Está en la página 1de 10

EL LOGOS: DE ARISTÓTELES A AGUSTÍN DE HIPONA.

LA BÚSQUEDA DEL
IDEAL METAFÍSICO.

Luis Fernando Acevedo Álvarez 1

“Ama et fac quod vis” San Agustín

RESUMEN

El desarrollo del pensamiento en el mundo antiguo posibilitó en gran medida ampliar


conceptos importantes y de gran relevancia para el mundo occidental, tal es el caso del
concepto Logos, que en última instancia presenta una nueva concepción a través del paso
histórico. Este concepto es uno de los más amplios en cuanto a su riqueza de significado, por
lo que se tejen importantes relaciones desde la antigüedad entre la filosofía y la teología, y
dada su importancia, se produce una inmersión desde el ideal metafísico en el desarrollo
filosófico de los primeros pensadores.

Aristóteles intenta conciliar lo metafísico con lo fenomenológico pasando por el pensamiento


cristiano, fundamentado en los Padres de Iglesia y desembocando profundamente en Agustín.

Aristóteles y Agustín, plantearon su concepción de Logos como una fuente primaria de todo
cuanto existe, asignando unas categorías esenciales, en última instancia, de orden filosófico-
teológico: Aristóteles es quien le da una categoría importante dentro del pensamiento
filosófico, gracias a las ideas de Heráclito y su posterior desarrollo en el mundo cristiano.
Agustín de Hipona, le da una nueva categoría de significado al mismo concepto y éste será
posteriormente desarrollado en la Edad Media, en esa unión entre razón y fe, filosofía y
teología.

PALABRAS CLAVE: Logos, Aristóteles, Agustín.

INTRODUCCIÓN

A partir del rastreo conceptual del término Logos: λόγος, (LSJ:


http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus:text:1999.04.0057) en Aristóteles, se
pretende ampliar el contenido de dicho término y su posterior inserción en el pensamiento
agustiniano, marcado principalmente en los referentes que hicieron posible la apertura,

1
Estudiante de Licenciatura en Filosofía, Universidad de Antioquia. Correo: lfernando.acevedo@udea.edu.co
desarrollo y producto de las cosmovisiones que surgen a partir del concepto y que el
neoestoicismo lo ha prefigurado en el Prólogo de San Juan.

Antes de comenzar a explicar de manera profunda la relación estrecha que tiene Aristóteles
con Agustín de Hipona, en cuanto a su manera de pensar en torno a la idea más vasta en el
primer autor, la idea de Logos, y el impacto recibido en el segundo, cuando hace su
transformación al hablar de Dios, se hará la precisión necesaria para conocer elementos que
apoyan una mejor comprensión en términos generales.
Aristóteles nace en el año 384 a.C. y muere en el 322 a.C. Es considerado el máximo
representante del helenismo y a su vez, es quién más ha profundizado en torno a los debates
filosóficos, desarrollando innumerables tratados acerca de las problemáticas comunes
inherentes al ser humano.

Por su parte Agustín de Hipona quien nace en el 354 d.C. y muere en 430 d.C., es el gran
depositario en quién confluye en buena parte la patrística –esto entendido en términos
académicos e intelectuales del pensamiento filosófico-teológico construido hasta el
momento- y su alto impacto en la construcción de nuevos ideales y la forma de hacer una
nueva lectura aristotélica gracias a sus conocimientos en griego y latín, como también el
aporte de otras cosmovisiones entre las que se destacan la de Cicerón, Orígenes y los
neoestoicos cristianos.

Para Aristóteles el concepto Logos tiene múltiples acepciones, 27 diferentes formas de


comprenderlo, pero para un estudio más práctico y riguroso tomaré la utilizada por él,
entendida como ley natural2, o mejor conocida como el logos espermatikós3.

MARCO HISTÓRICO

Una de las preguntas fundamentales de todo ser humano es conocer su origen, y descubrir
bien sea una causa mitológica o física para demostrarlo; es así como los primeros seres
humanos intentaron explicar todo a partir de una causa mitológica, posteriormente otros
pensadores comenzaron a asignar ciertas características y propiedades a elementos de la
naturaleza –el arjé- como la causa primigenia de todo cuanto existe y nos rodea.

2
Entendida también como ius naturae o natura administrantur seminator.
3
Este término puede ser entendido como lo expresa Marcelino Legido López, “Bien, Dios, Hombre”.
Entre estos pensadores se destaca Heráclito de Éfeso, reconocido como un filósofo físico4,
destacando su origen a partir de un principio natural; es así como él, tiene como origen del
mundo, una cualidad particular del fuego, no en sentido literal, sino como un movimiento y
un cambio constante en el que se encuentra todo cuanto existe en el mundo, posterior a ese
devenir constante del mundo aparece el concepto Logos como la forma máxima de los signos
visibles que el hombre, a partir de ese devenir del mundo, observa y le permite generar esa
lucha de contrarios de ese “fuego” como arjé de cuanto existe.

Para Heráclito de Éfeso, también es primordial el uso de la inteligencia humana para la


comprensión de la realidad en los siguientes términos:

se engañan los hombres […] acerca del conocimiento de las cosas manifiestas, de la misma
manera que Homero, que fue [considerado] el más sabio de todos los griegos. A él, en efecto,
unos niños que mataban piojos lo engañaron, diciéndole: ‘cuantos vimos y atrapamos, tantos
dejamos; cuantos ni vimos ni atrapamos, tantos llevamos (Diels & Kranz, 22 B56. 1903).

Platón por su parte expresa el término Logos como el discurso articulado para dar una razón
de una cosa, lo cual ha sido llamado akrasía, y que fue desarrollada por múltiples autores
comenzando por su estudiante Aristóteles y que culminó en la tradición estoica.

En una interpretación de Marcelo Boeri, podemos entender la akrasía aristotélica como un


desafío explicativo para cualquier teoría de la motivación, pues pone al descubierto la falla
en el nexo causal que suele existir entre las creencias evaluativas y nuestras creencias (Salles,
2010, Pág. 56).

Con los elementos recibidos por la tradición griega, Aristóteles plantea el λόγος σπερματικούς
como la ley universal que expresa y tiene su origen en una causa superior y que esa causa
esparce la vida de acuerdo a las características que dicha causa le asigna a otros seres, es
decir, la causa primera da características de su ser y esencia, a unos seres creados para que
continúen esparciendo esas características de la causa primera.

Posterior a Aristóteles, los estoicos, según Boeri, explican la akrasía, y retoman la tesis
platónica de que ella (la akrasía) consiste en un conflicto interno del alma (Ibíd. Pág. 59). Y

4
Esto según Diógenes Laercio, en su texto Vida de los filósofos más ilustres.
continúan afirmando, que en los seres dotados de razón, la facultad de deseo no es distinta
de la facultad de razón (Ibíd. Pág. 60).

Los romanos en gran parte dominaban el mundo conocido hasta el momento, debido a la
decadencia del mundo griego, producto de hechos bélicos con los que lograron conquistarlos.
Es aquí como surgen otros pensadores que han marcado sobremanera la producción
intelectual del estagirita y su desarrollo en el pensamiento del mundo occidental, teniendo
como más próximos a sus contemporáneos; entre ellos contamos con Flavio Josefo, Cicerón,
Séneca, los neoestoicos, Orígenes y los inicios de la patrística para concluir en el pensamiento
agustino que tanto bien le ha hecho a la filosofía medieval.

Con el presupuesto anterior, -narrado y comentado varias líneas atrás- Flavio Josefo,
historiador judío con ascendencia romana, del siglo primero nos cuenta un hecho que ha
marcado la vida del mundo, y es el acontecimiento Cristo5, narrado de igual forma por la
tradición bíblica y en ese mismo orden de ideas, un filósofo estoico llamado Mara bar
Serapión escribe a su hijo desde la cárcel:

¿Cuál es la ventaja que obtuvieron los atenienses por matar a Sócrates? Hambruna y plaga
les llegaron como juicio por su crimen. ¿Cuál es la ventaja que obtuvieron los de Samos por
quemar a Pitágoras? En un momento su tierra fue cubierta por arena. ¿Cuál es la ventaja que
obtuvieron los judíos por ejecutar a su Rey sabio? Fue justo después de eso que su reino fue
abolido. Dios vengó con justicia a estos tres sabios: los atenienses murieron de hambre, los
de Samo fueron abrumados por el mar, los judíos, arruinados y echados de su tierra, viven en
una completa dispersión. Pero Sócrates no murió para siempre; continuó viviendo en la
enseñanza de Platón. Pitágoras no murió: continuó viviendo en la estatua de Hera. Ni tampoco
el Rey sabio murió para siempre; continuó viviendo en la enseñanza que había entregado
(Bruce, 1964. Pág. 114).

En el siglo primero de la era cristiana, aparecen diversas corrientes del


pensamiento griego y romano, al igual que las corrientes y tradiciones paganas;
aunado a ciertas escuelas filosóficas con una creciente acogida y ello a su vez se
convirtió en programa de gobierno de ciudades importantísimas de la época. El
neoestoicismo aparece marcado como un rasgo preminente del siglo I, y genera

5
Para profundizar ver: Josefo, 2011. Pág. 18, Nota al pie. y Biblia de Jerusalén. Hechos 2, 22-24.32-33; 2006.
la unión de muchos conceptos que se utilizaban en el mundo griego para
resignificarlo. Un caso destacado es que:

para Séneca, y en general para los estoicos, sólo existen dos causas que explican
la realidad de las cosas: ex quo (materia) y a quo (logos); la causa a quo no es
causa eficiente en sentido estricto, puesto que supone la materia preexistente.
Más bien se trata de una causa generadora o motriz; causa movens pero
no eficiens. La causa a quo, el logos, está en la materia, organizándola a través
de las razones seminales. La inherencia de este logos spermatikós nos permite
concluir en un monismo materialista, en el cual la misma razón humana no es
sino parte del logos universal; por último, en coherencia con tal materialismo,
la lógica concreta se funda sobre “nociones corriunes” obtenidas por
experiencia sensible (Vázquez, 1984).

Cicerón, un hombre virtuoso nacido en el año 106 a.C. y muerto en el 43 a.C., fue un gran
retórico romano y considerado un gran humanista, filósofo y político, y que es tenido en
cuenta dentro de esta tradición aristotélica, ya logra permear en el intelecto y en la conversión
postrera al cristianismo de Agustín, ello se debe gracias a un escrito que se conserva
fragmentariamente en nuestros días, el Hortensius, de la que se destaca que en

una primera lectura de la obra despertó a Agustín hacia la filosofía… de todas formas su
primer contacto fue tan fuerte que se puede hablar con todo derecho de una conversión
filosófica, de influencias positivas sobre la vida intelectual y moral de Agustín (Dolby, 2001.
Págs. 557-558).

Otra de las grandes aportaciones es la de Marco Tulio Cicerón en su escrito, De natura


Deorum, en el cual nos hace una aproximación teológica a manera de discusión entre
epicúreos y estoicos. El debate de la obra sobre la probabilidad y el azar se ha detectado como
una fuente de la idea del teorema del mono infinito, que de un gran conjunto de eventos
aleatorios, podría ser una gran cantidad aparentemente de orden que se encuentran.

Alrededor del año 60 de la era cristiana, comienza San Pablo a escribir sus cartas, que tienen
como objetivo primordial, dar instrucciones a los cristianos en su forma de comportarse y
aceptar el acontecimiento de Cristo. Además, son los primeros escritos que se tienen
redactados del Nuevo Testamento y que a su vez sirven para otros autores bíblicos en su
transmisión de la fe y la comprensión del sentido del cristiano.

Cerca del año 90 de nuestra era, es datado el evangelio de San Juan, prototipo de la escritura
neoestoica. Se desarrolla en su prólogo, escrito en griego, una serie de elementos que desde
la filosofía griega se habían tomado y que seguían desarrollándose en la forma del
pensamiento de la época.

El texto básico para la racionalización y la sistematización de la doctrina y la filosofía


cristianas fue el Prólogo del Evangelio de Juan (además de las Cartas de Pablo), -como se
había comentado anteriormente- donde se habla del Verbo o Logos divino, y se manifiesta la
expresión, Cristo como Logos (Jn. 1). En ese texto se enumeran los problemas esenciales y
la noción de Logos que permitió utilizar de manera fecunda una serie de elementos del
pensamiento helénico que había llegado a la culminación en el concepto de Logos (Reale &
Antiseri, 1995. Pág. 353).

El texto en griego del Prólogo de Juan (Jn. 1, 1-5), nos permite visualizar lo anteriormente
expresado6; de igual manera las múltiples manifestaciones interpretativas en torno a idea de
Dios como lo expresa Schökel (2006).

Finalmente esta línea de pensamiento se ubica dentro del ideal de la patrística en cuatro
momentos fundamentales, a saber:

1. La corriente gnóstica primitiva: El ciclo patrístico se inicia con una tendencia gnóstica,
en que la doctrina cristiana se explica a través de teorías filosóficas de origen pitagórico,
platónico y neoplatónico. En general, los gnósticos fueron esencialmente dualistas:
preocupados por la idea del mal y por el problema de su relación con Dios, enfrentaron los
conceptos de divinidad y, materia. Pero en su última esencia, la gnosis fue un impulso místico:
el conocimiento verdadero, según esta tendencia, sólo se consigue en Dios. Meta suprema de
todo conocimiento, por lo tanto, será la unión del hombre con su creador.

2. La tendencia apologética: Se trataba de defender, con argumentos racionales, la nueva fe


y sus implicaciones dogmáticas. La figura más notable de este período fue Tertuliano, cuyo
temperamento jurídico le lleva a afirmar que el cristianismo se impone a la razón humana

6
Ver: Ed. Sthefanus, 1550 y comentario de Schökel en la Biblia del Peregrino, 2006.
como una nueva ley de la vida. Poseedor de un vasto conocimiento de la filosofía griega,
Tertuliano defendió en sus obras, con argumentos racionales, la nueva fe. Y creó la
terminología básica de la teología cristiana.

3. Hacia una filosofía de la religión: Hacia este objetivo tendieron los esfuerzos de dos Padres
de la Iglesia: Clemente de Alejandría, fallecido en el año 215, y Orígenes, desaparecido en el
año 254 y discípulo del anterior. Las obras de este último son un esfuerzo heroico para
elucidar el contenido de las Escrituras (Antiguo y Nuevo Testamento) a la luz de la filosofía
griega, y en especial de la metafísica neoplatónica. Sus obras se relacionan con la casi
totalidad de la ciencia eclesiástica: exégesis y crítica de las Escrituras (exégesis escrituraria),
apologética, ascética, moral, polemística y dogmática.

4. La nueva patrística: Se encuentra en Agustín de Hipona su máximo representante. Este


ilustre pensador había sido pagano, y se convirtió al cristianismo después de prolongadas
vacilaciones y de vastos estudios. Su principal aporte a la cultura del mundo occidental es su
obra “La Ciudad de Dios” (De civitate Dei), primer intento de formulación de un sistema de
interpretación filosófico-teológica de la Historia, es decir, del acontecer humano. El punto de
partida de la filosofía agustiniana es la propia certidumbre de la experiencia interna, que es
la que nos indica lo que es verdadero y lo que es falso. En este terreno, se muestra platónico,
como lo demuestra su célebre sentencia: “Noli foras ire, in te ipsum redde, in interiore
hominis habitat veritas” 7. (Manuel Garrido, año. Pág. 22. Comentario inicial.)

Otro de los conceptos básicos del pensamiento agustiniano es el de que la esencia del hombre
radica en la voluntad. Inclusive la actividad de los sentidos, que se proyecta al exterior, es
una impulsión anímica (intentiones animae). La fe religiosa, según San Agustín, reposa
también en un acto de voluntad.

En las obras de San Agustín, el concepto de libre albedrío se limita cada vez más, cediendo
el paso al de la predestinación: corresponde a Dios “elegir a los que quiere”. Aquí, su
pensamiento abandona el campo especulativo propio de la filosofía racional y se adentra en
el de la teología (Pardo, 2005).

Por tanto, la demostración de la existencia de la certeza de Dios y de la verdad coincide con


la demostración de la existencia de Dios. Todas las pruebas que brinda Agustín de la

7
“No vayas fuera, vuelve en sí mismo, en el interior del hombre habita la verdad”. De vera religione, Cap.
XXXIX, 72.
demostración de la existencia de Dios, se reducen a última instancia a las argumentaciones:
primero se pasa desde la exterioridad de las cosas a la interioridad del alma humana y, luego,
desde la verdad que está presente en el alma hasta el Principio de toda verdad que es
precisamente Dios.

Además podemos encontrar en Agustín:

1. Analizando los rasgos de perfección del mundo, se asciende hasta su artífice: “Aun dejando
de lado los testimonios de los profetas, el mundo es en sí mismo, con su ordenadísima
variedad y mutabilidad y con la belleza de todos los objetos visibles, proclama tácitamente
que ha sido hecho, y hecho por un Dios infalible e invisiblemente grande, infalible e
invisiblemente bello” (Ciudad de Dios).
2. Consensus Gentium: “El poder del verdadero Dios es tal que no puede permanecer totalmente
oculto a la criatura racional, una vez a comenzado a hacer uso de la razón. Si se exceptúan
algunos hombres cuya naturaleza está corrompida por completo, toda la especie humana
confiesa que Dios es el creador del mundo”.
3. Los diversos grados del bien los cuales se asciende hasta el primer y supremo bien.
4. El amor de Dios.

En resumen, Agustín toma el Ser, Verdad, Bien y Amor como atributos esenciales de Dios. (Reale &
Antiseri, 1995. Págs. 387-388).

CONCLUSIONES

El desarrollo del pensamiento en el mundo antiguo posibilitó en gran medida ampliar


conceptos importantes y de gran relevancia para el mundo occidental, tal es el caso del
concepto Logos, que en última instancia presenta una nueva concepción a través del paso
histórico.

Se tejen importantes relaciones desde la antigüedad entre la filosofía y la teología, y dada su


importancia, se produce una inmersión en el pensamiento cristiano, fundamentado en los
Padres de Iglesia, desembocando profundamente en Agustín.

Aristóteles y Agustín, plantearon su concepción de Logos como una fuente primaria de todo
cuánto existe, asignando unas categorías esenciales, en última instancia, de orden filosófico-
teológico.
BIBLIOGRAFÍA Y CIBERGRAFÍA

BREVE PANORAMA DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA PRIMERA PARTE.


http://www.robertexto.com/archivo18/histo_filosof_1.htm

BRUCE, F.F. The New Testament Documents: Are They Reliable? Downers Grove; I 11. :
InverVarsity Press, 1964.

CICERÓN, Marco Tulio. De Natura Deorum - Sobre La Naturaleza De Los Dioses


(Bilingue) Doc. http://ebiblioteca.org/?/ver/33607

DIELS, Hermann Alexander & KRANZ, Walther. Die Fragmente der Vorsokratiker. 1903.

DOLBY, María Carmen. La influencia del diálogo Hortensio de Cicerón en San Agustín.
España. 2001. https://core.ac.uk/download/pdf/25069726.pdf

GARRIDO, Manuel. Prefacio. Las Confesiones de San Agustín. Segunda Edición. Editorial
Tecnos, Madrid. 2007

JOSEFO, Flavio. Las Antigüedades de los judíos. Libros XVIII, XIX y XX. 2011.
http://biblio3.url.edu.gt/Libros/2011/las_antigue.pdf

LAERCIO, Diógenes. Vida de los filósofos más ilustres.

LEGIDO, Marcelino. Bien, Dios, Hombre. Estudios sobre el pensamiento griego. Filosofía
y Letras, Tomo XVIII, núm. 1. Ediciones Universidad Salamanca. 1964

LSJ: Liddell and Scott, Greek-English Lexicon, 9th edn., rev. H. Stuart Jones (1925–40);
Suppl. by E. A. Barber and others (1968).

PARDO, Andrés. Historia de la filosofía y filosofía de la historia. Cap. II. Filosofía medieval.
2005. http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/hifi/hifi05.htm

REALE, Giovanni y ANTISERI, Darío. Historia del pensamiento filosófico y científico.


Tomo I. Editorial Herder, Barcelona. 1995.

SALLES, Ricardo. Platonismo y akrasía en Crisipo. La interpretación de Marcelo Boeri.


Revista Colombiana de Filosofía Ideas y Valores. Vol. 59 #144. Diciembre 2010.
SCHÖKEL, Luis Alonso. Biblia de nuestro pueblo, versión para América Latina de la Biblia
del Peregrino. Bilbao. 2006

STEPHANUS. The Greek New Testament. Stephanus, 1550 Received Text.


http://www.bibles.org.uk/

UBIETA. José Ángel. Biblia de Jerusalén. Editorial Desclée De Brouwer, S.A., Bilbao, 1998.

VÁZQUEZ, Rodolfo. Génesis del logos en Séneca, Filón, Justino y Tertuliano. Estudios
Filosofía-Historia-Letras. Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), 1984.
http://biblioteca.itam.mx/estudios/estudio/estudio01/sec_20.html

WEBDIANOIA.COM. (2016). Logos - Glosario de filosofía. [online].


http://www.webdianoia.com/glosario/display.php?action=view&id=198&from=action=sear
ch%7Cby=L

También podría gustarte