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Autobiografía, Jeison Steven Mina Molina.

Inicio. –

Nudo. –

Desenlace. –

Era el año 1988, papá era un joven mecánico que apenas estaba iniciando su camino en el

mundo laboral; Mamá, por otro lado, era una chica de campo, despreocupada y tranquila.

Por cuestiones del azar, la vida decidió juntarlos, ella vendía frutas en un pequeño puesto

cerca del lugar donde aquel chico trabajaba, este último se fijó en ella de inmediato y sin

dudarlo por un segundo se acercó y le hablo. Desde ese momento sabían que eran el uno

para el otro, vivieron todo tipo de aventuras y luego de dos años de relación decidieron dar

el siguiente paso, se casaron y tuvieron una familia, es aquí donde comienza mi historia.

Mi nombre es Jeison Steven Mina Molina, hijo de Idalia Amalfi Molina y Luis Gilberto

Mina, actualmente tengo 17 años de edad, nací el 28 de abril del año 2003 en la ciudad de

Santiago de Cali dentro de la clínica de Occidente y soy el menor en un grupo de tres

hermanos, Jessica Alejandra Mina y Leslie Vanessa Mina.

A lo largo de mi corta de mi vida he vivido gran cantidad de experiencias, unas más

satisfactorias y llevaderas que otras claro está, ya que como cualquier persona he tenido

momentos buenos y momentos malos, sin embargo, no significa que me atormente o me

sienta mal por esto, por el contrario, agradezco todas y cada una de estas experiencias,

puesto que me han servido para forjar la persona que soy ahora, cada risa, cada lagrima,

cada enojo y cada golpe, forman parte del rompecabezas de mi vida, si una de esas partes

hubiese llegado a faltar, no me imagino que sería de mi ahora.


Siempre me he caracterizado por ser un chico tranquilo, no sé qué tan verídico sea, pero mi

madre me dice que cuando tenía 3-4 años aproximadamente y recién había comenzado mi

etapa de aprendizaje en el jardín, ella empezó a preocuparse porque no me comportaba

como otros chicos de mi edad, los cuales se caracterizaban por querer llamar la atención,

hacer mucho ruido o cosas por el estilo, no obstante, que fuese tranquilo no significaba que

fuera aburrido, por el contrario me gustaba divertirme y hacer cosas que haría un niño a esa

edad, como saltar, correr o jugar a la pelota, pero siempre teniendo un control sobre mis

acciones.

A partir de los 6 años, empecé mi educación básica primaria, de primer a quinto grado, allí

conocí a quienes han sido mis mejores amigos hasta ahora y con los que he compartido la

mayoría de tiempo, de esta etapa no hay mucho que decir, fue agradable y divertida, lo

interesante vino cuando empecé el bachiller, los cambios venían uno tras otro, empecé a

crecer, me interesaba por otro tipo de cosas, mis gustos cambiaron y me fijaba en cosas a

las que antes no les prestaba atención, por ejemplo el amor o las relaciones sociales.

Durante este tiempo, cuando tenía 12 años aproximadamente me interese un poco más en el

deporte, quería hacer algo que me gustara y en lo que pudiera destacar, pero físicamente no

resaltaba mucho, era bastante flojo a comparación de mis compañeros, los cuales

entrenaban basquetbol o futbol, deportes que nunca me llamaron la atención, a decir

verdad, ninguno en general, a excepción de las artes marciales, las cuales siempre había

querido practicar pero nunca había tenido la oportunidad de hacerlo, hasta que un amigo

que entrenaba Kung Fu me invito a entrenar con él, ya que pensó que me podría gustar, y

así fue, tengo que decir que el primer día no fue lo mejor del mundo, como dije, nunca

había hecho ejercicio antes por lo que fue bastante duro para mí, tanto así que vomite, tuve
muchos dolores y pensé en no volver y dejar todo tirado, pero el shifu, a quien llamaremos

Javier, me dijo que veía un gran potencial en mí y que notaba las ganas que tenía para

demostrar de lo que era capaz, que antes de tirar la toalla pensara las cosas bien, lo dude por

un instante, pero al final decidí quedarme, el deseo de superación y querer arrasar con todo

me gano, era un poco arrogante a decir verdad, lo acepto, pero a lo largo de ese proceso

obtuve gran cantidad de conocimientos. Entrene allí durante 4 años, el proceso fue duro,

llore, sangre, salí lastimado y me lesione muchas veces, pero nunca me rendi, siempre seguí

con la frente en alto y gracias a eso aprendí lo que es la disciplina, la responsabilidad, la

importancia del trabajo duro, el valor de los compañeros y lo importante que es crear lazos

con las personas que aprecias. Más que aprender a defenderme o practicar para tener un

buen estado físico, aprendí a ser persona y a reconocer el valor de la vida.

Actualmente con 17 años de edad y empezando una nueva etapa en la universidad, puedo

decir que todo lo que he aprendido, que todas las personas que he conocido y que todos los

momentos que he pasado; hayan sido buenos o malos, me van a acompañar por el resto de

mi vida como un recordatorio de la persona que soy ahora y la persona que quiero llegar a

ser.
Desarrollo de las preguntas.

¿Qué sucede en este relato?

En este relato se cuenta la historia de Jeison; como se conocieron sus padres y todo lo que

sucedió a partir de ese momento, su nacimiento, su etapa escolar, etc.

¿Qué personajes Intervienen?

Los personajes que se ven envueltos en la historia son: Jeison, Javier, Luis, Idalia, Jessica y

Vanessa.

¿Qué tipo de narrador aparece en el fragmento?

El narrador de este relato es de tipo protagonista (Cuenta todo desde su perspectiva) y habla

en primera persona.
Hansel y Gretel, un lugar increíble.

En el año 2020, en uno de los barrios más lujosos de Cali vivía un hombre con sus dos

hijos, Hansel y Gretel. El hombre se había casado con una mujer que no quería a los niños.

Siempre se quejaba de que comían demasiado y que, por su culpa, su marido no le daba los

gustos que ella merecía.

Debido a la llegada del covid y a la situación por la que estaba atravesando el país, el padre

de Hansel y Gretel se quedó sin trabajo, por lo tanto, la forma en que vivían tuvo que

cambiar drásticamente, poco a poco la situación empeoraba; ya no había comida, ya no

podían pagar los servicios públicos y pronto los iban a echar de la casa en la que vivían.

La mujer, cansada de esta situación se dio la tarea de convencer a su marido para abandonar

a sus hijos en Sucre. Al principio el hombre se negó, diciendo que no podía cargar la culpa

de abandonar a sus hijos y menos en un lugar como ese, pero a punta de artimañas la mujer

logro convencer al hombre, diciéndole que sus hijos siempre han sido avispados y se las

podían arreglar para sobrevivir.

Días después, un poco indeciso, pero cegado por la extrema situación que estaban pasando,

el hombre les dijo a Hansel y Gretel que los iba a llevar a comer un helado.

Hansel, quien sospechaba lo que estaba tramando su madrastra, se anticipó a ella y tomo

una bolsa, acto seguido la lleno de migajas de pan, y fue dejando un camino de ellas desde

su casa hasta donde su padre los llevo. Estando ya en sucre y con helado en mano, los niños

decidieron dar un paseo alrededor del barrio por orden de su padre, quien les dijo que

pronto iba a volver, pero como se esperaba no fue así…


Al llegar la noche, los pequeños se dieron cuenta que su padre nunca volvió, pero Hansel

no estaba preocupado, por el contrario, se le veía bastante confiado pues recordó que había

dejado migajas de pan a lo largo del camino, pero al mirar detenidamente se dio cuenta que

ya no estaban, los perros se las habían comido.

Así pues, desamparados y sin nada que hacer, Hansel y Gretel comenzaron la búsqueda de

un lugar para poder dormir, sin embargo, no corrieron con suerte, ya que ninguna persona

los quiso aceptar en su casa.

Mientras seguían buscando se encontraron un afiche: “LUCAS Y MATEO,

DESAPARECIDOS DESDE HACE 1 MES, CUALQUIER INFORMACION

COMUNICARSE A ESTE NÚMERO, 333-444”. No obstante, Hansel y Gretel ignoraron

completamente lo que habían visto y siguieron su camino.

A media noche, mientras los chicos se preparaban para dormir, resignados por no encontrar

quien los ayudara, se les acerco un hombre de aproximadamente unos 60 años de edad,

quien los miro minuciosamente de pies a cabeza.

Hansel, un poco extrañado y asustado por la actitud del hombre, le dijo a su hermana que se

fueran, pero antes de que pudieran hacer algo, el extraño hombre los detuvo.

Se presento a si mismo como Rodrigo y les ofreció a los pequeños un lugar donde dormir y

comer, lo único que tenían que hacer era seguirlo. Sin dudarlo, Hansel y Gretel aceptaron,

pues la idea de poder comer algo los llenaba de felicidad.

Después de caminar un rato llegaron a la casa de Rodrigo, esta parecía irreal; era increíble,

grande, bonita y, sobre todo, el olor de comida que venia de adentro era impresionante, no

se comparaba con nada que los niños hubieran visto antes.


Ya adentro, Rodrigo les dio un tour por la casa, les mostro sus respectivos cuartos y les dijo

que podían hacer lo que quisieran: correr, jugar, comer, etc. Pero que por nada del mundo

fuesen a entrar al sótano, de lo contrario les podría pasar algo malo.

Rodrigo nunca estaba en casa, por lo que Hansel y Gretel casi siempre estaban solos. Un

día, mientras jugaban a las escondidas, Gretel escucho unos ruidos y se dio cuenta que

venían del sótano, cuando se acerco para revisar vio que la puerta estaba abierta, y con un

poco de miedo, entro.

Lo que Gretel estaba viendo era impresionante, eran Lucas y Carlos, los mismos niños que

habían visto en el afiche de desaparecidos cuando estaban vagando por el barrio. Sin

pensarlo, la niña se dio cuenta que algo andaba mal y enseguida fue a buscar a su hermano,

cuando le comento lo que había visto, este le dijo que debían buscar ayuda, pero cuando

estaban saliendo de casa se encontraron con Rodrigo, quien al ver sus caras de terror, se dio

cuenta inmediatamente que algo no iba bien y no los dejo salir, sin embargo, Hansel logro

escabullarse y se alejó lo más rápido que pudo de la casa, su hermana por otro lado no

corrió con la misma suerte se quedo encerrada con Rodrigo, el cual la llevo al sótano con

los otros dos chicos.

Resulta que Rodrigo era un traficante de órganos que secuestraba niños y les arrebataba la

vida por dinero, lastimosamente, Lucas, Carlos y Gretel iban a ser los siguientes.

De la nada se escuchó un fuerte golpe, era la puerta que había sido derrumbada, los policías

entraron y rodearon a Rodrigo, sacaron a los niños y los pusieron en un lugar seguro. Todo

gracias a Hansel, quien al salir de la casa lo primero que hizo fue buscar ayuda con la

policía.
Al final de todo si hubo un final feliz; los padres de Hansel y Gretel acabaron en la cárcel

por abandono, los niños terminaron siendo adoptados por uno de los policías que ayudo en

la captura de Rodrigo, además, Lucas y Carlos volvieron sanos y salvos con sus padres.

Narrador: Tercera persona

Tiempo: La historia transcurre en el año 2020.

Espacio: Los hechos de la historia se llevaron a cabo en la ciudad de Cali en el barrio

Sucre.

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