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Poesía del Alma

Celestina Verde Huerta


2013

“Nunca olvides el agua cristalina


Del dulce arroyo que calmó tu sed
Nunca olvides a tu tierra bendita
Que espera con ansias la vuelvas a ver”

PROLOGO
Tengo el enorme agrado de presentar esta obra cuya autora no solo es la
literata sino también el sublime ser que me dio la vida; Y si bien es cierto
su vida misma es una maravillosa obra ahora resaltare esta pequeña gran
obra familiar.

Esta miscelania de poesías puede llevarnos desde lo más común de


nuestra vida diaria (mi escuelita, tullpa) hasta lo más profundo del cosmos
(que es el amor?, en mi tumba) y en cada una de ellas encontramos
sensibilidad y pureza ( tristalgia, acuarela) una armonía del ser con su
entorno ( amor andino) y como nos imaginamos a veces en una dimensión
donde los sueños vuelven en palabras la realidad de nuestra existencia.

Algunas poesías hablan sobre la vida, el amor y el desamor que siente la


autora, sobre las ilusiones de la época colegial.

Es notable la sencillez con que se expresan acontecimientos complejos


que nos permiten a los lectores comprender sin mayores dificultades los
escritos. También están las estrofas con picardía que reflejan nuestras
vivencias.

Solo quiero que nosotros nos demos cuenta que no solo la literatura se
trata de leer libros, sino, también de leer el corazón de otras personas a
través de poemas como en este peculiar caso.

Confío en que este poemario pasará a ser una obra en nuestra biblioteca
familiar y un material que nos retrotraerá siempre en nuestros recuerdos
y en la vida misma.

Su primogénito con amor y siempre agradeciendo a Dios.

Hernan A. Solis Verde.

Escuelita

Recordando mi escuelita
De yeso y de tejas rojas
Con sauces y eucaliptos
Y de niños bulliciosos

Pantaloncitos parchados
Con llanques y morralito
La nariz con dos velitas
Y sus caritas pizpitas

El lápiz y el borrador
Lo Ataban a su cuellito
Y con su libro Coquito
Aprendían la lección

De los recreos felices


Con el trompo y la huaraca
De choloques y huairuros
Y pelotitas de trapo

De los fiambres maternos


Con quesito y su canchita
El shinti o el rocochito
Para llenar la pancita

Y al terminar las clases


Tareas para el otro día
Traqueteaban las carpetas
Con enorme algarabía.

Antes de la salida
Se hacía la formación
Con descanso y atención
Rompan filas promoción

Hoy que ha pasado el tiempo


Siento una gran emoción
Recordando la escuelita
Que llevo en mi corazón

Tristalgia
Noche de Luna llena
De nostálgicas tristezas
De añoranzas a mi Pueblo
Desde esta cruel lejanía

De los cafés matutinos


De las roscas y buñuelos
De los manteles bordados
Y de los días soleados

Del abuelo cascarrabias


De mi abuela maternal
De las tías celestinas
Y del chico de la esquina

De mi Gonzales Prada
De sus aulas bulliciosas
De los versos de Neruda
Y mi primer gran amor

Del melocotón del huerto


Del balcón del eucalipto
Del zaguán con su chirrido
Y la lluvia en el tejado

De las misas de domingo


De las mantillas de tul
De los dominus voviscum
Y los rosarios sin fin.

Son de mi Huari querido


Recuerdos de mi niñez
Que llevaré por doquier
Grabado en mi corazón

Acuarela

Deja que mi corazón


Se refresque con dulzura
Con el agua en que bebía
Del puquio mis recuerdos

Aquel querido terruño


Que amanece con neblina
Como vestida de tul
Con rocíos de cristal

De imponente cielo azul


Con nubes como algodón
De cerros verde alfombrados
En los que se refleja el sol

De acurrucadas casitas
Protegiéndose del frío
De caminos polvorientos
Y de destinos inciertos

De riachuelos cristalinos
Que discurren bulliciosos
Entre sauces y eucaliptos
Entre peñas y quebradas

Donde adornan los pastores


Con cantutas y retamas
Sus más bellas ilusiones
Y sus furtivos amores

Donde acuné mi infancia


Entre punas y oconales
Entre cantos y rondallas
Y sueños indescifrables

Permítanme sollozar
Con lágrimas de nostalgia
Para regar mis recuerdos
Humedeciendo mis versos
Trilla

La cosecha de trigo
No era una cosa sencilla
Tenían que separar
Los granos de la gavilla

Y se llamaba la trilla
Era un lugar circular
En la que los jumentos
Giran juntos sin cesar

Atados y en formación
Al mando de un capataz
Con gran sincronización
Pisan los granos de trigo

Y luego con sus horquetas


Sacudían hacia el viento
La paja que hay que guardar
Para hornear la calabaza

Luego los asistentes


Recogían con jolgorio
Los finos granos de trigo
En sacos para el molino

Al terminar la faena
Desfilaban como premio
Mote y picante de cuy
Y los cantaros de chicha

Esta es una tradición


Que recuerdo con cariño
Si la memoria me falla
Perdonen el desatino.
Amor andino

Las mujeres con corpiño


Y numerosas polleras
Zapatos de siete vidas
Y en el sombrero una flor

Los varones con poncho


Y pantalón de bayeta
Los llanques indispensables
Y el sombrero infaltable

Era en el mes de febrero


Época de carnavales
En la que se enamoraban
En medio de los trigales

Ellas cantando ARAWIS


Les daban su ubicación
Ellos las perseguían
Tumbándolas con pasión

Así fue que como jugando


Empezaban a engordar
Nada se saca llorando
¡Agárrate Catalina!

Y para pedir la mano


Eso es otro cantar
Amárrate los pantalones
¿O es que no tienes cojones?

Al suegro pa' convencer


Aguardiente has de ofrecer
Y pa’ la suegra coqueta
Un gran calzón de bayeta

El matrimonio se pacta
En la fiesta de noviembre
¡Un burro más pa’ la estaca!
Eso murmura la gente…
Sacamuelas
Aquí y en cualquier lugar
No hay nada más doloroso
Que una muela picada
Eso es lo más horroroso

Convocaban al dentista
Que atendía en la cantina
Y cobraba por consulta
Dos cuyes o una gallina

Amarraban al paciente
Para sacarle el diente
Y le daban de beber
Su botella de aguardiente

Si oponía resistencia
Haciendo gran pataleta
Le recetan de anestesia
Un puñetazo en la jeta

Como santa inquisición


Sostenían al paciente
Y el médico con su rodilla
Le apretaba la barbilla

Procede el gran cirujano


Con su tenaza en la mano
Y abajo el pobre paciente
Trata de zafarse en vano

A veces la cirugía
Tenía complicaciones
La muela que se extraía
No era la que debía

Por eso les recomiendo


Cuídense la dentadura
Si no hacen lo indicado
Al diablo verán calato
Tullpa

El humo de la cocina
Y el aroma de las hierbas
Son un buen indicador
Del despertar de mi pueblo

Atizan leña en la tullpa


Los cuyes cerca al fogón
Hay que soplar la candela
Cuiden al gato fisgón

Desfilan de desayuno
El cashqui con su muñá
La infaltable canchita.
Y un pocillo de cedrón

Y los mates rebosantes


con papas y oquita dulce
de los choclos ni hablar
Y el santo caldo señores

Así eran los desayunos


Que alimentó mi niñez
Los recuerdo con cariño
Y con nostalgia a la vez
Excursión 1
Cuando era un escolero
Esperábamos con anhelo
La excursión de mi colegio
Al de otro pueblo lejano

Mi madre me preparaba
Un buen fiambre de cuyes
Mi padre me aconsejaba
Y unas monedas me daba

Con las mochilas al hombro


Y en perfecta formación
Partíamos de mi pueblo
Henchidos de emoción

Por el camino sinuoso


Avanza la caravana
Con jolgorio y animosos
Cantando va la gallada

Antes de llegar al destino


Se forma con atención
Y una banda de guerra
Anuncia nuestra llegada

Los anfitriones de turno


Nos reciben con cariño
Y cada estudiante se lleva
A un hospedante a su casa

En la noche es la velada
En la cual se presentaban
Con alumnos y maestros
Escenas bien ensayadas

En poncheras gigantescas
Con huevos pisco y canela
Se baten con energía
El ponche para el coctel

A la mañana siguiente
Será la presentación
De nuestro equipo escolar
Tenemos que descansar.

Ante la emoción del pueblo


Que se congrega en la cancha
No cabía en las tribunas
Ni siquiera una aguja

Y del estadio señores


Debemos de mencionar
Había un declive normal
Que había que superar

Y no me quiero olvidar
De un pequeño detalle
No tiren hacia el barranco
Pa no perder la pelota

Algunos supersticiosos
Dizque para ganar
Al arco del visitante
Grillos hay que amarrar

Salen los dos equipos


Causando la algarabía
Y las barras que se agitan
Demostrando su alegría

Que no tienes suspensor?


Muslera ni canilleras?
Cuidado con las alforjas
Que se te pueden colgar
El arquero se vestía
De negro y con rodilleras
Cuatro backs en la defensa
Mediocampistas un par

En las puntas los laucheros


Los centrofowards son dos
Así era la formación
Para el partido en mención

La de cuero va a rodar
Y los chuzos de seis cocos
Amarrados por la panza
Empiezan a rechinar
Abrimos el marcador
Con un gol de media cancha
Y para compensar a la casa
El réferi cobra un penal

Nuestro arquero se prepara


Y el delantero dispara
Un balonazo a la luna
Que cae sobre la tuna

Y por falta de balón


Se suspende la función
Reclamos van por doquier
Y nadie quiere perder

Se impone la razón
Y una moneda al aire
Decide en aquel momento
Que somos los ganadores

Tres hurras con emoción


Gritamos con convicción
Nuestro colegio es campeón
Aquí terminó la excursión
Colegiales

En el colegio secundario
Usábamos a la sazón
Un recordado uniforme
Que se llamaba “comando”

Era beige y de tela drill


Con los botones marrones
Cristina sobre la frente
Y huachaquilla señores

Teníamos sobre los hombros


Como si fueran galones
Las tiras rojas del grado
En que se cursaba el año

Eran los cursos de antaño


Que nos quitaban el sueño
Las lecciones de gramática
Y la temible matemática

Instrucción Cívica dictaban


Para ser bien educado
Y la caligrafía Palmer
Para ser buen escribano

Aún se estaba pasando


Del uso para escribir
De la pluma y su tintero
Al buen lapicero Bic

Era el horario del día


De ocho a doce aeme
Y después del refrigerio
De dos a cinco peeme

Y a la hora de salida
Esperábamos en grupo
A las chicas del colegio
Que nos causaban embrujo
NUNCA OLVIDES

Nunca olvides… el pueblito en que naciste


Que arropó de bellos recuerdos tu niñez

Nunca olvides… el agua cristalina


Del dulce arroyo que calmo tu sed

Nunca olvides… el hermoso cielo azul


Que te iluminó por primera vez

Nunca olvides… el bello huerto florido


Que con su fragancia embriagó tu ser

Nunca olvides… las cumbres majestuosas


Que guardan en silencio tus andares

Nunca olvides… la casita de tejas añosas


Que un cálido día de mayo te vio nacer

Nunca olvides… las verdes campiñas


Y el riachuelo que refresco tu niñez

Nunca  olvides  a tu bendita tierra


Que espera con ansias… la vuelvas a ver

En mi Tumba
El día en que me entierren
En el viejo cementerio
Llévame una rosa roja
Y guárdame en tu memoria

Si no puedo escuchar tu voz


No importa… pues las avecillas
Me consolarán con sus trinos
Posadas sobre mi tumba

Si no puedo sentir tu calor


No importa… pues los rayos de sol
Me abrigaran hasta el ocaso
Las hojas caídas tapizarán mi tumba

Sé que me quisiste mucho, pero…


Presiento que te olvidaras de mí
La flor de tu recuerdo caerá en pétalos
Desvaneciendo  el perfume de tu olvido

Si algún día regresaras


Al panteón en que te amé,
Detente un instante y reza
Por mi alma atormentada

Será un bálsamo para mi alma


Que en noches silenciosas pena
Recordando aquellos besos
En noches de luna llena

A mi Colegio
Alma mater de mi vida
Aulas llenas de recuerdos
De bullicios y docencia
Yo jamás te olvidaré

Frondoso árbol del saber


Que cobijó sensaciones
Mágico jardín, que perfumó
Con su aroma mis ilusiones
Aun recuerdo con nostalgia
En el salón de clases,
Jugueteando en los recreos
Con las motas polvorientas

Fiel  testigo del amor


De las miradas cautivas
De emociones con rubor
Y de lágrimas furtivas

Ahora que el tiempo pasa


Que será de mi carpeta
Del corazón que grabé
Cuando yo me enamoré

Siempre estarás presente


En mí lucida memoria
Eres para mí la gloria
¡Viva el Gonzales Prada ¡

¿Qué es el amor?

El amor es el sentimiento
Más puro y más fuerte
Que supera a la misma muerte

Es un anhelo infinito
Un deseo desbocado
Que se sueña y no se entiende

Es el placer inverosímil
De consumirse a fuego lento
Aún sabiendo que es prohibido

Es la fuerza impalpable
Que subyuga y encadena
Sacudiendo todo nuestro ser

Y al mismo tiempo nos yergue


¡Como héroes de leyenda!
¡Como dioses del Olimpo!

El Marinero

En el inmenso océano
Navega en lontananza
Un extraviado velero
En busca de la bahía.

Y al llegar el atardecer
El sol fenece en el ocaso
Anunciando la tormenta
En la borrascosa niebla

Navegando a la deriva
Con el ulular del viento
Cruje el barco resignado
A la terrible ira del cielo

Con las raídas velas


En jirones destrozadas
Aún flota dignamente
Aquél velero valiente

Es mi amor aquel velero


Que dejaste a la deriva
Resistiendo los embates
De tu inexorable olvido

Puerto de Gaviotas
Estoy sola en este puerto desolado
Auscultando al ocaso en su agonía
Y buscando aquel beso abandonado

Tu recuerdo me perturba la calma


Cual  rumor prohibido que concatena
El vértigo de la nostalgia de mi alma

El frío del inmenso mar me estremece


Insomne de aquel sueño imposible
De no ser el canto que te embelese

Me hundo como nave que naufraga


En la retórica de todo lo vivido
Y en el cruel torbellino de tu olvido

¿Para Qué?
Para qué existiría el ruiseñor si no fuese
Para brindar sus melodiosos trinos?
Para que las estrellas si no fuese
Para embellecer las noches?
Para que el aroma de las flores si no fuese
Para perfumar los campos?
Para que el agua cristalina si no fuese
Para aplacar la sed?
Para que existiría yo si no fuese
Para amarte eternamente?

Rosal

Eres reina de las flores


Al ser hermosa y fragante
Tu aroma es sin igual
Y tu fama singular

Fuente de inspiración
De poetas y escritores
Con perfume que embelesa
El alma y el corazón

De pétalos muy delicados


Como un suave terciopelo
Con espinas recelosas
Que cuidan de tu belleza

Eres blanca en el altar


Por amistad amarilla
Rosada por pretensión
Y Roja por la pasión

Siempre te cultivaré
En el rosal de mi casa
Y nunca me faltaran
Tu belleza y tu fragancia
Río Puchca

Aguas turbias de mi Puchca


Que recorres pedregales
Murmurando mis pesares
Al borde de carrizales

Cuantas veces he viajado


Por tus riberas nocturnas
Bajo los rayos de luna
En las noches silenciosas

Eres alegre y bullicioso


Cuando ves a tus paisanos
Que pasan por tus orillas
Regresando a su terruño

Eres triste y lastimero


Al despedir al viajero
Que por destinos inciertos
Buscará su porvenir

Rio Puchca que en tus aguas


Te llevas muchos misterios
con tus murmullos perennes
Refrescaras mis recuerdos

El arroyo

En el murmurante arroyo
De aguas cristalinas
se deslizan suavemente
Unos pétalos de flores.

En círculos concéntricos
Entre suaves pedregales
Viajan mis esperanzas
Sobre los pétalos caidos

Un ruiseñor alegre
Sobre un árbol de Lima
Entona su dulce trino
Batiendo sus alitas

El arroyo cantarino
De delicadas melodías
Es un bálsamo divino
Para mi alma atormentada.

Me acordé de ti

Recuerdo esos caminos


Orillados de retamas
Por donde íbamos juntos
Jurando amor eterno

Cada evocación
Es una tierna herida
Que sangra dulcemente
Mi endeble corazón

Supiste llorar conmigo


En las horas tristes
Del crepúsculo mustio
Al pie de los Alisos.

Ven pronto y desgaja


Sobre mi pecho convulso
El bálsamo fresco
De tus frases generosas

Flores Marchitas

En estas diáfanas
Nóches serenas de Mayo
Mis flores de jazmín
Abren sus níveos pétalos

Los pajarillos cantan


En alegre sinfonía
Su dulce melodía
Anunciando el nuevo día.

En las tardes de verano


Caen las flores marchitas
Formando una alfombra
De pétalos mustios

Marchita está mi alma


Como el color del ocaso
Contemplando mi jardín
Y recordando mi vida

Núnca sabrás

Nunca dejes de soñar


Por lo que más quieres
Nunca dejes de luchar
Para alcanzar tus sueños

Nunca sabrás reír


Si nunca has llorado
Nunca sabrás amar
Si no te han dejado

Nunca sabrás ganar


Si no has perdido
Nunca sabrás perder
Si no has jugado

Nunca debes vivir


Sin haber luchado
Nunca desees morir
Si no has vivido
ANEXO

DISCURSO DE HOMENAJE AL DISTRITO DE HUACACHI EN EL PRIMER


CENTENARIO DE SU CREACIÓN POLÍTICA.

Hoy 14 de Octubre del 2001, en que la aurora del amanecer despunta por el
horizonte, anunciando un glorioso acontecimiento de suma importancia en la historia
de nuestro terruño, en el cual se celebra un siglo de vida política de nuestro recio u
antiguo Distrito de Huacachi que pertenece a la hermosa y exótica provincia de Huari,
matriz de la cultura andina.

Cien años han pasado, dejando huellas profundas en cada rostro de sus hijos que
claman a gritos el progreso postergado de su tierra.

Yo, como hija de este Distrito le rindo homenaje, ala estar presente en este glorioso
centenario.

HUACACHI: Cuna de hombres fuertes y rudos que luchan por sobrevivir a los rigores
del frío y que hoy se ponen de pie para celebrar este centenario.

HUACACHI: Tierra fértil de mi patria chica, que brindas el sustento a tus hijos como
premio a su trabajo.

HUACACHI. Distrito de calles empedradas y de casitas humosas arrebujadas por el


tiempo y el silencio.

HUACACHI: Tierra arrullada por el murmullo de sus aguas cristalinas del río San
Gerónimo que se desliza como una serpiente a lo largo de tus quebradas dando vida
a tus campos de verde alfombrado.

HUACACHI: En tus noches de luna llena los niños juegan a las escondidas
alborotando tus calles con sus voces infantiles mientras que algún pájaro agorero
estremece al pueblo con su canto melancólico.

HUACACHI, cuna de mi infancia, la luz brillante de tu amanecer acarició mi frente


cuando aún nacía en una mañana esplendorosa de otoño del mes de Mayo, fecha en
que florecen las flores de rima-rima, exóticas que crecen en lugares inaccesibles de
tus altas punas.
Por vez primera abrí mis ojos en esta tierra fecunda, llena de mitos y leyendas, tierra
fría y agreste que encierra muchos misterios guardados en la memoria por sus
antepasados.

Huacachi, mi tierra, la sombra tutelar de la vigorosa estirpe señorial de mis


antepasados. Para todos eres agua fresca de manantiales, Oh fecunda y promisoria
tierra huacachina, cual radiante lucero del amanecer, serás siempre luz que ilumina el
camino de mi vida, y póstuma lámpara votiva inextinguible.

Hoy por última vez recorreré tus calles empedradas y sonoras mirando paso a paso
tus casitas ruinosas y polvorientas por el paso de los años, pero siempre estarás en
los sueños ya marchitos de mi juventud pasajera. En el sol sin ocaso de mis noches
apacibles de mi dolor y mi nostalgia.

Ahora te digo adiós porque sé que no volveré por estos lares tan queridos. Ya el
invierno de mi vida llegó y aún siento el latir calmado de mi corazón, pues llegó el
ocaso de mi vida y me iré con pasos lentos y miradas tristes sin voltear atrás como el
caminante ya cansado que aminora sus pasos y cuando los últimos rayos del sol se
ocultan en las playas del mar profundo e infinito así será el fin de mi existencia,
alumbrada por la luz tenue de un cirio encendido y cerraré los ojos llevando en mi
memoria la bella estampa de mi tierra.

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