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Josbely Valentina Moreno Villavicencio

CI.28.308.857

Análisis de la problemática causada por el pez León y la Tilapia como


especies invasoras en Venezuela (1959 – 2020).

El presente ensayo se realizará con la finalidad de dar a conocer a los lectores,


la situación que atraviesa Venezuela actualmente en torno a dos especies invasoras
que están afectando la biodiversidad a grandes escalas, las cuales son la Tilapia en
agua dulce y el pez León en sus mares.
Sin embargo, las medidas que se toman para solventarlo parecen no ser
suficientes. Las regulaciones en leyes y los incentivos que se ofrecen para tratar de
controlar su expansión en el territorio nacional no han dado los frutos que deberían
hasta el momento de cierre de esta investigación. Con este ensayo conocerás más
acerca de ellas y cómo afectan al ecosistema.
Para dar inicio a este ensayo académico, comenzaremos con una explicación
sobre qué son las especies invasoras y por qué son consideradas así; posteriormente,
se desarrollará la llegada del pez León y la Tilapia al territorio venezolano, como
consiguieron desenvolverse en sus aguas y de donde proviene su éxito, así como los
cambios que estos han ocasionado en la biodiversidad y las medidas tomadas por los
entes gubernamentales para su regulación. Para finalizar, se esclarecerá en base a
los argumentos desarrollados a lo largo de la investigación la respuesta a la pregunta
planteada posteriormente.
A lo largo de los años han llegado a Venezuela especies que no son propias
del territorio, muchas de ellas han sido producto de fenómenos naturales como
huracanes o tsunamis; otros por cambios climáticos causantes de la migración y
adaptación de estos seres y muchos de ellos por la acción del hombre, quienes las
han introducido en un nuevo hábitat sin considerar los posibles daños en la
biodiversidad de la zona.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente 1 (UNEP
por sus siglas en inglés), la principal problemática que puede causar una especie
invasora es la amenaza a la fauna nativa del lugar, convirtiéndose en muchos casos,
en un depredador de la flora y fauna del lugar. A su vez, estas especies pueden llegar
a afectar la economía del país cuando atacan o modifican a las principales fuentes de
ingreso de la ciudadanía, como por ejemplo: con la depredación y disminución en la
población de especies dando como resultado que estos seres puedan llegar a causar
la extinción de los ecosistemas nativos del lugar, provocando la modificación de la
biodiversidad, existe la posibilidad de que alguna de estas especies amenazadas
representen un interés económico para los lugareños. También pueden actuar como
vector de enfermedades que llegan a afectar a los seres humanos.
Uno de los motivos principales por el cual una especie se convierte en invasora
es debido a la pérdida de sus depredadores naturales en el nuevo hábitat. Como
resultado, las poblaciones de estos animales aumentan y se reproducen alcanzando
un nivel perjudicial para el medio ambiente nativo. Estas posibilidades aumentan
cuando las condiciones climáticas del nuevo entorno son similares a las del hábitat
natural de la especie, así como cuando se introduce intencionalmente. 1
Existen diferentes vías que proporcionan un método para la introducción de
una especie exótica invasora. Estos incluyen envíos de alimentos, movimientos de
materiales biológicos como madera o tierra, productos animales o vegetales; y el
comercio de mascotas y plantas. El movimiento internacional de barcos ha provocado
la propagación de muchas especies exóticas invasoras, ya sea porque las especies
viajan en los buques como polizones (como sucedió por muchos años con las ratas
que actualmente se encuentran distribuidas por todo el mundo) o que sean
transportadas en las aguas de lastre que se ha convertido en una de las fuentes clave
de especies exóticas invasoras marinas (como lo es según explica una de las teorías
de la introducción del pez león a Venezuela)1 .
Las especies invasoras han causado un gran problema para la economía
mundial, costando billones de dólares al año y considerándose una de las mayores
amenazas para la ecología del planeta. Es por esto que diariamente a nivel mundial
se llevan a cabo campañas de concientización sobre el tráfico de fauna silvestre y los
gobiernos imponen regulaciones a la entrada de especies foráneas a sus territorios.
Procurando así minimizar el riesgo de introducir especies que sean una amenaza para
la diversidad de las naciones e incluso de las regiones y continentes.1
En Venezuela distintas especies se han considerado como invasoras. Sin
embargo, en este trabajo nos enfocaremos en dos, el pez León y la Tilapia, quienes
representan un gran riesgo para la biodiversidad de nuestros cuerpos de agua dulce
y espacios marinos. Planteando como interrogante para el enfoque de la
investigación, por qué estas especies son consideradas como invasoras en
Venezuela y cuánto daño han ocasionado en el ecosistema durante el tiempo que
llevan en las aguas del territorio.
El pez León (Pterois miles) es un gran depredador originario del Pacífico
occidental y el Índico, desde donde ha sido importado a diferentes partes del mundo
debido al atractivo ejercido sobre las personas aficionadas al acuarismo.
Estos peces ostentan un patrón de colores a rayas verticales oscuras que van
del marrón, el rojo y estas mezcladas con otras más claras o blancas. Son peces de
tamaño medio, de entre 6 a 42 cm y lo podemos encontrar entre los 4 y 120m de
profundidad. Por otro lado, presentan unas espinas en las aletas dorsales y
pectorales, las cuales son extremadamente venenosas, causándole al animal o
persona afectada por su picadura un fuerte dolor, que trae como consecuencia la
presencia de los siguientes síntomas: náuseas, vómito, dolor de cabeza, mareos,
dolor en las articulaciones y ansiedad. Dicho dolor puede durar horas e incluso días.2
Para muchos, el poder observar estos hermosos peces en las aguas de
nuestros mares podría ser muy atractivo, debido a su particular colorido corporal
(pardo rojizo cubierto de finas listas blancas) y sus largas y llamativas aletas dorsales
y pectorales. Sin embargo, detrás de tanta belleza se esconde una terrible amenaza
para nuestros ecosistemas marinos y un eventual problema de salud pública.
Según el profesor Juan Posada3, perteneciente al grupo de del Departamento
de Biología de Organismos de la Universidad Simón Bolívar (USB) y experto en
biología de peces, se cree que la invasión de esta especie en las aguas del Atlántico
occidental debe haber ocurrido a partir de 1992, cuando al menos seis de estos peces
fueron liberados en la bahía de Biscayne (EEUU) al romperse el acuario que los
contenía durante el paso del huracán Andrew. No obstante, otras teorías afirman que
esta especie pudo llegar a costas venezolanas en las aguas de lastre de las
embarcaciones mercantes provenientes del Pacífico. Ocurriendo los primeros
avistamientos de este pez en Chichiriviche de la Costa y posteriormente
propagándose por todo lo largo de la región costera del país.
El pez león es un voraz y eficiente depredador, el cual puede poner en riesgo
el reclutamiento de importantes especies de peces e invertebrados de importancia
comercial (como los corocoros, la langosta), así como ecológica (de peces loro y otros
herbívoros que mantienen a raya el crecimiento de macroalgas sobre los corales).
Estudios realizados por el Instituto venezolano de investigaciones científicas 3
(IVIC) afirman que, el pez León no posee enemigos naturales en el océano Atlántico
y el mar Caribe, trayendo como consecuencia una mayor expansión territorial que
amenaza a otras especies. De igual modo, no se tiene conocimiento sobre cómo
controlar su crecimiento, debido a que una hembra puede llegar a liberar miles de
huevos cada semana durante un año; ubicándose únicamente en aguas profunda en
su etapa juvenil y dificultando así su caza antes de que alcance su madurez sexual y
logre reproducirse.
Cuando esta especie se encuentra en su hábitat natural, es presa de distintos
animales como grandes morenas, peces ballesta, peces sapo, tiburones, meros,
tamboriles y otras variedades de peces león; sin embargo en las aguas del mar caribe
y del océano Atlántico los peces autóctonos prefieren seguir alimentándose de los
individuos comunes, a hacerlo de un nuevo pez con aspecto temible y peligroso como
lo es el León. No obstante, se afirma la existencia de tiburones y grandes meros
capaces de consumirlos, pero la dificultad de caza que este presenta, lo convierte en
un ser poco apetecible para ellos.2
El gran problema es que el pez león arrasa con todas las especies nativas de
Venezuela, lo que afecta la pirámide alimenticia. Estudios del IVIC3 indican que
pueden comer ejemplares juveniles de langosta, crustáceos, pulpos, calamares y
otras especies de importancia económica. También jureles, sardinas y hasta
barracudas, lo que impacta la pesquería, pero, además, si se comen a los herbívoros
de los corales, el exceso de algas puede matar a los arrecifes. A su vez, llega a
consumir especies que son una fuente de ingreso para la pesca de la nación, así
como para el turismo, debido a que son animales de principal ingesta en las costas y
archipiélagos venezolanos como, por ejemplo: el mero, pargo, langostas, entre otras.
Un problema menor (en comparación con la pérdida de la biodiversidad) es el
riesgo que representa este animal para el ser humano que, aunque su veneno no es
letal (exceptuando a las personas que presenten alergia a sus toxinas) si puede hacer
a cualquier buzo, pescador o bañista pasar un muy mal rato. Existen reportes
semanales en diferentes estados del país sobre la cantidad de gente que puede sufrir
a causa de la picadura de estos seres. Entre los síntomas que presenta una persona
afectada por ellos se encuentra: un arduo y casi intolerable dolor, una inflamación
bastante pronunciada en el área de la picadura, fiebre, mareos, disnea, hipertensión,
cefalea y algunos casos necrosis del tejido afectado. La fiebre, el dolor e infecciones
bacterianas secundarias, y el edema disminuye de manera gradual, llegando en
algunos casos a continuar por dos o tres meses.4
Es un pez bastante territorial que al ver invadido su espacio ataca sin ninguna
contemplación a quien se ponga frente a él, al ser picado por un pez león se debe de
mantener la calma y acudir al centro médico cercano para evitar complicaciones
severas, sobre todo si no se tiene conocimiento acerca de si se es alérgico o no a sus
toxinas.
Estudios publicados por Morris2 en el 2013 establecen que, para lograr una
buena reducción de la población total del pez León, es necesario extraer el 27% de
su población adulta en un mes; y entre el 15 y el 65% anualmente. Sin embargo, es
necesario de una tecnología avanzada que por distintos factores es inexistente en
Venezuela, pero han buscado la manera de controlar el ámbito local, trayendo consigo
buenos resultados.
Es así como el gobierno ha tomado medidas para el control de esta especie,
iniciando con su extracción de las aguas y a pesar que es un método que no garantiza
su erradicación, ayuda a su disminución y crea tiempo mientras se desarrollan nuevos
planes con una mejor eficacia. Entre las estrategias tomadas se encuentra la
realización de campañas y planes de incentivo para la caza de este pez y su uso
como plato principal en muchos restaurantes; un claro ejemplo de esto fueron los
talleres dictados por el Departamento de Estudios Ambientales de la Universidad
Simón Bolívar (USB), los cuales explicaban los motivos se la caza de este pez e
incitaban a hacerlo. De igual forma, estos fueron dirigidos a un grupo de turistas con
el fin brindarle interés en su consumo en forma de ceviche, sushi o frito.5
También se ha incentivado la caza con competencias de captura del pez león,
invitando a pescadores submarinos y buzos de todas partes del mundo a que
colaboren con el control de esta plaga marina. Anualmente la Federación Venezolana
de Actividades Subacuáticas (FVAS), prepara su válida nacional de aguas abiertas
para la captura el pez león buscando así reducir su población.
Cabe resaltar que según FVAS3, el pez león es la única especie en Venezuela
que no tiene restricción al momento de su captura y comercialización, esto quiere
decir que en pesca submarina puede ser cazado tanto a pulmón como con tanque y
no hay límite en la cantidad de ejemplares que pueden ser capturados.
Como segunda especie invasora que afecta gran parte de la fauna marina
venezolana se encuentra la Tilapia, la cual ha traído muchos beneficios a la economía
del país, pero no justifica el daño que ha causado a la diversidad del ecosistema de
las zonas en donde habita.
La tilapia (Género Oreochromis denominado a partir de este momento con la
abreviatura O. seguido del nombre de la especie) es un pez de origen africano .
Habitan mayoritariamente en las aguas dulces de regiones cálidas, es por esto que
Venezuela tiene unas condiciones favorables para su reproducción y crecimiento.
Posee un cuerpo comprimido y discoidal, con boca ancha, labios gruesos, dientes
cónicos y en algunas variedades de tilapia también presentan incisivos. Para su
movimiento, consta de aletas pectorales y ventrales, así como de aleta caudal, dorsal
y anal. Pueden llegar a alcanzar los 45 cm de longitud y tienen un peso aproximado
de medio kg. Las variedades de tilapia que encontramos en Venezuela presentan
coloraciones grisáceas a plateadas, los machos de estas, conforme van avanzando
en edad su coloración se vuelve más opaca y negruzca, funcionando, así como un
dimorfismo sexual.6
Es un individuo con una gran capacidad de adaptación, pudiéndose desarrollar
en aguas dulces, saladas e incluso aguas con poco oxígeno; en cuanto a la
temperatura, puede variar entre los 15 y 30°C; tiene una gran tolerancia a zonas con
altas densidades poblacionales, pudiendo así vivir en hacinamiento de poco espacios
para grandes cantidades de peces, es factible su desarrollo en cautiverio, posee una
gran gama de alimentos para su consumo (siendo una especie omnívora) y es
resistente a muchas enfermedades. Sin embargo, su característica más importante y
uno de los factores que aumentan el gran riesgo que esta presenta a la población es
su alta fertilidad, pudiendo reproducir a temprana edad, alcanzando su madurez
sexual a los 2 o 3 meses y en un tamaño muy pequeño; a su vez, estas presentan un
método de incubación bucal, protegiendo así a sus futuras crías de otros animales y
asegurando su reproducción y evitando que su especie se reduzca.6
La tilapia fue introducida en Venezuela en el año 1959, estos peces traídos
desde Trinidad y Martinica, empezaron a explotarse con algunos cultivos
especializados que llevaban como propósito la alimentación de otros peces
carnívoros más grandes. La visión principal era aprovechar los por su elevada tasa
de reproducción, para tenerlos como alimento casi ilimitado. Posteriormente, de una
forma ilegal se fue expandiendo su cría en cultivos clandestinos aislados, para luego
ser introducido en la laguna de valencia y otras lagunas costeras del país con la visión
de que pudieran ser aprovechadas por los pescadores.7
Sin embargo, no fue hasta 1992 que se empezó a producir este tipos de
cultivos de una forma legal y se aprobó su entrada al país mediante una resolución
conjunta del Ministerio de Agricultura y Cría y el Ministerio del Ambiente y Recursos
Naturales Renovables con la intención de reglamentar la introducción y manejo de
distintas variedades de tilapia como lo son la O. aureus y O. hornorum, para así
ampliar los nichos que pudieran ser explotados en la acuicultura, fue una propuesta
atractiva para los entes reguladores debido a las condiciones que puede soportar este
pez y lo fácil que puede ser su cría, sin tomar en cuenta el gran daño que causaron a
largo plazo.7
Estas normas fueron derogadas el 06 de julio de 1997 y sustituidas por la
resolución conjunta del Ministerio de Agricultura y Cría Nº 117 del Ministerio del
Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables, Despacho Del Ministro Nº 70,
publicada en Gaceta Oficial Nº 36.204 del 13 de mayo de 1997. Para 1998 ya se
habían establecido más de 200 granjas tilapicultoras en todo el territorio venezolano.
Sin embargo, no se tomaron en consideración algunos aspectos importantes en la
biología de estos animales, ni la primera, ni la segunda vez que se establecieron leyes
y normas en las que se hablara de la introducción y manejo de estas especies en el
país.7
Esto demuestra el desconocimiento y los pocos estudios que se realizaron sin
considerar los efectos negativos que podría traer esta especie en la flora y fauna
venezolana. La falta de sistemas de alerta y la carencia de personal capacitado para
realizar las evaluaciones de riesgo. Por lo tanto, el cultivo de Tilapia, aun con la
reglamentación vigente, sigue siendo una seria amenaza para la biodiversidad del
territorio venezolano. La cual se ha ido propagando lentamente por todos los cuerpos
de agua dulce del país ya sea porque algunos de ellos tienen conexiones a través de
ríos y canales o por la introducción premeditada por parte del ser humano.
La norma que regulan el cultivo de tilapia en Venezuela, no toman en cuenta
la destrucción de la biodiversidad de la nación, siendo aún más grave, la falta de
consideración de su reproducción a mar abierto; lo que demuestra que el gobierno
venezolano no cuenta con las herramientas legales para impedir la propagación de
una especie que puede terminar acabando con la fauna marina del país. Tampoco
han prevenido la proximidad de las instalaciones de algunas de las zonas de cultivo
a los cuerpos de agua marina, dejando en muchas ocasiones la vía expedita para la
introducción accidental de estas especies al medio.
Por este motivo, se considera que ninguna especie exótica debe ser
introducida a un nuevo territorio con el fin de ser cultivadas, debido a que pueden
llegar a ocasionar un gran daño a la biodiversidad del lugar cuando estas no son
manejadas con el suficiente cuidado y con las medidas adecuadas para evitar su
propagación por todo el territorio, y prevenir una situación como la ocurrida con la
Tilapia en Venezuela.
Después de la introducción de las tilapias en la Laguna de los patos en
Cumana, edo. Sucre, Venezuela. en el año 1964, se realizaron estudios que revelaron
la existencia de 23 especies de género distinto. Pero 12 años después, en en 1977,
se inició otra investigación con una duración de 1 año, en donde se estudiaron las
especies que habitan actualmente en la laguna, arrojando como resultado la
existencia únicamente de 10 especies; posteriormente se analizaron las posibles
causas que provocaron este terrible hecho y revisar el contenido estomacal de las
Tilapias, se comprobó que ellas se convirtieron en las principales depredadoras de la
zona, llegando a consumir más de la mitad de su población.8
17 años después de la introducción de las Tilapias a la Laguna de los Patos,
estas ya habían invadido la cuenca del río Manzanares y actualmente es posible
apreciarlas en las proximidades de los vertederos de aguas domésticas al Golfo de
Cariaco. Así mismo, se han capturado varios ejemplares maduros y adultos a solo
100m de distancia de la orilla del mar de las costas orientales, con un conjunto de
crías resguardadas en la cavidad bucal, demostrando así la adaptación que ha
adquirido esta especie y su reproducción en el territorio nacional.8
Uno de los motivos principales por el cual el gobierno venezolano no creado
nuevas leyes que regulen la explotación de la tilapia como método de comercio y si
introducción a las aguas venezolanas, es el ingreso económico que estas generan.
Recordando que según la Federación de las naciones unidas para la alimentación y
la agricultura (FAO por sus siglas en inglés) esta especie es el segundo grupo de
peces más importantes en la acuicultura mundial después de las carpas chinas, y
posicionándose en una producción anual que supera los dos millones de toneladas.9
Calculando que en Venezuela para el año 2004, se producían 100.000 tilapias rojas
por hectárea al año, distribuidas en dos ciclos de seis meses cada uno en donde se
generaban 50.000 tilapias, dando un total de 35 toneladas al año y ocupando un
puesto del 16,6% de la producción nacional.7
El cultivo de este animal se sitúa como el segundo rubro acuícola más
importante para la nación, sin embargo, la calidad genética de reproductores a ido
decayendo a causa de la falta de asistencia técnica, financiamiento y transferencia
técnica. Sumado a la ausencia de productores de semilla certificada, falta de un banco
de reproductores o programa de mejoramiento de las líneas existentes en el país, alto
costos de los alimentos para tilapia y un panorama poco claro de los canales de
comercialización; los cuales no permiten la oferta suficiente de una demanda de crías
en cantidad y calidad, influyendo así la baja rentabilidad de ambos cultivos y
afectando la producción en los últimos seis años. Es así como esta explosión se ha
convertido en un 5% de la producción nacional, pero afectando cada día más la
biodiversidad de las distintas zonas del país donde habitan como fauna libre. 9
Tras haber estudiado la existencia de las especies exóticas que pueden llegar
a convertirse en una especie invasora, podemos establecer una clara relación entre
estos términos y las dos especies de animales que se plantean en el desarrollo del
ensayo, los cuales son el pez León y la Tilapia. Entendiendo que estos son dos tipos
de peces distintos pertenecientes a la fauna marina venezolana pero que no tienen
su origen en este lugar, sino, que han sido introducidos a las aguas del caribe por
distintas causas como la ocurrida con el pez León, quien fue trasladado desde los
Estados Unidos por un huracán, es decir de forma natural. O de forma intencional y
por acciones del hombre como es el caso de la Tilapia.
Ahora bien, estos animales no se han convertido en especies invasoras
únicamente por su asentamiento en aguas venezolanos; sino, por su desarrollo de
forma satisfactoria fuera de su hábitat de distribución natural. Todo esto gracias a
distintos factores como su gran capacidad de adaptación o la inexistencia de
depredadores específicos de estas especies. Trayendo consigo su reproducción
agresiva por todo el territorio, produciendo alteraciones en las riquezas y modificando
la diversidad de los ecosistemas.
No obstante, el problema repercute en la llegada de dos nuevas especies a un
nuevo hábitat, sino, del daño que ellas han ocasionado desde su implantación en las
nuevas aguas. Trayendo consigo consecuencias negativas de índole ecológico como
es la eliminación de muchas especies nativas del lugar y pudiendo llegar a provocar
en un futuro que sean clasificadas como especies en peligro de extinción. Por otro
lado, también influye en la economía del país debido a que muchas de las presas del
pez León y de la Tilapia, son de vital importancia para los dueños de los distintos
restaurantes turísticos, pues forman parte de su menú principal y de los platos más
consumidos para los turistas; pero con la reducción de estas especies en en los mares
y su complejidad de caza para los pesqueros, todos los dueños de restaurantes se
han visto en situaciones muy críticas.
Es importante resaltar que Venezuela, es uno de los países más bello y rico
del mundo en cuanto a biodiversidad se trata y es por esto que se deben de tomar
medidas eficaces que pongan un fin o ayuden a el control de todas las especies
invasoras que amenazan a los ecosistemas del país, para evitar la destrucción de la
flora y fauna nativa del lugar.
El deber de los entes reguladores tanto en Venezuela como a nivel mundial,
es el de garantizar el completo desarrollo y crear una conciencia social en torno a
temas ecológicos, debido a que, sin esta conciencia, no se logrará llegar a ningún
lugar mejor como especie.
Referencias bibliográficas

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[consultado el 25 de marzo de 2020]. Disponible en: https://www.aquatic-
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