El Islam: El islam23 (del árabe: اإلسالم, al-Islām (?·i)) es
una religión abrahámica monoteísta basada en el Corán, el cual establece como premisa fundamental (shahada) para sus creyentes que «No hay más Dios que Alá y Mahoma es el último mensajero de Alá».45 La palabra árabe Allah, hispanizada como Alá, significa Dios y su etimología es la misma de la palabra semítica El, con la que se nombra a Dios en la Biblia. Los eruditos islámicos definen al islam como: «La sumisión a Dios el Altísimo a través del monoteísmo, la obediencia y el abandono de la idolatría».6 Los seguidores del islam se denominan musulmanes (del árabe muslim مسلم, 'que se somete'). Creen que Mahoma es el último de los profetas enviados por Dios y sello de la Profecía.7 El libro sagrado del islam es el Corán,8 que según los musulmanes fue dictado por Alá a Mahoma a través de Yibril (el arcángel Gabriel). Se acepta como profetas principalmente (pero no limitándose) a Adán, Noé, Abraham, Moisés, Salomón y Jesús (llamado Isa), al que el Corán reconoce como: 'El Mesías, la Palabra de Allah, Su Verbo' (Sura 5, n.º 169). Además del Corán, los musulmanes de tradición sunita siguen asimismo los hadices y la sunna del profeta Mahoma, que conforman el Registro histórico de las acciones y las enseñanzas del Profeta. Se aceptan también como libros sagrados la Torá (el Pentateuco de los cristianos), los Salmos y el Evangelio.9
El Imperio Bizantino: El Imperio bizantino o Bizancio fue la
parte oriental del Imperio romano que pervivió durante toda la Edad Media y el comienzo del Renacimiento. Este imperio se ubicaba en el Mediterráneo oriental. Su capital se encontraba en Constantinopla (en griego: Κωνσταντινούπολις, actual Estambul), cuyo nombre más antiguo era Bizancio, importante ciudad de la Tracia griega fundada en el 650 a. C. También se conoce al Imperio bizantino como Imperio romano de Oriente, especialmente para hacer referencia a sus primeros siglos de existencia, durante la Antigüedad tardía, época en que el Imperio romano de Occidente todavía existía. Dado que el Imperio romano había establecido que la lengua en todo el territorio debía ser el griego, los historiadores en general coinciden en señalar que el Imperio bizantino fue un imperio griego en alianza política con Roma.23 A lo largo de su dilatada historia, el Imperio bizantino sufrió numerosos reveses y pérdidas de territorio, especialmente durante las guerras romano- sasánidas, guerras bizantino-normandas, Guerras búlgaro-bizantinas y las guerras árabo-bizantinas. Aunque su influencia en África del Norte y Oriente Próximo había entrado en declive como resultado de estos conflictos, continuó siendo una importante potencia militar y económica en Europa, Oriente Próximo y el Mediterráneo oriental durante la mayor parte de la Edad Media. Tras una última recuperación de su pasado poder durante la época de la dinastía Comneno, en el siglo XII, el Imperio comenzó una prolongada decadencia durante las guerras otomano-bizantinas que culminó con la toma de Constantinopla y la conquista del resto de los territorios bajo dominio bizantino por los turcos, en el siglo XV.