tú que posees propiedades mágicas destinadas a ayudar a quienes son tus propietarios, protégeme en el amor, en la salud y en el trabajo.
No me abandones, divina Rosa.
Que tu infinita misericordia permita que la persona que amo no me abandone nunca, por muchos problemas que pueda haber. Haz que sigamos juntos toda la vida y eduquemos a los hijos que tenemos en común en las enseñanzas de Nuestro Señor Jesucristo, que es la divina referencia que tenemos desde nuestra infancia. Que la salud nos acompañe en el recorrido de la vida, y que ni nuestros hijos ni nosotros suframos ningún problema grave. Y que aquellos familiares y amigos que padecen alguna enfermedad puedan curarse gracias a tu divina y siempre desinteresada intercesión. Bendita Rosa de Jericó no permitas que perdamos nuestros trabajos ya que con ellos mantenemos el hogar y alimentamos a nuestros hijos. No permitas que las crisis económicas nos lleven a una situación difícil, y facilita con tu grandeza que la prosperidad pueda llegar de una vez a nuestra casa. Sabemos que escucharás esta oración que te dedicamos. Que las energías negativas que nos rodean desaparezcan, porque tú tienes el poder de absorberlas y expulsarlas lejos, evitando así que un ambiente oscuro y peligroso esté presente en nuestro día a día, en el que únicamente queremos paz, buenas energías y la cercanía de aquellos que nos preocupan. Amén. Divina Rosa de Jericó. Por la bendición que de nuestro Señor Jesucristo recibiste, por la virtud que tú encierras y por el poder que se te concedió, ayúdame a vencer las dificultades de la vida, da paz, prosperidad, alegría, salud y felicidad a este hogar en donde tú estás, al igual que a sus moradores, protégelos de cualquier enfermedad y mal. Divina Rosa, todo esto te lo pido en virtud de todo aquello que tú encierras, en y por amor de Cristo Jesús. Amén.