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José Hernández La mayoría de los críticos literarios y gran parte

de los historiadores, sin embargo, suponen al personaje


(Nacido como José Rafael Hernández y del poema como un sujeto ideal y paradigmático de los
Pueyrredón) (10 de noviembre, 1834 – 21 de octubre, gauchos hasta los años 1880, teniéndose en cuenta que el
1886) fue un escritor argentino nacido el 10 de gaucho Don Segundo Sombra existió realmente más allá
noviembre de 1834, en las chacras de Perdriel, partido de de su literaturización; en todo caso en la Costa Atlántica
San Martín, provincia de Buenos Aires. Sus padres bonaerense, entre los cardales, dunas y, sobre todo, los
fueron Don Rafael Hernández y Doña Isabel de densos bosquecillos de curru mamil que se encontraban
Pueyrredón, prima hermana de Juan Martín de en torno a la que luego sería Mar del Plata; está
Pueyrredón. documentado, sobre todo tras la batalla de Caseros y en
tiempos de la Guerra de la Triple Alianza, que se
Fue un autodidacta. Entre 1852 y 1872, época de refugiaban muchos gauchos tenidos por "vagos" (sin
gran agitación política, defendió el sexo como expresión papeleta de "conchabo") y "malentretenidos"
de naturaleza salvaje, influido por su padre en la
infancia, ya que vio a su padre mantener relaciones con I
varias mujeres ante el. También defendió que las Aquí me pongo a cantar
provincias no debían permanecer ligadas al gobierno de Al compás de la vigüela,
Buenos Aires. Que el hombre que lo desvela
Una pena extraordinaria
En 1853 viste uniforme militar y combate en la Como la ave solitaria
batalla de San Gregorio contra las fuerzas del coronel Con el cantar se consuela.
federal Hilario Lagos. En marzo de 1857 se instala en la
ciudad de Paraná. Allí conoce a Carolina González del Pido a los Santos del Cielo
Solar, con quien se casa y tiene siete hijos.[1] Que ayuden mi pensamiento;
Les pido en este momento
Combatió luego bajo las órdenes de Justo José Que voy a cantar mi historia
de Urquiza, intervino en las batallas de Cepeda y Pavón. Me refresquen la memoria
Participó en una de las últimas rebeliones federales, Y aclaren mi entendimiento.
dirigida por Ricardo López Jordán, un importante
movimiento cuyo primer intento de acción finalizó en Vengan Santos milagrosos,
1871 con la derrota de los gauchos y el exilio de Vengan todos en mi ayuda,
Hernández en el Brasil. Después de esta revolución, Que la lengua se me añuda
siguió siendo por corto tiempo asesor del general Y se me turba la vista;
revolucionario, pero con el tiempo se distanció de él. Pido a Dios que me asista
En una ocasión tan ruda.
A su regreso a la Argentina, en 1872, continuó
su lucha por medio del periodismo. También desempeñó Yo he visto muchos cantores,
los cargos de Diputado y Senador de la provincia de Con famas bien obtenidas,
Buenos Aires. Ocupando este último cargo, defendió la Y que después de adquiridas
federalización de Buenos Aires en un memorable No las quieren sustentar
discurso, enfrentándose a Leandro N. Alem. Parece que sin largar
se cansaron en partidas.
Pero fue a través de su poesía como consiguió un
gran eco para sus propuestas, y la más valiosa Mas ande otro criollo pasa
contribución a la causa de los gauchos. El gaucho Martín Fierro ha de pasar;
Martín Fierro (1872) y su continuación, La vuelta de nada lo hace recular
Martín Fierro (1879), en conjunto, forman un poema ni los fantasmas lo espantan,
épico popular. Es generalmente considerada la obra y dende que todos cantan
cumbre de la literatura argentina. yo también quiero cantar.

Desde ese mismo año hasta 1881 se desempeñó Cantando me he de morir


como Senador por la Provincia de Buenos Aires. Cantando me han de enterrar,
Y cantando he de llegar
En 1886 muere en su quinta de Belgrano. En su Al pie del eterno padre:
homenaje, el 10 de noviembre (aniversario de su Dende el vientre de mi madre
nacimiento) se festeja en la Argentina el Día de la Vine a este mundo a cantar.
Tradición.
Que no se trabe mi lengua
Existencia histórica del personaje llamado Ni me falte la palabra:
Martín Fierro El cantar mi gloria labra
Y poniéndome a cantar,
Aún se especula si existió efectivamente un Cantando me han de encontrar
gaucho llamado Martín Fierro en el pago y hacia el Aunque la tierra se abra.
tiempo en que Hernández sitúa su poema-novela.
Algunos aducen que efectivamente, por la zona del Tuyú Me siento en el plan de un bajo
e incluso de la entonces llamada Lobería Grande (actual A cantar un argumento:
ciudad de Mar del Plata), lugar en donde los Hernández Como si soplara el viento
llegaron a poseer una estancia y donde el autor pasó gran Hago tiritar los pastos;
parte de su niñez y juventud, vivió un gaucho "matrero" Con oros, copas y bastos
(rebelde) con ese nombre y ese apellido (bastante Juega allí mi pensamiento.
comunes).
Yo no soy cantor letrao,
Mas si me pongo a cantar
No tengo cuándo acabar y sin embargo la gente
Y me envejezco cantando: lo tiene por un bandido
Las coplas me van brotando
Como agua de manantial. II

Con la guitarra en la mano Yo he conocido esta tierra


Ni las moscas se me arriman, en que el paisano vivía
Naides me pone el pie encima, y su ranchito tenía
Y cuando el pecho se entona, y sus hijos y mujer…
Hago gemir a la prima era una delicia el ver
Y llorar a la bordona. como pasaba sus días.

Yo soy toro en mi rodeo


Y torazo en rodeo ajeno; Entonces… cuando el lucero
Siempre me tuve por güeno brillaba en el cielo santo,
Y si me quieren probar, y los gallos con su canto
Salgan otros a cantar nos decían que el día llegaba,
Y veremos quién es menos. a la cocina rumbiaba
el gaucho… que un encanto.
No me hago al lao de la güeya
Aunque vengan degollando,
Con los blandos yo soy blando Y sentao junto al jogón
Y soy duro con los duros, a esperar que venga el día,
Y ninguno en un apuro al cimarrón le prendía
Me ha visto andar tutubiando. hasta ponerse rechoncho,
mientras su china dormía
En el peligro, ¡qué Cristos! tapadita con su poncho.
El corazón se me enancha,
Pues toda la tierra es cancha,
Y de eso naides se asombre: Y apenas la madrugada
El que se tiene por hombre empezaba coloriar,
Ande quiere hace pata ancha. los pájaros a cantar,
y las gallinas a apiarse,
Soy gaucho, y entiendaló era cosa de largarse
Como mi lengua lo esplica: cada cual a trabajar.
Para mí la tierra es chica
Y pudiera ser mayor;
Ni la víbora me pica Este se ata las espuelas,
Ni quema mi frente el sol. se sale el otro cantando,
uno busca un pellón blando,
Nací como nace el peje este un lazo, otro un rebenque,
En el fondo de la mar; y los pingos relinchando
Naides me puede quitar los llaman dende el palenque.
Aquello que Dios me dio
Lo que al mundo truje yo
Del mundo lo he de llevar. El que era pion domador
enderezaba al corral,
Mi gloria es vivir tan libre ande estaba el animal
Como el pájaro del cielo: bufidos que se las pela …
No hago nido en este suelo y más malo que su agüela,
Ande hay tanto que sufrir, se hacia astillas el bagual.
Y naides me ha de seguir
Cuando yo remuento el vuelo.
Y allí el gaucho inteligente,
Yo no tengo en el amor en cuanto el potro enriendó,
Quien me venga con querellas; los cueros le acomodó
Como esas aves tan bellas y se le sentó en seguida,
Que saltan de rama en rama, que el hombre muestra en la vida
Yo hago en el trébol mi cama, la astucia que Dios le dio.
Y me cubren las estrellas.

Y sepan cuantos escuchan Y en las playas corcoviando


De mis penas el relato, pedazos se hacía el sotreta
Que nunca peleo ni mato mientras él por las paletas
Sino por necesidá, le jugaba las lloronas,
Y que a tanta alversidá y al ruido de las caronas
Sólo me arrojó el mal trato salía haciendo gambetas.

Y atiendan la relación
que hace un gaucho perseguido, ¡Ah, tiempos!… ¡Si era un orgullo
que padre y marido ha sido ver jinetear un paisano!
empeñoso y diligente, Cuando era gaucho baquiano,
aunque el potro se boliase, a ayudarle a los piones
no había uno que no parese caiban muchos comedidos.
con el cabresto en la mano.

Eran los días del apuro


Y mientras domaban unos, y alboroto pa el hembraje,
otros al campo salían pa preparar los potajes
y la hacienda recogían, y osequiar bien a la gente,
las manadas repuntaban, y así, pues, muy grandemente,
y ansí sin sentir pasaban pasaba siempre el gauchaje.
entretenidos el día.

Vení, a la carne con cuero,


Y verlos al cair la tarde la sabrosa carbonada,
en la cocina riunidos, mazamorra pien pisada,
con el juego bien prendido los pasteles y el güen vino…
y mil cosas que contar, pero ha querido el destino
platicar muy divertidos que todo aquello acabara.
hasta después de cenar.

Estaba el gaucho en su pago


Y con el buche bien lleno con toda siguridá,
era cosa superior pero aura… ¡barbaridá!,
irse en brazos del amor La cosa anda tan fruncida,
a dormir como la gente, que gasta el pobre la vida
pa empezar el día siguiente en juir de la autoridá.
las fainas del día anterior.

Pues si usté pisa en su rancho


Ricuerdo ¡qué maravilla! y si el alcalde lo sabe,
Cómo andaba la gauchada lo caza lo mesmo que ave
siempre alegre y bien montada aunque su mujer aborte…
y dispuesta pa el trabajo… ¡no hay tiempo que no se acabe
pero hoy en día… ¡barajo! ni tiento que no se corte!.
No se la ve de aporriada.

Y al punto dese por muerto


El gaucho más infeliz si el alcalde lo bolea,
tenía tropilla de un pelo, pues ahí nomás se le apea
no le faltaba un consuelo con una felpa de palos;
y andaba la gente lista… Y después dicen que es malo
teniendo al campo la vista, el gaucho si los pelea.
sólo vía hacienda y cielo.

Y el lomo le hinchan a golpes,


Cuando llegaban las yerras, y le rompen la cabeza,
¡cosa que daba calor! y luego con ligereza,
Tanto gaucho pialador ansí lastimao y todo,
y tironiador sin yel. lo amarran codo a codo
¡Ah, tiempos… pero si en él y pa el cepo lo enderiezan.
se ha visto tanto primor!

Áhi comienzan sus desgracias,


Aquello no era trabajo, áhi principia el pericón,
mas bien era una junción, porque ya no hay salvación,
y después de un güen tirón y que usté quiera o no quiera,
en que uno se daba mana, lo mandan a la frontera
pa darle un trago de cana o lo echan a un batallón.
solía llamarlo el patrón.

Ansí empezaron mis males


Pues vivía la mamajuana lo mesmo que los de tantos;
siempre bajo la carreta, si gustan… en otros cantos
y aquel que no era chancleta, les diré lo que he sufrido,
en cuanto el goyete vía, después que uno está… perdido
sin miedo se le prendía no lo salvan ni los santos.
como güérfano a la teta.
III

¡Y qué jugadas se armaban tuve en mi pago en un tiempo


cuando estábamos riunidos! hijos, hacienda y mujer,
Siempre íbamos prevenidos, pero empecé a padecer,
pues en tales ocasiones
me echaron a la frontera,
¡y qué iba a hallar al volver! Porque todo era jugarle
Tan sólo hallé la tapera. por los lomos con la espada,
y aunque usté no hiciera nada,
lo mesmito que en palermo,
Sosegao vivía en mi rancho le daban cada cepiada
como el pájaro en su nido, que lo dejaban enfermo.
allí mis hijos queridos
iban creciendo a mi lao…
sólo queda al desgraciao ¡Y qué indios, ni qué servicio;
lamentar el bien perdido. si allí no había ni cuartel!
Nos mandaba el coronel
a trabajar en sus chacras,
Mi gala en las pulperías y dejábamos las vacas
era, en habiendo más gente, que las llevara el infiel.
ponerme medio caliente,
pues cuando puntiao me encuentro
me salen coplas de adentro Yo primero sembré trigo
como agua de la virtiente. y después hice un corral,
corté adobe pa un tapial,
hice un quincho, corté paja...
Cantando estaba una vez ¡la pucha que se trabaja
en una gran diversión, sin que le larguen un rial!.
y aprovecho la ocasión
como quiso el juez de paz…
se presentó, y ahi nomás Más de un año nos tuvieron
hizo arriada en montón. en esos trabajos duros;
y los indios, le asiguro
dentraban cuando querían:
Juyeron los más matreros como no los perseguían,
y lograron escapar: siempre andaban sin apuro.
yo no quise disparar,
soy manso y no había porqué, IV
muy tranquilo me quedé
y ansí me dejé agarrar
Y andábamos de mugrientos
Formaron un contingente que el mirarnos daba horror;
con los que del baile arriaron, les juro que era un dolor
con otros nos mesturaron, ver esos hombres, ¡por cristo!
que habían agarrao también, En mi perra vida he visto
las cosas que aquí se ven una miseria mayor.
ni los diablos las pensaron.

Yo no tenía ni camisa
Al mandarnos nos hicieron ni cosa que se parezca;
más promesas que a un altar, mis trapos sólo pa yesca
el juez nos jue a proclamar me podían servir al fin…
y nos dijo muchas veces: no hay plaga como un fortín
muchachos, a los seis meses para que el hombre padezca.
los van a ir a relevar.

Y cargué sin dar mas güeltas Ansí pasaron los meses,


con las prendas que tenía: y vino el año siguiente,
jergas, ponchos, todo cuanto había y las cosas igualmente
en casa, tuito lo alcé: siguieron del mesmo modo:
a mi china la dejé adrede parece todo
medio desnuda ese día. pa atormentar a la gente.

Ansí en mi moro, escarciando, No teníamos más permiso,


enderecé a la frontera. ni otro alivio la gauchada,
¡Aparcero si usté viera que salir de madrugada,
lo que se llama cantón!… cuando no había indio ninguno,
Ni envidia tengo al ratón campo ajuera a hacer boliadas
en aquella ratonera. desocando los reyunos.

Al principio nos dejaron Y cáibamos al cantón


de haraganes criando sebo, con los fletes aplastaos,
pero después… no me atrevo pero a veces medio aviaos
a decir lo que pasaba… con plumas y algunos cueros,
¡barajo!… Si nos trataban que pronto con el pulpero
como se trata a malevos. los teníamos negociaos.
a procurar suerte nueva;
Era un amigo del jefe y lo mesmo que el peludo
que con un boliche estaba; enderecé pa mi cueva.
yerba y tabaco nos daba
por la pluma de avestruz,
y hasta le hacía ver la luz No hallé ni rastro del rancho:
al que un cuero le llevaba. ¡sólo estaba la tapera!
¡Por cristo si aquello era
pa enlutar el corazón!
Sólo tenía cuatro frascos ¡Yo juré en esa ocasión
y unas barricas vacías, ser mas malo que una fiera!
y a la gente le vendía
todo cuanto precisaba…
algunos creiban que estaba ¡Quién no sentirá lo mesmo
allí la proveduría. cuando ansí padece tanto!
Puedo asigurar que el llanto
como una mujer largué:
¡Ah, pulpero habilidoso! ¡ay, mi Dios: si me quedé
Nada le solía faltar. más triste que jueves santo!
¡Ahijuna!, Para tragar
tenía un buche de ñandú;
la gente le dio en llamar Sólo se oíban los aullidos
el boliche de virtú. de un gato que se salvó;
el pobre se guareció
cerca, en una vizcachera:
Aunque es justo que quien vende venía como si supiera
algún poquito muerda, que estaba de güelta yo.
tiraba tanto la cuerda
que, con sus cuatro limetas
él cargaba las carretas Al dirme dejé la hacienda
de plumas, cueros y cerda. que era todito mi haber;
pronto debíamos volver,
sigún el juez prometía,
Nos tenía apuntaos a todos y hasta entonces cuidaría
con más cuentas que un rosario, de los bienes, la mujer.
cuando se anunció un salario
que iban a dar, o un socorro;
pero sabe Dios qué zorro Después me contó un vecino
se lo comió al comisario; que el campo se lo pidieron;
la hacienda se la vendieron
pa pagar arrendamientos,
y qué sé yo cuantos cuentos;
VI pero todo lo fundieron,

Una noche que riunidos los pobrecitos muchachos,


estaban en la carpeta entre tantas afliciones,
empinando una limeta se conchabaron de piones;
el jefe y el juez de paz, ¡mas qué iban a trabajar,
yo no quise aguardar más, si eran como los pichones
y me hice humo en un sotreta. sin acabar de emplumar!

Me parece el campo orégano Por ahi andarán sufriendo


dende que libre me veo; de nuestra suerte el rigor:
donde me lleva el deseo me han contao que el mayor
allí mis pasos dirijo,
nunca dejaba a su hermano;
y hasta en las sombras de fijo
que donde quiera rumbeo. puede ser que algún cristiano
los recoja por favor.

Entro y salgo del peligro


sin que me espante el estrago, ¡Y la pobre mi mujer,
no aflojo al primer amago Dios sabe cuánto sufrió!
ni jamás fi gaucho lerdo: Me dicen que se voló
soy pa rumbiar como el cerdo, con no sé qué gavilán:
y pronto caí a mi pago. sin duda a buscar el pan
que no podía darle yo.
Volvía al cabo de tres años
de tanto sufrir al ñudo
resertor, pobre y desnudo, Mas también en este juego
voy a pedir mi bolada;
a naides le debo nada,
ni pido cuartel ni doy: Su casa es el pajonal,
y ninguno dende hoy su guarida es el desierto;
ha de llevarme en la armada. y si de hambre medio muerto
le echa el lazo a algún mamón,
lo persiguen como a plaito,
Yo he sido manso primero, porque es un gaucho ladrón.
y seré gaucho matrero;
en mi triste circunstancia,
aunque es mi mal tan projundo, Para el son los calabozos,
nací y me he criado en estancia. para el las duras prisiones,
Pero ya conozco el mundo. en su boca no hay razones
aunque la razón le sobre;
VIII que son campanas de palo
las razones de los pobres.

Monté y me encomendé a Dios,


rumbiando para otro pago, Si uno aguanta, es gaucho bruto;
que el gaucho que llaman vago si no aguanta es gaucho malo.
no puede tener querencia, ¡Dele azote, dele palo,
y ansí de estrago en estrago porque es lo que él necesita!
vive llorando la ausencia. De todo el que nació gaucho
ésta es la suerte maldita.

éL andaba siempre juyendo, IX


siempre pobre y perseguido,
no tiene cueva ni nido
como si juera maldito; Ansí me hallaba una noche
porque el ser gaucho– ¡barajo!, contemplando las estrellas,
El ser gaucho es un delito. que le parecen más bellas
cuanto uno es más desgraciao,
y que Dios las haiga criao
Es como el patrio de posta;
para consolarse en ellas.
lo larga éste, aquél lo toma,
nunca se acaba la broma;
dende chico se parece
al arbolito que crece Me encontraba como digo,
desamparao en la loma. en aquella soledá,
entre tanta escuridá,
echando al viento mis quejas,
Le echan la agua del bautismo cuando el grito del chajá
aquél que nació en la selva; me hizo parar las orejas.
busca madre que te envuelva,
le dice el fraire y lo larga.
Y dentra a cruzar el mundo Como lumbriz me pegué
como burro con la carga. al suelo para escuchar;
pronto sentí retumbar
las pisadas de los fletes,
Y se cría viviendo al viento y que eran muchos jinetes
como oveja sin trasquila; conocí sin vacilar.
mientras su padre en las filas
anda sirviendo al gobierno,
aunque tirite en invierno, Cuando cerca los sentí,
naides lo ampara ni asila. y que ahi no más se pararon,
los pelos se me erizaron
y, aunque nada vían mis ojos,
Le llaman gaucho mamao no se han de morir de antojo,
si lo pillan divertido, les dije, cuando llegaron.
y que es mal entretenido
si en un baile lo sorprienden;
hace mal si se defiende Vos sos un gaucho matrero,
y si no, se ve– fundido. dijo uno, haciéndose el güeno.
Vos mataste un moreno
y otro en una pulpería,
No tiene hijos ni mujer, y aquí está la polecía
ni amigos ni protetores, que viene a ajustar tus cuentas;
pues todos son sus señores te va alzar por las cuarenta
sin que ninguno lo ampare: si te resistís hoy día.
tiene la suerte del güey,
y ¿donde irá el güey que no are?
No me vengan, contesté,
con relación de dijuntos;
ésos son otros asuntos;
vean si me pueden llevar, que se cometa el delito
que yo no me he de entregar, de matar a un valiente!
aunque vengan todos juntos.

Y ahi no más se me aparió,


Pero no aguardaron más dentrándole a la partida;
y se apiaron en montón; yo les hice otra embestida
como a perro cimarrón pues entre dos era robo;
me rodiaron entre tantos; y el Cruz era como lobo
ya me encomendé a los santos, que defiende su guarida.
y eché mano a mi facón.

Uno despachó al infierno


Y ya vide el fogonazo de dos que lo atropellaron;
de un tiro de garabina, los demás remoliniaron,
mas quiso la suerte indina pues íbamos a la fija,
de aquel maula, que me errase, y a poco andar dispararon
y ahi no más lo levantase lo mesmo que sabandija.
lo mesmo que una sardina.
X

A otro que estaba apurao El andar tan despilchao


acomodando una bola, ningún mérito me quita;
le hice una dentrada sola sin ser un alma bendita
y le hice sentir el Fierro, me duelo del mal ajeno:
y ya salió como el perro soy un pastel con relleno
cuando le pisan la cola. que parece torta frita.

Era tanta la aflición Tampoco me faltan males


y la angurria que venían, y desgracias, le prevengo;
que tuitos se me venían, también mis desdichas tengo,
donde yo los esperaba; aunque esto poco me aflige:
uno al otro se estorbaba yo sé hacerme el chango rengo
y con las ganas no vían. cuando la cosa lo esige.

El más engolosinao A mí no me matan penas


se me apió con un hachazo; mientras tenga el cuero sano;
se lo quité con el brazo; venga el sol en el verano
de no, me mata los piojos; y la escarcha en el invierno
y antes de que diera un paso ¿por qué afligirse el cristiano?
le eché tierra en los dos ojos.

Hagámosle cara fiera


Y mientras se sacudía a los males, compañero,
refregándose la vista, porque el zorro más matrero
yo me le fui como lista suele cair como un chorlito;
y ahi no más me le afirmé, viene por un corderito
diciéndole: Dios te asista, y en la estaca deja el cuero.
y de un revés lo voltié.

Hoy tenemos que sufrir


Pero en ese punto mesmo males que no tienen nombre,
sentí que por las costillas pero esto a nadies lo asombre
un sable me hacía cosquillas porque ansina es el pastel,
y la sangre me heló; y tiene que dar el hombre
dende ese momento yo mas güeltas que un carretel.
me salí de mis casillas.

Yo nunca me he de entregar
Di para atrás unos pasos a los brazos de la muerte;
hasta que pude hacer pie; arrastro mi triste suerte
por delante me lo eché paso a paso y como pueda,
de punta y tajos a un criollo; que donde el débil se queda
metió la pata en un hoyo, se suele escapar el juerte.
y yo al hoyo lo mandé.

Y ricuerde cada cual


Tal vez en el corazón lo que cada cual sufrió,
le tocó un santo bendito que lo que es, amigo, yo,
a un gaucho, que pegó el grito hago ansí la cuenta mía:
y dijo: ¡Cruz no consiente
ya lo pasado pasó;
mañana será otro día. Yo no sé qué tantos meses
esta vida me duró;
XI a veces nos obligó
la miseria a comer potro:
me había acompañao con otros
a otros les brotan las coplas tan desgraciaos como yo
como agua de manantial;
pues a mí me pasa igual;
Mas ¿para qué platicar
aunque las mías nada valen, sobre esos males, canejos?
de la boca se me salen Nace el gaucho y se hace viejo,
como ovejas de corral. sin que mejore su suerte,
hasta que por ahi la muerte
sale a cobrarle el pellejo.
Y aunque yo por mi inorancia
con gran trabajo me esplico,
cuando llego a abrir el pico, Pero como no hay desgracia
tengaló por cosa cierta, que no acabe alguna vez,
me aconteció que después
sale un verso y en la puerta
de sufrir tanto rigor,
ya asoma el otro el hocico. un amigo, por favor,
me compuso con el juez.

Ansí andaba como guacho


cuando pasa el temporal; Le alvertiré que en mi pago
supe una vez por mi mal ya no va quedando un criollo:
de una milonga que había, se los ha tragao el hoyo,
y ya pa la pulpería o juido o muerto en la guerra;
enderecé mi bagual. porque, amigo, en esta tierra
nunca se acaba el embrollo.

Era la casa del baile


un rancho de mala muerte, Colijo que jué por eso
y se enllenó de tal suerte que me llamó el juez un día,
que andábamos a empujones: y me dijo que quería
nunca faltan encontrones hacerme a su lao venir,
cuando un pobre se divierte. y que dentrase a servir
de soldao de polecía.

Con gato y con fandanguillo


había empezado el changango, Y me largó una proclama
y para ver el fandango tratándome de valiente;
me colé haciendomé bola, que yo era un hombre decente,
y que dende aquel momento
mas metió el diablo la cola, me nombraba de sargento
y todo se volvió pango. pa que mandara la gente.

A bailar un pericón Ansí estuve en la partida,


con una moza salí, pero ¿qué había de mandar?
y cuanto me vido allí Anoche al irlo a tomar
sin duda me conoció; vide güena coyontura,
y estas coplitas cantó y a mí no me gusta andar
como por raírse de mí: con la lata a la cintura.

las mujeres son todas Ya conoce, pues, quién soy;


como las mulas; tenga confianza conmigo:
yo no digo que todas,
pero hay algunas Cruz le dio mano de amigo,
que a las aves que vuelan y no lo ha de abandonar;
les sacan plumas. juntos podemos buscar
pa los dos un mesmo abrigo.

Hay gauchos que presumen XIII


de tener damas;
no digo que presumen,
pero se alaban, ya veo que somos los dos
y a lo mejor los dejan astillas del mesmo palo:
tocando tablas. yo paso por gaucho malo
y usté anda del mesmo modo;
XII
y yo, pa acabarlo todo, podemos aviarnos de algo;
a los indios me refalo. en fin amigo, yo salgo
de estas pelegrinaciones.

Pido perdón a mi Dios


que tantos bienes me hizo, Cruz y Fierro de una estancia
pero dende que es preciso
una tropilla se arriaron;
que viva entre los infeles, por delante se la echaron
yo seré cruel con los crueles:
como criollos entendidos,
ansí mi suerte lo quiso. y pronto sin ser sentidos
por la frontera cruzaron.
Y yo empujao por las mías
quiero salir de este infierno:
Y cuando la habían pasao,
ya no soy pichón muy tierno una madrugada clara
y sé manejar la lanza,
le dijo Cruz que mirara
y hasta los indios no alcanza las últimas poblaciones,
la facultá de gobierno
y a Fierro dos lagrimones
le rodaron por la cara.
yo sé que allá los caciques
amparan a los cristianos, Y ya con estas noticias
y que los tratan de
mi relación acabé;
cuando se van por su gusto. por ser ciertas las conté,
¡A qué andar pasando sustos–!
todas la desgracias dichas:
Alcemos el poncho y vamos. es un telar de desdichas
cada gaucho que usté ve.
No hemos de perder el rumbo:
los dos somos güena yunta.
Pero ponga su esperanza
El que es gaucho ve ande apunta en el Dios que lo formó;
aunque inora ande se encuentra;
y aquí me despido yo
pa el lao en que el sol se dentra que he relatao a mi modo
dueblan los pastos la punta.
MALES QUE CONOCEN TODOS,
PERO QUE NAIDES CONTÓ.
De hambre no pereceremos,
pues, sigún otros me han dicho,
en los campos se hallan bichos
SEGUNDA PARTE
de los que uno necesita–
gamas, matacos, mulitas
XV
avestruces y quirquinchos.

Siempre andaba retobao,


Allá habrá siguridá Con ninguno solía hablar;
ya que aquí no la tenemos; Se divertía en escarbar
menos males pasaremos Y hacer marcas con el dedo;
y ha de haber grande alegría Y cuanto se ponía en pedo
el día que nos descolguemos Me empezaba aconsejar.
en alguna toldería.
Me parece que lo veo
Fabricaremos un toldo, Con su poncho calamaco;
como lo hacen tantos otros, Después de echar un buen taco
con unos cueros de potro, Ansi principiaba a hablar:
que sea sala y sea cocina. "Jamás llegués a parar
¡Tal vez no falte una china A donde veás perros flacos".
que se apiade de nosotros!
"El primer cuidao del hombre
Es defender el pellejo;
Y ya que a juerza de golpes
Lleváte de mi consejo,
la suerte nos dejó aflús
Fijáte bien en lo que hablo:
puede que allá veamos luz
El diablo sabe por diablo
y se acaben nuestras penas:
Pero más sabe por viejo".
todas las tierras son güenas;
vamonós, amigo Cruz.
"Hacéte amigo del Juez,
No le dés de qué quejarse;
El amor como la guerra Y cuando quiera enojarse
lo hace el criollo con canciones; Vos te debés encojer,
a más de eso en los malones Pues siempre es güeno tener
Palenque ande ir a rascarse".
"A naides tengás envidia,
"Nunca le llevés la contra Es muy triste el envidiar:
Porque él manda la gavilla; Cuando veás a otro ganar
Allí sentao en su silla A estorbarlo no te metas:
Ningún güey le sale bravo: Cada lechón en su teta
A uno le da con el clavo Es el modo de mamar".
Y a otro con la cantramilla".
"Ansí se alimentan muchos
"El hombre, hasta el más soberbio, Mientras los pobres lo pagan;
Con más espinas que un tala, Como el cordero hay quien lo haga
Aflueja andando en la mala En la puntita, no niego;
Y es blando como manteca: Pero otros, como el borrego,
Hasta la hacienda baguala Toda entera se la tragan".
Cai al jagüel en la seca".
"Si buscás vivir tranquilo
"No andés cambiando de cueva, Dedicáte a solteriar;
Hacé las que hace el ratón: Mas si te querés casar,
Conserváte en el rincón Con esta alvertencia sea:
En que empezó tu esistencia: Que es muy difícil guardar
Vaca que cambia querencia Prenda que otros codicean".
Se atrasa en la parición".
"Es un bicho la mujer
Y menudiando los tragos Que yo aquí no lo destapo:
Aquel viejo como cerro, Siempre quiere al hombre guapo,
"No olvidés", me decía, "Fierro, Mas fijáte en la eleción;
Que el hombre no debe crer, Porque tiene el corazón
En lágrimas de mujer Como barriga de sapo".
Ni en la renguera del perro".
Y gangoso con la tranca,
"No te debés afligir Me solía decir, "potrillo,
Aunque el mundo se desplome: Recién te apunta el cormillo
Lo que más precisa el hombre, Mas te lo dice un toruno:
Tener, según yo discurro, No dejés que hombre ninguno
Es la memoria del burro Te gane el lao del cuchillo".
Que nunca olvida ande come".
"Las armas son necesarias
"Dejá que caliente el horno Pero naide sabe cuando;
El dueño del amasijo; Ansina, si andás pasiando,
Lo que es yo, nunca me aflijo Y de noche sobre todo,
Y a todito me hago el sordo: Debés llevarlo de modo
El cerdo vive tan gordo Que al salir, salga cortando".
Y se come hasta los hijos".
"Los que no saben guardar
"El zorro que ya es corrido Son pobres aunque trabajen;
Dende lejos la olfatea; Nunca, por más que se atajen,
No se apure quien desea Se librarán del cimbrón:
Hacer lo que le aproveche: Al que nace barrigón
La vaca que más rumea Es al ñudo que lo fajen".
Es la que da mejor leche".
"Donde los vientos me llevan
"El que gana su comida Allí estoy como en mi centro;
Bueno es que en silencio coma: Cuando una tristeza encuentro
Ansina, vos ni por broma Tomo un trago pa alegrarme:
Querrás llamar la atención: A mí me gusta mojarme
Nunca escapa el cimarrón Por ajuera y por adentro".
Si dispara por la loma".
"Vos sos pollo, y te convienen
"Yo voy donde me conviene Toditas estas razones;
Y jamás me descarrío; Mis consejos y leciones
Lleváte el ejemplo mío, No echés nunca en el olvido:
Y llenarás la barriga; En las riñas he aprendido
Aprendé de las hormigas: A no peliar sin puyones".
No van a un noque vacio".
Con estos consejos y otros, Porque es preciso alquirir-
Que yo en mi memoria encierro No se expongan a sufrir
Y que aquí no desentierro, Una triste situación-
Sangra mucho el corazón
Educándome seguía,
Del que tiene que pedir.
Hasta que al fin se dormía
Mesturao entre los perros  Debe trabajar el hombre
Para ganarse su pan;
XXXII Pues la miseria en su afán
De perseguir de mil modos-
Un padre que da consejos Llama en la puerta de todos
Más que padre es un amigo, Y entra en la del haragán.
Ansí como tal les digo
Que vivan con precaución-  A ningún hombre amenacen
Naides sabe en qué rincón Porque naides se acobarda-
Se oculta el que es su enemigo. Poco en conocerlo tarda
Quien amenaza imprudente-
 Yo nunca tuve otra escuela Que hay un peligro presente
Que una vida desgraciada- Y otro peligro que aguarda.
No extrañen si en la jugada
Alguna vez me equivoco-  Para vencer un peligro,
Pues ha de saber muy poco Salvar de cuelquier abismo,
Aquél que no aprendió nada. Por experiencia lo afirmo,
Más que el sable y que la lanza-
 Hay hombres que de su cencia Suele servir la confianza
Tienen la cabeza llena; Que el hombre tiene en sí mismo.
Hay sabios de todas  menas,
Mas digo sin ser muy ducho:  Nace el hombre con la astucia
Es mejor que aprender mucho Que ha de servirle de guía-
El aprender cosas buenas. Sin ella sucumbiría,
Pero sigún mi esperiencia-
 No aprovechan los trabajos Se vuelve en unos prudencia
Si no han de enseñarnos nada- Y en los otros picardía.
El hombre, de una mirada
Todo ha de verlo al momento-  Aprovecha la ocasión
El primer conocimiento El hombre que es diligente-
Es conocer cuándo enfada. Y téngalo  bien presente,
Si al compararla no yerro-
 Su esperanza no la cifren La ocasión es como el fierro
Nunca en corazón alguno- Se ha de machacar caliente.
En el mayor infortunio
Pongan su confianza en Dios-  Muchas cosas pierde el hombre
De los hombres, sólo en uno, Que a veces las vuelve a hallar-
Con gran precaución en dos- Pero les debo enseñar
Y es bueno que lo recuerden-
 Las faltas no tienen límites Si la vergüenza se pierde
Como tienen los terrenos- Jamás se vuelve a encontrar.
Se encuentran en los más buenos,
Y es justo que les prevenga;- Los hermanos sean unidos,
Aquél que defectos tenga, Porque ésa es la ley primera.
Disimule los ajenos-
Tengan unión verdadera
 Al que es amigo, jamás En cualquier tiempo que sea-
Lo dejen en la estacada, Porque si entre ellos pelean
Pero no le pidan nada Los devoran los de ajuera.
Ni lo aguarden todo de él-
Siempre el amigo más fiel  Respeten a los ancianos,
es una conducta honrada. El burlarlos no es hazaña-
Si andan entre gente estraña
 Ni el miedo ni la codicia
Es bueno que a uno le asalten- Deben ser muy precavidos-
Ansí no se sobresalten Pues por igual es tenido
por los bienes que perezcan, Quien con malos se acompaña.
Al rico nunca le ofrezcan
Y al pobre nunca le falten.  La cigüeña cuando es vieja
Pierde la vista, -y procurar
 Bien lo pasa hasta entre Pampas
Cuidarla en su edad madura
El que respeta a la gente-
El hombre ha de ser prudente Todas sus hijas pequeñas-
Para librarse de enojos- Apriendan de las cigüeñas
Cauteloso entre los flojos Este ejemplo de ternura.
Moderado entre valientes.
 Si les hacen una ofensa,
 El trabajar es la ley
Aunque la echen en olvido, Ni tiemplen el instrumento
Vivan siempre prevenidos; Por sólo el gusto de hablar-
Pues ciertamente sucede- Y acostúmbrense a cantar
Que hablará muy mal de ustedes En cosas de jundamento.
Aquel que los ha ofendido.
 Y les doy estos consejos
 El que obedeciendo vive Que me han costado alquirirlos,
Nunca tiene suerte blanda- Porque deseo dirijirlos,
Mas con su soberbia agranda Pero no alcanza mi cencia-
El rigor en que padece- Hasta darles la prudencia
Obedezca el que obedece Que precisan pa seguirlos.
Y será bueno el que manda.
 Estas cosas y otras muchas,
 Procuren de no perder Medité en mis soledades-
Ni el tiempo ni la vergüenza- Sepan que no hay falsedades
Como todo hombre que piensa Ni error en estos consejos-
Proceder siempre con juicio- Es de la boca del viejo
Y sepan que ningún vicio De ande salen las verdades.
Acaba donde comienza.

 Ave de pico encorvado Color local del romanticismo


Le tiene al robo afición- Martín Fierro
Pero el hombre de razón
No roba jamás un cobre- 1. Estructura y punto de vista narrativo en el
Pues no es vergüenza ser pobre “Martín Fierro”.
Y es vergüenza ser ladrón.
2. La métrica del poema.
 El hombre no mate al hombre
3. Contenido social del Martín Fierro.
Ni pelee por fantasía-
Tiene en la desgracia mía 4. Presencia del color local.
Un espejo en qué mirarse-
Saber el hombre guardarse
Es la gran sabiduría.

 La sangre que se redama


No se olvida hasta la muerte-
La impresión es de tal suerte,
Que a mi pesar no lo niego-
Cai como gotas de fuego
En el alma del que la vierte.

 Es siempre en toda ocasión


El trago el pior enemigo-
Con cariño se los digo,
Recuérdenlo con cuidado-
Aquél que ofende embriagado
Merece doble castigo-.

 Si se arma algún revolutis


Siempre han de ser los primeros-
No se muestren altaneros
Aunque la razón les sobre-
En la barba de los pobres
Aprienden pa ser barberos.

 Si entriegan su corazón


A alguna mujer querida,
No le hagan una partida
Que la ofienda a la mujer-
Siempre los ha de perder
Una mujer ofendida.

 Procuren si son cantores,


El cantar con sentimiento,

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