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ISSN 0327-9375

TRANSFORMACIONES DE UN ECOSISTEMA
PALUSTRE. LA GRAN CIÉNAGA DEL BERMEJO -
MENDOZA, SIGLOS XVIII Y XIX
TRANSFORMATION OF A MARSHY ECOSYSTEM. THE BIG SWAMP
OF BERMEJO, MENDOZA, XVIII AND XIX CENTURIES

MARÍA DEL R. PRIETO1, E. ABRAHAM2 Y P. DUSSEL1


1
Unidad de Historia Ambiental, IANIGLA-CRICYT
Calle A. Ruiz Leal s/n, Parque Gral. San Martín, Mendoza, Argentina
mrprieto@lab.cricyt.edu.ar
2
Laboratorio de Desertificación y Ordenamiento Ambiental, IADIZA- CRICYT

A la memoria de Roberto Gustavo Herrer,


un compañero irremplazable

RESUMEN Ha sido nuestro interés estudiar


El área que comprende actualmen- las causas naturales y antrópicas
te parte de los departamentos de que provocaron la transformación
Guaymallén, Lavalle y Maipú en la de este ecosistema. Para ello se ha
provincia de Mendoza, estuvo ocu- recurrido a documentos históricos,
pada hasta comienzos del siglo XX mapas antiguos, descripciones de
por un amplio sistema palustre y viajeros y científicos complemen-
lacustre. Este ecosistema ha sufri- tado con trabajos en el terreno en
do variaciones en su extensión y los relictos de la antigua zona pa-
volumen de agua a lo largo de va- lustre y análisis de fotografías aé-
rios siglos hasta su desecación en el reas e imágenes satelitales.
primer cuarto del siglo XX. A fines Se puede atribuir este fenómeno
del siglo XVIII y comienzos del al mal manejo del riego en las zo-
XIX la ciénaga comenzó a crecer nas más altas del oasis, las caracte-
desproporcionadamente hasta al- rísticas topográficas del terreno y
canzar enormes dimensiones, pro- los deficientes desagües, junto con
vocando la pérdida de tierras agrí- fenómenos de geotectónica y un
colas y campos de pastoreo.
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período de grandes precipitaciones The phenomenon can be
nivales en la cordillera que provo- attributed to the wrong watering
có el ascenso de las napas freáticas. management in the higher oasis
Palabras claves: historia zones, to the topographic
ambiental, recursos hídricos, characteristic of the terrain and the
paisaje de dehesa,variaciones deficient drainage, jointly with
climáticas geotectonic phenomena and a
period of large snow precipitation
Summary in the cordillera that caused the
The area that presently comprises ascent of the phreatic layers.
part of the departments of Key words: environmental
Guaymallen, Lavalle and Maipu in history, dehesa environment,
the province f Mendoza was hydric resources, climatic
occupied until the beginning of the variations
20th century by a large marshy and
lacustrine system. This system has
INTRODUCCÓN
undergone variations in its
extension and water volume along Debido a las condiciones especia-
several centuries until its les de su entorno físico y biótico la
desiccation in the first quarter of the provincia de Mendoza, Argentina,
20th century. By the turn of the 18th ha sufrido intensos procesos de
century and beginning of the 19th the deterioro ambiental a través de su
marsh started a disproportionate historia. La escasez de lluvias (200
growth reaching enormous mm anuales) condujo a la adopción
dimensions, thus provoking the loss de una agricultura basada en el uso
of farming land and pasture fields. intensivo del agua de sus ríos. Sin
Our interest has been the study embargo, su manejo inadecuado a
of the natural and anthropic causes lo largo de los siglos ha ocasiona-
that occasioned the transformation do pérdida de tierras agrícolas y
of this ecosystem. For this, we have campos de pastoreo como conse-
resorted to historical documents, cuencia tanto de la salinización, la
ancient maps, descriptions by revenición y la alcalinización de
voyageurs and scientists, los suelos como del derroche en el
complemented by field work in the uso del agua tanto superficial como
relicts of the old marsh zone plus subterránea.
the analysis of aerial photographs Las zonas regadas de la pro-
and satellite images. vincia se dividen prácticamente
en dos grandes oasis de cultivo
148 María del R. Prieto, E. Abraham y P. Dussel
donde se concentra la mayoría de Dentro del oasis del Río
la población. El oasis norte se Mendoza, la zona situada al orien-
alimenta por los ríos Tunuyán y te de la ciudad fue definida desde
Mendoza, cuyas aguas, al alcan- su fundación como un ambiente
zar el llano, en parte son conduci- pantanoso caracterizado como una
das superficialmente con fines de superficie levemente deprimida,
riego y provisión de agua para el “una hoya insalubre” poco apta para
sector urbano industrial, mien- el asentamiento (Videla,1962).
tras que una porción importante A pesar de que los españoles
se infiltra en el suelo. no mencionan específicamente
Las aguas del río Mendoza, el este ambiente en sus primeras des-
más septentrional, fueron aprove- cripciones sobre Mendoza, pode-
chadas para la irrigación desde la mos ratificar su existencia desde
época prehispánica. Los habitan- tiempos geológicos dado que la
tes originarios construían simples configuración general del relieve
acequias a partir de un caudaloso en la zona norte de Mendoza, de
brazo que se desprendía del curso SO a NE, hace que tanto las aguas
principal no bien salía del área superficiales como las subterrá-
montañosa, bautizado por los es- neas necesariamente confluyan
pañoles “río de la Ciudad”, más hacia ese punto.
tarde “el Zanjón” y llamado en la Es posible que la escasez de
actualidad “Cacique Guaymallén”. referencias sobre el área palustre a
Este curso secundario recorría 35 mediados del siglo XVI se deba a
km hacia el norte, atravesaba el que al llegar los conquistadores,
asentamiento indígena del Valle ésta estaba pasando por un período
de Huentata y se perdía algunos de retracción de su superficie debi-
kilómetros más adelante en un do a causas climáticas, por lo que
área pantanosa. sólo ocupaba las zonas más bajas
En ese mismo valle fundaron de la cuenca.
los españoles la ciudad de Sin embargo, las particulares
Mendoza en 1561. Sobre la base de características de ese entorno, una
la precaria infraestructura existen- depresión ligeramente ondulada,
te los conquistadores desarrollaron con afloramientos de agua en algu-
una red de riego constituida por nos sitios, formando lagunas y ce-
canales y acequias derivadas igual- nagales y con una vegetación
mente del río de la Ciudad. propia de ambientes palustres,

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motivaron que los españoles la parte cubierta por chacras, viñedos
establecieran como la dehesa del y, hacia el oriente, por algunas es-
nuevo núcleo urbano (Prieto y tancias; pero aún existían áreas
Wuilloud, 1986). En el año 1610, comunes que cumplían la misma
el diccionario de Cobarrubias función que en siglos anteriores.
(1994) definía este término como A mediados del siglo XVIII el
un “campo de hierva donde se apa- área palustre comenzó un paulati-
cienta el ganado...”, pero aclara no pero constante avance sobre el
que también son “tierras bajas, lle- espacio agrícola, dando comienzo
nas de hierbas por la cual se camina a procesos ambientales que persis-
mal por la humedad del suelo y ten hasta nuestros días. Es recién
espesura de la hierba, que no deja en ese momento cuando aparece
camino ni sendero, cerrándolo todo mencionada como ciénaga del Ber-
...” Esto está indicando que dehe- mejo o del este de Mendoza.
sa, además de ser un concepto fun-
cional, implicaba un paisaje defi- Este fenómeno fue percibido
nido, cercano a un ecosistema por naturalistas, científicos y via-
palustre. jeros a lo largo del siglo XIX,
quienes registraron la presencia
Trece años después de la funda- del humedal y sus grandes dimen-
ción de la ciudad, el Cabildo co- siones, describiéndolo como un
menzó a repartir las fértiles tierras extenso territorio cubierto por una
de la dehesa. Entre 1574 y 1578 inmensa ciénaga salpicada de
entregó en merced chacras y es- isletas y albardones y surcada por
tancias a los vecinos más influyen- ramblones, con algunos llanos al-
tes (Prieto y Wuilloud, 1986). Las tos donde abundaban los pastos,
chacras se concedieron en las tie- propicios para la crianza de gana-
rras contiguas a la ciudad, más al- do mayor.
tas y secas. Las situadas hacia el
este, en la zona más deprimida y Debido al clamor vecinal, du-
húmeda, fueron ocupadas por es- rante todo ese siglo, pero especial-
tancias de ganado. mente a partir de 1850, el Estado
se puso al frente de las tareas de
Durante casi dos siglos este desecación del área, impulsando
ecosistema se mantuvo aproxima- la construcción de canales y zan-
damente con las mismas dimensio- jas de drenaje. El objetivo fue pri-
nes conocidas por los conquistado- meramente despejar el antiguo
res del siglo XVI, aunque había camino a Buenos Aires cubierto
avanzado la superficie ocupada por en largos tramos por las aguas
cultivos. El área estaba en gran
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estancadas y en segundo lugar por MATERIAL Y MÉTODO
la necesidad de ofrecer tierras de
Para reconstruir el proceso de in-
labor a los inmigrantes que co-
cremento de estas ciénagas, se
menzaron a llegar a la provincia a
recurrió la metodología de la His-
partir de 1870. Los mismos, re-
toria Ambiental en lo que respecta
cién llegados, especialmente fran-
al rescate, estudio e interpretación
ceses y mallorquines, contribuye-
de documentos históricos, mapas
ron con las técnicas traídas de sus
antiguos, descripciones de viajeros
lugares de origen a las tareas de
y científicos, lo que se comple-
desecamiento (Jofre, 1997). Si bien
mentó con trabajos de relevamiento
hacia 1930 las obras más urgentes
directo en el terreno y el análisis de
estaban concluidas, las áreas más
fotografías aéreas e imágenes
deprimidas, como La Primavera o
satelitales.
Kilómetro 8, requerían aún del
drenaje constante del agua que Área de estudio
brota espontáneamente durante el
El área palustre se localizaba en la
invierno, mediante acequias o
planicie aluvial de transición, entre
“sangrías” que mantenían más o
el cono de Maipú y la llanura fluvio-
menos aptas las tierras de cultivo.
aluvional-eólica, que se extiende
El objetivo de este trabajo fue al oriente de la cordillera andina
indagar en los procesos naturales y (Regairaz y Barrera, 1975); com-
antrópicos que causaron el gran au- prendía parcialmente los actuales
mento de la extensión de este hume- departamentos de Guaymallén,
dal, hecho que condujo a la inha- Maipú y Lavalle (Figura 1). Por
bilitación por más de cien años de sus características edáficas corres-
esta zona agrícola, una de las más ponde, casi en su totalidad, a una de
importantes de Mendoza. Asimis- las zonas hortícolas más importan-
mo contribuir a la comprensión de tes de la provincia, aunque los dis-
los procesos actuales de degrada- tritos más cercanos al conglomera-
ción del área que manifiestan una do urbano están actualmente
profunda incidencia en los aspectos ocupados por barrios populares,
socioeconómicos y productivos. como Lihué, Don Bosco y
Gomensoro.

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Figura 1. Área de estudio. Se observa el Zanjón o Río de la Ciudad, el Desagüe y el Arroyo Lagunita. Al
oriente de la Ciudad de Mendoza entre el Zanjón y el río Mendoza se extendía la Gran Ciénaga
del Bermejo (en gris)
Figure 1. Study area. It can see the River of the City, the drainage channel and the Lagunita stream. At the
East of the city there was the Great Bermejo Swamp (grey shadow)

RESULTADOS izquierda. Un poco más adelante


cambiaba su dirección al noreste. El
Las referencias históricas indican
arroyo Lagunita se unía al Zanjón
que en su fase de expansión máxima
en la zona de Saucesito, para des-
el humedal formaba una especie de
embocar ya unidos en el arroyo
triángulo cuyo vértice oeste se loca-
Tulumaya. El costado meridional
lizaba en la Capilla de Nieva, a 2 km
estaba constituido por el “Camino
de la ciudad. El borde norte de este
Real de Carretas” (actual Carril
triángulo estaba representado por el
Godoy Cruz) borde apenas
arroyo Lagunita que surgía de la
sobreelevado a partir del cual co-
laguna del mismo nombre. Al oriente
menzaba el ascenso del terreno ha-
de este cauce corría el Río de la
cia el suroeste. El límite oriental
Ciudad o Zanjón que, partiendo del
estaba conformado por el río
río Mendoza con dirección SO-NE,
Mendoza en su rumbo septentrional
tomaba un rumbo sur-norte hasta
hacia las Lagunas de Guanacache.
llegar a la ciudad localizada a su
152 María del R. Prieto, E. Abraham y P. Dussel
Los materiales que conforman Se puede todavía apreciar relictos
su suelo son heterogéneos y tienen de los antiguos bañados-arroyuelos
orígenes múltiples. Los sedimen- como Lagunita y El Sauce, pequeñas
tos depositados presentan un alto lagunas como el Viborón, de Soria y
porcentaje de sales lo que repercu- de Los Álamos y numerosos manan-
te en el tipo de agricultura que se tiales en Borbollón, Lagunita,
desarrolla en la zona. En algunas Corralitos y Fray Luis Beltrán, que
localidades (El Sauce, Colonia han quedado como testigos. Es de
Segovia) se encuentran capas im- destacar el Arroyo Tulumaya que,
permeables con concreciones junto con el arroyo Leyes y otros
calcáreas que impiden la infiltra- cauces menores, funcionaba como
ción del agua. drenaje natural de la inmensa área de
La proximidad a la superficie de ciénagas uniéndose con las lagunas y
la napa freática, formada general- bañados de Guanacache, localizadas
mente sobre los estratos impermea- más al norte.
bles ya mencionados, influye para
que el agua permanezca estancada. EL PROBLEMA: “LA CIÉNAGA QUE VA
El horizonte impermeable provoca ESTERILIZANDO LAS HACIENDAS Y
además la retención de las aguas CAMPOS DE SUS ORILLAS”
provenientes de las lluvias y de las
En los últimos años del siglo
crecientes que descienden desde
XVIII se levantó una especie de
las partes más altas de la cuenca.
clamor colectivo reflejado reitera-
En los perfiles edáficos suelen damente en los documentos de la
aparecer restos orgánicos de la flo- época. La ciénaga, lugar de pastos
ra constituyente de antiguas ciéna- comunales y de extracción de di-
gas, en las que se habría renovado versos recursos para los vecinos de
permanente o esporádicamente el la ciudad, se había expandido
agua, creando condiciones para la significativamente y su crecimien-
formación de turba (Romanella to continuaba. Una regular canti-
1957). Las descripciones de la ve- dad de terrenos situados a sus bor-
getación de los siglos XVIII y XIX des habían sido invadidos por el
confirman el ambiente palustre, con agua y el lodo, situación que traía
predominio de totora (Typha graves consecuencias a la econo-
dominguensis), juncos (Scirpus mía del área.
californicus, Juncus balticus,
Respecto a esto Isidro Sainz de la
Juncus acutus), carrizo Maza solicitaba al Cabildo que to-
(Phragmites australis) y cortadera mara medidas para controlar el avan-
(Cortaderia rudiuscula). ce de las ciénagas dado que “...con el
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transcurso del tiempo... se va propa- a esta ciudad comiendo sus princi-
gando la ciénega de tal modo que en pales haciendas, exigiendo de este
el día se hallan perdidas y abandona- cabildo el remedio...» (Archivo
das por sus dueños muchas de estas Histórico de Mendoza, 1799).
haciendas y terrenos inhabilitando De acuerdo con estos datos, po-
otras de día en día...» (Archivo His- demos ubicar con seguridad el últi-
tórico de Mendoza, 1799a). mo cuarto del siglo XVIII como el
Los inventarios testamentarios momento en el que los pobladores
son un fiel reflejo de lo que estaba de Mendoza comienzan a percibir
ocurriendo. Para comprobar el gra- en su real magnitud la expansión
do de avance del área palustre so- del área palustre en el área estudia-
bre las propiedades se revisaron los da, aunque su inicio efectivo se
testamentos de los vecinos que po- remonta a algunas décadas antes de
seían terrenos en la antigua dehesa. esa fecha.
Se pudo comprobar que alrededor Esta situación continuó a lo lar-
de 1797 se comenzó a mencionar go del siglo XIX, con consecuen-
en las tasaciones de tierras de los cias no solamente económicas. A
inventarios los perjuicios que ha- medida que avanzaba el siglo la
bía traído el avance de la ciénaga inquietud no sólo era por la pérdida
sobre las tierras de labor. Es el caso de terrenos y haciendas sino que la
de José Gudiño que señalaba entre cuestión de salubridad comenzó a
otros bienes “...un Potrero que se preocupar a las autoridades, que
sigue al Norte cercado de monte propusieron una serie de medidas
que tiene de naciente a poniente para solucionar el problema.
quatrocientas cincuenta y nueve
varas, y de Sur a Norte trescientas Tomás Godoy Cruz, síndico pro-
onze... que a razón de 16 p quadra, curador de esta ciudad al Cabildo de
con consideración al peligro de la Mendoza, afirmaba en el año 1815
Sienaga, monta 96.5 y _” (Archivo que: “...no pudiendo ver con indife-
Histórico de Mendoza, 1783). rencia los progresos que diariamente
causa la Ciénaga sobre este pueblo,
Las Actas Capitulares también tragándose muchas leguas... la Cié-
se hicieron eco de la situación a naga tiene ocupadas más de ocho
partir de 1799, cuando los procura- leguas de los mejores terrenos de
dores comienzan a solicitar soco- Mendoza por su calidad y locación y
rro y medidas tendientes a solucio- los progresos que diaria y visiblemen-
nar el problema: «...haciendo te hace sobre las fincas contiguas son
presente la grande ruina de la cié- un pronóstico de que en muy pocos
naga que a gran prisa va poniendo
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años tendrá por límites a las barrancas LAS DIMENSIONES DE LAS
del Zanjón que lame hoy los cimien- CIÉNAGAS DURANTE EL SIGLO XIX
tos de la Sala Capitular. Por otra parte
Una de las primeras referencias
es incalculable la acción pestífera de
gráficas sobre las ciénagas puede
este mediterráneo sobre la atmósfera
ser consultada en un mapa de
y consiguiente sobre los habitantes.
1802 (Figura 2). Según los datos de
Las aguas detenidas en los pozos de la
este plano hemos podido calcular
tierra excitan la fermentación de ésta.
que la superficie del oasis ocupada
A ella se sigue la corrupción de los
por cultivos era alrededor de 9000
vegetales que mezclados con las de-
ha y las áreas cenagosas para esa
más materias forman una masa de
fecha posiblemente duplicaban esa
putrefacción cuyo hálito comunica a
superficie (Prieto & Wuilloud,
la atmósfera los gases mortíferos mien-
1986). Este mismo mapa advierte
tras que las sales que continuamente
sobre la presencia de “Ciénagas
se aglomeran conducidas por las aguas
que como las de enfrente ha esteri-
filtrantes substraen de ellas una parte
lizado las tierras de sus orillas y
muy considerable de el oxígeno prin-
perdido las haciendas...” (Archivo
cipio activo de la vitalidad...” (Archi-
General de la Nación, 1802).
vo Histórico de Mendoza, 1815).

Figura 2. Mapa simplificado del Plano Topográfico de Mendoza del año 1802 (A. G.N., IX-45-6-7).
Están señalados la “Toma de la Ciudad”, el “Zanjón”, el desagüe nuevo y los más importan-
tes canales, ciénagas y cultivos
Figure 2. Topographic simplified map of Mendoza in 1802 (A. G.N., IX-45-6-7). In it are marked: the
Toma de la Ciudad (city water catchments), the new main stream, the more relevant channels,
swamps and crops

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Diversosautores a lo largo del configuración general del relieve
siglo XIX se han referido a las en la zona norte de Mendoza. Cla-
grandes dimensiones de este ramente diferenciado de oeste a
ecosistema. Godoy Cruz le atribuía este, el paisaje a esta latitud se
más de ocho leguas (aproximada- integra por una serie de relieves
mente 40 km) de este a oeste (Ar- positivos: las montañas y serranías
chivo Histórico de Mendoza, 1815). al oeste y las planicies, llanuras y
Aunque no existen cuantificaciones depresiones del área central y orien-
precisas al respecto, merece la pena tal. La pendiente general del terre-
citar las cifras sobre la superficie no, con orientación suroeste-no-
cultivada e inculta que ofrece el reste, hace confluir naturalmente
Censo Nacional de 1864 para el el drenaje hacia esa área, que se
departamento de Guaymallén, don- manifiesta como una cuenca
de las ciénagas tenían mayor rele- endorreica receptora tanto de las
vancia. Los terrenos incultos “ce- aguas superficiales como subterrá-
nagosos en su mayor parte” neas (Abraham, 2000) (Figura 3).
ocupaban 17.500 cuadras cuadra- Romanella (1957) señala que la
das (Archivo Histórico de hoya posee una escasa inclinación,
Mendoza, 1864). interrumpida con frecuencia por
las irregularidades del terreno, lo
LAS CAUSAS DE LA EXPANSIÓN DE que impide el desagüe de estos
LAS CIÉNAGAS
campos y provoca el estancamien-
to de las aguas de diverso origen
Mediante un exhaustivo análi- que en ellos confluyen. Como la
sis se ha podido determinar que en napa freática se encuentra cercana
el origen de la expansión de las a la superficie, en años de elevada
ciénagas confluyeron causas natu- fusión nival se eleva, saturando el
rales y antrópicas, aunque se le ha suelo. Este proceso es uno de los
atribuido distinto peso a cada una indicadores relevantes en la actua-
de ellas. lidad de la existencia del antiguo
ecosistema del humedal y lo que
CAUSAS NATURALES motiva el permanente trabajo de
drenaje en el área.
La configuración del relieve en
la zona norte de Mendoza.
Entre las causas naturales deter-
minantes de la misma existencia
del área palustre se encuentra la

156 María del R. Prieto, E. Abraham y P. Dussel


Figura 3. Imagen 3D del área de estudio (Landsat 7 del 05.12.2000). Se ha marcado la ciénaga en su
extensión máxima
Figure 3 . Image 3D of the study area (Landsat 7 - 05.12.2000). It has been indicated the swamp in its
maximum extension

EL DETONANTE: EL FIN DE LA restringieron la fusión de la nieve.


PEQUEÑA EDAD GLACIAR Y LOS Como consecuencia disminuyó la
GRANDES CAUDALES DEL RÍO escorrentía de los ríos cordilleranos.
MENDOZA Este avance de los hielos llama-
La sensibilidad del ecosistema do Pequeña Edad Glaciar en el
palustre a las variaciones de las Hemisferio Norte, ha sido consta-
precipitaciones, tanto cordilleranas tado para el norte de Patagonia
como de la planicie, influyó para (Villalba, 1994). La serie climática,
que ascendiera o bajara el nivel de basada en el ancho de anillos de
las aguas en la depresión de acuer- árboles, muestra diversos episo-
do al aumento o disminución de la dios de altas y bajas temperaturas.
nieve y de la lluvia, dilatando o Entre éstos interesa destacar el lar-
retrayendo la superficie pantanosa, go intervalo frío ocurrido entre
tal como sucede en la actualidad. 1520-1660, cuando la temperatura
media descendió 0,26°C de pro-
Cuando llegaron los españoles a medio respecto al intervalo cálido
América, el clima estaba atrave- anterior (1080-1250). Espizúa
sando por un episodio frío de ca- (2003) confirma este hecho en la
rácter global, que provocó un avan- alta cuenca del Río Grande, al sur
ce moderado de los glaciares en de Mendoza, donde detectó un
América del Sur. En los Andes avance glacial, que atribuye a la
Centrales de Argentina y Chile este Pequeña edad glaciar, que culmina
fenómeno se caracterizó por tem- cada 400 años AP, es decir alrede-
peraturas estivales más bajas que dor de 1660.

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La disminución del caudal esti- cordilleranos. Este episodio ha sido
val del río Mendoza (Prieto et al., constatado a través de la cantidad
1999) en este lapso sería la explica- de años con grandes crecidas del
ción de por qué al fundar Mendoza, Río Mendoza ocurridas por déca-
los conquistadores no hayan en- da, que alcanzaron su máximo nú-
contrado elevados niveles de agua mero entre 1721 y 1730 (seis even-
en el área cenagosa del oriente, ni tos), con importantes repuntes en
hayan consignado alta frecuencia las décadas 1761/70 (cuatro even-
de crecidas o altos caudales en los tos) y 1781/90 (cinco eventos), para
primeros tiempos de la conquista. disminuir en 1801/1810 con dos
Esta situación se mantuvo mien- eventos (Figura 4) (Prieto et al.,
tras duró ese ciclo frío (Prieto & 1999). Las crecidas extraordinarias,
Chiavazza, 2005). ausentes en los siglos XVI y XVII,
A partir de la década de 1671/80 recién aparecen registradas a partir
comenzaron paulatinamente a au- de mediados del siglo XVIII,
mentar las temperaturas estivales coincidentemente con el cada vez
en la cordillera y en consecuencia mayor incremento de la temperatu-
se produjo un acrecentamiento gra- ra estival en la cordillera.
dual del caudal de los ríos

Figura 4. Serie de frecuencia decádica de ocurrencia de grandes crecidas del Río Mendoza, Argentina, para
el período 1601-1960 construida mediante documentación histórica (según Prieto et al., 1999)
Figure 4. Series of frequency by decade of water runoff increases in the Mendoza river, constructed
through historical documents, period 1601-1690 (according to Prieto et al., 1999)

158 María del R. Prieto, E. Abraham y P. Dussel


Los habitantes de la ciudad tam- Causas antrópicas
bién percibían el aumento de cau-
dal, como lo confirma el siguiente LAS OBRAS DESTINADAS A CON-
testimonio: “...poco a poco se ha TENER LAS GRANDES CRECIDAS E
ido aumentando el río, ha llegado INUNDACIONES
el caso de que en estaciones del
año no basta atajar todo el río... Al no existir obras de regulación
se ve todos lo años repetidos y en el sitio donde el Río de la Ciudad
excesivos daños... porque siendo se desprendía del cauce principal
como imposible atajar en los ve- (río Mendoza) y emprendía su cur-
ranos un río de tanto caudal y rápi- so hacia el norte, los habitantes del
das... burlándose el agua de los núcleo urbano dependían del com-
parapetos y murallas... se llevan portamiento caprichoso del río para
todo por delante, quedando la ciu- disponer del agua necesaria para su
dad en seco...” (Archivo Histórico subsistencia. Este mismo hecho pro-
de Mendoza, 1805). vocaba o evitaba que ese canal inun-
dara la ciudad construida a sus ori-
Si recordamos que la preocupa- llas. Se ha señalado que las crecidas
ción por el avance de la superficie e inundaciones comenzaron a aso-
pantanosa aparece, según los docu- lar la ciudad de Mendoza a partir de
mentos, en los últimos años del 1661/70, pero es a comienzos del
siglo XVIII, la década de 1790 se siglo XVIII (1720/30) cuando su
manifiesta como la culminación de cantidad e intensidad comienza a
un proceso que habría empezado aumentar, temiéndose ya entonces
en coincidencia con una mayor fre- la desaparición de edificios y culti-
cuencia de años con altos caudales vos situados en la cercanía del cau-
a partir de 1720, por la acumula- ce. En un Acta de Cabildo de 1723
ción del agua superficial y el incre- sus miembros se lamentaban “ ...res-
mento de las napas subterráneas pecto de la invasión que esta ciudad
que naturalmente fluían hacia esa padeció el día diecinueve del co-
área. Durante esos años de finales rriente (febrero) con la avenida de
del XVIII y comienzos del XIX que ha resultado tantas hostilidades
sobrevinieron además nevadas muy en templos y casas de sus morado-
abundantes en la cordillera en los res... ”(Archivo Histórico de
años 1790, 1792, 1794 y en espe- Mendoza, 1723).
cial en 1798, 1801 y 1803 que con-
tribuyeron al aumento del caudal No se conoce con exactitud el
de los ríos y del agua del subsuelo primitivo trazado del río de la ciu-
(Prieto et al., 1999). dad al llegar al casco urbano, pero

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hasta 1715 seguramente tuvo un tre las diversas medidas sugeridas,
recorrido diferente al actual, unos en 1760 se propuso la construcción
pocos cientos de metros más hacia de un tajamar de “calicanto” que
el oriente, lo que evitaba daños derivara parte del agua del Zanjón
mayores al casco urbano. De acuer- hacia el oriente, para disminuir el
do a un acta del Cabildo posterior a caudal que se dirigía hacia la ciu-
esa fecha, el vecino Jacinto Videla dad puesto que en 1757 se había
habría sido el responsable de que formado “una formidable zanja”
su trazado se acercara más a los de “más de media cuadra de ancho
edificios capitulares, «...mandó y más de siete varas de hondo” que
quitar el Zanjón y acequia antigua al pasar a una cuadra de la plaza
por donde de tiempo inmemorial hacía peligrar el Cabildo y las casas
solía correr el agua sin perjudicar a cercanas, impidiendo además el li-
nadie en sus huertas y casas y bre paso hacia los caminos destina-
habiendo quitado esta agua mandó dos al tráfico comunal (Acevedo,
abrir otra que es por donde al 1970).
presente corre a espaldas de las Luego de más de veinte años de
casas del cabildo...” (Archivo His- deliberaciones, en 1787 se acordó
tórico de Mendoza, 1721). La ma- “la ejecución de las obras de abrir
niobra de Videla habría sido el ori- nuevo desagüe que reciba las cre-
gen de los desastres originados por cientes del río” (Archivo Histórico
el río de la Ciudad, puesto que unos de Mendoza, 1788). La nueva toma,
años más tarde, en 1757 ese mismo luego de recorrer pocos cientos de
zanjón tomó dimensiones conside- metros, se unía a una antigua ace-
rables como consecuencia del efec- quia, dirigiéndose debido a la co-
to erosivo de las crecientes extraor- nocida inclinación SO a NE del
dinarias del río de la ciudad en ese terreno, directamente a la zona pa-
año (Archivo Histórico de lustre. Como se puede observar en
Mendoza, 1760). las Figuras 2 y 3, este desagüe
Esta proliferación de inundacio- comenzaba en el actual departa-
nes y crecidas que afectaban el mento de Godoy Cruz a unos cua-
núcleo urbano y las chacras situa- tro kilómetros al sur de la ciudad y
das al oriente, condujeron a algu- finalizaba en Rodeo de la Cruz, en
nos intentos, la mayoría infructuo- el corazón de la Ciénaga.
sos, de regular el suministro hídrico “Mandó SS se propusiese... cuál
con construcciones que excedieran de las obras convenientes para ata-
los sencillos diques de tierra y ra- jar los perjuicios del Zanjón de las
mas utilizados hasta entonces. En- crecientes del río y de las avenidas
160 María del R. Prieto, E. Abraham y P. Dussel
de las sierras fuese más urgente... el incremento del agua subterránea
después de oír los dictámenes... y y de las vertientes en el área, junto
reconocidos en el dar preferencia con el proceso de saturación del
al desagüe del río por la parte del suelo impulsaron el crecimiento
naciente al paraje llamado común- cada vez mayor del área palustre.
mente el Desagüe Viejo, para diri-
girlo a la Ciénaga con el correspon- LA INCORPORACIÓN DE NUEVAS
diente cauce que precave la TIERRAS DE CULTIVO
creciente en el Zanjón de la Ciu-
dad” (Archivo Histórico de Hacia fines del siglo XVIII el
Mendoza, 1787). aumento demográfico y la expan-
sión natural del oasis dio lugar a un
La obra se finalizó alrededor de incremento de la superficie cultivada
1789, pues para abril de 1790 se y a mayores requerimientos de agua.
afirmaba que el daño que causaban La carne con la que se abastecía la
las crecientes “...se había visto en población de Mendoza provenía fun-
este presente año... evitado por el damentalmente de las estancias si-
desvío que ésta tiene en el cauce tuadas 50 o 60 km al sur de la ciudad,
del desagüe ...” (Archivo Histórico donde se practicaba una ganadería
de Mendoza, 1790). extensiva, complementada con ga-
Del desagüe se desprendían va- nado de la mesopotamia. Para que el
rias antiguas acequias que corrían ganado se repusiera del largo camino
con dirección sur-norte, que luego desde las pampas y soportara el duro
de irrigar las propiedades por don- clima cordillerano, era invernado en
de pasaban finalizaba su recorrido Mendoza en extensos alfalfares (Prie-
también en la ciénaga contribu- to y Abraham, 1993-1994).
yendo a aumentar las dimensiones Cuál es la relación de lo que
del área palustre. Las Acequias de acabamos de analizar con el au-
Guaymallén, de Gómez, de mento de la superficie de la ciéna-
Figueredo y del Pedregal eran las ga? Estos alfalfares se instalaron
más relevantes (Figura 3). en los terrenos desocupados o me-
En poco tiempo, la porción del nos ocupados situados al sur de la
gran caudal del río de la Ciudad ciudad, que a su vez estaban ubica-
desviado hacia la ciénaga a través dos a mayor altura que los del nor-
del desagüe, la infiltración de las te. Esto provocó, que al ser la alfal-
aguas del Zanjón, el aporte hídrico fa uno de los cultivos con mayor
de este cauce al área palustre en su requerimiento hídrico, se procediera
zona de unión con el Tulumaya y a la derivación de mayores volúme-

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nes de agua desde el Zanjón hacia los climáticas (temperatura y humedad)
nuevos potreros sembrados. Este uso en la Cordillera de los Andes, con
indiscriminado contribuyó también sucesivos episodios de caudales
al crecimiento del humedal. La téc- excepcionales de los ríos de monta-
nica de riego a manto utilizada pro- ña. Sin embargo, consideramos que
ducía enormes sobrantes de agua que la causa directa de la expansión tuvo
necesariamente fluían hacia el no- que ver fundamentalmente con un
reste del área, facilitada por las ya mal uso de los recursos hídricos. De
mencionadas características haberse administrado mejor el riego
topográficas del terreno y los defec- y las obras de conducción del agua
tuosos desagües (Archivo Histórico se habría evitado por lo menos par-
de Mendoza, 1801). Un mapa del cialmente el avance del humedal y
año 1789 confirma este aserto, mos- la inhabilitación de las tierras de
trando además la percepción que la cultivo. La rica documentación que
población tenía del problema. Se di- se obtuvo en los archivos da cuenta
buja la ciénaga, quizás algo exagera- de la importancia que revistió en su
da, señalando que se trataba de la momento esta temática y que al
“ciénaga de los desagües de mismo tiempo permitió reconstruir
Mendoza”, es decir la ciénaga origi- detalladamente el proceso.
nada por los sobrantes de agua de los
cultivos (Verdaguer, 1932). BIBLIOGRAFÍA
ABRAHAM, E., 2000. Geomorfología
ALGUNAS REFLEXIONES FINALES de la Provincia de Mendoza. En:
Hemos podido comprobar que Abraham, E. y F.M. Martínez
los fenómenos de deterioro am- (eds), Argentina. Recursos y
biental no son monocausales. Por Problemas Ambientales de las
lo general responden tanto en el Zonas Áridas, Primera parte vol.
I: Caracterización Ambiental.
presente como en el pasado a múl-
Cooperación Técnica Argentino-
tiples orígenes.
Alemana, Instituto de Desarrollo
En el caso de la Ciénaga del Regional de Granada, Instituto
Bermejo hemos detectado dos ele- Argentino Investigación de las
mentos básicos que favorecieron el Zonas Áridas, Buenos Aires,
incremento del área palustre: uno, págs. 15-23.
ligado a factores morfoestructurales ACEVEDO, E., 1970. Sobre el
y tectónicos, donde se destaca la problema del riego en Mendoza.
Revista de la Junta de Estudios
configuración general del relieve en
Históricos de Mendoza, 2º
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relacionado con las variaciones
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