 193. — Notas en Jurisprudencia
cuando se trata de cantidad que por de- Argentina, t. 7, pág. 283; t. 24, pág. 70; t. 24,
volución de seña doblada había de abo- pág. 71; t. 36, pág. 471, y La Ley, t. 56, pág. 357.
narse o no por el embargado, según lo que — Pothier, B. J., Tratado de los contratos, t. 1,
resulte de la respectiva sentencia (Cám. pág. 244, n» 497. — Colagrosso, E., Teoría gené-
rale delle obbligazioni e dei contrattí, 2» ed.,
Civ. 2* Cap., J. A., t. 28, pág. 152), o si de la pág. 116, n» 51. — Messineo, F., Dottrina genérale
demanda y contestación resulta cuestiona- del contratto, 3» ed., pág. 528. — Barassi, L., Is-
da la procedencia de la acción por devo- tituzioni de Dirítto civile, 4' ed., págs. 434 y 638.
lución de la seña doblada, cuestión que — Del mismo, La teoría genérale delle obbligazioni,
vol. 3, pág. 1226. — Enneccerus-Lehmann, Derecho
decidirá la sentencia (Cám. Civ. 1a Cap., de obligaciones, t. 1, págs. 183, 36 y sigs.
(9) Id. id.,- Messineo, Dottrina genérale dei
contrattí, pág. 528; Barassi, La teoría genérale ARREBATO ü OBCECACIÓN. (V. EMO-
¿elle obbligazíoni, pág. 1226. CIÓN VIOLENTA.)
ARREGLO INTERNACIONAL (V. TRA- cepto de arresto se confunde con el de
TADO INTERNACIONAL.) detención, y tiene similitudes con el de
prisión preventiva, lo que se aclara más
ARRENDADOR. (V. LOCADOR.) adelante.
En el Derecho administrativo es una
ARRENDAMIENTO. (V. LOCACIÓN.) sanción que ha adquirido una autonomía
propia respecto a las penas propiamente
ARRENDAMIENTO DE COSAS. (V. LO- dichas, pero que importa una medida re-
CACIÓN DE COSAS.) presiva o correctiva dentro del régimen
de sanciones contra infractores a sus re-
ARRENDAMIENTO DE FINCAS RUSTI- glamentos, resoluciones o decretos.
CAS. (V. LOCACIÓN DE FINCAS RÚSTICAS.) En el Derecho civil, se habla también del
arresto o de la detención en ciertas cir-
ARRENDAMIENTO DE FINCAS URBA- cunstancias donde se ejerce una potestad,
NAS. (V. LOCACIÓN DE FINCAS URBANAS.) v. gr., la patria potestad, en carácter de
poder correccional sobre el menor (art. 278,
ARRENDAMIENTO DE OBRAS. (V. LO- Cód. civ. arg., y 154, 155 y 156, Cód. civ.
CACIÓN DE OBRAS.) esp.).
En el Derecho penal, el concepto gene-
ARRENDAMIENTO DE SERVICIOS. (V. ral señalado adquiere estas particularida-
LOCACIÓN DE SERVICIOS.) des: es una pena de leve duración, con
eficacia represiva muy dudosa, o es una
ARRENDAMIENTO DEL BUQUE. (V. sanción preventiva, que más se asemeja a
BUQUE.) la medida de seguridad, con eficacia pre-
ventiva solamente. La materia se relaciona
ARRENDAMIENTOS COMPLEJOS. (V. estrechamente con la distinción de los de-
LOCACIONES COMPLEJAS.) litos y las contravenciones o faltas, siendo
el arresto la medida de carácter penal que
ARRENDATARIO. ÍV. LOCATARIO.) se acostumbra a usar para las últimas,
sin que se excluya su aplicación legisla-
ARREPENTIMIENTO ACTIVO. (V. TEN- tiva en las primeras. La calidad de la ili-
TATIVA DE DELITO. DELITO FRUSTRADO.) citud o la antijuricidad del hecho —penal
o contravencional— pareciera influir en
ARRESTO.* Del latín ad, a y restare, la aplicación de la sanción.' Pero en doc-
quedar. Significa, por lo tanto, el acto de trina es difícil la distinción cualitativa de
autoridad competente de aprehender a los delitos y las contravenciones y, en con-
una persona, de someterla a prisión o en secuencia, el tratamiento penal de la ili-
casa de custodia, por breve tiempo, por citud. Actualmente, el problema ha sido
causas correccionales o penales y con mo- resuelto en forma empírica en las legis-
tivo de haberse comprobado, una infrac- laciones que aceptan entre las penas del
ción o de tener sospechas fundadas de que Código penal, el arresto, en su carácter de
se ha cometido una transgresión al orden pena de corta duración (Cód. pen. español,
jurídico. arts. 27 a 32, y Cód. pen. italiano, arts. 17,
El concepto general señalado es propio 23, 25 y 27). La pena de arresto no tanto
del ámbito jurídico penal, pero es obvio busca la represión en el sentido peniten-
que la sanción que importa el arresto tie- cial, para la reeducación o la reforma del
ne, en el campo del Derecho, una apli- reo, porque, en realidad, se trata de in-
cación múltiple. La legislación comparada, fracciones de leve entidad antijurídica,
la doctrina de los autores y de la juris-' cuanto se aplica en mira a la prevención
prudencia de todos los países, que tienen de otros hechos similares, y se busca, por
un régimen de penas privativas de la li- eso, la retribución de la .ilicitud penal co-
bertad personal, basados principalmente en metida. En la práctica se puede dudar, y
la distinción bipartita de delitos y contra- así lo entiende Carnelutti, de la eficacia
venciones o faltas, coinciden en la aplica- penal del arresto, que, por un lado, pue-
ción práctica del arresto. Pareciera como de ser de bajo rendimiento preventivo y,
si la sanción que importa se adaptara es- por otro, de excesivo sufrimiento repre-
pecialmente y mejor que otras del reper- sivo.
torio penal o correccional, a la represión En nuestro Derecho penal no existe la
o prevención del hecho ilícito cometido. pena de arresto para los delitos. En el
En el Derecho procesal penal, el con- Código anterior —1887 — se distinguían,
entre las penas privativas de la libertad
* Por el Dr. ARMANDO V. SILVA. personal: presidio, penitenciaría, prisión
y arresto, en un orden descendente de gra- Indudablemente, en lo que se refiere a
vedad. la aplicación de la pena, o de la medida
Su distinción cualitativa en cuanto pena, preventiva del arresto, en el orden con-
se daba por la ausencia de trabajo obliga- travencional, la cuestión tiene una impor-
torio, propio de las demás. Su aplicación tancia que excede el limite de este tópico
correspondía a las infracciones de leve en- y que se remite lógicamente al tema elu-
tidad antijurídica. cidado en las siguientes voces: Contraven-
En el Código penal español vigente se ción, Falta, Pena. Pero se debe hacer no-
establecen dos categorías del arresto: me- tar la múltiple aplicación del instituto en
nor y mayor. El primero, considerado co- ese ámbito jurídico penal. En nuestra le-
mo pena leve (art. 27). Su duración es de gislación es profuso el aspecto señalado, y
uno a treinta días, y "el Tribunal podrá basta compulsar las leyes vigentes sobre
autorizar al reo para que lo cumpla en su faltas y contravenciones.
propio domicilio, siempre que la falta cas- Como sanción disciplinaria en diversos
tigada no tuviere un motivo deshonroso, órdenes, tales como el administrativo, el
ni fuere por hurto o defraudación" (ar- militar, el privado, el arresto es una me-
ticulo 85). dida correctiva que, más que la penitencia
El arresto mayor, considerado por la ju- a reeducación, persigue la prevención de
risprudencia del Tribunal Superior como futuras infracciones y, a la vez, una retri-
pena correccional, tiene un límite, entre bución inmediata del hecho ilícito come-
un mes y un día a seis meses. Lleva pe- tido. En este sentido, el Código de Justicia
nas accesorias como las siguientes: sus- militar define el arresto: "La pena de
pensión de cargos, prohibición del ejercicio arresto consiste en la simple detención de
del derecho al sufragio, etc. la persona que lo sufre en domicilio par-
La sanción penal tiene sus antecedentes ticular, buque de guerra, cuartel o esta-
históricos en la legislación española. En el blecimiento militar" (art. 546). Lo consi-
orden penal se habla del arresto en las dera un castigo, pues el artículo 548 habla
Partidas: Partida VII, título 29, ley 2»; de la eficacia del castigo, cuya duración,
sólo el rey, o los jueces que lo represen- breve en relación a las otras penas, es de
tasen, podían arrestar. Partida VH, títu- veinticuatro horas a seis meses.
lo 29. ley 2*, y Novísima Recopilación, li- En el orden del Derecho procesal, la na-
bro 12, título 59, ley 3*; sobre la orden es- turaleza de la medida se discute con re-
crita necesaria o casos de fragante delito. lación a la detención y la prisión preven-
En el orden civil, el arresto del deudor que tiva. Indudablemente, es una detención y,
no ha pagado y da lugar a la ejecución y como tal, una restricción de la libertad
no presenta fianza de saneamiento; Noví- personal en cuanto a la segregación, tem-
sima Recopilación, libro 11, título 28, ley 12. poraria, del ambiente habitual del sujeto
En el orden penal, no hubo una distin- arrestado y a su privación de los bienes
ción clara en la doctrina sobre el arresto, jurídicos normales (libertad, restricción a
la detención y la prisión preventiva. la libre disposición de sus cosas: patrimo-
En la legislación penal italiana vigen- nio, relaciones familiares, sociales, etc.).
te, como ya se ha dicho, se estatuye el Pero lo interesante es determinar su sen-
arresto entre las medidas penales priva- tido jurídico, es decir, su finalidad u ob-
tivas de la libertad personal. La pena com- jeto. En nuestro Derecho se ha dicho que
prende el término de cinco días a tres es el acto o el hecho por el cual una per-
años, y se cumple en uno de los estable- sona, voluntariamente o no, es conducida
cimientos destinados a ello. Es práctica- ante el magistrado, a fin de que propor-
mente una reclusión de menor duración. cione todos los antecedentes relativos al
Al respecto, y en orden a la naturaleza y delito que se le atribuye (Castro). Tam-
finalidad de la medida en el Derecho penal bién es la medida adoptada por autoridad
penitencial, ha dicho Carnelutti: "A la re- competente en caso de detención de tes-
clusión breve no se le puede reconocer tigos de un hecho antijurídico.
otra naturaleza que la de medida de se- Dado que la Constitución Nacional, en su
guridad. Esta es una observación que, des- artículo 29, dice que nadie puede ser
de el punto de vista de la técnica penal, arrestado sino en virtud de orden escrita
debería tener una importancia decisiva. de autoridad competente, y se refiere, fue-
Probablemente, en cuanto a ella, la dis- ra de dudas, a la prisión preventiva, tal
tinción entre reclusión y arresto, según la como la legisla el Código de procedimien-
terminología del Código vigente italiano, tos criminales para la Capital Federal (en
debería ser mucho más profunda de lo que su art. 363 y conc. 2<? y 6<?), se debe dis-
es actualmente" (El problema de la pena, tinguir el arresto como simple detención,
pág. 48). sin juicio penal, y la detención calificada
por un juicio previo, de carácter provisorio, penal administrativo", nota en Jurisprudencia Ar-
gentina, 1942-IV, pág. 114.
como la prisión preventiva.
La detención o arresto, en el primer as-
pecto, es una medida que, dentro del ré- ARRESTO ILEGAL. (V. DETENCIÓN ILE-
GAL.)
gimen procesal penal, debe ser considerada
como una especie de las medidas cautela-
res o asegurativas respecto a las personas. ARRIBADA FORZOSA. * En términos
Medida de aseguramiento procesal penal forenses, se entiende por tal, conforme a
que tiene por objeto "no tanto asegurar la la definición de la Academia, el accidente
efectividad de la sentencia que se dicte, del comercio marítimo cuyas formalida-
como de manera más directa evitar la des- des y consecuencias jurídicas determina la
aparición del presunto culpable y que uti- ley y que consiste en la acción de llegar la
lice su libertad para borrar la huella del nave a puerto que no es el de su destino.
delito..." (Alcalá Zamora y Castillo y Le- El Código de comercio argentino no sólo
vene). regula las formalidades y consecuencias
La detención o el arresto del presunto jurídicas del accidente mencionado, sino
reo y de los testigos presenciales del he- que lo determina claramente en su articu-
cho no tiene en ningún momento el carác- lo 1274, con estas palabras: "Cuando un
ter de pena, aunque importe un sufri- buque entra por necesidad en algún puer-
miento físico o espiritual. Es la necesidad to o lugar distinto de los determinados en
la que origina su acogimiento en la legis- el viaje estipulado, se dice que hace arri-
lación comparada, en orden al asegura- bada forzosa". Es decir, que las legislacio-
miento de la prueba del hecho y el des- nes han previsto la posibilidad de que una
cubrimiento del autor (arts. 178, inc. 4°; nave tenga necesidad, para evitar daños
184, inc. 4, y 4° y 5<?, Cód. proced. Cap., y mayores a la misma, a las mercaderías
art. 328, Cód. proced. penal de Córdoba, transportadas o al pasaje, de abandonar
donde se adopta la voz arresto, en estos su derrota para refugiarse en un puerto o
supuestos de detención simple). paraje no señalados al marcar aquélla, lo
que puede ocurrir por causas legítimas en
Tanto en la detención y el arresto, como el sentido de no ser atribuibles a la culpa
en la prisión preventiva, la medida, según o negligencia de nadie, o por causas ile-
su naturaleza y finalidad, no implica una gítimas si la arribada forzosa es conse-
pena, en el sentido de la retribución, aun- cuencia de la malicia o de la desidia de
que acarreen un mal al que las sufre (prin- los responsables de la navegación; y esto
cipio del posible proceso penal). Se diferen- hasta el punto de que un mismo motivo
cian, sin embargo, como ya se apuntó, —por ejemplo, la falta de víveres o de
. porque en la prisión preventiva, cualitati- aguada— calificará la legitimidad o ilegi-
vamente, hay un más en el sentido de la timidad de la arribada, según tenga unos
sospecha del delito y de su autor, y, por u otros orígenes, cual veremos más ade-
lo tanto, requiere un juicio del juzgador, lante.
aunque fuera de carácter provisional. Las consecuencias de la arribada forzo-
En el orden penal, en el contravencio- sa son trascendentales, tanto por los gas-
nal como subespecie de aquél, en el or- tos de pilotaje y entrada y salida de los
den disciplinario y en el especial del ré- puertos, cuanto por los mayores dispen-
gimen administrativo, la sanción genérica dios en el mantenimiento de la tripulación
arresto, corre en forma paralela a la y, en su caso, de los pasajeros. Esos daños
sanción multa, y se plantea en el aspecto repercuten de modo muy principal en la
jurídico el problema de la equivalencia y carga. De ahí la importancia de la legiti-
el de la conversión de ambas. (V. MULTA.) midad o ilegitimidad de la arribada, pues-
to que su calificación puede incluir el
BIBLIOGRAFÍA. — Alcalá Zamora y Castillo y Le- accidente entre las averías comunes o
vene, R. (h.), Derecho procesal penal. — Carnelut-
tl, F.. Lecciones sobre el proceso penal, t. 4, vol. 1, gruesas, o entre las averías particulares o
págs. 132 y sigs., Bs. Aires. 1950; ademas. El proble- simples, con la consiguiente discriminación
ma de la pena, 2? parte, nos. 13, 20, 22, 23 y slgs., de responsabilidades.
Bs. Aires, 1947. — Enciclopedia Jurídica (española), El Código de comercio argentino, en el
t. 3, pág. 8, Barcelona, 1951. — Escriche, Diccionario,
ed. 1863. — Jofré, T., Manual de procedimiento (ci- precepto antes indicado, señala como jus-
vil y penal)., 5' ed., anotada por I. Halperín, t. 2, tas causas de arribada forzosa la falta de
págs. 201 y sigs., Bs. Aires, 1941. — Moreno, E., El víveres o de aguada, cualquier accidente
Código penal y sus antecedentes, t. 2, págs. 7 y sigs.,
Bs. Aires. — Paz Anchorena, J. M., Curso de Dere- en la tripulación, carga o buque que le
cho penal del Dr. Juan P. Ramos. "Fenología", inhabilite para continuar la navegación, y
t. 3, págs. 160 y sigs., Bs. Aires, 1940. — Soler, S.,
Derecho penal argentino, t. 2, págs. 403 y sigs.,

i
Bs. Aires, 1945. — Spota. A. G., "El procedimiento * Por el Dr. MANUEL OSSORIO Y FLOETT.
el temor fundado de enemigos o piratas; que se depositen los efectos que no puedan
pero estas mismas causas pierden su legi- continuar a bordo durante la reparación
timidad (art. 1275) si la falta de víveres del buque, los gastos de alijo o trasbordo
o de aguada proviniese de defecto de apro- de una parte del cargamento, a fin de
visionamiento, según uso y. costumbre de que el buque pueda tomar puerto y sal-
los navegantes, de pérdida por mala co- varse de los riesgos de mar o de enemigos,
locación o descuidó, o de venta efectuada los daños que acaecieren a los efectos por
por el capitán, si la innavegabilidad del la descarga y recarga del buque en peli-
buque procediese de no haber sido prepa- gro, y el menoscabo que resultare en el
rado competentemente, o del mal arru- valor de los efectos que haya sido nece-
maje de la carga, y si el temor a enemi- sario vender en el puerto de arribada for-
gos o piratas no estuviese fundado en he- zosa para hacer frente a los gastos que
chos positivos. la misma ocasione. El importe de las ave-
Los gastos que ocasione la arribada for- rías comunes se reparte proporcionalmen-
zosa serán de cuenta del fletante, del fle- te entre el buque, su flete y la carga (ar-
tador o de ambos, según sean las causas tículo 1314). Pero no se reputan averías
que los han motivado, sin perjuicio de su gruesas los gastos causados por vicios in-
derecho a repetir contra quien corres- ternos del buque, por su innavegabilidad
ponda íart. 1277). En cuanto a los perjui- o por falta o negligencia del capitán o
cios que sufran los cargadores, son de la de la tripulación, siendo dichos gastos de
responsabilidad solidaria del armador y cuenta del capitán o del buque (art. 1318).
del capitán, hasta la suma concurrente El daño que resulte al cargamento por
del valor del buque y fletes, si la arribada descuido, falta o baratería del capitán o
es ilegítima, pero no si es legítima (ar- de la tripulación, se considera avería par-
ticulo 1278). .ticular, sin perjuicio del derecho del pro-
El artículo 1276 obliga al capitán, den- pietario contra el capitán, buque y fletes
tro de las veinticuatro horas de la arri- (art. 1319, inc. 6?), teniendo en cuenta
bada, a formalizar y justificar la corres- que, de acuerdo con lo dispuesto en el ar-
pondiente protesta ante la autoridad com- tículo 1314, el importe de las averías par-
petente; y previa autorización (art. 1279) ticulares se soporta por el dueño de la cosa
de la autoridad que conozca en los asun- que ocasionó el gasto o recibió el daño.
tos mercantiles, o del cónsul, si se trata Es muy importante señalar que, por re-
de puerto extranjero, el capitán puede gla general, las normas contenidas en la
proceder a la descarga cuando sea nece- legislación, acerca de los pagos en caso
saria para la reparación de la nave, o de avería, se aplican en defecto de con-
para evitar daños al cargamento, respon- venciones especiales consignadas en las
diendo de su guarda y conservación, salvo pólizas de fletamento o en los conoci-
caso de fuerza mayor (art. 1280). También, mientos de embarque. El Código de comer-
y previa la misma autorización, se puede cio argentino lo expresa así en su artícu-
proceder a la reparación o venta de la lo 1313. De ahí que resulten de extraor-
mercadería averiada (art. 1281). dinario interés, en materia de arribada
El capitán no puede diferir la salida forzosa, las Reglas de York y de Amberes,
del barco una vez cesado el motivo que revisadas el año 1890, en Liverpool, y mo-
obligó a la arribada, so pena de responder dificadas el año 1892, en Genova, ya que
por los daños que la dilación origine. Si a ellas se remiten muchos contratos de
dicho motivo hubiese sido el temor a ene- transporte marítimo. Una de las Reglas
migos o piratas, la salida se deliberará en comprende en la arribada forzosa la que
junta de oficiales, con asistencia de los pueda hacer la nave al puerto de partida,
interesados en el cargamento que estuvie- ya que también así se aparta de su ruta.
sen presentes (art. 1282). Otras establecen que los gastos de entra-
El concepto de "arribada forzosa" está da y salida del puerto, cuando la arribada
íntimamente ligado con el de "avería", a se justifica por la necesidad del salva-
cuya voz nos remitimos como complemento mento común, así como los de desembar-
de la presente. Baste por ahora señalar que, reembarque y estiva de las mercade-
que, conforme a lo dispuesto en el artícu- rías, realizados para la reparación indis-
lo 1316, tienen carácter de avería gruesa pensable de desperfectos del barco, se han
o común, entre otras, los sueldos y manu- de estimar como avería gruesa.
tención de la tripulación durante la arri-
bada forzosa, los derechos de pilotaje y JVRISPHUDENCIA. — El temor ae enemigos o pi-
demás gastos de entrada y salida en puerto ratas justifica la arribada forzosa (Cám. Ped. Cap.
Fed., 9-3-918, J. A., t. 1, pág. 160). Si un buque
de arribada forzosa, los alquileres de al- tíe nación en guerra contra otra llega al puerto
macenes en puertos de arribada forzosa en argentino a que con su carga «staba destinado,
no existe arribada forzosa, puesto que no ha sa lícita; y para poder ser arrogado, la
habido cambio de ruta, tanto menos cuanto que expresada condición de no estar sometido
no se ha hecho la protesta jurada exigida por los
arts. 939 y 1276 (Cam. Ped. B. Blanca. 26-10-033. a otra potestad era indispensable, no pu-
J. A., t. 43, pág. 983). La arribada no forzosa se diendo en principio serlo los esclavos ni
convierte en forzosa si el capitán prolonga la du- los extranjeros. La arrogación tampoco
ración de la escala ante el temor de que los ene-
migos le pongan en peligro eii caso de salir (La era accesible a las mujeres ni a los impú-
misma sentencia). beres, ya que no podían acudir a los co-
BIBLIOGRAFÍA. — Mossa, Derecho mercantil, ed.
micios curiados, pero esa norma se modi-
castellana, B. Aires, 1940. — Gamechogoicoechea, ficó al sustituirse, para estos efectos, los
Tratado de Derecho marítimo español. comitia curíala por la presencia formula-
ria de los lictores. Desde Antonio Pío, los
ARRIERO. (V. PORTEADORES.) impúberes pudieron ser arrogados, y las
mujeres arrogar y ser arrogadas.
ARROGACIÓN. Voz proveniente de la Para evitar que la arrogación se hiciese
locución latina arrogatio o adrogatio, for- en fraude de los acreedores del arrogado,
mada del prefijo ad y del verbo rogare, el pretor concedía a aquéllos acción con-
rogar. tra éste o contra el arrogante, mediante
En el Derecho romano, la institución de una actio de peculio.
la adopción, que en sentido amplio repre- En el Derecho histórico español se man-
sentaba la sumisión de un extraño a la tiene la diferenciación entre la adopción
patria potestad del jefe de otra familia, y la arrogación, si bien muchos autores lo
ofrecía dos manifestaciones distintas: la niegan. No obstante, en la ley 7a, título
adoptio, en su acepción restringida, y la VII de la Partida IV, se dice que el porft-
arrogatio, fundamental y respectivamente jamiento se puede hacer de dos maneras:
diferenciadas en las condiciones de alieni por otorgamiento del rey o por otorga-
inris o de sui inris, que en su anterior fa- miento del juez. La primera es la arroga-
milia tuviese la persona que ingresaba en tio, "que quiere tanto -dezir en romance,
la otra. La arrogación constituía un acto como porfij amiento de orne que es por sí,
de gran transcendencia jurídica, tanto e non ha padre carnal; e si lo ha, es sa-
porque el arrogado perdía la calidad de lido de su poder e cae nuevamente en po-
sui inris, para convertirse en alieni inris, der de aquél que lo porfija". Y la segunda
cuanto porque todos los miembros de la es la adoptio, "que quiere tanto dezir en
familia agnaticia que de él dependían, romance, como porf i j amiento de orne, que
quedaban también bajo la patria potestas ha padre carnal e es de su poder del pa-
del paterfamilias arrogante, pasando asi- dre: e por ende no cae en poder de aquel
mismo los bienes de aquél al patrimonio que porfija". (V. ADOPCIÓN.) (M. O. y F.)
de éste, si bien Justiniano estableció que
sólo tuviese el usufructo de los mismos. BIBLIOGRAFÍA. — Arias, Manual de Derecho roma-
no, Bs. Aires, 1914. — Arias Bftmos. Derecho ro-
Además, el arrogado perdía sus dioses la- mano, 4' ed., Madrid, s/f. — Arangio Ruiz, Histo-
res y entraba en el culto de los de su ria del Derecho romano, ed. castellana, Madrid,
nueva familia. 1943. — Ortalán, Explicación histórica de la Ini-
Para la arrogación se necesitaba el con- titula, ed. castellana. Madrid, 1847.
sentimiento del arrogante y del arrogado,
puesto que éste, a diferencia de lo que su- ARRUMAJE. Vocablo marítimo que sig-
cedía en la adopción, era mayor de edad nifica distribución y colocación de la car-
y libre. En los primeros tiempos, la arro- ga en un buque, como arrumar es efectuar
gación, por afectar a un interés público, dichas distribución y colocación. Jurídica-
requería la intervención de los Pontífices mente tiene valor porque el mal arrumaje
y se celebraba ante los comicios curiados, y el exceso de la carga sirven para deter-
pero posteriormente se suprimió la reunión minar la responsabilidad del capitán del
de dichos comicios y se sustituyó por la buque por los daños que la misma sufra
presencia de treinta lictores que, bajo la (artículo 910, Cód. com. arg) y para que
presidencia de un magistrado, admitían o la innavegabilldad del buque debida a
rechazaban las propuestas de arrogación. mal arrumaje no se tenga por causa le-
Durante el Imperio, la arrogación se efec- gítima de arribada forzosa (artículo 1275,
túa por rescriptum principis, forma que inc. 2<?).
pasa al Derecho justineaneo. JUKISPRTTDENCIA. — La circunstancia de que el
Para poder arrogar se requería ser pú- buque sea propiedad de un Estado extranjero, no
ber, no tener descendientes legítimos o obsta a la competencia de los jueces federales de
adoptivos, llevar más de dieciocho años al sección para entender en la demanda por daños
y perjuicios deducida contra el capitán por mal
arrogado o haber cumplido sesenta de arrumaje (Cám. Ped. Cap. Ped., 28-5-924, J. A,
edad, no estar castrado, y alegar una cau- t. 12, pág. 682).
ARTICULO DE PREVIO Y ESPECIAL nerse —se trate de las dilatorias o de las
PRONUNCIAMIENTO.* La expresión se perentorias— en forma de articulo de
i\jj!iere en forma lata a los incidentes que previo y especial pronunciamiento. Esta
pueden promoverse en un juicio determi- materia es común en el Derecho español
nado, para proponer excepciones de carác- y de los países hispanoamericanos.
ter procesal, sobre cuestiones relacionadas En el Derecho procesal penal constitu-
con el asunto principal (delito), pero que yen los equivalentes procesales de las ex-
deben resolverse en forma previa e inde- cepciones dilatorias del proceso civil. Tie-
pendiente al objeto de la cuestión de nen, en realidad, el mismo objeto: una
fondo. decisión jurisdiccional, in limine litis, so-
La terminología es de origen español: bre una cuestión de carácter procesal —
"Formar articulo, es introducir alguna casi siempre— previa y relevante, antes de
cuestión incidente, como una excepción intentar la decisión de fondo. También se
dilatoria por incompetencia del juez o por observan las mismas consecuencias proce-
falta de legitimidad en la persona del sales: la tramitación del artículo suspen-
actor, pidiendo se pronuncie sobre ella de la marcha del proceso.
antes de pasar adelante en el asunto prin- En nuestro Derecho procesal civil, las
cipal: lo que suele expresarse diciendo la excepciones dilatorias pueden ser opuestas
parte después de exponer la cuestión o por vía de incidente previo y con especial
excepción, que sobre ella forma articulo pronunciamiento. El Código de procedi-
con previo y especial pronunciamiento", mientos civiles para la Capital Federal es-
dice Escriche en su Diccionario, y agrega, tablece el principio en el artículo 83, y las
en forma de definición: "Toda cuestión enumera en el artículo 84:
incidente que se introduce en un pleito y I1?) La incompetencia de jurisdicción;
debe decidirse por el juez antes de pasar 2<?) La falta de personalidad en el de-
adelante en el asunto principal" (Diccio- mandante, en el demandado o en sus pro-
nario, voz pertinente). curadores o apoderados;
Las voces incidente y articulo, como 39) La litispendencia en otro Juzgado
equivalentes en el Derecho procesal, son o Tribunal competente;
vocablos muy usados en el lenguaje foren- 49) Defecto legal en el modo de pro-
se español, principalmente en el clásico. poner la demanda.
Begún Caravantes, el concepto lato signi- Además agrega el artículo 85 respecto
fica: "toda cuestión o contestación acceso- al demandante sin domicilio conocido en
ria que sobreviene o se forma durante el la jurisdicción nacional, la excepción de
curso del negocio o acción principal" (Tra- arraigo.
tado histórico, critico y filosófico de los De las enumeradas, las tres primeras
procedimientos judiciales en materia civil, pueden ser resueltas de oficio por el juez.
Madrid, 1856). Mientras, las otras dos serán consideradas
Este concepto ha sido integrado en la procesalmente, si han sido propuestas por
doctrina contemporánea, haciendo resal- las partes..
tar la nota de relación o vinculación in-
mediata entre las cuestiones previas de Análogas disposiciones traen otras leyes,
especial pronunciamiento, con el proceso, como la del Fuero Federal, número 50, ar-
donde ha de resolverse la cuestión princi- tículos 73 y 74. (V. EXCEPCIONES DILATO-
pal, objeto del juicio penal. La propia eti- RIAS.)
mología de ambos vocablos indica la de- Noción histórica: En cuanto al origen
pendencia con respecto al proceso princi- institucional de los artículos de previo y
pal. (V. INCIDENTE.) especial pronunciamiento en el proceso
Las expresiones son de aplicación en penal, debe tenerse en cuenta que la fuen-
ambos procesos, el civil y el penal. Pero en te directa es el sistema de enjuiciamiento
materia penal adquiere una significación español en materia penal. Así lo hace
especial y técnica por uso histórico, ya que constar la doctrina nacional.
designa concretamente las excepciones de Remontando el curso histórico del ins-
carácter procesal, que deben oponerse en tituto, se llega hasta la concepción del
forma previa. Con este fin: el de impedir antiguo Derecho español sobre las excep-
la prosecución del proceso, ya sea porque ciones mixtas o anómalas y las dilatorias
se impida la constitución de la relación tomadas a su vez del concepto que sobre
jurídica procesal o porque se la demore en ellas se había formado la doctrina del De-
su desarrollo. recho común, romano, canónico.
Las excepciones procesales pueden opo- Más allá, en los sistemas anteriores y,
especialmente el romano, no existen an-
* Por «1 Dr. ABMANDO V. SILVA. tecedentes directos de estos incidentes, con
el carácter y la función que cumplen en el sentido de permitir al acusado que pu-
el proceso moderno. diera intentar el trámite de incidentes
Las exceptiones anomalae o mixtas en previos a los efectos de su defensa. Cosa
la época del Derecho canónico y del pro- absolutamente vedada en el régimen an-
ceso común, eran aquellas que producían terior, hasta el momento de la acusación
el efecto suspensivo de las dilatorias si se y de la defensa.
proponían antes de la litis-contestatio, y Aunque en un Reglamento provisional
el efecto extintivo de las perentorias si se para la administración de Justicia, del año
deducían después. Eran las siguientes: las 1835, se menciona esta manera de articu-
exceptio reí iudicatae y la exceptio tran- lar las excepciones previas en ambos pro-
sactionis o pacti. Otros autores añaden: cesos, no se hizo efectiva la medida, por
las exceptio praescriptio, la exceptio mor- la remisión vaga que hacía esta disposi-
tis —muerte del acusado— y la exceptio ción legal a las leyes que autorizan el ar-
máleficii, ésta como derogatoria de la tículo en el tiempo y la forma prescriptos.
prohibición de contraacusación. (V. Gatti Fue la ley de Enjuiciamiento criminal de
y Fornatti, obras cit. en la sección biblio- 1872 la que dio origen institucional a las
gráfica de este trabajo.) excepciones previas en el proceso penal,
Las excepciones dilatorias del proceso en forma de artículos previos.
penal de esa época tenían por finalidad Las únicas excepciones admitidas por
inmediata la de impedir la constitución esta ley eran las siguientes: declinatoria de
de la relación jurídica procesal, obstando jurisdicción, cosa juzgada, prescripción del
a la constitución de la litis-contestatio. delito y amnistía o indulto (arts. 580 y sigs.).
Por eso debían ser propuestas antes que Esta ley sirvió de antecedente a los pro-
aquélla y estaban sometidas a un término yectos bases de nuestro actual Código de
de caducidad. Eran las siguientes: excep- procedimientos criminales, para la Capital
tio dilatoriae iudicis repellendi (refirién- Federal. Se debe hacer notar que el régi-
dose a la incapacidad del juez por moti- men de las excepciones previas estableci-
vos de indignidad, parentesco, enemistad, do tuvo su fuente doctrinaria y legislativa
falta de jurisdicción y violación del fue- en las excepciones del Derecho procesal
ro eclesiástico); exceptio iudicis incompe- civil común, en lo que atañe a la estruc-
tentis; exceptio inhábilis accusatoris (so- tura, el carácter, la función, el trámite y
bre la incapacidad procesal del acusador); los efectos del instituto (Fornatti, V. op.
exceptio ego nom possum accusari (con cit. al pie, pág. 107).
relación a las inmunidades personales);. Las posteriores leyes españolas: Compi-
exceptio procuratoria (referente a la pro- lación general de 1879 y ley de Enjuicia-
curación en el juicio); y exceptio litis miento criminal de 1882, han seguido la
pendentis. Todas estas se referían al su- misma fundamentación privatista del pro-
jeto o sujetos de la relación procesal. ceso, en este aspecto institucional.
Pero había otras, clasificadas según la Dice el autor citado precedentemente:
nulidad de las formalidades que debían "Siguiendo el modelo del proceso civil, el
existir antes de la litis contest atio, y que legislador español del siglo xix estableció
se referían concretamente a tres actos el numeras clausus, para prevenir la te-
procesales formales: la accusatio, la com- meridad o la mala fe de los procesados", y
missio y la cit atio. Daban lugar a las si- agrega, pero "no tuvo en cuenta que los
guientes excepciones dilatorias: la excep- fines del proceso penal no autorizan estas
tio ineptae accussationis (falta de requisi- restricciones, pues el interés público obliga
tos en la acusación); la exceptio ineptae a tomar en cuenta toda circunstancia obs-
commissionis (se refería a la nulidad del tativa del proceso, cualquiera sea su ín-
mandato de citación), y por último, la ex- dole, que puede resultar favorable para el
ceptio ineptae citationis. imputado" (op. cit., pág. 107).
Las excepciones procesales previas en el Se ha señalado acertadamente la trans-
período histórico señalado fueron de apli- posición de principios y fundamentos pri-
cación común, tanto al proceso civil co- vatistas en el Derecho procesal penal, y
mo al penal. Sin embargo, en el antiguo especialmente en esta materia se hace
Derecho español, y hasta el año 1872, las notar que la legislación española y la ar-
cuestiones de previo y especial pronuncia- gentina, inspirada en aquélla, siguen la
miento no fueron conocidas como pre- misma corriente. Ejemplo en el instituto
cepto positivo, dice Aguilera de Paz. (V. op. que comentamos, además de lo apuntado,
cit. al pie.) Por obra de la doctrina y de es el término preclusivo de proposición de
la práctica, fue ampliándose el criterio las excepciones, como artículo previo. Lo
restringido del procedimiento penal, ante- mismo pasa con los referentes a la presen-
rioi a esa fecha, desde la Edad Media, en tación de documentos que hacen a la prue-
ba, como a la autorización de los sujetos sión del fondo del asunto objeto del pro-
facultados legalmente para interponer es- ceso, y así se vislumbró siempre en cuanto
tas excepciones. excepciones de carácter estrictamente pro-
El proyecto Obarrio, el proyecto de Có- cesal. Este tema se relaciona con las con-
digo de procedimiento civil para la Pro- diciones de procedibilidad (o perseguibi-
vincia de Buenos Aires, los proyectos de lidad) y las condiciones de punibilidad, y
Malaver, Obarrio y Montes de Oca, el de en este sentido, como dice Belling (op. cit.
Leguizamón, Barra y Posse y el de la Co- al pie, pág. 79), "el proceso no debe con-
misión de Diputados revisora del proyecto fundirse con su objeto", y agrega que to-
Obarrio, dieron origen legislativo al ac- das estas son condiciones generales y es-
tual Código de procedimientos penales pa- peciales de la persecución penal.
ra la Capital Federal. Todos ellos inspi- Si existen hechos, circunstancias, razo-
rados en la ley de Enjuiciamiento crimi- nes y derechos, para impedir en forma
nal española de 1872, y en sus principios provisoria o definitiva, la constitución de
privatísticos, de acuerdo a los anteceden- la relación procesal, o impedir su desen-
tes históricos apuntados. volvimiento, una vez iniciada, el imputado
En el Derecho contemporáneo: Esta o las partes interesadas y autorizadas le-
materia corresponde ser tratada amplia- galmente, deben tener poder jurídico para
mente y en forma integral en la voz proponerlos como artículos previos. De ese
excepción, y específicamente referida a modo se evita la entrada al pleito y las
las excepciones procesales penales, donde consecuencias de seguir éste hasta su ter-
se hará la distinción doctrinaria de las minación, en forma innecesaria, si en la
mismas y las críticas que merece a la doc- sentencia final se llega a reconocer la
trina contemporánea. ineficacia o invalidez de la acción o del
La legislación actual no es sistemática derecho material aducido. Solución que
ni orgánica en el ordenamiento de estas puede alcanzarse in limine litis, con el
excepciones. Diversas excepciones de ca- planteamiento oportuno de la incidencia
rácter dilatorio y perentorio, de naturale- previa. Sin embargo, las leyes no son del
za, caracteres y efectos distintos, son tra- todo previsoras, en este sentido, y las res-
tadas como artículos de previo y especial tricciones y omisiones que se verifican
pronunciamiento en un epígrafe unitario, por prevalencia del criterio privatista, han
teniendo sólo en cuenta que todas ellas desnaturalizado hasta la fecha el institu-
exigen en común una decisión que debe to en cuanto a su verdadero objeto en el
ser anterior a la cuestión de fondo, que Derecho procesal penal.
constituye el objeto del proceso. Caracteres. — Señala Fornatti los si-
Dada la índole de este trabajo, y te- guientes con toda precisión:
niendo en cuenta la expresión analizada, a) Las excepciones propuestas en esta
daremos una síntesis de la naturaleza, el forma no están directamente vinculadas al
fundamento, los caracteres, las funciones, objeto fundamental del proceso;
los efectos y la clasificación, además del b) Se dirigen exclusivamente a la re-
trámite de las excepciones previas, en el lación procesal, sea para retardar o hacer
Derecho procesal penal argentino. retroceder su desenvolvimiento, sea para
Naturaleza jurídica: Teniendo en cuenta impedirlo definitivamente;
la naturaleza del proceso penal, la doctri- c) En caso de ser estimadas, nunca
na contemporánea, superando la etapa dan lugar a una absolución por sentencia
privatista, concibe la expresión procesal definitiva, sino a una sentencia de im-
penal como un derecho subjetivo de cier- procedibilidad en unos casos y sobresei-
tos sujetos del proceso, que llega a confi- miento en otros;
gurar un poder defensivo (Fornatti), para d) Todas constituyen derechos subjeti-
impedir, provisoria o definitivamente, la vos procesales;
constitución o la continuación de la rela- e) Las excepciones perentorias propues-
ción jurídica procesal. Se basa en razones tas por vía de incidente previo, extinguen
y hechos de índole procesal de plantea- o impiden definitivamente la constitución
miento previo, pero que, a diferencia de o continuación de una determinada y
. lo que sucede en el proceso civil, el juez concreta relación jurídica procesal. Mien-
puede por su parte hacerlos valer de ofi- tras que las excepciones dilatorias poster-
cio y, en su defecto, la parte interesada y gan provisoriamente la constitución de
autorizada, señalárselo, para que se hagan una determinada y concreta relación ju-
valer como obstáculos a la vigencia de la rídica procesal.
relación procesal. De ahí el fundamento. En este sentido se ha hecho notar, acer-
Fundamento. — El planteamiento de es- tadamente, que en el proceso penal las
tas excepciones debe ser previo a la deci- excepciones previas no postergan ni ex-
tinguen la acción penal, y se refieren con- dad, condiciones para esa instancia pro-
cretamente & la relación Jurídica pro- cesal.
cesal. En esta materia dice Carnelutti, Las cuestiones prejudiciales se refieren
refiriéndose a la prescripción, se "tiene a problemas que deben ser resueltos en un
el hábito de hablar de la prescripción de proceso separado del penal y casi siempre
la acción, pero ello no es más que un re- en uno anterior a éste. Su contenido es en
siduo del pensamiento jurídico romano, realidad la cuestión de fondo a decidir en
porque en ese Derecho lo que se extinguía el proceso penal, porque se refieren a la
era la actio, equivalente al Derecho sub- razón jurídica de la represión y siempre
jetivo. Los códigos modernos hablan indis- exigen ser resueltas antes que aquélla.
tintamente de la prescripción de la acción Son presupuestos de la resolución de
y de la prescripción del derecho, pero ello fondo, a diferencia de las cuestiones pre-
es un error, pues con la concepción pu- vias en sentido lato, que, como vimos,
blicista de la acción ha desaparecido la pueden referirse a los presupuestos.proce-
posibilidad de considerar a ésta como im- sales o a las condiciones de admisibilidad
prescriptible" ("Appunti sulla prescrizio- de la acción penal. En nuestro Derecho
ne", en Rlv. di Diritto Processuale, 1933, producen doble efecto: por un lado, im-
t. I, pág. 32). piden (normalmente) la iniciación del
f) Las excepciones previas se ofrecen proceso penal, y en ese sentido deben ser
en el ordenamiento contemporáneo, en consideradas como condiciones de proce-
primer lugar a la parte acusada, con el dibilidad (art. 17 del Cód. de proced. pe-
objeto señalado, y teniendo en cuenta el nal) ; por otro lado, hacen cosa juzgada
carácter del proceso acusatorio (proceso en el juicio criminal, cuando la ley lo es-
de partes). Pero a diferencia del proceso tablece (art. 18 del mismo Cód.). (V. For-
civil, en el penal rige también el principio natti, op. cií., págs. 118 y slgs.)
de oficialidad y, en tal virtud, la doctrina Función y efectos. — Precisamente por
y algunas legislaciones nuevas reconocen el objeto perseguido con la articulación
la facultad del juez y de otros sujetos del previa de estas excepciones: Impedir en
proceso, para hacerlas valer en el mismo. forma provisoria o definitiva la constitu-
Con referencia a los caracteres indica- ción de la relación jurídica procesal, se
dos, debe señalarse la distinción doctri- tiene la función procesal del instituto y
naria que se hace en nuestro Derecho po- su efecto inmediato. Ya que si existe un
sitivo de las excepciones previas, las cues- auto que acoja el mérito de la excepción
tiones previas y las cuestiones prejudicia- —ya se trate de una dilatoria o de una pe-
les. rentoria—, el mismo, no constituye una
Las dos primeras categorías constituyen resolución sobre el fondo del asunto penal,
en forma lata las cuestiones previas de sino sobre el proceso que no llega a cons-
un juicio principal. Con esta diferencia- tituirse o a proseguir. Los Códigos moder-
ción: las excepciones previas pueden ar- nos hacen resaltar bien esta función y
ticularse antes de la Iniciación del proce- efecto con referencia a la relación procesal
so o ya instaurado éste, y constituyen y no a la acción penal, propiamente dicha.
meros incidentes del juicio principal (V. (V. Cód. proced. pen. de Córdoba, arts. 380
Bartolonl Perro, op. cií., pág. 152, t. I) y 379.)
sin valor autónomo, ya que no pueden ser La enumeración legal. — En el Código
objeto de un pronunciamiento por sí mis- de procedimientos penales de la Capital
mas, como algunas cuestiones prejudicia- Federal, como ya se señaló, en la rúbrica
les. de la expresión se agrupan excepciones de
Las cuestiones previas —strictu sensu— naturaleza y caracteres muy diferentes,
se refieren a cuestiones no penales, como que, sin embargo, tienen la función y el
la declaración de quiebra, ante el juez de efecto apuntado.
comercio, requisito indispensable para ini- El estudio de cada una de las excepcio-
ciar el proceso penal por quiebra dolosa o nes se hará en el lugar pertinente, por lo
culpable, o a la sentencia que debe dic- que cabe señalar aquí las características
tarse en el juicio de divorcio por adul- de la enumeración legal en nuestro orde-
terio, para iniciar la acción pertinente en namiento positivo.
sede penal. Dada la tradición señalada, en nuestra
Aunque existe la particularidad de que legislación procesal prevalece el numeras
los pronunciamientos señalados, en fuero clausus, en el artículo 443 del Código de
comercial o civil, no producen efecto en el procedimientos para la Capital, como un
proceso penal, éste no puede abrirse sin ejemplo del sistema limitativo, criticable
los mismos, constituyendo, por lo tanto, por la naturaleza del proceso penal. Las
obstáculos a su iniciación. Son, en reali- excepciones no previstas en ese artículo,
según la jurisprudencia de nuestros tri- y al acusador particular, so pena de nu-
bunales, pueden ser admitidas si se plan- lidad de lo actuado (art. 448, Cód. citado).
tean en la forma y oportunidad estableci- BIBLIOGRAFÍA. — Alcalá Zamora y Castillo y Le-
das para los artículos de previo y especial vene, B. (h.), Derecho procesal penal, t. 2. pági-
pronunciamiento, porque no existe en el nas 337 y sigs., Bs. Aires, 1945. — Alslna, H., "De-
Código ningún procedimiento distinto fi- fensas y excepciones", en Revista de Derecho Pro-
jado para el caso (Pallo plenario de la cesal, año 7. — Aguilera de Paz, Comentarios a
la ley de Enjuiciamiento criminal, t. 1, págs. 64
Cám. Nac. Penal, t. III, pág. 339). Asimis- y slgs., Madrid, 1923. — Aranglo Rulz, V., Las ac-
mo se ha fijado el criterio, con la salve- ciones en el Derecho privado romano, Madrid.
dad de que en cada caso debe examinarse 1945. — Bartolonl Ferro, El proceso penal y loa
actos jurídicos procesales penales, t. 1, págs. 152
para verificar si la excepción opuesta re- y slgs., y t. 2, págs. 257 y 267 y slgs.. Santa Fe,
viste seriedad (Palios, Ídem, t. I, pági- 1944. — Carneluttl, F.. Sistema de Derecho pro-
na 387). cesal civil, Bs. Aires, 1944. — Fornatti, E., Excep-
Estas decisiones aisladas que consa- ciones previas en el proceso penal, Bs. Aires. 1952.
— Gatti, T., L'eccezione pénale, Padova, 1933. —
gran la doctrina correcta de lege lerenda, Joíré, T., Manual de procedimiento (civil y pe-
tienen en contra otras que consagran el nal), t. 3, págs. 65 y sigs., Bs. Aires, 1942. — Mau-
criterio legal estricto, ya que consideran zini, V., Istituzioni di Diritto processuale pénale,
págs. 15 y sigs., 1946. — Oclerlgo. M., Derecho
que no existen más excepciones que puedan procesal penal, t. 2, págs. 108 y sigs., Bs. Aires.
oponerse como previas, que las expresa- 1952. — Plaza, M. de la, Derecho procesal civil es-
mente consignadas en la citada disposición pañol, t. 1, págs. 410 y sigs., Madrid, 1945.
legal.
Los modernos Códigos de procedimiento AUTO. En el lenguaje procesal se em-
penal, de Córdoba, La Rioja, Santiago del plea la expresión en singular y plural. En
Estero y Mendoza, autorizan la promoción ambos modos designa una especie de reso-
de cuestiones prejudiciales por vía de ex- luciones judiciales. En plural, hace alusión
cepción, en forma de artículos de previo al conjunto documental que compone un
y especial pronunciamiento. expediente judicial.
Se pueden señalar asimismo, entre las En el primer aspecto, debe diferenciarse
omisiones de cuestiones previas, en el Có- al auto, de la sentencia y de la providen-
digo para la Capital Federal, las siguien- cia, en un plano doctrinal, pues la termi-
tes: la muerte del imputado; la oblación nología procesal argentina, como la espa-
voluntaria de la multa; el matrimonio del ñola, de la cual proviene en gran parte,
ofensor con la víctima, y todas las cues- es confusa y nada sistemática en el uso
tiones previas. de estos vocablos.
El Código de procedimientos para la Ca- En forma general, es válida para ambos
pital Federal trata la materia en el ca- procesos (penal y civil) la rúbrica genérica
pítulo XXIII, desde el artículo 443 hasta de Resoluciones judiciales, que abarca a
el 456. los tres términos indicados, teniendo en
En el procedimiento ordinario pueden cuenta los actos jurídicos procesales a
oponerse: 19) En el sumario. En tal caso, cargo del juzgador.
en incidente por separado, que se sustan- En la doctrina se distingue bien: "Las
cia y se falla en esa forma, sin perjuicio resoluciones judiciales son de tramitación
de continuar las diligencias del sumario (providencias), incidentales (autos) y de
(arts. 444 y 456 y conc., Cód. cit.). Debe fondo (sentencias) (Pelayo, op. cit., pági-
tenerse en cuenta que como artículos pre- na 42).
vios pueden oponerse en cualquier estado Auto sería aquella declaración de volun-
del sumario; 2°) En el plenario. Si se pro- tad del órgano jurisdiccional, que teniendo
ponen antes de la presentación de la de- en cuenta la dirección final del proceso,
fensa, deben ser tratadas y resueltas como no resuelva la cuestión principal, sino las
artículos previos. En el caso de que se opu- cuestiones que surgen durante el trámite
sieran en el escrito de defensa, sólo son procesal.
contempladas y resueltas en la sentencia Se ha aclarado más, sobre el objeto del
definitiva sobre el objeto del proceso. auto: es la resolución que dirime las cues-
En los procesos correccionales, también tiones incidentales en torno a la admisi-
se pueden oponer excepciones en forma bilidad del proceso mismo o de un acto
de artículos previos, hasta la audiencia determinado (Gómez Orbaneja, op. cit.,
señalada- por el citado Código, en el ar- t. I, pág. 202).
tículo 575, siempre que no se conteste la La providencia tiende más a promover
acusación. (V. Oderigo, op. cit.) los actos de dirección, ordenación, incor-
En los juicios por calumnias e injurias, poración y comunicación, dentro del pro-
también pueden oponerse, siendo indis- ceso. Tiende al impulso procesal de parte
pensable el traslado al Ministerio Público del juzgador por los cauces legales.
Dentro de la terminología procesal, se metal se usaba a título de moneda sim-
infiere que auto es una resolución de ma- bólica.
yor grado que providencia, ya que con El aes rude originario fue sustituido por
mayor frecuencia se adopta "la primera el aes signatus, cuando se legalizó oficial-
fórmula para las resoluciones de especial mente la circulación monetaria en forma
importancia, sean o no estrictamente in- regular. Las leyes Aeternia Tarpeia, Julia
cidentales", dicen Alcalá Zamora y Castillo Papiria y Menenia Sestia, estatuyen el sis-
y Levene, en su obra citada al pie de este tema legal que marca la fecha del esta-
trabajo, refiriéndose concretamente al pro- blecimiento del patrón monetario (V. esas
ceso penal, lo que puede hacerse extensivo leyes y aes alienum y aes conffesum).
como observación general para ambos Desde entonces circuló moneda garanti-
procesos. zada por la intervención del Estado roma-
La diferenciación con la sentencia es no, quien se encargó de batirla y darle un
obvia, y nos remitimos a la voz correspon- valor fijo. Se denominó aes libral a una
diente de esta Enciclopedia. (A. V. S.) moneda especial de cobre, de 327 a 272
gramos. En el año 485 de Roma, apareció
BIBLIOGRAFÍA.— Alcalá Zamora y Castillo y Le-
vene, R. (h.), Derecho procesal penal, t. 2, págir la moneda de plata: el denario, equivalen-
ñas 163 y slgs. — Gómez Orbaneja y Herce Que- te a diez ases. Postcrion.iente, las mone-
mada, Derecho procesal, vol. 1, pág. 202, Madrid, das que circulaban eran las siguientes: el
1949. — Guasp, Comentarios a la ley de Enjuicia- quinario, que equivalía a cinco ases, y el
miento civil, t. 1, págs. 1005 y sigs., Madrid, 1943.
— Felayo, M., "Discurso de apertura del curso en sesíercíos, cuyo valor era de dos ases y
la Universidad de Oviedo", pág. 42, 1925. medio.
El significado de esta expresión no se
AUTO INTERLOCUTORIO. (V. SENTEN- Agotó en el sistema monetario. Constituyó
CIA INTERLOCUTORIA.) asimismo la unidad de peso, denominada
libra romana, que se dividía teóricamente
ARTICULO MORTIS (IN). Locución la- en doce partes iguales: las uncías (on-
tina que quiere decir "en el artículo de la zas).
muerte", o sea, según el Diccionario de Por otra parte, el as hereditario, el todo
la Academia, en el último tiempo de la unitario de la herencia. A la misma se la
vida. Dícese, pues, de aquellos actos que consideraba como una unidad O as, divi-
se realizan cuando el actor se halla en dida teóricamente en partes iguales, que
peligro inminente de morir, aun cuando generalmente eran doce. Cada parte se
luego no se produzca el óbito. En lengua- denominaba a su vez uncías, en el mismo
je forense, tales actos realizables in articulo significado enunciado para la moneda y la
mortis, refiérense especialmente al ma- unidad de peso.
trimonio y al testamento. (V. MATRIMONIO. En la institución hereditaria, podía el
TESTAMENTO.) de cujus instituir varios herederos al mis-
mo tiempo, y en ese caso asignaba a cada
ARZOBISPO. (V. METROPOLITANO.) uno una porción del todo hereditario. El
os, como unidad matemática, fue elegido
AS. Palabra de origen griego que sig- por prestarse a las subdivisiones necesarias
nifica el todo, lo íntegro, lo uno. Los ro- en este caso.
manos aplicaron el concepto a toda univer- El procedimiento consistía en lo siguien-
salidad (v. gr., as usurario, el conjunto de te: El testador acordaba a sus herederos
los réditos anuales). partes iguales o desiguales, pero siempre
As o ases se llamaba la unidad moneta- proporcionales al todo hereditario. Así, por
ria en bronce, en los primeros tiempos ejemplo, a uno le podía acordar cinco
de Roma. El oro y la plata entonces no onzas y a otro siete. Si la multiplicidad
eran usuales en ese sentido. de herederos exigía una subdivisión ma-
Se había elegido esa unidad monetaria yor de la universalidad hereditaria, se
para regular las transacciones comerciales, consideraba a ésta dividida en dos ases, y
en sustitución al trueque de ganado. Todo se calculaba entonces sobre veinticuatro
el proceso consistió, según los historiado- y no sobre doce, v. gr., si se adjudicaba a
res, en una lenta evolución de las formas un heredero siete onzas, a otro igual can-
monetarias. tidad y a un tercero el resto, la herencia
En el comienzo, el cobre circuló en for- se dividía, en este caso, en 7/24 para los
ma de lingotes, cuyo peso debía verificarse dos primeros, y 10/24 para el tercero.
en cada transacción. La frase per oes et Todo el sistema en el Derecho sucesorio
libram se refiere a una de las ventas si- romano no estuvo, sin embargo, consa-
muladas, en la respectiva ceremonia de la grado por la ley, sino por el uso. Las prác-
mancipatio. En la misma, el pedazo de ticas referidas tienen origen en la época
del testamento per aes et libram, median- bajo personal prestado por cuenta de otro,
te el cual el heredero simulaba la compra es decir, subordinado, en sus acepciones
de la herencia. (A. V. S.) de manual e intelectual, desempeñado co-
BIBLIOGRAFÍA. — Arangio Ruiz, V., Historia del
mo manifestación profesional f 1 ).
Derecho romano, paga. 49, 84, 93, 159, 201 y 403, De esta forma, para que.medie la moda-
Madrid, 1943. — Arlas, J., Manual de Derecho ro- lidad del asalariado, se hace menester:
mano, págs. 39, 47 y 458, Bs. Aires, 1949. — Pas- a) Prestación de trabajo personal;
tor y Alvlra, J., Historia del Derecho romano, Ma- b) Por cuenta de terceros;
drid, 1922, y Manual de Derecho romano, Madrid,
1888. — Petlt, E., Tratado elemental de Derecho c) Mediante paga retributiva.
romano, t. 1, págs. 100 y slgs., Bs. Aires, 1917.— No se hace diferenciación en cuanto al
Mommsen, Histoire de la monnaie romaine, Pa- tipo de trabajo realizado. Tampoco respec-
rte, 1875.
to a la clase de retribución: efectivo, es-
ASALARIADO.* SUMARIO: I. Su concepto.
pecie, distribución de beneficios, etc. Lo
n. El asalariado en su evolución. 1. No es propio sucede en cuanto a la forma de su
un producto de la gran industria. 2. Cómo calificación: mensual, por hora, por ren-
surge el asalariado: A) El hombre de la dimiento, etc.
selva; B) Los primeros dirigentes; C) El tra- De esta manera, mediando trabajo por
bajo familiar; 0) Nace el propósito de lu-
cro; E) Formas del trabajo subordinado; cuenta propia, no aparece la figura del
P) El trabajo libre; G) El derecho al pro- asalariado, cualquiera que fuere la impor-
ducto del trabajo; H) Regulación legal del tancia de este auto-empresario, Tampoco
asalariado; I) Su situación después de Ro- cuando el desempeño lo es en forma so-
ma; J) El asalariado durante las corpora-
ciones de los oficios. III. Etapa del afianza- cietaria.
miento actual del asalariado. IV. £1 asala- El osaZariado ofrece en la actualidad
riado en el futuro. un nuevo matiz en su constante evolución:
I. SU CONCEPTO. su manera individual de presentarse se
orienta hacia la colectiva contenida en las
Comió principio y definición amplia, asa- formas sindicales o societarias de tipo gre-
lariado es el individuo que recibe salarlo mial, características del trabajo contem-
en compensación de una actividad perso- poráneo. Su figura —no obstante esta
nal prestada a quien se la paga. orientación o forma de vestir— es la mis-
Esta amplitud conceptual comprende ma, puesto que mantiene los elementos de
tanto a aquel que se desempeña en dedi- trabajo personal subordinado por cuenta
cación propiamente laboral por cuenta de de terceros y de retribución.
quien le retribuye, como a la persona que Las modalidades de individualidad y de
supedita indecorosamente su voluntad a libertad de su prestación tienden hoy a ser
dádiva ajena. absorbidas por la asociación de tipo único
Nos ocuparemos tan sólo del primer as- y obligatoria, que hace desaparecer al
pecto, es decir, del vinculado al de la pres- asalariado como hombre, para obrar anó-
tación de trabajo. nimamente como componente de la ma-
Limitado así el concepto a lo específico sa.
laboral, asalariado es quien recibe salario La legislación moderna, al saldar la deu-
como retribución de su prestación de tra- da de seguridad que la sociedad tenía pen-
bajo, cualquiera que sea la forma de su diente con el trabajador, otorgándole be-
pago, siempre que se desempeñe en actitud neficios de estabilidad, de seguros sociales,
de subordinación o sometimiento personal. de condiciones adecuadas para su desem-
Se agrega también que es extraño al tra- peño, etc., da al salario una fisonomía
bajador el resultado o rinde económico de indudablemente desconocida: le garantiza
su actividad, al que renuncia al recibir el no sólo su percepción, y hasta dirige en
salario compensatorio. cierto modo su uso, sino que le tipifica en
Constituyendo el trabajo una calidad cuanto a constituir —en la forma de sa-
que nace con el hombre y es inherente a lario mínimo— una integridad que cubra
su persona, a partir del abandono del tipo las necesidades del individuo, indepen-
esencialmente comunitario del trabajo fa- dientemente del factor producción o rinde.
miliar de las sociedades primeras —seme- Constituye lo señalado, la transformación
jante al de hoy en ciertas comunidades del principio económico clásico, fundado
religiosas—, es medido en cuanto a su va- en la ley de la oferta y de la demanda, que
loración económica por el salario, cual- ha debido acomodarse a un dirigismo
quiera que sea el tipo de este último. asistencial al margen de las leyes de la
De manera estricta, el salario lo consti- economía.
tuye esencialmente la retribución del tra-
(1) Orgaz, A., Diccionario de Derecho y Cien-
cias sociales, pág. 433, Imprenta universidad Na-
* Por el Dr. Luis A. DESPONTIN. cional de Córdoba, 1933.
II. EL ASALARIADO EN SU EVOLUCIÓN. B) Los primeros dirigentes. — Surge el
elemento guerrero para vigilancia de las
1. No es un producto de la gran indus- iniciales organizaciones gregarias. Somete
tria. — Una decidida corriente doctrinaria al campesino. Le pone a su servicio en
afirma que el asalariado, en sus perfiles compensación al que le presta. Comienza
netos actuales, es un nuevo producto so- así el dominio del hombre por el hombre,
cial derivado del desarrollo de la gran con fines de su aprovechamiento personal.
industria. Extiende su partida de naci- Estos elementos directivos, con la estabi-
miento a mediados del siglo pasado. Sitúa lización de poblaciones, reciben su ma-
asi su origen como una consecuencia de la nutención y hasta el logro del confort
caída del régimen corporativo del trabajo, que nace como manifestación biológica,
barrido por la Revolución francesa, median- en quienes dirigen. Así surge la esclavitud.
te la ley Chapelier. En tal sentido, Cabane- Aún no se conoce en el goce del trabajo
llas agrega que "trabajadores los ha ha- de estos subordinados, el propósito de lu-
bido en todos los tiempos, pero no asala- cro o de ganancia.
riados en el concepto actual" ( 2 ). Enten- C) El trabajo familiar. — El trabajo
demos, sí, que la forma que hoy ofrece se realiza con y en medios reducidos. Es
este subordinado es distinta de la que tu- de tipo familiar. La relación de dependen-
viera en épocas pasadas. Consideramos cia es la que se impone en el hogar, que
también que será diferente la de su futuro, se desempeña como verdadera fábrica.
ya que vive en constante evolución. Pero Al incorporar al esclavo en estas tareas de
agregamos que se trata de una sola figura medidas patriarcales, el trabajo cae en su
institucional de diferentes matices, pero estimación. Se le considera como despre-
con las idénticas características substan- ciable y despreciado. El esclavo es medido
ciales que hemos señalado: estado del in- como "cosa", y su valoración es de servi-
dividuo cuyo trabajo subordinado por dumbre. Esta idea conceptual del trabajo
cuenta de otro, se retribuye con una paga. se mantiene —con vigor diferente, según
Agrega Cabanellas que antes de la revo- época y lugar— hasta la llegada de las
lución industrial "no existían asalariados, ideas generosas del cristianismo, que si
ya que la moneda apenas circulaba". Di- bien no sostienen la igualdad entre los
sentimos de ello, puesto que la forma del hombres en la tierra, afirman que lo son
instrumento de pago material no es subs- ante Dios. Así, alientan la esperanza de
tancial, pudiendo substituirse por entre- los humildes y logran mejor trato. Mas
gas en especie, etc. Recordemos que sala- adelante, este desprecio para el trabajo —
rio deriva del latín, "salarium", y éste, a en diferentes medidas— sigue imperando
su vez, de sal, ya que en Roma fue cos- en el mundo europeo y en el propio colo-
tumbre pagar a los sirvientes domésticos niaje americano.
con la entrega de cierta cantidad de sal, La familia modelo en la época primera
instrumento de pago a la manera de di- —sobre todo, griega y romana—, es la que
nero, y que los pueblos primitivos susti- ella misma, y por su propio esfuerzo, pro-
tuían con otros objetos materiales. duce lo necesario para su subsistencia.
2. Cómo surge el asalariado. Adquirir mediante su compra lo que le
es indispensable, constituye título de in-
A) El hombre de la selva. — El hombre dignidad. Las familias pudientes se rodean
primero —el de la selva— realiza funcio- de servidumbre esclava, amasando su pan,
nes de trabajo simultáneas a las de su cultivando sus verduras y produciendo las
defensa personal. La naturaleza bravia más acabadas exigencias para su lujo y
que le rodea, lo obliga a mantenerse en comodidad. Así, tejen para sí y para uso
constante defensa. Trabaja y lucha para de parentela y allegados. Se trataba de
subsistir. Armas de guerra y útiles de verdaderas organizaciones de medida pa-
trabajo son los mismos. Su tarea es esen- triarcal, con grandes dominios territoria-
cialmente personal, sin propósito de lucro. les que toleran esta modalidad de explo-
Su relación de trabajo se concreta en esta tación económica con el servicio de un
simple fórmula: igualdad de todos en el conjunto crecido de esclavos de tipo do-
esfuerzo realizado sin fines de ganancias. méstico, de trato y factura mansa.
Los primeros trabajadores sedimentados El trabajo así, en lo inicial de estas so-
son el pastor y el agricultor. Logran con ciedades, aún no constituye para la misma
su actividad lo indispensable para subsis- clase dirigente, actividad despreciable. Con
tir. No van más allá sus esfuerzos. arreglo a "La Odisea", los reyes realizaban
(2) Cabanellas, G., Tratado de Derecho laboral,
menesteres manuales en desempeño habi-
t. 1, pág. 145, Bibliográfica Argentina, Bs. Aires, tual, al lado de sus mismos sometidos.
1949. Esta familia primitiva —con sus subor-
dinados— realiza sus tareas a la manera la clásica del asalariado, conforme lo he-
democrática de las abejas, en el conjunto mos desarrollado.
productor de la colmena. El propósito de F) El trabajador Ubre. — El trabajo
lucro —lo repetimos— aún no existe. En servil es de escaso rendimiento. Magros
escala reducida y dentro de los límites de sus logros. No satisfacen las necesidades
la ayuda mutua, se realiza el trueque de de las sociedades, que se hacen más exi-
productos. gentes con el andar de su vida de guerra
D) Nace el propósito de lucro. — Pero o de paz. Por ello, la esclavitud —más ade-
el hombre y la familia, aislados como res- lante— por su propia incapacidad para
pectivas unidades económicas, son inca- solucionar el problema de la producción,
paces de su auto-satisfacción. Cuando se se auto-eliminará sin ser menester decla-
constituyen grupos sociales defendidos e ración formal. Se agrega a ello la falta
importantes, este sistema de trabajo es momentánea de guerras de conquista,
insuficiente. Por ello, de la inicial escla- medio genuino de la incorporación de es-
vitud doméstica se desemboca en la pa- clavos en Roma.
trimonial. Surgen las profesiones —aún no Aparecen así, por estos imperios, las
decididamente perfiladas— y las especia- primeras manifestaciones de trabajo no
lizaciones con la división del trabajo en subordinado en la forma de un artesanado
lógico fenómeno biológico-social de creci- libre, que hace su tarea —en un comienzo—
miento. Así se llega a jerarquías sociales. por su propia cuenta y mediante retribu-
Las más fuertes, las mejor dotadas o las ción.
más audaces pasan a dominar. Deja de ser El desempeño laboral, de esta manera,
la égloga. Se entra en la lucha, en la que y sin perder su aspecto de despreciable,
no se ha cesado jamás. adquiere relieves más perfilados y de me-
El trabajo pasa asi a realizarse —siem- jor apreciación. Colotti, en su recio ensayo
pre en medida de servidumbre— por cuen- sobre la esclavitud, señala este instante
ta de terceros y con propósito de ganan- como el de su ocaso en el mundo antiguo.
cias. Nos advierte que la ausencia de libertad
Reparemos que aparece en esta lejana conduce, en los medios productores, a la
época uno de los elementos que después falta de estímulo en el propósito de crear
caracterizan nuestra figura del asalaria- valores por los individuos que dan su
do: el desempeño en forma de subordina- trabajo. Tal observación mantiene su vi-
ción por cuenta de otro. Falta aún el fac- gor en la actualidad, frente a algunas
tor retribución o paga de esta actividad, formas crecientes —pero poco rendidoras—
ausente con el desempeño del esclavo, pues de dirigismos estatales (•*).
lo hace a título de "cosa" de su dueño, Tal señalada falta de logros en el tra-
tal cual en la actualidad es el trabajo de bajo servil conduce al nacimiento de la
su animal o de su máquina, a los que tan protección de los gremios de trabajadores
sólo debe alimentar. libres. Las anotaciones del legendario Có-
E) Forma del trabajo subordinado.— digo de Hammurabi —2.100 años antes de
Las profesiones y los oficios manuales —lo Cristo— advierten el distingo con el des-
hemos señalado— se realizan por indivi- empeño del esclavo. Así, acuerdan ampa-
duos de condición servil, con arreglo a la ro a su salario y a su persona.
ley general de la época. El empresario de Se desemboca en seguida, por propia
una construcción compraba esclavos, ar- necesidad, en el logro del elemento que
quitectos y albañiles; el de espectáculos aún faltaba para llegar a la figura del
públicos los adquiría gladiadores; el co- asalariado: el pago del trabajo prestado.
merciante o el industrial que transportaba Una forma que evidencia este surgir de
mercaderías, lo hacía con los de su espe- la nueva actividad, la constituye el flore-
cialidad. Lo propio el que explotaba minas, cer en Roma de instituciones jurídicas
el alfarero, etc. Señala Mommsen lo triste que se incorporan como exigencias de la
de la condición de estos individuos por las nueva modalidad específica de este desem-
vejaciones de que eran motivo (3). peño laboral.
Estos dueños de la mano de obra servil A medida que la tarea deja de ser prac-
la alquilaban también a terceros, cobran- ticada exclusivamente por esclavos y se
do ellos precio por esta genuina locación orienta al asalariado, aparecen en perfiles
de servicios. Reparemos que en esta figu- decididos las instituciones jurídicas que el
ra falta aún el elemento salario como re- Derecho romano ha legado a la posteridad.
tribución de servicios, para que aparezca Nos referimos a la "locatio operarum", a
(4) Colotti, E., El ocaso de la esclavitud en el
(3) Mommsen, T,, Historia de Roma, t. 2, pá- mundo antiguo, t. 1, pág. 506, Hnerich, Barcelo-
gina 301, Madrid, 1876. na. 1907.
la "locatio operis" y a la "locatio condutio catia" que dejamos señalada, nos conduce
operis", cuyos antecedentes en el mundo jurídicamente a los mismos supuestos de
antiguo se hallan en el articulado del la vida moderna.
mencionado Código de Hammurabi. H) Regulación legal del asalariado.—-
G) El derecho al producto del traba- Así surge el asalariado en condiciones de
jo. — En esta etapa evolutiva del trabajo duro sometimiento, pero con los perfiles
en la ruta de eliminar la prestación ser- que actualmente ofrece la institución: tra-
vil, si bien sometido a la obligatoriedad bajo personal subordinado por cuenta de
profesional y que constituye, en definitiva, otro, mediante su retribución. El edicto de
un peldaño en el avance de la liberación Diocleciano (301 años después de Cristo)
del esfuerzo penoso, aparece en Roma una le da verdadero contenido legal al tratar
forma institucional jurídica interesante. de la regulación del precio de la mano de
Se trata de la specificatia, que, en defini- obra y de la misma producción. Señala
tiva, es el averiguamiento de si el trabajo también trato al salario, conforme a las
prestado se incorpora a la materia ajena profesiones, acordando diferenciaciones se-
y da al titular de la tarea el dominio sobre gún que el pago lo sea en dinero o en ca-
el producto logrado, o si este producto es pital (»).
del dueño originario de la cosa al abonar I) Su situación después de Roma. —
salario en compensación del trabajo que Con la caída del Imperio romano de Oc-
paga. cidente, el artesano, liberado de las for-
Este problema sin solución, es decir, la mas cerradas de los "colegios" que hasta
pretensión del obrero a la totalidad del hacían hereditaria de padres a hijos la pro-
objeto producido, se agudiza más adelante, fesión y creaban la afiliación obligatoria,
en la época que vivimos, con la fuerza que y frente a la acción de los bárbaros, se
da la asociación al trabajador organizado, refugia en monasterios, en órdenes religio-
sobre todo al comienzo del siglo. sas y en propiedades de familias poderosas
Su explicación, en una u otra época, es o influyentes. Entre los siglos vi y x, du-
la misma. rante esa "noche de la humanidad" —hoy
Posterior a la prestación del esfuerzo — decididamente reivindicada— se desem-
que es trabajo— este esfuerzo se encuen- peñan en esta modesta forma. Su pro-
tra incorporado en el objeto producido. Es ducción es reducida, como escasas son las
como la esponja que se embebe el agua. Es necesidades de ese mundo enclaustrado.
a la manera del envión que se da a un Su trato, en múltiples ocasiones, es el del
objeto detenido, al cual se pone en movi- trabajo del taller familiar de actividad sin
miento. Envión o esfuerzo que sale de su urgencias.
Impelente, continúa desvinculado física- J) El asalariado durante las corporacio-
mente del cuerpo que le contenía y sigue nes de los oficios. — La nueva etapa del
tras del otro que, por su acción, deja de avance del trabajo en su renovado afán
estar inmóvil. El trabajo sigue a la ma- para liberarse de la prestación del esfuer-
teria y abandona al trabajador, del que se zo penoso, adquiere otra modalidad en su
desprende. desempeño en las formas institucionales
Económicamente, este elemento incorpó- de tipo económico que aportan, más ade-
reo del trabajo, agregado al objeto produ- lante, las corporaciones de los oficios. El
cido ¿a quién pertenece? Cuando Marx taller familiar de la época anterior desem-
explica, en el siglo pasado, la ley econó- boca en el autónomo, a cargo de un ar-
mica de la "plus-valía", plantea al indus- tesano llamado "maestro", auxiliado por
trialismo un problema de que difícilmente "compañeros" y "aprendices". Expresa la
se logre salir sin un cambio fundamental forma de la pequeña industria, si bien
•en la estructura político-económica de la más cuidada para responder a exigencias
sociedad. crecientes, de grupos sociales urbanos que
Los romanos solucionan jurídicamente la progresan con la seguridad que le dan sus
especie, amparándose en la doctrina de la ciudades amuralladas y el goce de un
accesión. En virtud de ella, el dominio se nuevo e incipiente Estado de Derecho.
adquiere cuando una cosa mueble o in- El asalariado se constituye en una for-
mueble acrece a otra por adhesión natural ma desteñida, refugiado en la figura de
o artificial. Esta doctrina es la que se ese "compañero", puesto que el sistema
desarrolla en el artículo 2571 del Código señala en el "maestro" una manifestación
civil argentino. seudo-patronal. La corporación protege a
Este aspecto económico del salario—que los oficios, prepara el desarrollo técnico
se mantiene sin variantes— evidencia el del artesano, lucha contra la competencia
desarrollo del trabajo libre en Roma, pues-
to que, con su institución de la "specifi- (5) Colottl, E., op. cit., t. 3, pág. 137.
S i g u i e n t e P á g i n a

También podría gustarte