Domingo 11.07.
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LAS PROVINCIAS
OTROS PUNTOS DE VISTA
 Defensa. Guillermo Boto, gine-
cólogo en la clínica Zamacola de
Cádiz entre 1967 y 1975, ha sido de
los pocos en hablar. «Pongo la
mano en el fuego por mis compa-
ñeros porque eso yo jamás lo vi».
 Fallos. Un enterrador del ce-
menterio San José de Cádiz habla
de «fallos» a la hora de inscribir
las defunciones en los 60. «En los
archivos a veces se ponía la pala-
bra feto, sin más datos».
 Ni rastro. El sepulturero da una
posible explicación a la ‘desapari-
ción’ de cuerpos. «Los huesos de
los recién nacidos apenas están cal-
cificados y, en el 99% de los casos,
cuando abrimos un ataúd cinco
años después, no queda ni polvo».
 Balones fuera. La Fiscalía de
Cádiz se mostró inicialmente rea-
cia a investigar el tema. Tras las
primeras denuncias ya hay dili-
gencias previas. El Servicio Anda-
luz de Salud se ha desvinculado
de unos hechos sucedidos cuando
el SAS aún no existía y «propios
de otros tiempos».
BUSCADOR DE PASADOS
Enrique Vila, abogado
 Especializado en reclamaciones
judiciales de paternidad, colabora
estrechamente con Anadir.
 Es adoptado. «¡Cómo recuerdo a
mis padres adoptivos! Si vivieran,
también me ayudarían a buscar».
Castellón, cuya sobrina fue madrina de la
afectada. «Nada supe de esa denuncia. El
misterio sigue. Y con él, yo sin pasado».
Como Chary Herrera, una gaditana cuya her-
mana murió en enero de 1975 en la antigua
residencia de Zamacola, en Cádiz. Su cuerpe-
cito ‘acabó’ en una fosa común sin que nadie
lo viera. «A mi padre no le dejaron ni mirarle
la cara». Como Arturo Reyes, un fotógrafo
malagueño en paro cuyo hijo pereció a los
nueve días de nacer en 1987 en el hospital de
La Línea y en cuya tumba no apareció en
2004 mas que un paño quirúrgico y una toa-
lla verde. Como Carmen Rodríguez, una ti-
nerfeña de 41 años que en 1968 dio a luz en
el mismo centro a un bebé que nació robusto
y con cuatro kilos, hasta que murió a los po-
cos minutos, de nuevo sin certificado de de-
función o sepultura. Como todos ellos, en Vi-
lanova i la Geltrú, Juan Luis recuerda que si-
gue sin saber quién es cuando visita a su ‘ma-
dre’ en la residencia. Octogenaria, la demen-
cia senil ha borrado cualquier verdad en su
anciana mente. Pero Juan Luis la mira a los
ojos, esos vivos y preciosos ojos verdes de
Carmen tan distintos a los suyos. Y Juan
Luis sabe que tiene que seguir luchando.
Los oscuros trapicheos
del capellán de Sevilla
La carta de un religioso revela los manejos con bebés. Dos
clínicas de Madrid ya fueron acusadas de tráfico de niños
El profesor de Derecho
Miguel Ángel Rodríguez
posa con su libro, que
ha sido citado por el
juez Baltasar Garzón en
su investigación del
franquismo.
:: CARLOS SENDARRUBIA
L
a madre de la niña se ha presen-
tado en la Diputación a decir que
no le daban razón de una cría
que en tal fecha echó (dio a luz).
Al ver que la madre les podía hacer pasar
un mal rato, decidí no hablar ni tocar el
asunto en la Diputación hasta que no es-
tuviera alejada la idea de esta mujer y que
cuando ustedes fueran con la niña ni se
acordaran ya de que tal mujer había ido a
reclamar nada». Pocos comentarios se
pueden añadir a este párrafo incluido en
una carta fechada en octubre de 1952 y
firmada por Juan A. Cardio, capellán de la
Casa Cuna Provincial de Sevilla. Una
prueba documental recogida en el libro
‘El caso de los niños perdidos del fran-
quismo’ del profesor de Derecho Penal
Internacional Miguel Ángel Rodríguez
Arias, obra citada por Baltasar Garzón en
su polémica investigación del franquis-
mo. La misiva va supuestamente dirigida
a unos padres que se han quedado con
una recién nacida de origen cuanto me-
nos dudoso. Una prueba que añadir al ro-
Carta con el membrete de Juan A.
Cardio, capellán de la Casa Cuna de
Sevilla, dirigida a unos padres.
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sario de denuncias públicas, sospechas y EL PENALISTA
reclamaciones de investigación que están
surgiendo de manera incesante en todo el
territorio nacional en torno a los ‘niños
«El Gobierno viola
robados’.
Por si no queda claro con el párrafo del
derechos humanos
capellán, otra frase del religioso es con-
tundente: «En el Arzobispado les arregla-
por no investigar»
rán el asunto enviando un oficio a la Casa «Los delitos se si- dente al hablar de
Cuna para que se inutilice la partida de guen consumando los ‘niños robados’.
bautismo de la niña y otro oficio a la pa- cada día que pasa En su libro ha-
rroquia que ustedes quieran para que le sin que el Estado bla de «varios mi-
pongan una fe de bautismo nueva como busque a estas per- les» de niños per-
si la niña se hubiera bautizado allí». sonas. Es un des- didos durante el
Las redes sociales no son ajenas al cla- propósito decir franquismo. En fo-
mor social. Los grupos ‘Afectados clínicas que han prescrito. sas, arrebatados a
de toda España, causa niños robados’ y El Gobierno tiene los vencidos o ‘ex-
‘Madres buscan hijos/hijas nacidos en la obligación de in- traviados’ en cen-
clínica San Ramón de Madrid’ agrupan vestigar y si no lo tros públicos. Cri-
casi a un millar de seguidores en Face- hace, viola dere- tica que la Ley de
book. Las sospechas sobre esta antigua chos humanos». El Memoria Históri-
clínica madrileña son mucho más que experto en Dere- ca no incluya el
eso. En 1981, la Policía detuvo a un gine- cho Penal Interna- asunto. «No fue-
cólogo y cinco sanitarias por la venta de cional de la Uni- ron desaparecidos,
bebés. Ocultaban la identidad de las par- versidad de Casti- son desaparecidos,
turientas e inscribían a los pequeños en el lla-La Mancha, Mi- personas con el de-
Registro Civil como de «madre descono- guel Ángel Rodrí- recho humano a la
cida». Eso aseguraron los investigadores guez Arias, se vida familiar se-
tras descubrir la venta de un niño por par- muestra contun- cuestrado».
te de una prostituta madrileña a un ma-
trimonio valenciano. Pero la Justicia, y
tal vez la verdad, se topó con la falta de
pruebas. Los acusados fueron absueltos nica O’Donnell. «Mis padres no pudieron
en el juicio. ni velar ni enterrar a mi hermana». Bea-
Otra negra sombra se cierne en torno a triz fue una de las víctimas de la misterio-
otro nombre: la antigua clínica O’Don- sa pandemia. Nació sana. Durante tres
nell de la capital. Allí, en un sólo día de días su madre le dio el pecho. Hasta que
1964, una oleada de otitis –misteriosa- les dijeron que había muerto. No vieron el
mente letal– se cobró la vida de ocho re- cuerpo. Y cuando quisieron darle sepultu-
cién nacidos. El sociólogo Francisco Gon- ra, los sanitarios les dijeron que yacía ya
zález Tena catalogó años después de «fan- en una fosa común. Ni rastro de la firma
tasmal» esa epidemia. «No se conocen da- de médico alguno en el parte de defun-
tos estadísticos que acrediten ni un solo ción. En el cementerio de la Almudena
caso de fallecimiento por esta causa en fue registrada como una niña ‘abandona-
neonatos y en fechas tan tardías para la da’. Una investigación judicial dio por bue-
medicina infantil como 1964». na la otitis como causa de la muerte. Pero
Mar Soriano no sólo es la creadora de ni eso impide que Mar siga buscando a
uno de los grupos de Facebook citados. Beatriz. Ya ha recurrido al Tribunal de la
Un pedacito de su vida se quedó en la clí- Haya. Todo en nombre de su hermana.