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¿Quién dijo cursi?

Nuria Pereira, directora del Instituto Europeo Campus Stellae,


vuelve a su encuentro semanal con los lectores de EL
CORREO para aclarar nuevas cuestiones sobre protocolo,
ceremonial, buenas costumbres y otras curiosidades

¿Cuándo empezó a emplearse la palabra cursi?

Fue entre 1830 y 1840, para designar a las personas que


querían aparentar ser elegantes y refinadas, cuando en
realidad no lo eran.

¿Cuándo aparece publicada por primera vez esta palabra?

Fue el domingo 25 de diciembre de 1842 cuando se publica


por primera vez en el llamado Periódico de Literatura,
Ciencias, Artes y Modas. En los artículos no se hacía mención
a los redactores, salvo a sus iniciales, con las que firmaban
artículos como "Un cursi". Más tarde, el 21 de octubre de
1962 Ramón Solís recopila estos datos en un artículo titulado
La cursilería y las niñas de Sicour en el periódico ABC de
Madrid.

¿Qué es ser cursi?

Es el propio Solís quien define a una persona cursi como a


aquella que quiere ser elegante sin tener las condiciones
necesarias para ello. Solís matiza que es por falta de medios
pecuniarios o bien por carecer de gusto, y yo añadiría que es
por carecer de formación. Otros autores son mas sarcásticos
y usan el término para describir a la persona que pretende ser
elegante usando un molesto exhibicionismo ridículo.

Pero, cuándo decimos que un artista o una obra es cursi, ¿el


significado es el mismo?
Es en Cádiz, en la Mirandilla y en plaza de la Mina, donde se
comienza a hablar de cursi en el terreno artístico a raíz del
trabajo del sastre francés Sicourt (Sicur para los gaditanos),
que seguía y tenía de referente a su madre patria Francia,
durante siglos cuna de la moda. Asiduo a las publicaciones
de moda de la época, era famoso por seguir y copiar modelos,
patrones y diseños para vestir a sus hijas a la última de París.
Este hecho dio lugar a una coplilla que los entonces
estudiantes de Medicina de la ciudad canturreaban al verlas
pasear y cuyo estribillo era: "las niñas de Sicur, Sicur, Sicur ".
Este estribillo, repetido una y otra vez de forma rápida, hace
que suene y se convierta en la palabra cursi.

Resumiendo, ser cursi no implica ser elegante. Entonces,


¿cuáles son las claves de la elegancia?

Esta pregunta me trae a la memoria una de mis frases


favoritas: naturalidad, sencillez y discreción, son la esencia de
la elegancia.

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