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Escribir Desde El Centro.
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4. Decide un final
Ahora ya tienes las piezas necesarias para decidir un final. Sabes de
qué va, sabes qué vas a transmitir y sabes quién cuenta la historia…
¿por qué no fijarte un objetivo final?
En este aspecto soy muy laxo con mis propios relatos. A veces
planifico el relato entero, a veces decido primero el final, a veces
solo conozco el final… Pero como te decía, me suele gustar descubrir
el final conforme lo desarrollo, así que suelo fijar un objetivo
básico (sorprender, asustar, desagradar, hacer recapacitar…) y dejo
que sea el propio relato el que me cuente cómo termina.
5. Decide un gancho
Una de las partes de un relato más importantes es el principio. La
clave para que un relato corto funcione está en: un inicio
impactante y un final que deje sin aliento. El final es muy
importante para guiar tus esfuerzos, sí, pero el inicio es vital para
conseguir captar la atención del lector.
6. ¡Escribe!
Y para terminar este cómo escribir un buen relato corto ya solo falta
una cosa: escribe. Tienes todos los ingredientes necesarios para
poder contar una historia. La práctica, la experiencia y la lectura
harán el resto.
7. Empieza de nuevo
Para escribir bien hacen falta dos cosas: formación y práctica. De la
formación te hablaré un poco más adelante, pero la práctica es algo
que depende enteramente de ti.
8. Utiliza Scrivener
El programa que me cambió la manera de escribir, Scrivener, es lo
mejor que puedes conseguir a día de hoy para escribir. Tienes
muchos recursos y tutoriales gratuitos en scrivener.es, además de
formación especializada de pago, con la que sacarás el máximo
partido a ese fantástico programa.
El método del copo de nieve para escribir relatos cortos es algo así
como la técnica ingenieril de enfocar la escritura. Supongo que
habrá muchos más escritores que utilicen este método, pero casi
todos los matemáticos, físicos e ingenieros que conozco se enfrentan
a los relatos de una forma similar.
Pues no solo es bonito, sino que es útil para escribir relatos cortos.
¿Quieres saber cómo?
El objetivo es que salgas con una o dos frases que resuman lo que
quieres para tu relato.
O un final.
3. ¡Repite!
Hay veces en las que una o dos frases bastan para que tengas una
idea clara del tipo de relato corto que vas a escribir. Otras necesitas
mucho más que eso.
4. Opcional
Si has pasado por el bucle dos o tres veces y sigues necesitando dar
más detalles a tu historia, quizá haya llegado el momento de
analizar tu idea inicial. ¿Por qué? Porque la mayoría de las veces en
las que alargamos el proceso previo a escribir, es porque no
tenemos clara la idea.
Lo último que quiero decirte sobre escribir relatos cortos son dos de
los consejos que más he apreciado yo en los últimos años:
No tienes por qué contarlo todo y la gente suele agradecer que dejes
ciertos ciertos huecos a su imaginación.
Todo relat que se haya llevado algún premio tiene medida cada una
de las palabras que cuenta.
Ernest Hemingway
EN RELATOS
Lectura gratis durante la cuarentena
Utiliza los botones para abrir una nueva pestaña con el relato en
cuestión.
1. Ciudad oscura
Una ciudad posapocalíptica, unas entidades oscuras que acosan a la
humanidad y una persona más especial de lo que cree.
EN RELATOS
Relato: Ciudad oscura
2. La sombra de un sueño
A veces, las resacas son mucho peores de lo que parecen y el terror
se esconde a plena luz del día.
EN RELATOS
Relato: La Sombra de un Sueño
4. Memoria selectiva
En un futuro lejano la humanidad vive una época dorada en la que
hombre y máquina son uno. Cuerpos modificados, cerebros
mejorados… No hay hambre, no hay corrupción, no hay guerra. ¿El
precio? Que una entidad cibercognitiva nos gobierne a todos.
EN RELATOS
Relato: Memoria selectiva
5. Señor presidente
Hoy en día, la lectura comprensiva es una habilidad está en desuso.
Incluso los presidentes fallan al interpretar las órdenes que firman,
por muy destructivas que sean…
EN RELATOS
Relato: Señor Presidente
6. El cuerpo
Primera escena de la primera novela que escribí. Funciona igual
como prefacio que como relato breve.
EN RELATOS
Relato: El Cuerpo
7. Alice Watson
Los amores por internet son tan frecuentes como poco fiables.
EN RELATOS
Relato: Alice Watson
EN RELATOS
Relato: La ley de los viajes en el tiempo
9. Magia
Todos tenemos magia dentro, solo que hemos perdido la facultad de
acceder a ella.
EN RELATOS
Relato: Magia
EN RELATOS
Relato: la Historia de Giwdul de Hanau
Y muchos más
En esta web, además de encontrar varias antologías, tienes
disponibles multitud de textos y relatos. También tienes un gran
abanico de artículos sobre escritura, publicación, maquetación…
Opiniones fruto de la experiencia que quizá te sean útiles.
Aparte de los siete métodos propuestos, me gustaría exponeros otro del que ya
os he hablado en otras ocasiones, el método de James Scott Bell. Bell analizó
un buen montón de novelas clásicas y modernas de alta calidad y encontró que
tenían algo en común: la esencia de la trama se revelaba en el centro físico de
la novela, en un momento de reflexión (consciente o no) que él
llama momento del espejo. Para Bell, era evidente que estos escritores tenían
muy claro cuál era el corazón de su argumento y eso les facilitaba crear un texto
multicapa que realmente llegaba al lector.
Así que se planteó lo siguiente: ¿por qué no empezar al revés? En vez de
analizar cuál es la esencia de nuestra novela una vez la hemos terminado, ¿por
qué no encontrar esa esencia y construir la novela alrededor? Os recomiendo
muy muchísimo su libro, donde detalla este método, pero os lo resumo aquí, muy
brevemente.
Scott Bell expone dos métodos, uno para escritores que gustan de planificar
con orden y lógica, y otro para los que escriben con brújula.
Para los planificadores:
Bell habla de signpost moments, momentos clave o señal en la novela. Esta
sería la estructura propuesta, compuesta de estos momentos clave:
1. Problema de apertura: Cualquier conflicto o problema, que se presenta ya
en la primera escena.
2. Personaje afectivo: Presentación de alguien que se preocupa por el
protagonista, alguien importante para él/ella.
3. Argumento en oposición a la transformación: El personaje expresa
alguna idea o convicción que se habrá transformado para cuando lleguemos al
final de la novela. Es un punto que marca el inicio de la transformación del
personaje. Un ejemplo claro está en todas esas novelas donde el personaje
está loco/a por salir de su pueblo natal, pero al final tiene unas ganas de volver
a casa que no puede con ellas.
4. Se aproxima una tormenta. Debe de haber alguna indicación de que todo
no va a seguir tan tranquilito como hasta ahora.
5. Puerta de no retorno 1: Lanza al personaje a los enfrentamientos del
segundo acto (nudo).
6. Patada en la espinilla: Al intentar avanzar y resolver el problema, el
personaje se enfrenta a un nuevo problema que le pone las cosas aún más
difíciles.
7. El momento espejo. Este es un momento clave en la estructura de Bell, ya
que es el momento en que el personaje se mira en el espejo (no literalmente,
aunque también puede hacerse) y se pregunta en qué se está convirtiendo,
quién es. Este es el momento en que se refleja la esencia de la trama, el
corazón de tu obra. Es una clave autorreflexiva fundamental, y para entenderla
recomiendo, una vez más, que se lea el libro completo de Bell.
8. Acaricia al perro. Aun metido en un embrollo terrible, el personaje ayuda a
alguien más débil, muestra su humanidad. Considero que esto puede ser muy
eficiente para provocarle un poquito de empatía al lector, incluso hacia el
personaje más despreciable.
9. Puerta sin retorno 2: El personaje realiza un descubrimiento o encuentra
una pista clave, que lo dirigirá inevitablemente al enfrentamiento final.
10. Se acumulan tropas: El adversario, a sabiendas de que el personaje ya se
ha puesto en marcha, acumula fuerzas/tropas/maldades en preparación.
11. Se apagan las luces: El momento más oscuro para el personaje, en que
parece que todo se ha perdido.
12. El factor Q: Llamado así en honor al personaje Q en las aventuras de
James Bond, que siempre le daba artilugios que luego lo sacaban de los peores
apuros. El personaje consigue salir de ese momento oscuro del punto 11
usando alguna herramienta (física o metafórica) que se le ha proporcionado al
principio de la novela. Para esto recomiendo que leáis este artículo de Víctor
Selles en el blog de Lecturonauta sobre el foreshadowing o la anticipación en la
narrativa.
13. La batalla final: ¿Superará el personaje a su adversario (sea, también, una
persona física o un conflicto moral)? ¿Tomará las decisiones correctas?
14. Transformación: Normalmente el último capítulo del libro nos muestra de
algún modo lo que ha cambiado el personaje, ya sea para bien o para mal. El
tipo de transformación será lo que más afectará al impacto emocional en el
lector.
Y, para los escritores de brújula, propone las siguientes preguntas:
1. ¿Cuál es tu personaje principal? ¿Cuál es su problema?
2. ¿Tiene tu personaje principal un defecto moral que está haciendo
daño a otros? Si no es así, ¿puedes otorgarle uno?
3. Una vez integrado este defecto, analiza qué lo ha causado. Métete a
fondo en su trasfondo para averiguar de dónde procede.
4. ¿Quieres terminar el libro con un final positivo? Entonces, ¿cómo
supera ese defecto y se transforma? ¿Cómo será esa escena?
5. ¿Quieres escribir un final oscuro? ¿Cómo encontrará tu personaje su
oportunidad de transformarse y cómo lo rechazará?
6. Y ahora, lo más difícil: diseñar el momento espejo. Si tu personaje
estuviera frente a un espejo, justo a mitad de la novela, ¿qué se diría a sí
mismo/a?
No obstante, tengo la teoría de que un buen personaje puede superar incluso una trama
tibia o una ambientación mediocre. Tengo la sospecha de que los personajes son el
verdadero corazón de la historia. Si puedes empatizar con un personaje, todo lo demás
es secundario.
¿Qué hace que ella destaque? Es una olla en ebullición, un crisol de caminos: cuando crees
que la conoces, te sorprende, pero nada de lo que hace falla a la coherencia total del
personaje. Muchos escritores que empiezan creen que un buen personaje sale de la nada.
Te lo imaginas, buscas una imagen por internet de una cara que te gusta y se la pones. A lo
mejor hasta le haces una hojita de datos y cualidades, como en el rol. Y se sorprenden
cuando los lectores no consiguen meterse en la historia. Algunos hasta dicen que no se
han podido identificar con los personajes. Lo sé, me ha pasado.
Los lectores no son narratólogos, así que con frecuencia no saben realmente expresar lo que
están sintiendo. Muchas veces el “no me he podido identificar con tu personaje”
significa que has creado un personaje plano, con matices escasos, o has dado con
una mary sue: alguien tan perfecto que ningún lector puede quererlo. Pero eso no explica
que tantos lectores se enamoraran en su momento del personaje de Superman, por ejemplo
(por lo menos, con el original). Aparte de un contexto social y cultural que haga que un
personaje sea más o menos popular, creo que el truco está en la coherencia. Por su
personalidad y ética, un personaje como Superman no mataría a uno de sus enemigos, y si
lo hiciera eso tendría que tener una serie de consecuencias concretas para la trama y el
personaje.
El problema no es que tu personaje sea perfecto: si muestras un personaje que en cada
una de sus acciones demuestra que es perfecto y lo llevas hasta sus últimas consecuencias,
los lectores sí entenderán a ese personaje. El problema de las mary sue no es que sean
perfectas: es que el autor proyecta sus propias cualidades, idealizadas. Crea una especie
de valle incómodo donde nosotros percibimos como defectos irritantes cosas que el autor
considera virtudes.
Hay muchas maneras de crear personajes con cierto grado de complejidad. Y hay una
técnica para mantener la coherencia en esa complejidad que me ha llamado
muchísimo la atención, tanto que quería compartirla con vosotros.
LA CREACIÓN DE UN
PERSONAJE COMPLEJO Y
COHERENTE
Lo escuché en el podcast Self Publishing Podcast, concretamente en este episodio, donde la
invitada, Lisa Bloom, analizaba las “historias” personales y reales de los
entrevistadores y extraía una serie de conclusiones que pueden aplicarse a la creación
de cualquier historia de ficción. Lisa encontraba patrones de comportamiento y
pensamiento en aquellos que le contaban sus historias (una suerte de “análisis psicológico
de ficción”), basándose en tres momentos cruciales de sus vidas.
Si aplicamos esto a la escritura, obtendríamos una trama donde las características de los
personajes están perfectamente implementadas. Iríamos mucho más allá del clásico “era
rubia, de ojos azules y presumida” del escritor aficionado y pasaríamos a una elaboración
completamente verosímil de un personaje redondo.
CÓMO APLICAR ESTA TÉCNICA
LA PRÁCTICA DELIBERADA O
INTENCIONADA: CÓMO
FUNCIONA
Según el análisis realizado por el propio Ericsson en su muy
excelente Peak (que no os engañe esa portada con pinta de autoayuda barata: es un libro de
divulgación con base científica), apoyado por otros análisis que he leído de científicos,
divulgadores y ensayistas como Angela Duckworth (Grit), Robert Greene (Maestría) o
Charles Duhigg (El poder de los hábitos), creo que podemos resumir una práctica
deliberada en los siguientes factores:
1. Enfoque: Una práctica deliberada exige concentración absoluta. Nada de
notificaciones de móvil, de vídeos de gatitos ni de ocho pestañas abiertas en el
navegador.
2. Objetivos: Al tratarse de un sistema consciente e intencionado, debemos definir,
precisamente, esas intenciones. ¿Cuál es nuestro objetivo a largo plazo? ¿Y a corto?
¿Qué pretendemos conseguir en la sesión de hoy? ¿Y el año que viene?
3. Planificación: Todo esto exige de una planificación. Deberás estudiar qué métodos
de aprendizaje usarás y cómo los implementarás en tu trabajo diario. También será
necesario encontrar ejercicios específicos para solucionar debilidades y errores.
4. Salir de la zona de confort: El progreso más rápido se produce cuando hacemos
cosas que nos resultan difíciles. Por duro que suene, tu objetivo deberá ser hacer algo
que te resulte complicado en cada sesión. Hablamos de un trabajo intenso que exige de
un esfuerzo enfocado.
5. Estar solo: Si bien la práctica con otros es necesaria (para motivarse, para recibir
valoraciones, para aprender de un maestro, para recibir ideas inspiradoras…), el
progreso más rápido se realiza en una sesión concentrada y solitaria. Únete a otros en
otros tipos de práctica: la deliberada debes realizarla a solas.
6. Priorizar la habilidad práctica (skill) sobre el conocimiento (knowledge).
Ericsson diferencia entre estos dos aspectos, partiendo del estudio ya mencionado de los
violinistas. El progreso de los que se centraban en una práctica solitaria directa con su
instrumento superaba con creces al de los que dividían su tiempo entre práctica solitaria,
práctica en grupo, actuaciones en público y estudio teórico (memorización). Incluso
cuando recibían clases tutorizadas, estas eran personalizadas y servían para fijar la
comprensión teórica y recibir ejercicios prácticos que luego se llevarían a cabo en
solitario.
7. Representaciones mentales: Para Ericsson, esto es lo que diferencia a los grandes
de los mediocres. Los buenos profesionales tienen representaciones mentales:
visualizaciones complejas de cómo es lo que quieren conseguir. Por ejemplo, un músico
lee primero en su mente una partitura, antes de interpretarla; decide cuál sería la
interpretación ideal y cómo sería. Esa música que oye en su cabeza es su representación
mental.
8. Retroalimentación: De nada sirve crear en el vacío si quieres mejorar. Necesitas
valoraciones para identificar tus fallos y flaquezas, que son los puntos que deberás
atacar con mayor energía. Necesitas un profesor, un mentor, un crítico. En el siguiente
apartado analizaremos distintos modos de conseguir ese feedback en la escritura.
9. Hábito: La práctica consciente es constante. Es un hábito periódico (generalmente
diario) para los practicantes. Sobre cómo implementar hábitos (sobre todo el de la
escritura) hablé aquí.
Teniendo esto en cuenta, y citando a James Clear, el proceso sería el siguiente:
De forma evidente
Una herramienta similar al «foreshadowing» es la prolepsis, donde en lugar de
intuirse un desenlace posible, este se nos muestra directamente. Por ejemplo,
podemos hacer referencia a acontecimientos futuros mediante los comienzos «in
media res» y los flash-forward. Los primeros sitúan al lector en mitad de la acción
(la persecución en coche, el robo al banco, la gran batalla) para sumergirlo en la
historia. A partir de ese punto el escritor retrocede en el tiempo, ofreciendo la
sucesión de acontecimientos por la cual los personajes llegaron hasta esa
situación.
La primera escena de Breaking Bad nos presenta una situación límite. Unos
pantalones flotando en el aire, un hombre en ropa interior con una máscara
antigás conduciendo una autocaravana que acaba estrellándose en mitad del
desierto y una confesión grabada en vídeo mientras resuenan las sirenas de la
policía. Vince Gilligan y su equipo de guionistas están ejecutando un comienzo
«in media res» en toda regla.
REPORT THIS AD
Los presagios y profecías son otra solución habitual dentro de algunos géneros. Las
historias sobre el Elegido (la sagas de Matrix o las novelas de Harry Potter son
quizá los ejemplos más conocidos) juegan con esta premisa para adelantar
acontecimientos futuros. Esto funciona bastante mejor cuando la información
que ofrece el escritor es críptica o da pie a distintas interpretaciones. Muchas
fuentes clásicas han dejado constancia de lo confusas que podían ser las
profecías de los oráculos en la antigüedad. El de Delfos le aseguró al rey lidio
que si atacaba a los persas destruiría un gran reino; alentado por la profecía,
decidió atacar y como consecuencia acabó destruyendo el suyo.
Adelantar información equívoca sobre un acontecimiento futuro (o la maniobra
de distracción que intenta conducir a los lectores a una conclusión falsa), se
conoce en literatura con otro término anglosajón de difícil traducción: el «red
herring». El objetivo es introducir el elemento sorpresa cuando se desvela el
engaño pero, si no se hace bien, puede provocar frustración. Se usa con
frecuencia en la novela policíaca, dirigiendo las sospechas sobre algunos
personajes que al final resultarán ser inocentes.
De forma sutil
El «foreshadowing» también puede ser introducido de una forma sutil, creando
subtexto y capas de interpretación en la historia, tratando de reforzar el simbolismo o un
mensaje determinado.
En La última cruzada, cuando un personaje indica a Indiana Jones que se
encuentran ya muy cerca del Santo Grial, Indy responde: «Es en estos casos
cuando el suelo cede bajo tus pies». Con estas palabras, que parecen casuales,
está presagiando la futura destrucción del lugar que alberga la reliquia. Son
como un pequeño temblor antes del terremoto.
Esta táctica puede usarse también de un modo más intensivo y sistemático. Por
ejemplo, durante la primera parte de Parque Jurásico el espectador recibe
multitud de ejemplos de anticipación antes de que los sistemas de seguridad del
parque sean desactivados y la situación estalle definitivamente.
En la escena del helicóptero, casi al principio de la cinta, Alan Grant intenta
abrocharse un cinturón de seguridad defectuoso. Más adelante, varios
personajes levantan sin demasiado esfuerzo unas barras de seguridad y
abandonan una sala en mitad de la presentación. Después se repite la misma
escena, en este caso abriendo las puertas de los vehículos para acercarse al
triceratops enfermo. Hay todavía más ejemplos a lo largo de la película, pero los
que recopilo aquí son quizá los más representativos.
Por último, un escritor también puede utilizar los títulos de cada uno de los
capítulos de su novela para introducir acontecimientos que sucederán a lo largo
del mismo. Por poner un único ejemplo, el primer capítulo de El Hobbit se titula
“Una visita inesperada”, presagiando el encuentro de Bilbo con Gandalf.
¿Cuál es el mejor?
En los ejemplos tratados podemos apreciar que el «foreshadowing» puede
introducirse de forma sutil o evidente. Cualquiera de estos dos sistemas es
válido, pero el escritor debe tener cuidado para no provocar un efecto contrario
al deseado. Esto ocurre cuando no se sabe dosificar la información correctamente y se
revela demasiado, o demasiado pronto.
El énfasis es también un factor importante. En algunos casos la anticipación
puede plantearse como un puñetazo en la cara y en otros debe funcionar a un
nivel casi subconsciente, con el propósito de construir una atmósfera.
Además hay que tener en cuenta que no todos los acontecimientos de una novela
necesitan recurrir al «foreshadowing». Abusar de esta técnica puede causar un
efecto ridículo, sobre todo cuando el escritor le da relevancia hasta a los
aspectos más nimios del relato.
El exceso es tan malo como el defecto.
Conclusiones
La mayor parte de los escritores hacen uso de la anticipación de una forma
intuitiva. Sin embargo, creo que conocer esta herramienta puede resultar
ventajoso, ya que nos permite ser más consistentes y concienzudos a la hora de
aplicarla.
¿Cuáles son las partes de la escritura? Podéis seccionar esto como queráis, pero propongo
las siguientes, ordenadas de menor a mayor, si pensamos de forma estructural:
1. Ortografía
2. Gramática y sintaxis
3. Estilo y musicalidad
4. Descripciones
5. Diálogos
6. Personajes
7. Worldbuilding (creación de mundos y escenarios)
8. Escenas
9. Capítulos
10. Arcos argumentales
11. Tramas y subtramas: patrones narrativos
12. Corrección y edición
Si lo deseáis, podéis seguir añadiendo otros aspectos como diseño, marketing y creación de
marca personal, pero prefiero centrarme, como ya he dicho, en la escritura por ahora.
Repito que con este proceso de práctica deliberada, intencionada, podéis mejorar en
cualquier habilidad, asociada o no a la escritura.
3000 horas más tarde, Sara por fin consiguió perfeccionar el
arte de comunicarse con patos. Por desgracia, también tardó
3000 horas en descubrir que no tenían nada interesante que
contar.
Realizando una práctica deliberada, tomarás sección por sección y trabajarás en ella,
avanzando poco a poco.
Ahí van algunas ideas para conseguir recibir el feedback que necesitas. Y sí, necesitas
valoración ajena para avanzar. Escribir en el vacío solo servirá para perpetuar tus fallos. Lo
digo en serio: he visto autores con diez libros en Amazon que al décimo libro siguen
cometiendo los mismos errores.
CÓMO CONSEGUIR VALORACIONES:
Una vez hayas identificado alguna debilidad, busca o diseña ejercicios específicos para
eliminarla.
Por ejemplo, si tienes problemas de ortografía, hay montones de libros de ejercicios y de
páginas en internet con actividades. Si no sabes identificar errores comunes de estilo, yo te
doy algunas ideas, pero lo importante es que las apliques a tus propios textos.
Voy a hacer hincapié en el hecho de que estos ejercicios deben ser prácticos. No vale solo
leer sobre reglas de ortografía, asentir con la cabeza y devolver el libro a la estantería. Si no
encuentras un ejercicio concreto, inventa uno. Por ejemplo, si no puntúas bien los diálogos,
escribe un diálogo de 2000 palabras, asegurándote de colocar bien en todo momento las
rayas, puntos, comas, mayúsculas y demás.
Realizados estos ejercicios, acuérdate de anotarlo. Deberás volver a ellos (o encontrar
otros mejores) si sigues cometiendo el mismo fallo.
4. INTEGRA LO APRENDIDO EN EL
PROCESO GENERAL
Ya sé que todo esto es mucho, y que exige mucha preparación para tus sesiones de práctica.
Pero tengo la seguridad de que poco a poco se convertirá en costumbre, conforme vayas
pillando lo que mejor te funciona a ti. Prueba diferentes enfoques hasta dar con el mejor
método.
Recuerda que con este tipo de práctica no buscamos pasarlo bien ni simplemente echar unas
horas. Debe dar como resultado una mejoría evidente. Si en algún momento ves que tu
aprendizaje se ha estancado, deberás buscar diferentes modos de feedback, distintos
ejercicios, etc. Esta situación de búsqueda constante de superar tus límites es lo que te
llevará a un progreso rápido.
Mide tu progreso, porque si no, no sabrás si sigues avanzando o si te has estancado. Y
aplica todo lo aprendido en cada una de esas secciones a tu trabajo general. Notarás,
además, que en tu cerebro comienzan a crearse más conexiones inesperadas. Obligarlo a
trabajar de ese modo es duro, pero lo activas de una manera tremendamente creativa.
ALGUNOS ASPECTOS
PROBLEMÁTICOS DE LA
PRÁCTICA DELIBERADA PARA
ESCRITORES
En mi intento de adaptar todas estas teorías sobre la adquisición de competencias al mundo
de la escritura, he encontrado algunos dilemas a los que llevo dando vueltas estas últimas
semanas. Por su cualidad subjetiva, es muy complicado ajustarnos a la perfección a
sistemas rígidos, como ocurre en otros campos de aprendizaje como el piano, la natación o
el ajedrez.
De entrada, se nos presenta el problema de que esta práctica intencionada puede restarle
el elemento pasional y de diversión a la escritura. Pero, tras estudiar mejor estas
perspectivas, me he dado cuenta de que no tiene por qué ser así, por dos razones:
Como ya digo, puede separarse la práctica deliberada de la práctica creativa.
Puedes dedicar una dura hora de trabajo a una reescritura, analizando cada frase para
mejorar tu estilo; o puedes escribir 10000 palabras de descripciones, probando estilos de
diferentes autores, para mejorar tus descripciones; o puedes escribir un cuento en un género
que no domines en absoluto. Y luego puedes dedicar otra hora a escribir lo que te salga del
higo.
EL PROBLEMA DE LA BRÚJULA
Como nota aparte, me gustaría añadir que todo esto me ha llevado a una conclusión algo
polémica: escribir con brújula podría ser mucho menos efectivo para aprender y progresar
que escribir con mapa.
Una brújula pura (con esto me refiero a escritores que no realizan ningún tipo de
planificación al escribir, ni siquiera en sus mentes) no permitiría construir las
representaciones mentales de las que hablan Ericsson y compañía. No puedes
visualizar un gran texto, una gran estructura, si no sabes qué va a pasar. Esta es una idea
interesante que seguiré investigando.
Como tengo la suerte de conocer a escritores tanto de mapa como de brújula (y todo lo
intermedio), he de decir que sí tengo la impresión de que la evolución de los primeros es
más rápida que la de los segundos. Escribir en modo brújula puede ser muy útil para
sesiones puntuales de escritura, pero le veo menos posibilidades en trayectos más largos,
como la novela. Creo que podría llevar al estancamiento ya mencionado (por no hablar de
los problemas estructurales que observo constantemente en obras de clientes de tipo
brújula, por falta de planificación).
Imagino que habrá excepciones y tampoco puedo extraer conclusiones definitivas de un
número de casos que, al fin y al cabo, es anecdótico. Y generalizar es
peligroso. Pero da qué pensar.
CONCLUSIÓN (O LA PARTE EN
LA QUE, POR FIN, GABRIELLA
DESCANSA SUS DEDITOS)
Soy consciente de que con este artículo, por largo que sea, no hago más que rascar en la
superficie de las implicaciones que tiene la práctica deliberada para la escritura.
Muchos de los que asistís a buenos cursos y talleres, y tenéis buenos profesores y mentores,
estaréis llevándola ya a cabo sin tener que haber leído un texto casi infinito de una bloguera
aficionada a los dragones, los unicornios y las cabras.
¿Que salgo en Gabriella Literaria? ¡Ay, qué ilusión! ¿Ca-brá
dicho de mí?
La disonancia cognitiva llega con aquellos que aseguran que pertenecen al segundo grupo,
cuando su comportamiento es del primero.
Di que eres escritor si quieres. La identidad es una parte crucial de todo este proceso:
cuanto mayor sea tu sensación de identidad, más posibilidades hay de que te tomes la
escritura con cierta disciplina.
Pero ¿hacer 10000 horas de escritura repetitiva, sin medir ni analizar ni buscar progreso?
Eso no es ser escritor, creo. Eso es repetir una y otra vez el mismo proceso, esperando
soluciones diferentes. ¿No era esa la definición de locura?
Más que nada, es perder el tiempo. Piensa en lo que podrías estar haciendo en vez de
escribir: criar pingüinos, ver The Good Place, descubrir una cura universal contra el cáncer.
Ahora que lo pienso, a lo mejor no deberíamos estar escribiendo ninguno.
Pero si lo vas a hacer, si vas a ser tan egoísta como para tomarte la escritura en serio en vez
de salvar al mundo del cáncer, ¿cuál es tu plan?