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Febrero 14, 2019PR ÓXI MO

Adán y Eva | Reto del amor


verdadero
Bethany Beal|Amor, Estudio bíblico2 Comentarios
    
¡Hola jóvenes verdaderas! Hoy iniciamos el reto del amor
verdadero. En esta publicación Bethany nos ayuda a ver en la
Palabra de Dios cómo la primera historia de amor nos apunta a
la más hermosa historia que jamás haya existido. ¿Te unes?
¡Busca tu Biblia y estudiemos juntas! –Betsy Gómez | Joven
Verdadera

¡Bienvenida al reto de amor verdadero!

¡Este reto requiere que abras tu Biblia!! Leamos Génesis 2-5.

Imagina un mundo en el cual el creador de parejas perfectas


existiera. ¿No sería eso romántico? Cero errores en las citas.
Cero relaciones confusas. Cero decisiones equivocadas. Cero
parejas incompatibles.
En un momento dado, ese mundo existió.
Vayamos juntas a un paseo al pasado, mientras exploramos la
primera historia de amor del mundo: la historia sobre el
matrimonio de Adán y Eva. Ve a tu Biblia en Génesis 2 y lee
este pasaje conmigo.

Y aún no había ningún arbusto del campo en la tierra, ni había


aún brotado ninguna planta del campo, porque el Señor Dios no
había enviado lluvia sobre la tierra, ni había hombre para labrar
la tierra. Pero se levantaba de la tierra un vapor que regaba
toda la superficie del suelo. Entonces el Señor Dios formó al
hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento de
vida; y fue el hombre un ser viviente. Y plantó el Señor Dios un
huerto hacia el oriente, en Edén; y puso allí al hombre que
había formado (Gén 2:5-8).

Dios, sabiamente creó el mundo y todo lo que hay en él (¡solo


con su Palabra!) y luego trajo a escena a Adán. Dios aún no
había creado a Eva; en este punto de la historia, Adán era el
único ser humano sobre la Tierra.

Volvamos a la historia en la que Adán termina de ponerle


nombre a los animales y se da cuenta de que todos tienen una
pareja, excepto él.

Entonces el Señor Dios hizo caer un sueño profundo sobre el


hombre, y éste se durmió; y Dios tomó una de sus costillas, y
cerró la carne en ese lugar. Y de la costilla que el Señor Dios
había tomado del hombre, formó una mujer y la trajo al hombre.
Y el hombre dijo:

Esta es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne; ella


será llamada mujer porque del hombre fue tomada.

Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a


su mujer, y serán una sola carne. Y estaban ambos desnudos,
el hombre y su mujer, y no se avergonzaban (Gen. 2:21-25).
¿Te maravillan estos versículos? ¡Todo esto es increíble! Dios
crea el mundo y luego coloca a un hombre y una mujer –
diseñados con total intencionalidad– en este mundo. Dios no
solo los hace compañeros de vida, no solo los deja en la tierra
con distintos animales, no solo los hace amigos, no solo los
crea como seres con un corazón. No, en cambio, Él hace
mucho más.
Él convierte al hombre y a la mujer en esposos. Él los hace marido y
mujer.

Dios concibe la idea del romance y le da al primer esposo, una


esposa con quien pueda disfrutar este regalo espectacular.
¡Qué asombroso es Dios! Nos amó tanto que nos diseñó con la
capacidad de experimentar amor de una manera tan hermosa y
única desde el principio de la humanidad.

No sé tú, pero la idea de ser creada y unida a alguien por el


Rey del Universo es bastante impresionante. Piénsalo. Adán y
Eva fueron creados el uno para el otro. No había ninguna duda
al respecto. Dios puso en Adán en un sueño profundo y usó
una de sus costillas para crear a la esposa de Adán. Ella era
hueso de sus huesos y carne de su carne. Ella era su mujer.

Cuando leo estos pasajes en Génesis, me sorprende lo


intencional que fue Dios. Él creó a Adán y Eva (y a cada ser
humano desde ese momento) con un corazón y, por ende, con
la capacidad de amar y ser amado. Él nos creó a cada una de
nosotras con un corazón que, en última instancia, anhela la
satisfacción completa en Su amor.
El perfecto amor de Dios.
¿Quieres saber qué es aún más increíble que ser unida a
alguien por Dios Mismo? Es el hecho de que Dios ya nos ha
elegido a cada una de nosotras (Efesios 1:3-6) y ha demostrado
el amor más singular que el mundo jamás haya visto (1 Juan
4:9-10).

Ya sea que te cases o permanezcas soltera, tienes la


oportunidad de experimentar el amor supremo de Cristo
Jesús. Puedes encontrar satisfacción completa en una relación
con Él.

Así como Él creó a Eva para Adán, Él te creó a ti para Él


Mismo. Él te ama profunda y plenamente. Él envió a su hijo
Jesús a morir en la cruz y resucitar de la muerte para que Él
pueda tener una relación contigo. Una relación que es más
satisfactoria que cualquier romance terrenal.

¡Eso es algo para emocionarse!

Hagámonos estas preguntas:

1. ¿Anhelo satisfacción completa en mi vida? ¿Cómo puedo


cultivar mi relación con Jesús de maneras más profundas
y significativas? (Porque ahí es donde se encuentra una
satisfacción profunda).
2. ¿Por qué es tan importante entender que Jesús me ama?
¿Cómo puede el entendimiento de su amor cambiar mi
visión de las relaciones terrenales?

La próxima vez que leas la historia de Adán y Eva, recuerda


que has sido elegida. Al igual que Eva fue creada y elegida
para Adán, tú eres creada y elegida por Dios, ¡y vivir en esa
Verdad puede cambiarlo todo para nosotras!

Regresa el viernes 15, estaremos estudiando la historia de


Isaac y Rebekah. Puedes adelantarte leyendo Génesis 24-28,
así estarás preparada para sacarle más provecho al estudio
bíblico.

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