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Las Emociones y su impacto en la salud

Valentina Di Donato 1121687

La felicidad es un pensamiento escurridizo, es un concepto personal. Posiblemente un


misterio para cada persona que intenta alcanzarla, que se debe analizar desde el asombro, la
humildad y la curiosidad. Nosotros mismos debemos estar bajo las condiciones adecuadas para
poder experimentarla. No es un destino, sino el camino que cada ser humano se plantea vivir.
La felicidad no es lo que colma los sentidos, es lo que colma el corazón. No está sujeta a
hechos pequeños como ver o sentir algo bonito, no es subjetiva. La felicidad realmente está sujeta
al sentido de la vida. Está sujeta al amor sin miedo al mal o la muerte. El amor es el antídoto ante
el miedo. Nuestra naturaleza precisa del miedo, pero esta debe estar en la dosis adecuada, porque
de lo contrario pasa a ser pánico. Mientras que el amor debe formar parte de nosotros como
agradecimiento, es por ello que, el miedo y el agradecimiento no pueden estar dentro de
nosotros, ya que son incompatibles.
Estamos atados a descubrir todo lo que nos rodea, pero pasamos de lado de nosotros
mismos, de nuestro interior espiritualmente hablando. La felicidad la sujetamos a situaciones
materiales y olvidamos que puede estar sujeta a esto, pero no es la totalidad.
Personalmente hablando, conectarme con mi espiritualidad ha cambiado mi vida. Desde
muy pequeña he sido una persona muy miedosa, y mi mayor miedo siempre ha sido la muerte. Me
costó muchísimos años encontrar paz espiritual porque sentía que la religión bajo la que fui
bautizaba no me la daba como lo necesitaba. Tenía unas metas, sabia como alcanzarlas, pero no
disfrutaba del camino. No fue hasta que tuve un montón de cambios buenos y malos en mi vida,
que empecé a plantearme la necesidad de encontrarme a mí misma y conectarme con mi lado
espiritual, porque la vida me estaba agotando y necesitaba hacer algo al respecto.
La meditación, lo poco de yoga que he podido hacer, la conexión conmigo misma, mis
luchas contra el miedo y el deseo de encontrarme y vivir mis días de manera positiva, cambiaron
por completo mi manera de vivir. Para nada es un camino fácil, y muchas personas no lo
entienden. Cada uno lucha contra sus propios impedimentos y tenerlo todo no siempre es la
solución. Amar, perdonar, agradecer y buscar ayuda cuando se necesita, forman parte de la clave
para vivir en paz y feliz.

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