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Visión Del Carnero y Del Macho Cabrío
Visión Del Carnero y Del Macho Cabrío
ERIK REBOLLEDO
“En el tercer año del reinado del rey Belsasar, me apareció una visión a mí,
Daniel, después de la que había tenido antes … Alcé los ojos y miré, y he aquí un
carnero que estaba delante del río, y tenía dos cuernos; y aunque los cuernos
eran altos, uno era más alto que el otro; y el más alto creció después.” (8:1,3).
En tiempos del rey Belsasar (551 a.C.), Dios muestra una visión a Daniel.
Junto al río ve un carnero, que aclarado en el versículo 20 es el imperio Medo-
Persa, “en cuanto al carnero que viste que tenía dos cuernos, estos son los reyes
de Media y de Persia”.
Daniel ve en este animal algo poco común, y es que uno de los cuernos es
más alto que el otro. Este cuerno más alto es el reino Persa. La historia nos
dice que aunque los medos ganaron gran poder en el siglo VII a.C., con el
ascenso de Ciro el Grande, los persas crecieron en influencia y poder, y en el año
550 a.C., tomaron control de los Medos, dando cumplimiento a la visión.
“Vi que el carnero hería con los cuernos al poniente, al norte y al sur, y que
ninguna bestia podía parar delante de él, ni había quien escapase de su poder; y
hacía conforme a su voluntad, y se engrandecía” (8:4)
Debemos notar que esta profecía del ascenso y caída de Alejandro Magno se
cumplió unos 200 años después de haber sido revelada a Daniel. Si el libro de
Daniel fue escrito en el año 535 a.C.
“Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño, que creció mucho al sur, y al oriente,
y hacia la tierra gloriosa.” (8:9)
Fue de Siria que salió otro "cuerno pequeño". Este es identificado como Antíoco IV
Epifanes, quien reinó en Siria en los años 175 y 163 a.C., aproximadamente.
Procuró exterminar a los judíos y a su religión. Él devastó la ciudad de Jerusalén
en 168 a.C., profanó el Templo al sacrificar un cerdo sobre el altar y luego
erigiendo allí un altar al dios griego Júpiter. Prohibió también el culto de los judíos
en el Templo y prohibió el rito de circuncisión bajo pena de muerte. Antíoco
destruyó todos los ejemplares de las Santas Escrituras que pudieron hallarse y
mató a todo aquel que tuviera tales ejemplares en su poder. Miles de familias de
los judíos fueron vendidos como esclavos y se usó toda clase de tortura para
obligar a los judíos a renunciar a su religión.
El versículo 12 indica que Dios permitió todo esto por causa de la "prevaricación",
o sea, la transgresión de la Ley de Dios por parte de los judíos idólatras.
Aunque el cuerno pequeño descrito en Daniel 7:8,24 (sale del cuarto imperio
mundial) no es el mismo personaje del capítulo 8:9, pero, si podemos decir que; el
cuerno pequeño del capítulo 8, es un prototipo del cuerno pequeño del capítulo 7.
Antíoco IV Epifanes fue una semejanza de lo que será el anticristo. Aquel rey
inicuo hizo lo que quiso, lo que el anticristo hará de una forma universal. Todas
estas barbaridades sufridas bajo Antíoco Epífanes son solamente una pequeña
sombra o profecía de lo que va a hacer el Anticristo, en el tiempo de la Gran
Tribulación después del Rapto de la iglesia (la novia de Cristo).
Daniel 8:13-14 dice: “Entonces oí a uno de los santos que hablaba y otro de los
santos preguntaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio, y la
prevaricación asoladora entregando el santuario y el ejército para ser pisoteados?
Y él dijo: hasta dos mil trescientas tardes y mañanas: luego el santuario será
purificado”.
Las expresiones “un santo y otro santo” se refieren a seres angelicales, ya que,
uno de ellos conoce el significado de la visión del profeta Daniel. La pregunta que
se hizo “hasta cuando…”, está relacionada con la profanación del templo. La
respuesta del ángel fue: “hasta dos mil trescientas tardes y mañanas: luego el
santuario será purificado”. Es el periodo de tiempo transcurrido entre el año 171
a.C. (año en que fue asesinado Onías III que era el legítimo sumo sacerdote antes
de la profanación del templo por Antíoco Epifanes) y el año 165 a.C., en el que un
sacerdote judío llamado Macabeo reunió un ejército y libertó a Jerusalén de los
sirios. Entonces fue finalmente purificado el Templo y re dedicado en la
celebración de la Fiesta de las Luces, o Hánuka, que los judíos celebran hasta el
día de hoy en el mes de diciembre.