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Existen ciertas circunstancias que hacen que el ser humano requiera de bienes y/o servicios
que le son indispensables para vivir y en cuya razón está imposibilitado de obtenerlos. Esta
situación es lo que se conoce en doctrina como estado de necesidad o situación de carencia
de bienes, que se produce cuando ocurren los llamados riesgos y contingencias sociales.
2.- Enumeración
Como resulta de fácil constatación, los riesgos y contingencias sociales pueden resultar
innumerables, sin embargo se ha recurrido a una enumeración convencional, a fin de establecer
las bases de un adecuado y suficiente sistema de Seguridad Social.
1
Bowen, Alfredo. "Introducción a la Seguridad Social". Ediciones Nueva Universidad. Universidad Católica de Chile. 1971,
p.26.
2
Cualquiera que sea la doctrina que nos inspire puede sostenerse que toda persona tiene
derecho a la vida y no sólo a ella, sino que a una vida digna. Sin embargo, las rentas que
perciben no siempre son suficientes para cubrir también las consecuencias que ocasiona el
acaecimiento de un riesgo o contingencia social y ante tal insuficiencia, es el Estado quien debe
instituir las estructuras necesarias que permitan al hombre disponer de los ingresos suficientes
para mantener esa vida digna, cuando pueda encontrarse en un estado de necesidad por haberse
verificado alguna contingencia o riesgo social.
Para determinar el concepto los autores enfocan a la Seguridad Social desde dos puntos de
vista: como política social de un Estado y como disciplina jurídica.
En este aspecto no existe unanimidad, pero se advierten dos tendencias: una amplia y otra
restringida.
a) Tendencia amplia.
Según esta tendencia la Seguridad Social presenta un contenido muy extenso, ya que su
objetivo sería, en último término, la eliminación de todos los estados de necesidad de la población,
a la vez que lograr una mayor distribución de los ingresos. En este sentido se comprenden dentro
de la disciplina a los seguros sociales, asistencia social prestaciones familiares, política de pleno
empleo, de remuneraciones, habitacional (a través de la construcción de viviendas económicas)
educacional (lucha contra el analfabetismo, formación profesional, sistema de ayuda y cooperación
para estudiantes) y la política de redistribución de ingresos, entre otras.
Este concepto amplio tuvo acogida en Chile en la definición de Seguridad Social que elaboró la
Comisión de Reforma de la Seguridad Social Chilena en 1964, la cual fue presidida por don Jorge
Prat Echaurren, conocido como el Informe Prat. En éste se definía como "la rama de la política
socio-económica de un país por la cual la comunidad protege a sus miembros asegurándoles
condiciones de vida, salud y trabajo, socialmente suficientes, a fin de lograr mejor productividad,
mayor progreso y más bienestar común".2 3
b) Tendencia restringida.
Otros autores ofrecen una visión más estrecha de la Seguridad Social. De acuerdo a esta
posición nuestra disciplina estaría integrada fundamentalmente por los seguros sociales y por la
asistencia social, tendencia que nace a raíz de orientaciones señaladas por la Organización
Internacional del Trabajo y fue enunciada por el profesor español Gascón y Marín y compartida por
diversos autores con distintos matices, pero presentan como rasgo uniforme el hecho de no
confundir a la Seguridad Social con toda o casi toda la política socioeconómica de un país,
precisando su contenido, respecto de cuales estados debe atender, proponiendo eso sí, el
otorgamiento de medios económicos y sanitarios para solucionar el problema.
a) Concepto.
El Derecho del Trabajo es el conjunto de normas, teorías y leyes que regulan las relaciones
entre empresarios y trabajadores, y la de éstos con el Estado.
La Seguridad Social, desde el ángulo del Derecho, es el ordenamiento jurídico de un sistema
para hacer frente a los estados de necesidad que afectan a los miembros de la comunidad.
b) Presupuesto sociológico.
El del Derecho del Trabajo, es el trabajo subordinado. El de la Seguridad Social, lo conforman
los riesgos y contingencias sociales.
c) Sujetos.
Lo son del Derecho del Trabajo, los trabajadores, los empleadores, las asociaciones sindicales
y el Estado. Lo son de la Seguridad Social, el asegurado o afiliado, el órgano gestor, los
empleadores y el Estado.
d) Contenido.
4
Cordini, Miguel Angel."Derecho de la Seguridad Social". Edit. Universitaria de Buenos Aires.1966 p.7
5
Extractado de los apuntes de clases de la profesora Mafalda Murillo Reyes.
5
El del Derecho del Trabajo está configurado por las condiciones y organización del trabajo
dependiente. El de la Seguridad Social, por los riesgos y contingencias sociales, por los estados de
necesidad que éstos originan y por los instrumentos ideados para cubrir los estados de necesidad.
e) Fines.
El Derecho del Trabajo tiene por finalidad la tutela del trabajo por cuenta ajena. La Seguridad
Social, liberar al individuo de los estados de necesidad.
f) Puede agregarse a todo lo anterior, que el Derecho del Trabajo centra su accionar respecto del
trabajador subordinado o dependiente, en cambio, la Seguridad Social extiende su cobertura al
dependiente y al independiente. Además, el Derecho del Trabajo se preocupa de la población
activa, vale decir de las personas en cumplimiento de una relación de trabajo; la Seguridad Social
desarrolla su acción igualmente a favor de la población pasiva, esto es, de aquellos individuos cuya
capacidad laboral se encuentra suspendida o extinguida (ejemplo: enfermos, trabajadoras en
estado de gravidez, pensionados).
Como lo expresa Miguel Angel Cordini ,“La amplitud de la Seguridad Social se advierte,
precisamente, allí donde el Derecho del Trabajo, constreñido por su presupuesto sociológico (el
trabajo subordinado) resulta ineficaz en su acción protectora: cuando no es posible obtener un
ingreso, como es el caso de los ancianos e inválidos; cuando los ingresos resultan insuficientes por
causas extrañas al trabajo (nacimiento y crianza de hijos); cuando acaecen circunstancias extrañas
al trabajo (enfermedades y accidentes no laborales); cuando no ha podido lograrse el
establecimiento de una relación de trabajo (desocupado, por ejemplo); etc. es, repetimos, cuando
la función protectora de la Seguridad Social asume su mayor relevancia”. 6
No existe uniformidad entre la doctrina en torno a cuáles son las ramas o instituciones de la
Seguridad Social. Las posiciones giran básicamente en torno a seis divisiones que son
consideradas por algunos autores necesariamente como parte de la Seguridad Social
contemplando otros, sólo algunas de ellas. Para fines didácticos las analizaremos y señalaremos
las diversas posiciones que se adoptan al respecto.
6
Ob. Cit. Pág. 9
6
Se trata de una institución que tiene por finalidad proteger a los trabajadores en caso de pérdida
o disminución de sus ingresos mediante la prestación de ciertos beneficios garantizados por el
Estado.
En el Informe Prat se define como "la rama de la Seguridad Social, esencialmente económica,
que protege al trabajador y a su familia, manteniendo la continuidad del ingreso de aquél, en caso
de desempleo o de incapacidad para continuar en trabajo y la del núcleo familiar en caso de
muerte del trabajador."11
1.1 Características.
a) Es un sistema de seguros que, a diferencia de los seguros mercantiles, no persiguen fines
de lucro. Esto es así en la doctrina clásica, sin embargo en la actualidad este punto ha sufrido
grandes cambios, según tendremos ocasión de analizar.
b) Es eminentemente contributivo, pues se financia con aportes del trabajador, empleador, y
en algunos casos del Estado.
c) En principio están destinados a beneficiar a la persona afiliada al sistema de previsión,
aunque también se hace extensiva a las personas a su cargo.
d) Es de carácter obligatorio.
1.2 Origen.
Los primeros seguros sociales obligatorios aparecieron en Alemania a fines del siglo XIX y
fueron una creación del canciller de la época Otto Von Bismarck. El sistema fue rápidamente
imitado por los demás países europeos.12
La historia de la Seguridad Social como disciplina jurídica abarca un periodo relativamente
breve. Sin embargo, sus instituciones presentan numerosos antecedentes a través del tiempo. Ya
en Roma se conocieron los llamados Colegios, que agrupaban a personas que ejercían oficios
similares y cuyos objetivos eran la protección de lo que hoy se conoce como riesgos y contingen-
cias sociales. Estos colegios, en cierto sentido, constituyeron verdaderas sociedades de socorros
mutuos.
A través del tiempo existieron numerosos atisbos de instituciones destinadas a estos fines. Se
puede citar a modo de ejemplo las llamadas gildas, organizaciones de los pueblos sajones de la
Primera Edad Media, que eran organismos de asistencia mutua.
En el siglo XII aparecen las cofradías, que presentaban similares finalidades y que
evolucionaron hasta dar origen a los gremios, que comenzaron a desarrollar funciones de carácter
previsional.
7
Ob.Cit., ps.12 y ss.
8
Ahumada Pacheco, Hermes, Manual de Seguridad Social. Edit. Andrés Bello, Stgo., 1972, p.51
9
Botto León, Angel, "El Contenido de la Seguridad Social", Femach, Valpso.1968,ps.47 y ss.
10
Novoa, Ob. Cit.p.50
11
Ob. Cit. p.17
12
Este punto será tratado en detalle al analizar la evolución histórica de la Seguridad Social.
7
Sin embargo, es a fines del siglo XIX que aparecen en Alemania los primeros seguros sociales
obligatorios, creación del Canciller Otto Von Bismarck, que desarrolló su programa social entre
1883 y 1889, mediante la dictación de importantes leyes, a saber:
-Ley de 15 de Junio de 1883, sobre seguro de enfermedad.
-Ley de 6 de Julio de 1884, sobre accidentes del trabajo.
-Ley de 22 de Junio de 1889, sobre invalidez y vejez.
Como bien señala el profesor Novoa Fuenzalida 13 "la obra de Bismarck ha sido trascendental,
su figura se erige como el verdadero padre de los seguros sociales. Comprendió, en su época, que
la protección de las contingencias sociales debía organizarse mediante seguros obligatorios e
instituidos por el Estado y bajo su dirección".
Estas leyes presentaban las siguientes características:
a) Las personas protegidas o beneficiarias eran, inicialmente, los obreros de la industria, con
rentas inferiores a un cierto límite.
b) Las indemnizaciones a recibir debían ser, en principio, proporcionales al salario que se
dejaba de percibir.
c) Eran seguros obligatorios para las respectivas categorías de trabajadores.
d) Se financiaban mediante cotizaciones de empresarios y trabajadores, proporcionales a sus
salarios y, a veces, con aportes estatales.
En 1911 se refundieron las diversas disposiciones previsionales vigentes en Alemania en el
Código de Seguros Sociales, ampliándose su campo de aplicación a ciertos sectores de
empleados.
Aunque el sistema alemán no fue bien recibido ni por los trabajadores ni por los empleadores
(no se comprendía cabalmente su utilidad o importancia), tiene el mérito de constituir el primer
sistema obligatorio de seguros sociales.
El sistema alemán fue rápidamente imitado por los demás países europeos:
-Austria y Hungría, entre 1887 y 1906.
-Noruega, entre 1894 y 1909.
-Suecia, en 1913.
-España, en 1908. (Instituto Nacional de Previsión) y en 1919 (retiro Obrero Obligatorio).
En 1919, con posterioridad a la Primera Guerra Mundial nació la Organización Internacional del
Trabajo, organismo que, sin duda alguna, ha realizado una indiscutible labor en pro de la
expansión de la Seguridad Social en los diferentes países.
Entre las dos Guerras Mundiales tienden a generalizarse los Seguros Sociales de Bismarck.
Podemos citar los siguientes antecedentes legislativos:
a) Ley de salud de 1911, del Reino Unido.
b) Código Soviético de 1922, referido a trabajadores industriales y que posteriormente se
extendió a otros trabajadores.
c) Ley norteamericana de 14 de agosto de 1935, mediante la cual se instituyó en Estados
Unidos un sistema obligatorio y mixto de seguros sociales y asistencia social, relativo a la
protección de ancianos, ciegos, niños, incapacitados y desocupados.
d) Ley neozelandesa de 1938, que presentó interesantes características, entre las cuales se
pueden destacar las siguientes:
- se protegía a toda la población residente;
- se otorgaban prestaciones médicas y pecuniarias;
- se propugnaba la cobertura frente a todos los estados de necesidad;
- se financiaba a través de impuestos.
13
Ob.Cit. p. 21.
8
B.- Cotizaciones.
La obligación de cotizar nace simultáneamente con la de afiliación y consiste básicamente en la
dación periódica de sumas de dinero, con las que se financian los seguros sociales.
Clásicamente son sujetos de esta obligación el trabajador y el empleador, sin perjuicio del
posible aporte estatal.
Las cotizaciones son establecidas por la Ley, pudiendo existir diferentes sistemas:
c) Sistema proporcional.
La cotización corresponde a un porcentaje que se aplica sobre la remuneración imponible de
cada trabajador.
C.- Prestaciones.
Son los beneficios que los entes gestores de la Seguridad Social otorgan a sus afiliados una vez
cumplidos los requisitos para que sean exigibles.
Tradicionalmente se distingue entre tres clases de prestaciones: en dinero, especies y en
servicios.
9
- Las prestaciones en dinero tienen por objeto mantener la continuidad de los ingresos frente a la
terminación o disminución permanente de la capacidad de trabajo (pensiones); a la suspensión
provisoria de la misma (subsidios); o a través de una prestación global frente a diversas
circunstancias (indemnizaciones).
- Las prestaciones en especies se caracterizan porque lo otorgado es el bien que servirá para
atender el estado de necesidad, como es el caso de la entrega de aparatos ortopédicos,
medicamentos, leche y elementos terapéuticos.
- En el caso de los servicios la prestación está constituida por una deter minada actividad
humana. Son fundamentalmente las prestaciones médicas, de rehabilitación y reeducación.
El Informe Prat la define como "la rama de la seguridad social que se ocupa de proporcionar
condiciones de vida mínimas suficientes a aquellos miembros de la comunidad que, por causas
ajenas a su voluntad, se encuentren en situación de menor valencia psico-física, económica o
social".14
La asistencia social, como rama de la Seguridad Social, tiene como objetivo proporcionar
condiciones de vida mínima y suficientes a aquellas personas que en determinado momento de su
vida, no se encuentran en condiciones de solucionar sus problemas de supervivencia.
Es necesario, eso sí, no confundir la idea de asistencia social, con la de beneficencia pública.
El punto básico que las diferencia es que en aquélla el beneficiario goza de un derecho subjetivo
frente a la prestación solicitada. La beneficencia, en cambio, realiza una actividad meramente
caritativa y voluntaria, es decir, otorga el bien como una gracia a quien lo solicita. Esta
diferenciación ha hecho hablar hoy en día de la existencia de un seguro social no contributivo, al
referirse a esta rama o división. Ello se explica porque en este caso no es el afectado el que paga
una cotización o su equivalente, sino que esa retribución es financiada por el Estado o por una
institución dependiente de éste.
La situación descrita se presenta en la actualidad más bien como un ideal, pues la consagración
legislativa que se ha hecho de las instituciones de asistencia social, hacen que se tienda a
confundirla en la práctica, con la mera beneficencia, haciendo sentir a quien solicita un beneficio
asistencial, que lo que se le conceda lo será en calidad de gracia y no en cumplimiento de un
deber. En otros términos, podemos señalar que hoy se otorga lo que se quiere o se cree que se
debe dar, muchas veces sin tener siquiera presente la necesidad de quien solicita o recibe.
De otro punto de vista, no debemos pensar que esta institución está destinada sólo a proteger
al indigente, sino que basta para caer en su amparo haber sufrido una disminución física,
económica o social de cierta consideración. Si la persona que se encuentra en la situación descrita
no está amparado por la institución de seguros sociales, será protegida por la asistencia social,
por lo menos, en la moderna tendencia que informa esta rama de la Seguridad Social.
En nuestro país la asistencia social, perfecta o no, se ha traducido en la existencia de las
llamadas pensiones asistenciales, que encuentran consagración legislativa en la ley Nº15.386 de
1963 y en el D.L. 869 de 1975. También existe un sistema de pensiones de gracia, consagrado en
la ley 18.056 de 1981 y un subsidio familiar establecido en la ley 18.020 de 1981.
En el Informe sobre la Reforma de la Seguridad Social chilena se define como "la rama de la
Seguridad Social que se ocupa de las condiciones de salud -incluyendo su componente
económico- de los miembros de la colectividad".15
14
Ob.cit., T.I, p.14
15
Ob.cit.T. I, p.13
10
En el Informe Prat se definen como "la rama de la Seguridad Social que promueve, encauza,
regula y otorga aquellos beneficios adicionales o complementarios de sus prestaciones generales,
que obtienen determinados grupos de asalariados, como consecuencia de sus condiciones
contractuales de trabajo".17
Pertenecen a esta rama los servicios de bienestar de las empresas, los cuales muchas veces
entregan beneficios adicionales a los trabajadores tales como préstamos de auxilio, para
adquisición de viviendas, bonificaciones de orden médico, asignaciones de vacaciones, becas, etc.
Se financian mediante aportes a un fondo común que hacen los propios afiliados. Otras veces
consisten en logros de los trabajadores a través de la negociación colectiva y en virtud de los
cuales, es el propio empleador el obligado a otorgar los beneficios que ayudan a enfrentar los
estados de necesidad.
Como ya hemos señalado, la expresión previsión social se utilizó -y sigue utilizándose hoy día-
para hacer referencia a las fórmulas de aseguramiento de los trabajadores existentes a fines del
siglo pasado, especialmente a los seguros sociales.
La Seguridad Social, por su parte, es una forma de aseguramiento de gran amplitud y que
comprende a los seguros sociales, de manera que podría decirse que entre ambas hay una
relación de género a especie, lo cual se constata claramente si tenemos presente que la previsión
social se vale básicamente de los seguros sociales, pero además, hace uso de otras herramientas,
a saber, medicina social, asistencia social y servicios sociales.
16
Ob.cit.p.51
17
Ob.Cit. T.I p.14
11
Por otro lado, la previsión social realiza una labor sólo reparadora, es decir, de carácter
resarcitorio, eminentemente económica, tendiente a suplir la pérdida o disminución de ingresos al
afectado por un estado de necesidad.
La Seguridad Social sin duda alguna que desarrolla esa función, pero además, efectúa otras de
mucha importancia:
a) Acción preventiva, tendiente a evitar que se produzcan los riesgos y contingencias.
b) Acción recuperadora, cuyo objeto es devolver al afectado por el riesgo o contingencia
social al estado anterior a aquél en que se produjo el riesgo, particularmente a través de
prestaciones sanitarias.
c) Acción readaptadora o rehabilitadora, que en general tiene por objeto reincorporar a la
actividad económica y laboral a las personas afectadas por un riesgo o contingencia social.
Insistimos en que estas tres acciones se desarrollan por la Seguridad Social además de la
acción reparadora, la cual se traduce en el otorgamiento de indemnizaciones, subsidios,
asignaciones o pensiones.
En la actualidad la Seguridad Social se presenta como parte de la Ciencia Jurídica, realidad que
prácticamente nadie discute. Sin embargo en lo que a derecho positivo se refiere esta rama o
disciplina no se manifiesta habitualmente como un todo orgánico, sino que, por el contrario, está
conformada por una frondosa legislación que muchas veces hace dificultoso su estudio y más aun,
su conceptualización o definición.
La realidad enunciada no debe sin embargo, confundirnos, pues constituye una disciplina
jurídica tras cuya consagración positiva existen ciertos principios jurídicos básicos que son los que
otorgan su fisonomía propia al sistema de Seguridad Social imperante en un Estado determinado.
Estos principios estructurales son dinámicos e impulsan la labor legislativa en la materia; en la
medida que encuentren consagración caracterizan la legislación de un país determinado.
Los principios a los que hacemos referencia han sido reconocidos en la doctrina y en las
legislaciones, por lo que presentan un carácter de universidad innegable. Debemos mencionar que,
al igual que en todo punto doctrinario existen ciertas diferencias entre los autores, pero para
efectos didácticos analizaremos aquellos que han sido reconocidos y aplicados mayoritariamente:
1.- Universalidad
2.- Solidaridad
3.- Integridad o integralidad
4.- Eficacia o suficiencia
5.- Unidad o uniformidad
6.- Subsidiariedad
a) Universalidad Objetiva.
De este punto de vista la Seguridad Social debe otorgar protección frente a todos los riesgos y
contingencias sociales consideradas como propios. No se quiere significar que deba otorgar
protección frente a cualquier hecho que configure un determinado estado de necesidad, lo cual
implicaría conferirle, un carácter amplísimo que, en definitiva, nos llevaría a confundirla con toda o
casi toda la política social del Estado. Por el contrario, se trata que la protección que ella otorgue
se condicione al acaecimiento de ciertas eventualidades previstas y reglamentadas en forma
concreta. En cuanto a cuáles son o deben ser los riesgos y contingencias cubiertos, puede existir
cierta variedad en las diferentes legislaciones, pero la pauta ha sido marcada por el llamado
Convenio sobre Norma Mínima de Seguridad Social, que lleva el número 102, preparado por la
Oficina Internacional del Trabajo en 1952 en el cual se indica que son los siguientes: enfermedad,
12
b) Universalidad subjetiva.
De acuerdo a este principio la Seguridad Social debe otorgar protección respecto de los riesgos
ya señalados a todos los miembros de la población, cualquiera sea su nacionalidad, trabajo que
desempeñen, edad o monto de los ingresos que perciban.
En los seguros sociales clásicos plasmados en la leyes de Bismarck (1883 a 1889), primó el
criterio de proteger a los económicamente débiles del punto de vista laboral. Esta posición
evolucionó y ya en 1942, en el Informe Beveridge se planteó la necesidad amparar a todos los
ciudadanos contra la miseria.
En Chile este principio ha tenido gran aplicación práctica desde los inicios de la legislación en la
materia. Podemos señalar a vía de ilustración que la Ley 4.054 desde 1924, sobre Seguro Obrero
Obligatorio de Enfermedad, Invalidez y Vejez otorgó una protección frente a estos riesgos a todos
los obreros incluidos los campesinos y los servidores domésticos, haciendo una excepción a la
tendencia de la época que era excluir a estos trabajadores de la protección brindada.
En la actualidad igualmente encuentra buena acogida en nuestra legislación, pues se protege
por la Seguridad Social a los trabajadores dependientes del sector privado y a los trabajadores del
sector público. No podemos dejar de mencionar la incorporación genérica, aunque voluntaria, que
se hizo de los trabajadores independientes al Nuevo Sistema de Pensiones establecido por el D. L.
3.500 de 1980.
Por otra parte, nuestra legislación protege también a la población que, sin encontrarse ligada a
la actividad laboral se ve afectada por algún riesgo o contingencia social como es el caso de la
mujer embarazada que se le otorga protección durante todo el embarazo, sin exigírsele que tenga
la calidad de imponente a alguna caja de previsión.
De acuerdo a este principio cada individuo debe efectuar aportes en base a su capacidad
económica, a fin de que éste, unido al de los demás miembros de la comunidad, permita enfrentar
los estados de necesidad que él mismo, su familia u otros individuos puedan sufrir. Se postula que
"cada individuo aporte según su capacidad y reciba según su necesidad".
El profesor Novoa 18 señala que la solidaridad se justifica porque
- la Seguridad Social es, ante todo, un esfuerzo de toda la comunidad, realizado en su propio
beneficio;
- a dicho esfuerzo deben contribuir todos y cada cual según sus capacidades y posibilidades;
- el esfuerzo individual de cada persona debe ser considerado como una exigen cia del Bien Común
(y no como prestación previa para que luego el órgano gestor otorgue la correspondiente
prestación).
La aplicación de este principio, encuentra íntima relación con la posición que se adopte frente al
punto de si debe exigirse que la Seguridad Social cumpla el rol de mecanismo de distribución de
ingresos o, por el contrario, su papel escapa a tal logro. Algunos autores 19 sostienen que existiría
en la medida que se redistribuya ingresos, mediante la Seguridad Social. Otros 20 disponen que tal
resultado debe ser logrado por esta disciplina y más aun, que es "el punto de partida de todo plan
o institución de la Seguridad Social".21
Otra tendencia considera que no es necesario que los programas de Seguridad Social deban
estar destinados a redistribuir ingresos 22 y realizan una diferenciación entre los afectados por un
18
Ob.cit p.110
19
Idem
20
Idem.
21
Fernández Pastorino."Seguridad Social". Edit. Universitaria, Buenos Aires.,1989, p.81.
22
Gaete, María Elena;Matthei, Evelyn; Undurraga José Pedro. "Capitalización Individual y Reparto en el Actual Sistema de
Pensiones Chileno", en "Sistema Privado de Pensiones". Centro de Estudios Públicos, 1988, ps. 39 y ss.
13
De acuerdo a este principio, la Seguridad Social no sólo debe otorgar protección frente a todos
los riesgos y contingencias sociales considerados como propios sino que es necesario que, en la
atención de dichos riesgos desarrolle cuatro funciones: preventiva, es decir destinada a evitar que
ellos acontezcan; recuperadora, o sea, procurar devolver al afectado por el riesgo al estado
anterior en el cual se encontraba cuando éste acaeció; reparadora, tendiente a conceder el amparo
económico que requiere; y readaptadora o rehabilitadora, que, en general, tiene por objeto
reincorporar a la actividad económica y laboral a las personas afectadas por un riesgo o
contingencia social.
Las prestaciones que la Seguridad Social otorga deben ser eficientes y oportunas, es decir,
deben asegurar la continuidad y mantenimiento de la capacidad de consumo del afectado por el
riesgo o contingencia social en forma decorosa y digna. Por otra parte deben ser entregadas en
tiempo oportuno y conservando su valor adquisitivo.
En otras palabras, se trata que las prestaciones sean tales que sus montos permitan a la
persona conservar el nivel de vida del momento en que ocurrió el riesgo o contingencia. Sin
embargo, normalmente no se confiere una prestación de monto idéntico a la remuneración o
ingreso que se deja de percibir, cuando ello es la causa de la prestación, pues se considera que tal
situación invitaría a la persona a evitar su reincorporación a la vida activa. Por esta consideración
diversos beneficios se confieren sólo en porcentaje de la base que sirve de cálculo.
Concretamente se manifiesta en instituciones tales como la existencia de pensiones mínimas y
de sistemas de reajustes de pensiones. Se trata, en efecto, que la prestación sea suficiente, por lo
menos, para asegurar una subsistencia mínima a la persona. Por otra parte, de nada serviría que
inicialmente la prestación cumpla con ese requisito si, producto del proceso inflacionario, a corto
plazo disminuyera su valor adquisitivo.
A fin de no confundirnos debemos dejar en claro que este principio no se contradice con la
existencia de "topes" o pensiones máximas pues no es el rol de la Seguridad Social conferir lo que
podría considerarse como pensiones de "lujo". Al respecto, el autor Carlos Martí Bufill señala "La
Seguridad Social obligatoria, por razones éticas (no matar el estímulo) y económicas (capacidad
de los fondos recaudados), no sustituirá nunca la integridad de los ingresos desaparecidos en un
infortunio y se limitará a dar lo necesario para la subsistencia; luego será siempre necesaria la
acción individual y voluntaria".23
No podemos dejar de considerar que autores como don Patricio Novoa Fuenzalida 24 lo trata
como "integridad o suficiencia" y lo enuncia de la siguiente forma: "El principio de integridad señala
que las prestaciones médicas curativas y reeducativas; las prestaciones económicas en caso de
pérdida, suspensión o disminución considerable de la capacidad de trabajo; y, las prestaciones
familiares, deben ser suficientes para atender la contingencia social de que se trate, esto es, han
de resolver el caso social". En su análisis, distingue las diversas prestaciones señalando cómo
debe manifestarse este principio en cada una de ellas. Así, frente a problemas de salud, debe
desarrollarse una labor preventiva, recuperadora y readaptadora; en cuanto a las prestaciones
pecuniarias, deben ser tales que permitan a la persona seguir viviendo en condiciones
relativamente similares a las que gozaba antes de acaecer el hecho.
23
"Tratado Comparado de Seguridad Social". Madrid, 1951, p.217
24
Ob. cit, p.99 y ss.
14
Según este principio las prestaciones que la Seguridad Social otorga a las personas afectadas
por un riesgo o contingencia, deben ser de carácter único o uniformes. En otras palabras, los
estados de necesidad deben estar cubiertos del mismo modo respecto de todos los miembros de
la comunidad. No se trata que exista un solo órgano administrador, pues ello llevaría en la
práctica a una situación de complejidad administrativa que deriva en burocracia y altos costos de
funcionamiento. Por el contrario, se sostiene que la existencia de diferentes organismos
administradores es la mejor forma de otorgar una cabal protección frente a los riesgos y
contingencias, ya que un determinado organismo puede presentarse como idóneo frente al
otorgamiento de ciertas prestaciones, pero no para otras. Por ejemplo, el seguro contra riesgos
profesionales admite su administración por instituciones denominadas mutualidades, especialistas
en la materia, pero que tal vez, podrían no contar con la agilidad necesaria para conferir otros
beneficios, como prestaciones familiares. La unidad se manifiesta en la coordinación con que
estos organismos deben desarrollar su labor, conformando, en conjunto, un todo que es lo que
constituye en definitiva, el Sistema de Seguridad Social.
El profesor Novoa Fuenzalida propone que la existencia de diversos organismos gestores
permite lograr la unidad del sistema de Seguridad Social en la medida que cumplan, a lo menos
con las siguientes condiciones:
- que abarque un conjunto o grupo homogéneo de afiliación, ya sea sobre la base del territorio o a
la profesión a la que pertenecen.
- que por la actividad sumada o conjunta de todos ellos, quede protegida toda la población.
- que operen de acuerdo con una política de conjunto orientada por el Estado, de manera que,
conservando su autonomía, lleguen a constituir verdaderas "agencias" del sistema.
- que el régimen de prestaciones sea esencialmente el mismo en cada organismo.
- que el régimen de cotizaciones sea también el mismo en todos ellos. 25
25
Ob. Cit. p.116.
15
Nos referimos a la forma como la Seguridad Social obtiene los recursos necesarios para costear
las prestaciones que otorga y su aparato administrativo.
Tradicionalmente se distinguen tres variables básicas: el sistema unipartito, sistema bipartito y
el tripartito.
Implica financiar los gastos que demanda la cobertura de los estados de necesidad con aportes
de un solo sector: empresa (empleador), Estado o trabajador.
26
Novoa Fuenzalida, Patricio. Derecho de Seguridad Social. Editorial Jurídica de Chile, 1977, p.191.
16
"... a partir del 10 de marzo (de 1981), las cotizaciones previsionales serán de cargo del
trabajador. Sin embargo, al mismo tiempo, todas las remuneraciones brutas imponibles serán
reajustadas con el solo efecto de mantener constante la renta líquida de cada trabajador. Esto
significa que la mayor parte de las cotizaciones que antes pagaba el empleador se han convertido
en una mayor remuneración imponible del trabajador.
Así se aclara el engaño sistemático de que fueron víctimas los trabajadores, se les mantiene
totalmente inalterada su remuneración neta, y se le entrega una eficaz herramienta para conocer el
costo de su previsión, defender su salario y aumentarlo cada vez que bajen las cotizaciones" 27
c) Aporte estatal.
Siguiendo al profesor Novoa,28 diremos que este aporte se justifica porque es deber del Estado
la mantención de niveles de vida dignos entre los administrados y los seguros sociales constituyen
un medio para lograr ese objetivo. Además es su obligación remediar la insuficiencia de los
órganos creados por él y que atienden, en su nombre, las necesidades públicas. En otras palabras,
el Estado es el garante del sistema de Seguridad Social.
El aporte estatal puede verificarse de diversa forma, entre las cuales se citan:
- Cubrir un déficit, asignando al órgano gestor una determinada suma consultada en el presupuesto
de la Nación.
- Tomar sobre sí la responsabilidad del otorgamiento de una o más prestaciones de seguridad
social, como ocurre en nuestro caso con las llamadas prestaciones familiares.
- Asignar en forma permanente una suma a un ente gestor de la seguridad social.
27
"La Reforma Previsional". Edit. Jurídica de Chile. 1981, p.17.
28
Ob. Cit. p.194.
29
Ahumada Pacheco, Hermes. Ob.Cit. p.123.
30
Krauss Rusque, Enrique. "Reforma Financiera de la Seguridad Social Chilena". Edit. Universitaria, 1960, p.19.
17
ingresos y egresos del sistema", y agrega que "Teóricamente el régimen financiero persigue la
obtención de un equilibrio estable entre el costo de las prestaciones ofrecidas y los recursos
necesarios para cubrirlas".
Todo organismo previsional dispone de determinados recursos, sea que provengan del aporte
de trabajadores, empleadores o del Estado. A través del régimen financiero se establece el método
por el cual se van a asignar esos recursos a la solución de los estados de necesidad que sufren los
afiliados, teniendo presente no solo el financiamiento de las prestaciones a entregar sino todo lo
inherente al costo del aparato administrativo del sistema, según analizaremos.
Se distinguen generalmente los siguientes regímenes:
2.1 Régimen de Reparto, con sus dos variantes: reparto simple y reparto fondos de cobertura o
régimen de capitalización parcial.
2.2 Régimen de capitalización, que puede ser individual y colectiva.
31
Ob. Cit. p.123.
32
Ob. Cit. p.202.
18
que en conjunto con sus intereses, permita financiar íntegramente los costos de la Seguridad
Social, es decir, las prestaciones y gastos de administración.
El sistema presenta dos variantes: capitalización individual y capitalización colectiva.
I INTRODUCCION
de los Decretos con Fuerza de Ley Nº 454 y Nº 767, cuyo texto definitivo fue fijado por el D.F.L.
1340 bis de 1930, vigente hasta hoy. Ese mismo año, 1925, se dictó el Decreto Supremo Nº 857,
que fijó el texto definitivo de la ley sobre Empleados Particulares.
En 1931, se dictó el Código del Trabajo, el cual fue más bien una recopilación de los más
importantes cuerpos legales sobre la materia.
En 1938 se dictó la ley Nº 6.174, sobre Medicina Preventiva, obra del Dr. Eduardo Cruz Coke.
Esta ley fue la primera en el mundo sobre la materia.
Se destaca igualmente la ley Nº 6.236 también de 1938 llamada "De la Madre y el Niño", que
tuvo por objeto extender la atención médica a la cónyuge de los imponentes durante el embarazo,
parto y puerperio y a sus hijos durante los dos primeros años de vida, concediéndoles además,
alimentación suplementaria durante ese periodo.
En 1941, el Gobierno de la época envió al Congreso Nacional un proyecto de ley modificatorio
de la ley Nº 4.054, que después de una larga y postergada tramitación se convirtió en la ley Nº
10.383, en el año 1952. Esta ley, dirigida a los obreros, contempló un seguro obligatorio contra los
riesgos de enfermedad, invalidez, vejez y muerte. Creó el Servicio de Seguro Social y el Servicio
Nacional de Salud.
También en el año 1952 se dictó la ley Nº 10.475, que estableció un régimen de pensiones por
antigüedad, invalidez, vejez y supervivencia para los empleados particulares.
En 1959 se publicó en el Diario Oficial la ley Nº 10.986, sobre continuidad de la previsión, cuyo
objetivo principal fue el de permitir que el afiliado en una caja de previsión pudiera reconocer en
ella los anteriores períodos de afiliación y poder así optar a los respectivos beneficios.
En 1953 se dictó el D.F.L. Nº 243, que estableció el beneficio de indemnización por años de
servicios y un auxilio de cesantía en favor de los obreros y el D.F.L. Nº 245, que estableció el
régimen de asignaciones familiares en su favor.
En el año 1963 se dictó la ley Nº 15.386, sobre Revalorización de Pensiones, cuyos principales
objetivos fueron establecer un sistema de reajuste de las pensiones y un sistema de pensiones
mínimas, el cual rige actualmente.
En 1968 si dictaron dos importantes cuerpos legales: la ley Nº 16.744, que estableció un seguro
obligatorio contra riesgos profesionales, inspirado en principios completamente diferentes a los
vigentes hasta el momento, derogando el anterior sistema; y la ley Nº 16.781, sobre medicina
curativa para empleados particulares y para funcionarios del sector público.
En 1970 se dictaron varias leyes importantes, entre las cuales figura la ley Nº 17.322, sobre
cobro de imposiciones, aportes y multas por las instituciones de previsión, y la ley Nº 17.301, que
creó la Junta Nacional de Jardines Infantiles y que impuso la obligación de mantener salas cunas
en las instituciones, empresas y servicios estatales y estableció el derecho a permiso y subsidio
por enfermedad grave del hijo menor de un año, en favor de la mujer trabajadora.
En esa época se continúan dictando normas que conceden nuevos beneficios, modifican o
complementan los anteriores o incluyen en los existentes a nuevos beneficiarios.
El Gobierno Militar, desde sus inicios, dictó diversas normas jurídicas tendientes a establecer un
sistema de Seguridad Social basado en los principios que el gobierno sustentó. Particularmente, se
buscó otorgar al sistema una uniformidad que hasta el momento nunca había existido, como una
forma de introducir elementos de justicia en materia de protección a la comunidad. También jugó
un importante papel el principio de la subsidiariedad, que en verdad encuentra una importante
aplicación en el actual sistema previsional.
En forma similar a lo que ocurrió en diversos aspectos de la realidad chilena, el Gobierno Militar
introdujo importantísimas reformas en lo atinente a la Seguridad Social, en términos tales que se
puede sostener que la estructura, principios y bases del actual sistema previsional se presentan
como una verdadera revolución respecto de los regímenes que existían - en forma exclusiva- en el
año 1980.
El Sistema instaurado constituyó la respuesta a las numerosas críticas de que habían sido
objeto los regímenes existentes hasta entonces, las cuales, en definitiva, son las que sirvieron de
base y fundamento a la transformación experimentada en la materia.
21
Del punto de vista más bien histórico no podemos dejar de señalar que la situación previsional
chilena ya había sido tema de discusión en etapas anteriores:
En 1956, la denominada Misión Económica Klein y Sacks, recomendó establecer
modificaciones sustanciales al sistema vigente. Posteriormente, en 1964, una comisión presidida
por don Jorge Prat Echaurren, emitió un completísimo informe sobre la seguridad social chilena,
proponiendo cambios profundos.
El 30 de agosto de 1968, el presidente de la época, don Eduardo Frei Montalba y su ministro de
Hacienda, don Andrés Zaldívar Larraín, enviaron al Congreso Nacional un Proyecto de Ley que
contenía diversas normas de orden previsional, el cual en definitiva no fue aprobado. En el
Mensaje del proyecto se reconocían problemas o defectos del sistema vigente tales como los
elevados costos de administración, pago de privilegios irritantes, de beneficios sin existir reales
estados de necesidad, falta de solidaridad y efectos regresivos.
El sistema que se proponía, se sustentaba en un régimen único y uniforme que permitía gozar
de pensión de vejez a los 65 años a los varones y 60 a las mujeres. Se pretendía, según el
Mensaje, que todas las Cajas otorgasen pensiones bajo los mismos requisitos, por los mismos
montos, calculados de idéntica manera, sujetos a los mismos procesos de reajustes. Como ya
hemos señalado, el proyecto no fue aprobado.
El Gobierno Militar, desde el comienzo de su gestión planteó a la comunidad nacional la
imperiosa necesidad de sustituir los regímenes previsionales preexistentes, por un sistema nuevo
con carácter de uniformidad, universalidad, integridad y suficiencia. Tal objeto se precisa
claramente en el documento denominado "El Objetivo Nacional de Chile", en el cual se plantean las
grandes directrices, herramientas y propósitos en esta materia, indicándose expresamente la
intención de sustituir todo por un nuevo sistema.
En noviembre de 1975 se entregó al conocimiento del país un anteproyecto de reforma llamado
"Anteproyecto del Estatuto Fundamental de Principios y Bases del Sistema de Seguridad Social"
en el que se daba acogida a los principios ya mencionados y, además, al de la subsidiariedad. Este
proyecto era de gran amplitud, incluyendo otros regímenes de beneficios además de las pensiones,
tales como medicina social, asignación familiar, subsidio por interrupción temporal del trabajo,
asistencia social, etc.
En lo atinente al financiamiento disponía un sistema mixto de capitalización individual y
colectiva para las pensiones y reparto para otros beneficios.
La administración operacional se entregaba a instituciones denominadas Corporaciones de
Seguridad Social. Este Anteproyecto no fue aprobado y posteriormente, en 1980 se presentó al
país la reforma del sistema de pensiones en términos que analizaremos en su oportunidad.
Trataremos de sintetizar los principales aspectos que caracterizan al Antiguo Sistema -o
Tradicional- exponiendo las más importantes opiniones vertidas al respecto.
Esta crítica fue expuesta por el entonces Ministro José Piñera 33 señalando: "La inexistencia de
una relación entre aportes y beneficios, y la facultad del poder político para definir quién se
beneficia y en cuánto, han configurado una fuente de poder discrecional que abrió completamente
las puertas a la demagogia y a la injusticia".
La crítica enunciada se fundamenta en diversos aspectos, que dicen relación principalmente
con el sistema de financiamiento vigente en materia de pensiones. En efecto, correspondía a un
régimen de reparto en el cual las pensiones que se pagaban a las personas que ya se habían
retirado de la fuerza de trabajo, eran financiadas con los aportes que realizaban los trabajadores
activos, sus empleadores y el Fisco.
Se señala, sin embargo, que el problema no radicaba en el sistema mismo, pues si bien no se
daba una relación entre las imposiciones y los beneficios obtenidos, ello se debía a que el sistema
no buscaba que se lograra esa igualdad, sino que los montos de las pensiones eran determinados
33
“La Reforma Previsional” Editorial Jurídica de Chile, 1981. Discurso dictado con motivo de la aprobación de la Reforma
Previsional. Pág. 8
22
según parámetros en los cuales no figuraba el monto de los aportes efectuados, buscando una
justa redistribución de los ingresos, en términos tales que cada uno aportaría según su capacidad y
recibiría según su necesidad.
Nos detendremos en este punto a fin de exponer cierta tendencia según la cual no corresponde
a la Seguridad Social servir de herramienta de redistribución de ingresos. De acuerdo a esta
posición,34 frente a la existencia de estados de necesidad, existen básicamente dos grupos en la
población de un Estado: por un lado aquellos que experimentan una carencia crónica de recursos
económicos, de salud, alimentación y educación, la que es traspasada de una generación a otra.
Por otro, la población que está capacitada para enfrentar su propio futuro, pero que depende de
una remuneración y cuyo estado de necesidad se produce en el evento que por alguna
enfermedad, invalidez, cesantía u otra se vea imposibilitado de procurarse el salario.
La primera situación, -pobreza crónica- debe -según esta posición- ser solucionada por
programas de ayuda, los que, en definitiva, se traducen en beneficios inherentes a la Asistencia
Social. Estos programas deben ser financiados por recursos estatales, con lo cual podría lograrse
la ansiada redistribución de ingresos.
Los estados de necesidad acaecidos al otro grupo, deben ser solucionados por programas
sustituidores de remuneraciones, los que tienen precisamente por objeto asegurar un ingreso ante
la ocurrencia de hechos que impidan a un trabajador continuar procurándose una remuneración.
Frente a estas situaciones, se presenta como necesario que el trabajador obtenga un beneficio que
realmente le permita continuar enfrentando los gastos ordinarios de vida. Concretamente, en
materia de pensiones, lo que se busca es reemplazar la remuneración que se deja de percibir en
forma permanente, a diferencia de lo que ocurre en otros casos como enfermedad, en que el
reemplazo es transitorio. Según esta posición, el Antiguo Sistema tampoco habría buscado
redistribuir ingresos, ya que las bases de cálculo eran las remuneraciones obtenidas por los
trabajadores en su vida activa o la antigüedad en la afiliación. Según esta posición, para que las
pensiones hubiesen sido efectivamente una forma de redistribución de ingresos, deberían haber
existido mecanismos que permitieran aumentarlas en el evento de nuevos estados de necesidad y
disminuirlas en caso de aumentos de ingresos en el pensionado, lo cual no fue considerado.
En suma, y cualquiera que sea la inclinación que nos domine, debemos reconocer que, en
definitiva, tal relación entre lo aportado y lo recibido fue mínima, lo cual, por un lado, no habría sido
necesariamente querido por el sistema y, por otro, no se habría producido por razones tales como
evasión impositiva o deficiencias administrativas o mala inversión o manejo de los fondos, lo que
hacía disminuir el total a repartir.
No podemos dejar de considerar que se presenta como un ideal el que lo obtenido en calidad
de pensión tenga alguna relación con lo aportado, como una forma de respetar el esfuerzo
individual de cada persona. Este último es el planteamiento que inspira nuestro nuevo sistema,
como tendremos ocasión de analizar.
Otra importante crítica que se ha formulado al Antiguo Sistema es que existió una notoria
regresividad. Lo anterior se traduce en que los sectores de más bajos ingresos, por lo general,
habrían efectuado proporcionalmente el mayor aporte financiero, recibiendo beneficios
sustancialmente menores y con requisitos más estrictos que los exigidos para el resto de los
imponentes. Según se denunció por el ex Ministro del Trabajo, don José Piñera 35 este efecto
habría sido el resultado, por lo menos en parte, de que los regímenes previsionales fueron
surgiendo en nuestro país como consecuencia de presiones sectoriales y no como el resultado de
una política general de Seguridad Social. A pesar que el punto es y ha sido discutido,
analizaremos los principales aspectos en los cuales se habría manifestado esta regresividad.
34
Posición sustentada por María E. Gaete, Evelyn Matthei y José P. Undurraga en "Capitalización Individual y Reparto en el
actual Sistema de Pensiones Chileno", publicado en "Sistema Privado de Pensiones". Centro de Estu dios Públicos. 1988,
ps. 39 y ss.
35
Ob. Cit., p.8.
23
a) En materia de pensiones.
Los grupos que tenían mejor situación económica gozaban de los mejores sistemas (respecto
del monto de los beneficios, requisitos para obtenerlos y baja edad de jubilación). Los tres grandes
sistemas (empleados públicos, particulares y obreros) cubrían al 90% de los trabajadores y, en
general, proporcionaban beneficios inferiores a los otorgados por otros sistemas, mucho más
pequeños y que conferían una protección considerablemente más generosa.
El sistema que agrupaba a la mayoría de los obreros (Servicio de Seguro Social) se acostumbra
a citar como el menos beneficioso, ya que por ejemplo, la tasa de pensión máxima fijada era del
70% del promedio de los últimos 5 años, es decir, no podían optar a jubilar con el 100% de ese
promedio, a pesar de haber impuesto durante toda su vida activa por el total de sus remuneracio -
nes. Por otra parte, no gozaban de la posibilidad de jubilar por años de servicios o antigüedad
como ocurría en otros sistemas de empleados.
Bajo el programa original la cobertura del sistema no fue de alcance nacional, sino que se
dividió por oficios o empleos, llegando a existir más de 50 instituciones de previsión sujetas a leyes
orgánicas distintas que otorgaban beneficios también distintos y previo el cumplimiento de
requisitos diferentes. En 1980 existían 32 instituciones previsionales, si bien el 95% de los
imponentes cotizaba sólo en tres: el Servicio de Seguro Social (65%), la Caja de Previsión de
Empleados Particulares (18%) y la Caja Nacional de Empleados Públicos y Periodistas. En estas
32 "Cajas" se podían distinguir y subdistinguir hasta 100 regímenes previsionales diferentes,
algunos de los cuales conducían a situaciones realmente privilegiadas y además contaban, en
algunos casos, con menos de 100 afiliados.37
Como un problema anexo, se originó en estas instituciones una considerable sobrecarga de
trabajo, sin que paralelamente se contemplaran fórmulas de readecuación en la administración y
modernización del Sistema. Estas deficiencias acarrearon problemas tales como mala atención,
demoras irracionales en el otorgamiento de los beneficios y malestar previsible en los afiliados, lo
cual se acrecentaba por el hecho de tratarse de verdaderos "clientes cautivos". A lo anterior
contribuía la muchas veces escasa preparación del personal y la falta de atribuciones decisorias en
36
"Funcionamiento del Nuevo Sistema de Pensiones" ICARE. 1988, p.12.
37
Cheyre Valenzuela, Hernán. "La Previsión en Chile Ayer y Hoy". CEP,1988, p. 8
24
provincias.
De lo anterior, no puede sino concluirse que el panorama administrativo se presentaba como un
problema indisoluble. La reforma en este punto resultaba no sólo procedente o justificada, sino
indispensable, aunque pudiese haberse optado por algún sistema distinto al establecido en la
actualidad.
IV REFORMAS LEGISLATIVAS
De acuerdo a lo manifestado en 1980 por el entonces Ministro del Trabajo don José Piñera
Echeñique, la reforma consistió concretamente en establecer un nuevo sistema de pensiones y no
afectaría a los otros beneficios de carácter previsional, como salud, asignación familiar, subsidios
de cesantía, protección contra accidentes del trabajo, etcétera. 38
Lo señalado no debe llevarnos a concluir que tales beneficios no hayan sido objeto de
modificaciones por el gobierno pasado. Por el contrario, ya antes de la llamada Reforma -año
1980- fueron numerosos los textos legales que se dictaron en la materia, los cuales se caracterizan
en gran medida por buscar -y en muchos casos lograr- la uniformidad en el sistema.
Importante resulta destacar los siguientes:
1.- D.L. 307, publicado en el Diario Oficial del 7 de febrero de 1974 y que entró en vigencia el 1
enero de 1974. Estableció un Sistema Unico de Prestaciones Familiares.
2.- D.L. 603, de 10 de agosto de 1974, que estableció un Sistema Unico de Subsidio de
Cesantía, concediéndoselo por primera vez al sector público y uniformándolo respecto del sector
privado.
Ambos decretos leyes fueron refundidos en el D.F.L. 150, de 25 de mayo de 1982.
3.- D.F.L. 44, de 24 de junio de 1978, que estableció un Régimen Unico de Subsidio por
Incapacidad Laboral Temporal.
4.- D.L. 2.448, de 9 de febrero de 1979, que, entre otras cosas, uniforma la edad para jubilar por
vejez en todos los regímenes previsionales, excepto en los de las Fuerzas Armadas y Carabineros.
Este texto establece también un mecanismo único de reajustabilidad de las pensiones.
sistema que por aquel se creaba, el derecho a las prestaciones de salud establecidas en las Leyes
10.383, (Servicio de Seguro Social) ó en la 16.781 (medicina curativa) y en la Ley 6.174 (medicina
preventiva), pudiendo optar, sin embargo, por enterar su cotización para salud en alguna entidad
diferente a las anteriores, que deberían ser reguladas por la normativa que el Presidente de la
República dictaría en el plazo de 180 días. Como producto de tal mandato se dictó el D.F.L. Nº 3,
publicado en el Diario Oficial de 9 de marzo de 1981, que creó las denominadas Instituciones de
Salud Previsional, ISAPRE.
C.- En el Diario Oficial del 23 de Noviembre de 1985, se publicó la Ley 18.469, cuyo objetivo
básico fue establecer un régimen de prestaciones de salud de aplicación general, abarcando los
aspectos preventivos y curativos, dejando prácticamente sin aplicación en estas materias a las
leyes 10.383, 16.781 y 6.174.
A contar de entonces coexisten los sistemas privado (creado por el D.F.L. 3 y hoy regulado por
la ley 18.933, de 9 de marzo de 1990) y el estatal, a cargo de FONASA y regulado por la ley
18.469.
Las modificaciones anteriores resultaron previas a la gran reforma en materia previsional, que
fue establecida a través de la dictación de los Decretos Leyes 3.500, 3.501 y 3.502.
El Decreto Ley 3.500, creó un Nuevo Sistema de Pensiones de Vejez, Invalidez y
Sobrevivencia, de carácter privado.
El Decreto Ley 3.501, reguló básicamente materias tendientes a armonizar la situación de los
regímenes antiguos vigentes a la época con la nueva situación previsional que se creaba. Este
texto trata tan importantes materias como el traspaso de la carga impositiva del empleador al
trabajador, en los regímenes antiguos subsistentes.
El Decreto Ley 3.502 creó el Instituto de Normalización Previsional.
CAPÍTULO III EL SISTEMA PRIVADO DE PENSIONES EN CHILE. ESTUDIO DEL D.L. 3.500
I ANTECEDENTES
Está constituida básicamente por el D.L. 3.500, publicado en el Diario Oficial del 13 de
noviembre de 1980. Su reglamento fue establecido por el Decreto Nº 57 de 28 de marzo de 1991.
27
La administración fue entregada a organismos privados que están constituidos por las llamadas
Administradoras de Fondos de Pensiones. Estas entidades están reglamentadas en el título IV del
D.L. 3.500, artículos 23 y siguientes y en el título VII artículos 52 y siguientes del Reglamento.
De acuerdo al artículo 23, las AFP son sociedades anónimas, cuyo objeto exclusivo es
administrar Fondos denominados Fondo de Pensiones y de otorgar las distintas prestaciones que
establece la ley, recaudando las cotizaciones previsionales correspondientes, abonándolas a las
cuentas de los afiliados e invirtiendo estos recursos, lo cual posteriormente generará los fondos
necesarios para financiar las pensiones que el Sistema contempla.
39
En este Capítulo toda referencia al Reglamento se entiende hecha al Reglamento Nº 57, de 28 de marzo de 1991.
28
Estas sociedades anónimas, se rigen en su formación y estatutos por las normas generales en
la materia, constituida básicamente por la ley 18.046, de 1981, que en su artículo 132 establece
que las Sociedades Administradoras de Fondos de Pensiones se rigen por las disposiciones
aplicables a las sociedades anónimas abiertas, en cuanto esas normas se concilien o no se
opongan a lo dispuesto por el D.L. 3.500.
2.1 Constitución.
De acuerdo al artículo 24 inciso 2º y 52 inciso 3º del Reglamento, las AFP existen en virtud de
una resolución de la Superintendencia respectiva que las autoriza y aprueba sus estatutos.
Para iniciar su constitución, los organizadores deberán presentar a la Superintendencia de AFP
un prospecto descriptivo de los aspectos esenciales de la sociedad y de la forma como desarrollará
sus actividades.
Aceptado el prospecto, se entregará un certificado previsional de autorización a los
organizadores, que los habilitará para realizar los trámites conducentes a obtener la autorización
de existencia de la sociedad y los actos administrativos que tengan por objeto preparar su
constitución y futuro funcionamiento. Para ello, se considerará que la sociedad tiene personalidad
jurídica desde el otorgamiento del certificado. No podrá solicitarse la autorización de existencia de
la sociedad transcurridos diez meses desde la fecha de aquél.
Solicitada la autorización de existencia y acompañada copia autorizada de la escritura pública
que contenga los estatutos, en la que deberá insertarse el certificado indicado, el Superintendente
de AFP comprobará la efectividad del capital de la empresa. Demostrado lo anterior dictará una
resolución que autorice la existencia de la sociedad y apruebe sus estatutos.
La Superintendencia expedirá un certificado que acredite tal circunstancia y contenga un
extracto de los estatutos. El certificado se inscribirá en el Registro de Comercio del domicilio social
y se publicará en el Diario Oficial dentro del plazo de sesenta días contado desde la fecha de la
resolución aprobatoria. Lo mismo deberá hacerse con las reformas que se introduzcan a los
estatutos o con las resoluciones que aprueben o decreten la disolución anticipada de la sociedad.
(Artículos 131 y 132 de la Ley 18.046).
Las Administradoras gozan de personalidad jurídica desde que se les otorgue este segundo
certificado.
2.3 Objeto.
29
A.- El inciso 4º del artículo 23, permite que las AFP cuyo patrimonio sea superior a 20.000 UF
puedan prestar servicios a otras AFP, los que pueden consistir en la recaudación de cotizaciones y
depósitos voluntarios y su abono en las respectivas cuentas de capitalización individual. Dicho
servicio no puede comprender la inversión de los recursos previsionales de otras
Administradoras.40
B.- La ley 18.646 de 1987, estableció la posibilidad de contar con una Cuenta de Ahorro
Voluntario, cuyas características analizaremos más adelante.
C.- La ley 18.964, de 10 de marzo de 1990, dispuso que los fondos existentes en dicha cuenta
podrán acreditarse como ahorro en dinero en los sistemas habitacionales del SERVIU.
D.- La ley 19.010, de 1990, hoy parte integrante del Código del Trabajo, estableció que las
AFP administrarían los fondos destinados a indemnizaciones por años de servicio a que se referían
los artículos 5 y siguientes de esa ley. (Artículos 163 y siguientes del Código del Trabajo).
E.- De acuerdo con las disposiciones de la Ley 19.301, de 19 de marzo de 1994 y 19.389, de
18 de mayo de 1995, las AFP pueden constituir en el país sociedades anónimas filiales, previa
autorización del Superintendente, siempre que presten servicios a personas naturales o jurídicas
que operen en el extranjero, o que inviertan en AFP o sociedades cuyo giro esté relacionado con
materias previsionales, constituidas en otros países. Estas filiales deben complementar el giro de la
sociedad nacional, y se entiende que lo hacen cuando realicen las siguientes operaciones:
administración de carteras de Fondos de Pensiones; custodia de valores; recaudación de
cotizaciones, aportes y depósitos; administración y pago de beneficios; procesamiento
computacional de información; arriendo y venta de sistemas computacionales; capacitación;
40
Modificación introducida por la Ley 19.641, de 1999
30
F.- En conformidad a las modificaciones introducidas por la Ley 19.641, del 28 de octubre de
1999 se permite igualmente a las administradoras constituir en el país sociedades anónimas
filiales, previa autorización de existencia otorgada mediante resolución dictada por el
Superintendente, cuyo objeto exclusivo sea la administración de carteras de recursos previsionales
de esa u otras Administradoras de Fondos de Pensiones. Se trata en este caso, de la
subcontratación que efectúa la AFP respectiva con una de estas sociedades anónimas, cuyo objeto
exclusivo es la administración de cartera de recursos previsionales. Estas sociedades se regulan
por las normas del artículo 23 bis y por la Circular N° 1.103, de 5 de noviembre de 1999.
Constituyen la retribución que recibe la AFP por la administración de las prestaciones que
otorga conforme a la ley. (Artículos 28 y 29 y 59 del Reglamento).
3.1 Características.
1.- Son establecidas por cada AFP.
31
2.- Son descontadas de las respectivas cuentas de capitalización individual y de los retiros según
corresponda.
3.- Son uniformes para todos los afiliados adscritos a un mismo tipo de Fondo, por regla general.
4.- Están destinadas al financiamiento de la Administradora, incluyendo la administración de cada
uno de los Fondos de Pensiones, de las cuentas de capitalización individual, de los sistemas de
pensiones de vejez, invalidez y sobrevivencia y del sistema de beneficios garantizados por el
Estado, el pago de la prima del contrato de seguro, que cubre la obligación de la AFP de enterar el
aporte adicional y la administración de las demás prestaciones que establece la ley.
5.- Están exentas del impuesto al valor agregado.
6.- Sólo pueden cobrarse comisiones por los siguientes conceptos:
C.- Retiros que se practiquen por concepto de renta temporal o por retiros programados.
En los casos B y C las comisiones pueden establecerse sobre la base de un porcentaje de los
valores involucrados o corresponder a una suma fija por operación, o a una combinación de
ambos.
41
Este punto será estudiado al tratar el régimen de protección frente a los riesgos profesionales.
32
D.- Retiros que se efectúen de la cuenta de ahorro voluntario, los cuales, en conformidad a lo
dispuesto por el artículo 21, sólo pueden establecerse sobre la base de una suma fija por
operación. Artículo 57 y 58 del Reglamento.
E.- Por los depósitos que se efectúen en las cuentas destinadas a las indemnizaciones a que se
refieren los artículos 163 y siguientes del Código del Trabajo, la cual debe ser porcentual.
De acuerdo al artículo 2 del D. L. 3.500, la afiliación es "la relación jurídica entre un trabajador y
el sistema de pensiones de vejez, invalidez y sobrevivencia que origina los derechos y obligaciones
que la ley establece, en especial, el derecho a las prestaciones y la obligación de cotización".
Según se desprende de la definición transcrita, la afiliación es el vínculo jurídico entre un
trabajador y el sistema de pensiones y no sólo con una AFP determinada.
1.1 Es única.
La afiliación es una sola, aunque el trabajador dependa de más de un empleador o se
desempeñe como dependiente e independiente a la vez. Tampoco puede estar incorporado al
Nuevo y al Antiguo sistema a la vez, ni a más de una AFP en forma simultánea. (Artículo 2 inciso 3
y 5 del Reglamento).
1.2 Es permanente.
La afiliación subsiste durante toda la vida del afiliado, ya sea que se mantenga o no en
actividad, que cambie de empleador o que se cambie de AFP. 42
1.3 Es obligatoria.
De acuerdo al artículo 5 del Reglamento la afiliación al Sistema es obligatoria para los
trabajadores dependientes que inicien sus labores a contar del 1 de enero de 1983. Por el
contrario, es voluntaria para los demás trabajadores dependientes.
Al respecto, podemos acotar que históricamente el DL 3.500 fijó un plazo de cinco años a
contar del 1º de mayo de 1981, para que los afiliados al Antiguo Sistema optaran por éste y el
nuevo. La ley 18.510, derogó la limitación de plazo, lo que significa que en la actualidad la opción
puede efectuarse en cualquier momento.
Hasta el 31 de diciembre de 1982 el ingreso al Nuevo Sistema por parte de los trabajadores que
se afiliaren por primera vez a una institución de previsión no fue obligatoria. La obligación sólo
existe para todos los trabajadores dependientes que inicien sus labores a contar del 1º de enero de
1983.
Finalmente, debemos señalar que la afiliación al Nuevo Sistema es voluntaria para los
trabajadores independientes.
1.4 Es automática.
De acuerdo al artículo 6 del Reglamento, se produce por el solo hecho de iniciar labores como
trabajador dependiente o manifestar su voluntad en tal sentido el trabajador independiente,
mediante su primera cotización a un Fondo de Pensiones.
IV REGIMEN DE COTIZACIONES
42
No obstante esta característica, la ley 18.225, de 1983, reconoció a ciertos grupos de trabajadores la posibilidad de
desafiliarse del sistema.
33
1.1Concepto de remuneraciones.
De acuerdo al artículo 14, se entiende por remuneración la definida en el artículo 41 del Código
del Trabajo, sin perjuicio de lo señalado en el inciso 3º del artículo 20 (depósitos convenidos), que
analizaremos oportunamente. La parte de las remuneraciones no pagadas en dinero será
avaluada por la Superintendencia conforme a normas uniformes.
1.2Concepto de renta.
A su vez, el artículo 15 dispone que renta es la cantidad de dinero que declara un afiliado
independiente como base de cálculo de su cotización, la cual, de acuerdo al artículo 90 no puede
ser inferior al Ingreso Mínimo Mensual ni superior al equivalente a 60 Unidades de Fomento.
El límite imponible no es susceptible de ser rebajado por haber trabajado menos días en el
mes.44
43
Circular Nº 261, modificada por las Circulares N° 832 y 990.
44
SAFP. Ord. J/165, enero 1996
34
El inciso segundo del artículo 17 dispone que cada afiliado deberá efectuar, además de la
cotización anterior, una adicional en la misma cuenta y calculada sobre la misma base, la cual será
determinada por cada Administradora. Esta cotización está destinada al financiamiento de la AFP,
incluido el pago de la prima de seguro que las AFP deben contratar para cubrir en forma íntegra el
llamado "aporte adicional" que deben efectuar para concurrir al financiamiento de las pensiones de
invalidez o de sobrevivencia generadas durante la vida activa del afiliado cuando corresponda.
Si bien esta cotización debe tener el carácter de uniforme para todos los afiliados a una
Administradora adscritos a un mismo Fondo, deberá ser diferenciada respecto de ciertos grupos de
trabajadores, constituidos básicamente por aquellos que no tienen derecho al aporte adicional.
45
Circular Nº 672, modificada por las Circulares N° 816, 1220 y 1250
35
La Ley 19.404 de 21 de agosto de 1995, introdujo un artículo 17 bis, que dispone que tanto los
afiliados que desempeñen trabajos pesados, como sus empleadores, deberán efectuar una
cotización del 2% de la remuneración imponible cada uno, según normas que analizaremos más
adelante. Esta cotización puede ser rebajada a un 1% respectivamente.
De acuerdo al artículo 17, los afiliados varones mayores de 65 años de edad y las mujeres
mayores de 60 que no ejerzan su derecho a obtener pensión de vejez están exentos de la
cotización del 10% y también de la adicional, no obstante que voluntariamente pueden optar por
enterarla. Esta exención, según el artículo 69 rige también respecto de los pensionados del Nuevo
Sistema, por vejez e invalidez, que continúan trabajando como dependientes. Debe tenerse
presente que los afiliados pensionados anticipadamente no tienen derecho al aporte adicional y los
pensionados por vejez no pueden pensionarse por invalidez, por lo tanto, si optan por seguir
cotizando se les cobrará una comisión diferenciada. La exención no alcanza a la cotización de
salud.
46
Modificación introducida por la Ley 18.768, de 29 de Diciembre de 1988.
36
De acuerdo al artículo 86 estos pensionados deben efectuar la cotización obligatoria del 10%,
adicional y también la de salud. Esta obligación encuentra su fundamento en el régimen de
capitalización, ya que de no efectuarse cotizaciones no dispondría de fondos suficientes para
financiar su pensión de vejez al cumplir la edad legal. 47 Las cotizaciones se efectúan sobre la base
de la respectiva pensión. La cotización adicional deberá ser diferenciada ya que estos afiliados no
están amparados por el aporte adicional, en razón que el artículo 12 establece la incompatibilidad
entre las pensiones de invalidez del DL.3.500 y las de origen profesional.
De acuerdo al artículo 19, todas las cotizaciones analizadas deben ser declaradas y pagadas
por el empleador, el trabajador independiente o la entidad pagadora de subsidios, según
corresponda, dentro de los 10 primeros días del mes siguiente a aquél en que se devengaron las
remuneraciones o rentas, o aquél en que se autorizó la licencia médica por la entidad
correspondiente en su caso. Este plazo se prorroga hasta el primer día hábil siguiente si expirare
en día sábado, domingo o festivo.
Para los efectos indicados el empleador debe deducir las cotizaciones de las remuneraciones
del trabajador.
El empleador o la entidad pagadora de subsidios que no pague oportunamente las
correspondientes cotizaciones, deberá declararlas dentro del mismo plazo. De lo contrario será
sancionado con multa a beneficio fiscal de media UF por cada trabajador o subsidiado cuyas
cotizaciones no se declaren o cuyas declaraciones sean incompletas o erróneas. En este último
caso (declaraciones incompletas o erróneas), si no existen antecedentes para presumir que es
maliciosa, se da la posibilidad de pagar las cotizaciones dentro del mes calendario siguiente a
aquel al que corresponde el subsidio o remuneración, quedando exentos de la multa.
Tratándose de trabajadores de casa particular la multa es de 0.2 UF para el caso en que las
cotizaciones se paguen en el mes subsiguiente a aquél en que se retuvieron de las
remuneraciones y de 0.5 UF si se pagan después.
Las cotizaciones no pagadas oportunamente deben reajustarse según la variación del IPC y por
cada día de atraso devengará un interés penal equivalente al interés corriente para operaciones
reajustables, aumentado en un 20%.
Este tema corresponde a las modificaciones introducidas por la Ley 19.768 49, cuyo objetivo
principal es el de incentivar a los afiliados para la búsqueda de nuevas formas de aumentar los
montos de las pensiones.
Antes del establecimiento del actual sistema de ahorro previsional voluntario existía
también la posibilidad de efectuar ahorro por sobre el mínimo legal del 10% de las
remuneraciones imponibles del trabajador básicamente a través del mecanismo de cotizaciones
voluntarias, de ahorros en la llamada Cuenta dos o de depósitos convenidos.
• El ahorro en la llamada Cuenta Dos, implica efectuar depósitos en una verdadera cuenta de
ahorro, sujeta a normas muy similares a aquellas que rigen las cuentas bancarias, pero cuya
inversión es de cargo de la AFP, debiendo ser invertidas en la misma forma que los recursos de
los fondos de pensiones. Ello significa que gozarán de la misma rentabilidad que las cotizaciones
obligatorias del afiliado. Las sumas que se depositen en esta cuenta están afectas al régimen
tributario general pudiendo efectuarse hasta cuatro retiros en el año calendario, sin perder la
rentabilidad. Estos retiros quedan afectos a las disposiciones generales de la ley de la renta, es
decir, tributarán sobre la base de la rentabilidad de los montos retirados. Al momento de
pensionarse las sumas que se registren en esta cuenta, optativamente pueden ser transferidas a la
CCI, caso en cual no se consideran retiros, ni para efectos de la pérdida de la rentabilidad ni para
los aspectos tributarios. Este régimen no ha sufrido variación alguna.
• Los depósitos convenidos emanan de un pacto entre trabajador y empleador, mediante el cual
acuerdan que se depositen en la CCI del trabajador sumas, que salen del bolsillo del empleador,
con el fin de permitirle mejorar o anticipar su pensión. Al depositarse en esta cuenta debían ser
invertidos igual que los demás recursos del fondo de pensiones. Para el trabajador no constituyen
remuneración y no se consideran renta para efectos tributarios. Sólo podían ser retirados al
momento de pensionarse, sujetándose a las reglas generales en materia de impuesto a las
pensiones. No podían ser retirados como excedentes de libre disposición.
Los efectos del nuevo sistema de ahorro creado por la Ley N° 19.768, se constatan en mayor
medida respecto aquellos afiliados de rentas altas, y especialmente por sobre el máximo imponible
de 60 UF. En el esquema obligatorio quien obtiene una renta de 60 Unidades de Fomento al mes,
al momento de pensionarse recibirá una pensión igual que uno que gane dos o tres veces más,
pues cotizarán sobre la misma renta50. Si bien antes de la dictación de la Ley 19.768 existían
ciertas formas de ahorro adicionales, adolecían de limitaciones que no las hacían especialmente
atractivas, las cuales se han intentado superar con esta nueva normativa
49
Publicada en el Diario Oficial del 7 de noviembre de 2001.
50
Debe recordarse que la parte que exceda de las 60 UF está exenta de la obligación de cotizar.
38
b) Recaudación indirecta
La recaudación puede ser efectuada por las AFP o el INP respecto de sus respectivos
afiliados, debiendo ser transferidas a las instituciones autorizadas o AFP que el trabajador hubiese
elegido para la administración. Para ello, las AFP y el INP deberán ser notificados por las
instituciones autorizadas o AFP que corresponda, acerca de los trabajadores respecto de los
cuales se obligan a recaudar y transferir los recursos recibidos. Los recursos recaudados por las
AFP e INP deben ser transferidos hacia las respectivas instituciones autorizadas o AFP que
administrara los fondos, a más tardar el último día del mes siguiente al de su pago. (Art. 20 A) Si el
afiliado utiliza esta forma para efectuar sus depósitos ellos están protegidos por las normas del
artículo 19, relativas a la recaudación y pago de las cotizaciones previsionales. (Art. 18 inciso 2) El
artículo 20 C, autoriza a las AFP a cobrar comisiones de cargo de los afiliados por la transferencia
de estos depósitos a la institución autorizada que él haya seleccionado.
2. Entidades administradoras
Ésta constituye una de las más importantes novedades del sistema. Se agregan a las AFP otros
cinco actores: bancos, compañías de seguros, administradoras de fondos mutuo; administradoras
de fondos de inversión y administradoras de fondos para la vivienda. La Superintendencia de
Valores y Seguros podrá autorizar otras instituciones que cumplan con este fin. (Art. 20)
Las AFP pueden jugar un doble rol en materia de administración: por una parte administran las
cotizaciones voluntarias que efectúen en sus Cuentas de Capitalización Individual sus propios
afiliados y por la otra, están obligadas a ofrecer a los trabajadores, afiliados o no a ellas,
alternativas de ahorro previsional voluntario para las cotizaciones voluntarias y depósitos
convenidos de afiliados a otra AFP o al INP.
3. Comisiones
Las sumas que desee ahorrar por sobre el 10% de cotización obligatoria pueden ser
administradas por instituciones distintas de la AFP y bajo modalidades también diferentes,
pudiendo elegirse más de una en forma simultánea. Es importante tener presente que las distintas
opciones pueden implicar un diferente costo para el trabajador. En efecto, las AFP a diferencia de
las comisiones ya existentes en el Sistema, pueden cobrar una por administrar, y se cobrará
mensualmente sobre la base de un porcentaje en relación con el saldo mantenido en la cuenta, es
decir se aplicara aún cuando el afiliado no registre abonos durante uno o más meses. Los bancos
están operando en forma similar a como lo hacen con sus demás productos, es decir, no cobraran
comisión si se efectúan depósitos con cierta periodicidad o se mantienen determinados montos. Es
importante informarse en detalle antes de efectuar la opción. Además, las AFP y el INP pueden
cobrar una comisión por la trasferencia de los fondos a la entidad encargada de su
administración.
4- Traspasos
Se faculta a los afiliados para traspasar a las instituciones autorizadas o a las administradoras
de fondos de pensiones, una parte o la totalidad de sus recursos originados en cotizaciones
voluntarias, depósitos convenidos y depósitos de ahorro previsional voluntarios. Estos traspasos
tienen las siguientes características:
5. Aspectos tributarios
1.1 Beneficio inmediato
Los fondos destinados a estos fines pueden ser rebajados de la remuneración y/o renta
imponible, con un tope de 50 UF mensuales y 600 anuales.
d) Como pensión
En este caso, los fondos quedaran gravados con el impuesto que grava las pensiones.
V CUENTAS PERSONALES51
51
Circular Nº 1.220
41
2.1 Concepto.
De acuerdo al artículo 21 cada trabajador, afiliado al Sistema puede, en forma voluntaria,
efectuar en la Administradora en que se encuentra incorporado depósitos voluntarios que, para los
efectos de la Ley de Impuesto a la Renta no tienen el carácter de cotizaciones previsionales. La
Superintendencia ha señalado que esta cuenta constituye el registro unificado, expresado en
cuotas, de todas las operaciones que respecto de un mismo afiliado se realicen en un fondo de
pensiones por los siguientes conceptos: depósito de ahorro, retiros de ahorro, traspasos,
transferencias a la cuenta de capitalización individual, aportes regularizadores de las
administradoras, comisiones y herencias.
2.2 Características.
a) Es voluntaria e independiente de la Cuenta de Capitalización Individual.
b) Se trata de una cuenta personal, sólo de afiliados al Sistema.
c) Pueden ser efectuados tanto por el trabajador dependiente como por el independiente.
d) Pueden efectuarse hasta cuatro retiros de libre disposición con cargo a esta cuenta en cada
año calendario.
e) De acuerdo a la modificación introducida por la ley 18.964 publicada en el Diario Oficial del
10 de marzo de 1990, los fondos existentes en esta cuenta pueden acreditarse como ahorro en
dinero en los sistemas habitacionales que operen a través de los Servicios de Vivienda y
Urbanización, para lo cual deberán suscribir un contrato de ahorro con la AFP el que indicará el
monto total mínimo de ahorro al cual se compromete, el plazo en que éste se enterará, expresado
en meses calendario, el saldo medio semestral mínimo que deberá mantener en la cuenta y demás
estipulaciones que indique la Superintendencia. (Artículo 15 del Reglamento Nº 57, de 28 de marzo
de 1991).
a) Las cuentas de ahorro voluntario son embargables.
g) Los afiliados que cumplan con los requisitos para pensionarse pueden optar por traspasar
todo o parte de sus fondos a la cuenta de capitalización individual con el objeto de incrementar el
monto de su pensión. Este traspaso no se considera giro para ningún efecto (número máximo de
retiro, cobro de comisión o impuesto).
h) Los fondos acumulados en esta cuenta no se consideran en la determinación del derecho a
garantía estatal.
i) Si el afiliado fallece la cuenta de ahorro voluntario incrementa la masa de bienes del difunto.
Sin embargo, si hubiese cumplido con los requisitos para pensionarse, o si ya se hubiese
pensionado conforme al Nuevo Sistema y ya hubiere optado por efectuar traspasos a su cuenta de
capitalización individual, sólo incrementará la masa de bienes del difunto el saldo que quedare
después de efectuar el traspaso correspondiente.
subsidios. Estas entidades deben abstenerse de descontar del monto de los subsidios suma
alguna destinada a la cuenta de ahorro voluntario del trabajador.
Estos descuentos se consideran como obligaciones con instituciones de previsión, por lo que no
se encuentran sujetos al límite del 15% a que se refiere el artículo 58 del Código del Trabajo.
Sin duda alguna la creación de esta cuenta implica una ampliación del objeto para el cual fueron
creadas las AFP. Se fundamenta en permitir una indemnización por años de servicios a todo
evento. De acuerdo a lo señalado por la Superintendencia, se trata de una cuenta creada
especialmente para la administración de los recursos que se acumulen para efectos de la
indemnización por años de servicios.
52
Circular N° 672, modificada por las Circulares N° 816,1.220 y 1.250
43
artículo 57 inciso 2 del Código del Trabajo,53 una vez terminado el contrato de trabajo.
f)En caso de muerte del trabajador, los fondos se pagan de la misma forma y a
las mismas personas que las remuneraciones adeudadas. 54 El saldo, si lo hubiere, constituirá
herencia.
b) En caso de incapacidad temporal del trabajador, el empleador deberá
efectuar los aportes sobre el monto de los subsidios que aquél perciba.
c) La AFP puede cobrar una comisión porcentual, de carácter uniforme, sobre
los depósitos que se efectúen en estas cuentas.
d) Si los respectivos trabajadores no se encuentran incorporados al Nuevo
Sistema, deberán afiliarse a una AFP para el sólo efecto del cobro y administración de estos
aportes.
e) De acuerdo al dictamen N° 778, de 6 de mayo de 1997, la obligación del empleador no
se suspende en aquellas situaciones en que el trabajador se encuentra haciendo uso de
permiso sin goce de remuneraciones.
De acuerdo al artículo 23 las AFP tienen, como objeto exclusivo administrar Fondos de
Pensiones. El Sistema nació para administrar un solo Fondo de Pensiones, al que debían estar
adscritos todos los afiliados de la respectiva AFP, cualquiera fuese su edad o tiempo de afiliación.
Posteriormente y en razón de la relación existente entre el mayor riesgo de las inversiones y la
53
El artículo 57 inciso 2 del Código del Trabajo es del tenor siguiente:” Con todo, tratándose de pensiones alimenticias
debidas por ley y decretadas judicialmente, de defraudación, hurto o robo cometido por el trabajador en contra del
empleador en ejercicio de su cargo, o por remuneraciones adeudadas por el trabajador a las personas que hayan estado a
su servicio en calidad de trabajador, podrá embargarse hasta el cincuenta por ciento de las remuneraciones”
54
Al efecto, el artículo 60 del Código del Trabajo dispone “En caso de fallecimiento del trabajador, las remuneraciones que
se adeudaren serán pagadas por el empleador a la persona que se hizo cargo de sus funerales, hasta concurrencia del
costo de los mismos.
El saldo, si lo hubiere, y las demás prestaciones pendientes a la fecha del fallecimiento se pagarán al cónyuge, a
los hijos legítimos y naturales o a los padres legítimos o naturales del fallecido, uno a falta de los otros, en el orden
indicado, bastando acreditar el estado civil respectivo.
Lo dispuesto en el inciso precedente sólo operará tratándose de sumas no superiores a cinco unidades tributarias
anuales”.
55
Que correspondiera a los artículos 6 y ss. de la Ley 19.010.
44
rentabilidad de las mismas, se estableció la obligación de las AFP de administrar dos fondos, que
se denominaron "Fondo de Pensiones Tipo 1 " y "Fondo de Pensiones Tipo 2".
La existencia de un segundo Fondo de Pensiones obedeció a modificaciones
introducidas por la Ley 19.641, de 28 de octubre de 1999 y se sustentó básicamente en la idea de
posibilitar a ciertos afiliados la protección de su ahorro provisional ante variaciones bruscas de
corto plazo en la rentabilidad de los Fondos de Pensiones. Las principales características de estos
dos fondos eran las siguientes:
a) Se trata de patrimonios distintos del de la Sociedad AFP. (Artículos 33 y 63 del R.) lo que implica
que la AFP no tenga dominio sobre aquéllos.
b) Cada Fondo está constituidos por.:
- depósitos obligatorios y voluntarios;
- aportes adicionales;
- contribuciones del artículo 53;
- Bonos de Reconocimiento;
- Rentabilidad de los anteriores;
56
La ley 19.641 estableció un régimen transitorio respecto de las posibilidades de traspaso de un Fondo a otro de los
afiliados que estuviesen próximos a pensionarse, de acuerdo al cual durante los tres primeros años de funcionamiento del
Fondo Tipo 2, el ingreso de los afiliados no pensionados se haría por etapas, en términos que durante el primer año de
vigencia de estas modificaciones esto era a contar del 1 de marzo del año 2000, sólo podrían traspasar sus cuotas aquellos
afiliados a los que les restasen tres años o menos para cumplir la edad legal para pensionarse por vejez. Durante el
segundo y tercer año de vigencia de las modificaciones podrían ingresar además, aquellos afiliados a quienes les restasen
siete años o menos y diez años o menos, respectivamente, para cumplir la edad legal para pensionarse por vejez. Esto
implicaba que desde el mes de marzo del año 2000 y hasta febrero del 2001 podían ejercer este derecho los hombres de 62
o más años y las mujeres de 57 años o más. Desde marzo del 2001 y hasta febrero del 2002, lo podían hacer aquellos
afiliados varones de 58 o más años de edad y las mujeres de 53 o más. Finalmente, de marzo del 2002 en adelante lo
podrían hacer los varones de 55 años o más y las mujeres de 50 años o más.
Los pensionados podían traspasarse desde la entrada en vigencia de la ley, lo que ocurrió a partir de marzo del año 2000.
57
Publicada en el Diario Oficial del 28 de febrero de 2002. Entró en vigencia el 1 de agosto de 2002.
45
2. Tipos de fondos
Cuadro N° 1
Límite máximo Límite mínimo
Permitido Obligatorio
Fondo A 80 % 40 %
Fondo B 60 % 25 %
Fondo C 40 % 15 %
Fondo D 20 % 5%
Fondo E No autorizado No autorizado
Lo anterior implica que aún en el evento de que el afiliado elija como alternativa el Fondo A, las
AFP sólo pueden invertir en instrumentos de renta variable un máximo de un 80% de los fondos.
Por otra parte, no pueden invertir menos del 40% en dichos instrumentos. A su vez, los valores que
se encuentren En el Fondo Tipo E. sólo podrán ser invertidos en ¡instrumentos de renta fija.
El Fondo C es similar en cuanto a su forma de inversión al anterior Fondo Tipo 1 y el Fondo E
al Fondo Tipo 2.
Como se puede observar la principal diferencia entre los diversos Fondos es la rentabilidad que
podrían tener, lo que implica también diferencias en cuanto al riesgo asumido. Sin duda alguna el
punto es muy importante, toda vez que el monto de la pensión a obtener está en relación directa
con la rentabilidad de los ahorros previsionales.
3. Elección de Fondos
elección frente a la cual deben tener presente dos aspectos básicos: la edad y la aversión al riesgo,
lo que viene a configurar la llamada personalidad previsional.
1. 1 Nuevos afiliados
Al producirse la afiliación al sistema el afiliado puede optar por los diferentes fondos,
teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
b) Edad
• Los afiliados hombres hasta 55 años de edad y las mujeres hasta 50, pueden optar por
cualquiera de los Fondos.
• Los afiliados hombres desde 56 años de edad y las mujeres desde 51 no pueden optar por el
Fondo Tipo A, respecto de los saldos ordinarios en cotizaciones obligatorias y la cuenta de ahorro
de indemnización.
Sí al cumplir las edades señaladas su saldo por cotizaciones obligatorias y su cuenta
de ahorro de indemnización se encontraren en el Fondo Tipo A, el afiliado tiene el plazo de 90 días
para optar, por alguno de los otros Fondos; si no optara por alguno de ellos, los saldos
mencionados son asignados al Fondo Tipo B en forma gradual de acuerdo al siguiente cuadro:
Cuadro N° 2
Plazo Porcentaje58
Al cumplirse los 90 días 20% al Fondo B
1 año después 40% al Fondo B
2 años después 60% al Fondo B
3 años después 80% al Fondo B
4 años 100% al Fondo B
Es posible que al momento de producirse la afiliación al sistema el trabajador no opte
por alguno de los tipos de Fondos, en cuyo caso será asignado a uno de aquellos de acuerdo al
siguiente cuadro (Art. 23 inc. 5)
Cuadro N° 3
Hombres hasta 35 años Hombres desde 36 Hombres desde 56
Mujeres hasta 35 años hasta 55 Mujeres desde 51
Mujeres desde 36
hasta 50
Fondo A
Opciones de Fondo B
Inversión Fondo C
Fondo D
Fondo E
1.2 Pensionados
Los afiliados pensionados por retiro programado y renta temporal y los afiliados
declarados inválidos mediante un primer dictamen 59 no pueden optar por los Fondos tipo A o B
respecto de los saldos originados en cotizaciones obligatorias y los contenidos en la cuenta de
ahorro de indemnización. Sí podrían hacerlo respecto de los demás saldos con que pudiesen
contar.
1.3 Trabajadores que al inicio del sistema de multifondos (1 de agosto de 2002), ya se encontraban
afiliados al Sistema.
El art, 3 transitorio de la ley N° 19.795 otorgó a estos trabajadores un plazo de 90
días, contados desde la vigencia de la Ley, para optar por alguno de los Fondos Tipo B, C, D, E o
A si correspondiera. En caso que un afiliado no opte en el plazo señalado, los recursos Invertidos
en todas sus cuentas individuales serían asignados al Fondo que la ley indicaba de acuerdo al
siguiente cuadro.
El actual art. 23 inciso noveno confiere a los afiliados la posibilidad de acordar con su
Administradora
a) que cada uno de los saldos por cotizaciones obligatorias, cuenta de ahorro de indemnización,
cuenta de ahorro voluntario, depósitos convenidos y cotizaciones voluntarias, sean asignados a
dos tipos de Fondos, Esta opción, que la Superintendencia 60 ha denominado distribución, consiste
precisamente en la instrucción que imparte el afiliado a una AFP a fin de dividir sus fondos, entre
dos tipos de fondos
b) que se efectúen traspasos futuros entre tipos de Fondos, no debiendo un mismo saldo
distribuirse en más de dos tipos de Fondos. Estos traspasos consisten en la instrucción que
imparte el afiliado a una AFP, en virtud de un convenio suscrito entre ambos, para que en una o
más fechas futuras predeterminadas traspase de Tipo de Fondo alguno de los saldos de sus
respectivas cuentas, con o sin distribución de éstos.
Este punto es materia de acuerdo, no estando la AFP obligada a efectuarlos; sin embargo,
si opta por celebrar estos convenios, deberá hacerlo con todos los trabajadores que así lo soliciten,
incluidos los imponentes del Instituto de Normalización Previsional.
59
No debe olvidarse que sus Cuentas siguen siendo administradas por la A.F.P.
60
Circular N° 1.224 de 26 de julio de 2002.
48
4.- La suscripción de los convenios no puede ser objeto de cobro de comisión por parte de las AFP,
sin perjuicio de su derecho a cobrar la respectiva comisión por traspasos de acuerdo a las normas
generales que analizaremos.
5.- Cuando los saldos de 1 trabajador sean traspasados a otra AFP, queda sin efecto la solicitud
vigente respecto del saldo traspasado.
6.., El fallecimiento del afiliado hace caducar la totalidad de los traspasos y/o distribuciones futuras
que se encontraren pendientes,
7.- Mientras el afiliado se encuentre en trámite de pensión no es posible la suscripción de una
solicitud-convenio, No obstante, si la solicitud de pensión se presenta con posterioridad a la
solicitud-convenio, esta última seguirá su curso sólo en el caso en que deba materializarse dentro
de los treinta días siguientes a su suscripción.
De acuerdo a lo dispuesto por el art. 32 inciso tercero, los afiliados pueden transferir sus saldos
a otro tipo de Fondo, cumpliendo las condiciones generales de elección de Fondos. Estas
transferencias se pueden efectuar libremente, tanto en el caso de la cuenta de capitalización
individual como en el caso de la orienta de ahorro voluntario.
En caso de disolución de la sociedad, por cualquier causa que ella ocurra, incluso quiebra,
sus afiliados deberán incorporarse dentro del plazo de 90 días, a otra AFP.(Artículo 42). Si no lo
hicieren, se siguen las siguientes reglas, de acuerdo a lo que dispone el artículo 4 del R.:
a) Se transferirán los saldos de la cuenta de capitalización individual y de ahorro voluntario, si
existiera, a la Administradora que tenga domicilio u oficina en la localidad donde ese trabajador
preste sus servicios.
b) Si hubiere dos o más, el liquidador remitirá esos saldos a la AFP que, de entre ellas, hubiere
obtenido mayor rentabilidad en los dos años calendario anteriores a la disolución.
c) Sí ninguna Administradora tuviere domicilio u oficina en la localidad en que el trabajador presta
servicios el liquidador debe aplicar las reglas precedentes, considerando como lugar de prestación
de ellos la respectiva Región y en su defecto la de la o las Regiones más próximas, según
determine el propio liquidador.
La liquidación de los Fondos de Pensiones y de la Sociedad AFP, será practicada por la
Superintendencia de AFP, la que estará investido de todas las faccultades necesarias para la
adecuada realización de los bienes de cada uno de los Fondos.
49
B) Fondos Tipo C, D, y E
a) la rentabilidad real anualizada de los últimos 36 meses promedio de todos los Fondos del mismo
tipo, según corresponda, menos 2 puntos porcentuales,. y
b) La rentabilidad real anualizada de los últimos 36 meses promedio de todos los Fondos
de¡ mismo tipo, según corresponda, menos el valor absoluto del 50% de dicha rentabilidad.
En el caso de que un Fondo cuente con menos de 36 meses de funcionamiento, se
considerará la rentabilidad real anualizada del respectivo periodo de funcionamiento de cada
Fondo.
No rige esta obligación de las Administradoras respecto de cualquiera de sus Fondos que
cuenten con menos de 12 meses de funcionamiento.
6.2.2 El Encaje.
Este fondo es de propiedad de la Administradora, equivale al 1% de¡ valor de cada Fondo y
debe invertirlo en cuotas del mismo, siendo inembargables los documentos que lo representen.
Cada AFP debe mantener siempre este mínimo y si no lo hiciere la Superintendencia
deberá apercibirla para que lo entere dentro del plazo que indique, que no puede ser inferior a 15
días. Si no lo entera en el plazo señalado se producirá la disolución de la sociedad, por el sólo
ministerio de la ley.
También se producirá tal disolución si la Administradora fuere sorprendida más de 2 veces
en un mes calendario, en una situación de déficit de Encaje.
En todo caso, por cada día en que tuviere déficit, incurrirá en una multa a beneficio fiscal,
equivalente a dicho déficit, la que será aplicada por la Superintendencia y de la cual se podrá
reclamar, de acuerdo a las normas generales ya analizadas.
51
El nuevo sistema de pensiones otorga los siguientes beneficios: pensión de vejez, pensión de
invalidez y pensión de sobrevivencia, sin perjuicio de la cuota mortuoria, cuando proceda.
1.1 Beneficiarios.
De acuerdo al artículo 3 lo son los afiliados que hayan cumplido sesenta y cinco años de edad
si son hombres, y sesenta años de edad si son mujeres. El único requisito exigido para optar a
esta pensión es cumplir con las edades señaladas. Debe recordarse que las personas que
cumplan estas edades no están obligadas a pensionarse, pero si no ejercen su derecho no podrán
hacerlo por invalidez y la AFP queda liberada de la obligación de enterar el aporte adicional, lo cual
resulta de toda lógica, ya que si ha cumplido las edades establecidas quiere decir que ha contado
con el tiempo suficiente para lograr reunir los fondos necesarios para financiar su pensión. El
aporte adicional sólo procederá en aquellos casos que esta normalidad se vea alterada por una
declaración de invalidez o fallecimiento producidos al afiliado antes de cumplir la edad respectiva.
Estas personas, si continúan trabajando están exentas de la obligación de cotizar y de hacerlo,
su cotización adicional será diferenciada.
1.2 Tramitación.
El nuevo artículo 72 bis del Decreto Ley 3.500 61 dispone que cada administradora debe
emitir un listado público que contenga el nombre y grupo familiar de los afiliados que:
a. cumplan con la edad para pensionarse dentro del plazo de un año a contar de la fecha de
su publicación;
61
Introducido por la Ley N° 19.934, publicada en el Diario Oficial del 21 de febrero de 2004
52
En todo caso, el afiliado tiene derecho a manifestar su voluntad en orden a no ser incluido en
el listado.
De acuerdo al artículo 31 a todos los afiliados indicados la administradora debe enviarle
información referida las modalidades de pensión, sus características y al modo de optar entre
ellas.
El nuevo artículo 61 bis en su inciso 15 dispone que el que obtenga benéfico patrimonial ilícito
mediante fraude al afiliado o a sus beneficiarios o el que haga uso no autorizado de los datos de
éstos contenidos en el listado será sancionado con las penas establecidas en el artículo 467 del
Código Penal, sin perjuicio de las demás sanciones administrativas o legales que puedan
proceder, entre las cuales pueden mencionarse las contempladas en la Ley N° 19.628, sobre
protección a los datos de carácter personal.
La pensión debe solicitarse en un formulario único para todo el sistema y cuyo formato ha sido
elaborado por la Superintendencia de AFP A esta solicitud el afiliado debe acompañar los
certificados de nacimiento de él y de sus beneficiarios y el de matrimonio cuando correspondan.
La Administradora verificará la afiliación al Sistema del solicitante.
1.3 Financiamiento.
De acuerdo a los artículos 51 y siguientes la pensión es financiada con el saldo de Cuenta de
Capitalización Individual, que para estos efectos está constituido por:
a) Concepto.
De acuerdo al artículo 3º transitorio se trata de un instrumento expresado en dinero que
representa los períodos de cotización que registran en las instituciones de previsión del régimen
antiguo las personas que se afilian al nuevo sistema. De acuerdo al inciso 2º de la norma citada se
entiende por instituciones de previsión de régimen antiguo, aquellas existentes al 13 de noviembre
de 1980. Según lo señalado, este documento se otorga a aquellas personas que habiendo
impuesto en el antiguo sistema se cambian al nuevo, con el objeto de que no pierdan las
imposiciones que hubieren efectuado.
b) Requisitos
Para tener derecho al Bono de Reconocimiento el trabajador debe cumplir los siguientes
requisitos:
Estar afiliado al nuevo sistema.
Registrar a lo menos 12 cotizaciones mensuales en alguna Institución de previsión en los 5
años anteriores a la fecha de publicación del D.L. 3.500 (13 de noviembre de 1980); o
Registrar cotizaciones en alguna institución de previsión del régimen antiguo, en el período
comprendido entre el 1º de Julio de 1979 y 31 de Diciembre de 1982. Según la
Superintendencia, en este caso basta con tener una cotización.
c) Emisión de Bono.
53
Debe ser emitido por la institución de previsión del antiguo sistema en la cual el afiliado enteró
la última cotización antes de incorporarse al nuevo. Si al momento de la opción se encontrare
cotizando en dos o más instituciones, puede solicitarse a cualquiera de ellas que emita el bono
correspondiente.
d) Solicitud de Bono.
Se solicita por el afiliado suscribiendo el documento denominado "Solicitud de Cálculo y
Emisión del Bono de Reconocimiento y Detalle de Empleadores", en la respectiva AFP en la cual
se encuentra incorporado. La Administradora la remitirá a la Inspección de Previsión del sistema
que emitirá el Bono, remitiéndolo a la AFP, a nombre del trabajador. La AFP remitirá al afiliado el
documento "Antecedentes del Cálculo del Bono de Reconocimiento", en el cual, junto con el valor
del Bono se detallan los períodos que se le han reconocido y el valor de éstos. Si el afilia do no
estuviere conforme puede solicitar un nuevo cálculo, a través de la AFP.
Si el afiliado se cambia de Administradora, la AFP antigua junto con traspasar los fondos debe
hacer entrega a la nueva del Bono.
a. Recibir y transmitirse las solicitudes de montos de pensión requeridas por los afiliados,
indicando, en su caso, los tipos de renta vitalicia previamente definidos por aquéllos.
b. Recibir y transmitirse las ofertas de rentas vitalicias de las compañías de seguros de vida y los
montos de retiro programado calculados por las administradoras.
c. Informar al afiliado que realiza la consulta, los monto mensuales de pensión ofrecidos de
acuerdo a la información que debe contenerse en le Sistema.
1. Las AFP, las compañías de seguros de vida y los corredores de seguros de rentas
vitalicias que participen en el Sistema deben garantizar la prestación ininterrumpida e
integrada del servicio que se presta dicho Sistema, de forma que permita a cada uno de
ellos recibir y transmitir las consultas y ofertas referidas.
2. Para la incorporación de los partícipes al Sistema, sólo se podrá exigir una retribución
eficiente, no discriminatoria y de acuerdo a la estructura de costos del servicio.
6. A fin de hacer efectivas las normas que se dictan para asegurar la equidad y transparencia
en materia de cobro de comisiones se ha contemplado una norma que prohíbe a las
compañías de seguros de vida pagar a sus dependientes, a los intermediarios y agentes
de venta de renta vitalicia u otras personas que intervengan en la comercialización de
éstas, ninguna otra remuneración variable, honorarios, bonos, premios o pagos por
concepto de la intermediación o venta de rentas vitalicias, sean ellas en dinero o especies
56
que excedan el monto de la comisión por intermediación o retribución por venta a que se
hizo referencia, como tampoco financiar los gastos en que deban incurrir para su
cometido. Sí se permite pagar remuneraciones fijas y permanentes y otros beneficios
laborales de carácter general, permanentes, uniformes y universales, que emanen de un
contrato de trabajo como dependiente con la respectiva Compañía.
b) El contrato de seguro debe ajustarse a las normas generales dictadas por la Superintendencia
de Valores y Seguros, pero en todo caso para el cálculo de la renta debe considerarse el total del
saldo de la cuenta de capitalización individual del afiliado, salvo que éste opte por retirar
excedentes de libre disposición.
c) El monto de la renta mensual puede ser constante o variable en el tiempo. Tratándose de rentas
variables deben contener parte fija. Para determinar el monto del componente variable hay que
distinguir:
Si se trata de una pensión de vejez normal, invalidez o sobrevivencia su monto debe ser a
lo menos igual a la pensión mínima garantizada por el Estado. (Artículo 61 incisos 2 y 3);
Si se trata de una pensión de vejez anticipada el componente fijo debe ser al menos
equivalente al 150% de la pensión mínima garantizada por el Estado. (Artículo 61 inciso 2).
d) Las rentas vitalicias constantes y la parte fija de las rentas vitalicias variables deben expresarse
en unidades de fomento. El componente variable puede expresarse en moneda de curso legal, en
moneda extranjera o en un índice asociado a carteras de inversión que autorice la
Superintendencia de Valores y Seguros.
e) El contrato de seguro de renta vitalicia se perfecciona mediante la aceptación por escrito del
afiliado de la oferta de la compañía de seguros de su elección o la adjudicación en remate,
debiendo el asegurador contratante remitir a la Administradora la póliza y demás antecedentes que
acrediten el cumplimiento de sus obligaciones en conformidad con las normas que rigen el Sistema
de Consultas y Ofertas de Montos de Pensión.
Recibida la póliza y los demás antecedentes, deberá traspasar a la Compañía los fondos
de la cuenta individual del afiliado que sean necesarios para pagar la prima, previa certificación del
cumplimiento del requisito de que la renta contratada sea igual o superior a la pensión mínima
garantizada por el Estado.
f) Normas especiales en relación con la compañía de seguros que debe enterar el aporte adicional
Los afiliados o beneficiarios de pensión pueden optar por contratar las renta vitalicia con la
misma compañía de seguros de vida obligada a enterar el aporte adicional, en cuyo caso
tienen derecho a suscribir el contrato con ésta aun cuando no hubiera presentado ofertas
al Sistema de Consultas y Ofertas de Montos de Pensión.
En este caso tienen derecho a que se les pague una renta vitalicia inmediata sin
condiciones especiales de cobertura, no inferior al 100% de las pensiones de referencia
62
Oficio j/1024, de 1995.
57
g) Para poder optar por esta modalidad se requiere una renta mínima, es decir, sólo pueden
hacerlo los afiliados que alcancen contratar con una compañía de seguros de vida una renta cuyo
monto sea igual o mayor que la pensión mínima de vejez garantizada o el Estado.
h) Para financiar esta pensión las Administradoras deberán transferir el total del saldo de la cuenta
individual del afiliado, a menos que éste opte por retirar excedentes de libre disposición, según las
reglas que analizaremos más adelante.
i) El contrato de renta vitalicia comienza a regir a partir del primer día del mes en que se efectúe el
traspaso de la prima única a la compañía.
i) El afiliado que opta por esa modalidad debe suscribir un documento aceptando la cotización de
seguro de renta vitalicia en la compañía de seguros libremente elegida. Este documento debe
presentarse en la AFP, la que dentro de los 10 días hábiles debe informar el hecho a la compañía
para que emita la póliza respectiva. Una vez que recibe copia del contrato, la AFP, debe transferir
a la compañía los fondos. Este traspaso debe efectuarse a más tardar el día 25 del mes siguiente
al cual el afiliado seleccionó la modalidad de pensión.
B.- Características.
a)Es obligatoria para todos aquellos imponentes respecto de quienes al aplicar los fondos de su
cuenta les resultare una pensión inferior a la mínima garantizada por el Estado. Es decir, es
opcional para aquellos a quienes les resulte una pensión igual o superior a esa mínima.
b) Se mantiene la pensión mientras el afiliado tenga fondos en su cuenta. Si se agotan y el
afiliado carece de derecho a obtener pensión mínima estatal, cesa su pensión.
c) Los retiros se expresan en Unidades de Fomento.
d) Es revocable, ya que en cualquier momento el afiliado puede cambiar de modalidad.
B.- Características.
a)Es obligatoria para todos aquellos imponentes respecto de quienes al aplicar los fondos de su
cuenta les resultare una pensión inferior a la mínima garantizada por el Estado. Es decir, es
opcional para aquellos a quienes les resulte una pensión igual o superior a esa mínima.
b) Se mantiene la pensión mientras el afiliado tenga fondos en su cuenta. Si se agotan y el
afiliado carece de derecho a obtener pensión mínima estatal, cesa su pensión.
c) Los retiros se expresan en Unidades de Fomento.
d) Es revocable, ya que en cualquier momento el afiliado puede cambiar de modalidad.
e) Si fallece el pensionado origina pensión de sobrevivencia y los fondos que no se utilicen por
concepto de pago de pensiones constituyen herencia.
f) Eventualmente existe el derecho a garantía estatal, cuando no se cuente con los fondos
suficientes para obtener una pensión a lo menos equivalente a la mínima garantizada por el
Estado.
58
B.- Características.
a) La renta vitalicia diferida que se contrate no puede ser inferior al 50% del primer pago
mensual correspondiente a la renta temporal ni tampoco superior al 100% de ese primer pago.
b) Para pactar la renta vitalicia diferida sólo se considera el saldo de la cuenta de
capitalización que el afiliado libremente destine a ello.
c) La R.V.D. regirá a contar de la fecha que determinen las partes en el contrato de seguros
respectivo, no existiendo al respecto ninguna limitación, salvo el límite de pensión ya señalado. No
obstante, en cualquier momento las partes podrán optar por anticipar la fecha a contar de la cual la
compañía aseguradora iniciará el pago de la R.V.D., siguiendo en este sentido alguno de los
siguientes procedimientos:
- disminuir el monto de la R.V.D., la que en ningún caso podrá ser inferior a la pensión mínima de
vejez garantizada por el Estado.
- pagar una prima adicional, con cargo al saldo que mantiene el trabajador en su cuenta de
capitalización o de ahorro voluntario.
- combinar ambos sistemas.
d) Se rige por las mismas normas que la renta vitalicia inmediata, es decir, se expresa en U.F.,
es irrevocable, etc.
2.1 Requisitos.
A.- Que la pensión a obtener sea de un monto igual o superior al 70% del promedio de las
remuneraciones imponibles percibidas o rentas declaradas en los últimos 10 años anteriores al
mes en que se acoge a pensión. Este promedio se obtiene de acuerdo a las mismas normas que
artículo 63, da para los excedentes de libre disposición 63.
B.- Que dicha pensión sea de un monto igual o superior al 150% de la pensión mínima de vejez
garantizada por el Estado vigente a la fecha en que el afiliado se acoge a pensión.
Hasta antes del 19 de agosto de 2004, (vigencia de la Ley 19.934) se exigía obtener una
pensión igual o superior al 50% del promedio de remuneraciones respectivo y del 110% de la
pensión mínima garantizada por el Estado. El aumentar las exigencias implicará una disminución
en la obtención de pensiones anticipadas privilegiando la pensión por edad, lo cual responde al
verdadero sentido del un seguro social por vejez. La ley mencionada estableció un régimen
transitorio que implica la aplicación de estas exigencias en forma graduada de la siguiente forma:
63
Ver páginas 56 y siguientes de este apunte.
60
La ley estableció que los afiliados que a la fecha de su vigencia contasen con 55 años o más
de edad en el caso de los hombres y 50 o más años o más en el caso de las mujeres, podrán
pensionarse anticipadamente de acuerdo a los requisitos que establecían los artículos 63 y 68
antes de las modificaciones de esa ley.
Esto significa que para pensionarse anticipadamente la pensión a obtener debe ser de un
monto igual o superior al 50% del promedio de las remuneraciones imponibles percibida o rentas
declaradas en los últimos 10 años anteriores al mes en que se acoge a pensión. Este promedio se
obtiene sumando las remuneraciones y rentas de ese periodo y se dividen por 120, sin considerar
las lagunas como ocurre en el régimen permanente. Se exige además que la pensión a obtener
sea igual superior al 110% de la pensión mínima garantizada por el Estado.
2.3 Situación de los pensionados del régimen antiguo afiliado al sistema del D.L. 3.500
(artículo 17 transitorio).
61
El D.L. 3.500, no contempló la posibilidad de rebajar las edades para pensionarse por vejez en
razón de haber realizado trabajos pesados.
En el Nuevo Sistema el problema puede enfocarse en relación a aquellos trabajadores que se
cambiaron desde el Antiguo, habiendo desempeñado tales trabajos durante esa afiliación; y en
relación a aquellos que han realizado trabajos pesados durante su afiliación al Nuevo Sistema, ya
sea que provengan del Antiguo o no.
compañías de seguros al monto del bono no se producirá o será menor 64, ya que la fecha de
liquidación ha sido anticipada. Tal opinión ha sido corroborada por la Superintendencia de
Seguridad Social. 65
Del punto de vista práctico, el afiliado que está en esta situación debe formular la respectiva
solicitud en la AFP en que se encuentra afiliado y será la entidad emisora del Bono a la que le
corresponderá calificar si procede o no anticiparlo.
3.2 Trabajadores que desempeñan trabajos pesados durante su afiliación al Nuevo Sistema.
El actual Sistema en su inicio, no contempló el desarrollo de trabajos pesados como un factor
gravitante en la obtención del beneficio de pensión de vejez. Por el contrario, la única posibilidad
de pensionarse antes de la edad legal (salvo invalidez) se estableció en el artículo 68, que confiere
este derecho a cualquier afiliado al Sistema cumpliendo los requisitos que allí se mencionan y que
dicen relación particularmente con la acumulación de fondos, sin que revista ninguna importancia la
labor desarrollada por el trabajador.
La Superintendencia de Seguridad Social,66 en relación con aquellos trabajadores que se han
cambiado al Nuevo Sistema, indicó que resulta improcedente sumar el tiempo de desarrollo de
trabajos pesados efectuados durante esta afiliación a aquellos realizados durante su permanencia
en el Antiguo Sistema, toda vez que la ley 19.177 sólo permitió anticipar la exigibilidad del Bono
con relación a trabajos pesados realizados durante la época en que estuvieron afectos a algún
sistema administrado por el INP, aunque sean anteriores a su vigencia, pero no posteriores al
cambio de sistema.
3.3.1 Definición.
El inciso 3 de esta nueva disposición señala que "...constituyen trabajos pesados aquellos cuya
realización acelera el desgaste físico, intelectual o síquico en la mayoría de quienes los realizan
provocando un envejecimiento precoz, aun cuando ellos no generen una enfermedad laboral."
3.3.2 Calificación.
El artículo 3 de la ley 19.404 crea una comisión denominada "Comisión Ergonómica Nacional",
a la cual corresponderá la calificación acerca de si determinadas labores constituyen trabajos
pesados y que se relacionará con el Ejecutivo, a través del Ministerio del Trabajo y Previsión
Social.
64
La tasa de descuento promedio a marzo de 1998 era de un 7,48%.
65
Ordinario Nº 1.802, 16 de febrero de 1993.
66
Ordinarios Ns. 1.802, de 16 de febrero de 1993 y 1.843, de 17 de febrero de 1993.
67
El profesor Elías Apud Simon ha sostenido que “la ergonomía es el estudio del hombre en el trabajo con el propósito de
lograr un óptimo sistema hombre-tarea-ambiente, en el cual pueda mantenerse un adecuado equilibrio entre el trabajador y
las condiciones laborales. Desde este punto de vista la ergonomía es una multidisciplina que integra todos los factores que
pueden afectar al hombre en el trabajo. Sus objetivos están orientados, por una parte, a proteger la salud, la seguridad y el
bienestar de los trabajadores y, por otra, a lograr una óptima eficiencia productiva”.
63
f) Un trabajador designado por la central más representativa del país, que sea o haya sido
miembro de un Comité Paritario de Higiene y Seguridad, y
g) Un empresario designado por la organización empresarial más representativa del país, que
sea o haya sido miembro de un Comité Paritario de Higiene y Seguridad.
Los miembros de esta comisión, a excepción del representante de los trabajadores y el de los
empleadores, serán designados por el Ministro del Trabajo y Previsión Social, a proposición del
Superintendente de Seguridad Social.
3.3.4 Procedimiento.
Esta comisión debe confeccionar una lista de los trabajos considerados como pesados y otra
con aquellos a los que se les rechaza tal calidad, todo ésto, considerando su carga física,
ambiental, organizacional y mental.
La Comisión puede actuar de oficio o a requerimiento del trabajador interesado, del empleador,
del sindicato respectivo, o delegado del personal y el requerimiento deberá presentarse ante la
Secretaría Regional Ministerial del Trabajo correspondiente al domicilio de los requirentes.
3.3.6 Cotizaciones.
Los afiliados al Sistema que realicen trabajos calificados como pesados por la Comisión
además de las cotizaciones ya estudiadas, deben cotizar en su Cuenta de Capitalización Individual
un 2% de su remuneración imponible. Igualmente, el empleador de estos trabajadores debe hacer
un aporte mensual del mismo monto (2% de la remuneración imponible), que será depositado en la
Cuenta indicada.
La C.E.N., al calificar una faena como trabajo pesado, podrá reducir la cotización y el aporte
fijándolos, cada uno, en un 1% de la remuneración imponible. Para ello, debe considerar el menor
desgaste relativo producido por el trabajo de que se trate.
Las cotizaciones y aportes deben efectuarse en relación con las remuneraciones imponibles
devengadas a partir del primer día del mes siguiente a aquel en que quede ejecutoriada la
respectiva resolución dictada por la C.E.N. Estas cotizaciones no proceden en períodos en goce de
licencia médica.
3.3.7 Rebaja de edad.
La ley 19.404, agregó un artículo 68 bis al D.L. 3.500, de acuerdo al cual los afiliados que
desempeñen o hubiesen desempeñado trabajos pesados y no cumplan los requisitos que
establece el artículo 68 para jubilar anticipadamente pueden obtener una rebaja de la edad legal
para jubilar sobre la base de:
- 2 años por cada 5 en que hubieren efectuado la cotización del 2%, con un tope de 10 años.
- 1 año por cada 5 en que hubieren efectuado la cotización del 1%, con tope de 5 años.
Las fracciones de períodos de 5 años en que se hubieren efectuado las cotizaciones referidas
dan derecho a rebajar la edad en forma proporcional al tiempo en que aquéllas se hubieren
realizado.
Para poder invocar esta rebaja de edad se exige que el afiliado, al acogerse a pensión tenga un
total de 20 años de cotizaciones o servicios computables en cualquier sistema previsional.
4.1 Requisitos.
4.2.1 Procedimiento.
La invalidez es declarada por una comisión, denominada Comisión Médica Regional que
funciona en cada Región. En aquellas regiones que así lo requieran puede designarse más de una.
Está integrada por tres médicos cirujanos designados por la Superintendencia de AFP, los
cuales no son trabajadores dependientes de ese organismo y deben ser contratados a honorarios.
La organización, funciones y régimen aplicable a los médicos integrantes de la Comisión se
determinan por el Reglamento Nº 57, del 28 de marzo de 1991. Los demás gastos de la Comisión
deben ser financiados y administrados por las AFP en conjunto, en la proporción que corresponda
de acuerdo al número de afiliados que soliciten pensión de invalidez.
Las Compañías de Seguros respectivas pueden designar un médico cirujano en cada una de
las Comisiones Regionales, para que asistan como observadores a las sesiones de éstas cuando
conozcan de la calificación de invalidez de un afiliado cuyo riesgo ellas hubieren cubierto.
De acuerdo al inciso 4 del artículo 11, los gastos que demanden los exámenes necesarios
serán de cargo exclusivo de las AFP y de los interesados. Estos últimos, contribuirán al
financiamiento en el monto que les habría correspondido de acuerdo al artículo 30 de la ley 18.469,
pudiendo la AFP aportar más si así lo acuerdan.
Frente a una solicitud de invalidez del afiliado, las comisiones regionales deben verificar el
cumplimiento de los requisitos ya señalados y emitir un primer dictamen de invalidez que confiere
el derecho a obtener pensión de invalidez parcial o total, a contar de la fecha en que se declare la
incapacidad. Si no se cumplieren los requisitos negará tal derecho. (Artículo 4 inciso 2).
Transcurridos tres años desde la fecha a partir de la cual fue emitido el primer dictamen que
originó el derecho a pensión, la Comisión Médica, a través de la AFP debe citar al inválido y emitir
un Segundo Dictamen, que ratifique o modifique el derecho a pensión de invalidez total o parcial o
lo deje sin efecto, según proceda. De acuerdo a lo dispuesto en el inciso 7 del artículo 11, los
exámenes que en este caso son financiados por la AFP en que se encuentre afiliado.
Si dentro del período de tres años el afiliado cumpliere la edad para pensionarse por vejez,
puede solicitar a la Comisión, por intermedio de su AFP, que emita el segundo dictamen al
cumplimiento de la edad legal.
4.2.2 Citación.
De acuerdo al artículo 4 debe hacerse por escrito, conjuntamente con el pago de las tres
pensiones anteriores al vencimiento de los tres años. Si el afiliado no se presenta dentro del plazo
de tres meses contados desde la fecha de la citación se suspenderá el pago de la pensión. Si no
se presentare dentro de 6 meses se entiende que ha mejorado.
65
Todo lo anterior es sin perjuicio de la facultad que tiene la Comisión para citar, mediante
resolución fundada durante el transcurso de los tres años para efectuar nuevos exámenes. La
citación se hace en la misma forma indicada y bajo los mismos apercibimientos.
B.- Procedimiento.
Al recibirse una reclamación por la Comisión Médica Central, fundada en las circunstancias en
estudio, su presidente deberá comunicarlo al médico cirujano y al abogado a que hicimos
referencia, quienes realizarán el estudio de los antecedentes y deberán efectuar una relación de
ellos en la próxima sesión de la Comisión.
Si una vez hecha la relación anterior, se efectuaren otras alegaciones, se encargará su estudio
a uno de sus miembros, quien deberá hacer la relación de ellas en la próxima sesión.
Una vez efectuadas todas las relaciones indicadas, el presidente deberá abrir un debate, al
término del cual se requerirán antecedentes e informes a los respectivos organismos
administradores, los que deberán remitirlos en el plazo de diez días.
66
En relación con el pago de las pensiones la situación es diferente según se trate de pensiones
decretadas por un primer o por un segundo dictamen.
a) Personas respecto de las cuales existe esta obligación. (Personas comprendidas en el artículo
54).
Afiliados que se encuentren cotizando. Se presume de derecho tal situación en los siguientes
casos:
- afiliado dependiente: si su muerte o declaración de invalidez conforme al primer dictamen se
produce en el tiempo en que prestaba servicios.
- afiliados independientes: si hubiere cotizado en el mes anterior a dichos siniestros.
Afiliados dependientes que hubieren dejado de prestar servicios por término o suspensión de
éstos siempre que:
- el fallecimiento o declaración de invalidez conforme al primer dictamen se produzca dentro del
plazo de 12 meses contados desde el último día del mes en que hayan dejado de prestar servicios
o éstos se hubieren suspendido.
- registrar, como mínimo, 6 meses de cotizaciones en el año anterior al último día del mes en
que hayan dejado de prestar servicios o éstos hayan sido suspendidos.
De acuerdo a lo dispuesto en el artículo 65 bis inciso 2, estas personas, una vez que han sido
declaradas inválidas en virtud de un primer dictamen quedan sujetas a la modalidad de retiros
programados, los cuales no están afectos a las comisiones establecidas en el artículo 29. En caso
de invalidez total, la pensión corresponde al 100% del retiro determinado según las normas del
artículo 65 y si es parcial, es del 70% de dicho retiro. Estos afiliados no pueden optar por retirar
excedentes, mientras su pensión no se pague de acuerdo a las normas relativas al segundo
dictamen.
Una vez ejecutoriado el segundo dictamen, los afiliados podrán disponer del saldo de su cuenta
con el objeto de constituir una pensión optando por alguna de las modalidades en la forma ya
estudiada.
A contar del 19 de agosto de 2004 se aumentaron los porcentajes de cobertura para los
trabajadores dependientes que hubieren dejado de prestar servicios por término o suspensión de
69
éstos, cuyo fallecimiento o declaración de invalidez por un primer dictamen se produce dentro del
plazo de 12 meses desde que se suspendieron o terminaron los servicios.
Así entonces, tratándose de:
trabajadores dependientes que se encontraban prestado servicios al momento de
declararse la invalidez por un primer dictamen o producirse el fallecimiento
trabajadores independientes que se hayan encontrado prestando servicios
trabajadores dependientes en el caso de la letra b) del art. 54
En el artículo 58 se señalan las pensiones de referencia de los posibles beneficiarios, las cuales
están constituidas por porcentajes de la pensión de referencia del causante.
a) 60% (de la pensión de referencia del causante) para la cónyuge o para el cónyuge inválido
total y 43% para el cónyuge inválido parcial.
b) 50% para la cónyuge o para el cónyuge inválido total y 36% para el cónyuge inválido parcial,
con hijos comunes que tengan derecho a pensión. Este porcentaje se elevará al 60 y 43%,
respectivamente, cuando dichos hijos dejen de tener derecho a pensión.
c) 36% para la madre de los hijos naturales reconocidos por el causante;
d) 30% para la madre de los hijos naturales reconocidos por el causante, con
hijos comunes que tengan derecho a pensión. Este porcentaje se elevará a 36% cuando estos
hijos dejen de tener derecho a pensión;
e) 50% para los padres que cumplan los requisitos para ser beneficiarios de pensión de
sobrevivencia.
f) 15% para cada hijo que cumpla con los requisitos para ser beneficiario de pensión de
sobrevivencia, y 11% para los hijos declarados inválidos parciales, mayores de 24 años.
Como su nombre lo indica, estos montos son sólo una referencia y, salvo en el caso de
invalidez temporal, pueden coincidir con la pensión efectiva que obtendrá el afiliado, ya que ésta
dependerá, en definitiva, del esfuerzo individual efectuado, la rentabilidad del fondo e, incluso, de la
tasa cobrada por la compañía de seguros si se opta por una renta vitalicia.
Se entiende que opta por una Renta Vitalicia Inmediata, contratada con la misma Compañía
que cubre la obligación de enterar el aporte adicional.
Si en el caso anterior la renta resulta inferior a la pensión mínima garan tizada por el Estado, se
entiende que opta por el Retiro Programado.
Según lo dispone el artículo 57, es tal el monto que resulte de dividir por 120 la suma de las
remuneraciones imponibles percibidas y rentas declaradas en los últimos 10 años anteriores al
mes en que ocurra el fallecimiento o se declare la invalidez mediante el primer dictamen, según
corresponda, actualizadas según la variación del IPC entre el último día del mes en que fueron
percibidas y el último día del mes anterior a la fecha a la cual se están actualizando (artículo 63).
Respecto de los trabajadores cuyo período de afiliación al Sistema fuese inferior a 10 años, el
Ingreso Base se determina considerando el período comprendido entre el mes de afiliación al
sistema y el mes anterior a aquel en que ocurre el fallecimiento o se declare la invalidez. En este
caso, la suma de las remuneraciones imponibles y rentas declaradas deberá dividirse por el
número mayor entre:
- veinticuatro
- número de meses transcurridos desde la afiliación hasta el mes anterior al del siniestro.
Si la muerte o la invalidez se produjere por accidente, se divide por el número de meses
transcurridos desde la afiliación hasta el mes anterior al del siniestro. Se entiende por accidente el
hecho repentino, violento y traumático que causa la invalidez o la muerte del afiliado.
Respecto de aquellos trabajadores que en el período de cálculo hubieren percibido pensiones
de invalidez, se consideran también para el cálculo, pero la suma tiene como tope máximo el
Ingreso Base que dio origen a las primitivas pensiones.
71
5.1 Requisitos.
Tratándose de afiliados declarados inválidos se considerará el 70% del ingreso base, 72 que
tiene normas especiales para determinar el promedio y considerar las lagunas.
capitalización individual por el capital necesario para financiar una unidad de pensión al afiliado y
a sus posibles beneficiarios de pensión de sobrevivencia, de acuerdo a los porcentajes de pensión
de referencia que indica el artículo 58.
En este caso para tener derecho a retirar excedentes se exige que a la fecha en que se
determine el retiro anual mencionado el saldo de la cuenta de capitalización individual sea superior
al saldo mínimo requerido (art. 65 inciso 5).
Por saldo mínimo se entiende:
El capital necesario para pagar al afiliado y a sus beneficiarios, de acuerdo a los
porcentajes de pensión de referencia del artículo 58, una pensión equivalente al 70% del
promedio de remuneraciones determinado según las normas del artículo 63 ya resumidas
o del ingreso base cuando se trate de afiliados declarados inválidos.
Este saldo mínimo, además, debe ser mayor o igual que el capital necesario para pagar al
afiliado el equivalente al 150% de una pensión mínima de vejez garantizada por el Estado
y la proporción de ésta que corresponda a cada beneficiario, vigente al momento del
cálculo.
El saldo mínimo no puede ser inferior al requerido para financiar una pensión que cumpla
los requisitos antes definidos, en la modalidad de renta vitalicia inmediata sin condiciones
especiales de cobertura, determinada sobre la base de del costo por unidad de pensión
promedio de las ofertas seleccionadas por el afiliado, recibidas a través del Sistema de
Consultas.
En todo caso los fondos de los cuales puede disponer como excedente son aquellos por sobre
los fondos necesarios para financiar la renta temporal convenida con la AFP.
Los afiliados pensionados en el antiguo régimen que se pensionen en el nuevo sistema también
tienen derecho a retirar excedentes, para lo cual sólo se les exige obtener una pensión tal que,
sumada a su pensión anterior sea igual o superior al 70% del promedio de las remuneraciones
imponibles, pensiones percibidas y rentas declaradas en los últimos diez años, calculado de
acuerdo a lo establecido en el artículo 63. (Artículo 17 transitorio).
73
Los retiros de excedentes de libre disposición están sujetos al pago de un impuesto único, cuya
tasa se calculará al momento en que el afiliado se acoja a pensión, aplicando la tabla fijada para el
Impuesto Global Complementario, al diez por ciento del monto total que pueda ser objeto de retiro,
sin que dichos retiros se adicionen a otras rentas del pensionado para la declaración y pago de
cualquier otro impuesto. La tasa de impuesto así determinada se aplicará sobre el monto de cada
retiro de excedente de libre disposición que efectúe el pensionado. El impuesto resultante deberá
ser retenido y enterado en Tesorería por la Administradora. (Artículo 71).
En la expresión “monto que pueda ser objeto de retiro”, entendemos que no deben considerarse
aquellas sumas que el afiliado libremente destine al financiamiento de su pensión. 73 Esta
interpretación nos parece acertada, toda vez que esas sumas corresponden en general a depósitos
que no fueron gravados del punto de vista tributario, precisamente por estar destinados a financiar
pensiones, por lo tanto, mientras conserven ese destino, no deberán gravarse.
6.1 Beneficiarios.
De acuerdo al artículo 5 lo son los componentes del grupo familiar del causante, entendiéndose
por tales:
a) el o la cónyuge sobreviviente
b) los hijos legítimos, naturales o adoptivos
c) los padres
d) la madre de los hijos naturales del causante.
Los beneficiarios de pensión de sobrevivencia deberán solicitar la tramitación del beneficio por
escrito, presentando el certificado de defunción correspondientes. La AFP deberá informarles
acerca de los perjuicios que se producirían de omitirse en la solicitud la individualización de uno o
más beneficiarios, ello, según lo dispone el artículo 78 del Reglamento. Los perjuicios a que la
norma hace referencia deben entenderse referidos especialmente a lo dispuesto por el artículo 60
inciso tercero, de acuerdo al cual una vez enterado el aporte adicional, no se podrán acreditar
nuevos beneficiarios para su cálculo, sin perjuicio que éstos mantendrán su derecho a pensión.
6.2 Requisitos.
1.- Cónyuge:
a.- Haber contraído matrimonio con el causante a lo menos con 6 meses de anterioridad a la
fecha de su fallecimiento o 3 años si se verificó siendo el causante pensionado por vejez o
invalidez.
Estas limitaciones no se aplican si a la época del fallecimiento la cónyuge se encontrare
embarazada o si quedaren hijos comunes.
b.- El cónyuge, además, debe ser inválido en los términos del artículo 4.
2.- Hijos:
a.- Ser solteros.
b.- Cumplir con uno de los siguientes requisitos:
- ser menor de 18 años.
- mayor de 18 y menor de 24, si son estudiantes de enseñanza básica, media, técnica o
superior, calidad que deben tener a la muerte del causante o al cumplir los 18 años de edad.
- inválidos de cualquier edad en los términos del artículo 4, calidad que puede producirse
después del fallecimiento del causante, pero antes de cumplir los 18 o 24 años en su caso.
73
En este sentido, Arthur Errázuriz, Guillermo. Ob.cit, p.166
74
4.- Padres.
a.- Que falten todos los anteriores.
b.- Que al fallecimiento sean causantes de asignación familiar.
6.3 Financiamiento.
El saldo de la cuenta se determina de manera similar a los casos anteriores al igual que el
monto de las pensiones para lo cual se utilizan los conceptos de pensiones de referencia
señalados en el artículo 56 y siguientes. Rigen igualmente en este caso las normas relativas al
aporte adicional y de modalidad de pensión.
6.3.2 Características.
a) Las pensiones se devengan a contar de la fecha del fallecimiento del afiliado. (Artículo 73 del
Reglamento).
b) Las pensiones de sobrevivencia de beneficiarios declarados inválidos tendrán siempre el
carácter de definitivas. (Artículo 74 del Reglamento).
c) Si no quedaren beneficiarios de pensión de sobrevivencia, el saldo remanente en la cuenta
de capitalización individual del afiliado incrementará la masa de bienes del difunto.
d) En ningún caso pueden retirar excedentes de libre disposición.
c) Retiro programado.
Si se optare por esta modalidad, cada uno de los beneficiarios tendrá derecho a percibir una
pensión calculada según las normas del artículo 65, ya estudiadas.
a.- Afiliado pensionado por vejez o invalidez decretada por un segundo dictamen. (Artículo 67).
Para determinar el procedimiento a seguir en estas situaciones debe distinguirse bajo qué
modalidad estaba pensionado el causante.
a) Renta vitalicia.
Si el afiliado estaba pensionado bajo esta modalidad, los beneficiarios deberán comunicar el
fallecimiento a la respectiva compañía de seguros, con el fin de que ésta pague las pensiones de
sobrevivencia que corresponda.
c) Retiro programado.
En este caso los beneficiarios deben comunicar el fallecimiento a la Administradora, con el fin
de que ésta verifique la calidad de beneficiarios de quienes reclamen el beneficio y proceda a
reconocer el derecho a las respectivas pensiones emitiendo el correspondiente certificado. Luego,
pondrá a disposición de los beneficiarios el saldo de la cuenta y se procederá como en el caso de
un afiliado activo.
Si se trata del fallecimiento de un afiliado pensionado por invalidez parcial, el saldo retenido se
destinará a incrementar las pensiones de sobrevivencia.
b.- Fallecimiento de un afiliado pensionado por invalidez total o parcial conforme al primer
dictamen, cubierto por el seguro del artículo 59.
En este caso, la AFP deberá enterar el aporte adicional, considerando los porcentajes
señalados en el artículo 58 sobre las pensiones de referencias del causante.
c.- Fallecimiento de un afiliado pensionado por invalidez total o parcial conforme al primer
dictamen, no cubierto por el seguro del artículo 59.
76
8.- Herencia
El saldo de la cuenta constituye herencia en aquellos casos en que el afiliado falleciere en las
siguientes situaciones:
a) por accidente del trabajo o enfermedad profesional;
b) pensionado por la Ley 16.744;
c) sin dejar beneficiarios de pensión de sobrevivencia;
d) dejando remanentes en su cuenta, después de efectuado el traspaso de fondos a la
compañía de seguros; o
e) encontrándose en trámite la pensión de invalidez,
En estos casos no se exige la posesión efectiva al cónyuge, padres o hijos legítimos o naturales
del afiliado para retirar el saldo en aquellos casos que éste no exceda de 5 Unidades Tributarias
Anuales. En la parte que no exceda de 4.000 UF está exenta del Impuesto a la Herencia
Asignaciones y Donaciones.
VIII INTERVENCION ESTATAL EN EL SISTEMA
Nuestro sistema previsional, según ya hemos tenido ocasión de analizar, recoge la idea de la
intervención estatal subsidiaria, dejando entregada gran parte de la responsabilidad en materia de
futuras pensiones a los particulares. En efecto, la administración es de índole privada; cada afiliado
tiene sobre sí la carga previsional; goza del derecho a elegir en diversos momentos y sobre
también diferentes materias; por mencionar los principales aspectos en que la iniciativa privada ha
encontrado acogida en el Sistema.
La contrapartida a la situación descrita se manifiesta en la intervención estatal, la cual apunta
en diferentes direcciones, que para estos efectos sintetizaremos en dos partes:
1.- Rol fiscalizador.
2.- Sistema de beneficios garantizados.
74
El Sistema de Pensiones Chileno. Superintendencia de Administradoras de Fondos de Pensiones, 2da. Edición, Mayo de
1995, pp. 23 y ss.
77
En este aspecto, la garantía estatal es un beneficio en virtud del cual el Estado asegura a todos
los afiliados y beneficiarios del Sistema que reúnan ciertos requisitos pensiones mínimas de vejez,
invalidez o sobrevivencia.
2.1.1 Requisitos
Para estos efectos hay que distinguir:
75
El Estatuto Orgánico de la Superintendencia está constituido por el D.F.L. N° 101, de 29 de noviembre de 1980.
78
3.- No percibir pensiones, rentas ni remuneraciones imponibles que sumadas den un monto
igual o superior al de la respectiva pensión mínima. Artículo 80.
4.- Si el afiliado se encuentra acogido al sistema de retiro programado o renta temporal deberán
estar agotadas las remesas, es decir, registrar saldo cero.
5.- En el caso de los afiliados acogidos a la modalidad de renta vitalicia inmediata con retiro
programado la garantía estatal opera sólo cuando se haya agotado el saldo de la cuenta individual
y siempre que al renta vitalicia convenida sea inferior a la pensión mínima garantizada por el
Estado.
2.2 Garantía estatal con relación al aporte adicional, contribución del artículo 53 y pensiones
de invalidez originadas en un primer dictamen.
Esta garantía opera tanto en relación con la renta vitalicia inmediata como con la diferida, en
caso de cesación de pagos o quiebra de la compañía de seguros respectiva., que le impida dar
cumplimiento a su entero en forma oportuna, circunstancias que deben ser certificadas por la
Superintendencia de Valores y Seguros. Frente a esta situación el Estado garantiza el pago de las
rentas en un monto equivalente a:
-100% de la pensión mínima de vejez.
-respecto de las rentas vitalicias que excedan dicha cantidad, el Estado garantiza el 75% del
exceso por sobre la pensión mínima, con un tope de 45 UF mensuales. Artículo 82.
Los artículos 93 y 94 del Reglamento detallan el procedimiento a seguir para hacer efectivas
las garantías señaladas.
Los requerimientos de pago de la garantía estatal se deben efectuar a Tesorería General de la
República a través de la Superintendencia, la que podrá exigir a la AFP o compañía de seguros
toda la información necesaria para justificar el hecho de que la garantía estatal se devengará por
agotamiento de las respectivas cuentas de capitalización individual o se haya efectivamente
devengado, según corresponda.
Una vez aprobado el requerimiento, la Superintendencia procederá a remitir los antecedentes
a Tesorería.
Tesorería procederá a proveer mensualmente a la AFP o compañía de seguros, en su caso,
de los fondos necesarios para pagar oportunamente la totalidad de las pensiones o completar las
pensiones mínimas que corresponda, de acuerdo a las nóminas que se le envíen.
Si se tratase de beneficiarios de pensiones otorgadas a personas hasta una determinada
edad, la Superintendencia deberá incluir en su informe a la Tesorería la fecha hasta la cual debe
pagarse la garantía estatal.
La Administradora o la compañía de seguros en su caso, deberá comunicar a la
Superintendencia el fallecimiento de cualquier pensionado o beneficiario que estuviere recibiendo
garantía estatal, como asimismo cualquier circunstancia que haga cesar el derecho de aquéllos.
Es obligación de esas entidades verificar el cumplimiento de los requisitos establecidos en
la ley para tener derecho a pensión de sobrevivencia de estos beneficiarios, a lo menos una vez al
año. De no efectuar oportunamente esta verificación, serán responsables de los perjuicios
ocasionados al Estado.
Con un criterio de exclusión, se entenderá por tal, la que no es profesional. Esto significa que si
la causa u origen de la enfermedad es de origen profesional, es decir, fue producida a causa o con
80
ocasión de un accidente del trabajo o de una enfermedad profesional su cobertura se regulará por
las normas de la Ley 16.744, que se analizarán en el punto II.
El otorgamiento de las prestaciones médicas puede ser efectuado a través de dos modalidades:
a) Modalidad Institucional.
81
Las prestaciones se otorgan por los organismos que integran el Sistema Nacional de Servicios
de Salud o por entidades públicas o privadas con las cuales dichos organismos hayan celebrado
convenios para estos efectos. Los beneficiarios pueden elegir el establecimiento en que serán
atendidos y, dentro de él, al profesional que deba atenderlos.
b) Modalidad de Libre Elección.
El afiliado puede elegir libremente a los profesionales o entidades del sector público o privado
que desee para el otorgamiento de las prestaciones, siempre y cuando estén inscritos en el
Sistema.
5.- Financiamiento
El financiamiento del Sistema proviene de la cotización del 7% que deben efectuar todos los
afiliados y de los pagos que debe realizar directamente cada vez que lo utiliza.
Adicionalmente, recibe aportes fiscales, a través de Fonasa para cubrir los déficit que se
producen entre el otorgamiento de las prestaciones y las cotizaciones recibidas de los afiliados.
SEGUNDA PARTE
B.- Cobertura más integral y mayor estabilidad de los contratos en el largo plazo.
a) Se realizan algunos avances en los problemas de cobertura a la tercera edad, aún cuando no
significa su solución.
b) Se consagra legislativamente la realidad de los contratos colectivos.
c) Se protege al trabajador que cambia su situación laboral.
d) Se eliminan, salvo excepciones, las denominadas "carencias".
La ley 18.933 fue publicada en el Diario Oficial el 9 de marzo de 1990 y entró en vigencia el 1º
de septiembre del mismo año. Contiene dos Títulos; el primero se denomina "De la
Superintendencia de Instituciones de Salud Previsional", y el segundo "De las Instituciones de
Salud Previsional".
1.- Características
(Artículo 3 Nº1). La Superintendencia tiene por misión registrar las ISAPRE, previa compro -
bación del cumplimiento de los requisitos que la ley fija al efecto y que analizaremos más adelante.
Este registro es una exigencia previa e indispensable para que una entidad pueda atribuirse el
carácter de ISAPRE con todo lo que ella implica. Las infracciones deben denunciarse por la
Superintendencia a la justicia ordinaria y serán sancionadas con presidio menor en sus grados
mínimo a máximo. (Artículo 23).
La Superintendencia debe pronunciarse sobre la solicitud de registro en un plazo no superior a
60 días y puede rechazar las que no cumplan con las exigencias legales, mediante resolución
fundada (artículo 24). De esta resolución puede pedirse reposición en el plazo de 10 días contados
desde su notificación.
2. 4 Arbitraje.
(Artículo 3º Nº 5). El Superintendente puede actuar como árbitro arbitrador para resolver, sin
ulterior recurso, las controversias que surjan entre las Instituciones y sus cotizantes, sin perjuicio
de que éstos últimos puedan optar por recurrir a la justicia ordinaria. 78
(Artículo 3º, Nº. 6 y 7). Tiene también la atribución de exigir que las Instituciones cumplan con la
Constitución y mantención de la garantía y el patrimonio mínimo exigido por la ley.
2. 6 Informaciones.
La función de publicar en los medios y con la periodicidad que ella señale, información
suficiente y oportuna de interés para el público sobre su situación jurídica, económica y financiera y
que deberán hacerse por lo menos una vez al año.
77
"Reformas al Régimen de las Instituciones de Salud Previsional". Revista Jurídica del Trabajo Nº 10-11, 1990, págs. 55 y
siguientes.
78
El procedimiento de arbitraje fue determinado en la Circular 007, de 15 de marzo de 1991.
84
El Nº 9 dispone que la Superintendencia tiene por función dictar instrucciones que permitan la
mayor claridad en los contratos de salud.
2. 8 Sanciones.
La multa es a beneficio fiscal y no puede exceder de 500 U.F. Las ISAPRE y sus directores o
apoderados son solidariamente responsables de las multas, salvo que éstos últimos prueben su no
participación o su oposición al hecho que generó la multa.
En contra de las resoluciones o instrucciones que dicte puede deducirse recurso de reposición
ante esa misma autoridad dentro del plazo de 5 días hábiles, contados desde la fecha de la
resolución o instrucción. La Superintendencia deberá pronunciarse sobre el recurso, en el plazo de
cinco días hábiles, desde que se interponga.
En contra de la resolución que deniegue la reposición, el afectado podrá reclamar, dentro de los
quince días hábiles siguientes a su notificación, ante la Corte de Apelaciones que corresponda, la
que debe pronunciarse en cuenta sobre la admisibilidad del reclamo y si este ha sido interpuesto
dentro del plazo legal.
Admitido el reclamo, la Corte dará traslado por quince días hábiles a la Superintendencia.
85
Evacuado el traslado la Corte ordenará traer los autos "en relación", agregándose la causa en
forma extraordinaria a la tabla del día siguiente, previo sorteo de sala, cuando corresponda. Si el
Tribunal no dictare medidas para mejor resolver dictará sentencia dentro del plazo de 30 días y si
las ordenare, dentro de 10 días de evacuadas ellas.
Si se trata de un reclamo por imposición de multas debe consignarse previamente el 20% de
ella; en los demás casos esta consignación es de 5 U.T.M. vigente a la fecha de la resolución
reclamada, destinándose en ambos casos a beneficio fiscal, si es declarado inadmisible o
rechazado el recurso.
La resolución de la Corte es apelable en el plazo de 5 días y de este recurso conoce en cuenta
una sala de la Corte Suprema.
Las resoluciones que dicte la Superintendencia constituyen títulos ejecutivos y sus efectos se
suspenden por la notificación de la interposición de un recurso en su contra.
La notificación de la interposición de un recurso no suspende los efectos de lo ordenado por la
Superintendencia, sin perjuicio de la facultad del tribunal para decretar una orden de no innovar.
Hacen excepción a la norma anterior las resoluciones que apliquen multas, cancelen o
denieguen el registro de una institución, sólo deberán cumplirse una vez ejecutoriada la resolución
respectiva.
A.- Cualquiera que sea la forma que adopten deben registrarse en la Superintendencia. Sin este
registro no pueden arrogarse la calidad de ISAPRE, ni operar como tales. La Superintendencia
debe pronunciarse sobre la solicitud de registro en el plazo de 60 días, pudiendo rechazar a la que
no cumpla con las exigencias legales o no acompañe los antecedentes que se le soliciten. Frente a
una resolución que rechace el registro puede pedirse reposición dentro del plazo de diez días
contados desde la notificación.
B.- Estas instituciones son fiscalizadas por la Superintendencia, sin perjuicio de la fiscalización
o supervigilancia a que puedan estar sujetas conforme al estatuto que las regula.
C.- Deben acreditar, al momento de presentar la solicitud de registro un capital efectivamente
pagado equivalente a cinco mil U.F., debiendo mantener ese patrimonio mínimo.
D.- Debe constituir una garantía en la Superintendencia equivalente a un mes de cotizaciones
percibidas, debiendo aumentarse cada vez que éstas superen en un 20% dicha garantía.
La incorporación es optativa y gozan de este derecho los afiliados al sistema de la ley 18.469 y
también aquellos que no se encuentren cotizando en algún régimen legal de previsión o sistema de
pensiones.
De acuerdo a instrucciones de la Superintendencia, 79 de la suscripción, modificación y término
de los contratos de salud deberá dejarse constancia a través de un documento denominado
Formulario Unico de Notificación,(FUN).
La institución deberá comunicar la suscripción del contrato a la Superintendencia y a la entidad
encargada del pago de la pensión o al empleador, según el caso antes del día diez del mes
siguiente al de la suscripción del contrato. Lo mismo tratándose de término del contrato. Estas
comunicaciones se efectuarán a través del FUN.
Los contratos deben considerar como sujetos afectos a sus beneficios, al cotizante y a todos
sus familiares beneficiarios señalados en la ley 18.469. Los beneficios del contrato se extienden
por el sólo ministerio de la ley a todos los nuevos familiares beneficiarios que declare el cotizante,
de acuerdo a las condiciones que se señale claramente en el contrato. Las instituciones, además,
pueden aceptar que se incluya como beneficiarios a otras personas, las cuales dejarán de ser
beneficiarias de la ley 18.469, en su caso.
De acuerdo a la Circular Nº 25, de 3 de agosto de 1995, los contratos de salud deben contener,
como mínimo y en el orden que la mencionada Circular indica, las siguientes materias y
enunciaciones:
1.- Disposiciones generales, en las cuales se incluyen el lugar y fecha del contrato y la
individualización completa del afiliado y del representante de la ISAPRE.
2.- Debe hacerse referencia a los documentos que forman parte del contrato y que están
constituidos por los siguientes:
a) Plan de Salud y condiciones generales del contrato. Debe enunciarse precisa y claramente
las prestaciones, conformándose a la legislación vigente. Deben expresarse las exclusiones, si las
hubiere, los porcentajes de bonificación con expresión de sus topes por beneficiario, si fuere el
caso, el precio del plan, expresado en pesos o Unidades de Fomento. Conforme a lo señalado,
debe indicarse que son beneficiarios del plan el cotizante y sus familiares.
b) Declaración de Salud. Se trata de un documento anexo al contrato que permite a la ISAPRE
evaluar el riesgo médico de sus futuros cotizantes y beneficiarios. Para estos efectos, el cotizante
deberá completar la mencionada declaración y firmarla en señal de conformidad. Cuando proceda,
también deberá suscribirse por los beneficiarios del mismo.
Esta declaración será de importancia fundamental para la aplicación de las restricciones al
contrato, en relación con las enfermedades preexistentes, según analizaremos.
c) Formulario Unico de Notificación, que también es un documento anexo al contrato.
d) El Arancel o nómina de prestaciones valorizadas por la ISAPRE, incluyendo el código de
prestación, su nombre y su valor expresado en pesos o Unidades de Fomento. Las ISAPRE
deberán mantener a disposición exclusiva de los cotizantes y beneficiarios, en las oficinas en que
se atienda público. (3 ejemplares en la casa matriz y 2 en cada sucursal).
Este arancel debe contemplar, a lo menos, las prestaciones contenidas en el arancel de
FONASA no obstante lo cual, las ISAPRE pueden vender planes que no las contemplen todas,
previa información de los mismos a la Superintendencia, la cual, de acuerdo al artículo 33, debió
dictar normas de general aplicación respecto de la forma en que dichos planes se ofrecerían. Al
respecto la Circular Nº036, de 22 de Julio de 1997, denominó a estos planes como “Planes
Especiales”, disponiendo que ese nombre debe indicarse de manera destacada en cada uno de
ellos, señalándose a continuación el nombre de la prestación que se excluye de cobertura. Sin
perjuicio de lo anterior, los mencionados planes deberán ser sometidos siempre al conocimiento de
la Superintendencia en forma previa a su comercialización. A estas mismas normas se someten los
planes que se ofrezcan en conformidad al artículo 33 bis, ya analizado.
Los documentos señalados, con excepción del Arancel, deberán llevar las firmas de ambas
partes.
79
Circular Nº 8 , de 3 de abril de 1991.
87
Son pactadas en el contrato y en general existe plena libertad al respecto, con la limitación de
que los beneficios no pueden ser inferiores a los que confiere la ley 18.469 en las siguientes
materias: examen de medicina preventiva, protección de la mujer durante el embarazo y hasta el
sexto mes de nacimiento del hijo, del niño hasta los seis años y a los subsidios por incapacidad
laboral. Las partes deben establecer el mecanismo tendiente a proporcionar estas prestaciones,
ya sea por la propia ISAPRE o por entidades o personas especializadas con quienes ésta
convenga, o con otras, las que deben otorgarse en las condiciones generales establecidas en la ley
18.469, o superiores, si las partes lo acordaren. Los mecanismos para el otorgamiento de estos
beneficios deben ser sometidos a la aprobación de la Superintendencia. (Artículo 35).
El cotizante puede recurrir a la COMPIN correspondiente al domicilio que fije en el contrato,
cuando estime que ha obtenido prestaciones pecuniarias inferiores a las señaladas. Esta Comisión
conoce del reclamo en única instancia, previo informe de la parte reclamada, que deberá emitirlo, a
más tardar, dentro de los 3 primeros días hábiles siguientes al requerimiento. Transcurrido el plazo
de 10 días hábiles, con o sin el informe la Comisión emitirá su resolución, la cual, si no es
obedecida por la ISAPRE, será pagada por la Superintendencia con cargo a la garantía respectiva
(artículo 35). En tal caso, la Institución deberá completar la garantía, sin perjuicio de la multa que
correspondiere.
La ley 19.381, introdujo un artículo 33 bis a la ley 18.933, de acuerdo a cuyo inciso 1º no
pueden suscribirse contratos en que se pacten beneficios, respecto de algunas prestaciones, por
valores inferiores al 25% de cobertura de esa misma prestación en el plan general convenido. Ello,
sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 35, con relación a los beneficios mínimos señalados. Las
cláusulas que contravengan esta norma se tendrán por no escritas.
Los beneficios contemplados para un mes son financiados por la cotización devengada en el
mes inmediatamente anterior cualquiera sea la época en que la
institución perciba efectivamente la cotización.
Las prestaciones pueden otorgarse directamente por la ISAPRE o a través de su
financiamiento. Para estos fines pueden celebrar convenios con instituciones privadas tales como
clínicas, sanatorios, hospitales, centros médicos u otros. Sin embargo, no pueden hacerlo con los
Servicios de Salud creados por el D.L. 2.763, de 1979, salvo aquellos que se refieran
específicamente a la utilización de pensionados, unidades de cuidado intensivo y atención en
servicios de urgencia, los que a su vez podrán comprender la realización de intervenciones
quirúrgicas o exámenes de apoyo diagnóstico y terapéutico. Estos últimos convenios pueden ser
celebrados por cada Servicio de Salud con una o más Instituciones, pactándose libremente por las
partes los valores de las respectivas prestaciones. En todo caso, ni la ejecución ni la celebración
de estos convenios puede ser en detrimento de la atención de los beneficiarios legales del sistema
estatal, quienes tienen siempre preferencia sobre cualquier otro paciente.
Para estos efectos, se entiende por atención médica de emergencia o urgencia toda prestación
o conjunto de prestaciones que sean otorgadas a una persona que se encuentra en condición de
salud o cuadro clínico de emergencia o urgencia.
Ahora bien, emergencia o urgencia es toda condición de salud o cuadro clínico que implique
riesgo vital para una persona de no mediar atención médica inmediata e impostergable o toda
condición o cuadro clínico que implique secuela funcional grave para una persona de no mediar
atención médica inmediata e impostergable.
La condición de salud o cuadro clínico de emergencia o urgencia debe ser determinado por el
diagnóstico efectuado por un médico cirujano en la unidad de urgencia del establecimiento
asistencia público o privado en que la persona sea atendida, lo que deberá ser certificado por
aquél.
Certificación de estado de emergencia o urgencia es la declaración escrita y firmada por un
médico cirujano en una unidad de urgencia, pública o privada, dejando constancia que una persona
se encuentra en condición de salud o cuadro clínico de meergencia o urgencia y su diagnóstico
probable. Dicha constancia deberá dejarse en un documento y/o “Ficha Clínica” y/o “Dato de
Atención de Urgencia”, que, además, debe contener los siguientes datos a lo menos: nombre
completo del paciente, su RUT, ISAPRE a la cual se encuentra adscrito, motivo de consulta,
diagnóstico probable, fecha y hora de atención.
Para efectos de los dispuesto en el artículo 22 en análisis se entiende por paciente estabilizado
aquel paciente que estando o habiendo estado en una atención de emergencia o urgencia, se
encuentra en estado de equilibrio de sus funciones vitales, de modo que, aún cursando alguna
patología no resuelta o parcialmente solucionada, está en condiciones de ser trasladado, dentro
del establecimiento o a otro centro asistencial o a su domicilio, sin poner en riesgo su vida o la
evolución de su enfermedad. La estabilización del paciente deberá certificarse en la misma forma y
documentos que la certificación de estado de emergencia o urgencia, dejando constancia de la
fecha y hora de la misma.
Si la prestación fue otorgada por un Servicio de Salud o institución privada con las cuales la
ISAPRE respectiva tiene convenio, se estará a lo convenido.
Si la prestación fue otorgada por un Servicio de Salud con el cual la ISAPRE no tiene convenio,
el valor será aquel que corresponda al arancel para personas no beneficiarias de la Ley
18.469 a que se refiere el artículo 24 de la Ley 18.681 y se aplicará sobre todas las
prestaciones efectivamente otorgadas.
Finalmente, si la prestación fue otorgada por un establecimiento asistencial privado y no
registra convenio con la ISAPRE, se utilizarán los precios establecidos por dicho
establecimiento.
La ISAPRE debe solucionar o convenir la forma de solucionar las prestaciones cobradas dentro
de los treinta días hábiles siguientes a la fecha en que haya sido formalmente requerida para el
pago, cuando se le haya entregado o remitido los certificados de estado de emergencia o urgencia
y de estabilización del paciente; la boleta, factura u otro documento equivalente, que consigne el
valor total cobrado hasta la estabilización y una liquidación detallada, codificada según el arancel
del Fonasa y valorizada, de todas y cada una de las prestaciones que se cobran. Si la ISAPRE lo
estima necesario puede requerir además, los informes de los exámenes y procedimientos
realizados al paciente. La ISAPRE y el Servicio de salud o el establecimiento asistencial privado
pueden convenir plazos y formas distintas para los efectos anteriores.
La ISAPRE tiene derecho a repetir en contra del afiliado el monto que exceda de lo que le
corresponda pagar conforme al plan de salud convenido, ello, una vez que cuente con una factura
cancelada, u otro documento que acredite que ha extinguido su obligación con el Servicio de Salud
o establecimiento asistencial privado de que se trate.
El cobro se sujeta a las siguientes reglas:
89
a) Se efectúa por medio de carta certificada enviada al último domicilio que el afiliado tenga
registrado en la ISAPRE.
c c) Contenido de la carta:
- La ISAPRE deberá proponer al cotizante alternativas para el pago del crédito, entre las cuales
podrá contemplar el pago al contado y la posibilidad de extinguir el total o parte de la deuda con los
saldos que el cotizante registre en su cuenta de excedentes, a menos que dicha alternativa se
hubiese pactado en el contrato de salud, debiendo comunicar la circunstancia de haber operado,
de pleno derecho, la compensación entre el total o parte de la deuda del afiliado y los excesos o
excedentes de cotización de que éste disponía.
- Deberá informársele que dispone de un plazo de treinta días hábiles, que se contará desde la
expedición de la referida carta, para objetar por escrito la liquidación, pagar lo adeudado o
convenir con la ISAPRE alguna de las modalidades de pago propuestas y que si nada dice dentro
de dicho término se entenderá que se acoge al crédito a que nos referiremos. Para estos efectos,
deberá consignarse la cuota mensual que el afiliado deberá pagar en caso de acogerse a esta
última modalidad de pago y el plazo que durará la aplicación del mecanismo legal.
- Deberá advertírsele al afiliado que, sin perjuicio de lo informado, si una vez transcurrido el
término máximo para el pago del crédito, en caso de optar por esta modalidad, la deuda no hubiese
sido solucionada íntegramente, la ISAPRE estará facultada para liquidar el saldo insoluto y
proponerle nuevas condiciones para el pago.
d) Las objeciones que el afiliado formule a la liquidación contenida en la carta de cobro serán
conocidas y resueltas por la ISAPRE a través del procedimiento previsto en la Circular 54, de 1999.
En la respuesta que se emita a la objeción, deberá concedérsele al afiliado un plazo no inferior
a cinco días hábiles, contado desde la fecha de su depósito en la oficina de correos respectiva,
para que pague lo adeudado o convenga con la ISAPRE alguna de las modalidades de pago
propuestas en informársele que si nada dice dentro de dicho término se entenderá que se acoge al
sistema de crédito, establecido por la ley 18.933. Igualmente, al afiliado le asiste el derecho de
recurrir ante la Superintendencia, dentro del mismo plazo indicado precedentemente.
La aplicación de este mecanismo crediticio no puede durar un plazo mayor de cinco años.
Deberá pagarse por el afiliado en cuotas iguales y sucesivas, con vencimientos mensuales, en
las que se incluirá el reajuste conforme al Indice de Precios al Consumidor y un interés
equivalente a la tasa de interés corriente para operaciones reajustables en moneda nacional a
que se refiere el artículo 6° de la ley N° 18.010.
Las cuotas mensuales no podrán exceder del 5% de la remuneración o renta imponible,
tratándose de los afiliados dependientes, independientes o pensionados, ni de una suma
equivalente al precio del plan de salud contratado, tratándose de los voluntarios.
Si una vez transcurrido el término máximo de cinco años la deuda no hubiere sido solucionada
íntegramente, la ISAPRE está facultada para liquidar el saldo insoluto y proponer nuevas
condiciones para el pago.
La ISAPRE no puede exigir a los usuarios cheques para garantizar el préstamo otorgado.
90
Forma de pago
Si se trata de un afiliado independiente o voluntario, el pago de las cuotas debe hacerse en
forma directa; si fuere dependiente, a través de su empleador y si fuere pensionado, a través
de la entidad pagadora de la pensión.
La institución debe notificar al afiliado o a éste y a su empleador o entidad pagadora de la
pensión, según correspondiere, la cuota mensual a enterar.
El pago de las cuotas mensuales se efectuará dentro de los diez primeros días del mes
siguiente a aquél en que se devengó la cuota respectiva, término que se prorrogará hasta el
primer día hábil siguiente si dicho plazo expirare en día sábado, domingo o festivo.
Para los efectos anteriores, el empleador o entidad pagadora de la pensión, en el caso de los
trabajadores dependientes y pensionados, deducirá la cuota de la remuneración o pensión del
trabajador o pensionado; los afiliados independientes o voluntarios deben pagar directamente a
la institución la cuota.
Para efectos del cobro de las cuotas no pagadas oportunamente, así como en relación a sus
reajustes e intereses, se aplican las mismas normas que para el cobro de cotizaciones
atrasadas, contenidas en el artículo 31 de la ley 18.933.
Sin perjuicio de haberse activado el crédito, en cualquier momento la ISAPRE y el cotizante
podrán acordar formas y plazos distintos para el pago, lo que deberá comunicarse
oportunamente al empleador y/o entidad encargada del pago de la pensión, según
corresponda.
Situaciones especiales
a.- Trabajadores que perciben remuneraciones de dos o más empleadores.
Si el cotizante percibe remuneraciones provenientes de dos o más empleadores o además
declara renta como trabajador independientes o percibe una pensión afecta al D.L. 3.500, todas las
remuneraciones, rentas o pensiones, deberán sumarse para los efectos de determinar el valor total
imponible sobre el cual debe aplicarse la correspondiente cuota del 5%. Si la suma de los
mencionados ingresos es superior al límite máximo imponible de 60 Unidades de Fomento, deberá
descontarse la cuota del préstamo de las remuneraciones, rentas o pensiones mayores,
excluyendo o limitando las restantes, según sea el caso.
Si, en cambio, el cotizante es a la vez, trabajador dependiente o independiente y pensionado
del antiguo sistema previsional se deberá considerar esta pensión en forma separada de los demás
ingresos para efectos de determinar el monto máximo de la imponibilidad y, en consecuencia, debe
aplicarse la cuota del 5% sobre el monto de esa pensión y, además, calcularse el 5% del resto de
las remuneraciones o rentas del cotizante, con el respectivo tope de imponibilidad. 81
b.- Trabajadores que se encuentran en goce de subsidio por incapacidad laboral temporal.
En este caso hay que distinguir:
Si en un mes determinado el afiliado permanece diez o más días en situación de incapacidad
laboral o sin trabajar por cualquier motivo, la cuota será equivalente al mayor valor entre el 5%
de la remuneración imponible, correspondiente a los días efectivamente trabajados y el
promedio de las tres últimas cuotas anteriores al mes de que se trate. Para este efecto, el
empleador deberá descontar y pagar el 5 % de la remuneración de los días efectivamente
81
Esta diferencia se debe a que la Ley N° 18.754, de 28 de octubre de 1988, dispuso en su artículo 1 que los pensionados
de los regímenes fiscalizados por la Superintendencia de Seguridad Social, deberían efectuar una cotización para salud
equivalente al 7% de la pensión que percibieran, sin establecer tope imponible al respecto. El D.L. 3.500, en cambio, en su
artículo 85 expresamente consagra dicho límite para las pensiones establecidas en ese cuerpo legal. Puede verse Dictamen
Ord. N° 12.411, de 1 de agosto de 1997, de la Superintendencia de Seguridad Social.
91
d.- Trabajadores que durante el servicio de la deuda contraen una nueva obligación con la ISAPRE
por el mismo concepto.
En esta situación se genera un nuevo préstamo que se acumula al anterior y respecto del cual
se aplica el mismo procedimiento descrito precedentemente, sin perjuicio de lo que convengan las
partes.
Las licencias médicas que sirvan de antecedentes para el ejercicio de derechos o beneficios
legales que deban ser financiados por la ISAPRE, deben otorgarse en los formularios cuyo formato
determine el Ministerio de Salud, materia hoy contemplada en el Decreto Supremo Nº3, de 28 de
mayo de 1984.
La Institución debe autorizar la licencia en el plazo de 3 días hábiles, contado desde la fecha de
presentación de la respectiva solicitud, vencido el cual se entiende aprobada, si no hubiere emitido
un pronunciamiento.
Si la ISAPRE rechaza o modifica la licencia, el cotizante puede recurrir ante la Comisión de
Medicina Preventiva e Invalidez. El reclamo debe ser presentado por escrito, directamente ante
92
dicha Comisión, señalando en forma precisa sus fundamentos, en el plazo de 15 días, contado
desde la recepción del pronunciamiento de la ISAPRE, que debe ser enviado por correo certificado
al domicilio que el trabajador y su empleador tengan registrado en la ISAPRE.
El mismo derecho tiene el empleador respecto de las licencias médicas que hayan autorizado
las ISAPRE, cuando estime que no han debido otorgarse o que son otorgadas por un período
mayor al necesario.
De acuerdo a lo señalado en el artículo 21, letra b) del Decreto Supremo Nº 3, de 1984, del
Ministerio de Salud, las ISAPRE pueden disponer la realización de una visita domiciliaria o al lugar
de reposo indicado en el formulario de licencia, la cual tiene por objeto tomar contacto directo y
personal con el trabajador,82 a fin de verificar el cumplimiento del reposo indicado en la licencia,
razón por la cual no constituyen medios idóneos para dicha constatación la circunstancia, por
ejemplo, de entrevistas con personas distintas del trabajador o las simples llamadas telefónicas.
3.4 Exclusiones.
La ley 19.381, introdujo modificaciones al respecto, en términos tales que las únicas
prestaciones que pueden excluirse (artículo 33 bis) son las siguientes:
a) Cirugía plástica con fines de embellecimiento u otras prestaciones con el mismo fin.
Para estos efectos no se considera con fines de embellecimiento:
-la cirugía plástica destinada a corregir malformaciones producidas a la criatura durante el
embarazo o con motivo del nacimiento.
-la cirugía destinada a reparar deformaciones producidas con ocasión de un accidente.
b) Atención particular de enfermería.
c) Prestaciones de salud que requiera el beneficiario como consecuencia de su participación en
actos de guerra y actos calificados por la ley como delito, en tanto resulte criminalmente
responsable.
d) Prestaciones cubiertas por otras leyes, hasta el monto de lo cubierto.
e) Todas aquellas prestaciones no contempladas en el arancel de la ISAPRE. Al respecto, el
artículo 33 letra d) dispone que este arancel debe contemplar todas las prestaciones que
contempla el arancel de FONASA pudiendo vender planes que no las contemplen todas, previo
informe a la Superintendencia.
3.5 Carencias.
La ley 19.381 eliminó la posibilidad de estipular carencias, entendiéndose por tal el lapso
durante el cual no se tiene derecho a todas o a algunas de las prestaciones convenidas. (Artículo
33 bis inciso final).
Hacen excepción a esta regla:
A.- Lo relativo a enfermedades preexistentes, entendiéndose por tales aquellas
enfermedades o patologías que hayan sido conocidas por el afiliado y diagnosticadas médicamente
con anterioridad a la suscripción del contrato o a la incorporación del beneficiario, en su caso.
(Artículo 33 bis).
Con relación a estas dolencias, la ley hace el siguiente distingo:
a) Enfermedades preexistentes declaradas: las restricciones a la cobertura sólo pueden abarcar
un plazo máximo de 18 meses, contado desde la suscripción del contrato, y ello con la limitación
del artículo 33 bis inciso primero, ya analizada.
b) Enfermedades preexistentes no declaradas: la ISAPRE debe concurrir al pago de
prestaciones originadas en estas patologías, transcurrido un plazo de 5 años, contado desde la
suscripción del contrato o desde la incorporación del beneficiario, en su caso. Esta cobertura debe
darse en los mismos términos estipulados para enfermedades no preexistentes cubiertas por el
plan, a menos que la Institución probare que la patología preexistente requirió atención médica
durante los antedichos 5 años y el afiliado a sabiendas la ocultó a fin de favorecerse de esta
disposición legal.
B.- La situación del embarazo, caso en el cual, se deberá consignar en el contrato claramente
que la cobertura será proporcional al período que reste para que ocurra el nacimiento.
82
Circular 005, de 13 de marzo de 1991.
93
Es importante señalar que el arancel y los límites de prestaciones o beneficios, sólo podrán
expresarse en la moneda de curso legal o en U.F. (Artículo 33).
De acuerdo a lo dispuesto por el artículo 38 inciso 9, las ISAPRE podrán en casos calificados,
solicitar la declaración de invalidez del cotizante a la comisión médica regional correspondiente o a
la COMPIN, según fuere el caso. En la primera situación, es la ISAPRE la responsable del
financiamiento de la totalidad de los gastos que demande esa solicitud, tal como exámenes de
especialidad, análisis, informes y gastos de traslado del cotizante. La solicitud formulada por la
ISAPRE en tal sentido sólo tiene por objeto que la Comisión Médica respectiva se pronuncie sobre
el carácter de invalidante o no de la patología que sufre el afiliado y en el evento de declarase la
invalidez, producir la suspensión de la licencia médica otorgada por el mismo diagnóstico el
dictamen.83 El derecho a solicitar la pensión de invalidez sólo compete al afiliado, según lo dispone
el artículo 11 del D.L.3.500.
Los beneficios son financiados por la cotización devengada en el mes inmediatamente anterior;
sin embargo, la ISAPRE puede anticipar la vigencia de los beneficios del plan de salud, siempre
que el interesado cumpla la condición de no tener, simultáneamente, beneficios vigentes en otra
ISAPRE o en el FONASA. La Institución que utilice esta modalidad para personas que ingresan a
la fuerza laboral por primera vez o después de un periodo de cesantía, podrá cobrar las
cotizaciones que financian los respectivos beneficios. En estos casos, deberá consignarse en el
FUN el mes efectivo de suscripción, anualidad, vigencia de beneficios contractuales y el mes a
contar del cual la entidad encargada del pago deberá descontar la cotización de salud. 84
Los contratos deben ser pactados por un plazo indefinido y no podrán dejarse sin efecto durante
su vigencia, sino por incumplimiento de las obligaciones contractuales o por mutuo acuerdo de las
partes.
No se considerará incumplimiento por parte del afiliado, el hecho de no haberse enterado por su
empleador o por la entidad pagadora de la pensión, en su caso, las cotizaciones de salud
pactadas.
La ISAPRE debe ofrecer un nuevo plan, si éste es requerido por el afiliado, en las siguientes
situaciones:
a) Cesantía. En esta situación, y sin perjuicio de la oferta de un nuevo plan y no existiendo
excedentes de cotización, la ISAPRE debe acceder a la desafiliación del imponente, cuando éste
así lo requiera.
b) Variación permanente de la cotización legal.
c) Variación permanente de la composición del grupo familiar.
El cotizante podrá una vez transcurrido un año de vigencia de sus beneficios contractuales y
posteriormente, cuando lo estime conveniente, cuando lo estime conveniente, desahuciar el
contrato, debiendo comunicarlo así con un mes de anticipación. En este caso automáticamente
quedan afectos a la protección de la ley 18.469, a menos de incorporarse a otra ISAPRE. Si el
cotizante se encuentra en período de subsidio por incapacidad laboral, el contrato se entenderá
prorrogado hasta el último día del mes en que éste termine.
En el caso de desahucio la terminación surtirá plenos efectos a contar del primer día del mes
subsiguiente a la fecha de expiración del plazo de 1 mes
Anualmente, en el mes de suscripción las Instituciones pueden revisar los contratos pudiendo
sólo adecuar sus precios, prestaciones convenidas y la naturaleza y el monto de sus beneficios a
condiciones generales que no importen discriminación entre los afiliados de un mismo plan,
83
Ord. J/1.204, de 1998, Superintendencia de Administradoras de Fondos de Pensiones.
84
Circular 036, de 22 de Julio de 1997.
94
excepto en lo que se refiere a las condiciones particulares pactadas con cada uno de ellos al
momento de su incorporación a la ISAPRE.
Estas condiciones generales deben ser las mismas que se estén ofreciendo a esa fecha a los
nuevos contratantes en el respectivo plan.
La infracción a esta normativa da lugar a que el contrato se entienda vigente en las mismas
condiciones generales, sin perjuicio de las demás sanciones que se puedan aplicar.
La adecuación propuesta debe ser comunicada al afectado, mediante carta certificada con a lo
menos dos meses de anticipación al vencimiento del período. En tales circunstancias el afiliado
puede aceptar o rechazar las modificaciones propuestas por la ISAPRE. Si nada dice, se entiende
que acepta. En caso de no aceptar, la ISAPRE deberá ofrecerle otros planes de salud alternativos,
en condiciones equivalentes, pudiendo el afiliado aceptar alguno de ellos, o bien desafiliarse.
Si el afiliado estima que los planes ofrecidos no reúnen las condiciones de equivalencia
indicadas, puede recurrir ante la Superintendencia.
No obstante la libertad de las Instituciones para adecuar el precio y su obligación de no
discriminar, el nuevo valor que se cobre al momento de la renovación deberá mantener la relación
de precios por sexo y edad que hubiere sido establecida en el contrato original, usando como base
de cálculo la edad del beneficiario a esa época, con la lista de preciso vigente en la institución, para
el plan en que actualmente se encuentre.
Las revisiones no podrán tener en consideración el estado de salud del afiliado y beneficiarios.
(Artículo 38).
En este caso, la ISAPRE debe ofrecer un nuevo plan, que en caso alguno puede significar
menores beneficios de los que podría obtener de acuerdo a la cotización legal a que dé origen la
remuneración del trabajador al momento de adecuarse su contrato.
Cuando la relación laboral del cotizante con una determinada empresa o institución sea
condición esencial de la celebración del contrato, la pérdida de tal relación podrá constituir causal
de término anticipado del mismo, salvo que ella se origine por el hecho de acogerse a pensión.
Tales circunstancias deberán dejarse expresamente establecidas en el contrato.
95
8- Cotizaciones
Se pactan en el contrato pudiendo ser la legal o una superior. En el contrato debe señalarse el
precio del plan y la unidad en que se pactará, señalándose que tal precio sólo podrá variar una vez
cumplidos los períodos anuales. Este precio sólo puede pactarse en moneda de curso legal, en
U.F. o en el porcentaje equivalente a la cotización de salud.
De acuerdo al artículo 32, las cotizaciones que se pacten están exentas del Impuesto a la
Renta, por la cantidad de U.F. que resulte de aplicar el porcentaje de la cotización legal de salud al
límite máximo de remuneraciones y renta imponible (60 U.F.).
El artículo 32 bis, introducido por la ley 19.381, dispone que toda vez que se produjeren
excedentes de la cotización legal en relación con el precio del plan convenido, esos excedentes
serán de propiedad del afiliado e inembargables, aumentando la masa hereditaria en el evento del
fallecimiento, a menos que el afiliado renuncie a ellos y los destine a financiar los beneficios
adicionales de los contratos colectivos, en su caso. Para estos efectos, se consideran como
cotización legal la percibida por la ISAPRE y aquella que haya sido declarada aun cuando no se
haya enterado efectivamente.
Los excedentes que se produjeren incrementarán una cuenta corriente individual que la
ISAPRE deberá abrir a favor del afiliado, a menos que el cotizante renuncie a ella y prepacte con la
ISAPRE que los eventuales excedentes que se produzcan en la respectiva anualidad sean
destinados a financiar un plan de salud que otorgue mayores beneficios.
El saldo acumulado en esta cuenta puede ser requerido en cualquier momento, por el afiliado o
beneficiario sólo para los siguientes fines:
1) Para cubrir las cotizaciones en caso de cesantía;
2) Copago, esto es, aquella parte de la prestación que es de cargo del afiliado;
3) Para financiar prestaciones de salud no cubiertas por el contrato;
4) Para cubrir cotizaciones adicionales voluntarias;
5) Para financiar un plan de salud cuando el afiliado reúna los requisitos para
pensionarse, durante el lapso comprendido entre la solicitud de la jubilación y el momento en que
ésta se hace efectiva.
Al momento de celebrarse el contrato de salud o en sus sucesivas adecuaciones anuales, el
monto de los excedentes a destinar a la cuenta individual no podrá ser superior al 10% de la
cotización legal para salud, calculada sobre el monto promedio de los 3 últimos meses de la
remuneración, renta o pensión, sin perjuicio del tope legal. Con todo, la totalidad de excedentes
siempre incrementará la cuenta del afiliado.
Estos fondos se reajustan en base al IPC y devengan el interés corriente para operaciones
reajustables, los cuales deben ser abonados cada seis meses por la ISAPRE.
Por su parte, la ISAPRE puede cobrar semestralmente un porcentaje por la mantención de la
cuenta, siempre y cuando sea positivo.
Cuando por cualquier causa se ponga término a un contrato y el interesado se incorpora a otra
ISAPRE, deben traspasarse esos fondos. Si se queda en FONASA los fondos deben traspasarse a
ese Fondo.
Corresponde a la cotización percibida por la ISAPRE en el respectivo mes, menos el monto que
resulte mayor entre el precio del plan contratado y la cotización mínima para salud (7%). Los
montos que la ISAPRE perciba por estos conceptos deben ser devueltos directamente al afiliado,
dentro de los 15 días hábiles siguientes de la presentación de la respectiva solicitud por parte dl
afiliado. Si se trata de cotizaciones en exceso correspondientes al último periodo de recaudación,
el plazo de devolución será de 45 días hábiles. En todo caso y no obstante no ser solicitado por el
trabajador la ISAPRE está obligada a efectuar la devolución antes del 30 de abril de cada año, en
relación al saldo acumulado correspondiente al 31 de diciembre del año del año anterior, siempre y
96
cuando el saldo sea superior a 0,07 U.F. Si no lo fuere se acumulará para ser devuelto el año
siguiente.85
b.- La primera revisión contractual se debería efectuar a contar del 1 de julio del año 2000 88,
debiéndose comunicar así al afiliado con dos meses de anticipación al cumplimiento de la
respectiva anualidad, mediante carta certificada.89
Se encuentra reglamentado en el DFL 44, de 1 de junio de 1978. Este cuerpo legal estableció
normas comunes para todos los subsidios por incapacidad laboral temporal. Al respecto, la ley
18.768, de 29 de diciembre de 1988 hizo aplicable a los subsidios otorgados en virtud de la ley
16.744 las normas sobre imponibilidad (artículos 3 y 22) y concepto de remuneración y base de
cálculo (artículos 7 y 8) que establece este D.F.L.
De acuerdo a su artículo 1, las normas del D.F.L. en estudio se aplican a todos los subsidios por
incapacidad laboral temporal, incluidos los trabajadores del Estado que a la fecha de vigencia del
DFL estaban acogidos a los regímenes de subsidios de las normas señaladas en ese artículo 1 (ley
6.174, 10.383, 10.662 -Triomar-, ley 16.781, Código del Trabajo, ley 15.565 -Caja de Previsión de
los Obreros Municipales de la República- y ley 16.744, según lo señalado).
Respecto de los trabajadores afectos al Estatuto Administrativo, en virtud de lo dispuesto en el
artículo 22 de la ley 18.469, se aplican las normas de la ley 18.834, de 1989, que en su artículo 106
dispone que durante el goce de licencia médica el funcionario continuará percibiendo el total de sus
remuneraciones.
De acuerdo al artículo 4 para tener derecho al subsidio se requiere un mínimo de seis meses de
afiliación y tres meses de cotizaciones dentro de los seis meses anteriores a la fecha inicial de la
licencia. Estas cotizaciones pueden ser continuas o discontinuas y en cualquier caja de previsión.
No se requiere de estos períodos de afiliación o de cotizaciones en el evento que la incapacidad
sea causada por un accidente común, caso en el cual basta con que la persona tenga la calidad de
afiliada a alguna caja.
Las normas señaladas han sufrido ciertas alteraciones tratándose de los subsidios por
descanso de maternidad, las cuales son analizadas en el Capítulo correspondiente. 90
Se calcula sobre la base del promedio de la remuneración neta del subsidio o de ambos
devengados en los tres meses calendario más próximos al mes en que se inicia la licencia.
La remuneración mensual neta equivale a la remuneración imponible del trabajador,
descontadas las imposiciones previsionales y los impuestos que las graven. Para determinarla no
se consideran las remuneraciones ocasionales que correspondan a períodos de mayor extensión
que un mes, lo cual no significa que el trabajador pierda el derecho a percibirlas. En efecto, el
artículo 11 señala expresamente que el subsidiado goza del derecho a recibir dichas sumas en la
forma y en la oportunidad establecidas en el correspondiente contrato de trabajo, por el tiempo en
que haya percibido el subsidio.
Si dentro del mes en que se produzca la incapacidad opera un reajuste legal de
remuneraciones, el monto de la base de cálculo del subsidio se reajustará en la medida y forma en
que corresponda aplicar el reajuste.
En el caso de accidentados que no registren cotizaciones suficientes para enterar los meses a
promediar, se considerará para estos efectos la remuneración mensual neta resultante de la
establecida en el contrato de trabajo, las veces que sea necesario.
Se aplican las mismas normas, con la salvedad que para calcular el promedio mensual se
consideran las rentas por las cuales hubiere cotizado en los últimos seis meses anteriores al mes
en que se inicia la incapacidad laboral.
Tratándose de trabajadores independientes afiliados al D.L. 3.500 en el cálculo del subsidio no
podrán considerarse rentas mensuales que tengan una diferencia entre sí, superior al 25%. En el
evento de existir esa diferencia o diferencias superiores se considerará en el mes o meses de que
se trate, la renta efectiva limitada al 125% de la renta mensual menor del período respectivo.
Esta disposición, introducida por la ley 19.299, se aplica para determinar la base de cálculo de
los subsidios por incapacidad laboral de los trabajadores afiliados al Nuevo Sistema, ya sean de
origen común o maternal.
Esta limitación sólo afecta a las rentas imponibles a considerar en el cálculo del subsidio, no
resultando aplicable a las rentas que sirvan para determinar el límite de subsidio maternal, que se
analizará más adelante. (Circular 1337, marzo de 1994, Súperintendencia de Seguridad Social).
El monto diario del subsidio equivale a la trigésima parte de su base de cálculo determinada en
la forma ya analizada. Este modo diario no puede ser inferior a la trigésima parte del 50% del
ingreso mínimo que rija para el sector privado.
Si mientras el subsidio se está devengando opera un reajuste general de remuneraciones, dicho
monto debe ser reajustado en la misma oportunidad, medida y forma.
De acuerdo al artículo 19, el pago corresponde a la entidad que deba otorgarlos o al empleador,
si lo ha convenido con la entidad otorgante. En la actualidad tales entidades son las siguientes:
Servicio de Salud, respecto de los trabajadores afiliados al sistema estatal, ISAPRE, respecto de
sus afiliados, Cajas de Compensación de Asignación Familiar respecto de los trabajadores
adheridos a ella y, el empleador cuando así lo haya acordado con la entidad pagadora.
90
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99
a.- Se paga por lo menos con la misma periodicidad que la remuneración, sin que pueda en
caso alguno superar al mes.
b.- Son incompatibles con los subsidios regidos por la ley 16.744 aunque pueden ser percibidos
en forma sucesiva.
c.- Son incompatibles con el subsidio de cesantía, pero este puede ser ejercido cuando
aquellos terminen. Para determinar la duración del subsidio de cesantía, se considera iniciado
desde la fecha de la terminación del contrato de trabajo, cualquiera sea la fecha del ejercicio del
derecho al subsidio.
d.- Los subsidios duran hasta el término de la licencia médica, aun cuando haya terminado el
contrato de trabajo.
e.- Son imponibles para previsión y salud. Lo anterior significa que el traba jador en goce de
subsidio dependientes e independientes afiliados al antiguo sistema de previsión deben efectuar
las cotizaciones respectivas sobre sus cotizaciones o rentas imponibles, sobre la base de la última
remuneración o renta imponible correspondiente al mes anterior a aquel en que se haya iniciado la
licencia o en su defecto a la estipulada en el contrato de trabajo. Para estos efectos, las entidades
pagadoras de subsidio deberán efectuar las retenciones correspondientes y enterar las
cotizaciones en las instituciones que correspondan, dentro del plazo legal. (Artículo 22).
Tratándose de los trabajadores afiliados al Nuevo Sistema se aplica el artículo 17 del D.L.
3.500, que establece la imponibilidad de los subsidios de la misma forma señalada.
f.- De acuerdo al artículo 3º no se consideran renta para todos los efectos legales.
g.- De acuerdo al artículo 14 los subsidios se devengan desde el primer día de la licencia, si
esta fuese superior a 10 días o desde el 4º día si ella fuere igual o inferior a dicho plazo.
Se financian con cargo a un fondo especial denominado "Fondo para subsidios por incapacidad
laboral" que debe existir en cada organismo administrador del beneficio. Este fondo se constituye
con todos los recursos que deben percibir y destinar al pago de los subsidios, los cuales se
determinan en base a un porcentaje de la cotización para salud. Los excedentes que se produzcan
en esos fondos se destinan al financiamiento de las diferentes prestaciones médicas, distribuidos
según lo determine la Superintendencia de Seguridad Social.
Tratándose de las Cajas de Compensación de Asignación Familiar, las empresas adheridas
deben efectuar para financiar los subsidios una cotización del 2% de las remuneraciones
imponibles, aporte que debe ser deducido de la cotización para salud respectiva.
A las normas señaladas sobre financiamiento hacen excepción los subsidios de reposos
maternales y por enfermedad grave del hijo menor de un año, que de acuerdo a lo dispuesto por la
ley 18.418, de 1985 se financian con cargo al Fondo Unico de Prestaciones Familiares y Subsidios
de Cesantía, establecido en el DFL 150, de 1981.
De acuerdo al artículo 24 de la ley 18.469, de 1985, prescriben en seis meses contados desde
el término de la respectiva licencia.
I LEGISLACION APLICABLE
Está constituida básicamente por la ley 16.744, publicada en el Diario Oficial del 1º de febrero
de 1968 y entró en vigencia 90 días después de su publicación, vale decir, el 1º de mayo de ese
año.
La Ley señalada se complementa por una serie de textos legales destinados a reglamentar
ciertas y determinadas materias entre los cuales resulta de interés destacar los siguientes:
-Decreto Supremo Nº 101, de 1968, que constituye el Reglamento general de aplicación de la Ley
16.744.
-Decreto Supremo Nº 109, de 1968, que aprueba el Reglamento para la calificación y evalua ción
de los accidentes del trabajo y enfermedades profesionales.
-Decreto Supremo Nº 110, de 1968, que establece la escala para la determinación de la cotización
adicional diferenciada del artículo 15 de la ley.
-Decreto Supremo Nº 173, de 1970, que aprueba el Reglamento para la aplicación de los artículos
15 y 16 de la ley 16.744. (Aumentos y disminuciones de la tasa adicional diferenciada). A contar del
1 de julio el año 2001 este Reglamento será reemplazado por el Decreto Supremo N° 67 publicado
en el Diario Oficial del 7 de marzo del año 2000.
-Decreto Supremo Nº 285, de 1969, que aprueba el Estatuto Orgánico de las Mutualidades de
Empleadores.
-Decreto Supremo Nº 313, de 1973, que incluye a escolares en seguro de accidentes de acuerdo
con la ley 16.744.
-Decreto Supremo Nº 40, de 1969, que aprueba el Reglamento sobre Prevención de Riesgos
Profesionales.
-Decreto Supremo Nº 54, de 1969, que aprueba el Reglamento para la Constitución y Funciona -
miento de los Comités Paritarios de Higiene y Seguridad.
II ANTECEDENTES LEGISLATIVOS
La primera ley que se dictó en materia de accidentes del trabajo en nuestro país fue la número
3.170, de 1916. Se inspiró esta legislación en la teoría de la responsabilidad patronal o teoría del
riesgo profesional, lo que implicaba que la empresa, patrón o empleador era responsable de los
hechos dañosos que ocurrieran al trabajador, no sólo por haber creado una órbita de riesgo, sino
por obtener utilidades de la actividad del trabajador. Por esta razón, debía responder incluso de los
accidentes producidos por culpa del trabajador y también de los debidos a caso fortuito.
102
Esta ley presentó serios defectos, ya que no contempló la cobertura de las enfermedades
profesionales y, además, enunciaba taxativamente las actividades susceptibles de ocasionar
accidentes del trabajo, lo cual significaba que si el accidente no se había producido dentro de las
actividades del listado, la víctima quedaba sin protección.
El 8 de septiembre de 1924 se dictó la ley Nº 4.055, que amplió su cobertura a las
enfermedades profesionales, pero mantuvo el criterio de mantener una nómina de actividades.
El Código de 1931, que fue una recopilación de leyes, incorporó a su texto la ley Nº 4.055, pero
eliminó la nómina de actividades en las cuales podía producirse el accidente. En los términos del
Código bastaba que aquel se produjese a causa del trabajo para que la víctima quedara protegida.
Se exceptuaban los accidentes debidos a fuerza mayor y los producidos intencionalmente por el
trabajador.
En toda esta legislación no existía la obligatoriedad de contratar un seguro para amparar a los
trabajadores frente a los riesgos profesionales, lo cual quiere decir que el asegurarlos era
facultativo para el empleador, en términos tales que, de no hacerlo, era la empresa la que debía
responder a las prestaciones médicas y pecuniarias.
Frente a estas deficiencias se dictó la ley 16.744, que estableció un seguro obligatorio frente a
los riesgos profesionales.
a) Como lo indica su artículo 1, crea un seguro obligatorio frente a los riesgos profesionales, lo
cual significa que todos los empleadores quedan afectos a sus normas y que para los trabajadores
constituye un derecho irrenunciable.91
b) La ley hace aplicación de los principios de la universalidad subjetiva, pues otorga una
protección de amplia cobertura, casi para todos los sectores de la población.
c) Se aplica también, el principio de la solidaridad, lo cual se constata básicamente en el
régimen financiero adoptado (reparto), al cual contribuyen todos los empleadores.
d) También se aplica el principio de la integridad, ya que se cumplen las cuatro acciones
propias de la seguridad social (preventiva, reparadora, recuperadora y rehabilitadora), a través de
prestaciones sanitarias y económicas.
Sin embargo, el 7 de noviembre de 1994 se publicó en el Diario Oficial la ley 19.345, que
dispuso la aplicación de la ley 16.744 a los siguientes trabajadores del sector público: 92
1.- A los trabajadores de la Administración Civil del Estado, centralizada y descentralizada.
2.- A los trabajadores de las Instituciones de Educación Superior del Estado.
3.- A los trabajadores de las Municipalidades, incluido el personal traspasado a la
Administración Municipal de conformidad con lo dispuesto en el D.F.L. Nº1-3063, de 1980, del
Ministerio del Interior, que hubiera optado por mantener su afiliación al régimen previsional de los
empleados públicos.
4.- A los funcionarios de la Contraloría General de la República.
5.- A los funcionarios del Poder Judicial.
6.- A los funcionarios del Congreso Nacional.
7.- A los Parlamentarios afiliados a un régimen previsional de pensiones.
La ley 19.345 dispone que el seguro de la ley 16.744 no será aplicable al personal de las
Fuerzas Armadas, Carabineros e Investigaciones.
c) Los estudiantes que deban ejecutar trabajos que signifiquen una fuente de ingresos para el
respectivo plantel.
De acuerdo al artículo 8 del Decreto Nº 102, de 1969, que fue el que los incor poró a la
protección de la ley, debe tratarse de establecimientos del Estado o reconocidos por éste y que
sobre la base de programas reconocidos por el Ministerio de Educación deban realizar labores
técnicas, agrícolas o industriales que signifiquen ingresos al plantel. Se entiende que significan
fuente de ingresos todas aquellas labores desarrolladas en un establecimiento de educación técni-
ca que tengan por objeto alguna forma de producción y en virtud de las cuales se obtengan
entradas o recursos.
En este caso en relación con las entradas del respectivo periodo y sobre el monto global de
ellas, y son de cargo exclusivo del establecimiento de enseñanza. La tasa de cotización es la
equivalente a la cotización básica, cualquiera que sea la actividad desarrollada en el
establecimiento.
Los estudiantes tienen derecho a todos los beneficios de la ley, excepto a los subsidios, pero
tratándose de las prestaciones económicas, sólo sobre la base de mínimos.
d) Los trabajadores independientes y los trabajadores familiares.
La Ley facultó al Presidente de la República para decidir la oportunidad, financiamiento y
condiciones en que deberían incorporarse al régimen del seguro las personas indicadas en esta
letra d). De acuerdo a lo anterior, a través de diversos textos legales se han incorporado a la
protección de la Ley que nos ocupa, los siguientes trabajadores independientes:
1.- Pirquineros independientes (DFL 19, de 1984).
2.- Campesinos asignatarios de tierras (DFL 448, de 1976).
3.- Suplementeros imponentes del ex SSS (DS 244, de 1977).
4.- Conductores de automóviles de alquiler imponentes de ex Empart (D.S. 68,1983).
5.- Conductores propietarios de automóviles motorizados de movilización colectiva, transporte
escolar y de carga, afiliados al D.L. 3.500. (DFL 54, de 1987)
6.- Comerciantes autorizados para trabajar en la vía pública, afiliados al Antiguo o al Nuevo
Sistema. (DFL 90, de 1987).
7.- Pescadores artesanales independientes (DFL 101, de 1989).
Del punto de vista doctrinario, se ha entendido que los trabajadores familiares son aquellas
personas que desarrollan una actividad normalmente dentro de un grupo familiar, unidos directa o
indirectamente por vínculos de parentesco, no necesariamente por consanguinidad, bajo la
dirección de un jefe de familia. Se trata, normalmente, de trabajos artesanales. En la práctica la ley
16.744 no les ha sido aplicada, porque no se ha dictado la reglamentación correspondiente.
e) De acuerdo al artículo 3, están protegidos también, los estudiantes de establecimientos
fiscales o particulares por los accidentes que sufran con ocasión de sus estudios o en la realización
de su práctica educacional.
En este caso, la ley dispuso que sería el Presidente de la República el que determinaría la
oportunidad, financiamiento y condiciones de la incorporación de los estudiantes a este seguro, lo
92
Circular 1.388, de 10 de enero de 1995, de la Superintendencia de Seguridad Social.
104
cual se efectuó a través del Decreto Supremo Nº 313, publicado en el Diario Oficial del 12 de
mayo de 1973.
La ley confiere amparo frente a los accidentes del trabajo y frente a las enfermedades
profesionales.
De acuerdo al artículo 5 se entiende por tal "toda lesión que una persona sufra a causa o con
ocasión del trabajo, y que le produzca incapacidad o muerte".
El inciso 2 amplía el concepto al señalar que son también accidentes del trabajo los ocurridos
en el trayecto directo, de ida o regreso, entre la habitación y el lugar de trabajo.
De acuerdo a la definición del inciso 1 se ha llegado a determinar que son tres los elementos
que configuran al accidente del trabajo:
a) Existencia de una lesión.
b) Que exista una relación causal u ocasional entre el trabajo y la lesión.
c) Que a consecuencia de lo anterior, se haya producido incapacidad o muerte.
Importante de destacar resulta el segundo elemento. Estaremos frente a un accidente producido
por causa del trabajo cuando se produce como consecuencia inmediata y directa del mismo, es
decir, cuando el accidente ocurre dentro de las labores que desempeña el trabajador y en el lugar
en que debe ejecutarlas.
La ocasión, en cambio, está constituida por aquellas circunstancias que acompañan a la
realización del hecho o que lo favorecen. En este caso, no se necesita que el accidente sea
imputable al hecho del trabajo.
Ha sido la jurisprudencia administrativa la que se ha encargado de llegar a determinar cuándo
se está frente a un accidente producido por causa o con ocasión del trabajo. El reconocimiento de
este elemento viene a ampliar la noción de accidente del trabajo, aunque las consecuencias
jurídicas pueden llegar a ser las mismas.
Se incluye dentro del concepto de accidente del trabajo el denominado "accidente del trayecto",
cuyo concepto ha sido objeto de abundante jurisprudencia, llegándose a determinar que el trayecto
directo a que se refiere la disposición legal, es aquel que racionalmente es necesario para que el
trabajador llegue a la empresa o lugar de trabajo y regrese a su casa, salvo fuerza mayor.
Se ha señalado igualmente, que es tal el que el trabajador describe habitualmente para dirigirse
al lugar de trabajo o regresar de él.
De acuerdo a lo anterior, son básicamente tres los requisitos que se exigen para configurar un
accidente del trayecto: racionalidad en el camino a seguir; camino normal o habitual y trayecto sin
interrupciones.
Se exceptúan del concepto de accidente del trabajo aquellos producidos por fuerza mayor
extraña, que no tiene relación alguna con el trabajo y los producidos intencionalmente por la
víctima. No obstante, en ambos casos se le otorgan al trabajador las prestaciones médicas.
De acuerdo al artículo 7, es tal "la causada de una manera directa por el ejercicio de la
profesión o el trabajo que realice una persona y que le produzca incapacidad o muerte."
Esta materia fue reglamentada por el Decreto Nº 109, de 7 de junio de 1968, ("Reglamento para
la declaración, evaluación y revisión de enfermedades profesionales"). En este Decreto están
señalados distintos tipos de enfermedades profesionales, indicándose, además, los agentes que
pueden producirlas y las incapacidades que generan. Esta enumeración debe revisarse por lo
menos cada tres años por la Superintendencia de Seguridad Social 93, la que, con informe del
Servicio de Salud, propondrá al Ministerio de Salud las modificaciones que estime pertinentes. No
obstante, si alguna enfermedad profesional no está señalada en la lista, la ley facilita a la víctima la
posibilidad de acreditarla como tal ante el respectivo organismo administrador. La resolución que
dicte este organismo será consultada ante la Superintendencia, la que deberá decidir dentro del
plazo de 3 meses, con el informe del Servicio de Salud.
93
En este capítulo toda referencia hecha a la Superintendencia se entenderá efectuada a la Superintendencia de
Seguridad Social.
106
De acuerdo al artículo 2 del Reglamento Nº 109, se entiende por tal la producida por un
accidente del trabajo o enfermedad profesional de carácter o naturaleza transitoria, que permite la
recuperación del inválido y el reintegro a sus funciones habituales.
Frente a esta incapacidad el trabajador tiene derecho a recibir un subsidio, que se pagará
durante toda la duración del tratamiento, desde el día que ocurrió el accidente o se comprobó la
enfermedad, hasta la curación del afiliado o su declaración de invalidez.
La duración máxima del subsidio será de cincuenta y dos semanas y se podrá prorrogar por
cincuenta y dos semanas más cuando sea necesario para un mejor tratamiento de la víctima o
para atender a su rehabilitación.
Si transcurridas las cincuenta y dos semanas, o las ciento cuatro en su caso, no se hubiese
logrado la curación y/o rehabilitación de la víctima, se presumirá que presenta un estado de
invalidez.
En relación al cálculo de estos subsidios, la ley Nº 18.768, de 29 de diciembre de 1988 dispuso
que se aplicarían las normas contenidas en los artículos 3, 7, 8 y 22 del DFL Nº 44, de 1978.
El artículo 3 dispone que los subsidios son imponibles para previsión y salud, y no se
consideran rentas para todos los efectos legales. Complementa esta disposición el artículo 22, de
acuerdo al cual, durante los periodos de incapacidad laboral los trabajadores deben efectuar las
cotizaciones destinadas a financiar su previsión y los beneficios de salud, sobre sus remuneracio-
nes o rentas imponibles según corresponda. Las cotizaciones deben realizarse sobre la base de la
última remuneración o renta imponible correspondiente al mes anterior en que se haya iniciado la
licencia o, en su defecto, en la estipulada en el respectivo contrato de trabajo. Para estos efectos,
son las entidades pagadoras de los subsidios las encargadas de efectuar las cotizaciones en las
instituciones que corresponda, dentro del plazo legal.
Ahora bien, de acuerdo a los artículos 7 y 8 para proceder al cálculo del subsidio, debe
determinarse la remuneración neta, es decir, la remuneración imponible, deduciendo las
cotizaciones y los impuestos que las graven. La base de cálculo será la cantidad equivalente al
promedio de la remuneración mensual neta, del subsidio, o de ambos, que se hayan devengado en
los tres meses más próximos al mes en que se inicia la licencia.
El artículo 95 de la ley Nº 18.768, estableció que para efectos de lo dispuesto en el artículo 22
del DFL 44 los subsidios por incapacidad deben incrementarse en el mismo monto de las
cotizaciones que deban efectuar los subsidiados. Con esta norma se evita que se efectúe un doble
descuento al momento del cálculo del subsidio (uno, en virtud de los artículos 3 y 22 y otro, en
virtud del artículo 7).
Tratándose de los funcionarios públicos, el artículo 4 de la ley Nº 19.345, dispone que durante
la incapacidad temporal derivada de un accidente del trabajo o enfermedad profesional, el
107
trabajador tiene derecho a seguir percibiendo el total de sus remuneraciones. En tal evento, el
respectivo organismo administrador deberá reembolsar a la entidad empleadora una cantidad
equivalente al subsidio que le habría correspondido de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 30 de
la ley Nº 16.744. Este reembolso debe efectuarse dentro de los diez primeros días del mes
siguiente a aquel en que hubiere formulado el cobro pertinente y, sino se pagare oportunamente, lo
adeudado deberá reajustarse según la variación del IPC y devengará interés corriente. El derecho
para requerir el reembolso indicado prescribirá en el término de 6 meses, contado desde la fecha
en que se haya pagado la respectiva remuneración mensual.
Se considera inválido parcial a quien como consecuencia de un accidente del trabajo o de una
enfermedad profesional, sufre una pérdida de su capacidad de ganancia, presumiblemente
permanente igual o superior a un 15% e inferior a un 70%. También se considera inválido parcial a
aquel que sufre una mutilación importante o una deformación notoria.
Para determinar la prestación económica hay que distinguir:
a) Si la persona sufre una pérdida de su capacidad de ganancia igual o supe rior a un 15% e
inferior a un 40% o una deformación notoria o mutilación importante, tiene derecho a una
indemnización global que no puede ser inferior a 1/2 S.V. de la Región Metropolitana 94 ni superior a
15 veces el Sueldo Base Mensual.
De acuerdo al artículo 26, se entiende por tal el promedio de las remuneraciones o rentas,
sujetas a cotización, excluidos los subsidios, percibidas por el afiliado en los últimos 6 meses
anteriores al accidente o al diagnóstico médico, en caso de enfermedad profesional. Si los referidos
6 meses no están cubiertos por cotizaciones, el sueldo base equivale al promedio de las
remuneraciones o rentas por las cuales se han efectuado cotizaciones. Si aún no se ha efectuado
la primera cotización se tiene por sueldo el indicado al momento de la afiliación.
b) Si el accidente o la enfermedad no lo incapacita, pero sufre una deformación notoria o una
mutilación importante, tiene derecho a una indemnización equivalente al máximo de la
indemnización.
c) Si a causa del accidente o enfermedad el trabajador sufre una pérdida de su capacidad de
ganancia igual o superior al 40% e inferior al 70% tiene derecho a una pensión mensual
equivalente al 35% del S.B.M.
Se considera tal al trabajador que a causa o con ocasión de un accidente del trabajo o
enfermedad profesional sufre la pérdida de su capacidad de ganancia, presumiblemente
permanente igual o superior al 70% del S.B.M.
Se considera gran inválido a aquella persona que por haber sufrido un accidente del trabajo o
enfermedad profesional precisa de la ayuda de otra persona para realizar los actos elementales de
la vida.
94
De acuerdo al artículo 8 de la Ley N° 18.018, de 14 de agosto de 1981, las sumas expresadas en sueldos vitales deben
transformarse a Ingresos Mínimos. El Decreto Supremo N° 51, del Ministerio de Justicia, de 13 de febrero de 1982, fijó la
tabla de conversión, la cual sólo es aplicable a las cuantías, penas o sanciones administrativas. Sin embargo, los factores
indicados en esta tabla pueden estimarse como válidos para la conversión. El Dictamen 23.817, de la Contraloría General
de la República, de 6 de septiembre de 1984, expresa que del análisis del artículo 8 de la ley 18.018 y del Decreto Supremo
51, la conversión opera respecto de todas las sumas expresadas en sueldos vitales. Según esta tabla, para obtener el valor
de un medio sueldo vital, debe dividirse por dos el valor vigente del Ingreso Mínimo Mensual y el resultado se multiplica por
el factor indicado en la tabla, que corresponde a 0,111380. El resultado corresponde al valor de medio sueldo vital.
108
a) Cónyuge
Para determinar la prestación económica hay que distinguir:
i. Cónyuge superviviente, mujer, mayor de 45 años o inválida de cualquier edad y el cónyuge
varón inválido, que vivía a expensas de su mujer trabajadora.
Esta persona tiene derecho a una pensión vitalicia equivalente al 50% de la pensión básica que
estaba percibiendo la víctima al momento de fallecer, si es que estaba pensionado; si no lo estaba,
al 50% de la pensión básica que le habría correspondido si hubiese sido inválido total. (La "pensión
básica" se refiere a la pensión sin los aumentos que puedan proceder por hijos del causante).
ii. La cónyuge menor de 45 años recibe una pensión del mismo monto, pero con carácter
temporal, por el plazo de un año, prorrogándose por todo el tiempo que ella tenga hijos legítimos a
su cargo, que le cause asignación familiar. Si en el plazo del año o en sus prórrogas cumple 45
años, la pensión se transforma en vitalicia.
109
ii. Si es menor de 45 años, recibe la misma pensión, pero temporal, por el plazo de un año, que se
prorroga en iguales condiciones que en el caso de la cónyuge y se transforma en indefinida de
igual manera.
Ambas pensiones (cónyuge y madre de los hijos naturales) se extinguen por el matrimonio de la
beneficiaria, pero la cónyuge tiene derecho a que se le pague el equivalente a dos años de
pensión.
de los mismos beneficios por lo que respecta a atención médica, asignaciones familiares y demás
que sean procedentes.
Esta disposición resulta aplicable a los afiliados a las Cajas del Sistema Antiguo, ya que
respecto al Nuevo Sistema existe una norma especial, según analizaremos.
Ahora bien, de acuerdo a las normas de la Ley 18.754, de 1988, los pensionados del Sistema
Antiguo están obligados a efectuar una cotización para salud equivalente al 7% del monto de su
pensión. El artículo 2 de esa Ley dispuso que las tasas de cotización para los fondos de pensiones
a que estaban afectas en esos momentos las referidas pensiones, se destinarían al financiamiento
del régimen de salud. Si sumadas esas cotizaciones con la del 7% arrojase un monto superior, el
excedente debería destinarse al fondo de pensiones del sistema de que se trate. Por el contrario,
si la suma diere un resultado inferior, las pensiones se incrementarían con cargo a los recursos de
la institución, de forma de mantener el monto líquido de la misma. Ello significó que en algunos
casos, como en el del Servicio de Seguro Social, la pensión de la Ley 16.744 sólo esté sujeta al
descuento del 7%.
E.- Incompatibilidad entre las pensiones de invalidez del D.L. 3.500 y de la Ley 16.744.
El artículo 12 del D.L. 3.500 dispone que “Las pensiones de invalidez y sobrevivencia que se
establecen en ese cuerpo legal no comprenden las causadas y reguladas de acuerdo a la Ley
16.744… y serán incompatibles con éstas.”
Al respecto debemos acotar que el D.L. 3.500 en su artículo 83 establece que los afiliados
dependientes quedan afectos a las disposiciones sobre riesgos profesionales contenidas en la Ley
16.744, para cuyo efecto se entienden sujetos a las instituciones de previsión que a la fecha de
95
Ordinario 002754, de 25 de marzo de 1992.
96
Dictamen Ord. J/8.217 de 10 de septiembre de 1991.
97
Superintendencia de Seguridad Social: Nº1.273 y Superintendencia de AFP: Nº746, de 6 de noviembre de 1992.
111
publicación del D.L. 3.500 estén encargadas de otorgar las prestaciones y recaudar las
cotizaciones que correspondan.
Las normas anteriores son consecuentes con el actual esquema de protección frente a los
riesgos y contingencias sociales: frente a los riesgos de vejez, invalidez y sobrevivencia, ambos de
origen común, la protección debe ser entregada por el Sistema de Pensiones creado por el D.L.
3.500; frente a la invalidez o sobrevivencia de origen profesional, cobra aplicación la Ley 16.744. El
artículo 12 ya mencionado, se encarga de aclarar que ambos tipos de pensiones son
incompatibles. De igual forma, en su inciso 2º dispone la incompatibilidad entre las pensiones de
invalidez común y el subsidio de incapacidad laboral. En otras palabras, mal podría pretenderse
obtener a la vez y por la misma causa, una pensión de invalidez de las reguladas en el D.L. 3.500 y
una de la Ley 16.744, o una pensión de invalidez al mismo tiempo que se goza de un subsidio por
incapacidad laboral temporal.
98
Ord. 19.097, de 16 de diciembre de 1996.
99
Dictamen N° 11.998, de 13 de noviembre de 1995.
112
se les otorgara una licencia médica en su trabajo, lo cual a todas luces es absolutamente
absurdo.100
100
La Circular Conjunta de las Superintendencias de AFP, ISAPRE y de Seguridad Social Nºs 913, 028 y 1.463,
respectivamente, de 12 de enero de 1996, expresamente dispone que sólo existe incompatibilidad entre la pensión de
invalidez y el subsidio por incapacidad laboral, cuando la licencia médica se funda en las mismas causas que originaron la
declaración de invalidez.
101
Ord. 2.153, marzo de 1992.
102
Ord. 2.569, marzo de 1995.
113
Las empresas que tienen la calidad de administradoras delegadas deben enterar esta
cotización, en su totalidad, en el Instituto de Normalización Previsional, conjuntamente con los
aportes que deban realizar en éste.
La Superintendencia, a través de la Circular Nº 1.663, instruyó a los organismos
administradores señalando que la mencionada cotización tiene el carácter de previsional y
uniforme respecto de todos los empleadores, cualquiera que sea la actividad económica de éstos.
Esta cotización pasará a formar parte de un Fondo de Contingencia, que estará destinado a
solventar mejoramientos extraordinarios de pensiones y beneficios pecuniarios extraordinarios para
los pensionados.
La obligación de la Mutualidad de destinar recursos a este Fondo subsistirá hasta que complete
la suma equivalente al 80% del Gasto Ajustado de Pensiones, definido en el artículo 22 de la Ley
Nº 19.578, como la suma total de las siguientes partidas:
La suma equivalente al gasto efectivo en pensiones y demás beneficios pecuniarios anexos a
ellas pagados a sus pensionados durante el año, y
La suma de reservas de capitales representativos para pensiones constituidas durante el año,
en cuanto no exceda del 20% del total de reservas de capitales representativos para pensiones
existentes al 31 de diciembre del año anterior.
Según lo dispuesto por la Superintendencia en la Circular citada, el mayor ingreso que perciba
el Instituto de Normalización Previsional por aplicación de la cotización extraordinaria, deberá
destinarlo exclusivamente al objeto indicado en el artículo 6º transitorio, esto es, al financiamiento
del seguro social contra riesgos profesionales.
Además de la cotización básica estudiada, las empresas pueden estar afectas a una cotización
adicional diferenciada en función de la actividad y riesgo de la misma, la cual es determinada por el
Presidente de la República y no puede exceder de un 3,4% de las remuneraciones imponibles. Se
encuentra contenida en el Decreto Supremo Nº 110, de 1968, que divide las actividades de las
empresas de acuerdo a la clasificación efectuada por las Naciones Unidas, estableciendo
divisiones y subactividades diferenciadas. Así, por ejemplo, a la división Agricultura, Caza,
Silvicultura y Pesca, le asigna una tasa equivalente al 1,70%. Dentro de esta división se encuentra
la subactividad diferenciada de Aserraderos, a la cual se le asigna una tasa equivalente al 2,55%.
De acuerdo al artículo 16 de la ley, las empresas o entidades que implanten medidas de
prevención que rebajen apreciablemente los riesgos de accidentes del trabajo o de enfermedades
profesionales, podrán solicitar que se les reduzca la tasa de cotización o, incluso, que se les exima
de ella si alcanzan un nivel óptimo de seguridad.
Por el contrario, las empresas o entidades que no ofrezcan condiciones satisfactorias de
seguridad y/o higiene, o que no implanten las medidas de seguridad que el organismo competente
les ordene, deberán cancelar la cotización adicional con recargo de hasta un 100%, sin perjuicio de
las demás sanciones que les correspondan.
Las exenciones, rebajas o recargos de la cotización adicional se determinarán por las
mutualidades de empleadores respecto de sus empresas adherentes y por los Servicios de Salud
respecto de las demás empresas.
De las resoluciones señaladas se puede reclamar ante la Superintendencia de Seguridad
Social, en conformidad a las reglas generales en materia de reclamaciones, la que resolverá previo
informe del Servicio de Salud correspondiente.
Lo relativo a los artículos 15 y 16 (rebajas, exclusiones y recargos) se encuentra reglamentado
en el Decreto Supremo 173, de 1970.
generales, no podrán cambiar su afiliación a otro organismo administrador mientras subsistan las
causas que originaron el recargo.
Puede ser realizada por la propia empresa o por organismos intermedios o de base, en los
cuales los organismos con administración propiamente tal han delegado sus funciones.
2.1 Empresa.
Esta modalidad es conocida como "autoseguro", y en este caso es la propia empresa la que
administra el seguro respecto de sus trabajadores otorgando las prestaciones que la ley señala,
tanto médicas como pecuniarias, excepto las pensiones.
Para poder contar con autoseguro las empresas deben reunir ciertos requisitos: (Artículo 23,
D.S. 101).
a) Ocupar habitualmente en sus faenas 2.000 o más trabajadores.(Según informe de la
Dirección del Trabajo)
b) Poseer y mantener servicios médicos adecuados, con personal especializado en
rehabilitación.
c) Deberán realizar actividades permanentes y efectivas de prevención de accidentes del
trabajo y enfermedades profesionales.
Las condiciones señaladas en las letras b) y c) son fiscalizadas por el Servicio de Salud.
d) Deben otorgar beneficios iguales o superiores a los que concedan los organismos con
administración propia.
e) No podrán otorgar ni pagar pensiones. Estas prestaciones se siguen pagando por el servicio
o Caja de Previsión que corresponda.
f) Deberán constituir, para asegurar el fiel cumplimiento de las obligaciones que asumen, una
garantía que consistirá en un depósito hecho en el servicio o Caja de Previsión delegante,
equivalente a dos meses de las cotizaciones que les hubiese correspondido enterar en
conformidad a la ley.
g) Deberán incluir en la protección que otorguen a la totalidad sus trabajadores.
116
Las empresas que cuenten con esta modalidad de administración no están obligadas a enterar
las cotizaciones generales que establece la ley, sino sólo el porcentaje que señale el Presidente de
la República. Actualmente, y de acuerdo al DS 89, de 1987, sólo deben efectuar una cotización del
30% de lo que les correspondería.
Las condiciones enunciadas deben subsistir durante todo el tiempo en que estos delegados
efectúen función de tales. La falta de cualquiera de ellas, en cualquier momento que se produzca,
dará margen para que la Superintendencia revoque la delegación.
La ley 16.744 deja sometida toda denuncia de accidente del trabajo y su posterior tramitación a
un procedimiento netamente administrativo.
a) La propia empresa, tan pronto como ocurra el hecho. Si no lo hace puede ser sancionada
con multa.
b) El médico tratante, que debe efectuarla en el acto mismo en que tome conocimiento.
c) La víctima o causa-habiente.
d) EL comité paritario.
e) Cualquier persona que tome conocimiento del hecho.
Los tres últimos deben hacerlo dentro de 24 horas de ocurrido el hecho.
La Superintendencia ha dictaminado que si no se da cumplimiento a estas obligaciones en los
plazos señalados, de todas formas el afectado tiene derecho a las prestaciones. (Artículo 76 de la
Ley y 71 y siguientes del Reglamento Nº 101).
Para determinar qué recursos proceden hay que distinguir. (Artículo 77 de la Ley).
a) En contra de las resoluciones de los Servicios de Salud o Mutualidades que recaen en
circunstancias de hecho relativas a materias de orden médico se puede reclamar dentro del plazo
de 90 días hábiles contado desde la notificación, ante la Comisión Médica de Reclamos de
Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales.(Artículos 77 y siguientes del
Reglamento Nº 101). Este organismo tiene su sede en Santiago y está compuesto por:
- dos médicos en representación del Servicio de Salud, uno de los cuales lo presidirá;
- un médico en representación de las organizaciones más representativas de los trabajadores;
- un médico en representación de las organizaciones más representativas de las entidades
empleadoras, y
- un abogado.
Los miembros de esta Comisión son designados por el Presidente de la República. Tratándose
de los médicos representantes de las organizaciones de trabajadores y empleadores, cada
federación, confederación o central sindical y cada federación y confederación gremial de
empleadores, podrá proponer una lista de hasta tres médicos, los cuales deberán ser, de
preferencia, especialistas en traumatología y salud ocupacional. La presentación de las listas se
hace a través de la Superintendencia
El abogado es designado libremente por el Presidente de la república.
117
Los miembros de la Comisión duran cuatro años en sus funciones, pudiendo ser reelegidos.
En contra de las resoluciones de esta comisión puede reclamarse ante la Superintendencia,
dentro del plazo de 30 días hábiles, desde la respectiva notificación, sin ulterior recurso.
b) En contra de las demás resoluciones de los servicios de salud y organismos administradores,
se puede reclamar ante la Superintendencia, dentro del plazo de 90 días hábiles.
c)La Ley Nº 19.394, de 21 de Junio de 1995, introdujo un artículo 77 bis, a la ley 16.744, de
acuerdo al cual el trabajador afectado por el rechazo de una licencia o reposo médico por parte de
los organismos de los Servicios de Salud, de las ISAPRE o de las mutualidades, basado en que la
afección tiene o no, origen profesional, según el caso, deberá concurrir ante el organismo de
régimen previsional a que esté afiliado, que no sea el que rechazó la licencia o reposo médico, el
cual estará obligado a cursarla de inmediato y a otorgar las prestaciones médicas y pecuniarias
que correspondan, sin perjuicio de los reclamos posteriores y reembolsos, si procedieren, de
acuerdo a las normas que pasamos a analizar:
- Cualquier persona o entidad interesada puede reclamar directamente ante Superintendencia, por
el rechazo de la licencia o del reposo médico.
- La Superintendencia debe resolver con competencia exclusiva y sin ulterior recurso.
- Resuelve sobre el carácter de la afección que dio origen a ella, en el plazo de 30 días contado
desde la recepción de los antecedentes que se requieran o desde la fecha de los exámenes que
disponga, si éstos fuesen posteriores.
- Si el organismo contralor resuelve que las prestaciones debieron otorgarse con cargo a un
régimen previsional diferente a aquel conforme al cual se proporcionaron, la entidad a la que le
corresponda pagar deberá reembolsar el valor de aquéllas al organismo previsional que las
solventó, debiendo este último efectuar el respectivo requerimiento. En dicho reembolso se debe
incluir la parte que debió financiar el trabajador en conformidad al régimen previsional a que esté
afiliado.
- Si las prestaciones hubieren sido otorgadas según las normas referentes a afecciones comunes y
se resolviere que tienen el carácter de profesional, la Institución que las pagó deberá devolver al
trabajador la parte del reembolso correspondiente al valor de las prestaciones que éste hubiere
solventado, conforme al régimen previsional a que esté afiliado, con los reajustes e intereses
respectivos (IPC más interés corriente para operaciones reajustables). El plazo para el pago es de
10 días desde que se efectuó el reembolso.
- En el caso contrario, es decir, si la afección es calificada como común y las prestaciones
hubiesen sido otorgadas como si su origen fuere profesional, el Servicio de Salud o la ISAPRE que
efectuó el reembolso deberá cobrar al afiliado la parte del valor de las prestaciones que a éste le
corresponde solventar, según el régimen de salud de que se trate.
XIV PRESCRIPCION
La regla general está señalada en el artículo 79, de acuerdo al cual las acciones para reclamar
las prestaciones prescriben en 5 años desde la fecha del accidente o diagnóstico de la
enfermedad.
El inciso segundo del artículo 4 agrega un plazo de caducidad referido a las acciones para
requerir el pago de las pensiones, como también de sus reajustes, acrecimiento, aumento o
modificación de dichos beneficios. En conformidad a esta norma, las mensualidades
correspondientes a las pensiones de invalidez o sobrevivencia que no se hayan solicitado dentro
del plazo de dos años a contar de la fecha en que ocurriera el hecho causante del beneficio, sólo
se pagarán desde la fecha de la presentación de la solicitud correspondiente. En cambio, las
mensualidades que se soliciten dentro del plazo indicado, se pagarán desde la data en que
ocurriere el hecho causante del beneficio.
XV PREVENCIÓN DE RIESGOS
Sin duda alguna es éste uno de los aspectos más trascendentes de la ley 16.744, pues tiene
por finalidad evitar que ocurran los siniestros protegidos. Toda la estructura de la Ley descansa en
lograr se desarrollen las labores en ambientes seguros. La responsabilidad del empleador en esta
materia no desaparece por el sólo hecho de pagar las cotizaciones. La materia ha sido
específicamente reglamentada por el Decreto Supremo Nº40, publicado en el Diario Oficial el 7 de
marzo de 1969.
En la actualidad es un derecho de todo trabajador el efectuar la prestación de sus servicios en
un ambiente exento de riesgos laborales. El artículo 184 del Código del Trabajo establece que el
empleador está obligado a tomar las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud
de sus trabajadores. Deberá, asimismo, disponer de los elementos necesarios para prestar, en
caso de accidentes de sus trabajadores, oportuna y adecuada atención médica, farmacéutica y
hospitalaria.
Acorde con lo anterior la ley 16.744 y su reglamentación contienen normas tendientes a lograr
una efectiva prevención de riesgos laborales, consagrándose derechos y obligaciones a los
119
diversos sujetos intervinientes, los que están constituidos por el Estado, la empresa y los
trabajadores.103
Sin desmerecer la importancia de la labor que puede desarrollar la Dirección del Trabajo en la
materia, centraremos nuestro análisis en aquella que se canaliza a través de los servicios de salud.
El Sistema Nacional de Servicios de Salud constituye el continuador legal del Servicio Nacional
de Salud, creado en 1952 por la ley 10.383. Los servicios de salud fueron creados por el D.L.2.763,
de 1979, con un carácter esencialmente descentralizados. Se encuentran reglamentados por el
Decreto Supremo N° 42 de 1986.
B.- Facultad de los servicios de salud para disponer medidas específicas de higiene y seguridad
en el trabajo.
Esta facultad se consagra expresamente en el artículo 68 de la Ley de acuerdo al cual las
empresas o entidades están obligadas a implantar todas las medidas de seguridad que los
servicios u organismos administradores les prescriban, de acuerdo con las normas y
reglamentaciones vigentes.
El incumplimiento de estas obligaciones puede ser sancionado con multas, recargo de la
cotización adicional e, incluso con la clausura del sitio de trabajo que signifique un riesgo
inminente para la salud de los trabajadores o de la comunidad.
C.- Facultad de los servicios de salud para fiscalizar las instalaciones médicas de los demás
organismos administradores.
Esta fiscalización alcanza a las mutualidades y a las empresas de administración delegada.
(Artículo 2 del Reglamento Nº 40).
La empresa tiene un rol indiscutible en la materia. Para efectos didácticos sintetizaremos sus
obligaciones en las siguientes:
103
En esta materia puede consultarse el Seminario de Titulación para optar al grado de Licenciado en Ciencias Jurídicas y
Sociales de Contador Abraham, Pedro Miguel, titulado “La prevención de riesgos en la ley de accidentes del trabajo y
enfermedades profesionales”.
120
a.- Toda empresa o entidad, cualquiera sea el número de los trabajadores, está obligada a
mantener al día los reglamentos internos de higiene y seguridad en el trabajo y los trabajadores a
cumplir con las exigencias que dichos reglamentos les impongan.
Los reglamentos cuyo contenido está regulado por el Decreto Supremo Nº 40 de 1969, del
Ministerio del Trabajo y Previsión Social, deben consultar la aplicación de multas a los trabajadores
que no utilicen los elementos de protección personal que se les haya proporcionado o que no
cumplan las obligaciones que les impongan las normas, reglamentaciones e instrucciones sobre
higiene y seguridad en el trabajo.
b.- Los empleadores deben proporcionar a sus trabajadores, los equipos e implementos de
protección necesarios, no pudiendo en caso alguno cobrarles su valor. En otros términos, las
empresas deben poner a disposición de los trabajadores estos equipos.
c.- Las empresas deben implantar todas las medidas de higiene y seguridad en el trabajo que
les prescriban directamente los Servicios de Salud o, en su caso, el respectivo organismo
administrador a que se encuentren afectas.
d.- Los trabajadores afectados de alguna enfermedad profesional deben ser trasladados, por la
empresa donde prestan sus servicios, a otras faenas o labores donde no estén expuestos al
agente causante de la enfermedad.
e.- Las empresas que exploten faenas en que trabajadores suyos puedan estar expuestos al
riesgo de neumoconiosis, deben realizar un control radiográfico semestral de tales trabajadores.
f.- Los empleadores tienen la obligación de informar oportuna y convenientemente a todos sus
trabajadores acerca de los riesgos que entrañan sus labores, de las medidas preventivas y de los
métodos de trabajo correctos. Los riesgos son los inherentes a cada empresa.
Especialmente deben informar a los trabajadores acerca de los elementos, productos y
sustancias que deban utilizar en los procesos de producción o en su trabajo, sobre la identificación
de los mismos (fórmula, sinónimos, aspecto y olor), sobre los límites de exposición permisibles de
esos productos, acerca de los peligros para la salud y sobre las medidas de control y de
prevención que deben adoptar para evitar tales riesgos.
Esta obligación debe cumplirse a través de los Comités Paritarios de Higiene y Seguridad y los
Departamentos de Prevención de Riesgos, al momento de contratar a los trabajadores o de crear
actividades que implican riesgos.
Cuando en la respectiva empresa no existan los Comités o los Departamentos mencionados, el
empleador igualmente debe proporcionar la información respectiva, en la forma y por el medio que
estime más conveniente y adecuado.
g.- Los establecimientos industriales, talleres, locales comerciales de cualquier naturaleza y en
general todas las empresas que desarrollen algún tipo de actividad laboral en cualquiera de sus
formas, deben reunir las condiciones sanitarias y ambientales mínimas que establece el Decreto
Supremo Nº 78 de 1983, del Ministerio de Salud.
Prescribe la ley en su artículo 69 que cuando el accidente o enfermedad se deba a culpa o dolo
de la entidad empleadora o de un tercero, sin perjuicio de las acciones criminales que procedan,
deberán observarse las siguientes reglas:
1. El organismo administrador tendrá derecho a repetir en contra del responsable del accidente,
por las prestaciones que haya otorgado o deba otorgar. En otras palabras, si el accidente o
enfermedad se ha producido porque ha mediado culpa o dolo por parte del empleador, la empresa
puede verse expuesta a tener que devolver al organismo administrador las prestaciones en que
haya debido incurrir.
2.- La víctima y demás personas a quienes el accidente cause daño, podrán reclamar al
empleador o terceros responsables del accidente, las otras indemnizaciones a que tengan derecho
con arreglo a las prescripciones del derecho común, incluso al daño moral.
La disposición transcrita ha dado lugar a una nutrida jurisprudencia, pues a la inicial discusión
en torno a cuales son las prescripciones derecho común a que hace referencia el texto legal, se ha
unido aquella originada en las modificaciones introducidas por la Ley N° 19.447, de 8 de febrero de
1996, a las normas de competencia contempladas en el artículo 420 del Código del Trabajo, la cual
estaba llamada precisamente a poner término a las dudas precedentes, acogiendo –como el propio
Mensaje lo establecía- “la jurisprudencia mayoritaria de los Tribunales”. 104
Con fines didácticos puede sostenerse que la confusión nace en torno al carácter u origen de la
obligación del empleador de indemnizar los daños derivados de un accidente del trabajo o una
enfermedad profesional. Concluir que se trata de una responsabilidad de origen contractual o
extracontractual no es un punto indiferente, ya que tal determinación tendrá una influencia decisiva
en la solución de la controversia. Tal es la importancia de su definición que desde ya, determina la
competencia de los Tribunales a quienes les corresponderá el conocimiento del asunto, problema
que quiso ser resuelto por las modificaciones introducidas al artículo 420 del Código del Trabajo
por la Ley 19.447, las cuales sin embargo vinieron a oscurecer las conclusiones, toda vez, que si
bien –como dijimos- la intención del legislador fue dar término a las discusiones en torno a la
materia, atendidas las prevenciones del Senador William Thayer 105, en definitiva se aprobó el
actual texto consagrándose expresamente la existencia de responsabilidad extracontractual. En
efecto, la reforma propuesta era establecer expresamente la competencia de los Juzgados del
Trabajo para conocer de la responsabilidad contractual derivada de los accidentes laborales y
enfermedades profesionales106, sin embargo, el “Honorable Senador Thayer estimó que no sería
conveniente hacer una referencia expresa a la responsabilidad contractual, porque el sólo hecho
de que se celebre un contrato de trabajo, liga al trabajador y al empleador a toda la normativa legal
que ampara la seguridad en el trabajo. No son responsabilidades que emanan de lo que han
contratado las partes, sino que de lo dispuesto en la ley como consecuencia de existir un contrato
de trabajo. En cuanto a la responsabilidad extracontractual es evidente que tiene que estar
excluida de la competencia de los Tribunales del Trabajo, por cuanto su determinación requiere de
un juicio de lato conocimiento y debe por su naturaleza estar entregada a las prescripciones del
derecho común, puesto que en ella puede haber terceros involucrados como responsables del
accidente, dando lugar a otras indemnizaciones”.
Sin más discusión, la norma fue aprobada en los términos que hoy se contiene en nuestro
Código, estableciendo que serán de competencia de los juzgados de Letra del Trabajo los juicios
en que se pretenda hacer efectiva la responsabilidad del empleador derivada de accidentes del
trabajo y enfermedades profesionales, con excepción de la responsabilidad extracontractual a la
cual le será aplicable lo dispuesto en el artículo 69 de la Ley 16.744. En síntesis, entonces, si se
persigue hacer efectiva la responsabilidad contractual del empleador, será competente el juzgado
laboral y si se trata de una responsabilidad extracontractual, deberá recurrirse a las normas de
derecho común, siendo competente el juzgado en lo civil respectivo rigiéndose, como lo dispone el
artículo 420 letra f) por las normas contenidas en el artículo 69 de la Ley 16.744. El problema a
dilucidar es cuando estamos frente a una responsabilidad de origen contractual y cuando no. De
las opiniones vertidas por Senador Thayer parece desprenderse que al perseguir las “demás
indemnizaciones” a que da derecho el artículo 69 de la Ley 16.744, se está haciendo efectiva la
responsabilidad extracontractual, a la cual le serían aplicables las normas del derecho común y,
104
Diario de Sesiones del Senado. Legislatura N°331, ordinaria . Sesión 7.°Anexo de Documentos. p. 857.
105
Idem, pp. 870 y ss.
106
Idem, p. 857
124
además habría quedado fuera del ámbito de la competencia de los juzgados laborales, por expreso
mandato del artículo 420 letra f) y ello, no obstante los grandes inconvenientes prácticos que tal
situación implica. Cabe preguntarse ¿qué situaciones quedan contempladas en el artículo 420 letra
f)? O, ¿a qué juicios en que se pretenda hacer efectiva la responsabilidad del empleador derivada
de accidentes del trabajo se refiere cuando los deja entregados a la competencia del juez laboral?
Si se estima que aquellas situaciones reguladas por el art. 69 emanan de una responsabilidad
extracontractual, podría llegarse a que en la práctica, quedase sin aplicación la norma del 420 letra
f).
El artículo 184 del Código del Trabajo impone expresamente al empleador la obligación de
tomar todas las medidas necesaria para proteger eficazmente la vida y salud de los trabajadores,
manteniendo las condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los
implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales.
Tradicionalmente se ha discutido si la obligación de cuidado consagrada encuentra su origen en
el contrato de trabajo que liga a las partes o, por el contrario, es una obligación legal que, en
definitiva le quita el carácter de contractual a la responsabilidad subjetiva que pudiese afectar al
empleador.
A simple vista puede constatarse lo complejo que la situación se presenta, toda vez, que el éxito
del camino judicial emprendido por la víctima de un accidente, dependerá de la consideración en
torno a esta obligación impuesta por el artículo 184. Intentar una u otra acción puede implicar su
rechazo absoluto, pues se ha estimado que el juez puede acogerla o rechazarla, pero no
modificarla.107
Con un criterio simplista podría sostenerse que si quien demanda es el propio trabajador víctima
del accidente estaríamos frente a una responsabilidad contractual emanada del artículo 184 del
Código del trabajo, lo cual sin embargo, no se conlleva con lo aceptado en el Senado encontrando
diferentes orientaciones jurisprudenciales..
Ahora bien, en materia de carga probatoria, sostener que se trata de una responsabilidad
contractual implica hacer aplicación el artículo 1547 de nuestro Código Civil, de acuerdo al cual
“La prueba de la diligencia o cuidado incumbe al que ha debido emplearlo”, por lo tanto, será el
empleador el que deberá acreditar que se utilizaron todos los medios inherentes a un cuidado
debido, según la actividad concreta de que se trate. Importante parece mencionar, sin embargo, la
tesis sustentada por la Corte de Apelaciones de Concepción, en fallo confirmado por la Corte
Suprema, en que haciendo aplicación de las normas de responsabilidad extracontractual le
atribuye al artículo 2329 del Código Civil, el efecto liberatorio de la prueba de la culpa, bastando al
actor acreditar los hechos configurativos de la negligencia y presumiéndose consecuentemente la
culpa. En este contexto, será el empleador demandado el que deberá probar, para exonerarse de
responsabilidad, que no tuvo culpa.108
Otra posibilidad de exoneración con que contaría el empleador sería acreditar la ocurrencia de
fuerza mayor o caso fortuito o el incumplimiento del trabajador, que haría desaparecer la necesaria
relación de causalidad, como fue reconocido expresamente en fallo de la Corte de Apelaciones de
Concepción, confirmado por la Corte Suprema 109, en que concluyendo que “la demandada principal
cumplió con respecto a la víctima… con las medidas necesarias para proteger eficazmente su
vida y salud, como también tomó las medidas adecuadas de higiene y seguridad en las faenas y
además proporcionó a la víctima los implementos necesarios para prevenir accidentes en las
faenas…” resolvió que el accidente se produjo por causas imputables a la víctima, las cuales la
empresa demandada no estaba en condiciones de prever ni evitar.
Otro importantísimo punto a diferenciar es el relativo a la prescripción. Sabido es, que el artículo
2332 del Código Civil contempla en materia extracontractual una prescripción de cuatro años; si
sostenemos la tesis de la responsabilidad contractual, el problema se acentúa en torno a decidir si
se aplicaría la regla de cinco años del artículo 2515 del Código Civil o la de dos años del artículo
107
Corte Suprema, Rol 4.071-96. En revista Fallos del Mes, N° 467, p. 1953
108
Corte de Apelaciones de Concepción, en causa rol N° 442-96, en fallo confirmado por la Corte Suprema, caratulada
“Schuffeneger con Compañía Siderúrgica Huachipato S.A.” Acoge la doctrina sustentada por el profesor Alessandri en su
obra “Responsabilidad Extracontractual en el Derecho Civil Chileno” pp. 123 y ss.
109
Corte de Apelaciones de Concepción, rol184-96 (causa del Juzgado de Letras de Talcahuano, rol 15.563 “Bahamondes
Quezada, Marcela y otros con Pino Machuca, Patricia y otra”) Revista de Derecho y Jurisprudencia, Segunda Parte,
Sección Tercera, Tomo XCIIV, año 1997, pp. 26 y ss.
125
480 del Código del trabajo o, todavía, como lo ha sostenido alguna jurisprudencia, el de cinco años
contemplado en la ley 16.744.110
En concordancia con el carácter esencialmente protector del Derecho del Trabajo, el legislador
se ha preocupado de establecer toda una legislación destinada a proteger y defender los derechos
de la madre y del hijo.
110
Idem, se acoge la tesis de que al fundarse la acción en el artículo 69 de la ley 16.744, debe hacerse aplicación de la
norma de prescripción contenida en el artículo 74 de ese ordenamiento, por tratarse de una norma de carácter especial, que
prima sobre la contenida en el artículo 480 del Código del Trabajo.
126
La primera ley chilena sobre la materia fue dictada el 13 de enero de 1917, bajo el Nº 3.186,
referente al beneficio de salas cuna. Desde entonces han sido numerosos los textos legales
destinados a otorgar alguna protección a la mujer en estado de embarazo, al hijo que está por
nacer y a ambos después del parto. En la actualidad estas normas están contenidas básicamente
en el Título II del Libro II de nuestro Código del Trabajo, artículos 194 a 208.
De acuerdo al artículo 194 las normas en estudio benefician a todas las trabajadoras que
dependan de cualquier empleador, comprendidas aquellas que trabajen en su domicilio y, en
general, a todas las mujeres que estén acogidas a algún sistema previsional. La misma disposición
señala que están sujetos a estas normas los servicios de la administración pública, los servicios
semifiscales, de administración autónoma, de las municipalidades y todos los servicios y
establecimientos, cooperativas o empresas industriales, extractivas, agrícolas o comerciales, sean
de propiedad fiscal, semifiscal, de administración autónoma o independiente municipal o particular
o perteneciente a una corporación de derecho público o privado, comprendiéndose también, las
sucursales o dependencias de los mismos.
II PRINCIPALES BENEFICIOS.
De acuerdo al artículo 195 del Código del Trabajo, las trabajadoras tendrán derecho a un
descanso de maternidad de seis semanas antes del parto y doce semanas después de él.
La misma disposición señala que si la madre muriera en el parto o durante el período de
permiso posterior a éste, dicho permiso o el resto de él que sea destinado al cuidado del hijo,
corresponderá al padre.
Para acogerse a este beneficio es necesario contar con la debida licencia médica autorizada,
conforme a las normas del Decreto Supremo Nº 3, de 1984.
El requisito indispensable para obtener el derecho a post-natal es que haya habido parto,
puesto que la ley no condiciona la circunstancia de que el recién nacido resulte vivo o sobreviva
con posterioridad al parto. Sin embargo, si la trabajadora interrumpe su embarazo por aborto, sea
espontáneo o provocado, deja inmediatamente de ser beneficiaria de tal derecho. 111
No procede aumentar el descanso post natal por haberse producido un parto múltiple, ya que tal
circunstancia no fue prevista por la legislación.112
Si el parto se produjere después de las seis semanas siguientes a la fecha en que la mujer
hubiese comenzado el descanso de maternidad, el descanso prenatal se entiende prorrogado
hasta el alumbramiento y el plazo puerperal comienza desde la fecha de este último, lo cual se
comprueba con el correspondiente certificado del médico o matrona.
Los periodos de descanso pueden ampliarse cuando a consecuencia del embarazo o parto la
mujer sufre alguna enfermedad. Para estos efectos se requiere autorización de la Comisión de
Medicina Preventiva e Invalidez respectiva. (Art. 196)
111
Dirección del Trabajo. Dictamen N° 3.143, de 27 de mayo de 1985.
112
Dirección del Trabajo. Dictamen N° 5.552, de 8 de agosto de 1986.
127
2.- Permiso de la madre por enfermedad grave del hijo menor de un año
De acuerdo al artículo 199 del Código toda mujer tiene derecho al permiso y al correspondiente
subsidio cuando la salud del niño menor de un año requiera de atención en el hogar con motivo de
enfermedad grave, circunstancia que deberá ser acreditada mediante certificado médico o
ratificado por los servicios que tengan a su cargo la atención médica de los menores.
En virtud de modificaciones introducidas por la Ley 18.867, de 4 de diciembre de 1989, también
goza de este derecho la trabajadora o el trabajador que tenga a su cuidado un menor de edad
inferior a un año, respecto de quien se le haya otorgado judicialmente la tuición o el cuidado
personal como medida de protección.
Este derecho se encuentra reglamentado por el Decreto 86, del Ministerio del Trabajo, de 30 de
mayo de 1971 y el otorgamiento de la respectiva licencia se regula por las normas del Decreto Nº
3, ya citado.
El permiso y el consecuente subsidio tienen lugar sólo en la medida que el niño deba
permanecer en su hogar, al cuidado directo, personal y permanente de la madre, todo ello, a juicio
del pediatra tratante. En otras palabras, si la atención del menor se efectúa en un establecimiento
hospitalario, no procede el beneficio.
La licencia se otorga por 7 días renovables, pero cuando en total sobre pase los 30 días, el
reposo posterior que se conceda puede extenderse por todo el período que se estime necesario.
(Artículos 18 y 29 del Decreto Nº3).
De acuerdo a las modificaciones introducidas por la Ley 19.250, de 1993, cuando ambos padres
sean trabajadores, cualquiera de ellos y a elección de la madre, podrá gozar de este permiso y del
subsidio consecuente. Gozará de ellos el padre cuando la madre hubiere fallecido o él tuviere la
tuición del menor por sentencia judicial.
Si estos beneficios fueren obtenidos en forma indebida, los trabajadores involucrados serán
solidariamente responsables de la restitución de las prestaciones pecuniarias percibidas, sin
perjuicio de las sanciones penales que por este hecho les pudiere corresponder.
Se encuentra consagrado en el artículo 199 bis, que fuera incorporado al Código del Trabajo
por la Ley Nº 19.505, de 25 de julio de 1997.
3.1 Beneficiarios.
3.2 Requisitos.
3.3 Beneficios.
3.4 Situación de trabajadores regidos por estatutos que contemplen la concesión de días
administrativos.
La ley 18.469, en su artículo 6 letra d) le confiere la calidad de beneficiaria del régimen de salud
que establece, a la mujer embarazada, aun cuando no sea cotizante, extendiéndose la protección
conferida también a su hijo hasta los seis años de edad. De acuerdo al artículo 9 de esa ley la
mujer tiene derecho a la protección del Estado durante el embarazo y hasta el sexto mes del
nacimiento del hijo, lo cual se traduce en el control del embarazo y del puerperio, de acuerdo con
las normas que imparta el Ministerio de Salud a los Servicios de Salud. Esta atención es gratuita.
Tratándose de la atención del parto, sólo es gratuita respecto de las mujeres indigentes y de
aquellas cuyos ingresos no excedan de $80.500. Si exceden de esa suma deben contribuir con el
25% y el 75% restante es cubierto por FONASA. (Artículos 29 y 30 de la Ley 18.469).
El niño recién nacido y hasta los seis años de edad también tiene dere cho a la protección de su
salud gratuitamente por el Estado, de acuerdo a los planes para la salud infantil que establece el
Ministerio del ramo.
Para estos efectos debemos tener presente que la madre trabajadora puede gozar de los
siguientes descansos que pueden originar derecho a subsidio por incapacidad laboral temporal:
a) Descanso de maternidad, de seis semanas antes del parto y doce después de aquél.
(Artículo 195 del Código del Trabajo).
b) Descansos suplementarios. Se trata de aquellos períodos de reposo que se concede a la
mujer trabajadora que sufre una enfermedad como consecuencia del embarazo o del parto, o en el
129
caso de que el parto se produzca con posterioridad a las 6 semanas siguientes a la fecha en que la
mujer hubiere comenzado el descanso de maternidad. (Artículo 196 del Código del Trabajo).
c) Permiso que se otorga a la madre o al padre, en su caso, frente a la enfermedad grave del
hijo menor de un año. Artículo 199.
d) Permiso al trabajador o trabajadora que tenga a su cuidado a un menor de seis meses, de
acuerdo al artículo 200.
El tratamiento legislativo ha sufrido una evolución de importantes consecuencias sociales, en
términos tales que hoy podemos distinguir 4 etapas:
1.- Aplicación del D.F.L. 44 de 1978. La ley 18.469, de 1985, en su artículo 19 dispone que el
otorgamiento del subsidio de maternidad se rige por el D.F.L. 44 y en su artículo 20, que su pago
se requerirá al respectivo Servicio de Salud, Caja de Compensación de Asignación Familiar o
ISAPRE, según corresponda.
2.- Dictación de la ley 18.768, de 29 de diciembre de 1988, que entró en vigencia el 1 de julio
de 1989.
Esta ley dispuso que para los efectos del goce del subsidio de maternidad, las trabajadoras
debían cumplir el día 1º del mes de la concepción los requisitos que la normativa vigente exigía
para hacer procedente dicho subsidio. La fecha de la concepción sería certificada por un médico o
matrona. (Artículo 62)
Por su parte, la base de cálculo del subsidio debía considerar los datos existentes en los 3
meses anteriores a aquel en que se produjo la concepción, tratándose de trabajadoras
dependientes, y los 6 meses calendario anteriores tratándose de las independientes. El monto
debía reajustarse de acuerdo a la variación del IPC entre el mes de la concepción y el mes anterior
al del inicio del reposo prenatal.
Sin embargo, si el monto del subsidio calculado en la forma señalada fuese superior al que
resultare del cálculo según las normas del artículo 8 del DFL 44, le sería cancelado de acuerdo a
las normas que arrojasen un resultado inferior.
La ley se refería al "subsidio de maternidad", la Superintendencia de Seguridad Social
determinó que en esa expresión se comprendían los subsidios del pre y postnatal. 113
3.- Ley 18.867, de 4 de diciembre de 1989, que modificó el artículo 62 de la ley 18.768.
Se dispuso que los subsidios pre y postnatal, de descansos suplementarios y por enfermedad
grave del hijo menor de un año sería una cantidad equivalente a las remuneraciones imponibles,
subsidios por incapacidad laboral o de ambos, devengados en los 6 meses calendario
inmediatamente precedentes al quinto mes calendario anterior al inicio de la licencia médica
dividido por 180. Respecto de las trabajadoras dependientes se procede de igual manera, pero
considerando sus rentas declaradas.
4.- Aplicación del D.F.L. 44. Ley 19.299, de 12 de marzo de 1994.
Esta ley derogó el artículo 62 de la Ley 18.768, modificado por la ley 18.867, y estableció que
se regirían por las normas del DFL 44, de 1978 los siguientes subsidios por incapacidad laboral:
a.- Artículo 195 del Código del Trabajo: reposo pre y postnatal de la madre y permiso postnatal
del padre.
b.- Artículo 196: reposo prenatal suplementario, prenatal prorrogado y postnatal prolongado.
c.- Artículo 199: permiso por enfermedad grave del hijo menor de un año.
d.- Artículo 2 de la ley 18.867: permiso de la trabajadora que tenga a su cuidado un menor de
edad inferior a seis meses y que haya iniciado el juicio de adopción plena.
e.- Artículo 3 de la Ley 18.867: permiso de la trabajadora por enfermedad grave del hijo menor
de un año en juicio de adopción plena.
Lo anterior significa que los referidos subsidios deberán calcularse en la misma forma que el
resto de los subsidios por incapacidad laboral temporal. No obstante ello y en virtud de las
modificaciones que la ley 19.299 introdujo al artículo 8 del DFL 44 y al artículo 21 de la ley 18.469
(trabajadoras dependientes), los subsidios de reposo pre y postnatal, prenatal prorrogado y
permiso de la trabajadora que tenga a su cuidado un menor de seis meses de edad y que haya
iniciado el juicio de adopción plena, tendrán los siguientes límites:
113
Circular Nº 1.111, de 25 de enero de 1989.
130
No podrán exceder del equivalente a las remuneraciones mensuales netas, subsidios o ambos
devengados en los tres meses anteriores más próximos al séptimo mes calendario que precede al
del inicio de la licencia, dividido por noventa, aumentado en el 100% del IPC en el período
comprendido en los siete meses anteriores al mes precedente al del inicio de la licencia, e
incrementado en un 10%.
Fue establecida junto con la asignación familiar por el D.L. 307, de 1974, que reemplazó a la
asignación prenatal vigente hasta el 31 de diciembre de 1973. En la actualidad se encuentra
regulada por el D.F.L. 150, de 25 de marzo de 1982.
6.1 Beneficiarios.
6.2 Características.
Es el derecho de que gozan ciertos trabajadores en virtud del cual no pueden ser despedidos
sin autorización judicial.
De acuerdo al artículo 174 del Código del Trabajo, en el caso de trabajadores sujetos a fuero
laboral, el empleador no podrá poner término al contrato sino con autorización previa del juez
competente, quien podrá concederla en los casos de las siguientes causales:
a) Artículo 159 Nº 4: Vencimiento del plazo convenido en el contrato.
b) Artículo 159 Nº 5: Conclusión del trabajo o servicio que dio origen al contrato
c) Artículo 160: Causales de caducidad.
a) Las causales de fuero son de derecho estricto, vale decir, se encuentran reguladas en la
legislación, no siendo posible que las partes creen otras diferentes.
b) Son esencialmente transitorias. Se extienden sólo por los lapsos que señala la ley.
c) El Código del Trabajo en el artículo 174 trata sólo las normas procesales relativas al fuero.
Los requisitos sustantivos se encuentran regulados especialmente para cada caso.
7.2 Procedimiento.
El empleador no puede poner término al contrato de trabajo sino con autorización previa del
juez competente.
Lo anterior implica un procedimiento que se traduce en el llamado juicio de desafuero, al cual
deberá recurrir obligatoriamente el empleador, sin importar la mayor o menor gravedad de la causal
de terminación en que ha incurrido el trabajador.
Ahora bien, la ley exige autorización previa al despido, por lo tanto, no se ha aceptado la
posibilidad de recurrir por vía reconvencional. Es más, mientras no exista una sentencia firme que
autorice el despido, el contrato de trabajo continua plenamente vigente. De infringirse esta norma
nos encontraríamos ante un acto nulo.
Es perfectamente posible que el juez, como medida prejudicial y en cualquier estado del juicio,
decrete, en forma excepcional y fundadamente, la separación provisional del trabajador de sus
labores, con o sin derecho a remuneración. Se ha aceptado que tal medida se aplique a solicitud
del propio trabajador aforado.
En esta situación, si el tribunal no diere autorización para poner término al contrato de trabajo,
debe ordenar la inmediata reincorporación del trabajador aforado, disponiendo el pago íntegro de
sus remuneraciones y beneficios debidamente reajustados y con el máximo de interés permitido
para operaciones reajustables, correspondientes al período de separación, si es que ésta se
hubiese decretado sin derecho a remuneración. El período de separación se entenderá
efectivamente trabajado para todos los efectos legales y contractuales.
De acuerdo al artículo 201 la trabajadora goza de fuero durante todo el periodo de embarazo y
hasta un año después de expirado el descanso de maternidad.
Según la Dirección del Trabajo115 el fuero maternal tiene por objeto mantener el empleo de la
mujer para que ésta tenga asegurado el origen de sus ingresos y pueda alimentar y criar a su hijo
durante el lapso de un año.
Si por ignorancia del estado de embarazo se hubiere dispuesto el término del contrato en
contravención al artículo 174, la medida quedará sin efecto, y la trabajadora volverá a su trabajo,
para lo cual bastará la sola presentación del correspondiente certificado médico o de matrona, sin
perjuicio del derecho a remuneración por el tiempo en que hubiere permanecido indebidamente
fuera del trabajo, si durante ese tiempo no tuviere derecho a subsidio. La afectada debe hacer uso
de este derecho dentro del plazo de 60 días hábiles contados desde el despido.
115
Dictamen Nº3.143, de 27 de mayo de 1985. Revista Técnica del Trabajo, Vol. III, Marzo 1989. p.52.
132
La Dirección del Trabajo ha dictaminado que si la mujer hubiere renunciado con o sin
conocimiento del estado de embarazo, no procede ordenar su reincorporación, pues la norma sólo
se refiere al evento que haya sido el empleador el que haya dispuesto el término del contrato 116.
Si el desafuero se produjese mientras la mujer estuviese gozando de descanso maternal
continuará percibiendo el subsidio hasta la conclusión del período de descanso.
De acuerdo al artículo 146 del Código del Trabajo son trabajadores de casa particular las
personas naturales que se dediquen en forma continua, a jornada completa o parcial, al servicio de
una o más personas naturales o de una familia, en trabajos de aseo y asistencia propios o
inherentes al hogar.
La Ley N° 19.591, de 9 de noviembre de 1998 derogó el inciso final del artículo 201, que hacía
inaplicable el fuero a las trabajadoras de casa particular. La Dirección del Trabajo 117 ha indicado
que la disposición se aplica desde su publicación en el Diario Oficial e incluso a los contratos
celebrados con anterioridad a ésta, lo que implica, a juicio de ese organismo, que el fuero de que
gozan las trabajadoras de casa particular a contar del 9 de noviembre de 1998, se aplica respecto
de aquéllas que a la fecha antes indicada se encontraban en estado de gravidez, o en el período
puerperal, o dentro del año siguiente a la expiración de dicho periodo.
El punto tratado ha resultado de gran implicancia social, toda vez que están en juego la
protección a la maternidad y la intimidad de un hogar, que difícilmente puede ser asimilado a una
empresa o lugar de trabajo tradicional. La Dirección del Trabajo ha estimado necesario efectuar
ciertas precisiones al respecto118, particularmente en lo que dice relación con los siguientes puntos:
a) Posibilidad de poner término al contrato de trabajo conforme a la causal del artículo 147, esto es,
durante las dos primeras semanas de trabajo, las cuales se estiman como periodo de prueba,
pudiendo durante dicho lapso resolverse el contrato a voluntad de cualquiera de las partes,
cumpliéndose las condiciones que la norma señala. Frente a esta situación el organismo
administrador ha determinado que “durante el periodo de prueba de la trabajadora el fuero opera
con plenitud de efectos, debiendo el empleador contar con autorización judicial para despedir, pero
aún en dicho caso, tampoco la terminación de la relación laboral puede producirse por la sola
voluntad que contempla el artículo citado, sino que, como operan las normas de fuero laboral, sólo
podrá producirse con arreglo al artículo 174 del Código del Trabajo, que no contempla el desafuero
por la sola voluntad de una de las partes.” Fundamenta su peculiar posición en el carácter
imperativo que de las normas que regulan la protección a la maternidad, derivado de la naturaleza
de orden público de las mismas. Sin embargo, no puede dejar de observarse que las normas que
regulan el contrato de trabajadores de casa particular también son normas laborales de orden
público y no se advierte fundamento claro para dejar sin aplicación la norma del artículo 146 que,
por lo demás es de carácter especialísimo, como el mismo Dictamen lo reconoce.
El periodo de prueba establecido es un reconocimiento al carácter tan especial de este contrato
de trabajo que implica la convivencia necesaria de una persona ajena al hogar con el grupo
familiar.
116
Dictamen 2.027/132, de 7 de mayo de 1998.
117
Dictamen N° 306/15, de 14 de enero de 1999. Boletín Oficial N° 122, p.67, confirmado por Circular N°12, de
Departamento de Fiscalización. Boletín oficial N° 122, p. 142
118
Dictamen 5.631/343, de 16 de noviembre de 1999, en Boletín Oficial de la Dirección del Trabajo de Enero del año 2000,
página 90.
133
riesgo de contraer alguna enfermedad, salvo en la eventualidad de que la trabajadora esté en goce
de licencia médica.
c) Obligación de alojamiento del menor que causa el fuero. Al respecto se ha dictaminado que el
empleador no tiene la obligación jurídica de otorgar alojamiento al hijo de la trabajador de casa
particular que ha generado el fuero, en los términos que dispone el artículo 151, sin perjuicio de
que las partes, en ejercicio de la autonomía de la voluntad, puedan celebrar una estipulación en
sentido contrario.
A su vez, la Ley N° 19.670, de 15 de abril del 2000, hizo extensivo este beneficio a:
a) el padre, en el evento de que la madre muriera en el parto o durante el periodo del permiso
posterior a éste, derecho que perderá en aquellos casos en que sea privado por sentencia judicial
del cuidado personal del menor; y
b) a aquellas mujeres u hombres solteros o viudos que manifiesten su voluntad de adoptar un hijo
en conformidad a las disposiciones de la Ley de Adopción.
Del tenor de la disposición se desprende que las mujeres siempre gozarán del derecho a fuero,
en cambio los hombres sólo en el evento de ser solteros o viudos.
En esta situación, el correspondiente plazo de un año se cuenta desde la fecha en que el juez,
mediante resolución dictada al efecto, confíe a estos trabajadores el cuidado personal del menor
en conformidad al artículo 19 de la Ley de Adopción o bien le otorgue la tuición en los términos del
artículo 24 de esa Ley.119
Este fuero cesa de pleno derecho en los siguientes casos:
a) Desde que se encuentre ejecutoriada la resolución del juez que decide poner término al cuidado
personal del menor.
b) Desde que se encuentre ejecutoriada la resolución que deniegue la solicitud de adopción.
c) Cuando la sentencia que acoja la adopción sea dejada sin efecto en virtud de otra resolución
judicial.
7.6 Mujeres contratadas durante el embarazo o después del parto, antes de la expiración del
plazo de un año posterior al postnatal.
otro empleador, debiendo para los efectos de poner término al respectivo contrato de trabajo,
solicitarse la correspondiente autorización judicial en conformidad al artículo 174 del mismo
Código".120
La opinión anterior ha sido corroborada por diferentes dictámenes del organismo administrador.
Es así como recientemente121 sostuvo que “el fuero de la mujer embarazada no se encuentra
subordinado a la condición de que ella mantenga una misma relación laboral durante todo el
periodo que comprende el fuero”. Agrega el mismo Dictamen que “el beneficio del fuero maternal
previsto en el artículo 201 del Código del Trabajo, ha sido establecido por el legislador en razón de
la maternidad, independientemente de toda otra consideración, siendo el bien jurídico protegido, la
maternidad, lo que resulta valedero ante cualquier empleador".
Jurisprudencia Judicial.
La Corte de Apelaciones de Santiago, en fallo de 12 de marzo de 1990, rol 2.017-89, señaló
que para que la mujer tenga derecho al fuero maternal es necesario que el embarazo exista
durante el desempeño de la mujer como trabajadora, ello, al tenor del artículo 201, lo cual implica
que si celebra un contrato de trabajo con posterioridad al nacimiento del hijo no puede exigir la
aplicación de un fuero que no le corresponde.
El mismo Tribunal, en un fallo de 20 de abril de 1990, rol 52-90, señaló que el fuero se pierde al
renunciar o ser legalmente despedida la mujer de su trabajo, y no revive ni se traspasan sus
efectos a otro empleador que no sea continuador del anterior.
El problema se presenta como muy delicado, pues, por un lado, el bien jurídicamente protegido
con la institución es de la mayor trascendencia y, por el otro, nos enfrentamos a un problema
práctico casi insoluble para el empleador. ¿Cómo podría éste saber que la trabajadora se
encuentra amparada por fuero? ¿Sería lícito -al tenor de nuestra legislación- o aceptable -en un
plano humano o moral- exigir a una postulante a un empleo cualquiera, que acredite a su eventual
empleador su situación familiar o personal?. Lo anterior implicaría aceptar la exigencia de un
certificado médico en orden a descartar el estado de embarazo o cualquier otro medio destinado a
establecer el número de hijos de la mujer y sus respectivas edades. O, podría adoptarse la
posición de dar preeminencia a la protección a la maternidad y reconocerle el derecho a fuero a la
mujer aunque no pudiese ser conocido por el empleador. En este caso el efecto tendería a ser
perverso: la discriminación hacia la mujer desvirtuaría toda loable finalidad.
Analizando los antecedentes de texto y parte de la jurisprudencia de nuestros Tribunales
podríamos inclinarnos por sostener que de la expresión "Durante el período de embarazo y hasta
un año después de expirado el descanso de maternidad..." sería lícito concluir que:
- Al decir "durante" y utilizar la conjunción "y" implica una unidad de situaciones, es decir, no es
posible pensar en un derecho a fuero maternal que no nazca con el embarazo.
- La duración de este beneficio se ha limitado a "un año después de expirado el descanso de
maternidad". Ya sabemos que el descanso de maternidad procede sólo tratándose de mujeres
trabajadoras, por lo tanto, si el período de fuero se estableció con relación a ese beneficio,
necesariamente debe concluirse que debió originarse, por lo menos durante el embarazo. En otros
términos: si no existió el "descanso de maternidad" ¿hasta cuando duraría el fuero?
-Tal vez lo deseado por el legislador fue evitar que el empleador privara de su fuente de ingresos a
una trabajadora por quedar embarazada y no proteger a toda mujer que se encuentre en ese
estado. Ayuda a este planteamiento el hecho que la Ley 18.867, de 4 de diciembre de 1989,
concedió algunos beneficios a la mujer que tenga a su cuidado a un menor de edad inferior a seis
meses respecto del cual se haya iniciado el correspondiente juicio de adopción plena, sin embargo
no se contempló el derecho a fuero aunque sí el derecho a descanso por doce semanas, con goce
del respectivo subsidio y el permiso por enfermedad grave del hijo menor de un año. La Dirección
del Trabajo, en Dictamen Nº 6.411/296, de 5 de noviembre de 1992, concluyó expresamente que la
mujer en esta situación no goza de fuero maternal, toda vez que "el fuero maternal ha sido
concebido por el legislador en razón de la maternidad en sí, independientemente de toda otra
consideración.
Lo anterior aparece corroborado si se considera que el fuero maternal se vincula directamente a
dos hechos fisiológicos como lo son el "embarazo" y el "parto"; en cambio, la adopción es una
120
En Revista Jurídica del Trabajo, Nº8, Septiembre de 1994, p.82
121
Dictamen 795/63, de 1 de marzo de 2000. En Boletín Oficial de la Dirección del Trabajo de mayo de 2000, p. 105
135
De acuerdo al artículo 202 del Código del Trabajo, durante el periodo de embarazo, la
trabajadora que se desempeñe habitualmente en labores consideradas como perjudiciales para su
salud, deberá ser trasladada a otro trabajo que no sea dañino para su estado. El cambio de trabajo
no puede implicar una disminución de sus remuneraciones.
Se considera especialmente como perjudicial para la salud, todo trabajo que:
a) Obligue a levantar, arrastrar o empujar grandes pesos;
b) Exija un esfuerzo físico, incluido el hecho de permanecer de pie largo tiempo;
c) Se ejecute en horario nocturno;
d) Se realice en horas extraordinarias de trabajo, y
e) La autoridad competente declare inconveniente para el estado de gravidez.
De la redacción de la disposición resulta fácil concluir que la enumeración enunciada no es de
carácter taxativo, así, podrían considerarse como perjudiciales para la salud de la trabajadora las
faenas subterráneas, las que se realicen en condiciones de excesivo frío o calor, o, en general, en
algún ambiente inhóspito, en razón de la emanación de olores o contacto con algún tipo de
substancia nociva.
La Dirección del Trabajo123 ha dictaminado que la disposición en estudio prevalece sobre la
contenida en el artículo 12 del Código, referente al ius variandi.
El artículo 195 inciso final dispone que, no obstante cualquier disposición en contrario, a la
mujer debe conservársele el empleo durante los periodos de descanso de maternidad.
10.1 Requisitos.
122
Ord. Nº6411/296, de 5 de noviembre de 1992. En Manual de Consultas Laborales y Previsionales Nº93,p.55.
123
Ord. Nº5.731, de 28 de Noviembre de 1983.
124
La letra a) del N° 3 del Artículo Unico de la ley N° 19.591, publicada en el Diario Oficial del 9 de Noviembre de 1998,
reemplazó la expresión “establecimiento” por la de "empresa", dando término a las discusiones existentes hasta entonces
en relación al alcance de tal expresión y a la forma cómo debían contabilizarse las mujeres que laboraban para un mismo
empleador, pero eventualmente, para distintos establecimientos.
136
B) Que la empresa ocupe veinte o más trabajadoras de cualquier edad o estado civil.
En la actualidad, y producto de la utilización del vocablo empresa, se ha venido a aclarar las
dudas que se presentaban en torno a qué mujeres son las que se deben contabilizar para
cumplir el requisito, pues deberán considerarse todas las que se desempeñen en la empresa,
considerada como unidad económica básica.
Para enterar el número de veinte dependientas debe considerarse no sólo a las que tienen
contrato indefinido, sino que también a las que han suscrito un contrato a plazo fijo por reemplazo.
129
La Corte Suprema, a su vez, ha señalado que están obligadas a contar con sala cuna las
empresas que ocupan veinte o más trabajadoras, aunque éstas efectúen sus labores en distintos
locales y en cada uno de ellos, laboren menos de veinte trabajadoras. 130
125
Ordinario 3.671/224, 26 de julio de 1993. En Manual de Consultas Laborales y Previsionales Nº103. Dic.1993,p.57.
126
En Manual de Consultas Laborales y Previsionales. Nº103, Dic.1993, p.57.
127
En Boletín Oficial, Marzo de 1999, p 149.
128
Dictámenes Nº38.661, de 3 de noviembre de 1995 y Nº27.206, de 9 de octubre de 1989.
129
Ord. Nº6.660, de 29 de septiembre de 1986.
130
Corte Suprema, 19 de enero de 1989, rol Nº 8.784.
137
131
Ord. Nº1.825/110, de 20 de abril de 1993. En Manual de Consultas Laborales y Previsionales Nº112, de 1994.Ps.25 y ss.
132
Ord. Nº7.486, Dirección del Trabajo, 18 de Octubre de 1990.
133
Circular N° 13, de 29 de enero de 1999.
134
En Revista Jurídica del Trabajo de Febrero-Marzo de 1995.p.72
138
Para que nazca la obligación de proporcionar el beneficio de sala cuna respecto de los centros
o complejos comerciales, es necesaria la concurrencia copulativa de dos requisitos:
a) Debe tratarse de centros o complejos comerciales administrados bajo una misma razón social o
personalidad jurídica.
El organismo contralor, en Ord.Nº2.225/86, de 14 de abril de 1996, 135 determinó el concepto de
la expresión "centro o complejo comercial", utilizado por la legislación. Sostuvo la Dirección que de
acuerdo a su sentido natural y obvio, contenido en el Diccionario de la Lengua de la Real Academia
Española, "es dable sostener que por "centros o complejos comerciales" a que alude el artículo 203
del Código del Trabajo, debe entenderse el conjunto de locales o establecimientos comerciales,
generalmente próximos unos a otros y ordenados bajo una dirección técnica y financiera común,
donde se venden al público artículos de comercio al por menor".
De acuerdo al mismo dictamen, no se encuentra comprendidos dentro del concepto:
1.- Aquellos conjuntos de locales adyacentes entre sí y ordenados bajo una dirección técnica y
financiera común, que no vendan al público artículos de comercio al por menor; ello, en razón de
haberse utilizado la expresión comercio en su acepción de "tienda almacén, establecimiento
comercial" y las expresiones "tienda" y "almacén" están definidas por el diccionario reseñado como
establecimientos comerciales en donde se venden géneros y artículos de comercio por menor.
Creemos que la interpretación de la Dirección no resulta adecuada a la realidad, pues le quita el
carácter de comercial a las operaciones al por mayor, lo que implica que las trabajadoras de estos
últimos establecimientos se ven discriminadas en su derecho a gozar de sala cuna en razón de una
diferenciación realizada por nuestra Dirección que la Ley, sin embargo, no efectuó.
2.- Aquellos centros o complejos industriales, los cuales no cumplirían con el requisito de ser
comerciales, exigido por el artículo 203, también de acuerdo a las acepciones del Diccionario de la
Real Academia.
Sin embargo, el 30 de septiembre de 2002 se publicó en el Diario Oficial la ley N° 18.824, que
modificó el art. 203 en el sentido de incorporar a los centros industriales y de servicios a las
entidades obligadas a mantener salas cuna, cumpliendo los demás requisitos legales. Con ello, se
dio término a la discusión previa.
135
En Boletín del Trabajo NºVI de 1996. p.72.
139
La Dirección había extendido más allá sus conclusiones, disponiendo que tal aporte debía
hacerse en proporción al número de trabajadores de cada establecimiento, pues así lo habían
manifestado los H. Senadores que participaron en los debates previos a la aprobación de la ley.
Sin embargo, la ley no fue aprobada de esa forma, sino que dispone claramente que el aporte
debe efectuarse en la misma proporción en que concurran a los gastos comunes, los cuales no
necesariamente coinciden con el número de trabajadores de cada establecimiento. En este caso
no era procedente recurrir a la historia fidedigna del establecimiento de la ley, pues como lo
dispone el artículo19 del Código Civil, cuando el sentido de la ley es claro, no se desatenderá su
tenor literal, a pretexto de consultar su espíritu. La doctrina fue rectificada en el sentido indicado,
por el Dictamen Ord. N° 6.486/294, de 21 de noviembre de 1996.
La ley nada ha dicho al respecto, pero la Dirección del Trabajo ha determinado que si en uno de
los establecimientos de la empresa laboran más de veinte trabajadoras, ésta se encuentra obligada
a mantener en funcionamiento la sala de cuna para el turno de noche, aun cuando en este laboren
normalmente menos de veinte trabajadoras. Lo anterior, en atención a que la norma no ha hecho
distinción alguna en cuanto a las condiciones o régimen laboral de servicios de la mujer. 136 Sin
embargo, la Dirección del Trabajo 137 ha señalado que excepcionalmente, el derecho a sala cuna
puede compensarse con un bono tratándose de trabajadoras que laboran en una localidad en que
no existe ningún establecimiento que cuente con la autorización de la Junta Nacional de Jardines
Infantiles; que se desempeñen en faenas mineras ubicadas en lugares apartados de centros
urbanos, quienes viven, durante la duración de éstas, separadas de sus hijos; que presten
servicios en horarios nocturnos o cuando las condiciones de salud y los problemas médicos que el
niño padece aconsejen no enviarlo a sala cuna.
A juicio de la Dirección corresponde que se otorgue el beneficio durante el tiempo que ellas
permanezcan trabajando efectivamente para el empleador, pues si bien la duración no tiene
incidencia en el nacimiento del derecho, sí lo tiene en la duración de su ejercicio, toda vez que
prolongar la atención del menor en una sala cuna más allá del tiempo laborado por la trabajadora
significaría desvirtuar la intención del legislador, quien consagró este beneficio precisamente con el
objeto de permitir a las madres dedicarse a su trabajo. 138
11.1 Características.
a) Corresponde a dos porciones de tiempo que en conjunto no excedan de una hora al día. La
Dirección del Trabajo ha dictaminado que no es jurídicamente procedente que se conceda sólo un
lapso de tiempo de una hora. "Las porciones de tiempo de que dispone la madre trabajadora para
136
Ords. 9.476/181, de 19 de diciembre de 1988 y 1.087, de 26 de febrero de 1986. En Rev. Técnica del Trabajo Nº 5, Mayo
de 1996.Ps.70 y ss.
137
Dictamen N° 3.282/0095, de 12 de agosto de 2003 y 642/41 5 de febrero de 2004
138
Ord. Nº1.087, de 26 de febrero de 1986. Revista Técnica del Trabajo Nº 5, mayo 1986. Ps. 70 y ss.
139
Ord. 7.480/197, 14 de agosto de 1992.
140
dar alimento a sus hijos se encuentran determinadas expresamente por la ley, de forma tal que
dicho número no podría ser alterado ni siquiera por quien detenta la titularidad del derecho, la que
sí puede, en cambio, determinar la oportunidad en que hará uso de dos porciones de tiempo y la
duración que corresponderá a cada uno de los dos lapsos de tiempo que comprende el beneficio,
dentro del límite señalado por la ley. 140Igualmente, la Dirección del Trabajo 141 hasta hace pocos
meses había determinado que no era procedente aumentar el tiempo destinado para dar alimentos
en el evento que la madre trabajadora tuviese más de un hijo menor de dos años. En el mismo
sentido se ha pronunciado la Contraloría General de la República. 142Según la doctrina sustentada
por nuestros organismos contralores el propio Código en el artículo 206 impide el aumento del
tiempo en estos casos, ya que utiliza la expresión "sus hijos". Además, se trata de normas de
excepción, por lo cual su aplicación debe restringirse al tenor literal de la misma.
Sin embargo, el argumento literal no nos parece concluyente, pues si bien el artículo 206 utiliza
la expresión "sus hijos" (plural), también lo hace refiriéndose a "las madres", por lo tanto, no podría
haber utilizado luego la expresión en singular.
Recientemente, la Dirección del Trabajo143 reconsideró su dictamen anterior resolviendo que el
tiempo máximo e una hora, en dos porciones de tiempo que tienen derecho la madre trabajadora
para alimentar a sus hijos, es por cada hijo menor de dos años.
b) Se ha entendido por la Dirección del Trabajo que este derecho a dar alimentos sólo lo tienen
las mujeres trabajadoras de los establecimientos obligados a contar con salas cunas y siempre y
cuando el menor se encuentre en la sala cuna y no en su hogar u otro sitio. 144. Distinta es la
posición de la Contraloría General de la República, que tratándose de funcionarias públicas ha
señalado que todas las mujeres trabajadoras con hijos menores de 2 años tienen derecho al
permiso para dar alimentos a sus hijos, aunque éstos no estén en sala cuna, ya sea porque la
entidad empleadora no está obligada a contar con ella o debido a alguna situación de excepción
(generalmente de salud del menor) es necesario que éste permanezca en su domicilio 145ello, en
razón de tratarse de un derecho irrenunciable para la madre.
c) El derecho a usar el tiempo con el fin ya analizado, no puede ser renuncia do en forma
alguna.
III FISCALIZACION
De acuerdo al artículo 207 corresponde a la JUNJI y a la Dirección del Trabajo velar por el
cumplimiento de las disposiciones relativas a la protección a la maternidad y cualquier persona
puede denunciar ante esos organismos las infracciones de que tuviere conocimiento.
Las infracciones serán sancionadas con multa de 14 a 70 unidades tributarias mensuales
vigentes a la fecha en que se cometiere la infracción, multa que se duplicará en caso de
reincidencia.
Si por culpa del empleador las instituciones que deban pagar las prestaciones no lo hiciesen,
aquél será sancionado de la forma señalada, pero además, deberá pagar los subsidios que
correspondiere a sus trabajadores.
IV PRESCRIPCION
Situaciones especiales
140
Ord.Nº7.048/396 de 24 de diciembre de 1993.
141
Ord. Nº 5.712/330, 20 de Octubre de 1993. En Rev. Jurídica del Trabajo Nº11, Nov. 1993, p.78.
142
Dictamen Nº22.989, 13 agosto 1990.
143
Dictamen N° 3.362/102, de 20 de agosto de 2003
144
Ords. Nº4.201/194, de 19 de julio de 1994 y Nº 2.615/124, de 2 de mayo de 1994.
145
D. Nº7.845, 7 de marzo de 1990; Nº8.297, 6 de marzo de 1996; Nº40.771, de 18 de diciembre de 1995; Nº 26.748 de 2
de agosto de 1994.
141