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En

la Mente de Emma Park


Por

Sheylin TaeTae


-¡Señorita Emma!
-…-
-¡DESPIERTE!-
-Aah ¿Qué paso?— no otra vez no, me volví a dormir en el salón de clases.
-Lo que pasa es que USTED se volvió a quedar DORMIDA en mi clase—
esta vez sí hice enfadar a la maestra de sociología, espero y no me mande con
el director sería la tercera vez que lo visito en esta semana.
-Vaya a la oficina del director ¡AHORA!
De nuevo iría a la oficina del director ¡noo!, ahora que le diré que me
siento mal mmm, no lo sé le diré la verdad no tengo otra opción.
-¡Toc, Toc!, puedo pasar— estaba aterrorizada ya que la tercera vez aquí
podrían suspenderme y mi madre me mataría.
-Adelante— ¡hay porque tuvo que estar disponible!, sin más pase y lo
salude.
-Señorita Park, ¿Qué fue lo que paso ahora?— me quede callada, no sabía
si mentirle o decir la verdad, si le miento tal vez no me crea y puede que me
suspenda más tiempo.
-Y-yo, me quedé dormida en la clase… de sociología— lo dije con mucho
miedo pues el director es demasiado estricto.
– ¡Señorita es la tercera vez en esta semana que sucede lo mismo, tendré
que suspenderla durante una semana!
-No por favor, no me suspenda mi mamá va a matarme—dije algo
exaltada.
Por más que le decía, todo fue en vano.
-Lo siento señorita. Está suspendida hasta el próximo lunes ahora ¡FUERA
DE AQUÍ!—dijo eso último gritando. Dormirse temprano, ja que cree en la
frase “quien madruga dios lo ayuda” como si no durmiera temprano, mi madre
me obliga a dormirme a las 10 de la noche, ¡ESO NO ES TEMPRANO!
-…- me quede callada pues tenía razón, pero por dentro ya le estaba
haciendo la oficina un revoltijo.
Salí de ahí, hecha furia espero y mamá no se entere de esto o mejor aún
que no esté en casa, sí que no esté. Me fui de la escuela y me dirigí a mi casa,
pero sentí como si alguien me siguiera, sentí una mirada pesada sobre mí y
acelere el paso, con suerte llegue a mi casa y mamá no estaba que era lo mejor,
así ella no me regañaría, entre en mi cuarto para acostarme a descansar, no
comí nada pues no tenía hambre y mejor decidí dormirme.
-¡Emma! ¿Pero qué has hecho? ¡¿Qué te sucede?!
-Y-yo no era mi intención, hacerle daño y-yo.
-¡No era tu intención hacerle daño! Mira lo que provocaste, la ¡MATASTE
MATASTE A TU PROPIA HERMANA! ¿Cómo fuiste capaz de hacer eso?
¡ESTAS LOCA!
-¡Ya basta!—Emma se puso a llorar desesperadamente encima del cuerpo
frio de la pequeña.
Desperté asustada, me senté en mi cama la casa estaba fría y sola, comencé
a llorar, de nuevo ese sueño, lo odio, tener que despertarme por las noches por
culpa de él. Eso era lo que ocasionaba que nunca pudiese dormir bien por las
noches. Me levanté en busca de mamá, pero solo encontré una nota en la
mesa de la cocina y la leí.
-Mi pequeña Emma, ¡TE ESTOY VIGILANDO!
Rápidamente solté la nota pues me asuste, voltee a ver a la ventana y logre
ver una sombra que era completamente humana y sí me estaba vigilando, de
repente esa persona corrió hacia la puerta para abrirla, y al darme cuenta de
eso corrí hasta ella para ponerle seguro, pero cuando llegue a ella estaba
completamente abierta. Mi corazón estaba latiendo demasiado, todo estaba
callado y hacía frio, camine lentamente a la puerta, pero, algo me tomo del
cuello, cubriéndome la boca y en un segundo me tiro al piso haciendo que me
diera un fuerte golpe en ella.
No lograba ver ni escuchar nada, hasta que reaccione y empecé a aruñar al
sujeto, a golpearlo, empujarlo tratando de alejarlo de mi pero me empezó a
ahorcar no podía respirar, después logre ver a otra persona pero no pude ver la
cara de ninguno de ellos, ese hombre tomo un cuchillo y empezó a hacerme
cortadas en los brazos, intentaba gritar pero no podía era como si mi voz no
estuviese conmigo.
Ardía demasiado cada una de las cortadas y cada vez eran más profundas,
solo veía poco a poco mi sangre caer mientras que los dos hombres se iban
riendo, como si hubiesen contado un chiste o como si esto nunca hubiese
sucedido.
Cuando no vi señales de ellos intenté gritar una y otra vez pero de nuevo
era en vano. Me quede inconsciente, desangrándome con moretones y cortadas
en mis brazos, mi cabeza dolía demasiado y aún no podía respirar bien, al
parecer estaba muriendo.
-¡Emma ya llegué! Mi amor, donde esta… ¿¡Emma qué te has hecho!?
-Mamá, llegaste—no tenía nada de energía apenas se lograba escuchar lo
que decía, estaba delirando, pero yo no me daba cuenta de eso.
Mamá saco su teléfono y marco un número –911 ¿Cuál es su emergencia?
-Mi hija Emma se está desangrando una ambulancia ¡rápido!—al parecer
mamá le dijo algo más pero no logre escuchar lo que había dicho.
Tiempo después desperté en el hospital, no sabía lo que había pasado no
recordaba nada. Mamá estaba al lado de mi tomando mi muñeca pude notar
que mi brazo estaba cubierto con vendas. Y recordé lo que había pasado, moví
un poco a mamá para que despertara y lo hizo.
-Emma mi niña ¿Cómo te sientes? ¿Te duele algo?—la cara de mi madre
era de preocupación, claro quien no se preocuparía cuando su hija se queda
tirada en el suelo de la sala con cortadas y moretones en los brazos.
-Estoy bien mamá, no te preocupes tranquila ya paso—intente calmar a mi
madre lo hizo pero después su rostro se volvió ansioso y enojado como si
quisiera saber algo, pero algo que estaba mal y hecho por mí.
-Emma ahora me puedes explicar ¿Por qué rayos te cortaste los brazos y
por qué te golpeaste? ¡Explícame! ¡Te volviste loca, como para hacerte
semejante tontería!
-Mamá pero que cosas estás diciendo, ayer entraron dos hombres a
hacerme daño, la puerta estaba abierta no lo notaste, no viste la nota en el
suelo que decía: mi pequeña Emma ¡TE ESTOY VIGILANDO!
-Emma no te creo nada, la puerta estaba cerrada con llave desde adentro, la
nota que te deje es esta—mamá saco una nota de su bolsa, era la misma de
ayer pero no decía lo mismo.
- Mi pequeña Emma, llegare tarde ¡TE QUIERO!, ¿Qué pero esto no lo
decía? Mamá te juro que yo no me corte ni me hice daño, sabes que yo jamás
haría eso y mucho menos a mí.
-Emma si lo hiciste, cuando llegue a casa estabas con un cuchillo lleno de
sangre en tus manos.
-Pero yo jamás lo haría, ¡por qué no contratas a un agente para que
investigue! Así me creerías que yo…
-Basta Emma, revisaron la casa todo estaba intacto, tomaron muestras de
ADN y algunas huellas, en la puerta de la casa y en el cuchillo y…
-¿Y QUÉ MAMÁ QUÉ?
-Todo apunta a ti, no hay más huellas solo… las tuyas, tú te hiciste daño,
dime ¿Por qué rayos lo hiciste? Todo va bien entre nosotras ¿Qué es lo que
sucede?
No dije nada, pues estaba en shook no recuerdo nada de eso, yo estaba
completamente segura de que alguien había entrado pero… al parecer no era
así.
-Sabes Emma, dejaremos este tema por la paz, lo que importa ahora es que
te recuperes ¿está bien?
Solo asentí pues seguía pensando en lo que había pasado, ¿Cómo pude
haberme lastimado y no recordarlo? ¿Qué me sucede?
-Emma mañana tienes que ir a la escuela, y no hay peros te llevaras un
suéter que cubra las vendas y lo bueno es que usas pantalón así cubrirás los
moretones en tus piernas.
-Pero mamá yo…—fui interrumpida.
-Ya dije Emma, además ya faltaste una semana y no debes faltar más, le
pedí permiso al director y me dijo que te había suspendido por dormir en
clases una semana, obviamente no le dije lo que te hiciste porque no quiero
que se enteren de tus tonterías—lo dijo demasiado fría, así que me quede
callada y decidí dormir hasta la noche.
Mamá es una muy buena empresaria por eso la mayoría del tiempo ella
está en el trabajo pero también me dedica tiempo a mi desde que papá se fue
ella está más tiempo conmigo es la única parte buena de su separación, aunque
nunca supe el porqué de su separación.
Mamá me despertó en la noche pues ya me habían dado de alta, me vestí
pues solo tenía una bata del hospital. Fuimos hasta el auto, entramos y mamá
condujo hasta el supermercado al parecer no había comida en casa, fuimos a
comprar lo que necesitábamos, pero faltaban las manzanas y mamá me dijo
que fuera por ellas. Me regresaba por los pasillos fríos estaba helado además
no había nada de gente pues ya era de noche.
-Emma…- alguien me tomo del hombro, me voltee a ver quién era pero…
no vi a nadie.
-Emma soy yo Sophie—mire hacia el frente pues esa voz me era muy
conocida, una voz tierna y dulce era la voz de ella, la que aparecía en mis
pesadillas.
-¡VETE ALEJATE DE MI!—ella se acercaba a mí con una cara de
sufrimiento, como si le hubiese lastimado lo que le dije.
-Emma no me trates así, yo te quiero a pesar de lo que me hiciste.
-VETE ¡dije que te fueras!—su mirada de inocencia cambio a una mirada
de enojo e ira.
-¿Por qué no quieres estar conmigo? ¡Respóndeme!
-¡Déjame en paz!—empezaba a llorar, me dolía verla.
-Señorita disculpe pero… ¿con quién está hablando? ¿Se encuentra bien?
-Ah la niña—me quedé atónita tenía miedo, de nuevo ella, empecé a
caminar con las manzanas y se las di a mi madre. Le dije que se apresurar
quería salir de ese lugar, no sabía si lo que había pasado era el golpe que me
había dado en la cabeza aquella noche de mi “Suicidio”.
-Emma te tardaste demasiado por ir a traer unas tontas manzanas.
-Lo siento mamá es que… no las encontraba.
Mamá no estaba de buen humor se le notaba pero no le di tanta
importancia, nos subimos al auto en ningún momento regrese a ver a mamá lo
único que hacía era ver la ventana unos días en el hospital, y todo se me hacía
raro y diferente. El doctor le dijo a mi madre que debería visitar a un psicólogo
para saber por qué me “lastime”. Mamá inmediatamente se negó, quien
quisiera que todas las personas de su trabajo se enteraran que su hija tiene
depresión o que casi se muere por “autolesionarse”.
-Emma abre la puerta de la casa yo bajare las cosas del auto. —abrí la
puerta y mamá se veía cansada tenía ojeras al parecer no durmió o descanso
mientras yo estaba en el hospital. Entre a casa y ella guardo las cosas.
- Hija ahora ve y toma un baño, ah y no olvides arreglar tus cosas para
mañana ¿ok?
Solo asentí, fui a mi dormitorio a acomodar las cosas de la escuela, ya
listas, entre al baño a ducharme ya casi entraría a la ducha pero faltaban las
vendas de los brazos me los quite poco a poco, pues me dolían. Abrí la llave y
sentí como el agua caía a mi cabeza y de ella a mis hombros hasta llegar a mis
brazos, solo veía mis brazos, no puedo creer que fui capaz de lastimarme y no
darme cuenta de ello. Comencé a llorar, me asusté pues las cortadas eran
horribles y se veían un tanto profundas, y… los moretones ya casi no estaban
ahí.
Salí de ducharme y fui a la cocina con mamá, ya que desde mi cuarto había
un olor delicioso a macarrones con queso mi comida favorita. Me quede
viendo a mamá pues ella estaba distraída, hasta que noto mi presencia.
-¿Qué tanto le miras a esta vieja?—se dijo en un tono burlón, creo que
quería levantarme los ánimos y lo hizo le correspondí con una pequeña
carcajada.
-Solo observo lo hermosa que es…
-Deja de fingir…toma tus deliciosos macarrones—otra broma bueno al
menos ya no esta tan enojada, eso es bueno.
-Gracias mamá—fue lo único que dije y ella solo sonrió.
Terminamos de cenar y fuimos a dormir, bueno mamá durmió yo no tenía
nada de sueño me puse a escuchar música. El K-pop era mi genero favorito me
tranquilizaba escucharlo, me puse a dibujar cosas pero por alguna razón sentía
que alguien me miraba desde la ventana de mi habitación, pero no lograba ver
que era.
Yo seguía escuchando música, hasta que escucho la voz de mi madre.
-Emma ya te dormiste.
-…-me hice la dormida, no quería que entrara pues yo estaba muy cómoda
escuchando música. Además no quería que me regañara, escuche pasos pero
estos se alejaban de mi habitación así que seguí con lo mío. Y me quede
profundamente dormida.
-¡Emma! ¿Pero qué has hecho? ¡¿Qué te sucede?!
-Y-yo no era mi intención, hacerle daño y-yo.
-¡No era tu intención hacerle daño! Mira lo que provocaste, la ¡MATASTE
MATASTE A TU PROPIA HERMANA! ¿Cómo fuiste capaz de hacer eso?
¡ESTAS LOCA!
-¡Ya basta!—Emma se colocó a llorar desesperadamente encima del cuerpo
frio de la pequeña.
- NO DEJAME, NO FUE MI INTENCIÓN ELLA ME OBLIGO…
-¡YA DEJAME EN PAZ!
-Hija, Emma ¿estás bien? Dime algo...- mamá había entrado a mi
habitación, me empezó a sacudir para reaccionar.
-Hija ¿Qué ocurre?, ¿Por qué éstas sudando?
-…-
No dije nada no quería lastimar a mamá, además “ella” me hablaba y me
estaba convenciendo.
-Emma no te atrevas a responder o tendrás que hacerme un pequeño
favor… Emma resiste no le hagas caso solo finge, ¡Finge que estás bien!
¡Hazlo!
-¿Qué pasa mamá? ¿Por qué estás despierta a estas horas? Mañana tengo
clases así que si me dejas quiero descansar ¿sí?
Mamá no dijo nada y salió de mi habitación sin decir una sola palabra, en
cuanto salió regrese a verla a “ella” pero ya no estaba, odio que siempre
aparezca en las noches la ¡odio! Sonó la alarma para ir al colegio mmm, la
verdad no tengo ganas de ir mejor… me dormiré.
-Emma despierta se te hace tarde, anda que no te salvaras de quedarte en
casa hoy te iré a dejar así que apresúrate que no quiero llegar tarde a mi
trabajo ¿entendido?
-¡Agh!, ¡sí mamá ya entendí!—me levante de mala gana y me arregle me
cubrí toda pues no quería que todos empezaran a crear chismes de mí, aunque
no me sorprende pues todos me critican, al menos podre evitarme el explicarle
a alguien por qué falte una semana ya que no tengo amigos todo es estudios,
estudios y más estudios.
-Emma te dije que te apresuraras, ¡vamos demasiado tarde!
-Mamá no seas exagerada, faltan 27 minutos para las 8 de la mañana.
-Por eso para mí es tarde, nunca entenderás la puntualidad.
Me coloque mis audífonos, no quería escuchar las quejas de mamá sobre el
tiempo creo que ella y yo no somos para nada iguales.
-Emma tienes tú desayuno en la mochila ¿cierto?
-Sí mamá ya lo llevo—en verdad no, nunca desayuno.
-Bueno te veo luego, te quiero.
No le respondí solo camine a la escuela y ya, al menos si los profesores me
preguntaban podría decir que estaba suspendida solo espero y no me digan
porque tengo un suéter puesto, si hacen que me lo quite no sé qué hare.
-Ya llego la tonta Emma. ¡Oye te estoy hablando! ¿Por qué faltaste una
semana? Sabes me causaste muchos problemas el que no vinieras, no le pude
entregar la tarea a ningún profesor y me castigaron, ¡por tú culpa!
-Pues no es mi problema que no sepas hacer nada Tamara… además es tú
responsabilidad no la mía.
-No me hables así, que yo soy la hija del director…—Emma contrólate
trata de contenerla no la dejes salir. –Emma sé que no me puedes controlar,
solo déjame salir un momento, sé qué te sentirás mejor…
-¡Emma en qué piensas te estoy hablando hazme caso cuando te hable!
-A quién le dices Emma.
-Eh, ¿De qué me hablas?, Emma aléjate de mí no te me acerques me das
mie… no ¡me das asco!
-Es mejor que me tengas miedo, así no me seguirás molestando— “Tami”
siempre me daba cachetas, y llego el tiempo de defenderme y le di una
también, pero que me pasa solo respira Emma no la dejes salir.
Me fui de ahí, ya que estábamos en el baño me dirija a la biblioteca hasta
que escuche unos gritos provenientes del baño no le tome importancia, ya
sabía la razón de los gritos de “Tami” siempre haciendo su escándalo, pero no
me echaría de cabeza, ¿por qué? pues yo le podía contar todo lo que ella hace,
a su padre el famoso director.
Terminaron las clases y me fui directo a casa, en el camino me detuve a
comprar un batido, me había dado hambre y lo compre, en el camino a casa
me estaba dando mucho sueño y apresure el paso. Quería entrar a casa pero la
puerta tenía llave desde adentro, y me era imposible abrir pero ¿Quién estaba
adentro?
Camine hacia la puerta trasera y ésta sí estaba abierta, revise toda la casa y
no había nadie, le quite la llave a la puerta principal. Me recosté en el sillón
encendí el televisor y me quede dormida ahí.
-¿Ah?, ¿Qué es eso? ¿Son sirenas policíacas?
Me levante y mire por la ventana y estaba en lo correcto había patrullas en
la casa del vecino pero porqué estaban ahí, es raro que haya sucedido algo tan
grave y más en esa casa tan ¿“tranquila”?
Tenía tanta curiosidad de saber qué es lo que había ocurrido y salí de la
casa, y… pude notar un pequeño cuerpo… sin vida lleno de sangre, pero el
cuerpo estaba cubierto. Inmediatamente sabía que ese pequeño cuerpo era de
Clara la hija del vecino ¡¿Pero qué fue lo que había sucedido?!
-Señorita ¿le pasa algo?
-¿Qué fue lo que sucedió?
-El padre asesino a la pequeña…
-¡¿Por qué?!—estaba furiosa, que podía llegar asesinar a Robert el padre
de Clara.
-Por explosión de ira… al parecer… la esposa lo engañaba.
En ese momento se me vinieron muchas cosas a la cabeza y regrese la vista
al frente en ese momento vi al padre de Clara con las manos llenas de sangre,
corrí hacia él, estaba furiosa y triste.
-¡¿QUÉ RAYOS TE SUCEDE?! ¡¿POR QUÉ LE HICISTE ESO?! ¡A TÚ
PROPIA HIJA!—sin pensarlo le di un golpe muy fuerte. Clara no tenía la
culpa de nada, solo tenía 5 añitos ella no entiende ese tipo de cosas, dije en mi
mente. Solo llore y regrese a casa estaba muy mal, yo siempre cuidaba a Clara
los fines de semana y saber qué… ya no la cuidaría más, qué su pequeña
sonrisa cuadrada y tierna desapareció para siempre, saber eso me rompía en
dos.
Escuché llegar el auto de mamá pero no le di importancia, creo que se dio
cuenta de que estaba en casa y al parecer escuchó mis sollozos, entró a mi
habitación su cara fue de tristeza igual a la mía.
-Sé… lo que paso, tranquila ella estará en un lugar mejor...—solo se
disponía a abrazarme, los abrazos de mi madre me calmaban eran cálidos y
llenos de cariño.
-Mamá… Clari no tenía la culpa de nada… ella...—inmediatamente
empecé a llorar de nuevo no soportaba aquella noticia, solo por una “explosión
de ira”.
-Descansa, así te tranquilizaras ¿sí?
No dije nada más, solo asentí no tenía ganas de nada. Mamá salió de mi
habitación y me acosté no podía dejar de pensar en todo, pero ¿Qué es todo?,
Desperté gracias a la alarma.
-¿Pero qué tanto dormí ayer?—no le tome más importancia y me arregle
para el colegio, aún seguía sintiendo un vacío por dentro.
-Mamá ya estoy lista, ¡se nos hará tarde si no te apuras! ¿Mamá?—no
escuchaba respuesta así que abrí su habitación, mamá no estaba en ella, me
percate de qué había algo en su cama y me acerque a ver que era.
Al acercarme me daba cuenta que era una foto de una niña pequeña tal vez
sea la hija de una de sus amigas del trabajo, ¿pero qué hace ella con una foto
así?
-Emma ¿qué haces aquí?—me asuste ya qué mamá había salido de la nada.
-¡Mamá me espantaste!
-Hija ¿qué tienes en la mano?—se acercó a mí y me quito la foto.
-¿Por qué tienes la foto de...?—intente preguntar sin dejar de mirar a mi
madre, no dijo nada solo me la arrebato y guardo la foto en un cajón y me
miro, su cara fue de tristeza y a la vez de rabia la verdad no sé por qué.
-Vámonos se hace tarde.
Llegue a la escuela y mamá se fue como loca al trabajo, no sé qué rayos le
pase la foto su actitud la verdad no entiendo nada. Pero me daba igual, entre a
mi salón de clases y me senté.
-Buenos días jóvenes tomen asiento, gracias. Muy bien entreguen la tarea
que les deje el día de ayer.
No puede ser olvide la maldita tarea, bueno no hay de otra.
-Señorita Park y su tarea.
-No la hice—lo dije con un tono muy frio.
-Con qué no la hizo está bien, ¡Esta reprobada este mes! Y luego no venga
a preguntar el por qué lo hice.
-Cómo si me importaran las clases—dije en un susurro.
-Maestra Emma la maldijo, muy groseramente.
-¡QUE RAYOS DICES TAMARA! ¡Eso no es cierto!
-Claro que sí yo nunca le mentiría a la profesora.
-ERES UNA MAL…
-¡SEÑORITAS SILENCIO LAS DOS!
La maestra continuo con su clase, yo la verdad no le puse nada de atención
se fingir muy bien eso me ayudaba a que pensara que sí ponía atención.
Terminaron las clases, me dirigía de nuevo a mi casa pase por un callejón
oscuro y me topé con alguien.
-Emma yo… la verdad lo siento no quería lastimar a Clara.
-¡¿Qué haces aquí?! ¿Por qué no estás en la cárcel? ¡MATASTE A
CLARA!
-¿Crees que yo soy el único que asesino a alguien aquí?
-¡DE QUÉ RAYOS ME HABLAS!
-¡Emma no grite en mi clase! ¿Señorita Emma está bien?
-¡Le dije señorita está loca!
-Silencio Tamara, Emma vaya a la enfermería, está ardiendo en calentura,
¡Vaya Rápido!—me levante de mi asiento y “fui” a la enfermería.
Mientras caminaba pensaba en lo que había “¿soñado?” no entendía qué
era lo que pasaba, entonces ¿no salí de la escuela? y ¿qué hacía Robert en mi
sueño?, creo que esta vez Tamara estaba en lo correcto me estoy volviendo
loca. Me fui a casa no quería ver a la enfermera, llegue, pero mi cabeza dolía
demasiado me empezaba a marear mi vista se nublaba y me acosté a dormir
para ver si se me pasaba pero no fue así.
Me levante a buscar alguna pastilla, pero no encontraba nada, decidí entrar
al cuarto de mamá y encontré en uno de sus cajones unas pastillas y sin
pensarlo me tome dos de ellas, por alguna razón mi dolor de cabeza iba
desapareciendo, me recosté en mi cama y me quede profundamente dormida.
-Emma ya llegue… Ah… estas dormida,
-¡Bip! ¡Bip!, ¿hola? ¿Quién habla? —Escuché que mamá había llegado,
pero no pude levantarme y solo escuchaba que mamá hablaba con alguien y
me dispuse a escuchar la conversación.
-¿Buenas tardes usted es la señora Alisson Miller?
-Sí soy yo, ¿Quién habla?
-Somos del hospital Psiquiátrico, hemos considerado la situación que nos
insinuó de su hija Emma Park.-
-Y ¿Qué han decidido?...
-Necesitamos verla, hacerle unos exámenes y así podremos saber qué le
ocurre.
-Está bien, ¿cuándo la podre llevar?
-A más tardar mañana.
-Ahí estaré (cuelga la llamada).
-Emma, ¿estás despierta?—mamá entro a mi habitación pero yo seguía
“dormida”, y ella salió de ahí.
¿Por qué me quiere llevar al hospital? ¿Qué es lo que tengo? Solo pensaba
en eso y me volví a dormir.
-Emma, despierta ¡ya llegamos!
-Ah… ¿Dónde estamos mamá?
-Venimos al hospital, y quiero que me acompañes.
-Pero mamá… no puedo… moverme—no sabía que pasaba yo seguía
cansada, me sentía como una tonta, caminaba y me caía mis piernas no
reaccionaban. Entramos al hospital y había algunos doctores y enfermeras ahí,
ellos solo me miraban a mí de una manera muy fría.
Al parecer me inyectaron algo pero no sentí nada, y me quedé dormida.
-Hola Emma, ¿me recuerdas?
-Tú otra vez, ¡¿Qué haces aquí?! ¡ERES UN ASESINO!
-¿Crees que soy el único asesino aquí? Emma acaso… jajá no lo
recuerdas… o no quieres que JANE vuelva—esa sonrisa me daba escalofríos,
una sonrisa maliciosa pero oscura.
-¡CALLATE NO SE DE QUÉ RAYOS ME HABLAS!
-No te alteres, sabes muy bien que hiciste, sabes muy bien que le hiciste a
Sophie…
Me quede atónita, recordé lo qué había pasado hace 9 años.
*PASADO *
-Emma vamos a jugar un rato ¿Sí?
-Ya te dije que NO, tus juegos son muy violentos Jane, no me gusta jugar
contigo siempre haces que me lastime con los cuchillos…
-¡DEBES JUGAR CONMIGO, TE LO ESTOY ORDENANDO! O
¿QUIERES QUE YO TE LASTIME?
-¡No, no quiero que me hagas daño ya déjame en paz!
-¿Emma con quién hablas?
-Mm con… nadie mami… yo solita estoy jugando.
-Está bien, ¡sigue jugando! Cuida de Sophie saldremos un rato no
tardamos. ¿OK? Bueno adiós—mami salió de mi habitación y me quede con
Jane.
-¡Por tú culpa estás haciendo que mamá venga a cada rato! Ya vete solo
eres mi amiga imaginaria, además eres muy mala conmigo ¡TE ODIO!
-Emma…. me estás haciendo ¡ENOJAR!—sentí como me empezaba a
hablar al mismo tiempo eran varias voces me estaba estresando no escuchaba
nada más que todas esas voces.
-¡BASTA JANE!—pero Jane no me hizo caso, hasta que poco a poco
sentía que no era yo.
-Ahora, harás, lo qué, te pida. Quiero que tomes un cuchillo y juegues con
Sophie, quiero que la lastimes por mí.
-No, no lo hare—mi voz era débil.
Acaso no recuerdas cuando mami le dijo a Sophie que la amaba más que a
nadie en el mundo, dejándote de lado sin mencionarte, mami y papi nunca
están en tú cumpleaños solo en el de Sophie. ¿No quieres hacer a Sophie de
lado? ¿Para que… mami y papi te hagan caso?
- … -
-Muy bien ahora ya sabes que hacer—Tomé el cuchillo más filoso y fui al
cuarto de Sophie.
-¡Toc, Toc! ¿Sophie puedo pasar?
-Emma ¡pasa, pasa quiero jugar!—entre a la gran habitación de la hermana
de Emma, me encanta controlar a Emma es muy débil.
-A ¿Qué quieres jugar Emma? ¿Emma?
-¡Emma te estoy hablando!, mamá dice que es de mala educación no
responder cuando alguien te habla. Así que respóndeme Emma, ¿Emma?
-¿A quién llamas Emma? Yo no soy tu querida y odiada hermana mayor.
-Emma deja de jugar así me estás asustando y mucho.
-¡YA TE DIJE QUE NO SOY EMMA, MI NOMBRE ES JANE!
-Aléjate de mí Emma me das miedo, ¡MAMA!…
-HAY pero que gritona al menos ya nunca más hablaras—al fin estas
muerta Sophie y… ¿me importaba? No para nada.
-¡Me duele demasiado mi cabeza! ¿Qué paso? ¿Sophie que tienes? ¿Por
qué estás sangrando?—mire mis manos y estaban llenas de sangre, y… tenía
el cuchillo en ellas. – ¡Sophie despierta, yo no quise hacerte daño lo siento!,
¡TE ODIO JANE! ¡Mira lo que me hiciste hacer!—comencé a llorar
desesperadamente.
-¡Llegamos! Sophie, Emma compramos helado—y en un segundo entraron
al cuarto de Sophie.
-¡Emma! ¿Pero qué has hecho? ¡¿Qué te sucede?!
-Y-yo no era mi intención, hacerle daño papi y-yo.
-¡No era tu intención hacerle daño! Mira lo que provocaste, la ¡MATASTE!
¡MATASTE A TU PROPIA HERMANA! ¿Cómo fuiste capaz de hacer eso?
¡ESTAS LOCA!
-¡Ya basta!—me coloque a llorar desesperadamente encima del cuerpo frio
de mi hermana, pero papá me empujo muy fuerte y me golpee la cabeza contra
el piso.
Solo vi como papá y mamá abrazaban a Sophie, llorando
desconsoladamente y yo, me sentía horrible cómo Jane siempre me
manipulaba me controlaba y ahora me hizo hacer algo tan cruel, que jamás
haría yo, que jamás le hubiese hecho a Sophie.
Pasaron las semanas y papá solo me maltrataba me decía loca y tanto fue el
dolor que tenía, que me metió a un hospital psiquiátrico aunque yo no lo
quisiera ni mamá, lo hizo.
Por una parte me agradaba pues así ya no tendría tantas peleas o insultos
de parte de mi padre, ver su cara llena de rabia, o escuchar a mamá diciéndole
a mi padre que pudo haber sido un accidente y después por las noches
escucharla llorar por mí culpa, al menos por unos meses me olvidaría de eso o
eso creía yo.
Cuando lograron “calmarme” con medicamentos que me hacían dormir,
mamá fue por mí al hospital pero papá no estaba con ella, corrí a abrazar a
mamá la extrañaba, pero algo ocurrió mientras yo estaba en ese lugar tan
oscuro y frío, Jane o “ella” como la llamaban los doctores, se había ido y
nunca volvió a aparecer hasta ahora…
*ACTUALIDAD*
-Ya lo recordaste Emma, o más bien ya te acordaste de mí. ¡Hay! Pero que
mal educada soy, mi nombre es…JANE.
-¡ALEJATE DE MI!
-O veo que sí me recuerdas un punto para ti.
-¡¿Por qué regresaste?! ¿Qué quieres de mí? ¡Vete no te quiero ver, no te
quiero escuchar!
-Jamás me he ido Emma, yo siempre he estado contigo y por más que
quieras que me vaya es imposible ya que yo… soy…tú.
¡Mamá ayúdame! ¿Dónde estás mamá? ¡SACAME DE AQUÍ!—comencé
a gritarle a mi madre, pero pude notar que yo estaba encerrada en una
habitación y solo estaba Jane en ella, lo que me más me aterraba.
-Hasta cuando entenderás que mamá jamás te quiso, después de lo que le
hiciste a Sophie ella jamás te perdono. Y cuando te cortaste los brazos, hay
Emma ella se dio cuenta de qué estás loca. ¡JAJAJA!
-¡Ya déjame en paz!
-No llores Emma, sé que te da rabia lo que mamá te está haciendo, sé que
quieres hacerle daño no te resistas, así te liberaras.
De repente alguien entro en la habitación con un medicamento para
inyectar, sabía que me lastimarían como hace 9 años, así que me resistí a que
me inyectaran, en un segundo yo tenía esa aguja y me descontrole demasiado
que se la clave a la enfermera en el ojo, y al darme cuenta de este acto me
quede atónita y me puse a llorar.
Solo vi como varias enfermeras entraban corriendo y se llevaban a la
enfermera que yo había lastimado, y yo solo me quedé quieta observando
mientras que otras enfermeras me inyectaban, no me opuse, pues… no podía
creer lo que yo le había hecho a alguien que solo estaba haciendo su trabajo.
Después de eso no recuerdo nada, solo me dormí.
*CON LA DOCTORA*
-Señorita Alisson Miller
-Sí dígame...
-Los resultados están listos…
-Y ¿qué dicen doctora?
-Son Positivos, su hija sufre de Esquizofrenia.
-¡¿Qué?! ¿Cómo que ella tiene…?
-Sí su hija lo padece, al parecer por lo que nos contó del asesinato de su
hija menor, ocasionado por Emma, su esquizofrenia se llegó a desarrollar
mucho desde que ella era pequeña.
-Pero, el antiguo doctor había dicho que Emma, estaba bien y que jamás se
volvería a poner así, él nunca nos mencionó que sufría de esquizofrenia.
-Cuando el antiguo psiquiatra de Emma, le dijo que ella ya estaba bien y
que jamás regresaría su problema, estaba equivocado solo lo lograron
controlar, pero solo fue temporalmente, con fuertes cantidades de psicóticos.
Pero a la vez lastimaban a su hija.
-Y ¿Cómo se desarrolló esa enfermedad? es decir ¿Cómo la obtuvo? O
¿Dónde la adquirió?
-Sabía que preguntaría eso, pues a decir verdad la esquizofrenia de su hija
es… hereditaria.
-¿Eso es posible? Pero nadie de nuestra familia la padece, ni siquiera mi ex
-esposo ni siquiera yo, además Sophie nunca se comportó de esa manera.
-Usted está en lo correcto, su hija lo heredo pero no sabe ni sabemos de
quién.
-Solo que lo haya heredado de…
-Señorita ¿está bien?
-Debo irme.
Desperté en la misma habitación de la otra vez, no sé cuánto he dormido
aquí o cuánto tiempo he pasado en este lugar, a mamá no la he visto desde que
me dejo aquí. Tengo demasiado frío en este lugar, es oscuro y horrible las
paredes se ven sucias y agrietadas, desde mi habitación puedo ver como
algunos de los que están en el hospital pueden salir al patio, pero yo no,
porque soy peligrosa porque soy una asesina, es lo que me dicen todas las
enfermeras.
En las noches se pueden escuchar gritos de algunos pacientes, son gritos de
dolor y sufrimiento la mayoría son gritos muy desgarradores, yo solo me
cubro los oídos para no escucharlos, y de vez en cuando, yo también lo hago
ya que Jane me habla y me grita y no la soporto hace que me desespere y grite.
La doctora que me revisa dice que me veo muy tranquila como para padecer
alguna enfermedad mental, hace unos días me volvió a decir lo mismo y me
enoje, lo que hizo que la empezara a golpear para dejarle en claro que las
apariencias engañan.
Según ella no me lastimarían, pero las enfermeras del turno nocturno me
inyectan fuertes cantidades de medicamento para dormirme y yo al resistirme
me golpean, me he resistido a no hacer lo mismo para no “lastimarlas”, pero a
veces era imposible no hacerlo, cuando en verdad las he querido matar… pero
que estoy pensando yo no mataría a nadie.
-Ya lo hiciste, se lo hiciste a Sophie…
-Cállate, no me lo recuerdes, además tú me obligaste a hacerlo.
-Estás segura cariño, de que yo te obligue.
-Claro… que… sí.
-OK lo que tú digas.
-Emma, ¿Cómo estás?
-¿Ah?—había llegado la doctora, hoy tocaba mi chequeo era el único día
en el que me sacaban de aquí, salía al patio y podía sentir el calor del sol eso
me gustaba, pero solo por un momento, hasta que llegábamos a la sala de
“Curación” o sala de sufrimiento así la llamaba yo.
¿Y qué pasaba ahí? Pues me recostaban en una cama y me ponían unos
tipos de cables en mi cabeza, y después de colocarlos me introducían en mi
boca un papel para no hacer ningún ruido, y… me daban choques eléctricos en
la cabeza, dolían demasiado pero hacían que Jane se fuera.
Pero solo por unas horas ella lograba desaparecer, después ella volvía a
hacerme la vida imposible, hacía que me cortara, que me golpeara además
hacía que debes en cuando golpeara a las enfermeras, por más que intentara el
no hacerles daño, lo hacía y no era un simple golpe o cachetada si no que a
veces las dejaba inconscientes jamás había conocido mi lado oscuro, pero que
fuese tan oscura y vil era lo que me aterraba.
-Emma, tienes visitas—al oír eso no me emociono en lo absoluto pues
sabía quién era…
-Hola Emma ¿Cómo estás? Te extrañe mucho—mamá se iba acercando a
mí para abrazarme, pero la aleje de mí.
-¿Qué haces aquí? Pensé que ya te habías olvidado de mí, como estoy loca.
-No estás loca amor, no pude venir por… un viaje de trabajo. ¿Por qué
tienes tantas ojeras amor? te ves muy cansada ¿no has descansado bien?
-¿COMO QUIERES QUE DESCANSE BIEN EN ESTE LUGAR? No
entiendo para qué viniste si en unos minutos te volverás a ir, y esta vez no
regresaras a verme o visitarme, solo me abandonaras como papá lo hizo
cuando ocurrió lo de Sophie.
-No menciones lo de Sophie, ni te atrevas a mencionar su ¡Nombre! Lo
que le hiciste no tiene perdón Emma.
-No que le decías a papá que pudo haber sido un accidente, o me lo decías
a mi tratando de consolarme por lo que Jane me obligo a hacer. Pensé que me
habías perdonado mamá.
-…-
-Dime mamá, en verdad piensas que estoy loca.
-No hija no lo estas, solo tienes…
-¿QUÉ TENGO MAMÁ? ¡DIME!
-Sufres de Esquizofrenia…—escuchar esas palabras *Sufres de
Esquizofrenia* me lastimaban pues mi enfermedad mental, siempre la
escuchaba pero en la escuela y jamás me detuve a escuchar detalladamente los
síntomas tal vez podía haber evitado lastimarme o que mamá me dejase en
este lugar.
-¿Por qué? Mamá ¿Cómo la obtuve?
-Tu esquizofrenia es hereditaria, lo extraño es que tu padre, ni siquiera
Sophie o yo la padecimos.
-¡¿A QUE TE REFIERES CON ESO MAMÁ?!
-…-
-¡DIME! ¿POR QUÉ MAMÁ? ¿POR QUÉ?
-Porque tú no eres mi hija…
-¿Qué?—la mire fijamente a los ojos, solo sentía mis lágrimas recorrer mis
mejillas, estaban calientes como el chocolate que mamá preparaba en navidad
cuando Sophie vivía. Solo llore, mamá me abrazo, yo también lo hice, pero no
podía creer que a la mujer que siempre durante mi vida la llamaba mamá no
era esa mujer que me dio la vida. Pero me cuido como si lo fuera, estaba triste
por mi enfermedad y lo que mamá me había dicho me rompió aún más.
-Lo siento… debí habértelo dicho pero no quería que me odiaras.
-No tú perdóname a mí por lo que le hice a Sophie… y-yo en verdad no la
quería lastimar. ¡SOY UN MONSTRUO!
-No sabes cuánto extraño a Sophie… mi única hija y ahora no está aquí. —
solté a mamá por lo que había dicho, como se atreve a decir eso después de lo
que me dijo.
-Por qué dices eso, ¿acaso no estoy yo?
-Emma ya te lo dije tú eres adoptada, y de haber sabido que tu madre
biológica sufría de esquizofrenia no te…—se quedó callada, y me miro con
una cara de angustia y sé muy bien el porqué de su cara.
-¡DILO! ¡No me hubieses adoptado cierto! Y no te atrevas a negarlo. –solo
se quedó callada y salió de la habitación. Y yo que pensé que solo mi
enfermedad mental era mi único problema de odio de parte de mi “madre” o
mi “padre”, ahora sabía porque preferían más a Sophie que a mí.
En cuanto vi que mamá salió definitivamente del hospital me puse a llorar
descontroladamente, todo me afectaba, ahora entendía todas las preferencias
de papá hacia Sophie, la rabia de que la asesine, todo me quedaba más claro.
Pasaban los días, y todo era lo mismo con mi vida.
-Ahora me entiendes porque te decía que ellos jamás te quisieron.
-Déjame ya Jane… no estoy bien para estarte soportando.
-Sabes cómo puedes liberar tú furia Emma…
-¿Cómo Jane? ¿Cómo podría?
-Mata a una de las enfermeras y créeme que así todo lo que tienes, después
se ira y te sentirás mejor.
Solo mire a Jane y la ignore, en verdad no tenía ánimos para nada de lo que
me dijera no podía dejar de pensar en las veces en que mamá y papá preferían
siempre y en cualquier momento a Sophie dejándome atrás.
Pero por otra parte Sophie siempre me quiso como si en verdad fuese su
hermana, aunque mamá y papá no estuviesen en mis cumpleaños ella me hacía
pasteles con su plastilina y yo le decía que eran los pasteles más ricos del
mundo. O en los festivales siempre buscaba a mis padres pero jamás estaban
ahí, solo encontraba a Sophie que se escaba de sus clases, poniendo la excusa
de que iba al baño, solo para ir a ver mis festivales, o más bien para que no me
sintiera sola y verme a mí, yo la amaba tanto era un angelito que me
acompañaba y me hacía feliz, pero ahora no está por mi culpa.
-¡NO, ME DUELE! ¡AAH!—poco a poco me quedaba dormida por esos
tontos psicóticos. Aunque no me servían demasiado, siempre me despertaban
en la madrugada.
Pero ¿Quiénes me despertaban? Las voces que Jane provocaba en mi
mente una y otra vez, hasta que yo ya no aguantaba y hacía lo que ella me
ordenaba. Las enfermeras de la mañana solo me curaban mis heridas como si
fuese algo normal, pues en verdad lo era ya se habían acostumbrado.
-¡¿HASTA CUANDO TE IRAS DE MI MENTE?! SAL DE MÍ ¡YAA!
-Jamás me iré entiéndelo, aprende a vivir contigo misma. Porque yo soy tú,
cuantas veces te lo tendré que repetir, ¡Acepta que eres una asesina!
¡Acéptalo!
-¡Cállate! ¡DIJE QUE TE CALLARAS!—había un gran espejo en la
habitación y corrí hasta él y lo rompí con un golpe lleno de rabia, ¿Por qué lo
rompí? Ahí estaba Jane diciéndome lo mismo sin parar una y otra vez.
Después de ese golpe ella se quedó callada y yo me recosté en la cama.
Las semanas pasaban, y ya quería salir de este horrible lugar pero ¿Cómo
podría salir de aquí? Y se me ocurrió algo, los pacientes que se han ido es
porque ellos ya están bien, tendré que fingir que estoy bien para salir de aquí.
Pero no será una recuperación repentina o si no sospecharan, debe ser lento
pero rápido.
Le pregunté a la doctora sí podrían darme algunos libros para leerlos, le
dije que en casa siempre leía y más los cuentos de ciencia ficción, en ese
aspecto no le mentía en verdad leía ese tipo de historias y me encantaban. La
doctora de inmediato accedió y en pocos días yo tenía muchos libros de
ficción, al menos eso hacía que me tranquilizara y la doctora cada vez me veía
“mejor”, la estaba convenciendo de mi recuperación.
Los libros que más leía trataban sobre Crímenes, Casos sin resolver o
Detectives tanto me gustaban que sin darme cuenta me envolví en el personaje
de esas historias.
Al menos ya no me inyectaban tanto o íbamos a la sala de curaciones, eso
era un gran avance decía la doctora. Mi manera de hablar y comportarme con
los demás cambio a una más tranquila, amable y alegre, me sorprendía el
cómo podía llegar a fingir tan bien. Un día la doctora entro a la habitación, yo
no me percate de eso pues estaba leyendo concentradamente.
-Emma, te tengo muy buenas noticias.
-¿Que sucede doctora?
-Hemos considerado tú avance y tu recuperación y te has recuperado muy
bien así que te daremos de alta, le hemos avisado a tu madre que venga por ti,
te podrás ir hoy.
-¡Enserio! Gracias
-Alístate que tu madre llegara en dos horas. –asentí y brinque de emoción
al fin saldría de aquí.
Mamá había llegado por mí, la vi y corrí a abrazarla a pesar de lo que había
ocurrido entre nosotras no me importaba ya, solo quería estar bien. Nos fuimos
a casa, y yo fui a mi cuarto pero este estaba cambiado mamá me había
comprado cosas nuevas, y eso me alegraba. Al parecer la doctora le comento
que un factor muy importante de mi recuperación era leer y tenía un estante
lleno de libros de ficción, de crímenes, y demás temas.
Ya habían pasado unos meses desde que salí del hospital psiquiátrico,
estaba leyendo uno de los libros que mi madre me compro, y a mi mente se
vinieron muchas ideas, pero ¿de qué trataban esas ideas? De buscar a mi
madre biológica, quería saber quién era ella y por qué me dejo, tenía tantas
preguntas en mi cabeza que sin pensarlo tanto, decidí buscar a una detective.
Entre a un lugar, decían que aquí estaba la mejor detective y estaba
dispuesta a contratarla sin importar que.
-Buenas tardes, en que puedo ayudarla…
-Estoy buscando a la detective Sara, dicen que es la mejor de la ciudad y la
necesito urgentemente.
-Soy yo… un gusto, ¿Cuál es su nombre?
-Soy Emma Park, y el gusto es mío.
-Muy bien, entonces ¿Cuál es su situación tan urgente?
-Necesito encontrar a mi madre ella me abandono, y no sé dónde está.
-Ok, entonces que estamos esperando vayamos a investigar.
Nos dirigimos al pequeño orfanato que estaba cerca de donde estábamos,
se veía un lugar muy tranquilo y se escuchaban las risas de los niños,
desafortunadamente Sara me dijo que tenía una emergencia y que se debía ir,
pero decidí quedarme a investigar.
Me dejaron entrar, pensaban que adoptaría a un niño pero estaban
equivocados, yo solo estaba buscando información, fue lo que le dije a una de
las cuidadoras. Me dijo que fuera a la oficina de registros que ahí conseguiría
lo que necesito.
-¡Toc! ¡Toc!
-Adelante—se escuchó desde adentro.
-Buenos días, estoy buscando información sobre una pequeña.
-O esos son registros privados, no se los puedo mostrar.
-La verdad, estoy buscando mis registros.
-O quiere saber quién es su madre biológica ¿cierto?
-Sí, eso quiero saber.
-Lamento decirle que esos datos la mayoría de las veces las madres que
dejan aquí a sus hijos no nos proporcionan ese tipo de información…
-Por favor necesito encontrarla… es urgente.
-Intentare hacer lo que pueda señorita, mmm, necesito unos datos suyos
para agilizar la búsqueda.
-Está bien, ¿Qué es lo que necesita? –me pidió demasiados datos y se los
di, después de tantas preguntas salí de ahí sin darme cuenta ya era noche y fui
a casa.
-Emma, ¿Dónde estabas? ¡Es tarde!
-Solo salí a caminar mamá, es todo.
-Está bien—sé que mamá no me creyó, pero aún no le diré lo que estoy
haciendo, lo hare más adelante.
Entre a mi habitación, y empecé a investigar en mi computadora niñas
nacidas el mismo día que yo, o la fecha en que mamá me adopto pero esa
información solo la sabía ella. Fui a su habitación y entre silenciosamente y
busqué los papeles de mi adopción, pero no los encontré. Salí de ahí ya que
mamá se estaba despertando.
Sara también investigaba, estábamos así investigando un día tras otro hasta
que pasaron unos meses y seguíamos investigando, diario íbamos a orfanatos,
dejábamos información y nos decían que no encontraban nada. Siempre salía,
todos los días a buscar y buscar, la mayoría de las veces llegaba demasiado
tarde y mamá se preocupaba.
Un día me llamaron de uno de los orfanatos, diciéndome que habían
encontrado unos datos que coincidían con los míos. Decidida a ir me levante
rápido de mi cama, estaba a punto de salir de casa, cuando mamá me detuvo.
-¿A Dónde crees que vas?
-Voy a caminar un rato.
-No te creo Emma, has estado llegando muy tarde por tus supuestas
“caminatas”, dime ¿Qué es lo que en verdad haces?— ¿mamá me había
descubierto?, en cierta parte sí pero, no tenía idea de que aunque estaba segura
de que pronto lo descubriría, decidí decirle.
-Estoy buscando a mi madre biológica… quiero saber quién es.
-¿Por qué no me lo habías dicho? Yo puedo ayudarte
-No, porque ya contraté a una detective, es la mejor de la ciudad ella me
está ayudando con esto.
-¡Quiero conocerla! Quiero saber con quién te has estado viendo y a quien
le has dicho tus problemas.
-Ella no puede venir…
-¿Por qué no puede?
-Porque ella está ocupada en estos momentos—mamá solo me soltó y yo
salí de casa corriendo pues se me hacía tarde para verme con Sara en el
orfanato.
-¡Llegue! lamento haberme tardado.
-Tranquila no te preocupes, ¿estás lista?
-Sí, o bueno eso creo.
-Mira te diré algo, los datos muchas veces pueden coincidir pero no
significa que en verdad esa persona sea tú madre, eso se comprueba con el
examen de ADN, ¿OK?
-Está bien…—mire al suelo pues, Sara estaba en lo correcto. Entramos al
jugar y salude, me dijeron que pasara a la oficina de adopción.
-Buenas tardes, soy Emma Park me dijeron que habían encontrado mis
datos que coincidían con otros…
-Sí, está en lo correcto sus datos son muy similares a los de una señora, que
la dejo a usted aquí. Pero faltarían los exámenes de ADN esos se harán dentro
de dos meses y se entregaran después de unas semanas de haberlos hecho.
-¿Por qué tardaran tanto en hacerlos? Puedo saber ¿Quién es?
-Esa es información que no le podre dar hasta que el examen se realice. Es
información confidencial, lo único que le podre decir hoy es esto.
-Está bien… lo entiendo. Bueno muchas gracias, vendré en dos meses para
realizar el Examen de ADN.
Regrese a casa, después de saber que tardarían en hacer ese examen me
decepcione, Sara se tuvo que ir, así que regrese a casa a dormir, ya habían
pasado varios días de que no descansaba por estar buscando.
Después de que me llamaran de ese orfanato, ningún otro lo hizo así que
estaba segura de que esa persona en verdad era mi madre. Mamá me intento
convencer de que mi madre biológica había fallecido, pero yo no lo creía pero
a la vez no entendía porque me decía ese tipo de cosas, tal vez ella sepa algo y
no me lo ha querido decir. Pero ¿Qué me escondería? Y ¿Por qué me lo
escondería?
Me invadía tanto la curiosidad que decidí preguntarle.
-Mamá…
-Sí Emma.
-¿Qué me escondes? Sobre mi madre
-De que me hablas Emma, yo no… te escondería algo.
-¿Estás segura mamá? entonces explícame ¿Por qué no están en tu
habitación los archivos de mi adopción? Ahí guardas todos los documentos
importantes.
-¡¿Por qué has entrado a mi habitación sin mi permiso?! Ya te he dicho que
no me gusta que hagas eso Emma.
-¡MAMÁ! ¡No intentes cambiarme el tema!
-¡No entiendo para que me preguntas eso, si ya fuiste a hacerte el examen
de ADN! ¿No es así? ¡Ahí sabrás todo! –mamá se levantó de la mesa y se fue
a su habitación.
Terminé de cenar y me fui a mi habitación, y me puse a escuchar música y
en eso me llego una llamada de Sara.
-¿Hola? Emma.
-Hola, Sara ¿Qué sucede?
Me dijeron del orfanato que el examen de ADN está listo…y que puedes ir
por el mañana yo estaré ocupada así que no podré ir, te deseo suerte Emma,
espero y sea tú mamá biológica.
-Gracias Sara, gracias por tu ayuda.
- Gracias Emma, bueno adiós me tengo que ir. ¡SUERTE!
Me puse muy feliz, mañana sabría sí en verdad había encontrado a mi
madre, me emocione tanto que empecé a llorar de felicidad, pero deje de
hacerlo cuando recordé, lo que siempre me preguntaba ¿Por qué me
abandono? ¿Por qué no me cuido, como una verdadera madre cuida de sus
hijos? ¿Por qué? Pero cada quien tiene sus razones de porque hace las cosas, y
eso quería saber sus razones.
Me desperté muy tarde, ayer no podía dormir por la gran noticia aunque
aún no estaba tan segura de que esa señora podría ser mi madre. Me topé con
mi madre, pero ella solo paso de largo sin decir nada. Salí de casa y me
compre un batido como desayuno y me lo tome en el parque, ya lista para
dirigirme al orfanato me levante y camine, y antes de entrar di un gran suspiro
y entre me dirigí a la oficina y pase.
-Buenas tardes—dijo la señorita muy amablemente.
-Buenas tardes, vengo por los resultados de ADN.
-A usted es Emma Park, ¿cierto? Yo soy Emily hija de la directora del
orfanato.
-O ya veo…
-Toma aquí están los resultados, espero y sea lo que esperas, ¡ah! Y esta es
información extra.
-Gracias, hasta luego.
Salí del orfanato, y me dirigí a casa los quería abrir en casa sentía que al
saber lo que decían esos papeles estaría mejor en casa. Llegue a casa y entre a
mi habitación, era hora de saber que decían las pruebas…
-Prueba de ADN…POSITIVA—me quedé atónita había encontrado a mi
mamá biológica, pero seguía sin saber, Quién era y recordé que Emily me dio
otro sobre, así que decidí abrirlo en él había muchos datos y encontré un
nombre.
-Marrie Anderson… tuvo una hija, y la dio en adopción por distintos
problemas.
-La encontraste…—mamá estaba en la puerta de mi habitación.
-¿Tú sabias quién era? Mamá…—solo asintió, pero ¿Por qué no quiso
decirme?
-Sí, sí lo sabía pero tenía miedo de decírtelo, no quería que te fueras y me
dejaras sola, no quiero que me odies de que jamás te lo dije, sé que pude
haberte evitado esperar tanto, pero además no te creía, de que en verdad la
estabas buscando, hasta el día de ayer que escuche que hablabas con alguien,
fue cuando me di cuenta que no era ninguna mentira lo que estabas haciendo.
-Después de todo lo que te había dicho y preguntado, ¿no me creíste?—
solo negó con la cabeza, la entendía pues desde que llegue del hospital he
hecho todo yo sola sin decirle nada a ella.
-¿Sabes… dónde está? Mamá.
-Sí, se dónde está pero… que te dejen pasar tardara un poco. Si esperas un
poco más tal vez consiga que te dejen pasar, necesito que esperes ¿ok?—
asentí, esperar un poco más no me molestaba.
Me acosté a dormir, estaba cansada y ya quería que pasaran los días para al
fin, poder conocer a mi madre, y poder saber la verdad. Pasaban las semanas,
y mamá me decía que tenía que ser paciente que no era fácil, ir a donde ella
estaba y que estaba haciendo todo lo posible para que yo pudiese ir.
Mamá me dijo que tenía que hacer un viaje de trabajo, la acompañe hasta
el aeropuerto y espere a que su avión despegara para irme a casa. Cuando iba
llegando me encontré con ¿Sara?
-¿Sara? ¿Qué haces aquí?
-Emma, necesito contarte algo, me entere de algo sobre tu madre adoptiva.
-¿Qué pasa?—Sara me estaba poniendo muy nerviosa.
-Yo estaba buscando como localizar a tu madre biológica, y me llegó una
llamada de una tal Alisson Miller, dijo que investigara donde se encontraba
Marrie Anderson, y que hiciera lo posible para que jamás la encontrara su hija
adoptiva, ahí es cuando me puse a investigar quienes eran sus familiares y
aparecieron dos pequeñas que son sus hijas, Sophie Park y Emma Park, y en
cuanto me enteré de que ella es tu madre adoptiva, vine corriendo para
contártelo.
-¿Emma? ¿Te encuentras bien?
-Sí estoy bien, ¿sabes dónde se encuentra mi madre biológica?
-Sí, sé dónde está pero…
-¡¿PERO QUÉ SARA?!
-Tú madre era una de las Asesinas Seriales más buscadas del país… ella
sufre de esquizofrenia, y está internada en un hospital psiquiátrico—mi mente
se quedó completamente en blanco, no pude decir nada no tenía palabra
alguna para describir como me siento.
-Bueno Emma cumplí con lo que tenía que decirte, te enviare la dirección
por correo.
Vi como Sara se iba, yo solo entré a casa y me senté a pensar en todo lo
que me había dicho. Hasta que sonó mi teléfono.
-¡Bip! ¡Bip! ¿Hola?
-Emma, ¿Cómo estás, cariño? ¿Estás en casa?
-Sí aquí estoy ¿Por qué lo preguntas?
-No por nada, solo quería saberlo y saber cómo estabas.
-Bueno mamá, me iré a dormir.
-Emma, ¿segura de qué estás bien? ¿Emma?
Le colgué a mi “madre” ya que no tenía ganas de hablar con nadie y
mucho menos con ella, supuestamente ella estaba haciendo todo lo posible por
ayudarme a encontrar a mi madre y poder ir a verla.
Sara, me mando la dirección al día siguiente, también me dijo que agendo
una cita para poder visitar a mi madre biológica al hospital psiquiátrico, sé
cómo se siente estar en ese lugar encerrada, sentir ese frio intenso, escuchar
los gritos desgarradores cada noche. Y sé cómo es la lucha diaria con el
demonio que te persigue y te habla y que nunca te deja en paz.
Por fin había llegado el día de la cita, hoy conocería a mi mamá biológica.
Para mi mala suerte mi Alisson como ya la llamaba, había llegado de su viaje.
-Emma te extrañe mucho, mi niña. ¿A dónde vas tan temprano? ¿Vas a
salir?
-A ti no te importa eso Alisson, así que déjame salir.
-No te atrevas a decirme Alisson, soy tú madre y me debes respetar. ¿A
dónde iras?
-¡NO TE LO DIRÉ! ¡Y TÚ NO ERES MI MADRE!—le grite a Alisson y
me dio una fuerte cachetada.
-Te lo preguntare una última vez, Emma ¿A DÓNDE RAYOS VAS A
SALIR?
-¡YA TE DIJE QUE NO TE DIRE!
-Ha, ya sé a dónde vas, iras a ver a tu Enferma y Loca madre ¿cierto? O me
equivoco Emma.
-¡No la llames así!
-¡YO LA LLAMARE COMO QUIERO!, ¡Y NO LA IRAS A VER!
¿ENTENDISTE?—me hizo enfadar demasiado que no me controle y la
empuje muy fuerte haciendo que ella cayera al suelo.
-Recuerda que legalmente tú eres mi hija…
-Recuerda que Marrie es mi madre biológicamente…--Salí de casa, sin
decir algo más. Suspire y camine un poco.
Después de unos minutos de caminar tome un taxi hasta llegar al hospital
psiquiátrico, me tarde unos minutos en entrar era extraño volver a este lugar
pero esta vez… volvería solo de visita no me quedaría aquí tanto tiempo era lo
que me repetía una y otra vez. Pues volver a un hospital así no me traía buenos
recuerdos.
-Buenos días, vengo a ver a la paciente Marrie Anderson.
-Sí, su cita es a las 11 de la mañana, ¿Usted es Emma Park? Cierto, bueno
puede subir al último piso, habitación 302, tome su identificación. Adelante.
Me dirigía al elevador, solo pensaba en cómo sería ella, si se parecería a
mí. Llegue al último piso y me dirigí a la habitación 302, afuera de la
habitación había una doctora.
-Hola Emma, soy la doctora Charlotte me comentaron que Marrie es tu
madre, ¿no es así?
-Sí, ella es…—hablaba muy tímidamente pues estaba nerviosa, sentía mi
corazón palpitar demasiado rápido.
-Bueno, creo que sabes lo que padece ¿cierto?—solo asentí, estaba
nerviosa.
-Entonces entremos, a una pequeña sugerencia, te pido que hables
tranquilamente para que ella no se altere ¿está bien?, muy bien ¿lista?, no te
pongas nerviosa ella se alegrara lo sé.
Entramos a la habitación, y de repente la vi estaba sentada mirando hacia
la ventana. Y decidí hablar primero algo me decía que debía hacerlo.
-Hola… soy Emma…—estaba muy nerviosa, ella se veía muy tierna, y
tranquila.
-Emma está aquí porque quiere decirte algo muy importante Marrie. –dijo
la doctora tratando de animarme a mí y a mi madre.
-Y ¿qué es eso tan importante?—al oír su voz no pude evitar ponerme más
nerviosa.
-¿Recuerdas a tú hija… que diste en adopción… cuando ella nació?—no
sabía que decir y fue lo que se me vino a la mente.
-Sí, ¿qué tiene ella?
-Pues… y-yo soy tú… hija…—jamás me regreso a ver solo miraba a la
pared, eso me lastimaba ya que quería que ella me viera.
-Como que tú eres… no, no puede ser.
-¡¿POR QUÉ ME DEJASTE MAMÁ?!—No respondió a lo que le dije y le
empecé a preguntar cosas desesperadamente. Quería saberlo todo. Quería que
ella me explicara ¿Por qué lo hizo?
-¡¿POR QUÉ NO ME CUIDASTE COMO UNA VERDADERA MADRE,
CUIDA SUS HIJOS?! ¡DIME!
- ¡¿POR QUÉ ME ABANDONASTE COMO SI FUESE UN JUGUETE?!
—empecé a llorar desesperadamente, no recibía respuesta alguna, quería que
ella me explicara qué había pasado, que me dijera que grande he crecido, que
bonita me he puesto, o que me parezco con ella o con mi padre, pero todo era
silencio, lo único que se escuchaba era mi llanto desesperado de que ella me
hablara.
-¡Dime mamá! ¿Por qué?, ¡Snif! ¡Snif!—solo sentía mis lágrimas, calientes
recorrer mis mejillas caían sin parar una y otra vez. Este vacío nadie ni nada lo
podrá reparar
Doctora: -¿Marrie?, ¿Marrie?, ¡¿Con quién estoy hablando?! ¿Con Emma
o con Marrie? ¿Quién eres en este momento?…

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