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El aprendizaje en la vejez tiene una relación muy fuerte con la motivación que la
persona mayor tenga para iniciar una tarea, desarrollar un proyecto o profundizar en
un tema. De esta manera la capacidad de aprendizaje que tiene cada individuo está
directamente relacionada con su capacidad intelectual y otros factores, entre los
cuales destacan los motivacionales. Existen en la actualidad demasiados tópicos, sin
duda erróneos, sobre el envejecimiento, y uno de estos tópicos es que al alcanzar una
cierta edad una persona es “demasiado mayor para aprender”. Esta sentencia carece
de total sentido, más aún cuando la persona tiene menos de 60 años.
De hecho, diversos estudios al respecto han demostrado que las personas de edad
avanzada son capaces de obtener niveles de conocimiento iguales o mayores que los
de las personas más jóvenes sí disponen de una alta motivación para ello.
El Adulto en Situación de Aprendizaje:
Algunas características personales por las cuales nos acercamos a las propuestas
de formación se pueden centrar en: mejorar nuestra condición, satisfacer nuestra
curiosidad, desempeñar mejor el trabajo, enriquecimiento personal (resolución de
problemas personales, sociales o familiares), clarificar las relaciones interpersonales,
entre otras. Por otro lado, se acceden a instancias de formación para “reciclarse”,
ampliar conocimientos o adquirir una titulación. De esta manera, en los procesos de
aprendizaje en los cuales participamos, presentamos algunos requerimientos, que
podemos sintetizar en los siguientes: exigimos propuestas que nos permitan
participar, compartiendo nuestra experiencia previa. El estado de pasividad en general
no es aceptado. En ocasiones buscaremos estrategias para desarrollar la actividad que
está vinculada con nuestras experiencias.
Aprendiendo:
CONCLUSION
"Loro viejo no aprende a hablar" dice un adagio popular, tan extendido como
errado, ya que sobran los ejemplos de personas que se ilustraron o que produjeron
interesantes aportes intelectuales o de razonamiento después de lo que benignamente
se ha dado en llamar "edad madura". Gaudí, Sócrates, Fermat, Marcuse y otros
pensadores destacados contradicen ese falso paradigma, al producir lo mejor de sí
después de los 40, dando ese salto cuántico que lleva a alguien destacado a la
categoría de genio después de esa barrera en la que, según algunos ilusos "comienza
la vida".
Cabe mencionar que hago esta entrada, porque muchas personas consideran que
estudiar luego de adultos es una pérdida de tiempo, en la actualidad las
organizaciones se transformas constantemente a medida que los cambios ocurren o la
tecnología avanza, esto ha causado un acelerado ritmo que pueden ser angustioso,
pues obliga a entender y dar respuestas inmediatas a las grandes innovaciones, lo cual
sugiere que debemos estar preparados para asumir compromisos de mayor escala ,
como personas poseemos aspiraciones, igualmente ocurre con las Corporaciones o
Compañías las cuales se van adaptando a los nuevos enfoques y plataformas
tecnológicas para el manejo de su información y de esta forma modernizarse, pocas
veces se busca realizar los cambios por miedo, pero llega un momento se deben dar,
es por ello que el personal debe estar preparado para asumir todos los efectos tanto
negativos como positivo que conlleva un cambio para logar el éxito.
BIBLIOGRAFIA
Orosa Fraíz, T. (2001). La Tercera Edad y la Familia. Una mirada desde el adulto
mayor, La Habana: Editorial Félix Varela.
https://www.losrecursoshumanos.com/el-aprendizaje-del-adulto-mayor/