En Colombia, los funcionarios públicos, en su mayoría, y los grupos afines a sus
actos, apelan al calificativo resentido social para señalar a la persona que protesta y alza su voz por las injusticias. Además de calificar, yerguen sus argumentos para deslegitimar los motivos de la protesta. Es esto un gran problema que trastorna el imaginario de las personas. ¿Acaso el que protesta debe sentirse mal, un agresor de la norma “democrática”? ¿Debe tener odio a las clases oligárquicas para protestar? ¿Es un incendiario? ¿Es un resentido? ¿Un vago que se mortifica por su condición social? No, es este calificativo una muestra de la falta de empatía de los que gobiernan. Además de ser nocivo para el que protesta, corroe la conciencia moral de la sociedad. Impone una conducta conformista y temerosa a los habitantes. Genera un sentimiento de culpa constante en los ciudadanos y extirpa la indignación ante las situaciones injustas.
Hace poco unos funcionarios policiales en Colombia asesinaron a Javier Ordoñez
en el CAI Villa Luz de Bogotá. Lo que generó una asonada en la noche del 9 de septiembre del 2020. Este hecho generó diferentes reacciones alrededor de los cubrimientos de los medios de comunicación. ¿Eran resentidos sociales los que protestaron esa noche en diferentes puestos de mando de la Policía Nacional? Esta perspectiva sólo victimiza a los agentes que realizaron acciones desmedidas e inconstitucionales. No se desconoce, claro está, la violencia ejercida por algunos manifestantes y se rechaza vehementemente el uso de la agresión en las manifestaciones. Lo que hay que señalar es la desproporcionada reacción de los agentes ante estos hechos. ¿Por qué dispararon sus armas cuando su deber es proteger al manifestante? Quizás fue el instinto que los hizo reaccionar. ¿Pero qué pasa si se señala el imaginario colectivo, la conciencia moral y el mecanismo de interpretación como fuente primera de sus acciones?
Se sabe ampliamente que el policía actúa en base a la norma. La norma se establece
en base a los intereses de los gobernantes y los discursos dominantes en un tiempo y espacio concreto. El policía no duda en defender esta norma, por ende tiene en su imaginario clichés burocráticos de actuación. Por consiguiente, según la norma, sus reacciones están encaminados a defender a los ciudadanos. Cuando se tilda al manifestante de resentido social se le considera un antagonista de la ciudadanía. El policía no duda en contrarrestar al “enemigo” y dispara sin sentimiento de culpa, pues la culpa sólo se manifiesta cuando se trasgrede la norma. Estas acciones no son interpretadas, ni valoradas, en la institucionalidad, como malas, deshumanizantes, ya que el agente reacciona en rigor con el principio de realidad.
En lo anterior se advierte la apatía y la deshumanización del individuo en un
sistema que apela a los intereses de pocos. El resentido es resentido para el que se lucra con las injusticias sociales, y sus adeptos. Este mecanismo afecta a toda la institucionalidad democrática y establece como eje la aristocracia contemporánea en un sistema que se vanagloria de ser empático con las circunstancias del vulnerable. Protestar por la justicia, por la igualdad de género, por la paz, por la libertad, por la equidad, etc., no es ser un resentido social es estar indignado con un Estado enfático en abandonar lo periférico al poder, a las personas en indefensión. Estar indignado es tener memoria colectiva. Estar indignado es reconocer, analíticamente y afectivamente, un hecho inaceptable, el cual genera una movilización justa y pacífica. Señalar al que manifiesta como resentido social es señalar a la sociedad como enemiga, legitima la falta de responsabilidad de los funcionarios públicos y envía un mensaje claro a las personas: no proteste, no se meta, los funcionarios públicos saben lo que hacen, acate su regla. Apuntes para el escrito
-En el sentimiento de culpa participan la conciencia moral y el mecanismo de
interpretación que tenemos. -La ventaja de las normas es que nos dice lo que tenemos que hacer en cada situación y nos indica el comportamiento más adecuado. Eso nos permite no tener que invertir energía en tomar decisiones, vamos a hacer lo que se espera de nosotras o nosotros, y en general, si cumplimos estas normas, vamos a ser aceptados y no tendremos motivos para sentirnos culpables. Tomado de: https://www.areahumana.es/sentimiento-de-culpa/
-En primer lugar, la memoria colectiva es natural, y en el caso colombiano, recordar
intacto el sufrimiento de un país se ha convertido en un peso, una carga que, en más de una ocasión, desemboca en frustraciones, tristezas y decepciones. Tatiana Barrios, tomado de: https://www.laorejaroja.com/una-resentida-social-hablando/