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Los 12 Procesos Cognitivos Básicos en Humanos

Los procesos cognitivos básicos son aquellas estrategias que determinan nuestro
rendimiento en las actividades mentales o cognitivas. Permiten que suceda el pensamiento,
la percepción, el almacenamiento de información, la interpretación del mundo externo, etc.

Estos tipos de estrategias son esenciales para poder aprender. Por ejemplo, no
adquiriríamos conocimientos si nuestros sentidos no funcionaran bien (percepción), si no
pudiéramos centrarnos en lo que vamos a aprender (atención), o si no fuéramos capaces
de guardar la información (memoria).

No sólo aprendemos en la escuela o en contextos formales, sino que el aprendizaje es una


actividad que hacemos día a día. Estamos programados para aprender ya que adquirir
ciertos conocimientos es un potente mecanismo de supervivencia.

Por ejemplo, podemos recordar dónde están los lugares peligrosos, dónde se consigue
agua, o simplemente que si tocamos el fuego nos quemamos.

Estos saberes y otros más complejos, se pueden adquirir de muy diversas formas. Unas
son más efectivas o rápidas que otras, lo que está claro es que lo que nos ayuda a aprender
son nuestros procesos cognitivos.
¿Cómo se relacionan los procesos cognitivos con los sentidos?

Los procesos cognitivos están vinculados a nuestra forma de procesar la información que
recibimos de nuestros sentidos.

Así, seleccionamos la importante, la ordenamos, la retenemos, y luego la integramos con


otros conocimientos que ya tenemos para memorizarla y utilizarla en el futuro.

Estos procesos son complejos, difíciles de desgranar en pasos pequeños, y están muy
relacionados con la memoria. Ya que aprender requiere recordar.

Si nuestros procesos cognitivos se dirigen y entrenan a través de una planificación


estructurada, como la que recibimos en el colegio, se conceptualizan como estrategias de
aprendizaje.

De esta forma, si aprendemos a guiar nuestros procesos cognitivos y desarrollamos


adecuadas estrategias de aprendizaje, podremos construir las capacidades idóneas para
alcanzar conocimientos de manera efectiva. En ese caso aprendemos a pensar, a controlar
nuestro propio aprendizaje, y a crear estrategias nuevas y cada vez más perfeccionadas.

Cada persona puede tener estrategias de aprendizaje distintas ya que todos somos
diferentes y tenemos que adaptarlas a nuestro ritmo y peculiaridades.

Por ejemplo, hay personas que estudian mejor escribiendo el texto que tienen que aprender,
otras simplemente leen información sobre el tema, y otras aprenden mejor utilizando
imágenes y colores. Unos podrán leer dos veces un texto y aprenderlo, en cambio otros
necesitarán releerlo más veces y dedicarle más tiempo.

Es fundamental saber que siempre hay que tener en cuenta los procesos cognitivos del
aprendizaje, ya que si se ignoran y sólo se atienden los resultados obtenidos (por ejemplo,
a la calificación del examen), se facilita el fracaso escolar. Esto ocurre porque se exige a
los escolares que aprueben exámenes, reciten información o ejecuten lo aprendido; pero
no se les dice cómo hacerlo.
Ahí reside el problema: muchos alumnos se encuentran frustrados y obtienen malos
resultados académicos porque no saben manejar sus procesos cognitivos para aprender
mejor.

Es recomendable enseñarles a utilizar las herramientas para construir sus propios


conocimientos, potenciando cada alumno aquellas que más les sirvan. Es esencial que los
educadores tengan en cuenta los procesos cognitivos no como resultados, sino como la
oportunidad para desarrollar competencias para el aprendizaje.

¿Cuáles son los tipos de procesos cognitivos básicos?

Procesos de percepción

La percepción es mucho más compleja de lo que pensamos. No sólo es oír, ver, tocar, oler
o saborear, hay muchos factores implicados. Por ejemplo, es más probable que captemos
algo si le estamos prestando atención.
Además, influyen los conocimientos previos que tengamos y nuestras expectativas. Esto se
puede observar en los momentos en los que nuestros sentidos nos juegan “malas pasadas”.
Por ejemplo, cuando estamos esperando a un amigo y creemos verle; o bien, cuando nos
extrañamos con ilusiones ópticas e imágenes imposibles, ya que nuestra experiencia nos
ha enseñado que es imposible que existan.

En definitiva, para aprender necesitamos que nuestros sentidos estén en funcionamiento y


enfocados a los estímulos correctos.

Procesos de atención

Están muy relacionados con la percepción, de hecho, percibimos de forma más consciente
aquello a lo que prestamos atención. Así, cuando estamos hablando con alguien,
atendemos y escuchamos lo que nos cuenta.

Podremos saber de qué estamos hablando, pero si cierras los ojos y tratar de decir de qué
color es el pantalón que lleva puesto, no sabrías responder. No significa que no hayas visto
el color, sólo que no le has prestado atención suficiente como para recordarlo.
Como habrás podido intuir, la atención es un mecanismo que funciona como un filtro que
ahorra nuestros recursos y energía. Si tuviéramos que atender todo lo que captamos,
estaríamos agotados enseguida. Entonces la atención es un proceso que se puede enfocar
a unos estímulos y restringir a otros.

La atención es la que va a permitir que ciertos elementos pasen a nuestros almacenes de


memoria a corto y a largo plazo.

Aprender a centrar nuestra atención en los estímulos correctos ignorando aquellos que nos
distraen, saber mantenerla durante largo tiempo, o ser capaz de cambiarla de un lugar a
otro cuando sea necesario; es algo que contribuye enormemente al desarrollo cognitivo en
general. Y, por ende, al aprendizaje y adquisición de nuevos conocimientos.

Procesos de codificación

La codificación es el proceso donde se prepara la información para que se pueda guardar.


Se puede codificar como experiencias, imágenes, sonidos, ideas o sucesos.
Para que se produzca un aprendizaje significativo que facilite la retención y memorización,
es necesario que la información se organice, se interprete, y se comprenda; es decir, que
se codifique (Etchepareborda y Abad-Mas, 2005).

Son procesos propios de la llamada memoria de trabajo o memoria operativa, que es la que
hace posible que los conocimientos nuevos se relacionen con la información ya almacenada
en la memoria a largo plazo.

Este tipo de memoria es limitada y temporal, siendo la mínima necesaria para llevar a cabo
cualquier actividad. Este mecanismo además permite comparar datos, contrastarlos o
relacionarlos entre sí.

Por ejemplo, la memoria de trabajo nos permite recordar la frase anterior de un texto
mientras leemos la siguiente, incluso mantener el flujo de nuestro propio pensamiento o
entender lo que otros dicen.

Proceso de retención y recuerdo


La codificación facilita la retención de la información, mientras que el aprendizaje depende
del recuerdo. Es decir, la información que podemos recuperar (recordar) es la prueba de
que hemos aprendido.

Esto corresponde a la memoria a largo plazo, que es la que permite que se almacenen
datos nuevos y que dichos datos se recuperen para utilizarlos cuando sea conveniente. De
esa manera, podemos evocar experiencias pasadas y conocimientos, incluso volver a
modificarlos y guardarlos con los nuevos cambios en nuestro almacén.

Las principales estrategias para memorizar correctamente con el objetivo de que se


produzca el aprendizaje son:

 Hacer resúmenes y esquemas


 Parafrasear, es decir, repetir la información que acabamos de recibir o pedirle a
otra persona que nos pregunte sobre lo que estamos memorizando para repetirlo
con nuestras palabras.

Requisitos para una buena memorización:

 Entender lo que estamos reteniendo en nuestra memoria y si existen dudas,


tratar de resolverlas. Si no se comprende lo que se almacena, es posible que
dure poco tiempo en nuestra memoria ya que no será muy útil para nosotros.
 Es mejor repensar los datos y no repetir las mismas frases en nuestra cabeza.
Es decir, se memorizan mejor los elementos que hemos trabajado, reflexionado
con ellos, comentado, traducido a nuestras palabras, manejado directamente o
extraído alguna opinión. Al igual que si en vez de haberlos recibido por parte de
un profesor, lo buscamos nosotros mismos e investigamos.

Esta es una buena manera de “apropiarnos” de nuestros conocimientos.

Definir
La información que vamos a aprender debe estar bien delimitada, diferenciada y clara. Se
comienza aprendiendo los aspectos fundamentales y principales de un concepto, y poco a
poco se van añadiendo elementos y detalles para perfilar la definición.

Tips para construir definiciones correctas:

– Tener una longitud correcta, es decir, ni ser demasiado amplia (demasiados detalles que
lo vuelven complejo) ni demasiado breve (que falten datos importantes).

– Evitar que sea circular. Con esto me refiero que en la definición no deben aparecer
conceptos que no se comprendan y se enlacen mutuamente. Lo entenderás mejor con un
ejemplo de definición circular: “las neuronas son células que poseen axones” y luego, definir
axones como “elementos que forman parte de las neuronas”. Por lo tanto, para alguien que
no conozca el concepto de neurona ni de axón, la definición sería inútil.

– Evitar que sea negativa: se comprenden mejor aquellas enunciaciones que están escritas
en positivo. Es más adecuado definir algo por sus características que por sus carencias.
Por ejemplo, es mejor definir “claro” como algo “luminoso, que recibe o tiene luz” que
definirlo como “lo contrario a oscuro”.

– Intentar no caer en la ambigüedad, o utilizar lenguaje figurado o no adaptado a la edad y


conocimientos de la persona.

Análisis y síntesis

Implica separar una idea en partes más pequeñas para observar detenidamente sus
elementos.

Es decir, para comprender algo usamos como técnica dividirlo en sus distintos
componentes. Sirven para…

 Etiquetar una situación compleja identificando sus elementos. Es similar a hacer


un diagnóstico.
 Detectar las causas que han producido un fenómeno y utilizar este conocimiento
para aplicarlo en el futuro.
 Hacer juicios objetivos de un hecho.
 Aprender a planificar según nuestras necesidades y verificar si el plan ha
funcionado.

El análisis y la síntesis facilitan nuestra compresión de la información y, por tanto, su


almacenamiento posterior.

Comparación

Es nuestra capacidad para construir relaciones de diferencias o semejanzas entre


situaciones, elementos, conceptos o eventos.

Para poder hacer una comparación necesitamos dos requisitos: los elementos que van a
compararse y en qué criterio nos vamos a basar. Por ejemplo, si comparamos varias
situaciones por su nivel de peligro, o algunos objetos por su peso.

Clasificación
Consiste en establecer clases, subtipos o subgrupos a partir de un conjunto de elementos.
Para ello necesitamos fijar un criterio o más que dicho grupo va a tener en común: color,
forma, número, edad, nivel académico, sexo, etc. Así, se une lo similar y se separa lo
diferente.

Estos dos últimos elementos, la comparación y la clasificación, son herramientas útiles para
organizar los datos. Si los datos están bien estructurados y organizados, se asimilan mejor.

Experimentación
Averiguar por uno mismo qué funciona y qué no por medio del establecimiento de hipótesis
y su comprobación empírica es una buena manera de aprender. Todo comienza con una
idea que queremos comprobar (hipótesis) y luego ejecutamos un plan para ver qué ocurre.

Por ejemplo, probar a echarle un ingrediente nuevo a una receta para comprobar si su sabor
ha cambiado como esperábamos.

Los esquemas cognitivos que subyacen a esta experimentación están activos desde que
somos bebés, y continuamente aprendemos haciendo hipótesis y verificándolas o
rechazándolas.

Procesos de generalización
Es la capacidad que tenemos para poder utilizar la información aprendida y aplicarla a
eventos muy diversos. Esto determina que el aprendizaje ha sido significativo.

Un ejemplo puede ser recordar las normas ortográficas aprendidas en el colegio para saber
dónde colocar las tildes cuando estamos escribiendo una carta a un amigo. De esta forma,
no sólo memorizaste las reglas de ortografía, sino que también sabes aplicarlas en
cualquier contexto que necesites.

Procesos de inferencia, interpretación y deducción


A través de estos procesos podemos conseguir llegar a conclusiones nuevas, sólo haciendo
derivaciones de información que ya disponemos.

Se asemeja al trabajo de un detective: al principio ve que las pistas que encuentra parece
que no tienen conexión, pero a partir de reflexiones e interpretaciones alcanza la conclusión
y resuelve el problema.

Continuamente hacemos estas interpretaciones e inferencias, aunque hay que tener mucho
cuidado pues estamos en riesgo de cometer errores y llegar a conclusiones que no
coinciden con la realidad.

Procesos metacognitivos
Son procesos muy amplios y complejos, y se asocian con el control de nuestro propio
rendimiento. Consiste en supervisar si estamos haciendo las cosas bien, evaluarlas, y
corregir nuestro comportamiento si es necesario. Se puede definir también como “pensar
sobre cómo pensamos”.

Referencias

1. ¿Cómo aprendemos? Procesos cognitivos básicos. (s.f.). Recuperado el 26 de


Septiembre de 2016, de Universidad de Talca, Chile.
2. B., N. (9 de Noviembre de 2010). The Twelve Cognitive Processes that Underlie
Learning. Obtenido de Libraries and Transliteracy.
3. Circular Definition. (s.f.). Recuperado el 26 de Septiembre de 2016, de Wikipedia.
4. Cognitive Processes and Learning. (s.f.). Recuperado el 26 de Septiembre de
2016, de Cognitive Processses.
5. Etchepareborda, M.C. & Abad-Mas, L. (2005). Memoria de trabajo en los
procesos básicos del aprendizaje. REV. NEUROL., 40 (Supl 1): S79-S83.
6. Rodríguez González, R. y Fernández Orviz, M. (1997). Desarrollo cognitivo y
aprendizaje temprano: la lengua escrita en la educación infantil. Servicio de
Publicaciones Universidad de Oviedo.

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