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Aníbal, J., Guzmán, G., Acosta, M., Baró, J. (2013) .
Aníbal, J., Guzmán, G., Acosta, M., Baró, J. (2013) .
de personas
Título original:
El delito de trata de personas
Autores:
Juan Aníbal Rodríguez
Gloria Guzmán Duque
Manuel Acosta Castillo
Jonathan Baró Gutiérrez
Ilustración de portada:
Xiomara Blanco
Coordinación metodológica:
Martha Rodríguez Wagner
Primera edición:
Enero 2013
Las conclusiones, interpretaciones y resultados que aquí se exponen no reflejan necesariamente las
opiniones de la OIM o de sus Estados Miembros. La OIM cree firmemente en el principio de que
la migración en condiciones humanas y ordenadas beneficia a los migrantes y a la sociedad. Dado
su carácter de organización intergubernamental, las actividades que lleva a cabo la OIM con sus
interlocutores de la comunidad internacional tienen por objeto: ayudar a resolver las dificultades de
la migración, promover la comprensión de las cuestiones del ámbito de la migración, fomentar el
desarrollo social y económico a través de la migración, y defender la dignidad humana y el bienestar
de los migrantes.
Los planteamientos y opiniones expuestos en esta publicación no necesariamente reflejan las políti-
cas y posiciones de UNICEF.
MINISTERIO
PÚBLICO
Escuela Nacional
del Ministerio Público
MINISTERIO
PÚBLICO
Escuela Nacional
del Ministerio Público
Presentación ....................................................................................... 11
Prólogo ................................................................................................ 13
Introducción ....................................................................................... 19
Capítulo 1.
Antecedentes históricos de la trata de personas .................. 23
1.1. La esclavitud en la antigüedad .................................................. 24
1.2. La servidumbre .......................................................................... 26
1.3. El comercio de esclavos negros ................................................... 26
1.4. Movimientos emancipatorios ..................................................... 28
1.5. La “Trata de Blancas” .................................................................. 29
1.6. La trata de personas .................................................................... 30
Capítulo 2.
Normativa Jurídica Internacional aplicable
a la Trata de Personas ......................................................... 33
2.1.Normativa Internacional de carácter general ............................ 34
2.1.1. Antes del final de la Segunda
Guerra Mundial (hasta 1945) ................................................ 34
[7]
2.1.2. A partir del final de la Segunda
Guerra Mundial (desde 1946) .............................................. 36
2.2. Normativa Internacional de carácter especial:
La Convención de las Naciones Unidas contra
la Delincuencia Organizada Transnacional (2000) ................... 43
2.2.1. Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar
la Trata de Personas, especialmente de Mujeres y Niños .... 45
2.2.2. Protocolo contra el Tráfico de Migrantes
por Tierra, Mar y Aire ........................................................... 47
Capítulo 3.
Enfoques para la interpretación
de normas jurídica aplicable a la trata de personas ............. 49
3.1. El enfoque basado en derechos humanos .................................. 50
3.2. El enfoque sobre la perspectiva de género ................................. 52
3.3. El enfoque sobre el Interés Superior de Niños,
Niñas y Adolescentes .................................................................. 55
Capítulo 4.
La protección jurídica de los Derechos
de las víctimas de trata de personas .................................... 59
4.1. La protección de las víctimas de Trata
de Personas en la Constitución Dominicana ............................. 59
4.1.1. La Configuración jurídica de la dignidad humana ........... 60
4.1.2. Los derechos fundamentales de las víctimas
del delito de trata de personas ............................................. 61
4.1.3.La Tutela judicial efectiva y el debido proceso .................. 64
4.2. La protección de las víctimas de Trata de Personas
en el contexto del acceso a la justicia ......................................... 66
4.2.1. La evolución del concepto de acceso a la justicia ............. 67
4.2.2. El acceso a la justicia en la legislación internacional ....... 70
4.2.3. El acceso a la justicia de las personas
en situación de vulnerabilidad ............................................. 73
[8]
Capítulo 5.
El tipo penal de Trata de Personas
en República Dominicana ................................................... 83
5.1. Aspectos básicos del tipo penal de trata de personas ................ 84
5.1.1 El sujeto activo ................................................................... 86
5.1.2 La conducta ........................................................................ 86
5.1.3 Los medios .......................................................................... 87
5.1.4 Los Fines ............................................................................. 88
5.2 Formas inacabadas y sus consecuencias ..................................... 89
5.3 Autoría y participación ................................................................ 90
5.4 Responsabilidad penal y circunstancias que la modifican ......... 92
5.5 Diferencias entre la trata de personas
y el tráfico ilícito de migrantes ................................................... 96
Capítulo 6.
Técnicas especiales de investigación
criminal de la Trata de Personas ......................................... 99
6.1. Consideraciones generales sobre la investigación
de trata de personas .................................................................. 100
6.2. Captación de casos y reacciones iniciales ................................. 102
6.3. Dirección y planificación de la investigación ........................... 104
6.3.1 Investigadores bajo reserva o agentes encubiertos ............... 109
6.3.2 Utilización de informantes o fuentes .................................... 110
6.3.3 Interceptación de telecomunicaciones ................................... 110
6.3.4 Registros de moradas, lugares privados
y de lugares públicos ................................................................. 111
6.3.5 Reconocimiento de personas o fotográfico ............................ 112
6.3.6 Testimonios de víctimas y testigos durante
la investigación, y el anticipo de prueba ................................... 113
[9]
Presentación
[11]
Resaltamos la importancia de la incorporación de la perspectiva de
infancia, dando así respuesta a la Observación General 6 Comité de De-
rechos del Niño y al numero de casos de niños, niñas y adolescentes víc-
timas de trata.
Por tanto, esperamos que este Manual, así como la estrategia de forta-
lecimiento institucional, a través de la capacitación continua de los ope-
radores de Justicia, para la persecución del delito de trata de personas
desde las Escuelas Nacionales de Judicatura y Ministerio Público, contri-
buya a generar sanciones justas para los victimarios y a brindar justicia y
protección a las víctimas de trata en República Dominicana.
Agradecemos el esfuerzo y el entusiasmo puesto en esta iniciativa por
ambas escuelas, en favor de la sostenibilidad de los procesos de forma-
ción sobre la materia.
Cy F. Winter
Jefe de Misión de la Organización Internacional para las Migraciones
OIM en República Dominicana
[12]
Prólogo
[13]
beneficios a las personas envueltas en la empresa, solo comparable con el
tráfico de estupefacientes, el tráfico de armas y la falsificación, tomando
la trata de personas el segundo lugar, en opinión del Alto Comisionado
de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
En foro reciente celebrado en México por la Coalición contra el Tráfico
de Mujeres y Niñas de América Latina, fue presentado que más de cinco
millones de mujeres y niñas son víctimas de trata de personas en Amé-
rica Latina y el Caribe. En entrevista realizada a su Directora Regional,
la señora Teresa Ulloa Ziaurriz, expresó que «las protagonistas de estos
hechos son utilizadas con fines de explotación sexual y laboral, pornografía
y tráfico de órganos humanos; a pesar de que en muchos casos el tráfico de
órganos es considerado una fantasía que se halla en el imaginario de la socie-
dad, existen hechos comprobables de desapariciones repentinas de hombres y
mujeres que luego son convertidos en donantes de órganos ilegales».
Estamos pues ante un crimen poco difundido en nuestra sociedad,
oculto muchas veces por actividades que a simple vista se ven norma-
les y lícitas, disfrazadas por viajes, o contratos de trabajo en el exterior,
los que, en la mayoría de los casos para nuestras sociedades pobres y de
difícil crecimiento social, son consideradas como progreso económico y
social para jóvenes mujeres de comunidades rurales y que luego resultan ser
redes de prostitución y de explotación de toda índole. Estas acciones ilíci-
tas golpean con fuerza las zonas más pobres del mundo, afectando así a
personas de todas las razas y de múltiples edades, incluyendo hombres,
mujeres, adultos y menores de ambos sexos.
La República Dominicana no está ajena a este fenómeno que arropa la
sociedad global, muy por el contrario. De acuerdo al último informe del
Departamento de Estado de los Estados Unidos sobre la trata de seres
humanos, publicado en el mes de junio de 2012, ¨La República Domini-
cana es un país de origen, de tránsito y de destino para hombres, mujeres y
niños que son traficados con el propósito de ser explotados sexualmente y de
ser sometidos al trabajo forzado¨. En la lista de estatus como país se coloca
a la República Dominicana en lista de vigilancia del nivel 2, que significa
¨Países cuyos gobiernos no cumplen plenamente con las normas mínimas de
[14]
la TVPA pero que hacen esfuerzos considerables para cumplir esas normas¨.
Este resultado significa un paso de avance para el país, pues en el informe
del año 2011 había sido considerado un país bajo vigilancia en este tema.
Ante esta realidad, el Estado Dominicano, consciente de la prob-
lemática, como signatario de las convenciones internacionales sobre Tra-
ta de Personas y tomando en consideración que la falta de una legislación
específica adecuada acerca de la trata de personas, a nivel nacional, era
uno de los principales obstáculos para prever y restringir las acciones de
grupos organizados con estos fines, impulsó la redacción de un proyecto
normativo sobre el tema, el cual concluyó con la promulgación, en el mes
de agosto del año 2003, de la Ley 137-03, sobre Tráfico Ilícito de Migran-
tes y Trata de Personas.
En este sentido, como Escuelas del sector Justicia, La Escuela Nacio-
nal de la Judicatura y la Escuela Nacional del Ministerio Público, ambas
con el compromiso de contribuir a la excelencia de la administración de
justicia, a través de la formación y capacitación de todos los operadores
del sistema de justicia, no podíamos permanecer indiferentes ante un
tema de tanta importancia, razón por la cual lo asumimos dentro de
nuestros programas de formación y capacitación. Tanto los integran-
tes del Ministerio Público, como los jueces y demás servidores judiciales,
deben estar preparados para reconocer, enfrentar, investigar, dar segui-
miento y respuesta a los casos en los que pueda estar la figura de la trata
de personas.
Para implementar el proceso de enseñanza/aprendizaje de manera
consciente, iniciamos con el reconocimiento de las necesidades de ca-
pacitación de los operadores del sistema, contrastándolo con el perfil
ideal, siendo la diferencia entre estos dos levantamientos la brecha de
capacitación a llenar y por ende el contenido temático del programa a
desarrollar. Ante la poca experiencia sobre casos de trata de personas
presentados en nuestros tribunales recurrimos, con el apoyo de la Or-
ganización Internacional para las Migraciones(OIM) y el Fondo de las
Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), a expertos de otros países
hermanos de la América Latina, como es el caso de Colombia y Paraguay,
[15]
que tienen vasta experiencia en el tema, y de esta manera pudimos lograr
identificar una base temática que nos permitió realizar de manera exi-
tosa, talleres de Formación de Formadores, los cuales han dejado mul-
tiplicadores a lo interno de nuestras Escuelas, así como el desarrollo de
este manual que servirá de base para seguir extendiendo el tema en todo
el territorio nacional.
El presente documento permitirá llevar la problemática de la trata de
seres humanos, no solo a integrantes del Ministerio Público y del Poder
Judicial, sino también a otros servidores públicos, quienes pueden fácil-
mente, sin saberlo, estar siendo objeto, de manera inocente, de accio-
nes que colaboren en el aumento de esta franca violación a la libertad
de las personas, entre los que podemos citar personal de las diferentes
delegaciones diplomáticas y consulares de nuestro país en el extranjero,
así como las personas que prestan sus servicios en las diferentes depen-
dencias de la Dirección de Migración, por citar solo algunas, pudiendo
ser muchas más si consideramos el polo turístico de importancia que es
nuestro país para Europa y los Estados Unidos.
Este trabajo que tienen en sus manos es fruto del esfuerzo tesonero
de personas comprometidas con la defensa de los derechos humanos de
las personas y sobre todo con el servicio que debe ser prestado a los usu-
arios de la administración de justicia. Agradecemos de manera especial
la dedicación y empeño del Magistrado Juan Aníbal Rodríguez Fernán-
dez, Juez Presidente de la Corte de Niños, Niñas y Adolescentes de San-
tiago, así como al Magistrado Manuel Acosta Castillo, Procurador Fiscal
del Distrito Nacional, quienes no solamente han dedicado su tiempo a
este manual, sino también han sido excelentes multiplicadores del tema
con sus pares.
Lo que hoy entregamos al sistema de justicia, por supuesto, no hu-
biera sido posible sin el apoyo de la Organización Internacional para las
Migraciones (OIM) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia
(UNICEF), así como de los proyectos de la Escuela Nacional de la Judica-
tura y de la Escuela Nacional del Ministerio Público. Agradecemos, por
tanto, la confianza depositada en nosotros y esperamos seguir contando
[16]
con su apoyo para continuar haciendo camino en la divulgación, sensi-
bilización y capacitación sobre este tema que por su impacto social, y
económico se ha convertido en uno de los más importantes retos a en-
frentar en esta sociedad del siglo XXI.
[17]
El delito de trata de personas
INTRODUCCIóN
El manual que ahora leen ha sido escrito a varias manos, con el fin
de aprovechar la enorme experiencia jurídica acumulada en la República
Dominicana, al tiempo que se extraen las enseñanzas dejadas por los
logros y desaciertos en el tema de la persecución penal del delito de Tra-
ta de Personas, obtenidos en otras latitudes con las que se comparten
dificultades y desafíos.
El mismo responde a la necesidad de disminuir los índices de impuni-
dad y aumentar el procesamiento judicial de los integrantes de redes de
tratantes de personas, enriquecidos a costa del comercio y explotación
de seres humanos, quienes se lucran con su sangre y sus lagrimas, con-
virtiéndolos con su actuar delictivo, en vulgar mercancía.
Nuestro país ocupa el segundo lugar del continente americano y el dé-
cimo en el mundo (según lo dispone el Informe del Departamento de Es-
tado de los Estados Unidos),1 en su triple condición, como país de origen:
Dominicanos, especialmente mujeres, niñas y niños son trasladados, a
[19]
otros países, para ser explotados, y sometidos a trabajos esclavizantes o
forzados y degradantes de la condición humana; como país de tránsito,
dada su posición geográfica, los deficientes controles en las fronteras y la
corrupción, posibilitan que bandas criminales utilicen el territorio domi-
nicano como puente para trasladar a personas de otras nacionalidades a
otros países en condiciones de trata; y finalmente, como país de destino,
pues extranjeros/ras son sometidos en nuestro propio territorio a explo-
tación en condiciones vejatorias y degradantes.
Las condiciones de vulnerabilidad de las víctimas de Trata de Perso-
nas, expresadas en su condición económica, las barreras idiomáticas, el
desconocimiento del entorno geográfico, el desarraigo social y cultural
que generan los desplazamientos, el rechazo de su presencia en los lu-
gares de destino, entre otras, y la grave impunidad, nos indican que de-
bemos actuar de maneras más eficiente para proteger a las víctimas y
perseguir y sancionar a los y las tratantes.
Por otra parte, nos propusimos la redacción de un manual sobre trata
de personas, dirigido a jueces, fiscales y policías, con el propósito de que
a través de su lectura y análisis, desarrollen sus sensibilidades, destrezas,
habilidades y competencias, sobre la protección de las víctimas, perse-
cución y sanción penal de los y las tratantes, que les permita asumir con
conocimiento de causa la responsabilidad del Estado en la disminución
de los índices de impunidad, aumentar los procesamientos judiciales de
los y las tratantes y la protección jurídica efectiva de los derechos de las
víctimas de trata, con la garantía de la seguridad jurídica y el debido
proceso, que ofrece el Estado Social, Democrático y de Derecho a todas
las personas que, de forma regular o no, se encuentran en este país, con-
tenidos en la Constitución Dominicana.
[20]
fomento con la regulación legal de la perversa actividad del comercio de
esclavos negros provenientes del África; luego, con la puesta en escena de
la despectiva “trata de blancas”, hasta llegar a otros modos sofisticados,
en los que bandas criminales que se mueven con mucha tranquilidad y
fluidez en este globalizado mundo, fraccionan y disfrazan sus labores de
tal manera, que pasan desapercibidas o desprevenidamente se juzgan in-
ofensivas.
2.-La Normativa Jurídica Internacional aplicable a la Trata de Perso-
nas: El concierto de naciones ha venido tejiendo un entramado de con-
tención a los abusos, arbitrariedades, desmanes y violaciones de Dere-
chos Humanos. Por un lado, en la declaración y reconocimiento del plexo
de Derechos inherentes a la raza humana, inalienables e inderogables,
y por otro, construyendo un cerco cada vez más tupido, para atrapar a
quienes desde cualquier posición humilde o encumbrada, desatiendan el
llamado racional y lógico del respeto de los Derechos Humanos de todas
las personas. Además, tratamos los instrumentos internacionales, incor-
porados al ámbito interno del derecho dominicano, que propugnan por
la erradicación de la trata de personas, esclavitud moderna.
3.- Enfoques para la interpretación de norma jurídica aplicable a la
Trata de Personas: Aquí puntualizamos los enfoques diferenciales requeri-
dos para dimensionar, sopesar e intervenir adecuadamente una realidad
compleja de vulneración de derechos humanos, como lo es la Trata de
Personas. Esta herramienta desciende en la perspectiva de género, que
agudiza y especifica las características propias de los daños y las con-
secuencias producidas, cuando la violación implica, como sabemos que
sucede en muchos casos, a mujeres víctimas de Trata de Personas. Igual-
mente, desarrolla el enfoque de derechos humanos, en el entendido que el
fenómeno de la Trata de Personas es pluriofensivo de los derechos de las
personas y necesita tener, al momento de tomar decisiones judiciales o
de persecución penal, esa prioritaria perspectiva. Finalmente, se recalca
el interés superior de los menores de edad, que no es otra cosa que veri-
ficar la prevalencia de los intereses de los niños, niñas y adolescentes,
cuando resultaren tratados o explotados.
[21]
4.- La protección jurídica de los Derechos de las víctimas de Trata de
Personas: Colocar los derechos de las víctimas de trata de personas en el
imaginario colectivo de los operadores del sistema de justicia dominica-
no, ausente por muchos años, para que se le proteja de manera eficiente
en el plano jurisdiccional y administrativo, es un acierto relevante para
la construcción del Estado de Derecho establecido en el ordenamiento
jurídico del país. Dicha protección es abordada en este capítulo, en el
contexto de la Constitución Dominicana, y el acceso a la justicia.
5.- El tipo penal de Trata de Personas en República Dominicana: Aquí
explicamos los elementos que integran el tipo penal de trata de perso-
nas, su momento consumativo, dispositivos amplificadores, coautoría y
coparticipación, tentativa, entre otros.
6.- Técnicas especiales de investigación criminal de la Trata de Perso-
nas: Se explican aspectos relevantes para alcanzar resultados exitosos en
la investigación penal.
A usted, querido lector, a quien le ha sido confiada la delicada tarea re-
servada a los dioses, de proveer y administrar justicia, lo invitamos a que
se sirva de este manual, con el mismo entusiasmo con el que fue escrito.
[22]
Capítulo 1
Antecedentes históricos
de la Trata de Personas
Introducción
[23]
ciones de Derechos Humanos, por un lado, en la declaración y reconoci-
miento del plexo de Derechos inherentes a la raza humana, inalienables
e inderogables y por otro, construyendo un cerco cada vez más tupido,
para atrapar a quienes desde cualquier posición humilde o encumbra-
da, desatiendan el llamado racional y lógico del respeto de los Derechos
Humanos de todas las personas. Hoy tenemos que reconocer que en el
plano real, muchas personas en el mundo son víctimas de explotación,
similar a la esclavitud, que supuestamente fue abolida en otros tiempos;
pasando por la puesta en escena de la despectiva “trata de blancas”, hasta
llegar a otros modos más sofisticados, en los que bandas criminales que
se mueven con mucha tranquilidad y fluidez en este globalizado mundo,
fraccionan y disfrazan sus labores de tal manera, que pasan desapercibi-
das o desprevenidamente se juzgan inofensivas.
Echar una mirada a la esclavitud antigua, como antecedente histórico
de la Trata de personas, nos permite comprender la esclavitud moderna,
con toda la falta de humanidad que ello implica, para erradicarla espe-
cialmente de la cotidianidad de las vidas de las personas, que se encuen-
tran en situación de vulnerabilidad.
OBJETIVO GENERAL
2 Van Doren, C. (2005: Breve historia del saber. Barcelona: Editorial Planeta).
[24]
su amo: “tú no eres mi amo”, su amo lo hará condenar porque era esclavo suyo,
y se le cortará la oreja.3”
Sin cuchillos, ni machetes, sin herramientas de metal, los egipcios
construyeron monumentales y enigmáticas pirámides, durante algo así
como cuatrocientos años, con un ejército compuesto en su mayoría por
esclavos.
Atenas, la cuna de la democracia, basaba su economía en mano de
obra esclava. Los Ilotas se encargaban de todo el trabajo, mientras los
espartanos se dedicaban a la guerra. El gran Imperio Romano esclavi-
zaba a los pueblos conquistados, a quienes consideraba cosas, “servi”, de
quienes disponían vida y muerte.
Lastimosamente, la esclavitud de la antigüedad no se acaba por una
elevación de la conciencia ética, sino porque terminan las guerras de con-
quista, fuente de abastecimiento de esclavos y por su alta tasa de morta-
lidad, producida por infrahumanos tratos y penosas condiciones de vida
a que eran sometidos. Ni siquiera Epicteto, el filósofo griego que vivió
gran parte de su vida como esclavo, reflexionó sobre ese estado, una vez
fue liberto.
El cristianismo critica el dominio que pudiera tener un ser humano
por otro, al pregonar que todos somos hijos de Dios. En cambio el Corán
no condena ni cuestiona la esclavitud, sólo recomienda en algunos casos,
para expiar culpas, manumitir un esclavo.
Los pocos movimientos de reivindicación terminaron en el sofoca-
miento y asesinato de los rebeldes, como le sucedió al liderado por Es-
partaco, quien aunque hizo temblar al imperio romano, no alcanzó la
igualdad y libertad anhelada para su gente.
Los esclavos se venden, se compran, se alquilan, se regalan, se azotan,
se les castiga, mutila o mata. El dueño no tiene ninguna obligación de
cuidado o manutención. Están desprovistos de todo derecho, ni siquiera
sus hijos les pertenecen. Tan normalizada fue esa institución, que nin-
[25]
gún legislador ni pensador o filósofo propuso su abolición o cuestionó su
existencia4.
1.2. La servidumbre
Los esclavos de la antigüedad se fueron fundiendo con las clases menos
favorecidas, pobres y semi libres. Pasaron a conformar el grupo de los sier-
vos de la gleba: jurídicamente personas libres, pero sometidos a la autoridad
del señor feudal, a tal extremo, que no podían abandonar la tierra sin su
permiso, debían entregarle parte de su producción y servirle militarmente.
Al igual que el esclavo, en sus hijos se perpetuaba su indigna condición.
4 Los filósofos antes que condenar, justificaron la esclavitud como algo natural y conveniente.
Así en “La política” de Aristóteles: “Con razón se puede suscitar esta cuestión y sostener que
hay esclavos y hombres libres que lo son por obra de la naturaleza; se puede sostener que
esta distinción subsiste realmente siempre que es útil al uno el servir como esclavo y al otro
el reinar como señor; se puede sostener, en fin, que es justa…Por consiguiente, la autoridad
del señor sobre el esclavo es a la par justa y útil… todas las autoridades no se confunden en
una sola: la una recae sobre hombres libres, la otra sobre esclavos por naturaleza; …Uno
es señor, no porque sepa mandar, sino porque tiene cierta naturaleza: y por distinciones
semejantes es uno esclavo o libre”. Aristóteles, La Política, Edición Electrónica: 2007, www.
laeditorialvirtual.com.ar. Libro Primero, Capítulo ll: De la esclavitud.
5 “Otra vez, este mismo tirano fue a cierto pueblo que se llamaba Cota, y tomó muchos
indios he hizo despedazar a los perros quince o veinte señores y principales, y cortó mucha
cantidad de manos de mujeres y hombres, y las ató en unas cuerdas, y las puso colgadas de
un palo a la luenga, porque viesen los otros indios lo que habían hecho a aquellos, en que
habría setenta pares de manos; y cortó muchas narices a mujeres y a niños”. Fray Bartolomé
de las Casas en Brevísima relación de la destrucción de las Indias, http://www.scribd.com/
doc/403662/1552-Brevisima-Relacion-de-la-Destruccion-de-las-Indias-Bartolome-Casas,
retirado en fecha febrero 2011.
[26]
organizados a través de empresas que controlaban el ciclo infernal, con
autorización de la corona española para ejercer el monopolio6. Los afri-
canos eran cazados por otros africanos y llevados a la costa occidental
del Continente, donde eran objeto de trueque por alcohol, tabacos, ar-
mas u otros objetos de escaso valor. Los europeos los encadenaban y
los llevaban a barracones en donde los clasificaban, separando esposos,
y padres y madres de sus hijos; luego los almacenaban para ser trans-
portados.
Atravesaban el océano en unos dos meses, en barcos con nulas con-
diciones de salubridad y decoro. Los enfermos eran arrojados al mar y
los que resistían el tortuoso viaje, eran vendidos para labores agrícolas
o domésticas, en las plantaciones o en las minas. El suplicio apenas co-
menzaba. Seguían los grilletes, el cepo, el látigo y las marcas sobre la piel
con hierro al rojo vivo para demostrar quién era el amo, señor y dueño.
Una narración de la desgraciada vida esclava de los indios:
“Es, pues, la vida de los indios que se traen para pescar perlas,
no vida, sino muerte infernal, y es ésta: llevándolos en canoas, que
son sus barquillos, y va con ellos un verdugo español que los man-
da; llegados en la mar alta, tres y cuatro estados de hondo, mandan
que se echen al agua; zambúllense y van hasta el suelo y allí cogen
las ostias que tienen las perlas, y hinchen dellas unas redecillas que
llevan al pescuezo o asidas a un cordel que llevan ceñido, y con ellas
o sin ellas deben salir arriba a resollar, [...] y si se tarda en mucho
resollar, dales prisa el verdugo que se tornen a zambullir, a las veces
les dan de varazos que se zambullan, [...] están en esto todo el día,
desde que sale hasta que se pone el sol, y así todo el año si llegan allá;
[...] Algunas veces se zambullen y no tornan jamás a salir, o porque
se ahogan de cansados y sin fuerzas y por no poder resollar, o porque
algunas bestias marinas los matan o tragan [...] [los indios] mueren
comúnmente de echar sangre por la boca y de cámaras de sangre por
6 La British South Sea Company o compañía del mar del sur recibió los derechos exclusivos
para el tráfico de esclavos negros con las colonias españolas durante tres décadas, http://
es.wikipedia.org/wiki/Compañía_del_Mar_del_Su, retirado en fecha III-2011.
[27]
el apretamiento del pecho, por causa de estar casi la mitad de la vida
sin resuello.7
7 Bartolomé de Las Casas. Citado por Enrique Otte, en Las Perlas del Caribe, 1977 p. 25.
8 “… -el trabajo- realizado por los esclavos, aunque parezca que sólo cuesta su mantenimiento
para vivir, es en definitiva el más caro de todos. Un ser que no puede adquirir bienes propios,
no puede tener otro interés que el de comer lo más que pueda y trabajar lo menos posible”.
Adam Smith, “La Riqueza de las Naciones”, 1776. Edición 2001.
9 “Sólo existe un Dios, único y verdadero para todos los pueblos, indios, paganos, griegos y bárbaros.
Por todos sufrió muerte y suplicio… Yo creía que los negros eran más resistentes que los indios,
que yo veía morir por las calles, y pretendía evitar con un sufrimiento menor otro más grande...
cosa merecedora de gran condenación el cazar a los negros en las costas de Guinea como si fueran
animales salvajes, meterlos en los barcos, transportarlos a las Indias Occidentales y tratarlos allí
como se hacía todos los días y a cada momento… todo el oro, plata, piedras preciosas, perlas,
joyas, gemas y todo otro metal y objeto precioso… fue robado todo, injustamente usurpado
y perversamente arrebatado; y, por consiguiente, los españoles cometieron hurto o robo que
estuvo y está sujeto a restitución”. De las Casas. De Thesauris, 1563.
[28]
cuales se podría concluir se concretan en la “Declaración de los Derechos
del Hombre y del Ciudadano” de 1789.10
10 “Artículo 1: Los hombres nacen y permanecen libres, e iguales en derechos. Las distinciones
sociales no pueden formarse sino sobre la utilidad común”, Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano de 1789.
[29]
Y del 18 de abril al 4 de mayo de 1910, en una segunda conferencia,
suscribieron la Convención Internacional Relativa a la Represión de la
Trata de Blancas, cuyo artículo 1º disponía: “Debe ser castigado cualquiera
que, para satisfacer las pasiones de los demás, haya contratado, arrastrado o
desviado, aún con su consentimiento, a una mujer o niña menores, con el fin
del libertinaje, aún cuando los diversos actos, que son los elementos constitu-
tivos de la infracción, hubieran sido realizados en países diferentes”.
Mediante el Protocolo de Lake Success, Nueva York, en mayo 4 de 1949,
se enmienda el firmado en París y se diseñan medidas eficaces para brin-
dar una protección efectiva a mujeres y niñas víctimas de la “Trata de
Blancas”. Por medio de este instrumento, los Estados se comprometen a
centralizar los datos de las “contrataciones – de las mujeres sometidas a - la
vida depravada en el extranjero… a investigar… estaciones ferroviarias, puertos
de embarques…. (en donde) se embarquen …para un tráfico criminal”.
CONMEMORACIONES
Mediante resolución 29/C40, la Organización de las Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), esta-
bleció el 23 de agosto de 1994 como Día Internacional del Re-
cuerdo de la Trata de Esclavos y su abolición, por aquellos
días de 1791 en que la población esclavizada de Santo Domingo se
rebeló en la isla La Española.
La Asamblea General decidió que el 2 de diciembre fuera el Día
Internacional para la Abolición de la Esclavitud.
[30]
El Día Internacional de la Eliminación de la Discrimi-
nación Racial se celebra el 21 de marzo de cada año, en memoria
del asesinato de 69 personas por parte de la policía, que se manifes-
taban pacíficamente contra las leyes del apartheid, en Sharpeville,
Sudáfrica.
Desde 1999, la ONU celebra el 25 de noviembre el Día Inter-
nacional contra la Violencia hacia la Mujer, en recuerdo del
violento asesinato de las hermanas Mirabal (Patria, Minerva y Ma-
ría Teresa) asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por la policía se-
creta del dictador Rafael Trujillo en la República Dominicana.
[31]
Capítulo 2
Introducción
[33]
su artículo 26 el pacta sunt servanda, que estatuye: no se pueden invocar
disposiciones internas para justificar el incumplimiento de un tratado,
por lo que todo tratado internacional celebrado por Estados y regido por
el Derecho Internacional, debidamente ratificado o aprobado, es norma
de jerarquía superior en el derecho interno.
Por su parte, el artículo 26 de la Constitución Dominicana, 2010, dis-
pone que la República Dominicana es un Estado apegado a las normas de
Derecho Internacional y en consecuencia, las normas vigentes de con-
venios internacionales ratificados rigen en el ámbito interno, una vez
publicadas de manera oficial.
OBJETIVO GENERAL
[34]
• Once años después de la Convención Internacional Relativa a la
Represión de la Trata de Blancas, ya citada, se reconoce que ese
flagelo utiliza y explota no solo mujeres sino también menores de
edad. El 30 de septiembre de 1921 se pacta el Convenio Interna-
cional para la Represión de la Trata de Mujeres y Niños que
obliga a la Las Altas Partes Contratantes a “tomar todas las medidas
que tengan por objeto perseguir y castigar a los individuos que se dedi-
quen a la trata de niños de uno y otro sexo…”.11
• En 1927, por fin se suscribe una Convención contra la Escla-
vitud, la cual entró en vigor el 9 de marzo de ese año, mediante
la cual los Estados se comprometieron a suprimir la esclavitud en
todas sus formas y a prevenir y reprimir la trata de esclavos y el
trabajo forzoso u obligatorio. La esclavitud es definida como: “el
estado o condición de un individuo sobre el cual se ejercitan los atribu-
tos del derecho de propiedad o algunos de ellos”. Y por trata de escla-
vos: “todo acto de captura, adquisición o cesión de un individuo para
venderle o cambiarle; todo acto de cesión por venta o cambio de un es-
clavo, adquirido para venderle o cambiarle, y en general todo acto de
comercio o de transporte de esclavos”.
• En 1930 se pacta el Convenio 29 relativo al Trabajo Forzoso u
Obligatorio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT),
mediante el cual se prohíbe el trabajo exigido bajo la amenaza de
una pena y para el cual el individuo no se ofrece voluntariamente.
En 1933, se adopta el Convenio Internacional para la Repre-
sión de la Trata de Mujeres, el cual establece: “Artículo 1. Deberá
ser castigado quien quiera que, para satisfacer pasiones ajenas, haya
conseguido, arrastrado o seducido, aun con su consentimiento, a una
mujer o muchacha mayor de edad para ejercer la prostitución en otro
país, aun cuando los diversos actos que sean los elementos constitu-
11 Países que la suscribieron: Albania, Alemania, Austria, Bélgica, Brasil, el Imperio Británico
(con el Canadá, el Commonwealth de Australia, la Unión Sudafricana, Nueva Zelandia y la
India), Chile, China, Colombia, Costa Rica, Cuba, Estonia, Grecia, Hungría, Italia, Japón,
Letonia, Lituania, Noruega, Países Bajos, Persia, Polonia (con Dantzig), Portugal, Rumania,
Siam, Suecia, Suiza y Checoslovaquia.
[35]
tivos del delito se hayan realizado en distintos países”. Prevé que la
tentativa y los actos preparatorios, sean también castigados.
[36]
na. Artículo 2. Las Partes en el presente Convenio se comprometen
asimismo a castigar a toda persona que: Mantuviere una casa de pros-
titución, la administrare o a sabiendas la sostuviere o participare en
su financiamiento; Diere o tomare a sabiendas en arriendo un edificio
u otro local, o cualquier parte de los mismos, para explotar la prosti-
tución ajena.”
• Los cuatro Convenios de Ginebra de 1949, diseñados para ali-
viar la suerte que corren los heridos y los enfermos de las fuerzas
armadas en campaña y de las fuerzas armadas en el mar y rela-
tivos al trato debido a los prisioneros de guerra y a las personas
civiles en tiempo de guerra, también proscriben la esclavitud y la
trata de personas.
• En el Convenio para la Protección de los Derechos Humanos
y las Libertades Fundamentales, de noviembre 4 de 1950, el
Consejo de Europa, en su artículo 4º, dicta que nadie sea sometido
a esclavitud o servidumbre, ni constreñido a realizar trabajo for-
zado u obligatorio, excepto que sea trabajo exigido a una persona
en virtud de sentencia judicial o servicio militar o, servicio por
calamidad o por obligaciones cívicas.
• En 1956, la Convención Suplementaria sobre la Abolición
de la Esclavitud, la Trata de Esclavos y las Instituciones y
prácticas análogas a la Esclavitud de Naciones Unidas, esta-
blece la obligación de los Estados, de adoptar todas las medidas
legislativas o de cualquier otra índole para lograr la completa abo-
lición de la esclavitud o sus prácticas análogas como:
[37]
La servidumbre de la gleba: condición de la persona que está obli-
gada por la ley, por la costumbre o por un acuerdo a vivir y a trabajar
sobre una tierra que pertenece a otra persona y a prestar a ésta, me-
diante remuneración o gratuitamente, determinados servicios, sin
libertad para cambiar su condición;
Toda institución o práctica en virtud de la cual: i) Una mujer, sin
que la asista el derecho a oponerse, es prometida o dada en matrimo-
nio a cambio de una contrapartida en dinero o en especie entregada
a sus padres, a su tutor, a su familia o a cualquier otra persona o
grupo de personas; ii) El marido de una mujer, la familia o el clan
del marido tienen el derecho de cederla a un tercero a título oneroso
o de otra manera; iii) La mujer, a la muerte de su marido, puede ser
transmitida por herencia a otra persona; d) Toda institución o prác-
tica en virtud de la cual un niño o un joven menor de dieciocho años
es entregado por sus padres, o uno de ellos, o por su tutor, a otra
persona, mediante remuneración o sin ella, con el propósito de que
se explote la persona o el trabajo del niño o del joven”.
También definió lo que debe entenderse por esclavitud en su ar-
tículo 7º: La “esclavitud”…condición de las personas sobre las que se
ejercen todos o parte de los poderes atribuidos al derecho de propie-
dad, y “esclavo” , toda persona en tal estado o condición;
Persona de condición servil: toda persona puesta en la condición
o estado que resulta de alguna de las prácticas análogas a la esclavi-
tud mencionadas anteriormente;
Trata de esclavos: todo acto de captura, de adquisición o de dis-
posición de una persona con intención de someterla a esclavitud;…
de venderlo o de cambiarlo;…y en general, todo acto de comercio o
de transporte de esclavos, sea cual fuere el medio de transporte em-
pleado.
[38]
la OIT se comprometen a abolir trabajos impuestos como medio
de coerción o de educación política, o como castigo por tener o
expresar determinadas opiniones políticas, o por manifestar opo-
sición ideológica al orden político, social o económico estableci-
do; tampoco se admite la movilización y utilización forzosa de la
mano de obra con fines de fomento económico; como medida de
disciplina en el trabajo; como castigo por haber participado en
huelgas; ni como medida de discriminación racial, social, nacional
o religiosa.
• En el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, del
16 de diciembre de 1966, aprobado mediante Resolución 2200 A
(XXI), de la Asamblea General Naciones Unidas, se declara, artí-
culo 8: “1. Nadie estará sometido a esclavitud. La esclavitud y la trata
de esclavos estarán prohibidas en todas sus formas. 2. Nadie estará
sometido a servidumbre. 3. a) Nadie será constreñido a ejecutar un
trabajo forzoso u obligatorio…”.
• En el mismo sentido, la Convención Americana de Derechos
Humanos o Pacto de San José de Costa Rica de 1969, en el que
se proscribe la trata de personas y la esclavitud: “1. Nadie puede ser
sometido a esclavitud o servidumbre, y tanto estas, como la trata de
esclavos y la trata de mujeres están prohibidas en todas sus formas. 2.
Nadie debe ser constreñido a ejecutar un trabajo forzoso u obligato-
rio… El trabajo forzoso no debe afectar a la dignidad ni a la capacidad
física e intelectual del recluido…”.
• Los Protocolos I y II adicionales a los Convenios de Ginebra de 1949
relativos a la protección de las víctimas de los conflictos armados, de
1977, también proscriben la trata de personas y la esclavitud.
• En la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas
de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), de diciembre 18
de 1979, se dispone: “Artículo 6. Los Estados Partes tomarán todas
las medidas apropiadas, incluso de carácter legislativo, para suprimir
todas las formas de trata de mujeres y explotación de la prostitución
de la mujer.”
[39]
• En la Convención sobre los Derechos del Niño, de noviembre
20 de 1989, en su artículo 19 se ordena a los Estados Partes, adop-
tar “todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y educa-
tivas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio
o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o ex-
plotación, incluido el abuso sexual”.
• La Observación General No. 6, del Comité de los Derechos de
los Niños, sobre el Trato de los menores no acompañados y sepa-
rados de su familia fuera de su país de origen del 1 de septiembre
de 2005, la cual establece que “Existe a menudo una relación en-
tre la trata y la situación de menor separado y no acompañado de
su familia” además, que deben adoptarse disposiciones prácticas
a todos los niveles para proteger a los menores contra los peligros
descritos. Entre dichas disposiciones podrían incluirse la institu-
ción de procedimientos prioritarios aplicables a los menores víc-
timas de trata, el nombramiento sin demora de tutores, informar
a los menores de los peligros que corren y la articulación de medi-
das para la observación de los menores particularmente expues-
tos. Estas medidas deben evaluarse periódicamente en términos
de eficacia.
• La Declaración y Programa de Acción de Viena, aprobados
por la Conferencia Mundial de Derechos Humanos, el 25 de
junio de 1993, promulga: “La violencia y todas las formas de aco-
so y explotación sexuales, en particular las derivadas de prejuicios
culturales y de la trata internacional de personas son incompatibles
con la dignidad y la valía de la persona humana y deben ser elimi-
nadas”.
• En la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia con-
tra la Mujer del 20 de diciembre de 1993, se rechaza “La violencia
física, sexual y sicológica perpetrada dentro de la comunidad en gene-
ral, inclusive la violación, el abuso sexual, el acoso y la intimidación se-
xuales en el trabajo, en instituciones educacionales y en otros lugares,
la trata de mujeres y la prostitución forzada”.
[40]
• La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia Contra La Mujer, “Convención De Be-
lem Do Para”, del 9 de junio de 1994, reconoce el derecho de toda
mujer a gozar de una vida libre de violencia, tanto en el ámbito
público como en el privado. Allí se entiende por violencia contra
la mujer, la física, sexual o psicológica que tenga lugar dentro de
la familia o unidad doméstica o en cualquier otra relación inter-
personal y la que ocurre en la comunidad, que comprende, entre
otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de personas, pros-
titución forzada, secuestro y acoso sexual en el lugar de trabajo,
así como en instituciones educativas, establecimientos de salud o
cualquier otro lugar, y la que es perpetrada o tolerada por el Esta-
do o sus agentes.
• En el Convenio 182 sobre la Prohibición de las Peores For-
mas de Trabajo Infantil y la acción inmediata para su elimi-
nación, de junio 17 de 1999, se insta a los Estados miembros de
la OIT, para que adopten, de manera urgente, todas las medidas
inmediatas y eficaces para erradicar las peores formas de trabajo
infantil como:
a) Todas las formas de esclavitud o prácticas análogas
b) La venta
c) La trata de niños
d) La servidumbre por deudas
e) La condición de siervo
f) El trabajo forzoso u obligatorio
g) El reclutamiento obligatorio para utilizarlos en la guerra
h) La utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para
la prostitución, la producción de pornografía o actuacio-
nes pornográficas
i) La utilización, el reclutamiento o la oferta de niños para
la realización de actividades ilícitas, en particular la pro-
ducción y el tráfico de estupefacientes
[41]
j) El trabajo que, por su naturaleza o por las condiciones en
que se lleva a cabo, pueda dañar la salud, la seguridad o
la moralidad de los niños.
• En el Protocolo Facultativo de la Convención sobre los De-
rechos del Niño relativo a la Participación de Niños en los
Conflictos Armados, de 25 de mayo de 2000, se ordena: Artículo
4. “Los grupos armados distintos de las fuerzas armadas de un Estado
no deben en ninguna circunstancia reclutar o utilizar en hostilidades a
menores de 18 años.”
• En el año 2000, el 25 de mayo, el Protocolo facultativo de la
Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la venta
de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños
en la pornografía, esclarece los siguientes conceptos, por tener-
los como inadmisibles:
a) Venta de niños: todo acto o transacción en virtud del cual
un niño es transferido por una persona o grupo de personas
a otra a cambio de remuneración o de cualquier otra retri-
bución; incluye el ofrecer, entregar o aceptar, por cualquier
medio, un niño con fines de explotación sexual, transferen-
cia con fines de lucro de órganos, trabajo forzoso del niño o
adopción sin los requisitos legalmente establecidos.
b) Prostitución infantil: utilización de un niño en actividades
sexuales a cambio de remuneración o de cualquier otra re-
tribución.
c) Pornografía infantil: representación, por cualquier medio,
de un niño dedicado a actividades sexuales explícitas, reales
o simuladas, o toda representación de las partes genitales
de un niño con fines primordialmente sexuales.
[42]
2.2. Normativa Internacional de carácter especial:
La Convención de las Naciones Unidas contra la
Delincuencia Organizada Transnacional (2000)
En el marco de la Conferencia Ministerial Mundial sobre la delincuen-
cia organizada transnacional de Nápoles, se aprobó la Declaración Políti-
ca y Plan de Acción Mundial, en la que se destacó la necesidad de adoptar
medidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, centrándose
en las características estructurales y el modus operandi de las organiza-
ciones delictivas12.
Luego, la Asamblea General de Naciones Unidas encargó la redacción
de una Convención Internacional contra la Delincuencia organizada
Transnacional que fue redactada y suscrita en Diciembre de 2000 por
124 países en la ciudad de Palermo, Italia, con el fin de promover la coo-
peración entre los Estados Parte, para enfrentar con mayor eficacia la
delincuencia organizada transnacional.
12 El mismo “instó a los Estados a que tuvieran en cuenta una serie de rasgos característicos de
la delincuencia organizada, como la formación de grupos para dedicarse a la delincuencia; los
vínculos jerárquicos o las relaciones personales que permitían el control del grupo por sus jefes; el
recurso a la violencia, la intimidación o la corrupción para obtener beneficios o ejercer el control
de algún territorio o mercado; el blanqueo de fondos de procedencia ilícita para los fines de
alguna actividad delictiva o para infiltrar alguna actividad económica legítima; el potencial para
introducirse en alguna nueva actividad o para extenderse más allá de las fronteras nacionales; y
la cooperación con otros grupos organizados de delincuentes transnacionales”.
[43]
Delitos que tengan carácter Cometidos en más de un Estado;
transnacional o dentro de un solo Estado pero
una parte sustancial de su prepa-
ración, planificación, dirección o
control se haya realizado en otro
Estado; o se cometan dentro de
un solo Estado pero entrañan la
participación de un grupo delic-
tivo organizado que realiza acti-
vidades delictivas en más de un
Estado; o se cometan en un solo
Estado pero tienen efectos sus-
tanciales en otro Estado.
[44]
En tres protocolos complementarios a la Convención de las Na-
ciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional se
abordan actividades específicas de la criminalidad organizada: la tra-
ta de personas, el tráfico ilícito de migrantes y el tráfico de armas.
Seguidamente presentamos los dos primeros y nos detendremos un
poco más en el que pretende prevenir, reprimir y sancionar la Trata
de Personas.
[45]
Por otra parte, el Protocolo dispone que el consentimiento dado por la
víctima de la trata de personas a toda forma de explotación intencional
no se tenga en cuenta cuando se haya recurrido a cualquiera de los medios
enunciados. También establece que si la víctima es una persona menor de 18
años, nunca será válido su consentimiento.
Prostitución
Amenaza
ajena
Captar
Otras formas
Uso de la Fuerza explotación
sexual
EXPLOTACIÓN
Trabajos o
Coacción servicios
Trasladar forzados
ransportar
Rapto Esclavitud
Prácticas
Fraude análogas a la
Acoger esclavitud
Engaño Servidumbre
Abuso de poder
Extracción de
Recepcionar Abuso vulnerab.
órganos
Pagos
[46]
Insta a los Estados a que tipifiquen la Trata de Personas y persigan la
tentativa, la complicidad y la coparticipación.
Propugna por la protección de la privacidad y la identidad de las víctimas,
previendo la confidencialidad de las actuaciones judiciales. Ordena se les in-
forme sobre los procedimientos judiciales y administrativos, y se les brinde
asistencia destinada a su recuperación física, sicológica y social (alojamiento
adecuado, asesoramiento e información, en particular con respecto a sus de-
rechos jurídicos, en un idioma que comprenda, asistencia médica, sicológica y
material, y oportunidades de empleo, educación y capacitación).
Para ilustrar mejor la estructura del Protocolo, el grafico siguiente13:
[47]
humano a los migrantes. Su propósito es prevenir y combatir el tráfico
ilícito de migrantes, así como promover la cooperación entre los Estados
Parte.
Entiende por “tráfico ilícito de migrantes” la facilitación de la en-
trada ilegal de una persona en un Estado Parte del cual dicha persona
no sea nacional o residente permanente con el fin de obtener, directa o
indirectamente, un beneficio financiero u otro beneficio de orden ma-
terial.
Capítulo 3
Introducción
[49]
el estigma tan alejado de la realidad respecto de “mujeres de la vida alegre”
que se divierten siendo explotadas. O simplemente el fenómeno se im-
pone y se asume por parte de aquellos que piensan que todo lo compra
el dinero y todo lo controla el poder del más fuerte, especialmente en
sociedades inermes y a la vez complacientes.
Abordar problemáticas que arrastran esa complejidad cultural, histó-
rica, económica y política, con sus prejuicios y seudo ideologías justifi-
cadoras, representa un reto para el operador judicial. Afortunadamente
cuenta con los instrumentos internacionales de protección de derechos
humanos, con las leyes internas cada vez más consistentes con la con-
ciencia ética universal y con herramientas conceptuales que lo han de
guiar, de manera transversal, a lo largo de este manual y, sobre todo,
en el trabajo mismo como hacedores de Justicia, tales como el enfoque
diferencial que consiste en la manera de observar, analizar y decidir una
realidad, no de manera imparcial y objetiva, sino sopesando los efectos
diferenciados que se generan en los grupos humanos, concretamente en
las mujeres; los niños, niñas y adolescentes y las personas vulnerables,
así como en la importancia de la potenciación de su autonomía y su par-
ticipación en la toma de decisiones.
Estos enfoques diferenciados, se concretan en tres herramientas con-
ceptuales, importantes, las cuales pasaremos a ver a continuación.
OBJETIVO GENERAL
[50]
en el centro de los problemas14. El objetivo principal de las acciones em-
prendidas debe ser la vigencia de los derechos humanos, identificando
quiénes son los titulares de derechos y qué tienen derecho, como tam-
bién quiénes tienen la obligación de hacerlos cumplir, para poder fortale-
cer la capacidad tanto de los titulares de derechos para exigir y participar
en la toma de las decisiones que los afectan, como de los titulares de
deberes para cumplir sus obligaciones.
Este tipo de análisis proporciona perspectivas sobre el reparto de po-
der, identifica los grupos que carecen de derechos efectivos y los que es-
tán denegando derechos a otros. Básicamente consiste en reconocer que
los Principios de los Derechos Humanos deben orientar todas las activi-
dades judiciales y decisiones en la persecución de la actividad criminal.
Estos principios son:
• La universalidad e inalienabilidad de los derechos huma-
nos: Todas las personas en todos los lugares del mundo tienen
derechos. Nadie puede renunciar a ellos voluntariamente y nadie
puede despojar a otras personas de ellos. Como se afirma en el
artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, “to-
dos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.
Por ejemplo, nadie puede consentir su propia explotación porque
estaría renunciando a lo irrenunciable, a su derecho fundamental
a la dignidad personal.
• La indivisibilidad de los derechos humanos: Todos los dere-
chos humanos son inherentes a la dignidad de toda persona, en
consecuencia, todos los derechos individuales, sociales, cultura-
les, políticos, económicos, tienen la misma condición como dere-
chos y no pueden ser clasificados, por orden jerárquico. Por ejem-
plo, no puedo sostener que las víctimas tienen derecho a acceder a
la justicia si no están garantizadas su seguridad personal, su vida
y su dignidad humana.
[51]
• La interdependencia e interrelación de los derechos humanos:
La realización de un derecho depende, totalmente o en parte, de la rea-
lización de otros. Por ejemplo, el derecho a no ser sometidos a tratos
inhumanos, crueles o humillantes tiene que ver con la libertad, la dig-
nidad, la vida, el libre desarrollo de la personalidad, la educación, etc.
• La igualdad y no discriminación: Todos los individuos son
iguales como seres humanos en virtud de la dignidad intrínseca
de cada persona. Todos los seres humanos deben gozar de sus
derechos humanos sin discriminación de tipo alguno, como por
motivos de raza, color, sexo, origen étnico, edad, idioma, religión,
opinión política o de otra índole, origen nacional o social, discapa-
cidad, propiedades, nacimiento u otra condición. Por ejemplo, las
personas dedicadas a la prostitución o a los trabajos domésticos,
los extranjeros, tienen iguales derechos de acceso a la justicia real
y efectiva que los nacionales, o los dueños del Poder Político.
• La participación e inclusión activa, libre y significativa: Por
ejemplo, las voces de las víctimas en el proceso penal deben ser
escuchadas con respeto y consideración, sin que su negativa, de-
bidamente informada, se convierta en cortapisa para que avancen
los procesos y las investigaciones.
• La rendición de cuentas e imperio de la ley: Cuando las auto-
ridades no rinden cuentas y no se someten a la normatividad, las
personas cuyos derechos se han infringido deben tener la posibi-
lidad de entablar un procedimiento ante un tribunal competente
u otra instancia judicial de conformidad con las normas y procedi-
mientos previstos en la ley nacional o internacional. Por ejemplo,
las autoridades consulares tienen obligación de atender, orientar
y proteger a las víctimas de Trata de Personas so pena de respon-
der penalmente por esa omisión.
[52]
Ley, que tienen acceso pertinente en el plano formal a las funciones
jurisdiccionales y administrativos de la justicia y que cuentan con la pro-
tección efectiva de sus derechos fundamentales, por parte del Estado;
sin embargo en el plano real, la aplicación de dichas normas a personas
diferentes, por variables culturales, económicas, sociales, políticas, re-
ligiosas, filosóficas, idiomáticas, étnicas, sexuales y de género, contradi-
cen tales supuestos.
Las víctimas de trata de personas, en su gran mayoría, son mujeres,
niñas y niños. El Estado, para proteger sus derechos fundamentales en
la administración de justicia, necesita contextualizar sus condiciones de
personas discriminadas; que por un lado, muchas veces, no pueden ejer-
citar sus derechos por si mismas, no cuentan con la información y los
recursos necesarios para acceder a la justicia, y por el otro lado, aunque
estén en condiciones de ejercitar sus derechos, los mismos no le son
reconocidos por los operadores de justicia, socializados por el sistema
patriarcal, que desconoce los derechos humanos de las personas que se
encuentra en situación vulnerabilidad, por causas ajenas a su voluntad.
La normativa que persigue y sanciona a los tratantes tiene que ser
interpretada tomando en cuenta el enfoque de género, el cual pone en
evidencia las relaciones asimétricas de poder entre hombres y mujeres,
niños y niñas, construidas en el proceso de socialización de las personas,
por el sistema de dominación patriarcal. Y para comprender estos con-
ceptos en su justa dimensión, hay que definir los siguientes términos:
patriarcado, sexo, género, discriminación, violencia en contra de la mu-
jer y perspectiva de género.
Patriarcado: Sistema jerárquico de relaciones sociales, políticas y
económicas que, tomando como excusa una diferencia biológica sexual y
su significado genérico, establece, reproduce y mantiene al hombre como
parámetro de la humanidad otorgándole una serie de privilegios e insti-
tucionalizando el dominio masculino sobre las mujeres.
Sexo: Hace referencia a las diferencias biológicas entre la mujer y el
hombre. Corresponde a un hecho biológico, producto de la diferencia-
[53]
ción sexual de la especie humana (Gomariz, 1992)15. Son características
biológicas que distinguen a mujeres y a hombres y hacen referencia a sus
diferencias biológicas, producto de la naturaleza.
Género: Es una construcción social, cultural e histórica que asigna
ciertas características y roles a grupos de individuos con referencia a su
sexo. Las personas nacemos con la diferencia de sexo, la adscripción de
características de género es construida socialmente (Machicao, 1999).16
Características que cada sociedad y cultura atribuyen a cada sexo. Es una
construcción cultural, social e histórica que sobre la base biológica del
sexo determina normativamente lo masculino y lo femenino en la socie-
dad, producto de la cultura.
Discriminación: Se entiende por discriminación contra la mujer, toda
distinción, exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por obje-
to o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio
por la mujer, independientemente de su estado civil, sobre la base de la
igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y las libertades
fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural y civil o
en cualquier otra esfera.17.
Violencia contra la mujer: Cualquier acción o conducta, basada en
su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicoló-
gico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado, mediante
el empleo de la violencia física o psíquica.18
Perspectivas de género: De conformidad con las conclusiones del
Consejo Económico y Social de Naciones Unidas, es “el proceso de evalua-
ción de las consecuencias para las mujeres y los hombres de cualquier activi-
dad… Es una estrategia destinada a hacer que las preocupaciones y experien-
cias de las mujeres, así como de los hombres, sean un elemento integrante de
la elaboración, la aplicación, la supervisión y la evaluación de las políticas y los
[54]
programas…, a fin de que las mujeres y los hombres se beneficien por igual y se
impida que se perpetúe la desigualdad. El objetivo final es lograr la igualdad
entre los géneros”. 19
Tanto el enfoque basado en derechos humanos, como la perspectiva de
género exigen prestar atención a los efectos que se generan en los grupos
humanos, concretamente en hombres y mujeres, así como a la importan-
cia de la potenciación de la autonomía y la participación de ellos en la toma
de decisiones. Ejemplo clásico de enfoque diferencial se halla en la senten-
cia del 25 de noviembre de 2006, producida en el caso penal Miguel Cas-
tro contra Perú, en la cual la Corte Interamericana de Derechos Humanos
analiza el impacto diferencial de la violencia soportada por las mujeres a
quienes les realizaron inspecciones vaginales, o se encontraban en estado
de embarazo o con la menstruación y sin acceso a implementos de aseo20.
19 (A/52/3/Rev.1), Capítulo IV, párr. 4.19, Consejo Económico y Social, Naciones Unidas.
[55]
Dicha doctrina se caracteriza por convertir en objetos de protección
a la persona menor de edad y por establecer sanciones penales drásticas,
muchas veces extrajudiciales, para los y las adolescentes en conflicto con
la ley penal, que muchas veces no habían cometido ningún delito penal,
pero que estaban estigmatizados por la pobreza, la discriminación social
y de género, con lo cual se instituía la penalización de la pobreza y se
facilitó que dichas personas se convirtieran en víctimas de condiciones
de trabajo deshumanizante, como la trata de personas y otros trabajos
peligrosos.
En la visión tutelar predomina la privación de libertad de la perso-
na adolescente, como regla general, revestida de la “magia” del discerni-
miento del imputado y confiada al Juez, supuesto buen padre de familia;
pero al margen del debido proceso de Ley.
Las acciones represivas del Estado estuvieron explicadas y justifica-
das con expresiones demagógicas, tales como: “Devolverle a la patria un
hombre hecho y derecho”, “enderezar su conducta”, “alejarlos de las ma-
las compañías”, “reeducarlo para que sea un hombre de bien”, “proteger
a la sociedad de la delincuencia”, entre otras.
Dichas sanciones no produjeron los frutos esperados, porque no sólo
se violaron los derechos humanos de las y los sancionados y se institu-
cionalizó la violencia del Estado en contra de las y los más pobres, sino
que se dejaron intactas las estructuras, económicas, sociales, culturales,
políticas y de género, que permiten que los particulares en calidad de
tratantes también le violen sus derechos fundamentales.
2.- Doctrina de la Protección Integral: Se establece en el aspecto
formal a partir de la ratificación, por parte del Estado Dominicano, de la
Convención Internacional sobre los Derechos del Niño en 1990.
Esta establece un nuevo concepto de ciudadanía para las personas
menores de edad, (sujetos de derechos) donde el Estado Dominicano se
compromete a crear los mecanismos jurisdiccionales y administrativos
pertinentes para garantizar sus derechos humanos. En este sentido, la
Constitución Dominicana establece que: ”La familia, la sociedad y el Esta-
do harán primar el interés superior del niño, niña y adolescente; tendrán la
[56]
obligación de asistirles y protegerles para garantizar su desarrollo armónico
e integral y el ejercicio pleno de sus derechos fundamentales, conforme a esta
Constitución y las leyes. Se declara del más alto interés nacional la erradica-
ción del trabajo infantil y todo tipo de maltrato o violencia contra las personas
menores de edad. Los niños, niñas y adolescentes serán protegidos por el Esta-
do contra toda forma de abandono, secuestro, estado de vulnerabilidad, abuso
o violencia física, psicológica, moral o sexual, explotación comercial, laboral,
económica y trabajos riesgosos”.21
A pesar de lo expresado anteriormente, las personas menores de edad,
víctimas del crimen de Trata de Personas, continúan siendo violentadas
en sus derechos fundamentales, porque dicho crimen se queda impu-
ne y las causas que lo facilitan continúan vigentes: Proceden de familias
disfuncionales, son personas empobrecidas y excluidas de los servicios
básicos de educación, salud, alimentación, recreación y deportes sanos y
viviendas dignas, y muchas de estas permanecen en las calles del país.
Por último, esta herramienta conceptual sobre el Interés Superior del
niño, acompañará todas las discusiones que se hagan y las decisiones que
se adopten en los proceso penales que se abran para perseguir y sancio-
nar el delito de Trata de Personas. En este sentido, el artículo 3.1 de la
Convención de los Derechos del Niño, establece que el interés superior
del niño es un principio que impone una consideración primordial para
el ejercicio de las atribuciones de las autoridades a favor de los niños,
niñas y adolescentes y que se traduce en que cualquier medida judicial,
policial o administrativa adoptada, debe promover la plena satisfacción
de todos los derechos de la niña, niño o adolescente víctima de la Trata de
Personas. Por ejemplo, cuando se va a tomar una medida de repatriación
de un niño o de una niña, o de conminación para que testifiquen en un
juicio, la decisión judicial debe estar orientada a hacer vigente de manera
primordial los intereses del menor de edad. Todos sus intereses y todos
sus derechos.
[57]
Capítulo 4
OBJETIVO GENERAL
[59]
reses legítimos de los particulares creados por dicha constitución, tiene
que fundamentar sus acciones y decisiones en la misma. De ahí la im-
portancia de que los operadores de dicho sistema tengan conocimientos
adecuados y pertinentes de la norma sustantiva.
Por otra parte, el Estado dominicano tiene la obligación ineludible
de garantizar la seguridad de todas las personas que cohabitan en su
territorio, por mandato expreso del pacto social que le dio origen y su
Constitución actual; ello como condición indispensable, para la convi-
vencia pacífica y democrática de la sociedad en su conjunto.
[60]
Además, la Constitución Dominicana articula su núcleo duro sobre
el fundamento función esencial del Estado, de la protección de las per-
sonas, alrededor de la dignidad humana, como valor político, moral y
jurídico:
a) Como valor político, la dignidad humana fundamenta y organi-
za el Estado Social y Democrático de Derecho.
b) Como valor moral, la dignidad humana es sagrada, innata de las
personas, e inviolable.
c) Como valor jurídico, los poderes públicos, garantizan la protec-
ción efectiva de la dignidad de las personas y los derechos fundamenta-
les, que le son inherentes.23
[61]
a los tratantes, lo que provoca la impunidad de dicho crimen; descono-
ciendo con ello la prescripción de la Constitución, la cual establece que:
“Todas la personas nacen libres e iguales ante la ley , reciben la misma
protección y trato de las instituciones, autoridades, y demás personas y
gozan de los mismos derechos, libertades y oportunidades, sin ninguna
discriminación por razones de género, color, edad, discapacidad, nacio-
nalidad, vínculos familiares, lengua, religión, opinión política o filosófica,
condición social o personal”.25 Asimismo que: “El Estado debe promover
las condiciones jurídicas y administrativas para que la igualdad sea real y
efectiva y adoptará medidas para prevenir y combatir la discriminación,
la marginalidad, la vulnerabilidad y la exclusión”.26
b) Derecho a la libertad
La acción de la Trata de Personas en la medida en que las víctimas
son coaccionadas, privadas de su libertad y sometidas a trabajos escla-
vizantes que degradan su condición humana, por parte de los tratantes;
viola los artículos 40.1 y 41 de la Constitución Dominicana, los cuales
establecen que: “Toda la persona tiene derecho a la libertad y seguridad
personal, (…). Se prohíben en todas sus formas, la esclavitud, la servi-
dumbre, la trata y el tráfico de personas”.27
[62]
en cuenta al sujeto activo, para reprimir su conducta antijurídica y al
sujeto pasivo, para prestarles la protección material y legal adecuada.
La impunidad de la Trata de Personas en la República Dominicana, con
la complicidad social y económica de la población en general y de las au-
toridades oficiales en particular; a pesar de que nuestra Constitución
establece que “toda persona tiene derecho a que se respete su integridad
física, psíquica, moral y a vivir sin violencia”;29, contribuye significati-
vamente al incremento de la percepción de inseguridad que tienen las
personas que habitan en esta media isla, más allá del incremento del fe-
nómeno de la delincuencia.
[63]
convierte en una actividad violatoria de la intimidad de las personas; por
esa razón la Constitución establece que “toda persona tiene derecho a la
intimidad y toda autoridad o particular que la viole está obligado a resar-
cirla o repararla conforme a la ley”.31
[64]
6) Es nula toda prueba obtenida en violación a la ley;
7) Toda sentencia puede ser recurrida de conformidad con la ley. El
tribunal superior no podrá agravar la sanción impuesta cuando sólo la
persona condenada recurra la sentencia;
8) Las normas del debido proceso se aplicarán a toda clase de actua-
ciones judiciales y administrativas.33
[65]
el respecto de la dignidad humana y la protección de los derechos fun-
damentales de las personas, contenidos en la Constitución Dominicana,
reviste de legitimidad suprema la persecución y sanción de los tratantes
y la protección jurídica de las víctimas de trata. De ahí la importancia de
comprender la configuración jurídica de la dignidad humana, los dere-
chos fundamentales, la tutela judicial efectiva y el debido proceso de los
que son titulares las personas víctimas de trata.
[66]
4.2.1. La evolución del concepto de acceso a la justicia
El acceso a la justicia como derecho humano consagrado en las Cons-
titución dominicana, en las normas internacionales y en las demás nor-
mas internas, códigos y leyes, ha ido variando en su concepto conforme a
las ideologías y filosofías imperantes en cada etapa histórica – política y
la evolución de la idea de Estado. Es así que durante el imperio de la ideo-
logía liberal, con posterioridad a la Revolución Francesa, este derecho
tenía un reconocimiento meramente formal. El rol del Estado concebido
desde el leseferismo, no contaba entre su cometido el auxiliar a quie-
nes se encontraran en necesidad jurídica, o sea a aquellos que no podían
valerse por sus propios medios para ejercer este derecho y acceder a los
mecanismos e instituciones responsables de proporcionar justicia.
De este modo, el reconocimiento normativo del derecho al acceso a
la justicia era meramente retórico, y no lograba traducirse en la realidad
tangible de las personas, la igualdad no constituía un propósito inspi-
rador de este derecho y la brecha entre esta realidad y el derecho consa-
grado se ampliaba a la luz de los obstáculos para el acceso al mismo de
amplios sectores de la población.
Posteriormente con el surgimiento del Estado de Bienestar, el Estado
de Derecho, el Estado Democrático de Derecho, y los derechos sociales,
fue primando la concepción de un acceso a la justicia efectivo y no solo
teórico.
El pensamiento de que el Estado era quien monopolizaba la resolu-
ción de las contiendas y la aplicación coercitiva del derecho, justificaba
la idea que el Estado tenía la obligación de proporcionar a las personas
que quedaban de este modo sometidas a él en base a sus leyes y a su
potestad, mecanismos fáciles, trasparentes, accesibles, oportunos y en
síntesis efectivos para que dichas personas puedan presentar sus plan-
teamientos o recibir una solución prevista en el ordenamiento jurídico,
cuando se vieran perjudicadas porque algún derecho les fuera violado,
amenazado o negado.
Se afirma entonces que las problemáticas en torno a las implicancias
reales del acceso a la justicia no son recientes, al contrario, la concep-
[67]
ción de esta idea se ha ido transformando desde los siglos XVIII y XIX,
partiendo de la declaración formal que proporciona a las personas la
posibilidad de ejercer la defensa de sus derechos individuales, hasta la
concepción de este derecho como la obligación del Estado, que conse-
cuentemente debe garantizar dicho acceso, proporcionando entre otros
elementos, mecanismos legales e instituciones que garanticen el ejerci-
cio efectivo del derecho a acceder a justicia para todas las personas por
igual. Y tanto en relación a derechos individuales como colectivos.
Podría también plantearse esta evolución del concepto como el cam-
bio que se operó en la percepción de los derechos humanos, de la identi-
ficación de los mismos con el derecho a la libertad, a una dimensión de
los derechos humanos asociada al derecho a la igualdad.
Analizando este asunto desde la concepción del Estado moderno, se pue-
de aportar que como el mismo ha proscripto la violencia, ha determinado la
prohibición de hacer justicia por mano propia, ha establecido el carácter ex-
cepcional de la auto tutela, también está obligado a proporcionar un ámbito
en el cual toda persona puede hacer valer el derecho que cree que le asiste y
procurar su satisfacción. El Estado debe garantizar a todas las personas una
amplia posibilidad de acceso a un órgano imparcial capaz de dirimir conflic-
tos, derechos violados e intereses contrapuestos. Es así que actualmente,
el derecho de acceso a justicia ha sido reconocido como un derecho social
básico, ya que parte de la perspectiva del derecho a la igualdad.
En este marco, el derecho de acceder a la justicia encuentra un me-
dio, un instrumento en el proceso, establecido a modo de mecanismos
que permiten a la justicia actuar adecuadamente, mejorando los resulta-
dos que se podrían obtener de la aplicación espontánea del derecho. El
proceso como medio de la justicia debe colaborar para la imparcialidad,
transparencia y efectividad de la misma.
El supuesto guía del proceso indica que el mismo se constituye en un
instrumento que facilita a todas las personas por igual el acceso sin tra-
bas a la justicia, y garantiza que este acceso no viole a las personas otros
derechos que le son reconocidos, tornando posible el acceso efectivo a
su derecho a la justicia.
[68]
Por otro lado, se debe considerar que el derecho de la persona a acce-
der al órgano jurisdiccional competente a través de la acción y con arre-
glo a las formas dadas por la ley procesal, constituye un aspecto inicial,
básico y fundamental de la ejecución práctica o del ejercicio efectivo del
derecho de acceso a la justicia.
Desde la perspectiva de los derechos humanos existe una producción
teórica y normativa relacionada al derecho de acceso a la justicia y especí-
ficamente al acceso a la justicia por parte de las víctimas del delito, como
así también, existen disposiciones y referencias sobre dicho acceso en
relación a las víctimas de la trata de personas, principalmente mujeres,
niñas, niños y adolescentes.
En este sentido, se rescata el concepto de acceso a la justicia de la Co-
misión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), contenido en el
informe sobre Acceso a la Justicia para las Mujeres Víctimas de Violencia
en las Américas del 2006-2007, el cual establece que : “Un acceso de jure
y de facto a garantías y protecciones judiciales, es indispensable para la
erradicación del problema de la violencia contra las mujeres, y por lo tan-
to, para que los Estados cumplan de manera efectiva con las obligaciones
internacionales que han contraído libremente de actuar con la debida
diligencia frente a este grave problema de derechos humanos”. 35 Lo que
significa que un acceso adecuado a la justicia no se circunscribe solo a la
existencia formal de recursos judiciales, sino también a que estos sean
idóneos para investigar sancionar y reparar las violaciones denunciadas.
En consecuencia, una de las obligaciones del Estado en relación al acceso
a justicia es garantizar ese acceso a través de la debida diligencia, garan-
tizando a su vez, tanto de derecho como de hecho, que las personas que
se consideren afectadas en sus derechos puedan pedir y recibir justicia.
En igual sentido, y en relación al tratamiento debido a las víctimas de
delitos frente al acceso a la justicia, la Declaración Sobre los Principios
Fundamentales de Justicia para las Victimas de Delitos y del Abuso de
35 Informe 2006-2007: Sobre Acceso a la Justicia para las Mujeres Víctimas de Violencia en las
América, introducción, párrafo 2.
[69]
Poder de las Naciones Unidas, , establece que: “las víctimas serán trata-
das con compasión y respeto por su dignidad. Tendrán derecho al acceso a los
mecanismos de justicia y a una pronta reparación del daño que hayan sufrido,
según lo dispuesto en la legislación nacional…”.36
36 Declaración Sobre los Principios Fundamentales de la Justicia para las Victimas de Delitos y
del Abuso de Poder de las Naciones Unidas, articulo 4, 1985.
[70]
Convención sobre la eliminación de todas las formas de Artículos 2, 4
discriminación contra la mujer y 15
Convención contra la Tortura y otros tratos o penas crueles, Artículos 12, 13,
inhumanos o degradantes 14 y 15
[71]
c) Otros Instrumentos Internacionales referentes al Acceso a la Justi-
cia de Víctimas y Personas Vulnerables
[72]
Por eso su objetivo fundamental es Su objetivo fundamental es perseguir
proteger los derechos humanos de los y sancionar el delito transnacional de
niños, niñas y adolescentes afectados la trata de personas, aunque contiene
por esta problemática. disposiciones dirigidas a proteger a las
víctimas.
Su objetivo es prohibir la venta, la pros- Sus fines son: prevenir y combatir la trata
titución y la pornografía infantil, art. 1. de personas, especialmente de mujeres y
niños; proteger y ayudar las víctimas de
trata respetando derechos humanos, así
como promover la cooperación entre los
Estados para estos fines, art. 2.
Ámbito de aplicación.
Penalización, en base a la definición
y extensivo a la penalización de la
tentativa, complicidad, autoría inte-
lectual, art. 5.
[73]
según la norma del derecho interno vigente de un país, la Consti-
tución y las leyes especiales, establezcan la tutela judicial efectiva y
el debido proceso a las víctimas de trata de personas, para garanti-
zarles sus derechos fundamentales, si las mismas están afectadas de
situaciones particulares que les impiden acceder al sistema de justi-
cia. Para comprender el acceso a la justicia de las personas víctimas
de trata de personas, es pertinente analizar: Las Reglas de Brasilia
Sobre el Acceso a la Justicia de las Personas en Condición de Vul-
nerabilidad, aprobada en la XIV Cumbre Judicial Iberoamericana,
Brasilia, 2008, en la que se “desarrollan los principios recogidos en
la Carta de Derechos de las Personas ante la Justicia en el Espacio
Iberoamericano (Cancún 2002), especialmente los que se incluyen
en la parte titulada “una Justicia que protege a las personas débiles”
(apartados 23 al 34)”37.
Para que los operadores del sistema justicia no sigan viviendo en
una especie de “esquizofrenia” jurídica, unas cosas son las que di-
cen las normas jurídicas y otras muy distintas las que se aplican en
la cotidianidad de las personas que se le han violado sus derechos
fundamentales; tienen que comprender que “Poca utilidad tiene que
el Estado reconozca formalmente un derecho si su titular no puede
acceder de forma efectiva al sistema de justicia para obtener la tutela
de dicho derecho”38, razón por la cual, los operadores de justicia, Mi-
nisterio Público, policías, Jueces, Defensores Públicos y privados, y
personal administrativo que trabajan con víctimas de trata, necesitan
comprender cuáles son esas condiciones, para que puedan realizar el
acompañamiento especial que necesitan, tanto en el aspecto jurisdic-
cional como en el administrativo.
Las Reglas de Brasilia, 2008, definen a las personas en condi-
ciones de vulnerabilidad, como: “Aquellas (…) que, por razón de su
edad, género, estado físico o mental, o por circunstancias sociales,
[74]
económicas, étnicas y/o culturales, encuentran especiales dificulta-
des para ejercitar con plenitud ante el sistema de justicia los derechos
reconocidos por el ordenamiento jurídico”. Entre las condiciones de
vulnerabilidad de las personas que pueden ser víctimas de trata se
encuentran: “La edad, la discapacidad, la pertenencia a comunidades
indígenas o a minorías, la victimización, la migración y el desplaza-
miento interno, la pobreza, el género”. Además, “la concreta deter-
minación de las personas en condición de vulnerabilidad en cada país
dependerá de sus características específicas, o incluso de su nivel de
desarrollo social y económico”39.
La condición de vulnerabilidad que obstaculiza el acceso a la justicia
de las víctimas de trata de personas, que tiene que ver con el género, es
tratada en la parte de este manual que se refiere a los enfoques para la
interpretación de la norma jurídica, aplicable a la trata de personas. A
continuación se describen las demás condiciones, según las Reglas de
Brasilia:
a) Edad
La edad de las personas, especialmente niños, niñas y adolescentes,
es una condición que se debe de tomar en cuenta al momento de tutelar
efectivamente sus derechos; en vista de que las mismas, muchas veces,
no los pueden ejercer de forma autónoma y necesitan el acompaña-
miento especial de los órganos jurisdiccionales y administrativos del
Estado. Las Reglas de Brasilia establecen que se considera niño, niña
y adolescente a toda persona menor de dieciocho años de edad, salvo
que haya alcanzado antes la mayoría de edad en virtud de la legislación
nacional aplicable. Toda persona menor de dad debe ser sujeto de una
tutela especial de sus derechos fundamentales, por parte de los órga-
nos del sistema de justicia, en consideración a su desarrollo evolutivo.
En este sentido, en la República Dominicana se adquiere la mayoría de
edad un día después de haber cumplido los 18 años. Además, las per-
[75]
sonas menores de edad cuentan con un régimen especial de protección
jurídica, contenido en la Ley 136-03, artículo 56 de la Constitución
Dominicana y los artículos 3, 37 y 40 de la Convención Sobre los De-
rechos del Niño, ONU, 1989.
b) Discapacidad
El concepto de discapacidad implica ver a las personas, cuando tienen
limitaciones observables, como objeto de protección, con lo que se des-
humaniza su relación con el entorno. Dicho concepto se ha sustituido
por el de condiciones especiales, porque responde mejor a las necesida-
des de una persona que, aunque no puede realizar, parcial o totalmente,
sus funciones: “físicas, mentales o sensoriales, ya sea de naturaleza per-
manente o temporal”;40 sí podemos socializar con ella, con su potencial a
la luz de la dignidad humana de la que está dotada independientemente
del alcance de sus limitaciones, al momento de ofrecerle los servicios que
requiere del sistema de justicia,.
Muchas personas con condiciones especiales pueden convertirse en
víctimas de trata y de otros hechos antijurídicos, por sus limitaciones
personales y por las condiciones sociales y económicas en que viven; por
esa razón, el artículo 3.8 de las Reglas de Brasilia, 2008, establece: “Se
procurará establecer las condiciones necesarias para garantizar la accesibili-
dad de las personas con discapacidad al sistema de justicia, incluyendo aque-
llas medidas conducentes a utilizar todos los servicios judiciales requeridos y
disponer de todos los recursos que garanticen su seguridad, movilidad, como-
didad, comprensión, privacidad y comunicación”.41
[76]
destinatarios y destinatarias son iguales, no solamente ante la ley,
sino también en lo referente a sus condiciones sociales económicas,
políticas y culturales; pero resulta que muchas personas, por causas
ajenas a su voluntad, en la cotidianidad de su existencia, se encuen-
tran fuera del presupuesto de homogeneidad que establecen dichos
sistemas judiciales. La comunidad indígena, que dicho sea de paso
en la isla de La Española, hoy República Dominicana y República de
Haití, fue aniquilada por la violencia desatada por los colonizadores
españoles, tiene una presencia significativa en el Continente Ameri-
cano, caracterizada por la situación de vulnerabilidad en que se en-
cuentran sus miembros, no solamente por sus condiciones sociales
económicas, políticas y culturales, igual a otros grupos de excluidos
del mismo continente, como expresamos anteriormente, sino tam-
bién por el hecho de pertenecer a una raza que, por prejuicios, ha
sido discriminada históricamente por las élites políticas y económi-
cas de esta parte del mundo.
Para facilitar el acceso a las justicia de la comunidad indígena, las
Reglas de Brasilia Sobre el Acceso a la Justicia de las Personas en
Condición de Vulnerabilidad, 2008, establece en su artículo 4.9, lo
siguiente: “Las personas integrantes de las comunidades indígenas pue-
den encontrarse en condición de vulnerabilidad cuando ejercitan sus de-
rechos ante el sistema de justicia estatal. Se promoverán las condiciones
destinadas a posibilitar que las personas y los pueblos indígenas puedan
ejercitar con plenitud tales derechos ante dicho sistema de justicia, sin
discriminación alguna que pueda fundarse en su origen o identidad indí-
genas. Los poderes judiciales asegurarán que el trato que reciban por parte
de los órganos de la administración de justicia estatal sea respetuoso con
su dignidad, lengua y tradiciones culturales. Todo ello sin perjuicio de lo
dispuesto en la Regla 48 sobre las formas de resolución de conflictos pro-
pios de los pueblos indígenas, propiciando su armonización con el sistema
de administración de justicia estatal”.42
[77]
d) Victimización
La victimización primaria se produce por el hecho de que las per-
sonas se encuentren en situación de vulnerabilidad y cuando son víc-
timas del delito, mientras que la victimización secundaria, cuando el
sistema de justicia, por acción u omisión, impide el acceso a la justicia
y la tutela efectiva de los derechos de la víctima primaria, entendida
como: “(…) toda persona física que ha sufrido un daño ocasionado por
una infracción penal, incluida tanto la lesión física o psíquica, como el
sufrimiento moral y el perjuicio económico. El término víctima tam-
bién podrá incluir, en su caso, a la familia inmediata o a las personas
que están a cargo de la víctima directa”.43
De ahí, los grandes desafíos que tiene el Estado para evitar que las
prácticas generalizada del sistema de justicia continúe desconociendo
las particularidades de las personas víctimas que se encuentran en situa-
ción de vulnerabilidad, por “sus propias características personales o por
las circunstancias de la infracción penal”.44
En este sentido, las Reglas de referencia recomiendan adoptar: “Me-
didas que resulten adecuadas para mitigar los efectos negativos del de-
lito (victimización primaria). Asimismo procurarán que el daño sufrido
por la víctima del delito no se vea incrementado como consecuencia
de su contacto con el sistema de justicia (victimización secundaria) y
procurarán garantizar, en todas las fases de un procedimiento penal,
la protección de la integridad física y psicológica de las víctimas, sobre
todo a favor de aquéllas que corran riesgo de intimidación, de repre-
salias o de victimización reiterada o repetida (cuando una misma per-
sona es víctima de más de una infracción penal durante un periodo de
tiempo).
También podrá resultar necesario otorgar una protección particular a
aquellas víctimas que van a prestar testimonio en el proceso judicial. Se
prestará una especial atención en los casos de violencia intrafamiliar, así
[78]
como en los momentos en que sea puesta en libertad la persona a la que
se le atribuye la comisión del delito”.45
[79]
humano”46 y por situación económica o “exiliados económicos”, como
se llama ahora a las personas que se ven obligadas a buscar mejores
condiciones de vida desplazándose internamente en su propio país
o migrando a otros países.
f) Pobreza
La pobreza es una de las causas principales de la trata de personas
en el mundo, especialmente en mujeres, niñas, niños y adolescentes; e
impide el acceso a la justicia de las víctimas, por falta de información y de
políticas públicas para acompañarlas de manera efectiva en los procesos
judiciales. La falta de recursos económicos y las deficiencias educativas
contribuyen ha crear familias disfuncionales donde sus miembros, espe-
cialmente los niños, niñas y adolescentes, no cuentan con un direccio-
namiento adecuado que proteja sus derechos fundamentales, quedando
a expensas de tratantes y abusadores, que los explotan sexual y comer-
cialmente con la complicidad, por acción u omisión, de autoridades del
Estado y parte de la sociedad.
Las Reglas de Brasilia, 2008, establecen que la “La pobreza constituye
una causa de exclusión social, tanto en el plano económico como en los planos
social y cultural, y supone un serio obstáculo para el acceso a la justicia espe-
cialmente de aquellas personas en las que también concurre alguna otra causa
de vulnerabilidad”. Recomiendan promover “la cultura o alfabetización
jurídica de las personas en situación de pobreza, así como las condiciones
para mejorar su efectivo acceso al sistema de justicia”.47
g) Pertenencia a minorías
Por mandato expreso de los instrumentos jurídicos internacionales
y nacionales, como se dejó constancia en otra parte de este manual,
la dignidad de las personas, no importa en el territorio que habiten,
[80]
independientemente de su estatus legal, tiene que ser protegida por el
Estado; por esa razón, el ilícito penal de Trata de personas tiene que
ser perseguido y sancionado con las debidas garantías procesales, por
parte de los operadores del sistema de justicia, independientemente
de que las víctimas pertenezcan a grupos minoritarios, por situacio-
nes étnicas, idiomáticas, culturales, económicas, religiosas, filosóficas,
políticas migratorias o de cualquier otra índoles. En este sentido, las
Reglas de Brasilia, establecen que: “Puede constituir una causa de vul-
nerabilidad la pertenencia de una persona a una minoría nacional o
étnica, religiosa y lingüística, debiéndose respetar su dignidad cuando
tenga contacto con el sistema de justicia”.48
[81]
Capítulo 5
Introducción
[83]
La trata de personas es una conducta que ha sido considerada por los
Estados que forman parte de las Naciones Unidas como una forma gra-
ve en la que se manifiesta la violación a derechos fundamentales de los
seres humanos, y consecuentemente a bienes jurídicos de gran valor. En
la República Dominicana, estas conductas han sido tipificadas y califica-
das como crímenes, ya que las mismas son consideradas por el legislador
como acciones altamente lesivas.
En esta parte del Manual sobre el delito de trata de personas en la
República Dominicana se aborda la parte penal especial del tipo, pre-
tendiendo describir de manera detallada el alcance de las conductas que
plantea la ley, su diferencia con el tráfico de migrantes y lo establecido
por la ley vigente en la materia sobre las formas de intervención en el de-
lito y las consecuencias jurídicas que conlleva, entre otros temas de vital
importancia para la su compresión y correcta adecuación.
OBJETIVO GENERAL
[84]
colo de Palermo sobre Trata, citado con anterioridad, pero de manera más
garantista pues extiende la prohibición de exoneración de responsabilidad
penal por el consentimiento de la víctima, aún cuando ella sea mayor de
edad (en el protocolo solo se prevé tal exoneración cuando la víctima es
menor de edad). Dicho artículo describe básicamente lo siguiente:
Unas acciones o verbos rectores consistentes en Captar, Transportar,
trasladar, Acoger o Recibir.
Unos medios: Amenaza, Fuerza, Coacción, Rapto, Fraude, Engaño,
Abuso de Poder, Aprovechamiento de Situaciones de Vulnerabilidad o
Pagos para obtener el consentimiento de personas que tengan autoridad
sobre otras.
Unos fines: el ejercicio de la mendicidad, la Explotación Sexual ajena,
la Pornografía, el Trabajo o Servicios Forzados, la Servidumbre por Deu-
das, el Matrimonio Servil, la Adopción Irregular, la Esclavitud o prácticas
análogas, la Servidumbre o la Extracción de órganos.
Una previsión, la cual es que el consentimiento de la víctima no ex-
cluye la responsabilidad penal del agente en ningún caso.
La pena: Prisión (15 a 20 años) y Multa (1 a 75 salarios mínimos).
Las agravantes, si se produce la muerte de la víctima; o si sufre daño
físico o psíquico temporal o permanente; si el agente es funcionario pú-
blico; o si se trata de un grupo delictivo que pueda definirse como crimen
organizado nacional o transnacional; si hay pluralidad de agraviados; o si
padecen de inmadurez psicológica, trastorno mental, enajenación men-
tal temporal o permanente, o sean menores de 18 años; si hay parentesco
con la víctima o es cónyuge o conviviente; reincidencia; si hay falsedad
de documentos.
El bien jurídico tutelado se contrae a la dignidad de la persona, la
libertad, la integridad personal, la vida, el libre desarrollo de la persona-
lidad y la autonomía.
Los autores responsables pueden ser las personas individualmente
consideradas o los integrantes de organizaciones criminales y las perso-
nas morales.
[85]
Verbos Medios Fines Agravantes
5.1.2. La conducta
La conducta descrita por la ley penal se encuentra comprendida en los
cinco verbos típicos enunciados, que se presentan de manera alternati-
va, es decir que no se requiere la consumación o realización de los cinco,
pues basta con que se realice cualquiera de ellos. Captar para esclavizar,
por ejemplo, produce el injusto. O trasladar para explotar sexualmente a
la víctima, etc.
Captar, según el diccionario de la real Academia de la Lengua españo-
la significa atraer a alguien, ganar la voluntad o el afecto de alguien; to-
[86]
mar por la fuerza física o bajo amenazas de violencia; seducir, atraer con
promesas de oportunidades engañosas o falsas; reclutar. Como cuando A
le dice a B y C que en Holanda se gana un buen dinero como trabajadoras
domésticas en residencias de ancianos, a sabiendas de que no será así,
sino que las llevarán a prostituirse. Se utilizan medios de comunicación
como avisos en la prensa, internet, o a través de empresas de modelaje o
de agencias de viajes, etc.
Transportar y trasladar, según el mismo diccionario: llevar a al-
guien o algo de un lugar a otro, de manera irregular o lealmente; como
por ejemplo cuando A paga los pasajes de B y C para ser explotadas me-
diante trabajo forzado en otro país, o en otra región o ciudad en la que
residen. No debe olvidarse que el traslado puede ser traspasando las
fronteras, o dentro de un mismo territorio, es decir, la trata de personas
puede ser transnacional o interna, dentro del país.
Acoger es admitir en un lugar, como en su casa, local o compañía, a
alguien, o servir de refugio o albergue a alguien, o admitir, aceptar, aprobar
a una persona; a las víctimas generalmente se les priva de su libertad, se les
restringen sus movimientos o se les confina generalmente en un edificio,
hotel o un apartamento, u otros alojamientos en donde se les controla.
Ejemplo: A admite en su casa a niños que son llevados a mendigar.
Receptar es recibir, acoger, ocultar o encubrir a la víctima, cual si
fuera una mercancía. Ejemplo, se recibe a la víctima en un puerto o en un
aeropuerto; o si la víctima va de tránsito, de manera temporal se le oculta
o encubre, mientras llega al destino en donde será explotada.
[87]
no exime de responsabilidad penal al agente: “aún con el consentimiento
de la persona víctima”.
La violencia que puede ser física, como propinar golpes o lesiones
para doblegar el consentimiento de la víctima o el rapto o arrebatamien-
to por la fuerza de una persona; síquica, como las amenazas de produ-
cirle algún mal a ella o a terceras personas, o la coacción; o farmacológi-
ca cuando se utiliza sustancias sicotrópicas o fármaco dependientes para
doblegar la voluntad de las víctimas.
El engaño mediante el cual se induce en error a otra persona, como el frau-
de o la maniobra dolosa, contraria a la verdad, a la cual se le lleva a la víctima.
Se presenta comúnmente mediante ofertas de trabajo, propuestas de matri-
monio o noviazgo, o de una mejor calidad de vida. El fraude alude a violación
de la ley como la falsedad de documentos de inmigración o de documentos de
identidad para hacer parecer a los menores de edad como mayores, entre otras.
El abuso de circunstancias de inferioridad o subordinación se
presenta por el aprovechamiento de situaciones en las que la víctima
está en extrema necesidad o indefensa y por ende es vulnerable a que
abusen de ella, la comercien o la traten o, respecto de menores de edad
sometidos a la autoridad de una persona a quien le pagan para que dé
su consentimiento sobre su explotación (padres, tutores, etc.). El abuso
también se puede presentar por el poder o autoridad que se ejerce sobre
la víctima, como por ejemplo los patrones respecto de sus trabajadores o
los superiores jerárquicos respecto de sus subordinados.
[88]
Ejemplo, llevar a alguien a ejercer la mendicidad en las intersecciones
de las avenidas de una ciudad; o explotarlo sexualmente en la prostitu-
ción, o en pornografía, es decir, en el ejercicio de la representación a tra-
vés de algún medio de actividades sexuales, reales o simuladas, o de los
genitales de personas; o al servicio de trabajo forzados, la servidumbre
por deuda; el matrimonio servil, que consiste en la institución o práctica
en virtud de la cual una persona, sin que le asista el derecho a oponerse,
es prometida o dada en matrimonio a cambio de una contrapartida en
dinero o en especie entregadas a sus padres, tutores, familia o a cual-
quier otra persona, o cuando el marido de una mujer o la familia tiene
el derecho de cederla a un tercero a título oneroso o cuando a la muerte
del marido, la mujer es trasferida por herencia. Así también, la adopción
irregular o la obtención de la autoridad parental y la guarda de un menor
de edad de manera ilícita, con fines de explotación.
[89]
el primer evento el bien jurídico ha sido lesionado, en tanto que en el
segundo hay solo una puesta en peligro del mismo, lo que contradice
principios como el de proporcionalidad de las penas.
Para poder comprender el alcance de la tentativa en este tipo de deli-
to, se hace necesaria la remisión a lo establecido en los artículos 2 y 3 del
código penal dominicano: “Toda tentativa de crimen podrá ser considerada
como el mismo crimen, cuando se manifieste con un principio de ejecución,
o cuando el culpable, a pesar de haber hecho cuanto estaba de su parte para
consumarlo, no logra su propósito por causas independientes de su voluntad,
quedando estas circunstancias sujetas a la apreciación de los jueces.”50
En este artículo se establece una diferencia entre lo que se entiende
por tentativa inacabada, en la cual se manifiesta el principio de ejecu-
ción, y la acabada, cuando el sujeto activo realiza todo lo que debió de
hacer para lograr su consumación y no se produce por causas ajenas a su
voluntad. Sin embargo, en esta disposición del código penal dominicano
no se establecen criterios objetivos para la determinación de la punición
que merecen, criterios estos que el juez podrá encontrar en el artículo
339 del código procesal penal dominicano.
[90]
en su camioneta, los traslada a las intersecciones para que mendiguen y
luego de varias horas, él mismo los recoge nuevamente y toma el dinero
en su provecho, luego abandona los niños, o los encierra en algún lugar.
En este caso, X es autor directo individual de trata de personas, el único
individuo que interviene en la realización de la conducta típica que pro-
duce la lesión de los bienes jurídicos protegidos.
En el caso de la coautoría existe una repartición de las labores o tareas
a realizar para la ejecución del delito, de tal manera que cada acción re-
sulta indispensable para la producción del hecho. Contrario a la relación
que puede darse entre autor y partícipe, donde hay una colaboración por
parte de este último que no necesariamente determina o es imprescin-
dible para la realización del delito. Un ejemplo común de coautoría en
materia de trata de personas, sería el de tres individuos A, B y C, quienes
en común acuerdo se distribuyen las acciones de captar (A), transportar
(B) y receptar (C) mujeres que creen que van a otro Estado para hacer
trabajos domésticos, y terminan siendo explotadas sexualmente por par-
te de estos individuos quienes le mantienen amenazadas de muerte y a
quienes deben entregar todo el dinero que producen prostituyéndose. Si
analizamos este hecho podemos notar que tanto A, B y C llevaron a cabo
conductas que fueron totalmente necesarias para que finalmente se pro-
dujera la explotación de las víctimas; sin la captación no hubiera existido
el transporte y sin este la receptación, consecuentemente no se hubiera
consumado la explotación de las víctimas.
En el caso de la autoría mediata existe la particularidad de que la perso-
na que se encuentra en dominio del hecho utiliza a otra como instrumen-
to para la realización de la conducta típica, sin embargo, quien realmente
está en control de la acción que se exterioriza es éste primer individuo. Un
ejemplo de este tipo de autoría lo puede ser cuando A capta personas para
que sean objeto de explotación, sin embargo B las transporta a otro lugar
de destino sin saber que dichas personas serán explotadas, ya que solo le
contrataron como transportista. En este caso la instrumentalización de
que ha sido objeto B tiene que ver con el dominio de las acciones de captar
y transportar que tiene A sobre las personas que son el sujeto pasivo.
[91]
En cuanto a la participación, está expresamente regulada en los artí-
culos 59, 60, 61 y 62 del Código Penal. La complicidad, por su parte, eng-
loba todas las formas de participación como la inducción. La ley No.137-
03 plantea una equiparación de la sanción penal entre las personas que
sean cómplices de trata de personas lo que genera la misma discusión
planteada en la tentativa, sobre el tema de proporcionalidad de las penas.
51 Art. 1, literal i, de la ley 137-03 sobre tráfico ilícito de migrantes y trata de personas.
[92]
por cuenta y en beneficio de tales personas jurídicas, con una, varias o todas
las penas siguientes:
a) Multa del quíntuplo de la prevista para las personas físicas;
b) La disolución, cuando la infracción se trate de un hecho incrimina-
do de conformidad con la presente ley, como crimen o delito im-
putado a las personas físicas, con una pena privativa de libertad
superior a cinco años;
c) La prohibición, a título definitivo o por un período no mayor de
cinco años, de ejercer, directa o indirectamente, una o varias acti-
vidades profesionales o sociales;
e) La sujeción a la vigilancia judicial por un período no mayor de cin-
co años;
f) La clausura definitiva o por un período no mayor de cinco años, de
uno o varios de los establecimientos principales, sedes, sucursales,
agencias y locales de la empresa que han servido para la comisión
de los hechos incriminados;
g) La exclusión de participar en los concursos públicos, a título defi-
nitivo o por un período no mayor de cinco años, ni en actividades
destinadas a la captación de valores provenientes del ahorro públi-
co o privado;
h) La prohibición, por un período no mayor de cinco años, de emitir
efectos de comercio: cheques, letras de cambio, pagarés, excepto
aquellos que permiten el retiro de fondos en los que el librador es
el beneficiario de los mismo, o aquellos que son certificados; o de
utilizar tarjetas de créditos;
i) La confiscación de la cosa que ha servido o estaba destinada a co-
meter la infracción o de la cosa que es su producto;
j) La publicación de la sentencia pronunciada o la difusión de ésta,
sea por la prensa escrita o por otro medio de comunicación, audio-
visual, radiofónico, electrónico y/o cualquier otro medio que pu-
diere presentarse.
[93]
Párrafo I.- La responsabilidad penal de las personas morales no excluye la
de cualquier persona física autor o cómplice de los mismos hechos.
Párrafo II.- Las penas enumeradas en los incisos de la a) a la i) del presente
artículo se aplicarán a las personas morales de derecho público, a los partidos,
movimientos o agrupaciones políticas, a los sindicatos o asociaciones profesio-
nales conocidas como tales en virtud de la ley.” 52
Como se observa, las sanciones previstas van dirigidas a afectar
de manera principal la libertad de empresa y el patrimonio de las
personas jurídicas que de alguna manera se vieran involucradas de
manera independiente o con otras personas en actividades crimina-
les de trata.
Esto plantea una discusión dogmática importante que no tocaremos
en este manual, ya que en el derecho penal existen principios estable-
cidos como lo es, por ejemplo, el de culpabilidad, el cual entre otras
cosas plantea que solo se puede perseguir penalmente a una persona
por su hecho no por el de otro, surgiendo interrogantes como: si quien
responde penalmente es la persona física que dirige o tiene alguna fun-
ción de dirección en la jurídica, ya que esta última es una ficción, es
decir, algo inmaterial, o si ciertamente le es imputable un hecho a una
persona moral independientemente de las acción que realiza la persona
física.
Las circunstancias agravantes de la Trata de personas se encuentran
plasmadas en el artículo 7 de la ley 137-03, donde nos encontramos si-
tuaciones como la producción de la muerte de la víctima, o el sufrimiento
de daño físico o psíquico temporal o permanente, si el agente es funcio-
nario público, si se trata de un grupo delictivo de crimen organizado
nacional o transnacional, si hay pluralidad de agraviados, si las víctimas
padecen de inmadurez psicológica, trastorno mental, enajenación men-
tal temporal o permanente, o si estas son menores de 18 años, si existe
parentesco con la víctima o es cónyuge o conviviente, si hay reincidencia,
y finalmente, si hay falsedad de documentos en la comisión del hecho
[94]
principal. La consecuencia que acarrea esta agravación de la pena en el
crimen de Trata de personas es la elevación de cinco años en adición a la
pena principal prevista para el tipo penal.
Finalmente, la ley 137-03 ha establecido lo que pudiéramos mal lla-
mar una circunstancia eximente de persecución penal y por ende de la
pena, que a nuestro juicio es una contradicción grave o un error material
(art. 8): “Art. 8.- Si la víctima o persona objeto del tráfico ilícito de migrantes
o trata de personas, colabora o proporciona la identidad de manera cierta de
los organizadores de dicha actividad o aporta datos para captura, por orden
motivada del Ministerio Público, puede ser excluido de la persecución de la
acción penal.”53
Según este texto legal el legislador se refiere a la víctima, quien nun-
ca puede tener responsabilidad penal en relación al hecho punible, es
decir, no es el sujeto activo que realiza la conducta descrita en la ley
penal, por lo que en materia de trata no es racional la aplicación de esta
disposición legal.
Otra cosa puede ser en materia de tráfico ilícito de migrantes. Cabe
acotar que en esta materia la persona que está siendo objeto de tráfi-
co ilícito no es una víctima respecto de su traficante, pues la víctima
real es el Estado al cual se le trafica de manera irregular. Por ejemplo,
una persona puede usar, a sabiendas de que es falso, un pasaporte
visado para lograr penetrar a un territorio X, y esta documentación
puede haberla comprado a una persona que se dedica al tráfico ilícito
de migrantes, entonces, la persona objeto de tráfico que está hacien-
do uso de un documento falso no es un traficante, pero si está come-
tiendo otro delito como lo es el uso de pasaporte falso. En el anterior
supuesto pudiera aplicar esta disposición legal respecto de la persona
objeto de tráfico, con un fin de persecución penal estratégica, en el
sentido de que pudiera ser favorecido con la exclusión de la persecu-
ción penal por su colaboración para lograr procesar a personas con
mayores niveles de responsabilidad penal.
53 Art. 8 Ibídem.
[95]
5.5. Diferencias entre la trata de personas
y el tráfico ilícito de migrantes
Conforme a las definiciones legales que plantea la ley 137-03 de los
delitos de trata de personas y tráfico ilícito de migrantes, las mismas
se diferencian principalmente en cuatro aspectos básicos: el consenti-
miento, la explotación, la transnacionalidad y los derechos vulne-
rados o bienes jurídicos protegidos.
En el caso de la Trata de personas el consentimiento por parte de la
persona víctima no es válido, ya que generalmente las víctimas no han
consentido de manera libre, o en caso contrario generalmente se encuen-
tra viciado por engaños, amenazas, coacción, situación de vulnerabili-
dad, etc., que le hacen permanecer bajo la explotación de su tratante. Sin
embargo, en los casos de tráfico ilícito de migrantes las personas objeto
del tráfico consienten de manera libre y voluntaria para realizar el movi-
miento o la acción, sin tomar en cuenta los riegos a los que se exponen y
a sabiendas de que realizan una conducta irregular.
El objetivo fundamental de la Trata de personas es la explotación
del ser humano que es víctima, con fines de lucro. El sujeto pasivo de la
infracción es sometido de manera física y psíquica a situaciones simila-
res a la esclavitud, que lesionan gravemente derechos fundamentales de
manera prolongada en el tiempo. En cambio, en el tráfico de migrantes,
el delito termina con la llegada de las personas a su destino final, ya que
el fin de esta acción es lograr ingresar otro territorio, terminando conse-
cuentemente el vínculo entre el traficante y el migrante.
La transnacionalidad es otra de las características que les diferen-
cian, puesto que el tráfico ilícito de migrantes será siempre transnacio-
nal, en razón de que se produce de un Estado a otro u otros. Pero en
el caso de la Trata de personas no es necesariamente así, pues existen
casos de trata donde no se produce el paso ilícito de una persona de un
territorio a otro, sino que el hecho punible se lleva a cabo dentro de un
mismo país, región o localidad, es decir, puede haber captación, traslado,
acogida o recepción de personas con fines de explotación a lo interno de
un Estado.
[96]
Por último, en el caso del crimen de Trata los derechos vulnerados o
bienes jurídicos lesionados son derechos de la persona, como la digni-
dad, integridad personal, libertad, etc., en cambio en el tráfico ilícito de
migrantes se afectan derechos que pertenecen a los Estados, como lo es
la soberanía, que le permite decidir quién entra y cómo a su territorio.
[97]
Capítulo 6
Introducción
[99]
lares que generalmente son indispensables para obtener resultados sa-
tisfactorios en la investigación de las actividades del crimen organizado.
OBJETIVO GENERAL
[100]
requiere una planeación minuciosa de las actividades de policía e inves-
tigativas, que prevea una evaluación constante respecto de los riesgos
e intereses particulares de la víctima, sus necesidades de protección y
asistencia especializada, así como de la versatilidad de la criminalidad
organizada.
Proponemos un modelo que cubra estas variables, con enfoque dife-
rencial de derechos humanos, con perspectiva de género y teniendo en
cuenta el interés superior de los niños, niñas y adolescentes.
En primer lugar, se debe conformar un grupo de investigadores en-
trenados y sensibles al drama de la Trata de Personas, que conozca y use
enfoques diferenciados de derechos humanos, perspectiva de género y
prevalencia de los derechos de los menores de edad, que adelante las ac-
tividades de investigación cuando la Trata traspase fronteras, y que guíe
y adiestre a los grupos de policía investigativa en las regiones para los
casos de Trata interna o dentro del país.
Es indispensable tener presente que la investigación de Trata de
Personas casi nunca empieza con una denuncia formal. Se debe adop-
tar un tipo de Investigación menos reactiva y más pro activa que salga
a buscar los casos y no que espere denuncias que no harán víctimas
inermes y atemorizadas. En este sentido, resulta indispensable con-
tar con el apoyo del sistema consular dominicano en todos los países
en donde haya representación diplomática, con el fin de que estén
entrenados para identificar y acompañar a quienes estén siendo tra-
tados en los países en donde se encuentren representando al Estado
Dominicano.
Debe existir una matriz con los convenios de cooperación penal inter-
nacional y un directorio de instituciones homólogas de policías y fiscales,
para la obtención de pruebas en el extranjero y realización de operacio-
nes conjuntas.
Una de las acciones y decisiones que puede solicitar el fiscal al juez,
siempre que un caso de trata tenga características de criminalidad or-
ganizada, es su declaratoria de complejidad. Con esta salida procesal se
obtiene más tiempo en la fase preparatoria cuando se tiene un caso ju-
[101]
dicializado, la posibilidad de usar herramientas como el investigador o
agente bajo reservas y el criterio de oportunidad frente a imputados que
colaboren con la investigación54.
Pasamos a relacionar las actividades recomendables en toda investi-
gación exitosa de Trata de Personas:
54 “Cuando la tramitación sea compleja a causa de la pluralidad de hechos, del elevado número
de imputados o víctimas o por tratarse de casos de delincuencia organizada, a solicitud del
ministerio público titular, antes de la presentación de cualquier requerimiento conclusivo,
el juez puede autorizar, por resolución motivada, la aplicación de las normas especiales
previstas en este título. La decisión rendida es apelable”. Artículo 369 CPP.
[102]
de casos independientes, efectivos, confiables y confidenciales, que den
inicio y motoricen una investigación penal en esta materia como regla
y práctica esencial, logrando prescindir de la información que ofrece la
víctima como la de mayor importancia en la persecución penal.
Una vez llega al conocimiento de las autoridades competentes el he-
cho, comúnmente existen tres tipos de reacciones iniciales para fines de
investigación por parte de las autoridades:
a) Reactiva: Es el método más tradicional y reconocido para las in-
vestigaciones policiales y se basa en el testimonio de la víctima,
después se siguen los métodos comunes de investigación policial
de un crimen.
b) Disruptiva: Se basa en un informe de inteligencia que proviene de
una operación dirigida por la policía con el fin de prevenir o poner
fin a la acción, actividad o negocio ilícitos.
c) Pro-activa: Se basa en un informe de inteligencia que puede pro-
venir de cualquier fuente. Está dirigida por los servicios policiales y
conlleva un proceso de investigación que requiere técnicas especia-
les de investigación y no depende de un testimonio de la víctima.55
[103]
probatoria un juicio penal en contra de los implicados y la declaración de
culpabilidad como autores o partícipes de esta actividad criminal.
Estos tipos de reacciones para las investigaciones penales se relacio-
nan de manera directa con las formas en que inicialmente se conducen
las autoridades competentes una vez a ellos llega la noticia criminis, dí-
gase, policías y fiscales. Sin embargo, una vez realizadas las actuaciones
iniciales de protección de víctimas y testigos que amerite el caso y de-
pendiendo de las características particulares del hecho investigado, el
fiscal debe decidir cuál tipo de dirección funcional de la investigación
se amerita, a los fines de poder planificar e instruir debidamente a los
órganos operativos durante la investigación, generando las acciones que
permitan conseguir las evidencias y medios de prueba necesarios para
que se pueda probar la existencia o no de un hecho criminal configurado
como trata de personas y los responsables del mismo.
[104]
te si las circunstancias del caso así lo ameritan, para obtener un mejor
resultado. Para los casos de trata de personas, este tipo de modalidad
no es muy recomendable, puesto que el tipo penal es un tanto comple-
jo y generalmente se producen confusiones con otros tipos de delitos
conexos, lo que hace que para poder demostrar su configuración jurí-
dica, deba existir un vínculo más estrecho del fiscal con las diligencias
de investigación, que amerita de una intervención más cercana en el
caso. También se generan necesidades como la protección de víctimas
y testigos que deben ser abordadas por especialistas auxiliares de la
investigación.
Una segunda modalidad de dirección funcional de la investigación, la
tipo B, según el mismo autor precitado, sería aquella en la cual se aplica
un control más directo por parte del fiscal “atendiendo a los requerimientos
jurídicos propios del tipo penal, derivados de sus propios presupuestos, de la
jurisprudencia o de la doctrina, señala expresamente los objetivos probatorios
que deben alcanzarse en la investigación ya sea para acreditar el hecho o para
acreditar la autoría y la participación de los imputados.” 57
Una vez el fiscal ha determinado cuales son los objetivos probatorios
específicos del caso investigado, los investigadores según sus conoci-
mientos técnicos y experiencia, pueden establecer cuáles acciones o dili-
gencias investigativas en concreto son las más adecuadas para lograr las
metas planteadas por el fiscal. En los delitos de trata de personas esta
modalidad es recomendable, ya que son actividades y fenómenos delic-
tuales del crimen organizado, que ameritan de una reacción pronta y es-
tratégica por parte del investigador, pero que también es necesario tener
una idea clara de cuáles son las evidencias e informaciones necesarias
para alcanzar los objetivos probatorios previamente establecidos por el
fiscal, que persiguen articular una teoría del caso sólida. Esto implica
que debe existir comunicación permanente y reuniones periódicas entre
fiscales y policías con la finalidad de controlar la marcha del caso y tomar
medidas coordinadas.
[105]
Cuando el fiscal asume de manera absoluta la investigación, las accio-
nes y diligencias a realizar, nos encontramos frente a la modalidad tipo
C, ya que el fiscal de manera precisa señala cuál es la acción a realizar por
parte de los investigadores y cuál es el objetivo preciso que se busca con
ella. Según Chavarría, “esta modalidad puede obedecer a la falta de expe-
riencia o de conocimiento de los investigadores con los que trabaja el fiscal, a
la gravedad del hecho, a su repercusión pública o a otros criterios que la hagan
aconsejable.”58
Durante la investigación de un caso de trata de personas puede asu-
mirse este tipo de modalidad si la complejidad, el riesgo de víctimas y
testigos, y las necesidades así lo aconsejan, sin embargo, hay que to-
mar en cuenta que asumir de manera absoluta la investigación implica
que el fiscal se vea en la necesidad de concentrar la mayor parte de su
tiempo en un solo caso, lo que puede traer consecuencias frente otras
investigaciones. Esta modalidad de dirección funcional es idónea para
aquellos casos de complejidad en los que se designa un fiscal en es-
pecífico, puesto que la envergadura del hecho implica un tratamiento
focalizado y especial.
Independientemente de las modalidades de dirección funcional asu-
midas, el Ministerio Público debe estar presente y dirigir las diligencias
en las cuales la ley le indica que debe asumir algún nivel de participación
o dirección.
La adecuada gestión de un caso de trata de personas es vital para
obtener resultados satisfactorios, ya que implica administrar los re-
cursos humanos y materiales con los que se cuenta para llevar a cabo
medidas de protección, realizar las indagaciones y diligencias propias
de este tipo de crimen. Una investigación mal dirigida o sin recursos
humanos y materiales disponibles siempre estará condenada al fra-
caso.
Para poder decidir sobre cuál modalidad de dirección funcional es más
adecuada para un caso, se hace necesario que inicialmente exista por par-
[106]
te del fiscal y los investigadores una planificación de la investigación. En
el caso de la trata de personas es de vital importancia que el plan de
investigación sea realizado inmediatamente después de haberse toma-
do conocimiento del hecho, en razón de que hay decisiones que tienen
que ver con la protección de derechos fundamentales de las víctimas y
testigos, que deben ser tomadas sin dilación, así como también acciones
tendentes a conservar y proteger las evidencias y los medios de prueba
existentes.
[107]
c) Diligencias a realizar y plazos. Los investigadores deben de dar
respuesta al fiscal sobre las diligencias en fechas previamente es-
tablecidas por ambos, así como también deberán informar de ma-
nera formal sobre las acciones llevadas a cabo y sus resultados. De
manera tal, que exista un registro sobre el avance del caso y orga-
nización para lograr el objetivo propuesto.
d) Evidencias adquiridas. Es importante identificar los elementos
probatorios con los cuales ya se cuenta durante la investigación, de
manera tal que las acciones de indagación no se concentren en ob-
jetivos que han sido alcanzados. Es necesario registrar los elemen-
tos del tipo de los que ya se ha logrado las evidencias necesarias, y
respecto de quién o quiénes.
f) Integración de los resultados. El fiscal y los investigadores de-
ben sostener, durante el desarrollo de la investigación y ejecución
del plan, reuniones periódicas donde se verifiquen los avances o
dificultades, y donde se analicen los resultados obtenidos. Una vez
se han logrado los objetivos planteados, se produce la integración
de toda la información adquirida durante la investigación, se re-
construye el hecho delictivo y se identifican los grados de partici-
pación del o los imputados. No siempre la investigación va a con-
cluir determinando la existencia de un delito, debemos recordar
que lo que se persigue durante este procedimiento preparatorio es
la búsqueda de la verdad, lo que nos indica que hay situaciones en
las que se llega a la conclusión de que no existe delito o no hay caso
penalmente relevante.
[108]
6.3.1. Investigadores bajo reserva o agentes encubiertos59
Es una técnica usada durante el procedimiento preparatorio donde
el juez a solicitud del Fiscal Titular, autoriza que uno o varios investiga-
dores realicen sus operaciones y actividades investigativas manteniendo
bajo reserva su identidad. La ley dominicana no ha establecido cuáles
son las acciones que puede llevar a cabo este investigador, ni límites o
prohibiciones de naturaleza operativa durante la investigación penal,
por lo que en nuestra opinión esta persona, quien no necesariamente de-
berá ser policía o empleado estatal, podrá realizar todo tipo de actos que
no se aparten de la legalidad o que constituyan delito, por el principio de
que: “A nadie se le puede obligar a hacer lo que la ley no manda, ni impedírsele
lo que la ley no prohíbe”.60
El objetivo de este tipo de investigador o agente es “Infiltrar las orga-
nizaciones de delincuencia transnacional vinculadas a la trata de personas
con el fin de obtener información sobre su composición y estructura organi-
zativa, su modus operandi, miembros que la conforman y todo tipo de datos
que permitan identificar sus fortalezas y debilidades para generar operati-
vos policiales y judiciales para su desarticulación y posterior enjuiciamiento
criminal.” 61
Durante la realización de su actividad investigativa, podrá hacer actos
comunes del comercio, participar en reuniones, grabar conversaciones,
tomar imágenes, entre otras actuaciones, que servirán para poder sus-
tentar con suficiencia probatoria un caso contra los responsables del cri-
men y principales miembros de organizaciones criminales.
59 Código Procesal Penal Dominicano: “Artículo 372. Investigadores bajo reserva. El ministerio
público puede solicitar al juez que se autorice la reserva de identidad de uno o varios de sus
investigadores cuando ello sea manifiestamente útil para el desarrollo de la investigación. El
juez fija el plazo de la reserva de identidad. Este plazo sólo puede prorrogarse si se renuevan
los fundamentos de la solicitud. En ningún caso el plazo de reserva de identidad puede
superar los seis meses. Concluido el plazo, el ministerio público presenta al juez un informe
del resultado de estas investigaciones, revelando la identidad de los investigadores, quienes
pueden ser citados como testigos al juicio”.
61 UNODC (2009): Manual sobre la Investigación de Trata de Personas, Pág. 210. Retidado de:
http://www.unodc.org/documents/human-trafficking/AUTO_APRENDIZAJE.pdf
[109]
6.3.2. Utilización de informantes o fuentes
Una técnica que produce información para las autoridades que tienen
a su cargo las investigaciones penales, es aquella que consiste en captar
informes de organizaciones comunitarias o ciudadanos en particular,
quienes sin pertenecer a ninguna agencia investigativa estatal, brindan
datos de actividades criminales y de personas, las cuales son posterior-
mente verificadas con el objetivo de identificar lugares, objetos, perso-
nas y modos de operación de los tratantes, entre otras.
[110]
con los técnicos e investigadores. Si fruto de las interceptaciones se logra
arrestar a algún tratante, si se va a hacer uso de esta información, debe
realizarse una trascripción de las informaciones y datos obtenidos que
son útiles y relevantes para la investigación.
Los investigadores pueden identificar las personas vinculadas al hecho,
solicitando a la compañía prestadora del servicio telefónico que le provea la
lista de las llamadas entrantes, salientes, o mensajes de texto, de determi-
nado número telefónico, mediante lo que puede obtenerse nombres de sus-
criptores de los servicios, ubicaciones de líneas fijas o lugares de uso de un
móvil a través del análisis de las celdas, con la finalidad de extender la inves-
tigación o establecer los vínculos entre los imputados integrantes de la red
criminal. De igual forma, las informaciones obtenidas mediante este tipo de
técnica pueden ser objeto de pericias como análisis de voz, entre otros.
[111]
tos y evidencias que puedan contener información relevante para la in-
vestigación que se realiza.
Algunos establecimientos de naturaleza pública o abierta, pueden ser
utilizados para la explotación de personas víctimas de trata, como dis-
cotecas, centros de internet, bares, casas, empresas, entre otros. Para la
realización del registro o allanamiento de este tipo de lugares, las autori-
dades no necesitan autorización judicial64, ya que el ingreso a los mismos
procede sin orden del juez, sin embargo, es recomendable estar provisto
de una orden judicial de registro o allanamiento si no se cuenta con nive-
les de detalles de lo que existe dentro del local, en vista de que pudiesen
existir habitaciones u oficinas de carácter privado que pudieran generar
inconvenientes y discusiones técnico-jurídicas a nivel de las garantías
procesales, lo que es preferible evitar.
[112]
3. Se requiere al testigo la observación de los individuos que compo-
nen la rueda de personas a fin de que manifieste si reconoce o no
alguna persona como la que participó de los hechos que se encuen-
tran siendo investigados, y en caso positivo que señale las diferen-
cias que observa entre el estado de la persona al momento y el que
tenía cuando se cometió el hecho.
[113]
pañado de un equipo multidisciplinario según lo demande el caso particu-
lar, como lo son los médicos forenses, terapeutas y psicólogos, entre otros,
con el fin de que desde el principio del procedimiento preparatorio exista
un trato digno a la víctima respetando los derechos que posee.
Según la forma de explotación y las características de la persona que
es víctima se suscitan diversas necesidades al momento de una interven-
ción policial o judicial, un reconocimiento de personas, una entrevista,
una evaluación médica o psicológica, un interrogatorio, etc. Por ejemplo,
cuando tenemos casos de mendicidad por parte de tratantes que distri-
buyen menores de edad en diferentes lugares de una ciudad con fines de
explotación, al momento de rescatar los menores de edad, ya sea en el
lugar del hecho o donde le dan acogida, no debe hacerse con técnicas po-
liciales comúnmente usadas para los arrestos. Obviamente los métodos
de intervención a utilizar deben ser especializados y realizados por un
personal que tenga conocimiento o entrenamiento para el tratamiento
de menores de edad en esta situación, ya que posterior a la intervención
generalmente se necesita de una protección material que implica su tras-
lado y acogida en lugares creados para estos fines por las autoridades
correspondientes, como lo son los Hogares de Paso con los cuales cuenta
el Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia (CONANI).
Todo esto debe ser contemplado al momento de la planificación de
la investigación, para que las acciones concretas a realizar se produzcan
de la manera que afecte lo menor posible los derechos de las personas,
tratando de no someterlas a una victimización secundaria y logrando los
objetivos probatorios propuestos con miras al proceso penal, de ahí la
importancia del plan previo a la actuación.
De igual manera, en los casos de explotación sexual, ya sea por prosti-
tución ajena, pornografía u otra de sus manifestaciones, las víctimas co-
múnmente son personas en situación de vulnerabilidad, principalmente
mujeres, niños, niñas y adolescentes, cuyas declaraciones testimoniales
ameritan de un abordaje multidisciplinario, puesto que en ocasiones
existen diversidad de formas de violencia ejercidas en su contra que les
impide manifestar libremente su situación.
[114]
Los testimonios, tanto de víctimas como testigos menores de 18 años
de edad, se encuentran regulados por el artículo 282 de la ley 136-03
o Código para el Sistema de Protección y los Derechos Fundamentales
de Niños, Niñas y Adolescentes, por los artículos 202 y 327 del Código
Procesal Penal, y por las resoluciones Nos. 3687-2007 y 116-2010, con
su protocolo de aplicación, dictados por la Suprema Corte de Justicia do-
minicana.
Para que estas declaraciones testimoniales de menores de edad sean
válidas como medio de prueba en un juicio penal deberán ser recogidas
observando las reglas establecidas para el anticipo de prueba planteadas
por los artículos 287 y 288 del Código Procesal Penal, así como también
las establecidas en las resoluciones anteriormente citadas y su protoco-
lo de aplicación, ambas dictadas por la Suprema Corte de Justicia. De
acuerdo a estas normas existen tres formas para la obtención de estas
declaraciones:
1. “Comisión rogatoria: solicitud hecha por un tribunal penal ordi-
nario a un juez de Niños, Niñas y Adolescentes, a fin de que se
realice el interrogatorio a una persona menor de edad en relación a
un caso que está conociendo.” 66
2. “Circuito cerrado de televisión: espacio destinado para que pro-
fesionales de la psicología realicen entrevistas evidenciales a per-
sonas en condición de vulnerabilidad, víctimas o testigos de delitos
penales, conformado básicamente por tres áreas principales, sala
de entrevista, sala de observación y sala de equipos, intercomuni-
cadas, que permite que la entrevista puede ser vista y escuchada en
el momento en que se realiza a través de pantalla televisiva y ser
grabada en formato audiovisual.” 67
3. “Cámara Gessel: espacio destinado a que profesionales de la psico-
logía realicen entrevistas evidenciales a personas en condición de
67 Pág. 2 del Protocolo para la aplicación de las entrevistas para personas en condición de
vulnerabilidad, dictado por la SCJ.
[115]
vulnerabilidad, víctimas o testigos de delitos, conformado por dos
áreas principales, sala de entrevista y sala de observación, separa-
das por un vidrio unidireccional e intercomunicadas, que permite
observar y escuchar la entrevista mientras se está realizando.” 68
68 Ibidem.
[116]
En adición a esta disposición legal, y de igual forma que a los me-
nores de 18 años de edad, a las personas mayores de edad en estado
de vulnerabilidad le son aplicables las reglas y los procedimientos que
estableció la Suprema Corte de Justicia en la resolución No.116-2010
y su protocolo de aplicación. La misma establece: “Objeto: Reglamenta
el procedimiento para la obtención de las declaraciones de personas en con-
dición de vulnerabilidad, víctimas o testigos, en los Centros de Entrevistas,
según Protocolo que se anexa a la presente resolución, formando parte inte-
gral de la misma;” 70
El anticipo de prueba consiste en recibir la prueba en un momento
procesal previo al que debe producirse, en la “fase de juicio”, pues en mu-
chos casos las víctimas o testigos no podrán o no deberán (ej. menores de
edad) estar presentes durante los actos del proceso o en el escenario del
juicio, ya sea porque han sido repatriadas, son menores de edad, tienen
alguna discapacidad física, mental o sensorial, por alguna enfermedad,
entre otros.
Esta figura jurídica ha sido contemplada por parte del legislador en
dos supuestos, cuando:
1. “Se trate de un peritaje que por sus características no permita que se
realice posteriormente un nuevo examen”.
2. “Es necesaria la declaración de un testigo que, por algún obstáculo difícil
de superar, se presuma que no podrá hacerse durante el juicio o, cuando por la
complejidad del asunto, exista probabilidad de que el testigo olvide circuns-
tancias esenciales sobre lo que conoce.” 71
[117]
citaciones previstas y, de ser necesario, designa un defensor público para que
participe en el acto. Cuando se ha procedido por urgencia, después de practica-
do el acto, debe ser puesto en conocimiento de las partes, si las hay”72.
Se trata de una medida excepcional que no puede ser aplicada a menos
que existan situaciones que la justifiquen, como pudiera ser el hecho de
que una persona víctima o testigo de un hecho se encuentre en riesgo de
muerte y sea necesaria su declaración.
[118]
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