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Traumatismo de la cintura
escapular
L. Favard, J. Berhouet, G. Bacle

Los traumatismos de la cintura escapular afectan sobre todo a la clavícula y la


articulación acromioclavicular porque están en posición subcutánea, mientras que el
omóplato está protegido y la articulación esternoclavicular es estable. El tratamiento de
las fracturas de la clavícula es esencialmente ortopédico, a pesar del riesgo de que se
forme un callo patológico. Las seudoartrosis no son excepcionales pero sí, con frecuencia,
asintomáticas. El tratamiento quirúrgico se reserva para algunas fracturas del tercio
externo de la clavícula, las fracturas abiertas, las muy desplazadas y, en algunos casos,
los politraumatismos. Las fracturas del omóplato son más infrecuentes y a menudo se
asocian a un traumatismo torácico. La dificultad para llegar a las distintas partes del
omóplato explica por qué el tratamiento es básicamente ortopédico, incluso en presencia
de un gran desplazamiento. Sin embargo, las fracturas articulares desplazadas
necesitan reducción con osteosíntesis. Las luxaciones acromioclaviculares son frecuentes,
pero carecen de un tratamiento aceptado por consenso. El estudio radiográfico
comparativo permite medir la distancia coracoclavicular. Cuando ésta supera en más del
100% a la del lado contrario, la indicación quirúrgica se justifica. La luxación
esternoclavicular es infrecuente. Aunque es poco problemática en su variedad anterior, la
luxación posterior expone a riesgos de complicaciones viscerales y vasculares. Su
tratamiento, por tanto, debe estar bien codificado. Por último, no hay que confundir una
imagen normal con una fractura, debe recordarse que la osificación de los cartílagos de
crecimiento de la cintura escapular es tardía. A menudo, para analizar estas fracturas
hay que hacer una tomografía computarizada (TC). Las osteosíntesis no deben hacerse
con un material que corra el riesgo de desplazarse, pues las complicaciones pueden ser
letales.
© 2009 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.

Palabras Clave: Fractura de la clavícula; Luxación acromioclavicular; Fractura del omóplato;


Luxación esternoclavicular

Plan Lesiones asociadas 9


Tratamiento 9
Secuelas y complicaciones de las fracturas del omóplato 10
¶ Introducción 2
¶ Luxaciones acromioclaviculares 10
¶ Reseña anatómica y funcional 2
Mecanismo 11
¶ Fracturas de la clavícula 2 Clasificación 11
Mecanismo 2 Clínica 12
Clasificación 3 Pruebas complementarias 12
Clínica 3 Lesiones asociadas 12
Pruebas complementarias 4 Tratamiento 13
Lesiones asociadas 4 Secuelas 14
Tratamiento 4 ¶ Luxaciones esternoclaviculares 14
Secuelas y complicaciones de las fracturas de la clavícula 5 Mecanismo 14
¶ Fracturas del omóplato 6 Clasificación 15
Mecanismo 6 Clínica 15
Clasificación 6 Pruebas complementarias 15
Clínica 8 Lesiones asociadas 15
Pruebas complementarias 9 Tratamiento 16

Aparato locomotor 1
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Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2018. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados.
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NL
NM

20 %
4
1 80 %

3
Figura 1. La cintura escapular puede compararse a una tabla
de windsurf; en este caso, se aprecia la importancia del mástil
Figura 2. Clavícula. El núcleo medial (NM) es responsable del
clavicular y las presiones en el pie del mástil (articulación ester-
80% del crecimiento en longitud. La circunferencia de la claví-
noclavicular). 1. Obenque pectoral; 2. pie de mástil esternocla-
cula pasa de un aspecto aplanado en la región lateral a uno
vicular; 3. tronco; 4. obenque trapecial.
prismático en la zona medial. NL: núcleo lateral. 1. Osificación
endomembranosa.

■ Introducción .

funcionan como obenques, cuya eficacia depende de la


La cintura escapular es un conjunto anatomofuncio- presencia del mástil clavicular.
nal complejo, formado por dos huesos (clavícula y
omóplato), dos articulaciones (esternoclavicular y
acromioclavicular) y un espacio de deslizamiento esca- ■ Fracturas de la clavícula
pulotorácico en el cual los movimientos son relativa-
mente amplios y se producen sobre todo al movilizarse Las fracturas de la clavícula son muy frecuentes y
el hombro. La función principal de este conjunto es tienen fama de ser benignas. Según los estudios
orientar el movimiento del omóplato de forma estable epidemiológicos [2-4], representan el 2,6-5% del total de
y eficaz. las fracturas y el 35-44% de las fracturas de la región del
hombro. Son más frecuentes en el varón (proporción:
Los traumatismos de este complejo anatómico tienen
2:1) a cualquier edad. Su incidencia aumenta debido al
una frecuencia media y una gravedad variable. En auge de las prácticas deportivas [4] y a los traumatismos
cuanto a su frecuencia, las fracturas de la clavícula y las de alta energía en el contexto de los accidentes de
luxaciones acromioclaviculares se producen mucho más tráfico. Las fracturas del tercio medio son, de lejos, las
a menudo que las fracturas del omóplato y las luxacio- más frecuentes, con una incidencia del 69,2% para
nes esternoclaviculares. El diagnóstico no siempre es Robinson [2] y del 76,2% para Nordqvist [4]. El trata-
sencillo. El análisis radiográfico puede ser sumamente miento, sobre todo ortopédico, a menudo lleva a una
difícil, lo que hace que cada vez sea más útil la práctica curación rápida y sin secuelas [5-7]. Sin embargo, aunque
de la tomografía computarizada (TC). el diagnóstico positivo no plantea grandes dificultades,
no existe un consenso respecto al tratamiento óptimo
de estas fracturas, por lo que su evolución puede ser
■ Reseña anatómica fuente de alteraciones funcionales debido a seudoartro-
sis o callos patológicos.
y funcional
Una de las funciones principales del miembro Mecanismo
superior es su capacidad para desplazar la mano en el El mecanismo principal es indirecto, recibido en el
espacio. Para esto, el hombro cumple una función brazo o por choque lateral sobre el muñón del hom-
considerable gracias a su amplia movilidad, en la cual bro [8]. La fuerza necesaria para alcanzar el límite de
participa activamente la articulación escapulotorácica. ruptura ósea depende de la velocidad del impacto, la
Sin embargo, no es una articulación propiamente duración del choque y el peso del paciente. Así, la
dicha sino un espacio de deslizamiento (sisarcosis). De ruptura ósea se produce con más facilidad si el trauma-
hecho, no existe ningún medio de unión (cápsula o tismo es directo, con una fuerza dirigida hacia el eje de
ligamento) que sujete el omóplato a la caja torácica. la clavícula y con una energía que se absorba rápida-
Por tanto, ningún elemento pasivo limita la movilidad mente, es decir, una situación frecuente en los acciden-
del omóplato sobre la caja torácica. En realidad, esta tes deportivos y de tráfico [2-4, 6, 8].
«articulación» está limitada y orientada gracias a un El claro predominio de las fracturas del tercio medio
de la diáfisis clavicular se explica en parte por sus
sistema muscular sumamente eficaz y muy potente [1]
características anatómicas. Esta zona es la más débil del
y por la clavícula, que es el único nexo con el esque-
hueso, carece de conducto medular y, por tanto, de una
leto axial. Así, el conjunto «omóplato, articulación
estructura tubular que, como se sabe, es más resistente
acromioclavicular, clavícula, articulación esternoclavi- a las fuerzas de compresión y cizalladura (Fig. 2).
cular» es indisociable. Puede compararse a una tabla Además, esta región pobre en inserciones musculares se
de windsurf: el tronco sería la tabla (Fig. 1), la clavícula encuentra en la unión mecánica entre las dos curvaturas
el mástil, el omóplato la vela y la articulación esterno- del hueso, lo cual lo expone al máximo de presiones [9].
clavicular el pie del mástil; éste es el punto donde las El desplazamiento es bastante típico: el fragmento
presiones transmitidas por la vela a la tabla son máxi- interno se tracciona hacia arriba por el esternocleido-
mas. Así mismo, la movilidad del «pie del mástil» es lo mastoideo, y el fragmento externo se desplaza hacia
que permite transmitir distintos ritmos a la vela. Por abajo y adentro por la acción conjunta del pectoral
último, los músculos que se insertan en el omóplato mayor y el peso del miembro superior.

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Allman

Tipo 2 = 1/3 externo


Tipo 1 = 1/3 medio
fractura diafisaria
10-18 % Tipo 3 = 1/3 interno
50-
82
%
2-10 %
Neer

I II III

Figura 3. Clasificación y frecuencia de las fracturas de la clavícula.

Clasificación
Comúnmente se usan dos clasificaciones comple-
mentarias: la de Allman [7] y la de Neer [10] (Fig. 3).
La clasificación de Allman [7] es la más usual y se basa
en la localización del trazo de fractura.
Las fracturas diafisarias o del grupo 1 corresponden al
50-82% de todas las fracturas de la clavícula [2-4, 6]. Las
fracturas del grupo 2 representan el 10-18% y las del
grupo 3, las más infrecuentes, sólo el 2-10%.
Esta clasificación descriptiva presta poca utilidad
terapéutica. Además, no tiene en cuenta la importancia
del desplazamiento, la conminución o el acortamiento,
que son elementos que hay que tomar en cuenta para
la decisión terapéutica. Por esta razón, Nordqvist [11] y
Petersson [12] introdujeron una modificación que separa
en cada grupo las fracturas desplazadas y las no
desplazadas.
La segunda clasificación ampliamente utilizada es la
de Neer [10]. Se refiere a las fracturas del tercio externo Figura 4. Fractura de Latarjet en la que los ligamentos coraco-
y hace hincapié en el estado de los ligamentos coraco- claviculares siguen insertados en la apófisis coracoides.
claviculares, pues de esto depende el desplazamiento y
la estabilidad de la fractura. El interés de esta clasifica-
ción es su utilidad terapéutica.
Las fracturas se clasifican entonces en tres tipos
(Fig. 3): fracturas de tipo 1, extraligamentosas, las más
comunes, que no se acompañan de la ruptura de los
ligamentos coracoclaviculares y, por tanto, la mayoría
de las veces están poco o nada desplazadas y puede
realizarse un tratamiento no quirúrgico. Las de tipo 2 se
caracterizan por el desprendimiento de los ligamentos
coracoclaviculares del fragmento medial. Una subclase
en tipos 2a y 2b se refiere a la integridad del ligamento
conoide. Estos tipos de fracturas suelen caracterizarse
por un gran desplazamiento a consecuencia de la
pérdida de continuidad entre el fragmento externo,
atraído hacia abajo por la acción conjunta del peso del
cuerpo y de los músculos pectorales, y el fragmento Figura 5. Fractura del tercio interno en una joven de 14 años.
medial que soporta la acción contraria del esternoclei-
domastoideo. En su mayoría, estas fracturas están
condenadas a la seudoartrosis, lo que justificaría un Clínica
tratamiento quirúrgico de reducción y estabilización. Un
tipo especial es la fractura de Latarjet en la que, en lugar La localización subcutánea de la clavícula permite
de la ruptura de los ligamentos coracoclaviculares, se formular un diagnóstico positivo rápido y seguro en la
produce una avulsión de la apófisis coracoides (sitio de mayoría de los casos. Si el paciente se encuentra cons-
inserción de estos ligamentos) (Fig. 4). ciente, habitualmente adopta la posición de los trauma-
Las fracturas de tipo 3 de Neer son intraarticulares y tizados del miembro superior, es decir, con el brazo
afectan la articulación acromioclavicular. lesionado sostenido por el brazo indemne. Esta posición
Para las fracturas del tercio interno hay dos clasifica- antálgica no es específica de las fracturas de la clavícula.
ciones (Fig. 5), pero su utilidad es limitada. Se trata de La anamnesis se dirige a precisar las circunstancias del
las clasificaciones de la AO y de Craig [13]; esta última se traumatismo.
basa en la integridad de las formaciones ligamentosas En la inspección se advierte una deformación carac-
que dan lugar al desplazamiento. terística con descenso del muñón del hombro y una

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Tomografía computarizada

Movilización del
callo (dolorosa)

Movilización del Continuar con los Radiografía


Día 120
callo (dolorosa) anillos 15 días Final de la inmovilización

Día 0 Anillos Día 28 Consolidación

Movilización del Cabestrillo simple


callo (indolora) 15 días

Figura 6. Árbol de decisiones. Esquema terapéutico de una fractura de la clavícula.

frecuente prominencia subcutánea del fragmento ejercidos sobre los ramos del plexo braquial, y no a la
interno. La palpación, de utilidad sólo en caso de lesión vulnerante directa de una esquirla ósea de la
desplazamiento mínimo, sobre todo en las «fracturas en fractura clavicular. Las complicaciones vasculares son
tallo verde» del niño, despierta un dolor intenso. infrecuentes y la lesión suele afectar la íntima, sin
Deben buscarse de inmediato las complicaciones manifestaciones clínicas notables. La determinación de
cutáneas, vasculares o neurológicas. Aunque las fracturas la presión arterial en ambos miembros superiores es de
abiertas de la clavícula son infrecuentes, hay que rigor y, ante la duda, se justifica la práctica de una
identificar una tensión cutánea causada por el edema o arteriografía de urgencia. La asociación a una fractura
el hematoma y, a veces, por una esquirla ósea, y con- del cuello del omóplato produce un hombro «flotante»
trolar su evolución. En el 10% de los casos, la explora- (cf epígrafe Fracturas del omóplato).
ción física revela la presencia de excoriaciones en el sitio
de impacto de las fuerzas vulnerantes.
Si la fractura afecta a las extremidades claviculares,
Tratamiento
deben establecerse dos diagnósticos diferenciales princi- El tratamiento habitual de las fracturas de la clavícula
pales [14] : las luxaciones acromioclaviculares en las es ortopédico y se basa en la contención de la raíz del
fracturas del grupo II y las luxaciones esternoclaviculares miembro superior, más con objetivos analgésicos que
en las fracturas del grupo III que, muy a menudo, son para reducir realmente el foco de fractura. Los autores
fracturas con desprendimiento epifisario. de antaño informaban un porcentaje de consolidación
La exploración física general debe ser sistemática, de las fracturas de casi el 100% y una recuperación
sobre todo en el contexto de un traumatismo grave. funcional ad integrum en todos los casos [7, 10] . En
realidad, en las series más recientes se comunican dos
Pruebas complementarias secuelas potencialmente invalidantes (seudoartrosis y
callos patológicos); la indicación terapéutica se consi-
Las exploraciones radiográficas simples permiten dera en función de la localización de la fractura [6, 18].
confirmar el diagnóstico y dan informaciones impor- La conducta terapéutica difiere según la localización
tantes sobre el sitio de la fractura, el desplazamiento y de la fractura.
la conminución. La mayoría de los autores está de
acuerdo en que se necesitan dos proyecciones para Fracturas del tercio medio
hacer una valoración exacta de la fractura [15, 16]. Una
proyección anteroposterior y una placa con rayo ascen- El tratamiento no quirúrgico es la conducta de refe-
dente son las que más a menudo se mencionan en las rencia en las fracturas del tercio medio con la condición
publicaciones. Las placas con rayo ascendente ofrecen de que, por supuesto, no exista una indicación quirúr-
datos sobre el desplazamiento y la conminución del gica formal [5]. El problema principal es la reducción del
foco de fractura en su plano horizontal. En estas placas, desplazamiento y la contención del foco de fractura, en
las posibles lesiones asociadas no son fáciles de observar, parte controlado por los aparatos de contención externa
por lo que la proyección anteroposterior debe incluir sin en 8, de tipo «anillos claviculares», que deben colocarse
excepción la extremidad proximal del húmero, la parte correctamente protegiendo la piel axilar y ajustarse a
superior del pulmón y las primeras costillas (Fig. 4). intervalos regulares.
Las fracturas de las extremidades claviculares son más La duración de la contención es motivo de controver-
difíciles de evaluar. El diagnóstico de las fracturas del sia; puede llegar hasta las 6-8 semanas. Los autores de
tercio externo es delicado. La penetración de los rayos este artículo recomiendan la inmovilización durante
debe ser distinta y el análisis de la articulación acromio- 4 semanas con anillo, sustituida por un cabestrillo
clavicular debe responder a los principios de Weber, simple durante 15 días cuando la movilización del callo
citados por Patte [17]. En el lado interno, la dificultad es no despierta dolor. En caso contrario, la contención es
aún mayor (Fig. 5) y a veces es necesario practicar una más prolongada (Fig. 6). Dado que la consolidación
TC para un buen análisis. clínica siempre precede a la fusión radiográfica, hay que
basarse sobre todo en los criterios clínicos. Este trata-
miento, junto al cumplimiento correcto del mismo por
Lesiones asociadas el paciente, asegura más del 90% de resultados
Las lesiones asociadas son producto, sobre todo, de satisfactorios.
traumatismos de alta energía con complicaciones pleu- El tratamiento quirúrgico se indica en caso de fractu-
ropulmonares o neurovasculares. Los déficits neurológi- ras abiertas, lesiones vasculonerviosas, lesión bilateral
cos se deben básicamente al mecanismo de estiramiento asociada a un colgajo torácico anterior o en el contexto
y de tracción, contemporáneos del traumatismo y de un hombro «flotante».

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Merece considerarse en las situaciones que predisponen


a secuelas funcionales o a una seudoartrosis [15, 16, 18]:
• traumatismos de alta energía asociados;
• acortamiento superior o igual a 20 mm;
• pérdida de contacto cortical entre los extremos de la
fractura y un grado alto de conminución.
Para la mayoría de los autores, la instrumentación de
referencia consiste en una fijación con placa y tornillo,
al menos con seis corticales a ambos lados del foco de
fractura y por una vía de acceso directa. Esto permite
controlar las rotaciones y la longitud de la clavícula. La
rehabilitación inmediata postoperatoria es posible. De
aplicación menos frecuente, el clavo de Knowles es un
término medio entre la osteosíntesis con placa y sus
complicaciones más comunes (infección, riesgo de
seudoartrosis, ablación secundaria y recidiva de la
fractura, cicatriz) y el clavo intramedular, demasiado
frágil y expuesto a las complicaciones de la movilización
del material [6]. El fijador externo sólo se indica si se
asocian daños considerables de los tejidos blandos
(fracturas abiertas y traumatismos balísticos). En todos
los casos, el paciente debe ser informado con claridad
sobre los riesgos inherentes a las distintas técnicas y, en
especial, acerca de los riesgos infecciosos en caso de
tratamiento quirúrgico.

Fracturas del tercio externo


El tratamiento de estas fracturas se basa en la clasifi-
cación tradicional de Neer [10].
• Las fracturas de tipo I, las más comunes, no se
acompañan de una ruptura de los ligamentos coraco-
claviculares. Son estables y su tratamiento es pura-
mente conservador.
• Las fracturas de tipo III también se caracterizan por la
integridad de los ligamentos coracoclaviculares. El
tratamiento es ortopédico, pero la extensión del trazo
de fractura hacia la articulación acromioclavicular Figura 7. Fractura del tercio externo de la clavícula de tipo II
necesita un control más prolongado para detectar el según Neer y su tratamiento.
desarrollo de una artropatía acromioclavicular, a veces
dolorosa [14]. Al igual que en las fracturas del grupo I,
la contención es una inmovilización con el codo Fracturas del tercio interno
pegado al cuerpo durante 3-6 semanas. Plantean más un problema diagnóstico que terapéu-
• Las fracturas de tipo II están en discusión. Los liga- tico. El tratamiento es no quirúrgico para la mayoría de
mentos coracoclaviculares rotos son la causa del los autores. Si es necesaria una vía de acceso quirúrgica,
desplazamiento (Fig. 7) y de la gran frecuencia de las está contraindicada la estabilización con clavo debido a
seudoartrosis [7, 10, 14, 19]. A primera vista, la seudoar- las serias complicaciones derivadas de la movilización
trosis es un argumento a favor de la indicación del material.
quirúrgica, pero Nordqvist [19] ha informado que en
alrededor de un 75% de los casos son totalmente
asintomáticas, mientras que Kona [20] ha observado
un 25% de complicaciones iatrogénicas después del
tratamiento quirúrgico. Sin embargo, Neer [10] y
“ Para recordar
Eskola [21] han logrado resultados excelentes con
tratamiento quirúrgico. Sería recomendable entonces Factores a favor del tratamiento quirúrgico
operar estas fracturas sólo en caso de gran desplaza- de las fracturas de la clavícula
miento, para reducir la elevación de la clavícula, • Traumatismo de alta energía.
estabilizar el foco de fractura y, en ocasiones, reparar • Acortamiento > 20 mm.
los ligamentos coracoclaviculares rotos. • Pérdida de contacto entre los extremos de la
Los procedimientos de osteosíntesis consisten en fractura.
colocar una banda de tensión, con inclusión de la • Alto grado de conminución.
articulación acromioclavicular o sin ella, o bien en una • Fracturas del tercio externo de estadio II de
fijación transacromioclavicular con tornillos. La sutura
Neer.
de los ligamentos no es indispensable porque el liga-
mento acromioclavicular está intacto y mantiene la
estabilidad articular después de la consolidación de la
fractura (Fig. 7). Un caso especial es el arrancamiento de Secuelas y complicaciones
la apófisis coracoides (Fig. 4): en este caso, cuando el de las fracturas de la clavícula
tamaño del fragmento lo permite, se indica una fijación
con tornillo o un cerclaje del fragmento [14]. Seudoartrosis
Sólo el tratamiento quirúrgico puede restaurar una Es una complicación nada excepcional de las fracturas
disposición anatómica lo más cercana posible a la de clavícula. Puede desarrollarse después del tratamiento
fisiológica, pero expone a más complicaciones que el ortopédico o de la cirugía. Cuando es sintomática, la
tratamiento funcional. Por tanto, debe reservarse sólo a seudoartrosis de manifiesta con dolor espontáneo o
los desplazamientos acentuados. provocado por la movilización del foco de fractura,

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“ Para recordar
Las fracturas de la clavícula son frecuentes. Aun
cuando el tratamiento ortopédico suele ser
suficiente para conseguir un buen resultado
funcional, la conducta actual apunta a reducir al
máximo las secuelas mediante un tratamiento de
urgencia más agresivo. Hasta ahora no hay un
Figura 8. Esquema del tratamiento de un callo óseo patoló-
gico de la clavícula mediante osteotomía de alargamiento
consenso respecto a la intervención sobre estas
clavicular. fracturas. El tratamiento de las complicaciones
sigue siendo difícil.

impotencia funcional del hombro con disminución de


las amplitudes articulares en elevación, disminución de Mecanismo
la fuerza muscular y presencia inconstante de signos de El mecanismo lesional más frecuente es directo y de
compresión vasculonerviosa atribuibles a un callo alta energía: accidente de tráfico, caída de gran altura.
hipertrófico. Dado que el diagnóstico radiográfico no es Esto explica la frecuencia elevada (80-95%) de las
siempre fácil, la TC presta mucha utilidad. Clásicamente lesiones acompañantes, las que a veces pueden condi-
se describen dos tipos principales de seudoartrosis de la cionar el pronóstico vital [25, 26] . Así, la escala de
clavícula. gravedad de un traumatismo es más elevada si se asocia
La seudoartrosis atrófica parece ser secundaria a una otra fractura a la del omóplato [27].
perturbación del flujo sanguíneo en el foco de fractura. El mecanismo lesional indirecto por transmisión de
Su tratamiento tiene fama de difícil, aunque en la las fuerzas del húmero hacia el omóplato es menos
mayoría de los casos es asintomática [6]. frecuente, por ejemplo: impactación-fractura de la
La seudoartrosis hipertrófica, menos frecuente, deriva cabeza humeral en la cavidad glenoidea debida a una
por lo general de un alto grado de inestabilidad en el compresión axial con el brazo en extensión. Se han
foco de fractura y tiene mejor pronóstico. descrito también otros mecanismos excepcionales,
Comúnmente se esperan 6 meses antes de indicar un responsables de las llamadas fracturas «por avulsión o
tratamiento. Además, el tratamiento quirúrgico sólo se arrancamiento».
justifica si la tolerancia clínica es mala. Las seudoartrosis
asintomáticas y de la persona anciana no deben ope- Clasificación
rarse. Las seudoartrosis atróficas se tratan mediante
osteosíntesis con placa asociada a un injerto esponjoso, La diversidad de las fracturas del omóplato explica la
mientras que las seudoartrosis hipertróficas se someten variedad de formas clínicas, cada una de ellas con sus
a descorticación y osteosíntesis según el mismo princi- características radiológicas y terapéuticas. Las fracturas
pio. El injerto no suele considerarse indispensable. más frecuentes del omóplato son las del cuerpo (35-
45%). Luego vienen las del cuello (25%), el acromion
Callos óseos patológicos (8-12%), la espina (5-11%), la cavidad glenoidea (10%)
y el proceso coracoide (5-7%) [26, 28].
Son muy frecuentes tras los tratamientos ortopédicos
de las fracturas desplazadas. En la gran mayoría de los Fracturas del cuerpo del omóplato
casos se toleran bien. El problema es a menudo estético,
Son extraarticulares [28] y superficiales, rara vez
debido a un callo exuberante o a un acortamiento
completas y desplazadas. Sólo la fractura del pilar lateral
clavicular y, a veces, vasculonervioso, en un contexto de
del omóplato puede tener un desplazamiento cuya
síndrome del estrecho torácico. Los callos exuberantes,
amplitud suponga un riesgo de lesión capsular de la
asintomáticos, se adelgazan progresivamente con la
articulación del hombro (Fig. 9).
remodelación ósea y no justifican el recurso a la cirugía.
Los callos patológicos responsables de un acortamiento Fracturas del cuello del omóplato
superior a 15-25 mm justifican, según los autores, una Pueden individuarse dos tipos [24]:
osteotomía clavicular de alargamiento si son sintomáti- • la fractura del cuello quirúrgico (Fig. 10), en la que el
cos [18, 22]. La osteotomía de alargamiento se efectúa por trazo de fractura va de la escotadura coracoidea al
interposición de un injerto ilíaco y osteosíntesis con tubérculo infraglenoideo, arrastrando así la apófisis
placa (Fig. 8). En caso de síndrome del estrecho torácico, coracoides y el macizo articular glenoideo. El riesgo
las manifestaciones son vasculares y neurológicas de desplazamiento de una fractura del cuello quirúr-
(dolores, parestesias) y pueden afectar al territorio de los gico es mayor si se asocia una fractura de la clavícula
nervios cubital o mediano. El tratamiento consiste en la o una ruptura de los ligamentos coracoclaviculares o,
ampliación del espacio coracoclavicular, en ocasiones más todavía, si está roto el ligamento coracoacro-
acompañada de una resección de la primera costilla. mial [29]. El fragmento glenoideo se desplaza hacia
abajo, adentro y adelante por la tensión muscular y
■ Fracturas del omóplato el peso del miembro inferior. Se habla entonces de
hombro «flotante» [30];
Las fracturas del omóplato son infrecuentes. Repre- • la fractura del cuello anatómico, más infrecuente, en
sentan el 5% de las fracturas del hombro [23]. La locali- la que el trazo de fractura empieza por fuera de la
zación anatómica profunda del omóplato y su entorno apófisis coracoides y termina en el tubérculo infragle-
muscular abundante y grueso sirven para protegerla y noideo. Aquí el fragmento está compuesto a partir de
dar estabilidad a las fracturas. El tratamiento de la la cavidad glenoidea. La fractura del cuello anatómico
mayoría de las fracturas del omóplato es ortopédico. El es inestable desde el principio. El desplazamiento del
tratamiento quirúrgico se indica sobre todo para las fragmento glenoideo se debe a la tensión de la por-
fracturas con riesgo de complicaciones articulares, ción larga del tríceps insertada en el tubérculo infra-
debido a su repercusión funcional [24]. Las pruebas de glenoideo y del bíceps braquial. Romero [31] ha
imagen son muy importantes para el diagnóstico y el establecido una relación entre una medición radio-
tratamiento de estas fracturas. La consolidación es la gráfica reflejo del desplazamiento de la fractura y el
regla; las secuelas a largo plazo son infrecuentes. desarrollo de una inestabilidad.

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Figura 9.
A. Fractura del cuerpo del omóplato con
desplazamiento medial del fragmento gle-
noideo.
B. Aspecto en TC 3D.

Figura 10. Fracturas del cuello del omó-


plato.
A. Cuello anatómico.
B. Cuello quirúrgico.

A B

Fracturas del acromion y la espina


El mecanismo lesional más frecuente es directo.
También puede tratarse de una fractura por esfuerzo:
contracción repetida del fascículo posterior del deltoides
en el deportista, desplazamiento de la cabeza humeral
tras una ruptura masiva del manguito de los rotadores
o tensión anómala del deltoides tras la colocación de
una prótesis invertida. Se han descrito fracturas iatrogé-
nicas tras una cirugía artroscópica para la descompre-
sión subacromial. Hay que saber distinguir una fractura
del acromion de un hueso acromial. Éste corresponde a
la falta de unión de los centros de osificación del
acromion y se presenta como un acromion bipartido. Su
incidencia varía entre el 1-8% de la población general y
es bilateral en casi el 60% de los casos.
Figura 11. Fractura de la apófisis coracoides asociada a una
Fracturas de la apófisis coracoides fractura del cuarto externo de la clavícula. Mecanismo de arran-
camiento por los ligamentos coracoclaviculares.
El mecanismo lesional más frecuente es indirecto,
bien por la contracción brusca de la porción corta del
bíceps braquial o del coracobíceps o bien por la tensión más común es la luxación acromioclavicular. La locali-
excesiva de los ligamentos coracoclaviculares en las zación del trazo de fractura respecto a los ligamentos
luxaciones acromioclaviculares (a partir del tipo III de coracoclaviculares, así como la asociación de una
Rockwood) (Fig. 11). luxación acromioclavicular, informan acerca de la
El mecanismo también puede ser directo. La fractura estabilidad de la fractura [33].
es secundaria a un golpe directo de la cabeza humeral
contra la apófisis coracoides durante una luxación
Fracturas de la cavidad glenoidea
glenohumeral anterointerna o a un traumatismo directo Su frecuencia se estima en alrededor del 10% del total
de la apófisis como, por ejemplo, por una caída. de las fracturas del omóplato. Su gravedad obedece a su
Eyres describió una clasificación basada en la locali- índole articular. Son secundarias a un impacto de la
zación del trazo de fractura [32] (Fig. 12): cabeza humeral contra la cavidad glenoidea. Ideberg
• tipo 1: fractura de la extremidad lateral de la apófisis; creó una clasificación de estas fracturas según la direc-
• tipo 2: fractura de la mitad transversal de la apófisis; ción del traumatismo [34] (Fig. 13):
• tipo 3: fractura de la base de la apófisis; • tipo 1: fractura del borde glenoideo, consecutiva a un
• tipo 4: fractura que afecta a la parte superior del impacto directo de la cabeza humeral contra el borde
cuerpo del omóplato; de la cavidad glenoidea. Con frecuencia se trata de la
• tipo 5: extensión de la fractura a la cavidad glenoidea. lesión de paso a la luxación glenohumeral:
La asociación lesional de los tipos 4 y 5 puede expli- C 1a: si afecta al borde anterior de la cavidad glenoi-
carse por el hecho de que el borde superior del omó- dea (Fig. 14);
plato y la cavidad glenoidea derivan del mismo núcleo C 1b: si afecta al borde posterior de dicha cavidad;
de osificación, distinto al del cuerpo del omóplato. Se • tipo 2: fractura posteroinferior de la cavidad glenoi-
trata del equivalente a una fractura de la cavidad dea y del borde lateral del omóplato, consecutiva a
glenoidea de tipo 3 de Ideberg. La fractura aislada de la un impacto de la parte superior de la cabeza humeral
apófisis coracoides es infrecuente. La lesión asociada hacia abajo;

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E – 14-666 ¶ Traumatismo de la cintura escapular

2 2
3 1
4 1 1 3
5 2

4
5 3

Figura 12. Clasificación de las fracturas de la apófisis coracoides según Eyres. 1. Fractura de la extremidad lateral de la apófisis; 2. fractura
de la mitad transversal de la apófisis; 3. fractura de la base de la apófisis; 4. fractura que arrastra la parte superior del cuerpo del omóplato;
5. extensión de la fractura a la cavidad glenoidea.

1
3 3 4
1b 1a
2

Figura 13. Clasificación de las fracturas de la cavidad glenoi-


dea según Ideberg. Tipo 1: fractura del borde glenoideo, 1a:
borde anterior, 1b: borde posterior; tipo 2: fractura posteroinfe-
rior de la cavidad glenoidea y del borde lateral del omóplato; tipo
3: fractura anterosuperior de la cavidad glenoidea; tipo 4: el trazo
de fractura divide la cavidad glenoidea en dos, corre transversal-
mente y termina en el borde medial del omóplato; tipo 5 (no
representado): combinación de los tres primeros tipos de fractu- Figura 14. Ejemplo de una fractura de tipo 1a de Ideberg (que
ras; tipo 6 (no representado): fractura conminuta compleja de la a menudo se observa asociada a las luxaciones glenohumerales
cavidad glenoidea. anteroinferiores).

• tipo 3: fractura anterosuperior de la cavidad glenoi-


dea, que puede extenderse a la base de la apófisis La luxación o impactación intratorácica del omópla-
coracoides con ruptura del sistema suspensor superior to [35] puede facilitarse a partir de una fractura de la
del hombro, consecutiva a un impacto de la cabeza clavícula, pero también producirse de forma aislada a
humeral hacia arriba; causa de un traumatismo directo del omóplato con
• tipo 4: el trazo de fractura divide la cavidad glenoidea golpe posterior y tracción hacia fuera del miembro
en dos, corre de forma transversal y termina en el superior. El omóplato gira sobre sí mismo de tal forma
que su punta se encaja entre las costillas. También
borde medial del omóplato. El impacto de la cabeza
pueden asociase lesiones pleuroparenquimatosas.
humeral se produce en el centro de la cavidad glenoi-
La luxación escapulotorácica [36] es una pérdida
dea. Esto da origen a dos fragmentos, superior e
completa de las relaciones anatómicas entre el omó-
inferior; plato y la pared torácica. El omóplato se desplaza hacia
• tipo 5: combinación de distintos tipos de fracturas: fuera y a su paso provoca diversas lesiones: fractura
C A = tipo 2 + tipo 3; clavicular, lesiones neurovasculares (plexo braquial,
C B = tipo 3 + tipo 4; subclavias) y desgarros musculares. Es un traumatismo
C C = tipo 1 + tipo 2 + tipo 3; infrecuente y gravísimo que puede comprometer el
• tipo 6: fractura conminuta compleja de la cavidad pronóstico vital.
glenoidea.

Casos especiales Clínica


El síndrome omocleidotorácico es la asociación de Es pobre y ofrece poca información para el diagnós-
una fractura articular o no del omóplato, una fractura tico. La presentación más común es la de un paciente
de la clavícula o una luxación acromioclavicular, y con dolor consecutivo a un traumatismo, sin deforma-
fracturas de las costillas. ción evidente y con una postura general propia de los

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Traumatismo de la cintura escapular ¶ E – 14-666

Complicaciones torácicas
Son las más frecuentes. En promedio, afectan al 40%
de las fracturas del omóplato. Prevalecen las fracturas de
las costillas y las lesiones pleurales y parenquimatosas:
neumotórax, hemotórax, contusión pulmonar con
atelectasia y enfisema subcutáneo. La exploración física
y la radiografía de tórax deben ser sistemáticas, al igual
que el control de la función respiratoria durante el
período de hospitalización.

Complicaciones generales
Son las segundas en frecuencia y representan alrede-
dor del 30% de los casos. Predominan los traumatismos
craneales y todas las lesiones que puedan presentarse en
un contexto de politraumatismo.

Complicaciones óseas o articulares


Respecto al omóplato mismo, la asociación entre
fracturas del cuello y el cuerpo es más frecuente que la
de fractura del cuerpo y la espina [4]. Para la cintura
Figura 15. Reconstrucciones 3D en las fracturas del omóplato. escapular en conjunto, la fractura de la apófisis coracoi-
A. Fractura de la cavidad glenoidea. des se asocia con frecuencia a una luxación acromiocla-
B. Fractura del cuerpo. vicular. En alrededor del 30% de los casos se observa
C. Fractura de la apófisis coracoides. una fractura de la clavícula homolateral. En este con-
texto de asociaciones lesionales, deben buscarse el
traumatizados del miembro superior: el brazo en aduc- síndrome del hombro «flotante» y una fractura de la
ción, el codo pegado al cuerpo y la mano o el antebrazo extremidad superior del húmero.
sostenidos por la mano contraria.
En la mayoría de los casos, mediante la anamnesis se Complicaciones vasculonerviosas
recaba el antecedente de un traumatismo de alta energía Son infrecuentes; afectan a los vasos subclavios y
(accidente de tráfico, caída desde un sitio elevado) que axilares y al plexo braquial. Se producen esencialmente
orienta hacia un mecanismo directo. La inspección se por un traumatismo del ángulo lateral del omóplato a
dirige a buscar una deformación, una equimosis y un modo de impactación. De forma más específica, una
hematoma del muñón del hombro o de la cara posterior fractura de la base de la apófisis coracoides puede causar
del tórax. La palpación despierta dolor en los relieves una lesión del nervio supraescapular.
óseos y las articulaciones de la cintura escapular. La
movilidad pasiva debe efectuarse con prudencia. La
exploración vasculonerviosa y pulmonar debe ser com-
pleta; se han descrito algunos casos de lesiones de los
plexos, la arteria subclavia, la pleura y el parénquima
“ Para recordar
pulmonar. En principio, una fractura del omóplato debe
sospecharse ante cualquier polifracturado o politrauma- Una fractura del omóplato se asocia a:
tizado, tanto si presenta como si no un punto doloroso • un traumatismo torácico en el 40% de los
frente a la cintura escapular. casos;
• complicaciones generales en el 30% de los
Pruebas complementarias casos;
La radiografía simple es el método de primera elec- • una fractura de la clavícula en el 30% de los
ción; consiste en tres proyecciones básicas: una antero- casos.
posterior, una sagital de Lamy y una lateral axilar (según
el estado del paciente). A estas proyecciones, que
proporcionan una orientación diagnóstica inicial,
pueden añadirse una apical oblicua o «proyección de Tratamiento
Garth» o una de «Stryker-Notch» pero, en realidad, la La conducta terapéutica ante las fracturas del omó-
TC es la que permite analizar mejor las lesiones. No plato es esencialmente ortopédica y, a veces, quirúrgica.
debe vacilarse en solicitar placas comparativas en caso Las indicaciones todavía son controvertidas en algunas
de duda, en especial en la persona joven, dada la lesiones, en especial las fracturas aisladas del cuello del
soldadura tardía de los núcleos de osificación del omóplato.
acromion y de la apófisis coracoides. El tratamiento ortopédico es la opción terapéutica
En caso de duda diagnóstica, la TC (Fig. 15) con que se recomienda para casi el 90% de las fracturas del
reconstrucciones tridimensionales se indica de forma omóplato, en especial las fracturas extraarticulares o las
sistemática. Las fracturas pueden analizarse con preci- fracturas articulares poco o nada desplazadas. Consiste
sión. El criterio de desplazamiento-angulación de una en la inmovilización en posición antálgica con un
fractura del cuello quirúrgico, difícil de evaluar en las vendaje de Dujarrier por un período mínimo de
placas simples, se aprecia con más detalle en las adqui- 3-6 semanas de promedio, a menudo más corto en los
siciones tomográficas y en las reconstrucciones. Sin pacientes ancianos. Una vez superada la fase dolorosa,
embargo, la TC debe practicarse después de la valora- puede iniciarse una kinesiterapia pendular, seguida de
ción radiográfica convencional y nunca de forma una movilización suave y progresiva del hombro.
aislada [37]. Algunos autores recomiendan el uso de un cabestrillo
simple durante 3-5 días seguido de una rehabilitación
Lesiones asociadas funcional pasiva y luego activa, con la protección de
La característica de alta energía de los traumatismos tratamientos antiinflamatorios y analgésicos adecua-
del omóplato explica la frecuencia elevada de las com- dos. La consolidación se adquiere por lo general al
plicaciones precoces. En realidad, se trata de un con- cabo de 6-8 semanas de tratamiento. Puede indicarse la
junto de complicaciones locorregionales y generales. reanudación de las actividades, continuando con la

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son la fijación con tornillo para la apófisis coracoides y


Figura 16. Zonas del omóplato en las
las bandas de tensión para la lesión acromioclavicular.
que la reserva ósea permite una fijación
correcta del material de osteosíntesis: Fracturas de la cavidad glenoidea
3 2
el cuello (1), el acromion prolongado por
la espina (3), el pilar (4) y la apófisis La fractura desplazada de la cavidad glenoidea debe
4
coracoides (2). tratarse por método quirúrgico si afecta al borde ante-
rior o posterior de la cavidad glenoidea, es decir, los
1 tipos 1a-1b de la clasificación de Ideberg [34], con un
fragmento cuyo tamaño sea superior a un tercio de la
superficie articular de la cavidad glenoidea. El riesgo de
inestabilidad glenohumeral es considerable en caso de
tratamiento no quirúrgico [39]. Bauer [40] describió una
reparación artroscópica de estas fracturas, así como para
el tipo 6 de Ideberg. Sin embargo, en una serie de
Scheibel [41] sobre 15 fracturas del borde anterior de la
cavidad glenoidea y una superficie inferior al 25%, la
reducción anatómica se obtuvo en sólo tres casos.
fisioterapia hasta la recuperación total de la función Para los demás tipos de fractura descritos por Ideberg,
del hombro. En caso de duda acerca de la consolida- el tratamiento es igualmente quirúrgico si se demuestra
ción o ante un dolor inexplicado, puede ser necesaria un desnivel articular superior a 4 mm. El propósito es
una TC. limitar el desarrollo de una incongruencia articular
El tratamiento quirúrgico se indica en las fracturas glenohumeral para evitar una omartrosis.
articulares, conminutas y desplazadas. Plantean el En resumen, las fracturas de la cavidad glenoidea que
problema de la vía de acceso, a menudo difícil en las exigen tratamiento ortopédico son las fracturas sin
zonas situadas profundamente debajo de los músculos y desplazamientos y la de tipo 6 de Ideberg. Esta última
en algunas zonas lo suficientemente sólidas como para puede consolidarse después de una remodelación alre-
lograr una buena fijación. Cuatro regiones tienen una dedor de la cabeza humeral.
reserva ósea suficiente para dar estabilidad al mate-
rial [38] (Fig. 16): el cuello, el acromion prolongado por Secuelas y complicaciones
la espina, el pilar y la apófisis coracoides. de las fracturas del omóplato
El tratamiento es tan variable como las formas clíni-
cas de las fracturas del omóplato. Rara vez son motivo de consulta. De forma específica
se encuentra, según el tipo de lesiones:
Fracturas del cuerpo del omóplato • para la fractura del cuerpo: enganche doloroso al
La fractura del cuerpo del omóplato, rara vez despla- movilizar el miembro superior (abducción) debido a
zada, es patrimonio del tratamiento ortopédico. Aunque la existencia de un callo patológico o hipertrófico de
la reducción sería necesaria, casi nunca se practica, pues la cara anterior del omóplato en contacto con la
el beneficio funcional es limitado. Por lo general la pared torácica. Si persiste la molestia al término de
evolución es favorable, pero lo sería menos en caso de una reeducación funcional correcta, puede indicarse
fractura desplazada con una distancia interfragmentaria la resección quirúrgica del callo;
de más de 10 mm según Nordqvist y Petersson [11]. En • para la fractura del cuello: la traslación medial de la
caso de indicarse una osteosíntesis, hay que acceder de cavidad glenoidea acorta los músculos y disminuye su
forma prioritaria al omóplato por vía posterior con tres brazo de palanca; esto puede alterar la movilidad y la
fines: obtener una exposición suficiente de los relieves estabilización activa de la articulación del hombro [42]
óseos para colocar el material de osteosíntesis de forma y llevar a las diversas complicaciones que le son
correcta, limitar los traumatismos de los músculos del propias.
manguito de los rotadores y evitar cualquier lesión y las Las otras complicaciones posibles, con independencia
complicaciones vasculonerviosas (nervios supraescapular del trazo de fractura, son:
y axilar). • la rigidez articular, más frecuente y acentuada cuando
la fractura es articular;
Fracturas del cuello del omóplato • la seudoartrosis, infrecuente en las fracturas del
El tratamiento de una fractura del cuello aislada y sin cuerpo y más frecuente en el acromion o en la punta
desplazamiento es ortopédico. El resultado es favorable. de la apófisis coracoides. El tratamiento de esta
La osteosíntesis siempre es complicada; la indicación complicación es complejo, ya que la osteosíntesis tras
quirúrgica sólo se formula en casos extremos, como una revitalización e injerto óseo no siempre es fácil de
traslación interna del macizo articular glenoideo supe- realizar [43];
rior a 10 mm, una angulación del fragmento glenoideo • el trastorno subacromial por modificación de la
superior a 40° en cualquiera de los planos o una fractura estructura de la bóveda acromiocoracoidea;
asociada de la clavícula [39]. • la disfunción del manguito de los rotadores puede ser
Fracturas del acromion y la espina secundaria a una infiltración de los músculos por la
hemorragia producida por la fractura o a una parálisis
El tratamiento de las fracturas no desplazadas es
del nervio supraescapular consecutiva a una fractura
ortopédico. En cambio, una fractura desplazada debe
no diagnosticada de la apófisis coracoides;
tratarse por método quirúrgico. Una vía de acceso
• la omartrosis centrada o excéntrica, consecuencia a
superior directa permite efectuar la reducción y la
medio o largo plazo de las fracturas articulares de la
fijación con clavos, banda de tensión o placa según la
cavidad glenoidea.
localización de la fractura.
Fracturas de la apófisis coracoides
La fractura aislada de la apófisis coracoides, de los ■ Luxaciones
tipos 1 a 3 según la clasificación de Eyres [32], es patri-
monio del tratamiento ortopédico. Los tipos 4 y 5 con
acromioclaviculares
desplazamiento tienen indicación quirúrgica, al igual Las luxaciones acromioclaviculares representan, según
que la fractura de la apófisis coracoides que se acom- las poblaciones estudiadas, alrededor del 12-50% de los
paña de una separación o una luxación acromioclavicu- traumatismos del hombro. Afectan por lo general a
lar. Los métodos de osteosíntesis que se recomiendan personas jóvenes, entre los 20-30 años, predominan en

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Allman Rockwood Julliard Patte

1: esguince AC
1

2: ruptura ligamentos AC 1: ruptura ligamentos AC Luxación AC


2

2: ruptura ligamentos CC
3

Luxación
escapuloclavicular
3: ruptura ligamentos CC 3: ruptura ligamentos CC
+ capa trapeciodeltoidea
4

Figura 17. Diversas clasificaciones de las luxaciones acromioclaviculares y la equivalencia entre ellas. AC: acromioclavicular, CC:
coracoclavicular.

el sexo masculino (5:1) y en deportistas, en especial los Clasificación (Fig. 17)


que practican rugby y yudo. La gravedad depende de si
están lesionados los ligamentos coracoclaviculares. Hasta La clasificación más usada habitualmente a escala
ahora no se ha alcanzado un consenso sobre el trata- internacional es la de Rockwood [45] . En Francia, la
miento de estas lesiones. clasificación de Julliard [46] también se usa mucho. La
clasificación de Rockwood está basada en la de Tos-
sy [47] , descrita en 1963 y retomada por Allman en
Mecanismo 1967 [7]. La de éste describe tres estadios. El estadio 1 es
La mayoría de las veces, el mecanismo consiste en un el esguince acromioclavicular con distensión del liga-
descenso brusco del omóplato respecto a la clavícula, mento acromioclavicular superior. Se trata de un diag-
cuya caída sobre el muñón del hombro (más precisa- nóstico clínico, puesto que la radiografía no revela
mente sobre el acromion) es la modalidad más ningún signo. El estadio 2 es la ruptura del ligamento
corriente. Al producirse este descenso brusco, la claví- acromioclavicular superior, a veces asociada a un estira-
cula se mantiene estabilizada en su parte medial por los miento de los ligamentos coracoclaviculares, que en la
potentes ligamentos de la articulación esternoclavicular, radiografía puede manifestarse como un ensancha-
por el músculo esternocleidomastoideo y por un apoyo miento de la articulación acromioclavicular o también
sobre la primera costilla [44]. El extremo lateral de la por un aumento leve del espacio coracoclavicular. El
clavícula no sigue el movimiento del acromion, por lo estadio 3 corresponde a la ruptura de los ligamentos
que resultan lesionados los elementos de la estabiliza- acromioclavicular y coracoclaviculares. En este caso, el
ción acromioclavicular, en primer lugar intrínseca desplazamiento de la clavícula hacia arriba y atrás es
(ligamento acromioclavicular) y a continuación extrín- amplio, y la distancia coracoclavicular está aumentada.
seca (ligamentos coracoclaviculares). Si el traumatismo Rockwood le agregó a esta clasificación tres estadios. El
no agotó toda la energía en esta etapa, pueden produ- estadio 4 tiene las mismas lesiones que el estadio 3,
cirse lesiones musculares, en especial trapeciodeltoideas. pero con una incarceración del extremo lateral de la
Una vez producidas las lesiones, el peso del miembro clavícula en el trapecio. Esta incarceración es responsa-
superior y la caída del muñón del hombro explican el ble de la irreducibilidad y del ascenso moderado de la
aspecto clínico clásico del relieve clavicular subcutáneo, clavícula cuando el desplazamiento posterior es acen-
que se debe más a la caída del muñón del hombro que tuado. El estadio 5 se caracteriza por una desinserción
a la subida de la clavícula por efecto del esternocleido- muy amplia de la cincha muscular, desnudando la
mastoideo. Los mecanismos indirectos son mucho más extremidad distal de la clavícula. Desde el punto de
excepcionales. vista radiográfico, el desplazamiento es amplio y la

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distancia coracoclavicular se duplica o triplica. El estadio


6 es excepcional. Consiste en una luxación inferior de
la clavícula. La extremidad clavicular está por debajo del
acromion y, a veces, bajo la apófisis coracoides. La
distancia coracoclavicular está disminuida.
La clasificación de Julliard [46] difiere un poco de la
anterior. Para este autor, el estadio 1 corresponde a la
ruptura del ligamento acromioclavicular superior y se
manifiesta por un ensanchamiento anómalo de la
articulación acromioclavicular. El estadio 2 corresponde
a la ruptura de los ligamentos acromioclavicular y
coracoclaviculares. En la radiografía, la elevación es
escasa pero hay un cajón posterior acentuado. El estadio
3 asocia a los anteriores una lesión de la capa trapecio-
deltoidea. En este caso, la luxación superior de la
clavícula es amplia.
La correspondencia entre estas clasificaciones es fácil
para los estadios extremos y difícil para los intermedios.
Puede verse entonces la noción expresada por Patte [17],
quien distingue las luxaciones acromioclaviculares y las
escapuloclaviculares. Las primeras corresponden a los Figura 18. Aspecto clínico de una luxación acromioclavicular.
estadios 1-2 de Rockwood y al estadio 1 de Julliard. Las
luxaciones escapuloclaviculares corresponden a los • una movilidad anteroposterior de la extremidad
estadios 3 y 5 de Rockwood y al estadio 3 de Juillard. El lateral de la clavícula (cajón horizontal);
signo radiográfico que permite distinguir estos dos tipos • una movilidad vertical en «tecla de piano»;
de luxaciones es la distancia coracoclavicular, cuyo • la falta total de movilidad, por lo general indicio de
aumento es inferior o superior al 50% de la distancia una incarceración.
medida en el hombro contralateral. El diagnóstico El estudio de las movilidades pasivas, aunque dolo-
lesional es más difícil y más controvertido para los roso, puede servir para determinar la integridad de la
estadios 4 de Rockwood y 2 de Julliard. Los autores articulación glenohumeral y, a veces, para juzgar la
describen un aspecto radiográfico idéntico, con un reducibilidad de la deformación en abducción. La
desplazamiento superior moderado y un desplazamiento práctica de una aducción contrariada horizontal (cross
posterior acentuado. En cambio, la explicación que da arm) puede ser útil para revelar una deformación no
cada uno de ellos es muy distinta. Para Rockwood, la visible de forma espontánea.
responsabilidad recae en la incarceración de la clavícula,
mientras que para Julliard es la preservación de la capa Pruebas complementarias
trapeciodeltoidea. Las radiografías simples son la exploración comple-
mentaria de elección con fines diagnósticos; las técnicas
más complejas (TC, resonancia magnética) rara vez
hacen falta. La exploración debe hacerse de modo que
“ Para recordar permita juzgar el nivel de gravedad, sobre todo con la
determinación comparativa del espacio coracoclavicular.
Las placas simples en proyección anteroposterior o
En conclusión, más que la precisión de los lateral de Lamy no permiten ver correctamente las
estadios, es la gravedad de la lesión lo que hay que relaciones acromioclavicular y coracoclavicular. Patte [17]
saber determinar. Para ello, la valoración insiste en el protocolo de Weber y recomienda una
radiográfica es esencial. En este sentido, las valoración cuya práctica a veces resulta difícil en el
contexto de la urgencia, pues el control radioscópico es
publicaciones refieren alrededor de un 33%
indispensable. Este estudio comprende:
de lesiones graves en las luxaciones • una proyección anteroposterior del arco acromiocla-
acromioclaviculares, pero los estudios radio- vicular para determinar la anchura del espacio articu-
gráficos a menudo eran insuficientes. Cox [48], en lar. El rayo debe incidir de forma tangente en el borde
una serie homogénea con una valoración inferior del acromion y la carilla articular acromial
radiográfica precisa y dinámica sistemática, sólo por una doble divergencia;
encontró un 8% de lesiones graves. • una proyección anteroposterior con rayo ascendente
para determinar el desplazamiento posterior;
• una placa en carga, comparativa, con cuidado de no
hacer recaer todo el peso sobre el miembro (hay que
sostener la muñeca).
Clínica En estas placas se miden las distancias coracoclavicu-
El diagnóstico clínico suele ser bastante sencillo lares y la amplitud de la articulación acromioclavicular,
(Fig. 18). La anamnesis permite precisar el mecanismo. y se busca una posible fractura del cuarto externo de la
La inspección revela tres elementos: la posición que clavícula.
adopta el herido, que es la típica de los traumatizados
del miembro superior; las abrasiones u otras lesiones Lesiones asociadas
cutáneas frecuentes del muñón del hombro, que indi- Aparte de la luxación acromioclavicular en el con-
can el impacto y que adquieren un valor pronóstico texto de un politraumatismo que exija una valoración
respecto al tratamiento, y una prominencia de la extre- precisa de todas las lesiones, hay que prestar mucha
midad lateral de la clavícula, a menudo evidente en atención a tres lesiones posibles:
comparación con el lado opuesto. Mediante la palpa- • una lesión de la columna cervical, en especial tras la
ción se busca: caída sobre el muñón del hombro;
• un dolor a la palpación de la articulación acromiocla- • un estiramiento del plexo braquial;
vicular o cerca de ésta, lo que permite distinguir las • una fractura del cuarto externo de la clavícula, razón
lesiones aisladas de la articulación de una fractura del por la cual debe hacerse una exploración minuciosa y
cuarto externo de la clavícula; una lectura precisa de las radiografías.

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la clavícula. Se indica cada vez menos y, según Skjeldal,


produce algunas complicaciones [56].
Resultados
Respecto al tratamiento de las luxaciones acromiocla-
viculares, en las publicaciones pueden encontrarse todos
los resultados posibles y también su contrapartida. En
este artículo se citan sólo los que parecen más relevan-
tes. En un metaanálisis efectuado en 1998 a partir de
1.172 casos de estadio 3 o más (según Rockwood),
Phillips [57] observó que en el 88% de los pacientes que
recibieron tratamiento ortopédico y en el 87% de los
tratados con cirugía se obtuvo un resultado satisfactorio.
En realidad, el resultado fue muy parecido en cuanto al
Figura 19. Vendaje elástico adhesivo (strapping) para una
dolor y un poco mejor en los pacientes que recibieron
luxación acromioclavicular.
tratamiento ortopédico respecto a la movilidad y la
fuerza. Hubo más complicaciones infecciosas en los
tratados por cirugía, pero muchas más deformaciones
Tratamiento residuales en los tratados con método ortopédico. El
La gran cantidad de tratamientos para la luxación metaanálisis sólo incluía dos estudios prospectivos y
acromioclavicular es un indicio de que ninguno de ellos aleatorizados [58, 59]. En lo que se refiere a la fuerza, en
es aceptado por unanimidad y explica la falta de con- un estudio prospectivo más reciente, Schlegel [60] no
senso sobre este tema. El tratamiento se ha enriquecido encontró ninguna diferencia entre los dos grupos en las
con la ayuda de la artroscopia, pues ésta permite tratar pruebas isométricas, pero demostró que el 17% de los
las lesiones mediante la reparación de los ligamentos pacientes con tratamiento ortopédico presentaba una
coracoclavicular bajo control endoscópico [49, 50]. pérdida de fuerza en aparato de musculación (prensa),
El tratamiento de las luxaciones acromioclaviculares sin que esto fuera advertido por los pacientes.
puede ser ortopédico o quirúrgico. Si se escoge el tratamiento quirúrgico, durante el
período de cicatrización ligamentosa la reducción puede
Tratamiento ortopédico mantenerse con distintos métodos. Como es habitual en
esta localización, los clavos exponen al riesgo de ruptura
Urist [51] ha descrito más de treinta técnicas. El
y migración del material, y las placas no producen
objetivo es evitar la caída del brazo por efecto de la
buenos resultados. En los estudios comparativos, en
gravedad, lo que permite hacer la férula de Kenny-
especial el de Eskola [61], no se recomienda el uso de
Howard. Así mismo, pueden aplicarse vendajes elásticos
tornillos. En estudios alemanes se indica más bien el uso
adhesivos (strapping), con la condición de que se hagan
de cerclajes coracoclaviculares.
bajo reglas precisas (Fig. 19). En especial, hay que evitar
el desarrollo de una lesión cutánea, pues contraindicaría En lo que se refiere a la reparación de los ligamentos
un tratamiento quirúrgico si fuese necesario por la coracoclaviculares, Mazzocca [62] hizo una revisión de las
insuficiencia del tratamiento ortopédico. Globalmente, publicaciones que le permitió formular las siguientes
los resultados comunicados con este tratamiento orto- conclusiones:
pédico son buenos a corto plazo y quizá un poco menos • la transferencia del ligamento acromiocoracoideo sólo
a largo plazo. permite recuperar alrededor de un 25% de la fuerza
de los ligamentos coracoclaviculares;
Tratamiento quirúrgico • esto puede mejorarse con la asociación de un cerclaje
coracoclavicular;
Objetivo y métodos
• la asociación de una transferencia del ligamento
Los objetivos de este tratamiento son reducir la acromiocoracoideo y de un cerclaje coracoclavicular
luxación acromioclavicular, asegurar la estabilidad de la no ejerce efecto sobre la estabilización anteroposterior
reducción y reparar los ligamentos. de la articulación acromioclavicular;
La reducción puede hacerse con maniobras externas o • la reparación de los ligamentos coracoclaviculares
por la vía de acceso, en especial en caso de incarcera- soporta mucha más fuerza si la articulación acromio-
ción. La mayoría de las veces se acompaña de una clavicular no está bien estabilizada por sus ligamentos
limpieza de las lesiones acromioclaviculares y la extrac- propios;
ción de restos de tejido. En algunos casos, sobre todo en • los autoinjertos libres tendinosos que reproducen la
caso de intervención tardía, puede hacer falta una disposición anatómica de los ligamentos coracoclavi-
resección de la extremidad distal de la clavícula. culares son los más eficaces sobre la restauración de
La reducción puede estabilizarse en la articulación la estabilidad escapuloclavicular.
acromioclavicular con clavos, banda de tensión, fijación
acromioclavicular con tornillo o incluso una placa de Indicaciones
apoyo subacromial. La estabilización puede ser coraco- A partir de estos elementos y con base en la clasifica-
clavicular con tornillo según la técnica de Bosworth [52] ción de Rockwood, pueden hacerse las recomendaciones
o con cerclaje. siguientes:
En la región acromioclavicular los ligamentos pueden • en los estadios 1 y 2, la mayoría de los autores
repararse con una sutura minuciosa del ligamento coincide en indicar un tratamiento ortopédico
acromioclavicular superior y una reparación de la cincha mediante una inmovilización simple con intención
muscular. En la zona coracoclavicular, esto puede antálgica. Los resultados respecto al dolor, a la recu-
hacerse con sutura directa de los ligamentos coracocla- peración de la movilidad y a la fuerza son buenos.
viculares [46], de práctica difícil, con la reparación de los Sólo Mouhsine [63] refiere un deterioro secundario que
ligamentos coracoclaviculares mediante una transferen- llevó a la cirugía en el 27% de los casos;
cia del ligamento acromiocoracoideo según Weaver [53], • en los estadios 3, la mayoría de los autores parece
quien retomó la técnica de Cadenat [54], con un autoin- estar de acuerdo en indicar un tratamiento ortopé-
jerto tendinoso (pata de ganso, fascia lata) o incluso con dico, excepto algunos casos especiales por la actividad
ligamentos artificiales. o el morfotipo del paciente. En especial, los estudios
La estabilización activa descrita por Dewar y Barring- prospectivos aleatorizados de Bannister [58] y de
ton [55] consiste en transponer la apófisis coracoides con Larsen [59] demostraron la ventaja del tratamiento
el tendón conjunto sobre la cara inferior o anterior de ortopédico sobre la cirugía;

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Figura 20. Luxación acromioclavicular de estadio 5 según Rockwood.

• en los estadios 4 y 5 (Fig. 20), la indicación quirúrgica


sería preferible. La tendencia actual, para obtener 1 4 5
resultados duraderos, es la reparación de los ligamen-
tos acromioclavicular y coracoclaviculares. La repara-
ción del ligamento acromioclavicular superior 2
necesita una sutura del ligamento y de la capa mus- 3
cular. La reparación de los ligamentos coracoclavicu-
lares puede hacerse por sutura directa, de práctica 6
difícil, o bien con autoinjertos tendinosos libres o
ligamentos artificiales, que pueden colocarse bajo
control artroscópico [49]. En todos los casos, es funda-
mental mantener la reducción hasta la cicatrización
completa. Pueden usarse clavos acromioclaviculares
con la condición de torcer la punta para evitar su
Figura 21. Elementos de la estabilidad esternoclavicular.
migración y asociar inmovilización para evitar
1. Disco esternoclavicular; 2. ligamento costoclavicular; 3. liga-
la ruptura de los clavos frente a la articulación
mento esternoclavicular anterior; 4. ligamento interclavicular;
acromioclavicular.
5. músculo esternohioideo; 6. cabeza esternal del músculo
esternocleidomastoideo.

“ Para recordar acromioclaviculares es suficiente. Si se trata de una


lesión acromioclavicular asociada a una luxación persis-
tente o a una molestia al mover el hombro, es mejor
Indicaciones en las luxaciones acromio-
inclinarse por una técnica de resección del cuarto
claviculares externo, transferencia del ligamento acromiocoracoideo,
• Estadios I y II de Rockwood: cabestrillo simple. reparación de los ligamentos coracoclavicular y acro-
• Estadio III de Rockwood: vendaje elástico mioclavicular, y estabilización durante el período de
adhesivo (strapping). cicatrización.
• Estadio IV y V de Rockwood: estabilización
quirúrgica.
■ Luxaciones
esternoclaviculares
Secuelas Debido a que la articulación esternoclavicular es muy
estable, gracias a un potente sistema ligamentoso
Pueden ser clínicas o radiográficas. Puede tratarse de
(Fig. 21), las luxaciones son infrecuentes (suponen el 3%
una deformación persistente, mucho más frecuente
de los traumatismos del hombro [65]). Su diagnóstico es
después de un tratamiento ortopédico que quirúrgico,
difícil. La radiografía simple no permite hacer un
responsable de un perjuicio básicamente estético.
análisis correcto, por lo que debe recurrirse a la TC.
También pueden consistir en dolores residuales, por lo
Estas lesiones, en su variedad posterior, pueden com-
general acromioclaviculares, relacionados con una lesión
prometer el pronóstico vital. Se trata con frecuencia de
degenerativa de la articulación. Sin embargo, aunque la
desprendimientos epifisarios a causa de la fusión tardía
evolución hacia la lesión degenerativa es común, en
del núcleo de osificación interna de la clavícula.
especial si la reducción no es satisfactoria, esto sólo
produce una molestia dolorosa en el 29% de los
casos [64]. Además, en caso de luxación acentuada, al Mecanismo
mover el hombro puede sentirse una molestia en forma La mayoría de las luxaciones esternoclaviculares
de discinesia escapulotorácica y chasquidos traumáticas citadas en las publicaciones es producto de
acromioclaviculares. un traumatismo violento, ya sea por un accidente de
Desde el punto de vista radiográfico, las secuelas tráfico o laboral o, con más frecuencia, por una práctica
principales consisten en una lesión degenerativa acro- deportiva (rugby, hockey, yudo, fútbol americano, etc.).
mioclavicular y en calcificaciones coracoclaviculares. El mecanismo siempre es una compresión (Fig. 22) y
En el contexto de estas secuelas, si se trata de una puede ser directo, por impacto anterior sobre la claví-
lesión acromioclavicular en una clavícula estable, la cula, responsable de un desplazamiento posterior de
resección artroscópica de las superficies articulares ésta. La mayoría de las veces el mecanismo es indirecto,

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Figura 22. Mecanismos de las luxaciones esternoclaviculares.


Figura 23. Tomografía computarizada de una luxación ester-
noclavicular derecha, en la que se observan las relaciones entre la
en especial en los accidentes deportivos, a modo de un extremidad clavicular y la tráquea.
traumatismo en el muñón del hombro [66]. Según la
localización del impacto y la posición del brazo en el
momento del traumatismo, la luxación puede ser ante-
rior o posterior.

Clasificación
La clasificación según el grado de lesión de los
ligamentos tiene poco interés. Lo principal es detectar
las auténticas luxaciones esternoclaviculares, las contu-
siones o los simples estiramientos ligamentosos, sin
pérdida de contacto de las superficies articulares, que no
necesitan tratamiento especial. En cambio, la dirección
del desplazamiento es fundamental. Se distinguen:
• las luxaciones anteriores, caracterizadas por un
desplazamiento anterior de la extremidad clavicular.
Figura 24. Reconstrucción 3D para demostrar una luxación
Son las más frecuentes [66];
esternoclavicular posterior.
• las luxaciones posteriores, caracterizadas por un
desplazamiento posterior de la extremidad clavicular.
Son las más graves debido a las relaciones posteriores clínicas especiales han sido objeto de numerosas
de esta articulación. publicaciones [67-69]. Rockwood insiste en el hecho de
que luxaciones que tenían un aspecto típico de despla-
zamiento anterior eran, en realidad, luxaciones poste-
riores. En el contexto de un politraumatismo, sobre

“ Para recordar todo cuando el paciente no puede comunicarse, esta


lesión esternoclavicular puede pasar fácilmente inadver-
tida si no se efectúa una exploración completa.
Luxaciones esternoclaviculares posteriores
• Infrecuentes y de diagnóstico difícil: la ecografía
Pruebas complementarias
puede prestar utilidad. La situación y la forma de la articulación esternocla-
• Riesgo de complicación visceral o vascular vicular, y más bien la dirección anteroposterior que la
superior del desplazamiento, dificultan el análisis
grave. radiográfico. Se han descrito numerosas proyecciones.
• Urgencia terapéutica. La más utilizada es la de Heinig [70], también conocida
como «lateral del nadador», que fue modificada por
Fery [71]. El análisis es comparativo. Hay otras proyec-
ciones [66, 72], todas ellas difíciles de interpretar. Por esta
Clínica razón, es importante insistir en la TC [73], aun si su
Al producirse una luxación esternoclavicular, con interpretación no es muy fácil, pues la posición alta de
suma rapidez se forma un edema que tapa la deforma- la clavícula respecto al manubrio esternal no permite
ción, que podría ser fácilmente visible debido a que la obtener cortes en que los que se visualicen las dos
articulación se encuentra inmediatamente debajo de la superficies articulares. Muy a menudo, un solo corte
piel. Por tanto, el diagnóstico no siempre es evidente. Es permite hacer un buen análisis. Sin embargo, la posibi-
el paciente quien refiere un dolor en la región esterno- lidad de comparar ambos lados en el mismo corte
clavicular y el que a menudo adopta la posición típica permite hacer el diagnóstico. La obtención de imágenes
de los traumatizados del miembro superior. El estira- 3D permite aclarar el diagnóstico (Fig. 24). Otra ventaja
miento del miembro resulta difícil porque la maniobra de la TC es la posibilidad de analizar las relaciones de
aumenta el dolor. La anamnesis se orienta entonces al la extremidad clavicular con los grandes vasos que se
mecanismo de producción del traumatismo. La inspec- encuentran inmediatamente por detrás de ella (Fig. 23).
ción puede demostrar una prominencia esternoclavicu- Más recientemente, se ha informado sobre el uso de
lar y un acortamiento del hombro. La palpación de la la ecografía para el diagnóstico del desplazamiento [74].
articulación es dolorosa y puede revelar un relieve en Esta exploración, de práctica sencilla, en especial en la
caso de luxación anterior o un espacio vacío en caso de urgencia, permite apreciar el desplazamiento de la
luxación posterior. Las tentativas de acercar los hombros extremidad clavicular, por lo cual debe indicarse sin
entre sí causan dolor. Por último, en caso de luxación vacilar.
posterior puede haber signos de compresión nerviosa,
arterial o venosa (predominantes en la cara y en el Lesiones asociadas
miembro superior correspondiente) y visceral (disfagia, • Luxaciones bipolares de la clavícula: se trata de
dificultad respiratoria, disnea, etc.), que se explican por lesiones que asocian luxación esternoclavicular y
la proximidad de estos elementos con la extremidad acromioclavicular. La primera es anterior y la segunda
clavicular desplazada (Fig. 23). Estas manifestaciones más bien posterior [75].

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torácica (Fig. 26). Se empuja el muñón del hombro


Figura 25. Núcleos de osifi-
cación de la cintura escapular
hacia atrás y el ayudante ejerce presión contra el
y edad a la que se cierran. hombro opuesto. Clásicamente se recomienda colocar el
22-25 ans brazo en abducción, pero sería preferible dejarlo al
18-25 ans costado del cuerpo en extensión y ejercer una tracción
20-26 ans sobre él [79] (Fig. 26). Si, a pesar de esta técnica, la
reducción no se logra, puede fijarse una pinza de campo
a la clavícula, de modo percutáneo, lo que permite tirar
de la extremidad clavicular hacia delante. La mayoría de
las veces la reducción así obtenida es estable. Luego,
puede ser suficiente un tratamiento ortopédico con un
vendaje en 8, manteniendo el hombro estirado hacia
atrás durante 6 semanas. El control de la reducción debe
• Desprendimientos epifisarios: debido a la osificación hacerse con una TC o una ecografía. Si no puede
tardía de la extremidad clavicular interna (Fig. 25), y conseguirse la reducción o si ésta es inestable, el caso
a su localización cercana a la articulación, suele ser más frecuente cuando el diagnóstico se formula tarde,
difícil distinguir una luxación esternoclavicular puede ser necesaria la intervención quirúrgica. La
genuina de un desprendimiento epifisario. Para colocación del paciente es igual a la de la reducción. Los
algunos, la mayoría de las luxaciones esternoclavicu- campos quirúrgicos deben permitir la movilización del
lares son desprendimientos epifisarios. Para la deci- miembro superior con comodidad. La vía de acceso
sión diagnóstica se tiene en cuenta la edad del herido;
debe poder ampliarse fácilmente si se presentan proble-
debe recordarse que en caso de desprendimiento
mas intraoperatorios. La reducción se practica entonces
epifisario la vaina perióstica suele estar intacta y la
a cielo abierto. Si resulta estable, la intervención puede
estabilidad de la reducción es excelente [76] . Tras
terminar. Si es inestable, es preferible asociar una
obtenerse la reducción, la regla es el tratamiento
ligamentoplastia, que puede hacerse de diversas formas:
ortopédico.
con el subclavio [80], con una banda de la cabeza ester-
nal del esternocleidomastoideo, de la fascia lata o de
Tratamiento cualquier otra porción tendinosa. Lo ideal es que la
El tratamiento depende esencialmente de la dirección ligamentoplastia ofrezca una estabilidad suficiente [81]
de la luxación esternoclavicular. como para poder prescindir de una fijación temporal
con clavos, debido a los grandes riesgos inherentes a la
Luxación esternoclavicular anterior migración de este material, que a veces es responsable
de complicaciones trágicas: muerte, migración pulmonar
Por lo general, la reducción ortopédica se produce
o intracardíaca [82-85].
con facilidad al asociar una retropulsión del muñón del
hombro y una presión sobre la cara anterior de la
extremidad clavicular interna. En cambio, la estabilidad
de esta reducción es mala y la luxación suele recidivar
al aflojarse la presión. Es posible mantener la reducción
con un vendaje en 8, pero no siempre resulta eficaz. A
pesar de que las luxaciones anteriores de la articulación
“ Puntos importantes
esternoclavicular suelen tolerarse bien, la mayoría de los • Los núcleos de osificación de la cintura
autores recomiendan este tratamiento ortopédico, sobre
escapular se sueldan de forma tardía. No hay que
todo Rockwood [66] y Jong [77].
confundirlos con una fractura; para esto, en los
Luxación esternoclavicular posterior jóvenes deben tomarse placas comparativas.
• La TC debe indicarse sin vacilar para analizar
En este caso especial, debido a posibles lesiones de
mejor las lesiones.
los grandes vasos, todos los autores admiten la reduc-
ción en la urgencia. La técnica está bien codificada y • La asociación a un traumatismo torácico es
la reducción debería obtenerse ortopédicamente en frecuente: esto no debe ignorarse; de igual modo,
casi todos los casos, sobre todo cuando se la practica ante un traumatismo torácico siempre debe
lo antes posible [78]. El paciente debe ser anestesiado, hacerse una exploración minuciosa de la cintura
intubado y perfundido. No es inútil asegurarse de la escapular.
presencia cercana de un cirujano torácico o vascu- • No hay que usar un material que corra el riesgo
lar [67] . La técnica consiste en colocar al paciente de movilizarse, en especial los clavos.
en decúbito supino con un cojín bajo la columna

Figura 26. Principio de reducción de


una luxación esternoclavicular posterior.
1. Cojín.

+
1

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Aparato locomotor 17
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L. Favard (favard@med.univ-tours.fr).
J. Berhouet.
G. Bacle.
Service d’orthopédie 1, centre hospitalier universitaire Trousseau, 37044 Tours cedex, France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo original: Favard L., Berhouet J., Bacle G. Traumatisme de la ceinture
scapulaire. EMC (Elsevier Masson SAS, Paris), Appareil locomoteur, 14-035-A-10, 2009.

Disponible en www.em-consulte.com/es
Algoritmos Ilustraciones Vídeos / Aspectos Información Informaciones Autoevaluación
complementarias Animaciones legales al paciente complementarias

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