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Alción Editora

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Juan Carlos Maldonado
Alicia Kozameh

OrRBNoe
de propia piel

@ Alción Editorq 2004


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nos pueda, ¿no?, dar alguna pista.


Porque resulta que a veces parece sencillo. pero no. A
quién se le ocurre que sea tan fácil entender las razones,
las verdaderas, últimas razones que pueda tener el aire
para cambiar violentamente su naturaleza. O su conducta.
ULTMo MENSAJE
O la forma de expresar sus odios. eue de pronto una brisa
respirable y serena se convierta en un simún. En un tor-
nado. No. No se entiende. Hay vientos malignos, desola-
A Ángela Basordi de Fernández,
dores, aunque de una horizontalidad casi familiar. pero por los últimos tre¡nta años.
que sin aviso previo decidan volverse verticales, y girar Y por la ínevitable libertad.
como locos, y convertir la existencia de todos en este
inmenso honor, no. No hay manera de entenderlo. Así
que habrá que investigar. Entender el porqué de cada Rosario, Alcaidía de Mujeres,
movimiento. Por qué. Por qué Silvia. Juan. por qué Ceci_ Sótano de la Jefatura de Policía
lia. Gonzalo. Sonia y el marido. Femanda. Luciano. 25 de marzo de 1976
Rubén. Estrella. Ricardo. Marcela y los tres hijos. Lilia-
na. Mónica. Matilde. Jimena. Susana embarazada. Estela. Mi querida Gorda: esta carta no va a tener puntos y
Averiguar. Hasta saberlo todo. Hasta que no quede una aparte: tengo que aprovechar hasta el último milímetro de
sola respuesta enganchada entre un giro y el otro de los papel. Hemos tenido que repartimos entre las treinta las
que suelen dar los grandes vientos. Hasta que la Historia pocas hojitas que veníamos guardando tacañamente para
se desenrede de los sombríos ropajes. Se desnude, se cuando llegara este momento, para poder avisarles que
quede sin corpiño y sin bombacha ante nosotros. y se ésta es nuestra última comunicación, quién sabe hasta
abra. Hasta que nos revele la textura de sus interiores. cuándo. Son las tres de la tarde. Acaba de irse del
Hasta que decida hablar Vociferar. Hasta que articule, pabellón la jefa de celadoras. Nunca había entrado antes.
tome- exprima..hasta que ejerza la palabra. Esta vez decidió enfrentamos, enfrentar nuestros ojos
Porque tan ieroces- pueden ser. Feroces, Ios vienlos. interpeladores y redondos como los platos de metal en los
Las sombras. que nos sirven la (que, eufemísticamente, llamamos)
comida para ponemos de cara a la nueva realidad. Lo que
Los Ángeles, noviembre de 1999 sabíamos que en cualquier momento sucedería acaba de
semos anunciado: se terminó todo tipo de comunicación
con el exterior. A partir de hoy quedan suprimidos: paque-
tes de comida que nos traían los maftes; visitas (todas:
semanales y mensuales); entrada, tenencia y salida de car-
tas; entrada, tenencia y salida de libros. Lo único que las
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autoridades de la Jefatura de Policía van a permitir que


nuestras familias, que esperan ansiosas nuestra libertad,
ustedes les entreguen para nosotras (y no sabemos hasta
sobre todo porque hay que contar con el hecho de que
cuándo, y bajo estricta previa requisa) es un paquete men-
tanto la falta de información como la desinformación son
sual con artículos de primera necesidad como papel higié-
elementos que van a estarjugando siempre en contra. Por
nico, que tienen que traer ya cortado en pedazos para faci-
eso, Gorda, con el profundo cariño de que somos capaces
Iitar la requisa; algodón para la menstruación (no toallas
vamos a tener que hacer, todos, un gran esfuerzo. Uste-
higiénicas ni tampones), dentífiico (tienen que traer el
des, que se debaten en la incertidumbre y en tratar de ima-
tubo, pero además una bolsita de polietileno, transparen- ginar los detalles de nuestras vidas, de las sesenta amon-
te, en la que los celadores van a vaciar todo el contenido),
tonadas en los dos pabellones de este sótano, que todos
tabaco suelto y papel para armar y, si la encuentran, una
los días se despiertan, si es que habían logrado dormirse,
banderita de liar. No traigan cigarrillos en atados porque
con el estómago cerrado por el miedo y la ansiedad por lo
quedaron totalmente prohibidos. Pueden traer un pan de
que nos pueda pasar, VAN A TENER que encontrar una
jabón para lavar la ropa, que va a ser el mismo que vamos
coartada para evitar el doloE la impaciencia. Todos vamos
a usar para bañamos. No más lápices, biromes, ropa, toa-
a tener que ser excepcionalmente valientes y fuertes y
llas, papel de carta, frazadas. Gorda querida, perdoname
confiar en que la Justicia, así, con mayúscula, va a llegar,
que cada vez achique más la letra pero, además de comu-
porque es inevitable. Ninguna de nosotras ha hecho nada
nicarte el aspecto complicado de este momento que vivi-
de lo que tenga que arrepentirse. De manera que, bueno,
mos, quiero tratar de transmitirte algo de lo que pasa por
tarde o temprano, las cosas tomarán una dirección dife-
mi mente en estos tiempos, y necesito que me alcance el rente. No quiero ponerme pesada ni reiterativa. Yo no
papel. Nos han dicho, al autorizarnos que escribamos esta
tengo hijos, todaví4 pero aquí hay chicas que tienen más
carta, que tenemos prohibido ponernos "poéticas" en el
de los 23 años que yo acabo de cumplir, y sí tienen hijos.
estilo. Creo que la celadora quiso decir herméticas, por- Y hay señoras de más de 60, con hijos, nietos. También
que aclaró que el requisito indispensable para que esto les
está la Piri, que no cumplió los 15. Como yo hay otras a
llegue a ustedes es que los celadores de Ia sección Censu- las que el Juez les ha dado el sobreseimiento por falta de
ra puedan entender lo que decimos, y también lo que real-
pruebas en su contra, que debieran estar libres. Pero [a
mente intentamos decir (dijo), desde la primera hasta la vigencia del decreto del Poder Ejecutivo Nacional bajo el
última palabra. Así que voy a procurar ser directa, ya que cual nos mantienen aquí (número 20.840, por eso del
no me resulta simple saltar por sobre mi propia naturale- estado de sitio) se va a extender en el tiempo. Y no sabe-
za divagadora: a ver qué logro. Es obvio que éste no es un
mos cu¡ínto. Gorda, esto que estamos atravesando no es
momento fácil para nosotros, las encerradas aquí y los y una pesadilla. Es mucho peor que eso: es la más grosera
las que estiín en otras c¿írceles del país, ni para muchos realidad. Nosotras estamos aquí abajo en las condiciones
que están en libertad pero cuyos destinos son, desde más precarias imaginables, pero intelectualmente tene-
ahora, inciedos. Tampoco es ni va a ser sencillo para mos claro qué pasó, qué sigue pasando y qué nos espera.
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Necesitamos comprenderlo para orgarrizar nuestras emo-


fortaleza mental, que sean fuertes, les pedimos, fuertes,
ciones, de tal manera que Ios esfuerzos que hagamos para
porque desde acá los necesitamos así, resistentes, sin
resistir las distintas formas de la represión resulten efecti-
ceder espacio a la dud4 al dolor. Alegres, queremos que
vos. Este estado de cosas va a durar años. Hay que prepa-
mantengan la alegría, la que siempre nos caracterizó, y tu
rarse para los tiempos que vienen. Pero nada que requie-
risa, Gorda, que me suena tanto en el recuerdo, y ya te
ra estrategias de sobrevivencia, nada que de verdad nece-
imagino leyendo eslo e inlenlar una sonrisa. mejor una
site de una maraña de procedimientos mentales en medio
carcajada de las tuyas, dale, Gorda, reíte, reíte como en el
de una situación totalmente nueva para todos, se garanti-
último Año Nuevo que pasamos.juntas, en tu casa, el del
za por sí mismo. Nosotras, desde este sótano, necesitamos
74 a1 75, quiero decir, cuando Luis decidió deleitamos a
de ustedes lo mismo que ustedes, desde afuera, necesitan
todos con ese tango que ladró encaramado a esa silla de
n
de nosotras: apoyo al-ectivo. que no necesariamente madera del siglo pasado que no dejó de amenazar con
depende de cartas o de visitas para que llegue al receptor.
descuajeringarse hasta que él la liberó de sus excedentes
La confianza mutua basta. El creer en el otro. Necesita-
de peso y de chifladura al final de su inefable actuación,
mos saber que van a ser fuertes, creativamente fuertes.
y vos a los gritos y llorando de la risa, ¿y con esto me
Poderosos. Poderosos para administrarle un ritmo conse-
casé?, ¿y con esto tuve hijos y nietos?, y Luis: Callate,
cuente al pulso (ay, me parece que se me fue la mano en
Angela, que no quiero recordarte en público lo bien que
el tono poético; espero que no sea un problema), para
supiste pasarla conmigo, y Eduardo y euique y Silvia,
imprimirle el suficiente ímpetu a la sangre que les llena
Callate, papá, callate que están los chicos, y los chicos,
las venas. Y determinación, que les permita estar atentos
Dale, abuela, contá cómo la pasabas de bien con el abue-
a nuestros movimientos, como por ejemplo traslados de
lo Luis. (Esto último no habrá sido demasiado poético,
una cárcel a otra, cambios de pabellones, de celdas, por-
que eso también es previsible a esta altura de las cosas (o ¿no? Bueno, en realidad depende, depende. y no es éste
el mejor momento para enredarse en disquisiciones acer-
imprevisible, lo cual puede resultar aún peor), y va a ser
ca de la naturaleza de lo poético, ni sus orígenes, ni de sus
vital que nuestras familias nos sigan los pasos. En cuanto
posibles consecuencias.) En fin, Gorda de mi amor, ya
oigan cualquier comentario sobre posible traslado, sobre
volverán esos tiempos, y si no ésos, otros, diferentes, o
cualquier cambio, no usen las energías para asustarse sino
quizá similares, o mejores. Por ahora démonos todos un
para averiguar de inmediato qué está pasando con noso-
buen baño de pegamento, de un pegamento bien pegajo-
tras. a dónde nos lleran. En fin. no es necesario que te
so, y cubrámonos con la belleza de los recuerdos, con la
insista. Con respecto a otras cosas que suceden en la Jefa-
alegría que nos pertenece, con el ingenio para sortear
tura no nos permiten decirles nada, y voy a seguir las
cualquier acecho de la tristeza, de Ia nostalgia. Man-
reglas para que esta carta te llegue sin obstáculos, pero
tengámonos muy cerca de lo que somos, Gorda, porque
quiero aclararte que nosotras, las que estamos en este
sólo siendo lo que somos, y no simulando ser otros,
sótano, por ahora estamos bien de salud. Gorda: firmeza.
vamos a llegar enteros al final de este trayecto. ya esta-
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mos donde estamos, y muy orgullosos de nosotros mis-


mos. Simular ser otros requiere enorrne energía, y mante-
ner la lucha por no convertirnos en lo que simulamos ser
insume mucha más energía. La línea puede llegar a ser tan
borrosa, en un momento (vos sabés que ciertas rutinas
dejan huellas), que quién sabe si alguna vez podamos
redescubrirla. Ése no es un riesgo que debamos estar dis-
puestos a correr. Así que riámonos, Gorda, no paremos
CÁncplps coMpLEMENTARTAS

nunca, no dejemos ni un minuto de reírnos. Celebremos


lo que amamos, lo que elegimos, lo que sentimos como
¿ nuestro en la fibra de los propios huesos. Y en esta orilli-
ta que me queda te pido que avises de estas últimas noti-
cias a mis padres. ¿Está bien? Yo te quiero, quiero a tu
hijo, quiero a Luis, y ustedes son mi familia. Me da pena
y rabia que éstas sean las últimas palabras, me da pena y
rabia estar dándoles esta mala noticia. No tengo más lugar
fisico para seguir. Todo lo que tengo en términos de lugar
es el espacio mental en el que me cabe una libertad abso-
lutamente inviolable, incontestable, y tan incorregible y
propia, que sólo el que está en condiciones de encierro
como éstas puede conocer. Los quiero, los quiero y los
quiero. Y pase lo que pase voy a mantenerlos en mi mente
hasta cuando sea que nos volvamos a ver. Confíen, por-
que nosotras confiamos, en que nos vamos a volver a ver.
Y desde ahora en adelante, minuto a minuto, Gorda, fes-
tejemos, sin interrupciones, sin nostalgias, sin miedos, ese
encuentro. Sara, tu Flaca.

Los Angeles, invierno 2003/2004

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