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Abogado y Notario.
Curso: Constitucional II
TEMA:
Control De Convencionalidad.
Nombres y Apellidos
Páginas.
Introducción…………………………………………………………………1
CAPÍTULO I
CONTROL DE CONVENCIONALIDAD
1.1 Definición………………………………………………………………2
1.2 Etapas y Alcance……………………………………………………..3
CAPÍTULO II
Conclusiones. ………………………………………………………...........8
Recomendaciones. ……………………………………………...…..……..9
Bibliografía. ……………………………………………..………….…..…..10
1
INTRODUCCION:
CAPÍTULO I
CONTROL DE CONVENCIONALIDAD
1.1 Definición:
Actualmente la constitución emitida para la fecha de 1986, es la ley que rige las
actuaciones en el marco legal de esta nación; decretada por la Asamblea Nacional
Constituyente el día 31 de mayo del año 1985; contiene en su composición 281
artículos y 22 órdenes provisionales.
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Funciones
En la Constitución se contemplan una serie de atribuciones y facultades con
carácter de obligatoriedad:
TRATADOS INTERNACIONALES:
Los tratados internacionales se rigen por las normativas jurídicas del derecho
internacional. Normalmente se hacen por escrito, aunque pueden hacerse
verbalmente. Aquellos tratados que se establecen por escrito son controlados por
la Convención de Viena.
CAPÍTULO II
Se trata de un estándar "mínimo" creado por dicho Tribunal internacional para que
en todo caso sea aplicado el corpus iuris interamericano y su jurisprudencia en los
Estados nacionales que han suscrito o se han adherido a la CADH y con mayor
intensidad a los que han reconocido la competencia contenciosa de la Corte IDH;
estándar que, como veremos más adelante, las propias constituciones o la
jurisprudencia nacional pueden válidamente ampliar, para que también forme parte
del "bloque de constitucionalidad/convencionalidad" otros tratados, declaraciones
e instrumentos internacionales, así como informes, recomendaciones,
observaciones generales y demás resoluciones de los organismos y tribunales
internacionales.
otro tratado internacional, debe prevalecer la norma más favorable" (párr. 52). En
este sentido, la circunstancia de no aplicar el "estándar mínimo" creado por la
Corte IDH por considerar aplicable otra disposición o criterio más favorable (sea
de fuente nacional o internacional), implica, en el fondo, aplicar el estándar
interamericano.
El objetivo que pretendemos en este modesto trabajo es doble. Por una parte,
establecer los vínculos estrechos entre la técnica de la "interpretación conforme" y
1
En segundo lugar, nuestro análisis pretende dejar abierto un camino por recorrer
en los próximos años por nuestros jueces al interpretar los derechos humanos.
Pretendemos visualizar cómo el nuevo canon interpretativo para las normas de
derechos humanos previsto en el párrafo segundo del artículo 1º constitucional, se
convertirá en la principal herramienta para lograr la apertura del derecho nacional
al derecho internacional de los derechos humanos; en una "llave de acceso" a un
territorio novedoso y de amplio espectro (más allá de lo regional), incluso al
derecho internacional en general, toda vez que el párrafo 1º de ese mismo
precepto otorga rango constitucional a los derechos humanos previstos en
cualquier tratado internacional, sea cual sea su denominación y especificidad
(bloque constitucional).
Sin embargo, el fin de esos métodos me hace pensar en una mejor opción. En
efecto, tanto el control constitucional como el control de convencionalidad tienen
por objeto hacer respetar y potenciar los derechos y libertades previstos a nivel
interno o externo, la única diferencia técnica estriba en las instancias encargadas
de ejercerlo, por lo regular jueces.
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De ser cierta esa idea, valdría pensar en una tendencia más abierta, esto es,
aquella que permita emplear un método común que no choque con el Poder
Judicial. Con esa visión, mi idea consiste en adoptar una simple actividad
protectora de los derechos humanos, la cual parte de un margen de acción más
extenso y no limitado a un solo tipo de autoridad, sino que incluso puede ser
operado por cualquier persona.
Me inclino por esa tendencia con independencia del nombre que se le asigne o el
órgano que la emplee. Reitero, su objeto es el mismo: tutelar la dignidad humana,
procurar su pleno desarrollo y reparar o indemnizar una violación al derecho
humano violado, pero operarla de la manera más amplia posible.
Por ello, el título de este apartado remite a una lógica y notable transición en
materia de tutela y preservación de la dignidad humana, la cual no debe
confundirse o mezclarse con ideas tendentes a limitar su ejercicio a jueces, ya que
las posturas extremadamente técnicas sólo obstaculizan el ámbito de
reconocimiento y garantía. Propongo la adopción de la actividad protectora o
tutelar de los derechos humanos en vez de un "control difuso de
convencionalidad", "control convencional difuso" o "control convencional interno"
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cada uno de ellos observando al otro, para comprender sus propios límites y
posibilidades de contribuir para solucionarlo.
Esta perspectiva, considera que las normas del ordenamiento interno y del
internacional tienen un sentido y alcance que debe articularse en un sistema en
donde ninguno anule al otro ni estén en pugna, sino que deben aplicarse de tal
modo que se alcance una congruencia armonizante... Al concebir la relación entre
derecho interno y sistema internacional como una forma de complementar
contenidos y protección, el sistema internacional no sólo cumple el rol de suplir los
vacíos que deja la inactividad en el ámbito interno de un Estado, sino que también
se erige como una fuente directa a aplicar en el resguardo de los derechos
humanos.
Podemos ver que existe una relación recíproca entre ambos sistemas, en donde el
sistema interno de cada Estado se enriquece de los aportes normativos y
jurisprudenciales del sistema internacional y en donde, también, el sistema
internacional mira el desarrollo normativo constitucional de los Estados para
emprender la concreción de nuevos instrumentos internacionales o para
enriquecer su argumentación jurisprudencial.
Llegado a este punto quisiera remarcar que todos los planteamientos que he
mencionado hasta ahora —con independencia de que algunos pudieran ser
mejores que otros— tienen el mérito de reconocer que en el mundo
contemporáneo la relación entre el derecho internacional y el derecho estatal
difícilmente puede seguir analizándose con base en la dicotomía monismo-
dualismo. No es posible ignorar que en nuestros días esa relación está
condicionada por la presencia del pluralismo jurídico global. Tampoco se trata de
aceptar acríticamente el conjunto de doctrinas pluralistas. Pero sí sería
recomendable que toda propuesta seria comenzara por reconocer la importancia
de ese fenómeno. Ahora bien, a mi modo de ver, el debate académico y
jurisprudencial en nuestro país a propósito de la jerarquía de los tratados
internacionales sobre derechos humanos ha venido desarrollándose casi siempre
a espaldas de todos estos planteamientos pluralistas. Tal parece que la relación
entre el derecho internacional y el derecho estatal sigue siendo vista por una
amplia mayoría de estudiosos en términos de un monismo arcaico con la
Constitución en la cúspide. Esta concepción fue la que finalmente logró imponerse
en una polémica decisión del Pleno de la SCJN que analizaré enseguida.
CONCLUSIONES:
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RECOMENDACIONES:
5. Se desarrolle labor de difusión y de educación a los entes que forman parte del
Sistema de Justicia Penal a fin de informar a los usuarios y demás ciudadanos los
Derechos Humanos que se les reconoce desde la normativa internacional y de los
mecanismos con que cuentan para poder garantizarlos y exigirlos, entre estos el
control de convencionalidad.
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BIBLIOGRAFIA: