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CURSO DE HIDRÁULICA 2010

LECCIÓN 11. INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE LOS CURSOS TORRENCIALES


A TRAVÉS DEL ANÁLISIS DE MEUNIER (1991). SU ACERCAMIENTO
PROGRESIVO HACIA EL FLUJO MONOFÁSICO. TEORÍA DE GARCÍA NÁJERA
SOBRE EL COMPORTAMIENTO DE LOS CURSOS TORRENCIALES (1943).
ECUACIÓN DE UNA CORRIENTE CON ARRASTRES; CÁLCULO DE LA
PENDIENTE DE COMPENSACIÓN. REVISIÓN POR TAKAHASHI (1991) DE LAS
ECUACIONES DEL FLUJO MONOFÁSICO PROPUESTAS POR BAGNOLD (1954).
NOCIONES SOBRE EL CONCEPTO (SENTIDO) DE LA CONCENTRACIÓN.

Introducción al estudio de los cursos torrenciales a través del análisis de Meunier


(1991).

Para el autor los cursos torrenciales son normalmente cortos y pueden presentar puntos
singulares que aportan una gran carga de sedimentos a la corriente (como
deslizamientos puntuales de ladera o alteraciones específicas en su propio lecho),
causando fenómenos particulares.

Es esquema que explica el mecanismo de incorporación de los sedimentos a la corriente


de un curso torrencial pasa por considerar:

1) La existencia de flujos de agua clara.


2) La presencia de flujos de agua cargada de materiales pero sin alterar el lecho del
torrente.
3) La existencia de flujos de sedimentos con modificación del lecho.

La interpretación de este esbozo implica la asunción de umbrales, que ponen en


funcionamiento determinados fenómenos de erosión. Partiendo de la situación más
simple a la más compleja, se admite:

a) Un umbral único de erosión en la cuenca.


b) Otro umbral para la erosión del lecho, en general superior al primero.

Si la crecida del torrente es inferior a los dos umbrales, el flujo resultante es de agua
limpia.

Si pasa el primer umbral, aportará sedimentos de la erosión en la cuenca vertiente, que


podrán o no ser transportados por el flujo del torrente.

Si pasa el segundo umbral, se producirá erosión en el propio lecho del torrente, que
además de proporcionar material de mayor tamaño, que puede ser transportado o no; se
iniciarán los procesos de erosión remontante que evidentemente afectan a la estabilidad
del torrente.

Los materiales sólidos transportados por la corriente pueden tener un triple origen:

1) La erosión en la cuenca vertiente durante las crecidas.


2) La erosión en la cuenca previa a las crecidas y depositada en el lecho para ser
removido durante las avenidas.

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3) La erosión en el propio lecho

De acuerdo con lo expuesto, cuando la capacidad de transporte de sedimentos por la


corriente alcanza el segundo umbral, Meunier considera que se deben tener en cuenta
las siguientes hipótesis de trabajo:

1) Los flujos pueden ser monofásicos, o al menos aparentar serlo, aunque se diferencien
ambos componentes líquido y sólido.
2) Los caudales líquido y sólido no se pueden tratar independientemente el uno del otro,
sino interviniendo simultáneamente en el calado de la corriente.
3) El fluido, tanto se considere monofásico o bifásico, no presenta comportamiento
newtoniano.
4) Aparecen nuevas fuerzas internas que se añaden a las de turbulencia y compiten con
ellas. Se trata de fuerzas electromagnéticas (cuando el contenido en arcilla en el fluido
es elevado) y de las fuerzas debidas a la colisión entre partículas (cuando se refiere a
flujos bifásicos con suficiente número de partículas).
4a) Además aparecen modificaciones de las trayectorias de las partículas del fluido, a
causa de los movimientos de las partículas sólidas (sobre todo de las de mayor volumen,
como los bloques).

Meunier es consciente que entre el flujo bifásico y el monofásico existe un interregno,


en el que tienen cabida determinados flujos cargados de sedimentos y cuyo análisis se
puede tratar en uno u otro esquema, dependiendo de los objetivos que se necesiten
atender. Meunier plantea la siguiente situación de partida:

La evolución del esquema anterior, le permite llegar a la siguiente situación final.

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La mayoría de los trabajos de corrección de torrentes se han llevado a cabo dentro del
rectángulo rojo encerrado en la figura inferior; para dicha situación estableció García
Nájera su teoría de corrección de torrentes que se refiere a continuación.

Teoría de García Nájera sobre el comportamiento de los cursos torrenciales (1943)

Para estudiar el comportamiento de un flujo torrencial, García Nájera aplicó las


ecuaciones de continuidad y de conservación de la cantidad de movimiento.

Además, asumió que la carga de sedimentos incorporados a la corriente y que los


caudales líquido y sólido no es posible tratarlos de manera independiente el uno del
otro, sino interviniendo simultáneamente en el calado de la corriente. Esta hipótesis
constituye el primer paso hacia el análisis del flujo monofásico.

La mayor parte de los problemas que se presentan en los cursos fluviales se plantean
dentro del flujo bifásico y generalmente dentro del mismo se obtiene un buen grado de
resolución. También en los cursos torrenciales se plantean correcciones dentro del flujo
bifásico con buenos resultados. La ventaja de analizar estos últimos dentro del flujo
monofásico restringido, es porque en ocasiones causan grandes depósitos de sedimentos
en sus áreas dominadas, formando con frecuencia conos de sedimentación, cuya
formación se explica mejor dentro del flujo monofásico. Existen también otras razones;
pero que sobrepasan el análisis que se pretende abordar.

Ecuación del movimiento de una corriente con arrastres

Siguiendo a García Nájera, supongamos un canal de pendiente constante j y sección


rectangular de base b. En él las aguas limpias, cuando el gasto es Q, circulan con una
velocidad u.

Si en el tramo MO se vierte de una manera continua un volumen de materiales


(sedimentos) Q, tal que  < 1. Habrá dos secciones AB y CD que pueden tomarse lo
suficientemente alejadas de MO, para que aguas arriba y aguas abajo de ellas
respectivamente, con la condición que  y Q sean constantes, se pueda admitir que el
movimiento del agua y de los materiales sea uniforme y permanente.

El movimiento permanente y uniforme supone que la componente de la garvedad en la


dirección del movimiento está equilibrada con la fuerza de rozamiento del lecho que se
opone a dicho movimiento.

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En el caso establecido por García Nájera, la componente paralela al fondo del peso de la
masa de agua y de los materiales incorporados a la corriente se contraresta con la
resistencia al movimiento del lecho y de los propios materiales contenidos en el mismo.

En consecuencia, aplicando la ecuación de la conservación de la cantidad de


movimiento a un desplazamiento infinitamente pequeño ABCD-A’B’C’D’ de la
corriente, se tiene:

Donde:

F, F1, son las fuerzas de presión o de superficie en AB y CD


 ,  s, son los pesos específicos del agua y de los sedimentos.
v, es la velocidad de la suspensión
va, es la velocidad de los acarreos

Simplificando la ecuación (1)

Si el calado del agua en la sección AB es h y su superficie S, suponiendo un canal de


ancho b:

Análogamente en la sección CD:

S1 , es la superficie ocupada por el agua


Sa , es la superficie ocupada por los sedimentos en movimiento
h1 , es el calado de la corriente

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En consecuencia:

Sustituyendo los valores de F en la ecuación (2) y de F1 en la ecuación (3) en la


ecuación (1’) resulta:

Haciendo q = g·Q/(2·b) y simplificando la ecuación anterior (4) resulta:

Operando y simplificando

A la ecuación (5) el autor le denominó Ecuación del movimiento de una corriente con
arrastres.

Aplicación de la ecuación del movimiento de una corriente con arrastres: Cálculo


de la velocidad de una suspensión

Partiendo de la ecuación (5), suponiendo que todos los materiales son transportados en
suspensión (o como si fuera en suspensión), se considera  =  la proporción de
sedimentos en la corriente y que v = va = vs.

Sustituyendo los valores anteriores en la ecuación (5) resulta:

Despejando a un lado todos los términos que contengan q = g·Q/(2·b), la ecuación


anterior se transforma en:

5
Ahora bien:

Sustituyendo el valor de q en la ecuación (7) en la ecuación (6) resulta:

Considerando que g = 9,81 m·s-2 ; C = 40 ; j = 0,1 m·m-1 (10 % de pendiente) se tiene:

La velocidad de un torrente oscila como término medio entre 2,5 m·s-1 y 4 m·s-1 (aunque
puede alcanzar en avenidas extraordinarias hasta 7 m·s-1). Considerando un valor medio
u = 4 m·s-1 :

Como además

El término de la derecha de la ecuación (8) se puede hacer cero, y dicha ecuación


quedaría reducida a:

Relación entre la velocidad de las aguas limpias y la velocidad de la suspensión.

Por otro lado:

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Llevando los valores de hs y vs a la ecuación de Bazin:

Operando:

En consecuencia, tratándose de una suspensión, la velocidad de la corriente (según


García Nájera) queda definida por la expresión (11), donde el coeficiente de Bazin se
reduce frente al que correspondería al flujo sin sedimentos en suspensión. Esto implica
una velocidad menor que la correspondiente a aguas limpias y por tanto un calado
superior.

Ecuación del transporte máximo

García Nájera admite las hipótesis siguientes:

a) En toda corriente saturada, las velocidades medias de las aguas y de los materiales
son tales, que el caudal sólido resulta el mayor posible.
b) Todas las causas de intercambio de materiales entre una corriente y su lecho tienden
a aumentar en lo posible la proporción de acarreos.
c) Los choques entre los materiales en movimiento y los materiales situados en el cauce,
los torbellinos, etc. tienen una marcada tendencia a aumentar el caudal sólido de la
corriente de modo que el intercambio de materiales tienda al máximo.

En síntesis, lo que establece García Nájera (sin decirlo explícitamente) es que, para el
régimen crítico, el caudal máximo corresponde a la energía disponible, se debe entender
como caudal máximo del flujo monofásico (líquido y sedimentos incorporados al
mismo)

Analíticamente, plantea que el máximo del caudal sólido supone el máximo de ,


considerando v y va variables.

Tomando va como variable independiente, la condición necesaria de máximo implica:

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siendo  la ecuación de una corriente con arrastres (5).

Por otro lado, por consideraciones físicas, García Nájera aporta una relación entre las
velocidades medias del agua, la suspensión y los arrastres definida por:

De esta ecuación se deduce que:

Operando; la ecuación (12) se puede escribir

Condición de máximo, dado que

Teniendo en cuenta que:

Dividiendo toda la ecuación  por (-1/u2)

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Luego:

equivale a:

Operando resulta:

Ecuación de transporte máximo.

En el límite, cuando v = va = vs la ecuación anterior se transforma en:

Cuando

La ecuación (14’) es negativa y como para vs = 0 la ecuación es resueltamente positiva


2·q·(1 + )2 ; existe una raíz positiva y solo una inferior a .

Por el contrario, cuando

No hay máximo para , que crece con vs, luego tiene lugar el transporte en masa.

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Nota complementaria:

Para establecer la relación

García Nájera razonó del modo siguiente: Supuso que la totalidad del lecho de la
corriente de un volumen U está cubierto por materiales dispuestos a ser transportados

a) Los elementos más finos irían en suspensión adquiriendo la corriente un peso


específico  y un volumen U1
b) Los elementos de fondo que ocupan un volumen Ua avanzarían por arrastre o
saltación y presentan un peso específico s; pero a su vez estarían sometidos al empuje
hidrostático, por lo que su peso específico aparente sería (s – )

La fuerza motriz de la suspensión, para una pendiente  del lecho vendría dada por:

La fuerza resistente de los materiales del lecho, siendo  el rozamiento interno, quedaría
definido por:

Dividiendo esta última ecuación por cos 

Como el movimiento es permanente y uniforme fm = fr

Cuando se estudió el movimiento de una corriente con arrastres, se estableció:

asimilando S1 y Sa con U1 y Ua. Luego:

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Por otra parte:

Expresión que sustituye a la ecuación (*)

Despejando v:

El término

Esta parte resulta la más débil de toda la demostración, pero facilita enormemente el
cálculo de la ecuación de transporte máximo.

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Ecuación que establece la velocidad de las aguas necesaria y suficiente para
provocar el movimiento de los acarreos que exijan la mayor velocidad límite de
arrastre (relación entre la velocidad del agua limpia, de la suspensión y de los
acarreos)

Igualando la tensión de arrastre de la corriente;  = h1·j· con la tensión de resistencia


de los materiales del lecho (García Nájera utilizó la ecuación de Schoklitsch, 1934)

El autor plantea la siguiente situación:

Luego:

Por otro lado,

En consecuencia:

Resultando finalmente

Llamando a C2·crm = 

Relación entre las velocidades del agua limpia, de la suspensión y de los acarreos en
función de la tensión de arrastre de la corriente.

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En la ecuación (15) García Nájera utiliza Cs en lugar de C (coeficiente de Bazin), lo que
se explica atendiendo al contenido implícito de su teoría.

Cálculo de la pendiente de compensación

Para entender el concepto de pendiente de compensación, es preciso establecer


previamente los conceptos de saturación y equivalencia.

El concepto de saturación lo estableció Scipion Gras del siguiente modo: Imaginemos


que en una corriente se vierten materiales de tamaño y formas diferentes en proporción
siempre creciente y repartidos uniformemente en toda la anchura del cauce.

La velocidad de la corriente disminuirá y llegará un momento en que la velocidad estará


en el límite de arrastre de algunos materiales.

En ese momento, la menor adición de materiales a la corriente, hará disminuir aún más
su velocidad, obligando a depositarse a los materiales de mayor tamaño. Instante en que
se considera que la corriente está saturada.

El concepto de saturación obliga a admitir materiales de tamaño y formas diferentes.


Pero el volumen de los acarreos que satura una corriente no sólo depende, a igualdad de
otras circunstancias, del tamaño máximo de los materiales; sino también y en gran
medida de la composición granulométrica.

Una corriente es susceptible de saturarse con distintas proporciones de acarreos, aún


conservando invariable el tamaño máximo de ellos; con solo que se modifique la
composición granulométrica de su caudal sólido. A los conjuntos de materiales que
definen una opción de estas características se definen equivalentes.

Establecidos los conceptos de saturación y equivalencia, se plantea lo siguiente:

a) Si una corriente saturada pasa por un lecho erosionable, que haga posible el
intercambio de materiales, el caudal sólido de la corriente se sustituirá por otro que sea
equivalente.
b) Pero la equivalencia, como ya se ha dicho, no se refiere a volúmenes, sino a la
capacidad de arrastre (la energía que dispone la corriente para arrastrar) y, por tanto, si
los volúmenes incorporados a la corriente no son iguales a los que ésta deposita, lo que
sucederá en general siempre que los acarreos del lecho no sean de igual naturaleza y
composición granulométrica que los de la corriente; forzosamente la pendiente tendrá
que variar hasta que aquella igualdad se logre.
c) Porque una vez lograda, habrá equivalencia en fuerza de arrastre y en volumen, es
decir los volúmenes incorporados a la corriente serán iguales (hay compensación) a los
que se depositen y la pendiente no variará mientras no cambien las circunstancias de la
corriente, es decir habrá pendiente de compensación, que se define según García
Nájera del modo siguiente:

Cuando una corriente saturada pasa por un lecho de materiales de igual


naturaleza y composición granulométrica que las que lleva la misma, ésta
ha alcanzado su pendiente de compensación.

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Para establecer la pendiente de compensación García Nájera parte de las ecuaciones (5),
(14) y (15).

1) La ecuación (5) de una corriente con arrastres

la escribe de la siguiente forma:

siendo

2) La ecuación (14) del transporte máximo

3) La ecuación (15) que relaciona las velocidades u, v y va con la tensión de arrastre de


la corriente

Introduciendo la ecuación (15) en la (14)

Introduciendo la ecuación (16) en la z de la ecuación (5) resulta:

que sustituyendo en la ecuación (5) resulta finalmente:

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En consecuencia, la ecuación general del movimiento de una corriente con arrastres
queda definida por una expresión de séptimo grado (17); que es la que establece la
velocidad que debe tener el agua para que pueda llevar los arrastres.

La ecuación (17) es negativa para u = 0 y es positiva para u = , luego tiene


siempre una raíz positiva única (Teorema de Descartes).

Para su cálculo García Nájera aportó el ábaco que se adjunta seguidamente. Conocida la
velocidad u a partir de la ecuación (17), dado que:

Ecuación de la Pendiente de Compensación.

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García Nájera plantea el cálculo de la pendiente de compensación estableciendo el
esquema adjunto para su desarrollo.

La ecuación original de Schoklitsch

se ha sustituido por la de Meyer-Peter & Müller

A continuación se complementa lo expuesto con un ejemplo sencillo.

Para corregir un torrente se hace preciso construir un dique de mampostería hidráulica


de paramento aguas abajo inclinado. Las características del emplazamiento son: anchura
media b = 12 m ; laderas de material firme; granulometría de los acarreos que
constituyen el lecho cumplen con:

La suspensión verifica que: Cs = 0,75·C (constante de Bazin). La superficie de la


cuenca alimentadora es de 16 km2 y la pendiente inicial del torrente 0,078 m·m-1.

Se pide: Determinar la pendiente de compensación y el alcance del aterramiento del


dique aguas arriba de su paramento superior, si la altura efectiva del mismo son 8 m.

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Datos:

Para el cálculo del caudal en la sección del dique podríamos utilizar, para tener un valor
aproximado sin necesidad de realizar un análisis hidrológico, una fórmula empírica
como la de Kresnik donde S es la superficie de la cuenca en km2.

Coeficiente de rugosidad de Bazin  = 2


Peso específico de la suspensión:  = 1200 kg·m-3 (kg peso)
Peso específico de los materiales: s = 2500 kg·m-3 (kg peso)

Solución:

Superficie de la cuenca de alimentación: 16 km2

1) Cálculo de la pendiente de compensación por aproximaciones sucesivas:

1ª aproximación: Se tantea con una velocidad de la corriente de u = 3 m·s-1

Se calcula u en el ábaco a partir de:  = 10,97 y q = 18,60 . Obteniéndose un valor de


u de 3,35 m·s-1 (distinto del valor inicial de partida que era 3,00 m·s-1). Por lo tanto se
realiza una segunda aproximación (con la certeza de que es un método convergente).

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2ª aproximación: Se adopta un valor de u = 3,30 m·s-1

Se calcula u en el ábaco a partir de:  = 10,34 y q = 18,60 . Obteniéndose un valor de


u de 3,30 m·s-1 (igual al de partida), luego se adopta esta velocidad como la de cálculo.

Valor que constituye la Pendiente de Compensación de torrente en el punto analizado.

2) Cálculo de la longitud de aterramiento:

Altura del dique: HD= 8 m

H = L·j = L·0,078 ; h = L·jc = L·0,018


(H-h) = L·(0,078 – 0,018)
(H-h) = HD = 8 = L·0,06

Observaciones finales a cerca de la pendiente de compensación planteada por


García Nájera (1943)

La teoría de García Nájera (1943) hay que considerarla en su contexto; dentro de la


línea de análisis del comportamiento de los cursos torrenciales planteada por la escuela
francesa de corrección de los torrentes de montaña en el siglo XIX. No se pretende
adoptar el rigor reológico que posteriormente adopta Bagnold (1954); porque sus
objetivos finales son distintos. García Nájera hace una aplicación restringida del

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concepto del flujo monofásico y su pretensión es simplemente conocer la dinámica de
los cursos torrenciales, para tratar de evitar que sus efectos durante las crecidas puedan
tener repercusiones socio-económicas. En este sentido su concepción de la pendiente de
compensación permite realizar una aproximación práctica muy útil, para conocer la
formación de las pendientes dentro del torrente y especialmente en su área dominada,
donde se puede llegar a generar el cono de sedimentación del torrente, aspecto que se
trata en la lección siguiente.

Revisión por Takahashi (1991) de las ecuaciones del flujo monofásico propuestas
por Bagnold (1954)

Comentar el flujo monofásico sin referirse a sus fundamentos, no parece una opción
muy acertada, por ello se refiere a los mismos a continuación.

Takahashi (1991) plantea las ecuaciones de Bagnold (1954) aplicando la ecuación de


la conservación de la cantidad de movimiento a un flujo monofásico, diferenciando en
el mismo la concentración sólida c del líquido intersticial (1-c) y atendiendo tanto al
movimiento de las partículas en dirección al eje del curso en cuestión vx, tomando la
solera del curso como eje OX, como en dirección perpendicular al mismo (eje OZ) vz.
Del mismo modo se opera con el líquido intersticial ux e uy. En síntesis se trata de las
ecuaciones siguientes:

Eje OX:

Eje OZ:

Donde:

vx, vz, son las componentes x y z de la velocidad de las partículas


ux, uz, son las componentes x y z de la velocidad del flujo intersticial
T, P, son las componentes x y z de la tensión inter-partículas
c, es la concentración en volumen de los sólidos en el flujo
k, es el gradiente de la pendiente del canal (eje OX)
g = 9,81 m·s-2
p, presión del fluido intersticial
Fx, Fz, son las componentes x y z de la interacción entre las partículas y el fluido

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T’, P’, son las componentes x y z de la tensión en el fluido intersticial debido a la
turbulencia y a la viscosidad
s, es la densidad de las partículas
, es la densidad del fluido intersticial

Sumando miembro a miembro las ecuaciones (19) y (20) y asumiendo que la corriente
es permanente y uniforme, resulta:

Sumando miembro a miembro las ecuaciones (21) y (22) y asumiendo que le


movimiento es permanente y uniforme así como que P’/z es prácticamente 0, resulta:

Además de la ecuación (22), admitiendo que el flujo es permanente y uniforme y que


Fz = 0 y P’/z = 0 , se deduce:

donde h es la profundidad del flujo y z la posición del mismo.

Sustituyendo la ecuación (25) en la (24) resulta:

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Operando:

Integrando la ecuación (26) entre z a h (profundidad del flujo) y admitiendo que para z
=h,P=0

donde Pz es el valor de P (componente z de la tensión interpartículas) a la altura z.

Del mismo modo, integrando la ecuación (23) de z hasta h, teniendo en cuenta que Th =
0 y T’h = 0

donde Tz y T’z son valores de T y T’ para la altura z respectivamente.

Las ecuaciones (28) y (27) expresan que las tensiones interpartículas, tanto en la
dirección de la corriente T, como en la dirección perpendicular a la misma P, mantienen
una relación directa con su concentración volumétrica en la corriente. Bagnold (1954)
trató de encontrar experimentalmente dicha relación, sobre todo para los casos en los
que la concentración de los sedimentos en el flujo resulta elevada.

Para ello introdujo un fluido newtoniano (agua mezclada con partículas flotantes de cera
neutra de 0,132 cm de diámetro) dentro del espacio anular de un viscosímetro de
Couette(*) e hizo girar el cilindro exterior. Midió el exceso de la presión hidrostática
sobre la pared del cilindro interior y estableció que ésta era proporcional al par
necesario para hacer girar el cilindro.

(*) El viscosímetro de Couette consiste en dos cilindros coaxiales, entre los que se
interpone una fina película de líquido cuya viscosidad se quiere ensayar. El cilindro
exterior se le hace girar con una velocidad angular constante interior está unido a una
balanza de torsión. Si suponemos que el radio de los cilindros es suficiente grande para
que los contornos puedan considerarse planos paralelos, la tensión tangencial vendrá
dada por la ecuación

siendo vo el producto de la velocidad angular o por el radio cilindro exterior. De manera


que:

El momento de torsión que ejerce es:

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siendo r el radio del cilindro interior y H la altura del mismo; mientras que a es la
separación entre ambos.

El exceso de presión conjeturó que era consecuencia de la fuerza de dispersión de las


partículas, resultante de frecuentes colisiones entre las mismas y la denominó presión de
dispersión. Ésta no es otra cosa que la P de las ecuaciones (21) y (27). Mientras que el
par estaría directamente relacionado con la tensión de corte (esfuerzo cortante)
producida en la mezcla entre el fluido y las partículas en el espacio anular. De este
modo estableció la relación

Donde:

, es la tensión o esfuerzo cortante en la mezcla, que es igual a la suma de T y T’ de


las ecuaciones (19), (20) y (28)
tg, es la constante de proporcionalidad en la ecuación (29) que depende del número
de Bagnold: N, que el autor lo estableció mediante la siguiente expresión:

de modo que: Para N < 40 ; tg = 0,75


Para N > 450: cuando  < 12 ; tg = 0,32
cuando  > 12 ; tg = 0,40
En la ecuación (30):
d, es el diámetro de la partículas (d50)
, es la viscosidad del fluido intersticial
u, es la velocidad del fluido intersticial
, es la concentración lineal del sólido en la mezcla, definido por:

donde C* es la máxima concentración posible del sólido cuando está


compacto.

El número de Bagnold es análogo al número de Reynolds y representa el cociente entre


las fuerzas de inercia y las fuerzas de viscosidad.

Cuando N > 450, el flujo está completamente en el campo inercial


Cuando N < 40, el flujo se encuentra en el rango macro-viscoso

A partir de sus investigaciones, Bagnold encontró las siguientes relaciones


semiempíricas:

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Meunier (1991) define los diferentes campos o rangos como sigue:

Campo o rango macroviscoso, cuando las partículas están lo suficientemente espaciadas


o el fluido es lo suficientemente viscoso, como para que la cantidad de movimiento
recibido en el momento de un choque, se disipe por rozamiento con el fluido intersticial,
antes de producirse el siguiente choque. El análisis teórico de Bagnold condiciona a una
ley newtoniana, pero con una viscosidad incrementada y función de la concentración
lineal; es decir de la concentración de sedimentos sólidos.

Campo o rango inercial, cuando las partículas están lo suficientemente próximas para
que lo esencial de la energía recuperada tras el choque, se transmita cuando se produce
el choque siguiente. En un análisis teórico se debe expresar el esfuerzo cortante como el
resultado del número de choques o colisiones entre partículas y la importancia de la
energía transmitida por los choques, ambos parámetros son proporcionales al gradiente
de la velocidad. La ley de comportamiento del fluido viene a ser una ley dilatante:

Bagnold obtuvo, con hipótesis simplificadoras, la expresión que adopta el factor K, en


función de la concentración lineal del sólido y de la viscosidad del fluido intersticial.

La dilatancia, que es propia de los fluidos llamados reofluidificantes, es una propiedad


que tienen ciertos cuerpos de aumentar de volumen bajo la acción de un cizallamiento
simple. En el caso de los escurrimientos torrenciales las arenas y gravas pueden
presentar dicha propiedad.

Los escurrimientos granulares (mezcla bifásica de agua-arena o de agua-grava) tienen


un comportamiento análogo a los fluidos reoespesantes; pero ésta es una propiedad
ligada a la fracción sólida de la mezcla y no a su fluido intersticial.

Nociones sobre el sentido (concepto) de la concentración

Por último, para aclarar el significado del concepto de concentración lineal , utilizado
al definir el número de Bagnold N, se adjuntan algunas nociones del concepto
concentración.

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Cuando en un fluido hay dos fases, la utilización del concepto concentración llega a ser
obligatoria, pues es la que permite expresar la parte relativa de cada fase en la mezcla;
pero esta noción se define de forma diferente según su campo de aplicación.

En toda definición de la concentración se hace intervenir a tres criterios:

a) Se pueden utilizar los volúmenes, o las masas, o los pesos


b) Se relaciona una fase con otra; o bien una fase con la suma de las dos fases
c) Se utiliza de referencia el flujo u otras magnitudes espaciales.

En hidráulica fluvial se utiliza la concentración para caracterizar los materiales en


suspensión; lo que normalmente se mide en g/l o en mg/l .

En este caso se utiliza masas (criterio a); como relación masa a volumen total (criterio
b); y con una magnitud estática (criterio c).

En hidráulica torrencial la importancia del transporte sólido se presenta más complejo y


es necesario saber bien que concentración se utiliza; puesto que puede ser que nos
conduzca a razonar sobre conceptos de concentración que no se aplican en la hidráulica
fluvial.

Las dos nociones más habituales de concentración son las siguientes:

Concentración, como la relación de caudales sólidos y líquidos

Concentración en volumen, como la relación del volumen ocupado por la fase sólida y
el volumen ocupado por las dos fases

Estas dos nociones difieren según los criterios b) y c)

La velocidad del material sólido y del material fluido es la misma en los depósitos (por
ser nula); pero también puede ser muy próxima en los fluidos muy cargados de
sedimentos y en las lavas torrenciales. En este caso se puede considerar posible la
concentración en volumen mediante la expresión:

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Concentración en volumen y compacidad:

Definiendo la concentración en volumen como la tasa de ocupación espacial de la fase


sólida; para los sedimentos en reposo ello equivale a la compacidad (definida por c* en
la literatura anglosajona); que es el complemento a la unidad de porosidad:

En general, para los sedimentos en reposo el valor de la compacidad es del orden de 2/3;
pero varía según la forma y la dimensión de las partículas. Según el Laboratorio Central
de Hidráulica de Francia esta concentración varía de 52 % a 74 % para esferas de
dimensiones iguales dependiendo de la manera que las esferas se apilen las unas sobre
las otras.

Se dispone también de la información de los valores siguientes de la compacidad:

- Arenas: 65 % a 79 %
- Gravas: 64 %
- Arcillas medianamente plásticas: 35 % a 55 %
- Arcillas muy plásticas: 10 % a 25 %

Conviene señalar que la mezcla de agua + sedimentos que se estudia en hidráulica


torrencial es una mezcla del movimiento, que no se comporta forzosamente igual que en
la estática, como mezcla de sedimentos + aire; lo que es particularmente significativo
en arcillas hinchables.

Para los materiales pulverulentos la concentración volumétrica tiende a la compacidad


como límite superior.

Es preciso observar la dependencia entre la compacidad y la curva granulométrica: un


conjunto mono disperso (granulometría máxima igual a 74 %; pero, si la granulometría
es adecuada, con esferas más pequeñas pudiendo instalarse en los poros sin perturbar la
disposición de las esferas más gruesas; el valor de la compacidad aumenta entonces
considerablemente.

Citemos por último dos conceptos que se encuentran en la mecánica de suelos: la


porosidad (complemento a la unidad de compacidad) y el índice de huecos i; este último
es la relación entre el volumen de huecos y el volumen de la fase sólida

En consecuencia:

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Concentración lineal: 

El concepto de concentración lineal, utilizado por Bagnold para diferenciar los flujos en
el rango inercial es la relación del diámetro medio de las partículas sólidas y la distancia
media que separa a dos partículas vecinas.

La distancia media que separa los centros de gravedad de dos partículas de un flujo
bifásico en movimiento es:

Cuando todo está en reposo y las partículas están juntas se obtiene la concentración
máxima, es decir la compacidad c*, con una distancia l nula y  =

Cuando las partículas están dispuestas la concentración en volumen Cv viene dada por

Luego:

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