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Marxismo y estalinismo:

icontinuidad o ruptura?
Crítica al texto: “El socialismo: ¿desmentido o traicionado?”

Manuel Anuilar Mora*

stamos frente a un texto que es puntual con la actualidad ideológica c o n -

E temporánea de los medios intelectuales, la cual, como se sabe, está marcada


por el “neoliberalismo”. Como tal entendemos la filosofía, la ideología y la
práctica social centradas alrededor del individualismo, las fuerzas del mercado, la
voluntad del “yo”, el rechazo a las cuestiones colectivas y a las soluciones
comunitarias. Es la filosofía del triunfo de la razónempírica del individuo colocado
en el centro del universo. Clases y masas en movimiento, problemas históricos en
la dialéctica, utopías emancipadoras y liberadoras, todo ello es descartado como
“ideología” y asumido como elementos distorsionados de la realidad.
El texto, sin embargo, es en cierta forma ambiguo en su principal propósito que
es enunciado desde el primer párrafo en la siguiente forma: demostrar que en Marx
y Engels se encontraban ya “los gérmenes burocráticos autoritarios” que finalmen-
te se convirtieron en “las hurocracias autoritarias y dictatoriales de los países del
Este”. En síntesis, la concepción de que en la barbas de Marxse estaba ya incubando
a Stalin. Como se sabe, hay teóricos revisionistas franceses - c o m o Furet- que

‘Fundador y dirigente nacional del Partido Revolucionario de los Trabajadores. Sección mexicana de
la IV Internacional.

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vdn más allá y señalan a los jacobinos, dirigidos por se puede salvar el marxismo teórico sólo a condición
Robespierre, como los paradigmas del totalitarismo de demostrar que aquello que ha sido construido en su
esta 1in ista . nombre es una deformación del mensaje original.
Pero al msmo tiempo, precisamente en el párrafo
mencionado líneas arriba, el autor también haMa de’ Pero el autor hace suyos los planteamientos de
que et fracaso del “socialismo real” que representa Pellicani: “tal operación, cualquiera que sea la pro-
la muerte del marxismo como ideología del Estado, babilidad intelectual de que se cumpla, es grave-
plantea también “la urgencia de recuperar su aspecto mente incorrecta”. Además de calificarla de “insi-
científicoiocial como unos de los principales para- diosa”, “ilusionadora”, esta operación es por completo
digmas analíticos del mundo contemporáneo”. Pre- descartada con la acusación de que podría alimentar
gunto yo: ¿,cómo un método o una ideología muerta “la promesa social de un mundo sin clases y sin Es-
+omo tratará de demostrar en todo su texto el tado”. Lo cual es consternante para Pellicani tanto
autor- puede al mismo tiempo ser recuperado co- como para el autor criticado. Para este último “ el
mo paradigma de análisis científico? Esta contradic- desmentido de la historia” ha sido inapelable contra
ción no está resuelta en el texto y deja un sabor de el marxismo (¿y qué queda de su paradigma cientí-
eclecticismo al final de su lectura, pues el autor se fico?) y para demostrarlo propone un método: “ha-
quedó desde el principio entrampado en ella. cer hablar a los mismos que lo han elaborado”. O
A cnntinuación el autor plantea la cuestión funda- sea, la historia movida por ideas, ya sabido desde los
mental que ha sido reivindicada por el marxismo textos del viejo Hegel.
revolucionario desde 1917 -exponentes de esta Así,el autor cree encontrar “el métndo perfecto”
corriente son desde Rosa Luxemburgo hasta Trotsky, para descalificar a los marxistas y leninistas cuya
pasando pnr L e n i n mismo quien fue el primero en práctica “objetivamente”-y es el autor mismo quien
definir a la UHSS como una república de trabajado- entrecomilia-conduce a los nefastosresultadns que
res deformada burocráticamente- a saber: ¿hasta todos sabemos, a pesar de las buenas intenciones, las
q u i punto la realidad soviética reivindica a la teoría cuales el autor acepta que pueden existir.
marxista o la niega y la anula? A continuación el autor seguirá el curso propuesto
Obviamente la forma elemental de constaiar esto por Pellicani, quien lo llevará al interior de la crítica
es confrontando los textos libertarios y revoluciona- al marxismo.
rios de Marx d e s d e los Manuscritos económico
filosó/icos de París de 1844- hasta los de Lenin 1. El proletariado como categoría mefajísicu.
-El Esta& y la revolución, entre otros- y del Discrepa de la visión de Marx, quien ve en el prole-
propio Trotsky, quien en La revolución fraicionada tariado el sujeto de la acción revolucionaria trans-
escribió la crítica marxista clásica de la burocracia formadora por antonomasia de la sociedad capitalis-
soviética insuperable hasta hoy y de cuya mesa se ta. Discrepa de la teoría del partido leninista y se
han nutrido diversas corrientes críticas socialistas. apoya en críticas de otros marxistas como Luxem-
Como lodice el autor: burg», Trotsky y Plejanov.

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MARXISMO Y ESTALINISMO:;,CONlTNUIDAD O RUPTURA?

emancipación de las masas para “luego sojuzgar-


las”. Como se sabe, Marx planteaba que “la libera-
ción de los trabajadores sería obra de los trabaja-
dores mismos”. Y el socialismo, ante todo, debía
considerarse como “la libre asociación de los pro-
ductores”. Que la “dictadura del proletariado” para
Marx era la “dictadura de la mayoría” y no de u n
déspota como Stalin, está lejos de la visión prejuz-
gada de Pellicani y su correligionario en México.
[,Acaso es posible pensar que “Marx no quiso tomar
en cuenta nunca la hipótesis de la degeneración de
la dictadura revolucionaria”? Todos los datos seña-
lan que en efecto Marx no tomó en cuenta dicha
hipótesis w m o otras más del futuro socialista. Hoy
podemos decir que para nuestra mala suerte, Marx
se negó siempre a hablar de las formas que tendría
un futuro socialista o una sociedad de transición más
allá de fórmulas muygenerales: la revolución comu-
2. La falsa y la verdadera conciencia. Niega la nista estallaría en los países más avanzados, en la
teoría de la enajenación (alienación) de Marx. Con- punta de la civilización, la historia se haría en f u n -
sidera falsas las argumentaciones marxistas que ción de los acervos ya logrados en el capitalismo y
conciben al proletariado y a las masas oprimidas no retrocediendo sobre ellos.
sometidos a una “wnciencia falsa” de su situación. ¡Francamente es insostenible decir que Marx es
Impugna la atribución “mesiánica” de Marx y Engels el padre intelectual del estalinismo!
de hacerse los depositarios e intérpretes del “Telos”de
la historia revolucionaria.
Este rechazo no le permite comprender al autor El elogio del terror
las diferenciaciones en la conciencia popular. No
hay “un nivel de conciencia” popular, hay diversos. El autor, siguiendo nuevamente a l teórico italiano
Y lo que Marx apunta es que esos niveles están en Pellicani, sostiene que Marx no hablaba de “una
gran parte determinados por l a ideología dominante. democracia super¡&’’ cuando se refería a la “dicta-
dura del proletariado”. Señala, en primer lugar, que
3. Confronta a Bakunin con Marx. La cita de en efecto, Marx y Engels fueron muy parcos sobre
Bakunin (pág. 9) podría parecer una premonición del el tema. No avanzaron mucho en sus análisis al
totalitarismo estalinista. Pero su final traiciona al respecto. Pero despuis afirma algo que va wmple-
espíritu de Marx; según Bakunin, Marx habla de tamente en contrasentido al meollo del pensamiento

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político marxista: “En el esquema del materialismo Supresión del mercado


histórico no existe lugar alguno para la democracia
pluralists" (pág. 10). L a razón sería porque son Para el autor que nos ocupa, la crítica marxista a los
partidarios de la lucha de clases, la cual lleva “a la fundamentos de ia economía capitalista --o sea, la
guerra” y, por cierto, en “la guerra no hay democra- separación/enajenación del praductor de su produc-
cia”. Aquí el autor confunde el acto mismo de la to, la imposición ciega de las leyes del mercado
revolución, en el cual la violencia es necesaria -así sobre los productores, la explotación capitalista del
ha sido desde la Revolución francesa- con el resul- trabajo asalariado-son meros pmj
tado de la revolución, el Estado revolucionario. Sa- na validez (suRonernos que “cienti
bemos que la experiencia soviética en su primera autor no
etapa (1917 y 1918) quiso implantar la democracia ism0 de Marx y Engels
de partidos dentro de los soviets. Sabemos también en “eg.taiizaci6nintegral de la vida económica.
que fueron razones básicamente externas las que adminkfraciirn monopóli& y centralizada e
impidieron que esa democracia cristalizara: el cerco las ramas de la producción, y por tanto, necesaria-
militar y bélico de los imperialismos “democráti- mente su distribución centralraada de las mismas”
~l>s”de Estados Unidos, Francia e Inglaterra. (pág. 13). Considera “mitol6giea” la crítica marxista
El otro argumento para fundamentar la supuesta del mercado y sus consecuencias deshumanízantes.
propuesta prodictatorial y no democrática de Marx, Con certeza y seguridad van apareciendo en el autor
es su apoyo al terrorismojacobino.* ¿Qué esperaban los conceptos claramente procapitalistas.
de revolucionarios a mitad del siglo XIX?¿Acaso la Pero para hacer un pequeño rodeo desorientador,
experiencia jacobina de 1792-93no era para ellos el autor se identifica c o n posiciones anarquistas.
la Culminación de la experiencia revolucionaria’? Veamos. Para lograr la identificación de lossocialis-
Es ciertci que Pellicani y el autor reniegan no s6lo tas libertarios (anarquistas para él) con posiciones
de Leiiin sino de Robespierre; no scílo de la revolu- antimarxistas, el autor, c o n Pellicani, debe recurrir a
ci6n socialista, sino de la burguesa. En fin, ellos, a la identificación de las posiciones marxistas con las
diferencia de Marx y Engels, no son revolucionarios. estalinistas. Así, para ellos la degeneración burocrá-
Y la revolución, en efecto, o se impone al viejo tica soviética fue lo que Marx y Engels avizoraron
régimen o no triunfa. ¿,Ejemplos? Alemania 1919- como socialismo: “la fusión del poder económico
33; Francia 1936-39, Espaia 1936-39, China 1926- con el poder político en una estructura imperativa
27, Italia 1945-48, Chile 1973, etcétera. única del Estado planificador, no puede dejar de
volver más duro el estado de sujeción de los obreros,
* Corno se sabe, Marx quiso pero no pudo cscrihir una privados de todo instrumento de protesta y resisten-
historia de la Convención republicana y para ello realizó cia” (pág. 14).
sus típicas caudalosas lecturas del tema. Una investigación Para Pellicani y nuestro autor lo que pasó en la UKSS
dctallada mostraría que Marx tuvo una visión mucho m6s burocratizada y estalinizada habría dado razón a los
matizada dc los jacobinos dc lo que se sulmw’. juicios de Proudhon expresados poco antes de morir.

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MARXISMO Y ESTALINISMO: iCONTlNUIDAD O RUF’TLIRA?

Este recurso a Proudhon y a Bakunin para contra- Si Marx llamó a la sociedad que se fundaba sobre las
ponerlos a los conceptos marxistas de socialismo bases de la socialización de las fuerzas productivas del
y dictadura del proletariado es típico de la crítica del capitalismo más avanzado de su época, la etapa infe-
texto. Completamente libresca y alejada de la histo- nor del comunismo, entonces esta designación no se
ria y de l a vida misma de la revolución mundial y, aplica obviamente a la Unión Soviética, que es todavía
por tanto, rusa. Para Pellicani y nuestro autor no hoy considerablemente más pobre en técnica, cultura
existe el imperialismo, no existe la guerra mundial y las buenas cosas de la vida que los países capitalistas.
de 1914-19, no existe la “Revolución permanente” Sería entonces más correcto nombrar al régimen so-
en el sentido que le dio Trotsky, donde las contra- viéiico actual con todas sus contradicciones, no un
dicciones imperialistas condujeron a que el primer régimen socialista, sino un régimen preparatorio, t r o t -
país que rompiera la cadena capitalista no fuera, sicional del capitalismo al socialismo.
pese a lo que Marx y Engels creían, uno de los más
desarrollados como Alemania, Estados UnidosoFran- iPalabras en verdad tan aplicables hoy a la URSS
cia, sino un país atrasado que quedó aislado como de Yeltsin y Gorbachov como a la URSC de Stalin de
resultado del fracaso de la revolución mundial. Obvia- hace medio siglo!
mente que Marx y Engels no podían haber previsto Y con más precisión, Trotsky explica -lo que
la degeneración estalinista porque por principio tam- está más allá de la comprensión de los Pellicani y
poco fueron partidarios de ir más allá de generalida- sus seguidores en México-: “Una economía socia-
des en el esbozo de la generación de la nueva so- lista con una técnica superior a la del capitalismo
ciedad que surgiera de la revolución socialista. tendría realmente garantizado su desarrollo socialis-
Para Marx, la etapa inferior del comunismo era ta sin problemas - d i r í a m o s incluso, automática-
identificada w m o una sociedad que desde el princi- mente- algo que desafortunadamente es todavía del
pio era superior al capitalismo más avanzado. Ahora todo imposible de decir de la economía soviética.”
bien, como todo el mundo sabe, la Rusia capitalista Y esto dicho en 1991 es aun más evidente cuando
estaba muy atrás de la Europa occidental capitalis- el ala prorestauracionista del capitalismo encabe-
ta. Era imposible que si quedaba aislado - c o m o zada por Yeltsin tiene más fuerza que nunca, a pesar
quedó- el “socialismo” soviético superara los ni- de que después de que Trohky escribió esas palabras
veles capitalistas occidentales. De hecho, aunque en la URSS progresó hasta convertirse en la potencia
forma contrapuesta, los autores convergen con los adversaria más importante de Estados Unidos, pe-
estalinistas. Ellos también describían a la URSS como ro sin poder colmar la brecha en productividad
una “sociedad socialista” de acuerdo con los moldes del trabajo y nivel de tecnificación que la separoba del
marxistas. Por diferentes caminos Pellicani y nues- imperialismo en líneas generales.
tro autor llegan al mismo lugar que los estalinistas. Ante esta realidad concreta que adquirió la prime-
Trotsky lo explicó perfectamente en La reuolu- ra experiencia revolucionaria socialista triunfante en
ción Iraicionada, escrita en 1936, hace más de cin- la UKSS, ¿,no son acaso patéticas las lamentaciones
cuenta años: de los que eluden estas realidades citando a teóricos

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del siglo XIX por completo fuera del contexto e n victorioso no puede haber combatido en vano; debe
que se desarrolló la revolución en el siglo XX’?¿En qué continuar este dominio con el terror que sus armas
representa la burocracia estalinista “la sociedad en inspiran a los reaccionarios.” ¡(,Quién es el “autori-
que los productores se organizan entIe ellos mis- tario”, la revolución o Engels?!~En la propia expe-
mos” como Marx definía al socialismo? ¿,Cómo se riencia de la Comuna, &acasono ante la derrota del
puede demostrar que “la dictadura del proletariado” “terror revo1ucionario”se impuso el terror blanco de
de Marx es idéntica a “la dictadura del secretario los versalleses que masacró a 70 mil comuneros
general” de Stalin? como precio de su victoria’? ¿Pretenden nuestros
autores que la comuna hubiera podido triunfar me-
nos sangrientamente que la Primera república jaco-
Diciadura y democracia en Marx bina de 1792-93? Y después de esa experiencia,
¿acaso las revoluciones del siglo xX no demuestran
Tanto Pellicani como nuestro autor dehen aceptar hasta la saciedad este autoritarismo “surgido natu-
que la concepción del Estado de los trabajadores, ralmente de la situación en que se confrontan irre-
identificado por Marx con Iti dictadura del proletn- ductiblemente los dos campos en pugna en una lucha
riado, expuesta en La guerru civil en Francia, texto a muerte? Verdaderamente parece difícil discutir
analítico de la Comuna de París de 1871, es, en unto c.on tales ilusiones teóricas.
concepto, acorde con una visión democrática, auto- Et “autoritarismo” inevitable de una revolución
gestionaria y antiestatista, de la cual, según ellos, se en marcha no se opone a los resultados democriticos
apartó Lenin. de tal revolución victoriosa, a su vez, dependien-
[,Cuál es el recurso teórico de nuestros autores tes del entorno internacional contrarrevolucionario
ante la contundencia de la vocacih democrática de que los amenaza constantemente: así pasó en la URSS
Marx en este escrito? Increíble, pero cierto, decla- (icerco imperialista de 1917 a 1920!), en China
rarlo como “una anomalía en el imponente corpus (guerra de Corea!), en Cuba (¡invasión a Playa
teórico de Marx” (pig. 18). ¡¿,Quédecir ante tamaña Girón en 1961 y un bloqueo económico asfixiante
“c«nsecuencia teórica”!? Según estos críticos, Marx de 30;iños!), en Nicaragua (iloscontra desangraron
fue un astuto táctico que se disfrazó con las pieles durante seis años a la revolucion!), y así sucederá
mutualistas y federalistas sin dejar su verd,d <I era con las próximas revoluciones que deberán ser “au-
esencia jacobina y autoritaria. toritarias” con sus enemigos ... si quieren triunfar.
Es sorprendente que se consideren “autoritarios” Pero el método de nuestro autor sigue siendo pe-
textos completamente realistas como el siguiente, de culiarmente arbitrario. Mide con una vara más alta y
Engels: “Una revolución es ciertamente la cosa más pesada comentarios privados de Marx en donde
autoritaria que existe: es el acto por la cual una parte el pensamiento se aventura a especulaciones asisie-
de l a población impone su voluntad a la otra par- máticas (las cuales alimentan a todosistema, después
te por medio de los fusiles, las bayonetas y los de todo) que a su texto público, pensando exhausti-
caíiones; se trata de medios autoritarios; y el partido vamente (redactó dos borradores antes de decidirse

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MARXISMO Y ESTALINISMO: (,CONTINUIDAD 0 RUPTURA?

por la versión final) y que ha sobrevivido como la volución d e allí su “autoritarismo”- y que co-
expresión más alta de su concepción de la dictadura mienza a “extinguirse” por el ejercicio vasto y pro-
del proletariado. Más que “anomalía”, L a guerra civil fundo de la democracia autogestionaria de las masas
en Francia fue el modelo por excelencia en el que abre- trabajadoras.
varon desde entonces los marxistas revolucionarios. “Extinción”, “destrucción”, “desaparición”del Es-
Lenin, el primero, entre ellos. Aquí el autor es por tado son conceptos marxistas y lenistas en el más
completo injusto y desleal con el texto más demo- completo sentido de las palabras. Es la experiencia
crático y libertario escrito por el dirigente bolchevi- estalinista la que erige el estatismo exacerbado co-
que, El Estadoy la revolución. En él L e n i n dice con mo la característica nonplus ultra del “socialismo”.
fuerza y claridad, negro sobre blanco, que el “Estado Para Marx, Engels y Lenin su “extinción” debía
proletario” es un Estado peculiar y diverso a todos comenzar desde su aparición. Es esta distorsión de
los anteriores pues comienza, desde su inicio, a la teoría y la práctica, del “programa y la realidad” la
“extinguirse”. Aplica así simplemente el argumento que condujo a la tragedia soviética y las contradic-
planteado por Marx en su estudio de la Comuna. ciones bolcheviques de 1919-1924, aunque no son
Trotsky precisamente contrapuso esta teoría leni- responsables de los crímenes estalinistas (ientre otras
nista a la realidad de la URSS estalinista para explicar cosas por la simple razón de que fueron sus vícti-
el alejamiento cada vez mayor de la práctica buro- mas!), si se desgarraron ante una realidad flagrante-
crática del ideal leninista. Dijo él en L a revolución mente cada vez menos democrática, producto de la
traicionada: guerra civil y la crisis económica.

Aun con l a mayor capacidad imagiiiativa sería dificil


concebir un contraste niás notable que el existente en El dominio del hombre por el hombre
el esquema del Estado obrero de acuerdo con las
definiciones de Marx, Engels y L e n i n y el Estado La estatización completa y sin apelaciones habría
actual encabezado por Staliii. Aunque continúan pu- conducido a una nueva opresión cobijada por los
blicando las obras de Leriin (claro está, con extractos principios marxistas. Aquí estamos ante una nueva
y distorsioiies de la censura), los dirigentes actuales de malinterpretación de l a experiencia bolchevique.
la Uiiiúii Sovittica y sus representantes ideológicos ni L a estatizacióncompleta noes un factorsinequa non
siquiera se plaiiieari la cucstióii de las causas de tali delsocialismo y la NEP, impulsada porel “estatólatra”
elocuente divergencia ciitre el programa y la realidad. L e n i n , lo comprobó hasta la saciedad. Fue Stalin
quien viró 180grados de la NEP a la industrialización
Tanto Pellicani como el autor mexicano no alcan- forzada, criticada ácidamente por Trotsky, y fue Stalin
zan a discernir y comprender la operación concebida quien condujo el concepto de planificación económi-
por Marx y sus seguidores en su categoría de l a ca a la práctica burocrática de la economía centrali-
dictadura del proletariado. Una fuerza que se erige zada bajo el comando del Gosplan con toda la cauda
centralizada y firme contra los enemigos de la re- de ineficiencia y problemas que hoy conocemos.

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Lojs dos autores criticados no podrían demostrar tendencia abren también nuevas posibilidades. AI
,jamás que para el marxismo “la idea de un sistema inapelable derrumbe del estalinismo ha correspon-
eccinómico descentralizado es extraño a su visión de dido un esbozo de movilización de masas. Cierto, la
1,<I sociedxi
. ,’ mnonioba” (pig. 22). Y tampoco es enajenante y aun más derechista y restauracionista
c m e c t o identificar descentralización con mercado. dirección de Yeltsin no garantiza de ninguna forma
Y aquí se inicia uno de los argumentos más grue- un final feliz. Pero la enorme ex Unión Soviética
OS y pesados: “Entre la teoría de Marx y el Gulag se precipita hacia transformaciones gigantescas. En
de Stalin la coherencia y continuidad son absulu- principio no se puede eliminar una solución en que
tas, directas, necesarias” (pág. 23). ¿Qué decir ante las masas tengan un rol mayor del que hoy tienen y
tal salto mortal te6rico? ?,Cómo dialogar y argu- que en el proceso comprendan poco a poco la dis-
mentar con esta clase de distorsiones y rnalinter- yuntiva que se les presenta: o restauración capitalis-
pretíiciones’? ¿Qué fue el baño de sangre que Stalin ta o creación de un socialismo democrático.
provocó con el martirio y sacrificio de todos sus El texto se hunde al final en la retórica de las
opositores comunistas, leninistas, bolcheviques’? ¿,No publicaciones burguesas sobre los acontecimientos
fue acaso un marxista, un umunista, el primero y cotidianos de la IJRSC y Europa del Este. No hay un
n i k consecuente opositor de Stalin desde 1923: desprendimiento teórico y Marx acaba siendo, des-
Lxtin Trotsky? puis de todo, el origen nefasto del “totalitarismo
Las últimas paginas se deslizan rápidamente so- planificado y cuartelario” más que el dirigente revo-
hrl: lit ebcenii de los acontecimientos conmocionan- Iiici«nario en busca de la emancipación humana.
te\ qur se tiiin desarrolliido desde 10x9 en Europa Aquíes otro tema el que habría que desarrollar y lo
oriental, en la República Popular de China y en la dejamos para una nueva ocasión.
~ ~ I < sSignificativamente
s. no hay la menor mencitin Finalizamos. El texto que hemos pasado por la
i: 1;i otra vertiente de los acontecimientos: la prepo- criba crítica no deja de tener algunas ideas fructífe-
tente ofensiva del imperialismo estadounidense en ras pero ellas se hunden en la inconsistencia y l a
Paniimi, cn Irak; los prolegómenos de una guerra hostilidad del autor hacia el marxismo. El autor y su
econ6mica entre los tres bloques capitalistas que se texto expresan a la perfección los tiempos duros que
delinean alrededor del Japón, Alem;iniii y, por cu- vivimos y los expresan con una visión reaccionaria
pUeStc1, IXlA. y retardataria del momento actual.
De hecho. aquíel autor acelera su velocidad hacia Es un texto que se inserta en el escenaric ideoló-
un fin;il anticliniático con respecto a l a alta tensión gico neoliberal que priva en los círculos gobernantes
con la que mantuvo su polémica con Marx. El texto de México y de los países imperiiilistas. Pero como
se reshala y acaba señalando lo más obvio de la sujeto para un ejercicio de la crítica puede redimirse
cweiia intern;iciimiil: la poderosa influencia de las y convertirse en el pretexto para aclarar y profundi-
tendencias rextiiuracionistas procapitalistas en la IJRSS zar en los temas clave de la política mundial como
v Europa oriental. Sin embargo, los acontecimientos son socialismo, dictadura, democracia, paz, guerra,
de iig«sto de 1991 e n la URSS que se inscriben en esa imperialismo. En fin, el futuro de la humanidad.

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