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INTRODUCCIÓN
La lactancia materna es una experiencia subjetiva por la cual atraviesan muchas mujeres. A los/as profesionales de
la salud les tocará acompañar, aconsejar y, en algunas ocasiones, intervenir más activamente sobre esa experiencia
vital, durante toda su carrera, con mayor o menor frecuencia según la especialidad elegida.
La realización de una residencia constituye una oportunidad única para los/as profesionales de la salud que la
transitan. Las mismas constituyen “(…) sistema de formación intensiva en servicio, que permite orientar,
desarrollar y perfeccionar la formación integral del profesional para el desempeño responsable y eficiente de una
de las ramas de las ciencias de la salud, con un alto nivel científico-técnico (…) ¨. Las residencias debieran ser
oportunidades de realizar un ejercicio crítico y constructivo de la profesión. La apertura hacia la comunidad es una
perspectiva que siempre debe estar presente. El trabajo en áreas cerradas o instituciones de mucha complejidad
puede hacernos perder el foco.
En materia de lactancia, el eje habrá de situarse siempre en cada binomio. Por ello, el presente artículo describe las
diferentes intervenciones en los distintos espacios con el foco puesto en las necesidades del binomio y la familia y
considerando que siempre que cada bebé y su familia provienen de un entorno y a dicho entorno habrán de regresar
una vez que obtengan el alta hospitalaria.
Su riqueza surge de las subjetividades de las madres que ponen sobre la escena sus diferentes problemáticas,
adecuando nuestras intervenciones a sus reales necesidades. Se realiza una breve introducción teórica y se
estructura el contenido en función de las dudas y problemáticas más frecuentes.
UN POQUITO DE HISTORIA
En los primeros meses de la vida extrauterina la lactancia materna cubre las necesidades tanto nutricionales como
psicoafectivas del/la bebé, además de ofrecer defensas contra enfermedades. Es un derecho del niño o niña, y
también un tiempo de aprendizaje compartido, durante el cual tanto la madre como el/la recién nacido/a reconocen
y decodifican los mensajes que expresan los distintos sentimientos y necesidades (hambre, saciedad, fatiga, juego).
Este proceso gradual y continuo fortalece la sensación de seguridad y protección del/la niño/a y, al mismo tiempo,
reafirma en la madre y en la familia su competencia para la crianza, lo cual mejora su autoestima y le permite
obtener reconocimiento social.
No siempre ha sido así. En épocas no tan lejanas, la lactancia era considerada una práctica que generaba un gran
desgaste. Allí es cuando aparecen las estrellas en la historia de la lactancia materna: las nodrizas o amas de leche.
Lo que hoy parece insensato y desapegado (delegar un acto de amor tan maravilloso a otra mujer), era una
costumbre muy común. .
Las nodrizas eran mujeres, madres, que empujadas por su pobreza eran contratadas por familias pudientes para
amamantar hijos/as ajenos/as por dinero. Esto generaba abusos, tal es así que en 1609 Felipe III dictó una ley en la
que impedía que una madre de poblaciones Indígenas del Paraná y Río de La Plata dejara su población para
amamantar hijos/as de españoles, si tenía su hijo/a vivo/a. Se acusó a las nodrizas indígenas de “los cólicos del
lactante” y se decía que éstos se producían por “los alimentos difíciles de digerir y la leche gruesa que ellas
ingerían”. Se les exigía a las nodrizas que se privaran de todo alimento salado, picante o de gusto muy vivo y
además debían beber una tizana hecha con raíz de malvavisco, arroz, cebada y avena.
A finales del siglo XIX comenzaron a aparecer en el país libros sobre el embarazo, el parto, la lactancia y los
cuidados del/la recién nacido/a, que advertían sobre las bondades del amamantamiento y describían las
características que debía tener una buena nodriza, debían ser mujeres fuertes con ‘mejillas rozagantes y algunos
kilitos de más’. También la procedencia importaba en algunos lugares, donde las negras, las mulatas o las italianas
cotizaban en alza. En cuanto al estado civil, se decía que si bien las madres casadas tenían una vida más ordenada y
“tranquilidad de espíritu” se preferían las madres solteras ya que sobre ellas se podía ejercer un mayor control y no
tenían que responder a exigencias de sus maridos.
Los tiempos cambian, el conocimiento avanza y hoy nadie puede dudar de los beneficios biológicos y emocionales
de que una madre amamante a su bebé, siempre que lo desee.
Prácticamente todas las mujeres pueden amamantar siempre que dispongan de buena información y del apoyo de su
familia y del sistema de atención de salud.
Tengo pezones planos y por ello la lactancia con mi hijo anterior no pudo establecerse ¿Qué puedo hacer?
Existen ejercicios específicos que pueden realizarse para ayudar a formar los pezones antes que el/la bebé nazca.
Una vez que el/la bebé logra prenderse, la propia prendida favorece que estos protruyan para lograr un correcto
ensamble. Los ejercicios son sencillos y pueden realizarse en el domicilio.
¿Hasta cuándo la leche humana satisface todas las necesidades del/la bebé?
La leche de la madre es suficiente para alimentar y calmar la sed del niño o niña durante los primeros 6 meses. Aún
en climas muy cálidos, no es necesario darle agua para calmar la sed.
¿Y si estoy muy cansada y quiero darle un poco de leche de fórmula para que el/la bebé duerma más?
La leche materna es insustituible y el uso de otras leches puede tener consecuencias severas para la salud de los
niños o niñas. La leche de fórmula debe considerarse como un medicamento y solo podrá administrarse cuando el
pediatra así lo indique.
Las mujeres de mi familia (mi abuela materna y mi madre) tienen pechos pequeños y todas han fracasado
en la lactancia. ¿Esta condición se hereda? ¿Puedo amamantar aún con pechos tan pequeños?
Este es un mito muy frecuente. Tener pechos grandes o pequeños no tiene nada que ver con la producción de leche.
La producción de leche está directamente relacionada con la frecuencia y calidad de las mamadas del/la bebé: entre
más mama o lacta el niño o la niña, más leche produce la madre.
¿Es cierto que mientras amamanto debo alimentarme ‘por dos’?
No. Sí se requiere aumentar un poco la ingesta, intentando mantener una dieta equilibrada y tomar agua cuando lo
desee (en general, amamantar produce sensación de sed, sobre todo al comienzo). Es importante también intentar
mantenerse relajada. La mamá debe estar relajada y tener una actitud positiva sobre la lactancia materna. El estrés o
el cansancio extremo complican el panorama, de manera que hay que aprender a pedir ayuda, descansar y
comprometer a toda la familia en el cuidado del/la bebé.
¿Cómo saber si la medicación que tomo puede afectar a mi bebé? Si me enfermo y me indican algún
medicamento ¿puedo tomarlo?
En la mayoría de los casos los medicamentos que toma la madre no le harán daño al niño o niña. Pero siempre se
debe preguntar al/la médico/a si los medicamentos pueden afectar la lactancia o al niño o niña. Hay un sitio muy
confiable en el cual se puede consultar en caso de urgencia: http://www.e-lactancia.org
b) Nacimiento
Se han intentado mejorar los procesos de trabajo instalados en relación al nacimiento, para buscar el respeto de la
‘hora de oro’. Dado que se trata de una intervención multidisciplinaria, aún no se ha logrado un cambio radical. No
obstante, se procura que bebés nacidos/as por parto vaginal salgan de la sala de partos (Centro Obstétrico) tomando
la teta. Las dudas que suelen presentar las madres en relación a la lactancia son muy pocas dado el altísimo impacto
emocional que implica un nacimiento, por esto, es conveniente que lleguen a esta instancia debidamente
informadas. No obstante, suelen surgir las siguientes preguntas:
Siento que el/la bebé se prende bien, pero ‘no me sale nada’ ¿Debo preocuparme?
No. Para nada. El calostro, primera leche que sale del pecho luego del nacimiento, es el único alimento que
necesita en los primeros días de nacido/a, y es escaso en volumen o cantidad pero muy nutritivo y valioso, único e
irreemplazable en cuanto a su calidad.
c) Internación conjunta
En esta etapa suelen aparecer dudas, confusiones, temores y angustias. Todo esto debe ser abordado por el equipo
de salud. Es muy importante que la información sea homogénea, que todos/as los/as profesionales que intervienen
en esta instancia conozcan el tema y transfieran a las madres el mismo mensaje, de lo contrario, las madres pueden
al salir padecer mucha confusión, que agrava el complejo panorama que les toca atravesar durante el puerperio.
Las dudas más frecuentes que suelen trabajarse han sido las siguientes:
¿Y cómo me doy cuenta que el/la bebé está tomando bien la teta?
Al principio, durante 24 a 36 horas (esto puede variar en cada caso) su bebé solo tomará el calostro. Esto lo/a dejará
satisfecho/a. Piense que su estómago tiene el tamaño de una tapita de gaseosa, no requiere mucho volumen para
sentirse satisfecho/a.
Con el tiempo, y a medida que usted empiece a producir más leche en función de las necesidades de su bebé, usted
escuchará deglutir a su bebé al mamar, observará que sus mucosas están húmedas, notará una actitud activa y
demandante, logrará dormir por espacios de al menos dos-tres horas, tendrá deposiciones amarillentas y fluidas y
mojará más de 6 pañales al día. Usted tendrá los pechos sanos y sentirá cómo se cargan con frecuencia.
Siempre que tenga dudas, una vez que haya obtenido el alta, consulte. El equipo de salud sabrá guiarla y
acompañarla en todas las dudas y dificultades que puedan aparecer.
Si tengo que salir y no puedo amamantar a mi bebé, pero puedo extraerme leche y dejar que alguien
más lo haga: ¿le dejo el biberón preparado?
Si usted está decidida a intentar amamantar y sostener la lactancia en el tiempo, debe priorizar el cuidado de su
bebé por sobre todo. No obstante, podrían presentarse circunstancias que hagan que usted no pueda amamantar. En
este caso, se deberá intentar no darle la leche materna extraída con biberón antes de los 20 días de nacido/a, porque
puede que el bebé se ‘confunda’ y luego rechace el pecho. Por ello se aconseja en estos casos darle con una
cucharita o vasito de a pequeños sorbos.
¿Cómo extraigo y conservo la leche humana cuando tengo que salir o cuando tenga que reincorporarme a
mi trabajo?
Usted debe saber que la leche puede extraerse y almacenarse por hasta 3 meses en el freezer. Le adjuntamos un
folleto con todas las instrucciones y recomendaciones. Además, debe saber que por Ley 26.873, usted tiene derecho
a una reducción en el horario laboral de hasta una hora en el sector privado o dos horas en el sector público.
También debe tener en cuenta que será mejor si comienza con unos días de anticipación a almacenar su leche,
enseñar a la persona que quedará a cargo del/la niño/a los cuidados que conlleva y ‘practicar’ alimentarlo/a. Debe
saber que desprenderse de su hijo/a le causará angustia el primer tiempo y no querrá sumar más pesar si la llaman
avisando que el/la niño/a no quiere ser alimentado/a.
d) Conserjería
Este espacio funciona, dentro del Hospital, en un consultorio especialmente habilitado desde las diferentes
Residencias, al cual pueden acudir las madres en días y horarios determinados para trabajar dudas específicas
surgidas en la lactancia. No obstante, todos los Centros de Atención Primaria debieran poder evacuar estas mismas
dudas con información clara, precisa, y seguimiento adecuado. El éxito en el sostenimiento de la lactancia muchas
veces dependerá de que estas dificultades puedan sortearse con un adecuado asesoramiento y acompañamiento. Las
dificultades más frecuentemente observadas han sido las siguientes:
-Pechos congestionados: aplicar frío local 10 minutos, masajear para ablandar el pecho y extraerse manualmente la
leche hasta que quede blanda la areola y pueda prender al/la bebe. Luego de amamantar vaciar el pecho si es
necesario.
-Dolor y grietas en los pezones. Aplicar su propia leche para ablandar las cascaritas, posicionar a su bebé con los
labios paralelos a la grieta, luego de amamantar aplicar su leche y dejar secar unos minutos al aire libre.
-Mastitis o infección del pecho. Consultar a su médico, seguramente necesitara medicación. Aplicar frío local. Si
no hay pus en la leche puede seguir amamantando.
-Leche insuficiente o crisis de lactancia. Prender más frecuentemente al/la niño/a al pecho (entre 8 y 12 veces al
día) y hacerlo también de noche que hay más prolactina circulando en sangre que es la hormona que produce la
leche. Una vez instaurada la lactancia, a los 14 días aproximadamente, podrá aplicar calor seco o húmedo y
masajear antes de lactar. Tardará algunos días o quizás una semana en notar el aumento del volumen de leche, no
se frustre que podrá lograrlo.
-Problemas con la bajada de la leche. La bajada de la leche se produce entre el segundo y quinto día de vida del/la
niño/a, suele retrasarse hasta una semana. Puede ayudar al proceso aplicando masajes varias veces al día y prender
al/la bebé con mayor frecuencia al pecho. Aplicar calor en esta instancia produce congestión mamaria.
-Cesárea. Amamantar acostada de costado o sentada con un almohadón sobre sus piernas para disminuir la presión
en la herida.
-Gemelos. Utilizar posiciones que le permitan amamantarlos a la vez para ahorrar tiempo.
Dentro de las dificultades del niño o niña podemos encontrar:
-Le cuesta prenderse al pecho: corregir la prendida, logrando que abra bien la boca tocando su boca y pera con el
pezón. Su lengua debe quedar por debajo del pezón y no pegada al paladar para que pueda extraer leche. Los labios
quedarán evertidos y casi no podrá visualizarse la areola. No tiene que doler, si es así, deberá retirar el pecho
rompiendo el vacío, metiendo su dedo meñique entre las encías del/la niño/a y volver a intentar.
-Duerme demasiado tiempo: despertarlo/a si pasan muchas horas para que no baje su nivel de azúcar en sangre,
especialmente durante el primer mes de vida. No lo/a abrigue excesivamente, esto también es una recomendación
para el sueño seguro.
-Cólicos. Favorecer la eliminación del aire que traga al alimentarse, que es mayor cuando le cuesta prenderse al
pecho, apoyando unos minutos la cabeza del/la niño/a en su hombro cuando termina de mamar. Colocarlo/a boca
abajo sobre nuestro antebrazo y realizar flexiones con sus piernas llevándolas a su abdomen para movilizar los
gases y que pueda eliminarlos.
-Rechazo del pecho. Evitar el uso de chupetes, desodorantes, cremas y jabones que interfieran con el
reconocimiento del pecho.
REFLEXIONES FINALES
El avance del conocimiento en cuanto a los beneficios que la lactancia implica para el binomio es cada vez más
contundente. La comunidad debe poder tener acceso a este conocimiento, de esta manera se optimizan las
posibilidades de que la lactancia sea eficaz y se sostenga en el tiempo, ya que aún cuando se han realizado enormes
avances, persisten todavía muchas dificultades, presiones e inconvenientes (internos y externos) que entorpecen las
condiciones para que este proceso natural, fisiológico y amoroso pueda desarrollarse con plenitud.
Los/as profesionales de la salud tenemos un enorme reto al contribuir con la difusión del conocimiento preciso,
acompañar en procesos de lactancia dificultosa evitando que fracase, promover y alentar la misma en cualquier
espacio en los que nos encontremos una mujer amamantando, desafiar modelos de trabajo que de manera
injustificada permiten la separación del binomio y abriendo espacios que permitan la expresión de las necesidades
particulares da la comunidad en cualquier institución en la cual nos insertemos. Debemos lograr trascender las
paredes que sesgan nuestra perspectiva haciéndonos olvidar que las personas – el/la bebé y su familia- provienen
de un entorno particular, único, y que constituye el ambiente natural en que ese/a bebé habrá de desarrollarse.
ANEXO
Folletos del Centro de lactancia realizados en la Especialidad de enfermería neonatal HIEMI, por los residentes
enfermeros, Mar del Plata, 2020.
Editar en cuadro al comienzo ¡No estás sola¡ Acento a estás