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ENFERMEDADES DE LA POBREZA

Un Estado Social de Derecho que no abarca todo el país

Autor

Jorge Alberto Cabrera Sierra

Universidad Externado de Colombia

Maestría en Derecho Médico

Facultad de Derecho

Santa fe de Bogotá, Colombia

2018
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ENFERMEDADES DE LA POBREZA

Un Estado Social de Derecho que no abarca todo el país

Autor

Jorge Alberto Cabrera Sierra

Asignatura

Derecho Sanitario Público

Dr. Andrés Briceño Chávez

Universidad Externado de Colombia

Maestría en Derecho Médico

Facultad de Derecho

Santa fe de Bogotá, Colombia

2018
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LAS ENFERMEDADES DE LA POBREZA

Un Estado Social de Derecho que no abarca a todo el país

El derecho a la salud, ha tenido un reconocimiento tardío, se ha garantizado y reiterado su

sentido fundamental por los instrumentos internacionales de derechos humanos, la

jurisprudencia y solo hasta el 2015 mediante le lay estatutaria 1751, se establece el objetivo de

garantizarlo como derecho fundamental, regularlo y establecer su mecanismo de protección, ya

como un derecho autónomo. Su esencia de fundamental, lo ha revestido de Universalidad, Gañán

(2011) define a este derecho en “clave del estado social, como un verdadero derecho fundamental

por ser universal, irrenunciable, inherente a la persona humana, integral e integrador, esencial

para la materialización de una vida digna, con calidad, y vital para la eficacia real del principio de

dignidad humana” (p.7). Sin embargo con todo este respaldo, a las comunidades más pobres del

país, les ha tocado cargar con el peso miserable de ese limitado universalismo, ya que el Estado

Social de Derecho no les ha asegurado mejores condiciones de vida y por ende carecen de

saneamiento básico, agua potable, vivienda digna, medio ambiente sano etc. Que traen como

consecuencia enfermedades diarreicas, de la piel, problemas respiratorios, otitis, rinitis, asma,

entre otras. La ubicación geográfica además de no permitir acceder efectivamente a los servicios

de salud, hace que estas comunidades como la de Rio Sucio-Chocó padezcan otros males como

la desnutrición, y por supuesto serios problemas de salud pública. Según Carmona y Parra

(2015) los determinantes sociales de la salud aparecen como resultado de las inequidades de este

derecho, es decir, que no solamente debemos ver los problemas naturales del desgaste frente a los

ciclos de la vida, sino también que los padecimiento de salud provienen de los factores como las

condiciones ambientales donde viven, su alimentación, saneamiento básico y la pobreza como el


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problema más difícil de reducción, generando que exista discriminación por razones de raza,

etnia e incluso región.

Precisamente para estas comunidades lo que se requiere para garantizar la salud, es

cambiar radicalmente las condiciones en las que viven, brindar una mejor educación sexual y

reproductiva que está seriamente vinculada con los estándares de pobreza y es importante

resaltar que “la mortalidad materna de acuerdo con el ciclo reproductivo, entre las mujeres entre

los 15 y 19 años, la tasa es más alta que entre las mujeres entre los 20 a los 24 años” (Carrillo,

2007). Lo cual deja mucho por decir, por ejemplo que: la educación sexual en adolescentes y la

política de salud sexual y reproductiva no está siendo efectiva ya que “una de cada cinco

adolescentes entre los 15 y 19 años de edad ha estado alguna vez embarazada” (Ministerio de

Salud y de la Protección social, 2013). Existen comunidades donde incluso, tienen que navegar

por ríos para poder llegar a una entidad de salud, los cual, en caso de las mujeres embarazadas,

viven en un riesgo latente. Cuando muere una madre por hechos que se pudieron haber evitado,

se evidencia la grave injusticia social, entonces en medio de este problema sanitario en el que

viven las personas, no solo tenemos que ver la causa de la muerte de la madre, sino, a quien le

correspondía garantizar ese derecho y no lo hizo (Acosta 2001), además es una familia que queda

en condiciones más inferiores y es un menor que requerirá mayor atención nutricional, física,

psicológica, pero sobre todo es violatoria del derecho a la familia y de los niños a tener una

familia, es claro que el “Estado y la Sociedad deben garantizan la protección integral de la

misma” (Constitución Política de Colombia, 1991, Art. 42). Una incompetencia del estado es

esta, porque lo que realiza, no da efecto, ya que para el 2016 “Según el DANE, 1 de cada 5

madres es adolescente” (Caracol radio, 2016).

Muchas personas se ven en riesgo por la falta de atención en salud oportuna, por las

zonas geográficas en las que viven, por el abandono estatal y por las condiciones
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socioeconómicas, esto se evidencia en el Dto. Del Chocó donde se habita en condiciones de

insalubridad, y hay falta de promoción de la salud ni prevención de enfermedades; Por ello es

importante que la mortalidad neonatal y la mortalidad materna disminuyan y sea controlada ya

que se establece como “un problema de salud pública, el cual se encuentra ligado el desarrollo

económico y social de los países, en el Dto. Del Chocó en el año 2008, por cada 100.000 nacidos

vivos, murieron 233 madres” (Boletín del Observatorio en salud, 2012), estos son algunos de los

resultados de la pobreza, ya que hay mortalidad infantil por enfermedades totalmente previsibles,

prevenibles y tratables como ya se mencionaron al comienzo de este ensayo.

Es totalmente devastador para un Estado Social de Derecho, que tiene como principio

constitucional la Dignidad Humana, verse incapacitado para garantizar este derecho fundamental

y desligarlo de las características geográficas, étnicas, de discriminación y ambientales en las

que se encuentran ciertas comunidades, pues este derecho se dignifica no con actos temporales,

sino mediante la estrecha relación que debe existir entre los conceptos normativos de prestación

eficiente y continúa del derecho (Sentencia T-881 de 2002). Sin embargo para las comunidades

más pobres del país, el derecho Fundamental a la salud nunca ha tenido eficiencia en la

prestación ni eficacia en los objetivos para mejorar las condiciones de salud, por el contrario tiene

vicios aún mayores como el que Acuña (2010) afirma “El peor mal del país, un cáncer crónico, es

la corrupción. Parece que viviéramos con la salud enferma por la corrupción” (p.38). Este mal

impide su materialización y esto es, no solamente prestando el servicio sino, cambiando sus

condiciones de vida, permitiendo que estas personas vivan con el “completo estado físico,

mental y social” (OMS, 1946, p.1) que dignifique.

Por lo general, estas comunidades viven en zonas ricas en fauna, flora y minerales

preciosos, pero la explotación de los ríos mediante el mercurio para extraer oro causa la muerte

de esas afluentes y toda la vida que en ella se consigna. Tenemos un estado insensible frente a
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las necesidades de estas personas y sus peticiones en la mayoría de los casos no son escuchadas o

simplemente son personas que por su condición, son evadidos al requerir servicios de salud, que

al final se les dificulta, y terminan por desistir. Tenemos comunidades del departamento del

Chocó como Rio Sucio, Alto Baudó, entre otros, que sufre las consecuencias de grupos al margen

de la ley, que generan desplazamiento y como consecuencia personas totalmente desatendidas

del sistema de salud, minería ilegal que genera contaminación del agua y por ende enfermedades,

tienen que padecer incluso los enfrentamientos de grupos como el ELN contra integrantes del

Clan del Golfo por rutas estratégicas de cocaína, ya que estas comunidades se ubican en una

factible conexión con el pacifico (Caracol Radio, 2017), son estas noticias las que evidencian el

verdadero infierno que solo ellos pueden contar.

Colombia hace parte de algunos instrumentos internacionales de derechos humanos, tal es

Pacto Interamericano de Derechos Sociales, Económicos y Culturales donde se estableció que las

personas tienen derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental; otros

donde existe una cooperación internacional para procurar disminuir la pobreza y ayudar a que los

país puedan vivir un poco mejor, la AOD que es la Ayuda Oficial al Desarrollo que se realiza a

nivel mundo con los países socios mediante donaciones, prestamos etc. Sirven para promover el

desarrollo y bienestar social y económico, en 1998, América Latina recibía el 10% de la ayuda

mundial, pero entre 2001 y 2008, esta tasa se situó entre el 4 y el 5%, este efecto proviene de los

objetivos de desarrollo del milenio, ya que se ha alentado una significativa reorientación de la

ayuda mundial a los países más pobres como Asia Meridional y África Subsahariana. (Perales

2011, p. 10).

El derecho fundamental a la salud pertenece a todas las personas, donde tienen derecho a

un nivel de vida adecuado que asegure la salud y el bienestar (Declaración Universal de los

Derechos Humanos, 1948) esto conlleva al mismo sentido que abarca la constitución y los
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instrumentos internacionales de derechos humanos que es la Dignidad Humana. La salud por sí

sola, brinda solo una mejor calidad de vida que nos aproxima un poco más a la cúspide que es la

dignidad, porque aclaro que este concepto es un estándar de perfección, que se escalona con

factores como: el derecho a al trabajo, a la seguridad, al medio ambiente sano, a la educación, a

la vivienda etc.

Es lamentable saber que estamos en un estado con los recursos para satisfacer esas

necesidades insatisfechas, pero existen males que desde el mismo gobierno es generadora de

padecimientos, como la corrupción, un ejemplo de esto es el Cartel de la Hemofilia o el Cartel

del Sida, donde la deshonestidad aparece en gran magnitud económica por ser enfermedades de

alto costo, brindada a personas que nunca existieron o nunca necesitaron algún tratamiento, como

afirma Roca (2017) “los grandes huecos financieros aparecen a nivel macro. Se ha

comprobado que la corrupción afecta los resultados de las metas propuestas en el campo de

la salud y que en los países donde esta enfermedad se encuentra controlada, la esperanza de vida

es mayor y la tasa de mortalidad en recién nacidos y menores de 5 años es menor.” Esto genera

que algunas personas mueran por falta de medicamentos, falta de elementos quirúrgicos, otras

por desnutrición, tal es el caso de los niños Wayuu, otras por el difícil acceso a los servicios de

salud, otros por no contar con los mínimos recursos para trasladarse de un lugar a otro, otros por

la contaminación generadora de enfermedades parasitarias, diarreicas, respiratorias, y esto tiene

un impacto devastador en las comunidades más pobres, donde además no hay distinción de

importancia, si es un menor, o una mujer embarazada o alguien que requiera atención de

urgencias.

El derecho a la salud está inmerso en muchos ámbitos donde puede verse afectado, donde

las personas pueden estar expuestas a posibles afectaciones de salud, que es lo que llamamos

Determinantes Sociales de la Salud, y es importante expresar que comunidades como el Chocó


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merecen que cambien sus condiciones de vida al mismo tiempo en que se mejore la prestación

del servicio de salud. Este derecho cuenta con toda la protección internacional, constitucional,

jurisprudencial y legal, solo tiene que llevarse a cabo una materialización efectiva, con estándares

de calidad y brindada bajo la correcta e imparcial inspección, vigilancia y control para que este

deje de ser el claro ejemplo de cómo se viola un derecho humano.


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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

 Acosta,G. (2001). Vía Crucis de la Muerte Materna. Mortalidad Materna: Un Problema de

Salud Pública y Derechos Humanos. Ministerio de Salud de la Nación, Consejo Nacional

de la Mujer y UNICEF. Seminario realizado en Argentina (Gladys acosta Vargas, via

crucis de la muerte materna).

 Acuña, B. H. (2010). Algunos problemas de la salud en Colombia. Universitas

Odontológica, 29(63), 37-39.

 Boletín del Observatorio en salud (2012) Sobre la Mortalidad Materna en Colombia,

 Caracol Radio (2016). 1 de cada 5 madres es adolescente: DANE.

 Caracol Radio (2017). Dos Batallones y una Brigada Móvil del Ejército en Zona de

Conflicto en Chocó.,

 Carmona-Meza, Z., & Parra-Padilla, D. (2015). Determinantes sociales de la salud: un

análisis desde el contexto colombiano. Salud Uninorte, 31(3).)

 Carrillo, U. (2007). Mortalidad materna en Colombia: reflexiones en torno a la situación y

la política pública durante la última década. Revista ciencias de la salud, 5(2).

 Constitucional, C. (2002). Sentencia T-881 de 2002. MP Eduardo Montealegre Lynnet.

 De la Salud, A. M. (1946). Constitución de la Organización Mundial de la Salud. New

York. Recuperado de http://www. who. int/governance/eb/constitution/es/index.

htmlRegidor, E., Barrio, G., de la Fuente, L., Domingo, A.

 EL PUEBLO, D. C. (1991). Constitución Política de Colombia 1991.


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 Gañan, J. (2011). De la naturaleza jurídica del derecho a la salud en Colombia. Revista

Estudios de Derecho, 151, 188-212.

 HUMANOS, D. U. D. L. D. (1948). Declaración universal de los derechos humanos.

 Ministerio de Salud y de la Protección Social (2013) Embarazo Adolescente en Colombia.

 Perales, J. A. S. (2011). Entre los Objetivos de Desarrollo del Milenio y la cooperación

sur-sur: actores y políticas de la ayuda al desarrollo en América Latina y el

Caribe. Pensamiento iberoamericano, (8), 195-222.

 Roca, A. J. (2017). Reflexiones sobre la corrupción y su impacto sobre la

salud. Medicina, 39(1), 5-7.

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