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Modos y motivos de la extracción y procesamiento del mullu en los Andes

Luis Condori Aguilar –– 20125573

Introducción
El mullu se refiere tanto a la valva entera del bivalvo Spondylus como a los objetos derivados de ella, como
cuentas, figurinas, miniaturas, entre otros. Es probable que también se haya utilizado esta denominación para
otras dos especies: Pinctada mazatlanica y Pteria sterna. En el vocabulario de González Holguín, el mullu
aparece como “concha colorada de la mar chaquira o coral de la tierra” (González Holguín, 1989 [1608],
pág. 249). Estas especies son endémicas de la zona tropical del Pacífico, específicamente del Golfo de
Guayaquil, En los Andes, su uso se remonta al 4000 a.C., aproximadamente, hasta nuestros días. Implica
tecnología de buceo, redes de intercambio a larga escala, talleres de procesamiento (nativos y locales) e
integración andina económica y ceremonial.
La importancia ritual del mullu se originó en los Andes Centro-Norte: comunidades nativas de esta área se
hicieron especialistas en extracción, procesamiento e intercambio. Así, participaron primero en líneas de
intercambio local y luego regional, obteniendo obsidiana y cobre desde los Andes centrales. Existe gran
cantidad de investigación sobre el mullu como objeto de intercambio, sobre todo con el objetivo de reconstruir
rutas de interacción económica; este trabajo se concentrará en as técnicas específicas involucradas en su
extracción, la materialidad asociada y la dinámica de los talleres especializados en su procesamiento.
Durante el Incanato, es plausible suponer que los grupos asentados alrededor del Golfo de Guayaquil, el
extremo norte del Tahuantinsuyo, sean especialistas en la extracción y procesamiento del mullu, y por ende
hayan sido a) movilizados a través del territorio andino como artesanos, b) tributarios al Inca con valvas u
objetos procesados, y c) que haya un interés gubernamental por hacer tangible la presencia inca en la región,
como lo atestigua la fundación de sitios monumentales de provincias incas. Por otro lado, estos mismos grupos
sociales sometidos fueron protagonistas de la extracción a gran escala con fines económicos de la Colonia, en
un sistema jerarquizado y abusivo
Spondylus
El Spondylus es un molusco de aguas cálidas, miembro de la familia Spondylidae. Miembros de esta familia
existen en diversos océanos, como los próximos a América Centro y Sur, Indonesia, Australia, Hawái y Japón,
así como a través del mar Mediterráneo. Dos especies de Spondylus, S. princeps y S. calcifer, comparten el
mismo nicho ecológico, que comprende la costa del Pacífico desde el sur de California hasta el sur de Ecuador.
Estas dos especies varían en forma pero pueden encontrarse en hábitats similares: formaciones rocosas
submarinas con ecosistemas tropicales. Esta especie puede encontrarse en un rango de 6 a 60 ms. Sin embargo,
a través de la costa ecuatoriana se pueden encontrar incluso desde los 4 ms. de profundidad.
El Spondylus prínceps se caracteriza por un número considerable de largas protuberancias espinosas al exterior
de la valva. El tamaño del especimen varía entre los 130-150 mm (Bauer, 2007). El color exterior varía entre
rojo, rosado y naranja. El interior presenta este mismo rango, pero en un anillo delgado alrededor del labio
(fig. 1).
Por otro lado, el Spondylus calcifer puede exceder los 250 mm de ancho. No presentan las proyecciones
espinosas. En lugar de ellas, tiende a tener una alta y profunda valva que es relativamente lisa, aunque con
algunas irregularidades. La superficie exterior es sobre todo púrpura, con algunas variantes de naranja.
Alrededor del labio este color se repite, en forma anular (fig.2).
Por último, Hocquenhem (2010), reconoce una tercera especie: Spondylus leucacanthus, Se considera que
proviene del litoral ecuatoriano, en particular alrededor de la isla de La Plata, y del litoral del Golfo de
Baja California, entre 18 y 90 metros de profundidad y muy raras veces encima de los 15 metros. Esta
libre y se desplaza sobre la arena. Es de apariencia muy similar al S. prínceps, aunque de menor tamaño
(fig. 3).
Figura 1: Spondylus princeps Figura 2: Spondylus calcifer Figura 3: Spondylus leucacanthus

La importancia simbólica y ritual de esta especie puede tener su origen en un rito propiciatorio de la
lluvia, proveniente de la región costera de Ecuador comprendida entre el cabo de San Lorenzo y la punta
de Santa Elena (ver mapa 1). Según Jorge Marcos, desde el 3600-3200 a.C. se utilizó el Spondylus en
una díada junto al Strombus peruvianus, en primera instancia, y luego al Strombus galeatus. Ambos
símbolos de lluvia y fertilidad fueron luego adoptados en los Andes Centrales y Mesoamérica (figura 4).
El primer registro que se tiene en el caso andino de esta relación es del sitio Real Alto, correspondiente
a la fase Valdivia 1b (ca. 3600 a.C.). El mismo autor añade:

“Es probable que la observación del Spondylus en aguas de la bahía de Sta. Elena
cuando se calentaban las aguas de mar y venían las lluvias, lo que llevó a los Valdivia
y sus descendientes a convertir este bivalvo en un símbolo ritual de la lluvia. Es también
probable que al producirse eventos de El Niño, el incremento fuese mayor, y es esta
asociación lo que probablemente hizo del Spondylus un bien ritual de importancia
hasta en tierras donde nunca llueve” (Marcos, 2005, pág. 142)

Figura 4: Área de presencia del Spondylus en América. Tomado de (Marcos, 2005, pág. 163)
Por otro lado, se habla del mullu también como alimento preferido de los antepasados míticos. Por ejemplo:
“Padre Macahuisa”, le dijo (a la huaca victoriosa) “¿qué voy a darte? Pide todo lo que
quieras. No seré avaro”. El otro le respondió: “Yo no deseo nada excepto que te hagas
huacsa (y celebres mi culto) como lo hacen nuestros hijos de Yauyos”. El inga aceptó
(pero) temiéndolo mucho quiso ofrecerle todo lo que pudiera para que no lo aniquilará a
él también. Así mandó que se le ofreciera comida, (pero Macahuisa) le dijo: “Yo no suelo
comer estas cosas”, y le pidió que le trajera mullu” (Taylor 1987:347)
Incluso se habla del interés del Spondylus por sus propiedades alucinógenas. Glowacki (2005) postula que en
los Andes, consumir Spondylus durante los meses de abril-mayo y agosto-setiembre puede ser tóxico para los
humanos. Esta toxicidad estacional es conocida formalmente como Paralytic Shellfish Poisoning (PSP) y es
causada por algas tóxicas o dinoflagelados que se instalan en el interior de la valva. Síntomas de PSP incluyen
distorsiones sensoriales como sensación de ligereza y mareos, euforia, adormecimiento, debilidad muscular,
pérdida del control muscular e incluso parálisis y la muerte en los casos más severos.
Es conocido el uso de especies vegetales en prácticas medicinales y rituales, como aquéllas del chamanismo
y el curanderismo. Sin embargo, en menor medida también fueron utilizadas como fuentes de psicoactivos
otras especies como hongos (Psylocibina sp.) y animales, como las ranas y el Spondylus. La misma
investigadora (2005:262), establece un paralelo entre el consumo de pez globo (fugu) en el Japón. El riesgo
del consumo y las dificultades de la extracción son valores agregados.
Pteria sterna y Pinctada mazatlanica
Estas dos especies, también conocidas bajo el nombre genérico de madre-perla, fueron fundamentales en el
desarrollo económico del Ecuador prehistórico. Prácticamente, su extracción y procesamiento ocupaba gran
partes de las actividades económicas de los grupos sociales de la costa norte del Pacífico sudamericano. Los
sitios arqueológicos situados a través de la costa al sur de Manabí (ver mapa 1) no solo tienen abundante
evidencia alfarera, pero también copiosas conchas marinas, herramientas de percusión, pesos de piedra,
artefactos malacológicos, y debitage derivado del trabajo en conchas, indicando siglos de actividad económica
enfocada en el mar. (Martín, 2010) (Bauer & Lunniss, 2010). Investigaciones en Salango (referido en fuentes
etnohistóricas como Calango o Calangane1. Excavaciones en el mismo sitio, además de las cuentas de
Spondylus, revelaron anzuelos y narigueras, tallados en P. mazatlanica (fig. 5). En Los Frailes, otro sitio de la
zona, parece ser que Pteria sterna (fig. 6) se utilizó para los artefactos más elaborados, mientras que P.
mazatlanica se utilizó sobre todo para artefactos utilitarios. El inventario comprende placas, cuentas, discos,
pendientes y posibles anzuelos. Las placas son descritas como rectangulares, circulares, en forma de gota y
zoomorfos. Por otro lado, excavaciones de la cultura Valdivia, como San Pablo, el mismo Valdivia y San
Isidro, todos contienen evidencias de artefactos en madreperla.
Por último, desde su llegada al continente americano los españoles practicaron el sistema de intercambio con
los nativos, intercambiando perlas por cuentas, cuchillos, espejos y otras bisuterías que traían de Europa.Este
modo de proceder duró muy poco tiempo al dejar de ser rentable y dio paso a la explotación directa de los
indígenas asalariados, que eran sacados a la fuerza de sus islas de origen (Bahamas) por ser buenos buceadores
y conocedores de los ostrales (Bueno Jímenez, 2012, pág. 92)

1
En la segunda expedición de Pizarro, Francisco de Xerez, habla de una balsa de indios que “cargaban muchos objetos de plata y
oro[…]todo esto habían traído para intercambiar por algunas conchas de las que hacen cuentas rojas y blancas, y tenían una
vasija llena de estas[…]estos tres indios, parecían ser del pueblo de Calangane” –– Relación, )(Pizarro [Xerez, 1527]. 1844: 196-
200)
Figura 5

Figura 6
Extracción
Si bien no está claro si el procesamiento de las valvas precede a su distribución, o viceversa, necesariamente
la extracción es el punto seminal desde donde parte la cadena operatoria. ¿Cuál es la parafernalia material que
requiere este trabajo? ¿Quiénes lo hacen?
Para conocer las herramientas utilizadas para el buceo, es necesario apuntar a las ocupaciones del Golfo de
Guayaquil, en particular, y las costa norte del Pacífico Sudamericano, en general. En la Isla de la Plata (ver
mapa 1), han sido hallados pesos de bucear y anclas de piedras asociados a la cultura Manteña-Huancavilca,
con antecedentes en la cultura Engoroy/Chorrera (Marcos, 2005, pág. 150), implicando una tradición de 2200
años de manufactura de herramientas para el buceo.
Otro objeto partícipe del buceo y la extracción es una bolsa de fibra vegetal conocido como “trasmallo” o
“chinchorro”, que se colgaba al cuello y servía de contenedor de las ostras que el buceador iba recogiendo.
Bueno Jiménez (2012: 88), muestra un grabado que ilustra a la isla Cubagua, descubierta en 1498 por los
españoles, y el intercambio entre un grupo de marineros y nativos, con el saco chinchorro alrededor del cuello
(figura 7).

Figura 7
Antonio de Herrera y Tordesillas, miembro de la expedición de Balboa en las costas ecuatorianas, menciona
que

“Allí los nativos las pescaban echándose una piedra por áncora de cada canoa, atada con
mimbres”, para zambullirse en el agua llevando sus talegas al cuello, y de rato en rato salían
cargados de ostiones” en (Bueno Jímenez, 2012, pág. 91)

Otras referencias:

“En Manta hay unos indios pescadores, grandes buzos y nadadores, los cuales se sustentan allí de
mucho pescado que allí tienen y venden” (Ponce Leiva, 1991, pág. 531)

“Son los indios de este lugar [Concholillo, Península de Sta. Elena] grandes buzos” (Lenz-Vollland,
1992, pág. 99)

“En el caso de los pueblos indígenas, una relación de 1577 indica que Chanduy, COlonchillo y Manta
tienen buzos que pescan en balsas, aunque los españoles e quejan de que se ocupan muchos días,
debido a que lo hacen solo por la mañana y hasta el mediodía, y a muy poca profundidad como
para que resulte rentable” (Álvarez Litben, 2001)

Los buzos eran especialistas, generalmente formados desde pequeños, lo que generaba modificaciones
corporales, como los otolitos. Su capacidad pulmonar también era repotenciada, a través de la apnea:
suspensión voluntaria de la respiración dentro del agua mientras se recorren distancias largas en longitud o
profundidad. A medida que la profundidad crece, hay compresión dramática de gases producto de alta presión
hidrostática, generando una reducción considerable del volumen de los pulmones. Un factor importante a
tomar en cuenta es la hipoxia, que se refiere a un estado de deficiencia de oxígeno en la sangre. Un ascenso
brusco desde las profundidades marinas hacia la superficie puede generar pérdida total de consciencia y,
eventualmente, la muerte.
El hábitat profundo de este molusco dificulta su recolección. En la mayoría de los casos los buzos están
obligados de alejarse de las costas. Deben utilizar embarcaciones, que pueden ser simples balsas,
con ayudantes que los aseguran por medio de una soga. Como los princeps están fijados a corales y
substratos duros, los buzos deben utilizar herramientas cortantes para separarlos de las rocas. Estas
conchas, a menudo recubiertas de algas coralinas, son muy difíciles de sacar sin que se rompan sus
espinas y no es fácil extraer valvas intactas (Hocquenghem, 2010). Representaciones de esta actividad
pueden verse en la cultura Sicán (fig. 9 y 10) y Chimú (fig. 8 y 11). Ambos son frisos de sitios
monumentales, como Huaca las Balsas en Túcume o Huaca Uhle, en Chan Chan, además de incluirse en
bowls metálicos de plata profusamente decorados. Estos personajes nadan con una cuerda alrededor de la
cintura que es sostenida por pescadores sentados en una balsa con mástil y vela, y recogen con sus manos
el Spondylus, ayudándose con espátulas metálicas. Sabemos que estos grupos sociales dominaron
eventualmente el valle de Tumbes, y pueden haber recolectado o visto recolectar las conchas y caracolas
de aguas calientes en la zona entonces fronteriza entre las sociedades de los Andes Centrales y
Septentrionales (Hocquenghem, 1999, pág. 58).

Figura 8: friso de “Los Buceadores” en Huaca Uhle, Chan Chan. Tomado de (Pillsbury, 1996)
Es importante mencionar que la explosión de la metalurgia en la costa norte del Perú, sobre todo el
desarrollo del bronce durante el Intermedio Tardío, cambió el paisaje social y económico. No solo la
producción de herramientas de labranza que extendieron la frontera agrícola, también las espátulas de
extracción de mullu pudieron haber intensificado su extracción a gran escala.

Figura 9 Figura 10

Durante la Colonia, la extracción de moluscos se convirtió en una actividad económica a gran escala, l las
formas de producción, intensificándose y capitalizándose. Un ejemplo es la actividad perlífera al
convertirse la perla en uno de los principales medios de pago y transacción en los mercados europeos y
americanos. Del mismo modo, “se produjo una jerarquización del personal que participó en dicha actividad
(oficiales reales, mayordomos, canoeros, buceadores etcétera)” (Bueno Jímenez, 2012, pág. 85).
Otras dificultades de la extracción son la irregularidad de la distribución geográfica de la especie, ya que su
hábitat específico son los fondos rocosos del sub-litoral profundo. Hay zonas a lo largo del litoral del Pacífico
donde no existen bancos rocosos, o en que el sub-litoral se precipita rápidamente a profundidades mayores a
las requeridas por el Spondylus. Además, en algunas de ellas se produce el fenómeno conocido como
afloramiento, en que las aguas frías de las profundidades surgen a la superficie, como sucede con la corriente
de Humboldt. Estas aguas frías inhiben como hemos visto la ocupación del Spondylus (Marcos, 2005, pág.
164). Además, las aguas cálidas del Pacífico son algo brumosas, lo que no favorece la visión de los pescadores
a la hora de identificar las especies. Esto aumenta debido a las concreciones que la valva incluye en sí, como
algas y parásitos, que la camuflan ante los depredadores.

Figura 11. Tomado de (Pillsbury, 1996)


Sobre zonas de extracción del Spondylus la evidencia etnohistórica es limitada. Sin embargo, las referencias
sobre la pesca de perlas durante la Colonia es más rica, entre ellas destacan las que hacen hincapié en el
peligro de practicar el buceo. Por ejemplo, Pablo José de Arriaga, en “Extirpación de la idolatría del Piru”,
anota que:

[..]Y los indios de la costa, y aun españoles, tenían grangeria de estas conchas con los de la
Sierra, sin reparar para qué efecto las compraban; otras veces hacen unas cuentecillas de este
mullu y las ponen a las huacas" (Arriaga [1621] ed. 1968:211).

Procesamiento
Existe un debate sobre si los objetos
intercambiados eran las valvas enteras o,
más bien, ya procesadas en forma de
cuentas, figurinas y demás objetos
suntuarios. Incluso, se habla del
Spondylus como una suerte de
abstracción de valor del tipo monetario.
Al parecer, la distinción pudo haberse
dado por especies: mientras que
Princeps era valorado como valva entera
y además como materia prima para
ornamentos, Calcifer fue usado
principalmente para hacer cuentas y
otros artefactos (Pillsbury, 1996, pág.
317). Algunas investigaciones sugieren
que sitios costeros alrededor del área de
Guayaquil, además de funcionar como
centros de extracción también fueron
talleres de procesamiento. Por ejemplo,
esto se ha registrado para la región sur de
la provincia de Manabí, en Ecuador
(Bauer, 2007, pág. 33) (ver mapa 1). Mapa 1. Tomado de (Martín, 2010)

En el yacimiento de Los Frailes, con raíces en la fase Guangala, inmediatamente anterior a la Manteña, la
materia prima predominante es la Pinctada mazatlantica, aunque el Spondylus alcanza ya el 45% de la
producción, que es poco especializada y tiene lugar en pequeños poblados. En el sitio manteño temprano más
característico, Loma de los Cangrejitos (Marcos, 2005), la producción de cuentas de Spondylus es ya a gran
escala y alcanza el 75 % de la evidencia. La situación en López Viejo es similar. Por el contrario, en los sitios
manteños tardíos, que se sitúan en las inmediaciones de la playa, Salango, Mar Bravo, Puerto Chanduy y Río
Chico, se están capturando y procesando los Spondylus para la posterior fabricación de las cuentas en otros
lugares (Guinea, 2006, pág. 300)
Por lo tanto, en épocas tardías las valvas también fueron trabajadas en el Perú. I. Shimada reporta un taller de
la fase Moche V en una contigua a Huaca 11 en Pampa Grande. Schaedel menciona un sitio similar conocido
como Corrales o Tumbez viejo. Rica Playa y recientemente, el sitio de Cabeza de Vaca, en Tumbes, ha sido
excavado sistemáticamente y puede dar más luces sobre estas cuestiones (ver mapa 2). Este sitio fue
mencionado con regularidad en publicaciones de Anne-Marie Hocquenghem (1993, 2010), como centro
administrativo-ceremonial que regulaba el comercio de este producto, como nexo vinculante entre la costa
ecuatoriana, desde donde llegaban a través de balsas por vía marítima (fig. 12) y luego se distribuían por vía
terrestre hacia los Andes Centrales. Miguel de Estete, quien se había embarcado en Panamá con Francisco
Pizarro en 1531, describe él también las balsas de los indios de Puná que navegaban a lo largo de las costas
de los Andes septentrionales:

"... estas balsas son de unos maderos muy gruesos y largos; son tan fofos y livianos
sobre el agua, como es un corcho, éstos atan muy recio uno con otro, con cierta maña
de maromas que ellos usan y sobre ellos hacen una armadura alta, para que las
mercaderias y cosas que llevaren no se mojen, y de esta menara, poniendo un mástilo
en el madero mayor de en medio, ponen una vela y navegan por todas aquellas costas; y
son navíos muy seguros porque no se puede anegar ni trastornar, porque el agua los baña
por todas partes." (Estete [1535] ed. 1968:362).

Figura 12

Mapa 2. Tomado de (Vílchez, 2013)

Había diversas formas buscadas por los especialistas en el tratamiento de los Spondylus. En los talleres

los S. princeps y calcifer se conservan en forma de especímenes completos, valvas completas, valvas
cortadas desde el umbo, partes externas centrales pulidas, partes externas laterales pulidas y
charnelas, así como evidencias de cortes parciales, desgajes y cortes totales sin pulir. Se colectan
valvas parcialmente pulidas, totalmente pulidas, pedazos de posibles concreciones pulidas, trozos
de posibles concreciones sin pulir, trozos pulidos, trozos de proyección de nódulos, nódulos,
contornos y siluetas de figuras, así como fragmentos de estas (Hocquenghem, 1999, pág. 88)

Las herramientas principales para el tratamiento de material malacológico son de tipo lítico. Se incluyen
cantos rodados, piedras porosas y lascas, de tamaño y uso variable. También se usaron herramientas metálicas,
para los objetos más elaborados. La cadena operativa se sucedería de la siguiente manera:
1. Obtención de la materia prima: Denominamos materia prima a las valvas sin modificación del Spondylus,
que fueron extraídas por medio de la técnica del buceo descrito anteriormente.
2. Procesamiento del material mediante la percusión: usando una piedra se golpea la valva para obtener
trozos pequeños.
3. Extracción de las espinas de la concha: Acción realizada con pequeñas piedras. Se deja una superficie lisa
donde son notorias las bandas radiales del molusco.
4. Marcado del área a trabajar: Esta acción que se ejecuta por medio de una piedra angulosa, (punzón lítico
amarrado a un mango de madera), o una pita de fibra de algodón o de cactácea, utilizadas para demarcar el
área a cortar de las valvas del Spondylus.
5. Cortado de las valvas: Se efectuó con instrumentos líticos de bordes muy angulosos o por medio de la
cuerda o pita. Se obtuvieron trozos de Spondylus de forma rectangular que aún conservan una superficie no
pulida. Los cortes normalmente son rectos cuando se usó la pita o en talud cuando se utilizó un objeto lítico
y se trabajó por ambas caras (dorsal y ventral).
6. Pulido de las valvas y de las placas rectangulares: Utilizaron cantos rodados pequeños, de granulación
muy fina, con el apoyo de un abrasivo (arena más agua), accionando sobre la superficie del objeto que,
posteriormente, va a ser suavizada con una tela hasta lograr brillo y hacerla suave al tacto.
7. Obtención de las cuentas discoidales: Para la fabricación de estos pequeños objetos se procedió a pulir las
espinas desprendidas de la concha y obtener la forma y grosor de la cuenta. Otro procedimiento muy semejante
fue trabajar los trozos de Spondylus princeps, por medio del pulido hasta tener una forma tubular cilíndrica
que luego era cortada por medio de una "pita". Se obtenían así pequeñas cuentas discoidales. La perforación
central cilíndrica se realizó por medio de un punzón lítico o metálico muy agudo objeto por objeto. Otra forma
es la perforación bicónica por la cual se podía trabajar una cuenta tubular grande, que se cortaba
posteriormente, con una cuerda en segmentos del grosor deseado para la cuenta.
8. Talla de figurinas: se obtiene un nódulo, tras alisar los contornos de las concreciones. A partir del nódulo,
que usualmente es del tamaño de la figura que se quiere obtener, se practican cortes en ángulo recto y
posteriormente modificado con punzones metálicos hasta obtener la forma deseada [A partir de
(Hocquenghem, 1999), (Tavera, s/f) y (Guinea, 2006)] (ver figuras 13 y 14)

Figura 13 Figura 14
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